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Índice
1 Historia
1.1 Cronología
2 Diseño de vehículos espaciales
2.1 Clasificación de los vehículos espaciales
2.2 Materiales de fabricación
2.3 Morfología de las naves espaciales
2.4 Sistemas operativos
2.5 Comunicaciones
3 Propulsión espacial
4 Velocidades y trayectorias
4.1 Velocidades cósmicas
4.2 Navegación
4.3 Técnicas de lanzamiento
4.4 Reentrada
5 Exploración tripulada
5.1 Despegue
5.2 Entorno espacial
5.2.1 Efectos de la ingravidez
5.2.2 Radiaciones nocivas
5.2.3 Micrometeoritos y basura espacial
5.3 Sistemas de soporte vital
5.3.1 Aire y agua
5.3.2 Temperatura ambiental
5.3.3 Trajes espaciales
5.4 Estabilidad mental
6 Exploración y colonización espacial
7 La investigación espacial en el mundo
7.1 Países de cultura hispana
7.1.1 México
7.1.2 España
7.1.3 Argentina
7.1.4 Uruguay
7.2 Agencias espaciales
8 Véase también
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos
Historia
Cronología
Artículo principal: Anexo:Cronología de la Astronáutica
Primeros lanzamientos, por país
País Fecha Hito
Bandera de Alemania Alemania 20 de junio de 1944 Cohete V2, realizando el
primer vuelo suborbital de la Historia.
Bandera de la Unión Soviética Unión Soviética 4 de octubre de 1957 Cohete R-7,
con el lanzamiento del Sputnik 1.
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos 31 de enero de 1958 Cohete Jupiter C,
con el lanzamiento del Explorer 1.
Bandera de Francia Francia 26 de noviembre de 1965 Cohete Diamant, con el
lanzamiento del Asterix A1.
Bandera de España España 19 de julio de 1969 Cohete INTA-255, en un vuelo
suborbital.
Bandera de Japón Japón 11 de febrero de 1970 Cohete L-4S, con el lanzamiento del
Ohsumi.
Bandera de la República Popular China China 24 de abril de 1970 Cohete Larga
Marcha 1, con el lanzamiento del DFH 1.
Bandera de Reino Unido Reino Unido 28 de octubre de 1971 Cohete Black Arrow, con
el lanzamiento del Prospero X-3.
Bandera de la India India 18 de julio de 1980 Cohete SLV, con el
lanzamiento del Rohini RS-1.
Bandera de Brasil Brasil 02 de abril de 1993 Cohete VS-40, en un vuelo
suborbital.
Bandera de Ucrania Ucrania 21 de abril de 1999 Cohete Dnepr-1, con el
lanzamiento de UoSAT-12.|-
Bandera de Argentina Argentina 6 de junio de 2007 Cohete Tronador I, en un
vuelo suborbital de demostración.
Diseño de vehículos espaciales
Todo diseño de un ingenio espacial debe tomar en cuenta el medio en que se
desplaza, ya sea la atmósfera o el vacío del espacio exterior; el fin para el que
se diseña, bien sea transporte de carga o seres humanos, investigación científica,
comunicaciones, militar; el sistema de propulsión ideado junto con los propelentes
empleados; y las fuerzas gravitatorias que rigen las trayectorias orbitales.
Materiales de fabricación
Por otra parte, la utilidad que se le asigne a una nave espacial condicionará su
morfología, su masa y su tamaño. Por ejemplo, la variación en las formas, masa y
tamaños que tienen los satélites es enorme, abarcando desde la forma absolutamente
esférica (como el satélite norteamericano Explorer IX, lanzado en febrero de 1961 y
de solo 6 kg de masa) hasta formas cilíndricas, cónicas, estrelladas, etc. Más
condicionada puede resultar la morfología de los diversos tipos de sondas,
astronaves y estaciones espaciales, en que dominan ciertas estructuras
características: paneles solares, antenas, cohetes, tanques de combustible, bodegas
de carga y alas (como es el caso de los transbordadores), módulos de servicio (como
es el caso de las astronaves de exploración lunar), secciones modulares de
construcción (como es el caso de las actuales estaciones espaciales), etc.
Sistemas operativos
Toda nave espacial, independientemente de la utilidad que tenga, está estructurada
sobre la base de los siguientes sistemas operativos básicos: propulsión,
navegación, energético de alimentación (almacenamiento, acumulación y distribución
de la energía eléctrica) y comunicación. La propulsión suele lograrse mediante el
empleo de los sistemas de cohetes; la navegación mediante el empleo de sofisticados
sistemas computacionales, giroscópicos y direccionales y de alarma; la
administración de la electricidad mediante baterías, paneles solares,
transformadores, etc; la comunicación, mediante un sistema de radio y antenas
especialmente orientadas.
Especial cuidado tiene el diseño de las naves tripuladas; fuera de todos los
sistemas antedichos, las naves tripuladas, y en particular las destinadas al
reingreso, cuentan con otra serie de sistemas adicionales: sistema de control de la
temperatura y humedad interna, presión y provisión de aire, alimentos y líquidos,
un volumen interior mínimo que permita el trabajo y el descanso de los astronautas,
uno de acceso y salida de la nave por parte de sus ocupantes, un sistema de acople
que permita a los astronautas acceder a otro vehículo en el espacio, en fin, todos
los sistemas necesarios para la supervivencia humana. Además, cuentan con un
eficiente sistema de aterrizaje, constituido por paracaídas, o por alas y trenes de
aterrizaje de carácter aeronáutico, o especialmente diseñados para el descenso en
otros cuerpos celestes.
Comunicaciones
La comunicación espacial tiene como objetivo la transmisión de información desde y
hacia la Tierra o entre naves que se encuentren operando en un determinado sector
del espacio. La necesidad de comunicación ha dado origen a la telemetría espacial,
la que tiene por finalidad el llevar el rastreo del movimiento de las naves, así
como la predicción de sus posiciones en el espacio y la transmisión de datos. Un
papel fundamental de la comunicación espacial, tanto entre las naves y la Tierra,
como entre las mismas naves, lo juega, sin duda, el empleo de las ondas de radio,
en su diversas gamas y frecuencias, y en menor medida, el empleo de medios ópticos
y lumínicos. La comunicación radial debe tomar en cuenta, en primer lugar, la
distancia entre las fuentes emisoras y receptoras, que determinará el tiempo
transcurrido entre la emisión y la recepción de los mensajes: poco en las
inmediaciones de la Tierra,y mucho, en términos relativos, para las naves que se
encuentran en el espacio profundo y que establecen contacto con nuestro planeta.
Este último aspecto ha estimulado, en el desarrollo de las misiones de exploración
a los mundos lejanos, la utilización de sistemas computacionales y robóticos cada
vez con mayores grados de autonomía; de esta manera se suple en parte la lentitud
de las comunicaciones.
Velocidades cósmicas
Respecto a las velocidades que deben alcanzar las naves, existe una primera llamada
de satelización (7,9 km/s), que es la velocidad mínima que les permite sostener una
órbita circular sin caer a la Tierra. Al aumentar la velocidad, las órbitas serán
cada vez más elípticas. Al alcanzar los 11,2 km/seg (velocidad parabólica) la nave
se libera de la atracción gravitatoria de la Tierra y entra en la del Sol a la
manera de un pequeño asteroide. Al alcanzar los 42 km/s (velocidad hiperbólica) la
nave es capaz de liberarse de la atracción del Sol, y escapar del sistema solar.4
Cuanto más cerca se encuentre una nave orbitando la Tierra, más rápido deberá
moverse para sostener su órbita; de lo contrario, caerá en las capas altas de la
atmósfera. Por lo tanto, el período de vida orbital de toda nave dependerá de la
altura que hayan alcanzado (p. ej. el satélite Explorer I tenía una velocidad de 28
000 km/h para alcanzar un apogeo de 2475 km a partir de la superficie). La duración
de la órbita de una nave dependerá de la distancia en altura que haya alcanzado.
Navegación
Durante la navegación espacial, las naves deben ir controlando permanentemente su
ruta mediante la guía de poderosas computadoras, tanto a bordo como ubicadas en
Tierra. Sorprenden los extraordinarios logros alcanzados en materia del cálculo y
control en la época previa a la invención de los microprocesadores, con limitadas
velocidades de procesamiento y de memoria por parte de los ordenadores. En órbita
en torno a la Tierra, el horizonte del planeta es una referencia válida para la
orientación de las naves. Durante la navegación profunda, la computadora interna de
la nave suele guiarla usando una serie de referencias estelares. La estrella
Canopus es la más usada como guía.
Técnicas de lanzamiento
Las técnicas de lanzamiento contemplan cuidadosos controles internos de los
sistemas de la nave, regidos por una cuenta regresiva, y un cuidadoso control de
las condiciones del tiempo atmosférico. Una vez terminada la cuenta comienza la
ignición de la fase inicial del sistema de cohetes. Este momento reviste especial
dramatismo, en especial para las tripulaciones que pueden encontrarse a bordo. La
nave acelera con constantes impulsos para alcanzar la velocidad requerida. Las
fuertes tensiones, el ruido y los movimientos que genera el empuje, pone a prueba
la resistencia de los materiales y el entrenamiento de los astronautas. Una vez
alcanzadas las capas superiores de la atmósfera el rozamiento de la nave disminuye,
así como el ruido y el movimiento. Las diversas secciones de la nave se van
desprendiendo una a una y la nave entra en la órbita asignada.
Reentrada
Artículo principal: Reentrada atmosférica
La fase de descenso a la Tierra genera otra serie de inconvenientes que deben ser
resueltos. En primer lugar, determinar y acertar el ángulo correcto de reentrada a
la atmósfera, un verdadero "corredor" de ingreso. El ángulo no puede ser ni muy
oblicuo ni muy vertical. Un ángulo muy vertical provocaría que la nave se
estrellase prácticamente con la capa de aire, aumentando fuertemente la fricción y
el calor, lo que ocasionaría su destrucción. Por el contrario, un ángulo demasiado
oblicuo y a mucha velocidad hará que la nave rebote en las capas superiores,
describiendo una parábola y pasando de largo; a menor velocidad la nave rebotará,
pero ingresará en la atmósfera más allá del punto fijado como óptimo.1 En un ángulo
correcto y a la velocidad correcta, la nave cortará progresivamente las capas
atmosféricas superiores, disminuirá su velocidad, y reducirá los niveles de roce y
calor. Previamente al re-ingreso, la nave enciende sus cohetes de frenado,
disminuyendo drásticamente su velocidad y perdiendo altura; durante el proceso la
nave debe ser girada en tal forma que ofrezca su flanco más resistente a la zona de
fricción. Afortunadamente, las naves poseen un eficiente escudo térmico que disipa
el calor.
Hasta el momento dos han sido los métodos de aterrizaje usados en las naves, en
particular las tripuladas: el empleo de paracaídas, a partir de unos 15 km de
altura, seguido por un amerizaje (técnica empleada por EE. UU.), o por un descenso
directo en tierra (técnica empleada por la ex Unión Soviética), o bien el empleo
del método aeronáutico de planeo (transbordadores de EE. UU.) seguido de un
aterrizaje en una pista convencional.
Exploración tripulada
El objetivo esencial de toda misión tripulada consiste en llevar al espacio en
forma segura a los seres humanos, permitirles su navegación y trabajo, y traerlos
vivos y en las mejores condiciones de salud de vuelta a la Tierra. La supervivencia
humana en el espacio está en función de la habilitación de un medio ambiente
seguro, sea en el interior de las naves, en el exterior, al momento del despegue,
en la navegación, en la exploración directa de los cuerpos celestes(ej: en el
alunizaje), en el trabajo exterior, y en el re-ingreso y aterrizaje de las naves.
El diseño de este medio debe recrear al máximo posible las condiciones que el
organismo humano encuentra en la superficie terrestre, vale decir, de presión,
temperatura, humedad, respiración, procesos alimenticios, aseo, desechos orgánicos,
ejercicio, descanso y sueño. Para lograr esto, la bioingeniería debe tomar en
cuenta los factores hostiles que presenta el espacio al cuerpo humano y que no
suelen encontrarse en la Tierra: el vacío espacial y la carencia absoluta de aire,
las violentas oscilaciones térmicas, la acción del viento solar y los rayos
cósmicos, la presencia de los micrometeoritos, la ausencia de gravedad, el
rompimiento de los patrones de día y noche, etc; a esto se suma el espacio reducido
en que deben trabajar los astronautas en el interior de sus naves y la obligada
convivencia entre ellos. Un factor clave en la supervivencia humana, es el diseño
interior y exterior de las astronaves y estaciones espaciales, así como el diseño
de los trajes espaciales.
Para enfrentar las difíciles condiciones del despegue, del espacio y el re-ingreso,
los astronautas se someten a programas de riguroso entrenamiento que intentan
simular las diversas situaciones: respuesta frente a la aceleración extrema, a la
ingravidez, a la navegación, al confinamiento, a la convivencia, al trabajo, a la
manutención, a enfrentar situaciones imprevistas, al re-ingreso en la atmósfera.
Solo los sujetos más aptos psicológica y físicamente serán los seleccionados para
las misiones.
Despegue
El primer problema que plantea el viaje espacial es el despegue mismo. Mientras no
se descubra o invente algo totalmente distinto, la aplicación de fuerza bruta
seguirá siendo la forma más eficaz de elevar una nave al espacio, por lo que los
astronautas deberán seguir soportando las fuertes tensiones que genera una
aceleración violenta. En esta fase es fundamental la utilización de los trajes y
asientos especialmente acondicionados para aminorar sus efectos.
Entorno espacial
Efectos de la ingravidez
La ingravidez ocasiona que las funciones más básicas, como alimentarse y beber
líquidos, sean experiencias complejas; las partículas y los líquidos tienden a
flotar libremente por el interior de la nave, lo que puede ocasionar desperfectos;
alimentos y líquidos son llevados especialmente preparados(compactos,
herméticamente sellados). Otro problema es la evacuación de los desechos orgánicos
del cuerpo, los cuales suelen ser procesados, almacenados y sellados para un
posterior análisis.
Pero los astronautas no solo deben sobrevivir a la misión misma, sino que también a
su readaptación a las condiciones de la Tierra. Para esto tienen que seguir
rigurosos programas médicos de apoyo para que los cuerpos recuperen sus plenas
capacidades en proceso de atrofia durante la misión.
Radiaciones nocivas
Otra preocupación es la acción de las radiaciones solares y cósmicas, que son
nocivas para la salud. Aun disponiendo de los mejores revestimientos absorbentes,
tanto en el exterior como en el interior de las naves, y en los trajes espaciales,
el cuerpo humano está sometido a mayores niveles de radiación que en la superficie
de la Tierra, con consecuencias a largo plazo imprevisibles.
Temperatura ambiental
Es necesaria la manutención de la temperatura ambiente en torno a unos 20 °C. El
sistema eléctrico juega un papel capital en la calefacción o en la extracción del
calor interno. Las violentas oscilaciones térmicas externas obligan al uso de
materiales de revestimiento exterior (refractarios al calor durante la exposición
al Sol) e interior (que impide la disipación del calor interior). Es conveniente
que las naves giren lentamente sobre sí mismas para evitar recalentamientos;
también se puede revestir el vehículo, entre las paredes exteriores e interiores,
de una capa de fluidos destinados a absorber el calor. Además, las naves cuentan
con mecanismos de absorción de energía solar y transmisión al interior para su
aprovechamiento en los momentos en que orbitan el lado oscuro de la Tierra.
Trajes espaciales
Artículo principal: Traje espacial
Como se ha dicho anteriormente, el traje espacial reviste capital importancia para
la supervivencia humana. Básicamente, el traje está formado por cuatro unidades
esenciales: el casco, el cuerpo del traje, los guantes y el sistema de
supervivencia (reservas de aire, batería, sistema de comunicación, etc.), adosado
en su mayor parte en la espalda del astronauta a modo de una mochila. El traje es
fabricado con una serie de materiales, dispuestos en sucesivas capas de menor o
mayor densidad, que le permite mantener la presión de aire, la temperatura interna,
controlar la humedad, absorber hasta cierto punto las radiaciones nocivas, defender
al astronauta del impacto de ciertos micrometeoritos, y hasta, en ocasiones,
recoger los desechos orgánicos. No obstante, el traje solo permite una movilidad
más bien reducida, dada su rigidez. La utilización del traje permite soportar mejor
las tensiones del despegue y del aterrizaje, del trabajo en el espacio
extravehicular (manutención, experimentación, implementación de equipos) o en la
exploración del suelo lunar. Además, es la mejor garantía de supervivencia en caso
de darse una situación extrema.
Estabilidad mental
Los astronautas deben adaptarse a trabajar en espacios más bien pequeños. Al
principio de la exploración espacial la movilidad era muy reducida. Con el programa
Apolo aumentó un tanto el espacio disponible; pero fue gracias a la implementación
de las estaciones espaciales y los transbordadores que los astronautas encontraron
mayores disponibilidades de espacio, lo que les ha permitido un trabajo más
holgado, algo de privacidad, y la realización de ejercicios. Aun así, los espacios
habitables siguen siendo reducidos.
La presencia de los compañeros ayuda al astronauta disipar el fuerte sentimiento de
soledad y lejanía que se experimenta en el espacio, pero a la vez obliga a convivir
y a soportar caracteres que pueden mostrarse disímiles. Solo la selección de
equipos de trabajo muy afianzados, con una mentalidad muy profesional, ayuda a
enfrentar los posibles problemas de convivencia, en especial si las misiones son de
largo aliento. La estabilidad psicológica de los astronautas es uno de los
objetivos esenciales del programa de supervivencia espacial, permitiéndoseles
cultivar sus espacios recreativos, de ocio y comunicación con sus familiares en
Tierra.
Una verdadera "carrera espacial " entre EE.UU y la U.R.S.S durante la década de los
60 para adjudicarse los logros de ser los primeros en los sucesivos hitos: el
primer objeto en órbita, el primer hombre en el espacio, la primera caminata
espacial, el primer objeto en ser lanzado a otro cuerpo celeste, etc. Notables
fueron las naves de los programas soviéticos Vostok , Vosjod y Soyuz , y las
estadounidenses Mercury , Gémini y Apolo .
La creación de una densa red de satélites que orbitan el globo con múltiples
finalidades: militares (Samos, Vela, etc.), de telecomunicaciones (p.ej., Telstar ,
Eco ), de navegación aérea (p.ej, Transit ), de observación geodésica, geográfica y
climática (p.ej., Nimbus , Tiros ), de experimentación biológica (p.ej., Bios,
Cosmos), astronómicos (p.ej., Explorer ), etc.
La efectiva exploración de la Luna por parte de un programa tripulado (Apolo) y la
exploración de los otros cuerpos del Sistema Solar por misiones no tripuladas, como
fueron, por ejemplo, las sondas Lunar Orbiter (EE.UU), Luna (URSS), Mariner
(EE.UU), Mars (URSS), Pioneer (EE.UU); se deben destacar las naves Voyager 1 y
Voyager 2 (EE.UU), los objetos artificiales más alejados de la Tierra, en los
límites del Sistema Solar y ya convertidas en sondas interestelares.
La puesta en órbita de observatorios espaciales destinados a la investigación
astronómica y astrofísica (p. ej: el telescopio espacial Hubble ).
La experimentación con nuevas sustancias y materiales, y con seres vivos, con o sin
aplicación industrial.
La realización de múltiples experimentos científicos en diferentes campos y que
solo se pueden hacer en microgravedad o gravedad cero .
La investigación acerca del comportamiento humano en el espacio por largo períodos
de tiempo.
Investigación y puesta en marcha de una serie de astronaves que han permitido un
acceso más expedito al espacio: los transbordadores espaciales
La difusión del conocimiento obtenido por las agencias, y la aplicación por la
industria de los subproductos tecnológicos que ha generado la actividad
astronáutica, que son de uso masivo en la actualidad. La difusión del conocimiento
ha hecho que varios países y agencias realicen actividades colaborativas,
ahorrándose costos económicos.
Preparación de planes de re-exploración de la Luna con vuelos tripulados,
instalación de una base permanente en ella, la exploración directa de Marte por una
misión tripulada, etc., juntamente con la correspondiente investigación de las
posibilidades económicas que ofrece la exploración y colonización del espacio.
Creación de las estaciones espaciales, que son un paso clave en la colonización, ya
que significan la presencia permanente del ser humano en el espacio. Desde la
década de 1970, se ha venido desarrollando un progresivo esfuerzo por crear y
mantener una serie de estaciones espaciales que orbitan la Tierra, así como un
intenso programa de investigación acerca de la supervivencia humana por largos
períodos de tiempo en el ambiente espacial. A finales de la década de 1960, los
soviéticos iniciaron los primeros tanteos en la dirección de construir verdaderas
estaciones espaciales, al acoplar con éxito sus satélites Cosmos. Pero fue a
comienzos de los 70 cuando lograron implementar una estación verdadera: la Salyut 1
. A esta siguieron varias más hasta completar siete. Posteriormente, los rusos
diseñaron la estación MIR , una avanzada nave que prestó fructíferos servicios. Por
su parte, los norteamericanos respondieron con la estación Skylab , aunque luego se
dedicaron al diseño del programa de transbordadores. A partir de 1998, las
principales agencias espaciales decidieron unir sus esfuerzos en la implementación
de la actual Estación Espacial Internacional .
Las estaciones han posibilitado la creación de ambientes más amplios y acogedores
para los astronautas, la posibilidad de realizar experimentos científicos sin los
acotados límites de tiempo con que cuentan las astronaves; las estaciones son
puntos de observación directa de las condiciones climáticas y otra índole que se
dan en la Tierra, la estadía en las estaciones ha permitido estudiar en detalle el
comportamiento psicológico y fisiológico de los humanos, ya sea en soledad o en
compañía. En ciernes está la posibilidad de usar las estaciones como puertos de
embarque hacia otros mundos del Sistema Solar.
Para algunos países en vías de desarrollo, los satélites artificiales han supuesto
la forma más fácil de mejorar sus redes internas de telecomunicaciones, en especial
en aquellos cuya orografía u otras causas hacen difíciles los medios de
comunicación tradicionales. Tal es el caso de los satélites domésticos que emplea
Indonesia, o la serie de satélites compartidos por las naciones árabes ( Arabsat).6
México cuenta actualmente con ocho satélites y con la empresa ex profeso Satmex. La
Agencia Espacial Mexicana (AEM) es una agencia creada en 31 de julio de 2010
encargada de asuntos espaciales. Este proyecto pretende agrupar y coordinar los
trabajos de México en actividades espaciales.7
España
Artículo principal: Programa espacial de España
Artículo principal: Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España
Argentina
Artículo principal: Programa espacial de Argentina
Artículo principal: Comisión Nacional de Actividades Espaciales
Uruguay
Artículo principal: Programa espacial de Uruguay
Agencias espaciales
Artículo principal: Anexo:Agencia espacial
Véase también
Ver el portal sobre Astronáutica Portal:Astronáutica. Contenido relacionado con
Astronáutica.
Astronomía
Carrera espacial
Cohete
Estación Espacial Internacional
Exploración espacial
Federación Internacional de Astronáutica (FAI) de la Organización de las Naciones
Unidas.
Lista de misiones tripuladas al espacio ordenada alfabéticamente por programa
Lista de los sitios de lanzamiento de cohetes
Satélite artificial
Referencias
Enciclopedia Autodidacta Océano, 1996, volumen 8, pp. 2074-2101.
Javier Casado (2009). Wernher von Braun: entre el águila y la esvástica. Melusina.
ISBN 978-84-96614-57-4.
«Se cumplen 60 años del lanzamiento del Sputnik». esa.int. 22 de septiembre de
2017.
Enciclopedia Monitor, edit. Salvat, tomo 2, voz «astronáutica», pp. 554-555.
«Salyut 1: La primera estación espacial de la historia. Historia e Infografía». 23
de diciembre de 2010.
«Gran Enciclopedia de la Astronáutica (440): Arabsat». Noticias de la Ciencia. 4
de febrero de 2016.
«Grupo Promotor de la Agencia Espacial Mexicana». Grupo Promotor de la Agencia
Espacial Mexicana. Archivado desde el original el 22 de junio de 2011. Consultado
el 8 de octubre de 2010.
Bibliografía
Buchanan C., Walter (1960). Revista de divulgación de las actividades técnicas
relativas a la secretaria de comunicaciones y transportes. Av. Universidad. p. 11.
Enlaces externos
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