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Guillermo II de Alemania

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Guillermo II de Alemania

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Guillermo II de Alemania

Emperador de Alemania y Rey de Prusia

Fotografiado por T.H. Voigt, hacia 1902

Reinado

15 de junio de 1888 - 9 de noviembre de 1918


(30 años y 147 días)

Predecesor Federico III

Sucesor Friedrich Ebert


(como Reichspräsident)

Información personal

Nombre secular Federico Guillermo Víctor Alberto


Tratamiento Su Majestad Imperial y Real

Otros títulos Véase Títulos, honores y nombramientos

Nacimiento 27 de enero de 1859


Kronprinzenpalais, Berlín (Reino de Prusia)

Fallecimiento 4 de junio de 1941 (82 años)


Huis Doorn, Utrecht (Países Bajos)

Sepultura Mausoleo de los jardines de Huis Doorn, Utrecht

Himno real Heil dir im Siegerkranz

Religión Protestante

Residencia Nuevo Palacio de Potsdam

Familia

Casa real Hohenzollern

Padre Federico III de Alemania

Madre Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha

Consorte Augusta Victoria de Schleswig-


Holstein (matr. 1881; viu. 1921)
Herminia de Reuss-Greiz (matr. 1922; fall. 1941)

Hijos Véase familia

Información profesional

Condecoraciones Véase Títulos, honores y nombramientos

  Kaiserliche Marine
Mandos
  Ejército Imperial

Alemán

Conflictos Primera Guerra Mundial

Firma

Gott mit uns

[editar datos en Wikidata]

Guillermo II de Alemania (en alemán: Wilhelm II; Berlín, 27 de
enero de 1859 - Doorn, 4 de junio de 1941) fue el último emperador
alemán (Deutscher Kaiser) y rey de Prusia, reinando desde 1888 hasta su
abdicación en 1918. Como nieto mayor de la reina Victoria, sus primos
hermanos incluían al rey Jorge V del Reino Unido, a la zarina Alejandra de
Rusia o a la reina Victoria Eugenia de España. Fue segundo en la línea
sucesoria, por detrás de su padre Federico de Prusia y su abuelo el
emperador Guillermo I, pero al morir ambos con pocos meses de diferencia en
1888, el año de los tres emperadores, Guillermo ascendió al trono como
emperador alemán y rey de Prusia. Entre sus primeras decisiones, estuvo el
despido del canciller Otto von Bismarck el 20 de marzo de 1890, a raíz de su
oposición a leyes antisocialistas que quería aprobar el canciller.

El nuevo emperador dio una impronta personal a su reinado, caracterizado por


una gran puesta en escena (el guillerminismo), constantes viajes al extranjero
(destacando el de Oriente Próximo en 1898), una importante promoción de la
técnica y ciencia y discursos grandilocuentes con frecuencia controvertidos
debido a su lenguaje exagerado y retórica propia de otra época. A pesar de sus
grandes dotes para la oratoria, el contenido de sus discursos fue ampliamente
discutido por la prensa y objeto de constantes controversias debido a su falta
de tacto y por escapar a la supervisión del gobierno. El escándalo del Daily
Telegraph en 1908, en la que el gobierno falló en corregir o matizar varias
declaraciones incendiarias sobre política internacional, obligó al emperador a
controlar sus discursos y conllevó la dimisión del canciller Bernhard von Bülow.
Aunque no afectó a las relaciones internacionales, fue lo que dijo y no lo que
hizo, lo que deterioró la reputación de Guillermo II. 1

Tras la partida de Bismarck, la Alemania guillermina emprendió una política


exterior más asertiva destinada a reclamar su "lugar bajo el Sol" como nueva
potencia mundial, cuestionando así la hegemonía de potencias tradicionales
como Reino Unido, Francia o Rusia. Entre las políticas internacionales cabe
destacar la creación de una Flota de Alta Mar para competir con la Royal Navy,
o la oposición a que Marruecos se convirtiera en colonia francesa, hecho que
originaría la primera y la segunda crisis marroquí. El progresivo enfriamiento de
las relaciones con Reino Unido y Francia obligaron a Alemania a buscar
alianzas con potencias en declive como Austria-Hungría, hecho que la
enemistaría con Rusia debido a los conflictos balcánicos; y con el Imperio
otomano, donde se proyectó la construcción del ferrocarril Berlín-Bagdad que
crearía más fricciones con Reino Unido. 23 La influencia real de Guillermo II en
el desarrollo de dichas políticas sigue siendo motivo de debate, aunque
recientemente se ha cuestionado su intervención directa, dada su personalidad
a veces volátil y su falta de focalización en una política coherente. La política
exterior alemana, en ocasiones contraria a los propios deseos del emperador,
fue en gran medida obra de Leo von Caprivi (canciller entre 1890-94)
y Bernhard von Bülow (secretario de exteriores desde 1897 y canciller entre
1900-1909).4

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Guillermo II fue


progresivamente apartado por la cúpula militar, que consideraba sus
intervenciones disruptivas. Con el nombramiento
de Hindenburg y Ludendorff como líderes del Estado Mayor del Ejército
Imperial Alemán, Alemania se fue convirtiendo progresivamente en
una dictadura militar de facto. No obstante, el emperador aún conservó parte
de su poder e influencia y hasta enero de 1917 se opuso firmemente a
la guerra submarina a ultranza.5 Tras el estallido de la Revolución alemana,
Guillermo II, abandonado por sus generales y sus súbditos, partió al exilio en
los Países Bajos durante la madrugada del 10 de noviembre de 1918. El 28 del
mismo mes abdicó formalmente, poniendo fin a más de quinientos años de
gobierno de la casa de Hohenzollern.

Vivió exiliado en Huis Doorn hasta su muerte en 1941.

Índice

 1Primeros años
 2Ascenso al trono y reinado entre 1888 y 1900
 3Vida social y política entre 1900 y 1914
 4Política exterior entre 1888 y 1914
 5Expansión naval
 6Primera Guerra Mundial
o 6.1La crisis de Sarajevo
o 6.2Inicio de la guerra
o 6.3El káiser en la sombra
o 6.4Abdicación y huida
 7Vida en el exilio
 8Personalidad
 9Familia
 10Títulos, honores y nombramientos
o 10.1Títulos completos
 11Honores
 12Ancestros
 13Véase también
 14Referencias
o 14.1Notas
o 14.2Bibliografía
 15Enlaces externos

Primeros años[editar]

Retrato de Guillermo (izq) con su padres, Federico y Victoria, y su hermana Carlota, por Franz Xaver


Winterhalter (1862)

Guillermo (apodado Willy por su familia) nació el 27 de


enero de 1859 en Berlín. Era el hijo mayor del entonces príncipe Federico de
Prusia y de su esposa, la princesa Victoria. Su abuelo paterno, Guillermo de
Prusia era el hermano y heredero del rey Federico Guillermo IV de Prusia, que
no tenía hijos. A su muerte en 1861 Guillermo heredó la corona prusiana y
Federico, padre del futuro Guillermo II, se convirtió en príncipe heredero. La
madre de Guillermo II era la hija mayor de la reina Victoria y del príncipe
Alberto, así como la tía de la futura zarina de Rusia Alejandra Fiódorovna,
esposa del último zar Nicolás II, y hermana de Eduardo VII del Reino Unido.
El parto fue difícil, y como consecuencia de ello el bebé nació con una
deformidad en el brazo izquierdo, que los médicos de la corte berlinesa
intentaron corregir en vano. Esta deformación consistía en
una hipertrofia relativamente leve aunque visible. Guillermo la ocultaría
celosamente durante toda su vida bajo uniformes militares y poses estudiadas
de antemano, como se puede observar en varias fotografías de la época.

En su juventud, Guillermo estuvo muy enamorado de una de sus primas


de Darmstadt, Isabel de Hesse, que sería la futura gran duquesa de Rusia e
intentó por todos los medios conquistarla intentando incluso componer poesía,
pero todo sin éxito. El rechazo de Isabel se debió principalmente a los modales
bruscos y poco atinados del entonces príncipe de Prusia. Nunca la olvidó. En
su lugar, se casó, en 1881, con la princesa Augusta Victoria de Schleswig-
Holstein, apodada Dona, con la que tuvo seis hijos y una hija. Augusta era
sumisa ante Guillermo y siempre estaba de acuerdo con él en todo, eso y entre
otras cosas hizo que el matrimonio fuera feliz.

Ascenso al trono y reinado entre 1888 y 1900[editar]


A la muerte de su padre, que solo reinó durante 99 días, el 15 de junio de 1888,
Guillermo II accedió al trono alemán.

Aunque en su juventud Guillermo había sido un gran admirador de Otto von


Bismarck, la impaciencia característica de su personalidad y sobre todo la
determinación por su parte de reinar y administrar al mismo tiempo –a
diferencia de su abuelo, que solía encargar la administración diaria al brillante
Bismarck– lo llevó rápidamente a un conflicto con el «Canciller de Hierro», la
figura dominante en la fundación de su imperio. El viejo canciller creía que
Guillermo II era un hombre ligero, que podía ser dominado, y mostraba respeto
por las ambiciones de este en la década de 1880. Después de un intento de su
parte de introducir una ley antisocialista de largo alcance a principios de la
década de 1890, la separación final entre el monarca y el estadista ocurrió
pronto. Guillermo II no estaba dispuesto a iniciar su reinado con una masacre al
por mayor de trabajadores industriales, y despidió a Bismarck en 1890.

Guillermo II designó entonces en su lugar a Leo von Caprivi, que


posteriormente fue sustituido por Chlodwig zu Hohenlohe-Schillingsfürst en
1894. Al designar a Caprivi y luego a Hohenlohe, Guillermo II se embarcaba en
lo que se conoce como «el nuevo curso», por medio del cual esperaba ejercer
una decisiva influencia en el gobierno del imperio. Los historiadores debaten
acerca del grado de éxito que tuvo Guillermo II al implantar el «gobierno
personal» en su época. Pero queda clara la diferencia que existía entre la
corona y el canciller en el período de Guillermo II. Estos cancilleres eran
servidores civiles veteranos, no eran hombres de estado, políticos, como
Bismarck lo fue. Guillermo II quiso evitar el resurgimiento de Bismarck, el
«Canciller de Hierro», a quien había llegado a detestar, llamándolo «viejo
grosero y aguafiestas». Bismarck jamás había permitido a ningún ministro ver
en persona al emperador sin estar él presente, manteniendo así su influencia y
su poder político. Después de su retiro forzado, hasta el día de su muerte,
Bismarck se convirtió en un duro crítico de las políticas de Guillermo II, pero sin
el apoyo del árbitro supremo de todas las designaciones políticas (el
emperador), había poca oportunidad para que el viejo canciller pudiera ejercer
alguna influencia.

Lo que sí logró Bismarck fue la creación del «Mito Bismarck». Esta visión (que
algunos dirían que fue confirmada por sucesos posteriores) sostenía que con el
despido de Bismarck, Guillermo II había deshecho cualquier posibilidad de que
Alemania tuviera un gobierno estable y efectivo. Desde este punto de vista, el
«nuevo curso» de Guillermo II se caracterizó por el descontrol del gobierno
alemán, eventualmente conduciendo a la nación por una serie de crisis hasta
los horrores de las dos guerras mundiales. Pero en realidad, Guillermo II estuvo
probablemente en lo correcto al despedir a Bismarck, un hombre cuyas
habilidades políticas estaban disminuyendo y que se había vuelto
peligrosamente hostil con los elementos socialistas dentro del Reich.

Otro de los aspectos que jugaron en forma gravitante en la política exterior


durante aquellos años fue la gran influencia que ejerció sobre el zar Nicolás II
de Rusia, manipulando astutamente en beneficio de los intereses alemanes,
con consecuencias nefastas que acabarían por desencadenar la guerra entre
Rusia y Japón en 1905, y posteriormente cuando brindó apoyo al Imperio
austrohúngaro, desencadenó la Primera Guerra Mundial al obligar a movilizar a
Rusia en defensa de los eslavos de Serbia.

Vida social y política entre 1900 y 1914[editar]

Guillermo II junto al rey Haakon VII de Noruega

Tras el despido de Hohenlohe en 1900, Guillermo II designó canciller al hombre


a quien llamaba «su propio Bismarck», el príncipe Bernhard von Bülow.
Guillermo II esperaba encontrar en Bülow un hombre que combinara la
habilidad del Canciller de Hierro con el respeto a los deseos del káiser, lo que
permitiría al Imperio ser gobernado como creyera conveniente. Guillermo II ya
había notado el enorme potencial de Bülow, y muchos historiadores piensan
que su designación como canciller no fue más que la conclusión de un largo
período de «arreglos». Sin embargo, durante la década siguiente, Guillermo se
desilusionó de su decisión, y en vista de la oposición de Bülow sobre el
«Asunto del Daily Telegraph» de 1908 y otros más, el káiser despidió a Bülow y
designó en su lugar a Theobald von Bethmann-Hollweg en 1909.

Bethmann era un burócrata de profesión, y con cuya familia había vivido


Guillermo II cuando era joven. El káiser llegó a sentir un gran respeto por
Bethmann-Hollweg, pero a pesar de eso, no estuvo de acuerdo con ciertas
políticas de Bethmann, tales como sus intentos de reformar las leyes
electorales prusianas.

La participación de Guillermo II en la esfera doméstica estuvo más limitada a


principios del siglo XX que lo que había estado a comienzos de su reinado. Esto
se debió, en parte, a la designación de Bülow y Bethmann (hombres de mucho
más carácter que los primeros cancilleres de Guillermo II), pero también se
debió a su creciente interés por los asuntos exteriores.

Política exterior entre 1888 y 1914[editar]

Retrato de Guillermo II por Vilma Lwoff-Parlaghy, 1895

La política exterior ale

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