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La Literatura Medieval

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INTRODUCCION

La literatura, como toda obra de arte, tiene una dimensión social. Literatura y sociedad

mantienen una relación de mutua influencia: por un lado, el escritor reacciona ante el sistema de

creencias, inquietudes y valores de la sociedad de su tiempo aceptándolos o rechazándolos; por

otro lado, sucede a la inversa, el autor le plantea a la sociedad problemas y soluciones, unos

comportamientos e ideales, que ésta no ha engendrado.

Desde la literatura oral, reflejo de la sociedad medieval y de su mentalidad, en que era la

temática religiosa la dominante, lo que no sorprende en una época en la que los estudios más

frecuentes eran de orden teológico y el clero católico era el centro de la vida intelectual.

La historia de la literatura se caracteriza por estar constantemente en renovación y esto se ha

dado con mayor fuerza a partir del siglo XX, donde se han experimentado cambios potentes en la

sociedad la cultura y la visión política.


1. LA LITERATURA MEDIEVAL

1.1 ANTECEDENTES

Como antecedentes de la literatura medieval se pueden citar:

 La caída de Roma que representaba el centro político del Imperio.

 El latín era una lengua que provenía del Imperio Romano y se mantuvo en el inicio de la

Edad Media.

 El derecho romano prevalecía para marcar las pautas de orden social.

 La Iglesia cristiana actuaba como organización tradicional.

 Existía una minoría culta y aristocrática.

 Los reinos romano-germánicos son apoyados por Carlo Magno.

 Carlo Magno crea un imperio conquistado por las armas.

 La figura del guerrero fue sustituida por la del caballero.

 La llegada de la guerra santa anunciada por el profeta Mahoma, la cual motiva al pueblo

musulmán a la conquista de pueblos europeos.

1.2 CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL

La Edad Media se inicia con la caída de Imperio romano, en el año 476 d. C., y finaliza

en el siglo XV, en 1492, fecha en la que ocurren varios acontecimientos históricos relevantes

como el final de la Reconquista con la toma de Granada, el descubrimiento de América por

Colón. El reinado de los Reyes Católicos que se inicia en 1469 puso la piedra que acabará con

este largo período de continuas guerras. la unificación de los reinos cristianos fue un gran logro

y propició la paz.
La Edad Media fue una época teocéntrica, Dios era el centro del mundo e impregnaba

todo, por lo que la Iglesia tenía un gran poder. La cultura estaba en manos de la Iglesia y los

monasterios eran verdaderos centros culturales. La figura del monje amanuense en el scriptorium

copiando un códice es una imagen que explica su poder cultural, sólo unos pocos tenían acceso a

la cultura, la mayoría de la población era analfabeta.

La sociedad medieval era una sociedad estamental, una sociedad organizada en grupos

cerrados y determinados por el nacimiento. El poder residía en el rey, en la nobleza y en el clero,

son los privilegiados. El pueblo estaba formado por hombres libres y siervos y su función era

trabajar y no tenían privilegios.

A partir del siglo XIII la sociedad comienza a cambiar, aparecen los primeros núcleos

urbanos llamados burgos y sus habitantes son los llamados burgueses, hombres dedicados al

comercio y a diferentes actividades artesanales que empiezan a organizarse y a agruparse en

gremios. La nobleza pierde su función guerrera y se hace cortesana y más culta.

Poco a poco la mentalidad del hombre medieval va a ir cambiando y la vida comienza a

valorarse y a considerar que merece la pena vivir y disfrutar de los placeres terrenales. El siglo

XV es un siglo de transición a la Edad Moderna y en él conviven los rasgos medievales y los ya

propios de la llamada época renacentista.

La Edad Media tiene además un sistema político peculiar: el feudalismo. Feudo, señor,

vasallo, vasallaje son términos que explican este sistema político y que van a traspasarlo todo.

En esta época todo giraba en torno a la religión: el arte, la cultura, la música, etc. Todos los

procesos políticos, económicos, artísticos, culturales y geográficos eran aludidos a Dios e

igualmente a la Iglesia. A ella se le consultaba todo ya que solo la Iglesia era capaz de interpretar y

enseñar la Biblia.
En lo político la Iglesia decía u opinaba, pero los reyes y nobles por lo general le hacían

caso. En lo económico la iglesia desarrollo y mantuvo grandes cantidades de dinero. Ya que la

iglesia preservo su tradición cultural y con ella el latín, era el único organismo capaz de ofrecer

una educación formal.

Al principio las únicas escuelas que existían estaban en los monasterios, luego en las

bibliotecas de las catedrales y luego se fundan las primeras universidades. Aunque en este tiempo

las lenguas romances ya se usaban, el latín seguía siendo el idioma de los estudios ya que este era

el idioma que usaba la iglesia católica.

La sociedad medieval era una sociedad feudal caracterizada por: una clara división

estamental (nobleza, clero y pueblo llano) con fuertes relaciones de dependencia; unas duras

condiciones de vida y una economía de subsistencia y; por la convivencia pacífica- durante

siglos- de distintas comunidades (judíos, moros y cristianos). Esta diversidad cultural hace

posible una mezcla de tendencias que tiene dos agentes transmisores:

Juglar Clérigo

Que, errante por castillos y pueblos, realiza una Que, conocedor de saberes clásicos y

función informativa y lúdica, ganándose la vida eclesiásticos, realiza una función

con un arte oral y espontáneo (Mester de didáctica y moralizante, con maestría

Juglaría) artística (Mester de Clerecía)

El hombre de la Edad Media, analfabeto e inseguro de sí mismo, adopta una concepción

basada en los siguientes planteamientos:

- Dios es el poder sobrenatural que rige el destino del universo (Teocentrismo)


- El mundo es un lugar de tránsito, en el que estamos de paso, y la muerte es la liberación, la

puerta a la eternidad.

La historia medieval puede dividirse en tres etapas, en las cuales la literatura tuvo su

participación. Estas son:

 La alta Edad Media: En este período, la literatura es escrita en latín. Este es el idioma

que se había manejado en los territorios del imperio romano y que permanecía activo en

la Edad Media hasta que fue sustituido por la aparición de las lenguas romances y Anglo-

sajonas.

 La plana Edad Media: Esta época se desarrolla durante los siglos XI y XIII. En este

tiempo de desarrollan las lenguas romances y anglo-sajonas, la épica y la poesía con

narraciones de hechos heroicos y amoroso.

 La baja Edad Media o Prerrenacentista: Se desarrolla entre los siglos XIV y XV. En

esta etapa se desarrollan grandes cambios sociales. En el campo de la literatura nace la

novela de caballería y el teatro profano.

1.3 TEMAS

Los temas de la literatura medieval eran de dos tipos, los escritos religiosos y los escritos

laicos.

Los escritos religiosos eran conocidos como Mester de Clerecía y contenían textos

centrados en Dios y los valores de la iglesia católica.


Los escritos laicos también eran llamados Mester de Juglaría y no fueron tan abundantes

como los religiosos, pero formaban parte de la literatura de esta época y que estos contaban

historias de caballería y de amor.

1.4 GENEROS

Los géneros literarios utilizados en la literatura medieval fueron la épica, la lírica, la

narrativa y el teatro.

 La épica podía ser popular representada por los cantares de gesta o culta relacionada a

epopeya.

 La lírica podía ser culta o popular. Por el lado popular podemos citar los villancicos, las

canticas de amigos y las Jarchas.

 La narrativa fue un movimiento que se sirvió para el desarrollo de la novela y del

cuento.

 El teatro también estaba enfocado a sus dos tipos de público el culto y el popular. El

teatro culto estaba relacionado con temas religiosos y el popular con los cantares

juglarescos.

1.4.1 La épica. La épica medieval es un género compuesto en verso de carácter narrativo, cuyo

objeto es la exposición de los sucesos históricos, narrados desde una perspectiva ficcional. Los primeros

textos épicos hispánicos fijados por escrito datan de finales del siglo XI y principios del siglo XII.
El argumento de la épica se desarrolla con la existencia de determinadas circunstancias que

afectan a la concepción de la humanidad y del honor. La narración gira en torno a la actividad de

unos héroes cuya única meta es recuperar el honor, tras alguna afrenta, con las más nobles

acciones y arriesgados esfuerzos.

Ya que es un género que se consolida a través de un largo proceso oral, las variantes son una

constante de la poesía épica y sólo desaparecen cuando el texto es fijado por escrito. En este

sentido, se puede señalar que el lenguaje de la poesía heroica está condicionado de manera muy

directa por la improvisación: el elemento más característico son las fórmulas que se utilizan con

gran frecuencia.

En primer lugar, la épica es poesía, pues se expresa en verso. Casi nunca el verso está

organizado en estrofas, sino que se constituye por la sucesión de un número indefinido de

componentes, generalmente de tipo único: son lo que en los cantares de gesta románicos se

denominan tiradas, series o laisses, con versos que oscilan entre el dodecasílabo y las dieciséis

sílabas en la épica castellana. Normalmente, la tirada constituye una unidad temática o de

acción, funcionando como elemento que da cohesión a la estructura interna del cantar.

En los cantares de gesta franceses más antiguos y en todos los castellanos, la rima es

asonante, es decir que riman las vocales y no las consonantes después de la última acentuada.

Los cantares castellanos se caracterizan por el anisosilabismo, es decir la desigualdad en el

número de sílabas de los versos que componen el poema. Es también rasgo principal de la

epopeya castellana el uso de la –e paragógica.

Uno de los procedimientos expresivos de las gestas es el uso de adjetivos que convierte en

arquetipo al personaje que lo lleva, como en el Mio Cid: “Martín Antolínez, el burgalés de pro”,

“Galin Garcíaz, el bueno de Aragón”, “don Jerome, coronado leal”, entre otros. También es
propia de épica, la enfatización del sustantivo mediante giros que realzan su autonomía

sintáctica: de esta forma, como sucede en los Infantes de Lara, en vez de decir “su casa de

Vilvestre” se recurre al sintagma “Vilvestre su casa”.

1.4.2 La lírica.

Lirica popular: La lírica popular medieval comprende una variada tradición de

composiciones propias del acervo popular, predominantemente rural, utilizadas preferentemente

durante el trabajo y las fiestas, por lo que, a menudo, eran canciones asociadas al baile (también,

hay canciones de camino, rimas infantiles, etc.). Así, pues, considerados como textos puestos por

escrito, hay que tener en cuenta que bajo tal versión aparecen como textos poéticos aislados de

su primitiva unidad artística, que reunía letra y música.

La lírica popular castellana comparte una serie de elementos que resulta una constante en la

expresión literaria de diferentes tradiciones europeas, de ahí, por ejemplo, que muchos de sus

textos recuerden a las cantigas de amigo gallegoportuguesas.

Los contenidos, casi siempre vinculados al amor (la muerte por amor, la pena por la

separación, etc.), se centran en motivos tales como la descripción de la mujer (por ejemplo,

fijándose en sus cabellos, muchas veces símbolo de virginidad), las localizaciones en ámbitos

naturales donde hay agua (que simboliza la cita amorosa y el erotismo) o flores (también de

simbología sexual), o con la presencia del aire o el viento, símbolos de la comunicación

amorosa.

En muchas ocasiones, la voz lírica es una voz femenina, que lamenta ante un confidente

(generalmente la madre, la hermana, la amiga o la naturaleza) la distancia respecto al ser amado

por motivos que abarcan la ausencia, la pérdida o el duelo.


Estilísticamente, la expresión es sencilla y elemental, reflejando una actitud emocional

ingenua y misteriosamente irracional; hay una ausencia casi total de metáforas, prefiriéndose las

imágenes visuales que denotan impresiones directas de una realidad exterior frecuentemente

subjetivizada y cargada de un simbolismo ancestral; por último, la expresión de los sentimientos

amorosos se realiza de forma abierta, patética, con énfasis y de forma reiterada.

Lírica culta: La llamada lírica culta castellana es la poesía elaborada en las cortes de los

reyes medievales Juan II de Castilla, Enrique IV de Castilla y Reyes Católicos por parte de los

caballeros que vivían en ellas (reyes, políticos, magnates...) y que nos ha llegado a través de

los cancioneros del siglo XV. Se extiende a lo largo de siglo y medio, desde los primeros poemas

del Cancionero de Baena (h. 1370), hasta la segunda edición del Cancionero geral (1516)

de García de Resende. Se la puede considerar como "la más impresionante muestra de poesía

cortesana de toda la Europa medieval. Los grandes poetas cultos castellanos de esta época

fueron Pero López de Ayala, el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.

Las características más sobresalientes de la lírica culta castellana son herencia de la lírica

gallegoportuguesa: fundamentalmente, la terminología métrica y la concepción del amor

cortés (en la que el goig o alegría del amor provenzal ha sido sustituido por la coita o pena).

Se trata de una poesía esencialmente social, y no tan subjetiva, íntima, como la

tradicional. Esta función social se ejemplifica en los diversos temas tratados: la política,

la moral, la filosofía, la teología, el amor cortés, etc. A diferencia de lo que ocurría en la lírica

tradicional, la lírica culta ya no asocia de forma radical la letra y la música; así, aparecen las

primeras composiciones líricas destinadas solo a la lectura y no al canto, con lo que la

composición hubo de responder a otras necesidades y objetivos: posibilidad de mayor extensión,


búsqueda de nuevos niveles de significación con la alegoría, fijación de géneros (canciones y

villancicos), etc.

Esta poesía suele recogerse en libros de poemas llamados habitualmente cancioneros.

Destacan tres:

 El Cancionero de Baena: Recopilado hacia mediados del siglo XV para el rey Juan II de

Castilla.

 El Cancionero de Estúñiga: Copiado en Italia, en la Corte de Nápoles; incluye poemas

de Juan de Mena o Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana.

 El Cancionero General: Recopilado por Hernando del Castillo en Valencia, donde hay

poesías de Fernán Pérez de Guzmán, Jorge Manrique, Florencia Pinar, acaso la primera

poetisa española, y los citados más arriba, Juan de Mena e Íñigo López de Mendoza.

1.4.3 La narrativa. La prosa en castellano se inició con los géneros de carácter didáctico o

moralizante. La prosa de ficción en castellano surgió a mediados del siglo XIII, aunque en

aquellos momentos se trataba de obras cuyos modelos remontaban al mundo oriental, aunque no

siempre.

Se trata de colecciones de cuentos o recopilaciones de exempla como el Calila y Dimna (la

primera colección vernácula, basada en una colección hindú de fábulas animales) y el Libro de

los engaños e los asayamientos de las mugeres, conocido como Sendebar (cuyo título original

pudo haber sido Los assayamientos de las mugeres).

Luego, tras la época de Alfonso X, la prosa, beneficiándose del prestigio adquirido en las

obras sobre todo historiográficas, empezará a aparecer como herramienta para componer
novelas. De esta manera, las obras novelísticas de la Edad Media son transformaciones de la

historiografía, como lo demuestra el hecho de que sus primeras muestras sean adaptaciones

libres de temas procedentes de la antigüedad considerados históricos.

Así, pues, al principio, los personajes son siempre individuos de dignidad regia o similar,

abriéndose paulatinamente a otros sectores sociales, pero siempre mostrando preferencia por

personajes con rasgos atractivos. Consecuentemente, la novela caballeresca se convierte en el

género narrativo más abundante de la Edad Media.

El aumento de la presencia de los episodios amorosos en las novelas de caballerías dio

como resultado la aparición, entre mediados del siglo XV y 1548, del género de la ficción

sentimental. Aun teniendo como fondo relatos propiamente caballerescos, el ambiente ahora es

el mismo que se refleja en la poesía cancioneril: la vida cortesana. Las tramas suelen ser dobles,

y se centran en la separación de los amantes; abundan en estas novelas los recursos tendentes a

conferir verosimilitud a lo narrado, especialmente el autobiografismo y el uso del discurso

directo de los personajes (cartas, intervenciones...). Todos estos rasgos se encuentran fijados en

la novela de Juan Rodríguez del Padrón, Siervo libre de amor, y en la obra maestra del

género, Cárcel de amor (h. 1488), de Diego de San Pedro.

1.4.4 El teatro. El teatro medieval castellano cuenta con testimonios confusos, escasos e

irregulares, hasta el punto de haberse puesto en duda su existencia hasta finales del siglo XV.

1. De la segunda mitad del siglo XII se considera el primer ejemplo de teatro castellano. Es

el Auto de los Reyes Magos, procedente de la catedral de Toledo. La lengua del

fragmento desconcierta y apunta a una posible fuente francesa.


2. Es probable que en la Península se hayan perdido más textos de representaciones

teatrales que de otros géneros literarios. Algunas leyes de Alfonso X o normas

de sínodos eclesiásticos apuntan a manifestaciones dramáticas imprecisas, realizadas por

juglares de diversa formación.

3. Hasta finales del siglo XV, no publicará sus representaciones quien se considera padre del

teatro castellano: Juan del Encina (1469-1529). La estructura de sus obras se irá

complicando a medida que va adquiriendo una mayor maestría en el género.

Fundamental —por lo que respecta al aprendizaje de nuevas técnicas— es su viaje a

Roma en 1499. Su última obra es la más ambiciosa fue la Égloga de Plácida y

Vitoriano.

Compañero, rival y admirador suyo sería el también salmantino Lucas Fernández (1474-

1542), cuya obra resulta difícil de fechar, aunque se supone realizada hacia 1500. La

edición de sus Farsas y églogas aparece en 1514 en Salamanca. Este autor parte de

presupuestos próximos a los de Juan del Encina, pero prolonga la extensión y el número

de personajes.

Posiblemente se hayan perdido muchos de los autos que se debieron representar a lo

largo del siglo XV. Un códice de la segunda mitad del siglo XVI, llamado Códice de Autos

Viejos conserva numerosas obras, representadas en muy diversos lugares de la Península,

que podrían ser reelaboraciones de estos textos medievales.

1.5 PRINCIPALES OBRAS

Beowulf: Es un poema heroico que apareció impreso después de 1815. Se conserva en un solo

manuscrito de alrededor del año 1000 d. C. Es considerado el mayor logro de la literatura inglesa
antigua y la primera épica vernácula europea. Se trata de eventos de principios del siglo VI y se

cree fue compuesto entre 700 y 750. Originalmente no tenía título, pero más tarde se le colocó

el nombre del héroe escandinavo Beowulf por sus hazañas y carácter. No hay evidencia de un

Beowulf histórico. Sin embargo, algunos personajes, sitios y eventos del poema pueden

verificarse históricamente.

La divina comedia: Escrito por Dante Alighieri en el siglo XIV, este poema italiano

describe su descenso al infierno, su ascenso al monte Purgatorio, el encuentro con su amada

Beatriz y, finalmente, su llegada al cielo. El texto es una alegoría a la redención humana.

Decamerón: El Decamerón se considera la obra maestra de Giovanni Boccaccio, y es el

ejemplo perfecto de la prosa de la literatura medieval italiana. Se escribió entre 1351 y 1353. Se

trata de cien historias contadas por diez jóvenes hombres y mujeres nobles en una villa rural

fuera de la ciudad de Florencia. Estos jóvenes buscan escapar de los estragos de la peste negra.

Los cuentos de Canterbury: Este texto se escribió entre 1387 y 1400. Esta obra de la

literatura medieval inglesa es única en su inclusión de personajes que son fieles a la vida y

representan todas las clases sociales del tiempo de su escritor, Geoffrey Chaucer.

El Cantar de Mio Cid: También llamado Poema de Mio Cid, este poema épico es de

mediados del siglo XII. Se considera uno de los grandes poemas épicos de la literatura medieval

y una de las obras maestras de la literatura española.

El poema habla de la caída del favor real y la eventual reivindicación del líder noble y

militar castellano del siglo XI, Rodrigo Díaz de Vivar (1043-1099), popularmente conocido

como el Cid, quien se convirtió en el héroe nacional de España.

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