Resumen de TEÓRICOS 3 Parcial PSICOANÁLISIS DELGADO
Resumen de TEÓRICOS 3 Parcial PSICOANÁLISIS DELGADO
Resumen de TEÓRICOS 3 Parcial PSICOANÁLISIS DELGADO
II
III
Los factores libidinosos congénitos son despertados por las vivencias y ligados a
ciertos complejos en el periodo de la infancia que abarca de los 2 a 4/5 años.
Las fantasías de paliza sólo aparecen hacia el fin de ese período o después de
él. En el transcurso de las fantasías de paliza el vínculo con la persona
fantaseadora, su objeto, contenido y significado cambia más de una vez.
IV
Si uno prosigue el análisis a través de esas épocas tempranas se ve que la niña
pequeña está fijada con ternura al padre, quien probablemente ha hecho todo
para ganar su amor, poniendo el germen de una actitud de odio y competencia
hacia la madre, que subiste junto a una corriente tierna y que puede volverse
cada vez más intensa y consciente a medida que pase el tiempo o motivar una
ligazón hipertrófica con aquella. La fantasía de paliza no se anuda a la relación
con la madre. Se aparta de los otros niños porque debe compartir con ellos el
amor de los padres.
Se comprende que ser azotado, aunque no haga mucho daño, significa una
destitución del amor y una humillación. Por eso es una representación
agradable que el padre azote a ese niño odiado. Esto quiere decir: El padre
no ama a ese otro niño, me ama sólo a mí.
La fantasía satisface los celos del niño y depende de su vida amorosa, pero
también recibe apoyo de sus intereses egoístas. Por esto es dudosos de que
se la pueda calificar puramente como sexual pero tampoco nos atrevemos a
llamarla sádica.
En esta prematura elección de objeto del amor incestuoso, la vida sexual del
niño alcanza evidentemente el estadio de la organización genital. Nunca
falta en el varón el deseo de tener hijos con la madre, y es constante en la
niña el de recibir un hijo del padre, aunque no tengan claro el camino que
hay que seguir para alcanzar esa meta. Ninguno de estos enamoramientos
escapa de la represión. Sucumben a ella por ocasiones externas que
provocan afrentas inesperadas. Tales ocasionamientos no son las causas
eficientes, sino que estos vínculos amorosos están destinados a sepultarse.
De manera simultanea al proceso represivo aparee una conciencia de culpa
anudada a los deseos incestuosos.
La fantasía de la época del amor incestuoso había dicho: El (el padre) me ama
sólo a mí, no al otro niño, pues a este le pega. La conciencia de culpa halla un
castigo más duro: No, no te ama a ti, pues te pega. Entonces la fantasía de la
segunda fase, la de ser uno mismo azotado por el padre, pasaría a ser la
expresión directa de la conciencia de culpa ante la cual ahora sucumbe al amor
del padre. Así pues, la fantasía ha devenido masoquista. En todos los casos es la
conciencia de culpa el factor que trasmuda el sadismo en masoquismo. Pero no
es este el contenido íntegro del masoquismo. La conciencia de culpa no puede
haber conquistado sola la pelea, la moción de amor tiene que haber tenido su
parte de ello. En estos niños se ve facilitado un retroceso a la organización
pregenital sádico-anal de la vida sexual. Cuando la represión afecta la
organización genital recién alcanzada, no es la única consecuencia que toda
subrogación psíquica del amor incestuoso devenga o permanezca inconsciente,
sino que se agrega otra: la organización genital misma experimenta un
rebajamiento regresivo. El padre me ama se entendía en el sentido genital, por
medio de la regresión se muda en El padre me pega (soy azotado por el padre).
Este ser-azotado es una conjunción de conciencia de culpa y erotismo, no es
sólo el castigo por la
Teórico Psa
VI
Capítulo 2
Los sueños son la vía más confiable para explorar los procesos anímicos
profundos. La vida onírica de la neurosis traumática muestra este carácter:
reconduce al enfermo una y otra vez, a la situación de su accidente, de la
cual despierta con renovado terror. El enfermo está fijado psíquicamente al
trauma. Estas fijaciones se conocen por la histeria. El histérico padece por
las reminiscencias. También en la neurosis de guerra se explicaron síntomas
motores por una fijación al trauma.
Sin embargo, no se sabe si los enfermos de neurosis traumáticas frecuentan
mucho en la vigilia el recuerdo de su accidente, más bien se esforzarían por
no pensar en él. Se desconoce la naturaleza del sueño cuando se admite
que este los traslada a la situación patógena. Sería más propio que el sueño
presente al enfermo imágenes del tiempo en que estaba sano, por lo tanto,
no se puede afirmar en estos enfermos la tendencia del sueño como
cumplimiento del deseo. Se podría sostener que en este estado la función
del sueño resultó afectada y desviada de su fin o se podría pensar en las
enigmáticas tendencias masoquistas del yo.
El niño no llora cuando su madre lo deja por horas, a pesar de que sentía
ternura por ella. Tiene el hábito de arrojar lejos de si todos los objetos
pequeños que estaban a su alcance. Al hacerlo decía, con expresión de
interés y satisfacción, un fuerte y prolongado “o-o-o-o”, que significaba
“fort” (se fue). El niño jugaba a que sus juguetes se iban. Un día, tenía un
carretel de madera atado con un hilo. No jugó a arrastrarlo tras sí por el piso
como si fuera un carrito, sino que arrojaba el carretel, tras la baranda de su
cuna. El carretel desaparecía ahí dentro, el niño pronunciaba su significativo
“o-o-o-o”, y después, tirando del hilo, volvía sacar el carretel de la cuna,
saludando ahora su aparición con un “Da” (acá está). El juego consistía en
desaparecer y volver y el mayor placer se encontraba en el segundo acto.
Se interpreta que el niño renuncia a la satisfacción pulsional de admitir sin
protesta la partida de la madre. Se resarcía con los objetos a su alcance, ese
desaparecer y regresar. Es imposible que la partida de la madre le resultaba
agradable o indiferente ¿Como se concilia el PP con que el niño repita esta
vivencia penosa como si fuera un juego? El primer acto de la partida era
escenificado por si solo y con frecuencia mayor que el juego entero. En la
vivencia era pasivo, era afectado por ella, ahora se pone en un papel activo
repitiéndola como juego, a pesar de que fue displacentera. Puede atribuirse
esto a una pulsión de apoderamiento que actúa con independencia de que
el recuerdo sea placentero o no. Una interpretación alternativa es que el
acto de arrojar el objeto para que se vaya es la satisfacción de un impulso,
sofocado por el niño en su conducta de vengarse de la madre.
Un año después, el niño arroja un juguete diciéndole “vete a la guerra”. Por
entonces su padre estaba ausente por la guerra. No lo extrañaba, sino que
mostraba no querer que lo molesten en su posesión exclusiva de la madre.
Si el esfuerzo de procesar psíquicamente algo impresionante repitió en el
juego una impresión desagradable, se debió únicamente a que la repetición
iba conectada a una ganancia de placer de otra índole, pero directa.
Los niños repiten en el juego todo lo que les ha impresionado mucho en la
vida; de ese modo abreaccionan la intensidad de la impresión y se adueñan
de la situación.
Capítulo 3
Al comienzo del psicoanálisis, el medico tenía la aspiración de colegir,
reconstruir y comunicar en el momento oportuno lo inconsciente para el
enfermo, el Psa era un arte de interpretación. Pero la tarea terapéutica no se
solucionaba así por lo que se planteó instar al enfermo a corroborar la
construcción por medio de su recuerdo. Debido a esto, el énfasis recayó en las
resistencias del
Teórico Psa
Capítulo 4
Freud especula que la conciencia no es un carácter universal de los procesos
anímicos sino solo una función particular de ellos. La conciencia es la operación
de un sistema particular, al que llama Cc. Puesto que la conciencia brinda
percepciones de excitaciones que vienen del mundo exterior, y sensaciones de
placer y displacer que sólo pueden originarse en el interior del aparato
Teórico Psa
anímico, es posible atribuir al sistema P-Cc una posición espacial. Tiene que
encontrarse en la frontera entre lo exterior y lo interior, vuelto hacia el
mundo exterior y envolver a los otros sistemas psíquicos.
El estrato contiguo, que más tarde será el sistema Cc, tiene que estar
diferenciado como órgano para la recepción de estímulos externos, pero
también recibe excitaciones desde adentro. Hacia afuera hay una protección
antiestímulo, pero hacia adentro es imposible, y las excitaciones de los
estratos más profundos se propagan hasta el sistema de manera directa y
en medida no reducida, y ciertos caracteres de su decurso producen la serie
de las sensaciones de placer y displacer. Esto determina dos cosas: (1) la
prevalencia de las sensaciones de placer y displacer sobre todos los
estímulos externos, (2) cierta orientación de la conducta respecto de las
excitaciones internas que produzcan una multiplicación de displacer
demasiado grande. Se tenderá a tratarlas como si no obrasen desde
adentro, sino desde afuera, para poder aplicarles el medio defensivo de la
protección antiestímulo. Este es el origen de la proyección, a la que le está
reservado un papel importante en la causación de procesos patológicos.
Capítulo 5
La falta de la protección antiestímulo tiene como consecuencia que las
transferencias de estímulos adquieran la mayor importancia económica y
den lugar a perturbaciones económicas equiparables a las neurosis
traumáticas.
Las fuentes más eficaces de esa excitación interna son las pulsiones del
organismo
Teórico Psa
muerte. Estos rodeos para llegar a la muerte son retenidos en por las pulsiones
conservadores. Tras los fenómenos vitales se encuentras grupos de pulsiones:
las pulsiones de autoconservación están en oposición con el presupuesto de
que la vida pulsional sirve para provocar la muerte. Así la importancia teórica
de las PA de poder y de ser reconocido, cae por tierra, son pulsiones parciales,
destinadas a asegurar el camino hacia la muerte y a alejar otras posibilidades
de regreso a lo inorgánico que no sean las inmanentes. El organismo sólo quiere
morir a su manera.
Surge la paradoja de que el organismo vivo lucha con mucha energía contra
influencias que podrían ayudarlo a alcanzar su meta vital de manera rápida.
Sin embargo, esta es la conducta es característica de lo pulsional a
diferencia de lo inteligente.
Capítulo 6
libidinosas (yoicas y de objeto) y otras que están en el interior del yo, las
pulsiones de destrucción.
La oposición es entre las pulsiones de vida y las pulsiones de muerte.
Capítulo 7
Una de las más tempranas funciones del aparato anímico es la de ligar las
mociones pulsionales que le llegan, sustituir el proceso primario por el
proceso secundario, trasmudar su energía de investidura libre en
investidura quieta. La trasposición acontece al servicio del PP, la ligazón es
un acto preparatorio que introduce y asegura el imperio del PP. Este
principio está al servicio de hacer que el aparato anímico quede exento de
excitación, o la de mantener constante, o en el nivel mínimo posible, el
monto de excitación. La ligazón de la moción pulsional sería una función
preparatoria destinada a acomodar la excitación para luego tramitarla
definitivamente en el placer de descarga. Los procesos no ligados
(primarios) provocan sensaciones más intensas que los ligados. Y como los
procesos primarios son los más tempranos si el PP no actuase ya en ellos,
nunca habría podido instaurase para los posteriores. El afán de placer se
exterioriza al comienzo de la vida anímica con mayor intensidad, pero no
tan irrestrictamente, se ve forzado a admitir frecuentes rupturas. En
periodos posteriores el PP está más asegurado. Aquello que en el proceso
excitatorio hace nacer las sensaciones de placer y displacer tiene que estar
presente en el proceso secundario lo mismo que en el primario.
EL YO Y EL ELLO (1923)
En la vida anímica hay una energía desplazable que puede agregarse a una
moción erótica o destructiva cualitativamente diferenciadas y aumentar su
investidura. La energía activa tanto el yo como el ello, proviene del acopio
libidinal narcisista y es, por lo tanto, Eros desexualizado. Las pulsiones
eróticas nos parecen más plásticas, desviables y desplazables que las
pulsiones de destrucción. Esta libido desplazada trabaja al servicio del PP a
fin de evitar estasis y facilitar descarga. Es indiferente el camino de la
descarga siempre y cuando suceda, este rasgo es característico de los
procesos de investidura en el ello. Se lo encuentra cuando en las
investiduras eróticas cuando se desarrolla una indiferencia en relación con el
objeto y en el análisis a raíz de las transferencias.
Teórico Psa
Descender de las primeras investiduras de objeto del ello, y por lo tanto del
complejo de Edipo, significa para el SY algo más todavía. Lo pone en
relación con las adquisiciones filogenéticas del ello y lo convierte en
reencarnación de anteriores formaciones yoicas, que han dejado sus
sedimentos en el ello. Por eso el SY mantiene duradera afinidad con el ello,
y puede subrogarlo frente al yo. Se sumerge en el ello, por lo que está más
distanciado de la CC que el yo.
afuera más severo y más agresivo se torna en su ideal del yo. Es como un
descentramiento, una vuelta hacia el propio yo. La moral normal, ordinaria,
tiene el carácter de dura restricción, de prohibición cruel. Y de ahí proviene,
la concepción de un ser superior inexorable en el castigo.
Hay dos caminos por los cuales el contenido del ello puede penetrar en el
yo. Uno es directo, el otro pasa a través del ideal del yo.
ello a las reprimendas de la realidad, disimula los conflictos del ello con la
realidad, y si es posible también con los conflictos con el SY.
¿Que se oculta tras la angustia del yo frente al SY? Del ser superior que
devino ideal del yo pendió una vez la amenaza de castración, y esta
angustia de castración es probablemente el núcleo en torno del cual se
depositó la posterior angustia de la cc moral; ella es la que se continua
como angustia de la CC moral.
El ello no tiene ningún medio para testimoniar amor u odio al yo. Eros y
pulsión de muerte luchan en el ello.
Teórico Psa
Capítulo 1
Síntoma e inhibición: no crecen el mismo suelo
Inhibición
indaga las diferentes funciones del yo para averiguar las formas en que se
exterioriza su perturbación debido a cada una de las afecciones neuróticas.
1)La función sexual
Capítulo 2
Teórico Psa
Síntoma
● indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada
● resultado del proceso represivo.
La represión parte del yo, quien, por encargo del superyó, no quiere acatar
una investidura pulsional incitada en el ello.
Mediante la represión, el yo coarta el devenir consciente de la
representación que portaba la moción desagradable. Y se conserva como
formación inconsciente.
Cuál es el destino de la moción pulsional que se activa en el ello y tiene como
meta la satisfacción
Respuesta indirecta: por la represión el placer de satisfacción se muda en
displacer
Como una satisfacción pulsional tiene por resultado un displacer
Capítulo 3
Problema del yo: endeblez vs fuerza del yo respecto del ello
La aparente contradicción se debe a que se toman rígidamente unas
abstracciones y se destacan por separado lo que son un estado de cosas
complejo
La separación del yo respecto del ello está justificada por determinadas
constelaciones que se imponen.
El yo es idéntico al ello
es un sector del ello diferenciado en particular.
Conceptualmente:
La endeblez se hace manifiesta si se contrapone ese sector al todo o si se
produjo una bipartición entre ambos
La fortaleza se hace manifiesta si el yo permanece ligado con el ello
Capítulo 8
Angustia
Objeción
Teoría anterior
La investidura sustraída por la represión es la que se descarga como angustia.
Tesis anterior
El yo es el genuino almacigo de la angustia.
Se sostiene: No hay motivos para atribuirle al SY una exteriorización de la
angustia.
Angustia del ello: La angustia es un estado afectivo que solo puede ser
registrado por el yo.
En la niña:
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Capítulo 11
Addenda
A. Modificación de opiniones anteriores
(a)Resistencia y
contrainvestidura
Represión
No es un proceso que se cumple de una vez, sino que
permanentemente está gastando energía. El yo es exigido por la
pulsión a mantener su acción defensiva.
Resistencia
Acción que se resguarda de la represión y se registra
en la terapia. Esta presupone una contrainvestidura en
la que se afirma el yo
NO
Por el dolor corporal se genera una investidura narcisista del lugar doliente
del cuerpo. La investidura aumenta cada vez más y ejerce sobre el yo un
efecto de vaciamiento.
La investidura de añoranza del objeto ausente crea las mismas condiciones
económicas que la investidura de dolor del lugar lastimado del cuerpo y
hace posible prescindir del condicionamiento periférico del dolor corporal.
El paso del dolor corporal al dolor anímico corresponde a la mudanza de
investidura narcisista en investidura de objeto.
La representación-objeto que recibe una investidura elevada desempeña el
mismo lugar que del cuerpo investido por el incremento del estímulo.
Duelo
Rank supone que la genuina fuente de las neurosis es el acto del nacimiento
porque conllevaba la posibilidad de que una fijación primordial a la madre
no se superara y continuara como represión primordial. Mediante el trámite
analítico de ese trauma primordial, Rank esperaba eliminar la neurosis de
manera que una piecita de trabajo analítico ahorrara todo el resto. Para esto
alcanzaría con unos pocos meses de trabajo.
Este intento fue concebido bajo el influjo de la oposición entre la miseria
europea de posguerra y la «prosperity» norteamericana, y estaba destinado
a ajustar el tiempo de la terapia analítica a la prisa de la vida
norteamericana.
El expediente inmediato sería proseguir la cura con otro analista, pero este
cambio implica una nueva pérdida de tiempo y una renuncia al rédito del
trabajo gastado. Tampoco se puede indicar con universalmente el momento
justo para la introducción de este violento recurso técnico; queda librado al
tacto. Un error será irreparable.
II
Hay que ponerse de acuerdo sobre lo que quiere decir final o término de un
análisis. En la el análisis termina cuando analista y paciente ya no se
encuentran en la sesión de trabajo analítico. Y esto ocurre cuando se
cumplen dos condiciones: (1) que el paciente ya no padezca a causa de sus
síntomas y haya superado sus angustias, así como sus inhibiciones, y (2),
que el analista juzgue haber hecho consciente en el enfermo tanto de lo
reprimido, esclarecido tanto de lo incomprensible, eliminado tanto de la
resistencia interior, que ya no quepa temer que se repitan los procesos
patológicos en cuestión.
Y si no se alcanza esta meta por dificultades externas, se hablará de un
análisis imperfecto y no de uno no terminado.
Todo analista trato algunos casos con este desenlace. Se logro eliminar la
perturbación neurótica preexistente, y ella no retorno ni ha sido sustituida
por ninguna otra. Pero en esto casos, el yo de los pacientes no estaba
alterado de manera notable y la etiología de la perturbación era traumática.
La etiología de todas las perturbaciones neuróticas es mixta, se trata de la
conjugación de dos factores, el constitucional y el accidental: se trata de
pulsiones hiperintensas, que no pueden ser
Teórico Psa
III
Objeción
IV