Dactilologia
Dactilologia
Dactilologia
Resumen
La adquisición de la lengua de signos, lenguaje natural de las personas sordas,
conlleva la distinción de diferentes aspectos de dicha lengua. En este artículo
se examinan las características lingüísticas más relevantes de la lengua de
signos: iconicidad y arbitrariedad y las condiciones de simetría y dominancia,
presentando ejemplos en Lenguaje de Signos Chileno. Se presentan estudios
sobre la adquisición de los primeros signos en bebés sordos, la evolución de
los parámetros formativos (configuración, movimiento, ubicación y orientación)
y la aparición de la dactilología.
Palabras clave: Signos, dactilología, adquisición, parámetros formativos.
Abstract
Sign language acquisition by deaf people implies the development of different
linguistic aspects. In this paper the most relevant linguistic characteristics of
sign language are discussed. These characteristics are iconicity, arbitrariness
and the conditions of symmetry and dominance. Examples in Chilean Sign
Language are also included. Studies on the acquisition of the first signs in the
deaf babies, the evolution of the parameters formational (configuration,
movement, location and orientation) and the appearance of the fingerspelling
are reviewed.
Key Words: Sign, fingerspelling, acquisition, parameters formational.
queirema
Desarrollo de la dactilología
La dactilología ha evolucionado hasta constituirse en parte del lenguaje signos
de las distintas comunidades de sordos del mundo. El alfabeto dactilológico es
un sistema de comunicación basado en el alfabeto latino, en el cual, cada letra
del alfabeto es representada manualmente por un movimiento de la mano único
y discreto. La dactilología hace posible reproducir las palabras del lenguaje oral
a través de la representación manual de cada una de las letras que la
constituyen. El alfabeto dactilológico es una invención de personas oyentes,
realizada con la finalidad de facilitar a los sordos el aprendizaje del lenguaje
oral. Hoy en día, en la mayoría de los países el deletreo manual está inmerso
en el lenguaje de signos de la comunidad de sordos. En la generalidad de los
casos se utiliza para expresar los nombres de lugares, de personas o para
referirse a un concepto nuevo que todavía no tiene signo. En otros casos, la
configuración de la mano puede llegar a modificarse para representar la
primera letra de la palabra en lenguaje oral con la que comparte el significado o
incorporar algunos aspectos del deletreo manual como una parte del signo
(Battison, 1978).
El uso de la dactilología por parte de los sujetos sordos se realiza
principalmente en dos casos. El primero, cuando se desea expresar nombres
propios y lugares (principalmente en la comunicación con personas oyentes) y
el segundo, cuando se requiere de nuevos conceptos para los cuales todavía
no existen signos convencionales. En este último caso, la dactilología se
convierte en una de las fuentes que emplea la comunidad sorda para la
creación de nuevos signos. La relación entre dactilología, lenguaje de signos y
lengua escrita se refleja en signos realizados a partir de la dactilología, que
además representan alguna letra de su forma escrita y por tanto entregan
información de tipo ortográfico. Estos signos se denominan loan sign o signos
prestados, y en LSE[4] han sido clasificados por Muñoz (1999) [5] como sigue:
I. El signo queda establecido como signo convencional dentro del léxico de la
lengua, sin perder ninguno de sus componentes. Por ejemplo: el signo COCA-
COLA se conforma de dos “C” articuladas en un espacio neutro delante del
signante.
II. El signo pierde algunos de sus componentes, pero mantiene el resto. Por
ejemplo: EUROPA que mantiene su queirema “E” y su lugar en el espacio
neutro, pero incorpora un movimiento circular a su articulación.
III. La palabra tras el proceso dactilológico, sufre una reestructuración,
sometiéndose a los procesos fonológicos que funcionan en la lengua de signos.
Normalmente convirtiéndose en signos con un solo articulador, mano
dominante en un lugar de articulación, con movimiento y orientación propios del
léxico signado establecido. Por ejemplo: para el signo RELIGIÓN (en LSCh) se
utiliza el queirema “R” pero, la ubicación (sobre el lugar del corazón) y el
movimiento (recto y hacia arriba) son propios del léxico establecido en LSCh.
IV. El signo formado a partir de la dactilología es sustituido por otro más
convencional. Por ejemplo: un signo que en un principio se articulaba con la
configuración de la mano con una determinada letra del alfabeto dactílico,
luego es sustituido por un signo que no procede de la dactilología.
V. El signo desaparece cuando deja de ser funcional en el sistema social de los
sordos (Rodríguez, 1992).
Deletrear dactílicamente una palabra involucra la ejecución rápida de una
secuencia de configuraciones de la mano, una por cada letra de la palabra que
será representada. En las familias de sordos, los niños pequeños son
expuestos tempranamente a la dactilología usada por sus padres y hermanos
mayores. Estos niños comienzan a usar la dactilología antes de ser capaces de
leer y escribir, e incluso antes de conocer las correspondencias entre
dactilología y escritura. La dactilología no es una representación del lenguaje
oral, excepto por la representación posterior en el lenguaje escrito. Aunque la
dactilología tiene una correspondencia uno a uno con cada letra del alfabeto,
ésta no es una representación idéntica de lo escrito, ya que la naturaleza de la
actividad dactílica (ejecutando la señal de la mano en secuencia) deniega la
capacidad del lector de examinar o explorar la página impresa.
En relación con la adquisición de la dactilología, Padden y Le Master (1985)
realizan un estudio con niños sordos pequeños, entre sus conclusiones señalan
que en términos de estructura la dactilología se diferencia de los signos en
varias formas. Primero, un signo de un lenguaje de signos usa una o dos
configuraciones de la mano distintas pero una palabra dactilografiada tiene
muchas configuraciones separadas que son como las letras en las palabras.
Segundo, mientras hay algunas configuraciones comunes al deletreo y los
signos, hay otras que aparecen raramente o no aparecen en las
configuraciones de la mano del sistema de signos, otras configuraciones
asoman sólo en un subset restringido del lenguaje de signos. Tercero, en los
signos el espacio de articulación se extiende desde lo más alto de la cabeza
hasta la cintura y entre los hombros delante del cuerpo. En cambio, la
dactilología está estrictamente restringida a una pequeña región frente al
cuerpo. En suma, mientras la orientación de la palma de la mano respecto al
cuerpo en un signo puede variar, la orientación en la dactilología es limitada.
Finalmente, comparando el rango de posibles movimientos en los signos, la
dactilología usa un subgrupo de movimientos más finamente ejecutados en
sucesiones rápidas.
En este estudio, las autoras además midieron el rango de frecuencia de ítems
léxicos[6] en distintos contextos. Registraron que en un segmento de una
conversación informal entre dos amigos sordos, de un contenido de 100
elementos léxicos, 3 eran dactilografiados. En un segundo segmento de un
contexto similar, de 115 elementos, 7 eran dactilografiados. Pero, en una
conversación entre dos signantes sordos y un signante oyente, de 139
elementos, 23 eran palabras dactilografiadas. Las autoras sugieren que este
aumento de la dactilología en el contexto de comunicación signada entre
sordos y oyentes refleja una mayor acomodación a la representación del
lenguaje oral. En este sentido, se ha observado que algunos padres sordos
usan la dactilología como una manera de enseñar la lengua oral del medio en
que se desenvuelven. Comienzan una instrucción explícita de la dactilología a
los 2 ó 3 años de edad enseñando nombres de objetos y frases comunes, con
la convicción de que la dactilología ayuda a desarrollar habilidades del lenguaje
escrito.
Como hemos indicado, los primeros signos aparecen aproximadamente a los 8
meses de vida, en cambio las primeras dactilologías aparecen en los niños
sordos alrededor de los 2 años. Esto puede explicarse debido a que las
propiedades estructurales de la dactilología son más complejas como sistema
que el vocabulario básico de los signos. Parte de esta complejidad puede estar
en los movimientos más finos requeridos para la dactilología y el grupo más
complejo de configuraciones de la mano, algunas de las cuales no aparecen en
el lenguaje de signos. Además la estructura global de la dactilología, su
linealidad y la disposición de las unidades unas respecto de otras también
difiere del lenguaje de signos.
Los estudios más relevantes respecto a la adquisición de dactilología en niños
sordos hijos de padres sordos son, hasta el momento, los realizados por
Padden y Le Master (1985), Maxwell (1988) y Blumenthal-Kelly (1995) de los
cuales hemos extraído las siguientes características comunes.
Aproximadamente a los 2 años, se producen las primeras letras
dactilografiadas. Los sordos comienzan a reconocer letras en los libros de
cuento, identifican la primera configuración de la mano con la primera letra de
la palabra. A partir de los 2 años, incrementan el uso de dactilología para
términos lexicalizados como BUS, TV, NO y OK. Las letras de su propio
nombre son las más significativas. Empiezan a imitar espontáneamente
algunas palabras dactilografiadas. A los 3 años y medio manipulan letras para
formar su nombre. Deletrean correctamente el alfabeto completo. Hacia el final
de los 3 años son capaces de corregir configuraciones de la mano incorrectas y
preguntan exhaustivamente por el signo cuando no entienden la dactilología.
Sobre los 4 años atienden a la ortografía del inglés, las ilustraciones de signos
y la vocalización de la palabra, haciendo un signo y deletreando la palabra o
viceversa. Pasados los 6 años son capaces de insertar palabras
dactilografiadas en oraciones signadas y preguntar por la dactilología, dando el
signo. También realizan dactilología para el nombre de sus amigos, comercios
y otras palabras. Usan la dactilología para aclarar algunos términos. A esta
edad, han adquirido el concepto de que el significado de cada signo puede ser
expresado a través de la dactilología convencional, y preguntan
frecuentemente por el deletreo.
Aprender a dactilografiar es más difícil que aprender lenguaje de signos. Los
niños sordos emprenden la actividad del deletreo dactílico alrededor de los 2
años, ordenan las configuraciones de la mano o queiremas en secuencias a la
edad de 3 años, y de esta forma, comienzan a darse cuenta de las
correspondencias entre dactilología y otros sistemas. En estos tres estudios se
demostró que los padres sordos exponen desde temprana edad a sus hijos
sordos u oyentes a la dactilología. Los niños que adquieren lenguaje de signos
también adquieren la habilidad para aprender y producir dactilología a una
edad muy temprana.
Actualmente, se cuenta con variadas investigaciones (Treiman y Hirsh-Pasek,
1983; Hirsh-Pasek 1987; Maxwell, 1988; Herrera, 2003) que relacionan el uso
sistemático de la dactilología con buenos niveles de comprensión del lenguaje
oral en su forma escrita. En este sentido, se ha planteado que el vínculo entre
lenguaje de signos y ortografía puede ser la dactilología. La dactilología permite
representar palabras con difícil traducción y obliga a un análisis más detenido
de las unidades que constituyen el lenguaje oral. Sin embargo, en el desarrollo
cognitivo, lingüístico y emocional de los sujetos sordos es la lengua de signos
la que les permite crear, desde la más tierna infancia, todo un universo de
imágenes y significados que les posibilita desplegar el pensamiento a través de
un lenguaje de modalidad visual-gestual. El estudio de las etapas que cursan
los niños sordos en la adquisición de la lengua de signos puede dar pistas para
la detección de dificultades específicas en la adquisición del lenguaje que van
más allá de la sordera.
Bibliografía
· Battison R. (1978). Lexical Borrowing in American Sign Language. Silver Spring: Linstock Press.
· Chamberlain, C., Morford, J. P., & R. Mayberry (Eds.) (2000) Acquisition of Language by Eyes. London:Lawrence Erlbaum
Associates.
· Fischer, S., & Siple, P. (1990). Theoretical Issues in Sign Language Research. Volume 1: Linguistics. Chicago: The University
Press.
· García Orza, J. (2002). Neuropsicología cognitiva de la lengua de signos: una piedra de toque para el estudio del lenguaje, la
visión, las emociones y el movimiento. Rev. de Psicol. Gral. y Apli., 55 (1), 89-104.
· Herrera, V. (2003). Desarrollo de habilidades lectoras en sujetos sordos signantes, a partir del uso de códigos dactílicos. Tesis
doctoral no publicada. Madrid: Universidad Complutense.
· Hildebrandt, U., & Corina, D. (2002). Phonological similarity in American Sign Language. Language and Cognitive Processes,
17 (6),593-612.
· Hirsh-Pasek, K. (1987). The metalinguistic of fingerspelling: An alternate way to increase reading vocabulary in congenitally
deaf readers. Reading research Quarterly, XXII (4), 455-473.
· Klima, E., & Bellugi, U. (1980). The Sign of Language. Harvard: University Press.
· Lou, R. M. & López, U. N. (Coord.). (1999) Bases Psicopedagógicas de la Educación Especial. Madrid: Pirámide.
· Marchesi, A. (1984) Gestos, signos y Palabras: comunicación y lenguaje en niños oyentes y sordos profundos, pp. 185- 197.
En J. Mayor, Actividad Humana y Procesos Cognitivos. Alambra: Universitaria.
· Masataka, N. (1996) Perception of motherese in a signed language by 6 month old deaf infants. Developmental Psychology,
32 (5),874-879.
· Muñoz, I. (1999) ¿Cómo se articula la lengua de signos española? Madrid: CNSE.
· Padden, C., & LeMaster, B. (1985). An alphabet on hand: the acquisition of fingerspelling in deaf children. Sign Language
Studies, 47,161-171.
· Padden, C., & Perlmutter, D. (1987). American sign language and the architecture of phonological theory. Natural Language
and Linguistic Theory, 5, 335-375.
· Petitto, L. A. (2000). The acquisition of natural signed languages: lessons in the nature of human language and its biological
foundation. En C. Chamberlain, J. P. Morford & R. Mayberry (Eds.), Acquisition of Language by Eyes. London: Lawrence
Erlbaum Associates.
· Petitto, L. A., & Marentette, P. (1991). Babbling in the manual mode: Evidence for the ontogeny of language. Science,
251, 1493-1496.
· Rodríguez, M. A (1992) El Lenguaje de Signos. Madrid: CNSE. Fundación ONCE.
· Siedlecki, T., & Bonvillian, J. (1993). Localitation, handshape and movement young children’s acquisition of the formational
aspect of American Sign Language. Sign Language Studies, 78, 31-52.
· Siedlecki, T., & Bonvillian, J. (1997). Young children’s acquisition of the handshape aspect of American Sign Language signs:
parental report findings. Applied Psycholinguistic, 18, 17 -39.
· Siedlecki, T., & Bonvillian, J. (1998). Young children’s acquisition of the movement aspect in American Sign Language:
parental report findings. Journal of Speech Language and Hearing Research, 41, 588- 602.
· Treiman, R., & Hirsh-Pasek, K. (1983). Silent reading: insights from second-generation deaf readers. Cognitive Psychology,
15, 39- 65.
· Wilbur, R. B (1979). American Sing Language and Sign System. Baltimore: University Press.
· Wilbur, R. B. (2000). The use of ASL to support the development of English and literacy. Journal of Deaf Studies and Deaf
Education, 5, 81-104.
[1] Me referiré a este tipo de lenguaje de manera genérica, con el fin de sistematizar las investigaciones provenientes del
estudio de los diferentes lenguajes de signos.
[2] Lenguaje de Signos Chileno.
[3] Las etapas de adquisición de los parámetros formativos aquí descritas, coinciden con los estudios llevados a cabo por Klima
y Bellugi (1980), Colin y colaboradores (2000) y más recientemente Hildebrandt y Corina (2002).
[4] Lenguaje de signos Español.
[5] En LSCh, no se han estudiado los loan sign o signos prestados, sin embargo gran parte de lo descrito en la literatura
española, norteamericana y canadiense coincide con lo observado en la LSCh. Los ejemplos dados por Muñoz (1999)
coinciden totalmente con la LSCh. No obstante, el ejemplo dado en el punto III ha sido adaptado.
[6] Fueron contados como ítems léxicos; signos, palabras dactilografiadas, construcciones morfológicas complejas,
clasificadores, gestos holofrásticos.