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Trabajo Segunda Guerra Mundial
Trabajo Segunda Guerra Mundial
Trabajo Segunda Guerra Mundial
INTRODUCCION .................................................................................................................. 2
CONCLUSION .................................................................................................................... 15
ANEXOS .............................................................................................................................. 16
INTRODUCCION
La Segunda Guerra Mundial superó desorbitadamente a la primera, haciendo con esto
referencia a la duración y la intensidad de los combates por un lado y a los recursos
utilizados así como las pérdidas humanas por otro. En este enfrentamiento bélico de
la historia participaron 72 estados, el coste económico aumentó en muchos miles de
millones, se movilizaron 110 millones de hombres de los cuales 40 murieron.
Durante esta guerra las carreras armamentísticas se dispararon y se construyeron armas tan
potentes capaces de destruir a la humanidad entera. Aparecieron las primeras unidades
blindadas, submarinos, portaaviones, misiles antiaéreos, el radar y la utilización de la
aviación para transporte de tropas y bombardeos masivos.
Por último la bomba atómica de Hiroshima marcó una época en la humanidad ya que fue el
comienzo del miedo atómico, es decir el miedo a la destrucción del planeta.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (1939-1945)
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue uno de los acontecimientos fundamentales de
la historia contemporánea tanto por sus consecuencias como por su alcance universal. Las
«potencias del Eje» (los regímenes fascistas de Alemania e Italia, a los que se unió el
militarista Imperio japonés) se enfrentaron en un principio a los países democráticos
«aliados» (Francia e Inglaterra), a los que se sumaron tras la neutralidad inicial los Estados
Unidos y, pese a las divergencias ideológicas, la Unión Soviética; sin embargo, esta lista de
los principales contendientes omite multitud de países que acabarían incorporándose a uno
u otra bando.
La Segunda Guerra Mundial, en efecto, fue una nueva «guerra total» (como lo había sido la
«Gran Guerra» o Primera Guerra Mundial, 1914-1918), desarrollada en vastos ámbitos de
la geografía del planeta (toda Europa, el norte de África, Asia Oriental, el océano Pacífico)
y en la que gobiernos y estados mayores movilizaron todos los recursos disponibles,
pudiendo apenas ser eludida por la población civil, víctima directa de los más masivos
bombardeos vistos hasta entonces.
En el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial suelen distinguirse tres fases: la «guerra
relámpago» (desde 1939 hasta mayo de 1941), la «guerra total» (1941-1943) y la derrota
del Eje (desde julio de 1943 hasta 1945). En el transcurso de la «guerra relámpago», así
llamada por la nueva y eficaz estrategia ofensiva empleada por las tropas alemanas, la
Alemania de Hitler se hizo con el control de toda Europa, incluida Francia; sólo Inglaterra
resistió el embate germánico.
El miedo a la expansión del comunismo soviético había hecho que Hitler fuese visto por las
democracias occidentales como un mal menor, suposición que sólo desmentiría el
desarrollo de la contienda. La Segunda Guerra Mundial costó la vida a sesenta millones de
personas, devastó una vez más el continente europeo y dio paso a una nueva era, la de la
«Guerra Fría». Las dos nuevas superpotencias surgidas del desenlace de la guerra, los
Estados Unidos y la URSS, lideraron dos grandes bloques militares e ideológicos, el
capitalista y el comunista, que se enfrentarían soterradamente durante casi medio siglo,
hasta que la disolución de la Unión Soviética en 1991 inició el presente orden mundial.
Todo ello fue capitalizado por grupúsculos y formaciones políticas extremistas, de entre las
cuales cobraron progresivo protagonismo las organizaciones de la ultraderecha nacionalista,
con el fascismo italiano y su variante alemana (el nazismo) a la cabeza. Junto a las
aspiraciones nacionalistas anteriores a la Primera Guerra Mundial (por ejemplo, el ideal
pangermanista de unir a los pueblos de lengua alemana), estos grupos asumieron como
componentes ideológicos el revanchismo suscitado por el Tratado de Versalles y el
militarismo expansionista implícito en doctrinas como la del «espacio vital», que
preconizaba la necesidad ineludible de obtener un ámbito territorial dotado de la extensión
y los recursos necesarios para asegurar el desarrollo económico y la prosperidad de la
nación.
En 1938, Hitler anexionó Austria a Alemania y reclamó la región checa de los Sudetes, con
numerosa población alemana. Ese mismo año, en la Conferencia de Múnich (30 de
septiembre de 1938), Hitler fingió limitar sus ambiciones ante el primer ministro
británico Neville Chamberlain y el presidente francés Édouard Daladier. Pero en seguida se
vio que la «política de apaciguamiento» de Inglaterra y Francia, consistente en ceder a sus
demandas a cambio de la promesa de renunciar a nuevas reivindicaciones, era
completamente inútil. Vulnerando los acuerdos de Múnich, Hitler ocupó no únicamente los
Sudetes, sino toda Checoslovaquia (marzo de 1939), invadió la región de Memel (Lituania)
y puso sus ojos en Polonia, a la que reclamaba el corredor y la ciudad libre de Danzig,
territorios que el Tratado de Versalles había arrebatado a Alemania para proporcionar a
Polonia una salida el mar.
De las potencias que pronto intervendrían en el conflicto, la URSS contaba con sus ingentes
recursos humanos, y el otro gigante mundial, los Estados Unidos de América, poseía mayor
potencial industrial que capacidad militar efectiva; sólo tras decidir su participación en la
guerra enfocó rápidamente su industria a la fabricación de armas, y especialmente a la
construcción de aviones (cazas y bombarderos) y potentes buques de guerra (portaaviones y
acorazados).
LA GUERRA RELÁMPAGO (1939 - MAYO 1941)
La invasión de Polonia, que había desencadenado la Segunda Guerra Mundial, se completó
en poco más de un mes; en virtud de una cláusula secreta del tratado de no agresión
germano-soviético, los rusos facilitaron la victoria ocupando la zona oriental de Polonia,
que había pertenecido a la Rusia zarista. Después de esta primera ofensiva, curiosamente,
se entró en una fase que los periodistas bautizaron como la «guerra de broma»: Francia,
Inglaterra y Alemania se habían declarado la guerra, pero, entre octubre de 1939 y marzo
de 1940, en ninguno de estos países se registraron combates. Ambos bandos movilizaron y
prepararon sus efectivos y defensas, pero dejaron pasar el invierno sin tomar ninguna
iniciativa.
Antes de comenzar la guerra, y pensando en los efectos que podría tener un bloqueo similar
al llevado a cabo durante la Primera Guerra Mundial, Hitler había promovido la autarquía
económica, intentando llevar el país a un nivel de autosuficiencia o de mínima dependencia
del exterior. Pero aunque lo había logrado en muchos ámbitos, Alemania carecía de algunas
materias primas imprescindibles para su industria de guerra, como el hierro: seguía
dependiendo del hierro escandinavo. Por esta razón, el primer paso de Hitler fue la
ocupación de Dinamarca y Noruega (abril de 1940); la escasa resistencia fue vencida en
pocos días, y los gobiernos de los países ocupados hubieron de trasladarse a Londres.
Las campañas citadas, y muy especialmente la ofensiva sobre Francia, son ejemplos
eminentes del éxito de las nuevas tácticas militares conocidas como «guerra relámpago»
(Blitzkrieg). Apoyándose en la rapidez, movilidad y perfecta coordinación de sus unidades
motorizadas (aviación, tanques, carros de combate, artillería autopropulsada), los alemanes
concentraban sus energías en puntos débiles o estratégicos hasta forzar sorpresivas rupturas
en el frente por las que penetraban las fuerzas terrestres, que avanzaban rápidamente por la
desguarnecida retaguardia hacia sus objetivos finales, sembrando el caos y el desconcierto
entre las líneas enemigas.
La guerra se convirtió así en una orgía de la velocidad: de las tropas motorizadas, de las
comunicaciones, de las órdenes, de la definición sobre la marcha de ofensivas y objetivos.
El ajedrez reposado de la Primera Guerra Mundial dio paso a una partida rápida que los
grandes estrategas franceses perdieron por tiempo. El mismo concepto de frente quedó
finiquitado; había frente donde atacaban los alemanes, lo cual, dada su rapidez y movilidad,
era como decir que no lo había. Que la Línea Maginot se mantuviera intacta tras la caída de
París era el negro chiste que señalaba la abismal diferencia entre la guerra antigua y la
moderna, entre acumular tropas para defenderse de nadie y exprimirlas al máximo
dotándolas de un duende de dinamismo que parecía ubicuidad. Hay que notar que este
novedoso enfoque respondía también a una necesidad estratégica profunda: Inglaterra
seguía ejerciendo el dominio de los mares, y, al igual que en la Primera Guerra Mundial,
Alemania podría quedar desabastecida de petróleo y otros productos básicos si era sometida
a un prolongado bloqueo marítimo por los británicos. De ahí la prioridad de llevar
rápidamente el conflicto hacia su desenlace.
LA GUERRA TOTAL (JUNIO 1941 - JUNIO 1943)
En 1941, la invasión alemana de Rusia y el ataque japonés a Pearl Harbour precipitaron la
globalización del conflicto. Alemania y la URSS habían firmado un pacto de no agresión en
cuyas cláusulas secretas se reconocía a Finlandia, los países bálticos y Besarabia como
áreas de influencia soviética. Inmediatamente después de la ocupación de Polonia, Stalin se
había tomado la libertad de invadir por su cuenta las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y
Lituania) y de ocupar el sur de Finlandia, de modo que la URSS había recuperado ya los
territorios perdidos en la Primera Guerra Mundial.
En tanto que proceso en que se percibe una justicia intrínseca y reparadora de los males del
imperialismo, podría creerse la descolonización fue una consecuencia positiva de la
Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en su realización práctica, la descolonización no
condujo sino a una nueva forma de dependencia, el «neocolonialismo», que acabaría
empeorando las condiciones de vida. Los nuevas naciones heredaron una economía
sometida a los intereses coloniales que se basaba en la exportación de un reducido número
de materias primas o productos agrícolas a las metrópolis; las beneficios obtenidos, sin
embargo, no alcanzaban para la importación de los productos manufacturados necesarios.
Tal déficit comercial sólo podía paliarse con los créditos que los nuevos países solicitaban a
las antiguas metrópolis o a las superpotencias, creando un círculo vicioso de dependencia
económica y, por ende, política.
FIN DE LA GUERRA
La mañana del 30 de abril de 1945, Adolfo Hitler se despidió de los trabajadores de la
Cancillería de Alemania, donde tenía su búnker principal, almorzó con su reciente esposa y
pasadas las tres de la tarde se encerró en su despacho. Cometió suicidio con un disparo en
la cabeza y su cuerpo fue enterrado en los jardines del edificio en el cráter que había dejado
el impacto de un obús ruso. El conflicto, calificado como el acontecimiento más importante
del siglo XX, se inició el 1 de setiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte de la
Alemania nazi.
Finalmente, la presión conjunta de los Aliados -liderados por Estados Unidos e Inglaterra
por el oeste- y del Ejército Rojo haciendo retroceder a los alemanes desde Stalingrado hasta
Berlín hizo que tras el suicidio de su máximo líder, el último presidente de la Alemania
nazi, Karl Dönitz, se rinda ante los americanos. Todos los jararcas nazis tenían muy claro
que debían rendirse a los aliados y no al Ejército Rojo de los soviéticos, pues era bien
sabido que luego de la invasión del 22 de junio de 1941 a Rusia, las tropas de Joseph Stalin
cobrarían hasta el último muerto de lo que fue el choque del fascismo contra el comunismo.
El documento hacía hincapié en que “todas las fuerzas bajo el mando alemán cesarán las
operaciones activas a las 23.01 horas, hora de Europa Central, el 8 de mayo de 1945”, es
decir, la guerra acababa tanto en el frente Oeste, contra los aliados, como en el frente
Oriental, contra el Ejército Rojo. Desde ese año se celebra cada 8 de mayo el Día de la
Victoria en Europa. Y es que si bien el régimen nazi había terminado, en el pacífico,
Estados Unidos aún libraban una dura batalla contra el Imperio de Japón, que isla por isla
se batía en retirada. Fue tras el lanzamiento de las dos bombas atómicas, el 6 y 9 de agosto,
que el emperador Hiroito aceptó la rendición incondicional de sus tropas a los aliados.
CONCLUSION
Se puede establecer que La Segunda Guerra Mundial trajo consigo enormes consecuencias
para el mundo las más dolorosas las pérdidas humanas ya que un sin número de personas
fallecieron entre civiles y militares guiados por dirigentes los cuales se consideraban de
razas superiores y por qué no decirlo inmortales los que solo buscaban aliarse entre países
para conseguir el poder absoluto y la conquista del mundo con métodos déspotas e in
humanos, sin importarles la cantidad personas que podían morir y sin importar más que su
triunfo. En este lapso de los seis años que duro esta guerra se puede evidenciar el deseo de
venganza, la rabia, la desesperación, la inconformidad y el deseo de conseguir lo que no se
logró en La Primera Guerra Mundial, y que según sus protagonistas el único camino que
encontraron fue la guerra.
Algunos dirigentes aunque se consideraron líderes y triunfadores no les fue muy bien ya
que partir de esta guerra se vieron divididos con grandes pérdidas humanas territoriales y
económicas y derrotados en su mandato como el casos de Adolf Hitler político Alemán
capaz de movilizar a todo el pueblo Alemania, para lograr una guerra en la cual perdió y la
que lo llevo a su terrible desenlace, pero también esta guerra dejo fortalecidos a otras
naciones y a los dirigentes de la época como es el caso de Estados Unidos la potencia
mundial que para entonces ya lo era, pero después de La Segunda Guerra Mundial su
liderato se fortaleció enormemente ya que este lugar no fue un punto de guerra sus pérdidas
solo se dieron en el cuerpo militar, que en comparación con Europa su diferencia fue
mínima también empezó hacer el patrocinador de la reconstrucción de la mayoría de los
países más afectados logrando crear acuerdos como el conocido, sistemas de Bretton
Woods para poder facilitar las transacciones internacionales y ayudar a los países afectados
por la guerra.
ANEXOS