Doctrina y Tratamiento Homeopático de L
Doctrina y Tratamiento Homeopático de L
Doctrina y Tratamiento Homeopático de L
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DOCTRINA Y TRATAMIENTO
I 3,0X411
H <¿ s
HOMEOPÁTICO
DE
M*or el rtoctor
SAMUEL HAHNEMANN,
SEGUNDA EDICION
$nteramente refundida y considerablemente aumentada.
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
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?" . M
DEL EDITOR FRANCÉS.
XX PROLOGO
tes de ser útil á sus semejantes, se dedicó á es
tudiar el modo de desarrollarse las enfermeda
des crónicas, y se convenció mas y mas de que
todas tenian origen en los referidos miasmas
psórico, sifilítico y sicósico.
Los dos últimos miasmas , sifilítico y sicósico
han sido mirados por los partidarios de la anti
gua escuela como una misma enfermedad, y en
consecuencia tratados con unos mismos medios.
Mas Hahnemann los considera de distinta natu
raleza, y tanto por las razones en que funda su
opinion, cuanto por los diversos síntomas que
los caracterizan, y los diferentes medicamentos
con que se logra su curacion, no queda la me
nor duda de que son de índole diversa.
El cáncer, las escrófulas, los tubérculos en
todos los órganos, los innumerables padecimien
tos nerviosos denominados, jaquecas , hipocon
dría, histeria, etc. , como asimismo las enferme
dades de la piel , algunas de la vista y de los
otros sentidos, como todas las demas conocidas
á las que él dá el nombre de crónicas, las consi
dera de origen psórico.
Nosotros no pondremos en duda la posibili
dad del descubrimiento de algun otro miasma
capaz de dar origen á alguno de los padecimien
tos conocidos. No nos" sorprenderla por ejemplo
ver el origen de las afecciones reumáticas y go
tosas en un cuarto miasma, en razon al curso
DEL TRAD. ESP. XXI
raro y diversas fisonomías de esta dolencia, como
igualmente por lo que resisten, en cierto estado
al menos, á la curacion radical , á la destruccion
por los remedios anlipsóricos. Es verdad que en
el estado de agudeza estos padecimientos ceden
generalmente, casi con la misma facilidad, á la
accion de los medios homeopáticos, que las de-
mas enfermedades agudas; mas en el eslado
conocido en medicina ordinaria con el nombre
de crónico, no es menos cierto que se resisten
algunas veces á la accion de los medicamentos,
y que mas generalmente aun, dado caso de lo
grarse su desaparicion , nos es muchas veces di
fícil y aun imposible evitar su reproduccion. lié
aqui, pues, porqué no nos admiraría se llegase
á reconocer el origen de estos padecimientos,
en un miasma que no fuese el psórico : porque
ios medicamentos anlipsóricos no los curan con la
seguridad que curan /as gastralgias y demas padeci
mientos de origen psórico mas marcado. Respecto
á la generalidad de todos los demas padecimien
tos creemos suficientes las razones en que H.
apoya su opinion para reconocerlos de origen
psórico. Decimos mal^ estamos íntimamente
convencidos en que tal es su origen, ya por las
razones de aquel sabio, ya también por lo que
nos ha enseñado y diariamente nos enseña nues
tra propia esperiencia.
Desde que aprendimos en el Organon de la
XXII PllOLOtiO
doctrina homeopática el verdadero modo de
esplorar enfermos y de reconocer enfermeda
des, no nos ha sucedido n¡ una vez siquiera acer
carnos á uno de aquellos sin que á la presencia
de un padecimiento crónico , aunque sea un
dolor de muelas, no hayamos podido darnos es-
plicacion respecto á su origen en alguno de los
tres miasmas referidos . principalmente en el
psórica; y, agregando á esto la seguridad con
que, en virtud de esta doctrina, curamos los
referidos padecimientos, cuando son naturales
y no están envueltos y confundidos entre otros
que tengan origen en una medicacion inapropia-
da , nos parece muy racional y lógico concluir
con la conviccion que tenemos.
Redúcese pues el tratado de las enfermeda-r
des crónicas de H. , cuya traduccion damos al
público, al conocimiento del verdadero origen de
aquellas, y al método curativo por los medios
específicos apoyado en el infalible principio Si-
milia simílibus curantur.
Cuando nuestros lectores hayan meditado
con alguna detencion sobre tan sábia doctrina;
cuando hayan hecho comparaciones respecto á
los ningunos adelantos, y á la confusion y labe
rinto que desde los primeros tiempos de la me
dicina reina entre los partidarios de la escuela
reinante, tenemos seguridad de que no podrán
menos de convenir en la infinita superioridad
DEL TBAD. ESP. XX1I1
del contenido del libro que ponemos á su dispo
sicion , sobre cuanto hoy existe respecto á la
materia de que trata.
Ni se crea tampoco que esto sea una teoría
especulatativa, ó que una ambicion de nombre,
de gloria ó de intereses nos anima á nosotros a
esta empresa. No; el principal, el único móvil
que á ella nos impulsa no es otro que el deber
moral en que creemos encontrarnos de ser úti
les á nuestros semejante?, y de dar esplendor,
en cuanto nos sea posible , á nuestra literatura
médica.
Efectivamente: cuando en Alemania, In
glaterra, Francia, cuyas naciones van al fren
te de la civilizacion, y lo que aun nos hace me
nos favor, cuando en otras varias naciones en
donde las ciencias están infinitamente mas atra
sadas que en aquellas, las obras de homeopatía
se multiplican sin cesar, y son buscadas y es
tudiadas con avidez desde que se empezaron á
leer sin prevencion y se reconoció por ellas el
verdadero mérito de la doctrina, hasta el pun
to de ser hoy enseñada y protegida por varios
gobiernos, será lícito que los españoles, tal vez
por un empeño mal fundado, ó por otras cau
sas, carezcamos de lo que tanto abunda, tanto
se aprecia y tanta utilidad reporta á nuestros
semejantes en todas las demas naciones.
No solo creemos nosotros que los faculta ti
XXIT PROLOGO
vos españoles son tan dignos como en las Jemas
naciones de estar al corriente de la verdadera
doctrina módica, sino que juzgamos que, por
la índole misma de dicha doctrina , por su ele
vada filosofía, conforme en todo con el carac
ter reflexivo, meditabundo y concienzudo de
nuestros compatricios, sabrán estos sacar de
ella las ventajas inmensas, los cuantiosos frutos
que en sí encierra , y hacer aplicacion muy sa
ludable en beneficio de nuestros semejantes,
por cuya vida y salud estamos obligados á velar.
Jíl modo de usar los medicamentos homeo
páticos es otra de las materias contenidas en
esta obra, y respecto á esto solo debemos ad
vertir que en esta parte el autor estuvo tan
exacto, y nos legó reglas tan fijas como en to
do cuanto dejó escrito. La prueba de ello se
encuentra en las pocas é insignificantes modi
ficaciones que ha sufrido su método en lo que
hace relacion á la repeticion de las dosis, y al
modo de hacer que las de un mismo medica
mento y de una misma dilucion tengan un mo
do de obrar diferente unas de otras ; circuns
tancia indispensable en los casos que hay ne
cesidad de repetir varias veces un mismo me
dicamento, si se quiere obtener de él el de
bido resultado.
Lo mucho que interesa el profundo y pro
lijo estudio de esta parle de la práctica horneo
DEL TRAD. ESP. XXV
pática, solo puede conocerse á la cabecera del
enfermo. A presencia de los cuadros morbosos
es efectivamente adonde se aprecian exacta
mente los cambios provocados por las potencias
dinámica»; donde se nota la diferencia del mo
do de obrar de un mismo medicamento, segun
que se ha usado á la dilucion a , ó á la dilucion
b, y donde, en fin, se palpa que, un mismo
medicamento, del que se han usado una ó mas
dosis, y se cree aun indicado, deja de produ
cir efecto saludable si no se varia la dilucion;
ó bien, segun precepto del autor, se procura
desarrollar mas en él la potencia dinámica por
medio de la agitacion del líquido. No viendo el
cambio que esta sencilla maniobra produce en
el medicamento, con solo imprimir al líquido
algunas sacudidas, no es posible creerlo. Pero
es un hecho tan probado como todos los demas
de la doctrina.
Las patogenesias de los cuarenta y siete
medicamentos antipsóricos terminan y forman
la mayor parte de esta obra. Tanto en las pa
togenesias cuanto en la historia de cada medi
camento, dela cual van precedidas aquellas, co
mo asimismo en los diversos padecimientos en
los que generalmente encuentran indicacion,
nada echará de menos el lector de cuanto es
necesario y útil en homeopatía. Samuel Hahne-
mann era un sabio adornado de cuantos cono
XXVI PROLOGO
cimientos son indispensables á urr~genio crea
dor (1).
Madrid 15 de febrero de 1819.
atuteva.
HOMEOPATICO
I
136 DOCT. HOMEOP.
listos son los síntomas secundarios característicos
del mal miasmático primitivo patentizado al estertor,
de este monstruo de mil cabezas , por tanto tiempo
desconocido (i).
DE LA SICOSIS. .
DE LA PSORA.
31
DE LAS