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Análisis Basilea 3

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BASILEA III

ANALISIS

Vigny Chénier Pérez Mérida.


201801137.

Junio de 2019.

UNIVERSIDAD DA VINCI DE GUATEMALA.


Huehuetenango, Huehuetenango.
Maestría en Finanzas y Tributación
Legislación Financiera
Lic. MSc. Luis Estuardo Velásquez Rodas
INTRODUCCIÓN

La normativa de Basilea III surgió como reacción a la crisis financiera y se concretó


en un primer gran bloque de medidas en 2010 referidas al aumento de la cantidad
y calidad de capital requerido, al refuerzo de la forma de valorar los riesgos y a la
introducción de ratios de apalancamiento y liquidez. En este contexto los objetivos
fundamentales de esta nueva reforma son reforzar la calidad de medición de riesgos
y mejorar la comparabilidad entre entidades, alcanzar un equilibrio entre
simplificación en el cálculo y sensibilidad al riesgo. La reforma revisa varias áreas:
El elemento fundamental es el llamado “suelo” en la medición de riesgos que limita
el ahorro de capital proporcionado vía modelos internos, la medición del riesgo de
crédito se revisa también, el riesgo operacional es también revisado, la reforma
también refuerza el ratio de apalancamiento que compara el nivel de capital con las
exposiciones dentro y fuera de balance y sirve de complemento al requerimiento de
capital. El ratio se había fijado ya en el 3% y ahora se ha aprobado un colchón
adicional para los bancos sistémicos.
MARCO TEORICO
El marco de Basilea III es un elemento fundamental de la respuesta del Comité de
Basilea a la crisis financiera mundial. Dicho marco aborda una serie de deficiencias
identificadas en el marco regulador anterior a la crisis y sienta las bases de un
sistema bancario resiliente que ayude a evitar la acumulación de vulnerabilidades
sistémicas. También permitirá al sistema bancario apoyar a la economía real a lo
largo del ciclo económico.

Los Acuerdos de Basilea III (Basilea III) se refieren a un conjunto de propuestas de


reforma de la regulación bancaria, publicadas a partir del 16 de diciembre de 2010

Basilea III es parte de una serie de iniciativas, promovidas por el Foro de Estabilidad
Financiera (FSB, Financial Stability Board por sus siglas en inglés) y el G-20, para
fortalecer el sistema financiero tras la crisis de las hipotecas subprime. Se trata de
la primera revisión de Basilea II (CRD II) y se llevó a cabo a lo largo de 2009,
entrando en ejecución a partir del 31 de diciembre de 2010.

Dentro del marco de la Unión Europea, los acuerdos de Basilea III se transponen
jurídicamente en las normas de la Directiva 2013/36/UE (CRD IV) y el Reglamento
UE nº 575/2013 (CRR) de requisitos de capital.

La reforma de Basilea III viene motivada al observarse que la crisis financiera de


2008 se explica en gran parte debido al crecimiento excesivo de los valores
presentados en los balances de los bancos (y también fuera de ellos, como en el
caso de los productos derivados), y la simultánea caída del nivel y la calidad de los
fondos propios previstos para riesgos. En efecto, muchas instituciones no contaban
con reservas suficientes para hacer frente a una crisis de liquidez.

En este contexto, el sistema bancario se mostró en un primer momento incapaz de


absorber las pérdidas que afectaban a los productos estructurados de titulización y
tuvo que asumir, por tanto, la reintermediación de algunas de las exposiciones de
fuera de balance.

En el peor momento de la crisis, las incertidumbres pesaban sobre la calidad de los


balances. La solvencia de los bancos estaba en cuestión y ello conllevaba
problemas de riesgo sistémico (la interdependencia existente podía provocar que la
insolvencia de uno provocara la del siguiente), lo cual generó una crisis de confianza
y de efectivo generalizada. Teniendo en cuenta el papel del sistema financiero en
las finanzas y en la economía real, el carácter internacional de las instituciones
financieras y las pérdidas que asumen los Estados principalmente a través de los
planes de rescate con fondos públicos, se consideró legítima la intervención
coordinada de los reguladores internacionales.

A diferencia de Basilea I y Basilea II, ambos centrados principalmente en el nivel de


reservas que los bancos deben mantener para pérdidas bancarias, Basilea III se
centra principalmente en el riesgo de "bank run" (pánico bancario), exigiendo
diferentes niveles de capital para las distintas modalidades de depósitos bancarios
y otros préstamos. Basilea III no sustituye, en su mayor parte, a las directrices ya
conocidas como Basilea I y Basilea II; más bien las complementa.

PRINCIPIOS BÁSICOS
Capital
El acuerdo de Basilea III propone a los bancos aumentar sus reservas de capital
para protegerse de posibles caídas. El capital mínimo de calidad (CET1, Common
Equity Tier 1 por sus siglas en inglés), incluye las acciones ordinarias y los
resultados acumulados. El ratio de capital CET1 pasa del 2% al 4,5%, computado
sobre el total de los "activos ponderados por riesgo". Este ratio de capital mínimo
debe ser mantenido en todo momento por el banco y es uno de los más importantes.
El llamado Capital Tier 1 incluye, además de las acciones comunes y las utilidades
retenidas, las participaciones preferentes, híbridos de capital y deuda sin pagar. El
ratio de Capital Tier 1 mínimo pasa del 4% al 6% aplicable en 2015 sobre el total de
los "activos ponderados por riesgo".4 Dicho 6% se subdivide en el 4,5% de CET1
arriba mencionado, y el 1,5% extra de AT1 (Additional Tier 1).

En suma, el ratio mínimo de Capital Total (que incluye el Capital Tier 1, más el
denominado Capital Tier 2), asciende en total al 8% de los activos ponderados por
riesgo.

Respecto de los "activos ponderados por riesgo", se definen como la suma de los
activos del banco, ponderados según el riesgo que cada activo comporte de acuerdo
con las directrices de Basilea III. Por ejemplo: un préstamo al consumo, sin ninguna
garantía, tiene un peso del 100%; mientras que un bono del estado, generalmente
tiene un peso del 0% (por ejemplo, el bono alemán o suizo).

Por otra parte, Basilea III introduce el concepto de los "colchones de capital", que
los bancos tendrán que construir gradualmente entre 2016 y 2019, para que
pudieran ser utilizados en futuros tiempos de crisis:

Colchón de conservación de capital: Equivalente al 2,5% de los activos ponderados


por riesgo y compuesto íntegramente por instrumentos de CET1. Dado que el
requisito mínimo regulatorio es mantener el 4,5% de CET1, deberá añadirse el
mencionado colchón para que el capital de alta calidad ascienda al 7% a finales de
2019. Los bancos podrán utilizar, en determinadas circunstancias, el capital de este
colchón de conservación de capital, aunque si el banco está cerca del porcentaje
mínimo requerido, deberá reducir su margen de beneficios y dividendos. En
definitiva, el objetivo es evitar que las instituciones sigan pagando altos dividendos
y bonos incluso cuando sufren un deterioro del capital.
Colchón de capital anticíclico de alta calidad: Entre el 0% y el 2,5% de los activos
ponderados por riesgo. Puede ser requerido de acuerdo a las necesidades de cada
país signatario del acuerdo. Este segundo colchón dependerá del nivel de
capitalización de mercado y tiene por objeto proteger el sistema bancario en los
períodos de expansión del crédito, cuando los bancos tendrán que guardar una
parte de su capital a la formación de sus colchones.
Por lo tanto, teniendo en cuenta los dos colchones, el requisito de Capital Total
mínimo (no confundir con el CET1) puede llegar al 13%.5

Apalancamiento
Basilea III introduce a partir de 2015 un "ratio de apalancamiento" mínimo
propuesto, como medida complementaria a los ratios de solvencia basados en
riesgo.

El ratio de apalancamiento se calcula dividiendo el capital Tier 1 por una medida de


la exposición total no ponderada por riesgo, como los activos consolidados totales
medios del banco (no ponderados). Se espera que los bancos mantengan un ratio
de apalancamiento no inferior al 3% bajo Basilea III.6

Liquidez
Uno de los planes más importantes de la reforma de Basilea III es la introducción
de dos ratios de liquidez: el LCR (Liquidity Coverage Ratio) y el NSFR (Net Stable
Funding Ratio).7

El LCR (Coeficiente de Cobertura de Liquidez) es una relación de un mes, que tiene


como objetivo requerir a los bancos mantener suficientes activos líquidos de alta
calidad para cubrir las salidas netas de efectivo durante un período de 30 días. Su
fundamento es el siguiente: los activos líquidos de los que dispone una institución
financiera (por ejemplo, bonos gubernamentales y bonos corporativos) deben tener
un valor mayor o igual que las salidas potenciales de efectivo (por ejemplo, pagarés
que expiran y retiros de cuentas de depósito) de dicha institución. De manera
matemática, esto es:

Los activos que entran en la parte de Activos Líquidos, son tales que la institución
pueda fácilmente convertirlos en efectivo. Para efectos del Coeficiente de Cobertura
de Liquidez, éstos se separaron en dos tipos los activos de nivel I y activos de nivel
II. Los activos de nivel I, son activos muy líquidos que no incurren en pérdidas, por
precios inusuales a ser vendidos en el mercado. Por esta razón se ponderan al
100%. Los activos de nivel II son activos menos líquidos, que bajo un escenario de
estrés pudiera ser que se vendieran a precios menores que los de mercado, por lo
que tienen un ponderador menor que 100%.

Por otra parte en el denominador, en la parte de Salidas Netas de Efectivo, existen


de hecho dos elementos que tienen importancia. El primero son las salidas que
potencialmente tendrá la institución. Por ejemplo, de las cuentas de depósito
esperamos que bajo un escenario de estrés se salga dinero, por lo que el total de
las cuentas de depósito, se multiplican por un ponderador que mide cuánto podría
salirse bajo un escenario de estrés (de hecho las cuentas de depósito se separan
según que tan factible sea que salga dinero de las cuentas, por lo que hay más de
un ponderador en juego). El segundo elemento son las entradas de efectivo, es
decir, dinero que recibirá la institución durante el período de 30 días. Por ejemplo,
aquí entran créditos que haya otorgado la institución y bonos que no sean líquidos
de los cuales se va a recibir intereses o capital, entre otros.

Con estos elementos el coeficiente toma la siguiente forma (de acuerdo a la


publicación del 6 de enero de 2013):
Sujeto a que los Activos Ponderados de Nivel II no sean más del 40% del total de
los activos líquidos002E

De acuerdo con el Acuerdo de Basilea de 16 de diciembre de 2010, sus parámetros


principales son:

El efectivo y la deuda soberana se pondera al 100%.


Otros títulos se ponderan al 85% (15% de descuento sobre el valor de mercado).
Los créditos a clientes se esperan renovar en un 50%, los préstamos interbancarios
no se renuevan.
Los depósitos minoristas sufrirán una tasa de fugas que oscilará entre el 5% y 10%,
dependiendo de la estabilidad estimada del depósito en cuestión.
Los depósitos a grandes empresas sufrirán una tasa de fugas de entre el 25% y el
75%, dependiendo de la estabilidad del depósito estimado en cuestión.
La refinanciación de mercado se renueva en un 0%.
El NSFR (Coeficiente de Fondeo Estable Neto) es una relación de un año que tiene
como objetivo permitir a los bancos resistir un año a una crisis específica de la
institución. Su filosofía es la siguiente: el importe de los requisitos de recursos
estables (financiación necesaria estable) debe ser menor que la cantidad de
recursos disponibles (financiación estable disponible).
ANÁLISIS
Basilea III tiene aspectos muy buenos en el sentido de que le da una mayor
estabilidad a la banca, el requerimiento de capital, el capital es la fuente de
estabilidad del sistema financiero son los recursos que enfrentan el riesgo la perdida
esperada y la no esperada se cubre con reservas y capital, lo bueno de Basilea III
le da mayor estabilidad al sistema financiero con mayores recursos con mayor
requerimiento de capital, contando con la implementación de modelos financieros
avanzados para que los bancos obtengan el mayor beneficio siempre con su grado
de complejidad ya que los acuerdos de Basilea I radicaba en la sencillez del
acuerdo, al requerir 8% de capital en relación a los activos totales sujetos a riesgo
es una medida muy simple de comunicar, entender, aplicar y supervisar hoy en día
el requerimiento de 10.5% de capital en relación a los activos totales sujetos al
riesgo no es tan sencillo ya que la forma de aplicar, no es nada sencillo se necesita
un cierto nivel de especialización para entender cómo se compone ese capital
básico, fundamenta y complementario. Guatemala debe ser una punta de lanza para
poder cumplir con Basilea III para que puedan lograr un sistema financiero que logre
cumplir con estos estándares financieros altos. Lo que busca bailesa es evitar la
falta de liquidez, evitar la quiebra bancaria y soportar las inclemencias del tiempo
con la captación y los clientes. Un pequeño análisis sobre Basilea II en primer lugar
ignoraba que las crisis se generan cuando los bancos sufren paradas repentinas
de liquidez, cuando no tienen la suficiente liquidez para atender los pasivos que
tienen en sus balances, y eso simplemente no lo considero el Basilea II, a lo que
queremos llegar con esto es que los bancos se quedan sin liquidez, en Basilea II
estamos hablando de que en buenas épocas todo crece, en tiempos malos pues
no cambia el requerir, que es el ratio de capital? pues es capital sobre activos
ponderados por riesgo, pues que se hace en el tiempo de crisis, pues se disminuye
el crédito y eso es lo que sucede cuando hay escases y hay un declive financiero
por el cual no cumplen este tipo de regulación adecuada, en el capital se acepta
cualquier cosa, hay un problema económico que se llama problema de acción
colectiva: algo que es bueno a nivel de la sociedad, puede ser malo a nivel
individual, por lo que los bancos individualmente siguen tomando riesgos a pesar
de ser conscientes de que los riegos son excesivos, porque si paran bajan utilidades
y si bajan utilidades pues los accionistas los sancionaban, ahora bien los
reguladores internacionales han incrementado sus niveles, Basilea no considera a
los países emergentes solo considera a los países desarrollados por lo que los
niveles altos de liquidez que exige este Basilea III, en Basilea III existe un tema el
cual el los activos contingentes y los activos por impuestos diferidos, estos son
créditos que le da el Gobierno a los bancos simplemente por razones impositivas
antes contaban como capital y ahora en Basilea III ya no van a contar en los bancos
de nuestro país no es un tema de miedo sino que en otros países de américa latina,
por ejemplo en Brasil. Otro reconocimiento importante en Basilea III el cual es que
podemos hacer cualquier ponderación por riesgo pero no podemos adivinar que es
más riesgoso que otra, el apalancamiento mayor en 3% es el único que da
resultados de problemas pues en este nueva regulación se incluye ya que fue uno
de los únicos que logro Estados Unidos ver cuál es el nivel de riesgo de la liquidez
de la banca. Lo que realmente busca Basilea es la liquidez estable la liquidez que
no desaparezca en tiempo de crisis, que los bancos no vendan los activos de otras
empresas para obtener liquidez a costa de lo que sea por lo que es necesario e
importante ver la solvencia de los bancos. Un banco debe de tener activos que sean
altamente líquidos, los bonos gubernamentales se consideran líquidos. Es uno de
los incentivos perniciosos para los bancos, vamos a clasificar la categoría para
clasificar los riesgos, ¿Qué es Basilea III? El marco de Basilea III es un elemento
fundamental de la respuesta del Comité de Basilea a la crisis financiera mundial.
Aborda una serie de deficiencias identificadas en el marco regulador anterior a la
Crisis y sienta las bases de un sistema bancario resiliente que ayude a evitar la
acumulación de vulnerabilidades sistémicas. El marco también permitirá al sistema
bancario respaldar a la economía real a lo largo del ciclo económico. ¿Qué
consiguen las reformas de 2017? Las reformas aprobadas ahora por el Comité
complementan la primera fase de las reformas de Basilea III anunciadas en 2010.
Su objetivo es restablecer la credibilidad del cálculo de los activos ponderados por
riesgo (RWA) y mejorar la comparabilidad de los coeficientes de capital bancario.
Los RWA son una estimación del riesgo que determina el nivel mínimo de capital
regulador que un banco debe mantener para poder hacer frente a pérdidas
inesperadas. El cálculo prudente y creíble de los RWA es uno de los principales
elementos que integran el marco de capital basado en el riesgo. ¿Por qué son
necesarias las reformas de 2017? Las reformas de 2017 dan respuesta a las
deficiencias destapadas por la crisis financiera mundial. • Credibilidad del marco:
una serie de estudios detectaron una variabilidad inaceptablemente amplia de los
RWA entre bancos, que no puede explicarse exclusivamente por diferencias en el
nivel de riesgo de sus carteras. Esta variabilidad injustificada dificulta la
comparación de los coeficientes de capital entre bancos y socava la confianza en
dichos coeficientes. Las reformas subsanarán esta deficiencia para contribuir a
restablecer la credibilidad del marco de capital basado en el riesgo. • Modelos
internos: los modelos internos deberían permitir una medición de riesgos más
precisa que los métodos estándar diseñados por los supervisores. Sin embargo,
cuando se utilizan modelos internos para fijar los requerimientos mínimos de capital
existen incentivos para minimizar las ponderaciones por riesgo. Además,
determinados tipos de activos, como las exposiciones con riesgo de incumplimiento
bajo, no pueden modernizarse de forma fiable y sólida. Las reformas introducen
restricciones sobre las estimaciones que realizan los bancos al utilizar modelos
internos con fines de capital regulador y, en determinados casos, eliminan la
posibilidad de emplear dichos modelos. Cuáles son las principales características
de Basilea: Pues el incremento del nivel y la calidad del capital, pues los bancos
están obligados a mantener más capital y de mayor calidad para hacer frente a
pérdida inesperadas. El capital de nivel 1 mínimo pasa del 4% al 6% y al menos sus
tres cuartas partes deben ser de la misma calidad (acciones ordinarias y beneficios
no distribuidos). Los bancos de importancia sistemática mundial (G-SIB) están
sujetos a requerimientos de capitales adicionales, Mejora de la cobertura del riesgo,
los requerimientos de capital por riesgo de mercado se incrementan notablemente
y se calculan en función de las tensiones en los mercados en los 12 meses
anteriores. Tras estas reformas, el marco incluye también el riesgo de ajuste de
valoración del crédito. Las revisiones a los métodos estándar para el cálculo de los
riesgos de crédito, de mercado, de ajuste de valoración del crédito y operacional
aportan más sensibilidad al riesgo y una mayor comparabilidad. El objetivo de las
restricciones del uso de modelos internos es reducir la variabilidad injustificada de
los cálculos de RWA de los bancos. Un límite mínimo sobre los resultados
agregados limita las ventajas que puede reportar a los bancos el uso de sus
modelos internos para calcular los requerimientos mínimos de capital. La limitación
del apalancamiento bancario, el coeficiente de apalancamiento constriñe la
acumulación de deuda para financiar inversiones y actividades de los bancos
APALANCAMIENTOS bancarios, reduciendo el riesgo de una espiral de
desapalancamiento en fases de desaceleración económica. Los bancos de
importancia sistemática mundial están sujetos a requerimientos más estrictos para
el coeficiente de apalancamiento. Mejora de la liquidez bancaria. El coeficiente de
cobertura de liquidez obliga a los bancos a mantener activos líquidos suficientes
para superar uno periodo de tensión de 30 días. El coeficiente de financiación
estable neta insta a las entidades bancarias a casar mejor la duración de sus activos
con los de sus pasivos. La limitación de la prociclicidad, los bancos retienen
beneficios para acumular capital durante periodos de elevado crecimiento
económico, para poder disponer de él en los momentos de tensión. ¿Qué es el
capital regulador? Los bancos financian sus inversiones mediante capital y deuda,
por ejemplo depósitos de clientes. El capital puede absorber las pérdidas,
reduciendo así las probabilidades de que un banco deje de ser viable con las
consiguientes repercusiones. Los bancos que disponen de más capital regulador
están en mejores condiciones para financiar el crecimiento del crédito. ¿Qué son
los activos ponderados por riesgo? Los activos de los bancos incluyen generalmente
efectivo, valores y préstamos concedidos a particulares, empresas, otros bancos y
administraciones públicas. Cada tipo de activo presenta características de riesgo
distintas y a cada uno se le asigna su propia ponderación por riesgo, que indica el
grado de riesgo que dicho activo entraña para el banco. Para calcular cuánto capital
deben mantener los bancos para protegerse ante pérdidas inesperadas, el valor del
activo (es decir, la exposición) se multiplica por su correspondiente ponderación por
riesgo. Los bancos necesitan menos capital para cubrir exposiciones a activos más
seguros y más capital para cubrir exposiciones de mayor riesgo.
Conclusión

El riesgo de crédito, es decir, el riesgo de sufrir una pérdida si un prestatario no


puede amortizar una deuda total o parcialmente, está presente en casi todas las
actividades de riesgo de la mayoría de los bancos y por tanto representa el grueso
de sus requerimientos de capital regulador. Existen dos métodos generales para
calcular los RWA para el riesgo de crédito: el método estándar y el método basado
en calificaciones internas.

La crisis financiera destapó deficiencias en el cálculo de los requerimientos de


capital para el riesgo operacional, que es el riesgo de sufrir pérdidas debido a la
inadecuación o fallos de los procesos, personas o sistemas internos o bien a causa
de acontecimientos externos. Los requerimientos de capital resultaron insuficientes
Para cubrir las pérdidas de algunos bancos. Además, las causas de esas pérdidas
Incluidas las relacionadas con sanciones por conducta inapropiada o con sistemas
o controles deficientes son difíciles de predecir utilizando modelos internos.

El coeficiente de apalancamiento introducido por Basilea III constituye una medida


de respaldo independiente del riesgo para las normas de capital basadas en el
riesgo y limita cualquier acumulación excesiva de apalancamiento. En virtud de este
requerimiento, el capital de Nivel 1 de un banco ha de equivaler como mínimo al 3%
de sus exposiciones dentro y fuera de balance. El coeficiente de apalancamiento es
aplicable a todos los bancos con actividad internacional.
RECOMENDACIONES

Tener en cuenta la fecha de límite de implementación y las disposiciones de


aplicación progresiva del output floor contribuirán a velar por una transición
razonable y ordenada al nuevo marco normativo.

Los bancos tienen mucho tiempo para prepararse Además, a discreción de las
distintas jurisdicciones, los supervisores podrán fijar un límite máximo para el
incremento de los RWA totales de un banco que se derive de la aplicación del output
loor durante su periodo transitorio. El límite transitorio al incremento de los RWA se
fijará en el 25% de los RWA de un banco antes de la aplicación del suelo. Este límite
dejará de ser aplicable el 1 de enero de 2027.

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