Resumen Ciclo Celular
Resumen Ciclo Celular
Resumen Ciclo Celular
La longitud del ciclo celular varía considerablemente de un tipo celular a otro. En una
célula eucariota tipo, el ciclo celular dura 24 horas. La mitosis dura 1h, período G1 11hs,
S 8hs y período G2 4hs. En células de división rápida como las del tejido epitelial, el ciclo
puede completarse en menos de 10 horas. Otras células, como las del hígado, pueden
dividirse una vez al año. Las células musculares esqueléticas y las neuronas pierden en
gran parte su capacidad de dividirse y replicarse en los adultos. La mayor variación de
longitud se da en la fase G1. Cuando las células dejan de dividirse durante un largo
período, suele decirse que están en fase G0.
Mitosis
Se divide en varias fases:
1. Durante la profase, los cromosomas se hacen visibles a la luz del microscopio al
condensarse y enrollarse (los cromosomas no son claramente visibles durante la
interfase). Las dos cromátides hermanas de cada cromosoma se encuentran
juntas, unidas en el centrómero. La membrana nuclear desaparece durante esta
fase. Empiezan a formarse las fibras fusiformes, que irradian desde los centriolos
situados a ambos lados de la célula y se unen a los centrómeros de cada
cromosoma y arrastran las dos cromátides hermanas en direcciones opuestas.
Con la finalización de la telofase, se han formado dos células hijas diploides, idénticas a
la célula original.
Meiosis
Cuando un óvulo y un espermatozoide se unen para formar un cigoto, sus cromosomas
se combinan en una única célula. Al ser los humanos organismos diploides, la meiosis es
un mecanismo para reducir el número de cromosomas de los gametos para el estado
haploide. De no suceder ésta, el cigoto tendría 92 cromosomas, en lugar de los 46
normales.
Meiosis I:
1. La primera fase del ciclo celular meiótico es la interfase I, durante la cual tienen
lugar procesos importantes como la replicación del ADN cromosómico.
Meiosis II:
3. Durante la metafase II, las fibras fusiformes arrastran los cromosomas, que se
alinean en el plano ecuatorial.
4. La anafase II se parece a la anafase mitótica en que los centrómeros se dividen y
cada uno transporta una única cromátide hacia el polo de la célula. Ahora las
cromátides están separadas, pero, debido a la formación del quiasma, es posible
que las cromátides hermanas recién formadas no sean idénticas.
5. La telofase II, empieza cuando los cromosomas llegan a los polos opuestos de la
célula, donde empiezan a desenrollarse. Se forman nuevas membranas celulares
en torno a cada grupo de cromosomas y se produce la citocinesis. En los gametos
de los varones, el citoplasma vuelve a dividirse en partes iguales entre las dos
células hijas, resultando, de la meiosis masculina, cuatro células hijas funcionales,
todas con la misma
cantidad de citoplasma.
En los gametos
femeninos se
produce, otra vez, una
división desigual del
citoplasma
que da lugar al óvulo
y a otro corpúsculo
polar.
Se encuentra regulado por factores de retraso que pueden detener el ciclo en diferentes
check points, evitando el inicio del siguiente proceso antes de que el anterior haya
terminado.
Puntos de control:
En fase G1, existe otro punto de control que chequea el estado en general del ADN
de esa célula, su tamaño, si tiene cantidad suficiente de organelas, etc.
Para que una Cdk sea activa, debe estar fosforilada en un sitio y desfosforilada en otros
dos. Cuando se forma inicialmente, el complejo ciclina-Cdk no está fosforilado y es
inactivo. Después, la Cdk es fosforilada en un sitio, lo que es necesario para su actividad
y en otros dos sitios que inhiben su actividad. Este complejo fosforilado sigue siento
inactivo hasta que, por último, es activado por una fosfatasa que elimina los dos grupos
fosfato inhibitorios. A
su vez, cada uno de estos
complejos cíclica-Cdk
activados fosforila un
grupo distinto de proteínas
diana de la célula.
Regular la
transcripción.
Reparar el ADN.
Diferenciación celular.
Apoptosis.
La concentración de cada
tipo de ciclina aumenta de manera gradual, pero después cae bruscamente en un
momento específico dl ciclo celular. Este descenso brusco se debe a la degradación de la
proteína ciclina. Complejos enzimáticos específicos añaden cadenas de ubicuitina a la
ciclina apropiada, que después es dirigida hacia el proteasoma donde se destruye. Esta
rápida eliminación de la ciclina restablece el estado inactivo de la Cdk.
Mitógenos
Como regla general, las células de mamíferos sólo se
multiplicarán si son estimuladas a hacerlo por señales
extracelulares, denominadas mitógenos, proteínas de
señalización intracelular secretadas que se unen a receptores
de la superficie celular. En ausencia de estas señales, el ciclo
celular se detiene en un punto de control de G1; y si la
deprivación persiste el tiempo suficiente, la célula
abandonará el ciclo celular e ingresará en un estado no
proliferativo de G0.
p53 y p21
El mecanismo del punto de control de G1 se conoce bastante bien. El daño del ADN
causa un aumento en la concentración y actividad de la proteína p53, regulador que
activa la transcripción de un gen que codifica una proteína inhibidora de las Cdk, la p21.
Apoptosis
Si se llegara a detectar un daño en el genoma, los controles mitóticos antes
mencionados detienen la progresión del ciclo celular hasta que se repara o, si el daño es
excesivo, la célula recibe señales externas o internas de morir por muerte celular
programada (apoptosis).
La activación del proceso de apoptosis es irreversible: una vez que la célula llega a un
punto crítico de la vía hacia la destrucción, no puede volver atrás.
Imagen: cuando se
activan Bak o Bax por
un estímulo
apoptótico, ésta se
agrega en la
membrana
mitocondrial externa,
lo que induce la
liberación del
citocromo c por un
mecanismo
desconocido. El
citocromo c es
liberado al citosol desde el espacio intermembrana de la mitocondria (juntos con otras
proteínas). Después, el citocromo c se une a una proteína adaptadora, que hace que se
ensamble en un complejo de 7 brazos. A continuación, este complejo recluta 7 moléculas
de una procaspasa específica (procaspasa-9) y forma el apoptosoma. Las proteínas
procaspasa-9 se activan dentro del apoptosoma y, luego, activan diferentes procaspasas
del citosol, lo que determina una cascada de caspasas y apoptosis.
El cáncer no es una sola enfermedad sino más bien un término utilizado para describir
las formas más agresivas de neoplasia, proceso patológico caracterizado por la
proliferación celular incontrolada con aparición de una masa (tumor). Sin embargo, para
que un tumor sea un cáncer, también debe ser maligno, lo que significa que su
crecimiento deja de estar controlado y que el propio tumor puede progresar mediante la
infiltración de tejidos adyacentes, la diseminación o metástasis hacia zonas más
alejadas o ambos mecanismos. Los tumores que no infiltran ni metastatizan no son
cancerosos, sino que se denominan tumores benignos, a pesar de que su tamaño y su
localización puedan causar graves problemas al paciente.
Hay tres formas principales de cáncer: sarcomas, en los que el tumor se origina a partir
del tejido mesenquimal como el hueso, el músculo o el tejido conjuntivo, así como el
tejido del sistema nervioso; carcinomas, que se originan en el tejido epitelial, tal como
el constituido por las células que revisten al intestino, los bronquios o los conductos
mamarios, y los tumores malignos hematopoyéticos y linfoides, como la leucemia y
el linfoma, que afectan a la médula ósea, el sistema linfático y la sangre periférica.
Dentro de cada uno de estos grupos principales, los tumores se clasifican en función de
su localización, tipo tisular, aspecto histológico y grado de malignidad.
Evasión de apoptosis
Las células normales algunas veces reaccionan al estrés suicidándose accionando un
botón de “autodestrucción”, pero las células cancerosas ignoran estas señales y
continúan dividiéndose.
No todas las células, pero muchos tumores tienen la característica que, ante la
maquinaria de la apoptosis que responde a señales internas o externas, muchas veces
tienen elevada la cantidad de proteínas antiapoptóticas. Por lo cual, el mecanismo
intrínseco de apoptosis (mitocondrias), aumentando la cantidad de proteínas como Bcl2
Bcl xL llevan a un estado de relativa refractariedad a la señal de apoptosis.
Inmortalidad
Tras evadir la regulación por genes supresores de tumor o proteínas reparadoras del
ADN, la célula tumoral debe superar otro obstáculo más para la proliferación ilimitada:
las células normales tienen un tiempo de vida finito, limitada a 50-70 divisiones
mitóticas. Cada vez que se divide una célula, los telómeros de los cromosomas se
acortan ligeramente porque la ADN polimerasa no puede replicar las puntas de los
cromosomas. Una vez que el telómero se reduce hasta una longitud crítica, se transmite
una señal que hace que la célula se vuelva senescente. Este proceso impondría graves
limitaciones a las células proliferantes de un tumor, impidiendo la expansión clonal
posterior.
Invasión
La etapa final en la progresión de un tumor es la migración y propagación de cánceres a
sitios diferentes de donde fueron originados. Esto se denomina transición epitelio-
mesénquima, donde hay pérdida de uniones adherentes a células vecinas, adquisición
de enzimas que degradan membrana basal y MEC, la capacidad de movilizarse como
células del tejido conectivo (todas juntas migran) e implantarse en otro órgano.
Angiogénesis
Las células cancerosas se aseguran de que puedan continuar creciendo estimulando el
brote de nuevos vasos sanguíneos para mantener sus líneas e provisión de nutrientes.
Mediado por factores de crecimiento de endotelio vascular.
Reordenamiento genético
Cambia la expresión de enzimas que le permiten utilizar la glucosa como energía. Se ve
células cancerosas que coexisten con la producción de lactato y otras que captan y lo
usan en el ciclo oxidativo.
Bases genéticas del cáncer
La neoplasia es una acumulación anómala de células que tiene lugar debido a un
desequilibrio entre la proliferación y la eliminación celulares. Las células proliferan a
través de su paso por el ciclo celular y mediante el desarrollo de mitosis. La eliminación
de las células, debida a la muerte celular programada, reduce el número de células de
un tejido. El desarrollo del cáncer (oncogénesis) se debe a mutaciones en uno o más
del elevado número de genes que regulan el crecimiento celular y la muerte celular
programada. Cuando el cáncer forma parte de un síndrome de cáncer hereditario, la
mutación inicial que da lugar a la neoplasia se hereda a través de la línea de células
germinales y, por lo tanto, ya existe en todas las células del cuerpo. Sin embargo, la
mayor parte de los cánceres es de tipo esporádico debido a que las mutaciones afectan
sólo a una célula somática que luego se va dividiendo y da lugar al cáncer en sí.
Para desarrollar una célula cancerosa necesita haber mutado su ADN. Estas e llevan a
cabo principalmente por algunos tipos de genes involucrados en el ciclo celular, como
los protooncogenes, los genes supresores de tumores y, cuando existen mutaciones en
los genes que codifican las enzimas que son capaces de reparar el ADN.
Modelo de los dos impactos de la
carcinogénesis
El análisis de A.G Kundson del retinoblastoma lo llevó a plantear una hipótesis que abrió
una nueva perspectiva sobre el mecanismo de la carcinogénesis.
Kundson razonó que podían ser necesarias hasta dos mutaciones para crear un
retinoblastoma. Una de las mutaciones alteraría el gen del retinoblastoma; si esto
ocurría en la línea germinal, estaría presente en todas las células que recibía el alelo
mutante. La segunda mutación sería un suceso adicional inespecífico que se produciría
en una célula ya alterada. La hipótesis de un segundo suceso era necesaria para explicar
por qué sólo una fracción diminuta de los retinoblastos de una persona que ha heredado
un gen mutante del retinoblastoma da origen a tumores.
Así, el retinoblastoma familiar estaría causado por la herencia de uno de los impactos
genéticos en forma de mutación constitucional (presente en todas las células del
cuerpo). Las personas que heredaran un impacto sólo necesitarían un suceso mutacional
adicional en un único retinoblasto para que esta célula diera lugar a un clon tumoral. Por
otro lado, en los casos
esporádicos ambas mutaciones
tendrían que darse
somáticamente en el feto en
desarrollo. Se trata de una
combinación muy improbable
de sucesos infrecuentes, aun
teniendo en cuenta los varios
millones de células del tejido
diana. El niño que heredara un
gen mutante del
retinoblastoma sólo necesitaría
un único impacto genético
adicional en un retinoblasto
para desarrollar un clon tumoral. En cambio, el niño que desarrollara un retinoblastoma a
través de la mutación esporádica de dos impactos, tendría pocas probabilidades de
presentar más de un tumor.
En resumen, la teoría dice que una célula sólo puede iniciar un tumor cuando contiene
dos alelos dañados; por tanto, una persona que hereda una copia de un gen mutante del
retinoblastoma debe experimentar una segunda mutación somática en uno o varios
retinoblastomas. También pueden producirse dos mutaciones somáticas en un único
retinoblasto de un feto no predispuesto, produciendo retinoblastoma esporádico.
Protooncogenes
Son genes que intervienen en los cuatro reguladores básicos del crecimiento celular
normal (factores de crecimiento, receptores de factores de crecimiento, moléculas de
transducción de señal y factores de transcripción nuclear) es decir, codifican proteínas
que inducen el ciclo celular. Cuando un protooncogén sufre una mutación, puede
convertirse en un oncogén, un gen
con un producto excesivamente
activo que puede provocar un
crecimiento y una diferenciación
celular incontrolados. Cuando una
célula pasa de un crecimiento
regulado a uno desregulado, se
dice que se ha transformado.
El gen RB1 fue el primer ejemplo identificado de gen supresor de tumor, una clase de
genes que controlan la división celular y, por tanto, ayudan a prevenir tumores. Es
característico de los genes supresores de tumor el rasgo de que las mutaciones
hereditarias son alelos dominantes en el nivel del individuo (heterocigotos desarrollan
la enfermedad), pero alelos recesivos en el nivel de la célula (las células heterocigóticas
no forman tumores). Esta aparente contradicción se resuelve teniendo en cuenta que en
los individuos que han heredado el primer impacto, un segundo impacto que tenga lugar
en cualquier célula producirá un tumor. Dado que en el feto en desarrollo hay varios
millones de retinoblastos dianas, las personas heterocigóticas forman, de media, varios
retinoblastos homocigóticos para una mutación de RB1. Cada uno de ellos puede
provocar un retinoblastoma. Así, lo que se hereda como rasgo autosómico dominante es
la fuerte predisposición a la formación de tumores (primer impacto). La penetrancia
incompleta de la mutación del retinoblastoma (90%) se explica por el hecho de que
algunas personas que heredan la mutación causante de enfermedad no experimentan un
segundo impacto en ninguno de los retinoblastos supervivientes. Se necesitan perder
ambos alelos de los genes supresores de tumores para que se induzca el cáncer y sus
mutaciones son con pérdida de función.
A menudo, el bloqueo de la proliferación celular se consigue con la participación de estos
genes supresores de tumores en vías que regulan el ciclo celular. Por ejemplo, la proteína
codificada por Rb1 (pRb) presenta actividad cuando está relativamente no fosforilada,
pero se regula a la baja cuando es fosforilada por cinasas dependientes de la ciclina
(Cdk) inmediatamente antes de la fase S del ciclo celular. En su estado activo e
hipofosforilado, la pRb se une a miembros del complejo de transcripción E2F y los
inactiva. La actividad de E2F es necesaria para la progresión a la fase S, por lo que su
inactivación por la pRb detiene el ciclo celular. Así, la pRb sirve de freno del ciclo celular
y normalmente sólo se libera cuando está inactivada a través de la fosforilación por Cdk.
Una mutación de pérdida de función de Rb1, una deleción del gen, o la hipermetilación
de la región 5’ pueden provocar su inactivación permanente. Sin este freo del ciclo
celular, la célula puede experimentar numerosas divisiones no controladas.
Varios genes supresores de tumor codifican inhibidores de Cdk, que inactivan la Cdk
impidiéndoles así fosforilar proteínas diana como la pRb. Los genes supresores de tumor
también pueden controlar la proliferación celular a través de sus efectos en la
transcripción o en las interacciones intercelulares.
Hay varias maneras por las que diversos tipos de inestabilidad genómica pueden dar
lugar a un cáncer. Algunos cánceres de mama están causados por la reparación
defectuosa de roturas bicatenarias que se dan en el ADN (por ejemplo, por
exposición a radiación). Esto puede deberse a mutaciones de genes como BRCAt, BCA2 o
ATM.
Una forma hereditaria de cáncer de colon puede tener su origen en una reparación de
emparejamientos erróneos del ADN defectuosa.
Gen TP53
En más de la mitad de todos los tumores humanos se observan mutaciones somáticas
del gen TP53, convirtiéndolo en el gen causante de cáncer que está alterado con mayor
frecuencia. Se observan mutaciones somáticas de TP53 en aproximadamente el 70% de
los tumores colorrectales, en un 40% de los tumores de mama y en el 60% de los
tumores de pulmón. Aproximadamente entre el 80% y el 90% de las mutaciones de TP53
se concentran en la parte del gen que codifica un dominio de unión al ADN, que
normalmente evita que la proteína p53 se una al ADN de otros genes.
Al igual que Rb1, p53 funciona como un gen supresor de tumor. La cantidad de su
producto proteínico, p53, aumenta en respuesta al daño celular. Al actuar como factor de
transcripción, p53 ayuda a regular decenas de genes que afectan al crecimiento, la
proliferación y la supervivencia celular. Las mutaciones hereditarias de TP53 pueden
causar síndrome de Li-Fraumeni.
TP53 es médicamente importante al menos en dos sentidos. En primer lugar, la
presencia de mutaciones de TP53 en tumores, especialmente en los de mama y colon, a
menudo es indicio de un cáncer más agresivo con perspectivas de supervivencia
relativamente malas. En segundo lugar, en última instancia TP53 podría ser importante
en la prevención de tumores. Experimentos ponen de manifiesto que la inserción de un
gen TP53 normal en células tumorales puede inducir la regresión tumoral al hacer que
las células cancerosas anormales experimenten apoptosis.
Las mujeres que heredan una mutación de BRCA1 presentan un riesgo de entre 50 y el
80% de desarrollar cáncer de mama durante toda la vida, mientras que el riesgo durante
toda la vida de quienes heredan una mutación de BRCA2 es ligeramente inferior
(cercano al 50%). Las mutaciones de BRCA1 también incrementan el riesgo de cáncer
ovárico en las mujeres (riesgo durante toda la vida del 20-50%) y confieren un riesgo
moderadamente superior de cáncer de próstata y de colon. Las mutaciones de BRCA2
confieren un riesgo elevado de cáncer ovárico (prevalencia durante toda la vida del 10-
20%). Aproximadamente el 6% de los varones que heredan una mutación de BRCA2
desarrollan cáncer de mama, lo que representa un riesgo 70 veces mayor que el de la
población general de sexo masculino.
Mutágenos
Cualquier cosa que altere o cambie la información genética
(usualmente ADN) de un organismo (mutación), provocando
un incremento en la frecuencia de mutaciones por encima del
nivel natural.
Existen factores que no son agentes mutágenos pero que determinan si una mutación
tendrá lugar o no, como la temperatura, la presión de oxígeno, el envejecimiento.
Teratógenos
Un agente es teratógeno s su administración a la madre embarazada
causa anomalías estructurales o funcionales en forma directa o indirecta
al feto o al niño después de nacer, aunque no se observen sino hasta
una etapa avanzada de la edad adulta. Generalmente se trata de algo
que es parte del ambiente al que está expuesta la madre durante el embarazo. Puede
ser un medicamento recetado, una droga de la calle, el consumo de alcohol o una
enfermedad de la madre capaz de aumentar la posibilidad de que el bebé nazca con un
defecto congénito.
Cáncer y ambiente
El riesgo de cáncer demuestra la existencia de variaciones significativas entre las
diferentes poblaciones y, dentro de la misma población, entre los distintos ambientes.
Por ejemplo, el cáncer gástrico es casi 3 veces más frecuente entre los japoneses que
residen en Japón que entre los japoneses que residen en Hawái o Los Ángeles.
En algunos casos, los agentes ambientales actúan como mutágenos que dan lugar a
mutaciones somáticas; a su vez, las mutaciones somáticas son responsables de la
carcinogénesis. Según algunas estimaciones fundamentadas principalmente en datos
obtenidos tras las explosiones de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, hasta el
75% del riesgo de cáncer puede tener un origen ambiental.
Radiación
Los datos obtenidos de sobrevivientes a Hiroshima y Nagasaki, así como los habitantes
de otras poblaciones que presentaron este tipo de exposición, demuestran la existencia
de un período prologado de latencia del rango de 5 años para la leucemia y de hasta 40
años respecto a otros tumores. El riesgo depende de la edad del paciente en el momento
de la exposición, de manera que es mayor en los niños menores de 10 años y en los
ancianos.
Carcinógenos químicos
Como el tabaco, diversos componentes de la dieta, productos industriales y los desechos
tóxicos.