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Por Que Deje El Catolicismo
Por Que Deje El Catolicismo
Por Que Deje El Catolicismo
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¿POR QUÉ DEJÉ EL CATOLICISMO?
¿POR QUÉ DEJÉ EL
CATOLICISMO?
POR
LUIS PADROSA
Ex sacerdote católico
Ex religioso de la Compañía de Jesús
Director-fundador
del Instituto Loyola de orientación psicológica
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina
PROLOGO
ii
Y crecía palabra del Señor y el número de los
la
discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem; tam-
bién una gran multitud de los sacerdotes obedecía
a la je." Esto leemos en los Hechos de los Apóstoles,
a continuación y como corolario de los primeros rela-
tos de persecución del naciente Cristianismo.
La historia se repite.
En la misma proporción en que es combatida una
creencia religiosa se atrae el interés público y aun
de los mismos enemigos hacia ella. La oposición y
difamación de una idea invita a estudiarla, a exami-
narla, a cerciorarse de sus argumentos y de las afir-
maciones oponentes y cuando éstas carecen de razón,
como ocurrió con la contradicción pagana del Cris-
tianismo en los primeros siglos de nuestra Era, los
resultados suelen ser del todo contraproducentes para
los opositores.
Tal es el caso de España.
Bastó que el actual Gobierno Español proclamara
una tolerancia mucho más restringida que la que ha-
bían gozado desde hace casi un siglo los cristianos
evangélicos de este país, para que el clero pusiera el
grito en el cielo. Cartas pastorales y furibundos ar-
G ¿POR QUÉ DEJÉ EL CATOLICISMO?
LOS EDITORES
a la pureza de la fe de Jesucristo.
Un corazón sincero y que de veras quiere conse-
guir su salvación, ante el convencimiento de esta ver-
dad, debe dar un nuevo rumbo a su vida.
Así lo hice, y al hacerlo entró en mi corazón una
paz desconocida.
Trece años de estudio intenso de la apologética me
han llevado a un convencimiento inquebrantable. Co-
nozco los argumentos de ambas partes. Los he ana-
lizado, y al hacerlo, unos se me han desmenuzado en
mis manos como arena movediza, y los otros se han
robustecido como roca firme, capaz de sostener el
formidable edificio de la fe.
Aquellos que mejoraron su vida oyendo mi pre-
dicación, que no vuelvan atrás. Fué cierto lo que les
INTRODUCCIÓN 17
Capítulo I
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
INFALIBILIDAD PONTIFICIA 23
INFALIBILIDAD PONTIFICIA 25
INFALIBILIDAD PONTIFICIA 29
y Cielo.
—¿Y usted sabe de quién es la Odisea y la Ilíada?
— Claro De Homero.
¡ !
dad infalible.
Siempre fué necesario o conveniente a los hombres
para acertar en materia de religión una fuente segu-
ra de enseñanzas, y no existió jamás.
Bien les habría sido a los israelitas tener una auto-
ridad infalible que interpretara las Escrituras. De
haberla tenido los judíos, el tribunal eclesiástico no
habría condenado a Jesucristo como reo de muerte
por blasfemo e impostor.
NECESIDAD DE UNA IGLESIA VISIBLE 37
UNIDAD
Para conocer cuál es la Iglesia verdadera, se seña-
lan cuatro notas con las que se distingue la verda-
dera iglesia de las que no lo son:
Debe ser: Una, Santa, Católica y Apostólica.
Sólo una Iglesia, la verdadera, las puede tener todas.
Pero la más característica de la verdadera Iglesia
es la UNIDAD.
Dicen los Católicos que la Iglesia Romana es la
única que tiene las cuatro notas, especialmente la de
la unidad: un solo rebaño y un solo pastor.
Las demás iglesias tienen muchos rebaños y mu-
chos pastores.
Luego, la Iglesia verdadera es la Iglesia Católica
Romana.
A esto respondemos: Si se mira sinceramente y sin
apriorismos el Cristianismo, nunca ha sido uno. Ya
San Pablo se quejaba de que unos decían "yo soy
de Pablo", "yo de Apolo", "yo de Cefas". "¿Acaso
— decía San Pablo —
Jesucristo está dividido?"
Desde los primeros siglos hubo cismas y lo que ellos
llamaban herejías. Notemos que estas herejías no
40 ¿POR QUÉ DEJÉ EL CATOLICISMO?
TRADICION
La Iglesia Católica dice que debemos fundamentar
nuestra fe, no sólo en también en
las Escrituras sino
la Tradición.
Es natural que la Iglesia Católica no prescinda de
la Tradición para cimentar sus dogmas, porque no
puede. De prescindir de la Tradición no podría jus-
tificar muchas de las doctrinas que propone, o mejor
dicho, impone como de fe.
A los argumentos sobre la validez de la Tradición
para probar nuestra fe, nosotros respondemos:
1? Las cosas que nos propone la Tradición y ya
están contenidas en la Biblia, las admitimos por la
Biblia. No es menester el argumento de la Tradición.
OBLIGACIONES
El culto en Latín
Ayuno eucarístico
Confesión
OBLIGACIONES 59
Celibato eclesiástico
OBLIGACIONES 65
CONCLUSION
CONCLUSIÓN 69
(De Calatayud)
La
tercera conferencia ofrecida por el P. Padrosa en
elTeatro Municipal no sólo no decayó en número, sino
que ha planteado el problema insoluble: no hay más
cabida.
Los obreros cambian los turnos en sus industrias,
para alternarse y oír la docta palabra.
Los indiferentes se agolpan en el teatro a coger sitio
como si se tratase de una conferencia sólo para ellos.
Con demostraciones convincentes y con galanura
inigualables, el auditorio ha salido de la conferencia
entusiasmado, y se espera que hoy, dos horas antes,
no haya sitio disponible.
(De Alicante)
(De Badalona)
(De Barcelona)
(De Sevilla)
EN DEFENSA PROPIA
Rdo. P. Provincial:
Muy amado en Cristo, P.:
Luis Padrosa, S. J.
82 ¿POR QUÉ DEJÉ EL CATOLICISMO?
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PRINTED IN U. S. A.
1012 01011 3761
AURORA
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/EDITORIAL^