Resúmen ElCapital Cap1
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Siglo XXI
Argentina Editores S.A. Capítulo 1. La Mercancía
Plantea una visión alternativa a la economía política inglesa de la época, la cual buscaba el
valor de las mercancías en dimensiones como el intercambio. Marx va a decir que el valor
se expresa en el intercambio, pero su fuente es el trabajo humano.
1. Los dos factores de la mercancía: valor de uso y valor (sustancia del valor, magnitud
del valor).
El Capital comienza buscando develar qué lógicas sociales hay detrás de la forma
mercancía. En esta sección se exponen los siguientes conceptos e ideas:
Mercancía: Es “en primer lugar, un objeto exterior, una cosa que merced a sus propiedades
satisface necesidades humanas del tipo que fueran” (p. 43). No importa qué tipo de
necesidades sean, el asunto es que esa cosa las satisface.
Valor de uso. Es la materialidad de una cosa que satisface las necesidades en cuestión. Y
es que la utilidad de la cosa está condicionada por su cuerpo (su materialidad). Este valor
de uso se efectiviza solamente en el uso o consumo.
Para poder intercambiar estos valores de uso entre sí es necesario “reducir los valores de
cambio de las mercancías a algo que les sea común” (p. 46). Para poder intercambiarlos
ese algo en común debe ser de igual proporción. Ese algo común es el “ser productos del
trabajo” (p. 46).
Valor(es). Esa cosa común es una abstracción hecha del trabajo concreto que produjo un
valor de uso concreto. No importa ya si es el trabajo de un sastre o de un ebanista. Se trata
de lo que tienen en común dichos trabajos. El “trabajo humano indiferenciado, (...) trabajo
abstractamente humano (...) En cuanto cristalizaciones de esa sustancia social común a
ellas, son valores” (p. 47).
Mercancía. No sólo tiene que ser útil, sino que tiene que ser valor (producto del trabajo
humano abstracto) y además representar un valor de uso para otros (que sea social, no sólo
útil para el mismo productor). Se transforma en mercancía, finalmente, sólo a través del
intercambio (no cuando produces algo ya destinado, x ejemplo, para el patrón en
condiciones serviles) (p. 50)
El valor de cada mercancía (la manifestación de las magnitudes de trabajo abstracto que
contienen) “sólo puede ponerse de manifiesto en la relación social entre diversas
mercancías” (p. 58). Es decir, a través de su valor de cambio.
En lo que sigue, Marx va a ir desde la comparación simple entre mercancías y sus valores,
hasta lo que implica la equivalencia simbolizada en el dinero, para elucidar qué implica el
valor de cambio (es decir, la intercambiabilidad de mercancías y de sus valores).
El rol del cuerpo de la chaqueta aquí es expresar el valor de los lienzos. Entonces “el valor
de una mercancía [se expresa] en el valor de uso de la otra” (p. 64). En esta equivalencia, el
valor de uso de la chaqueta es ser “el material de su propia expresión de valor” (p. 65). Y se
expresa cuantitativamente, expresando que contienen igual cantidad de trabajo. Si cambia
la cantidad de trabajo necesario para producir una mercancía, cambia también su valor, y
cambian a su vez las equivalencias entre ambas mercancías.
El que una mercancía ocupe el rol de equivalente significa, a la vez que expresa el valor de
otra, expresa por equivalencia su propio valor y por ende es directamente intercambiable (p.
1
En realidad no dice valor, sino valor de cambio. Pero más adelante (p. 74) dirá que dice valor de
cambio sólo por fines expositivos y que en realidad se refería al valor.
68). De la misma manera, el equivalente representa cantidades de trabajo concreto
(específico) en cantidades de trabajo abstracto.
Frente a esto, Marx recuerda cómo Aristóteles se pregunta cómo es posible que cosas tan
heterogéneas sean comparables e intercambiables. Y lo que dice es que Aristóteles no
podía concebir la idea de valor como base del intercambio porque vivía en una sociedad
cuya “base natural era la desigualdad de los hombres y de sus fuerzas de trabajo”. Agrega
que:
Aquí múltiples mercancías (todas, si quieres) se equivalen entre sí. “Por primera vez este
mismo valor se manifiesta auténticamente como una gelatina de trabajo humano
indiferenciado” (p. 77). Es, por ende, la magnitud de valor de la mercancía la que regula el
intercambio, y no al revés. Ya que es la misma magnitud para todos los intercambiables.
Asimismo, aquí todas las mercancías hacen de equivalentes de las otras. Y todos los
trabajos útiles concretos, son la efectivización del trabajo humano abstracto.
Es cuando una de las mercancías se distingue de las demás para fungir de equivalente
general entre todas las demás mercancías. “...surge tan sólo como obra común del mundo
de las mercancías” (p. 81). El trabajo que expresa esa mercancía refleja entonces, a los
demás trabajos. “Su forma corpórea cuenta como encarnación visible, como crisálida social
general de todo trabajo humano” (p. 82).
“La clase específica de mercancías con cuya forma natural se fusiona socialmente la forma de
equivalente, deviene mercancía dineraria o funciona como dinero” (p. 85) ← transición hacia
forma dinero.
Como se dijo, esto es algo opaco para las personas “No lo saben pero lo hacen. El valor,
en consecuencia, no lleva escrito en la frente lo que es. Por el contrario, transforma a todo
producto del trabajo en un jeroglífico social” (p. 90-91). Y “se trata de formas de pensar
socialmente válidas, y por tanto objetivas, para las relaciones de producción que
caracterizan ese modo de producción social históricamente determinado: la producción de
mercancías” (p. 93).
El carácter fetichista está también en que las cosas adquieren poder, los productos del
trabajo se enajenan así del productor. “Su propio movimiento social posee para ellos la
forma de un movimiento de cosas bajo cuyo control se encuentran, en lugar de controlarlas”
(p. 91).
La proyección en Marx es que esto se disuelva y los trabajadores recuperen el control sobre
el mundo de las cosas.
“El reflejo religioso del mundo real únicamente podrá desvanecerse cuando las
circunstancia de la vida práctica, cotidiana, representen para los hombres, día a día,
relaciones diáfanamente racionales, entre ellos y con la naturaleza. La figura del
proceso social de vida, esto es, del proceso material de producción, sólo perderá su
místico velo neblinoso cuando, como producto de hombres libremente asociados,
éstos la hayan sometido a su control planificado y consciente” (p. 97).