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Marco Teórico Conceptual Autoestima
Marco Teórico Conceptual Autoestima
Marco Teórico Conceptual Autoestima
Para empezar a describir nuestra variable de estudio, es importante conocer primero algunos
aspectos que van a permitir un estudio más específico y detallado.
Definiciones
En los ámbitos de la Psicología existen muchos autores que se han preocupado del estudio
de la autoestima por ser ésta, un factor importante en el proceso de enseñanza- aprendizaje y
en el desarrollo integral de la persona. A continuación, se expondrán algunas definiciones de
autoestima recogidas de diversos autores.
Agrega el mismo autor, que la autoestima resulta de una experiencia subjetiva que el
individuo transmite a otros a través de reportes verbales y otras conductas expresadas en
forma evidente que reflejan la extensión en la cual el individuo se cree valioso, significativo
y exitoso, por lo cual implica un juicio personal de su valía.
¿Qué es autoestima?
Corkille (2001), indica que la autoestima constituye lo que cada persona siente por sí mismo,
su juicio general y la medida en que le agrada su propia persona, coincidiendo con lo
planteado por Mussen, Conger y Kagan (2000), quienes afirman que la autoestima se define
en término de juicios que los individuos hacen acerca de su persona y las actitudes que
adoptan respecto a sí mismos.
Por otro lado Hertzog (1980) señala que la autoestima es un conjunto de experiencias que el
individuo ha tenido consigo mismo y que lo conducen a un proceso de reflexión y
autoevaluación. Con respecto a lo antes mencionado, la autoestima es una actitud valórica
emocional, que se mueve por un continuo entre lo negativo y lo positivo. En este caso, lo que
es valorado o evaluado es la autoimagen, o sea, la imagen que un individuo tiene de sí mismo.
Mézerville (1993) señala que autores como Alfred Adler y William James consideran la
autoestima como el resultado de las metas propuestas. Además, indican que el proceso de la
autoestima no sólo se desarrolla dentro del individuo, sino también se vincula con el éxito o
fracaso que obtenga en la búsqueda de sus metas. Entonces, se puede entender que existen
dos fuentes que sustentan a la autoestima: una fuente interna (el propio sentido de
competencia al enfrentarse con el entorno) y una externa (la estima que otras personas tienen
de un individuo).
Existen razones para creer que el ser humano viene al mundo con ciertas diferencias
hereditarias en cuánto a energía, resistencia, predisposición a gozar o no de la vida… Sin
embargo, la persona no nace con un concepto de lo que ella es, sino que éste se va formando
y desarrollando progresivamente en la medida en que se relaciona con el ambiente, mediante
la internalización de las experiencias físicas, psicológicas, y sociales que se obtienen durante
el desarrollo. Es decir, la autoestima es algo que se aprende y, como todo lo aprendido, es
susceptible de cambio a lo largo de toda la vida.
● Por el autoconocimiento que tenga uno mismo de sí, es decir, el conjunto de datos que
tiene el individuo con respecto a su ser y sobre lo que no se aplica un juicio de valor.
● Por los ideales a los que espera llegar, es decir, como a la persona le gustaría o desearía
ser. Esto se ve fuertemente influenciado por la cultura en la que se está inserto. En el ideal
que cada uno tiene de sí mismo se encuentra el modelo que el individuo tiene que enfrentar,
enjuiciar y evaluar. Ese ideal es el que le imprime dirección a la vida.
Importancia de la Autoestima
La autoestima es una necesidad vital para el ser humano, es básica y efectúa una contribución
esencial al proceso de la vida, desempeñando un papel clave en las elecciones y decisiones
que le dan forma; es indispensable para el desarrollo normal y sano; tiene valor de
supervivencia; su ausencia traba la capacidad para funcionar. Representa un logro individual,
producto de una labor perseverante de crecimiento interno. De la valoración que uno haga de
sí mismo dependerá lo que se haga en la vida y su participación en ella. Condiciona el proceso
de desarrollo de las potencialidades humanas y la inserción de la persona dentro de la
sociedad.
Un ser humano no puede esperar realizarse en todo su potencial sin una sana autoestima, al
igual que tampoco puede hacerlo una sociedad cuyos miembros no se valoran y no confían
en su mente. Se ha llegado a un momento en el que la autoestima ya no es sólo una necesidad
psicológica sumamente importante, sino que se ha convertido también en una necesidad
económica de la misma importancia, atributo imperativo para adaptarse a un mundo cada vez
más complejo, competitivo y lleno de desafíos.
Niveles de Autoestima
De acuerdo con Haeussler y Milicic (2008) algunas de las expresiones más frecuentes de los
niños con una baja autoestima son las siguientes:
Actitud Insegura: Los individuos no confían en sus capacidades. Tienen temor a exponerse.
Estas personas tienen el potencial para el éxito, sin embargo, los frena el pensar en la
posibilidad del fracaso y el error.
Actitud perfeccionista: Nunca están contentos con lo que hacen. Se muestran inconformes
con lo realizado y presentan resistencia a permitir que los demás vean lo que han hecho.
Aunque sus trabajos son de buena calidad, son muy lentos y no alcanzan a terminarlos”.
Actitud desafiante y agresiva: Esta actitud tiende a confundir al observador ya que el niño
aparece como muy seguro, demostrando que no necesita de nadie y es autosuficiente. Llaman
la atención con esta conducta.
Actitud derrotista: Se auto perciben como fracasados. Imaginan que ante cualquier tarea
sus resultados van a ser deficientes, por lo que muchas veces ni siquiera la inician.
Actitud complaciente: son personas a quienes se les dificulta decir “No” frente a las
necesidades de los otros, dejan en segundo plano sus propias necesidades.
Necesidad compulsiva de aprobación: Quieren ser constantemente aprobados por todos.
Necesitan reconocimiento por cada logro y buscan permanentemente la atención de los
adultos, dependiendo de ellos para su valoración personal.
● Las limitaciones no disminuyen su valor como personas, se sienten "queribles" por lo que
son y descubren la importancia de cuidarse a sí mismas.
● Serenidad al hablar de los logros y fracasos directa y honestamente, ya que mantienen una
relación de amistad con los hechos.
● Ausencia de preocupación por lo que haya ocurrido en el pasado o por lo que pueda ocurrir
en el futuro.
● No conocen ni saben quiénes son, ni cuáles son sus capacidades o habilidades que les hagan
dignas de ser queridas por ellas mismas y por los demás.
● Dificultad para aceptar y valorar a los otros como son, tratan de cambiarlos para satisfacer
sus necesidades y expectativas a través de ellos.
● Actitud excesivamente quejumbrosa y crítica, triste, insegura, inhibida y poco sociable,
perfeccionista, desafiante, derrotista, parecen poco vitales, les falta espontaneidad y
presentan agresividad.
● Necesidad de llamar la atención y de sentirse valoradas y apoyadas por los demás, por lo
que presentan una especial sensibilidad ante actitudes de rechazo.
● Ocultan sus verdaderos sentimientos y pensamientos cuando creen que no concuerdan con
los del resto de las personas.
● No logran establecer sanas relaciones, ni plantear las ideas claramente por miedo a ser
rechazadas.
● Indecisión crónica, temor excesivo a equivocarse por lo que son poco creativas, prefieren
decir "no sé".
● Prefieren ser descritas como "flojas" y no como "tontas", por lo que tienen un bajo
rendimiento. ● Irritabilidad frente a personas entusiastas con respecto a la vida.
Dimensiones de autoestima
Si bien existe una valoración global acerca de si mismo, que puede traducirse en una
percepción de ser querible, valioso y estar contento de ser como es; o por el contrario, en un
sentimiento de ser poco valioso, no querible y, por lo tanto, un sentimiento negativo y de no
aceptación respecto de uno mismo, existen también otras dimensiones o áreas específicas de
la autoestima. Dentro de ellas, las siguientes son muy significativas en la edad escolar:
Dimensión física
Se refiere en ambos sexos, al hecho de sentirse atractivo físicamente. Incluye también, en los
niños, el sentirse fuerte y capaz de defenderse; y en las niñas, el sentirse armoniosa y
coordinada.
Dimensión social
Dimensión afectiva
- Simpático o antipático
- Estable o inestable
- Valiente o temeroso
- Tranquilo o inquieto
- Generoso o tacaño
- Equilibrado o desequilibrado.
Dimensión académica
Dimensión ética
Se relaciona con el hecho de sentirse una persona buena y confiable o, por el contrario, mala
y poco confiable. También incluye atributos como sentirse responsable o irresponsable,
trabajador o flojo. La dimensión ética depende de la forma en que el niño interioriza
los valores y las normas, y de como se ha sentido frente a los adultos cuando las ha
transgredido o ha sido sancionado. Si se ha sentido cuestionado en su identidad cuando ha
actuado mal, su autoestima se verá distorsionada en el aspecto ético.
Beneficios de la autoestima
Son diversos los beneficios de la autoestima, en tanto se vinculan con los aportes que provee
para el individuo que la posee en alto nivel.
Uno de los beneficios expuestos por McKay y Fanning (1999), es la salud mental. Explican
los autores que una alta autoestima es el resultado deseado del proceso de desarrollo humano.
Se ha vinculado con la salud mental a largo plazo y con el equilibrio emocional. Los
individuos cuya autoestima no se ha desarrollado lo suficiente, manifiestan síntomas
psicosomáticos de ansiedad.
La relación es recíproca, es decir, quienes han tenido una autoestima alta tienden a tener
mayor rendimiento académico, y los que realizan su potencial académico tienen una mayor
autoestima.
Se ha considerado que la autoestima aparenta ser un valor muy personalista, sin embargo,
todo aquello que perfecciona a los individuos como seres humanos, se pone al servicio de los
demás; una vez que se ha recorrido el camino, es más sencillo conducir a otros por una vía
más ligera hacia esa mejora personal a la que todos los individuos aspiran.
Por consiguiente, se puede indicar que los beneficios de la autoestima incluyen un mayor
control sobre los pensamientos, emociones e impulsos, un fomento de su responsabilidad
sobre la vida y las consecuencias de sus actos, una mejora notable en la noción de los
esquemas corporales al entrar en contacto con el cuerpo haciéndose consciente de sí mismo,
una mejora en la estima hacia los demás miembros de su familia, compañeros de clase y
amigos.
La autoestima una vez pasando por cierto tipo de situaciones empieza a variar, presentando
cambios notorios en el comportamiento del individuo, que pueden afectar su estado anímico,
por ejemplo: si el joven antes era espontaneo y extrovertido una vez que la autoestima baja
tiende a ser una persona distraída, solitaria, pensativa, aislada y suele ser bastante afectada
emocionalmente.
No aceptación personal: Este es otro de los factores que impide el desarrollo de una
autoestima sana, ya sea por factores relacionados con la no aceptación del tono de piel, o
factores fundamentales como hogares disfuncionales y sucesos que marcan deterioro
emocional como el caso del abuso familia, verbal, sexual y emocional.
Abuso sexual: Los adolescentes o estudiantes en edades escolares que han padecido algún
tipo de abuso sexual en su niñez o adolescencia tienden a demostrar baja autoestima con
respecto a las relaciones con las demás personas a la hora de comunicarse e incluso de tener
confianza con desconocidos por temor a que estos le generen algún tipo de daño, a su vez
causa deterioro en el área social por temor a ser rechazados si comentan lo sucedido, o que
esto le genere burlas de los demás.