Estudio de Casos (Formación Empresarial)
Estudio de Casos (Formación Empresarial)
Estudio de Casos (Formación Empresarial)
Conceptualización de la técnica
Antecedentes
La técnica del caso tiene ya una larga historia en la enseñanza. Si se considera a la palabra “caso” en
su sentido amplio, se puede afirmar que en la educación siempre se ha utilizado en forma de
ejemplo o problema práctico. La casuística, por ejemplo, típica de la filosofía escolástica medieval,
no es sino la aplicación del caso para resolver problemas morales o religiosos, pero sin entrar en el
análisis de la situación social o psicológica previa (López, 1997). En su acepción más estricta, el caso
se comienza a utilizar en Harvard, en el programa de Derecho, hacia 1914. El “Case System”
pretendía que los alumnos del área de leyes buscaran la solución a una historia concreta y la
defendieran. Pero es hacia 1935 cuando el método cristaliza en su estructura definitiva y se
extiende, como metodología docente, a otros campos. Se perfecciona, además, con la asimilación
del "role-playing" y del sociodrama que son otras dos técnicas de enseñanza las cuales, en pocas
palabras, consisten en representar o dramatizar una situación problemática concreta de la vida real.
El estudio de casos como estrategia didáctica también se utilizó en dicha universidad en la Escuela
de Graduados en Administración. A partir de estas experiencias, ha sido ampliamente desarrollada
en la formación de profesionales en el campo del derecho, la administración de empresas y
organización, medicina y ciencias políticas, entre otros. Actualmente está teniendo una notable
aplicación en el ámbito de las ciencias sociales.
Definición de la técnica
La técnica de estudio de casos consiste precisamente en proporcionar una serie de casos que
representen situaciones problemáticas diversas de la vida real para que se estudien y analicen. De
esta manera, se pretende entrenar a los alumnos en la generación de soluciones.
Específicamente, un caso es una relación escrita que describe una situación acaecida en la vida de
una persona, familia, grupo o empresa. Su aplicación como estrategia o técnica de aprendizaje,
como se apuntó previamente, entrena a los alumnos en la elaboración de soluciones válidas para
los posibles problemas de carácter complejo que se presenten en la realidad futura. En este sentido,
el caso enseña a vivir en sociedad. Y esto lo hace particularmente importante.
El caso no proporciona soluciones sino datos concretos para reflexionar, analizar y discutir en grupo
las posibles salidas que se pueden encontrar a cierto problema. No ofrece las soluciones al
estudiante, sino que le entrena para generarlas. Le lleva a pensar y a contrastar sus conclusiones
con las conclusiones de otros, a aceptarlas y expresar las propias sugerencias, de esta manera le
entrena en el trabajo colaborativo y en la toma de decisiones en equipo. Al llevar al alumno a la
generación de alternativas de solución, le permite desarrollar la habilidad creativa, la capacidad de
innovación y representa un recurso para conectar la teoría a la práctica real. Ese es su gran valor.
En qué consiste la técnica
El uso de esta técnica está indicado especialmente para diagnosticar y decidir en el terreno de los
problemas donde las relaciones humanas juegan un papel importante. Alrededor de él se puede:
1. Analizar un problema.
4. Tomar decisiones.
Dentro del enfoque del estudio de casos como estrategia didáctica (Martínez y Musitu, 1995),
mencionan que se pueden considerar en principio tres modelos que se diferencian en razón de los
propósitos metodológicos que específicamente se pretenden en cada uno:
1. En primer lugar, se hace referencia al modelo centrado en el análisis de casos (casos que han sido
estudiados y solucionados por equipos de especialistas). Este modelo pretende el conocimiento y la
comprensión de los procesos de diagnóstico e intervención llevados a cabo, así como de los recursos
utilizados, las técnicas empleadas y los resultados obtenidos a través de los programas de
intervención propuestos. A través de este modelo, básicamente se pretende que los estudiantes,
y/o profesionales en formación, conozcan, analicen y valoren los procesos de intervención
elaborados por expertos en la resolución de casos concretos. Complementariamente, se pueden
estudiar soluciones alternativas a la tomada en la situación objeto de estudio.
2. El segundo modelo pretende enseñar a aplicar principios y normas legales establecidos a casos
particulares, de forma que los estudiantes se ejerciten en la selección y aplicación de los principios
adecuados a cada situación. Se busca desarrollar un pensamiento deductivo, a través de la atención
preferente a la norma, a las referencias objetivas y se pretende que se encuentre la respuesta
correcta a la situación planteada. Este es el modelo desarrollado preferentemente en el campo del
derecho.
Características de la técnica
La técnica de estudio de casos como método docente, tiene la gran ventaja de que se adapta
perfectamente a distintas edades, diversos niveles y áreas de conocimiento. Lo mismo se puede
emplear en la educación primaria que en la media y superior, en la formación de adultos analfabetos
o en la capacitación para empresarios. Las narraciones presentadas como estudio de caso, dentro
de la perspectiva didáctica, deben cumplir una serie de condiciones entre las que destacan las
propuestas por Mucchielli (1970):
Elaboración de un caso para su aplicación
Medios para recoger datos Para recopilar datos que sirvan de base a la ulterior redacción del caso,
se dispone normalmente de tres medios (López, 1997):
Lo que da valor a un caso, lo que hace que se convierta en algo motivante y significativo, es el
tema del que trate, más que la redacción de la historia. Si el tema toca materias discutidas y
polémicas, seguro que provoca una animada discusión, aun cuando el desarrollo concreto de la
narración deje mucho que desear. Al igual que para escribir un cuento o para diseñar una
novela, para elaborar un caso se exige un mínimo de imaginación y fantasía. Tal vez lo más fácil
y práctico sea partir de un hecho ocurrido en la vida real, disimulando, por supuesto, los detalles
de identificación. Antes de comenzar a redactar, conviene elaborarse un guión detallado de los
siguientes aspectos:
d. ¿Nos interesa tener previstas varias soluciones válidas o que sólo una sea la correcta?
e. ¿Conviene plantear al final una lista de preguntas concretas que faciliten el análisis y la
discusión, o bien, se propone como una simple narración abierta?
f. ¿Interesa que en el fondo del caso exista latente una moraleja concreta o tan sólo que los
alumnos reflexionen y planteen diversas alternativas?
· Verosímil: de modo que su argumento sea posible, que quede la impresión de que lo ha vivido
alguien.
· Provocador: que la historia que cuenta estimule la curiosidad e invite al análisis de sus
personajes.
Cercano: con narraciones y psicologías del entorno más cercano, de la propia cultura.
· Dejar datos en la penumbra para que los invente el que analice posteriormente la historia (un
caso no es un test proyectivo).
Tipos de casos
Caso de valores
La selección o redacción del caso debe cumplir las normas generales. La novedad consiste en
que se solicita un juicio de responsabilidades sobre las personas o actitudes descritas en el caso.
Inconscientemente, cada participante realiza un proceso de "identificación" con algún
personaje, con aquél que encarne mejor la propia jerarquía de valores. Al identificarse con el
protagonista, condena al antagonista. Y todo ello, aún cuando se intente justificar
racionalmente, tiene muy poco de justo: se basa exclusivamente en posturas subjetivas ante la
vida. Se puede completar el análisis formulando dos preguntas finales:
Caso Incidente
Si se cuenta con varios subgrupos, puede resultar interesante que cada uno inicialmente elabore
su propia solución en el ámbito individual, a continuación se elabore en el grupo pequeño y, en
una tercera fase, se diseñe una solución global con las intervenciones de todo el grupo. Esta es
una excelente oportunidad de que los alumnos trabajen de manera colaborativa.
Lo que se pretende es entrenar al grupo para encontrar soluciones razonables. Se diferencia del
caso incidente en que aquí no existe información complementaria: el grupo ha de contentarse
con los datos del caso y concentrar su esfuerzo en conciliar las soluciones diversas para
encontrar la solución más razonable. En este modelo, la figura del profesor es importante como:
· Conciliador o integrador de soluciones diversas. · Cuestionador crítico de soluciones falsas o
simplistas. · Animador de la prudencia inventiva en la búsqueda de nuevos caminos.
a. Expuesto el caso, las personas del grupo expresan sus opiniones espontáneas.
c. En los subgrupos más pequeños, los participantes responden a tres preguntas concretas: ·
Emocionalidad que provoca la existencia de casos como el analizado. · Causas ocasionales que
intervinieron en el caso y su relación o no con dichas emociones. · Consecuencias que se derivan
de casos como el analizado.
Este método sólo puede utilizarse cuando previamente se ha desarrollado ya una discusión
ideológica o un proceso de concienciación respecto a un problema concreto. El núcleo del
método consiste en solicitar al grupo que presente un caso real que incluya la problemática
analizada con anterioridad. Cuando se dice caso real se entiende un caso en que hayan sucedido
globalmente las circunstancias analizadas, aunque no todas a las mismas personas y en las
mismas situaciones. Se trata, por lo tanto, de entrenar al grupo en la búsqueda de casos reales
y, a partir de ellos, discutir las soluciones concretas.
Caso temático
Cuando se plantea un caso temático, no interesa tanto que el grupo busque soluciones
concretas a la situación planteada como simplemente dialogar sobre un contenido específico.
La elección del contenido depende, evidentemente, de la situación real del propio grupo. Lo que
interesa, por tanto, no es el caso en sí sino el tema de fondo sobre el que gira ese caso: divorcio,
drogas, eutanasia, relaciones premaritales, racismo, aborto, homosexualidad, tensión
generacional, ingeniería genética, etc. Se trata de la fórmula más libre y, por lo tanto, más
tangencial al concepto estricto de caso. Se plantea una historia, pero lo que interesa no es tanto
la historia sino el tema sobre el que versa esa historia.
Esta técnica de trabajo tiene un notable interés en aquellas áreas que requieren un
entrenamiento para la formación teórico-práctica de los estudiantes. De acuerdo con varios
autores como Alfonso López (1997) y otros profesores con vasta experiencia en esta área, los
estudiantes pueden desarrollar, a través del uso de esta técnica:
c. La habilidad para trabajar en grupo y la interacción con otros estudiantes, así como la actitud
de cooperación, el intercambio y la flexibilidad, lo cual constituye una preparación eficaz para
las relaciones humanas.
i. La motivación por el aprendizaje, ya que los alumnos por lo general encuentran el trabajo de
estudio de casos más interesante que las lecciones magistrales y la lectura de libros de texto.