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Origen Del Trabajo Social Inglaterra
Origen Del Trabajo Social Inglaterra
Origen Del Trabajo Social Inglaterra
En Puerto Rico surge como consecuencia a los cambios económicos, políticos, sociales y al
huracán San Ciriaco.
En el siglo XIX se comienza a dar servicio de bienestar social de una contribución adinerada de
personas.
1899 Se establece junta de caridad para distribuir alimento a las personas necesitadas con la
ley orgánica que se crea el primer capítulo de la Cruz Roja Americana con el propósito de prestar
servicio a la familia de los militares afectados por la primera guerra mundial.
1923 Cruz Roja ofrece talleres académicos en la universidad de Puerto Rico bajo la iniciativa
de Beatriz Lazalles.
1923-1931 Se establece las bases para el trabajo social como profesión en Puerto Rico.
1941 Se establece la ley 41 regula la practica en Puerto Rico y que se convirtiera en pionera en
legislar en la reglamentación del trabajo social colegiación compulsoria.
1942 Segunda guerra mundial se nombra el comité de trabajo social en defensa nacional tenia
propósito labor preventivo con el fin de enfrentar los efectos de la guerra y ayudar a la primera
dama del gobernador.
1943 Se crea la primera plaza en una institución privada se llama casa de convalecencia en
Guaynabo.
1956 Queda establecida como profesión del trabajo social en Puerto Rico.
Para el final de los años 1880, apareció un nuevo sistema para atender los problemas
sociales, estos movimientos se enfocaron en las causas de la pobreza atraves de la
reforma, investigación y residencia ( Huff, D. 2008) estos ofrecían una variedad de servicios
que incluían educación, ayuda legal y servicios médicos, estos servicios también abogaban
por cambios en la administración social. Los administradores de estos movimientos
comunitarios estuvieron interesados en la cultura de las personas que ellos querían ayudar.
TRANSCRIPCIÓN
(Antecedentes históricos que sirven de base para explicar el origen del TS en Inglaterra)
Una nueva Ley de Protección a los pobres establece la "tabla de aplicación universal", se
basa en el consumo de la ración mínima de pan considerada como necesaria para el
sostenimiento de una familia. Debe usarse para complementar el salario de los
trabajadores que no devengan un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades de
subsistencia.
Los efectos de esta ley se extienden igualmente a la protección de "familias muy pobres"
que, de acuerdo al número de miembros que las integran, deben recibir "subsidios de
auxilio". Beneficiando también a ancianos, enfermos e incapacitados.
No logran disminuir los estragos de la pobreza.
El número de personas que reciben auxilio parcial o total es cada vez mayor y aumenta
progresivamente ante la actitud que asumen los patronos. Quienes amparándose en las
medidas adoptadas, resuelven pagar salarios excesivamente bajos y envían los
trabajadores a solicitar ayuda de los "guardianes de pobres".
En el periodo comprendido entre los siglos XII y Xv, la iglesia se convierte en la institución
caritativa de mayor importancia y su obra religioso-asistencial en favor de los necesitados
es completada por las actividades de beneficencia que cumplen los gremios: Mercaderes,
Artesanos, fraternidades rurales, sociales y eclesiásticas.
Apoyándose en sólidos nexos de solidaridad y ayuda mutua.
Propician la creación de servicios asistenciales para ayudar a sus miembros enfermos o
necesitados, viudas y huérfanos.
También financian obras de caridad para la asistencia de otros grupos de necesitados que
pertenecen al pueblo.
En Inglaterra, durante la Edad media, el cuidado y atención de los "pobres" estuvo bajo la
dirección y control de la Iglesia.
Dar limosna a desamparados y auxiliar a inválidos representan el cumplimiento de una
obligación religiosa, que sirve para ganar la gracia de Dios, purgar pecados y salvar el
alma. Proverbios 19: 17 "A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo
volverá a pagar."
Los fondos destinados a la protección de los menesterosos y necesitados provienen de las
dádivas y limosna que la iglesia recolecta entre sus feligreses.
En el transcurso del S. XV los monasterios, conventos, hospitales y abadías se convierten
en poderosos centros benéficos-asistenciales. Prestando diversas formas de auxilio, que
consiste en ofrecer refugio, comida y ropa para los pobres y mendigos ambulantes.