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Rae - Gramatica de La Lengua Española Foro

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La base de cualquier relación es la comunicación.

La comunicación establece conexiones y las


conexiones forjan relaciones. Es fundamental disponer de una capacidad de comunicación eficaz en
el trabajo. Unas palabras equivocadas, unos gestos imprudentes o unos conceptos mal interpretados
pueden generar situaciones no deseadas. Para mejorar nuestras relaciones con los
demás debemos desarrollar técnicas eficaces como:

 Exteriorización: transmitir con claridad al otro lo que pensamos, sentimos y queremos.


 Asertividad: defender nuestras opiniones, ideas y necesidades al mismo tiempo que
respetamos a los demás.
 Atención dinámica: escuchar de verdad lo que dicen los demás.
 Crítica: compartir, de forma constructiva, nuestras ideas y sentimientos sobre las ideas y los
actos de otra persona.
 Comunicación de equipo: comunicarnos en una situación de grupo.

Las dos habilidades fundamentales que conducen al conocimiento experto de las relaciones
interpersonales son, por una parte, la habilidad para analizar una relación y ejercitarla de
forma productiva y, por otra, la habilidad de comunicarnos en los niveles adecuados para
producir un intercambio eficaz de información.

En ese sentido, debemos reconocer las emociones y sentimientos de los demás y


reaccionar convenientemente ante los mismos, así como emplear las emociones para resolver
las situaciones de forma productiva y utilizarlas para ayudar a los demás a ayudarse a sí mismos.
Nuestra capacidad para lograrlo reforzará nuestra posición en la organización: además de conseguir
hacer más cosas por contar con el consenso y la colaboración de las demás personas, el resto nos
considerará un miembro indispensable para tener en su grupo.

En suma, debemos ayudar a los demás a controlar sus emociones, a comunicarse con eficacia, a
solucionar sus problemas, a resolver sus conflictos y a sentirse motivados. Nuestra capacidad para
ayudar a los demás, junto con nuestro trato acertado en las relaciones interpersonales y nuestra
propia inteligencia emocional, pueden ayudarnos a crear una organización emocionalmente
inteligente.
La actitud de un profesional juega un papel importante en el desempeño laboral y en la
productividad de las empresas. Los cambios de actitud positiva ayudan ...

La actitud de un profesional juega un papel importante en el desempeño laboral y


en la productividad de las empresas. Los cambios de actitud positiva ayudan a
mejorar en los niveles de experiencia laboral en la carrera de un individuo.
Cuando los empleados están motivados se tornan a tener una actitud en el entorno
laboral favorable que permite tener un entorno armonioso dando paso al desarrollo
eficiente y eficaz de los trabajos a desarrollar en el día a día.

Si los empleados se sienten bien con su remuneración, estos demuestran tener una
mejor actitud y desarrollan sus labores con compromiso y responsabilidad. El
personal con actitud positiva al poner su máximo interés al momento de resolver
conflictos en la empresa demuestra inteligencia y psicología para resolverlos
inmediatamente.
El empleador contrata personal que demuestre actitudes para desenvolverse y que
desarrolle aptitudes que brinden un alto desempeño. Las empresas buscan que su
público interno se maneje y maneje en situaciones que causen descontrol para
buscar soluciones positivas y efectivas.
La aptitud y la actitud se combinan para aplicarse a alguna acción específica en un
tiempo determinado. Es importante destacar que aun individuos con un buen nivel
de aptitud y con la actitud correcta, no realizan lo que desean alegando la falta de
una oportunidad. Y aunque es verdad que las oportunidades en muchas ocasiones
son limitadas, podemos considerar que la unidad de oportunidad básica es el tiempo,
y éste es el mismo para todos; es decir todos tenemos las mismas 24 horas por día.
Sin embargo no todos las usamos de la misma manera.

El punto es reconocer que como mínimo, al estar vivos, tenemos la oportunidad de


lanzarnos a la acción por aquello que deseamos, una y otra vez, las veces que sea
necesario hasta conseguirlo. No siempre es fácil y podemos resumir con el dicho “si
las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las haría”.
Ahora bien, podemos establecer que una actitud está constituida por tres factores
principales: pensamientos, emociones y sensaciones / movimientos que responden
automáticamente a nuestra percepción de los estímulos externos. Dentro del
mecanismo de las actitudes, los factores que lo componen juegan roles diferentes.
Las emociones juegan un papel importante, ya que representan la fuerza impulsora
que va a mover todo el mecanismo, mientras que el pensamiento juega un papel de
director: es el encargado de conducir las emociones en una dirección determinada,
es el que “debe” marcar el camino y controlar las emociones que a su vez generan
sensaciones y movimientos correspondientes

Entre las actitudes más valoradas en un emprendedor están:


• Cambiar para mejorar: Para experimentar crecimiento es necesario cambiar. Los
cambios deben ser buscados y realizados.
• Entusiasmo en todos nuestros emprendimientos: Vivir con esta cualidad nos
da la fuerza necesaria; esta fuerza hay que avivarla a diario. Serenidad, autocontrol
y visión positiva son las mejores armas para enfrentar con éxito los problemas.
• Establecer metas: Sin la acción es difícil lograr nuestro objetivo. Llevar a cabo
nuestras ideas puede convertirse en algo grandioso, sólo lo sabremos si actuamos.
• Ser personas integrales: Si ampliamos nuestros conocimientos sobre distintas
áreas, estaremos más preparados y aportaremos más. Nunca podemos decir que
“sabemos lo suficiente”.
• Terminar las tareas: La perseverancia y el compromiso no pueden faltar en un
emprendedor.
Mantener una relación amigable con sus colegas lo ayudará a
enriquecer su red de contactos. Además, así se asegurará de
laborar en un ambiente grato y confortable. Siga algunos
consejos sencillos ofrecidos por Forbes para estos fines.

Ayudar a sus colegas cuando lo necesiten, ser amigable con ellos y


aceptar de manera constructiva las críticas son algunos puntos
clave para fomentar buenos lazos dentro de un ambiente laboral.

Conozca a sus compañeros de trabajoTómese un tiempo para


conocer parte de la vida de sus compañeros de trabajo y sus
intereses fuera de la oficina. Quizá se sorprenda sobre lo mucho
que puedan tener en común. Una forma de hacerlo es yendo a
almorzar e incluso tomar un café juntos. Como fuera posible, haga
esto con varios colegas de su organización. Esto ayudará a hacer
crecer su red interna, además de ser un buen descanso en la
jornada de trabajo.

EscucheSea un buen oyente. Se ganará el respeto y consideración


de sus colegas, ya que ellos se sentirán escuchados y sabrán que
sus opiniones están siendo valoradas. Muéstrese serio al
momento de oír las sugerencias de sus compañeros. Cuando se
encuentre con otras personas, trate de participar en la
conversación, no sin antes tener en cuenta de que no se trata de
una competencia de quién sabe más.

Sea amigablePuede sonar obvio, pero a veces nos olvidamos de


sonreír durante todo el día en el trabajo. Esto podría enviar un
mensaje equivocado a sus colegas (y podría ser la razón por la que
no son tan amables con usted). Asegúrese de conocer los nombres
de sus colegas, y decir buenos días y buenas noches todos los
días.Recuerde que los pequeños gestos pueden hacer una gran
diferencia. Tómese un tiempo antes de comenzar cualquier
interacción y pregunte: "¿Cómo estás?". Luego de ello, realmente
muestre interés en la respuesta.
Evite chismes o decir cosas negativas sobre sus demás
compañeros de trabajoDecir algo negativo acerca de un colega
en la oficina es una de las maneras más rápidas de estar, dentro de
poco, atrapado en medio de un problema de dimes y diretes en la
oficina. Además, dedicar tiempo a este tipo de comentarios poco o
nada saludables perjudica la productividad y desempeño laboral.

Sea agradecidoAgradezca a sus compañeros de trabajo por sus


contribuciones y su ayuda, incluso cuando usted sienta que ello,
de todos modos, es parte de su trabajo. A toda persona le gusta
sentirse apreciada, y si se logra crear una cultura de gratitud es
probable que sus compañeros de trabajo apuesten por usted en el
futuro. Los cumplidos sobre cuán eficiente es su colega respecto a
una de sus tantas funciones, y otros halagos relacionados al
trabajo son los más eficaces.

Ajuste su estilo de trabajoAlgunas personas prefieren tener una


relación más personal y pasar el tiempo charlando antes de
emprender cualquier negocio o proyecto. Otros colegas suelen ser
directos al momento de expresarse, lo cual no quiere decir que
sean cortantes a la hora de hablar con usted. Dentro de un centro
de trabajo, hay todo tipo de personas, usted debe también tiene su
propia personalidad, pero debe procurar adaptar su estilo de
trabajo a su entorno. Halle un equilibrio.

Ofrezca su ayudaA veces puede ser difícil determinar si un


compañero de trabajo le agradecerá su ayuda o si podría verlo
como una intrusión, pero nunca lo sabrás si no lo intenta. Cuando
ofrezca su ayuda, hágalo en voz baja, evite demostrarle al resto
que trata de apoyar a su compañero. Si usted toma un trabajo
extra, no actúe como un mártir. Hágalo desinteresadamente.
Recuerde que usted está haciendo esto porque desea hacerlo.

Acepte la crítica constructivaLos principales líderes tienen la


capacidad de aceptar toda clase de crítica de manera constructiva.
Con demasiada frecuencia, los empleados subalternos pueden
confundir la retroalimentación constructiva con el ataque
personal. Se debe tener en cuenta que ello no es así y, por el
contrario, buscar cómo hacer las cosas de una manera mejor a
partir de ello. Aunque sea difícil escuchar, trate de mantener una
mente abierta, un lenguaje corporal positivo, y agradecer a la otra
persona por su aporte. No discuta ni trate de justificar, brinde una
razón de por qué hizo las cosas de esa forma, solo cuando sea
realmente necesario. Sea receptivo.

Adáptese a su lugar de trabajoSi sus colegas se reúnen


semanalmente para una copa después del trabajo, probablemente
sea una buena idea acudir de vez en cuando, aunque no se sienta
100% cómodo con ello. Eso lo ayudará a encontrar espacios donde
relacionarse de una mejor manera con sus compañeros. No
necesita contar sus problemas familiares, financieros o de salud,
solo compartir momentos gratos con ellos. Eso enriquecerá su red
de contactos.

Por muy templado que sea el carácter de una persona, nadie está
exento de sentir emociones en el trabajo. No es un objeto, como las
llaves o el portátil, que podamos dejarnos en casa antes de acudir a la
oficina.
Es más, a pesar de que tradicionalmente se ha tratado a las
emociones en el ámbito laboral en términos peyorativos, lo cierto es
que las últimas investigaciones en la materia destacan que los
estados de ánimo deben formar parte del día a día de los
profesionales como un instrumento positivo.
La clave está en desarrollar una adecuada inteligencia
emocional que nos permita gestionar estos sentimientos, controlando
los impulsos negativos y aprovechando los positivos.

Concepto de emociones
¿A qué nos referimos cuando hablamos de emociones en el trabajo?
Según Employees’ Emotions in Workplace, del doctor R.Gopinath, se
trata de “un estado emocional complejo acompañado por una
excitación fisiológica y determinadas conductas manifiestas”.
En este sentido, la investigación Why Does Affect Matter in
Organizations?, de Sigal G. Barsade y Donald E. Gibson, diferencia
entre varios tipos de lo que denominan ‘afecciones’:
 Emociones: sentimientos relativamente intensos y de corta duración
percibidos por el propio emisor que se centran en un objetivo o causa
específica y que, después de la intensidad inicial, pueden
transformarse en un estado de ánimo. Por ejemplo, cuando sueltas
una carcajada ante un comentarios ocurrente de un compañero.
 Estados de ánimo: sentimientos algo más difusos y sin estar
motivados por una causa específica que presentan una duración
superior y, en ocasiones, no son percibidos por el sujeto. Imagina que
tienes a un familiar en el hospital; tu estado de ánimo en el trabajo
reflejará –seas consciente o no- esa preocupación.
 Carácter personal: se refiere a la tendencia general, estable y
predecible de un individuo a la hora de responder ante determinadas
situaciones. Se trata de la personalidad de cada profesional: serios,
amables, divertidos, empáticos, distantes…

Impacto de las emociones en el trabajo


Alegría, compasión, miedo, ira, decepción… Los estados de ánimo
que puede sufrir una persona son muy variados y su expresión, según
la investigación The Emerging Role of Emotions in Work Life: An
Introduction, de Cynthia D. Fischer y Neal M. Ashkanasy, se expande
en cinco niveles:
 Dentro de la persona.
 Como individuo.
 Entre dos sujetos.
 A nivel grupal.
 En el ámbito organizacional.
De hecho, en la últimas décadas se han multiplicado las
investigaciones sobre el impacto de las emociones en el trabajo,
llegando a la conclusión generalizada de que los estados de ánimos
y la disposición general de los profesionales afecta directamente
al rendimiento, la toma de decisiones, la creatividad, la capacidad de
colaboración, la motivación laboral o el liderazgo, tanto en lo positivo
como en lo negativo.
Como consecuencia, los directivos deben asumir la inherencia de las
emociones en el trabajo y, en lugar de tratar de erradicarlas de las
empresas, deben redirigir sus esfuerzos al desarrollo de la
inteligencia emocional de la plantilla.

¿Cómo gestionar las emociones?


Así, Neal M. Ashkanasy y Catherine S. Daus, en Emotion in the
Workplace: The New Challenge for Managers, recomiendan a los altos
cargos y líderes cinco pautas para desarrollar y mantener un clima
emocionalmente positivo en el lugar de trabajo:
1. En lugar de ver las empresas como espacios puramente racionales,
los gerentes deben evaluar el impacto emocional del trabajo de
cada empleado y estructurar la asignación de puestos teniendo
en cuenta –además de sus capacidades técnicas y sociales- la
inteligencia emocional de cada profesional.
2. Los trabajadores no pueden comportarse como robots en la compañía;
crean relaciones e interaccionan, por lo que es esencial que los
directivos creen ambientes positivos y emocionalmente estables.
3. Para potenciar los estados de ánimo positivos de la plantilla, la
organización debe ofrecer un adecuado sistema de recompensas y
compensación que permita a los empleados sentirse realizados y
satisfechos.
4. Los procesos de selección de nuevos trabajadores deben tener
en cuenta la inteligencia emocional de los candidatos y analizar
cómo encajará su personalidad dentro de la organización.
5. La inteligencia emocional es un aspecto que, como la cognitiva, puede
entrenarse, por lo que los ejecutivos y responsables de Recursos
Humanos deben poner en marcha iniciativas que permitan el
desarrollo de una mejor gestión de los sentimientos e impulsos.

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