Qué Es La Mistagogía
Qué Es La Mistagogía
Qué Es La Mistagogía
¿Qué es la mistagogía?
Época de oro de la mistagogía: siglo IV
Los Padres de la Iglesia, grandes mistagogos: Cirilo de Jerusalén (315-387),
Ambrosio de Milán (340-397), Juan Crisóstomo (347-407),
Agustín (354-430), Teodoro de Mopsuestia (383-428)
La mediación sacramental
En el judeocristianismo la salvación se presenta como diálogo entre Dios y el hombre
(E. SCHILLEBEECKX, Jesucristo, sacramento del encuentro con Dios [1964])
La Revelación tiene por objeto la Alianza:
Dios se revela al ser humano para llevarlo a participar de la vida divina (salvarse)
Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad
1 Tm 2 4
Un caso de ‘hendiadis’: Expresión de un solo concepto mediante dos nombres coordinados
‘Dios quiere que los hombres se salven conociéndolo’
salvar y conocer:
‘Dios quiere que los hombres se salven, conociéndolo’
La Revelación necesita de mediaciones que puedan ser captadas por el hombre
En Israel la mediación es la palabra, que es presencia (šekinah)
El hombre es preparado por Dios para recibir la palabra (gracia precedente)
Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra»
Gn 1 26a
El hombre puede captar la palabra que Dios le dirige
LO VISIBLE LO INTELIGIBLE
A D C E B
Doxa Episteme
PLATÓN, La República, VI, 20-21
Lo que estáis viendo sobre el altar de Dios, lo visteis también la pasada noche; pero aún
no habéis escuchado qué es, qué significa ni el gran misterio que encierra. Lo que veis es
pan y un cáliz; vuestros ojos así os lo indican. Mas según vuestra fe, que necesita ser
instruida, el pan es el cuerpo de Cristo, y el cáliz la sangre de Cristo. Esto dicho brevemente,
lo que quizá sea suficiente a la fe; pero la fe exige ser documentada. Dice, en efecto el
profeta: Si no creéis, no comprenderéis (Is 7 9). Ahora podéis decirme a mí: «Nos mandas
que lo creamos; explícanoslo para que lo entendamos». Puede, en efecto, surgir en la mente
de cualquiera el siguiente pensamiento: «Sabemos de dónde tomó carne Jesucristo nuestro
Señor: de la virgen María. Siendo pequeño tomó el pecho, fue alimentado, creció, llegó a la
edad madura, fue perseguido por los judíos, colgado en un madero, muerto en el madero y
bajado del madero; fue sepultado, resucitó al tercer día y cuando quiso subió al cielo,
llevándose allí su cuerpo; de allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos, y allí está ahora
sentado a la derecha del Padre: ¿cómo este pan es su cuerpo y cómo este cáliz, o lo que él
contiene, es su sangre?» A estas cosas, hermanos míos, las llamamos sacramentos, porque
en ellas es una cosa la que se ve y otra la que se entiende. Lo que se ve tiene forma
corporal; lo que se entiende posee fruto espiritual. Por tanto, si quieres entender el cuerpo
de Cristo, escucha al Apóstol, que dice a los fieles: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus
miembros (1Cor 12 27). En consecuencia, si vosotros sois el cuerpo y los miembros de Cristo,
sobre la mesa del Señor está el misterio que sois vosotros. A lo que sois respondéis con el
Amén, y con vuestra respuesta lo rubricáis. Se te dice: «El cuerpo de Cristo», y respondes
«Amén». Sé miembro del cuerpo de Cristo para que sea auténtico el Amén.
SAN AGUSTÍN, Sermón 272
San Agustín define sacramento como signo: Sacrae rei signum (signo de las cosas sagradas) y
la tradición teológica siguió este sendero abierto por San Agustín
PARTICIPACIÓN
signo
SIGNIFICACIÓN
Anunciar Anunciar
Propone sentido
Conjunción, reunión No
disponible
4. Subiste de la fuente. ¿Qué pasó después? Has oído la lectura. Ceñido el obispo –pues
aunque lo hayan hecho los presbíteros, compete al sumo sacerdote el comienzo de este
ministerio– digo que, ceñido el sumo sacerdote, te lavó los pies. ¿Qué misterio es éste? Has
oído, en verdad, que el Señor, habiendo lavado los pies a los demás discípulos, llegó a Pedro
y Pedro le dijo: ¿Tú me lavas los pies? Es decir, ¿Tú, el Señor, lavas los pies al siervo? ¿Tú,
inmaculado, me lavas los pies a mí? ¿Tú, el creador de los cielos, me lavas los pies a mí?
Tienes también esto en otro lugar: Vino a Juan y Juan le dijo: Soy yo quien debe ser
bautizado por ti ¿y Tú vienes a mí? ¿Yo soy un pecador y Tú vienes al pecador, que soy yo,
como para despojarte de tus pecados, Tú, que no has cometido pecado? Mira toda justicia,
mira la humildad, mira la gracia, mira la acción santificadora: Si no te lavo los pies, dice, no
tendrás parte conmigo.
5. No ignoramos que la Iglesia romana no tiene esta costumbre, aunque nosotros
seguimos en todo su ejemplo y su rito. Sin embargo no tiene esta costumbre de lavar los
pies. Mira, quizá sea que se haya apartado de esta costumbre a causa del gran número (de
los que se bautizaban). No faltan, sin embargo, quienes tratan de excusarla diciendo que no
hay que hacer esto durante el sacramento, en el bautismo, en la regeneración, sino que hay
que lavar los pies como se lava a un huésped. Pero una cosa manifiesta la humildad y la
otra, la santificación. En fin, escucha: es un misterio y una santificación: Si no te lavo los pies,
no tendrás parte conmigo. No digo esto para criticar a los demás, sino para justificar lo que
yo hago. Deseo seguir en todo a la Iglesia romana. Pero, con todo, también nosotros
tenemos capacidad de razonar. Por ello, lo que en otra parte se mantiene por razones,
también nosotros lo conservamos con razones fundadas.
SAN AMBROSIO DE MILÁN, De sacramentis, III, I, 4 y 5
Categorías simbólicas
RESULTADO EN ORDEN AL
CATEGORÍA REALIZACIÓN
ACONTECIMIENTO SIMBÓLICO
Segundo grado: LA ELECCIÓN –«Inscripción del nombre» cf. Lc 10,20– (22,23) [Domingo I de Cuaresma]
El catecúmeno pide ser admitido a una preparación más intensa
La Iglesia, en nombre de Dios, elige y admite a los candidatos idóneos