Librodefinitivo PDF
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MADRID, 2010
© 2010 Fundación Estudiantes, Universidad Autónoma de Madrid y autores
ISBN: 978-84-693-2171-3
D.L.: SG-60-2010
ÍNDICE
Introducción 5
5.El profesor de Educación Física como promotor de hábitos de vida saludables: di-
ferentes paradigmas de promoción.
Francisco Javier Huertas Delgado (E.U. de Magisterio “La Inmaculada”),
Jose Manuel Martínez Morales, Pablo Tercedor Sánchez (UGR) y Manuel
Delgado Fernández (UGR) 79
INTRODUCCIÓN
Se logró reunir a la mayoría de los mejores profesionales que trabajan en este ámbito
en España y el nivel de contenidos, ofertado por módulos, deparó unos conocimientos,
sencillamente, extraordinarios. Desde nuestro punto de vista y valoración, es difícil que
se vuelvan a reunir tantos y tan buenos profesionales.
Por ello, no podíamos renunciar a compilar en un texto muchas de esas ponencias que
se dieron, y aunque no están todas (bien nos hubiera gustado), si aquellas que el profe-
sorado considero oportuno y adaptó para poder editar este libro. Nuestro más profundo y
sincero agradecimiento a todos.
Por supuesto, y pese a la época de crisis que estamos viviendo, sin el estupendo grupo
de alumnos y alumnas que, con su motivación, entusiasmo y participación, fin de semana
tras fin de semana, acudiendo de todas las partes de España, hicieron que el éxito del
mismo fuera completo.
En este formato, hemos logrado recopilar 24 temas. Estos temas representan las áreas
o módulos que desarrollamos a lo largo del curso: aspectos generales de la actividad física
saludable, actividad física y calidad de vida, actividad física y salud en el ámbito escolar,
prescripción y evaluación de ejercicio físico para la salud, programas de intervención para
la promoción de la actividad física saludable, actividad física para poblaciones específicas,
riesgos, primeros auxilios y lesiones en la práctica de la actividad física, fitness-wellness
y gestión enfocada hacia la actividad física y salud.
Una característica importante es que no todos los discursos eran homogéneos, o mejor
dicho, sí que todos aportaban su forma de entender la actividad física vinculada a la salud;
pero como se podrá leer, la forma de enfocar los temas y la visión sobre ellos varían, y
en esa variedad de sentidos o interpretaciones, de lo que se puede considerar hoy en día
actividad física saludable, radica su riqueza.
La actividad física es la medicina más barata para prevenir, mejorar y prolongar la vida.
¡Y encima ahorra costes de enfermedad!
Trabajemos desde todos los sectores para que podamos realizar este tipo de actividad
física, una actividad física, agradable de realizar, con muchos beneficios, bien orientada y
liberadora.
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EJERCICIO FÍSICO Y ANTIENVEJECIMIENTO
EL ENVEJECIMIENTO
El envejecimiento es la consecuencia de la interacción de dos procesos que se superpo-
nen: el envejecimiento primario y el secundario (Holloszy.2000). El envejecimiento prima-
rio o “senescencia intrínseca” es consecuencia del deterioro progresivo de la estructura
física y de la función biológica que se produce solamente con el avance de los años, por lo
que se le considera independiente de otros factores (Fontana y Klein.2007).
Las causas que lo producen distan mucho de haber sido esclarecidas, ya que existen
más de 300 teorías que tratan de explicarlo. Sin embargo, solamente unas pocas tienen
el respaldo de los investigadores. 7
Entre los agentes causales no controlados por la herencia y reconocidos por los cien-
tíficos deben citarse: 1º. El acortamiento del telómero debido a la supresión de la telo-
merasa en las primeras etapas de la embriogénesis. 2º. La activación defectuosa, o la
inactivación de un mecanismo relacionado con la edad que estimula la síntesis de las pro-
teínas del shock por el calor, mejor conocidas como proteínas del estrés. 3º. La supresión
incompleta de la producción y la eliminación de las especies oxígeno reactivas. 4º. El
mal funcionamiento de la degradación de las proteínas celulares (proteolisis) dañadas o
desestructuradas por la acción de los radicales libres.
Los mecanismos celulares y biológicos implicados en el envejecimiento involucran a
una serie de factores que interaccionan entre sí, como son:
1º. El daño originado sobre las proteínas y el ADN (Sohal y cols.2002) por el estrés
oxidativo y su inadecuada reparación, así como la inestabilidad genética de los genomas
nuclear y mitocondrial (Lombard y cols.2005).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
3º. Las alteraciones del metabolismo de los ácidos grasos, incluyendo la liberación
excesiva de los ácidos grasos libres en el plasma y la consiguiente resistencia tisular a la
insulina (Basu y cols.2003).
4º. La acumulación de los deshechos celulares, tales como los productos terminales de
la glucación avanzada, amiloides y proteínas, que interfieren con la función normal de las
células (Verzij y cols.2000).
5º. La activación del sistema nervioso simpático y del sistema angiotensina, así como
las alteraciones de los sistemas neuroendocrinos (Smith y cols.2005).
6º. La disminución de las células posmitóticas, lo que origina el descenso del número
de neuronas y células musculares, así como el deterioro de la estructura y función de las
células de los distintos tejidos y órganos (Campisi.2005).
La duración total de la vida es muy variable, pero la persona que más años ha conse-
guido vivir en este mundo es Jeanne Calmet, quien falleció en 1997 a los 122 años (Co-
les.2002).
EL EJERCICIO
Hace 10.000 años los humanos que habitaban nuestro mundo necesitaban realizar
gran cantidad de ejercicio, con el objeto de conseguir los alimentos necesarios para su
subsistencia. Para ello contaban con dos tipos de genes: los que les permitían realizar las
tareas de la recolección y la caza (genes gastadores) y los que les protegían cuando los
alimentos escaseaban, como sucedía en el invierno (genes ahorradores). Mediante estos
últimos, transformaban la energía sobrante en grasa y la almacenaban en el tejido adipo-
so para poder sobrevivir en las épocas de penuria (Cockram.2000).
Con el fin de evitar el sedentarismo, nuestro cuerpo posee 600 músculos que repre- 9
sentan el 40% del peso total, contienen el 70% de las células y el 60% de las proteínas
que constituyen el organismo. El gasto energético originado por sus contracciones puede
aumentar 15 veces respecto al que se produce en reposo. Durante el sueño, el gasto
energético expresado en Kcal/hora es de 65, andar a 4 Km/hora alcanza las 163, durante
el Tour de Francia cada participante gasta al día 8.604 Kcal y en la carrera Sidney-Mel-
burne 10.560 Kcal.
Como quiera que las células humanas se encuentran mal adaptadas al estilo de vida
sedentario, si queremos disfrutar de una vida saludable durante muchos años tendremos
que declarar la guerra a nuestro gran enemigo, la inactividad física (Booth y cols.2002),
o lo que es igual, hacer ejercicio.
En las edades avanzadas de los humanos la actividad física puede conseguir enormes
beneficios sobre el organismo, entre los que destacan: reducir la fatiga, aumentar el hu-
mor, mejorar la función física, reducir las limitaciones relacionadas con el movimiento,
disminuir las caídas, atenuar las pérdidas de la densidad mineral ósea (DMO), promover
la disminución del peso graso corporal y modificar los factores de riesgo cardiovasculares.
En lo que se refiere al cáncer, el ejercicio produce beneficios físicos y mentales (Penedo y
cols.2004).
De acuerdo con el proyecto fundacional del Centro de Medicina del Esfuerzo de la Co-
munidad de Madrid, cuyas directrices fundamentales fueron establecidas con el objeto de
utilizar el ejercicio y el deporte para mejorar la salud de los habitantes de dicha comuni-
dad; y especialmente la de las personas mayores, en el año 1993 iniciamos en algunos
municipios de dicha Comunidad una serie de programas en los que colaboraron la Dra
Fortul y el Dr García de San Sebastián de los Reyes y el Dr Aparicio de las Rozas (Marcos
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Becerro y cols.1995). Vistos los buenos resultados obtenidos con ellos, en el Instituto de
Longevidad y Salud hemos seguido propagando los métodos más adecuados para mejorar
la salud y la calidad de vida de estas personas, incidiendo de forma especial en la práctica
del ejercicio (Marcos Becerro y cols.2007).
Dada la escasa cantidad de personas mayores que realizan ejercicio, deJong y Franklin
(2004) han llamado la atención de los Organismos Oficiales de los Estados para que reco-
mienden, insistentemente, los programas de actividad física para este grupo de personas.
TIPOS DE EJERCICIO
El mejor ejercicio para mejorar la capacidad aerobia es, sin duda alguna, el de resis-
tencia, realizado a una intensidad entre el 55-65-90% de la frecuencia cardiaca máxima
(FCM), entre el 40-50-85% de la reserva de la VO2 max, o de la reserva de la FCM. Bien
entendido que, las dos cifras menores de cada apartado son las idóneas para ser utiliza-
das por quienes carecen de entrenamiento, tienen muchos años, o sufren algún tipo de
discapacidad o enfermedad. La última cifra sólo debe ser utilizada por quienes deseen
mejorar la forma física.
Los mejores beneficios para la salud se consiguen cuando se pasa del sedentarismo a
la actividad ligera, aunque bien es cierto que, a mayor intensidad, duración y frecuencia,
los resultados son más satisfactorios y aparecen antes (Williams.1997).
Entre 15 y 20 semanas son suficientes para comprobar los efectos producidos por el
ejercicio. De cualquier forma, solamente el 15% de los adultos que participan en progra-
mas de actividad física lo hacen con la intensidad necesaria para mejorar o mantener la
forma (Department.1996); y alrededor del 25-35% de ellos abandonan el programa entre
las 10 y las 20 semanas de iniciado. Las mejores permanencias se hallan entre quienes
realizan actividades que no superan el 50% de la VO2 max.
La duración del ejercicio puede oscilar entre los 20 y 60 minutos de actividad continua
o intermitente. En el último caso, los periodos de tiempo superiores a 10 minutos son acu-
mulables a lo largo del día. Se obtienen los mismos beneficios realizando una actividad al
55% de la FCM durante una hora, que con 20 minutos al 70% de la FCM, siempre que el
gasto energético (kilocalorías) sea el mismo. En cuanto a la frecuencia, entre 3 y 5 días
por semana suelen ser suficientes.
Todos los tipos de actividad son igualmente efectivos para conseguir buenos resulta-
dos, siempre que el consumo de energía sea el mismo. Para las personas mayores, los
ejercicios en los que existen desplazamientos verticales o longitudinales rápidos, como los
saltos o la carrera, están menos indicados, dada su mayor tendencia a producir lesiones
en los miembros inferiores. Las personas poco entrenadas y con exceso de peso son más
proclives a padecerlas.
Nadar, andar, trotar, correr lentamente, montar en bicicleta, o subir escaleras son muy
beneficiosos para mantener una buena salud. El entrenamiento aerobio produce sobre la
VO2 max de las personas mayores los mismos resultados que en los jóvenes, tanto si son
hombres como mujeres. El declive de la VO2 max originado por el paso de los años puede
ser disminuido por el entrenamiento hasta un 5% por década, de manera que quienes
siguen entrenando al mismo nivel consiguen mantener la misma forma después de 10
años (Kasch y cols.1995).
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El envejecimiento y la inactividad producen efectos regresivos sobre la estructura y
función de los capilares del músculo esquelético (Harris.2005) (Koch y cols.2005). El en-
trenamiento de resistencia puede producir cambios estructurales en ellos y la intensidad
del ejercicio suele ser determinante.
Para mantener los resultados conseguidos con el entrenamiento, sean los relativos a
la salud o a la forma física, resulta indispensable realizarlo de manera continua. Dos se-
manas después de finalizado, comienza la reducción de los efectos, y desaparecen por
completo entre los 3 y los 8 meses. Es posible que la intensidad de ejercicio sea el factor
más importante para mantener los resultados, de manera que, la disminución de la fre-
cuencia o la duración, a lo largo del periodo de entrenamiento, afectan poco a la forma, si
los ejercicios se siguen realizando a la misma intensidad.
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Resistencia a la insulina Aumenta la sensibilidad a
la insulina
Dislipidemia Corrige la
dislipidemia
Hipertensión Disminuye la PA
Karakelides y Sreekumaran.2005.
El entrenamiento de fuerza (EF) es efectivo tanto para mejorar la fuerza como la re-
sistencia de los músculos, a la vez que mantiene la masa magra y la densidad mineral
ósea (DMO), pero los efectos originados son específicos de la zona entrenada (Fleck y
Kraemer.1997).
El EF de gran intensidad en las personas mayores frágiles (81,5 años de media) realiza-
do con pesas y supervisado por técnicos parece ser tan seguro como el de baja intensidad,
pero es mucho más efectivo desde el punto de vista de la fisiología y de la funcionalidad
del organismo (Seynnes y cols.2004). Según Rhea y Alderman (2004) la periodización
del EF incrementa los buenos resultados conseguidos con el entrenamiento habitual.
En las personas que nunca hicieron EF, es aconsejable llevar a cabo un programa de
actividad física general, antes de iniciar el programa específico de fuerza. Con el fin de
conservar o mejorar la flexibilidad, los ejercicios de fuerza deben ser realizados con la
máxima amplitud del recorrido articular y hacer estiramientos antes o después del EF.
Tanto las pesas, como las máquinas son igualmente efectivas para llevar a cabo este
tipo de entrenamiento, aunque las primeras son mucho más baratas. También son efecti-
vas las bandas elásticas, la ayuda de un compañero e incluso las sobrecargas originadas
por la utilización de los propios músculos del individuo. En los mayores de entre 60,3 y
89,8 años con discapacidad el EF realizado con bandas elásticas aumenta la coordinación
y le eficiencia en el levantamiento de cargas (Dancewicz y cols.2003).
Los ejercicios de gran intensidad y pocas repeticiones mejoran la fuerza, mientras que
en los que predominan las repeticiones aumentan la resistencia.
En los E.U el 12% de las personas con edades comprendidas entre los 65 y los 74 años
y el 10% de las mayores de 75 entrenan la fuerza dos veces por semana (Centers.2004).
En los que persisten 6 meses en este programa, los beneficios sobre el sistema muscular
son evidentes (Ramsbotton y cols.2004).
Sin embargo, para los músculos de las piernas 3 días por semana producen mejores
resultados que 2, y lo mismo sucede con los pectorales (Fegenbaum y Pollock.1997).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
En cuanto al número de series, los autores no se ponen de acuerdo, pero parece ser
que los programas en los que se realizan varias series pueden originar ganancias mayo-
res.
En los mayores que realizan EF las proteínas contenidas en su ración alimenticia debe
oscilar entre 1,0 y 1,3 g x kg peso y día, ya que cuando la ingestión diaria de calcio es
adecuada, las proteínas facilitan el aumento de la masa ósea (DMO) (Lucas y Heiss.2005).
A medida que pasan los años se produce una disminución progresiva de la flexibilidad.
Parece ser que tal disminución tiene mucho que ver con algunas modificaciones que acae-
cen en el tejido conectivo y con la sustitución de las fibras musculares por grasa y por
fibras de colágeno. Con la edad, las alteraciones originadas en el colágeno disminuyen la
fuerza tensora y aumentan la rigidez del tendón. A la disminución de la flexibilidad contri-
buyen de algún modo los cambios degenerativos articulares y la de los osteofitos.
A pesar de que mucha gente cree que la fuerza y la flexibilidad son incompatibles, sin
embargo, lo cierto, es que el entrenamiento conjunto de ambas cualidades mejora las
dos.
El estiramiento es un procedimiento a través del cual, los tejidos sometidos a una fuer-
za horizontal (tensora) utilizada en sentido opuesto al lugar donde se produce su fijación,
superan la longitud que tenían en reposo. Una vez finalizado el estiramiento, el tejido
afectado recupera la dimensión que poseía en reposo. A la condición que permite al tejido
recobrar su estado anterior se la denomina elasticidad. Cuanto mayor es la elasticidad
de un tejido más elevada es su protección contra el daño originado por las fuerzas tenso-
ras. Los músculos, como todos los tejidos blandos son distensibles y elásticos.
Dado que esta clase de tejidos, cuando se les somete a tensiones o torsiones, no se
comportan como si fueran totalmente elásticos, puesto que no adquieren su longitud ori-
ginal al cesar la causa que las produce, es por lo que los estiramientos sólo se pueden
llevar a cabo hasta un punto en el que no causen dolor.
EJERCICIO FÍSICO Y ANTIENVEJECIMIENTO
El equilibrio es un componente integral de casi todas las actividades que las personas
realizan a diario. Durante la realización de una tarea, la orientación postural constituye la
principal habilidad para mantener la relación apropiada entre los segmentos del cuerpo; y
entre el cuerpo y el medio que le rodea (Shumway-Cook and Woollacott. 1995). Además
de los factores individuales y de los relacionados con la tarea, los ambientales y su inte-
racción afectan al control del equilibrio (Shumway-Cook and Woollacott, 1995).
El control del equilibrio requiere la capacidad necesaria para producir las adecuadas
contracciones musculares demandadas por la tarea, en lo que interviene el sistema ner-
vioso. Como quiera que cuando el cuerpo se balancea los músculos y las articulaciones
actúan de forma combinada, las funciones y las destrezas del tobillo y la cadera, así como
sus sinergias (efectos aditivos) relacionadas con los músculos son especialmente impor-
tantes (Nashner.1997).
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La capacidad para mantener el equilibrio declina con la edad como se observa en nu-
merosos trabajos (Du Pasquier y cols. 2003) (Røgind y cols. 2003) (Pohjonen. 2001). En
las personas mayores de 60 la frecuencia y la amplitud del balanceo postural, es mayor
que en los jóvenes, especialmente, cuando permanecen en la posición estática (Silva y
col.2002).
A medida que avanzan los años disminuye la agudeza visual, de manera que progresi-
vamente se pierde la visión periférica. Es un hecho bien conocido que cuando se cierran
los ojos, estando el individuo en la posición erecta, aumentan la velocidad y la amplitud
del balanceo (Matheson y cols. 1999) y se realiza de forma preferente en la dirección an-
teroposerior.
Es un hecho bien conocido que con los ojos cerrados la velocidad y la amplitud del
balanceo es mayor que con los ojos abiertos (Matheson y cols. 1999). El aumento del ba-
lanceo en la posición estando en pie con los ojos cerrados es más evidente en la dirección
anteroposterior.
Los ejercicios para mejorar el equilibrio tienen como objetivo evitar las caídas promo-
toras para producir la discapacidad permanente. La superposición entre los ejercicios que
mejoran la fuerza y el equilibrio es muy frecuente, de forma que un determinado ejercicio
puede entrenar las dos condiciones. De hecho, muchos de los ejercicios que mejoran la
fuerza de las extremidades inferiores, también se utilizan para optimizar el equilibrio. En-
tre ellos se incluyen: la flexión de la planta de los pies,la de la cadera y la de la rodilla, así
como la extensión de la cadera y las elevaciones lateral, anterior y posterior de la pierna.
En cada ejercicio debe adoptarse la posición del cuerpo adecuada. Por ejemplo: en las
flexiones de los pies, de la rodilla, y de la cadera, así como en la elevación lateral de la
pierna, el cuerpo debe mantenerse en posición erecta, mientras que en la extensión de la
cadera, tiene que inclinarse ligeramente hacia delante.
Una vez realizado el movimiento hay que mantener la nueva posición adquirida del
miembro durante un segundo y después recuperar lentamente la posición inicial. Reali-
zar un corto descanso y repetir la acción entre 8 y 15 veces. Cuando el ejercicio se hace
con un solo miembro, finalizada la primera serie y el descanso correspondiente, hay que
repetir el ejercicio con el otro miembro. El número de las repeticiones y el de las series
dependerá del grado de entrenamiento del sujeto. Entre 8 y 15 repeticiones y entre 3 y 4
series de cada ejercicio suelen ser suficientes para mejorar el equilibrio.
Andar colocando el talón de un pie inmediatamente por delante del otro, es un buen
procedimiento, para mejorar el equilibrio dinámico
Acciones sobre la expresión de los genes, los telómeros, las especies oxígeno reacti-
vas, las mitocondrias, las proteínas del estrés y la proteólisis
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
El ejercicio aumenta en el músculo esquelético los niveles del ARN mensajero de algu-
nos de los genes que regulan los procesos fisiológicos implicados en el envejecimiento y
sus comorbilidades (Pilegaard y Cols.2000).
En los humanos, el ejercicio moderado preserva a los telómeros de las células mono-
nucleares contra el acortamiento (HatfLudlow y cols.2008). En los deportistas que entre-
nan el levantamiento de potencia los telómeros musculares son más largos que los de los
jóvenes activos sanos (Kadi y cols.2008).
Varios trabajos científicos muestran que el ejercicio disminuye la acción de las especies
18 oxígeno reactivas (EOR) en las personas mayores (Marcos Becerro.2002).
Es un hecho bien conocido que, las especies oxígeno reactivas (EOR) desempeñan
una importante función en el envejecimiento de las mitocondrias, pero especialmente en
el de las musculares y en de las cardiacas. El ejercicio aerobio de intensidad moderada
se opone a estos efectos al aumentar la capacidad antioxidante total y la actividad de la
enzima antioxidante glutation peroxidasa. No obstante, el cese del esfuerzo físico revierte
los efectos conseguidos con el entrenamiento (Fatouros y cols.2004).
Las proteínas del estrés (HSPs), son unas proteínas sintetizadas por las células en
respuesta a los diferentes tipos de estrés conocidos. El envejecimiento se acompaña de la
disminución de la síntesis de las HSPs, mientras que el ejercicio ejerce el efecto contrario.
La literatura médica es rica en publicaciones en las que se demuestra que, tanto el ejer-
cicio agudo como el crónico (Fehrenbach.2001) son capaces de inducir la síntesis de las
HSPs en varias células y tejidos (leucocitos, esplenocitos, músculo, corazón, adrenales,
etc), y realizar algún tipo de protección sobre ellos.
El proteasoma es un gran complejo proteico encargado de realizar la degradación de
las proteínas (proteolisis) del organismo dañadas por la acción de los radicales libres o de
otros agentes. A medida que pasan los años la vía ubiquitina-proteasoma reguladora de
la degradación selectiva de las proteínas va perdiendo actividad, lo que facilita el proceso
de envejecimiento.
EJERCICIO FÍSICO Y ANTIENVEJECIMIENTO
En las mujeres mayores, los genes que controlan la vía ubiquitina-proteasoma involu-
crada en la atrofia muscular tienen disminuida su función, a consecuencia de lo cual, se
produce la sarcopenia. El entrenamiento de fuerza aumenta en estas mujeres la expresión
del ARN mensajero (mARN) de los genes de los marcadores proteolíticos musculares: la
atrogina y el MuRF-1, aunque el incremento de este último es menor que el que se pro-
duce en las mujeres jóvenes (Raue y cols.2007). Del mismo modo, en los hombres, el
entrenamiento de fuerza, de acuerdo con las cargas empleadas, modula el sistema ubi-
quitina-proteasoma en el músculo esquelético y modifica el metabolismo de las proteínas
(Nedergaard y cols.2007).
El ejercicio produce numerosos efectos favorables sobre los diversos órganos y siste-
mas del organismo (Figura.2).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
La cascada de los daños celulares originados por el estrés oxidativo, el estrés nitro-
sativo y los efectos de los glucocorticoides posee una acción acumulativa y se relaciona
con la edad. El ejercicio disminuye el estrés oxidativo y el nitrosativo y mejora la autorre-
gulación neuroendocrina, lo que contrarresta las alteraciones originadas por el estrés y
la degeneración neuronal asociada al envejecimiento, la isquemia cerebral y las lesiones
traumáticas del cerebro (Kiraly y Kiraly.2005),
Hoy sabemos que el SN produce una serie de moléculas denominadas neurotrofinas o
factores neurotróficos capacitadas para aumentar la plasticidad de las neuronas, además
de mantener su función a lo largo del tiempo. Otro hecho de gran relevancia es el haber
llegado a conocer que el ejercicio estimula la formación de las mismas (Cotman.2002).
En los ratones viejos, el ejercicio (correr) revierte el declive de la formación de las neu-
ronas (neurogénesis) del hipocampo, a la vez que aumenta la capacidad de aprendizaje.
(van Praag y cols.2005).
Las alteraciones del sistema osteo-muscular originadas por la involución son un factor
de primerísima importancia en la aparición de las enfermedades que acompañan a las
personas mayores, ya que, además de producirles numerosos problemas, disminuyen su
calidad de vida. Aunque todos los componentes de este sistema se hallan afectados por el
envejecimiento, sin embargo, el músculo y el hueso son los que más importancia poseen
a la hora de producir la discapacidad.
El ejercicio, tanto el de resistencia como el de fuerza son muy útiles para prevenir los
problemas acarreados por el envejecimiento, aunque difieren en la forma de hacerlo. Con
EJERCICIO FÍSICO Y ANTIENVEJECIMIENTO
Aunque cualquier tipo de ejercicio puede ser eficaz para aumentar la masa muscular,
sin embargo, el EF es el mejor procedimiento para combatir la sarcopenia en los mayores
(Borst.2004).
En este grupo de personas el EF aumenta la masa muscular y la fuerza, así como la ca-
lidad del músculo, o lo que es igual, la fuerza relacionada con la masa muscular.. También
aumenta la potencia, disminuye las dificultades para realizar las actividades de la vida
diaria, eleva el gasto de energía, mejora la composición corporal y promueve la participa-
ción en la actividad física espontánea (Hunter y cols.2004), lo que evita el sedentarismo
y previene contra la discapacidad.
La osteoporosis es una de las enfermedades más frecuentes que sufren los seres hu-
manos y constituye una gran fuente de problemas para su salud y especialmente paran
las personas mayores (Marcos Becerro y A. Martínez-Almagro.2007).
El ejercicio contribuye de forma eficiente a la salud del hueso en todas las edades, no
sólo, al evitar las pérdidas de la masa ósea originadas por la inactividad física y el enveje-
cimiento, sino también por recuperar las mermas de hueso (Marcos Becerro y cols.2007).
De todos los ejercicios conocidos, los que mejores efectos poseen sobre la DMO son los
que soportan el peso del cuerpo (andar y correr) y los de fuerza (Marcos Becerro.2000).
En los hombres mayores que practican la carrera pedestre, incluidos los que ya cum-
plieron los 80 años, la DMO de la columna y de la cadera se mantiene en buenas condi-
ciones entre 4 y 5 años, (Wiswell y cols.2002).
Del mismo modo, el ejercicio disminuye la presión sistólica en los mayores hipertensos
(Kelley y Kelley 2001), reduce el riesgo coronario (Talbot y cols.2002), les protege contra
el infarto de miocardio (Abete y cols.2001) y aminora el riesgo a padecer la trombosis
vascular (Verissimo.2001).
22 Hasta el momento se han publicado más de 100 trabajos epidemiológicos sobre la ac-
ción de la actividad física en la prevención del cáncer (Lee.2003).Sin embargo, no parece
que el ejercicio prevenga contra la aparición del cáncer de páncreas (Lee.2003)
Los estudios relacionados con el cáncer de riñón son escasos y conflictivos, pero en
el de Mahabir y colaboradores (2004) llevado a cabo sobre 29.133 fumadores de 50-69
años se sugiere que, la actividad física recreacional puede desempeñar una acción pre-
ventiva sobre este tipo de tumor.
EJERCICIO FÍSICO Y ANTIENVEJECIMIENTO
Las personas que con el tratamiento habitual sobreviven a un tumor maligno pade-
cen numerosos e importantes problemas originados por la acción de la radioterapia y los
fármacos antitumorales. La mayoría de estos problemas pueden ser mejorados por el
ejercicio (Courneya.2003).
La actividad física entre moderada y vigorosa disminuye un 23% todas las causas de
mortalidad, con independencia de los cambios producidos en el índice de masa corporal
(IMC). De hecho, la Sociedad Americana de Medicina Deportiva reconoce que, los obesos
pueden beneficiarse del ejercicio, sin que éste reúna los requisitos requeridos para adel-
gazar.
En las personas mayores que han superado los 55 años el entrenamiento aerobio dis-
minuye la masa grasa, pero no aumenta la magra, en tanto que el EF aminora la masa
grasa en grado similar a como lo hace el aerobio (1,7 en el primero y 1,9 en el segundo),
y además aumenta la masa magra entre 1,1 y 2 kgs (Toth y cols. 1991).
Varias de las afecciones originadas por el envejecimiento relacionadas con las modifi-
caciones de los esteroides sexuales pueden ser mejoradas por la acción del ejercicio
(Marcos Becerro. 2008)
PROGESTERONA
AROMATASA
ESTRADIOL
Un hecho interesante a reseñar es que, los estrógenos del organismo se originan por la
acción de la enzima aromatasa sobre la testosterona. Debido a ello, tanto los estrógenos
como los andrógenos están presentes en los dos géneros, aunque los primeros son más
abundantes en las mujeres y los segundos en los hombres. En los últimos años se ha des-
cubierto que los estrógenos son más importantes para la salud del hueso que los andró-
genos y que aunque en la excitación sexual, la testosterona y el estradiol intervienen en
ella, sin embargo, en ambos géneros posee mayor relevancia la primera. En las mujeres
posmenopáusicas, la testosterona, mediante su conversión en estrógenos, alivia varias
de las molestias que la acompañan. El ejercicio y en especial el de fuerza, aumentan sus
niveles en los hombres y en las mujeres (Marcos Becerro.2008).
Muchos de los autores que han publicado trabajos sobre el ejercicio y el sistema in-
munitario (SI) en los mayores, dicen haber observado resultados compatibles con la
disminución de la inmunosenescencia. Parece que los programas de actividad física más
eficaces son los de larga duración. Aunque el ejercicio aerobio es el más utilizado, sin
embargo el EF adaptado a la edad, confiere una mejoría al SI, la cual persiste bastante
tiempo después de finalizado el mismo (Marcos Becerro y De la Fuente.2000).
Las mejorías observadas de la acción del ejercicio sobre el S.I. se relacionan con el
título de anticuerpos, con la función de las células T, con la respuesta de los macrófagos,
con las alteraciones en el equilibrio de las citocinas T(H)1/T(H)2 , y con el nivel de las
citocinas proinflamatorias (Kohut y Senchina.2004). (Smith y cols.2004).
Dado que, el estrés oxidativo y la inflamación desempeñan un importante cometido
24 en el desarrollo de la hipertensión, en las alteraciones del S.I y en la evolución del en-
vejecimiento, resulta lógico que, la actividad física moderada disminuya las cifras de la
presión arterial en los hipertensos, mejore la función del sistema inmunitario y retrase el
envejecimiento en quienes abandonaron la juventud (De la Fuente y cols.2005).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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EJECUCIÓN CORRECTA Y SEGURA DE LOS EJERCICIOS
Las estructuras raquídeas requieren de una atención especial, ya que son inherente-
mente inestables si no existe una adecuada resistencia muscular. Además, la frecuencia
de posturas incorrectas en las actividades de la vida diaria (Casimiro, 1999), la ejecución
de ejercicios con unas características cualitativas y cuantitativas inadecuadas (López Mi-
ñarro, 2000), son factores de riesgo añadidos a la aparición de alteraciones.
La lesión o fallo de un tejido vertebral ocurre cuando la carga aplicada excede el um-
bral de tolerancia o fuerza del tejido (McGill, 1997b; Cholewicki y cols., 1995; Brereton y
McGill, 1999). La tolerancia del tejido es modulada por su historia previa de carga y los 31
períodos de recuperación (Brereton y McGill, 1999). Las variables más importantes en la
producción de una lesión van a ser la carga aplicada (tipo de estrés, intensidad, movi-
miento realizado, etc.) y las propiedades del tejido (McGill, 2002).
Los tejidos fallan al ser solicitados de forma excesiva. Esto puede ocurrir bajo el efec-
to de una carga única, que sobrepasa el umbral de resistencia máxima del tejido o, con
mucha más frecuencia, por la repetición de cargas por debajo de ese umbral (lesiones por
sobrecarga). Existe una relación entre la carga que se aplica y el número de repeticiones
que puede soportar la estructura. Si la carga está muy próxima a su umbral de tolerancia,
pocas repeticiones pueden provocar una lesión, pero cuanto más se aleja de la resistencia
máxima (aumenta, por tanto, el denominado margen de seguridad), se necesita un mayor
número de repeticiones para producirla.
ciente para soportar cargas axiales, proteger las estructuras del sistema nervioso central
(médula, meninges y raíces nerviosas) y otorgar una adecuada movilidad y flexibilidad
para los principales movimientos del tronco (Rodríguez, 1998; Pazos y Aragunde, 2000).
Bortoluzzi (1994), afirma que el 70-80% de las personas entre 25 y 69 años ha pade-
cido una algia lumbar, de los cuales, el 90% de los casos se cronifica en mayor o menor
medida. La algia lumbar es una de las principales causas de absentismo laboral. Carpen-
ter y Nelson (1999) consideran que los problemas raquídeos son la causa más frecuente
de limitaciones en personas de más de 45 años.
Las algias lumbares aparecen cada vez con mayor antelación. Diversos trabajos de
investigación vienen evidenciado una gran prevalencia de molestias en la columna ver-
tebral, y particularmente en el raquis lumbar, en niños y adolescentes (Balague y cols.,
1999; Limon y cols., 2004). Burton y cols. (1996) en un estudio longitudinal de 5 años
de duración en adolescentes de 12 a 16 años encontraron una incidencia anual de dolor
lumbar del 12% a los 12 años y de 21,5% a los 15 años. Nissinen y cols. (1994) en un
estudio longitudinal de 1 año de duración en niños evidencian una incidencia anual de
dolor lumbar del 17,6%. Taimela y cols. (1997) en un estudio en 594 chicas y 577 chicos
de 45 escuelas públicas encontraron una prevalencia de dolor en la columna vertebral
del 1% a los 7 años, que asciende al 6% a los 10 años y alcanza un 18% entre los 14-16
años. Además, entre los que padecieron el dolor, a un 26% de los chicos y a un 33% de
las chicas se les cronificó el mismo, incrementándose la proporción de dolor recurrente y
crónico conforme aumentaba la edad.
Algunos estudios han encontrado una correlación positiva entre el dolor lumbar en la
adolescencia (aparece con más frecuencia en el estirón puberal) y la presencia del mismo
en la edad adulta. Además, la prevalencia de molestias en la columna vertebral es mayor
en chicas (Balagué y cols., 1999; Limon y cols., 2004). Éstas tienden a referir dolor lum-
bar a menor edad respecto a los chicos, posiblemente debido a que les llega con menor
edad el brote de crecimiento puberal (Kujala y cols., 1997). 33
DEGENERACIÓN DISCAL
Diferentes trabajos que han evaluado la respuesta temporal de los músculos del tronco
(transverso abdominal, oblicuos interno y externo, multífido, principalmente) en la movili-
zación de miembros superiores e inferiores en personas con dolor lumbar, evidencian una
activación del transverso abdominal significativamente retrasada (Hodges y Richardson,
1996; Hodges y Richardson, 1999; Hodges, 2001). Esto supone un déficit de control mo-
tor, que genera una insuficiente estabilización segmentaria del raquis, que incrementa el
riesgo de lesión (Ebenbichler y cols., 2001).
Radebold y cols. (2001) estudiaron a 60 personas con dolor lumbar idiopático crónico
y a 14 sujetos sanos, que fueron sometidos a diferentes pruebas de estabilidad en se-
dentación para medir la activación de los grupos musculares implicados en la estabilidad
raquídea. Sus datos muestran que la respuesta de los músculos del tronco se retrasa
en sujetos con dolor lumbar, indicando peor control postural del raquis. A medida que
se aumenta la dificultad de la tarea postural, las diferencias entre sujetos sanos y con
dolor lumbar son mayores, debido a déficit en la propiocepción de estos últimos (Gill y
Callaghan, 1998). Así, estos sujetos tienen comprometida su estabilidad dinámica a nivel
lumbar, siendo más vulnerables a las lesiones o al agravamiento de alguna ya existente
(Radebold y cols., 2001).
Ciertos trabajos han evidenciado que para lograr un correcto fortalecimiento lumbar es
suficiente entrenar la musculatura una vez por semana, ya que se incrementan los nive-
les de fuerza, a la vez que se reduce la incidencia de dolor lumbar (Carpenter y Nelson,
1999). El volumen de entrenamiento requerido por los músculos lumbares para incremen-
tar su resistencia es considerablemente bajo, a diferencia del resto de grupos musculares
(Lisón y cols., 1998). No es necesaria una actividad con el objetivo de aumentar su ta-
maño (hipertrofia), pues ésta no es imprescindible para la ganancia de fuerza ni tampoco
para la prevención de lesiones a nivel lumbar Por ello, se recomienda el fortalecimiento
de la musculatura paravertebral lumbar (Pamblanco, 2000; Lisón y cols., 1998), junto al
fortalecimiento de la musculatura abdominal (Lisón y Sarti, 1998), que se analizará más
adelante.
La velocidad en la ejecución del movimiento es una variable que incide en los niveles
de carga que genera un ejercicio. Así Lisón y Sarti (1998) encontraron que la movilización
del tronco a velocidad rápida en banco romano tiene un índice de peligrosidad del 60%
frente al 42% cuando se realiza a velocidad lenta.
McGill (2001) indica que los ejercicios de movilidad y extensibilidad del raquis deben li-
mitarse a flexiones y extensiones en descarga. Un ejercicio muy seguro y aconsejado es el
ejercicio denominado “cat-camel” o “gato” (Figura 1), ya que reduce la viscosidad espinal
(resistencia interna del disco y fricción), la rigidez raquídea y el estrés pasivo, facilitando
la movilidad intervertebral (McGill, 1999).
D
esde la posición de sextupedia, se alterna una posición cifótica (flexión lumbar, dorsal y
cervical) junto a una retroversión de la pelvis, con una posición de corrección de la misma
(extensión lumbar, dorsal y cervical), acompañada de anteversión pélvica. La distancia
entre el apoyo de manos y rodillas no debe ser menor que la longitud entre trocánter ma- 35
yor y articulación escápulo-humeral (McGill, 1997).
Figura 1. Posición inicial y final del “cat-camel”. Para ver una descripción de los ejercicios en vídeos, con
comentarios sobre su ejecución, visitar la dirección web: http://tv.um.es/serial/index/id/186
que considerar que personas que sufran ciática, van a sentir un aumento de sus síntomas
dolorosos en el movimiento de flexión (McGill, 2002).
Este ejercicio sustituye al famoso “puente” (Figura 2), frecuentemente realizado para
el entrenamiento de la flexibilidad vertebral, que genera cargas importantes en las articu-
laciones intervertebrales del raquis lumbar (Yessis, 1994).
36
Para desarrollar los músculos espinales hay otros ejercicios adecuados que estimulan
adecuadamente la musculatura dorso-lumbar, reduciendo los niveles de estrés vertebral. 37
Por ejemplo, la elevación de pelvis, desde decúbito supino, que consiste en realizar una
extensión lenta de caderas y tronco hasta formar una línea entre tronco, pelvis y muslos
(figura 5). Este ejercicio estimula la musculatura lumbar a intensidades moderadas tanto
en hombres como en mujeres. Se puede realizar de forma dinámica, estática, o combina-
da, debiendo detener la elevación de la pelvis en el momento de alcanzar una horizonta-
lidad tronco-pelvis-muslos.
Figura 6. Lanzamiento balístico de la pierna, mediante extensión coxofemoral, que se acompaña de an-
teversión pélvica (http://tv.um.es/serial/index/id/186).
38
Esta acción articular permite trabajar el glúteo mayor, isquiosurales y erector espinal
(Lisón y Sarti, 1998; Shirado y cols., 1995). Sin embargo, el trabajo balístico genera picos
de activación muscular que no son tan efectivos para aumentar la resistencia muscular.
Los errores más frecuentes al realizar el bird-dog son la adopción de posturas cifóticas,
el aumento de la lordosis lumbar y la inclinación pélvica, que genera momentos de torsión
vertebral que aumentan el estrés vertebral.
39
Los músculos de la pared abdominal (recto abdominal, oblicuo externo, oblicuo interno,
transverso abdominal) y psoas tienen un papel fundamental en el correcto funcionamien-
to del raquis lumbar (Juker y cols., 1998). La capacidad estabilizadora de la musculatura
abdominal se basa en la disminución de la presión intradiscal en el raquis dorso-lumbar
(Anderson y cols., 1997; Hodges y Richardson, 1999), por mediación del aumento en la
presión intra-abdominal (Cholewicki y cols., 1999), junto a la activación de la fascia tora-
40 columbar por la acción de los músculos anchos del abdomen (Fritz y cols., 1998).
En los programas de ejercicio físico y salud hay que desarrollar la musculatura abdo-
minal, dando mayor importancia al fortalecimiento de los músculos anchos del abdomen
(oblicuos y transverso) (Vera, 2000; McGill, 2002).
Tabla 1. Valores medios de la activación eléctrica de flexores del tronco y coxofemorales en tres ejerci-
cios dinámicos (en % de la máxima contracción voluntaria) (Tomado de Andersson y cols., 1997).
Dorado y cols. (2001) para reducir la tensión del psoas iliaco proponen flexionar pier-
nas y rotar externamente las caderas, para acercar origen e inserción de este músculo,
limitando así su activación. Sin embargo, no existen estudios experimentales que hayan
analizado esta propuesta.
McGill (2001) recomienda realizar el encorvamiento con las manos bajo el raquis lum-
bar con una pierna extendida y otra flexionada para conservar la lordosis lumbar, en la
medida de lo posible, durante la ejecución del mismo (figura 11).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
El encorvamiento con rotación del raquis dorsal (figura 12), con objeto de aumentar
la activación de los músculos anchos del abdomen, se considera un ejercicio saludable, si
bien la combinación de flexión y rotación en la zona lumbar implica un ligero aumento de
las cargas compresivas (McGill, 2001). En cuanto a su efectividad, Karst y cols. (1998)
no detectan una importante activación del oblicuo externo utilizando este ejercicio, aun-
que Juker y cols. (1998) encuentran una activación moderada. En comparación con el
encorvamiento sin giro, este ejercicio aumenta la activación en los músculos anchos del
abdomen muy ligeramente.
42
Este ejercicio produce cargas compresivas moderadas (2500 Newton), así como un
bajo nivel de estrés de cizalla en el raquis lumbar (Juker y cols., 1998; Axler y McGill,
1997; McGill, 2001; McGill y cols., 1999). El decúbito lateral horizontal genera menor
compresión lumbar (L4/L5) que el encorvamiento con giro.
EJECUCIÓN CORRECTA Y SEGURA DE LOS EJERCICIOS
Figura 13. Decúbito lateral horizontal con apoyo de los pies (http://tv.um.es/serial/index/id/186).
43
Figura 15. Final fase concéntrica de la incorporación de tronco en banco inclinado (http://tv.um.es/se-
rial/index/id/186).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Tabla 2. Valores de compresión y cizalla en Newton en un ejercicio de incorporación con piernas extendi-
das y flexionadas (McGill, 1997).
bre el raquis dorsal y lumbar (Ferrer, 1998; Pastor, 2000), así como lesiones musculares.
Ferrer (1998) estableció una relación directa entre la repercusión sobre el raquis tóraco-
lumbar y una reducida extensibilidad isquiosural. Otras repercusiones conocidas son la
hipercifosis dorsal, inversiones del raquis lumbar, espondilolistesis e incluso la aparición
de hernias discales en el raquis lumbar (Santonja y cols., 1995).
46
Con frecuencia se observa como personas adultas adoptan posturas incorrectas de es-
tiramiento isquiosural, caracterizadas por inversiones del raquis lumbar (cifosis lumbares
posturales) e incrementos de la cifosis torácica, que suponen un factor de riesgo de alte-
raciones discales, al aumentar las fuerzas compresivas y la presión intradiscal.
Siguiendo las consideraciones de diversos autores (Andújar y cols., 1996; López Mi-
ñarro y Rodríguez, 2000; López Miñarro, 2000), los ejercicios de estiramiento se han de
efectuar con la disposición del raquis alineado, circunstancia que elimina el incremento de
la cifosis dorsal compensatoria a la limitación del movimiento de la pelvis. Las ganancias
de extensibilidad nunca deben basarse en que el sujeto alcance o sobrepase la planta de
los pies, ya que con ello se facilita la adopción de posturas inadecuadas. Será preciso que
se realicen los ejercicios sintiendo y localizando correctamente el estiramiento y dispo-
niendo adecuadamente el raquis. Hay que otorgar una gran importancia a la disposición
de la pelvis y alineación de la columna dorso-lumbar (Rodríguez y Santonja, 2001).
Figura 21. Disposición incorrecta de las estructuras raquídeas, con pelvis en marcada retroversión y con
rotación hacia la pierna de apoyo.
48
El sujeto tiene una limitación real para realizar el movimiento completo que se le exige.
Algunos no son capaces de percibir de manera correcta el movimiento exigido, por
deficiencia en su esquema corporal.
La mayoría son incapaces de controlar de manera activa su pelvis.
Muchos de ellos consiguen “el objetivo final” del ejercicio falseando el movimiento,
elongando su zona lumbar y/o dorsal.
CONSIDERACIONES FINALES
Es necesario un desarrollo armónico de la musculatura implicada en la estabilidad
raquídea (musculatura abdominal, extensores raquídeos, glúteo mayor e isquiosurales)
mediante ejercicios saludables, de modo que se conviertan en un factor preventivo de
patologías raquídeas (Lisón y Sarti, 1998).
Sin embargo, para este fin, se realizan ejercicios poco apropiados en las sesiones de
ejercicio físico (López Miñarro y García, 2000). Ante la gran frecuencia de estos ejercicios,
aumenta la probabilidad de sufrir alguna repercusión en la salud osteo-articular del indi-
viduo, por lo que se hace necesaria una reorientación de algunos ejercicios, con el fin de
que los riesgos asociados estos sean los mínimos posibles. El control de la postura adop-
tada por el raquis, evitando posiciones raquídeas forzadas, permite una actividad más
correcta, segura y efectiva en la realización de los ejercicios físicos.
Para reducir el daño en los tejidos, McGill (2002) presenta una serie de recomendaciones:
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EJECUCIÓN CORRECTA Y SEGURA DE LOS EJERCICIOS
Nota: Los contenidos de este capítulo pueden ampliarse y complementarse con los
contenidos digitales de “Actividad Física para la salud” que se pueden consultar en la pá-
gina web del Open Course Ware de la Universidad de Murcia (http://ocw.um.es/) y con los
enlaces web disponibles en http://webs.um.es/palopez
54
BENEFICIOS Y POSIBLES RIESGOS DE LA ACTIVIDAD
FÍSICA SOBRE LA SALUD PSICO-SOCIAL
Baste señalar, en este sentido, que en multitud de ocasiones el cambio radical de las
condiciones previas de los sistemas, pretendiendo un resultado previsible o diferente,
puede producir muy pocas variaciones mientras que, por el carácter dialéctico que se pro-
duce entre los elementos del sistema, modificaciones muy pequeñas son las que pueden
provocar grandes cambios –si bien esto no siempre tenga que suceder-.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Este concepto de adaptación, núcleo central y común en las grandes perspectivas del
desarrollo humano, tiene, desde nuestros planteamientos, tres grandes niveles: en pri-
BENEFICIOS Y POSIBLES RIESGOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA SOBRE LA SALUD PSICO-SOCIAL
mer lugar el preventivo o profiláctico, en el que la labor de los profesionales del ámbito
de la salud debe ser el detectar los elementos del sistema que, con mayor probabilidad,
pueden generar un nivel no tolerable de heterostasis y que, por lo tanto, deben ser elimi-
nados o, cuando menos, conducidos de forma que, cuando aparezcan, el sistema pueda
asimilarlos de manera adecuada y se pueda acomodar y adaptar a ellos de forma óptima
(recordemos los tres grandes procesos generales que, para Piaget, operan en la adapta-
ción del sujeto al medio para generar formas superiores de conocimiento). Un comentario
muy pertinente en este sentido, es la percepción de la heterostasis como un elemento im-
portante e incluso necesario, si bien que hay que controlar y dosificar de la mejor manera
posible: un organismo necesita desequilibrios para adaptarse de nuevo y generar, de esta
manera, desarrollos en sus microsistemas.
El segundo de los niveles implica que, una vez que el sistema o sistemas están en esta
de heterostasis, el paradigma multidisciplinar de la salud debería movilizarse para, en pri-
mer lugar, realizar una evaluación completa del nivel de desequilibrio de cada subsistema
y, en segundo término, movilizar los recursos en la persona para que pueda alcanzar, de
la forma más autónoma si es posible, este nuevo estado homeostático: la búsqueda de la
autonomía se antoja como una variable importante en la que lo más relevante es dotar al
sistema de las herramientas para poder gestionar su propio estado de equilibrio alcanzan-
do nuevas adaptaciones al medio. Resulta evidente, en este sentido, que una concepción
reduccionista y biologicista de la salud, ha pretendido abordar, de forma exclusiva, la eva-
luación del sistema desde la perspectiva médica olvidando que el resto de subsistemas
influyen de forma evidente en la resultante del proceso. Este olvido, desde estos nuevos
planteamientos, ha generado un aumento en la probabilidad de recaídas posteriores y de
un déficit en la adaptación global e integral del sistema a los medios óptimos de potencia-
ción de sus propios recursos: sólo desde un enfoque más integral es desde donde se pue- 57
de encontrar un aumento en la probabilidad de maximizar el rendimiento de los sistemas
en su búsqueda de adaptación.
La dimensión cognitiva
A nivel filogenético, una de las grandes diferencias que se establecen entre la especie
humana y el resto de vertebrados superiores e inferiores, con algunas salvedades muy
puntuales sobre las que sabemos muy poco aún, es la capacidad de poseer pensamien-
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
tos que se vertebran bajo el carácter simbólico que nos permite el lenguaje y que, desde
cierto punto de vista, configura nuestra forma de entender la realidad. Este carácter sim-
bólico y abstracto del pensamiento y del lenguaje, implica un nivel de complejidad en el
funcionamiento cognitivo de las personas que exige una inferencia relevante respecto a la
complejidad que, a nivel cerebral, poseen las estructuras que nos permites interaccionar
con el medio.
Desde un nivel consciente y explícito del pensamiento, a niveles más implícitos e in-
conscientes, como es el caso evidente del aprendizaje o ejecución de los gestos motores,
nuestro cerebro nos permite trabajar con varios tipos de representaciones mentales que,
tal y como señala Bruner, conviven y son empleadas en función del contexto al cual nos
enfrentemos y de las necesidad que el sistema posea. No podemos olvidar, en este senti-
do, que además de las representaciones enactivas, características de un conocimiento “en
acción”, y del lenguaje simbólico, poseemos representaciones de tipo icónico en forma de
imágenes y que poseen un gran interés en el contexto de la salud pues, como se conoce
por multitud de investigaciones, la capacidad de “imagery” de las personas nos permite
aumentar nuestra capacidad de adaptación a muchos contextos diferentes (la imagina-
ción /visualización se emplean, desde hace mucho tiempo, en diferentes contextos vincu-
lados con la salud y el bienestar como puede ser la terapia oncológica en el tratamiento
del dolor o, sin ir más lejos, la recuperación de las lesiones deportivas o la génesis y per-
feccionamiento de estrategias de coping y afrontamiento en las personas).
Toda conducta humana tiene una repercusión directa que, en mayor o menor medida,
genera una emoción. La emoción, en este sentido, se interpreta como la resultante de la
percepción que el sujeto tiene, en la mayoría de los casos a nivel inconsciente, y que po-
see una gran base filogenética relacionada con la supervivencia del sistema, puesto que
de emociones positivas se derivan conductas de proximidad y de acercamiento, mientras
que de emociones negativas se derivan conductas de evitación. Baste decir, como señalá-
bamos en el punto anterior, que todo emoción conlleva una cognición y viceversa, pudien-
do realizar un proceso de intervención en la cognición para influir en la emoción –resulta
mucho más operativo y sencillo, por el carácter explícito de la cognición aunque a veces
se produzcan pensamientos automáticos y, en muchos casos, irracionales.
permiten que se envíen ciertas señales nerviosas a nivel cortical y a nivel medular para
inervar las placas motoras que generan el movimiento: cuanta mayor precisión y coordi-
nación neuromotora exija el movimiento, mayor control emocional deberá poseer la per-
sona. Es el sistema límbico, compuesto en esencia por la amígdala, el hipocampo, el giro
dentado, el hipotálamo, la corteza entorrinal, el epitálamo y el giro cingulado, el encarga-
do de realizar este complejo proceso que implica la génesis de la emoción. Baste señalar
que, la complejidad de este sistema es tal que los procesos básicos de aprendizaje y de
memoria quedan condicionados por el procesamiento que estructuras como el hipocampo
realizan, de forma que la especialización cerebral resulta vital para la integración posterior
de las señales nerviosas que implican la conducta posterior.
La dimensión psicofisiológica
Con estos aspectos queremos reflejar que el ser humano es un sistema realmente
complejo en continua búsqueda de adaptación, siendo en la actualidad la evaluación de
estos parámetros psicofisiológicos los que nos permiten, junto con la evaluación de la
conducta motriz de las personas, las medidas más objetivas que se pueden obtener de la
respuesta de las personas en su intento por adaptarse. En concreto, las técnicas actuales
de biofeedback y de neurofeedback constituyen una base importante en el diagnóstico
y en la intervención posterior con los sujetos, pues se pretende educarles respecto a la
lectura de los propios recursos y competencias, además de dotarles de las estrategias
básicas que les permiten alcanzar la autorregulación que, como hemos señalado, resulta
necesaria para el logro de la autonomía.
La dimensión motriz
concisa, los aprendizajes y conductas del sistema: incidiendo en las cadenas explicativas
sobre cómo ha tenido lugar, podemos intervenir de forma muy concreta y exitosa obte-
niendo, en muchos casos, un gran éxito.
La dimensión psicosocial
Desde este punto de vista, los objetivos básicos desde el ámbito de la salud, deberían
pretender la génesis de contextos que optimizaran la adaptación de los sistemas a sus
60 propios recursos bio-psico-sociales, de manera que se trate de entornos facilitadores y
generadores de actitudes positivas hacia la práctica de actividad física y de conductas que
permitan adquirir hábitos adecuados de salud como, por ejemplo, las que tienen que ver
con la higiene postural o con la alimentación, la nutrición y la actividad física.
En cualquier caso, también parece que se debe enfatizar la importancia del contexto
de práctica y del estilo docente como factores que pueden llegar a influir, de manera sig-
nificativa, en los efectos que la actividad física y deportiva pueden tener para la salud psi-
cológica de las personas. En este sentido, se han estudiado conceptos muy interesantes
como la tendencia personal a elegir cierto tipo de situaciones que pondrían de manifiesto
la valoración del resultado obtenido en función del propio desarrollo personal o en función
del éxito y del fracaso de los otros, lo que determinaría una adaptación al medio más
dependiente de la autonomía personal o de los demás (el primero de los casos sería más
adaptativo que el segundo); es lo que se conoce como tendencia hacia el ego o tenden-
cia hacia la tarea derivados de los estudios de la teoría de la autodeterminación (Smith,
BENEFICIOS Y POSIBLES RIESGOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA SOBRE LA SALUD PSICO-SOCIAL
Ethington y Li, 2005; Cervelló, Escartí y Guzmán, 2007; García, Leo, Martín y Sánchez,
2008).
Los datos parecen poner de manifiesto que el profesor tiene un papel relevante en la
creación y consolidación de ciertos climas de aula y de trabajo que acaban por configurar
la forma en la que evaluamos nuestros progresos y, a la postre, de aumentar la probabi-
lidad de abandonar o de continuar con la práctica motriz voluntaria.
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177.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
62
ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD EN EL CURRÍCULO DE
EDUCACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA
INTRODUCCIÓN
En el contexto actual de cambio (ya consolidado) que está sufriendo el sistema educa-
tivo, (no conviene olvidar que desde 1990 hasta la actualidad se han sucedido tres leyes
educativas: LOGSE, LOCE, LOE) promovido por el debate de consensuar unos aspectos
legislativos que, en el ámbito de la educación, tratara de dar respuesta a los cambios so-
ciales que se han producido y se están produciendo en este país en los últimos años, así
como contribuir al desarrollo personal y social de los futuros ciudadanos, hablar de activi-
dad física y salud en el marco curricular de la educación física escolar no deja de ser una
paradoja, en cuanto que el papel a la asignatura, respecto a su relevancia en la sociedad,
no deja de ser débil. Analizar este escaso valor social nos llevaría a un debate estéril y
poco productivo, pues todo depende del sentido y significado que se le otorgue, bien como
practicante, bien como espectador/formador; y además, ya hay estudios al respecto que
ilustran claramente el marco de la asignatura.(Davis 1986).
63
Nuestro propósito va a orientarse a tratar de analizar, en un primer momen-
to, qué es el currículo, qué viene en él recogido, que intenciones asigna a la educa-
ción física, y cuáles son los ejes vertebradores del mismo, y todo con una clara
orientación a la salud, tanto individual, como social. Para ello utilizaremos el mo-
delo desarrollado por nosotros, del concepto de salud de la OMS, el cubo de la salud.
CONCEPTO DE CURRÍCULO
Siguiendo a Stenhouse, 1991, podemos definir el currículo como “una tentativa para
comunicar los principios y rasgos esenciales de un propósito educativo, de forma tal que
permanezca abierto a discusión crítica”, en este sentido el currículo recoge las intenciones
educativas del sistema concretado en objetivos, contenidos, criterios de evaluación, prin-
cipios metodológicos y competencias a desarrollar durante las distintas etapas que tiene
que cubrir un niño o niña a lo largo de etapa educativa obligatoria.
Con el fin de garantizar (vertebrar) unas enseñanzas mínimas en todo el territorio na-
cional, el actual currículo supone el 65% del horario escolar del alumnado, delegándose
el resto en las competencias que en materia educativa tienen conferidas las administra-
ciones autonómicas, donde tendrán cabida los rasgos culturales y lingüísticos de cada
una. Además, introduce las competencias básicas como un elemento esencial del mismo,
y entendiéndose éstas como “la capacidad o habilidad de efectuar tareas o hacer frente a
diversas situaciones en un contexto determinado y, para ello, es necesario movilizar acti-
tudes, habilidades y conocimientos al mismo y de forma interrelacionada” (Zabala, 2007).
Más tarde volveremos sobre esto, ya que consideramos de vital importancia la incorpora-
ción de las competencias y su concepción en la educación física actual.
Por tanto, el currículo viene a recoger los intereses sociales y culturales actuales res-
pecto a las manifestaciones del movimiento humano (cultura corporal).
64
Revisando éstas, podemos afirmar que la educación física escolar, actualmente, tiene
tres ejes sobre los que se vertebra, dando sentido y significado a la práctica que se rea-
liza en las clases; por un lado, debe tratar de crear hábitos saludables de práctica activa
que disminuyan el actual sedentarismo de la sociedad, por otro, iniciar al niño o niña en
el fenómeno sociocultural que se ha convertido el deporte, siendo considerado éste, como
la primera manifestación cultural del movimiento humano , considerando su aprendizaje
desde una doble vertiente, cómo futuro practicante y como consumidor y espectador del
mismo; por último, y siguiendo con la tradición de considerar la actividad físico deportiva
como parte esencial de la educación en valores.
Siendo este último punto muy controvertido hoy en día, pues, aunque nadie duda de
las posibilidades educativas que tiene el deporte, también se ha demostrado que el mode-
lo actual deportivo lleva más a los contravalores educativos, que a una formación deporti-
va basada en los valores universales, como ejemplo, bien podríamos analizar el papel que
los niños dan a ser como los héroes deportivos actuales (Cristiano Ronaldo, Messi, Gasol
y un largo etc., donde prima más la individualidad que el compañerismo, el egoísmo en
el juego que la solidaridad, las conductas antideportivas que el respeto por los contrarios
y reglas de juego, etc.) Esto es así, al considerarse socialmente la práctica deportiva con
planteamientos competitivos, selectivos y restringidos a una única especialidad, y que no
siempre son compatibles con las intenciones educativas del sistema educativo. Es por ello,
que vamos a centrarnos en analizar estos tres ejes de manera un poco más profunda.
EL CURRÍCULO Y LAS COMPETENCIAS BÁSICAS
El concepto de competencia básica que aparece recogido en el Ley Orgánica de Edu-
cación y que es transferido a los distintos currículos de cada asignatura o área de conoci-
miento, proviene de la transferencia del mundo laboral de los años 70 y hace referencia a
la característica de una persona capaz de realizar una tarea concreta de forma eficiente.
ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD EN EL CURRÍCULO DE EDUCACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA
Esto aplicado al contexto escolar nos hace pensar en la necesidad de enseñar para
saber (saber por saber), concepto tradicional asignado a la escuela; o enseñar para saber
hacer (saber para saber hacer).
Así, la competencia nos identificaría aquello que necesita cualquier persona para dar
respuesta a los problemas a los que se enfrentará a lo largo de su vida, por tanto, inte-
rrelaciona las actitudes, los procedimientos y los conceptos. Con esta idea, el Consejo de
Europa en 2001 propuso la inclusión de las competencias en los currículos de los distintos
países de la UE, y las definía como “La suma de conocimientos, destrezas y características
individuales que permiten a una persona realizar acciones”. Buscando una definición que
nos acerque más a la comprensión de la competencia, encontramos la de Zabala (2007)
CAPACIDAD O HABILIDAD
QUÉ
DE EFECTUAR TAREAS O HACER
FRENTE A SITUACIONES DIVERSAS PARA QUÉ
DE FORMA EFICAZ DE QUÉ MANERA
EN UN CONTEXTO DETERMINADO DÓNDE
Y PARA ELLO ES NECESARIO MOVILIZAR POR MEDIO
ACTITUDES, HABILIDADES Y CONOCIMIENTOS
DE QUÉ
AL MISMO TIEMPO Y DE FORMA
INTERRELACIONADA CÓMO
65
Las características de la Educación Física, sobre todo las relativas al entorno en que se
desarrolla y a la dinámica de las clases, la hacen propicia para la educación de habilidades
sociales, cuando la intervención educativa incide en este aspecto. La iniciación deportiva
a los deportes colectivos es un medio eficaz para facilitar la relación, la integración y el
respeto, a la vez que contribuyen al desarrollo de la cooperación y la solidaridad. Ayuda
a aprender a convivir, fundamentalmente en lo referente a la elaboración y aceptación
de reglas para el funcionamiento colectivo, desde el respeto a la autonomía personal,
la participación y la valoración de la diversidad. La adquisición de habilidades motrices
específicas requiere la capacidad de asumir las diferencias así como las posibilidades y
limitaciones propias y ajenas. El cumplimiento de las reglas de los juegos colabora en la
aceptación de códigos de conducta para la convivencia, además la competición puede ge-
nerar conflictos en los que es necesaria la negociación, basada en el diálogo, como medio
para su resolución. Además de contribuir a conocer la riqueza cultural. Desde nuestro
punto de vista contribuimos a la salud social.
ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD EN EL CURRÍCULO DE EDUCACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA
El alumnado a través de los contenidos de esta materia debe ser competente para ex-
plicar adecuadamente los beneficios y prejuicios de las actividades físicas así como pedir
información relativa a estos aspectos.
Competencia matemática
Explícitamente se dice que la Educación Física debe promover una vida saludable y
crear hábitos de práctica saludable.
El objetivo “2. Apreciar la actividad física para el bienestar, manifestando una actitud
responsable hacia uno mismo y las demás personas y reconociendo los efectos del ejerci-
cio físico, de la higiene, de la alimentación y de los hábitos posturales sobre la salud” tiene
que ver directamente con la salud global.
En cuanto a los contenidos, que están distribuidos por ciclos, tenemos las siguientes
relaciones en el primer ciclo:
Respecto al bloque 4. Actividad física y salud, que es el que está directamente vincu-
lado a la salud, encontramos:
“1. Reaccionar corporalmente ante estímulos visuales, auditivos y táctiles, dando res-
puestas motrices que se adapten a las características de dichos estímulos. Este criterio
pretende evaluar la respuesta discriminada a estímulos.”. Con lo cual se refiere explícita-
mente a un elemento de salud física. 69
“2. Desplazarse y saltar de forma diversa, variando puntos de apoyo, amplitudes y
frecuencias, con coordinación y buena orientación en el espacio.”. Lo que implica un buen
funcionamiento senso-neuromotor con lo que volvemos a situarnos en el ámbito de salud
física.
“8. Mostrar interés por cumplir las normas referentes al cuidado del cuerpo con rela-
ción a la higiene y a la conciencia del riesgo en la actividad física. La predisposición hacia
la adquisición de hábitos relacionados con la salud.”. También se sitúa en el ámbito de la
salud física.
“8. Mantener conductas activas acordes con el valor del ejercicio físico para la salud,
mostrando interés en el cuidado del cuerpo.
Este criterio pretende evaluar si el alumnado va tomando conciencia de los efectos
saludables de la actividad física, el cuidado del cuerpo y las actitudes que permiten evitar
los riesgos innecesarios en la práctica de juegos y actividades. Además, pretende valorar
si se van desarrollando las capacidades físicas, a partir de sucesivas observaciones que
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
permitan comparar los resultados y observar los progresos, sin perder de vista que la
intención va encaminada a mantener una buena condición física con relación a la salud.”
“8. Identificar algunas de las relaciones que se establecen entre la práctica correcta y
habitual del ejercicio físico y la mejora de la salud y actuar de acuerdo con ellas.
Es preciso comprobar si el alumnado establece relaciones coherentes entre los aspec-
tos conceptuales y las actitudes relacionados con la adquisición de hábitos saludables. Se
tendrá en cuenta la predisposición: a realizar ejercicio físico, evitando el sedentarismo;
a mantener posturas correctas; a alimentarse de manera equilibrada; a hidratarse co-
70 rrectamente; a mostrar la responsabilidad y la precaución necesarias en la realización de
actividades físicas, evitando riesgos,…”.
Introducción
“El bloque Condición física y salud agrupa contenidos relativos a la salud física, hábitos
de ejercicio físico y de práctica deportiva que inciden en el desarrollo de las capacidades
físicas del individuo para la mejora de su calidad de vida”.
Objetivos
“1. Conocer los rasgos que definen una actividad física saludable y los efectos benefi-
ciosos que esta tiene para la salud individual y colectiva.
2. Valorar la práctica habitual y sistemática de actividades físicas como medio para
mejorar las condiciones de salud y calidad de vida.
3. Realizar tareas dirigidas al incremento de las posibilidades de rendimiento motor, a
la mejora de la condición física para la salud y al perfeccionamiento de las funciones de
ajuste, dominio y control corporal, adoptando una actitud de autoexigencia en su ejecu-
ción.
ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD EN EL CURRÍCULO DE EDUCACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA
Contenidos
PRIMER CURSO
Contenidos
“Valoración del calentamiento como hábito saludable al inicio de una actividad física.
Condición física. Cualidades físicas relacionadas con la salud.
Acondicionamiento físico a través del desarrollo de las cualidades físicas relacionadas
con la salud.”
Criterios de evaluación
“2. Identificar los hábitos higiénicos y posturales saludables relacionados con la activi-
dad física y con la vida cotidiana.
Se pretende analizar si el alumnado, durante la práctica de actividad física, identifica
y lleva a cabo determinados hábitos, como por ejemplo usar la indumentaria adecuada,
hidratarse durante la actividad o atender a su higiene personal después de las sesiones. El 71
alumnado, igualmente, deberá reconocer las posturas adecuadas en las actividades físicas
que se realicen y en acciones de la vida cotidiana como estar sentado, levantar cargas o
transportar mochilas.
3. Incrementar las cualidades físicas relacionadas con la salud trabajadas durante el
curso respecto a su nivel inicial.
Con este criterio se pretende que el alumnado se muestre autoexigente en su esfuerzo
para mejorar los niveles de las cualidades físicas relacionadas con la salud.
Para la evaluación se deberá tener en cuenta, sobre todo, la mejora respecto a sus
propios niveles iniciales en las capacidades de resistencia aeróbica, fuerza resistencia”.
SEGUNDO CURSO
Contenidos
Efectos que tienen sobre la salud determinados hábitos como el consumo de tabaco y
alcohol.
Criterios de evaluación
“2. Reconocer a través de la práctica, las actividades físicas que se desarrollan en una
franja de la frecuencia cardiaca beneficiosa para la salud.”.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
TERCER CURSO
Contenidos
Relación entre la mejora de las cualidades físicas relacionadas con la salud y la adap-
tación de los aparatos y sistemas del cuerpo humano.
Acondicionamiento de las cualidades relacionadas con la salud: resistencia aeróbica,
flexibilidad y fuerza resistencia general, mediante la puesta.
Reconocimiento del efecto positivo que la práctica de actividad física produce en los
aparatos y sistemas del cuerpo humano.
Valoración de la alimentación como factor decisivo en la salud personal.
Ejecución de métodos de relajación como medio para liberar tensiones.
Criterios de evaluación
“1. Relacionar las actividades físicas con los efectos que producen en los diferentes
aparatos y sistemas del cuerpo humano, especialmente con aquéllos que son más rele-
vantes para la salud.
Se pretende saber si el alumnado conoce los aparatos y sistemas sobre los que incide
la práctica de ejercicio físico, así como las adaptaciones que ésta produce. Se hará hinca-
pié en aquellos aparatos y sistemas más directamente relacionados con la salud, es decir,
básicamente al aparato cardiovascular y el aparato locomotor. Asimismo deberá mostrar
la repercusión que dichos cambios tienen en la calidad de vida y en la autonomía de las
personas en el curso de su vida.
72
2. Incrementar los niveles de resistencia aeróbica, flexibilidad y fuerza resistencia a
partir del nivel inicial, participando en la selección de las actividades y ejercicios en fun-
ción de los métodos de entrenamiento propios de cada capacidad.
El alumnado conocerá un abanico de actividades y ejercicios que deberá combinar
para, a partir de los métodos de entrenamiento establecidos por el profesorado, incre-
mentar el nivel de las capacidades físicas citadas.
Por lo tanto, deberá desarrollar un trabajo regular, autónomo y responsable encami-
nado al incremento de las cualidades físicas relacionadas con la salud, de acuerdo a sus
posibilidades y basado en el esfuerzo diario.
4. Reflexionar sobre la importancia que tiene para la salud una alimentación equilibra-
da a partir del cálculo de la ingesta y el gasto calórico, en base a las raciones diarias de
cada grupo de alimentos y de las actividades diarias realizadas.
CUARTO CURSO
Contenidos
Criterios de evaluación
Introducción
“La Educación física como materia común está orientada fundamentalmente a profun-
dizar en el conocimiento del propio cuerpo y de sus posibilidades motrices como medio
para la mejora de la salud en relación con la consolidación de hábitos regulares de prác-
tica de actividad física.
La incorporación de un modo de vida activo en el tiempo libre que incluya una actividad
física por y para la salud es una de las claves para compensar un sedentarismo creciente
En la sociedad actual, por tanto, el proceso formativo que debe guiar la Educación
física se orienta en torno a dos ejes fundamentales: en primer lugar, a la mejora de la
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
salud como responsabilidad individual y como construcción social. En esta concepción tie-
nen cabida tanto el desarrollo de componentes saludables de la condición física como la
adopción de actitudes críticas ante las prácticas que inciden negativamente en la misma.
[…]El primero de ellos, Actividad física y salud, ofrece al alumnado las herramientas para
autogestionar su propia condición física en función de sus objetivos y sus aspiraciones
personales. Es un salto cualitativo importante respecto a los contenidos trabajados en la
etapa anterior, afianzando de esta manera su autonomía y su capacidad de desarrollar
hábitos saludables a lo largo de su vida.
Objetivos (8)
“1. Conocer y valorar los efectos positivos de la práctica regular de la actividad física
en el desarrollo personal y social, facilitando la mejora de la salud y la calidad de vida.
6. Adoptar una actitud crítica ante las prácticas sociales que tienen efectos negativos
para la salud individual y colectiva.
Contenidos
En este sentido, para que el deporte sea considerado educativo, nada mejor que ana-
lizar la siguiente frase:
entendida como un proceso intencional que tiene por objeto desarrollar las capacidades
cognitivas, motrices, de equilibrio personal, de relación interpersonal, y de integración
social de las personas, a través de actividades seleccionadas, organizadas y desarrolladas
con la finalidad expresada anteriormente (Velázquez Buendía, 2001)
Desarrollo Adquisición
de sus de
capacidades elementos
culturales
Lleixá 2007
76 Estas prácticas deben responder, a través de los contenidos, a los pilares sobre los que
se asienta el currículo, sin embargo, cuando hacemos referencia a las prácticas deporti-
vas, encontramos claramente dos discursos o posicionamientos al respecto.
currículum
ADQUISICIÓN DE
Y EL BIENESTAR
PARA LA SALUD
CAPACIDADES
DESARROLLO
CULTURALES
EDUCACIÓN
EDUCACIÓN
VALORES
FORMAS
EN
DE
Y otro, basado en la participación, sustentado por las ciencias sociales, cuyo valor está en
considerar al deporte como un proceso de socialización y adquisición cultural del movimiento
y que tiene una perspectiva muy diferente del deporte basada más en la cooperación-
colaboración, en la inclusión de todos y todas en la práctica, en el disfrute personal…
78
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR
DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
INTRODUCCIÓN
En la literatura existen numerosos estudios que han analizado los hábitos de vida en
diferentes grupos de población. Una de las preocupaciones de los profesionales e insti-
tuciones con responsabilidad en promoción de la salud es precisamente la mejora de los
estilos de vida de los ciudadanos, haciendo que éstos sean lo más saludables posibles.
Desde la Educación Física se ha venido interviniendo con dicha intención, aunque real-
mente se desconoce cual ha de ser la estrategia ideal para promocionar estilos de vida
saludables.
Son numerosos los estudios científicos en el ámbito educativo que se han centrado en
conocer los comportamientos docentes, con el objetivo de tratar de desarrollar y trans-
mitir aquellas destrezas y habilidades más idóneas que debe poseer un buen profesor/a
para desarrollar con eficacia su labor diaria.
La formación que reciben los futuros profesionales de la Actividad Física y el Deporte
no es la misma en todos los casos y lugares, como tampoco lo es las concepciones previas
que poseen acerca de la Educación Física, el deporte y de la propia enseñanza.
Tal y como hemos indicado anteriormente, se observa como son muy diversas las ideas
previas que poseen los docentes acerca de la Educación Física y el deporte. Este hecho es
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Figura 1: Funciones que cumple la E.F. dentro de los programas educativos (Delgado y Zurita, 2002)
1.- Función de conocimiento
2.- Función anatómico-funcional.
FUNCIONES DE LA E.F. 3.- Función estética y expresiva.
EN LOS PROGRAMAS 4.- Función comunicativa y de relación.
EDUCATIVOS 5.- Función higiénica
6.- Función agonística.
7.- Función catártica y hedonista.
8.- Función de compensación.
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
Las teorías sobre la Educación Física por parte de los docentes constituyen una serie
de concepciones alternativas a modo de síntesis de lo que se conoce y piensa sobre esta
materia educativa.
Para Marrero (1993), las teorías implícitas son síntesis dinámicas de experiencias bio-
gráficas que se activan por demandas del sistema cognitivo, siendo éstas directas, vica-
rias o simbólicas.
Es importante conocer cuáles son estas teorías implícitas de la Educación Física, detec-
tar las ideas previas que poseen los docentes, para actuar con mayor eficacia haciéndoles
conscientes de la estructura mental y cultural que tienen acerca de su materia.
Delgado y Zurita (2002) estudian las teorías implícitas del docente de Educación
Física atendiendo a: finalidad, medios o contenidos prioritarios, evaluación o control y
modelo que subyace. Según estos autores, podemos distinguir cinco grandes teorías o
concepciones sobre la Educación Física (E.F.) por parte del profesorado: Teoría E.F.-Salud,
Teoría E.F.-Rendimiento, Teoría E.F.-Recreativa, Teoría E.F.-Expresiva y Teoría E.F.-Educa-
tiva.
TEORÍA TEORÍA
EXPRESIVA EDUCATIVA
Figura 2: Teorías implícitas sobre la E.F. por parte del profesorado de E.F. (Delgado y Zurita, 2002).
Una de las directrices claras de la actual legislación educativa indica que el docente
debe ser capaz de transmitir y enseñar en término de capacidades, y no limitarse a mos-
trar a su alumnado una serie de temas o unidades didácticas del programa que marca el
currículo oficial. Se pretende que la distancia existente entre lo que demanda la sociedad
y lo que se enseña desde la escuela sea mínima.
Las competencias sólo son observables y se manifiestan en las acciones que una per-
sona emprende en una situación o un contexto específico. No existen interiormente, inde-
pendientemente de la acción (que implica razones, intenciones y objetivos).
Desde este punto de vista, la competencia profesional tiene que ver con cuatro sa-
beres que se interrelacionan entre sí para obtener un profesional integral:
1.- Saber hacer: este saber es el conjunto de capacidades complejas que permiten
al docente de la Educación Física actuar con eficacia en los distintos aspectos y contextos
del quehacer diario.
2.- Saber aprender: este saber engloba todos los conocimientos proposicionales y
categoriales que corresponden a formas de contenido conceptual básicamente.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
4.- Saber convivir con los demás: este saber está relacionado con la convivencia
armoniosa con los demás.
Figura 3: Saberes que debe reunir un buen docente para adquirir competencia profesional.
SABER
HACER
SABER SER
Son numerosos los autores que indican que tanto la educación física como el deporte
no dejan de ser un fenómeno social donde influyen diferentes aspectos del quehacer hu-
mano. Este enfoque exige del profesional de la educación física y el deporte asumir una
formación integral sobre la base de competencias para afrontar con éxito las diversas
84 problemáticas que surgen a diario en el aula.
Los profesionales del ámbito educativo han mostrado su inquietud por mejorar sus
capacidades como docentes, existiendo un debate en torno a cuáles son las características
que debe tener el “profesor/a excelente”. Muchas veces, ante estas dudas o inquietudes
sobre su trabajo, el profesorado actúa buscando la respuesta en su intuición y en el con-
sejo de compañeros/as con mayor experiencia docente.
De esta forma, algunas de las preguntas más comunes que nos podemos hacer
sobre cómo ha de ser un buen profesor de Educación Física serían:
- ¿Se tiene que adaptar a cualquier contexto y tipo de alumnado?
- ¿Cómo aprende en el día a día dentro y fuera del aula?
- ¿Es importante que le guste su trabajo?
- ¿Debe tener los conocimientos suficientes que le permitan dominar la materia que
imparte?
- ¿Debe tener la formación pedagógica suficiente para saber enseñar bien la materia
que imparte?
- ¿Tiene que poseer buenas habilidades de comunicación?
- ¿Qué tipo de personalidad es la más adecuada?
- ¿Cómo debe ser la relación con el alumnado?
- ¿Cómo ha de evaluar y calificar?
- ¿Tiene que tener una buena capacidad motriz?
Éstas son solo algunas de las innumerables preguntas o reflexiones que cualquier pro-
fesor de Educación Física se puede hacer a lo largo de su labor como docente. Son nume-
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
rosas las investigaciones llevadas a cabo sobre el perfil del buen docente, aunque también
dispares los enfoques y metodologías empleadas en ellas.
Algunos autores se basan en la opinión del alumnado, como Morón (1995), quien lle-
va a cabo una tesis doctoral sobre las cualidades y características más importantes que
deben tener los docentes según el juicio de los alumnos/as. En otro estudio, Cerviño y
Salvador (1995) analizan el perfil del docente ideal a partir de las preferencias expresadas
por un grupo de alumnos de 10 años. Smith (1989) habla de las características que debe
reunir un profesor para dirigir una clase con éxito. Otra autora, García-Valcárcel (1992),
presenta un interesante estudio donde analiza la opinión de los estudiantes y profesores,
comparando las diferencias entre ambos colectivos. Por tanto, se puede apreciar que el
perfil del profesor ha sido estudiado desde distintos niveles educativos (universitario, en-
señanza secundaria y primaria).
Es muy interesante el estudio que realiza Tejero (2003), en el cual se analizan las
características que debe reunir el profesor ideal de educación física que imparta clases
en educación secundaria obligatoria, desde la opinión del alumnado. Parece lógico pen-
sar que es difícil que exista calidad en la actuación del profesor/a si no se satisfacen las
necesidades e intereses de los usuarios directos, es decir, del alumnado, para lo cual, se
requiere conocer cuáles son sus expectativas acerca del buen docente. Para ello, el autor
siguió una metodología cualitativa y elaboró un cuestionario para el alumnado.
Algunas de las características más valoradas por el alumnado y que, por tanto, debería
poseer o adquirir un buen docente de educación física serían las siguientes:
85
Comprometido y preocupado por el alumnado: que tenga en cuenta la opinión de sus
alumnos/as, que sea educado y respetuoso con el grupo de clase, que se muestre intere-
sado por todos/as, que sea flexible y esté abierto a nuevas experiencias, etc.,
Bien preparado: que el docente conozca bien su materia, que tenga una formación
continua y actualizada, que posea unas buenas habilidades comunicativas, que reflexione
sobre su proceso de enseñanza, etc.,
Justo: que se adapte y dé las mismas oportunidades a todos y a todas, que no tenga
“ni mangas ni manías”, justo con la evaluación, justo con las recompensas y castigos, etc
Con personalidad: que se haga respetar y que los alumnos/as no le “tomen el pelo”
Que explique bien: que transmita sus enseñanzas con claridad, que sus clases estén
bien preparadas y organizadas, que conteste a todas las dudas del alumnado con pacien-
cia, que informe acerca de qué se hace mal y qué se hace bien (feedback), que informe
acerca de los objetivos del curso y de cada clase, etc.,
Que disfrute de su trabajo: que transmita entusiasmo por su trabajo, que generalmen-
te esté de buen humor y contento, que se muestre con ganas de enseñar y aprender cada
día cosas nuevas, etc.,
Que sepa motivar: que el profesor/a anime y se muestre cercano a su alumnado, que
felicite cuando las tareas se realicen adecuadamente y corrija de forma constructiva y sin
enfadarse cuando se realicen mal.
Que sea cumplidor y honesto: que no suela faltar a clase, que sea puntual para co-
menzar y finalizar la clase, que cuando se retrase o falte a clase sea de forma justificada
y explique el porqué.
Que sea cuidadoso con el material: que se muestre respetuoso y cuide del material
deportivo y de las instalaciones.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Que posea una buena capacidad motriz: que cuide su aspecto personal y físico, llevan-
do unos hábitos de vida saludables. Hay que recordar que para muchos alumnos/as es un
modelo a seguir. En muchas ocasiones, si el docente no puede ejecutar adecuadamente
la tarea a realizar, se puede recurrir a un alumno/a aventajado o algún voluntario/a que
sirva de ejemplo al resto de compañeros/as.
COMPROMETIDO Y
PREOCUPADO
QUE DISFRUTE DE SU
TRABAJO
86
Figura 4: Características que debe tener un buen docente de Educación Física
Cuando se produce una interacción entre las personas existe una tendencia innata a
valorar emocionalmente dicha situación, de manera que ante cada una de las escenas
vividas las personas nos posicionamos afectivamente dentro de un continuum que va
de un extremo definido por emociones negativas, hacia el extremo opuesto definido por
emociones positivas.
Estas situaciones, si no se controlan correctamente, pueden generar emociones
susceptibles de alterar el comportamiento de las personas implicadas. En este sentido las
emociones negativas pueden enturbiar la relación entre profesor y alumnos, además de
generar malestar en cualquiera de los interlocutores o en ambos.
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
Precisamente en las profesiones en las que las relaciones interpersonales son un ele-
mento importante, es frecuente hablar del síndrome del desgaste profesional. Vemos
como la docencia en cualquiera de sus ámbitos se ha convertido en un factor de riesgo
para la salud. Según el Instituto Nacional de la Administración Pública de España, los pro-
fesionales de la sanidad y la enseñanza son los colectivos del sector público más afectados
por el síndrome del desgaste profesional. Se trata de profesiones que exigen entrega,
implicación, idealismo, servicio a los demás. Todo ello se acrecienta cuando el trabajador
muestra una personalidad perfeccionista con un alto grado de autoexigencia, con una
gran tendencia a implicarse en el trabajo.
Desilusión
El alumno no acude con puntualidad a clase Ansiedad
Rabia
Desesperación
Estamos en clase y el alumno no se centra en la actividad propuesta Inseguridad
Frustración
Agresividad 87
El alumno no colabora en los cambios sobre estilo de vida acordados Preocupación
Temor
Inseguridad
No he sabido responder a una pregunta, me he quedado en blanco Soledad
Angustia
Rabia
Alumno que genera conflictos en las sesiones: juicios de valor,
Desconfianza
competitividad, desacreditación del profesor
Aversión
Frustración
Detecto falta de motivación por parte del alumnado Desánimo
Tristeza
Angustia
Tengo que hacer de soporte afectivo para los conflictos personales de los
Agotamiento
alumnos
Impotencia
Tabla 1.- Situaciones frecuentes de la actividad del profesor de Educación Física y emociones asociadas
(modificado a partir de Bimbela y Navarro, 2005)
Seguramente cada uno de nosotros se habrá visto identificado con alguna de las situa-
ciones expuestas en la tabla 1, así como con las emociones derivadas de la misma. Son
emociones que nos hacen sentir mal y que, en ocasiones, no nos permiten actuar correc-
tamente o sencillamente nos inmovilizan.
Las emociones son fundamentales para la supervivencia del hombre así como para que
éste busque su bienestar, de manera que tendemos a huir de las emociones negativas y
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
acercarnos a las positivas. Sin embargo no siempre las emociones cumplen con esta do-
ble funcionalidad, convirtiéndose en una fuente de malestar en lugar de un recurso. Esta
disfuncionalidad se muestra fundamentalmente en dos situaciones:
a.- Cuando las emociones son muy intensas. Ante esta situación las emociones indican
que está ocurriendo algo importante para el individuo. El problema radica en que al ser
muy intensas desorganizan la capacidad de acción. Si el individuo toma una decisión ante
este estado desorganizado ésta será arriesgada, ya que no existirá capacidad para valorar
las consecuencias de una acción probablemente impulsiva, o bien evitará tomar decisión
alguna, evitando de esta manera la situación. Véase las posibles emociones negativas que
podría generar el caso del entrenador que sistemáticamente ve llegar tarde a su cliente
tras haber acordado un compromiso de puntualidad previamente.
b.- Cuando las emociones permanecen a lo largo del tiempo. En ocasiones las emocio-
nes se cronifican, sintiendo el individuo un malestar continuo. En este caso las emociones
no sirven como señal de alarma, ya que en cierto modo el individuo se encuentra adap-
tado al estímulo, aunque no por ello deja de sentir malestar. El individuo sabe que algo
desagradable le está ocurriendo y ha intentado poner solución, pero sin lograr éxito. Si
ocurre esto, las emociones desagradables disminuyen la confianza en la propia capacidad
para afrontar las situaciones que generan malestar.
88 Es destacable el hecho de que uno de los factores más importantes para predecir el
éxito en la vida es la inteligencia emocional, por encima del cociente intelectual o del éxito
académico.
2.- Capacidad de controlar las propias emociones. Se trata de controlar nuestros sen-
timientos y adecuarlos al momento, así como la capacidad de recuperarnos de los con-
tratiempos. Siguiendo el ejemplo anterior, Carlos nos pone nerviosos pero intentamos
controlar dicha emoción durante la clase. La técnica de reestructuración cognitiva o lo que
denominan Bimbela y Navarro (2005) como “volver a pensar” es de gran utilidad para
estas situaciones. Resumidamente, las fases de esta técnica son las siguientes:
Nuevos
Nuevas emociones
Emociones Pensamientos pensamientos (volver
(volver a sentir)
a pensar)
Estoy capacitado
Dudo de mis propios como profesor de
Inseguridad Seguridad
métodos educación física para
resolver la situación
Tabla 2.- Ejemplo de la técnica de reestructuración cognitiva (Adaptado de Bimbela y Navarro, op.cit.pg.393)
3.- Automotivación. Dirigir las emociones hacia un objetivo nos permite mantener la
motivación y fijar nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos. En esto es 89
necesaria cierta dosis de optimismo e iniciativa, de forma que seamos emprendedores y
actuemos de forma positiva ante los contratiempos. Se trata de pensar en los elementos
positivos de la relación con el alumno evitando los negativos. En nuestro ejemplo compro-
bamos que Carlos está mejorando gracias a su implicación en las clases, y nos centramos
en dicho objetivo de mejora personal.
Por habilidad social entendemos la capacidad que presentan las personas para estable-
cer y mantener una relación equilibrada y constructiva con los demás.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Blanco (1983) las define como la capacidad que el individuo tiene para percibir, enten-
der, descifrar y responder a los estímulos sociales en general, especialmente a aquellos
que provienen del comportamiento de los demás.
Para comprender bien las habilidades sociales veamos a continuación cuales son sus
componentes:
Bajo este componente el individuo busca unas situaciones y huye de otras. El modo
cómo selecciona estas situaciones, los estímulos y acontecimientos, como los percibe y
evalúa forma parte de esta dimensión cognitiva. La simple información que recibimos de
nuestro cliente puede condicionar las relaciones con él, como ejemplo pensemos en María
quien se nos presenta como practicante asidua de deporte o el caso de Carmen que re-
chaza cualquier tipo de práctica deportiva.
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
La efectividad de las habilidades sociales depende del contexto específico donde se de-
sarrollen. La temperatura ambiental, el ruido, el color de las paredes influyen en la calidad
de las relaciones sociales. Dada la facilidad para modular este componente, es importante
que el EP busque el contexto adecuado para establecer comunicación con sus clientes,
máxime en los casos en que vamos a solicitarle un cambio de actitud o de conducta como
se verá más adelante.
Para muchas personas la inteligencia emocional se muestra de una forma natural. Sin
embargo dentro de las necesidades formativas del Entrenador Personal se hace necesario
incidir sobre múltiples habilidades, siendo muy importante la adquisición de una adecua-
da inteligencia emocional como claro indicador de la calidad del servicio a prestar y del
estado de salud del propio EP.
En una Educación Física orientada a la salud deben tenerse en cuenta una serie de
orientaciones didácticas generales aplicables en la promoción de hábitos saludables:
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
1º) Efemérides: Utilización de los denominados “Día de…” (Mundial de la salud, sin ta-
baco, contra el sida, sin coche, de la bicicleta, etc.,) para sensibilizar sobre la importancia
de la adquisición de un estilo de vida físicamente activo.
2º) Campañas sobre un tema de educación para la salud, como el caso de la educación
postural, la prevención de accidentes durante las clases, la adecuada utilización de espa-
cios y materiales en Educación Física, etc.,
3º) “Semana de…”, y/o elaboración de revistas de temas de educación para la salud,
que ya condiciona, además de la sensibilización de todo el personal del centro escolar,
la formación de parte del mismo para poder llevar a cabo dicha semana sobre el tema a
tratar y/o realización de la revista.
4º) Desarrollo de talleres sobre temas de educación para la salud, que pueden ir
inicialmente orientados al profesorado, para que después éste pueda impartirlo con su
alumnado. En las clases de Educación Física se podría realizar talleres sobre ejercicios
aconsejados o desaconsejados, tratamiento de hábitos alimenticios en la práctica de acti-
vidad física, educación de la respiración durante la práctica de actividad física o el reposo,
etc.,
5º) Integración curricular en unidades didácticas que configuren un tratamiento com-
94 pleto de los temas más relevantes de educación para la salud desde la Educación Físi-
ca. Para esta integración es necesario una formación amplia y asesoramiento tanto del
profesor/a de Educación Física como del resto de compañeros/as, para que la labor desa-
rrollada sea coherente asignatura por asignatura y transversalmente.
Figura 6: Propuesta didáctica en progresión para la promoción de hábitos saludables desde la E.F.
1º PASO EFEMÉRIDES
2º PASO CAMPAÑAS
4º PASO TALLERES
a) Considerar los temas de educación para la salud como el eje de todas y cada una
95
de las unidades didácticas, que deberán ser integradas mediante centros de interés, fun-
damentalmente. También se podrán realizar atendiendo a: proyectos de trabajo; temas,
tópicos o ideas; y contextos globalizadores (recreo, comidas, fiestas, excursiones, etc.,).
b) Incluir contenidos de educación para la salud en todas y cada una de las sesio-
nes de clase, por cada uno de los diferentes maestros que conforman el equipo docente,
siendo coordinada dicha labor por el maestro generalista, responsable del grupo. Estaría-
mos, por tanto, en un trabajo interdisciplinar, donde se trabajan una serie de directrices,
criterios y orientaciones de salud por todos los maestros/as.
Como indican Bimbela y Hernán (1998) se puede establecer una estructuración por
nivel de complejidad de los procesos psicológicos inherentes a la posibilidad de aprender
que tiene el ser humano, que básicamente pueden resumirse (de menor a mayor compleji-
dad) en: exponer, demostrar, interrogar y descubrir. Sería coherente proponer estrategias
de enseñanza que sigan dicho proceso. En ellas, a medida que se avanza en el nivel de
complejidad, se condiciona una mayor participación por parte del alumnado y, por tanto,
un mayor grado de aprendizaje. Estas metodologías serían las expositivas, demostrativas,
interrogativas y de descubrimiento. En educación para la salud y, por tanto, en la promo-
ción de hábitos saludables desde la Educación Física se deberían potenciar las últimas,
ya que son las que permiten aprender simultáneamente hechos, conceptos y principios,
además de procedimientos y habilidades, así como actitudes, valores y normas, frente a
las otras que solo permiten aprender o conceptos o procedimientos (Bimbela y cols,1998).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Por otro lado, las técnicas en educación para la promoción de hábitos saludables
pueden ser clasificadas en tres grandes grupos, las cuales se deberían utilizar en las cla-
ses de Educación Física en estas etapas educativas lo más frecuentemente posible, aten-
diendo a los objetivos y contenidos a abordar. Estos grupos son (March y cols, 1999):
TÉCNICAS EN E.F.
PARA LA PROMOCIÓN
DE HÁBITOS
SALUDABLES
□ Grupo nominal
□ Philips 6/6
Todas las técnicas mostradas anteriormente nacen del ámbito genérico de la Edu-
cación para la salud, por lo que no consideran en su aplicación la presencia del movimien-
to corporal. Al respecto destacamos la necesidad de que la Educación Física responda al
empleo del movimiento y el cuerpo como ejes fundamentales, debiendo dejar la interven- 97
ción educativa centrada en dichas técnicas solamente para momentos puntuales y solo
excepcionalmente como técnicas prioritarias dentro de las programaciones de aula.
Sallis y Mckenzie (1991) exponen los principios de actuación para los programas de
Educación Física aplicada a la salud, derivados de los propios principios de salud pública:
1.- Las actividades y habilidades planteadas con niños/as deben ser susceptibles de
realizarse en la vida adulta.
PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS
PARA PROMOCIONAR UNA
ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA
SALUDABLE
(A) (C)
Figura 8: Principios pedagógicos a tener el cuenta por el docente de E.F. para promocionar una actividad
físico-deportiva saludable.
Ciertas actividades parecen ser idóneas para promover la práctica fuera de la escuela y
durante la edad adulta (Pangrazi y cols., 1996). Hay estudios que muestran como las ac-
tividades que reúnen determinados criterios pueden incitar hacia la práctica e integrarse
98 como actividades físicas que se llevan a cabo durante toda la vida (Glasser, 1976 citado
por Pangrazi y cols, 1996). Los criterios son:
- Aunque realizar actividad física individual es más fácil que con acompañante/s, a ve-
ces las personas no tienen dicha capacidad de trabajo en solitario y, por tanto, se alejarían
de la práctica.
- Aunque la ausencia de autocrítica facilita la realización de actividad, dado la gran
cantidad de modelos de actividad física no saludables que las personas imitan, creemos
necesario que cada sujeto haga su propia reflexión sobre la actividad física que realiza,
EL PROFESOR DE EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROMOTOR DE HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES: DIFERENTES
PARADIGMAS DE PROMOCIÓN
para no incurrir en errores que podrían ser dañinos y, por tanto, contraproducentes a la
hora de crear un hábito físicamente activo.
B).- Individualización
Por otro lado, no se debe olvidar la necesidad de llevar a cabo adaptaciones curricula-
res para aquel alumnado que presente necesidades educativas especiales (Cano y cols.,
1997).
C).- Motivación
Los niños/as tienen mayor motivación hacia la práctica de actividad física ligada a be-
neficios de orden social o psicológico, tales como divertirse y jugar junto a los amigos/as
(Mendoza y cols., 1988), que por obtener beneficio a nivel fisiológico. Además, para que 99
los niños/as desarrollen una actividad física regular es fundamental que perciban ésta
como una experiencia positiva (Harris y Cale, 1997). En el caso de los adolescentes, la
motivación hacia la práctica de actividad física es mucho más complicada y variada (Duda,
1983; García Ferrando, 1991), siendo los principales incentivos para que éstos participen
en las actividades el competir, mejorar su aspecto físico, experimentar beneficios de ca-
rácter psicológico, reconocimiento social, eludir enfermedades, aumentar la agilidad, fle-
xibilidad, fuerza, controlar el peso, mejorar su rendimiento deportivo. Sin embargo, estas
motivaciones evolucionan en función del contexto sociocultural, entre otros factores.
En referencia a la motivación hacia las clases de Educación Física, parece ser que exis-
te una relación entre el disfrute en las clases de Educación Física y la frecuencia de prác-
tica fuera de clase (Mendoza y cols., 1994; Sport Council, 1995 citado en Harris y Cale;
1997; Torre, 1998; García Montes, 1997; Sánchez Bañuelos, 1996). Sobre esta cuestión,
Delgado y Torres (1998) exponen las siguientes características e implicaciones didácticas
atribuibles a la educación física para que sea atrayente para el alumnado:
1.- Debe ser lúdica, para conseguir el disfrute y la satisfacción del alumnado consi-
guiendo con ello su motivación.
2.- Debe ser saludable, para lo cual, se requiere una reorientación de algunos con-
tenidos curriculares, evitando incoherencias entre un modelo teórico de actividad física
orientada hacia la salud y una puesta en práctica de un modelo al rendimiento.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
3.- Debe ser significativa para el alumnado, tanto desde el punto de vista de consecu-
ción de metas, como desde el punto de vista de su satisfacción.
4.- Debe permitir la autonomía del alumnado, para que la formación dada a nivel esco-
lar le sirva en su vida cotidiana, creando un estilo de vida físicamente activo.
5.- Debe conseguir funcionalidad futura, creando un hábito de vida que le permita la
consecución del bienestar personal y colectivo.
Figura 9: Características e implicaciones didácticas que debe reunir la E.F. para que resulte atrayente
para el alumnado (Delgado y Torres, 1998)
HORARIOS INTERDISCIPLINA- LÚDICA
FLEXIBLES RIEDAD
100
cen una serie de propuestas para incrementar el tiempo en el que los alumnos/as están
realizando actividades aeróbicas durante la clase de Educación Física:
Este concepto, que explica en parte la adherencia hacia la práctica de actividad física,
ha sido desarrollado por Sánchez Bañuelos (1996). El alumno/a debe superar una capaci-
dad mínima a partir de la cual podrá obtener una sensación de disfrute asociada a la prác-
tica física. Esto justificaría el por qué una persona cuando se inicia en una actividad, como 101
por ejemplo la carrera continua, no se encuentra a gusto durante las primeras sesiones
al presentar una baja condición física. Sin embargo, a partir de un tiempo de práctica en
el que ha habido una mejora sustancial de la condición física, aparece una sensación de
placer vinculada con la actividad. Así mismo, se podría explicar por qué cada individuo
practica normalmente aquellas actividades o deportes para las que está más capacitado,
rechazando aquellas otras que “no se le dan bien”.
- Se deben adaptar las tareas al nivel de cada alumno/a, de forma que le sea fácil al-
canzar el UMAFD. Así, tan importante es alcanzar una capacidad mínima como enseñar a
partir de la capacidad que posee el alumnado. De este modo llevaremos a cabo un apren-
dizaje significativo de forma que, partiendo de los conocimientos previos del alumno/a, se
logrará que éste muestre interés hacia el nuevo aprendizaje (Miras, 1994).
- Se debe orientar a cada alumno/a hacia aquellas actividades físicas o deportes que
resulten más adecuadas a sus capacidades. No se debe olvidar que la promoción de la ac-
tividad física debe iniciarse en la clase de Educación Física, pero además el docente debe
orientar a sus alumnos/as hacia una práctica que se llevará a cabo tanto en las activida-
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
des de carácter escolar fuera del horario lectivo, como en aquellas que realice el alumnado
durante su tiempo libre y al margen de la escuela. De esta forma podrá elegir dentro de
las ofertadas, decantándose probablemente por aquella/s en la/s cual/es el profesor/a le
hizo consciente de sus posibilidades.
Bajo este principio se intenta destacar el papel del docente de Educación Física como
promotor de un estilo de vida físicamente activo, dentro del cual resulta de gran transcen-
dencia el que el alumnado incluya en sus actividades cotidianas aquellas que presenten
cierta implicación motriz, ya que se ha mostrado cómo la actividad física habitual puede
reportar tantos beneficios en salud o más que aquella que se asocia a la práctica deportiva
o de ejercicio físico (Tercedor, 1998).
Así, una de las cuestiones importantes es mantener o adquirir una mentalidad física-
mente activa. Debemos considerar los beneficios de la práctica de actividad física desde
una perspectiva fisiológica, social y psicológica logrando así promocionar la salud bajo una
concepción integral. Bajo este principio, Rodríguez (1995) establece una serie de reco-
mendaciones orientadas a aumentar el nivel de actividad física informal:
Estos principios expuestos se complementan en gran medida con las ideas de Devís
y cols (1998), que indican los siguientes principios de procedimiento a tener en cuenta
en cualquier actuación de Educación Física saludable:
Para finalizar, nos gustaría dejar escrita una frase leída reiteradamente en Educación
Física para la salud y promoción de hábitos saludables, que dice mucho de lo que se ha
venido haciendo y se debería de hacer: las personas saben (que es lo mejor para su sa-
lud) pero no son capaces de ponerlo en práctica. Por tanto, en Educación Física no debe-
ríamos caer en el error de centrar nuestra labor educativa en dar conocimientos teóricos,
sino en que el alumnado ante todo haga actividad física, que se adhiera a este hábito de
vida porque disfruta, porque se lo pasa bien, porque se encuentra satisfecho con su rea-
lización y, como no, que lo desarrolle de forma segura, para lo cual, sí que requiere de
conocimientos conceptuales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
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PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y
JÓVENES
INTRODUCCIÓN
En la bibliografía es frecuente encontrar estudios fisiológicos, biomecánicos y psico-
lógicos sobre el entrenamiento con deportistas adultos. Sin embargo, ha sido, hasta hace
pocos años, escasa la literatura y la investigación sobre las características que debe reunir
el proceso de construcción inicial del deportista, cuando, en realidad, el proceso de entre-
namiento debería ser a largo plazo, y los cimientos de esta estructura deben consolidarse
en la edad escolar.
En este sentido, al niño, que no es un “hombre en miniatura”, por sus claras dife-
rencias funcionales, no se le pueden aplicar sin más los modos de aprendizaje del adulto,
ni realizarle un entrenamiento adaptado, disminuyendo simplemente la carga.
En esta edad sólo se debe plantear un entrenamiento básico y multilateral, que de-
sarrolle una base variada y amplia en los diferentes deportes, y la formación de un buen
esquema motor, teniendo en cuenta que cada niño tiene una diferente velocidad de apren-
dizaje, debiéndose reorientar los contenidos en función de sus progresos individuales.
En este sentido, Hahn (1.988: 61) indica que “en el entrenamiento con niños, el fin
es la expansión de todas las posibilidades motoras para conseguir un amplio repertorio
motor, a base del cual se podrían aprender formas motrices específicas, con mayor faci-
lidad y rapidez y de forma más estructurada. El objetivo no es un incremento demasiado
rápido de los rendimientos deportivos, que a pesar de ser factible, tendría poca duración,
puesto que, pronto, se presentaría una sobresaturación por el deporte”.
Pero, tan importante es analizar las cualidades a desarrollar como considerar los
medios a utilizar, diferenciando entre una experimentación práctica y la reiteración siste-
mática, que ya pasaría a ser entrenamiento. Así, cuando el niño salta, está experimentan-
do, lo cual es correcto, pero si le obligamos a realizar series de X saltos, con la intención
de mejorar la fuerza explosiva, se convierte en un entrenamiento pliométrico o de mul-
tisaltos, lo cual sería perjudicial para su aparato locomotor (Liarte y Nonell, 1998). Otro
ejemplo podría ser el del niño que juega a relevos o persecuciones de forma esporádica
(experimenta), diferenciándolo de aquél que todos los días realiza relevos de 80 m., lo
cual desencadenaría en un entrenamiento anaeróbico láctico, que podría estar contraindi-
cado para el organismo infantil a nivel cardiovascular o metabólico, aunque aún no están
contrastados científicamente los efectos nocivos de dicho entrenamiento en el organismo
infantil (Armon y col., 1991).
Hay que considerar que a lo largo de la vida existen unos periodos más propicios
que otros para el desarrollo motor, en función de las características biológicas y psicológicas
del individuo. Una vez conocidas éstas, es evidente que hay que aprovechar las fases más
108 críticas o sensibles para el desarrollo de una determinada capacidad (Baur, 1991; Nuviala y
Sierra, 1999); así, un estímulo adecuado sobre un sujeto en desarrollo produce un mayor
efecto que sobre uno ya desarrollado (Martín, 1982, citado por Hahn, 1988). Por ello, si en
esta edad no se aplican dichos estímulos, no se alcanzará el máximo nivel genéticamente
posible, aunque se pueda desarrollar posteriormente, pero por debajo de sus posibilidades
funcionales.
Las Capacidades Físicas Básicas podríamos decir que representan la base cuantitativa
de la motricidad del niño, del mismo modo que las psicomotrices o coordinativas podrían
representar la base cualitativa. Por este motivo, consideramos interesante ver cómo evo-
lucionan estas capacidades a lo largo de la infancia hasta llegar a su estado de madurez,
con objeto de situar las mismas durante el periodo escolar de Primaria (6-12 años), ya
que será donde los futuros maestros desarrollarán su labor docente.
Las capacidades que deben ser objeto de desarrollo en estas edades son, además
de la velocidad y las capacidades psicomotrices, los componentes de la condición física-
salud, que están asociados con un bajo riesgo de desarrollar prematuramente enferme-
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
Delgado (1997: 20) realiza un análisis sobre el fundamento del desarrollo de la condi-
ción física en niños, justificando sus componentes con los siguientes argumentos:
La fuerza tiene su importancia dado que permite que el niño tenga un buen tono mus-
cular general y mantenga adecuadamente la fuerza de la musculatura de sostén del es-
queleto, evitando de esta manera muchos de los problemas posturales actuales.
109
La realización de actividad física para actuar favorablemente sobre la composición
corporal debe estar dirigida a disminuir el porcentaje de grasa corporal y aumentar el
porcentaje de masa muscular, con el fin de que el organismo esté en un mejor estado de
salud, haciendo posible además obtener mayores rendimientos deportivos.
Las capacidades psicomotrices tienen su desarrollo más intensivo desde los 8 años
hasta el inicio de la pubertad (11-12 años); si se desaprovecha esta edad, empeoran las
condiciones biológicas para su desarrollo, por la maduración del Sistema Nervioso Central
y, sobre todo, debido a los cambios de las proporciones corporales que tienen lugar durante
la pubertad.
110 Por otra parte, la velocidad2, en un sentido neuromuscular (velocidad gestual y tiempo
de reacción), como rapidez de la transmisión del impulso nervioso, con implicación del me-
tabolismo anaeróbico aláctico, debe ser obligatoriamente desarrollada durante la fase de
Educación Primaria, ya que los factores coordinativos y nerviosos de los que depende madu-
ran antes de la pubertad (Delgado, 1997). Por tanto, su desarrollo en este periodo sensible o
crítico (Martín, 1982, citado por Hahn, 1988) favorecerá un incremento de la contractibilidad
muscular y, por ello, incidirá en una mayor rapidez de los gestos deportivos.
*– El control postural es la forma mediante la cual el sistema nervioso (a) activa los músculos con tensión óptima
en diferentes posturas y movimientos y (b) mantiene el centro de gravedad dentro de la base de sustentación en cada
momento (Skinner y Oja, 1994).
*– Según Pate (1988), la velocidad queda excluida de los componentes de condición física-salud por considerar su
desarrollo más con fines de rendimiento que con un objetivo preventivo de enfermedades hipocinéticas.
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
resistencia, puede mermar las capacidades de velocidad en el futuro del niño (Morente,
1995).
Según Hollmann y Hettinger (1980), citados por Grosser, (1992), la maduración fun-
cional y morfológica de las células nerviosas alcanza su máximo a los 10-12 años aproxi-
madamente, por lo que consideran que entre los 8-12 años se encuentra una fase sensible
para un buen desarrollo del tiempo de reacción y un gran aumento de la velocidad fre-
cuencial. Durante estos años se pasa por una fase de fuerte desarrollo donde la voluntad,
motivación y concentración permiten trabajar bien esta cualidad.
Para Torres (1996), de los 8 a los 13 años, la velocidad ya debe entrenarse, tanto la
capacidad de reacción como la velocidad de desplazamiento, pero con distancias cortas
y mediante tareas que mejoran la coordinación neuromuscular, que es el factor que dará
mejores resultados a estas edades.
Desde los 14 hasta los 19 años se deberán alternar los trabajos de velocidad y los de
fuerza, siendo a los 17 años cuando se debe comenzar los trabajos de velocidad-resisten-
cia (Torres, 1996).
LA FUERZA
La Fuerza la podríamos definir como la capacidad motora del hombre que le permite
vencer una resistencia u oponerse a ésta mediante una acción tensora de la musculatura
(Manno, 1991).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Sobre la Fuerza, podemos decir que es un factor muy influyente en el desarrollo ge-
neral del niño y del joven, y que va a tener una estrecha relación con las habilidades y
destrezas motrices (Boris, 1986; Bahamonde, 2001). Este tipo de trabajo incidirá direc-
tamente en la mejora de la salud del escolar, ya que, de acuerdo con bastantes autores
(Ledwold, 1983; Pleiffer y Framcis, 1986; Marcos Becerro, 1989 y 1994; American Aca-
demy of Pediatrics Comités on Sports Medicine, 1990; Kraemer, 1993; Gómez, 1995;
Delgado y col.,1997; Bahamonde, 2001):
El niño podrá llevar a cabo, de una forma efectiva, todas aquellas tareas o actividades
cotidianas que requieren esfuerzo muscular, por lo que obtendrá beneficios afectivos y
sociales.
Favorece el desarrollo de las otras capacidades físicas, ya que todas ellas se basan en
la contracción muscular.
Con respecto a la evolución de esta cualidad, los músculos se van ejercitando de forma
natural al elevarse la carga a movilizar, debido al incremento del peso corporal (la masa mus-
cular de un niño de 8 años representa aproximadamente el 27% del peso del cuerpo, mientras
que en un adolescente de 15 años es del 33%). Así, lógicamente, los niños poseen más fuerza
en el miembro inferior que en el superior, debido a su motilidad habitual (saltos y carreras).
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
En efecto, los músculos de un niño de 8 años tienen todavía pocas proteínas, contienen
mucha agua y carecen de fuerza de contracción hasta cerca de los doce años de edad
(Viru, 1986). No obstante, a la edad de 8 años ya se puede hablar de un comienzo de la
fase sensible para la fuerza rápida y para la resistencia de la fuerza (Winter, 1987).
Hasta los 10-12 años, el tono muscular de sostén del cuerpo es escaso, especialmen-
te en la cintura pelviana y escapular (Gómez, 1995; Ruiz Pérez, 1995). Además, aún no
se puede aumentar prácticamente el diámetro de las fibras musculares, debido al bajo
nivel de producción de hormonas anabolizantes (somatotropas y testosterona), como se
aprecia en la tabla 1, pero pueden mejorar su fuerza muscular gracias a la coordinación
neuromuscular, por la influencia del Sistema Nervioso en la contractibilidad del músculo
(Kraemer, 1993).
Tabla 1. Modificación de las tasas de testosterona (mg/100 ml) durante la infancia y adolescencia (fuen- 113
te Weineck, citado por García y col, 1996)
Por tanto, el hecho de que la fuerza aumente sustancialmente en la pubertad, se
debe en gran parte a las hormonas sexuales, sobre todo, la testosterona, que aparece en
concentraciones apreciables en la sangre a partir de esta etapa, habiéndose encontrado
valores de 60 mg/100 ml de sangre en niños de 11 años, y hasta concentraciones de 600
mg/100 ml de sangre en niños de 15 años de edad (Delgado, 1995c).
En efecto, entre los 12 y los 15 años la fuerza aumenta de forma natural, llegando a
duplicarse por efectos de la eclosión hormonal que tiene lugar en la pubertad: la liberación
de la hormona de crecimiento STH y la liberación de las hormonas sexuales (Ruiz Pérez,
1995). Así, como ya hemos comprobado, a la edad de 12 y 13 años, los incrementos de
fuerza van a estar muy relacionados con los cambios del tamaño corporal del niño, aun-
que esta ganancia no dependerá tanto del tamaño del músculo, como de la coordinación
en el reclutamiento de las fibras musculares (Haywood, 1986; Micheli y Stewall, 1986).
En este sentido se puede admitir que los incrementos de la fuerza hasta estas edades
son debidos a una mejora de la coordinación, y que, por tanto, se puede mejorar la fuerza
con un trabajo adecuado de la coordinación (Castañer y Camerino, 1993). Así, lo ideal es
introducir, desde el 2º ciclo de Primaria (8-10 años), un trabajo mixto de coordinación y
fuerza dinámica, de forma lúdica (lanzar, saltar, trepar, etc.), para crear una base óptima
que permita el comienzo de un trabajo más sistemático a partir de la pubertad (Blinkie y
Bar-Or, 1996).
A este respecto sería interesante recordar las palabras de Marcos (1989), quien opina
que no es muy conveniente iniciar el entrenamiento técnico de halterofilia mucho más
tarde de los 12 años, ya que es la edad donde muchos componentes coordinativos, de
velocidad y amplitud de movimiento han alcanzado su cénit.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Delgado y col. (1997) destacan que en la fase puberal se pueden comenzar a introducir
variaciones en el entrenamiento de la fuerza, como consecuencia de que los procesos de
hipertrofia muscular pueden comenzar a producirse, lo que posibilita que la ganancia de
fuerza no sólo se fundamente en la mejora de la coordinación neuromuscular, sino tam-
bién en el desarrollo de la sección transversal del músculo.
Diferentes autores (Hahn, 1988; Weineck, 1988; Marcos Becerro, 1989 y 1994; Ce-
rani, 1993; Delgado y col., 1997; Navarro y Rico, 1998; Casado, 2001) señalan la impor-
tancia del desarrollo de la resistencia aeróbica en los niños. Éstos presentan fenómenos de
adaptación al esfuerzo similar a los adultos (Casimiro, 1999b), alcanzando el steady-state
más rápidamente, a pesar de tener un menor volumen del corazón, que se compensa con
una mayor frecuencia cardiaca y respiratoria.
Figura 1. Evolución del corazón durante la pubertad(fuente: Reindel y col, citados por Martínez, 1996)
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
Dicho volumen cardiaco relativo favorece a los niños y preadolescentes para que respon-
dan mejor a estímulos de tipo aeróbico bien dosificados, ya que tienen una mayor capaci-
dad de generación energética a través de la metabolización de los hidratos de carbono,
por medio del ciclo de Krebs. Por el contrario, los estímulos de resistencia específica anae-
róbica y velocidad-resistencia no son los más idóneos en estas edades, al tener una menor
actividad y concentración de la fosfofructoquinasa (enzima que participa en la glucolisis), y
menor masa muscular (Shuleva y col., 1992). A ello habría que añadir su menor capacidad
de producción de lactato (Navarro y Rico, 1998), tal como se refleja en el gráfico 2:
Gráfico 2.- Capacidad máxima de producción de lactato en el joven (fuente: García y col, 1996)
A esta menor acumulación de lactato se le conoce como “paradoja del lactato”
115
(Mocellin y col., 1990; Willian y col., 1990) y se explica porque el niño tiene más elevado
el umbral anaeróbico relativo (umbral con respecto a su máxima capacidad de trabajo)
que el adulto, no por una mejor adaptación al entrenamiento, como sucede en el depor-
tista adulto, sino por la citada incapacidad enzimática. Esto corrobora, aún más, que el
niño trabaja predominantemente en régimen aeróbico, incluso en actividades moderadas-
altas.
Por todo ello, a pesar de una falta de consenso científico, parece ser que la reite-
ración sistemática de entrenamientos anaeróbicos lácticos debería estar desaconsejada
con nuestros jóvenes, ya que provoca una hipertrofia en el miocardio y una elevación de
catecolaminas (hormonas del estrés, adrenalina, etc.) diez veces superior al adulto.
Con respecto al oxígeno que llega al músculo, según Delgado (1995a), aunque el
consumo máximo de oxígeno (VO2máx.) aumenta durante la niñez en valor absoluto como
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
consecuencia del aumento de peso, este parámetro disminuye en valor relativo. A pesar
de ello, el niño prepúber tiene valores superiores de VO2máx. relativo, respecto al adulto
(Svarts, 1990), estableciéndose que está bien capacitado para el trabajo aeróbico.
Esto puede se explicado porque, a pesar que el entrenamiento con niños no au-
menta el número, tamaño o funcionalidad de las mitocondrias, sí es cierto que presenta
una mayor disponibilidad de fibras lentas o rojas que el adulto y, además, dicho entrena-
miento ocasiona un aumento de la actividad enzimática oxidativa (fundamentalmente de
los enzimas succinato deshidrogenasa, citocromo oxidasa y palmitil CoA sintetaza) y un
aumento de las reservas de glucógeno muscular, como adaptación del entrenamiento, que
compensan el hándicap anterior (Bar’Or, 1983).
Delgado y col. (1997) proponen un modelo flexible según el cual la duración del
trabajo continuado podría ser de un mínimo de cinco minutos, siendo aconsejable superar
los diez, y la frecuencia deseable es de una a dos veces semanales como objetivo especí-
fico de entrenamiento.
Resumiendo los datos de otros autores acerca del desarrollo de la resistencia durante
la edad escolar, podemos establecer las siguientes conclusiones:
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
La capacidad aeróbica en niños por debajo de los 8 años es escasa (Gallahue, 1982).
Niños y niñas tienen similares valores de VO2máx. hasta los 12 años (Haywood, 1986).
A los 14 años la diferencia entre niños y niñas se puede establecer en un 25 %, y a los 16
años la diferencia relativa puede alcanzar hasta un 50 % (Beunen y Malina, 1988).
Las mujeres tienen un VO2máx. similar a los hombres hasta que sus depósitos de grasa
se establecen, o sea en la pubertad. A partir de entonces se producirán grandes diferen-
cias entre los valores de unos y otros. Por otra parte, las mujeres tienen concentraciones
de hemoglobina menores que los hombres (Astrand y Rodahl, 1985; Gaul y col., 1995).
Los niños acumulan un 35 % menos de lactato que los adultos, y tienen un umbral
anaeróbico más alto, hecho provocado más por factores de limitación enzimática que de
acomodación (Delgado, 1995b).
Otra cualidad física imprescindible para la salud, sobre todo del aparato locomotor,
es la flexibilidad o amplitud de movimiento. Sería más conveniente utilizar dicho término,
ya que flexibilidad nos indica solamente la capacidad de un cuerpo a doblarse sin romper-
se.
De manera general se acepta que hasta los 10-11 años, el deterioro de la amplitud de
movimiento es mínimo, siendo desde la pubertad hasta los 20-30 años cuando se acusan
los mayores deterioros de la misma. Hacia los 30 años se vuelve a estabilizar el proceso,
siempre en función de la actividad del sujeto (Mora, 1995).
En edad escolar se mantienen unos niveles altos de dicha cualidad, debido a la laxitud
ligamentosa, al poco desarrollo muscular y a la falta de solidificación del esqueleto. A
pesar de ello, la falta de trabajo específico de dicha cualidad favorece el acortamiento de
los principales grupos musculares, algunos de ellos de gran trascendencia para la salud
postural, siendo el ejemplo más evidente la cortedad isquiosural con repercusiones ver-
tebrales (Rodríguez, 1998).
118
A este respecto, el mencionado autor ha demostrado, en un trabajo experimental,
que un programa aplicado en clase de Educación Física en Educación Primaria, de mejora
de la extensibilidad isquiosural y lumbar, fortalecimiento abdominal y toma de conciencia
postural pélvica, contribuye a disminuir molestias lumbares en el escolar así como la ac-
titud cifótica del mismo, favoreciendo dicha corrección que no lleguen estas alteraciones
posturales a una estructuración definitiva.
Así, para una evidente mejora de la amplitud de movimiento, bastan unos 15 minu-
tos diarios de estiramientos activos libres y pasivos relajados. La técnica más aconsejable
son los lanzamientos de las extremidades y ejercicios de movilidad articular, pudiéndose
comenzar progresivamente con las técnicas mixtas de tensión, relajación y elongación, ba-
sadas en la inhibición del reflejo miotático (stretching y facilitación neuromuscular propio-
ceptiva –PNF-) a partir de la adolescencia. Este trabajo ha de estar en consonancia con una
mejora de la conciencia corporal general y localizada.
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
Se ha reiterado que en las edades infantiles sólo se deben asentar los cimientos
motores del joven deportista, siendo conscientes que las lagunas que queden en su es-
quema motor, más adelante serán muy difíciles de corregir (Batalla, 1995).
Teniendo presente que las características del deporte influyen en la edad adecuada
para su iniciación (Añó, 1997), y en un intento de sintetizar la tabla anterior, se podría
considerar que el proceso de entrenamiento en edad escolar debería seguir una progre-
sión parecida a la siguiente:
Sin embargo, a veces se acelera el proceso porque la sociedad, o incluso los mis-
mos padres, pretenden ser ambiciosos, exigiendo programas acelerados y rendimientos a
corto plazo, sin tener en cuenta las necesidades y aspiraciones de los niños (éste vive el
presente mientras algún padre o entrenador está pensando en su futuro).
De esta manera, es necesario que los padres tengan una buena formación e in-
formación deportiva, para que comprendan que la Educación Física y la actividad físico-
deportiva favorecen el desarrollo integral de su hijo como persona, y no lo sometan a
presiones competitivas ni a expectativas de éxito, ya que más tarde se pueden convertir
en frustraciones si no han sido satisfechas dichas ilusiones.
*– Se considera a la iniciación deportiva como el periodo en el que el niño empieza a aprender de forma
específica la práctica de uno o varios deportes, mientras que un individuo está iniciado cuando es capaz de tener
una operatividad básica sobre el conjunto global de la actividad deportiva, en la situación de juego o competición
(Blázquez, 1986).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Los niños tienen una necesidad natural de comparar su fortaleza, habilidad, velocidad
y resistencia consigo mismo y con las de otros. El juego libre, los ejercicios y el deporte
proporcionan una forma natural para que los niños y los jóvenes alcancen una aptitud físi-
ca adecuada (Nadori, 1987). El deporte de competición, realizado adecuadamente, puede
contribuir al desarrollo físico, emocional e intelectual de los niños y proporcionarles expe-
riencia acerca de su capacidad y habilidad, así como confianza en sí mismos y estímulo
para su conducta social. Por todas estas razones, el deporte de competición en los niños
debe considerarse positivamente, si se tienen en cuenta todas las premisas psicopedagó-
gicas que mencionaremos en el siguiente apartado.
Por otra parte, resulta difícil la selección previa de jóvenes, siendo imposible prever
120 todos los factores que deciden el éxito, ya que éste podría deberse a una maduración pre-
coz, que posteriormente se acompañará de un estancamiento (Aguila y Casimiro, 2000;
Svart, 1990).. En este sentido, Barroco (1989: 273) indica: “la especialización no debe ser
aceptada porque daña la personalidad del niño, no permite crear y establecer las bases
indispensables para un surgimiento óptimo de las aptitudes especiales, y porque fijando
hábitos motores retira la plasticidad adaptativa a la evolución del individuo, impidiendo el
pleno rendimiento que en otras circunstancias podría ser obtenido”. En definitiva, con di-
cha especialización precoz se pueden conseguir resultados inmediatos pero con conductas
mecanizadas.
Torres (1996: 354) lo resume del siguiente modo: muchos niños prodigio se pier-
den en el anonimato a la edad que se suponía iban a ser grandes campeones. En cambio,
otros niños que parecían no tener posibilidades, en comparación con los anteriores, más
tarde han conseguido niveles mucho más altos, fruto todo ello de una mala planificación
en los primeros años.
El contenido y los métodos del entrenamiento tienen que ser adecuados para los niños,
y la diversidad de movimiento y la preparación física general deben tener prioridad sobre
la especialización, la cual vendrá más adelante (Pelegrí y Más, 1986; Tercedor, 2001).
Cuando la supervisión médica es insuficiente o los métodos de entrenamiento o el tipo de
deporte no son adecuados para la edad, en algunos niños pueden verse alteraciones de la
salud que merecen una atención seria de todo el personal profesional participante en los
programas deportivos. Los niños que practican deportes organizados sufren un creciente
número de lesiones por exceso de uso. Estas lesiones son consecuencia de frecuentes
sobrecargas que provocan microtraumatismos en los tejidos, sometidos a tensiones exce-
sivas por este entrenamiento.
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
Los niños son más propensos que los adultos a las lesiones por exceso de uso indebido,
y por el propio proceso de crecimiento, que puede causar desequilibrios musculares alre-
dedor de las articulaciones y aumentar el riesgo de lesiones. Los microtraumatismos de
repetición a menudo son causados o van acompañados por el síntoma de entrenamiento
excesivo o el uso de métodos inadecuados, además del calzado y las superficies deficien-
tes (Casimiro y Aguila, 1999).
En este sentido, algunos autores (Hahn, 1988; Galilea, Estruch y Galilea, 1986;
Martín, 1993; Tercedor y Delgado, 2001) analizan los riesgos de una actividad física in-
adecuada. Estos riesgos han de considerarse como objeciones a la especialización precoz
y provienen desde varios puntos de vista:
Psicológico, en el sentido que una excesiva solicitación del psiquismo infantil hacia el
resultado, influye negativamente en su personalidad (ambiciones exaltadas, autoexigen-
cia, responsabilidades prematuras y excesivas, autoimagen inadecuada, temor fuerte,
tendencias masoquistas, depresión y ambiciones maniáticas de rendimiento) y en el de-
sarrollo en general (niñez perdida, falta de tiempo libre, incompetencia social) (Godin y
Shephard, 1986; Gordillo, 1992).
El entrenador debe identificar las peculiaridades individuales del niño y sus oportunida-
des para un posterior desarrollo, y tenerlas presentes como criterios esenciales que rijan
la organización de los programas de entrenamiento. La responsabilidad del desarrollo ge-
neral del niño debe primar sobre las exigencias del entrenamiento y la competición.
Los niños deben participar en una amplia variedad de actividades deportivas para ga-
rantizar que encuentran los deportes que mejor se adaptan a sus necesidades, intereses,
constitución y capacidad física. De esta forma suele aumentar su éxito y disfrute del de-
porte y reducirse el número de “abandonos”. Por tanto, no debe estimularse la especiali-
zación precoz.
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
Las reglas y duraciones de los partidos deben ser adecuadas para la edad de los par-
ticipantes, y las sesiones de entrenamiento han de ser relativamente breves y estar bien
organizadas. La sesión planificada reduce al mínimo el peligro de lesión.
Las carreras competitivas de gran fondo no son recomendables para los niños antes de
la madurez. Bajo ninguna circunstancia los jóvenes inmaduros deben intentar correr un
maratón completo.
Evidentemente, no todos los responsables técnicos del deporte infantil tienen la mis-
ma forma de proceder, pero lo que sí deberían tener todos es un perfil pedagógico determi-
nado (Sánchez Latorre, 2001), que vamos a intentar configurar.
El entrenamiento no se puede valorar por los éxitos tempranos de sus pupilos sino que
exige tiempo y paciencia, ya que en muchas ocasiones dichos éxitos pueden ser debidos
más a una maduración precoz que a una diferencia de destreza (“el entrenamiento con
niños puede servir como preparación para el deporte de élite, pero nunca puede ser un
entrenamiento de élite” Hahn, 1988).
Los contenidos de los entrenamientos y las reglas de los juegos se han de adaptar a las
posibilidades de los niños (no al revés), e ir aumentando su complejidad de forma escalo-
nada. De este modo, los ejercicios físicos y los juegos deben conservar su carácter natural
y multilateralidad, cambiándolos continuamente, para no llegar al periodo de saturación
de una actividad o una clase. Así, se deben utilizar reglamentos flexibles, no corsés, como
lo hacen algunas federaciones (prohibición de competición mixta; mismo campo de juego
para infantiles que para profesionales, etc).
El niño aún no conoce sus límites, por lo que es imprescindible evitar esfuerzos muy
intensos y, por supuesto, respetar los descansos. Así, se deben respetar las reacciones
fisiológicas y psicológicas del desarrollo, rechazando los máximos rendimientos en edad
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
infantil y juvenil, y evitando un entrenamiento “disminuido” de los adultos (es mejor car-
gas livianas y frecuentes que cargas intensas y distantes).
Resaltar la importancia de una buena relación afectiva con los jugadores-alumnos, así
como una buena educación ante ellos (no sirve de nada saber mucho si después no sabes
“llegar” al niño). Por tanto, no hay que excederse en gritos o en críticas, ya que el grito, el
enfado y el castigo pierden su efectividad cuando se hacen habituales, pudiendo ser útiles
en momentos determinados.
Tener paciencia y motivar siempre, sobre todo al enseñar los fundamentos técnicos,
siendo conscientes de la importancia de dar, de forma continuada, conocimiento de los
resultados (feed-back externo).
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PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO FÍSICO PARA NIÑOS Y JÓVENES
128
UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE SALUD EN LA
ADOLESCENCIA DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA
PARTICIPANTES
DISEÑO
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN
Por otra parte, alertar de la importancia social que podría adquirir la Educación Física
al garantizar que es un medio público y accesible para mejorar las conductas de salud
del alumnado y, por ende, la salud social de la población, contribuyendo a disminuir el
gasto público sanitario de las enfermedades originadas por estilos de vida insaludables.
Destacar el carácter práctico y útil del programa de intervención, al ser el causante y res-
ponsable, en mayor o menor medida y en interacción con otras variables, de los posibles
cambios en el alumnado.
Desarrollo Fecha
El grupo EFS recibe 28 sesiones de Educación Física y el grupo EF, 27 sesiones. La in-
tervención se lleva a cabo durante las sesiones de Educación Física distribuidas en 2 días
semanales en cada grupo, de 55 minutos, cada una. El grupo 3º F o EFS, recibe sus clases
de E.F. los lunes de 12:40 horas a 13:35 h. y los jueves de 9:25 h. a 10:20 h. Y el grupo
3º G o EF, los lunes de 10:20 h. a 11:15 h. y los miércoles de 9:25 h. a 10:20 h.
- Intervención: grupo Educación Física orientada hacia la Salud (EFS) y grupo Educa-
ción Física (EF)
y objetivos de EF planteados para el grupo EF y para el grupo EFS, y una parte referida a
contenidos de salud sólo impartida en el segundo grupo. La dificultad de la planificación
de las sesiones surge al plantear los contenidos de salud en el grupo EFS e intercalarlos
con contenidos de EF inmodificables y comunes al grupo EF. Existen contenidos de EF
idóneos para desarrollar contenidos de salud y otros que resultan más difícil de combinar
con contenidos específicos de salud.
- Contenidos y objetivos.
Prevención y primeros auxilios
Hábitos alimenticios
131
Higiene corporal
Calentamiento
Respiración-relajación
Ejercicios desaconsejados
Educación postural
Consolidar hábitos higiénicos, alimenticios, posturales y de seguridad en la utilización de
espacios, relacionándolos con la práctica de actividad física saludable y con la vida
cotidiana.
Desarrollar aquellas capacidades físicas que impliquen una mejora de la salud.
Conocer y valorar los efectos beneficiosos que la práctica regular de actividad física tiene
para la salud física y psicosocial.
Conocer las actuaciones básicas de los primeros auxilios.
Regular y dosificar el esfuerzo en diferentes actividades físicas.
Valorar el esfuerzo necesario para realizar determinadas actividades.
Identificar en el propio cuerpo: el tono, la relajación y el equilibrio corporal.
Agrandar aquellas medidas de seguridad y prácticas que pueden ser útiles para optimizar
el movimiento, evitando lesiones y accidentes.
Utilizar el material y las instalaciones responsabilizándose de su adecuado uso y respetar
las normas de utilización que implica.
Respetar la conservación del medio natural y conocer actividades físico-deportivas en la
naturaleza que no la deterioren.
Conocer y vivenciar diferentes ejercicios desaconsejados por acciones posturales
desaconsejadas y valorar la importancia de la columna vertebral.
132
Desarrollar de forma autónoma los aprendizajes adquiridos sobre prevención, hábitos de
higiene, de esfuerzo físico y de alimentación.
Fomentar estrategias que favorezcan la cooperación y evitar comportamientos agresivos
- Unidades Didácticas
Se impartieron los contenidos de salud (según Decreto 106/1992, vigente en el mo-
mento de realización del programa de intervención) en el grupo EFS de forma horizontal
combinándolos con los contenidos planificados en la programación de Aula del Depar-
tamento de Educación Física del centro educativo, de forma que en el grupo EF sólo se
impartían dichos contenidos sin especificar contenidos específicos de salud. Se imparten
cinco Unidades Didácticas similares en ambos grupos, especificándose en la tabla 1.2. y
de forma general los contenidos de EF y de Salud impartidos:
habilidades mo-
2. Vamos al importancia de la columna, flexibilidad,
trices, gimnasia
circo fuerza y resistencia muscular
artística
UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE SALUD EN LA ADOLESCENCIA DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA
Sesión práctica de baloncesto basada en el juego, donde los equipos representaban los
diferentes nutrientes básicos de los alimentos: proteínas, grasas e hidratos de carbono.
Se resaltaban las consecuencias para la salud que tendrían la “victoria” de unos u otros
nutrientes en la dieta real.
Organización del “desayuno andaluz” con motivo de la celebración del Día de Andalucía,
realizada por el grupo EFS y dirigida a toda la comunidad educativa: padres, alumnado,
docentes y personal de servicios. El desayuno andaluz incluye alimentos mediterráneos
como aceite de oliva virgen, miel de caña, tomates cherrys, pan y leche, organizándose
un grupo por cada alimento, del cuál se informaron sobre los nutrientes básicos y ofrecían
un consejo sobre como tomarlo para que su ingestión fuera agradable. Con esta informa-
ción realizaron un póster que se ubicó como pancarta de presentación de los alimentos a
repartir en el “desayuno andaluz”.
VARIABLES DEPENDIENTES
- Composición corporal
1. Peso. Se medirá mediante báscula model Seca 714 con precisión de 100 g (rango
0.1-130 kg). Cada día antes de comenzar la medición se controló la precisión de la báscu-
la. La medición se realiza con el individuo en ropa interior, colocado encima de la báscula,
sin apoyarse en ningún sitio.
2. Talla. Se midió mediante tallímetro incorporado a la báscula modelo Seca 714 (ran-
go 60 – 200 cm). El individuo se colocará de pie, descalzo, con la cabeza de forma que
el plano de Frankfurt, que une el borde inferior de la órbita de los ojos y el superior del
meato auditivo externo, sea horizontal, con los pies juntos, rodillas estiradas, talones,
nalgas y espalda en contacto con la pieza vertical del aparato medidor. Los brazos perma-
necen colgantes a lo largo de los costados con las palmas dirigidas hacia los muslos. La
pieza horizontal y móvil del aparato se baja hasta contactar con la cabeza del individuo,
presionando ligeramente el pelo. En el marcador se lee la unidad completa más cercana.
5. Diámetros. Se midieron mediante pié de rey modelo Holtain (rango 0-14 cm), en las
siguientes localizaciones anatómicas: muñeca, codo y fémur.
6. Índices antropométricos de composición corporal. A partir de las medidas antropo-
métricas realizadas (González-Gross et al, 2003), se calcularon los siguientes índices de
composición corporal:
Índice de Quetelet o Índice de masa corporal (IMC). Parámetro creado por Quetelet
(1869) y rebautizado por Keys (1972) como Índice de masa corporal. Es un índice ade-
cuado para la valoración del sobrepeso en poblaciones (Sarría A. et al., 1998) para la
identificación de niños y adolescentes obesos.
IMC = masa corporal (kg) / altura (m2)
Porcentaje graso. Para estimación de la densidad corporal se utilizaron las fórmulas
propuestas por Brook (1971) para ambos sexos. El porcentaje graso se halló mediante la
ecuación descrita por Weststrate y Deurenberg´s (1989), que tiene en cuenta el factor
edad.
Niños- Densidad corporal = 1.1690 – 0.0788 x (log ∑ 4 pliegues)
Niñas- Densidad corporal = 1.2063 – 0.0999 x (log ∑ 4 pliegues)
∑ 4 pliegues = pliegue bicipital + pliegue tricipital + pliegue subescapular + pliegue
suprailíaco
Grasa corporal (%) = [562 – 4.2 x (Edad – 2)] / densidad - [525 – 4.7 x (Edad – 2)]
Masa grasa (kg). Se calcula a partir de la masa corporal y el porcentaje graso.
Masa grasa (kg) = (% grasa x kg peso total) / 100
- Para el análisis de la distribución de grasa corporal se utilizó: 1) el perímetro
de cintura; 2) ratio cintura/cadera; 3) ratio cintura/altura.
135
7. Maduración sexual. La maduración de los caracteres sexuales es un proceso típico
de la adolescencia. Numerosas características físicas y de comportamiento se ven in-
fluenciadas por la maduración sexual, por esta razón se valoraron también los distintos
estadio de desarrollo sexual siguiendo la metodología descrita por Taner. Se distinguirán
5 estadios para el desarrollo genital y vello pubiano en varones y desarrollo mamario y
vello pubiano en mujeres.
EVALUACIÓN DE RESULTADOS
COMPOSICIÓN CORPORAL
Los resultados obtenidos en relación a la cantidad de grasa corporal total de las niñas
tras la intervención educativa, parecen indicar que si bien no se consiguió una disminu-
ción significativa de la grasa en el grupo EFS, si se evitó el aumento de grasa corporal que
sufrió el grupo EF. Similares resultados se obtuvieron en un estudio prospectivo llevado a
cabo por McMurray et al. (2002), en el cual el grupo que no recibió un programa educativo
nutricional y de práctica de actividad física aumentó su grasa corporal significativamente
con respecto al grupo EFS. Hoelscher (2002) realizó una revisión acerca de estudios so-
bre intervenciones nutricionales llevadas a cabo en contexto escolar y sus efectos sobre
parámetros antropométricos. De todos los estudios revisados, sólo en uno se obtuvieron
mejoras significativas en la composición corporal, manifestado en la reducción del índice
de Rohrer. En el resto hubo un mantenimiento del peso corporal tras la intervención. Por
otro lado, si observamos la importante disminución del porcentaje graso (P≤0.001) pro-
ducida en los adolescentes masculinos que participaron en el presente estudio, podemos
afirmar que nos encontramos ante uno de los resultados más esperanzadores encontra-
dos en la literatura. Sin embargo, es necesario albergar la posibilidad de que la ausencia
de índices precisos y sensibles en la mayoría de los estudios, como el porcentaje graso
estimado a partir del Log S 4 pliegues, sea la causa de otros resultados menos optimis-
tas. Un ejemplo de ello serían los resultados de obtenidos en estudio. Si sólo se hubiera
analizado el IMC, se habría concluido con que no existió ningún cambio saludable tras la
intervención. Por otra parte, si el parámetro antropométrico de referencia hubiera sido el
peso corporal, también hubiera llevado a error, ya que en el caso de los varones del gru-
po EFS, por ejemplo, el incremento de masa corporal experimentado se acompañó de un
aumento en la masa libre de grasa y disminución del porcentaje graso, ambas cosas muy
recomendables para la salud del adolescente (Ortega et al., 2004).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Del análisis de la suma de los tres tipos de informaciones, se obtienen los resultados
138 expresados en el gráfico 4.1. atendiendo a los grupos EFS y grupo EF.
100
90
80
70 61,6
porcentaje
60
50 98,2
IO
40
30 IS
20 38,4
10
0 1,8
grupo EFS grupo EF
Gráfico 4.1. Porcentaje de IO (Información de
otro contenido) e IS (Información de salud)
según grupos
Se observa cómo, aunque es lógicamente mayoritaria la Información sobre otros con-
tenidos, que son la base del programa de intervención, en el grupo EFS el porcentaje de
Información sobre Salud es de un 38,4%, frente al escaso 1,8% que aparece en el grupo
EF. Se corrobora, por tanto, y se evalúa el programa de intervención en cuanto a la infor-
mación de la profesora en ambos grupos, justificándose que en el grupo EFS se ejerce una
mayor influencia acerca de contenidos de salud.
La siguiente categoría principal es el feedback o información que aporta el profesor
como respuesta a la actuación del alumnado tras haber recibido éste la información inicial
oportuna. Se diferencia el Feedback General (FG) referido a un grupo de alumnos impar-
UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE SALUD EN LA ADOLESCENCIA DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA
tido de forma general por parte del profesor y El Feedback Individual (FI) o información
de retroalimentación que se ofrece al alumno pero de forma individual, es decir, dirigida a
un sólo alumno, y responde a una actuación determinada del alumno tras haber recibido
información previa sobre la tarea.
Ambos también se analizan según se refieren a salud (FS) o a otros contenidos (FO),
obteniendo en el análisis total los datos expresados en el gráfico 4.2. Predominando los
feedbacks referidos a otros contenidos, comentar que el porcentaje de feedbacks de salud
(FS) constituyen en el grupo EFS un 18,9% del total, y en el grupo EF sólo representan
un 5,7%.
De nuevo, los resultados difieren en ambos grupos, siendo un dato indicativo del apor-
te específico de retroalimentación referida a contenidos de salud en el alumnado del grupo
donde se aplica el programa de intervención de Educación Física orientado hacia la salud.
100
90
80
70
porcentaje
60 81,1
50 94,3 FO
40 FS
30
20 139
10 18,9
0 5,7
grupo EFS grupo EF
Gráfico 4.2. Porcentaje de FO (Feedback de otro
contenido) y FS (Feedback de salud) según grupos
Es considerable la cantidad de feedback impartidos, oscilando por 500 el número de
feedbacks generales e individuales en cada grupo, considerando que cada grupo se ana-
liza en base a 5 sesiones. Por tanto, la media teórica sería de 100 feedbaks generales e
individuales por sesión. Este dato es relevante en la eficacia del proceso de enseñanza-
aprendizaje, garantizando la corrección continua por parte del profesor al alumnado en las
diferentes ejecuciones y la constante relación entre profesor y alumnado.
SESIONES PRÁCTICAS
* UNIDAD DIDÁCTICA: ACROSSPORT Y ¡EXPRÉSATE!
OBJETIVOS DE LA SESIÓN:
Conceptuales
Actitudinales
CONTENIDOS DE LA SESIÓN:
Referidos a conceptos
Respiración
Referidos a procedimientos
Movimientos desaconsejados
UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE SALUD EN LA ADOLESCENCIA DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA
Pirámides en parejas
Carácter estético
Referidos a actitudes
Cooperación y respeto
Estética y expresividad
Respiración abdominal
Dar buenos días y dar la bienvenida a la ¡nueva colonia!, nombrando a un nuevo en-
cargado y encargada para este tercer trimestre.
Recoger los registros de consumo de alimentos de 7 días y recordar a los alumnos que
aún faltan por entregarlo. Se pasa lista y se anota si llevan indumentaria y calzado ade-
cuado y camiseta de repuesto.
ASPECTOS
DESCRIPCIÓN ORGANIZACION TIEMPO
CLAVES
1. Movilidad articular: tobillos, rodillas, caderas, 1. Ejecución indi- 15 min. - Amplitud progresiva
tronco, hombros, codo, muñeca y cuello. vidual, disposición
circular.
* Explicación y ejecución de ejercicios desaconse-
jados de rodillas y columna al realizar la movilidad
articular de estas articulaciones.
DESCRIPCIÓN ASPECTOS
ORGANIZACIÓN
CLAVES
Tareas de equilibrio: -
-Parejas con espaldas juntas y piernas flexionadas, 1. Parejas de 4 min.
desplazamiento hacia un lado y otro de la colchoneta. similares complexión
en colchoneta, des-
-Parejas enfrentadas con puntas de los pies calzos.
juntos y brazos agarrados y estirados,
mantener el equilibrio y luego, soltar una Las colchonetas se
mano y luego la otra. disponen circular-
mente en el gimna-
-Parejas lateralmente con pies juntos y sio.
agarrados de brazos próximos, estirar codos y
mantener equilibrio sin caerse.
Pirámides en parejas (cada alumno adopta
los dos roles de portor y ágil y se
mantienen 8 segundos):
ASPECTOS
DESCRIPCIÓN ORGANIZACIÓN TIEMPO
CLAVES
Estiramientos principales grupos musculares inci- 1. Ejecución indivi- 5 min. - Mantener espalda
diendo en las posturas desaconsejadas evitando dual, distribuidos por extendida en estira-
los movimientos mencionados en el calentamien- parejas en colcho- mientos y rodillas algo
to: hiperflexión e hiperextensión de rodilla, de neta. flexionadas.
zona lumbar, cifosis dorsal mantenida y movi-
mientos bruscos cervicales. Conclusión: espalda
extendida y rodillas en ligera flexión.
OBJETIVOS DE LA SESIÓN:
Referidos a conceptos
Referidos a procedimientos
Averiguar las lesiones que corresponden a cada tratamiento y escribir su definición (en
planilla)
Realizar tareas de voleibol en parejas ejecutando el toque de dedos y el pase de an-
tebrazos
Participar en tareas motrices de voleibol de carácter competitivo y cooperativo asu-
miendo ambos roles.
UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE SALUD EN LA ADOLESCENCIA DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA
Referidos a actitudes
Valorar la importancia de conocer las típicas lesiones deportivas y cómo aplicar los
primeros auxilios
Fomentar la cooperación con el compañero en las tareas en parejas
Orientar adecuadamente la competición con el compañero
Respetar las reglas de voleibol y las normas impuestas en las tareas
Respetar el material utilizado
CONTENIDOS DE LA SESIÓN:
Conceptuales
Procedimentales
Actitudinales
Recordar los alumnos/as que aún no han entregado el registro de consumo de alimen-
tos de 7 días; y comentar que es necesaria la participación de la mayoría de la clase para
poder realizar dicha actividad procediendo a contar los interesados y animando al grupo
a participar.
Para ejecutar las tareas debéis recordar cómo se ejecuta el toque de dedos: el balón se
amortigua fundamentalmente con yemas de los dedos formando un triángulo con pulga-
res e índices dónde cae el balón y lo amortiguamos, golpeando justo encima de la frente.
Y el toque de antebrazos requiere un agarre dónde se superponen la manos y se juntan
pulgares (ejecución simultánea) debiendo estirar brazos para ofrecer superficie al balón
en la parte superior del antebrazo.
ASPECTOS
146 DESCRIPCIÓN ORGANIZACIÓN TIEMPO CLAVES
PRUEBA 1:
- Trote de 2 vueltas alrededor de las pistas - Parejas con un 10 min. - el toque de dedos
exteriores pasando balón: en la primera balón de voleibol se ejecuta por en-
uno ejecuta pase de dedos y antebrazos y y una planilla y cima de la cabeza
el compañero para el balón y lo devuelve de bolígrafo en el con los dedos
forma controlada y en la segunda vuelta se bolsillo. - agarre de manos
invierten los roles. Trote con pases para golpear de
de voleibol. antebrazos.
* Primera pista: fractura
UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN DE SALUD EN LA ADOLESCENCIA DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA
ASPECTOS
DESCRIPCIÓN ORGANIZACIÓN TIEMPO
CLAVES
PRUEBA 2:
PRUEBA 4:
- Ídem que el anterior pero solamente con pases de - Parejas con balón y
antebrazos. red de voleibol
- Anotar pista - Al golpear no se
5 min.
* Cuarta pista: herida doblan los codos.
PRUEBA 5:
- Parejas con balón
- Parejas ejecutan 10 pases de voleibol en red siendo en red de voleibol - Los dos toques son
obligatorio dar dos toques antes de pasar el balón al libres: de dedos y/o
campo contrario - Anotar pista de antebrazos.
5 min.
* Quinta pista: calambre
- Competir contan-
PRUEBA 6. - Pareja con balón en do puntos; delimitar
red de voleibol campo.
- Competición 1 x 1 a 7 puntos. Saque de dedos y se
pueden dar hasta 2 toques máximo cada vez. Delimi-
tar previamente los límites del campo.
5 min.
- Anotar pista
* Sexta pista: esguince
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
ASPECTOS
DESCRIPCIÓN ORGANIZACIÓN TIEMPO
CLAVES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
150
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA
LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS
MAYORES
INTRODUCCIÓN
Las personas adultas y mayores, a las que debemos nuestra existencia y nuestro sa-
ber, deben ser atendidas como justamente se merecen y, por ello, se necesita una for-
mación especializada para poder educar físicamente a una población que no ha recibido
ninguna educación en este sentido. Hace décadas la utilización del movimiento era im-
prescindible para muchas actividades profesionales que hoy son suplidas por la máquina:
los desplazamientos a pie o en bicicleta han sido sustituidos por los medios de locomoción
“motorizados”; en las actividades laborales se ha visto mermado el dinamismo con la uti-
lización de lavadoras, lavavajillas, aspiradores, etc. Por tanto, dichos adelantos técnicos
han conducido a que la necesidad de moverse sea cada vez menor. Como consecuencia
de esta inactividad se producen trastornos metabólicos, circulatorios y respiratorios, la
musculatura se atrofia, malformaciones posturales, etc. Ante ello, el ejercicio se convierte
en una pieza clave para contrarrestar dichas agresiones. Bastantes estudios científicos
demuestran que la inactividad tiene una gran responsabilidad en las causas de muerte
(infarto, enfermedad cerebrovascular,...) y en el padecimiento de enfermedades crónicas 151
(osteoporosis, enfermedades degenerativas articulares, hipertensión, obesidad, arterios-
clerosis, etc.) por parte adultos y mayores. Así, el sedentarismo lo que provoca es la in-
tensificación de los aspectos “negativos” propios de la involución.
Envejecer es un proceso tan sencillo como inevitable, tan solo hace falta vivir. El enve-
jecimiento fisiológico (morfológico y funcional) es individual y natural, como en cualquier
máquina, pero muchos adultos y mayores llegan a este envejecimiento de forma prema-
tura, brusca y patológica, basado en sus malos hábitos (sobre todos, el sedentarismo),
que les conducen a enfermedades crónicas, aumento en el consumo de medicamentos,
hospitalización, invalidez e incapacidad; todo ello conduce a la dependencia de otras per-
sonas y a un gran gasto económico, entre otras circunstancias. En definitiva, tal como
decía Rubner “el mejor método de alargar la vida, es no acortándola” (Marín, 1995).
salud y ayudar a permanecer una mayor parte de nuestras vidas en el polo positivo, den-
tro del espectro de las dimensiones físicas, psicológicas y sociales. Si los hábitos de vida
más saludables no han estado presentes a lo largo de los años (correcta alimentación, ac-
tividad física regular, no fumar ni beber y controlar el estrés), la mayor proximidad al polo
negativo de la enfermedad deberá suponer una circunstancia asumida y esperada dentro
de nuestras vidas en edades avanzadas. La pregunta entonces sería: ¿es la enfermedad
un proceso inevitable al hacerse mayor? Afortunadamente, existen evidencias científicas
de que la salud se puede mejorar modificando nuestro estilo de vida, y en el colectivo de
las personas adultas y mayores queda mucho por hacer en la promoción de la misma. Por
tanto, hacia lo que tenemos que tender es a retrasar la morbilidad (enfermedad) el mayor
tiempo posible por medio de la prevención de enfermedades crónicas y ayudando a evitar
la incapacidad que éstas traen.
Así, llegaríamos a una etapa de la vida óptima -la vejez-, ya que se han dejado atrás
muchas responsabilidades como el trabajo y la educación y cuidado de los hijos, liberando
así a los individuos para disfrutar de cosas para las que anteriormente no había tiempo.
Si se consigue lograr que estas personas lleguen a esta etapa con un aceptable estado de
salud, mental y físico, el resultado será un grado mayor de independencia para ellos y una
mejor calidad de vida para todos (Gil del Real, 1995).
Todos deberíamos aportar “algo” para cambiar el horrible hábito de “no hacer nada”.
Pero un hábito no se instaura de la noche a la mañana sino que hay que ir “sembrándolo”
en el colegio, en la familia, en la comunidad, etc. y, por ello, como educadores a través del
movimiento, ésta es nuestra gran responsabilidad: promocionar un estilo de vida activo
para todas las edades.
Los beneficios fisiológicos que comporta la actividad física regular se pueden dividir,
por su temporalidad, en dos grandes grupos: beneficios a corto y a largo plazo. Los pri-
meros, incluyen efectos positivos sobre el sueño (Brassington y Hicks, 1995), la regula-
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
ción del nivel de glucosa (Giacca y cols., 1995) y la actividad de las catecolaminas (Richer
y Sutton, 1994). Los segundos, conllevan un incremento en la eficiencia cardiovascular
(McArdle, Katch y Katch, 1994; Hagberg y Goldberg, 1990) y la mejora en el VO2 max.,
consiguiendo valores extrapolables a personas 20 años más jóvenes no entrenadas (Ho-
llman y Liesen, 1985; Marín, 1995).
Otras mejoras importantes a largo plazo hacen referencia al nivel de los lípidos en
sangre, que disminuyen con el ejercicio. Este aspecto es especialmente importante en la
edad adulta y en la vejez, ya que ésta se encuentra asociada a un aumento del coleste-
rol total y de los triglicéridos (Buskisk, 1985). Ambas situaciones, hipercolesterolemia e
hiperlipidimia, son problemas médicos que desencadenan el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares. Asimismo, la práctica regular de actividad física también ayuda a dismi-
nuir el porcentaje de grasa corporal y protege frente a la descalcificación (osteomalacia)
y la pérdida de masa ósea (osteoporosis) de los ancianos, reduciendo así el riesgo de 153
fracturas por caídas. Análogamente a los beneficios fisiológicos se encuentran los psicoló-
gicos, los cuales también se clasifican en beneficios a corto y a largo plazo. Los primeros
incluyen una mejor relajación (Landers y Petruzzello, 1994), una reducción del estrés y de
la ansiedad (Petruzzello y cols., 1991), y mejoras en el estado de ánimo (Nieman y cols.,
1993). A largo plazo, implican una mayor satisfacción con la vida y una mejor autoestima
y autoeficacia, es decir, un mantenimiento de la autonomía personal (McAuley y Rudolph,
1995).
Por último, pero no menos importante, a nivel social, las personas mayores que prac-
tican actividad física tienen un rol activo dentro de la sociedad, aumentan su núcleo de
relación social y aprenden a adquirir una actitud positiva ante su nueva etapa de la vida
(McPherson, 1994). Además, la actividad física puede ayudarles indirectamente a aban-
donar algunos hábitos perjudiciales: tabaco, alcohol, alimentación desequilibrada, etc.
Sintetizando todo lo aportado en este punto, podemos resumir los beneficios de la ac-
tividad física en personas mayores, en los siguientes aspectos:
Aumenta el VO2 max., mejorando su capacidad funcional y reduciendo la fatiga ante las
actividades de la vida cotidiana: andar, subir escaleras, hacer la compra, etc.
Provoca una reducción de la frecuencia cardiaca en reposo, y una mejor perfusión -más
oxígeno- al músculo cardiaco, lo que reduce la incidencia de infartos de miocardio.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Mejora la tolerancia a la glucosa, siendo, por tanto, beneficioso para prevenir y ayudar
en el tratamiento de la diabetes.
Disminuye la cantidad de tejido adiposo, por la utilización del metabolismo graso como
fuente energética, por lo que se reduce el peso corporal y favorece, por tanto, la preven-
ción y tratamiento de la obesidad.
Estimula la motilidad del colon, lo que puede ayudar en el tratamiento del estreñimien-
154 to, y previene la formación de cálculos en la vesícula.
Sin duda, el ejercicio también supone unos riesgos, sobre todo si se realiza sin las
debidas precauciones e inadecuadamente (esfuerzos anaeróbicos, deportes de “fuerte”
contacto físico, falta de reconocimientos médicos específicos, etc.). A pesar de ello, los
beneficios son muy superiores a los riesgos. Hay que recordar que nuestro organismo
está diseñado para el movimiento y es el “desuso”, no el “abuso”, lo que conlleva a la
enfermedad. El descenso progresivo e irreversible de la capacidad funcional en el anciano
se puede retardar considerablemente si participa en programas de actividad física bien
regulados.
Tal cantidad de beneficios nos llevan a confirmar que “la salud del anciano no sólo está
en el plato sino también en el zapato”. En definitiva, la actividad física es una buena es-
trategia para contrarrestar la edad biológica del envejecimiento.
CAPACIDAD AERÓBICA
El trabajo aeróbico se basa en la capacidad de obtener (respiración), transportar (car-
diovascular) y utilizar (músculos) el oxígeno. La capacidad aeróbica es considerada como
la “capacidad de realizar un trabajo eficaz de baja o media intensidad, que involucre a
grandes grupos musculares durante el mayor tiempo posible y en presencia de oxígeno”.
El factor limitante, que determina la capacidad de resistir, es la disposición o no del oxí-
geno suficiente para el trabajo muscular. Por tanto, el consumo máximo de oxígeno (VO2)
será una buena medida para valorar dicha capacidad. La resistencia cardiorrespiratoria
tiene una gran importancia dentro de los componentes de la condición física-salud, ya que 155
su desarrollo tiene innumerables beneficios para la salud: menor fatiga en las actividades
de la vida diaria, mejor funcionamiento metabólico, prevención de alteraciones cardio-
vasculares y respiratorias, diabetes, obesidad, entre otros (Bouchard y Shephard, 1994;
Marcos Becerro, 1989 y 1994; Delgado, 1997).
Tipo de actividad
Por otra parte, la actividad debe ser asequible, divertida y agradable, con el fin de que
resulte motivante y se propicie la continuidad en la práctica. Para ello, es importante te-
ner en cuenta las características personales, adaptando los programas en caso de que la
persona mayor padezca ciertas enfermedades.
En definitiva, las tareas principales que podemos desarrollar son las siguientes:
Paseos organizados: La marcha es uno de los ejercicios más valiosos para incidir
sobre los problemas de índole cardiovascular. Sin embargo, es preciso tener en cuenta
que la duración de los mismos no ha de ser excesiva (nunca superior a 2 horas), aunque
es un dato que puede variar sensiblemente dependiendo de las características propias de
cada grupo. Lo que si es importante es el hecho de procurar durante los paseos el esta-
blecimiento de descansos reconfortantes en los cuales se desarrollen ejercicios respirato-
rios y de estiramiento. La intensidad de la marcha en los paseos ha de permitir en todo
momento la conversación entre los integrantes del grupo, y han de establecerse rutas de
interés desde el punto de vista turístico y cultural. Las actividades de marchas prolonga-
das serán prohibidas a todas aquellas personas que se encuentren tratadas médicamente
por poseer grandes alteraciones artrósicas en las articulaciones del tren inferior (cadera,
rodilla, tobillo), graves patologías de retorno venoso (varices importantes) o grandes do-
lencias en los pies.
156 Actividades acuáticas: Suponen una actividad altamente gratificante para la perso-
na mayor y de la cual se pueden obtener importantes beneficios para la mejora cardio-
vascular. Del mismo modo, se configura en un recurso de primer orden para implicar en
actividades de trabajo cardiovascular en todos aquellos sujetos aquejados de severos pro-
blemas del tren inferior, en los cuales están contraindicadas las marchas o paseos prolon-
gados. Las actividades acuáticas podrán favorecer el proceso de retorno venoso en todas
aquellas personas que sufren de serios procesos varicosos, ya que permite el desarrollo
del tono muscular en posiciones horizontales facilitadas. Será importante establecer una
correcta familiarización con el medio acuático, para pasar con posterioridad al desarrollo
de juegos y gimnasia suave, desembocando finalmente en actividades natatorias.
Otras posibilidades para el desarrollo aeróbico de nuestros mayores son juegos po-
pulares y tradicionales, danzas, bailes, actividades de expresión y comunicación corporal.
Frecuencia
La frecuencia de las sesiones depende del estado de salud y nivel de condición física
de cada participante. Tal como refleja el principio metodológico de continuidad en el en-
trenamiento (Torres, 1999), uno de los aspectos más determinantes en un programa de
actividad física para la salud recae en la frecuencia: mínimo 3 días por semana. Es impor-
tante que el ejercicio físico a intensidades moderadas se realice casi todos los días de la
semana (en este tipo de personas es más recomendable actividades livianas frecuentes
que sesiones intensas y esporádicas). El aumento de la frecuencia, además de mantener
y mejorar las capacidades psicomotrices y las condicionantes de resistencia, fuerza y am-
plitud de movimiento, incrementa la posibilidad de asimilar la actividad física como una
rutina diaria, es decir, de incorporarla dentro del estilo de vida.
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
Duración
Se recomienda una actividad de 20 a 40 minutos por sesión. Es muy importante re-
marcar que la duración del ejercicio no requiere ser continua para producir beneficios en
la salud. Por lo tanto, aquellos que tengan problemas en mantener 30 minutos de activi-
dad física de forma continuada, pueden realizar varias actividades físicas de 10 minutos
de duración a lo largo del día hasta lograr los valores totales recomendados.
Intensidad
En resumen, diremos que para disminuir posibles complicaciones médicas y para pro-
mover la adherencia a la práctica de actividad física, la intensidad del ejercicio con perso-
nas mayores previamente inactivas debe ser baja, y progresar de acuerdo con la tolerancia
al esfuerzo y las preferencias personales. Además, puesto que muchas personas mayores
padecen ciertas enfermedades, se recomienda máxima prudencia a la hora de aumentar
la intensidad de trabajo.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Ritmo de progresión
Por otro lado, el empleo de altas cargas podría suponer un alto sufrimiento para la es-
tructura de sostén del anciano, que por su edad avanzada, se ve sometida a una pérdida
158 paulatina de hidratación y flexibilidad ósea. Los ejercicios han de ser efectuados siguiendo
estrategias de práctica globalizadas, empleando grandes grupos musculares en las rea-
lizaciones, efectuándose sobre todo tareas tales como desplazamientos, transportes con
pesos ligeros, lanzamientos de objetos ligeros y empujes; así mismo evitaremos la reali-
zación de saltos como elemento de acondicionamiento del tren inferior, ya que se podrían
producir serias lesiones óseas por fracturas. El único trabajo de incidencia analítica será
efectuado cuando se pretenda abordar tareas de trabajo postural y respiratorio.
Del mismo modo hemos de evitar en todo momento la ejecución de contracciones iso-
métricas, ya que se produce un aumento de la presión arterial con el consecuente riesgo
de alcanzarse una lesión cardiovascular. Debemos tener en cuenta que la musculatura
erectora del tronco va perdiendo su capacidad de mantener el cuerpo erecto, circuns-
tancia que supone el advenimiento de múltiples alteraciones posturales en el anciano.
En este sentido, procuraremos un trabajo de incidencia sobre dicha musculatura, junto
a correspondientes ejercicios de estiramiento (asociaremos en todo momento el trabajo
de acondicionamiento muscular con ejercicios de movilidad articular y estiramiento de los
grupos musculares sometidos a esfuerzo). Lo que sí hemos de evitar en todo momento es
la realización de esfuerzos excesivos sobre el eje vertical, que castigarían seriamente las
articulaciones vertebrales.
El trabajo de fuerza y resistencia muscular debería realizarse al menos dos veces por
semana, incidiendo en el desarrollo de los grupos musculares más importantes para el
mantenimiento de una correcta actitud postural. Los ejercicios de autocarga, tracciones
y empujes con compañero, o con sobrecargas livianas pueden ser la manera ideal de
desarrollar la fuerza, especialmente en forma de circuito, si es posible, pues permiten
un trabajo más dinámico y más motivante que los tradicionales programas analíticos de
musculación. Pues bien, además de dichas recomendaciones generales, en el caso que
la persona mayor esté en condiciones de someterse a cargas externas, también deben
tenerse presentes ciertas precauciones (ACSM 1995b):
Los tests se centrarán en valorar la resistencia muscular (10 – 15 RM), pero nunca la
fuerza máxima a través de una sola repetición.
Utilizar cargas mínimas (30-40% de 1-RM) durante las ocho primeras semanas de en-
trenamiento para todos los ejercicios. A lo largo de este tiempo, se producen adaptaciones
en el tejido conectivo.
Enseñar la técnica correcta del ejercicio. La velocidad del movimiento debe ser contro-
lada, tanto a favor como en contra de la fuerza de la gravedad.
Supervisar la ejecución de los ejercicios de forma individual durante las primeras se- 159
siones.
No permitir que las personas con artritis realicen entrenamiento de fuerza en presencia
de dolor y/o inflamación.
CAPACIDADES COORDINATIVAS
Es difícil diferenciar estados de muy baja condición física por inactividad, del proceso
del envejecimiento y enfermedad.
Para la prescripción de ejercicio físico es crucial conocer el mayor número de datos del
practicante, con el fin de proporcionar un programa individual adaptado a sus caracterís-
162 ticas y objetivos. En general, previo a la programación, debemos valorar:
Estos aspectos junto con los datos personales y cualquier observación de otro tipo,
deben quedar registrados en una ficha personal para cada participante. El programa de
ejercicio físico saludable debe concebirse como un proceso de formación (educación físi-
ca) de carácter intencional, orientado a la práctica física y la promoción de la salud.
Para la prescripción de ejercicio físico es crucial conocer el mayor número de datos del
practicante, con el fin de proporcionar un programa individual adaptado a sus caracterís-
ticas y objetivos. En general, previo a la programación, debemos valorar:
1. Evaluación inicial
• Historial médico
• Historial físico-deportivo
• Nivel de condición física
• Valoración estado de salud
• Interés por el ejercicio
• Valoración estilo de vida
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
2. Determinación de objetivos
• Fisiológicos
• Psicológicos
• Sociales
3. Selección de las tareas a realizar.
• Desarrollo condición física relacionada con la salud.
• Determinación frecuencia, intensidad, duración, progresión y tipo de tarea (factores de la
dinámica de los esfuerzos).
• Diseño de tareas específicas para problemas concretos de salud.
• Selección de ejercicios no contraindicados.
• Higiene y seguridad.
4. Selección de los métodos de enseñanza.
• Técnica de enseñanza.
• Estilo de enseñanza.
• Orientaciones metodológicas.
5. Selección de medios a emplear.
EVALUACIÓN INICIAL
Determinación de objetivos
164
Los objetivos deben ser formulados de manera absolutamente individual, intervinien-
do el participante, si es posible, en su determinación, en función de su disponibilidad de
tiempo, objetivos personales, edad, nivel físico, etc.
FISIOLÓGICOS:
Mejora general de todos los parámetros de salud.
Mejora de dolencias y/o afecciones específicas.
PSICOLÓGICOS:
Lucha contra el estrés, ansiedad, depresión, etc.
SOCIALES:
Participación en actividades colectivas-cooperativas.
Fomento relaciones sociales.
Fomentar actitudes tolerantes, no discriminación, aceptación de reglas, etc.
SELECCIÓN DE TAREAS A REALIZAR
Para la organización y desarrollo de programas adecuados de actividad física saludable
para mayores, es necesario tener en cuenta una serie de consideraciones imprescindibles
para optimizar los resultados:
CAPACIDADES PERCEPTIVAS:
o Esquema Corporal
o Discriminación sensorial:
Visual
Auditiva
Táctil
o Coordinación general
o Coordinación segmentaria (óculo-manual, óculo-pédica)
o Relajación- respiración 165
o Equilibrio
o Orientación, estructuración y representación espacial
o Ritmo
HABILIDADES Y DESTREZAS MOTRICES BÁSICAS:
o
Desplazamientos
o Giros
o Lanzamientos
o Recepciones
CAPACIDADES FÍSICO-MOTRICES:
oFuerza (tonificación muscular general):
Tren superior, manipulación de objetos
Tren inferior, autocarga
Tronco
o Resistencia, controlando en todo momento la frecuencia cardiaca
o Amplitud de movimientos
Movilidad Segmentaria
Estiramientos controlados
CAPACIDADES SOCIOMOTRICES:
o Expresión corporal
o Juego colectivo
o Bailes de salón
o Danzas
o Mimo, dramatización y representación
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Los objetivos generales de los programas de actividad física con estas personas serán:
Así, una vez superado el obligado reconocimiento médico específico, se han de confi-
gurar los objetivos específicos de los programas, teniendo en cuenta las siguientes orien-
taciones metodológicas:
De esta manera, la actividad física que llevemos a cabo con adultos y mayores será un
hermoso medio de placer, relación y ocupación del ocio, y debe tener un carácter constan-
te y sostenido, metódico, progresivo, profiláctico, recreativo y distendido, compensatoria
y adaptado a la personalidad de los individuos.
Por ello proponemos un nuevo diseño de sesión adaptado a los intereses y necesidades
de los participantes, proponiendo diferentes subfases o modalidades en las que incluir
contenidos fundamentales para el desarrollo de programas de actividad física saludable.
1. CALENTAMIENTO
o MOVILIDAD ARTICULAR
o ACTIVACIÓN –ANIMACIÓN
- individual
- parejas
- grupo
2. FASE AERÓBICA
o ACTIVIDADES RÍTMICAS
- aeróbic
- música tradicional y danzas
- expresión corporal
o JUEGOS
- pequeño grupo
- gran grupo
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
o CIRCUITOS
- individual
- parejas
o EJERCICIO CONTINUO
3. TONIFICACIÓN MUSCULAR
o AUTOCARGAS
- Individual
- parejas
o CIRCUITOS DE FUERZA
- individual
- parejas
4. VUELTA A LA CALMA
- stretching
169
o TÉCNICAS DE RELAJACIÓN
- masajes
- respiración
- soltura
Esta estructura de sesión, más abierta y flexible, se termina de definir una vez que ha
concluido, y no antes, con un carácter globalizado conforme a la filosofía de la motricidad
educativa. Un carácter global y progresivo, dirigido a la consecución de los objetivos pro-
puestos, que acomode a las personas mayores en un clima de clase adecuado, más que a
producir sólo una adaptación del ritmo e intensidad del ejercicio. Una sesión en la que las
personas mayores son actores y autores de la misma.
Nuestros alumnos son los que construyen su propio aprendizaje, haciéndoles parti-
cipes de la elección de sus propias tareas a partir de unas consignas previas, nosotros
somos simples guías y orientadores. No buscamos exclusivamente la automatización de
formas de movimiento estereotipadas, que en muchos casos ni son significativas, ni tras-
cendentes en la adquisición de hábitos de práctica física saludable, sino que construyan
sus propias tareas y que piensen sobre sus acciones, teniendo en cuenta aquellas tareas
contraindicadas para el mantenimiento de su condición física. Por tanto, una sesión no se
define sólo por la acción, también por la reflexión. Por supuesto, como hemos indicado
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
anteriormente, estos planteamientos van más allá de una estructura de sesión, y llegan
a los planteamientos fundamentales para el desarrollo de un programa de actividad física
para mayores.
Activación-animación
Estiram¡entos
Movilidad articular
Como su nombre indica es la fase más importante de toda la sesión, ya que en ella es
donde se va a desarrollar el objetivo principal de la misma. Se hace necesario establecer
unos criterios de organización del trabajo, cuya duración oscilará entre 30 y 40 minutos.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Resistencia orgánica.
Fuerza y resistencia muscular.
Juego, deporte o actividad recreativa (si están en condiciones de hacerlo).
Cualidades perceptivo-motrices (coordinación, equilibrio, ritmo, etc.).
Esta parte de la sesión se divide en una fase aeróbica y otra de tonificación muscular,
donde lo ideal es que cada una de las sesiones sea “completa”, es decir, que en su ejecu-
ción se estimulen las diferentes cualidades y que intervengan el mayor número posible de
grupos musculares, al margen de poder utilizar coreografías, juegos, circuitos, fortaleci-
miento muscular con autocargas o sobrecargas externas, etc.
Tanto la intensidad como la duración de estas fases irán en relación a la condición física
de nuestros mayores, es decir, cuando comencemos un programa de mantenimiento, he-
mos de empezar con una baja intensidad y una corta duración, para ir aumentando ambos
aspectos a medida que nuestra condición física vaya mejorando.
En cualquier caso, hay que evitar situaciones de fatiga importantes por el incremento
en el riesgo de padecer algún tipo de lesión. La intensidad no sólo hace referencia a la exi-
gencia física sino también a la psíquica, ya que con el paso de los años se va produciendo
una disminución en la eficiencia de las capacidades intelectuales, atención, concentración,
etc. En este sentido, a pesar de seguir una conexión y continuidad entre todas las tareas,
172 el profesor debe controlar la alternancia del esfuerzo físico, así como la dificultad y com-
plejidad de todas las actividades planteadas, de forma que suponga una vivencia satisfac-
toria (si las clases son muy fatigantes, aburridas o poco significativas, la persona mayor
pronto abandonará el programa). Asimismo, deberemos tener en cuenta la dificultad que
representan las tareas, la secuenciación de las mismas y la interacción social como ele-
mento facilitador de la actividad.
Dentro de las dos fases anteriormente mencionadas, incluiremos las siguientes moda-
lidades o subfases:
• Actividades rítmicas
• Juegos • Autocargas
• Circuitos • Circuitos de fuerza
• Ejercicio continuo
Los juegos son una modalidad muy importante de la fase aeróbica, ya que el de-
sarrollo lúdico de propuestas nos permite conectar el trabajo aeróbico con actividades
divertidas, adaptadas a la edad y capacidades de los participantes. Se realizarán juegos
en pequeño y gran grupo, con y sin materiales.
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
Los circuitos serán una herramienta clave para el desarrollo de esta fase, permitiendo
un trabajo realizado en estaciones (tareas sucesivas). Son tareas sencillas y de fácil eje-
cución. De gran motivación para el participante, por la variedad y dinámica, que favorecen
el trabajo cardiovascular.
Las autocargas es el sistema más básico del trabajo de fuerza, siendo al mismo tiem-
po el más asequible pues, al no precisar la ayuda del compañero, la ejecución depende
exclusivamente de uno mismo. Pese a que la carga o peso en el sistema de autocargas
no puede modificarse externamente, existen diversas formas para aumentar ó disminuir
la intensidad, tales como variar la situación de palancas “jugando” con la participación de
la acción de la gravedad; aumentar ó disminuir el número de repeticiones; y aumentar ó
disminuir la velocidad de ejecución. En nuestra propuesta incorporamos la participación
en parejas.
Por último, los circuitos de fuerza, que al igual que en la fase aeróbica, nos permitirán
desarrollar propuestas en diferentes estaciones para el trabajo de la fuerza y resistencia
muscular, de forma individual y por parejas.
Es tan importante como el calentamiento, ya que los órganos necesitan volver paula-
tinamente a su estado inicial. El objetivo de esta parte de la sesión es llevar al organismo a
173
los niveles iniciales que tenía al comienzo de la sesión.
Los ejercicios deben realizarse lentamente, ya que los estiramientos rápidos son
potencialmente peligrosos y no relajan la musculatura, que es nuestro objetivo prioritario
en esta fase de la sesión.
Los contenidos de esta fase deben estar acordes con lo desarrollado en la sesión,
de forma que tareas de relajación muscular se emplearán si a lo largo de la sesión se han
realizado actividades de un esfuerzo muscular considerable, mientras se llevarán a cabo
actividades de distensión mental si se les ha exigido en la sesión tareas que precisaran de
una importante atención y concentración.
Esta fase es muy corta, entre 5 y 15 min., y es recomendable estar abrigado, y no le-
vantarse bruscamente tras permanecer tendido durante cierto tiempo, pues podría provocar
mareos o lipotimias por falta de riego cerebral transitorio.
Estiramientos
Higiene postural
Técnicas de relajación
La última parte de la sesión debe destinarse a la puesta en común por parte del
grupo sobre lo realizado. Se pretende con ello que la acción sea significativa para los ma-
yores y que no se limite a un “hacer por hacer”, sino a un “saber hacer” que les permita
alcanzar una serie de hábitos de práctica de física saludable. La reflexión debe permitir
canalizar las vivencias de los mayores, compartirlas y ofrecer opiniones-sugerencias para
un trabajo posterior. Este momento permite al profesor comparar lo que piensan los ma-
yores con las observaciones recopiladas por él a lo largo de la sesión. Al igual que al inicio,
permite enlazar con la sesión siguiente.
El trabajo de movilidad articular será siempre activo, con movimientos amplios, lentos,
controlados y con un número de repeticiones no muy elevado, incidiendo en todas las ar-
ticulaciones importantes del cuerpo.
Se realizará aumentando progresivamente la intensidad de la ejecución y el número
de planos del movimiento (en último lugar la circunducción, siempre sin dolor ni mareos).
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
TEMPORALIZACIÓN
El proyecto lleva desarrollándose desde el último trimestre del año 2003 hasta la ac-
tualidad, con la intención de poder publicar todos estos materiales para finales del pre-
sente año 2009. Las fases del trabajo son las siguientes:
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
1. Diseño de propuestas didácticas (tareas) con diferentes materiales para las distintas
fases de una sesión de acondicionamiento físico, elaborándose un modelo de la sesión con
la que se va a trabajar.
2. Puesta en común del diseño de tareas-fichas realizadas, con referencia a cada ma-
terial y a la fase de la sesión.
3. Recopilación de tareas tomando como base el diseño de sesiones y ejecución con
personas mayores, así como la grabación de las mismas
4. Estudio, reflexión y reconstrucción de la puesta en acción, seleccionando las tareas-
fichas válidas, eliminando las erróneas o desaconsejadas.
5. Construcción de una base de datos para generar propuestas de programas (sesiones
y tareas) de actividad física con mayores desde los diferentes materiales, con la intención
de publicar un CD-R con dicha base de datos.
6. Diseño y construcción de un DVD con imágenes representativas del trabajo desarro-
llado y propuestas prácticas visuales para el desarrollo de programas de actividad física
con mayores.
176
Figura 3: Tareas para el desarrollo de sesiones
EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA PARA LA MEJORA DE LA SALUD EN ADULTOS Y PERSONAS MAYORES
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Una constante observada en la mayoría de las investigaciones sobre los estilos de vida
es el incremento de los hábitos saludables en función de la edad, especialmente a partir
de la segunda mitad de la vida. Cabe decir que también aumentan en función del sexo,
más las mujeres que los hombres, y en función del nivel educativo, mostrando más pre-
disposición aquellos sujetos con un nivel más alto.
Parece ser que los sujetos mayores de 55 años ponen en práctica más conductas de
salud en comparación con la población adulta total. Las conductas referidas por los ma-
yores se relacionaban, principalmente, con actividades que contribuían al bienestar físico,
mental, psicológico, espiritual y social, siendo menos frecuente actividades que supusie-
ran contacto con el sistema sanitario.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Es cierto que a lo largo del ciclo vital el ser humano va viviendo una serie de cambios
que afectan a su funcionamiento interno, a su apariencia externa y a su corporeidad. Ese
conjunto de modificaciones condicionan cómo está el sujeto y cómo se siente y todo ello
incide en la imagen que cada uno da a los demás y en como los otros le valoran.
Pero también es cierto que tanto o más importante que las modificaciones en si misma
es la forma de vivirlas. Hay quienes las aceptan positivamente, asumiendo la limitación
que puedan conllevar, y buscando otras formas de acción y disfrute para hacer frente a
ellas y adaptarse a la realidad presente.
Hay otros, sin embargo, que las viven negativamente, no revalorizan su cuerpo, lo
niegan, asumen pasivamente el cambio, y adoptan conductas sedentarias convirtiendo
paulatinamente la limitación en invalidación, pues es sabido que a menudo la función
desaparece por falta de uso.
La calidad de vida de los viejos y muy viejos está relacionada con las posibilidades de
180 realizar de manera independiente las actividades cotidianas que su medio social y cultu-
ral les atribuye de forma que cuando esta capacidad se ve comprometida es necesaria la
institucionalización total o parcial del anciano.
Para envejecer con una buena calidad de vida las personas mayores precisan mantener
en estado óptimo su:
Todo ello para su bienestar y satisfacción, es decir, para envejecer con una buena ca-
lidad de vida.
Mantener la actividad física habitual, modificando las rutinas que sea necesario para
conseguirlo.
Realizar de 3 a 4 sesiones semanales de ejercicio físico aeróbico moderado.
RECOMENDACIONES DE EJERCICIO FÍSICO PARA PERSONAS MAYORES
Pautas de trabajo
El ejercicio físico tiene un efecto positivo, con un marcado papel preventivo, para la
salud general de los viejos y muy viejos, según se desprende de los estudios realizados
por la OMS (1996). Además ellos mismos, en cuanto practican, aseveran sin reservas que
encuentra mejora tanto a nivel fisiológico como psico-afectivo y relacional.
Instrumentos de evaluación
181
Escalas de evaluación de la Condición física saludable
Sólo recomendada para personas mayores jóvenes y con muy buen estado de salud.
Para medir la forma física. Se trata de una adaptación del Test de Cooper (cantidad de
metros andados a paso alegre durante 12 minutos).
Yale phisical activity survey (Di Pietro, Caspersen, Ostfeld y Nadel, 1993)
Para medir el grado de actividad versus sedentarismo. Se contemplan todas las ocupa-
ciones diarioas tomando como referencia un día cualquiera de la última semana. Estudia
los siguientes parámetros: Tareas domésticas, jardinería, cuidar personas, ejercicio físi-
cio, actividades recreativas, estar de pie, estar sentado o tumbado,caminar y subir-bajar
escaleras.
Cuestionario de salud SF-36 (Proyecto internacional quality of life assessement –IQOLA- 1993)
Para medir la salud bio-psico-social percibida. Estudia los siguientes parámetros: Ener-
182 gía, dolor, reacciones emocionales, sueño, movilidad física y aislamiento social.
Control médico
PROGRAMA SOCIOMOTRIZ
2-Modelos de referencia
Enfoque del ciclo de la vida y de la acción de Fierro: Los PSM pretenden ser motor de
educación permanente -para la salud y para el ocio-, que permita a sus usuarios integrar
de manera positiva los cambios vitales y ser protagonistas del cambio, manteniendo la
capacidad de toma de decisión y de creación, para “estar presentes en el presente” y no
vivir sólo de la experiencia pasada (Fierro, 1994).
3-Finalidades
Gimnasia suave.
RECOMENDACIONES DE EJERCICIO FÍSICO PARA PERSONAS MAYORES
Gimnasia de mantenimiento.
Formas jugadas, juegos y deportes (adaptados cuendo es necesario).
Danzas colectivas y bailes de salón.
Expresión corporal.
Psicomotricidad.
Relajavción y masaje.
Circuitos al aire libre.
En este programa se puede trabajar en suelo o en el agua. Hay grupos que trabajan en
ambos espacios, generalmente dos días suelo y un tercer día agua.
5-Objetivos de trabajo
Para una mejor ordenación de los objetivos en objetivos de trabajo proponemos la si-
guiente agrupación, que va de lo más general a lo más concreto pero no por ello debemos 185
caer en el error de tratarlos aisladamente.
Plan de sesión
En la organización del grupo se tiene en cuenta que en cada plan de sesión se realice
tanto trabajo individual como por parejas, pequeños grupos y gran grupo.
Resistencia, 35%.
Disponibilidad articular, 30%
186 Tonificación, 15%.
Velocidad de reacción, 10%
Relajación, 10%
- Descripción de resultados
La tendencia fue positiva en todos los usuarios tanto en el ámbito motor como en el
afectivo-relacional y cognitivo.
La cohesión del grupo permitió la progresión conjunta. Ésta fue continua en todos los
usuarios excepto en 3: 2 describieron oscilaciones, retrocediendo cuando aumentaba la
difucultad pero recuperando con el tiempo el nivel de competencia y 1 avanzó hasta mitad
del programa y se estancó, respondiendo con dificultad pero continuando la progresión.
El ritmo fue diferenciado según los usuarios, independientemente del nivel inicial: 3
usuarios avanzaron a ritmo más lento que los demás. El avance fue diferenciado según
los ámbitos así, la baja forma física inicial condicionó el comportamiento motor y la adap-
tación psico-afectiva por el efecto de la fatiga.
La evolución fue distinta para cada ámbito motor: En función de las características
de cada usuario. En el ámbito cognitivo la progresión fue fluida. Una mejor forma física
permitía mayor competencia motriz, cuando había una buena adaptación psico-afectiva.
El poco conocimiento de posibilidades y limitaciones condicinaba la competencia motriz.
Cuando mejoraba la competencia motriz aumentaba la eficacia percibida y aumentaba
mucho el rendimiento. Conforme se cohesionó el grupo mejoró el comportamiento motor.
- Discusión
Dimensión afectivo-relacional: Los resultados fueron muy positivos en todos los con-
troles y muy valorados por los usuarios, aun cuando el progreso fue muy paulatino. A
medida que se progresaba en este ámbito aumentaba significativamente la competencia
motriz, la capacidad de aprendizaje y la activación y participación social. Los usuarios
relacionaron los lobgros con el aumento del conocimiento y crecimiento personal, las ex-
pectativas de futuro, el bienestar y la satisfacción.
Ámbito cognitivo: Las mejoras percibidas son aquellas que más positivamente han
valorado los usuarios por su repercusión directa en el día a día, con más seguridad y con-
fianza en sí mismos, lo que mejora el autoconcepto y permite mantener la independencia.
La autopercepción de los cambios a este nivel incidió muy positivamente en la aderencia
al programa y el cambio en el estilo de vida.
Y estos son los pilares en que se fundamenta el envejecimiento saludable según los
acuerdos alcanzados en la II Conferencia Mundial sobre Envejecimento (Madrid, 2002).
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189
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
190
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE
LA RESISTENCIA AERÓBICA
En 1993 se publicó un estudio epidemiológico que duró 45 años y fue realizado con
2313 deportistas y 1712 sedentarios, en el que demostraban que los deportistas vivían
más, y entre ellos los de deportes de resistencia (frente a halterófilos, deportes de equipo,
etc) (Sarna y Kaprio 1993).
9 años después, investigadores del Instituto Cooper de Dallas y que estudiaron duran-
te 26 años a 27.459 hombres, hallaron que la frecuencia cardiaca de reserva y el nivel de
fitness eran los mejores indicadores para predecir la mortalidad cardiovascular (Cheng et
al 2002).
191
La figura 1 muestra la importancia de hacer ejercicio de resistencia en el desarrollo del
indicador más habitual a nivel cardiorrespiratorio: el VO2 max. Se observa cómo aquellas
personas que se hayan ejercitado en edades jóvenes mantienen una ventaja de por vida si
siguen ejercitándose con cierta regularidad (A1). En caso de cesar su actividad física (A2)
mantienen durante unos cuantos años ventaja sobre quienes no habían sido activos de
jóvenes. El caso B refleja el nivel habitual en una persona que no hubiera sido activa du-
rante toda la vida, pero que no hubiera incurrido en situaciones de riesgo cardiovascular
(fumar, colesterol, sobrepeso…). Los casos C sería el de ese prototipo de persona pero que
sí hubiera incurrido en esos hábitos de riesgo cardiovascular. Podemos concluir que, en
esto de ser activo cardiovascularmente “el que tuvo retuvo”, y a poco que uno mantenga
la actividad, habrá desarrollado un “seguro cardiorrespiratorio” de calidad.
A2
60
50
40
B
30 C
20
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
edad (años)
A1: corredor de alto nivel que entrenase sistemáticamente desde los �12 años hasta los �30 y en adelante mantuviera la
actividad atlética.
A2: mismo caso pero que a partir de los 30 dejase de hacer ejercicio por completo y se mantuviera entre 65-75kg de peso.
B: joven poco activo que fuese sedentario el resto de la vida y se mantuviera entre 65-75kg de peso.
C: Sobrepeso, obesidad y otras enfermedades
Como resumen, se concluye que es más importante desarrollar una notable prestación
cardiorrespiratoria que el tener algún factor de riesgo, y que tanto la actividad en los pri-
meros años de vida como su mantenimiento durante años posteriores son clave para este
desarrollo saludable. Recordemos el famoso eslogan de Steve Blair, uno de los “santones”
de la actividad física para la salud de “to be fat but to be fit”, es decir, que es más impor-
tante estar en forma aunque “estés gordo”, a efectos de riesgo cardiorvascular.
También es cierto que muchos de estos corredores han empezado pensando en que
el remedio para, por ejemplo, dejar de fumar, es, por ejemplo, prepararse directamente
para correr los 42 kilómetros una maratón en cuestión de semanas. Y esto lógicamente
precisa de profesionales que velen por una la administración de programas progresivos
y saludables. En los últimos años el triatlón emerge como la siguiente “nueva ola” en el
deporte popular.
En cualquier caso todo ello conforma una coyuntura propicia para un gran mercado
de personas que van a requerir de los servicios de profesionales preparados para admi-
nistrarles este gran recurso, que ya sea bien ayudando a salvar una vida o a mejorar la
autoestima, estarán educando en hábitos saludables al particular y al general de la po-
blación.
- La cantidad de masa muscular implicada, según sea un trabajo más local o global.
- La especificidad o la duración del esfuerzo, aspectos más propios del ámbito deporti-
vo, aunque alguna referencia haremos posteriormente.
- La vía energética predominante, clasificación que ampara términos muy habituales
en la teoría del sector (“aeróbico”, “anaeróbico”,...) y que deben controlarse en la práctica
del técnico.
El término “cíclico” significa que es “un mismo gesto repetido muchas veces” (por
ejemplo caminar, ir en bicicleta, nadar, correr...), y el límite más o menos definido de “nu-
merosa” masa muscular, según autores y definiciones, estará a partir de un mínimo de
una séptima parte aunque preferiblemente más de uno o incluso dos tercios de la mus-
culatura corporal.
Habida cuenta de todo ello, entendemos que el objetivo del desarrollo de la re-
sistencia que ahora nos ocupa hace referencia a esta última situación, porque es más
representativa de la naturaleza y objetivo en la vida diaria. Desde ese punto de vista se
desarrolla la presente documentación.
VO2 max
presenta en la velocidad o potencia asociada al VO2 max (algo que depende también de
la economía) (ver figura 4)
Figura 2.- Consumo Máximo de Oxígeno (VO2 max)
VO 2 max
VO 2
Figura 4.- Consumo Máximo de Oxígeno (VO2 max) vs Economía: su producto es la vVO2 max o VAM
Coste energético (ml·kg-1·min-1)
75
70
VO2 max
65
B
60 A C
55
Vpico C
Vpico B
50
Vpico A
economía
45
194 40
35
12 13 14 15 16 17 18
Velocidad (km·h-1)
Se suele utilizar más habitualmente la expresión relativa del mismo respecto al peso
corporal (ml de O2 / kg / minuto). Con bajo nivel de fitness este parámetro se puede me-
jorar con relativa facilidad, y aunque sean pequeñas las mejoras éstas comportan grandes
mejoras en la funcionalidad cardiorrespiratoria. Por ello es también llamado la “capacidad
funcional” de un individuo.
Tal es así que los niveles de deportistas de élite de resistencia pueden entre duplicar y
casi cuadruplicar a los de personas con muy bajo nivel (75 a 85 respecto a 20 – 40 ml/kg/
min), y eso teniendo en cuenta con los años de entrenamiento continuado este parámetro
apenas se mejora, y que por tanto para personas ya bastante entrenadas y actividades
de larga duración, otros elementos pueden ser más importantes que ese en determinadas
actividades (Willmore y Costill 1999).
Haciendo un símil automovilístico, podemos asociar el VO2 max al “motor del coche”.
Lógicamente es importante, y suele utilizarse como principal indicador de la resistencia
cardiorrespiratoria. En nuestra opinión, sin embargo, debería ser la velocidad o potencia
asociada a éste (VAM o PAM).
A esta intensidad, se indica que personas entrenadas pueden aguantar entre 3 y 9 mi-
nutos (Billat y Koralzstein 1996), por lo que el esfuerzo es en el global más aeróbico que
anaeróbico (Gastin 2001).
El desarrollo de este factor es además importante para favorecer la rápida recuperación
de los esfuerzos, algo de especial interés en deportes acíclicos (Tomlin y Wenger 2001).
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
Umbral Anaeróbico
% VO 2 max
VE
195
No se debe interpretar como una intensidad partir de la cual el ejercicio pasa a ser
predominantemente anaeróbico (no es así porque a esa intensidad se puede aguantar, se-
gún el nivel de entrenamiento, entre 15 y 60 minutos, por lo que es predominantemente
aeróbica). Este es un error demasiado frecuente en cierta bibliografía.
Economía de movimiento
Si el VO2 max representa la habilidad de generar mucha energía por unidad de tiempo
y el umbral anaeróbico se relaciona con mantenerse mucho tiempo a una intensidad por
debajo de la anterior, la economía representa la habilidad para gastar la menor energía a
una determinada velocidad (Noakes 2003, Péronnet et al 2001).
Este último elemento no es tan importante en personas de bajo nivel, pues incluso se
podría pensar que lo que interesa es que consuman mucha energía en poco tiempo. Sin
embargo, es el determinante de generar una mayor o menor velocidad a las intensidades
anteriormente referidas. Siguiendo con el símil automovilístico, si tienes un gran motor y
capacidad para mantener unas altas revoluciones pero llevas las ruedas muy deshincha-
das, la velocidad que desarrollarás será menor. Ejemplo: las velocidades a las que desa-
rrollas el VO2 max o Umbral Anaeróbico serán bajas. En la figura 4 puede observarse cómo
corredores con un mismo nivel de VO2 max, pero distinta economía (mayor o menor gasto
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Por otra parte si hay elementos de la mecánica que no refrigeran el motor, el coste será
progresivo a una velocidad constante. Ejemplo: las pulsaciones o percepción se dispara
pese a mantener una velocidad. Esto se conoce como “deriva de la frecuencia cardiaca”,
y se asocia al llamado “componente lento del VO2”, que es algo que ocurre principalmen-
te por fatiga de las unidades motoras tipo I comporta un coste energético extra ((Mille-
Hamard et al 2000, Billat et al 1998, Poole et al 1991) (figura 5).
VO2
FC Velocidad / Potencia
Constante
196 3’ Tiempo
Por último, si en el coche no tienes el depósito lleno, no llegarás muy lejos sin re-
postar. Esto se relaciona con el agotamiento de los hidratos de carbono, lo que limita la
posibilidad de mantener una moderada o alta intensidad, algo que es también entrenable
(Noakes 2003, Péronnet et al 2001).
VO2max
vVO2max
UAn
Economía vUAn
Antes que referirnos a cada modo de ejercicio, es importante agruparlos por criterios
de conveniencia en la programación de ejercicio. Así, el ACSM agrupa las actividades en
3 grupos (1/2/3), según la posibilidad de mantener una intensidad constante y el coste 197
energético:
Grupo 1: Las actividades que pueden mantenerse con facilidad a una intensidad cons-
tante y donde la variación entre individuo del gasto calórico es bajo. Es deseable para un
mejor control de la intensidad del ejercicio como en los inicios de un programa de rehabi-
litación. Ejemplos de estas actividades son el caminar y el ciclismo, particularmente en el
tapiz rodante y el ciclo-ergómetro.
Grupo 2: Las actividades donde la tasa de gasto calórico es alta en relación a la des-
treza pero pueden proveer una intensidad constante para un individuo. Puede ser útil en
las etapa tempranas de acondicionamiento pero se debe tomar en consideración el nivel
de destreza. Ejemplos de éstas incluyen el nadar y el ski de fondo
Caminar y correr
lleven tiempo con otros tipos de ejercicio aeróbico si su peso corporal es elevado o su nivel
de condición aeróbica es bajo. En cualquier caso debe introducirse de forma muy progre-
siva, incluso en deportistas, por el riesgo traumático que supone. Más adelante mostra-
mos una progresión de caminar a correr que puede ser utilizada tanto por deportistas que
salgan de una lesión como por personas que quieren empezar a correr.
Por el contrario, caminar puede resultar una de las actividades más elementales y
sencillas a realizar. No está exenta de un mínimo desarrollo técnico (y no hablamos de
marcha atlética). Se resumen en una correcta amortiguación y una acción “rodante” de
pie y tobillo al tiempo que los brazos colaboran de forma coordinada con el tronco firme
en posición vertical.
Bicicleta y natación
Una característica destacada de natación y bicicleta es que son actividades sin impacto
en el gesto realizado, y otras dos en relación a ésta es que el medio soporta el peso corpo-
ral, y con ello la posición es sentada o reclinada en bicicleta o bien tumbado en natación.
Del mismo modo que caminando o en corriendo en bicicleta hay que atender a los
recorridos ondulados, especialmente por la nula intensidad cardiorrespiratoria si la cuesta
abajo es prolongada. Esto hace que, unido a la posición sentada, el gasto energético no
sea tan alto como en otros modos de ejercicio, y se requiera habitualmente más duración
de ejercicio para alcanzarlo. Por otra parte no está exenta de un dominio técnico (puede
considerarse por tanto del grupo 1 o 2 según ello).
Una alternativa es el llamado ciclismo “indoor” o “spinning”, pese a que debe estudiar-
se con mayor profundidad, parece que produce una exigencia cardiorrespiratoria muy ele-
vada fruto de las elevadas cadencias que suelen demandarse. Así mismo parece que dicha
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
exigencia es creciente (gran componente lento, por tanto de nuevo intensidad progresiva
a potencia constante), y que un ligero ejercicio de brazos puede atenuarlo (Billat et al
2000, Billat et al 1998, Gaesser 1992). La falta de movimiento repercute especialmente
en la termorregulación y con ello en la elevada sudoración y frecuencia cardiaca también
creciente (deriva de la frecuencia cardiaca).
La exigencia muscular puede ser muy elevada si se usan desarrollos altos (combina-
ciones con platos grandes y coronas pequeñas) lo cual no es recomendable inicialmente
en un programa de ejercicio. En cualquier caso la recuperación de dicha fatiga muscular
es siempre más rápida que en carrera dado que apenas existen contracciones excéntricas.
Aunque algunas personas con deficiente dominio del medio acuático pueden desarro-
llar excesiva ansiedad (es una actividad del grupo 2), esto puede solucionarse con otro
tipo de actividades en el propio medio acuático, material especial y a medio plazo con la
adquisición de las adecuadas habilidades técnicas. La mayor densidad del medio, la gran
cantidad de musculatura implicada y esa necesidad de mantenerse a flote producen que
en poco tiempo el gasto energético pueda ser muy elevado en personas no muy entrena-
das, lo que va a favor de la rentabilidad del tiempo con este modo de ejercicio.
199
Elíptica y Step
Son otros dos modos de ejercicio sin impacto. Las máquinas conocidas como elípticas
reproducen un gesto similar al de correr o esquí de fondo, según la elipse regulable en
algunos casos que describe el recorrido del pie. Es un ejercicio que al realizarse de pie y
movilizar brazos y piernas se ha mostrado tan completo como la carrera en población ge-
neral, permitiendo alcanzar mismos consumos de oxígeno frecuencias cardiacas (Dalleck
et al 2004). Por ello cada vez más deportistas lo utilizan como medio complementario a la
carrera, pues la ventaja respecto a ésta es que no produce ningún impacto. Para la pobla-
ción general, además, tiene la ventaja de que la técnica es muy sencilla.
En el caso del equipamiento de las salas de fitness para dicho gesto, cabe incidir en la
modificación de la implicación muscular en función de flexionar más o menos el tronco,
siendo mayor de los glúteos al inclinarse adelante y de los cuádriceps al inclinarse atrás
(aunque esto último no sea recomendable para la zona lumbar si no hay una fuerte ten-
sión abdominal constante).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Ejercicios de brazos
Al margen de la natación, no hemos citado ejercicio alguno del tren superior. Sin
embargo es lógico que realicemos ejercicio aeróbico también con los brazos por varios
motivos. El más evidente es que numerosas acciones de la vida diaria requieren de los
mismos. Incluso en cardiópatas se ha demostrado su seguridad y efectividad.
Sin embargo, y aunque al igual que la natación el volumen sistólico sea relativamente
mayor que en ejercicio de piernas, el máximo estrés cardiorrespiratorio es menor, siendo
la frecuencia cardiaca máxima un 7% menor, que por lo general se diferencia en unas 10
pulsaciones menos en brazos que en piernas a cualquier intensidad (Billat 2000, Willmore
y Costill 1999, Franklin 1989).
Pero si bien puede que los ejercicios de brazos por sí solos no supongan un estímulo
suficiente para producir efectos generales en la función aeróbica, añadirlo al ejercicio de
piernas puede ser muy beneficioso, e incluso puede permitir mayor tolerancia al esfuerzo.
Por ejemplo, caminar con muñequeras o mancuernas ligeras de entre 0,5 y 2 kgs incre-
menta el gasto energético de la actividad (aunque en hipertensos no sea muy recomenda-
ble) (Schaeffer-Gerschutz et al 2000, Kravitz et al 1993). Un modo clásico de ejercicio en
200 este sentido es el remo, del que existen ergómetros de sala muy bien logrados, siendo un
ejercicio que involucra casi toda la musculatura del cuerpo, con la ventaja de no tener que
soportar el peso corporal. Es necesario, sin embargo, cierto desarrollo de fuerza resisten-
cia, porque localmente puede haber limitaciones para desarrollar esfuerzos prolongadas
por parte de algunos músculos (espalda o brazos habitualmente).
Clases Colectivas
Parece que la percepción subjetiva del esfuerzo o escala de Borg, junto a la FC, son
medios válidos para valorar la intensidad de estos ejercicios, siendo actividades que vie-
nen a consumir entre 230 y 300 calorías. Dicho gasto no se ve afectado por añadir ligeras
mancuernas de 0,5 kgs, de modo que la intensidad parece venir especialmente marcado
por la velocidad y el recorrido de los desplazamientos.
Una intensidad media que suele estar entre el 80 y el 90% de la FC máxima, alrededor
de 4 mMoles de lactato, con picos de 6mMol y de más del 90% del VO2 max en ocasiones,
por lo que las connotaciones del término “aeróbic” deben matizarse y la participación de
nuestros clientes en dichas actividades debe supervisarse (De Angelis et al 1998, Williford
et al 1989).
El uso y valoración de la FC, sin embargo, debe hacerse en relación a ese tipo de es-
fuerzos, puesto que se ha reiterado que no sirve extrapolar las zonas de intensidad de
carrera en tapiz al aeróbic (Parker et al 1989).
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
En el caso del Ciclo Indoor (“Spinning”), un estudio reciente muestra como la inten-
sidad fisiológica del mismo, aunque es predominantemente moderada a baja, tiene mo-
mentos de muy alta intensidad cardiorrespiratoria (Battista 2008).
Un trabajo mostró que el coste energético de todas estas actividades (incluidas las
actividades que simulan el boxeo o la defensa personal) es muy similar al ciclo indoor o
a correr 8-8,5 km/h (Rixon et al 2006). La diferencia radica en que además del trabajo
cardiorrespiratorio algunas de ellas permiten el desarrollo de la fuerza resistencia y flexi-
bilidad dinámica.
Son aproximaciones muy interesantes que están integrando desde el uso de pesos
libres a sencillas máquinas, fácilmente regulables, incluso en el medio acuático. Ésta es
una de las tendencias de futuro que tratan de lograr el compromiso de rentabilidad entre
objetivos y tiempo que dispone el sujeto para la práctica.
Todos estos ejercicios pueden solicitar al máximo los sistemas cardiovascular y respi-
ratorio, especialmente en personas bien entrenadas en uno de ellos. Pero a menudo po-
demos encontrar personas con dificultades o preferencias para un modo de ejercicio. De
cara a la elección del mismo nos centraremos en 6 aspectos: 201
En ocasiones nos decantaremos por un modo de ejercicio ante las dificultades para el
uso o disponibilidad de la instalación o el material, y por su puesto otro elemento a tener
en cuenta aparte de la habilidad del sujeto es su agrado por realizar un tipo determinado
de actividad.
De cara a los objetivos del programa, es evidente que habrá que cumplir con el prin-
cipio de progresión, especialmente con la carrera, así como tener en cuenta el tiempo del
que se dispone para el ejercicio, pues el gasto calórico por unidad de tiempo difiere entre
ellos y puede resultar más rentable cambiar de actividad.
Métodos continuos
Son los métodos más naturales y espontáneos. No existe descanso, o son repeticiones
de larga duración con ese carácter.
Se dividen entre los que son a intensidad constante y los que son a intensidad variable.
Por otra parte, los métodos de intensidad variable trabajan todo un espectro de intensi-
dades, con dos variantes principales. De una parte los “cambios de ritmo”, sin pausas, que
202
favorecen la activación y recuperación rápidas de los sistemas cardiovascular y respira-
torio. Por otra, los ejercicios en progresión, con muy sutiles incrementos de la intensidad
cubriendo un determinado abanico de intensidades. Los primeros son más recomendables
para los deportes de tipo intermitente, y los segundos para deportes cíclicos.
Métodos Interválicos
Estos métodos fueron inventados por el entrenador y profesor alemán Toni Nett, aun-
que popularizados por la “locomotora humana” Emil Zatopek y sistematizados por los
alemanes Gerschler (médico) y Reindell, (entrenador) a lo largo de las décadas de los ‘40
y ’50 (Hegedüs 1984).
Son entrenamientos en los que se hacen pequeñas pausas que permiten cierta recu-
peración y con ello la posibilidad de acumular más tiempo a una determinada intensidad,
habitualmente intensa. Lógicamente la pausa es mayor conforme la duración del intervalo
es mayor, y viceversa.
Además es mayor la actividad de los enzimas lipídicos que la oxidación del piruvato en
el abastecimiento aeróbico de la energía, con lo que hay mayor depleción de los triglicéri-
dos intramusculares (en la recuperación y posteriormente) respecto a si no paramos nun-
ca. Para esto y para que no de tiempo al decaimiento del VO y la FC es muy importante
2
la recuperación activa. Conforme son más largos los intervalos y recuperaciones, menor
efecto de todo lo dicho (Billat 2001a).
Circuito Training
tante trabajo de resistencia muscular. Por supuesto se recomienda que estos ejercicios se
dominen completamente antes de realizarlos en este tipo de circuito en el que se realizan
a alta velocidad.
Del inglés “cross training”, como ya explicamos anteriormente, se trata del efecto be-
neficioso o equivalente para ciertos aspectos que un modo de ejercicio puede tener sobre
otro. Quizá el ejemplo máximo de tal beneficio lo demuestran los increíbles rendimientos
de los triatletas en cada disciplina, sin que sean especialistas o puedan dedicar el mismo
tiempo que un especialista en cada una de ellas. Otros deportistas lo utilizan como medio
complementario para evitar sobrecargas o suplementario en caso de lesión. Y pese a que
en deportistas de alto nivel de una sola disciplina pueda ser cuestionable como entrena-
miento equivalente o siquiera complementario en ocasiones, en el resto de la población
puede ser muy beneficioso y especialmente motivador. En personas de bajo nivel de con-
dición física, incluso el ejercicio exclusivo de brazos o piernas puede tener efecto benefi-
cioso sobre los miembros inactivos.
Bien es cierto que dado el distinto gasto energético que requieren una u otra activi-
dad, el tiempo que deberá emplearse será distinto. Por ejemplo, las equivalencia en gasto
energético o en distancia entre bicicleta y carrera son de 2,5 a 1, entre carrera y natación
de 4:1, y entre bicicleta y natación de 10:1 (Navarro 1998)
Entrenamiento Concurrente
entrenadas o incluso con afecciones severas, como los cardiópatas, este tipo de entrena-
miento puede ser muy beneficioso, lejos de ser incompatible.
No parece, durante ciertas semanas, haber problema para desarrollar la fuerza en unos
músculos y la resistencia en otros (por ejemplo, tren superior vs tren inferior) (Kraemer et
al. 1995), pero no hay que olvidar que la fatiga general y sobreentrenamiento no-funcio-
nal del organismo pueden darse por dosis no tolerables por el individuo en ese momento,
al margen de la combinación de cualidades más o menos compatibles.
LA CARGA DE ENTRENAMIENTO
La carga real de entrenamiento son los efectos fisiológicos que producen en el organis-
205
mo la suma de esfuerzos realizados durante una sesión tras otra. Esta es la llamada carga
interna. Cuando programamos un entrenamiento debemos hacerlo pensando en dichas
respuestas y adaptaciones que hemos visto en el capítulo 3. Para ello los entrenadores
prescribimos cargas “externas” de entrenamiento, es decir, tareas determinadas aten-
diendo a tres componentes: volumen, intensidad y densidad.
Volumen
duración (tiempo)
distancia recorrida o número de repeticiones de un ejercicio o elemento
(ambas en una sesión o un ciclo de entrenamientos)
trabajo. Por ejemplo, en un grupo de corredores que han entrenado durante una hora, y
han hecho 3 veces 15 minutos con pausas de 5 minutos, pese a emplear 60’ desde que
empezaron a correr, es en realidad de 45’.
En general se entiende que más volumen suele ser mejor. La propia ACSM recomien-
da el incremento del volumen preferiblemente sobre el incremento de intensidad por la
solidez de los beneficios y la mejor adherencia en población general. Con el progresivo
incremento del volumen las mejoras empiezan siendo proporcionales al incremento pero
luego disminuye, y con superiores incrementos continuados alcanzan una meseta y un
posterior riesgo de lesión por sobreuso o sobreentrenamiento. Por tanto pequeños incre-
mentos producen grandes mejoras inicialmente, mientras que en deportistas especiali-
zados grandes volúmenes provocan pequeñas mejoras, aunque sin embargo puedan ser
decisivas. Por todo ello debe individualizarse.
También es cierto que en muchas ocasiones el tiempo disponible por el sujeto condicio-
na la elección de mayor duración o mayor frecuencia. En cualquier caso parece que clara la
importancia de incrementar primero el volumen total de ejercicio frente al de intensidad.
Intensidad
Velocidad
Porcentaje de carga, velocidad, FC máxima o VO2 max
Porcentaje de FC de reserva o VO2 de reserva
Nivel de lactato en sangre
Percepción subjetiva del esfuerzo (“RPE”)
Equivalentes metabólicos (“METs”)
Implicación del sistema nervioso
Tanto la medición del VO2 max como del lactato capilar son mediciones complejas,
siendo parámetros que pueden relacionarse con valores de frecuencia cardiaca, percep-
ción subjetiva del esfuerzo o METs. De cara a valorar mejoras tangibles, de todos modos,
conviene no perder de vista su relación con la velocidad o potencia desarrollada. Entende-
mos que lo más asequible será la frecuencia cardiaca (FC), como indicador habitualmente
objetivo, y la percepción de esfuerzo subjetiva (RPE), que está validada tras una etapa de
familiarización como indicador válido.
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
Existen fórmulas más fiables, muchas, siendo quizá las mejores, en general, la de
“207- (0,7 x edad)” (Gellish et al. 2007), “208 – (0,7 x edad)” (Tanaka et al. 2001) y la
de “205,8 – (0,685 x edad)” (Inbar et al. 1994). Así mismo otras fórmulas añaden más
variables, como el peso y el sexo (ejemplo: 210-(1/2x edad) – 1% del peso en libras + 207
0 en caso de los hombres o + 4 en caso de las mujeres (recordamos que 1 libra = 456
gramos). En caso de no recordarlas, siempre queda el recurso del “220-edad”.
Se entiende que un error aceptable en esta estimación para prescribir intensidades son
de hasta 8 pulsaciones por minuto. Este hecho, unido a la menor relación con la edad de
la FC máxima en deportistas de resistencia bien entrenados, hace que para estos sujetos
sea preferible su medición directa en esfuerzos progresivos hasta la extenuación.
Conviene en cualquier caso familiarizarse con los valores tanto de % de reserva como
% del máximo, pues en ocasiones podemos no disponer del valor de reposo. Por ello cabe
indicar que los valores de reserva indicados se relacionan con el 70 y 85% de la FC máxi-
ma aproximadamente.
Estas dos intensidades representan dos fronteras aproximadas (relacionadas con um-
brales obtenidos con métodos directos de VO2 o lactato), que delimitan fases a las que
luego haremos referencia. No son en sí las únicas intensidades objetivo.
En entrenados estos porcentajes suelen ser algo superiores, y suelen ser preferi-
bles mediciones en esfuerzo de parámetros ventilatorios o de lactato.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
179x85/100= 152
%VO 2 max
Ejemplo: persona 40%FC max
años, --- 179-50RPE
= 129(0-10)
FC Rep=50
208
VAM 100% >95-100% >9-10
60% de FCRes (+ FCRep) --- 129x60/100 = 77 (+50)= 127
Otra opción es relacionar varias intensidades de RPE con la FC resultante en cada modo
de ejercicio, y con ello construir las zonas de entrenamiento para cada uno.
De cara a usar esas referencias en entrenamiento, cabe tener en cuenta que la fre-
cuencia cardiaca se ve afectada por aspectos como la temperatura, la humedad, el sis-
tema nervioso simpático o la fatiga aguda, de modo que un mayor valor o activación de
éstos la incrementa. Ello conduce a un incremento progresivo de la FC para una intensidad
constante, llamada deriva pulsativa (“heart-rate drift”), a tener muy en cuenta a todos
los niveles. Por el contrario, el sobreentrenamiento impide la posibilidad de alcanzar altos
valores de FC.
Este hecho debe conocerse, puesto que implica que esa persona, a una determinada
intensidad prolongada en el tiempo, acaba realizando un esfuerzo mayor que el inicial,
y por ello que no alcanza estados estables metabólicos. Por ejemplo, creemos que se
ejercita por debajo del umbral anaeróbico y en realidad los hace cerca del VO2 max. Este
componente lento del VO2 se refleja habitualmente en el incremento de FC (Gaesser y
Poole 1996).
RPE
Inicialmente los sujetos no perciben la fatiga hasta que están exhaustos o días des- 209
pués advertimos una fatiga desmesurada. Por ello no conviene guiarse por sus sensacio-
nes al inicio de un programa. Pero dicha percepción subjetiva del esfuerzo (siglas RPE, de
sus términos en inglés), una vez los sujetos adquieren cierta experiencia de trabajo, es
un fiable indicador de la intensidad en sujetos de mediana edad (no niños y con dificultad
en mayores). Es pues recomendable usarla junto a la monitorización de la FC, siendo es-
pecialmente necesaria cuando se administran medicamentos que alteran la FC.
Existen escalas que clasifican las intensidades entre 6 y 20 o entre 0 y 10, desarrolla-
das por Gunnar Borg. Los valores de la primera se basan en que multiplicados por 10 son
aproximados a la FC que puede llevar el sujeto de mediana edad cuando aprende a usar
la escala y señala un valor. En caso de larga duración de ejercicio esto puede no ser tan
preciso, siendo mayor en personas de mayor nivel de fitness. Aunque se ha relacionado
el valor 12 de la escala de 6 a 20 con el umbral aeróbico, falta por precisar y consensuar
la relación entre los valores de la escala y dichos umbrales aeróbico y anaeróbico. Se
recomienda realizar una relación individualizada FC/ RPE así como relacionar ambos pa-
rámetros con la velocidad o potencia. En el apartado de evaluación y control se desarrolla
esta propuesta más práctica que científica. Una posible relación FC – RPE se muestra en
la figura 9.
MET
Su cálculo puede ser un apoyo para actividades con escaso requerimiento técnico. Y
puede ser especialmente útil su medición a partir de acelerómetros de 2 y 3 dimensiones
que existen hoy en día con gran precisión. Estos pequeños aparatos se pueden enganchar
en la cintura y registran el movimiento, calculando los llamados METs o múltiplos del me-
tabolismo basal, a partir de los valores de peso, sexo y edad.
En el campo de la salud, suelen estudiarse los mínimos necesarios para obtener bene-
ficios. Por ejemplo, para usar el máximo de grasas parece que en población general activa
el punto máximo es alrededor del 74% de la máxima FC (zona entre el 68% y el 79%)
y que a partir del 90% de la FC max desciende mucho la contribución energética de las
grasas al esfuerzo (Achten et al 2002). En población obesa o con notable sobrepeso pa-
rece más efectivo, sin embargo, trabajar entre el 70 y el 55%.
210
Las recomendaciones generales del ACSM para el desarrollo del fitness cardiorrespi-
ratorio van desde el 40 al 85% de la FC de reserva, equivalentes al 55 y 90% de la FC
máxima.
Los trabajos con poblaciones de diverso nivel de fitness suelen indicar que éstos mí-
nimos varían según el nivel de VO2 max inicial, habiendo una gran diferencia en la res-
puesta al entrenamiento. Así, un trabajo reciente de Swain y Franklin (2002), indica que
los sujetos de más de 40 ml/kg/min necesitan ejercitarse a un mínimo del 70% de la FC
máx para mejorar, mientras que los de nivel inferior a un mínimo de intensidad del 60%,
una intensidad muy baja, por lo que se entiende que mejoran siempre por el mero hecho
de ejercitarse.
A mayor intensidad, mayor mejora para el VO2 max de cualquier individuo. A partir
de ahí no se sabe el mínimo para la máxima mejora, pero se cree que estará entre el 90
y 100% de la FC max (Swain et al 1994, Wenger y Bell 1986). Pero hay que recalcar que
dichos esfuerzos solo pueden ser recomendables para sujetos sin factores de riesgo y bien
entrenados, preferiblemente tras valoraciones médicas en esfuerzo.
Densidad
miento esté tan relacionada con la intensidad, como vimos anteriormente, a lo que hay
que añadir que la intensidad es el elemento clave para mantener el nivel de condición
física en caso de una menor frecuencia o dificultades para la continuidad.
La recuperación post-esfuerzo conviene ser controlada por la FC. Los deportistas en-
trenados recuperan alrededor de un 25% del valor final de esfuerzo en cuestión de 30-
40”, mientras que los no entrenados recuperan algo menos y en más tiempo, hasta los
90”, por lo que conviene medir la recuperación cada 30” hasta los 2’.
PROGRAMAS DE ENTRENAMIENTO
Recomendaciones sobre la pérdida de peso
Para personas que deben perder peso la ingesta debe ser inferior a las necesidades
(ACSM 2001), y para aquellas que deben controlar su peso el incremento de la actividad
física debe realizarse hasta el punto personal donde se logre el equilibrio energético (Has-
kell et al. 2007).
Para ello el ejercicio con las características adecuadas puede desequilibrar la balan-
za. A la recomendación general de 150 minutos semanales debe añadirse la necesidad
de “mantener” la reducción de peso, que ha llevado a recomendar más de 200 minutos
semanales, a ser posible 300 . Esto debe permitir alcanzar o superar las 2000 kcal de 211
ejercicio a la semana, que lleven a una pérdida razonable de 0,5 – 0,9 kg/semana. Pero
recordemos que lo importante no es tanto perder rápido como mantenerlo a largo plazo.
Se suelen prescribir dietas de 1500 y hasta 1000 o incluso menos Kcal diarias, redu-
ciendo por debajo del 30% el consumo de grasa. Se sabe por otra parte que puede haber
personas que no respondan bien a estas restricciones.
Clásicamente existe la creencia de que es necesario realizar una intensidad muy baja
para un gasto de grasas más efectivo. En este sentido, es crucial entender que pese a que
el ejercicio más liviano tendrá un mayor aporte porcentual de las grasas, lo importante
realmente es la cantidad total, que será mayor si el ejercicio es de moderada intensidad.
La figura 10 muestra de forma gráfica la diferencia entre el porcentaje y la cantidad de
grasa.
Figura 10.- Diferencias entre cantidad y porcentaje de uso de las grasas: representación gráfica
Por ejemplo, para usar el máximo de grasas parece que en población general activa el
punto máximo es alrededor del 74% de la máxima FC (zona entre el 68% y el 79%) y que
a partir del 90% de la FC max desciende mucho la contribución energética de las grasas
al esfuerzo (Achten et al. 2002). En población obesa, o con notable sobrepeso, parece
más efectivo, sin embargo, trabajar entre el 70 y el 55%.
Lógicamente será equivalente realizar ejercicio de baja o muy baja intensidad durante
mucho más tiempo que hacerlo a esas intensidades bajas-moderadas durante menos.
También con la recuperación post-esfuerzo, que demandará de una mayor activación
del metabolismo de reposo, se lograr gastar más calorías. Esto ocurre en mayor medida
conforme la intensidad es mayor, y por todo ello se recomienda la combinación con entre-
namiento de fuerza o, conforme no exista riesgo cardiovascular o mayor condición física,
entrenar a altas intensidades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que éste es un hecho
auxiliar, siendo mucho mayor el gasto por ejercicio que por post-ejercicio (ACSM 2001).
Posicionamientos oficiales
Cabe recordar que estos posicionamientos se basan en una “política de mínimos”, de-
bido a que el gran reto con la población general sedentaria (un 40% de la población ame-
ricana según datos de 2005, por encima del 60% en la población española), es identificar
la mínima cantidad de actividad física más efectiva para obtener los máximos beneficios
(ACSM, 2006).
212
En 1995, los CDC (Centros de Control y Prevención de las Enfermedades) junto con
el ACSM, lanzaron la recomendación de caminar 30 minutos o más al día, a moderada
intensidad, la mayoría o todos los días de la semana (Pate et al. 1995).
Así mismo que incluso un mínimo de 10 minutos de ejercicio moderado continuo sirve
para ir acumulando los 30 minutos diarios. Hay que aclarar también que este ejercicio
debe ser entendido como algo añadido a las actividades diarias (las tareas habituales o el
desplazamiento suave yendo de compras, por ejemplo, “no cuentan” para dicho cómputo)
(ACSM 2007).
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
Si el coste energético total de las actividades es igual, las mejoras serán iguales en
actividades de baja intensidad y larga duración, comparada con alta intensidad y corta
duración. Pero el ejercicio de alta intensidad se asocia con un riesgo cardiovascular mayor,
lesiones ortopédicas y cumplimiento más bajo con el entrenamiento que el ejercicio de
baja intensidad. Por lo tanto, los programas recomendados para adultos han enfatizado el
entrenamiento de baja a moderada intensidad y larga duración (Pate et al. 1995). Si las
actividades suponen un transporte del peso corporal o provocan impacto, debe extremar-
se la precaución. Esto afecta tanto a personas que llevan tiempo si hacer ejercicio como
personas con sobrepeso o personas mayores. Estas personas requieren de un acondicio-
namiento de fuerza previo a iniciar ese tipo de actividades.
Ahora bien, si se tolera, más adelante se debe pasar a realizar ejercicios de mayor im-
plicación de transporte del peso corporal, o incluso impacto, como subir escaleras o trotar
(ACSM 2007).
213
El ACSM (2006) recomienda un modelo de progresión a lo largo del proceso de entre-
namiento de la aptitud cardiorrespiratoria de un sujeto principiante (clasificado como de
bajo riesgo cardiovascular), que dependerá de su capacidad funcional, de su estado de
salud, edad, objetivos y preferencias personales y nivel de tolerancia al esfuerzo. La pro-
puesta general de programación del ACSM se muestra en la figura 11.
Figura 11.- Progresión del entrenamiento de Resistencia en sujetos sedentarios de Bajo Riesgo (Adap-
tado del ACSM, 2006)
Frecuencia de
Fase del entrenamiento Intensidad
Semana Duración del ejercicio
Programa (sesiones/semana) (%FC Reserva)
1 3 40-50 15-20
2 3-4 40-50 20-25
Iniciación
3 3-4 50-60 20-25
4 3-4 50-60 25-30
5-7 3-4 60-70 25-30
8-10 3-4 60-70 30-35
11-13 3-4 65-75 30-35
Mejora
14-16 3-5 65-75 30-35
17-20 3-5 70-85 35-40
21-24 3-5 70-85 35-40
20-60
Mantenimiento* +24 3-5 70-85
(* La intensidad, frecuencia y duración pueden variar dependiendo de los objetivos del programa a largo plazo).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
El profesor Brian Sharkey propuso la progresión de trabajo de la figura 12, para alguien
sedentario. Recomendamos sus propuestas de ejercicio y evaluación para el fitness y el
rendimiento (Sharkey y Gaskill 2006, Sharkey 1997). Se trata además de una progresión
útil para pasar de caminar a correr, aplicable a personas que desean iniciarse en la carrera
muy gradualmente, y por tanto también a la readaptación al esfuerzo de lesionados.
Figura 12.- Programas de Sharkey para personas que empiezan a hacer ejercicio de resistencia (Adapta-
do de Sharkey 1997)
Frecuencia de entre-
Fase del
Semana namiento (sesiones/ Entrenamiento
Programa
semana)
(La intensidad en percepción de esfuerzo para caminar suave sería 11-12, para caminar vivo 15-16).
Para trote un punto superior. El programa INTERMEDIO “trotar-caminar” varía progresivamente todas la
semanas, lo aquí mostrado es un resumen. Si una semana se observa muy fácil, se pasa directamente a la
siguiente. Si se pierde continuidad o se ve demasiado fuerte, se pasa a la anterior. La alternancia con ejer-
cicios sin impacto a modo de “entrenamiento cruzado” sería muy recomendable para incrementar la carga
de entrenamiento, por ejemplo, con 2-3 días de trote moderado y 1-2 de ejercicio ligero en elípticas, remos,
steps, bicicleta, natación (si se domina la técnica, sino considerarla como intensidad “moderada”).
1) Control de la intensidad
“estados estables” no existen si el ejercicio se prolonga más allá de unos minutos, espe-
cialmente si el nivel de condición física no es muy grande. Los “umbrales” son por tanto
“tiempo-dependientes” (Chicharro 2007). Por ello el control de la intensidad por medio de
“pulsómetros” o percepción del esfuerzo es mucho mejor que por criterios de velocidad o
potencia externa desarrollada. Si para mantener la intensidad fisiológica hay que trabajar
de más a menos ritmo, se hace. Si no, ¿qué hemos entrenado hoy? ¿Todos los días un
poco de todas las intensidades?
Por ello se propone que el control del entrenamiento se realice a partir de indicadores
internos (FC o RPE).
2) Métodos de Entrenamiento
215
(10% ó 5 min por s es ión)
P rog res ión
T otal
30’
P rog res ión
(10% ó 5 min)
40’
45’
Sin embargo, a alta intensidad, se trabaja por intervalos, de modo que se empieza
estableciendo un volumen total objetivo, que se divide en muchas repeticiones breves
con pausas breves al principio de un trabajo a una determinada intensidad, para poste-
riormente ir dividiendo el tiempo total en menos fracciones, hasta lograr hacer el ejercicio
prácticamente de forma continua (figura 15). Este proceso puede repetirse gradualmente
a mayores intensidades, si bien lógicamente sobre un tiempo total menor. Así mismo en
modos de ejercicio más duros. Es crucial, eso sí, que la densidad sea creciente, dado que
la intensidad y la duración son constantes.
216
C ons ig nas : S e incrementa progres ivamente la duración de los intervalos , con
una proporción de la dens idad creciente (duración de intervalo : duración de la
paus a). Una opción es mantener una paus a fija. A continuación s e incrementa el
volumen total y s e repite el proces o
Una vez hemos expuesto las bases fisiológicas de la resistencia, los medios y métodos
de entrenamiento y las recomendaciones generales, es momento de “ir más allá” y pro-
poner una periodización del entrenamiento a medio y largo plazo.
Parece pues que para población general o deportistas con poco tiempo para entrenar,
lo mejor es que predomine el entrenamiento “moderado”. Sin embargo, en los últimos
años se aboga porque para deportistas entrenados y con más tiempo para entrenar (des-
de 5 días a la semana y un nivel avanzado de condición física), dicha zona de trabajo se
ha llegado a denominar la “zona de no-entrenamiento” (Sharkey y Gaskill 2006) y parece
que se mejora más con el llamado entrenamiento “polarizado”. Esto es, realizar o bien
sesiones ligeras (por debajo del primer umbral fisiológico o el estándar 65-70% de la FC
máx) o bien sesiones intensas (por encima del segundo umbral fisiológico o el estándar
85-90% de la FC máx) (Esteve-Lanao et al 2007, Seiler y Kjerland 2006, Esteve-Lanao et
al 2005, Fiskestrand y Seiler 2004, Billat et al 2001b). Por tanto, limitar el trabajo en fase
II y desplazar la mayor parte a la fase I (buscando una proporción 75-5-20) (figura 16,
abajo, “modelo polarizado”).
Figura 16.- Modelos de distribución óptima de la intensidad según el nivel de condición física
Frecuencia de Entrenamiento
VT RCT
Modelo
Bajo Nivel
y/o
I II III
Poco Tiempo
para Entrenar
Intensidad de Entrenamiento
217
Frecuencia de Entrenamiento
VT RCT
I II III
Modelo
Polarizado
Alto Nivel o
mucha
dedicación
Intensidad de Entrenamiento
En dicho modelo, dadas las limitaciones para poder trabajar a alta intensidad todos los
días, que por otra parte produce un efecto de gran fatiga para el sistema nervioso simpáti-
co y con ello riesgo de sobreentrenamiento, se opta por evitar “medias tintas” en forma de
fase II para poder realizar la máxima intensidad los días fuertes (en forma de más trabajo
aunque a igual intensidad), y compensado el sistema nervioso autónomo cumpliendo con
el principio de alternancia reguladora de las cargas.
Semanalmente, más de dos sesiones de alta intensidad (fase III) debería reservarse
para deportistas muy entrenados, siendo lo aconsejable una o dos para sujetos entrena-
dos e inicialmente ninguna.
En relación con la resistencia muscular, otra clásica teoría deportiva (Kutnezov 1981)
aboga por dotar de una base de esta a una determinada intensidad cardiorrespiratoria
previo al desarrollo de esa intensidad por medio del ejercicio cíclico. Una aproximación
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
muy interesante también para el campo de la salud, si bien con otros fines, más bien
preventivos.
Éste será el primer objetivo, al que se une la habilidad para una rápida recuperación.
8 a 12 sesiones pueden servir para obtener mejoras en este sentido.
Para personas con nivel medio pero sin gran disponibilidad de tiempo, el modelo del
umbral anaeróbico (énfasis en fase II) puede ser el más adecuado, siempre que no tengan
factores de riesgo, cumpliendo con las recomendaciones de tratar de hacer algunas se-
siones suaves de larga duración y sino compensarlo con sesiones breves de mayor inten-
sidad, así como alcanzado esos mínimos superiores para el desarrollo cardiorrespiratorio
propios de su nivel.
Para deportistas con alto nivel o larga experiencia en trabajo de resistencia y deseo de
dedicación a este tipo de actividades y posibilidad para dedicar mucho tiempo al entre-
namiento, su opción puede ser el modelo “polarizado” (concentración en fase I y III). Así
pueden desarrollar mayores intensidades o volúmenes a alta intensidad los días fuertes y
paralelamente crear una sólida base para mantener esas adaptaciones.
218
Toda esta propuesta periodización de entrenamiento con objetivos progresivos se de-
sarrolla en la figura 17.
Figura 17.- Propuesta de progresión en programación desarrollo cardiorrespiratorio
Bajo nivel:
1- Desarrollar base en fase I, consiguiendo estados estables a 50 y 60% FCReserva
(Método Continuo Baja Intensidad)
2- Proseguir con mayor trabajo en fase II (1º con circuito training fase II) (Método
Continuo-Fraccionado de Moderada Intensidad)
3- Mejora de activación y recuperación (Método Continuo Variable) + Circuito Training
30/30 fase III
4- Progresivo desarrollo 2º umbral (fijar 1º volumen y r’ fijos, incrementar tiempo
intervalo. Ej: sobre 15’ y r’=2’ ; 5x3’ ---> 4x4’ ---> 3x5’ ---> 2x7’ ...) (Método Interválico Alta
Intensidad)
= = 72,5
Volumen 72,5
IG= 20x60 + ((10x2) x 85) 1200+1700
“TRIMPS Vol x Int x Den” : Mins x Puntos (RPE ó Trifásico) x Densidad (ratio trabajo : pausa)
Otra forma es multiplicar el tiempo real en cada zona de RPE, y multiplicar minutos x
zona para posteriormente sumarlos todos como “carga total” de sesión.
EVALUACIÓN DE LA RESISTENCIA
Sin duda la mejor evaluación posible será una evaluación integral y directa de los fac-
220
tores determinantes del rendimiento. Sin embargo, esto no suele estar al alcance de la
gran mayoría, por lo que se utilizan tests indirectos. Existen muchos test validados, y por
motivos de extensión nos limitaremos a describir algunos de los principales para estimar
el VO2max. Para una visión general de las variables que se buscan en las diversas prue-
bas, algunas de ellas de laboratorio, mostramos las figuras 19,20 y 21.
Figura 19.- Determinación de la Velocidad pico VAM, y VO2 max en un test con VO2 o FC
Criterios:
Vpico: velocidad en un test progresivo del último estadío completado íntegramente (Noakes et al 1990). Esto
se tendrá seguro, pero hay que comprobar si la prueba fue máxima o no. Por ejemplo, si se alcanzó meseta de
la FC. Si se conoce la FCmáx y no se alcanzó, haz una regla de 3 con la velocidad pico, la FC pico y la FC máx.
VAM: 1ª velocidad en un test progresivo en la que ya hay meseta de VO2 o FC (Billat 2002). Aunque la prue-
ba dure más, si realmente ocurre esta meseta, la VAM es la primera velocidad del test.
VO2 max:
Los criterios para determinarlo es que se cumplan al menos tres las cuatro condiciones siguientes:
-Meseta de VO2 (En ocasiones no se produce. Uno de los muchos criterios publicados es el incremento inferior a
2 ml·kg-1·min-1 en cargas sucesivas) (Shephard 2000).
-FC máxima, preferiblemente la FC Máxima Real o en su defecto las fórmulas 207-(0,7·edad) (Gellish et al
2007), 208-(0,7·edad) (Tanaka et al 2001), o 205,8 – (0,685·edad) (Inbar et al 1994)
- Cociente Respiratorio (RQ)>1,05 o 1,10 (Billat 2002)
- Lactato >8-9 mMol·L-1 (Billat 2002)
Se puede estimar a partir de la VAM o Vpico, aplicando la fórmula: Velocidad (m/min) x 0,2 + 3,5 (ACSM)
CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
Figura 20.- Características y criterios de las pruebas para evaluar 2 umbrales de esfuerzo
Criterios:
VT1 o VT: Incremento del VE·VO2-1 y la PETO2 sin incremento del VE·VCO2-1 (Lucía et al
2000).
VT2 o RCT: Incremento del VE·VO2-1 y VE·VCO2-1 y descenso de la PETCO2 (Lucía et al 2000).
LT (Lactic Threshold, Kindermann 1979): 1er incremento del lactato desde el reposo.
LTP (Lactate Turn Point, Smith y Jones 2001): 2º incremento brusco y mantenido del lactato
MLSS (Maximal Lactate Steady State): Máxima carga de trabajo donde el incremento de LA
desde los 10 min hasta el final es ≤ 1mMol/L (Beneke 2003).
Deflexión de FC: Una vez localizada restar un 7-13% en FC y velocidad (Jones y Doust
1997, Zacharogiannis y Farrally 1993).
Como alternativa: usar 70 y 90% de FCmax y localizar su velocidad en la prueba (Esteve-La-
nao 2005). En muy entrenados 81-91% (Seiler y Kjerland 2006), y en poco entrenados 55-
85% (ACSM 1998)
Índice de Resistencia (IR): Calcular % de la VAM que supuso la velocidad media de la
competición (“A”). Indicar la duración de la competición en segundos (“B”). Calcular: IR= 100-
A / (Ln 360s – Ln B)
(Cálculos simplificados por Billat 2002. Para mayor detalle consultar Péronnet et al (2001))
221
Figura 21.- Características y criterios de las pruebas para evaluar el coste energético de la marcha, la
economía de carrera, y la eficiencia en bicicleta
La figura 22 muestra algunos protocolos de los más populares y los cálculos para la estimación
del VO2max. La figura 23 muestra una escala para evaluar los progresos del VO2max.
Figura 22.- Estimación del VO2 max a partir de varios tests habituales
Test de Balke
Test original: correr 15 minutos y tomar la distancia
Fórmula original de Balke: VO2max = 6.5 + 12.5 x kilómetros.
Fórmula original de Horwill (1994) para el test de Balke: VO2max = 0.172 x (metros / 15 - 133) + 33.3
Variantes en tapiz como test progresivo:
Hombres: velocidad inicial 5.3 km/h, empezando con pendiente 0%. Al primer minuto se incrementa a 2%, luego
1% cada minuto posterior.
Mujeres: velocidad inicial 4.8 km/h, empezando con pendiente 0%. Luego se incrementa 2,5% cada 3 minutos
222
Test de Bruce
Test progresivo en tapiz rodante que permita grandes pendientes, con el siguiente protocolo:
1 2,7 10
2 4,0 12
3 5,5 14
4 6,8 16
5 8,0 18
6 8,8 20
7 9,7 22
8 10,5 24
9 11,3 26
10 12,0 28
Estimación de VO2max:
Mujeres: VO2max (ml/kg/min) = 4.38 × T - 3.9
Hombres: VO2max (ml/kg/min) = 2.94 x T + 7.65
Jóvenes: VO2max (ml/kg/min) = 3.62 x T + 3.91
Mujeres
Hombres
CONCLUSIONES
Todo programa de ejercicio orientado a la salud debe partir de las necesidades y con-
dicionantes individuales, aplicándose medidas para evitación de riesgos, y ajustando las 223
dosis y contenidos que creemos óptimos en cada momento.
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CRITERIOS METODOLÓGICOS EN EL DESARROLLO DE LA RESISTENCIA AERÓBICA
226
EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y
PARÁMETROS DE LA CARGA
INTRODUCCIÓN
Esta revisión bibliográfica aporta una clara evidencia de que el estiramiento realizado
en todos los grupos musculares es el mejor factor para mejorar el rango de movimiento
de una articulación o la extensibilidad de un músculo.
Por ello, plantean que los estiramientos deben realizarse tanto en el calentamiento
como en la vuelta a la calma de un entrenamiento, y en las ocasiones donde el objetivo
sea mejorar, será necesario introducir sesiones específicas donde la parte principal de la
sesión sea el trabajo de la flexibilidad.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
TÉCNICAS DE ESTIRAMIENTO
Es posible encontrar en la bibliografía diversas técnicas para utilizar dentro del campo
de la actividad física y el deporte (Nelson y Bandy, 2005). El conocimiento de todas será
importante, ya que con cada una de ellas se obtienen unas ventajas e inconvenientes. Por
ello, dependiendo del objetivo a conseguir, la ubicación de los estiramientos en la sesión
y las características de la actividad principal, se utilizarán unas u otras (Rodríguez y San-
tonja, 2000).
Además, hay que tener en cuenta que puede llegar un momento en el cual la eleva-
ción de las ganancias deje de ser proporcional al tiempo de trabajo destinado a su mejo-
ra, dándose incluso situaciones de estancamiento. En este sentido, va a ser importante
recurrir a una modificación o combinación de las técnicas de intervención en el trabajo
de estiramiento que genere nuevas respuestas de adaptación de los tejidos sometidos a
tracción.
ESTIRAMIENTO BALÍSTICO
228
La técnica de estiramiento balístico (Ballistic Stretching) supone la realización de mo-
vimientos rítmicos de rebote, lanzamientos o balanceos en los cuales se produce un gran
aumento de la longitud muscular por unidad de tiempo (Nelson y Bandy, 2005). El mús-
culo sometido a estiramiento es trasladado hacia el final del rango de movimiento por una
fuerza externa o por la musculatura agonista al movimiento. Una vez alcanzado el máxi-
mo ROM o próximo a este, se realizan varios movimientos rítmicos de rebote, balanceos
o lanzamientos a alta velocidad (Mahieu, McNair, DeMuynck, Stevens, Blanckaert, Smits
y Witrouw, 2007).
Sin embargo, muchos autores argumentan como principal desventaja que la utilización
de esta técnica puede aumentar el riesgo de lesión (Hartig y Henderson, 1999; Henricson
et al., 1984; Worrell, Perrin, Gansneder y Gieck, 1991). Por otro lado, Guissard, Dacha-
teau y Hainaut (1988) reflejan como gran inconveniente de esta técnica la aparición del
reflejo miotático, el cual es debido a los receptores tipo Ia y II de las motoneuronas alpha.
Esta activación del reflejo miotático causa una contracción del músculo que está siendo
estirado. Además, los rebotes, causan una rápida y corta contracción de la musculatura
para protegerse de un sobreestiramiento, siendo insuficiente el tiempo de relajación para
EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y PARÁMETROS DE LA CARGA
absorber la gran energía tensional generada. Por ello, los programas habituales de flexi-
bilidad no incorporan estiramientos balísticos (Zachezewski, 1989).
ESTIRAMIENTO DINÁMICO
Numerosos autores han enfatizado la importancia del estiramiento estático como par-
te del entrenamiento deportivo y de la medicina del deporte (Safran, Saeber y Garrett,
1989; Worrell et al., 1991), indicando que el estiramiento estático es el método de estira-
miento más común para incrementar la flexibilidad de un músculo (Zachezewski, 1989).
Hoy en día, muchos autores se decantan por los estiramientos estáticos, aunque en los
estudios que comparan la eficacia de las técnicas de estiramientos estáticas y balísticas
no se han encontrado diferencias significativas (De Vries, 1962; Leighton, 1955; Sady et
al., 1982).
Sady et al. (1982), en un estudio sobre cuatro grupos de jóvenes, compararon los
efectos de técnicas estáticas y dinámicas en la evolución de la flexibilidad del hombro,
tronco e isquiosurales. En un análisis factorial de varianza se determinó que no existían
diferencias significativas entre los dos métodos aplicados. Estudios previos de Leigthon
(1955) y de De Vries (1962) tampoco encontraron diferencias entre la aplicación de téc-
nicas balísticas o estáticas para el desarrollo de la flexibilidad.
En este sentido, Vujnovich y Dawson (1991) en una investigación dentro del campo
de la terapia, señalan que la realización de una técnica de aplicación secuencial de es-
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Ayala y Sainz de Baranda (2008a) con el objetivo de valorar la eficacia de las técnicas
estáticas activas y pasivas, realizan un programa de estiramientos para la musculatura
isquiosural de 12 semanas. Establecen 4 grupos, de tal forma que dos grupos utilizan la
técnica pasiva (15 y 30 segundos) y otros dos grupos utilizan la técnica activa (15 y 30
segundos). Tras el análisis de los resultados observan como ambas técnicas son igual-
mente eficaces para aumentar el rango de movimiento de la flexión de cadera en adultos
jóvenes.
De igual forma, Winters et al. (2004) tras aplicar un programa de estiramientos para
el músculo psoas iliaco, observan tras 6 semanas de estiramientos que tanto la técnica
activa como la pasiva son igual de eficaces.
estiramiento durante 30 segundos. Los resultados del estudio mostraron que el grupo
control había ganado 1.17º de ROM, mientras que el grupo que había realizado estira-
mientos pasivos ganó 12.04º y el grupo que realizó tensión activa ganó 12.79º. De esta
manera, no encontraron diferencias significativas entre los dos grupos de estiramientos,
aunque si cuando se compararon con el grupo control. Por ello, los autores abogan por la
combinación de ambas técnicas en el entrenamiento.
En la técnica básica, la persona realiza una contracción mientras otra persona resiste
el movimiento, y tras mantener la contracción unos segundos, el sujeto se relaja durante
2-3 segundos. Luego la persona que mantiene la contracción moverá la extremidad pasi-
vamente hasta que sienta una pequeña tirantez o la persona refiera dolor. Normalmente
se realiza un estiramiento de 20 segundos (tiempo necesario para inhibir por completo el
reflejo miotático), seguido de una contracción isométrica del agonista o músculo estirado
de entre 7-15 segundos (para estimular los órganos tendinosos de Golgi y activar el re-
flejo de inhibición autógena, con el resultado de una nueva relajación sobre el músculo),
seguido de una fase de relajación (soltando aire). A partir de aquí se procede a una repe-
tición de la secuencia anterior (estiramiento-contracción-relajación).
Este método ha dado lugar a diferentes propuestas, que se pueden resumir en la técni-
ca contracción-relajación (contract-relax) (CR) consiste en una contracción isotónica con-
céntrica del músculo a estirar seguido por una fase de relajación y un estiramiento pasivo.
La técnica sostén-relajación (hold-relax) (HR) que conlleva una contracción isométrica del
músculo a estirar seguida de una fase de relajación y un estiramiento pasivo.
Toda esta secuencia es seguida de relajación y una nueva repetición de los tres pro-
cesos (estiramiento-contracción agonista-relajación-contracción antagonista-relajación).
Cada una de estas variantes de FNP es un método efectivo para aumentar la flexibili-
dad. Sin embargo, cada texto que define la técnica FNP contención-relajación (hold-relax)
cita un tiempo de mantenimiento diferente para la contracción isométrica (Arnheim y
Prentice, 1993; Kisner y Colby, 1996; Knott y Voss, 1968; Voss, Ionta y Meyers, 1985).
Voss et al. (1985) proponen que el tiempo de contracción sea de 10 segundos, aunque no
EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y PARÁMETROS DE LA CARGA
justifican el por qué. Anderson y Hall (1995) utilizan diferentes tiempos de contracción (3,
6 ó 10 segundos) basándose en un estudio realizado Nelson y Cornelius (1991) que valora
la mejora de la amplitud de movimiento del hombro.
Bonnar, Deivert y Gould (2004) con el objetivo de valorar la eficacia de la técnica FNP
hold-relax establecen 3 grupos de estiramientos con diferentes tiempos de contracción:
3-s hold-relax (3-HR), 6-s hold-relax (6-HR) y 10-s hold-relax (10-HR). La hipótesis inicial
planteada afirma que “un mayor tiempo de contracción isométrica debería aumentar la
inhibición autógena con el consecuente aumento de la flexibilidad”. Sin embargo, los re-
sultados del estudio no muestran diferencias significativas en las ganancias de flexibilidad
de la musculatura isquiosural entre los tres grupos.
Así, Bonnar et al (2004) plantean que a pesar de que en los tres grupos se han pro-
ducido avances significativos en el rango de movimiento, parece que los 3 segundos de
contracción isométrica sería la opción más eficiente, debido a las limitaciones de tiempo
y a la motivación del paciente para responder a un tiempo de contracción más reducido.
Con relación a la eficacia de la técnica FNP, Sady et al. (1982) compararon los efectos
de diferentes técnicas de estiramiento sobre la flexibilidad del tronco, de los hombros y de
la musculatura isquiosural en 43 hombres. Siguiendo 6 semanas de entrenamiento me-
diante estiramientos pasivos, balísticos y PNF. Los resultados revelaron que con la técnica
PNF se encontraban las mayores ganancias en las tres áreas estiradas.
Sin embargo, y, aunque existen otras investigaciones que apuntan que la técnica FNP
es la técnica más efectiva para mejorar la flexibilidad (Anderson y Burke, 1991; Entyre
y Abraham, 1986; Holt et al., 1970; Prentice, 1983; Wallin, Ekblom, Grahn y Norden-
burg, 1985) esto no ha sido demostrado consistentemente (Condon y Hutton, 1987; God- 233
ges, MaCrae, Longdon, Tinberg y MaCrae, 1989; Hartley-O’Brien, 1990; Lucas y Koslow,
1984), y, aparentemente, los resultados están relacionados con otros factores tales como
la postura que se realiza durante el estiramiento (Sullivan, Dejulia y Worrell, 1992) o la
duración total del tiempo de estiramiento.
Además, una limitación de la utilización de esta técnica de estiramiento viene dada por
el requerimiento de una segunda persona con experiencia (Knott y Voss, 1968; Owings y
Grabiner, 1996), mientras que otras técnicas pueden ser realizadas fácilmente sin ayuda.
STRETCHING
Muy relacionada con la FNP, se encuentra una técnica que ha venido denominándose
bajo la acepción de Stretching. En este apartado diferenciaremos el Stretching de Sölver-
born (1982) y el Stretching de Anderson (1983).
Basado en el método de Kabat e inspirado por Knott y Voss (1968), Sölverborn (1982)
describe una técnica de estiramiento, en la cual, se establece inicialmente una contrac-
ción isométrica intensa, seguida de una relajación muscular y un estiramiento de duración
variada según diferentes autores (Durey, 1988; Harichaux, 1988). Estos autores trasla-
darán al campo deportivo los métodos y técnicas establecidos en el campo de la patología
neuromuscular.
Con relación a este parámetro, hay que tener en cuenta, que la mayoría de los estu-
dios han utilizado seis semanas como la duración de los programas (Sady y cols, 1982;
Webright, Randolph y Perrin, 1997). Aunque, Chan, Hong y Robinson (2001) al comparar
un protocolo de estiramientos pasivos de 4 y 8 semanas, observaron que eran igualmente
efectivos para la mejora del ROM.
Así, muchos estudios han revelado mejoras significativas tras aplicar un programa de
234 estiramientos con diferentes protocolos en jóvenes adultos (Ayala y Sainz de Baranda,
2008 a y b; Chan et al., 2001; Decoster, Scanlon, Horn y Cleland, 2004; Gajdosik, 1991;
Halbertsma y Göeken, 1994; Miller, Kieffer, Hansen-Kieffer y Ken, 2004; Rice-Smith y
Bandy, 1996; Roberts y Wilson, 1999; Ross, 1999; Sainz de Baranda, 2009; Webright et
al., 1997), que oscilan entre las 2 y las 12 semanas de programa, de 2 a 7 días de estira-
miento a la semana, con un mantenimiento de cada estiramiento entre 9 y 30 segundos.
Encontrando, similares resultados con personas mayores, con un programa de 6 semanas
de duración, de 3 a 5 días de estiramientos a la semana (Feland, Myrer, Schulties, Fe-
llingham y Measom, 2001; Robertson, Porcari, Freeman y Mahar, 1997).
Sin embargo, la corta duración de los programas impide conocer cual es la evolución en
las ganancias de la amplitud de movimiento de una articulación. En este sentido, Cipriani,
Abel y Pirrwitz (2003), tras aplicar un protocolo de 6 semanas, observan que durante las
primeras 3 semanas las ganancias obtenidas fueron 16º en la flexión de cadera, mientras
que en las 3 semanas finales las ganancias fueron de 10º. Esta tendencia, sugiere que
las ganancias en el ROM son más rápidas durante las primeras semanas, y que el ratio
de ganancia gradualmente disminuye con el tiempo. Por ello, son necesarios trabajos que
puedan aportar datos sobre la evolución en el ratio de ganancia en protocolos más largos.
Sin embargo, y, teniendo en cuenta, que en todas las investigaciones cuando se valo-
ran los cambios en el grupo control, se observan pérdidas en la extensibilidad muscular,
EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y PARÁMETROS DE LA CARGA
será necesario que los estiramientos se incorporen dentro de las rutinas. En este sentido,
Van der Poel (1998), refiere que la longitud de un músculo es completamente dependiente
a como el músculo sea utilizado.
Decoster et al (2005), tras realizar una revisión sistemática de los estudios que valoran
los efectos de los estiramientos sobre la musculatura isquiosural, observan que la posición
de estiramiento no produce una diferencia significativa en la magnitud de las ganancias
en el rango de movimiento, aunque existe alguna evidencia de que la posición de la pelvis
durante los estiramientos en bipedestación es importante (Sullivan et al., 1992). Con to-
das las posiciones de estiramiento utilizadas se obtienen mejoras considerables en el ran-
go de movimiento cuando se comparan con los resultados obtenidos por el grupo control.
FRECUENCIA DE ESTIRAMIENTO
En este apartado, hay que tener en cuenta que el tiempo dedicado a los estiramientos
deberá estar relacionado con la duración de la actividad principal de la sesión y su intensi-
dad. Sin olvidar, que los estiramientos deben estar presentes en todas las sesiones realiza-
das durante la semana, tanto en la parte de calentamiento, como sobre todo, en la vuelta
a la calma.
vando que los grupos que realizan cuatro sesiones semanales obtienen mejores resultados
que los que realizan dos sesiones, mientras que los grupos que no realizan el programa de
estiramientos específicos para la musculatura isquiosural obtienen pérdidas de extensibili-
dad muscular.
Los resultados de este estudio muestran como estirar 3 veces a la semana es suficiente
para mejorar la flexibilidad cuando se compara con una mayor frecuencia. De tal forma
que tanto el grupo que estira 3 días a la semana como el que estira 5 días a la semana
consiguen mayores ganancias comparadas con el grupo que estira 1 día a la semana.
Cuando se comparan los resultados del grupo que estira 3 días a la semana con el que
estira 5 días a la semana se observan mayores ganancias en el grupo que estira 3 días a
la semana.
236
REPETICIONES POR SERIES DE ESTIRAMIENTO
Bandy, Irion y Briggler (1997) indican que las mejoras en la flexibilidad son depen-
dientes de la duración y la frecuencia del estiramiento, encontrando que 30 segundos
de estiramiento es efectivo para incrementar la extensibilidad isquiosural. Sin embargo,
cuando comparan 1 serie de estiramiento con 3 series, observan las mayores ganancias
en el grupo que realiza 3 series de estiramientos.
En este sentido, Roberts y Wilson (1999) realizaron un estudio para valorar como afec-
taban los parámetros de repeticiones y duración del estiramiento activo, de tal forma que
asignaron dos grupos de estiramientos, el primero realizaba 9 repeticiones manteniendo
el estiramiento durante 5 segundos, el segundo realizaba 3 repeticiones manteniendo el
estiramiento durante 15 segundos. Los resultados mostraron, al finalizar las 5 semanas
del protocolo, que los dos grupos mostraban similares ganancias en el ROM pasivo de la
extremidad inferior (flexión de cadera, flexión y extensión de rodilla).
Cipriani et al. (2003) realizaron un estudio con dos grupos de estiramientos, el primero
realizaba 2 repeticiones de 30 segundos, mientras que el segundo realizaba 6 repeticio-
nes de 10 segundos, dos veces al día durante 6 semanas. Los resultados mostraron, que
los dos grupos obtenían similares ganancias, tanto a las 3 semanas de haber iniciado el
programa como al final del mismo.
EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y PARÁMETROS DE LA CARGA
Un parámetro muy estudiado ha sido la duración del estiramiento, con el fin de esta-
blecer cuál es la duración óptima para conseguir mejoras en el rango de movimiento. Kis-
ner y Colby (1996) realizan una clasificación de los protocolos de estiramiento atendiendo
a la duración de los mismos, de tal forma, que presentan protocolos de corta duración (de
10 a 30 segundos) y de larga duración (de 30 segundos hasta 20 minutos). Sin embargo,
la utilización de un protocolo corto es más frecuente entre los deportistas y practicantes,
mientras que las duraciones más largas son más habituales en los procesos de rehabili-
tación.
Las investigaciones aportan la noción de que varias repeticiones de duración corta son
las más efectivas para el aumento del rango de movimiento y la flexibilidad. Sin embargo,
no existe una evidencia concluyente sobre la duración óptima del estiramiento. Algunas
investigaciones recomiendan una duración del estiramiento de al menos 30 segundos,
mientras otras han recomendado duraciones cortas de estiramientos, tales como 15 se-
gundos (Gajdosik, 1991; Madding, Wong, Hallum y Medisos, 1987).
Borms, Van Roy, Santens y Haentjens (1987) realizaron un estudio en el que com-
pararon un programa de varios días de estiramientos estáticos para la musculatura is-
quiosural, con duraciones de 10, 20 y 30 segundos de estiramientos, concluyendo que la
duración óptima era de 10 segundos, ya que no encontraron diferencias significativas en
las ganancias. Mientras, que Madding et al. (1987) compararon las duraciones de 15, 45 237
y 2 minutos de estiramiento para los aductores de la cadera, no encontrando diferencias
significativas, por lo que consideraron 15 segundos como la duración más adecuada.
Bandy e Irion (1994) realizaron un estudio en sujetos con una media de 26 años, que
estiraron 0, 15, 30 y 60 segundos, 5 días a la semana durante 6 semanas. Los resultaron
mostraron que la duración de 30 y 60 segundos eran las más efectivas para aumentar la
flexibilidad. No encontrando diferencias significativas entre estirar 30 y 60 segundos, in-
dicando que 30 segundos de estiramiento era tan efectivo como estirar durante 1 minuto.
En un primer momento, estos autores justifican las diferencias para la técnica activa de
estiramiento por la estimulación de los propioceptores musculares. Así, una duración de
5 segundos de estiramiento conlleva una menor ganancia de ROM activo debido a que 5
segundos no es una duración suficiente para estimular la respuesta del Órgano tendinoso
de Golgi. Aunque, sin embargo, el no encontrar diferencias significativas en el ROM pasivo
sugiere que esta justificación no es correcta.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Otra posible explicación, que Roberts y Wilson (1999) plantean, es que las diferencias
sean debidas al desarrollo de la fuerza como resultado del programa de estiramientos
activos. Así, durante el estiramiento activo, es necesaria la contracción de la musculatura
antagonista para mantener la posición del estiramiento. En este sentido, el grupo de 15
segundos, cuando es comparado con el de 5 segundos, podrían experimentar un aumento
en la sobrecarga, la cual resulta en mayores ganancias de fuerza muscular en los sujetos
que mantienen los estiramientos durante un mayor tiempo. De tal forma, que este au-
mento en la fuerza muscular se manifieste durante la valoración activa del ROM, pero no
en la valoración pasiva.
Feland et al. (2001) encuentran, en una población mayor con una media de edad de 85
años, que mantener el estiramiento 60 segundos es más efectivo que 15 o 30 (60”: ganan
2.4º por semana; 30”: ganan 1.3º por semana; 15”: ganan 0.6 grados por semana).
A diferencia de los resultados obtenidos por Bandy e Irion (1994) y Bandy et al. (1997)
en ésta investigación se registró una diferencia estadísticamente significativa entre el gru-
po que realizó estiramiento de 60 segundos y el que lo hizo durante 30, lo cual sugiere,
que una mayor cantidad de tiempo durante la aplicación del estiramiento logra superar
la rigidez muscular y el aumento en la deposición de colágeno que acompaña el proceso
de envejecimiento del tejido muscular. Se destacan además el aumento significativo que
tuvo la frecuencia de aplicación del estiramiento en el estudio de Feland et al. (2001) al
compararlo con el protocolo usado por Bandy e Irion (1994) y Bandy et al. (1997), lo cual
afirma que los parámetros de aplicación del estiramiento dependen en gran medida de la
238 edad de los individuos. Aunque, también hay que tener en cuenta que en el estudio de
Feland et al. (2001) los estiramientos realizados son pasivos-asistidos.
Por otro lado, estudios de Moore y Hutton (1980) y Dubreuil y Neiger (1984) señalan
que es suficiente un intervalo de mantenimiento del estiramiento en torno a 6-10 segun-
dos para conseguir mejoras de extensibilidad. Andújar et al. (1996) recomiendan man-
tenerlos durante 5-10 segundos en el inicio, con un incremento paulatino hasta 10-15
segundos posteriormente.
Ayala y Sainz de Baranda (2008a) consiguen mejoras significativas tras aplicar un pro-
grama de estiramientos pasivos y activos, con una duración del estiramiento de 15 y 30
segundos. Así, observan como todos los protocolos de estiramiento presentan porcentajes
de ganancias en torno al 20%, sin encontrar diferencias significativas entre los diferentes
grupos.
EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y PARÁMETROS DE LA CARGA
A este respecto, se puede marcar como tiempo mínimo de estiramientos por repeti-
ción los 10 o 12 segundos, sobre todo en sujetos que se inician en este tipo de trabajo
específico, ya que en muchas ocasiones alargar el tiempo de estiramiento supone dismi-
nuir la intensidad del mismo o, en el peor de los casos, la aparición de una compensación
(no deseada) para aguantar la posición y perder calidad en el estiramiento. Quizás, sea
más interesante aumentar en un principio el número de repeticiones, y luego el tiempo
de estiramiento, ya que en las diferentes investigaciones se observa que es más efectivo
aumentar el número de repeticiones que la duración de las mismas.
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EL ENTRENAMIENTO DE LA FLEXIBILIDAD: TÉCNICAS Y PARÁMETROS DE LA CARGA
242
ACTITUDES HACIA LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LA SALUD
En esta definición destaca, en primer lugar, que las actitudes son aprendidas. Es de-
cir, las actitudes no son innatas, sino que se adquieren en el proceso de socialización y
desarrollo del ser humano, pudiendo cambiar a lo largo de la vida4. En segundo lugar,
las actitudes siempre implican una predisposición para responder de un modo favorable
o desfavorable hacia un determinado objeto social. Por tanto las actitudes se dan hacia 243
determinadas personas, objetos o situaciones, e implican un juicio valorativo sobre ellos.
Downie, Fyfe y Tannahill (1990) plantean que pueden darse actitudes hacia todo, incluso
hacia otra actitud, y que los objetos sociales hacia las que van dirigidas pueden ir desde
lo más abstracto a lo más específico. En relación con la predisposición a actuar, las acti-
tudes tienen tres propiedades: dirección, intensidad y fuerza. Se habla de dirección para
determinar si las actitudes son positivas, negativas o neutras. La intensidad se refiere a su
alcance, es decir, al grado en que la actitud es positiva o negativa. Y por último la fuerza
se considera como el grado de estabilidad o la resistencia al cambio de las actitudes. Se-
gún esta concepción, las actitudes se pueden ubicar en un contínuum en cuyos extremos
se encuentren las predisposiciones más negativas y más positivas a actuar, ocupando el
centro las actitudes neutras o indefinidas.
tud. El componente afectivo está integrado por las sensaciones y emociones que inspira el
objeto de la actitud, los cuáles influyen en cómo éste es percibido. La carga afectiva de la
actitud no se deriva de una evaluación intelectual ni de los conocimientos del sujeto, sino
que depende de los sentimientos agradables o desagradables que le provoca el objeto de
la actitud. Además del cognitivo (las creencias) y el afectivo (los sentimientos), en las
actitudes existe un componente conductual: todo tipo de respuesta o acción con que se
manifiesta la actitud hacia un objeto, situación o persona en cuestión. Las disposiciones
conductuales marcan un patrón de conducta, una tendencia más o menos estable a actuar
(Tones, 1981).
244 De la definición de Fishbein y Ajzen (1975) también podemos extraer las caracterís-
ticas fundamentales que distinguen la actitud de otros conceptos similares o próximos.
Como hemos explicado, las actitudes se diferencian claramente de los instintos porque
aquellas son adquiridas mientras que estos son innatos (Downie, Fyfe y Tannahill 1990).
Wheldall (1975) distingue también entre opinión y actitud: una opinión es una expresión
pública de una actitud, pero la verdadera actitud sólo podrá saberse en situaciones de
privacidad o confianza, es decir, en contextos que influyan en menor medida sobre la ex-
presión de la predisposición a actuar. Las actitudes también se diferencian de las creencias
porque éstas son asociaciones o conexiones que las personas establecen entre un objeto
y varios atributos, por lo que su dimensión esencial es cognitiva, mientras que la carac-
terística central de la actitud es evaluativo-afectiva (Eagly y Chaiken, 1993; Fishbein y
Ajzen, 1975). Aunque Rokeach (1989) no diferencia entre creencia y actitud, atribuyendo
a ambas componentes cognitivos y afectivos, sí hace una clara distinción con los valores,
que son un tipo de creencias prescriptivas que ocupan un espacio central en la estructu-
ra de la personalidad (ver figura 1). Los valores se refieren a lo que uno/a debería o no
debería hacer, o sobre la consecución o no de un modo de conducta o algún estado final
de existencia que resulta deseable. Por tanto, se dice que en relación con la personalidad
las actitudes actúan de la siguiente forma: nos ayudan a conocer y entender la realidad,
presentando y organizando la información; nos permiten ajustarnos al entorno, maximi-
zando las recompensas y evitando los castigos; nos ayudan a enfrentarnos a conflictos
emocionales, protegiendo nuestro autoconcepto de amenazas internas y externas; y por
último, las actitudes sirven para expresar nuestros valores, clarificándolos y reafirmándo-
los (Eagly y Chaiken, 1993; Rokeach, 1989)
5 Precisamente, en el punto siguiente veremos como desde la Teoría de la Acción Razonada se intenta superar esa
visión simplista de dicha relación.
ACTITUDES HACIA LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LA SALUD
Por tanto, la importancia de la formación de las actitudes viene dada, por un lado, por
su influencia en el desarrollo del autoconcepto y de los valores que le dan consistencia, y
por otro porque las actitudes comprometen a todas las dimensiones de la personalidad,
convirtiéndose en un mecanismo de filtrado entre nuestro autoconcepto y la realidad que
nos rodea. La escuela es uno de los entornos más significativos en el proceso de adqui-
sición de actitudes. Por una parte, resulta evidente que la enseñanza puede incidir en el
componente cognitivo de las actitudes (Bolívar, 1995). Y, por otra parte, el entorno escolar
proporciona la oportunidad de interacción tanto entre iguales, fundamental en el proceso 245
de socialización, así como entre alumnado y profesorado (Sales Ciges, 1996). En ese sen-
tido, las actitudes del profesorado pueden incidir en las del alumnado, bien a través de la
selección y diseño curriculum, o bien mediante aprendizajes implícitos o encubiertos en
forma de currículum oculto (Kirk, 1990). Por tanto, la formación y cambio de actitudes en
el profesorado puede contribuir directa o indirectamente en su desarrollo en la escuela.
Las creencias son proposiciones que asocian un atributo a un objeto dado. El modelo
de la Acción Razonada distingue dos tipos de creencias: las creencias conductuales son
las ideas u opiniones que el sujeto mantiene sobre las consecuencias que tendrá para él
246 o ella determinada conducta. Las creencias normativas son las percepciones del sujeto
de las opiniones de otras personas que son referentes significativos sobre si debería o no
realizar determinada conducta. Las creencias conductuales dan lugar a la actitud hacia
la conducta, como resultado de la evaluación cognitivo-afectiva que la persona hace de
las consecuencias que cree que le reportará dicha conducta. Las creencias normativas
determinan la norma subjetiva o creencia del sujeto acerca de si sus referentes significa-
tivos apoyarán o rechazarán la realización de la conducta, según la motivación que tenga
la persona de cumplir las expectativas que tienen dichos referentes sobre ella (Eagly y
Chaiken, 1993; Trafimov y Fishbein, 1994 y 1995).
Del mismo modo, las creencias basadas en la evaluación de los resultados (creencias
conductuales) pueden contraponerse las creencias sobre lo que los referentes significa-
tivos esperan que se haga (creencias normativas). Es decir, actitud y norma subjetiva
pueden actuar como dos fuerzas contrarias sobre la intención de realizar la conducta, por
lo que es educativamente importante detectar cuál de ellas tiene más peso para predecir
la dirección de la conducta (“estoy dispuesta a hacer actividad física”). En otros casos, ac-
titud y norma subjetiva actúan en la misma dirección (positiva o negativa) como influen-
cia sobre la intención, por ejemplo, si a un alumno le encantara hacer culturismo para
mejorar su apariencia y sus profesores/as de Educación Física le pusieran más nota en el
trabajo de fuerza, o si a una alumna se excediera en intensidad en la práctica aeróbica y
fuera reprendida por ello por su profesor/a.
En el ámbito de la actividad física, en los últimos años diversos trabajos han resaltado
que los procesos de práctica encierran beneficios tan importantes o más para salud que
sus resultados expresados en mejoras de la condición física (ver Stathi, Fox y McKenna,
2002). En esta línea de investigación, en una serie de trabajos (Pérez Samaniego, 2000;
Pérez Samaniego y Devís, 2004; Pérez Samaniego, Iborra, Peiró y Beltrán, en prensa) he-
mos intentado aportar algunas ideas sobre las actitudes hacia la actividad física basadas
en los siguientes interrogantes: ¿implica la actitud hacia la actividad física una valoración
exclusiva de los resultados de la práctica? O, por el contrario, ¿puede ser distinta la ac-
titud vinculada al resultado de la actitud que se vincula al proceso? ¿Podemos mantener
actitudes positivas y/o negativas hacia el proceso y/o hacia el resultado de la práctica? En
síntesis, ¿difieren las actitudes hacia la actividad física en función de la valoración del pro-
ceso de práctica y de su resultado? Con el fin de contestar a estas preguntas, y siguiendo
ACTITUDES HACIA LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LA SALUD
las recomendaciones de Wankel (1997), para definir las actitudes hacia la actividad física
propusimos una distinción entre los componentes componente cognitivo, afectivo y con-
ductual de dos constructos que denominamos actitud hacia el proceso y actitud hacia el
resultado.
Tabla 1.- Características de la actitud hacia el resultado y la actitud hacia el proceso (Pérez Samaniego y
Devís, 2004)
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253
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
254
LA NATACIÓN Y LOS PROBLEMAS DE ESPALDA
INTRODUCCIÓN
Cada persona tiene unas características diferentes por lo que se puede considerar
como un caso único y como tal, debemos realizar un plan de trabajo individualizado.
Las sesiones de natación cumplen con unos objetivos concretos y específicos dife-
rentes al de otro tipo de sesiones como pueden ser las de fisioterapia.
OBJETIVOS
255
Conocer los problemas de espalda más comunes.
Valorar cuáles son las actividades beneficiosas y cuáles las contraindicadas para cada
problema de espalda.
Conocer cómo influye la práctica de cada estilo de natación en los problemas de espal-
da y adaptar actividades específicas beneficiosas para cada caso.
NATACIÓN TERAPÉUTICA
A quién va dirigido
Niños y niñas
Cada vez son más los niños y niñas que sufren problemas de espalda, por lo que la
intervención durante esta etapa puede resultar crucial.
-Adultos
Existen muchos problemas de espalda, algunos de los más frecuentes que nos pode-
mos encontrar son:
Escoliosis
Hiperlordosis
Hipercifosis
Espondilitis
Espondilolistesis
Pinzamientos
Contracturas
etc.
Nivel de natación
Establecer el nivel de natación del que parte
Nombre y apellidos………………………………......................................................
Dirección……………………………………...............................................................
CP y provincia…………………………….................................................................
Teléfono…………………………………...................................................................
Fecha de nacimiento………………………………...................................................
Diagnóstico médico……………………………….....................................................
Medicación……Sí… No....
¿Cuál?
Indicaciones…………………………………………....................................................
Nº de sesiones semanales a las que va a asistir.....................................................
Nivel de natación:
- Sabe nadar..................................................................................
- Estilos que domina.......................................................................
- Sumerge la cabeza dentro del agua............................................
- Controla la respiración acuática...................................................
- Puede adquirir la posición tendido prono.....................................
- Puede adquirir la posición tendido supino....................................
- Puede mantenerse de pie en el suelo de la piscina.....................
- Tiene miedo en la parte profunda de la piscina............................
- Solo puede estar en la parte no profunda…………………………
- Es su primer contacto con el agua........................................... 257
.....
- Ha asistido a otros cursos de natación..........................................
- Otros aspectos a tener en cuenta..................................................
TÉCNICAS DE EXPLORACIÓN
ESCOLIOSIS
RIGIDEZ DE LA CURVA (separación derecha e izquierda)
ROTACIÓN VERTEBRAL
258 De pie inclinar el tronco hacia delante, si aparece una protuberancia en una parte de la
espalda, significa que existe una rotación vertebral a consecuencia de la escoliosis.
PRUEBA DE EQUILIBRIO
El lado de la convexidad carga más que el de la concavidad.
HIPERLORDOSIS
Control de la anteversión pélvica. De pie de espaldas a la pared, si contacta solo la
región glútea, la pelvis estará en anteversión
Anteversión pélvica
Rotación anterior de la pelvis. La parte superior se desplaza hacia delante y la inferior
hacia atrás.
Control de la antepulsión pélvica. Apoyados de pie en la pared, si contacta la región
torácica de la columna, la pelvis está en antepulsión.
Antepulsión pélvica
HIPERCIFOSIS
Observación vista lateral.
Aumento de la curva torácica de convexidad posterior
Proyección de la cabeza hacia delante
Aplanamiento del tórax
Prominencia de la pared abdominal que suele ir acompañada de una anteversión pélvica
LA NATACIÓN Y LOS PROBLEMAS DE ESPALDA
VALORACIÓN
- La observación de las diferentes posturas tanto dentro como fuera del agua nos
sirve de gran ayuda.
- La postura de la posición de la cabeza condiciona el resto de las vértebras de la
columna (Caldentey, 1999).
- El objetivo es conseguir un buen equilibrio muscular.
PROGRAMA DE NATACIÓN
Para planificar un buen programa de natación tendremos que tener en cuenta las si-
259
guientes premisas:
- Evaluar el informe médico y establecer las principales pautas de actuación.
- Desarrollar un programa individualizado en función de las características de la le-
sión y de su nivel de natación.
- Parar la actividad física en caso de dolor. Es normal que después de la primera
sesión de actividad física, la persona vea incrementado su dolor como consecuencia de
haber comenzado el ejercicio.
Muchas veces cuando nos enfrentamos a una sesión de natación con personas con
problemas de espalda no nos planteamos cuestiones básicas sobre qué características
pueden presentar los alumnos/as cuando acuden a la piscina:
- Es la primera vez que acuden a una piscina.
- No saben nadar.
- No pueden entrar a la piscina por sí mismos o accediendo por las escaleras.
- No se pueden mantener de pie dentro del agua.
- No pueden adquirir una posición horizontal dentro del agua.
- Solo saben nadar a un único estilo (ej. braza con la cabeza fuera del agua).
- Tienen muchos defectos en la técnica de los estilos.
- No saben respirar.
- Tienen fobia a meter la cabeza.
- No saben sumergirse.
- Presentan muy poca movilidad.
- Tienen una incorrecta posición corporal.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Objetivos
Los objetivos generales que nos planteamos en cuando realizamos un programa para
la intervención en los problemas de espalda son:
- Corregir malos hábitos posturales. Conseguir una postura adecuada.
- Conseguir un equilibrio de toda la estructura muscular de la espalda, mejorar los
abdominales y los glúteos y conseguir una coordinación entre todos ellos.
• Una musculatura potente, equilibrada y bien coordinada mejora la estabilidad y el
funcionamiento de la columna vertebral, disminuye el riesgo de lesión del disco interver-
tebral y mejora la movilidad. Además, mejora la coordinación inconsciente de la muscula-
tura, por lo que disminuye el riesgo de sobrecarga o lesión de los músculos o ligamentos.
• Riesgo de que aparezca dolor:
• La forma física general.
• El estado de la musculatura de la espalda y los abdominales. http://www.espalda.
org/divulgativa/dolor/como_tratar/informacion_paciente/ejercicio.asp
- Realizar ejercicios que proporcionen beneficios para la persona que los realiza, in-
tentando que con ellos se pueda mejorar el estado en el que se encuentra la persona.
- Mejorar la condición física general.
• Realizar la práctica motivante con ejercicios variados y utilizando materiales dife-
rentes.
- Evitar ejercicios que puedan agravar las alteraciones de columna.
- Tener siempre en cuenta la opinión de la persona para la adecuación de cada acti-
vidad.
La columna vertebral, tenderá a compensar sus curvaturas ante cualquier tipo de ano-
260 malías (irregularidad o anormalidad) para mantener el equilibrio del cuerpo e intentar
someter a los diferentes tejidos a una carga mínima (economía de esfuerzo) (http://www.
escuelasnef.com.ar/articulos/articulo_postura.html )
Material a utilizar
Tablas
Manguitos
Pesas
- Es un material que todavía no es muy común dentro de las piscinas, por lo que te-
nemos que saber de antemano si podemos o no contar con él.
- Su función principal es de fortalecimiento.
LA NATACIÓN Y LOS PROBLEMAS DE ESPALDA
Pull-boys
- Facilitan la flotabilidad.
- Permiten un agarre más fácil con las piernas cuando son éstas las que queremos
mantener elevadas en el agua.
Churros
Cinturones
Aletas
- Chalecos
- Tablas con diferentes formas y colores.
- Gomas
- Materiales que se sumergen.
Vamos a tomar como referencia a diferentes autores, observando que existen fases en
común. Según Grotkasten, Kienzerle, H., 2007 las fases que hay que trabajar son:
- Estiramiento, extensión
- Fortalecimiento
- Movilización, relajación
Según Jiménez, J., 1998 habría que llevar a cabo las siguientes fases:
- Concienciación
- Respiración
- Equilibrio pélvico
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
- Flexibilidad
- Fortalecimiento
Concienciación
Respiración
Equilibrio pélvico
Flexibilidad
Fortalecimiento
Se trata de trabajar el equilibrio muscular de toda la columna vertebral y con ello ade-
más mejorar la coordinación muscular.
OBJETIVOS
- Aumentar los parámetros que afectan a la capacidad respiratoria.
- Mejorar los hábitos posturales.
- Tonificar la musculatura (buscar el equilibrio muscular trabajando también los ab-
dominales).
- Mejorar la flexibilidad de la columna vertebral.
- Corregir el desequilibrio postural.
- Establecer cuáles son los músculos que se deben potenciar, puesto que cada caso
de escoliosis es diferente y puede ser que el lado más débil sea el de la concavidad o el
de la convexidad (Jiménez, J., 1997).
ACTIVIDADES
- CONCIENCIACIÓN
Actividad: en decúbito supino con un churro debajo de las rodillas, estirar los brazos
por detrás de la cabeza.
Flotación y propulsión
Actividad: en posición ventral con una tabla en una mano y en la otra una pala, punto
muerto de crol.
- RESPIRACIÓN
Actividad: en posición ventral, con dos tablas, una en cada mano, a la vez que se rea-
liza el batido de piernas, respirar lateralmente una vez por cada lado.
- EQUILIBRIO PÉLVICO
Actividad: sentarse encima de la tabla y con las manos avanzar hacia delante.
- FLEXIBILIDAD
- FORTALECIMIENTO
Abdominales
Actividad: Con los pies encima del rebosadero, llevar el tronco de un lado a otro.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Tronco
Actividad: nado a espalda. Con un brazo realizaremos 1 brazada y con el lado a forta-
lecer realizar 3.
Actividad: realizar nado de crol, llevando en el lado a fortalecer una pala en la mano y
una aleta en el pie.
HIPERCIFOSIS
DEFINICIÓN
OBJETIVOS
264
- Movilizar la zona dorsal.
- Realizar ejercicios de extensión de la columna vertebral.
- Desarrollar actividades para la apertura de la caja torácica.
- Equilibrar los hombros.
- Fortalecer los músculos de la espalda en general y principalmente los paravertebrales.
- Desarrollar ejercicios de respiración y tonificación abdominal.
- Mejorar la relajación.
Actividades
- CONCIENCIACIÓN
Actividad: en posición dorsal colocar las manos detrás de la cabeza, para y avanzar
realizando el batido de pies.
- RESPIRACIÓN
Actividad: sujetar una tabla con los brazos estirados y realizar respiración frontal.
- EQUILIBRIO PÉLVICO
Actividad: ponerse de pie sobre una tabla e intentar avanzar manteniendo el equilibrio.
- FLEXIBILIDAD
Actividad: en posición dorsal, llevar los brazos hacia atrás por debajo de la cabeza y
realizar batido de espalda.
HIPERLORDOSIS
Es la curvatura sagital del raquis con convexidad anterior (Lloret y otros, 1997).
Es la acentuación patológica de la curvatura lumbar fisiológica (Jiménez, 1998).
Puede manifestarse sin ningún dolor o puede ocasionar dolores en distintas regio-
nes musculares y articulares.
Tipos de hiperlordosis
- Actitudes lordóticas. Son curvas flexibles que se suelen producir por actitudes pos-
turales incorrectas en la época escolar.
Musculatura implicada
- Equilibrio muscular.
• Abdominales y lumbares.
• Extensores de cadera (glúteo mayor) y flexores de cadera (psoasilíaco).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
OBJETIVOS
• Fortalecer la zona abdominal.
• Flexibilizar la zona lumbar.
• Interiorizar las sensaciones de anteversión y retroversión de la pelvis.
• Flexibilizar los isquiotibiales.
• Mejorar el equilibrio pélvico.
• Fortalecer la musculatura para adquirir una postura correcta.
ACTIVIDADES
- RESPIRACIÓN
Actividad: colocar un churro debajo de los tobillos y otro debajo del cuello, hundir la
266 cadera y desplazarse con los brazos a la vez que se lleva una respiración controlada.
- FLEXIBILIDAD
Actividad: agruparse, llevando la cabeza a las rodillas y cogerse las piernas con las
manos, igual que una medusa.
Actividad: en una posición de flotación ventral pasar a una posición de medusa y vi-
ceversa.
Realizar volteretas hacia delante de forma agrupada, llevando la barbilla a las rodillas.
Actividad: en posición de sentado, colocar unos manguitos en los pies y desplazarse
con las piernas estiradas hacia delante con los brazos.
- FORTALECIMIENTO
- Estilo más utilizado por ser el más beneficioso debido a que la columna está libre
de presiones intervertebrales.
- Permite una respiración libre.
- Muy aconsejable para las lesiones de espalda.
- Es difícil de iniciar, porque los alumnos no están acostumbrados a nadar a este estilo.
LA NATACIÓN Y LOS PROBLEMAS DE ESPALDA
- Si se lleva la cabeza muy rígida puede provocar dolor en el cuello. Se puede utilizar
material para apoyar el peso de la cabeza.
Espalda
Actividad: con un churro debajo de las rodillas nadar con los brazos.
Actividad: nadar a espalda con una posición del cuerpo inclinada, con los pies dirigidos
hacia el suelo.
Actividad: poner una tabla encima de la tripa y en posición dorsal avanzar sin que se
caiga la tabla.
Crol 267
- Puede resultar beneficioso para el tratamiento de la escoliosis, por ser un estilo
asimétrico.
- En escoliosis, respirar por el lado de la concavidad de la curva.
- Se trabajan los músculos paravertebrales.
- Cuidado cuando no se domina adecuadamente la respiración (rolido del cuerpo). La
posición de la cabeza en la respiración es fundamental.
- Para el trabajo de fortalecimiento en hiperlordosis, se puede trabajar con el cintu-
rón de flotación.
- Es aconsejable, pero se deben tomar algunas precauciones a la hora de realizar
determinadas actividades:
• Pies de crol con tabla. Llevar puesto el cinturón, realizar la respiración lateral y no
frontal.
• Nado estilo completo. Llevar cinturón o realizar adaptaciones del estilo como es
llevar las rodillas al pecho.
• El pull boy entre las piernas ocasiona un arqueamiento de la columna vertebral por
la posición de las piernas, por lo que debemos evitar ese tipo de actividades.
Actividad: sujetar una pelota entre las piernas y pegarla también al tronco y en esa
posición de sentados avanzar hacia delante con brazos de crol.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Braza
Actividad: sentados en una tabla o churro, desplazarse hacia delante con el movimien-
to de braza.
Mariposa
- Exige una participación total y muy intensa de los músculos del tronco.
268
- No es muy aconsejable para este tipo de lesiones, por la implicación tan intensa y
la coordinación tan compleja que requiere.
- Se pueden utilizar elementos aislados del estilo para mejorar aspectos específicos
(ej. movilidad de la columna vertebral…).
- Acentúa muchos problemas de espalda por su ejecución técnica (hipercifosis, hi-
perlordosis…)
- Requiere de mucha coordinación. El momento del recobro es el factor de mayor
riesgo.
- El movimiento de “sirena” puede ayudar para conseguir una mayor movilidad de la
columna vertebral e incluso puede contribuir a su fortalecimiento.
OTROS CONDICIONANTES
- Salidas de espalda. Afectan negativamente a la hiperlordosis.
- Entradas al agua de cabeza. Repercuten de forma negativa en la espalda a todos
los niveles, cervical, dorsal, lumbar…
- Volteretas hacia atrás con extensión de las piernas. Producen una hiperextensión
de la columna vertebral contraproducente para la hiperlordosis lumbar.
CONCLUSIONES
- La Natación es un medio excepcional para trabajar las alteraciones producidas por
escoliosis, hipercifosis o hiperlordosis.
- Cada persona es diferente y tiene unas características individuales específicas, por
ello habrá que adaptar las actividades a cada persona.
- Existen multitud de actividades que pueden hacer que la sesión sea amena, agra-
dable e incluso divertida además de que la finalidad última sea mejorar el estado de salud
de cada individuo.
LA NATACIÓN Y LOS PROBLEMAS DE ESPALDA
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
270
RESCATE DE ACCIDENTADOS CON POSIBLE LESIÓN DE
COLUMNA VERTEBRAL EN EL MEDIO ACUÁTICO
INTRODUCCIÓN
Las razones por las que un socorrista debe intervenir en su puesto de trabajo, pue-
den ser de diversa índole y gravedad. Efectivamente, en las instalaciones acuáticas se
producen infinidad de accidentes, entre los que destacan por su gravedad y frecuencia,
los ahogamientos, los traumatismos y los infartos.
En consecuencia, los socorristas deben realizar una correcta labor de vigilancia y pre-
vención, que les permita reducir al máximo las posibles causas de los accidentes. Al mis-
mo tiempo, este colectivo profesional tiene la obligación de rescatar a las víctimas que se
encuentran en apuros, con el menor número de secuelas posible, cuando el accidente no
se ha podido prevenir o evitar.
En este sentido, uno de los accidentes más graves a los que se puede enfrentar un
socorrista, es la lesión de columna vertebral de un bañista, ya que la incorrecta manipu-
lación de estas víctimas durante el rescate, puede incrementar los daños del accidentado 271
de manera irreversible.
En cambio, buena parte de los docentes que ejercen su profesión en las instala-
ciones acuáticas, desconocen las maniobras y protocolos de actuación necesarios para
realizar correctamente el rescate de una víctima con lesión de columna vertebral. Esta
circunstancia es preocupante, ya que en la mayoría de los casos, los primeros que de-
tectan un accidente de este tipo, son los propios profesores y por lo tanto los primeros
que pueden cometer errores, al tratar de ayudar a las víctimas. Por este motivo, se ha
decidido mostrar una secuencia de actuación, que permite extraer del agua a un bañista
que ha podido sufrir una lesión de columna vertebral, tratando de minimizar el riesgo de
incrementar la gravedad de la lesión.
• Subir a hombros o ponerse en pie, sobre los hombros de un compañero (el que está
en pie resbala y cae sobre la cabeza del compañero que está debajo).
• Etc.
Al mismo tiempo, es necesario saber identificar a un bañista que ha sufrido una lesión
de columna vertebral, por los síntomas que presenta. Por este motivo, a continuación se
muestran algunas de las características que pueden ayudar a identificar a este tipo de
accidentados:
• En general, se sospecha que una víctima tiene una lesión de columna vertebral,
cuando está inconsciente y no se tiene información adicional (nadie dice lo que ha ocurri-
do y no se ha visto).
272
Figura 1
Barboqu
ejos
Almohadill
Respaldo
del
as
inmovilizador
Cinchas
para
el
cuerpo
Figura 2
Detalle
de
los
anclajes
de
las
cinchas
del
cuerpo
Barboque
jos
273
Almohadillas
del
Figura 3 inmovilizador
de
cabeza
Figura 4
La utilización del tablero espinal, permite
no incrementar las lesiones del accidentado.
Por tanto, es muy recomendable su presencia en las piscinas, aunque generalmente no
es obligatoria.
Figura 6
Figura 5
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
274
figura 7
figura 8
RESCATE DE ACCIDENTADOS CON POSIBLE LESIÓN DE COLUMNA VERTEBRAL EN EL MEDIO ACUÁTICO
6.Girar longitudinalmente el cuerpo del lesionado, sin que cese la presión de los
húmeros sobre la cabeza de la víctima.
7. Es fundamental que la cabeza permanezca completamente inmóvil durante el giro
(figura 9).
figura 9
Una vez que la víctima se encuentra en posición decúbito supino:8. Colocar el húme- 275
ro de la víctima, entre el cuello y el hombro del socorrista.
9. La mano del socorrista, debe presionar simultáneamente los dos brazos y la cabeza
de la víctima, contra su cuello.
10. De este modo, el socorrista dispondrá de una de sus manos, para apoyarse en algo
(corchera, bordillo) contribuir en la flotación o comprobar el estado de la víctima y los
signos de actividad cardíaca (figura 10).
figura 10
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
CONSIDERACIONES IMPORTANTES
• Cuando la víctima con posible lesión de columna está inmovilizada con la pinza de
bíceps, el socorrista debe esperar a que alguien (otro socorrista) acuda con el tablero es-
pinal.
• El socorrista debe esperar el tiempo necesario, siempre que la vida de la víctima o
la suya no estén en peligro.
• No se debe extraer a la víctima sin el tablero y sin ayuda, salvo que la víctima esté
en parada cardio-respiratoria, en este caso, se debe extraer a la víctima inmediatamente.
La vida es prioritaria a cualquier otra consideración, incluso con la certeza de que exista
lesión de columna vertebral.
• No obstante, existen técnicas que permiten la extracción del accidentado sin table-
ro espinal, aunque no son tan seguras.
276
figura 11
figura 12
figura 13
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
278 figura 14
figura 15
RESCATE DE ACCIDENTADOS CON POSIBLE LESIÓN DE COLUMNA VERTEBRAL EN EL MEDIO ACUÁTICO
figura 16 279
figura 17
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
figura 18
280
figura 19
• Para empezar a colocar las cinchas del resto del cuerpo, se deben soltar los ancla-
jes, de ahí que sea tan importante tenerlos localizados. Así, no se pierde tiempo en bus-
carlos.
• Por este motivo es muy recomendable, que las cinchas y los anclajes, queden co-
locados siempre en la parte posterior del tablero espinal.
• La cincha del pecho, se debe tensar, aunque debe permitir respirar holgadamente
a la víctima.
RESCATE DE ACCIDENTADOS CON POSIBLE LESIÓN DE COLUMNA VERTEBRAL EN EL MEDIO ACUÁTICO
figura 20
• Para evitar que el brazo izquierdo quede suelto y se corra el riesgo de lesión, se 281
debe colocar la mano de este brazo por dentro de la cincha de la cintura o por dentro del
bañador (figura 21)
figura 21
.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
• A continuación se juntan las piernas de la víctima para que estas puedan ser inmo-
vilizadas.
• Antes de la extracción, es conveniente asegurarse de que la víctima está totalmen-
te inmovilizada y de que todos los anclajes están correctamente cerrados (figura 22).
figura 22
282
SECUENCIA DE ACTUACIÓN (EXTRACCIÓN DEL ACCIDENTADO)
• En primer lugar, el socorrista que controlaba la cabeza del accidentado, apoya el
tablero sobre el bordillo.
• A continuación este socorrista debe salir del agua (figura 23)
figura 23
RESCATE DE ACCIDENTADOS CON POSIBLE LESIÓN DE COLUMNA VERTEBRAL EN EL MEDIO ACUÁTICO
figura 24
283
• Como se ha comentado anteriormente, esta doble acción debe ser coordinada y
simultánea.
• El socorrista que permanece en el agua, debe mantener los dedos de las manos ha-
cia arriba mientras empuja. De este modo, se evita que los dedos queden pillados, entre
los asideros del tablero y el suelo del bordillo (figura 25).
figura 25
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
• Durante la extracción, los socorristas deben ser muy cuidadosos y evitar los movi-
mientos bruscos y los golpes.
• Una vez que tenemos al accidentado fuera del agua, se comenzaría con las siguien-
tes fases de la cadena del salvamento (figura 26).
figura 26
284
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EJERCICIO FÍSICO EN DIABETES
INTRODUCCIÓN
La actividad física, incluyendo un adecuado entrenamiento de fuerza y resistencia, es
una modalidad terapéutica principal para la diabetes (ACSM, 2000; ADA, 2002). Desgra-
ciadamente, demasiado a menudo, la actividad física es una terapia infrautilizada: estu-
dios recientes refieren que un 31% de los pacientes no realizan actividad física regular
y otro 38% está por debajo de los niveles recomendados (Nelson y col, 2002). Aún sin
constatarse una clara relación dosis-respuesta para un mejor control glucémico se reco-
mienda un incremento de los niveles de actividad física (Kelley y Goodpaster, 2001; Boule
y col, 2003).
La evidencia actual sugiere que los beneficios del entrenamiento van más allá del con-
trol glucémico, la reducción de presión sanguínea y grasa abdominal (Stewart, 2002; Li
y col, 2003). Se documentan cambios favorables en la homeostasis de la glucosa y en la
sensibilidad a la insulina, además de incrementar el consumo de oxígeno y mejoras en
los niveles de hemoglobina glicosilada (Boule y col, 2003; Loimaala y col, 2003, Balducci, 285
2007), la función endotelial (Hamdy y col, 2003) y la función ventricular. Todo ello se aso-
cia a un mejor pronóstico y menor mortalidad (Gregg y col, 2003). Además estas mejoras
se documentan más pronunciadas en programas de ejercicio de intensidades mayores
(Zanuso y col, 2009).
Los individuos con diabetes tipo 2 deben esforzarse por aumentar su actividad física
diaria que algunos cuantifican en lograr un total acumulado mínimo de 1000 kcal·semana-1
en actividades físicas (ACSM, 2000) o en 1,8 veces su nivel de actividad física (Astrup,
2001).
Por todo ello se considera que los profesionales de la salud deben abordar la actividad
física en esta población (ADA, 2000), incluyendo dentro de los consejos en atención pri-
maria la incorporación a un programa de actividad física (Chacravarty, 2002).
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
En general, los pacientes con diabetes tipo 2 tienen un nivel más bajo en el consu-
mo de oxígeno (VO2max) que los individuos sanos, y por consiguiente la intensidad del
ejercicio debe estar en un nivel cómodo (percepción subjetiva de esfuerzo según escala
de Borg -RPE- entre 10 y12) en los periodo iniciales de entrenamiento y debe progresar
cautamente conforme mejora la tolerancia al ejercicio físico. Igualmente es recomendable
el entrenamiento de fuerza ya que tiene el potencial para mejorar la fuerza y la resistencia
muscular, la flexibilidad y composición corporal, disminuye factores de riesgo de enferme-
dad cardiovascular y produce una mejor tolerancia a la glucosa y sensibilidad a la insulina
(ACSM, 2000).
Tabla 1: Casos en los que el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM, 2000) y la Asociación
Americana de Diabetes (ADA, 2002) aconsejan realización de una prueba de esfuerzo.
cuencia cardiaca de recuperación durante cinco minutos como factor predictivo indepen-
diente para la mortalidad cardiovascular (Cheng y col, 2003).
PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO
A continuación se exponen las características de un programa de ejercicio basadas en las recomen-
daciones del ACSM y la ADA.
1. Frecuencia cardiaca:
Intensidad de 0,40 a 0,85 según nivel de forma física y de progresión del programa de
ejercicio. Se necesita conocer el valor de FCmax mediante prueba de esfuerzo.
• Según frecuencia cardiaca máxima teórica: 60-90%.
Intensidad de 0,60 a 0,90 según nivel de forma física y de progresión del programa de
ejercicio.
Sería aconsejable utilizar pulsómetro, pues de esta forma es más fácil, rápida y fiable
la medición de la frecuencia cardiaca. Los pasos a seguir para que la frecuencia cardiaca
nos pueda guiar en la práctica del ejercicio son los siguientes:
− Antes del ejercicio. Si la frecuencia cardiaca está por encima de 100 latidos por
minuto y permanece así durante 15 minutos, no es conveniente iniciar la práctica de ejer-
cicio. Habrá que descartar una hipoglucemia, por lo cual es aconsejable realizarse una
determinación.
− Después del calentamiento. Si la frecuencia cardiaca está por encima del límite
superior que se ha determinado previamente se debe disminuir la intensidad del calenta-
miento y no continuar la sesión.
REGISTRO DE ENTRENAMIENTO
c) Pacientes tratados con insulina. Cuando los pacientes diabéticos vayan a realizar
ejercicio deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Las dosis de insulina que coincidan con la sesión se deben reducir o evitar.
Entre 1 y 3 horas antes de hacer ejercicio se deben comer hidratos de absorción lenta.
La ingesta de líquidos es esencial. Para ejercicios en torno a la hora, el agua es normal-
mente la mejor bebida, pero para ejercicios que se prolonguen, se necesitan agua e hi-
dratos de carbono extra. Por cada 30 minutos de ejercicio se aconsejan consumir entre 15
y 60 grs. (entre 60 y 250 calorías). Las soluciones del 6 al 8% de hidrato de carbono se
absorben mejor y causan menos problemas estomacales que otras bebidas refrescantes o
zumos de fruta (13-14% las hidrato de carbono). Se debe comprobar el nivel de glucosa
durante los descansos previstos o cuando aparezcan síntomas de hipoglucemia. Si el nivel
de glucosa disminuye es aconsejable consumir una cantidad extra de hidratos de carbono.
- Si la glucemia es inferior a 100, deben consumir entre 100 y 200 calorías en forma
de hidratos de carbono (lo que supone entre 25 y 50 grs. de estos nutrientes).
- Si los valores de glucemia están comprendidos entre 100 y 250, pueden hacer deporte.
EJERCICIO FÍSICO EN DIABETES
- Si la glucemia es superior a 250 mgrs. se debe realizar una prueba de cuerpos ce-
tónicos; si resulta positiva, hay que suministrar una dosis de insulina y el ejercicio debe
postergarse hasta que la prueba sea negativa.
Todas las recomendaciones anteriores son generales. Los deportistas diabéticos ne-
cesitan seguir un régimen especial de consumo energético y de dosis de insulina para
ajustarse a las demandas propias del deporte que practican. Los estudios realizados con
deportistas diabéticos de gran nivel muestran una amplia variabilidad en el nivel inicial de
glucosa y en la dosis necesaria de insulina. Algunos corredores de maratón precisan un
nivel de glucosa de 300 mgrs/dl al comienzo de la carrera y retrasan la aplicación de la
dosis de insulina hasta 26 horas.
Hiperglucemia
291
Sobre todo, es un riesgo para pacientes que están en mal control metabólico. El ejer-
cicio en hiperglucemia (sobre todo si hay deficiencia de insulina y cetosis) puede empeo-
rar el control metabólico por la secreción excesiva de hormonas contrareguladoras que
pueden aumentar los niveles de glucosa, cuerpos cetónicos y la acidosis; se estimula la
producción de orina y aumenta las pérdidas de fluidos, pudiendo causar deshidratación.
Programa de ejercicio:
− Tipo: aeróbico.
− Intensidad: 50-70% de la máxima capacidad aeróbica.
− Duración: 20-60 minutos, mínimo 3-5 veces por semana.
− Progresión. Inicial 4-6 semanas.
− Evitar complicaciones:
− Calentamiento y vuelta a la calma
− Selección cuidadosa del tipo y la intensidad del ejercicio
− Educación de los pacientes
− Monitorización de la glucemia por el paciente y el conjunto del programa por personal médico.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Adherencia:
− Ejercicio divertido
− Entorno y equipamientos adecuados
− Retroalimentación positiva por personal médico, familia…
Neuropatía
Puede afectar a las extremidades con pérdida de sensación distal que puede llevar a la
lesión del músculo esquelética o a infección, por ello se prefieren actividades en las que no
se soporte el propio peso (ACSM, 2000) (nadar, bicicleta, y remar,..). Conviene insistir en
la utilización de un calzado y calcetines apropiados así como en la higiene y revisión de los
pies, mediante examen periódico. Estos pacientes suelen tener una capacidad funcional
reducida, por lo que se recomendarán actividades de intensidad ligera.
Enfermedad vascular
La diabetes es un factor de riesgo mayor para el desarrollo de enfermedad cardiovas-
cular. La intensidad de trabajo debe determinarse tras prueba de esfuerzo (ACSM, 2000).
Neuropatía autonómica
Interfiere con la regulación de la frecuencia cardiaca deprimiendo la frecuencia cardia-
ca máxima y la presión arterial, aumentando la frecuencia cardiaca basal; los síntomas
292 isquémicos pueden enmascararse y se aumenta riesgo de hipotensión después de la
actividad (Vinik , 2003; Ziegler,2001) Es más, las personas con trastorno de autonómico
tienen un nivel físico más bajo y fatiga a cargas de trabajo relativamente bajas. Por con-
siguiente, la actividad física para estas personas debe enfocarse en actividades diarias de
bajo nivel, en las que se regulan frecuencia cardiaca y presión arterial. Cualquier progra-
ma de actividad física para estos pacientes debe tratarse con cuatela y debe tener aproba-
ción del médico: se recomienda prueba de esfuerzo diagnóstica para detectar la presencia
de anormalidades de la función cardíaca e identificar límites seguros de actividad física.
Su capacidad del termorreguladora puede estar alterada por lo que se necesita mante-
ner una hidratación adecuada. Igualmente puede presentarse hipotensión ortostática por
lo que habrá que evitar ejercicio que la predispongan y el calentamiento y la vuelta a la
calma se realizarán de manera muy progresiva.
Nefropatía
Aumentos de presión arterial se relacionan con empeoramientos de la enfermedad
renal; en presencia de nefropatía deben evitarse actividades que incrementen la presión
sanguínea por encima de 180-200 mm Hg (ej., maniobras de Valsalva, alta intensidad o
ejercicio de fuerza). En fases avanzadas las actividades deben restringirse al 50 % del
VO2max.
Retinopatía
Aunque el ejercicio aumenta las presiones sistémica y retinal, no hay ninguna eviden-
cia que la actividad física empeore la retinopatía. Se recomienda limitar los aumentos de
EJERCICIO FÍSICO EN DIABETES
Figura
1: Algoritmo resumen del ejercicio en diabetes tipo 2. Elaborado según recomendaciones del
ACSM (ACSM, 2000)
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
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EJERCICIO FÍSICO EN DIABETES
295
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
296
FIBROMIALGIA Y EJERCICIO FÍSICO
NOTA
El presente documento tiene su base en el desarrollo del Proceso Asistencial Fibromialgia
elaborado desde 2004 por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía bajo la coor-
dinación del Dr. Manuel Caraballo Daza. Con el resto de colaboradores, entre los que me
incluyo, elaboramos el citado Proceso, el cual se encuentra vigente para el Servicio Sani-
tario Pública Andaluz.
EQUIPO DE TRABAJO: Francisco José Berral de la Rosa, José Manuel Brandi de la To-
rre, Serafín Campos Sánchez, Mª del Pilar Cejudo Ramos, Delfín Galiano Orea, José Carlos
Jaenes Sánchez, Alfonso Montaño Alonso y Mª Pilar Romero García.
CON AGRADECIMIENTOS A: Juan Bautista Lorite, Alfonso Leal Cerro, Begoña López
Hernández, Pablo Tercedor Sánchez y Loreto Benítez Arthous
CONCEPTO
Síndrome crónico de etiología desconocida, que evoluciona de forma compleja y varia-
ble. Se manifiesta a través de un estado doloroso crónico generalizado no articular, con 297
afectación predominante de los músculos, con exagerada sensibilidad en puntos predefi-
nidos y sin alteraciones orgánicas demostrables (22), y que en muchos casos puede llegar
a ser invalidante.
EPIDEMIOLOGÍA
Analizar la prevalencia de la fibromialgia es difícil pues no es igual en todas las franjas
de edad. En este sentido en la década de 60 a 69 años la tasa expresada por Wolfe fue de
7.1 % en mujeres y 1.2 % en hombres. Este trastorno representa el 20 % de las referen-
cias en la mayoría de las prácticas en reumatología y el 7 % de las prácticas generales.
Buskila describe una prevalencia del 6.2 % en niños que cumplían los criterios diag-
nósticos. Gutierrez y colaboradores aportan prevalencias del 1 % en Suecia y del 10.5 %
en Noruega.
En términos generales podemos afirmar que según los criterios del American College
of Rheumatology la prevalencia se estima entre el 1 % y el 4 %.
Calvo publicó en el año 2000 algunas referencias de Yunus y Masi sobre la fibromialgia
en el niño y el adolescente, recogiendo los datos obtenidos por de Buskia y colaboradores,
quienes hacían referencia a que un 6,2 % de los 338 niños valorados cumplian los criterios
diagnósticos (8,8 % para las niñas y 3,9 % para los niños)
En 1985, Yunnus y Masi son los primeros que describen la fibromialgia en el niño y
adolescente entre las edades de 9 y 17 años. El primer estudio fue publicado por Buskia
y colaboradores en 1993 estudiando 338 niños entre 9 y 15 años, y encontraron que un
6,2 % cumplían los criterios de diagnóstico de la ACR (8,8 % para las niñas y 3,9 % para
los niños).
FISIOPATOLOGIA
A través de los estudios que analizan las adaptaciones neromusculares a través del en-
trenamiento de fuerza muscular, Hakkinen y colaboradores concluyen que la fibromialgia
tiene un origen central y no periférico, debido a que el entrenamiento neuromuscular pro-
gramado de fuerza mejora los síntomas después de 21 semanas de programa de activi-
dad, la evaluación clínica, el estudio EMG y la cuantificación de valores así lo demostraron.
.
b) Mecanismo mediado por fibras nerviosas aferentes finas mielinizadas y no mieliniza-
das, pues dichas fibras poseen receptores terminales estimulados por fuerzas mecánicas.
Y estos receptores pueden transmitir menor sensación dolorosa debido a sustancias endó-
genas (bradiquinina, histamina, potasio, prostaglandinas y sustancia P) como respuesta a
los mecanismos de contracción y/o presión.
Los hallazgos sólo corroboran que la debilitada situación metabólica del músculo de los
pacientes conjuntamente a las potenciales alteraciones microcirculatorias contribuye al
bajo rendimiento generalizado de los afectados. Sin embargo los resultados únicamente
encontraron diferencias en los metabolitos del fósforo en situaciones de esfuerzo máximo
e isométrico en detrimento de los pacientes con fibromialgia.
ofrecido resultados concluyentes para esta vía patológica en exclusiva o asociada a otros
mecanismos.
Los pacientes con fibromialgia aumentan el vasoespasmo inducido por el frío que se
relaciona con niveles elevados encontrados de receptores alfa 2 adrenérgicos. Esta situa-
ción se acompaña de descensos en la saturación de oxígeno (por debajo del 90 y 92 %)
especialmente por la noche.
Los estudios sobre la hormona de crecimiento han revelado niveles bajos en suero, y
tras la provocación hipoglucémica, una mayor elevación en pacientes (nueve veces más
en comparación con las tres veces que aumenta en no afectos). Sin embargo cuando los
estudios se centran en sustancias relacionadas con la GH, como es el caso de la soma-
tomedina C o IGF-I, la respuesta a la hipoglucemia provocada o al ejercicio físico, está
bloqueada. Este hallazgo justificaría la escasa acción anabólica de los afectados por fibro-
mialgia y la tendencia a la fatiga fácil asociada a la disminución de fuerza muscular.
El dolor crónico quizás forme parte de la alteración a nivel central que acompaña a la
desinhibición o sensibilización de la modulación del dolor a nivel central, reflejado en el
sistema endocrino e inmunitario (34). La relación entre el dolor y los mecanismos inmu-
nológicos se han observado en algunos estudios que otorgan a la comunicación inmuno-
cerebral un papel muy importante en la hiperalgesia (Watkins, 1995).
302 Algunos estudios nos indican que la actividad de las células NK es más baja como
respuesta a la anormalidad linfocitaria que se presenta en los pacientes con fibromialgia.
En mujeres jóvenes se ha observado una importante relación entre la función inmunita-
ria y el flujo sanguíneo regional, principalmente en la corteza sensorial, visual y motora,
estudiada por Tomografía de Emisión de Positrones (PET). (69, 70). El flujo cerebral de
algunas regiones del hemisferio derecho se relaciona de forma inversa con la medición de
la actividad de células NK, patrón congruente con lo encontrado en sujetos sanos.
DIAGNÓSTICO
Por norma general no se hace necesaria la exploración radiológica, aunque deberemos
realizar radiología convencional de raquis y zonas dolorosas cuando necesitemos realizar
el diagnóstico diferencial.
EXPECTATIVAS
En el paciente con fibromialgia suelen presentarse diferentes grados de afectación
vital física y/o psíquica, aunque en casi todos los casos se expresa como una importante
alteración de su calidad de vida, con inclusión del estado emocional. La valoración global
de esta afectación generalizada puede ayudar en el manejo terapéutico de la enfermedad.
TRATAMIENTO
El tratamiento del paciente con fibromialgia debe plantearse de forma integral y por
tanto bajo el ámbito multidisciplinar que cada uno requiera. Las alternativas terapéuticas
disponibles en la actualidad deberán valorarse en función a la afectación vital de cada
uno de los afectados.
PRIMER ESCALÓN
- Confirmar el diagnóstico
- Explicar la enfermedad al paciente
- Tratar los procesos asociados y las alteraciones del estado de ánimo y del sueño
SEGUNDO ESCALÓN
TERCER ESCALÓN
b) EJERCICIO FÍSICO
El beneficio que el ejercicio físico tiene sobre el paciente con fibromialgia quizás se
deba a la incidencia que dicha actividad tiene sobre los mecanismos implicados en la
modulación del dolor, como son el incremento de los niveles plasmáticos de endorfinas,
adrenalina, vasopresina y prolactina. 305
c) INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN
El enfoque debe orientarse hacia la mejora de la calidad de vida. Entre las medidas
educativas se encuentran:
- No dramatizar el proceso
- Crear expectativas positivas
- Potenciar la colaboración en las terapias
- Informar al paciente y la familia para evitar fraudes terapéuticos
- Las limitaciones físicas y psicológicas dependen del control del estado emocional y de
la sintomatología dolorosa
- Credibilidad de las quejas del paciente
- Aconsejar al entorno familiar
Para las alteraciones del sueño son aconsejables medidas higiénicas como:
d) MEDICAMENTOSO
- Estudios controlados de principios activos, solos o en combinaciones terapéuticas.
Algunos de ellos sin resultados concluyentes.
- Fármacos con eficacia en algún síntoma
- Ensayos abiertos, aunque con escasas conclusiones actuales.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
e) PSICOLÓGICO
Según Fan (2004) el tratamiento debe ser Educacional y Conductual mediante la uti-
lización de algunas estrategias que deben usarse para combatir los síntomas, como son:
Si bien parece que existe un consenso respecto al contenido del tratamiento psicoló-
gico, centrándolo en:
f) ALTERNATIVO
Otras terapias alternativas se han estudiado poco, incluso muchos de estos estudios
carecen de seriedad, son pobres metodológicamente y su análisis estadístico insuficiente
en algunos casos.
- Buscar el mejor diagnóstico de manera suficiente para evitar la iatrogenia aún a ries-
go de demostrar que dicha terapia es ineficaz
El 36 % se ausenta del trabajo dos o más veces por mes (Martinez, 1995) y entre el
26.5 % y el 55 % recibieron compensación económica por incapacidad. Estos datos en
su conjunto nos deben hacer reflexionar sobre el importante impacto laboral, teniendo
en cuenta que debe intentar hacerse compatible la actividad laboral de estos pacientes
con su situación clínica debido a la incidencia que tiene este factor en el pronóstico de la
fibromialgia.
Para el análisis del impacto sanitario deberíamos tener en cuenta otros aspectos no por
ello menos importantes, como son
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial debe realizarse también para distinguir otros síntomas que
puedan coexistir con la fibromialgia. Por norma general debe tenerse en cuenta:
1. Hipotiroidismo
2. Hiperparatiroidismo
3. Insuficiencia suprarrenal
4. Enfermedad de Cushing
5. Infarto Agudo de Miocardio
6. Tromboembolismo Pulmonar
308 7. Pancreatitis
8. Cólico nefrítico
9. Síndrome del Túnel Carpiano
10. Esclerosis Múltiple
11. Artritis Reumatoide
12. Espondiloartritis
13. Polimialgia Reumática
14. Osteoporosis
15. Enfermedades infecciosas: Epstein Barr, VIH, Enfermedad de Lyme
16. Enfermedades psiquiátricas: depresión, neurosis
17. Simulación
Otras patologías con las que debe realizarse un adecuado diagnóstico diferencial y que
suelen coexitir con la fibromialgia son:
SITUACIÓN SOCIO-FAMILIAR
En la actualidad se encuentra alejada la controversia sobre el origen psicógeno de la
fibromialgia con independencia que se encuentre aceptado que dicho proceso presente
asociación de factores psicológicos y psicosociales en su evolución. Resulta importante
que la situación clínica de los pacientes se diferencie de los trastornos por somatización,
en este sentido resulta útil la anamnesis psiquiátrica, teniendo en cuenta que en este
último caso deben encontrarse al menos cuatro síntomas dolorosos asociados a dos gas-
trointestinales, uno sexual y uno neurológico, sin causa orgánica aparente.
FIBROMIALGIA Y EJERCICIO FÍSICO
La depresión y la ansiedad son las situaciones que con mayor frecuencia se presentan
en el paciente con fibromialgia, aunque también se identifican situaciones de desespe-
ranza, introversión social y cierto catastrofismo. Otros síntomas que suelen presentarse
como los cambios de humor, desinterés, falta de concentración e insomnio suelen condi-
cionar notablemente el estado de ánimo y la situación vital de los afectados. La mayoría
del componente psicológico está relacionado con el nivel de dolor y la evolución del pro-
ceso, pues la percepción de un diagnóstico y pronóstico inciertos junto a la inexistencia
de un tratamiento definitivo condicionan el perfil del paciente.
Así pues la sensación de aislamiento junto a la de abandono por parte del sistema sa-
nitario suele ser la norma en los pacientes.
309
IMPACTO SANITARIO
a) MEDICACIÓN
Hormona de crecimiento: Mejoría muy modesta encontrada hace casi 7 años y sólo
en pacientes que presentan unos niveles basales bajos.
Serotonina (5-Hidroxitriptamina): Muchos problemas metodológicos en los ensa-
yos clínicos
Tropisetron: No se encuentra comercializado
S-adenosil-metionina: Resultados contradictorios
Opiáceos
Corticoides
Aines no esteroideos
Hipnóticos benzodiacepínicos y no benzodiacepínicos
Melatonina
310 Calcitonina
Hormona tiroidea
Guaifenesin
Dihidroepiandrosterona
Magnesio
b) TERAPIAS NO MEDICAMENTOSAS
- Importante evidencia de la eficacia:
EJERCICIO FÍSICO
Este apartado fue desarrollado para su inclusión como anexo en el Proceso Asistencial
Fibromialgia propuesto para su publicación por la Consejería de Salud de la Junta de An-
dalucía y pretende ser una guía práctica que permita la aplicación razonada del ejercicio
físico como herramienta de salud en la Fibromialgia.
Existe evidencia de que los efectos beneficiosos del entrenamiento al ejercicio no sólo
residen en la mejoría de la capacidad funcional del paciente, sino también en un aumento
de la tolerancia al dolor y una mejoría de los índices de calidad de vida. La falta de homo-
geneidad en los distintos estudios realizados en cuanto a pautas y métodos, nos obliga
a establecer un consejo individualizado y adaptado a la sintomatología de cada paciente,
FIBROMIALGIA Y EJERCICIO FÍSICO
a) ASPECTOS GENERALES
El punto de partida habitual del paciente es la negación a poder realizar actividad física
como terapia debido a la presencia de dolor generalizado que le impide moverse. Por ello
deberemos enfocar la actividad corporal como una forma de reeducar el aparato locomo-
tor; el viejo concepto de que “la función hace al órgano” puede aplicarse como criterio
didáctico.
Cuando afirmamos que el ejercicio físico es bueno para los pacientes con FM debemos
tener en cuenta que esta bondad suele empañarse con crisis dolorosas que hacen dudar
de su efectividad, seguramente asociadas a la edad, el nivel de condición física previo,
la utilización de contracciones musculares excéntricas (cuando el músculo se contrae
mientras se está elongando, como ocurre por ejemplo al bajar una pendiente) y la propia
intensidad del ejercicio. El adecuado enfoque medicamentoso ayuda considerablemente a
la adaptabilidad del ejercicio físico.
La mejoría en los pacientes aparece con la indicación de ejercicio físico aeróbico y con
algunos programas de fuerza. Los ejercicios de estiramientos y flexibilidad pueden mane- 311
jarse de forma coadyuvante especialmente en fases clínicas agudas.
b) Fuerza, entendiéndola como la capacidad del músculo para mantener o vencer una
resistencia, mejora el rendimiento muscular general y el dolor generalizado, pero no ha
demostrado mejoría en el componente del sueño o en la fatiga generalizada.
pacientes, pero su utilización en fases iniciales consigue una mejor adaptación al hábito
del ejercicio.
4. Individualizar la prescripción: Suele ser uno de los motivos del abandono y por
tanto debe regirse por la situación clínica del paciente.
Se trata de una escala de percepción subjetiva del esfuerzo, disnea o cansancio, que nos
sirve para valorar el nivel de esfuerzo que realiza el sujeto desde su punto de vista, y la
evolución que presenta el paciente. Entre las puntuaciones 11 y 13 de la percepción
del esfuerzo, se considera que el paciente está trabajando a un 75% de su frecuencia
313
cardiaca máxima, que es lo que debe alcanzar a la hora de realizar el ejercicio. Las pun-
tuaciones en dificultad para respirar y cansancio de piernas es aconsejable que
oscilen entre 2 y 4 de esta escala de Borg modificada.
Para el cálculo de la FCmáxima teórica aplicaremos: Mujer: 220 – edad. Hombre: 220 – ½ edad
Así pues si un hombre de 44 años, con una FCreposo de 75 spm, queremos de realice su actividad entre
el 40 % y el 50 % de intensidad calcularemos el siguiente rango:
Modelos de actividad
Recomendaciones previas:
1. No realizar ejercicios en las 3 horas siguientes a una comida abundante
2. Descansar 30 minutos al finalizar.
3. Los primeros 15 días caminar en llano. El ritmo depende de la capacidad de la per-
sona o de la frecuencia cardiaca indicada.
4. No avanzar en la distancia a recorrer si no tolera la fase previa
Tabla 3.- Pautas para llevar a cabo el trabajo aeróbico
Orientados hacia:
Orientados hacia:
-Movilización cervical
-Manos y muñecas -Caderas
-Hombros -Dorsolumbares
-De caderas pero en posición sentado -Extremidades inferiores
-Grandes grupos: solo lumbares y cuadriceps
Pauta: escoger un máximo de 5 para combinar Pauta: escoger un máximo de 3 junto a 2 del programa
con el entrenamiento aeróbico. suave para combinar con el entrenamiento aeróbico.
Como criterio general deberán indicarse los ejercicios que topográficamente correspondan a las zonas cuyos
puntos específicos de FM presenten menor dolor
Orientados hacia:
- Brazos
Orientados hacia: Orientados hacia:
- Tórax superior
- Hombro
- Resistencia escapulohumeral - Acondicionamiento general
- Abdominales cortos
- Brazo-antebrazo de la fuerza asociada a la resisten-
Cuadriceps (escaso)
- Equilibrio unipodal cia
Ejercicios Nº: 32 a 39 de la tabla Ejercicios Nº: 40 a 49 de la tabla
Ejercicios Nº: 27 a 31 de la
tabla
Pauta: escoger un máximo de 3 para Pauta: Escoger un máximo de 4
combinar con el entrenamiento aeróbi- para combinar con el entrenamien-
Pauta: escoger un máximo de
co. to aeróbico.
2 para combinar con el entre-
namiento aeróbico.
- Como ejemplo, los pacientes con afectación severa que nunca ha realizado activi-
dad física, o aquellos con cualquier grado de afectación con más de 10 años de ausencia
de práctica y que no caminan habitualmente, se deberá pautar un ciclo inicial de tres me-
ses de acondicionamiento, que pudiera seguir la propuesta siguiente:
- Ejercicio aeróbico: Caminar dos veces por semana según la pauta y sin criterios de
progresión.
- Programa Suave de estiramientos, dos veces por semana, que puede no coincidir
con el ejercicio aeróbico.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
- Ejercicio aeróbico: Caminar dos veces por semana según la pauta y aplicar criterios
de progresión
- Continuar con el Programa Suave de estiramientos, tres veces por semana
- Ejercicio aeróbico: Caminar dos veces por semana según la pauta y aplicar criterios
de progresión
- Continuar con el Programa Suave de estiramientos, cuatro veces por semana
POSICIÓN
GRÁFICO EJECUCIÓN DURACIÓN
INICIAL
316
Movilizar el cuello
De pie, en posición Descansar 30” des-
1 delante-detrás,
relajada y con las pués de cada serie.
derecha-izquierda
manos en la cintura Repetir 5 veces
de forma secuencial
Ciclos de 6 flexo-ex-
Flexionar y extender
2 Sentada con los tensiones. Descan-
la mano ayudándo-
brazos estirados sar 15”. Repetir 2
se con la otra
veces
Ciclos de 6 flexo-ex-
3 Sentada con los Flexionar y extender tensiones. Descan-
brazos estirados la mano sin ayuda sar 15”. Repetir 2
veces
Manténgase er-
5 guido y mueva los
Posición de pie. Cinco repeticiones.
hombros formando
círculos.
FIBROMIALGIA Y EJERCICIO FÍSICO
De pie, o sentada,
Sin girar el tronco,
la mano izquierda
7 se atrae el codo Cinco repeticiones
sujeta y tira del
hacia el pecho, por cada lado
codo derecho, y
cambiando de lado
viceversa.
Manténgase erguido
y mueva los brazos
8 Diez circulaciones
Posición de pie. formando círculos,
por brazo
con los codos ex-
tendidos.
Sentada con la
Cruzar una pierna
10 espalda recta y Cinco repeticiones
sobre otra cambian-
apoyada sobre el por lado
do de lado
respaldo
317
Elevar los brazos
Sentada con la
hasta colocarlos a la Tres repeticiones
11 espalda recta y
altura de la cabeza con 15” de descan-
apoyada sobre el
al mismo tiempo so entre ellas
respaldo
que se inspira
Manteniendo una
Posición de pie, pierna adelantada,
14 Cinco repeticiones
apoyada sobre un inclínese hacia el
por cada lado
objeto firme. objeto. Luego cam-
bie de pierna
Flexionando la rodi-
Posición de pie, lla, coja el pie con la
15 Cinco repeticiones
apoyada sobre un mano, luego repita
por cada lado
objeto firme. alternativamente
con la otra pierna.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Mantener la posición
De pie, con el talón
16 notando la tensión
elevado y apoyado a 30” con dada pierna
en el dorso de la
unos 50 cm.
pierna
Inclinarse deslizan-
Sentada con las
19 do las manos sobre 5 repeticiones de
piernas abiertas lo
las espinillas y man- 15”
más posible
tener la posición
Intentar tocarse la
Sentada con pierna
21 punta de los pies, 2 repeticiones de
estirada y apoyo de
manteniendo la 15” con cada pierna
la otra en la rodilla
posición
De rodillas adelan-
tando una pierna Inclinar el cuerpo
23 5 repeticiones de
flexionada apoyan- hacia delante man-
10”
do las manos sobre teniendo la posición
las rodillas
b) FUERZA
Cerrar fuertemente
Sentada con los
los puños, mante-
brazos extendidos 10 repeticiones de
27 niendo la posición y
hacia delante y pal- 10”, relajando los
después relajar las
mas mirando hacia brazos cada vez
manos sin bajar los
abajo
brazos
Intentar despegar
Tendida boca arriba, 10 repeticiones
las escápulas del
30 piernas juntas y de 5”, relajando el
suelo manteniendo
brazos estirados cuerpo cada vez
la posición
Inclinar el cuerpo
De pie, apoyándose 10 repeticiones de
32 hacia delante man-
sobre una esquina 10”, relajando el
teniéndolo con el
de pared brazo cada vez
apoyo de la mano
De pie y apoyada
Elevar los talones
36 con una mano sobre 10 repeticiones de
del suelo mante-
el respaldo de una 5”
niendo la posición
silla
De pie y apoyada
Elevar la rodilla y
37 con una mano sobre 10 repeticiones de
mantener la posi-
el respaldo de una 5”
ción
silla
Sentada con el
40 brazo estirado sobre Flexionar el codo 10 repeticiones con
la cabeza y con un por la espalda cada brazo
peso de ½ kg
6 repeticiones
Tumbada boca arri-
44 Separar los brazos seguidas. Realizar
ba con los brazos
hasta tocar el suelo 3 series. Descansar
estirados y juntos
entre serie
321
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ACTIVIDADES FÍSICAS ADAPTADAS: EMBARAZO Y
POST PARTO
Es importante reconocer el valor del ejercicio para todos los miembros de la sociedad,
incluidas las embarazadas. De todas maneras el ejercicio durante el embarazo sigue sien-
do, aunque cada vez menos, motivo de controversia
En nuestra sociedad actual cada vez son más las mujeres que desarrollan una actividad
deportiva de manera habitual, proceso que no debería interrumpirse en el momento que
queda embarazada. Pocas mujeres que se tomen la actividad física en serio se manten-
drán sedentarias los nueve meses de gestación.
Dados estos hechos no será difícil encontrar una embarazada en tu clase de gimnasia. 325
Caso contrario, limitadas serán las posibilidades de desarrollar una actividad global espe-
cífica para embarazadas en un mismo centro, a raíz del bajo crecimiento demográfico de
España.
Los cambios le harán perder su imagen corporal, podrá sentirse gorda, torpe, con as-
pecto extraño; las actividades que le ayuden a permanecer en contacto con su cuerpo le
harán sentir un mayor control y bienestar.
Nota importante:
Sistema Respiratorio:
El diafragma se eleva, por acción del útero. La caja torácica aumenta sus dimensiones
en el diámetro transversal y antero-posterior unos 10 cm para incrementar el la capaci-
dad vital a expensas de la capacidad residual funcional.
Metabolismo :
- Glucosa y aminoácidos son los elementos nutritivos fundamentales consumidos por
el feto.
Sistema Endocrino :
- Los cambios producidos en el embarazo se deben en gran parte a las hormonas.
- Aparato locomotor:
Articulaciones y ligamentos
Actitud Postural
Musculatura abdominal
El suelo pélvico
Sistema Digestivo:
Tendencia generalizada en la musculatura lisa a disminuir el tono.
326
Sistema Renal:
Aumenta el flujo de plasma renal y el ritmo de filtración glomerular.
Cambios de peso:
No es posible establecer un valor ideal de aumento de peso en el embarazo para todas
las mujeres, pero el Colegio de Obstetras y Ginecólogos Americanos recomiendan que,
independientemente del peso que tenían antes, se aumenten entre 10 y 12 kilos. Esto
está en relación favorable con el peso del niño al nacer.
ADAPTACIONES AL EJERCICIO
Pautas de trabajo:
Precauciones de seguridad:
EL PARTO
1 - La dilatación
2 - Período expulsivo
3 - Pujos y alumbramiento
El nacimiento del bebé implica una serie de cambios físicos y psicológicos para la mujer
que deben ser tenidos en cuenta
Cambio Físico:
La pérdida de peso suele ser de unos 6,5 kg. en el parto y la pérdida posterior puede
variar de tres meses a un año.
Se presenta dolor de espalda que puede ser tanto dorsal como lumbar.
Cambio Psicológico:
EL POST - PARTO
• El Peso :
Las hormonas favorecen el almacenamiento de agua y grasa para proteger la vida que
se esta gestando en el embarazo, y el amamantamiento después, con reservas para pro-
ducir leche de alrededor de 2 o 3 kilos que disminuyen al destetar.
Para una rápida recuperación son imprescindibles una dieta controlada y ejercicio
físico adecuado
• La Dieta:
Se recomienda ingerir unas 500 k/c mas de lo habitual pero no “comer por dos”.
Aumenta la sensación de hambre, especialmente después de cada toma, motivo por el 329
cual deben realizarse mínimo 3 comidas al día eligiendo bien los alimentos, teniendo en
cuenta las necesidades de calcio y proteínas. También el liquido ingerido debe superar el
litro y medio diario.
• El Ejercicio Físico:
Recomendaciones:
• Planificar el momento, darle prioridad al ejercicio sobre otras cosas, ya que le per-
mitirá ser mejor madre, mejor esposa...
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
• Si se esta cansada, por los cuidados del bebe y la falta de sueño, se puede dividir
el ejercicio en dos sesiones de menos tiempo e inclusive realizar la actividad física con el
bebé.
• Los ejercicios es mejor realizarlos en el suelo que en la cama y siempre con la es-
palda bien apoyada.
• Debe concentrarse en cada uno de los ejercicios manteniendo una respiración con-
trolada
EL PUERPERIO INMEDIATO
En su primera fase es responsabilidad profesional del fisioterapeuta y el personal sani-
tario a cargo. Es importante en esta etapa evitar el “reposo total” por procesos de trom-
boflebitis.
• Pautas de trabajo:
El ritmo de trabajo se ira incrementando paulatinamente, sin forzar, con unas 10 repe-
ticiones de media por ejercicio realizadas lentamente.
- EL PUERPERIO ALEJADO
• Valoración :
Del alumno: observación frente al espejo - musculatura hipertónica / hipotónica
Del profesor: diastasis de los rectos / del pubis - lumbalgias - I.U.E.
• Objetivos:
Restablecimiento de posibles disfunciones - Reequilibración lumbo - pélvica
Potenciación de musculatura hipotónica: abdominales / glúteos / periescapulares /
pectoral - atención a la cifosis.
Concienciación y adiestramiento en la recuperación del suelo pélvico.
• Pautas de trabajo:
Permite a la madre disfrutar de una actividad placentera con su bebé en ese tiempo de
baja maternal y representa a la vez una sobrecarga para los ejercicios que se va incre-
mentando paulatinamente.
• Estimulación Precoz
En el primer trimestre el niño se orienta por los sentidos, es preciso hablarle, aca-
riciarlo y tomarlo en brazos. Se le proporcionan estímulos que le ayudan a establecer
contacto con el mundo y a acostumbrarlo al movimiento.
• Masaje Infantil
No es un masaje terapéutico, sino que se aplica por su acción benéfica sobre sistema
nervioso, muscular y cardiovascular. El simple hecho de acariciar el cuerpo del bebe in-
crementa el vinculo padres - hijo, favorece el desarrollo corporal y estimula el sistema
inmunitario.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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- Wolfe, L.A. et al. “Prescription of aerobic exercise during pregnancy”. Sports Med. 8:273-301. 1989
INTRODUCCIÓN
La deficiencia visual se puede definir como cualquier pérdida visual del sujeto, la cual
admite gradaciones. La ceguera implica una pérdida total de visión que incluye la ausencia
de percepción y proyección de luz.
Debemos hacer una llamada de atención sobre lo que entendemos por ciego. No es
lo mismo el ciego total, sin resto alguno, que el ciego legal, que en el mejor de los casos
posee un resto que le permite ver luz, bultos o discriminar formas o colores. Es evidente
que entre una categoría y otra existen diferencias sustanciales, diferencias que básica-
mente se centran en cómo el ciego total se representa el mundo que le rodea, en cómo
accede a la información del medio, en cómo adquiere un dominio del espacio y en cómo
asimila e interioriza pautas de comportamiento y modelos de conducta. Por otro lado,
debemos tener presente que las personas etiquetadas como ciegas no constituyen una
población homogénea en habilidades, aptitudes, actitudes o talento propio para la reali-
zación de tareas o para dar sentido al mundo donde viven, sino que cada una constituye 333
una unidad única e irrepetible tal y como ocurre con los videntes.
No quiere decir esto que se trate de un ser anormal que deba adaptarse a la realidad
que podríamos llamar “normal”, sino que es un ser marcado por un determinado defecto
o más correctamente impedimento u obstáculo, que si no logra superar traumatizará su
vida y será factor decisivamente perjudicante en el proceso de su integración social.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Es fácil darse cuenta de que el invidente no tiene ninguna soltura; sus acciones, gestos
o reacciones son poco amplias y casi siempre crispadas. En la actividad física encontramos
un perfecto medio para lograr liberarle de esa tensión excesiva, ayudándole a alcanzar un
completo desarrollo personal y una auténtica sensación de integración.
Aquí hay que distinguir dos grupos según el momento de aparición de la minusvalía
visual.
el hilo conductor hacia la recuperación del nuevo papel social que a partir de entonces
tendrá el invidente.
La evolución del ciego está sometida a las mismas leyes que la evolución de un niño
vidente. Las diferencias radican en el cuándo y cómo de esa evolución pero no en la evo-
lución en sí misma.
Esas diferencias evolutivas suelen provocar en los niños deficientes visuales un retraso
de entre dos y cuatro años respecto a los videntes.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, parece claro que las diferencias entre vi-
dentes e invidentes responden a un problema de modalidad perceptiva y no a un retraso
intelectual.
DESARROLLO PERCEPTIVO
El niño ciego es un niño que se puede desarrollar como cualquier vidente, pero que
sigue rutas diferentes para conquistar su desarrollo.
En términos generales se puede afirmar que el rendimiento que los niños ciegos ob-
tienen en tareas táctiles y auditivas es inferior al de los videntes. Se ha comprobado que
dicha inferioridad tiende a desaparecer conforme los ciegos van creciendo y recibiendo
una instrucción adecuada.
335
¿Por qué sucede esto?. Se ha comprobado que la vista tiene como uno de sus objetivos
fundamentales ayudar a integrar las diferentes modalidades sensoriales y comprender las
variadas informaciones que recibimos de los sentidos. Un niño sin problemas de visión
puede contemplarse las manos cuando sostiene un juguete con ellas, a la vez que puede
manipularlo, sentirlo y escuchar el sonido que emite si es sonoro. En el niño ciego no su-
cede toda esta secuenciación, no integrando de igual forma las impresiones que le produ-
ce ese mismo juguete en cuanto a textura, forma, tamaño, manejabilidad, sonoridad, etc.
La visión es un sentido que rápidamente unifica estas sensaciones y pone en relación un
sentido con otro. En los niños ciegos no existe este elemento unificador y las tareas que
dependen de él están mermadas. Este retraso todavía es mayor cuando la tarea es com-
pleja y exige establecer relaciones –orientación espacial-. En el caso de tareas perceptivas
sencillas como peso, sonido y textura, la actuación de los niños ciegos es equiparable a
la de los videntes.
En general y a modo de síntesis podemos establecer tres tipos de factores que retrasan
el desarrollo perceptivo del niño ciego. Estos son:
c) Uso menos eficaz del resto de los sentidos por la falta de integración sensorial antes
indicada.
El primer paso en el desarrollo del tacto, para que éste sea útil como vehículo del cono-
cimiento, es la atención. Atención para descubrir texturas, materiales, temperaturas, etc.
336 El Oído es otro de los sentidos que el ciego debe desarrollar. Las estimulaciones au-
ditivas son constantes, y muchas de ellas irrelevantes. Por ello, es necesario desarrollar
una percepción selectiva mayor aún que la que debe desplegar el vidente, de cara a que
los sonidos que perciba sean significativos para sus desplazamientos y reconocimientos.
Al igual que el tacto, el oído debe seguir los pasos siguientes en su desarrollo:
DESARROLLO COGNITIVO
Dentro del desarrollo cognitivo hemos incluido diversos aspectos como son la inteligen-
cia, el conocimiento e imagen mental de los objetos y la noción que de sí mismo tiene el
ciego, que a continuación comentaremos.
La inteligencia
Estudios realizados demuestran que las puntuaciones medias en CI (test de WISC)
de los niños ciegos difieren significativamente de las de los videntes. El autor del estudio
PERSONAS CON DISCAPACIDAD SENSORIAL: DÉFICITS VISUALES
(Tillman) encontró un CI medio de 92 para un grupo de 110 niños ciegos de edades com-
prendidas entre los 7 y 13 años, en comparación a un CI de 96,5 para un grupo de control
de videntes. En un estudio más pormenorizado de los datos vio que los niños videntes
eran superiores a los ciegos en tareas de comprensión y semejanzas. Por el contrario, las
diferencias no eran significativas en el caso de las escalas de información, aritmética y
vocabulario. Tillman puso, pues, de relieve que los niños ciegos pueden ser superiores a
los videntes en tareas que requieren un tiempo limitado, mientras que fallan al integrar
los hechos diferentes que aprenden.
Los objetos
Otra característica a destacar en el desarrollo del niño con ausencia de visión viene
determinada por el tipo de información que le proporciona la percepción auditiva. La in-
formación auditiva recibida a través del oído presenta rasgos diferenciadores respecto a la 337
información visual, que pueden retrasar la evolución de estos niños. Hemos de considerar
que los sonidos raramente son continuos, mientras que la visión si lo es. Se puede oír un
sonido un minuto y estar otro sin oírlo, lo que no significa que el objeto haya dejado de
existir, resultándole difícil entonces al niño sin visión comprender que aunque el sonido ya
no esté, el objeto sigue existiendo.
A modo de resumen, podemos decir que la comprensión del mundo de los objetos por
parte del niño ciego es diferente a la del niño vidente y, en muchos casos, permanece así
hasta la vida adulta. La vista tiene una función unificadora que permite que lo visto sirva
de experiencia y pueda ser anticipado. En caso de ausencia de visión, la información táctil
y auditiva dificulta la anticipación de los sucesos y de las reglas que los rigen.
Los bebes ciegos entran en contacto con las personas antes que con los objetos, debi-
do a que no pueden mirar a su alrededor y experimentar visualmente; oyen hablar a las
personas antes de que puedan manipular los objetos. Las edades de reacción diferenciada
ante personas familiares y personas extrañas son aproximadamente las mismas en los
niños con y sin visión, aunque hay casos de niños ciegos en los que este desarrollo tarda
más tiempo o incluso no se produce nunca.
Los niños videntes pueden sacar mucho provecho de rutinas familiares y experiencias
en el cuidado y en el juego, mientras que los niños ciegos tienden a aferrarse a expe-
riencias rutinarias y familiares. Hasta que comienza a dirigirse a los objetos el bebé ciego
sólo experimenta los objetos de su alrededor si se le lleva hacia ellos o si sus padre se los
llevan ante él. El niño ciego no realiza gestos o ruidos de petición hacia objetos que están
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
fuera de su alcance, hasta que se da cuenta de que tienen una ubicación concreta y que
puede utilizar a las personas para que se los den. Pueden ignorar incluso cosas que noso-
tros damos por sentado, como por ejemplo que tenemos dos manos. Al no poder percibir
el cuerpo de otras personas de un vistazo, ni verse a sí mismos en un espejo, sino sola-
mente tocar diferentes partes del mismo, tiene muchas dificultades para comprender que
todas las partes se relacionan entre sí, aunque muchas de sus acciones estén centradas
en su propio cuerpo.
Para acabar este apartado podemos decir que la comprensión que tiene el niño ciego
de sí mismo y de otras personas como entidades separadas –aunque compartiendo deter-
minadas características que los distinguen de los objetos- se produce con mayor lentitud
que en el niño vidente.
Desarrollo motor
El niño que no conoce el medio, cuyos padres le impiden moverse por si se golpea o
por si rompe algo, se sentirá inseguro en sus movimientos. Estas tensiones conducirán al
establecimiento de movimientos rígidos e incluso pueden tener consecuencias físicas muy
graves (fragilidad, musculatura débil, cabeza hundida o inclinada, brazos colgando por
338 delante del cuerpo, etc.) y estimulatorias (desinterés, carencia de estímulos, etc.).
Pero pueden aparecer trastornos del movimiento más específicos, que afectan sobre
todo a dos campos: la marcha y las actitudes cuando el niño está parado.
Marcha
El ciego suele caminar con las piernas demasiado separadas, al tiempo que mantiene
los muslos apretados. Las rodillas no se doblan. El pie no se posa sucesivamente en el
suelo, desde el talón a la puntera en movimiento de secante, sino que lo hace en un solo
bloque, de golpe. A veces, el niño anda de punteras o talones. Existen también irregula-
ridades en los pasos, siendo éstos anormales por excesivamente cortos o largos. Igual-
mente es frecuente que arrastren los pies al andar. Se observa también que caminan con
los pies en escuadra, es decir con los talones muy próximos.
Parado
Cuando el niño está parado es muy frecuente la aparición de balanceos del cuerpo
hacia adelante o atrás, o hacia los lados, apoyándose alternativamente en los pies. Su
causa no es una lesión neurológica. Estos gestos motrices de carácter autoestimulatorio,
responden a un aislamiento sensorial o a una inadecuación de los estímulos ambientales
recibidos.
PERSONAS CON DISCAPACIDAD SENSORIAL: DÉFICITS VISUALES
Otras actitudes que aparecen son de carácter autoagresivo, siendo la más frecuente
que el niño presione los ojos con sus propios dedos.
Si queremos conseguir, por ejemplo, que un niño sin visión aprenda a andar de una
forma correcta y coordinada es preciso que le enseñemos todas y cada una de las pos-
turas, haciendo que las “tacte” en nosotros mismos, utilizándonos como modelo. De lo
contrario las posturas adquiridas y no corregidas desde el inicio, permanecerán en la vida
adulta.
El espacio es un lugar circunscrito por unos límites. El espacio total viene configurado 339
por tres espacios que se adquieren progresivamente, en el siguiente orden:
- Espacio topológico: Sería un espacio de dos dimensiones, con geometría local, que
incluiría conceptos como continuo, discontinuo, vecindad, campo, frontera, apertura,
clausura, interior, exterior.
Las etapas del desarrollo espacial son iguales en ciegos y normovidentes: primero
aparecen las nociones topológicas, luego las euclidianas y métricas, y finalmente las
proyectivas. La diferencia principal radica en el momento en que aparecen cada una de
ellas. Las nociones topológicas en niños ciegos se igualan con las de los videntes hacia los
doce o trece años. En cambio, las euclidianas y proyectivas no lo hacen hasta los catorce
o quince años. Así pues, hacia los quince años el desarrollo espacial de videntes y ciegos
se equipara.
Autores mantienen que todos los problemas de conocimientos espaciales son accesi-
bles al niño ciego si estos le son explicados adecuadamente.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
El espacio tiene importantes implicaciones con el movimiento, pues es este el que de-
termina el tipo de espacio en el niño ciego. De esta manera, el espacio próximo es más
sencillo de adquirir y dominar por el niño ciego. No ocurre lo mismo con el espacio lejano
en el que aparecerán dificultades de conceptualización.
Hemos visto a lo largo de esta exposición, las dificultades del deficiente visual en su
desarrollo y maduración psicomotriz. Estas dificultades responden a un problema de mo-
dalidad perceptiva, repercutiendo sobre el desarrollo del esquema corporal y espacial y,
consecuentemente, en su desarrollo motor.
CONCLUSIONES
340 La alineación corporal en el deficiente visual está alterada, en mayor o en menor me-
dida, afectando la eficacia funcional del deficiente visual.
Los deficientes visuales con mala alineación presentan acortados ciertos músculos y
grupos musculares.
El equilibrio y la coordinación están afectados, así como la marcha que presenta ciertas
peculiaridades.
El deporte tiene que ver con un amplio entrenamiento básico o con la formación y de-
sarrollo continuo y armónico del sistema cardiovascular, la fuerza muscular, la coordina-
ción, el equilibrio y la movilidad de las articulaciones.
Un breve apunte para significar la mala valoración que se hace en el caso de los defi-
cientes visuales ya que, todavía en muchos casos, se piensa que no presentan problemas
importantes respecto a su desarrollo psicomotor. Se cree, a veces, que la atención pres-
tada en este ámbito de trabajo al resto de los niños del aula es suficiente para aquéllos.
Hay estudios que han aportado numerosos datos suficientemente significativos, res-
pecto a los problemas psicomotores que se pueden encontrar en los niños con baja visión.
PERSONAS CON DISCAPACIDAD SENSORIAL: DÉFICITS VISUALES
El alumno deficiente visual debe ser valorado con pruebas algo más específicas de las
que habitualmente se hacen en las clases de Educación Física (al margen de la clásica
velocidad, abdominales, resistencia, etc.) y comparar sus resultados (en pruebas de equi-
librio, coordinación, etc.) con el resto de integrantes del aula, para de verdad obtener una
idea clara sobre el grado de madurez alcanzada.
Todas estas clasificaciones se realizan con mediciones en el mejor ojo y tras la mejor
corrección posible.
341
La O.N.C.E. no admite los B3 en su seno, al menos oficialmente.
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
342
PNI Y PREVENCIÓN DE LESIONES
Daniel de la Serna
C.B. Estudiantes
INTRODUCCIÓN
El organismo del ser humano tiene grabado en las estructuras neurológicas correspon-
dientes los mecanismos necesarios que le permiten la adaptación al medio en el que vive
configurando de este modo la memoria colectiva de la especie.
Posiblemente en esta capacidad adaptativa residen los mecanismos más efectivos para
prevenir las temidas lesiones. La respuesta curativa a una lesión la encontramos en el
propio cuerpo, nuestros genes se hacen cargo de orquestar toda una serie de mecanismos
que permiten la correcta recuperación de la misma. Por eso como agentes de salud que
participamos de un modo o de otro en los procesos de recuperación de los deportistas
tenemos la obligación de adquirir un profundo conocimiento sobre la fisiología de nuestro
organismo.
La PNI, siglas de psiconeuroinmunología trata de explicar las complejas relaciones
existentes entre los distintos sistemas de nuestro organismo que participan en los me-
canismos de homeostasis, recuperación y fortalecimiento de la salud de las personas. De
este modo, a lo largo de este capítulo trataremos de explicar el modo en el que se rela- 343
cionan entre sí el sistema neurológico, el sistema endocrino, el sistema inmunológico con
los aspectos más emocionales de los individuos. Veremos como conociendo el entramado
de reacciones y de comunicaciones existentes entre todos estos sistemas podemos influir
de un modo determinante reforzando positivamente la salud de nuestros deportistas.
En este sentido actuaciones tan básicas como potenciar un buen descanso, desarro-
llar mecanismos que permitan tener un buen control del estrés o llevar una alimentación
correcta se convierten en intervenciones de primer orden para prevenir lesiones y salva-
guardar el estado de salud.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
ESTRUCTURAS DIANA
Dentro de todas las estructuras que participan en los mecanismos de adaptación del
cuerpo, hay tres que asumen un control de las mismas y que mantienen comunicación
continúa por vía electroquímica, que son el sistema límbico, el sistema nervioso y el siste-
ma endocrino. A estos dos últimos nos referiremos en adelante como si de un solo sistema
se tratara, el sistema neuroendocrino. Por la importancia que tienen estas estructuras a
la hora de mantener este equilibrio, detallaremos más en concreto el funcionamiento de
las mismas.
SISTEMA LÍMBICO
HIPOCAMPO
Es la estructura neurológica en la que tenemos grabados los sistemas de información
resultantes de la evolución de la especie. Son los programas más elementales y básica-
mente necesarios para mantenernos con vida:
1. Sobrevivencia.
344
2. Relajación y descanso.
3. Termorregulación.
4. Reproducción.
AMIGDALA
Hasta hace poco tiempo, la visión convencional de las neurociencias ha sido que el ojo,
el oído y otros órganos sensoriales transmitían señales al tálamo y desde aquí a las regio-
nes del neocortex encargadas de procesar las impresiones sensoriales. Desde el neocor-
tex, sostiene la vieja teoría, las señales se envían al sistema límbico y desde aquí se
irradian las respuestas apropiadas al resto del cuerpo. Esta es la forma en la que funciona
la mayor parte del tiempo, pero Le Doux, J (1994) describe junto a la larga vía neuronal
que va al córtex, la existencia de otra vía neuronal que comunica directamente el tálamo
con la amígdala. Esta vía secundaria y más corta, permite que la amígdala reciba algunas
señales directamente de los sentidos y emita una respuesta emocional antes de que sea
registrada por el neocórtex.
Durante mucho tiempo los psicólogos y los filósofos han eludido el intentar dar una
definición al concepto de emoción, posiblemente sea porque este término engloba mu-
chas más sutilezas en si mismo que palabras para describirlas. Los investigadores todavía
están en desacuerdo con respecto a cuales son las emociones que pueden considerarse
primarias, de hecho ni siquiera coinciden en la existencia real de emociones primarias.
1. Miedo
2. Ira
3. Tristeza
4. Alegría
Que son reconocidas por personas de culturas diversas procedentes de todo el mundo,
hecho que parece sugerir su universalidad.
No cabe duda de que esta lista no resuelve todas las dudas a la hora de categorizar
las emociones, ¿qué ocurre con los celos, o con la esperanza, la fe, el valor, el perdón, la
certeza, la duda, la apatía o el aburrimiento?
Autores como Felten, Adler o Varela comienzan a finales de los años 80 y comienzos
de los 90 del siglo pasado a relacionar los estados emocionales con el sistema nervioso
y con el sistema inmunológico. Así, observan como los mensajeros químicos más activos
en el cerebro y en el sistema inmunológico se concentran en las regiones neurológicas
encargadas de dar control a las emociones (hipocampo y amígdala).
Felten descubre la conexión entre las terminaciones nerviosas del sistema neurovege-
tativo y las células del sistema inmunológico. Este punto físico de contacto permite a las
células nerviosas liberar neurotransmisores que regulan la actividad de las células inmu-
nológicas y lo más sorprendente es que esta comunicación es bidireccional.
Cada vez es mayor la información que subraya la importancia clínica de las emociones
y cuan dañino es el impacto que tienen las emociones negativas sobre el estado de salud.
Estudios presentados por Howard Friedman y Boothby- Kewley (1994) demuestran como
las personas que sufren de ansiedad crónica, largos episodios de melancolía, pesimismo,
irritación, escepticismo y desconfianza presentan una especial propensión a contraer en-
fermedades como asma, artritis, úlceras o patologías cardiovasculares. Las emociones
negativas son pues un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad, constituyendo
una seria amenaza para la salud.
Por lo tanto podemos comprobar como las relaciones entre la amígdala y el neocortex,
las relaciones entre las respuestas emocionales y las respuestas racionales y las relacio-
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
desde un punto de vista anatómico son idénticos pero desde un punto de vista funcional
presentan importantes diferencias. Ambos hemisferios están comunicados por una es-
tructura que ocupa un lugar central en el encéfalo que es el cuerpo calloso, donde más de
346 300 millones de neuronas intercomunican ambos hemisferios. Cada uno de estos hemis-
ferios procesa la información de manera diferente. Así el hemisferio derecho trata sobre
el momento presente, el aquí y el ahora. Toda la información que le llega a través de los
diferentes sistemas sensoriales le permite obtener una impresión sobre la apariencia del
momento presente.
En cambio, el hemisferio izquierdo trabaja de una manera mucho más lineal. Tiene que
ver con el pasado y con el futuro, esta diseñado para analizar el presente a través de la
observación de los pequeños detalles, clasificándolos y asociándolo con lo aprendido en el
pasado y proyectándolo hacia el futuro. El hemisferio izquierdo es el que continuamente
conecta mi mundo interior con el exterior, es el que me recuerda que tengo que hacer
la compra para poder comer y o lavar la ropa cuando esta está sucia. Estas dominancias
funcionales debemos entenderlas con muchas reservas ya que dada la plasticidad del
cerebro, ninguna función es controlada exclusivamente por un hemisferio. Partiendo de
PNI Y PREVENCIÓN DE LESIONES
Parece pues una intervención de primer orden el conseguir una correcta modulación
entre el pensamiento racional y el pensamiento emocional igualmente entre las emocio-
nes positivas y las emociones negativas para conseguir ese equilibrio que potencia los
mecanismos del organismo para mantener el estado de salud.
SISTEMA NEUROENDOCRINO
Las relaciones electroquímicas entre la hipófisis y el hipotálamo permiten describir
desde un punto de vista de la fisiología al sistema nervioso y al sistema endocrino como
un único sistema. El sistema neuroendocrino es el verdadero sistema que facilita la ca-
pacidad de adaptación del organismo al entorno, entendiendo por adaptación como el 347
conjunto de respuestas que va dando el cuerpo en cada momento según las influencias a
las que está sometido, tanto endógenas como exógenas.
Lo constituye toda una cadena de ganglios que se encuentran por delante de los seg-
mentos medulares cervicales-lumbares.
PNI Y PREVENCIÓN DE LESIONES
Para asegurar estas funciones del sistema nervioso neurovegetativo, se hace impres-
cindible la función del sistema endocrino, cuya actuación tiene lugar vía producción de
neuromensajeros que completan la función neurovegetativa.
DESCANSO Y REGENERACIÓN
El descanso del organismo a través del sueño reparador se convierte en uno de los pi-
lares imprescindibles para el mantenimiento del equilibrio en el cuerpo. Todo el conjunto 349
de reacciones que acontecen durante el descanso nocturno buscan el objetivo fundamen-
tal de reparar los daños acontecidos durante el periodo del día en el que el organismo
debe rendir tanto física como intelectualmente. Toda esta actuación reparadora se produ-
ce fundamentalmente a través de la regeneración de los tejidos.
En este sentido la glándula pineal o epífisis dirige la puesta en marcha de los mecanis-
mos de regeneración. Esta glándula, verdadero reloj biológico del organismo regula los
ciclos sueño vigilia, siendo por tanto la oscuridad el estímulo que la activa. La activación
de la epífisis implica la puesta en marcha de los mecanismos de producción de melatoni-
na, hormona precursora del sueño.
cumple otra función no menos importante a nivel cerebral que es la captación de radicales
libres. El alcohol actúa como un inhibidor de la melatonina impidiendo que ésta pueda in-
ducir un sueño correcto y pueda captar radicales libres facilitando por tanto la destrucción
neuronal a nivel del encéfalo.
El perfecto sincronismo entre sueño vigilia y día y noche supone un ciclo imprescindible
para la salud del organismo. Cuando este ciclo se ve alterado por diferentes causas, la
ausencia de descanso o un mal descanso suponen un elemento de riesgo de primer orden.
350
INTERVENCIONES ÓPTIMAS:
EJERCICIO FÍSICO AERÓBICO DIARIO:
Conviene tener en cuenta la fisiología del sueño, por eso es importante que el ejercicio
físico se realice antes de que anochezca para estimular la producción de melatonina. Si el
ejercicio físico se hace una vez ha anochecido se estimula la producción de cortisol, lo que
dificulta aún más la inducción del sueño.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
La competencia entre estas hormonas se explica por el hecho de que ambos grupos
proceden de una misma sustancia, el colesterol. En situaciones de estrés el colesterol es
metabolizado en cortisol, viéndose bloqueada la vía de metabolización hacia las hormonas
trofotróficas y apareciendo de este modo este desequilibrio que nos sintoniza hacia la le-
sión. Este hecho explica también porque el aumento de cortisol reduce los niveles de hor-
monas sexuales y por tanto pueden aparecer síntomas como la desaparición de la libido
sexual y de la capacidad reproductiva y regenerativa, tanto en hombres como en mujeres.
El colesterol, es una grasa que sintetizamos en nuestro propio organismo, nuestro hí-
gado produce unos 2gr/día aproximadamente, aunque su producción está muy influencia-
da por la cantidad de colesterol que inyectamos al organismo a través de la alimentación.
Se trata de una sustancia muy pesada que debe ser transportada por diferentes proteínas
para que pueda cumplir su función en los mecanismos de reparación celular.
Así, ante la necesidad de reparar la fluidez de las membranas celulares, nuestro híga-
do produce también estas proteínas para transportar al colesterol, hablaremos de dos de
ellas:
PNI Y PREVENCIÓN DE LESIONES
Solo se estimula la producción de HDL con niveles de ácido láctico por debajo de
2,2mmoles. Esto exige trabajar a una intensidad muy baja, durante unos 45-60 minutos
al día.
ALIMENTACIÓN:
A. Para mejorar la fluidez de las membranas: Conviene que aportemos ácidos grasos
más elásticos para evitar daños en la estructura membranosa celular y obligar al hígado a
tener que trabajar más para producir colesterol, así los ácidos grasos más recomendables
son:
- Ácidos grasos Ω3: DHA, EPA. Presentes en el pescado azul, aceite de linaza, nueces.
- Ácidos grasos Ω6: Ácido linoleico. Presente en frutos secos, cereales, semillas, aceite
de onagra, calabaza, soja y germen de trigo.
C. Para disminuir los niveles de LDL: Debemos incorporar en la dieta una mayor can-
tidad de aminoácidos sulfatados. Los vamos a encontrar fundamentalmente en el ajo y en
menor medida en la cebolla. (Orekhov, 1997)
Conviene en este sentido tratar de dar una definición aproximada al concepto de es-
trés. Para la OMS, el estrés es aquella situación que genera en el organismo un conjunto
de reacciones fisiológicas que le preparan para la acción. De esta definición un tanto re-
duccionista, se deduce que todas estas reacciones deben ser momentáneas y estar suje-
tas a la duración de la situación que determina la necesidad de pasar a la acción. En este
sentido, el organismo es capaz de adaptarse a través de una serie de reacciones químicas
que le permiten dar una respuesta a esa situación.
Pero, ¿qué ocurre, cuando esta situación se mantiene en el tiempo y por tanto el or-
ganismo del ser humano se ve obligado a tener que estar adaptándose a ella continua-
mente? De estas situaciones se derivan dos conceptos que conviene diferenciarlos. Por
un lado hablamos de un estrés fisiológico agudo que permite al organismo adaptarse a
una situación momentánea, que le va a exigir un rendimiento concreto, recuperando su
normalidad y su equilibrio una vez que esa situación ha finalizado. En el segundo caso
hablamos de un estrés no fisiológico, crónico, al que también se le conoce con el nombre
de distrés. En este caso el conjunto de reacciones químicas que ocurren en el organismo
terminan por provocar una pérdida de la capacidad adaptativa del organismo, abriendo la
puerta a la enfermedad o a la lesión.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Es por tanto un estrés patológico. Veamos con detenimiento en que consisten todas
estas reacciones fisiológicas que permiten adaptarse o desadaptarse al organismo de los
individuos.
ESTRÉS
354
DISTRÉS
elevadas es muy alto. Por un lado, las reservas de dopamina, hormona precursora de la
noradrenalina y adrenalina, se consumen.
La caída de la dopamina, arrastra por tanto la caída de la adrenalina, motivo que ex-
plica síntomas típicos como la depresión, la desmotivación y el agotamiento. Así mismo,
en fisiología, la dopamina modula la función de otra hormona que es la prolactina. Cuan-
do cae la dopamina, la actividad de la prolactina se dispara provocando una activación
de los procesos inflamatorios (por ejemplo, la prolactina alta es la responsable de que
los linfocitos que circulan en sangre, se adhieran a las paredes de los vasos sanguíneos
desencadenando respuestas inflamatorias). Así mismo, la prolactina impide que el POMC 355
pueda dividirse en beta-endorfinas, metabolizándose solo en ACTH.
En esta situación, los niveles de cortisol se acumulan en exceso paralizando
los pro-
cesos de regeneración celular, incluyendo la mucosa del tubo digestivo y las células del
sistema inmunológico y además no se producen beta-endorfinas. Llegados a este punto,
nos encontramos con una paralización de los procesos regenerativos, vasoconstricción
periférica, niveles altos de cortisol, niveles bajos de catecolaminas que impiden que nos
adaptemos al estrés y carencia de beta-endorfinas que convierten a esta situación en
desagradable, no disfrutable y muy patológica.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
PNI Y PREVENCIÓN DE LESIONES
Son sinérgicas y deben tomarse juntas, las que participan más como coenzimas son:
- B3.
Fuentes: carne, pescado, aves, leche, levadura de cerveza, sésamo, cereales y pipas
de girasol.
- B6.
Carencia: acné, alopecia por zonas, úlceras bucales, sensación de descargas eléctricas.
- B12.
Necesidades: 5-1000mcg/día.
VITAMINA C:
Antioxidante Esencial para la salud, ya que gran cantidad de funciones corporales de-
penden de su reposición diaria. Imprescindible para la formación de colágeno, proteína
que forma parte de casi tisis los tejidos del organismo.
Carencia: encías sangrantes, mala cicatrización, piel reseca, cansancio, polialgias ar-
ticulares.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Una dieta, aunque compuesta de manera sana e integral, no contiene suficientes sus-
tancias esenciales para realizar salud (según definición de la OMS). Faltan entre otros,
vitaminas (C, E y B6), oligoelementos (zinc, hierro, selenio), minerales (potasio, magne-
sio), aminoácidos esenciales y sustancias secundarias como bioflavonoides.
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358
EL ENTRENADOR PERSONAL ORIENTADO A LA SALUD
Por ejemplo, en la Antigua Grecia, los gimnasios eran lugares donde se preparaban
físicamente a los jóvenes para la guerra. Aunque también se les educaba en ciencias y
política. Se puede decir, que la vida social de los griegos libres se llevaba a cabo en los
gimnasios. Para los griegos, la práctica de ejercicio físico no sólo servía como medio de
entretenimiento, sino que estaba relacionada con la higiene, la medicina, la ética y la es-
tética personal.
cas, funcionales y estructurales, además de una buena imagen corporal estética y atlética
(aunque no se suele renunciar a este objetivo). Actualmente, se demandan actividades
saludables donde se disfrute y se sienta bienestar. A esta filosofía de práctica deportiva se
le ha denominado “Wellness” (Muyor, 2006).
En esta línea, Arbinaga y García (2003) realizaron un estudio cuyo objetivo fue analizar
las motivaciones de los usuarios de un gimnasio que realizaban musculación mediante el
entrenamiento con pesas. Estos autores encontraron que los objetivos de estos practi-
cantes relacionados con factores meramente estéticos ya no predominaban tanto como
en años anteriores, sino que presentaban otras preocupaciones como el mantenimiento
de la salud.
En otro estudio realizado sobre el perfil motivacional de los usuarios inscritos en las
instalaciones deportivas municipales de Almería, se encontró que la mayoría de los abo-
nados que acudían centros, era para mejorar su estado de salud, ya fuese por prescripción
médica o porque conocían los beneficios que le reporta su práctica (Muyor, 2008).
En la actualidad, se están dando una serie de condicionantes como son el aumento del
tiempo de ocio de las personas, el fácil acceso hacia el conocimiento sobre temas relacio-
nados con el ejercicio físico, la aparición de enfermedades hipocinéticas, y, en definitiva,
una mayor preocupación de la salud. Todo ello, además de otros factores, está provocan-
do un aumento de la demanda, por parte de la población, de un profesional especializado
en la prescripción de ejercicios físico, como es el caso de la contratación de un entrenador
personal.
desarrollar sus funciones en la propia casa del cliente. Además, debe estar capacitado
para la prescripción individual del entrenamiento, y es supervisor y asesor de sus propios
programas (Rupp, Campell, Thompson, y Terbizan, 1999).
Como comenta Jiménez (2005), el entrenador personal también debe ser un profesio-
nal de la comunicación, definiéndolo como un profesional proactivo. Es decir, poseedor
de los máximos conocimientos, pero a la vez con la máxima capacidad de estar atento y
sensible a sus clientes. También, añade que el éxito del entrenamiento personal no es so-
lamente la consecución de resultados físicos, sino que hay una serie de objetivos “ocultos”
que el cliente no los dice, pero que existen.
En la literatura hay publicados diversos estudios donde se exponen los beneficios que
se obtienen al realizar programas de ejercicio físico supervisados por un entrenador per-
sonal. En este sentido, se ha observado que el entrenamiento personalizado influye po-
sitivamente en el aumento de la amplitud de movimiento, el nivel de grasa corporal y el
aumento del consumo máximo de oxígeno (Maloof, Zabik, y Dawson, 2001).
Por otro lado, el hecho de hacer ejercicio físico con un entrenador personal aumenta la
adherencia hacia el programa al tener un compromiso “moral” con otra persona. Además,
éste favorece la mejora de la condición física porque al dar ánimos para continuar con el
entrenamiento, produce un mayor estímulo y motivación en el deportista, lo que hace que
entrene con más entusiasmo y pueda movilizar cargas mayores, repercutiendo positiva-
mente en sus adaptaciones estructurales (Ratamess et al., 2008).
un público potencial que posee unas características determinadas (en función de cada
patología). Si la instalación deportiva no dispone de gabinete médico o el entrenador per-
sonal trabaja de manera autónoma, es aconsejable que, como mínimo, antes de prescribir
el programa de ejercicio físico se realice un pre-filtro consistente en: un cuestionario de
capacitación para la práctica deportiva, un cuestionario de historial médico y de práctica
física anterior y, por último, un consentimiento informado del cliente para la realización de
dicho programa. Aunque, en ningún caso, esta medida debe sustituir la evaluación médica
por parte de un facultativo (McNeely, 2008).
Entre los beneficios de administrar dicho cuestionario están (McNeely, 2008):
- Ayudar a identificar factores de riesgo de accidentes cardiovasculares.
- Disminuir el grado de responsabilidad ante un accidente.
- Proporcionar información detallada acerca del estado de salud del cliente.
- Proporcionar información para poder enfocar el entrenamiento hacia áreas deter-
minadas.
- Establecer un contexto real para la consecución de los objetivos marcados.
Rupp et al., (1999) establecen 5 aspectos que debe dominar un entrenador personal
para sea competente en sus funciones:
Algunas estrategias propuestas para que los entrenadores personales mejoren su ac-
tividad en relación a la fidelización y la adherencia hacia los programas de ejercicio que
prescriben están desarrolladas por Acquaviva (2004) y basadas en un Modelo Transteó-
rico.
De manera general, este modelo argumenta que las personas modifican sus compor-
tamientos por etapas, utilizando diversas estrategias para pasar de una etapa a otra. Es
decir, se ha observado que para comenzar un programa de ejercicio físico y su adherencia
al mismo, no es simplemente “hacerlo” o “no hacerlo”, sino que en esas decisiones inter-
vienen varias etapas y son en éstas, donde el entrenador personal debe intervenir para
obtener éxito en la aplicación de sus programas.
c. Preguntar periódicamente a sus clientes sobre aspectos generales del fitness y del
ejercicio físico.
2. Mejora importante. En esta etapa hay que animar a los clientes a reflexionar sobre
las consecuencias negativas de la inactividad en la salud (como por ejemplo, aumento
elevado de estrés psicológico, sobrepeso, mala apariencia personal…).
b. Hablar sobre el nivel de estrés psicológico y el estilo de vida del cliente y cómo el
ejercicio físico puede afectar a esos síntomas.
b. Comentar si su actividad física repercute en la actividad de otros (si sus hijos hacen
más práctica deportiva, si salen en bicicleta en familia, si juega más con sus hijos, etc.).
b. Animar a los clientes a llevar un diario donde comenten cómo se sienten y cómo ha
sido alterada su vida con la práctica de ejercicio.
7. Relaciones de ayuda. En esta etapa se anima a los clientes a realizar ejercicio físico
fuera de sus sesiones de entrenamiento personal.
a. Animar al cliente a realizar ejercicio físico con su pareja, con su familia, exponién-
dole los beneficios que se consigue con ello.
a. Enfatizar sobre los beneficios emocionales que produce la práctica habitual de ejer-
cicio físico.
a. Hablar sobre las metas conseguidas y las que quedan por alcanzar (reflejadas en
su diario de entrenamiento).
10. Control de estímulos. Evitar estímulos que desencadenen actitudes que afecten
negativamente a la práctica realizada.
EL ENTRENADOR PERSONAL ORIENTADO A LA SALUD
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
366
LA EXPRESIÓN CORPORAL Y SU ESTRECHO VÍNCULO
CON EL ÁMBITO DE LA SALUD
“La emoción está implícita en la vida de las personas. Sentimos, pensamos y actua-
mos. La emoción es la que da significado al movimiento, lo hace expresivo, permite que el
mensaje se trasmita al entorno facilitando la comunicación” (Álvarez y Quintana, 2009),
pero todo eso se transmite en cuerpo, en movimiento, expresión y comunicación y por lo
tanto con incidencia directa en la mejora de la salud de la persona que la practica.
INTRODUCCIÓN
El cuerpo reacciona ante cualquier estímulo con el movimiento. Cada movimiento tiene
un significado que no siempre hacemos consciente. Culturalmente existen gestos unívo-
cos que todos los componentes de una misma cultura pueden entender pero que pueden
ser interpretados de manera diferentes por los miembros de otra sociedad.
Cada persona es única e irrepetible, con un potencial de movimiento que le permite ex-
presarse, comunicarse. Pero para comunicarse requiere del conocimiento de experiencias
condicionadas por su entorno inmediato, por la cultura y por el momento histórico que le 367
toca vivir. Tanto los factores ambientales como los innatos influyen en el comportamiento
expresivo. El rostro revela emoción de una forma que es comprendida universalmente a
través de diferentes categorías. La alegría se expresa asociada a la sonrisa, con apertura
amplia de ojos y elevación de cejas arriba. Se identifica con situaciones placenteras.
El temor o el miedo tienen unos síntomas fáciles de comprobar cómo palidez, ojos
muy abiertos, tensión muscular extrema, sudor frío, temblor que ya expresaban nues-
tros antepasados y siguen estando presentes en todas las civilizaciones actuales. Si nos
asustan estiramos los labios y ante una sorpresa descendemos la mandíbula. El enfado se
hace evidente con el ceño fruncido, tensión en el rostro y movimientos amenazadores.
La tristeza está patente en la mirada perdida, comisura bucal hacia abajo, falta de tono
muscular, palidez. El dolor también fue motivo de estudio. Para Darwin, el dolor agudo
está asociado a la emisión de sonidos, gritos, contorsiones del cuerpo que presentan un
carácter universal ya que se repiten en todas las culturas. Tienen la misión de informar,
pero esa información puede tener múltiples significados. Así es fácil observar como los
gestos de un hombre de ciudad son diferentes a los que utilizan las personas que viven
en el campo.
Existen posturas abiertas que indican apertura hacia el exterior, hacia los demás y pos-
turas cerradas que invitan al recogimiento, timidez, indecisión, inseguridad, temor. Las
posturas orientan el cuerpo hacia uno u otro lado por lo que pueden indicar distancia-
miento o acercamiento. Las posturas y actitudes posturales pueden aportar datos sobre la
profesión o pasado de las personas. También aportan información sobre la manera de ser
y estar. Es fácil deducir cuando sentimos dolor, frío o mucho calor. Por tanto son un indi-
cativo del estado emocional. La toma de conciencia de la postura puede ser un indicativo
de que es lo que pretendemos hacer o como nos sentimos en ese determinado momento.
El espacio es de vital importancia para que las personas puedan desarrollarse mover-
se y crecer. La posesión de un territorio es sinónimo de bienestar. Las personas, luchan
por tener un espacio propio en el que actuar y comunicarse con los demás. Todos y todas
necesitamos un espacio mínimo personal que si nos lo invaden nos hace sentir incómodos
o incluso agresivos. También existen unas fronteras geográficas que demarcan un territo-
rio que consideramos como propio. Si nos lo invaden también puede surgir algún tipo de
conflicto. Además existen diferencias de género al establecer los códigos de proximidad.
En nuestra cultura el espacio relacional que utiliza la población femenina es menor que el
de la masculina.
Todos estos códigos conforman los parámetros del movimiento expresivo, un movi-
miento emisor y receptor de signos y mensajes corporales que expresamos como una
manifestación visible del comportamiento y que a través de esos signos se emiten có-
digos que son el reflejo de nuestro sentir y pensar. Ese conjunto de señales corporales
y espaciales determinan la función expresiva del movimiento que, al sumarla a otras
funciones como la de conocimiento y de comunicación, conforman el área de expresión
368 corporal y es precisamente la expresión corporal un indicador infalible de nuestro estado
de salud emocional.
Mejorar la autoestima, la relación con los demás o los mecanismos perceptivos que
regulan el aprendizaje, son acciones que inciden favorablemente en el bienestar de la
persona, en su salud emocional y la expresión corporal contribuye con sus procedimientos
al logro de dichos objetivos.
Ámbito cognitivo
Centrémonos para fundamentar la relación expresión corporal y salud, en el conoci-
miento científico. Empezamos analizando las funciones cerebrales del hombre y sabemos
que los datos obtenidos proceden fundamentalmente de fuentes como la neuropsiquia-
tra, la exploración anatómica, la experimentación neurofisiológica y la neurociencia. A
pesar de todo el cerebro en la actualidad sigue siendo el gran desconocido pero podemos
afirmar que el crecimiento de las dendritas y la formación de nuevas sinapsis es un pro-
ceso que dura toda la vida. Las ramas de las dendritas se remodelan sin cesar, cambian su
morfología y como consecuencia, las interacciones neuronales van configurando nuevas
funciones en ese proceso continuo del hombre y su adaptación al medio. Unas y otras es-
LA EXPRESIÓN CORPORAL Y SU ESTRECHO VÍNCULO CON EL ÁMBITO DE LA SALUD
tructuras se entrelazan, interactúan dando como resultado unidades funcionales que hoy
sabemos, pueden ser modificadas por el aprendizaje en cualquier momento de la vida.
Ámbito emocional
Para Goleman (2002, p.31) la raíz más primitiva de nuestra vida emocional radica
en el sentido del olfato que está compuesta por estratos neuronales especializados en
analizar olores. A partir del lóbulo olfativo comenzó a desarrollarse la vida emocional. A
medida que se asciende en la escala filogenética aumenta la masa del neocórtex y por lo
tanto el número de conexiones neuronales.
El sistema límbico está formado por el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, bulbos ol-
fativos y el hipocampo. Está considerado como la fuente de las emociones, sede de los
mecanismos de interacción social (empatía, creencias, autoestima,...), almacena recuer-
dos y está implicado en los procesos de la memoria y en la relación del organismo con su
entorno.
Se sabe que las áreas prefrontales gobiernan nuestras reacciones emocionales. El ló-
bulo prefrontal izquierdo regula las emociones desagradables. Se conoce la importancia
de la esfera emocional en el desarrollo de la persona reflejada en la empatía, la conciencia
corporal, la relación y comunicación con el otro y con los otros.
La comunicación es necesaria para una buena salud mental y por tanto se convierte en
el mejor vínculo para mejorar nuestras habilidades sociales, aspecto importante dentro
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
del ámbito de la expresión corporal, pues es de vital importancia una buena comunicación
entre las personas que vivencian las actividades propias de esta disciplina.
Ámbito somático
Como indica Stanley Keleman (1999) la vida es un universo continuo de experiencias
diversas, desde el nivel celular al social. La experiencia es un proceso biológico y el cuerpo
es la base de la experiencia. La vida construye las formas y estas quedan grabadas por el
amor y la frustración.
Para este autor el cuerpo tiene diferentes capas o envolturas interconectadas, com-
puestas por la piel, los músculos, huesos y los fluidos corporales entre los que destacan
las hormonas por la influencia que tienen en el comportamiento.
Como educadores debemos tener en cuenta las diferentes actitudes posturales y tratar
de modificarlas si la situación lo requiere. Trabajar la conciencia postural es un elemento
necesario en nuestras sesiones de expresión corporal.
NUEVOS PARADIGMAS
La neurociencia del siglo XXI expone nuevos conocimientos acerca del cerebro hu-
mano que pueden afectar al quehacer educativo. Destacamos por su importancia dos:
estos hechos, el profesor tiene que estar informado de cómo influyen las emociones en
su labor educativa y, en nuestro trabajo motriz con adolescentes, ello significa que:
- Hay que evitar situaciones paralizantes en las que el alumno se queda sin respues-
tas ante la acción propuesta.
Continuando con los nuevos postulados recordamos que en 1994, Renate Nummela y
Geoffrey Caine en el libro de Pizarro (2003; p. 328) establecen que:
• Las emociones son cruciales para generar patrones y modelar nuestro cerebro.
Emociones y pensamientos se forman conjuntamente y no pueden ser separados. Un cli-
ma emocional apropiado es imprescindible para cualquier aprendizaje.
• En el momento que los niños alcanzan los tres años de edad, sus cerebros son dos
veces más activos que los de los adultos. Esos niveles de actividad decrecen durante la
adolescencia.
• El cerebro es plástico, muchas de sus conexiones son formadas como resultado de 371
la experiencia y se generan a lo largo de toda la vida.
Investigadores del Instituto Médico Howard Hughes afirman que el ejercicio físico me-
jora la formación y supervivencia de células nerviosas nuevas. Pizarro (2003; p. 27-28)
nos cuenta que, Sejnowki, investigador de dicho instituto, observa que el ejercicio mejora
la formación y supervivencia de células nerviosas nuevas, así como las conexiones entre
las mismas. Estos procesos aumentan la agudeza mental y mejoran la memoria a largo
plazo.
Por tanto podemos concluir afirmando que el cerebro evoluciona en función de cómo
lo utilicemos. El ejercicio físico, de la misma manera que activa la circulación sanguínea,
aumenta la capacidad pulmonar, mejora la movilidad articular y elasticidad muscular,
también aumenta la agudeza mental ya que contribuye a la formación y mantenimiento
de células nerviosas y las conexiones entre las mismas. El movimiento expresivo incide
en el bienestar de la persona, en su salud emocional.
Concluye Lowen (1995; p. 31), expresando que la unidad corporal solo es posible en
términos de función y la función unitaria que tiende el puente entre la psique y el soma,
es el carácter.
Todos estos datos deben tenerse en cuenta en la praxis educativa ya que de todo ello
dependerá la buena aplicación de los contenidos propios del ámbito de la expresión corpo-
ral si queremos que tenga un vínculo adecuado al propósito de la búsqueda de una buena
salud, considerando una buena salud aquella que nos define la OMS en 1946 (Martínez
de Haro et al, 2009; pp. 361-382): “La salud es un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. No podemos
limitarnos al mantenimiento de la salud física, tenemos que tener presente además la
salud psicológica, social y el ambiente”.
Para ello, hemos decidido tener en cuenta tres apartados para, de alguna forma, clari-
ficar algunos ejemplos de las posibles aplicaciones que tiene esta disciplina sobre la buena
salud, incidiendo en el aspecto físico como es la postura; la importancia de la cohesión
grupal a la hora de trabajar las habilidades afectivo sociales del individuo y no olvidando
el cuerpo en reposo, haciendo hincapié en la respiración y la relajación, pero por supuesto
no podemos dejar de comentar la importancia que tienen otros bloques de contenidos
propios de esta disciplina para la mejora de la salud, tal es el caso de las actividades de
carácter rítmico expresivo y la dramatización, aspectos que no incluimos dentro de este
capítulo, pues se necesitaría para ello uno específico.
La postura
MANIPULACIÓN CORPORAL I (Fig.1) Una persona tumbada dejará que otra manipule
su cuerpo, buscando sobre todo la relajación del que está tumbado.
-PRONO: (Soltando piernas/ Sacro + Espalda + nuca/ Piernas + Pies/ Brazos + Ma-
nos).
Desde esa posición ayudaremos a levantarse a la persona que ha estado tumbada, te-
niendo como contacto una de nuestras manos sobre el SACRO y otra sobre la NUCA. Em-
pezaremos a caminar por todo el espacio dirigiendo sus pasos con la fuerza que impulsa
nuestras manos sobre las zonas descritas. Poco a poco iremos dejando el contacto para
que el compañero camine por donde este desee.
Fig. 1(Sesión Expresión Corporal. 1º Curso Grado CCAFD. Curso 2009-2010)
Fig. 2 (Sesión de Expresión Corporal y Salud. Curso de Especialista en Actividad Física,
Salud y Calidad de Vida. UAM – ESTUDIANTES, 2009)
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
compañero. Poco a poco dejaremos de mantener contacto para que el compañero camine
por donde desee.
374
Fig. 3 (Sesión de Expresión Corporal y Salud. Curso de Especialista en Actividad Física, Salud y Calidad
de Vida. UAM – ESTUDIANTES, 2009)
Fig. 4 (Sesión Expresión Corporal. 1º Curso Grado CCAFD. Curso 2009-2010)
LA EXPRESIÓN CORPORAL Y SU ESTRECHO VÍNCULO CON EL ÁMBITO DE LA SALUD
Es muy importante:
• Que en el grupo se produzca empatía para decidir coger a alguien.
• Que la persona que es cogida confíe plenamente en sus compañeros.
Fig. 5 (Sesión de Expresión Corporal. Máster de Innovación, Evaluación y Calidad en la Educación Física
Escolar. UAM, 2008-2009)
375
El cuerpo en reposo: La relajación
Fig. 6 (Sesión de Expresión Corporal y Salud. Curso de Especialista en Actividad Física, Salud y Calidad
de Vida. UAM – ESTUDIANTES, 2009)
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
RUEDA DE RELAJACIÓN (Fig. 7) Colocados en círculo de tal manera que los partici-
pantes puedan tocar la espalda de su compañero/a. Teniendo como fondo música de
relajación, deberán ir realizando las consignas que aporta la profesora, teniendo como
base fundamental la manipulación y masajeo de determinadas partes de la espalda del/
la compañero/a.
Fig. 7 (Sesión Expresión Corporal. 1º Curso Grado CCAFD. UAM, 2009-2010)
COMO CONCLUSIÓN
La Expresión Corporal en su evolución histórica viene determinada por la incidencia de
distintas corrientes que la configuran, y la mejor manera de entenderlo es a través de un
cuadro muy representativo que encontramos en la figura 8 (Mateu, 1996)
376
Fig. 8: Corrientes de la Expresión Corporal (Mateu, 1996)
Mercé Mateu (1996), gracias a la creación de este cuadro, en el que establece cada una
de las corrientes como líneas que forman una cruz que confluye en el centro, siendo este
centro la Expresión Corporal en su sentido más generalizado, nos permite comprobar que,
las corrientes aun siendo de distinta índole, pueden permitir que la unión de sus aporta-
ciones se transfieran en actividades específicas que hasta ese momento se consideraban
propias de esta materia.
Nos dice Ortiz (2002: 65) que “la corriente psicológica concibe la Expresión Corporal
como una técnica al servicio del hombre para la mejor realización de sí mismo. Se busca
en ella una liberación y un acercamiento a la realidad”. Esta corriente hace de la Expresión
LA EXPRESIÓN CORPORAL Y SU ESTRECHO VÍNCULO CON EL ÁMBITO DE LA SALUD
Corporal un medio perfecto desde un punto de vista terapéutico. Son los psicólogos los
que empiezan a descubrir que se puede analizar a un paciente a través del gesto, postura
y movimiento corporal, dejando un poco de lado la utilización del diván como único medio
de recibir información del paciente.
Respecto a la corriente escénica, como su nombre bien indica, nos evidencia una co-
rriente que se encuadra en el ámbito del espectáculo, en la formación de actores o bai-
larines, cuyo objetivo desde el punto de vista corporal y expresivo pretende comunicar
y transmitir un determinado mensaje al público que les está observando. Se considerará
por tanto, la Expresión Corporal como un fin en si mismo, convertido en un contenido
ineludible en la formación de un actor, cantante o bailarín ya que cuanto más se domine
la técnica de la expresión corporal por parte de los artistas, más obtenciones de éxitos
tendrán sobre sus espaldas.
Por otro lado, aportaciones de la corriente metafísica y psicológica nos permite en- 377
contrar actividades relacionadas con los distintos métodos de relajación existentes, in-
cluyendo dentro de este apartado sin ningún tipo de clasificación aparente todas aquellas
tendencias de la filosofía oriental que se instauran en occidente.
La expresión como medio, La expresión como medio, Expresión profesionali- Expresión como medio,
finalidad terapéutica desarrollo espiritual zada finalidad educativa.
Es por esto, que la Expresión Corporal, ha sido considerada hasta hace bien poco como
un elemento abstracto lleno de componentes que no definían en ningún momento su
configuración conceptual, pero si en su estructura práctica. Es decir se intentaba incluir
dentro de ella todo aquello que no encontraba sitio dentro de otros bloques de contenidos
en el área de Educación Física (Danzas, actividades de socialización, actividades rítmicas,
escénicas, acrobático – circenses, etc.)
Es evidente por tanto, cuál sería el estrecho vínculo que une la expresión corporal con
el concepto de salud, teniendo como referencia las finalidades que acabamos de citar.
378
Fig. 10 (Martínez de Haro et al, 2009)
Con esto queremos decir, que la expresión corporal no se limita única y exclusivamen-
te al ámbito afectivo social, pues si así fuera, estaríamos hablando de una disciplina (o
práctica), basada únicamente, en conseguir beneficios en el parámetro de la salud social y
esto en ningún momento es cierto, y por supuesto no es lo adecuado, teniendo como pun-
to de partida el equilibrio de la buena salud, observado en el “cubo de la salud” (Fig 10).
Los contenidos que configuran la Expresión Corporal son tan amplios que permiten al
practicante vivenciar experiencias en todos los ámbitos (físico, social y psicológico).
LA EXPRESIÓN CORPORAL Y SU ESTRECHO VÍNCULO CON EL ÁMBITO DE LA SALUD
Fig. 11. Evolución y desarrollo de las actividades de Expresión Corporal a través de los contenidos espe-
cíficos de la materia. (Álvarez, 2004)
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ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
380
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS
ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
Más de veinte años donde hemos experimentado bastantes cambios a nivel educativo
y donde las diferentes leyes (con sus respectivas modificaciones), nos han hecho revisar
constantemente el currículo con el que debíamos trabajar. Esta situación es en este mo-
mento, si cabe, más acusada, llegando en ocasiones a hacer dudar a los profesionales
docentes del camino que se debe seguir.
Pero, como hemos apuntado, dentro de la Educación Física, a pesar de todos esos cam-
bios, una línea está clara desde hace años: la estrecha relación, necesaria e indivisible en
el ámbito escolar, entre LA SALUD Y LA PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICA.
381
Todos los currículos reservan alguno de sus objetivos a recordar esta relación, por lo
que, como docentes de este ámbito, no cabe duda que deberíamos favorecerla y desa-
rrollarla.
Es extraño el curso en el que no aparece alguna noticia sobre accidentes en las instala-
ciones deportivas (ya sea dentro de la clase de educación física o en el periodo de recreo).
Accidentes que suelen saldarse con alumnos gravemente heridos o incluso muertos…
¿Quizá por falta de seguridad y del cumplimiento de una serie de normas básicas que fa-
vorezcan la salud en las instalaciones deportivas de nuestros centros?, ¿quizá porque las
sesiones se desarrollan sin los condicionantes adecuados?...
Desde el principio de este discurso queremos dejar claro que, cuando nos referimos a
“condicionantes adecuados”, no estamos haciendo mención únicamente a la disminución
de los riesgos de accidentes (material en mal estado o incorrectamente colocado, colum-
nas mal situadas en los gimnasios, pavimentos no adecuados para la práctica deportiva…).
A nuestro entender, debemos dar ya por superada esta fase de “prevención” y empezar
a caminar en busca de la excelencia en las instalaciones deportivas. Es decir, los profesio-
nales de la Educación Física (E.F.) actual debemos luchar por contar con unas instalacio-
nes deportivas escolares saludables.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Cuando un profesor de E.F. elige un centro de destino debería saber en qué condiciones
va a desarrollar su trabajo. A día de hoy, ningún tutor duda que podrá contar con un aula
adecuada y espacio suficiente para todo su alumnado, pero cuando se trata de instala-
ciones y recursos materiales referidos al ámbito de la E.F. las circunstancias varían por
completo, incluso si se trata de centros de una misma titularidad. Como señalan Monroy
y Sáez (2007) en la actualidad, nuestro área presenta un nivel de desarrollo curricular
excepcional, sin embargo, las instalaciones y los equipamientos donde debemos llevarla a
cabo, no son aún del todo correctos (ya sea por sus carencias o por la falta de adecuación
a la normativa vigente).
Ante esta perspectiva, una cosa está clara: sólo en las mejores condiciones se pue-
den llegar a obtener los mejores resultados. La cuestión que se nos plantea entonces es:
¿cuáles son las mejores condiciones?
Así, se hace necesario, desde la perspectiva del profesor, concebir qué tipo de re-
quisitos deben reunir las instalaciones deportivas a la hora de impartir la docencia de Edu-
cación Física pues, de lo contrario, seremos incapaces de demandarlas a las autoridades
políticas competentes en la materia.
De esta manera, al igual que a un centro bilingüe se le distingue por disfrutar de me-
jores recursos materiales y humanos para la enseñanza de una segunda lengua, la conse-
cución de instalaciones deportivas de nivel excelente debería ser, asimismo, una cualidad
propia de Centros de Educación Primaria, que sirviera de distintivo y, por tanto, confir-
mara el alto grado de calidad que presentan sus recursos materiales y humanos para la
enseñanza y la práctica del área de E.F.
382
En este momento, se habrá advertido un aspecto nuevo en nuestro discurso: la in-
corporación de los recursos humanos. Evidentemente, de nada sirve contar con unas
excelentes instalaciones deportivas escolares desde el punto de vista de la salud si se
desconoce su gestión, mantenimiento y conservación.
Así, sostenemos que el profesor de E.F. debería preocuparse por ampliar su formación
al respecto, y estar al corriente de la normativa, con el propósito de mejorar el conoci-
miento y mantenimiento de las instalaciones en las que desarrolla su trabajo día a día.
Sólo de ésta manera podrá denunciar las irregularidades que se produzcan y demandar
soluciones, sólo de esta manera podremos exigir ser parte activa de cualquier proyecto de
remodelación o, porqué no, consultores en las nuevas construcciones.
2.Este tipo de normativa deja mucho margen a la labor creativa de los autores de los
proyectos (que, en su mayoría, no son expertos en Educación Física Escolar). Como afir-
maba Ader (1977:17) hace más de 30 años:
“no pueden concebirse ya las construcciones escolares como un ámbito acotado reser-
vado en sus diferentes aspectos a especialistas determinados… se hace evidente la ne-
cesidad de un amplio ambiente de participación y cooperación en donde deben intervenir
arquitectos, educadores, administradores de la educación, representantes de la comuni-
dad, padres de alumnos. Sólo del fruto de esta confrontación de intereses y punto de vista
pueden esperarse soluciones válidas”.
Estas reflexiones fueron las que nos llevaron a plantearnos el trabajo que a continua-
ción presentamos. Un trabajo que, en sus inicios, se encontró con muchas dificultades:
Por un lado, encontramos la falta de antecedentes del mismo, ya que, existiendo al-
gunas investigaciones que tratan aspectos relacionados, no hallamos ninguna que con-
siderara esta dimensión global de salud del individuo en las instalaciones deportivas (si 383
existen aquellas que tratan de cuantificar la seguridad de las instalaciones o el grado de
cumplimiento de unas determinadas normativas, pero nunca esta visión global que hemos
contemplado en nuestra investigación).
Otro gran problema, a la hora de elaborar este proyecto, apareció al reunirnos con ar-
quitectos deportivos y otros expertos en instalaciones deportivas, ya que, se presentaron
bastante escépticos ante esta nueva dimensión, lo que nos llevó, en muchas ocasiones,
al desánimo, a encontrarnos perdidos y a no saber si realmente podía ser aceptado un
trabajo de estas características en un “mundo” tan cerrado y lejano para nosotros, como
es el de la arquitectura.
tivas basadas en la actividad física y el deporte. Dichas políticas han evolucionado mucho
en los últimos años. Muchos son los congresos donde se trabaja el binomio deporte-
salud. Y en este binomio tiene mucha responsabilidad las administraciones públicas. Por
ello, son muchas las convocatorias o noticias donde podemos encontrar la mejora de las
instalaciones deportivas escolares.
Para que este proceso llegue a buen fin, es necesario hacer confluir un buen número de
variables contextuales: alguna de éstas hacen referencia al educador y otras al educan-
do, pero en pocas ocasiones nos paramos a reflexionar sobre la influencia que en nuestro
proceso de enseñanza-aprendizaje conllevan las variables de lugar, que están íntimamen-
te relacionadas con el entorno físico en el se desarrolla nuestra labor, nos referimos en
definitiva, al contexto de las instalaciones deportivas escolares.
En este sentido, coincidimos con López Moya (2002:87) cuando afirma que “para po-
der desarrollar los distintos programas, es necesario que las infraestructuras deportivas
de los Centros Escolares tengan unas condiciones adecuadas”.
Pero, ¿qué significado tiene para nosotras que las instalaciones reúnan las condiciones
384 adecuadas?, ¿quizá que cuenten con un espacio cubierto suficiente como para desarro-
llar una clase de educación física con 25 alumnos?, ¿quizá que el centro disponga de las
pistas exteriores polideportivas debidamente acondicionadas?, ¿o quizá simplemente nos
conformaríamos con contar con espacios cubiertos y exteriores sean cuales fueran sus
dimensiones o estado?
Como bien subraya López González (López González, 1988, en López Moya 2002:88),
“lamentablemente los profesores de educación física estamos tan habituados a impartir
los contenidos en lugares tan diversos y dispares que no solemos detenernos a analizar la
naturaleza y características del espacio”.
Pero, a nuestro modo de ver, esto debe cambiar radicalmente, ya que, coincidimos con
Albornoz (2002) al sostener que no se trata de asumir que la educación física sea una
actividad de riesgo ni peligrosa, al revés, la ley impone a quién presta este servicio (sea
un ente público o privado) el deber de prestarlo sin producir daño alguno.
Así mismo, en los últimos años, han aparecido numerosos programas de inversiones
de mejora de las instalaciones deportivas escolares en muchas Comunidades Autónomas,
demostrando que, en este sentido, vamos avanzando. Es evidente que la sociedad ad-
quiere cada vez más conciencia de los beneficios que unas instalaciones deportivas esco-
lares saludables reportan a la educación de sus escolares.
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
Ante esta realidad, y apoyándonos en la experiencia que llevamos a cabo con anterio-
ridad sobre el grado de salubridad que presentaban los Centros de Enseñanza Secundaria
en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), nos propusimos un nuevo proyecto dirigido
al estudio y análisis de las necesidades reales que demandan los Colegios Públicos de
Educación Primaria, desde la perspectiva de la salud, en la CAM.
MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL
No queríamos presentar esta comunicación sin hacer una breve mención a nuestro
marco teórico-conceptual. Creemos que no es el momento de realizar un análisis por-
menorizado de las leyes de educación, del currículum del área de educación física o sus
objetivos, pero pensamos que no está de más recordar y tener presente las prescripciones
con respecto a la salud que recibimos desde la actual ley de educación.
Por ello, coincidimos totalmente con Hernández y de Andrés (1981), citados por Vallejo
López (Vallejo López, 2003:99) cuando afirmaban que:
“Si las instalaciones deportivas escolares son el lugar en el que va a centrarse el desa-
rrollo del programa de Educación Física, no cabe duda que deben ser pensadas al menos,
para cumplir tal función”.
Pero, esta afirmación confronta de forma directa con investigaciones como la de He-
rrador (2006) donde se nos muestran diferentes porcentajes de esguinces, lesiones en
la piel, fracturas, luxaciones, traumatismos abdominales, lesiones oculares e incluso epi-
385
sodios de muerte durante las sesiones de educación física o la de Antolín (2002) donde
encontramos como una de sus conclusiones que los espacios condicionan las lesiones.
No cabe duda, que todas ellas no están producidas por causa directa de los espa-
cios y equipamientos escolares (es fácil suponer que entrarían en juego también la posible
implicación negligente del profesorado o las imprudencias de los alumnos), pero, aunque
sólo hayan producido una de ellas, nos tiene que hace pensar que algo estamos haciendo
mal.
Por otra parte, antes de continuar, sería conveniente, que paráramos un momento a
presentar el concepto de instalación deportiva, ya que, aparecerá de forma reiterada en
nuestro discurso.
Así, Lagardera (1999) considera que una instalación deportiva es todo recinto cons-
truido a partir de uno o varios espacios deportivos con sus anexos complementarios y la
dotación pertinente para el desarrollo de la actividad física y el deporte.
Martínez del Castillo (1996) la define como el equipamiento deportivo que se produce
mediante la construcción de una infraestructura para hacer posible la práctica deportiva.
Por su parte, Celma (2000) afirma que tenemos dos tipos de instalaciones deportivas:
-Pistas polideportivas: para el autor, se trata del segundo espacio que debe implantar-
se preferentemente en un centro escolar. Las medidas recomendadas son 44x22m.
-Campos grandes: la utilización de este tipo de espacios es múltiple, el inconveniente
reside en el momento de practicar deportes de forma reglada.
En nuestro estudio, nos centraremos en las dos primeras y en lo que Celma (2000)
define como espacios auxiliares dentro de las instalaciones cubiertas (vestuarios y alma-
cenes) ya que, consideramos que son las instalaciones principales en las que se llevan a
la práctica las sesiones de educación física y con las que, por tanto, debería contar como
mínimo, un centro escolar.
386
Una vez acotado nuestro ámbito de estudio, el siguiente paso fue estudiar la norma-
tiva al respecto, buscando todas las prescripciones de la Administración y las diferentes
propuestas en cuanto a construcción se refieren. De este modo, apoyándonos en López
Moyá (2002), creamos el siguiente cuadro-resumen que nos parece interesante recoger
en este momento.
Pero con anterioridad nos gustaría recordar el art. 4 de la Carta Europea del Deporte,
donde se señala que “dado que la práctica del deporte depende, en parte, del número, de
la diversidad de las instalaciones y de su accesibilidad, su planificación global es compe-
tencia de los poderes públicos. Estos tendrán en cuenta las exigencias nacionales, regio-
nales y locales, así como las instalaciones públicas, privadas y comerciales ya existentes.
Los responsables tomarán medidas que permitan la buena gestión y la plena utilización
de las instalaciones con total seguridad”.
NORMATIVAS Y
PRESCRIPCIONES PARA PRIMARIA
PROPUESTAS
La instalación deportiva se plantea como una parte comple-
Orden Ministerial
mentaria al edificio escolar.Los centros deben disponer obliga-
de 14 de Agosto de
toriamente de:- Pista polideportiva al aire libre de 36x18 m - 2
1975
vestuarios de 45m2
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
Propuesta para
las instalaciones
deportivas en los
centros escolares Obra innovadora del CSD donde ya se contempla el espacio
deportivo cubierto como una instalación básica.
(Hernández Váz-
quez, J.L.; An-
drés, F. de 1981)
Recomendacio-
nes sobre instala-
ciones deportivas Tipos de espacios previstos:
en los centros es- 1. Pistas polideportivas de 44x22m
colares (Direc- 2. Sala escolar de 27x15m
ció General de
l´Esport.1982)
Pista polideportiva de 40x20m
De 8 a 15 unidades
1 sala de 180m2
Propuesta de De 16 a 23 unida- Pista polideportiva de 34x32m Gim-
instalaciones en los des nasio de 250m2
centros escolares
(Ministerio de edu- De 24 a 31 unida- 2 Pistas polideportivas de 44x24m
cación y ciencia, des Gimnasio de 250m2
1987)
2 Pistas polideportivas de 44x22m
Más de 31 unidades 387
Sala de 180m2Gimnasio de 250m2
NORMATIVAS Y
PRESCRIPCIONES PARA PRIMARIA
PROPUESTAS
Como podemos observar, nos encontramos ante una normativa poco detallada, con
mínimas exigencias y donde se deja mucho margen a la labor creativa de los autores de
los proyectos. A este respecto, coincidimos con López Moya (2002:49) en su afirmación:
“En lo que se refiere a los espacios deportivos, sea por el desconocimiento de la ma-
teria (tanto los espacios deportivos en centros escolares como los contenidos de los dis-
tintos programas de Educación Física), por la no obligatoriedad de seguir la normativa
N.I.D.E., o bien por el hecho de no considerar fundamental el integrar todos los espacios…
la experiencia en ese ámbito indica los graves errores que se comenten en los centros
docentes y en las instalaciones deportivas al no conocer las características de la propia
práctica físico-deportiva y de los usuarios, en este caso, los escolares.”
Por ello, entendemos, que se hace necesaria una normativa más específica, más pres-
criptiva, creada por expertos en la materia, que contemple y recoja todos los aspectos
fundamentales para asegurar la puesta en marcha de la educación física escolar de forma
saludable. Y, a nuestro modo de ver, sólo podremos conseguir que los poderes públicos
tomen conciencia de ello si se hacen manifiestas las carencias actuales.
Es cierto, del mismo modo, que la sociedad está cada vez más concienciada de la im-
periosa necesidad de analizar las instalaciones deportivas escolares, por lo que estamos
seguros que ésta, no será la última investigación que se realice con dicha temática.
El primer estudio que encontramos es el de López Moya (2002). Este autor en su tesis
“Análisis y propuesta de planificación de las instalaciones deportivas escolares en la Co-
munidad de Castilla León” analiza de forma exhaustiva los espacios deportivos y la plani-
ficación de los mismos en esta comunidad.
Es importante tener en cuenta que su reflexión parte siempre del conjunto “espacio-
niño-educación física”, detallándose desde los requisitos técnicos y funcionales de las
instalaciones deportivas hasta los aspectos fundamentales que debe tener el material di-
dáctico para poder desarrollar el área de educación física.
El autor revela entonces una situación altamente deficitaria, y a partir de ahí elabora
una propuesta de planificación de los espacios para la E.F. en los centros escolares, te-
niendo en cuenta dos criterios básicos:
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Así, López Moya presenta una fórmula que pretende complementar a la desarrollada
en la normativa N.I.D.E ( Normativa sobre Instalaciones Deportivas y para el Esparcimien-
to elaborada por el Consejo Superior de Deporte en 1979) para calcular las necesidades
de la E.F. basadas en el comportamiento.
De esta forma, se sostiene que dichas necesidades se obtendrán a partir de la siguien-
te fórmula:
390
Y la Intensidad de Uso = horas de apertura de la instalación x densidad de ocupación
x factor de aprovechamiento.
Cruzando los datos obtenidos entre salas, locales anexos y pistas polideportivas, nos
presenta el siguiente resultado final:
- Ninguno de los 93 centros de su muestra, cumplía con todos los requisitos dimen-
sionales y de seguridad establecidos para los espacios destinados a la práctica deportiva.
Tendremos en cuenta estos datos cuando contemos con los resultados de la validación
de nuestro instrumento.
Como tercer estudio antecedente encontramos un artículo de Herrador y Latorre (2004)
donde se aborda el tema de las instalaciones deportivas escolares desde el punto de vista
de la seguridad.
Dicho artículo precede a la tesis presentada por Herrador (2006) que lleva por título 391
“Satisfacción del profesorado de EF respecto a la seguridad y conservación de las instala-
ciones y equipamientos deportivos en los centros educativos públicos de la provincia de
Jaén” donde se analiza la satisfacción de los docentes de E.F. con respecto a la seguridad
y estado de conservación de las instalaciones y equipamiento deportivo, contando con la
participación de 190 centros educativos públicos de la provincia de Jaén.
Por otra parte, el autor sostiene que la mayoría de las investigaciones referidas al ám-
bito docente relacionadas con las condiciones de trabajo de este colectivo han incidido
sobre todo en:
Resultados que nos dieron alas para seguir estudiando este controvertido tema y, como
ya hemos señalado, sin los cuáles no podríamos estar ante el estudio que presentamos.
que sea una excusa para que los propietarios sientan la necesidad de invertir más y mejor
en este tipo de infraestructuras.
Así, hasta conseguir que una consultora externa se haga cargo de la catalogación de
las IDE, los profesores podrán completar las Fichas de Evaluación de las Instalaciones
Deportivas de los Centros de Primaria desde el punto de vista de la Salud observando su
Centro de trabajo y, al margen de las medallas que hipotéticamente obtendrían, se darán
cuenta de los aspectos en los que falla la instalación en la que desarrolla día tras día sus
sesiones de EF.
Así, los profesores podrán fundamentar su discurso a la hora de solicitar las mejoras
necesarias al director del Centro, y éste al ayuntamiento responsable.
El instrumento que hemos elaborado les puede servir de guía para realizar un análisis
pormenorizado de la instalación deportiva de su centro desde el punto de vista de la salud
y plasmar sus deficiencias. Confiamos en que, entonces, serán más conscientes de la ne-
cesidad de crear el Plan de Mantenimiento de la instalación que utilizan año tras año. Un
plan que no sólo puede contemplar su aspecto reparador, sino el que consideramos más
importante, el preventivo.
Estamos seguros que una vez pasado el cuestionario y reflexionado sobre él, serán 393
más conscientes de la necesidad de esta prevención en el mantenimiento, más conscien-
tes de la necesidad de adelantarse a los problemas.
Como afirma Matilde Rodríguez (2003), todos los profesores de EF debemos valorar
positivamente la construcción de instalaciones deportivas, y de forma muy especial, las
que se construyen dentro de los centros educativos. Por este motivo, es nuestra respon-
sabilidad el participar activamente en la gestión de la misma colaborando de forma directa
en su mantenimiento.
De esta manera, nuestro instrumento puede servir para animar a los docentes, al inicio
del curso, a presentar a la dirección del Centro o a la inspección educativa, un informe
sobra las condiciones de su lugar de trabajo y sus posibles riesgos, denunciando de este
modo las posibles anomalías. Esto le podrá servir para limitar su responsabilidad en caso
de accidente (Albornoz, 2002).
No pretendemos otra cosa que, los profesores de Educación Física, como bien señalan
Serrano, Valverde y Esteban (2008), sean conscientes de la necesidad de mantener unas
ciertas condiciones higiénicas y de seguridad en sus clases, con el fin de alcanzar el máxi-
mo nivel de salubridad, evitando posibles accidentes o lesiones durante la práctica de la
actividad física.
Si poco a poco los profesores especialistas del área de educación física se habitúan a
utilizar nuestra ficha, pronto podremos conseguir que todos los docentes, cuando elijan
un Centro de destino, puedan saber con anterioridad en qué condiciones van a desarrollar
su trabajo, y como ya hemos comentado en anteriores ocasiones durante nuestro discur-
so, a medio plazo podríamos lograr que, las instalaciones deportivas de nivel excelente
desde el punto de vista de la salud, fueran una cualidad propia de los centros de educa-
ción primaria.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
“Suponemos que las condiciones ambientales en las que se desarrolla actualmente las
sesiones de la educación física escolar distan mucho de ser las adecuadas”
2.Conformar un código que nos permita catalogar las instalaciones deportivas escola-
res de primaria desde el punto de vista de la salud.
El instrumento fue fruto de las modificaciones realizadas a partir de las “Fichas de eva-
luación de instalaciones deportivas escolares desde el punto de vista de la salud” (Cabello
y Cabra, 2006). Cuya estructura era similar pero sólo contaba con 78 ítems de observa-
ción.
A partir de esta ficha, llegamos a la creación del nuevo instrumento, que contó con un
mayor número de ítems, exactamente 152.
2.Numerosa bibliografía, como las disertaciones de autores como López Moya, Vallejo
López y Gil Galindo.
3.Las recomendaciones y prescripciones del PIEC y las Fitxes Tècniques d´equipaments
esportius: El PIEC es el Plan director de instalaciones y equipamientos deportivos de Cata-
luña. Se trata de un instrumento jurídico y técnico en el que se definen las prioridades de
actuación de la Generalitat en materia de equipamientos deportivos, pero también afecta
al resto de instituciones y entidades promotoras, ya que establece el marco general de ac-
tuación en la construcción y gestión de los equipamientos deportivos. Entre los objetivos
que establece para su ámbito de actuación destacamos:
•Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, dotándolos de los equipamientos nece-
sarios y velar para que éstos alcancen un adecuado nivel de calidad.
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
- Consell Catalá de´l Esport. (1997) La seguretat dels esportistes a les instalacions.
Equipaments Esportius: Full Tècnic. (7).
- Consell Catalá de´l Esport. (1998) Barreres arquitectòniques i equipaments espor-
tius. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (9).
- Consell Catalá de´l Esport. (1998) El Paviment dels pavellons poliesportius. Equi-
paments Esportius: Full Tècnic. (11).
- Consell Catalá de´l Esport. (2000) La energía en las instalaciones deportivas. Equi- 395
paments Esportius: Full Tècnic. (17).
- Consell Catalá de´l Esport. (2001) La pista polideportiva, el equipamiento básico
más extendido por el territorio. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (21).
- Consell Catalá de´l Esport. (2002) PIEC. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (25).
- Consell Catalá de´l Esport. (2002) La sala deportiva. Equipaments Esportius: Full
Tècnic. (26).
- Consell Catalá de´l Esport. (2003) Las instalaciones deportivas de los Centros de
Enseñañza. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (29).
- Consell Catalá de´l Esport. (2003) Las normas europeas de material deportivo.
Equipaments Esportius: Full Tècnic. (30).
- Consell Catalá de´l Esport. (2004) Los vestuarios, inicio y final de la práctica depor-
tiva. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (35).
- Consell Catalá de´l Esport. (2004) La acústica de los espacios deportivos. Equipa-
ments Esportius: Full Tècnic. (36).
- Consell Catalá de´l Esport. (2005) la normativa técnica de equipamientos deporti-
vos del PIEC. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (39).
- Consell Catalá de´l Esport. (2007) El Código Técnico de Edificación y las Instalacio-
nes Deportivas. Equipaments Esportius: Full Tècnic. (43).
◊ Normativa:
- EN MATERIA DE DEPORTE:
- EN MATERIA DE EDIFICACIÓN:
- EN MATERIA EDUCATIVA:
Así, elaborado el primer borrador de las Fichas de Evaluación de las Instalaciones De-
portivas de los Centros de Primaria desde el punto de vista de la Salud, se mantuvieron
reuniones con algunos expertos en la materia con el fin de encontrar los posibles errores
cometidos.
Una vez modificado, y llegando entonces a los 152 ítems actuales, también se decidió
el incluir el “SÍ” y el “NO” como posibilidades de respuesta, en lugar de marcar sólo la 397
casilla en los ítems que encontraba el evaluador, ya que, después de algunas pruebas, se
consideró que esto podía llevar a confusión.
Fuimos conscientes, en todo momento, de que la valoración de los ítems no podía ser
la misma en los diferentes casos, ya que, todos no influían de igual manera en la salud de
nuestros alumnos. Por ello, el siguiente paso fue hacer una triple clasificación de éstos en
función del riesgo para la salud que produciría su inexistencia.
Y, entonces fue cuando encontramos uno de los principales problemas de nuestra in-
vestigación, ya que, son múltiples los trabajos que profundizan acerca de los accidentes
escolares, pero no hemos encontrado ninguno de ellos que analice las causas del mismo,
es decir, se nos presentan porcentajes de tipos de lesiones, pero no de sus motivos.
> Y por parte del estudio de Antolín (2002), que nos presenta las siguientes conclu-
siones:
Casi la mitad de las lesiones se producen por contacto con el suelo (48%), seguido de
balón (9%) y compañeros o pared (7%).
- Los espacios condicionan las lesiones.
- El 33% de las lesiones son responsabilidad directa del especialista de educación físi-
ca.
- Hay que cuidar al máximo la calidad de los suelos sobre los que se realiza la actividad.
Basándonos en estas listas, nosotros daremos una máxima puntuación (es decir, 3
puntos) a todos los ítems que hagan referencia a:
- Pavimentos.
- Nº de metros cuadrados adecuados según el número de alumnos.
- Diferentes elementos del espacio deportivo.
- Materiales utilizados.
- Y todo lo relacionado con emergencias y evacuaciones de urgencia.
A continuación, vamos a ver los ítems de los que se compone cada una de las planillas:
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
◊ ENTORNO:
1. Posee alguna protección contra el viento
2. Posibilidad de hidratación cercana
3. Ausencia de producción de pólenes cercana.
4. Ausencia de elementos contaminantes en las proximidades.
5. Zonas de sombras.
◊ ACCESO A LAS MISMAS Y CERRAMIENTOS:
6. El acceso principal no tiene ningún escalón.
7. Número de accesos adecuado.
8. Ninguna puerta invade el espacio deportivo.
9. En todas las puertas pueden pasar dos personas a la vez.
10. Ausencia de elementos peligrosos en el cerramiento.
11. Valla situada a 1,50 m. de los límites de la pista.
12. Estado de conservación adecuado.
13. Posibilidad de evacuaciones de urgencia.
◊ PAVIMENTOS:
14. Adecuados al tipo de instalación.
15. Ausencia de bordillos o desniveles.
16. Buen drenaje que evita los encharcamientos.
17. Existente también en la zona perimetral.
18. Estado de conservación adecuado.
◊ ILUMINACIÓN:
28. Buena iluminación artificial.
29. Iluminación artificial bien ubicada y protegida.
30. Colocación de los báculos fuera del espacio deportivo y del perímetro de protección.
31. Altura mínima de los proyectores de 9 m.
32. Mandos de encendido centralizado.
◊ VESTUARIO Y ALMACÉN:
33. Próximos a la pista.
34. Situados al mismo nivel de la pista.
35. Almacén con comunicación pavimentada a la pista.
◊ MANTENIMIENTO:
36. Fácil mantenimiento y limpieza.
37. Existen bocas de riego y mangueras para limpiar la pista.
38. Posee el Plan de Mantenimiento.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
◊ COMUNICACIÓN Y ALARMAS:
39. Instalación mínima de megafonía.
◊ PAVIMENTOS:
50. Adecuados al tipo de instalación.
51. Ausencia de bordillos o desniveles.
52. Color claro y acabado mate.
53. Estado de conservación adecuado.
◊ ESPACIO DEPORTIVO:
400 54. No existen columnas o pilares que invadan el espacio deportivo.
55. Número de metros adecuado para 25 alumnos.
56. Paramentos verticales no rugosos y sin cantos vivos.
57. Zócalo protector alrededor del espacio deportivo.
58. Color de los paramentos claro y no reflectante.
59. Techos lisos a 4,5 m. de altura.
60. Techo preparado para impactos.
61. Techo acústico.
62. Aislamiento acústico del exterior y entre espacios de diferente uso.
◊ VENTANAS:
63. Producen una buena iluminación natural.
64. Cristales protegidos contra los golpes.
65. Propician una buena ventilación.
66. Posibilidad de oscurecer la sala.
◊ SEÑALIZACIÓN E ILUMINACIÓN:
67. Buena iluminación artificial.
68. Iluminación artificial bien ubicada y protegida.
69. Mandos de encendido centralizados.
70. Señalización de los espacios y de los recorridos.
71. Paneles informativos.
◊ CONFORT:
78. Sistema de calefacción que asegura una temperatura mínima de 15 º C.
79. Existencia de A/C.
◊ MANTENIMIENTO:
80. Fácil mantenimiento y limpieza.
81. Certificado de desinfección y desratización.
82. Ausencia de humedades.
83. Posee el Libro del Edificio o el Plan de Mantenimiento.
◊ PAVIMENTOS:
95. Adecuados al tipo de instalación, antideslizante y con pendiente.
96. Ausencia de bordillos.
97. Con sistemas adecuados de evacuación de aguas.
98. Estado de conservación adecuado.
◊ SEÑALIZACIÓN E ILUMINACIÓN:
99. Iluminación artificial bien ubicada y protegida.
100. Nivel lumínico medio de 150 lux.
101. La iluminación es uniforme.
102. Luces estancas y protegidas de los impactos con difusores.
103. Señalización de los espacios y los recorridos.
104. Paneles informativos.
◊ ESPACIOS:
121. Espacio de cambio ancho y diáfano.
122. Altura libre mínima del techo de 2,5 m.
123. El color del suelo contrasta con el de las paredes.
124. Las dimensiones interiores del cuarto de baño permiten inscribir una cir-
cunferencia de 1,5 m. de diámetro.
◊ CONFORT:
125. Sistema de calefacción que proporciona una temperatura mínima de 20 º C.
126. Agua caliente sanitaria.
◊ MANTENIMIENTO:
127. Certificado de desinfección y desratización.
402 128. Ausencia de humedades.
129. Posee el plan de mantenimiento.
ALMACÉN Y MATERIALES:
◊ BOTIQUÍN:
147. Buena ubicación.
148. Útiles adecuados.
149. Útiles en perfecto estado.
◊ MANTENIMIENTO:
150. Fácil mantenimiento y limpieza.
151. Certificado de desinfección y desratización.
152. Ausencia de humedades.
Por favor, rodee el espacio correspondiente SÍ o NO en cada uno de los aspectos que
usted reconoce en la instalación que ahora visita.
Sería conveniente, del mismo modo, que acudiera a la valoración del Centro con una
brújula y una cinta métrica.
Sabemos que algunos de los ítems requieren de una valoración muy precisa (los en-
contrará señalados con un asterisco), por ello, le presentamos una serie de aclaraciones
403
que le servirán de ayuda para rellenarlos:
Así, consideraremos un pavimento adecuado para este tipo de instalación, los siguien-
tes:
- Dentro de los pavimentos duros (o rígidos):
o Pavimentos de hormigón poroso con juntas de dilatación.
- Que las esquinas, bordes o aristas sean afiladas o los salientes pinchen y puedan
cortar o herir. Para evitarlo los cantos tienen que estar redondeados con un radio mínimo
de 3mm, o biselados. Son un peligro los ganchos para sujetar las redes, que deben de ser
eliminados.
- Que sean un obstáculo próximo a la zona de práctica donde puedan golpearse los
jugadores. Será necesario proteger con almohadillas estos elementos.
- Que queden pillados los dedos dentro de los agujeros o rendijas si tienen entre
8mm y 25mm.
- Que las partes móviles dejen huecos que puedan pellizcar o atrapar alguna parte
del cuerpo.
- Que esté mal montado. El fabricante debe haber dejado instrucciones escritas de
cómo montar correctamente el material.
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
- Que se utilice de manera incorrecta. Tiene que haber una etiqueta permanente-
mente fijada advirtiendo de los riesgos que es necesario evitar e informando del uso.
Así, consideraremos un pavimento adecuado para este tipo de instalación, los que
cumplan las siguientes características:
o Pavimentos puntoelásticos.
o Pavimentos areaelásticos.
SE
=
C
x
U/5
x
Hp/Hu
Z
=m
Donde:
> C = coeficiente del clima
0,6 = mediterráneo
0,8 = continental
1 = norte
> U= nº de unidades escolares
> Hp = nº de horas semanales de EF
Primaria= 3h
Secundaria= 2h
> Hu = nº de horas de uso diario de la instalación
> Z =superficie mínima exigida, que para Primaria = 200m
406
57. Zócalo protector alrededor del espacio deportivo:
Zócalo protector de 2,4 mtrs de altura, no abrasivo, sin aristas ni salientes, resistente
a los golpes y de fácil mantenimiento
- Que las esquinas, bordes o aristas sean afiladas o los salientes pinchen y puedan
cortar o herir. Para evitarlo los cantos tienen que estar redondeados con un radio mínimo
de 3mm, o biselados. Son un peligro los ganchos para sujetar las redes, que deben de ser
eliminados.
- Que sean un obstáculo próximo a la zona de práctica donde puedan golpearse los
jugadores. Será necesario proteger con almohadillas estos elementos.
- Que queden pillados los dedos dentro de los agujeros o rendijas si tienen entre
8mm y 25mm.
- Que las partes móviles dejen huecos que puedan pellizcar o atrapar alguna parte
del cuerpo.
- Que se rompa o deforme excesivamente por falta de solidez.
- Que caiga, vuelque o se desplace por falta de estabilidad o porque no está fijado al
suelo.
- Que esté mal montado. El fabricante debe haber dejado instrucciones escritas de
cómo montar correctamente el material.
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
- Que se utilice de manera incorrecta. Tiene que haber una etiqueta permanente-
mente fijada advirtiendo de los riesgos que es necesario evitar e informando del uso.
Además, posee una lista del contenido que está pegada en la contratapa del botiquí
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
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ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
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A
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ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
Se observa, por tanto, que el instrumento cuenta con:
27
ítems
x
1
punto
=
27
puntos
50
ítems
x
2
puntos
=
+
100
puntos
75
ítems
x
3
puntos
=
225
puntos
Total
=
352
puntos
Sumándolos todos, el cómputo total de puntos que puede obtener una IDE es de 352.
Como ya hemos señalado, pretendemos catalogar las instalaciones mediante el código de
medallas de la salud, por lo que el siguiente paso será consultar el cuadro donde se pre-
senta la equiparación “puntos-medallas”
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
EQUIPARACIÓN PUNTOS-MEDALLAS
Así, la información que nos permite recoger este instrumento es muy amplia,
y contempla todos los aspectos relacionados con la salud y las instalaciones de-
418 portivas escolares de Primaria.
Con los resultados obtenidos creamos las siguientes gráficas para poder analizar los
datos alcanzados:
Gráfico 1.
Gráfico 2.
Así, nos anima en grado sumo comparar los datos obtenidos en este momento con
los de los Centros de Secundaria, ya que, si bien no ha aparecido, de igual modo, ningún
centro con la catalogación máxima, el porcentaje de centros que llegan a las categorías 4
y 3 ha aumentado considerablemente:
Estos resultados positivos no tiene que eclipsar la segunda lectura que se puede hacer
de los mismos y que, por tanto, estamos obligados a realizar.
Las condiciones en las que se desarrollan las sesiones de EF, desde el punto de vista de
la salud, en la mitad de los centros analizados, puede calificarse de muy precaria.
Si comparamos nuestros datos con los obtenidos por Lucio Morillas (2003), podemos
encontrar bastantes paralelismos:
◊ Solo dos, (el 2,15 %) de los 93 centros que componían el total de su muestra, con-
taban con una sala escolar que cumplía plenamente con los requisitos dimensionales y de
seguridad establecidos.
• Nosotros no hemos encontrado ninguna instalación cubierta en la que se pueda
responder positivamente a todos los ítems que proponemos. La más cercana a esta exce-
lencia obtiene 100 puntos sobre los 115 posibles.
420 ◊ Sólo tres de las 156 pistas valoradas cumplían con todos los requisitos dimensiona-
les y de seguridad establecidos (el 65,6 % del total de los centros de la muestra no cum-
plía con los requisitos mínimos establecidos para la existencia de pistas polideportivas).
• De la misma manera, nosotros no hemos podido encontrar ninguna. La mejor con-
sigue 73 puntos sobre los 95 posibles.
◊ Sólo tres de los locales destinados a vestuario, cumplían con todos los requisitos
establecidos.
• Nosotros tampoco hallamos ningún espacio excelente de estas características. El
que destaca sólo responde a 74 puntos de los 91 posibles.
La autora, cruzando los datos obtenidos entre salas, locales anexos y pistas polidepor-
tivas, nos presenta el siguiente resultado final:
◊ Ninguno de los 93 centros de la muestra, cumplía con todos los requisitos dimen-
sionales y de seguridad establecidos para los espacios destinados a la práctica deportiva.
• De igual modo, no hemos encontrado ningún Centro de Primaria que obtenga la
catalogación de 5 Medallas de la Salud, y mucho menos, que se aproxime a los 352 puntos
totales posibles (el centro que se ha quedado más cerca de ellos sólo ha alcanzado los 269
puntos).
Por otra parte, como hemos explicado al presentar nuestro instrumento, las fichas de
los cuatro espacios se analizarán de forma conjunta, por lo que, en este momento sería un
contrasentido realizar un análisis exhaustivo de las valoraciones parciales de las mismas.
Eso sí, nos parece interesante y necesario, descubrir que tipo de instalación se muestra
la más cercana a la excelencia y cuál presenta los mayores problemas.
ADECUACIÓN DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS ESCOLARES RESPECTO A LA SALUD
Para ello, se halló su índice de eficacia, sumando los puntos obtenidos por todos los
centros en cada uno de los espacios y confrontando este resultado con el total de puntos
parciales posibles. Así, hemos logrado valores que se pueden comparar. Vamos a verlo de
forma más clara en el siguiente cuadro:
PISTAS INSTALACIÓN
POLIDEPORTIVAS DEPORTIVA VESTUARIO ALMACÉN
EXTERIORES CUBIERTA
747 / 1330 = 0,56 758 / 1610 = 0,47 507 / 1274 = 0,39 430 / 714 = 0,60 421
De los valores obtenidos podemos observar que destaca la instalación del almacén por
encima de la media, y los vestuarios por debajo.
Así, señalamos los vestuarios como el espacio que presenta mayores dificultades des-
de el punto de vista de la salud en los centros de educación primaria y los almacenes
como los más cercanos a la excelencia.
En este sentido, por último debemos señalar que sólo 3 centros de los 14 estudiados
no tiene una instalación cubierta, es decir, el 21,42%. Este porcentaje mejora considera-
blemente el facilitado por López Moya (2002) donde le 47% de los centros en la etapa de
primaria carecía de un espacio cubierto para la práctica del área de EF.
Otro aspecto a destacar es que el centro que cuenta con la pista polideportiva exterior
en las mejores condiciones (que ha obtenido 73 de los 95 puntos posibles) sólo alcanza
una Medalla de la Salud, ya que, es la única instalación con la que cuenta. Este hecho,
corrobora nuestra forma de analizar el instrumento de forma global, de la cuál estamos
convencidos. Como sostiene Vallejo López (2003:100):
“El desarrollo del programa de la asignatura, con horario ya escaso de por sí, no debe
estar supeditado, ni depender de la climatología. A tal fin, las instalaciones deportivas
escolares deben programarse como mínimo con:
ACTIVIDAD FÍSICA, SALUD Y CALIDAD DE VIDA
Aunque reconocemos que la pista polideportiva al aire libre visitada era de muy alta
calidad, este centro no puede disfrutar de una buena valoración en Medallas de la Salud,
ya que, su alumnado no podrá beneficiarse de un programa de educación física completo.
Dicha teoría coincide totalmente con la hipótesis de nuestro trabajo que presentába-
mos en los objetivos de la investigación: “Suponemos que las condiciones ambientales en
las que se desarrolla actualmente las sesiones de la educación física escolar distan mucho
de ser las adecuadas”.
Entonces, si durante nuestras sesiones, los alumnos tienen mayor probabilidad de su-
frir alguna lesión por caídas, golpes o colisiones, que en cualquier otra forma de actividad
física que realicen fuera del centro, puede significar que las condiciones en las que las
desarrollamos no son las adecuadas.
Queremos insistir en los que es para nosotros la raíz del problema: muchas veces no
somos conscientes de las condiciones tan precarias en las que trabajamos, o quizá, in-
tentamos suplirlo con nuestros propios recursos y nuestra buena voluntad para que se
puedan desarrollar los distintos tipos de contenidos. Pero lamentablemente, a veces, este
sobreesfuerzo resulta peligroso e insuficiente.
Por ello, una vez más, no pensamos que el instrumento utilizado sea demasiado es-
tricto. Estamos obligados a exigir que se tomen las medidas oportunas para poder poner
en práctica nuestras sesiones en unas condiciones aceptables de seguridad sin poner en
riesgo la salud, o porqué no, la vida, de nuestro alumnado.
CONCLUSIONES
Ya que en uno de los apartados hemos presentado cuáles eran los objetivos iniciales
de nuestra investigación, no nos gustaría acabar este discurso sin recoger cuáles fueron
las conclusiones obtenidas. Así:
Con respecto al objetivo 2: Conformar un código que nos permita catalogar las insta-
laciones deportivas escolares de primaria desde el punto de vista de la salud.
5) Las condiciones en las que se desarrollan las sesiones de EF, desde el punto de vista
de la salud, en la mitad de los centros analizados, puede calificarse de muy precaria.
423
6) No ha aparecido ningún espacio (pista polideportiva exterior, instalación deportiva
cubierta, vestuario o almacén) de ningún Centro de Primaria que pueda responder positi-
vamente a todos los ítems que proponemos.
8) Casi una cuarta parte de los centros estudiados (el 21,42%) no tiene una instalación
cubierta. Si bien estamos ante un alto porcentaje, éste mejora considerablemente los re-
sultados obtenidos en estudios anteriores.
9) Entre los cuatro espacios analizados, destacan los vestuarios como las instalaciones
que presenta mayores dificultades desde el punto de vista de la salud en los centros de
educación primaria, y los almacenes como los más cercanos a la excelencia.
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