Historia de La Iglesia en Chile
Historia de La Iglesia en Chile
Historia de La Iglesia en Chile
VOLUMEN 36 2018
S E M I N A R I O P O N T I F I C I O M AY O R
SANTIAGO DE CHILE
Publicación del Seminario Pontificio Mayor, Arzobispado de Santiago de Chile,
Con la colaboración y participación de la Sociedad de Historia de la Iglesia en Chile
DIRECTOR
Dr. Fernando Aliaga Rojas
CONSEJO DE HONOR
Sr. Fernando O’Ryan O’Ryan
Fr. Ramón Ramírez, op
CONSEJO EDITORIAL
Dr. Fernando Aliaga Rojas
Dr. Mario Luigi Grignani
Dr. Cristián Leal Pino
Dr. Marco Antonio León León
Dr. Rodrigo Moreno Jeria
Dr. Marcial Sánchez Gaete
Secretaría
Mg. María José Castillo Navasal
Indizadoras de la Revista:
– Bibliographic Guide to Latin American Studies,
Boston, Massachusetts, Estados Unidos
–Institut de l’Information Scientifique ert Technique
Vandoeuvre-lès-Nancy, Cedex, Francia
– Handbook of Latin American Studies
Library of Congress, Washingtong DC, Estados Unidos
– Bibliografía Teológica Comentada del Área Iberoamericana, Isedet
Buenos Aires, Argentina
Diagramado por:
Enrique A. Pizarro De la Rosa
PRESENTACIÓN........................................................................................... 7
ESTUDIOS
Andrés Irarrázaval Gomien
Tres cartas de la Patria Vieja. Correspondencia de José Santiago
Rodríguez Zorrilla al arzobispo de Lima durante el gobierno de
José Miguel Carrera (1811-1814)..................................................................11
Misael Camus Ibacache
El Congreso Eucarístico: la particular acción eclesial como Statio Orbis
al interior del tránsito desde una sociedad confesional a una aconfesional...... 39
David Muñoz Condell
Catolicismo y masonería bajo la crítica histórica del
Cardenal José María Caro Rodríguez............................................................ 67
Eduardo Tampe, S.J.
El Colegio Pio Latino Americano visto desde Chile....................................... 91
Eduardo Albornoz Torres
El camino de hacer Iglesia: Historia de la comunidad eclesial
de base de San José Obrero de Chillán. 1960-1985...................................... 133
Matías Alvarado Leyton
Comité de Cooperación para la Paz en Chile. El primer esfuerzo
por salvaguardar los derechos humanos en la dictadura
cívico-militar chilena, 1973-1975................................................................ 157
Hno. Enrique García Ahumada, f.s.c.
Paulo Primera década de La Sociedad Chilena de Catequetas.
Cultural y Patrimonial................................................................................ 179
Cecilia Suárez Pérez
Los Retablos de las 16 Iglesias declaradas Patrimonio de la Humanidad
de la Isla de Chiloé. Legado Cultural y Patrimonial.................................... 199
Hugo Rodolfo Ramírez Rivera
El pintor de los Libertadores Maestro Joseph Gil de Castro Morales
y su obra sacra en Chile durante la época de la Independencia
(1814-1824)................................................................................................. 221
6 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
DOCUMENTOS
La Evangelización en Chile durante los últimos 30 años
(martes 1 de enero de 1974)......................................................................... 265
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO
Ema Arredondo Martínez
Publicaciones y estudios referentes a la Historia de la
Iglesia en Chile, 2018................................................................................... 271
CRÓNICA
María José Castillo Navasal
Actividades de la Sociedad de Historia de la Iglesia en Chile, 2018............ 313
RECENSIONES.......................................................................................... 317
Andrés Irarrázaval 1
Resumen:
Entre 1812 y 1814 el obispo electo de Santiago por el consejo de regencia,
José Santiago Rodríguez Zorrilla, escribió tres cartas al arzobispo de Lima
informando sobre las medidas tomadas por José Miguel Carrera para in-
terferir el gobierno eclesiástico de la diócesis. Rodríguez Zorrilla, sacer-
dote e intelectual de prestigio, nacido en Chile y opositor al movimiento
juntista, muestra a través de estas letras su visión de las relaciones entre la
Iglesia y el Estado, y sus respectivos derechos canónico y nacional. Ellas
permiten adentrarse en esta compleja época a través de los ojos de uno de
sus principales protagonistas.
Palabras claves: Patria Vieja, gobierno de José Miguel Carrera, patronato, rela-
ciones Iglesia-Estado, derecho canónico.
Abstract:
Between 1812 and 1814 the elect Bishop of Santiago by the regency council,
José Santiago Rodríguez Zorrilla, wrote three letters to the Archbishop of
Lima informing about the measures taken by José Miguel Carrera to inter-
fere with the ecclesiastical government of the diocese. Rodríguez Zorrilla,
a prestigious priest and intellectual, born in Chile and opposed to the go-
vernment board movement, shows through these letters his vision of the
relations between the Church and the State, and their respective canonical
and national law. These letters allow to enter this complex period through
the eyes of one of its main protagonists.
Keywords: Patria Vieja, government of José Miguel Carrera, patronage, Church-
State relations, canon law.
Introducción
Durante el gobierno de José Miguel Carrera una de las principales figuras
eclesiásticas chilenas fue José Santiago Rodríguez Zorrilla, obispo electo
de Santiago por el consejo de regencia en 1812 y uno de los principales
opositores al movimiento juntista del año 1810. Su postura le llevó a ene-
mistarse con Carrera al punto de ser declarado reo de Estado y estar re-
cluido fuera de la capital desde inicios de 1813 a octubre de 1814. Fiel a sus
principios, tras el desastre de Rancagua confió en la restauración realista;
ello le significó el destierro poco después, cuando las fuerzas patriotas re-
cuperaron Santiago en febrero de 1817. Su partida puede considerarse casi
definitiva, ya que salvo un breve lapso en el que regresó de 1823 a 1825, no
volvió a pisar tierras chilenas y falleció en Madrid en 18322.
Rodríguez Zorrilla podría valorarse a la luz de la historia republicana
chilena de un modo algo superficial: considerarlo una persona anticuada
que no supo estar a la altura de las circunstancias. Por esto, el estudio de
sus escritos da importantes luces para comprender con mayor hondura
su postura frente a los hechos que le tocó vivir, los argumentos que tenía
para sostenerla, y la formación intelectual y jurídica que poseía.
Hace poco más de un siglo se publicó su biografía más completa, “Don
José Santiago Rodríguez Zorrilla. Obispo de Santiago de Chile (1752-
1832)”, del canónigo lectoral de la catedral de Santiago, el presbítero Car-
los Silva Cotapos3. Es una investigación extensa y pormenorizada sobre
su vida, que además recoge en anexos parte de su correspondencia pri-
vada. En el archivo histórico del arzobispado de Santiago se conservan
copias originales de varios de estos escritos, lo que permite un acerca-
miento directísimo al pensamiento y a la visión de Rodríguez Zorrilla en
los azarosos años de la emancipación chilena. Este valioso material no ha
sido estudiado específicamente.
Entre los escritos de Rodríguez Zorrilla se encuentran tres cartas que es-
cribió relatando sus impresiones y pidiendo consejo al arzobispo de Lima,
a la sazón mons. Bartolomé María de las Heras. El objetivo de este trabajo
es hacer un análisis más detallado de estas misivas, intentar complementar
7 Para una visión sintética de la real universidad de san Felipe, se puede consultar
Bravo Lira, Bernardino. La Universidad en la historia de Chile 1622-1992. Pehuén, San-
tiago, 1992, pp. 49-83.
8 Medina, José Toribio. Historia de la Real Universidad de San Felipe de Santiago de Chile,
tomo 1. Soc., Imp. y Lit. Universo, Santiago, 1928, especialmente pp. 235-242 y pp.
474-475. Incluye como anexos listados de los catedráticos, rectores y graduados, en
los que se le menciona en sus cargos y títulos.
9 Andreu y Guerrero había conseguido del rey Carlos IV su presentación como obispo
auxiliar de Santiago, Charcas, Arequipa y Córdoba para atender a los habitantes de
Paposo (sector costero al norte de Chile), y fue instituido como tal por el papa Pío
VII en 1804 bajo el título de Obispo titular de Epifanía. Para más datos ver González,
José Antonio. Rafael Andreu y Guerrero. 1760-1819. Episcopologio chileno…, tomo III,
1992, pp. 299-326.
10 Guarda, Gabriel O.S.B. La edad media en Chile. Ediciones Universidad Católica de
Chile, Santiago, 2016, p. 400. Finalmente, fue ordenado por Benito Lué y Riego, obis-
po de Buenos Aires.
2018] Tres cartas de la Patria Vieja... 15
11 Barros Arana, Diego. Historia General de Chile, tomo VIII. Editorial Rafael Jover, San-
tiago, 1887, pp. 9-238.
12 Castella, Gastón. Historia de los Papas (tomo II) Desde la reforma católica hasta León
XIII. Espasa-Calpe, Madrid, España, traducción del francés de Victorio Peral, 1970,
pp. 235-242. Pío VII, al oponerse a la anexión del territorio de los estados pontificios
al imperio francés por Napoleón, fue encarcelado detenido el 5 de agosto de 1809 y
trasladado a Savona, cerca de Génova. Allí permaneció hasta junio de 1812, cuando
fue trasladado a Fontainebleau, cerca de París, donde estuvo hasta febrero de 1814,
cuando fecha en la que volvió a Savona para continuar luego viaje a Roma, donde
ingresó el 24 de mayo entre las aclamaciones del pueblo.
13 “Participa con otros patricios ilustres el 13 de septiembre de 1810 en reuniones en la
casa del Presidente, conde de la Conquista, logrando disuadirlo de sus resistencias
a la convocación del cabildo abierto de 1810, encargándose de la misión de hacer las
esquelas para los invitados”, en Guarda, Gabriel O.S.B. Los ochocientos. La rama me-
nor de la familia Larraín y las élites en 1810. ARC Editores, Santiago, 2015, p. 59.
16 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
16 Ver Enríquez, Lucrecia. El cabildo eclesiástico de Santiago de Chile ante los sucesos
políticos de 1810 a 1814. XI Jornadas interescuelas/Departamentos de Historia. Ediciones
Universidad de Tucumán, San Miguel de Tucumán, Argentina, 2007, pp. 4-5.
17 Visibles en http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-125892.html y en http://www.
memoriachilena.cl/602/w3-article-99135.html (consulta: 29-07-2018).
18 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
que intentasen darles valor”35, quitando validez a las reales cédulas que
contenían su nominación. Por último, la imposición de Andreu y Gue-
rrero como vicario capitular, siendo un manifiesto revolucionario, habría
significado la neutralización de la influencia conservadora de Rodríguez
Zorrilla. Esta última gestión se hacía en los días que escribió la carta a De
las Heras, por lo que manifiesta que desconoce su resultado: “No sé si
(Andreu) entrará en este proyecto, cuyo resultado avisaré oportunamente
a Vuestra Señoría Ilustrísima”.
Tras este relato, que tiene por objeto actualizar al arzobispo De las He-
ras de la situación en Chile, Rodríguez Zorrilla presenta la inquietud que
le lleva a escribir al metropolitano de Lima: los miembros del Cabildo36,
salvó los canónigos Pedro Vivar y Juan Pablo Fretes, le han instado a pre-
sentar a la junta de gobierno la real cédula que contiene su nombramiento
para que ésta dicte el cúmplase y pueda asumir el gobierno de la diócesis,
pero él “ha tenido por conveniente no dar este paso, ni hacer gestión al-
guna hasta que las cosas varíen”. La razón que le lleva a proceder así es
que teme “un sacrílego desacato, por la audacia escandalosa con que se
insulta la soberanía”, es decir que el gobierno desconozca la autoridad del
consejo de regencia respecto a su nombramiento, como se desprende del
artículo 5° del recién aprobado reglamento constitucional, que quita vali-
dez a cualquier orden que emane de una autoridad que se encuentre fue-
ra de Chile. La situación era delicada, ya que en 1810 la junta de gobierno
había impedido la toma de posesión del cargo de gobernador a Francisco
Javier de Elío, designado también por el consejo de regencia, para suceder
al fallecido Luis Muñoz de Guzmán37.
Rodríguez Zorrilla explica su postura haciendo referencia a la carta que
el papa Pío VI38 “dirigió a los arzobispos y obispos de la asamblea nacional
53 Recopilación de leyes de Indias, libro I, título VII, ley II, que establece obligación de
los obispos de vivir en la sede de su circunscripción: “residan personalmente en sus
iglesias”.
28 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
54 Barros señala que a mediados del año 1812 se creó, junto con la bandera nacional,
una escarapela tricolor que se utilizaba en el sombrero, cuyo uso se fue ampliando
desde los militares a los funcionarios públicos. Alguno clérigos pidieron permiso
para utilizarla y por decreto de 30 de julio se les autorizó su uso y como “en aquellos
días en el que no usar ese distintivo era considerado un signo de hostilidad al gobierno, fueron
muy pocos los que se resistieron a llevarlo; pero antes de mucho fue cayendo en desuso”. Ver
Barros Arana, Diego. Historia General…, tomo VIII, 1887, p. 570.
55 Campos, Fernando. José Miguel Carrera. Editorial Orbe, Santiago, 1974, p. 48.
56 Campos, Fernando. José Miguel… 1974, p. 48.
2018] Tres cartas de la Patria Vieja... 29
58 Passerini Propterea, Fr. Petrus Mariae. De electione canonica tractatus. Typis Nicolai
Angeli Tinnafij, Roma, 1661, p. 168. Allí señala: “cap. Quisquis 43 de elect. Ita de hac
electione decernitur. Quisquis electioni de se factae per secularis potestatis abusum consen-
tire praesupserit contra canonicam libertatem, electionis comodo careat, ineligibilis fiat, nec
sine dispesatione ad aliqua valeat elegi dignitatem. Qui vero electione huiusmodi, quam ipso
iure iiritam ese censemus, praesumserint celebrare, ab officiis, beneficiis paenitus suspendatur
per tirennium, eligendi tunc potestate private”. Visible en https://play.google.com/books/re
ader?id=mG7PAlxOOU0C&printsec=frontcover&output=reader&hl=es&pg=GBS.PA168
(fecha de consulta: 21-07-2018).
59 Meltzer, Teodoro. Catálogo del Convento Máximo de San Agustín en Santiago de Chile.
Imprenta y Encuadernación Barcelona, Santiago, 1896, p. 35.
60 Donoso, Justo. Instituciones de Derecho Canónico americano, tomo I. Librería de la Viu-
da de Ch. Bouret, nueva edición, París-México, 1897, pp. 416-417. Aunque el libro
–cuya primera edición es chilena del año 1848– es posterior a los hechos señalados,
recoge la doctrina vigente en la época, la que solo cambió tras la dictación del Código
Canónico de 1917.
61 López de Ayala, Ignacio. El Sacrosanto y Ecuménico Concilio de Trento, traducido al
idioma castellano con el texto latino corregido según la edición auténtica de Roma publicada
en 1564. Imprenta de d. Ramón Martin Indar, Barcelona, España, 1847, pp. 314-315.
2018] Tres cartas de la Patria Vieja... 31
canónica, pero también civil, ya que como debían saber todos, Felipe II
había ordenado en 1564 la “ejecución y cumplimiento, conservación y de-
fensa de lo ordenado en el Santo Concilio de Trento”62. Y estas normas,
como las demás que se referían a la relación entre la monarquía y la Santa
Sede, debían ser juradas públicamente por los candidatos presentados a
obispos en América63. Mostraba así la contradicción jurídica que vislum-
braba en el comportamiento de José Miguel Carrera, quien en su regla-
mento constitucional reconoce a Fernando VII como rey de Chile, pero
ahora les exige no cumplir sus normas ni juramentos.
Rodríguez Zorrilla actúa con sagacidad, ya que al recordar en su car-
ta estos puntos también le está haciendo ver al arzobispo De las Heras
su propia responsabilidad, tanto canónica como civil, si no tomara nin-
guna medida al respecto. Sin necesidad de señalarlo, tendrían ambos
presentes la recopilación de leyes de Indias, de 1680, que mandaba ex-
presamente “a los Arzobispos de nuestras Indias, que si hubiere negli-
gencia en las sedevacantes y sucedieren casos en que los Metropolita-
nos deben conocer, conforme a derecho Canónico, usen de la facultad y
jurisdicción que le concede, procurando que los Cabildos Eclesiásticos
procedan en todo como conviene”64. En este contexto se comprende el
preámbulo que hace Rodríguez Zorrilla a De las Heras al señalarle: “He
molestado la superior atención de Vuestra Señoría Ilustrísima con esta
cansada relación, porque estoy en el concepto de que sólo la potestad
metropolitana, que tan dignamente ejerce Vuestra Señoría Ilustrísima
sobre las Iglesias de su provincia para corregir los excesos de los obis-
pos sufragáneos, y los abusos y corruptelas en las sedes vacantes, puede
remediar estos males”.
En la carta, luego de exponer las presiones hechas por el gobierno al
cabildo eclesiástico, que tuvieron como resultado la elección de Andreu
y Guerrero como vicario capitular –aunque los cabildantes se reservaron
a ellos el gobierno de la diócesis– pasa a narrar con detalle los esfuerzos
realizados por este personaje para lograr un cargo, “los sinsabores con
que llenó de amargura los últimos días del Ilustrísimo señor obispo fina-
do don Francisco José Marán con motivo de su consagración” como Obis-
po Titular de Epifanía y auxiliar de Santiago, que este último no quiso
realizar por encontrarlo indigno, sus andanzas en Buenos Aires alentando
65 Texto completo de la carta en Silva Cotapos, Carlos. Don José Santiago… 1915, pp.
325-329. No hemos encontrado una copia original de esta carta en el archivo histórico
del arzobispado de Santiago.
66 Encina, Francisco A. Historia de Chile…, tomo XII, 1983, p. 115.
2018] Tres cartas de la Patria Vieja... 33
del siglo XVIII, con apoyo de la Corona: “En consecuencia, resulta evi-
dente que el clero poseía, leía y conocía el pensamiento de Van Espen”69;
Mario Góngora también señala que la obra de Van Espen fue un texto de
consulta fundamental para los catedráticos de universidades españolas
e indianas70. No llama por tanto la atención que Rodríguez Zorrilla co-
nociera su doctrina: se debe tener presente que Rodríguez Zorrilla fue
protegido y secretario del obispo Alday, cuya biblioteca era una de las
colecciones particulares más extensas de Chile, con más de 2.000 volúme-
nes71, y alumno del colegio máximo de san Miguel de los jesuitas, “cuya
biblioteca era, sin disputa, la más valiosa que existía en Chile en aquel
tiempo”72. Respecto a las normas de Pío IV ya hemos hecho referencia de
las obligaciones establecidas por el Concilio de Trento respecto a la resi-
dencia de los obispos.
Bernardino Bravo explica en Episcopologio chileno que Rodríguez
Zorrilla era regalista, “un hombre que ha visto y vivido el regalismo tra-
dicional indiano en su mejor época”73, y por eso no debe extrañar que cite
a autores que defienden esta postura. Más si se tiene presente que sus
doctrinas hacen referencia a los nombramientos episcopales, como es en
el caso de Van Espen: “en los momentos de crisis en la constitución jerár-
quica de la Iglesia (así en España en 1799 y durante las cortes de Cádiz;
en América durante toda la época crítica de la Independencia) los dictá-
menes de Van Espen relativos al cisma de Utrecht, sus tesis favorables a
la designación y consagración de los Obispos aún sin confirmación papal,
juegan un papel importante”74. Pero como aclara Bravo, Rodríguez Zo-
rrilla debió enfrentar la aparición de otro tipo de regalismo influenciado
por los ideales de la Ilustración irreligiosa francesa, que no comparte y
considera contrapuesto a su pensamiento y tradición. Este doble sentido
del regalismo permite entender mejor la posible contradicción que para
un investigador moderno pueden comportar las posturas de algunas au-
toridades eclesiásticas de la época –como Rodríguez Zorrilla en sus car-
tas– que defienden su posición con algunos argumentos de naturaleza re-
Conclusiones finales
La primera conclusión, es que la lectura y análisis de las tres cartas escritas
por Rodríguez Zorrilla al arzobispo de Lima dan luces para conocer
con más profundidad su pensamiento y formación intelectual. También
permiten aquilatar mejor su talante humano y su prudencia, al tener que
enfrentar situaciones del todo novedosas con riesgo grave de su persona
y de la defensa de los valores en que había sido enseñado80. Del contenido
de las cartas se desprenden las características con las que sus biógrafos lo
han descrito, por ejemplo Bravo al señalar que era “un hombre de honor”,
de “carácter firme, notable flexibilidad y tenacidad a toda prueba” y que
“aparte de su piedad, todos los testimonios convienen en ponderar su
doctrina”81.
Una segunda conclusión es la complejidad que presenta la relación
entre la Iglesia y el Estado durante los años de la independencia. Gracias
a estas cartas es posible adentrarse en una serie de detalles, tanto fácticos
como jurídicos y personales, que permiten entender mejor los procesos que
debieron enfrentar aquéllos a quienes les tocó vivir esos intensos años. No
se pueden reducir las posturas a una simple contraponer patriota y realista,
82 Orrego, José Manuel. Elogio fúnebre. A la memoria del Ilmo. Sr. Obispo de Santiago
Dr. D. José Santiago Rodríguez Zorrilla. Catedral de Santiago, 30 de diciembre de
1852. Oradores sagrados chilenos, selección de Manuel Antonio Román. Biblioteca de
escritores de Chile, Imprenta Barcelona, Santiago, 1913, p. 902.
EL CONGRESO EUCARÍSTICO: LA PARTICULAR ACCIÓN
ECLESIAL COMO STATIO ORBIS AL INTERIOR DEL TRÁN-
SITO DESDE UNA SOCIEDAD CONFESIONAL HACIA UNA
ACONFESIONAL
Resumen
El estudio presenta el origen y desarrollo de los Congresos Eucarísticos
como el medio pastoral, para enfrentar los desafíos que presentaron los
procesos pos revolución francesa. Estos procesos instalaron y consolidaron
el surgimiento de una sociedad aconfesional en materia religiosa. El hilo
conductor del estudio se elabora en la descripción del contenido pastoral
de los congresos y como éstos expresan el esfuerzo eclesial para responder
a los desafíos que presentó la dinámica de transición social y cultural a la
vida eclesial.
En este tránsito histórico los Congresos Eucarísticos se constituyeron en la
actividad eclesial de mayor impacto desde una sociedad confesional a otra
aconfesional. Por otra parte, se subraya como a partir de los años veinte del
siglo XX, la Acción Católica emergió como el instrumento pastoral tanto en
la sostenibilidad organizacional como material de los congresos.
Palabras claves: congreso eucarístico, acción católica, pontificado, cultura moderna.
Abstract
The study discloses the origin and the development of the Eucharistic Con-
gresses as the pastoral instrument employed to face the challenges posed
by post-French revolution processes. These processes installed and consol-
idated a non-denominational society in religious terms. The description of
the pastoral content of the congresses and how they express the ecclesial
effort made in response to the challenges presented by the dynamics of
social and cultural transition constitute the guiding thread of this study.
In this historical transition from a denominational to a non-denomination-
al society, the Eucharistic Congresses became the most influential pastoral
activity. Apart from that, since the 1920´s the Catholic Action appeared
as the essential pastoral instrument to support the Eucharistic Congresses
both in organizational and material terms.
Keywords: Eucharistic Congress, Catholic Action, Pontificate, Modern Culture.
Introducción
2 Análisis multidimensional de este tránsito y del actual estado del arte de estos proce-
sos históricos los recoge Ulrich Beck. I rischi della libertà. Editorial Il Mulino. Bolonia,
2000, 195 pp. Este texto es una selección de ensayos del autor que ha publicado entre
1994 a 1997.
2018] El Congreso Eucarístico... 41
6 Stasiewski, Bernhard. Esperanzas de unión. Las iglesias orientales autónomas y las unidas
a Roma, en Manual de historia de la Iglesia (Dirigido por H. Jedin). Barcelona, 1978, t.
VIII, p. 479
44 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Desde 1905 el pontífice tomó posición de esta obra, como una acción
permanente de la Iglesia y, lo hace en el contexto de la definición de la
comunión frecuente. Por otra parte, el papa fue fijando los congresos anual-
mente. Un hito importante fue el año de 1922 para los C. E. Internacio-
nales. Desde estos años se observa con claridad el contenido temático de
los congresos y el rol relevante de la Acción Católica. A continuación se
expone un elenco de los C. E. Internacionales, siguiendo la numeración
correspondiente.7 Luego, se ofrecen algunas observaciones.
7 Este elenco ha tenido como base la información que está en el portal de la Sede Apos-
tólica: http://www.vatican. va
2018] El Congreso Eucarístico... 47
cuyo principal factor de freno fueron las tensiones entre Iglesia y Estado.
El ejemplo más notario fue México, país que celebró en 1916 el primer
Congreso en el contexto del primer centenario de la independencia; el
segundo se celebró en medio de la persecución religiosa, en 1924, con
muchas dificultades para realizar la clausura solemne. En México no se
celebró otro congreso hasta iniciado el siglo XXI.
Las iglesias de Chile y Venezuela fueron las primeras en celebrarlos,
en 1904 y 1907 respectivamente. Los distintos Congresos siempre fueron
vinculados a un acontecimiento nacional, como centenario de la patria,
centenario de la creación de la diócesis o, adhiriendo con la iglesia uni-
versal; por otra parte, los congresos se fueron moviendo al ritmo de las
reformas eclesiales –comunión frecuente–, es notorio el incremento de la
participación laical –Acción Católica– y, en más de alguna ocasión coin-
cide con alguna otra celebración nacional o internacional –Año Mariano,
Acción Católica Obrera, asuntos sobre Educación.
8 Memoria XXXIII Congreso Eucarístico Internacional en Buenos Aires 1934 (10-14 octubre
1934). B. Aires, 1935, 528 pp.
2018] El Congreso Eucarístico... 49
16 El VIII Congreso Eucarístico Nacional fue presidido por el Cardenal Legado Mons.
Santiago Luis Copello, arzobispo de B. Aires. Asistieron prelados del: Cuzco, Sucre,
Montevideo, Asunción, y prelados nacionales. Para la convocación el episcopado pu-
blicó la Carta Colectiva sobre la Religión y la Patria. Texto completo en La Revista Católica.
Santiago, 1941, n° 887 (diciembre de 1941), pp. 611-621. Este número está dedicado
íntegramente a la crónica del congreso.
2018] El Congreso Eucarístico... 55
greses que, estamos seguros, cooperarán con una pequeña ayuda al esplendor
de esta solemne manifestación para la mayor gloria de nuestro Señor Sacra-
mentado. Ordenamos, por tanto, que el domingo 2 de septiembre se haga en
todas las iglesias y capillas de nuestra diócesis y en todas las misas una colecta
con el fin antes indicado. La mitad de dicha colecta quedará para sufragar los
cultos eucarísticos de la respectiva parroquia y la otra mitad se enviará a este
obispado…”17.
El XI Congreso chileno se celebró en 1980, con una gran cobertura na-
cional, teniendo tres sedes episcopales de cierre y bajo el lema: “No teman.
¡Abramos las puertas a Cristo!”. Las tres sedes fueron unidas bajo el con-
cepto comunicacional de un triduo pascual, en las sedes de La Serena,
Maipú (Santiago) y Chillán. Los tres actos los presidios el cardenal Lega-
do pontificio, esto es, el arzobispo de Córdoba, Cardenal Raúl Francisco
Primatesta. El enfoque pastoral fue de gran intensidad formativa: durante
un año en las distintas diócesis se trabajó en estilo catequético con fichas
mensuales; Boletines informativos y Cuadernos18.
Una síntesis descriptiva del carácter pastoral, del contexto en el cual
se convocó el congreso, de la dinámica pastoral que generó lo ha elabo-
rado el presbítero Joaquín Alliende Luco: subraya el carácter pastoral del
congreso, la extensión geográfica integra del país, el rol capital que tuvo
el instrumento pastoral “Cristo Peregrino”, el acto de clausura con la pre-
sencia de dos cardenales argentinos y prelados de Perú y Bolivia, como
signo de comunión19.
El autor subraya algunos aspectos del Congreso 80’, como: las circuns-
tancias sociales y políticas en las cuales se insertó la actividad, la que es
calificada de compleja, pues se venía saliendo del referéndum político y
la situación de conflicto bélico con Argentina, y eclesialmente, diferencias
al interno de la comunidad con posiciones diversas ante el carácter y mo-
delo de gobierno que imperaba en el país.
Por otra parte, es posible que el Congreso sea definido como aquel
evento eclesial donde se encaminó la recepción de las Conclusiones de la
Asamblea Episcopal latinoamericana, celebrada en la ciudad de Puebla
de los Ángeles-México, en 1979.
Este conjunto de circunstancias permite evaluar y valorar los logros de
este evento eclesial nacional después treinta ocho años: el carácter catequé-
17 A. A. Antofagasta, Decreto del obispo Alfredo Cifuentes G. Colecta Pro celebración Congre-
so Eucarístico Diocesano, en Libro n° 3, folio 51
18 Conferencia Episcopal de Chile, Memoria XI Congreso Eucarístico Chile 80. Santiago.
1981, p. 475. La memoria ofrece en el capítulo 5° una descripción detallada de la for-
mación evangelizadora del Congreso.
19 Alliende Luco Joaquín, XI Congreso Eucarístico - Chile 80 Análisis Teológico Pastoral, en
Estudios. Santiago, 1981, pp. 91-108
56 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
24 Caro Rodríguez, José M. Autobiografía. Apuntes y Recuerdos. Santiago, 1968, 162 pp.
25 El espacio conocido como Peñuelas se sitúa a distancia equidistante entre La Serena
y el Puerto de Coquimbo. Hasta la década de los años ochenta aún se realizaba una
feria agropecuaria regional, el cual incluía el rodeo tradicional, asunto al cual hacen
referencia los documentos.
60 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
28 Archivo Arzobispado La Serena. Periódico diocesano La Luz (Año 1944). Las cróni-
cas y referencias están conservadas en las ediciones del mes de marzo de 1944.
62 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
- Por otro lado, ambos congresos fueron fijados como eventos ecle-
siales preparatorios a las asambleas generales continentales de los
obispos latinoamericanos: en 1955 en Río y en 1968 en Medellín.
Estas dos asambleas episcopales constituyen hitos en la historia
eclesial continental: la de 1955 en cuanto que fueron los obispos de
cada país -reunidos en conferencias nacionales- quienes realizaron
diagnósticos locales de sus iglesias, cuyos resultados convergen a la
reunión general del año 1955. El gran desafío que surgió fue la for-
mación del clero, el rol de la Acción Católica como el “instrumento
pastoral” por excelencia, para poner en acción la actividad pastoral.
Por su parte, aquella de Medellín se constituyó en el acontecimiento
de la recepción del C. Vaticano II.
31 Primer Congreso Eucarístico de Santiago de Chile. Santiago de Chile 1905, p. 3. Los térmi-
nos subrayados en negro corresponden al texto original.
66 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
tras que aquel del año 1946 en Punta Arenas, si bien la temática aborda
asuntos sociales como migraciones, el centro del contenido fue celebrar la
pronta elevación del Vicariato de Magallanes e Islas Malvinas creado en
1916, a diócesis en 1947, por Pío XII.
El último Congreso nacional celebrado en 1980 constituye una eviden-
cia sólida, del cambio de paradigma del sentido pastoral de los congresos.
Paralelo a la promoción del culto eucarístico se plasmó la doctrina conci-
liar: la eucaristía fuente y culmen de la vida cristiana. Un año completo
dedicado a la pastoral de conjunto: fue un congreso catequético, litúrgico
con un eje: la vida comunitaria.
- Los Congresos en las diócesis del norte chileno profundizan un ca-
tolicismo social: la Acción Católica y la Pastoral de Conjunto de los
años 80’
En general, los congresos a nivel diocesanos tienen un carácter más mi-
sioneros que los nacionales y, además tienden a celebrar acontecimientos
históricos. Incluso aquel congreso nacional de 1941 celebrado en Santiago,
festeja el IV Centenario de la creación de la diócesis de Santiago.
Los congresos celebrados en la diócesis de La Serena -1935 y 1936- evi-
dencian con claridad el carácter misionero. Estos congresos diocesanos
fueron preparados con misiones parroquiales, con misioneros traídos es-
pecialmente para esa actividad.
El otro rasgo distintivo para todos los congresos -nacional o diocesa-
no- a medida que fue madurando el objetivo y el método organizativo fue
emergiendo y consolidándose el soporte técnico eclesial de la A. Católica.
Por la misma razón, al ser la A. Católica el pilar organizativo fue natu-
ral que los contenidos temáticos de los congresos fuesen del orden social,
cultural y educacional, los que se presentaban como desafíos pastorales
que la comunidad eclesial debía enfrentar. Estos desafíos no fueren obser-
vados como el tránsito hacia una sociedad cada más secular.
Finalmente, como una sugerencia muy modesta surge la necesidad de
estudiar la práctica de los congresos en las iglesias latinoamericanas, pues
introducción de esta actividad pastoral tuvo distintos tiempos de inicio en
cada país, cuya nota fue la lentitud de la recepción de ella. El núcleo de
esos estudios debiera ser la descripción de los contenidos que ellos abor-
daron en las asambleas nacionales.
CATOLICISMO Y MASONERÍA BAJO LA CRÍTICA HISTÓRICA DEL
CARDENAL JOSÉ MARÍA CARO RODRÍGUEZ
Resumen
Sin lugar a dudas, el Cardenal José María Caro Rodríguez es un eclesiás-
tico adelantado a su época, no solo por las reformas sociales que tuvo que
enfrentar tanto a nivel político como eclesiástico, sino que también por el
giro que da a la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Fue el primer car-
denal que tuvo Chile, siendo nombrado en esta dignidad eclesiástica por
el Papa Pío XII. La cuestión social, las reformas de la Iglesia, la separación
de la Iglesia-Estado, las condiciones de los obreros en las salitreras en el
norte del país, los gobiernos radicales y la presencia de la Orden Masónica
hacen de su ministerio pastoral una oportunidad para profundizar en el
catecismo teológico y social de la Iglesia.
Palabras Claves: Iglesia católica, Masonería, Cuestión Social, Obreros, Laicismo.
Abstrac
Without a doubt, Cardinal José Maria Caro Rodríguez is an ecclesiastic
ahead of his time, not only because of the social reforms he had to face
at both the political and ecclesiastical levels, but also because of the turn
he gives to the Catholic Apostolic Church and Romana He was the first
cardinal who had Chile, being named in this ecclesiastical dignity by Pope
Pius XII. The social question, the reforms of the Church, the separation of
the Church-State, the conditions of the workers in the nitrate mines in the
north of the country, the radical governments and the presence of the Ma-
sonic Order make of their pastoral ministry an opportunity to deepen the
theological and social catechism of the Church.
Keywords: Catholic Church, Freemasonry, Social Issues, Workers, Laicism.
Introducción
El primer Cardenal de la Iglesia Católica apostólica y romana chilena
(en adelante Iglesia Católica) fue Monseñor José María Caro Rodríguez.
Hombre multifacético y avanzado para su época. Estudió en el presti-
giado Colegio Pío Latino Americano de Roma, sacando posteriormente
su Doctorado en Teología en la prestigiosa Universidad Gregoriana de
Roma2. De regreso en Chile, se desempeñó como profesor en el Semina-
rio Pontificio. En esa época publicó libros destinados a la divulgación de
temas religiosos vinculados a las cuestiones sociales de la época, como
“Tratado de Fundamentos de la Fe”, e “Instrucción Religiosa sobre el
Credo”, “Por qué Creo” y “Sociología Religiosa”3. En 1911 fue designado
Vicario Apostólico de Tarapacá y en 1912 accedió al obispado de Iquique.
Se mantuvo en la región por más de una década, realizando una intensa
labor pastoral y doctrinal, especialmente en las zonas rurales. En 1925 fue
designado obispo de la diócesis de La Serena. En este período continuó
con su tarea de difusión doctrinal, sensible tanto a la formación religiosa
de la población como a la que había comenzado a llamarse la “cuestión
social”4, a la luz de la naciente Doctrina Social de la Iglesia.
2 “Emmo. y Rdmo. Sr. D. José María Caro Rodríguez Card.”. Guía Eclesiástica de Chi-
le. Santiago: Oficina Nacional de Estadística de la Acción Católica Chilena. 1958. p. 5.
Silva Torrealba, Benjamín. Evangelizando Tarapacá: Iglesia Regional bajo los ojos de José
María Caro, 1911-1926. Anuario de Historia de la Iglesia en Chile. Volumen 27, 2009,
Seminario Pontificio Mayor, Santiago, Chile, pp. 134-148. José María Caro Rodríguez.
Conferencia Episcopal de Chile. 2014. http://noticias.iglesia.cl/noticia.php?id=23478.
Fecha de acceso: miércoles 8 de agosto de 2018. http://www.iglesiadeiquique.cl/his-
toria2.php. Fecha de acceso: miércoles 8 de agosto de 2018. Sánchez Gaete, Marcial.
El Episcopado en la primera mitad del Siglo XX, un nuevo escenario. Historia de la Iglesia
en Chile. Tomo IV, Una sociedad en cambio. pp, 17-52. Editorial Universitaria, San-
tiago, 2009.
3 Mons. Caro R. Jose Maria. Sociología popular. Editorial Difusión. 6° Edición Reforma-
da. Editorial Difusión. Buenos Aires, 1941.
4 Leon XIII – Pio XI. Las Enseñanzas Sociales de la Iglesia. Rerum Novarum cuadragesiomo
anno.1891-1931. Imprenta de Chile. Santiago. 1931. Conferencia Episcopal Argen-
tina. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Pontificio Consejo Justicia y Paz.
Librería Editrice Vaticana, Buenos Aires, 2005. Cid G, Francisco Javier. Rivas Gutie-
rrez, Exequiel. Documentos sociales de la Iglesia: síntesis cronológica e índices analíticos:
pontificios, Iglesia latinoamericana, Iglesia chilena. ILADES. Santiago, 1976.
5 Pérez Argos Baltasar. Exposición esquemática de la cuestión social y sus soluciones his-
tóricas: liberalismo, socialismo, marxismo. Huerta, Maria Antonieta. Catolicismo Social
2018] Catolicismo y Masonería bajo la crítica... 69
en Chile. Pensamiento y Praxis de los Movimientos Apostólicos. Prólogo del Cardenal Raúl
Silva Henríquez. Ediciones Paulinas. Santiago, 2009.
6 Veckermans, Roger. sj. Compilador y Editor. Actas del 4° Congreso Internacional Católico
de la Vida Rural. Buenos Aires, 1958. La Revista Católica N° 977, 1957.
7 Rivas Gutierrez, Exequiel. Doctrina Social de la Iglesia. INESP. Santiago, 1997. Rivas
Gutierrez, Exequiel. De León XIII a Juan Pablo II: cien años de doctrina social de la Iglesia.
Ediciones San Pablo. Santiago, 1991. Barrios V, Marciano. La Iglesia en Chile. Sinopsis
Histórica. Colección Histo-Hachette E.P.C. Editorial Universitaria, Santiago, 1987.
8 Pérez Argos, Baltasar. sj. Exposición esquemática de la cuestión social y sus soluciones
históricas: liberalismo, socialismo, marxismo. https://web.archive.org. Fecha de acceso:
domingo 12 de agosto de 2018.
9 Grez T., Sergio. La “cuestión social” en Chile Ideas y debates precursores (1804-1902). Re-
copilación y Estudio Critico. Biblioteca Nacional de Chile. http://www.cervantesvirtual.
com. Fecha de acceso: miércoles 8 de agosto de 2018.
70 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
10 Díaz Silva, Patricio. Masonería en Chile. Historia, cultura y territorio en la ruta del Bi-
centenario. Ediciones Gran Logia de Chile Ocho Libros Editores. Patrocinado por la
Comisión Bicentenario. Santiago, 2009, p, 105.
11 Acerca del Cardenal Monseñor José María Caro, puede verse: VAnhenk Morris,
Juan. Monseñor José María Caro, Apóstol de Tarapacá. Editorial del Pacífico S.A. San-
tiago. Chile. 1963. Salinas Fuenzalida, Agusto. Un Pastor Santo. El Eminentísimo Se-
ñor Cardenal Don José María Caro (1866-1958). Editorial Andrés Bello. Santiago. Chile.
1981. Monseñor Fuenzalida Morande, Joaquin. Autobiografía del Eminentísimo y Re-
verendísimo Señor Cardenal D. José María Caro Rodríguez, Primer Cardenal chileno. Apun-
tes y Recuerdos. 1969.
12 “Emmo. y Rdmo. Sr. D. José María Caro Rodríguez Card.”. Guía Eclesiástica de Chile.
Santiago: Oficina Nacional de Estadística de la Acción Católica Chilena. 1958. p. 5.
2018] Catolicismo y Masonería bajo la crítica... 71
13 Caro Rodrigez, Jose Maria. Autobiografía del eminentísimo y reverendísimo señor car-
denal D. José María Caro Rodríguez: primer cardenal chileno. Arzobispado de Santiago,
1968.
14 Casanova Casanova, Mariano. Historia del Templo de la Compañía de Santiago de Chile.
(1.ª edición). Imprenta del Mercurio. Valparaíso. Chile. 1871. Casanova Casanova,
Mariano. Fb&c Limited, Mar 12, 2018 . Pastoral del Illmo. I Rmo. Sr. Arzobispo Dr. D.
Mariano Casanova Sobre la Reforma Constitucional (Classic Reprint). VV.AA. Monseñor
Mariano Casanova Casanova, 1886-1908: tercer arzobispo de Santiago. Editorial Sale-
siana. Santiago, 1981. Noemi, Juan Alejandro, Callejas Noemi C., Jarteaga Llona,
Jose. Pensamiento teológico en Chile: Historiografia eclesiastica chilena, 1848-1918. Univer-
sidad Católica de Chile, 1987.
15 Sepúlveda Rondanelli, Julio. Los radicales ante la historia. Editorial Andrés Bello.
Santiago, 1993. Gregorio Bosch, Mariano. Historia Del Partido Radical. Editorial An-
drés Bello. Santiago, 1931.
16 Gazmuri Riveros, R. El “48” chileno: igualitarios, reformistas, radicales, masones y bom-
beros. Editorial Universitaria. Santiago. Chile. 1992. Milos, Pedro. Frente popular en
Chile: su configuración, 1935-1938. Ediciones LOM. Santiago. Chile. 2008. Muñoz Con-
dell, David. Protestantes, Liberales y Masones en Chile (1810-2017). Editorial ALBA.
Valparaíso, 2018.
72 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Obispo de La Serena
El 14 de diciembre de 1925 la Santa Sede lo nombró Obispo de La Serena;
había estado 13 años en Iquique. En su despedida fue evidente cómo se
había ganado el afecto de la gente y cómo había logrado un acercamiento
del pueblo a la Iglesia. En 1926, don José María Caro Rodríguez fue tras-
ladado al Obispado de La Serena, donde creó seis parroquias, y construyó
el edificio de la Curia Episcopal, promovió el IV Congreso Eucarístico Na-
cional (1928) y celebró con éxito el Congreso Eucarístico Diocesano. (1927)
El Papa Pío XI le nombra Asistente al Solio Pontificio. El 20 de mayo de
1938, La Serena alcanza el rango de Arzobispado y Monseñor José María
Caro Rodríguez es su primer Arzobispo. Tomó canónica posesión de la
Arquidiócesis, pero, el 30 de agosto, es nombrado Arzobispo de Santiago.
Tenía 73 años, no obstante, trabajó sin descanso.
Estando en La Serena, Monseñor José María Caro Rodríguez publi-
có numerosas obras de carácter doctrinario, tales como: “Fundamen-
tos de la Fe”, “Porque Creo”, “El Matrimonio Cristiano”, “La Iglesia
y los Obreros”, “¡Misterio! Descorriendo el Velo”18 y “El Misterio de la
Masonería”19, estos últimos inspirados en las experiencias compartidas
por masones que posteriormente se convirtió al catolicismo y de cuyos
relatos se valió para escribir esta magistral obra para la época, donde la
escasa información respecto a la Orden Masónica hacía especular res-
pecto a sus principios y doctrinas20.
Arzobispo de Santiago
21 Díaz Silva, Patricio. Masonería en Chile. Historia, cultura y territorio en la ruta del
Bicentenario. Ediciones Gran Logia de Chile Ocho Libros Editores. Patrocinado por
la Comisión Bicentenario. Santiago, 2009, p, 104.
22 Iglesia Catolica. VIII Congreso Eucarístico Nacional en las festividades de su IV
Centenario: 6 al 9 de noviembre. Editorial Zig Zag. Santiago, 1941. Radio Mensaje
De Pío Xii Con Ocasión Del Congreso Eucarístico Nacional De Chile. Domingo 9
de noviembre de 1941. https://w2.vatican.va/content/pius-xii/es/speeches/1941/docu-
ments/hf_p-xii_spe_19411109_eucaristico-cile.html Fecha de acceso: domingo 12 de
agosto de 2018.
23 Carta del Presidente de la República, Excmo. Sr. Juan Antonio Ríos a Su Santidad el Papa Pío
XII. Archivo de la Secretaría Arzobispal de Santiago, Leg. 123, N° 14 (Roma-1946).
74 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
24 Ibíd.
25 Díaz Silva, Patricio. Masonería en Chile. Historia, cultura y territorio en la ruta del Bi-
centenario. Ediciones Gran Logia de Chile Ocho Libros Editores. Patrocinado por la
Comisión Bicentenario. Santiago. Chile 2009, p, 105. Garcia Valenzuela, Rene. In-
troducción a la historia de la francmasonería en Chile. Ediciones Gran Logia de Chile.
Santiago, 1992.
26 http://www.granlogia.cl. Fecha de Acceso: domingo 12 de agosto de 2018.
27 Retamal Fuentes, Fernando. I.C.D. STh.L. Chilensia Pontificia. Monumenta Ecccle-
siae Chilensia. Volumen II. Tomo IV. Ediciones Universidad Católica de Chile. San-
tiago, 2005.
2018] Catolicismo y Masonería bajo la crítica... 75
mos aplicar con razón la sentencia de Cecilio Natal, referida por Minucio
Félix:
“las cosas buenas aman siempre la publicidad; los crímenes se cu-
bren con el secreto… es el juramento que ellos hacen de guardar
inviolablemente este secreto como si pudiese serle permitido a cual-
quiera apoyarse sobre el pretexto de una promesa o de un juramen-
to, para rehusarse a declarar si es interrogado por una autoridad le-
gítima, sobre si lo que se hace en cualesquiera de esos conventículos,
no es algo contra el Estado, y las leyes de la Religión o de los gober-
nantes…Finalmente, que estas sociedades gozan de mal concepto
entre las personas prudentes y honradas, y que el alistarse en ellas
es ensuciarse con las manchas de la perversión y la malignidad”
Desde Pío VII, en 1821, con su Constitución “Ecclesiam Christi”, hasta la
“Humanum genus” (1884) de León XIII, la masonería será identificada por
Roma como una sociedad clandestina cuyo fin era “conspirar en detri-
mento de la Iglesia y de los poderes del Estado”, con lo que hubo sin más
una identificación a priori de la masonería con las sociedades patrióticas
que en unos países luchaban por la independencia de los pueblos y en
otros, como en Italia, por la unificación.
Posteriormente el Papa León XII publica en 1826 “Quo Graviora”. Pío
VIII escribe “Traditi Humilitati” en 1829. Gregorio XVI redacta “Mirari
Vos” en 1832. Pío IX escribe “Qui Pluribus” en 1846 y “Quibus quantisque
malis” en 1849. “Quanta cura” en 1864. “Multiplices inter” en 1865. “Apos-
tolicæ Sedis” en 1869. “Etsi multa” en 1873. El Papa León XIII publica
“Etsi Nos” en 1824. Encíclica “Officio Sanctissimo” en 1887 – Encíclica. “Ab
Apostolici” en 1890. “Custodi di quella fede” en 1892. Encíclica “Inimica vis”
en 1892 – Encíclica “Praeclara Gratulationis Publicae” en 1894 y “Annum
ingressi” en 1902.
El propio Papa León XIII en la “Humanum genus” alude a las prohibi-
ciones de la masonería por parte de ciertos gobiernos y recalca que:
“el último y principal de los intentos” de la masonería “era el des-
truir hasta sus fundamentos todo el orden religioso y civil estable-
cido por el Cristianismo, levantando a su manera otro nuevo con
fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del naturalismo». Y
como prueba del proceder de la “secta masónica” añade que la ma-
sonería “mucho tiempo que trabaja tenazmente para anular en la
sociedad toda injerencia del magisterio y autoridad de la Iglesia, y
a este fin pregona y contiende deberse separar la Iglesia y el Estado,
excluyendo así de las leyes y administración de la cosa pública el
muy saludable influjo de la Religión católica”.
Esta identificación de Masonería como una sociedad que “maquina
contra la Iglesia o contra las potencias civiles legítimas” sólo se puede
comprender desde la óptica de la problemática planteada en Italia por la
80 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
39 La cuestión romana fue una disputa política entre el gobierno italiano y el papado
desde 1861 hasta 1929. La cuestión romana comenzó con el intento por parte de Italia
de anexionarse Roma y la consiguiente extinción del poder temporal de la Santa Sede
Apostólica, y terminó con los pactos de Letrán firmados en 1929 por el gobierno de
Benito Mussolini y el Papa Pío XI. Durante este periodo los papas se consideraban
a sí mismos (según las palabras de Pío IX) “Prisioneros en el Vaticano”. Después de
que los Pactos de Letrán fueran firmados en 1929, los papas comenzaron a visitar
regularmente otros sitios de Roma fuera del territorio vaticano, particularmente la
Basílica de San Juan de Letrán. También comenzaron a ir a su residencia de verano
de Castel Gandolfo, que tiene privilegios extraterritoriales, como una embajada, pero
sin formar parte de Ciudad del Vaticano.
40 De Cesare, Raffaele. Los últimos días de la Roma Papal. Archibald Constable & Co.
Londres. Inglaterra. 1909. Hebblethwaite, Peter. Papa Juan XXIII: Pastor del mundo
moderno. Libros de imágenes. 1987.
Pollard, John F. El dinero y el ascenso del papado moderno: Financiamiento del Vaticano,
1850-1950. Prensa de la Universidad de Cambridge, 2005.
2018] Catolicismo y Masonería bajo la crítica... 81
Este texto fue publicado por primera vez en 1925. “El misterio de la ma-
sonería” continúa siendo un clásico de referencia obligada sobre la ver-
dadera cara que se esconde detrás de la fachada de orden benéfica que
pretende ser la masonería, en opinión de los detractores de la Orden Ma-
sónica. El libro revela los enigmas que envuelven a la “organización de la
escuadra y el compás” y explica porque los masones se ocultan detrás del
velo y saca a la luz sus prácticas, colocando al alcance del gran público los
conceptos necesarios para comprender el simbolismo masónico y desmi-
tificar las leyendas oscuras sobre el tema. Dadas las precaucione que la
masonería toma para mantenerse en el secreto y no develar sus misterios,
la obra pretende llegar, incluso, a los propios masones de buenas inten-
ciones que no llegan a ver lo que esta esconde.
¿Cómo puede saberse lo que se encierra en el recinto de las logias y en
el círculo juramentado de los masones? En primer lugar, el Cardenal José
María Caro Rodríguez se basa en la gran cantidad de testimonios de aque-
llos masones que dándose cuenta de dónde estaban metidos deciden abju-
45 Ibíd.
46 Ibíd., N°16.
47 Ibíd., N° 22.
Apostasía radical del iniciado:
“Las ceremonias, ritos y símbolos de la Masonería están muy calcu-
lados para ir abriendo poco a poco al iniciado el verdadero sentido
que tienen y enseñarle gradualmente verdaderas doctrinas de la
secta, de modo que insensiblemente se vaya penetrando de ellas sin
que nadie se las declare. Tanto es así, que es difícil que, entre todos
los aprendices, haya alguno que se dé cuenta de que el acto que
acaba de hacer, ese acto en que tal vez él ha declarado ser católico,
es, sin embargo, una apostasía radical de la religión que profesa.
Esa apostasía está envuelta en el significado de las ceremonias; más
tarde ella se irá desarrollando junto con la inteligencia que de ella
vaya adquiriendo. He aquí cómo declara esta apostasía el autor tan-
tas veces citado, Benoit: El profano tiene una “venda en los ojos y
una cuerda al cuello”: en efecto, está “en las tinieblas de la super-
stición y de los prejuicios” y lleva las cadenas de que los sacerdotes
y los reyes lo han circundado. Se presenta al “templo” para recibir
“la luz” y “recobrar la libertad”; porque sólo la Masonería “puede
iluminar su espíritu con la verdadera ciencia” y darles “la libertad
estado de naturaleza”48
Simbolismo de la Cruz:
“La presencia de la Cruz, ¿tendrá acaso mejor suerte? No, por cierto.
Al símbolo cristiano del sacrificio y del dolor, se le ha dado el senti-
do del placer carnal, sobre todo cuando se junta con la rosa, símbolo
de la caridad, que en sentido masónico significa a condescendencia
sensual (Benoit, I, 27). La inscripción de la cruz INRI, tiene también
un sentido sensual, encerrado en el dicho latino Igne Natura Re-
novatur Integra. Por el fuego la naturaleza se renueva íntegra. Ese
fuego es el sol, es la concupiscencia en último término. Preuss, A. F.,
49 y sigs.; Benoit, F. M. 271)”49
Conclusiones
A modo de conclusión y con el afán de ser lo más pedagógico posible
terminaremos este trabajo con una aproximación conclusiva a considerar
el contexto y visión histórica que tuvo el Cardenal José María Caro Ro-
dríguez al escribir sobre la Masonería: Indudablemente al intentar hacer
una crítica serena y reflexiva de los motivos que inspiraron las distintas
y numerosas condenaciones hechas por la Iglesia católica a la Orden Ma-
sónica, no debemos dejar de lado el contexto político, social, espiritual y
cultural de la época en que se promulgaron, ya que evidentemente, tanto
la Iglesia que condenó como la Masonería que fue condenada por primera
vez en el siglo XVIII, no son las mismas.
Por otra parte, si recordamos la cantidad de documentos condenato-
rios promulgados por dos Papas, Pio IX (1846 a 1878) y León XIII (1878 a
1903), en un lapso de 57 años suman 172, lo que sin duda es atribuible al
48 Ibíd., N°30.
49 Ibíd., N°39.
difícil período en que les correspondió ser Pontífices, en el que la anexión
del Estado Pontificio por Italia fue considerada una grave violación del
Derecho por parte de los católicos de todas las naciones. Asimismo, y des-
de la perspectiva de la Iglesia Católica, algunos escritores como Berteloot,
estiman que ella actuó bien, ya que defendía los principios esenciales del
cristianismo evangélico, amenazado por el deísmo naturalista que, desde
sus orígenes, primaba en las logias masónicas50. Pero estos hechos, que
indudablemente afectaron la estructura interna de la Iglesia, no pueden
significar una excusa al dolor que se le causó a muchos Hermanos espar-
cidos por la faz de la Tierra, toda vez que hemos tratado de establecer,
apoyados en los trabajos documentados del jesuita José Ferrer, que lo que
pesó en las primeras condenas pontificias fueron motivos meramente po-
líticos51. Es innegable que tanto Clemente XII como Benedicto XIV, a los
motivos de seguridad del Estado –es decir, a los motivos políticos– aña-
dieron otro de tipo religioso, cual fue el que las reuniones de masones
eran «sospechosas de herejía» por el mero hecho de que los masones ad-
mitían en las logias a individuos de diversas religiones, es decir, a creyen-
tes católicos y no católicos, con tal de que pertenecieran a alguna religión
monoteísta.
Las reuniones –incluso los simples contactos– entre católicos y no ca-
tólicos en la época estaban severamente prohibidos por la Iglesia Católica
bajo la pena de excomunión52.
El estado del arte elaborado por el cardenal José María Caro Rodrí-
guez responde a una época histórica concreta de la historia de Chile. “Los
estudios que han profundizado en la Historia de la Iglesia en Chile, du-
rante los años 1880-1930, han sostenido que el gobierno eclesiástico de
José María Caro en Tarapacá se habría consolidado en la Iglesia local un
cristianismo más social, siguiendo las directrices emanadas del Vaticano
a partir de la encíclica Rerum Novarum. Por esta vía se manifestó una
mayor preocupación por los constantes problemas sociales que afectaron
a la región, derivados por los ciclos de extracción salitrera”.
Una segunda corriente de estudios históricos que dan a conocer la épo-
ca en que el Cardenal José María Caro Rodríguez actúo como pastor fue la
cuestión social, específicamente la que atañe a los obreros de las salitreras
y sus condiciones de vida que llevaban en el desierto53.
huelga de jornaleros de Iquique y la participación del presbítero Don Daniel Merino Benítez,
1916. Anuario Historia de la Iglesia en Chile, Volumen 10, Santiago, 1989. Castro, Luis.
La Cuestión Social y la visión de la Iglesia Católica a través del semanario “Las Cuestiones
Sociales” (1921-1927), Revista Ciencias Sociales, Universidad Arturo Prat, N°15. Iqui-
que. 2005. Silva, Benjamin. Evangelizando Tarapacá: Iglesia Regional bajo los ojos de José
María Caro, 1911-1926. Anuario Historia de la Iglesia en Chile, Volumen 27, Santiago.
54 Muñoz Condell, David. La relación entre protestantes, masones y el pensamiento liberal
en el período oligárquico, 1810-1930: un análisis comparado entre Chile y Perú, Ediciones
Sociedad Bíblica Chilena, Santiago. Chile. 2009. Ortiz Rodrigez, Juan. Historia de los
Evangélicos en Chile 1810-1891: De disidentes a canutos. Liberales, radicales, masones y ar-
tesanos, CEEP Ediciones, Concepción, 2009. Figueroa, Pedro Pablo. DICCIONARIO
Biográfico de Extranjeros en Chile, Editorial Moderna, Santiago, 1900. Krebs, Ricardo.
Catolicismo y Laicismo. Editorial Nueva Universidad, Santiago, 1981. Lalive, D Epi-
nay. El Refugio de las Masas. Editorial del Pacífico. Santiago, 1962.
En suma, consideramos que el tratamiento que le da el Cardenal José
María Caro Rodríguez a la Masonería responde a una opinión de carác-
ter ideológica. Teniendo en cuenta que la misma Constitución de la Gran
Logia de Chile dice al respecto que: “La Francmasonería es una institu-
ción universal, esencialmente ética, filosófica e iniciática, cuya estructura
fundamental la constituye un sistema educativo, tradicional y simbólico.
Se ingresa a ella por medio de la iniciación. Fundada en el sentimiento de
la fraternidad, constituye el centro de unión para los hombres de espíritu
libre de todas las razas, nacionalidades y credos”55.
Como Institución docente, la Masonería tiene por objeto el perfeccio-
namiento del hombre y de la humanidad. Promueve entre sus adeptos la
búsqueda incesante de la verdad, el conocimiento de sí mismo y del hom-
bre en el medio en que vive y convive. No es una secta ni es un partido.
Exalta la virtud de la tolerancia y rechaza toda afirmación dogmática y
todo fanatismo. Aleja de sus Templos las discusiones de política partidista
o de todo sectarismo religioso”56.
La búsqueda de la verdad que plantea la Masonería es una búsqueda
de la verdad filosófica, especulativa. Aquella verdad individual que los
filósofos griegos plantearon en sus relatos y que se construye desde una
antropología del sujeto. En cambio, la verdad cristiana que se fundamen-
ta en la revelación, especial a través del discurso teológico de Jesús, es una
verdad revelada por Dios al ser humano. Es un don, un regalo, que no se
pide, se recibe por gracia.
En palabras de Jesús: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres”57. En el contexto en que Jesús hizo esta afirmación, el judaísmo
creía que el estudio de la ley de Moisés hacía libre al hombre. Por esa
razón, los gobernantes judíos miraban con desprecio al pueblo al que con-
sideraban ignorante: “Esta gente que no sabe la ley, maldita es”58.
Sin embargo, lo que Jesús dijo es que sería “la verdad” lo que los podía
hacer libres, no la ley de Moisés. En un principio, ambas cosas podrían pa-
recer lo mismo, pero ya hemos visto en este evangelio que no son exacta-
mente iguales: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia
y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”59.
La ley sólo puede mostrarnos nuestra triste condición de esclavitud
al pecado, pero no nos puede liberar de ella, por lo tanto, Jesús se esta-
ba refiriendo a otra cosa cuando dijo que “la verdad os hará libres”. Esa
“verdad” no se refería a la ley que ya conocían, sino que sería algo que lle-
garían a conocer: “conoceréis la verdad”. El Señor estaba apuntando a “la
verdad” que él mismo estaba revelando en su propia persona. Él afirmó
Resumen
Desde 1858, el Colegio Pío Latino Americano, de Roma, ha abierto sus
puertas cada año para que seminaristas y sacerdotes diocesanos se prepa-
ren para servir al Señor y a nuestros pueblos. Fundado por el presbítero
chileno José Gregorio Víctor Eyzaguirre Portales, inmediatamente des-
pués la Compañía de Jesús recibió la misión de organizarlo y conducirlo.
Durante más de un centenar de años, el colegio formó seminaristas, pero
desde hace unas décadas recibe solo a sacerdotes latinoamericanos, que
son enviados a Roma por sus obispos para profundizar su preparación
académica.
Palabras Claves: Pio Latino Americano, Memoria, Fundación.
Abstrac
Since 1858, the Colegio Pío Latino Americano, in Rome, has opened its
doors every year for seminarians and diocesan priests to prepare themsel-
ves to serve the Lord and our peoples. Founded by the Chilean priest José
Gregorio Víctor Eyzaguirre Portales, immediately afterwards the Society
of Jesus received the mission of organizing and conducting it. For more
than a hundred years, the school trained seminarians, but for a few deca-
des it has received only Latin American priests, who are sent to Rome by
their bishops to deepen their academic preparation.
Keywords: Pio Latino Americano, Memory, Fundation.
Prólogo
Es significativo el hecho de que colegio esté en Roma. Esta es una ciudad
fascinante por su historia, sus monumentos y sus bellezas; pero, sobre
todo, porque allí ha caminado el Pueblo de Dios durante más de dos mil
años, bajo la guía de Pedro y sus sucesores. Es tierra de mártires y de san-
tos, como también de hombres débiles y pecadores. Todo eso contribuye a
crear un marco y un ambiente muy especial para avanzar en la formación
teológica y humana.
6 Salinas Fuenzalida, Augusto. “Un Pastor Santo”. Ed. Andrés Bello. Santiago. 1981.
pp 13 ss.
7 Camus Ibacache, Misael. “Valoración histórica de los Informes Ad Limina de los
obispos de Chile en el siglo XIX”. Boletín de la Academia Chilena de la Historia. Año
LXXXI n° 124. 2015. Pp 98.
98 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Tal vez puede ser un caso único: dos chilenos y hermanos gemelos: Da-
niel y Ramón Merino Benítez, fueron alumnos del Pío Latino. El prime-
ro fue ordenado el 24 de diciembre de 1910 en Roma. El segundo siendo
alumno del seminario, perdió una mano en un accidente ocurrido mientras
jugaba futbol. Su vida de piedad despertó en él la vocación al sacerdocio
y, como su hermano, fue enviado al Pío Latino. La Santa Sede le concedió
la dispensa del impedimento que había contraído. Fue ordenado el 15 de
marzo de 1915 y celebró si primera Misa en la Basílica de San Pedro.
Como el Seminario de Santiago no contaba con el privilegio de otorgar
grados académicos, desde el arzobispado de Mariano Casanova (1886-
1908) fueron en aumento el número de seminaristas enviados al Pío Lati-
noamericano; sin embargo, la guerra europea de 1914 impidió mantener-
lo en la cantidad deseable.
El año 1912 regresó a Roma Luis Felipe Contardo Palma; acompañaba
a tres jóvenes seminaristas chilenos que ingresarían al Pío Latino. Ellos
fueron: Juan Baduel Ballacey, Gilberto Peldoza Young y Ramón Merino
Benítez. Para ellos ningún otro guía podía ser más experto y mejor conse-
jero acerca de los estudios y disciplina del Pío Latino.
Iniciativa del exalumno y más tarde Arzobispo de La Serena, Alfredo
Cifuentes Gómez, fue la idea de fundar en el Colegio, la Pía Unión de Su-
fragios, que propuso en carta el año 1917. Consistía en el compromiso de
todos los exalumnos y alumnos sacerdotes de celebrar una Misa por cada
uno de los que fuesen falleciendo. De hecho, se consideró fundada la Pía
Unión el 8 de diciembre de 1919 10.
El sábado santo 3 de abril de 1920 el alumno-diácono Juan Suberca-
seaux Errázuriz fue ungido sacerdote de la Iglesia en la tradicional Basíli-
ca de San Juan de Letrán. Celebró su primera Misa en la capilla de Nues-
tra Señora de Luján en el Colegio Pío Latino. Concurrieron sus padres,
algunos familiares y pocos compañeros del colegio. El lunes 5 cantó la
Misa en la capilla grande del colegio11.
Pocas semanas después, 24 de junio, día del Rector P. Juan Bigazzi, al
neo sacerdote le tocó discursear en español. En su exposición hizo refe-
rencia al hermano carnal de San Gabriel de la Dolorosa, pocos días antes
canonizado, y señaló que “era un extraordinario acontecimiento para el
Colegio tener entre ellos al hermano de un Santo del Paraíso”12.
En el mes de febrero de 1925 un grupo de chilenos visitó la ciudad de
Roma en calidad de peregrinos con ocasión del Año Santo. El Santo Pa-
dre concedió a los chilenos una audiencia privada y a los pocos días les
celebró la Misa y les dio la comunión en una de las capillas del Vaticano.
El día de la distribución de premios de ese año en el Colegio, el alum-
no chileno Manuel Frávega presentó un docto y conmovedor discurso en
que exaltó la Unidad, la Santidad, la Catolicidad y la Apostolicidad de la
Iglesia, como un eco de las solemnidades del Año Santo en Roma.
Y el día 31 de julio del año siguiente –1926– se tuvo la solemne inaugu-
ración de la Villa de Montenero (Livorno), que sería la casa de vacaciones
de los alumnos del Pío Latino. En la ceremonia habló nuevamente el estu-
diante chileno Manuel Frávega para agradecer de su parte la obra llevada
a cabo por el Padre Rector. Esa misma fecha se celebró el así llamado “Pri-
mera Semana Social del Colegio”. La Comisión Organizadora quedó in-
tegrada, entre otros, por el alumno chileno Manuel Larraín Errázuriz. En
la sesión del año el mismo Larraín habló sobre las actividades juveniles.
Vinculado también con nuestra Patria está el recuerdo doloroso del
alumno filósofo proveniente de la Diócesis de Ancud, Ignacio Pérez Biott,
cuyo inesperado deceso se produjo el 3 de octubre de 192713. Había sido
trasladado a Liorna, Genova, en busca de mejor aire, cuando el Señor se lo
llevó. El segundo caso lamentable y también con nuestra Iglesia chilena,
se relaciona con el alumno-clérico, Carlos Ravanal, del obispado de Con-
cepción y fallecido el 21 de octubre de 1931.
El año 1927, los alumnos chilenos, Daniel Iglesias Beaumont y Alejan-
dro Hunneus Cox, iniciaron una sociedad de sacerdotes seculares de la
Arquidiócesis de Santiago, que como sociedad de clérigos se apoyaran
en el propio ejercicio del ministerio sacerdotal bajo la protección del
Sagrado Corazón de Jesús para difundir la Misericordia del Padre.
En Julio de 1929 llegó al Pío Latino el seminarista Julio Jiménez Ber-
guecio. Sus años en Roma lo enriquecieron mucho. Allí entró en contacto
personal con los profesores de la Pontificia Universidad Gregoriana: los
PP. Vermeersch, Filograssi, Boyer, Lennerz, De Guibert, Hansen14.
Del P. Vermeersch conservaba el P. Jiménez un recuerdo muy alto.
Asistió a sus cursos de Moral en la PUG y a las sesiones de la Academia
de Teología Moral. Le impresionó su captación tan profunda de los prin-
cipios generales de la Moral, unida a una notable frescura mental y flexi-
bilidad en el juicio moral práctico de una situación determinada. Además
con Vermeersch hizo Julio su tesis para el Doctorado sobre el tema de “la
probabilidad de hecho” (probabilitas facti).
13 Medina Ascencio S.J. Luis. o.c. pp 132. Cfr. Diario “La Cruz del Sur” (Ancud), 7 oc-
tubre 1927. pp 2.
14 Tampe Maldonado S.J. Eduardo. En la huella de san Ignacio. Tomo II. Impresión Grá-
fica Andes. Santiago. 2010. pp 403 ss.
2018] El Colegio Pio Latino Americano... 101
20 Boletín de los alumnos del Pontificio Colegio Pío Latino Americano. Junio-diciembre
1951. pp 90 y ss.
21 Boletín de los alumnos: Enero-mayo. pp 35-36.
22 Medina Ascencio S.J. Luis. o.c. pp 239.
23 Barrios Valdés, Marciano. El Seminario de Santiago de Chile. Historia de fidelidad. Al-
fabeta Artes Gráficas. Santiago 2008. pp 149.
2018] El Colegio Pio Latino Americano... 105
25 Tampe Maldonado S.J, Eduardo. “En la huella de san Ignacio”. Tomo II. Ediciones
Revista Mensaje. 2010. pp 422. 307.
26 Retamal Fuentes, Fernando: “Chilensia Pontifcia”. Ediciones Universidad Católica
de Chile. Santiago. 1998.
2018] El Colegio Pio Latino Americano... 107
40 Rauld, Juan. “Mons. Alfonso Baeza y los trabajadores”. Revista Mensaje. Noviembre
2013, pp 18 ss.
41 De la Noi, Pedro. “Mons Manuel Larraín E, Escritos completos”. Tomo I s/f. pp 29 y ss.
118 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
la Iglesia su lugar en la vida cristiana. Para sentir con la Iglesia hay que
orar con la Iglesia. He tratado modestamente de luchar por la vida litúr-
gica. Quiero que mi última palabra sea para que sigáis adelante en esta
empresa: “Propter Sion non tacebo et propterJerusalem non quiescam”
(“Por el amor de Sion no callaré y por Jerusalén no descansaré”).
Trabajad con la Iglesia: La Acción Católica es la gran necesidad de hoy.
Muchos y santos sacerdotes, sí, pero muchos y apostólicos seglares tam-
bién. Para transformar los ambientes necesitamos apóstoles de ellos. En
la inmensa tarea del laicado católico a que la Iglesia llama a todos, el
equipo sacerdote-laico es el equipo apostólico de hoy.
Sufrid con la Iglesia: La Iglesia tiene hoy un sufrimiento especial: el ale-
jamiento de la clase obrera de ella. Hay que hacer que retorne. La Iglesia
tiene su doctrina social. Debe enseñarse con valentía. Debe aplicarse con
decisión. Muchos no me han comprendido en esta posición. Han creído
que hacía política o demagogia.
Ante la majestad de la muerte, afirmo que no he hecho ni lo uno ni lo
otro. He cumplido con un deber de Iglesia; trabajar porque cese “el gran
escándalo del siglo XX”. Porque la clase obrera retorne al seno de su
Madre que les aguarda.
Estos han sido mis tres grandes ideales: la liturgia, la Acción Católica y
el problema social. En los tres he buscado una sola cosa: servir, amar y
trabajar por la Iglesia.
Os dejo como legado el continuar esta tarea”.
son compañeros al azar, sino que fueron escogidos por sus obispos para
estudiar en Roma”.
“También hay que agregar la pluralidad de intereses, de disciplinas, de
mentalidades. Poder vivir juntos, respetarse y apreciarse es un valor en sí
mismo que tiene consecuencias. Se genera una mentalidad y una actitud”.
“Para mí”, expresó un exalumno y actual obispo, “el apóstol Pedro es
el Papa actual, el Vicario de Cristo, cuya misión, como la de primer Roma-
no Pontífice, es confirmar a sus hermanos en la fe y mantener los vínculos
de la unidad y la comunión entre todos nosotros –obispos, presbíteros,
diáconos y fieles bautizados– y que diseminados por todo el mundo ser-
vimos a la Iglesia y al pueblo de Dios que vive bajo su amparo”.
Y continúa: “Puede ser difícil para quien no cree comprender esta rea-
lidad, pero ella existe y se manifiesta, y así, desde la diversidad de cultu-
ras, caracteres, razas o continentes, se hace una sola Iglesia, fundada sobre
las palabras del mismo Hijo de Dios: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia” (Mt. 16,18).
En resumen, la experiencia del Pío Latino nos reafirma la fe en Dios
trino y la comunión con su Vicario, expresado en la persona del Pontífice.
Este es el Pastor universal y Cabeza de la Iglesia. Por lo tanto, como futu-
ros portadores de la fe, debemos ser muy cautelosos ante la multiplica-
ción de las mediaciones humanas: el evangelista escogido, el magisterio
de la Iglesia, los comentarios, las traducciones… Sin rechazar las media-
ciones, hay que volver siempre al Evangelio, como enseñanza de Jesús
aprendida del Padre.
Otro, y rememorando sus años transcurridos en el Pío, me dijo: “Jesús
el Señor, nos habló por Pedro, que en ese entonces era el Papa Juan XXIII.
Pero al mismo tiempo que nos mostró fortalezas y caminos a seguir, y nos
advirtió los peligros, nos recordó los medios para caminar sin desviarnos.
Nos decía: oren sin desfallecer. Quizás rezamos poco. Nos hizo presente
la Cruz, que es el signo de la victoria del cristiano y que debemos no solo
amar sino llevar con alegría y entrega, como Jesús. Nos pidió el coraje de
hablar claro en la defensa de los derechos de Dios y de la Iglesia, vulnera-
dos por tantas iniciativas humanas que buscar borrar la imagen de Dios
entre los hombres”.
Para los alumnos provenientes de alguna diócesis de Chile, la realidad
cambió a contar del año 1938, cuando se creó la Facultad de Teología de
la Universidad Católica.
Hasta entonces las jóvenes seminaristas procedentes de Chile, estudia-
ban la filosofía y teología en la PUG (o bien en otra Universidad o en
el Pontificio Instituto San Anselmo). Allí se vivía la experiencia de inter-
nacionalidad de la PUG. Los diocesanos chilenos, salidos del Seminario
2018] El Colegio Pio Latino Americano... 121
que mantuve durante 22 años. Varias veces fui elegido para acompañar
algún obispo en si visita al Papa Juan XXIII.
“Sin embargo, el post Concilio fue rico y complejo, partiendo por las
discusiones de rigor, tanto entre los alumnos que, en general eran más
progresistas (aunque no faltaban conservadores duros), como entre los
profesores (algunos muy abiertos) y nuestros respectivos obispos”.
Capellanías
“Algunos de nuestros compañeros tenían capellanías de fin de semana
que aportaban algunas liras, ya que, en general, vivíamos con sobriedad
y hasta pobreza. La beca de Adveniat pagaba los estudios y la residencia;
el resto provenía de intenciones de Santa Misa, ayuda de las diócesis y
nuestras familias. Otras entradas provenían de capellanías más extensas
en otros países en verano, y que además ayudaban a aprender o mejorar
algunas lenguas, como el alemán o ingles.
De ese modo pagábamos nuestras vacaciones y el Colegio ganaba por
tener residentes en verano en la casa”.
En Roma se vive físicamente la catolicidad y hay una “vida cultural”
interesante y muy rica para quien desee cultivarla.
Los años del Pío Latino como el paso por Roma, ciertamente a uno lo
enriquece muchísimo. Había grupos piadosos y/o intelectuales. Es cierto
que en lo anterior también hay mucho de interés personal: a uno le podrá
interesar los museos, a otros los monumentos romanos; y a otros, tal vez
le atraigan las antiguas iglesias y basílicas mayores, incluyendo sus obras
de artes, como imágenes y mármoles. El arte está al alcance de la mano.
Todos, sin duda, desean conocer la Capilla Sixtina con sus pinturas de
Miguel Angel y Rafael.
“El Pío Latino me dio la alegría de “ver” Roma e Italia. No puedo tam-
poco olvidar Siena, Florencia, Asís, Nápoles, Montecassino, Pompeya, la
Toscana, etc. como peldaños del mundo artístico”.
Primero, por la visita a los principales conjuntos monumentales: Pala-
tino, Foro, Coliseo, Capitolio, Panteón, Foros Imperiales, además de tea-
tros, circos, termas, arco de triunfo, y en segundo lugar el rápido “excur-
sos” en los museos Capitolinos, que invita a conocer los tesoros del arte
clásico guardados allí, y en los demás museos de la ciudad, como el del
Vaticano y el Barroco. Por supuesto, era común la visita a alguna cata-
cumba, lugar de descanso de miles de cristianos.
“Me ayudó mucho vivir en Roma, tanto por los estudios, además cono-
cer lo que pudimos de Europa durante el tiempo de vacaciones, y por la
internacionalidad con compañeros de toda América Latina”. Esto segun-
do es realmente importante pues en el Pío se inician nuevas amistades que
hacen posible una verdadera vida familiar y se mantienen en el tiempo.
2018] El Colegio Pio Latino Americano... 123
42 Silva Cuevas, Luis Eugenio. “Historia de los Papas”. Universidad Gabriela Mistral.
Santiago. 2002. Pp 9.
43 Hernández Mansilla, Juan Carlos. carta. 16 agosto 2017.
124 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
47 Ducasse Medina, Ignacio. “Servidores del Evangelio”. Los obispos de Chile. Gráficanue-
va Ltda. Santiago. Julio 2008.
2018] El Colegio Pio Latino Americano... 127
Resumen
La vida de una comunidad popular - urbana de la Iglesia diocesana de
Chillán se convierte en el objeto de estudio, siendo un recorrido histórico
por los principales rasgos de la Iglesia chilena y las características propias
de la diócesis de Chillán desde la acogida del Concilio Vaticano II hasta
mediados de los años ochenta.
Se asume como marco referencial, las tendencias de investigación histórica
eclesiástica siendo un nexo entre el estudio de la defensa de la justicia so-
cial y el proceso de evangelización en el siglo XX chileno.
Palabras claves: Comunidad eclesial de base, iglesia liberadora, pastoral popular.
Abstract
The life of a popular urban community of the Diocesan Church of Chillán,
becomes the object of study, being a historical journey through the main
features of the Chilean Church and the characteristics of the Diocese of
Chillán since the reception of the Vatican Council II until the mid-eighties.
It is assumed as a referential framework, the tendencies of ecclesiastical
historical research being a nexus between the study of the defense of social
justice and the process of evangelization in the 20th century in Chile.
Keywords: Basic ecclesial community, liberating church, popular pastoral.
Introducción
Según la visión de Marciano Barrios2, ha existido poco interés por la his-
toria de las comunidades eclesiales de base en la historiografía eclesiástica
chilena. Como señala, existe una cierta carencia por escribir la historia de
las comunidades eclesiales como las parroquias, más aún de aquellas que
3 Cfr. Torres, Sergio (2000) La Teología de la Liberación En Chile. En Aldunate, José Cró-
nicas de una Iglesia liberadora. LOM., Santiago, pp. 39-51.
4 Dussel, Enrique. Hipótesis para una historia de la iglesia en América latina. En CEDM,
Centro Ecuménico Diego de Medellín. Comunidades eclesiales de base 20 años en Chile.
Evaluación y perspectivas. Rehue. Santiago de Chile, 1989. p.11.
2018] El camino de hacer Iglesia... 135
los golpes sucesivos de Brasil (1964), Uruguay (1972), Chile (1973) y Argentina
(1976)”5. Una parte de la Iglesia tomó un decisivo partido por los pobres
y se alejó de los grupos de poder tradicional, como lo había expresado
Medellín por esos años. Esto dio pie para que varios sectores dentro de la
Iglesia chilena hicieran una toma de conciencia más profunda frente a los
escenarios sociales de la época.
Uno de los grupos destacados fue el grupo llamado “los cristianos por
el socialismo”, que en un primer momento se constituyeron en el grupo de
los ´80, que hicieron una demostración pública de su adhesión a los postu-
lados de la Unidad Popular, liderados por los sacerdotes Gonzalo Arroyo
S.J. y el P. Esteban Gumucio SS.CC., su interés fue el “trabajar por la libera-
ción del hombre, la cual no se hace de manera individual ni abstracta, sino social”6.
Un papel importante en todo este desarrollo del pensamiento social
y eclesial, lo constituyó la revista Mensaje, de la Compañía de Jesús, que
fundada por el P. Alberto Hurtado, supo ser una ventana de reflexión
siempre actual y abierta, en torno a una época de cambios, como lo señala
una de sus editoriales, en relación a la toma de la catedral de Santiago el
año ´68, por miembros de la llamada Iglesia joven, expresando: “queremos
volver a ser una Iglesia del pueblo, como en el Evangelio, viviendo su pobreza,
su sencillez y su lucha… por eso decimos NO a una Iglesia que tiene miedo de
afrontar la historia. Si a una Iglesia valiente que se compromete en la lucha por la
auténtica liberación del pueblo”7.
El apoyo a este grupo vino también de connotados profesores de la
Facultad de Teología de la Universidad Católica, que el año 71 expresa-
ron que “el proceso de construcción social del socialismo es la vía correcta y
real que hoy se da en la historia de nuestra sociedad para superar la injusticia
y la miseria”8, con lo que ponían de manifiesto que la tarea emprendida
por el socialismo necesitaba la colaboración de los cristianos. Es así como
el proyecto de estos cristianos fue una forma concreta, consecuencia que
encierra esta nueva interpelación de la fe y de la Iglesia, donde se “busca
acercarla a la realidad popular e identificarla con ella”9 en esta línea se entronca
con la llamada Iglesia liberadora.
Un grupo similar surgió el mismo año ´71, esta vez bajo el nombre de
“los doscientos”, que a diferencia de sus antecesores de los “ochenta”,
este grupo no tuvo fines políticos inmediatos, sino que se constituía en
un grupo de reflexión de sacerdotes, que “sin identificarse necesariamente
con el régimen político, estaban por los cambios, especialmente al interior de las
estructuras de la Iglesia, en el contexto histórico que vivía el país”10.
Uno de los destacados pensadores de aquel encuentro fue Ronaldo
Muñoz, sacerdote de los Sagrados Corazones, que ha sido uno de los más
destacados teólogos de la liberación en la historia de la Iglesia chilena,
junto a Fernando Castillo Lagarrigue, quien contrapone a la Iglesia con-
servadora y la Iglesia modernizada, la Iglesia liberadora, con identidad
propia que surge desde el Vaticano II y en el encuentro con los pobres,
marcando un sentido nuevo en el caminar de la misma. Este ponerse al
lado de los pobres, como una entidad servidora es “un servicio profético,
que escruta en la historia concreta las huellas y signos del actuar liberador de
Dios”11.
La Teología de la Liberación para Sergio Torres ha posibilitado generar
una mayor sensibilidad eclesial, donde la evangelización puede retomar
con mayor fuerza su tarea, partiendo desde la práctica concreta de la ex-
periencia de fe12, además de distinguir dos niveles de la misma teología
“un nivel es la práctica de transformación y liberación realizada por cristianos
comprometidos. El otro nivel es la articulación sistemática de esa práctica hecha
por ‘teólogos profesionales’”13. Este punto de análisis es de vital importancia
para comprender el fenómeno de esta Teología, en la práctica pastoral de
aquellos años, pues estuvo en sintonía con las intuiciones y acciones de
sacerdotes que trabajaron en la diócesis de Chillán. Para el padre Raúl
Manríquez la Teología de la Liberación “incuestionablemente, desapasiona-
damente, ha sido y es… un aporte muy importante para la Iglesia va a lo esencial
del cristianismo…”14, lo que ha dado luces de la influencia que ejerció este
pensamiento dentro del convulsionado ambiente que rodeó estas décadas
de los años ´60 y ´70.
Retrospectivamente se señala que la acción pastoral de la Iglesia se
compuso de tres procesos, en un primer momento el catolicismo social
y la Acción Católica parroquial que abarco los años 1929 a 1952, la Ac-
10 Bolton, Roberto. “los 200”. En Aldunate, Jose. Crónicas de una Iglesia Liberadora…
2000 p. 102.
11 Castillo, Fernando. (2000) Tres modelos de Iglesia: la Iglesia liberadora. En Aldunate,
Jose. Crónicas de una Iglesia Liberadora… 2000, p. 37.
12 Torres, Sergio. La Teología de la Liberación en Chile. En Aldunate, Jose. Crónicas de una
Iglesia Liberadora, 2000, p. 42.
13 Torres, Sergio. La Teología de la Liberación en Chile. En Aldunate, Jose. Crónicas de una
Iglesia Liberadora, 2000, p. 42.
14 Entrevista al P. Raúl Manríquez. f. 3.
2018] El camino de hacer Iglesia... 137
falta de personal apostólico, cosa que el nuevo obispo asumió casi desde
un comienzo, como realidad urgente de su administración.
Su labor fue vasta y fructífera, trajo sacerdotes y religiosas, sobre todo
de España y Canadá, impulsó la formación de los laicos por medio de los
cursillos de cristiandad, jornadas pastorales y cursos catequísticos.19 Junto
a lo anterior quiso llegar con mayor eficacia a nuevos rincones de la ciu-
dad, creando nuevas parroquias como San Pablo, Sagrada Familia, y para
los fines de esta investigación, la creación de capilla san José Obrero, en el
sector de la nueva población Rosita O’higgins. Estas nuevas comunidades
respondían así al deseo de llegar a los nuevos sectores periféricos donde
era necesaria la presencia de la Iglesia20.
Según Marco Aurelio Reyes, el proyecto iniciado por el obispo Vicuña,
se enmarca en el proceso de migraciones selectivas, que trajeron al país di-
ferentes grupos extranjeros con distintos fines21, menciona que estos curas
españoles se sitúan justamente en este proceso migratorio, considerando
que siempre en la historia de la Iglesia chilena y de América habían exis-
tido estas migraciones no masivas. Las características especiales de esta
iniciativa de monseñor Vicuña, fue la total sintonía con la constatación
que los obispos reunidos en Río de Janeiro en 1955 habían señalado “el
angustioso problema, sobre todo, de la escasez de ambos cleros en todos los países
del continente”22. De allí que se lance en esta aventura personal de viajar a
España a recorrer diócesis y seminarios en busca de misioneros para esta
porción de la Iglesia.
Estos sacerdotes venían de un floreciente despertar misionero en el viejo
continente, dada la precariedad en el número de sacerdotes que se daba en
América latina, según Shörr en especial en Chile “el Vaticano a partir de la
década del 60 movilizaba a los sacerdotes de Europa y de los Estados Unidos para
que fueran a América latina… de esta movilización resulto que en los años setenta
el 50% de los sacerdotes y religiosos de Chile fueran extranjeros”23. Por este mo-
tivo la iniciativa personal del obispo Vicuña resultó algo inspiradora de los
cambios que se comenzarán a hacer patente en los años que le siguieron.
Protagonistas de este proceso fueron sacerdotes como Juan Luis Ysern,
su hermano José Luis Ysern, Bernardino Duque, éstos dos últimos llega-
ron siendo seminaristas, concluyendo sus estudios en el país, siendo los
primeros en venir a Chillán en 195924, luego serán seguidos por sacerdotes
como José Antonio Ortega, Andrés Lacalle, Jesús Grañon, Ramón Seco Pé-
rez, entre otros, siendo 17 en total los que vinieron en oleadas sucesivas,
principalmente de las diócesis de Valencia y Burgos.
Al respecto señala el obispo Juan Luis Ysern “veníamos a través de la
OCSHA, Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano Americana, entonces allí
organizaban cursos para los que venían para América Latina”25, en la misma
línea su hermano y compañero de viaje José Luis Ysern, expresa el am-
biente que rodeaba a los centros de estudios eclesiásticos y universitarios
en su formación, menciona que existían dos características que marcaron
a estas generaciones “en Salamanca conocíamos a don Manuel Larraín, sus
documentos, era el obispo brillante de América latina en ese tiempo… la otra
característica era el aire renovador de Salamanca… en medio de una España ca-
tólica, nacional catolicismo, fascista, franquista en que la Iglesia y el Estado eran
la misma cosa…”26, siendo que el mayor de los estímulos fue la condición
misionera, donde el escenario abierto por América latina se presentaba
como un medio propicio para iniciar la construcción de una Iglesia nueva
y renovada.
La tarea realizada por la OCSHA, creada el 4 de junio de 1949, es con-
siderada “una consecuencia natural de una honda conciencia eclesial y, al mis-
mo tiempo, como una respuesta vigorosa a uno de los más urgentes desafíos de
nuestra época, cual es la necesidad de tener vínculos de colaboración y fraternidad
entre las personas”27 sobre todo en la problemática de la difusión del Evan-
gelio, como sucedió en estas tierras por la falta de personal apostólico. La
tarea de la OCSHA estuvo en la mente y acción de Monseñor Vicuña y
marcó la presencia de todos los sacerdotes llegados a estas tierras.
Otro de los protagonistas de este viaje misionero fue el sacerdote José
Antonio Ortega, quien se pregunta si fue la intervención de este grupo
28 Ortega, Jose. Historia de un impulso misionero. España – Chile. 1958-2007. citado por
Reyes, Marco. Misión Vicuña Aránguiz... 2008.
29 Entrevista la P. Andrés Lacalle. Realizada el 19 de diciembre de 2008. f. 2.
30 Entrevista al P. José Luis Ysern. f. 1.
31 Entrevista al obispo Juan Luis Ysern. f. 1.
32 Cabrera, Clarita. Historia de la diócesis de Chillán, 1978. p. 49.
33 Entrevista al P. Raúl Manríquez. f 3.
2018] El camino de hacer Iglesia... 141
los cambios del Concilio se evidencia en la carta que les envía a todos los
sacerdotes de la diócesis, invitándolos a poner en práctica el ritual bilin-
güe en las diversas celebraciones litúrgicas41.
La II conferencia General del episcopado latinoamericano en Medellín
en 1968, manifestó la realidad de la pastoral, se dio énfasis a la opción por
los pobres y se promovió la actividad de las comunidades cristianas de
base42, las cuales no tardan en ser acogidas por el episcopado chileno, que
reunidos en Chillán, en la inauguración de la Casa de ejercicios Tabor, el
año ´68, dándoseles su aprobación y estímulo como respuesta de renova-
ción concreta de la Iglesia en el continente, por medio de sus orientacio-
nes pastorales. Hay que agregar que como consecuencia de la primera
conferencia del episcopado en Río de Janeiro, y la fundación del CELAM,
se había fundado en 1957 la Conferencia Episcopal de Chile, como un
órgano colegiado de pastoral que inicia desde allí una labor más formal.
Las Orientaciones pastorales del año 68, recogen el sentir de Medellín,
y lo constataron con la realidad de los católicos del país, entre ellos de “los
campesinos, habitantes sencillos de pueblos y caseríos”43 que ven como poder
enfrentar los constantes cambios que la sociedad les presenta y como la
Iglesia trata de responder a ellos, junto a los problemas de la juventud,
las familias, entre otros. Un punto no menor lo hace al diagnosticar que
“la corriente prácticamente renovadora que se manifiesta: 1) en los laicos, bus-
cando liberarse de cierto paternalismo de la Jerarquía; 2) en sacerdotes, deseando
más responsabilidad frente al Obispo; 3) en Obispos, encaminándose hacia la más
plena colegialidad episcopal. Todos desean llegar a asumir como pueblo de Dios,
una tarea conjunta…”44 así como también señala la situación de la violencia
como forma inadecuada de buscar reformas en el ámbito social.
obispo auxiliar de Antofagasta. Manteniéndose en esta función desde esa fecha hasta
el año 2007. siendo un colaborador de los obispos que sucedieron a monseñor Vicuña,
Francisco José Cox, Alberto Jara Franzoy y el primer año del obispo Carlos Pelegrín.
41 Archivo del obispado de Chillán (AOCh). Carta cartas pastorales, Fojas 19. Carta del
Obispo monseñor Eladio Vicuña a todos los sacerdotes de ambos cleros del Obispado de Chi-
llán. 1963.
42 En este primer momento las comunidades son llamadas cristianas de base, pero ofi-
cialmente a partir de la III Conferencia general del Episcopado latinoamericano en
Puebla el año 1979, tomaran el nombre de comunidades Eclesiales de base, como
forma de hacer frente a las “comunidades contestatarias” que Pablo VI mencionara
en la encíclica Evangelii Nuntiandi como un peligro de confusión en la época de 1975.
En Conferencia Episcopal de Chile (2005). Orientaciones para el servicio de los anima-
dores de comunidades eclesiales de base. CECH, librería pastoral. 6ª edición Santiago de
Chile. p. 10.
43 Conferencia Episcopal de Chile. Documentos. Introducción y textos 1952-1977. 2ª parte
1962-1970. Trabajo de investigación del equipo de servicios de la juventud. Santiago,
sin fecha de publicación. P. 142.
44 Conferencia Episcopal de Chile. Documentos. Introducción y textos 1952-1977. 2ª parte
1962-1970. Trabajo de investigación del equipo de servicios de la juventud. Santiago,
sin fecha de publicación. P.143.
2018] El camino de hacer Iglesia... 143
La Iglesia busca mostrar una imagen nueva, que sea capaz de dar res-
puesta a las interrogantes de hombres y mujeres de aquel tiempo, con-
vulsionado por múltiples sucesos, ella quiere darse a conocer bajo una
cercanía pastoral, que da pie al ser “servidora de la humanidad, respetuosa e
imparcialmente al servicio de todos con la verdad…”45 por este motivo ve en las
comunidades eclesiales de base, el camino propicio para que el cristiano
común pueda recibir la formación necesaria, el encuentro con la comuni-
dad en la Eucaristía, dando un renovado estímulo a los catequistas, a los
movimientos ambientales, etc. constituyéndose todos bajo la forma de las
comunidades eclesiales de base, como entes que agrupan a las comunida-
des más pequeñas, son “el primero y fundamental núcleo pastoral y su aten-
ción debe ser la primera prioridad pastoral para lograr su sólido crecimiento…”46
De esta forma la realidad de las C.E.B´s reciben su confirmación y ofi-
cialización para convertirse en el camino válido para lograr una Iglesia
renovada, donde los laicos y ministros consagrados puedan encontrar
espacio para la expresión y formación de la fe, la colaboración mutua,
en conjunto dar testimonio de la Iglesia y la presencia de Dios. De esta
forma “los obispos quieren que el trabajo pastoral primordial sea la formación
de estas comunidades cristianas de base territorial o de base ambiental”47, carac-
terizándose por las diversas etapas en su desarrollo como la conversión,
la iniciación cristiana, oración, sacramentos, la Eucaristía como centro y
cumbre de la vida de la iglesia48, en la tarea interior de vivir en fraternidad
y la exterior de ser verdaderos misioneros49, iluminando las realidades
especificas donde se inserten.
En sintonía con lo expresado en Medellín, en torno a la prioridad de
las comunidades eclesiales o cristianas de base, se apoyó a los dirigentes
o líderes de las mismas, a través de lo que se llamó los ministerios con-
fiados a los laicos50 como el lectorado y el del acolitado, cabe destacar el
papel dado a los diáconos como forma de rescatar este ministerio, laicos
varones que, siendo casados, podían asumir las tareas propias de este mi-
nisterio de la Iglesia, como la visita a los enfermos, participar de las cele-
braciones litúrgicas, etc. Al respeto señala el P. Raúl Manríquez hablando
de la renovación pedida por el Concilio, y en específico a lo rápido que fue
para la diócesis aplicar algunas consideraciones, como ésta de hacer par-
ticipar a algunos laicos del ministerio diaconal, “se promovió el diaconado
permanente, desde el año ´68, el año ´71 ya estábamos ordenando a los primeros
diáconos”51 siendo uno de los primeros en ordenarse don Raúl Salgado,
miembro de la comunidad de San José Obrero.
Este proceso ayudó también a la creación por parte de los obispos, de
la COMIN, o departamento de comunidades y ministerios que en 1975
vino a ser un organismo de ayuda y coordinación en el trabajo de las
C.E.B.´s52. Las cuales se verán incrementadas por las acciones del pres-
bítero José Marins que junto al equipo del CELAM las promueve en el
continente en la década del 7053.
En la comunidad de san José Obrero, este plan se fue ejecutando con gran
entusiasmo, a los ya mencionados actos masivos, como rosarios humanos, cami-
natas, fogatas en la fiesta de la resurrección, etc. Se manifestó que la vida eclesial
no se concentraba en la capilla, sino que, en toda la población y las aledañas,
se dividieron en pequeños sectores que llegaron a ser alrededor de siete, donde
se realizaba el mes de María en casas de vecinos, fundamental en ese aspecto
fue la creación de los “pequeños grupos” que llegaron a ser alrededor de 50-60
recuerda el padre José Antonio94. De ese trabajo se recuerdan dos integrantes de
los grupos juveniles de la época como Gerardo Quezada y Rodolfo Pérez, quienes
señalan “las reuniones eran masivas, cada sector tenía 4 - 5 pequeños grupos,
jornadas formativas, estaba el sacerdote a cargo de la formación, las religiosas…
eran parte del trabajo en los sectores”95, “era eso lo que traía el plan N.I.P. ,que
no era centralizado, sino que las capillas tomaran sus propias decisiones, con
un Evangelio liberador, la esperanza de los pobres, se transmitió a través de los
sectores populares”96.
Esta gran cantidad de actividades mantuvieron muy viva esta comunidad,
pero esta metodología no fue recibida en todos los sectores de la diócesis por igual.
En palabras del padre Manríquez “hubo una presión, para que como diócesis se
asumiera ese programa, pero eso era muy difícil aceptarlo, amarraba mucho a la
diócesis, es una metodología muy firme, muy establecida” 97 por lo que se dejó en
libertad a las parroquias que quisieran adoptarlo. Sólo las parroquias La Merced,
Sagrada Familia, San Carlos, Central y Trinitarios, la capilla Divino Maestro
de la población Vicente Pérez Rosales y San José Obrero aplicaron el modelo. El
mismo padre José Antonio recuerda como tuvo dificultades para implementarlo
en la Parroquia de Chillán Viejo, en el mismo tiempo de san José Obrero, lo que
finalmente nunca logró y como suscitó la “envidia” de la Parroquia la Merced al
ver los resultados en Rosita O´Higgins”98.
En estas formas o modelos de Iglesia, como hemos señalado, des-
de el concilio Vaticano II, se impone esta identidad de Iglesia como Pue-
blo de Dios, “una comunidad de personas convocadas y congregadas por Dios”99
a vivir la fe en una comunidad concreta.
Este contacto con la pastoral laboral los llevó a participar de varios en-
cuentros y jornadas que organizaba esta repartición, en su mayoría efec-
tuadas en la casa San Juan, a un costado de la Casa Tabor, recibiendo for-
mación de sacerdotes venidos de Santiago106, entre ellos recuerda Gerardo
Quezada un sacerdote francés de nombre Claudio, junto a la presencia
en otra de estas jornadas del P. Ronaldo Muñoz107. Su accionar dentro de
la comunidad consistió en la propia reflexión como grupo juvenil y su
asesoría y acompañamiento a los pequeños grupos, dentro del esquema
del N.I.P. sobre todo en la población el Roble, que era otro de los sectores
de la capilla. Uno de los aportes en la transmisión de su pensamiento, lo
constituyó el boletín juvenil “El Puente” que a partir del año 1985, dieron
a conocer cada mes una pequeña reflexión, matizada por noticias de la
comunidad, humor, e informaciones propias de la vida de la población
de la época.
Los temas tratados fueron desde el trabajo en el 1º de mayo108, la reali-
dad de la juventud en la población109, temas punzantes como la violencia
que se manifestaba en esos años110, la educación y las condiciones de jus-
ticia111, así como el inicio de una pequeña reseña de la comunidad desde
sus orígenes,112 que en estos números disponibles podemos vislumbrar el
alcance que tenían los comentarios al interior de la comunidad y la misma
maduración de su pensamiento.
Hay algunos hechos que manifiestan que esta comunidad unida por
los lazos de la vecindad y la fe, tuvo algunos indicios de ser realmente
consecuente tal como lo mostraron algunos casos. Desde las situaciones
de denuncia que el mismo boletín “el Puente” se hace cargo de expresar
en lo sucedido con el caso de la represión contra una joven de la pobla-
ción, de nombre Corina M.113, o la presencia de carabineros, con motivo
de protestas realizadas en el sector114. El más significativo de todos fue el
106 Cabe mencionar la presencia entre estos jóvenes de boletines como. “Batalla de
Dios”. Que en 1987 edita la coordinadora cristiana ecuménica nacional COSEN. Con
variados temas que van en la línea de la liberación. Como por ejemplo en los números
6 y 7 del mismo año: Como hacer teología, la Biblia y los pobres y oprimidos, o la
oposición a la pena de muerte, entre otros temas que sin duda influenciaron el pen-
samiento de estos jóvenes en plena dictadura y en su compromiso cristiano. Batalla
de Dios. Boletín ecuménico del COSEN. Año 1987. Nºs 6 y 7. noviembre y diciembre
de 1987. Circulación restringida.
107 Entrevista a Gerardo Quezada. 2008. f. 6-7.
108 Boletín juvenil El Puente. Nº 1. Capilla san José Obrero. Chillán, mayo de 1985.
109 Boletín juvenil El Puente. Nº 2 junio de 1985.
110 Boletín juvenil El Puente. Nº 3. julio de 1985.
111 Boletín juvenil El Puente. Nº 4. agosto de 1985.
112 Boletín juvenil El Puente. Nº 5. septiembre de 1985.
113 Boletín juvenil El Puente. Nº 1. Capilla san José Obrero. Chillán, mayo de 1985. sobre
la detención por carabineros de Corina M. por repartir propaganda subversiva.
114 Boletín juvenil El Puente. Nº 5. Capilla san José Obrero. Chillán, septiembre de 1985.
154 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
que protagonizó el propio sacerdote José Antonio Ortega quien dio asilo
a un miembro del MIR en 1978-79, un joven de apellido Manzano, por lo
cual el padre recuerda “me denunciaron y me sacaron por la fiscalía militar,
me auscultaron, me quisieron sonsacar…la madre de él acudió a mi… le hice el
servicio porque estaba enfermo, en la línea de la caridad...”115.
Testigo de estos hechos fue el padre Raúl Manríquez que fue el encar-
gado a nivel diocesano de la Vicaria de la Solidaridad, recuerda el padre
Raúl “Este Pedro (Manzano) era bastante osado, no tenía miedo de seguir ac-
tuando… una vez por sugerencia de José Antonio lo protegimos…”116 el mismo
sacerdote recuerda otros casos de la misma comunidad, entendidos como
casos emblemáticos, como el de los hermanos Bravo, en especial de Marta
Bravo, militante del MIR, que gracias a sus gestión, con la Hermana Lucy
de origen canadiense y religiosa de la comunidad, pudieron asilarla en la
embajada de Suecia y algunos de sus hermanos, también miembros del
MIR, en Canadá117. Otro de los casos fue el de Juan Poblete, una de las pri-
meras personas desaparecidas, que vivía en el sector, y que algunos años
atrás sus restos fueron encontrados en el cementerio, identificándolos y
haciendo funeral en la misma capilla118.
De esta forma la defensa de los derechos humos encontró en estos sa-
cerdotes un lugar propicio de acción, más allá de la débil acción que los
laicos, que, por temor, no quisieron asumir mayor compromiso, como el
mismo padre Ortega expresa “había pocos laicos comprometidos, gente muy
sana y valiente… pero eran pocos los valientes”119 por lo que la tarea claramen-
te recayó en ellos, como protagonistas de este accionar.
Conclusión
Esta comunidad cristiana, de un barrio popular obrero, fue escenario don-
de confluyeron distintas realidades tanto de la propia Iglesia como de la
sociedad de la época. Un punto no menor, fue la extinción de los grupos
de Acción Católica, que desde la década de los ´70, dejaron de ser prio-
ridad para los obispos, y considerando que habían nutrido de grandes
líderes cristianos la vida política y social del país, dentro de este ambiente
de dictadura, esta forma de acción pastoral resultó muy inadecuada y
algo peligrosa para los objetivos del régimen, así señalan algunas fuentes,
esto movimientos, fundamentalmente la J.O.C. dejó de existir como tal,
pasando en años posteriores a ser absorbidos por departamentos como la
Pastoral Laboral y el resto de unidades pastorales del Obispado. Solo han
120 Pablo VI. Constitución apostólica sobre la iglesia en el mundo actual. En Concilio Vati-
cano II. Constituciones, decreetos, declaraciones. BAC, Madrid,1965. cap. 2.
COMITÉ DE COOPERACIÓN PARA LA PAZ EN CHILE. EL
PRIMER ESFUERZO POR SALVAGUARDAR LOS DERECHOS
HUMANOS EN LA DICTADURA CÍVICO-MILITAR CHILENA,
1973-1975
Resumen
Este artículo da cuenta de la obra del Comité de Cooperación para la Paz
en Chile, conocido popularmente como Comité Pro Paz, el cual fue fun-
damental en la defensa de los derechos humanos durante los primeros
años de la dictadura cívico-militar chilena. Si bien, esta entidad tuvo una
breve duración, cerrando sus puertas definitivamente el 31 de diciembre
de 1975, destacó por ser pionera en la defensa de los derechos humanos
en el país, volviéndose un símbolo de éstos y en el ejemplo más visible de
dicha empresa, sentando las bases, tanto en financiamiento, gestión y rea-
lización, como otros aspectos, de otras entidades que seguirán su empresa.
Se postula entonces que el Comité de Cooperación para la Paz en Chile es
el primer esfuerzo por salvaguardar los derechos humanos en medo de
la dictadura, llamando la atención por su naturaleza, perseverancia y el
alcance de su obra.
Palabras claves: Comité de Cooperación para la Paz en Chile, Comité Pro Paz,
derechos humanos, dictadura cívico-militar chilena.
Abstract
This article gives an account of the work of the Cooperation Committee for
Peace in Chile, popularly known as the Committee for Peace, which was
fundamental in the defense of human rights during the first years of the
Chilean civic-military dictatorship. Although, this entity had a short dura-
tion, closing its doors definitively on December 31, 1975, it stood out for
being a pioneer in the defense of human rights in the country, becoming a
symbol of these and in the most visible example of said company, laying
the foundations, both in financing, management and realization, as well
as other aspects, of other entities that will follow your company. It is pos-
tulated then that the Cooperation Committee for Peace in Chile is the first
Introducción
Tras el 11 de septiembre de 1973, muchas de las confianzas de todos los
chilenos se derrumbaron. Esto no solo significó un golpe para los parti-
darios del gobierno de Salvador Allende, sino para buena parte de la po-
blación que aún creía en el mito de la democracia del país, el cual vieron
arder junto con el Palacio de La Moneda aquella mañana de martes2.
Lamentablemente, para aquel entonces, y pese a sus más de dos dé-
cadas de vigencia, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre
aún no había calado profundamente en la población del país. De hecho,
a pesar de los avances conseguidos, como el Pacto Internacional de De-
rechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 o la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos de 1969, los discursos políticos de la re-
gión no habían incorporado significativamente a los derechos humanos
dentro de su contenido, al igual que en Europa o Estados Unidos, donde
este concepto aún no era alzado como bandera por ningún movimiento
importante. Es más, a fines de la década de 1960, Amnistía Internacional
seguía siendo un movimiento con una circunscripción pequeña y un pre-
supuesto aún más pequeño3. Paradójicamente, y sin quererlo, el golpe de
Estado se convirtió rápidamente en un hito promotor de las discusiones y
movimientos sobre los derechos humanos, tanto en la región como afuera
de ésta4.
Ante esta realidad, el estudio del Comité Pro Paz, formalmente Comité
de Cooperación para la Paz en Chile (COPACHI), aparece como necesario
y fundamental. Ello se basa en que fue éste tal vez la primera entidad de
derechos humanos organizada posteriormente al golpe de Estado. Al res-
pecto, y pese a su breve existencia, el COPACHI no solo se presentó como
21 Aguilar, Mario. Cardenal Raúl Silva Henríquez: presencia en la vida de Chile (1907-1999).
Ediciones Copygraph, Santiago, 2004, p. 153.
22 San Juan, Cristóbal. ‘Comité Pro Paz’: La irrupción de la iglesia ante los crímenes de
la dictadura. En Diario Uchile. Santiago, 25 de septiembre 2013. Disponible en: https://
radio.uchile.cl/2013/09/25/comit%C3%A9-pro-paz-la-irrupci%C3%B3n-de-la-iglesia-
ante-los-cr%C3%ADmenes-de-la-dictadura/.
23 Ariztía, Fernando. El Comité de Cooperación…, 2002, p. 13.
24 Arzobispado de Santiago. Decreto arzobispal Nº 158-73. Santiago, 1973, p. 1. Archivo
de la Vicaría de la Solidaridad.
25 Ariztía, Fernando. El Comité de Cooperación…, 2002, p. 13.
26 Bastías Saavedra, Manuel. The Unintended Legacy…, 2013a, pp. 89 y 94.
2018] Comité de Cooperación para la Paz en Chile... 163
32 Entrevista a Fernando Salas, Santiago, junio de 2005. Dicha entrevista fue extraída de
Hau, Boris. La defensa de los derechos humanos del Departamento Jurídico del Comité Pro
Paz y de la Vicaría de la Solidaridad. Profesor Guía: Elizabeth Lira Kornfeld. Tesis para
optar al Título Profesional de Licenciado en Ciencias Jurídicas. Universidad Alberto
Hurtado, Escuela de Derecho, Santiago, 2006, p. 20.
33 Hau, Boris. La defensa de los derechos humanos del Departamento Jurídico del Comité Pro
Paz y de la Vicaría de la Solidaridad. Profesor Guía: Elizabeth Lira Kornfeld. Tesis para
optar al Título Profesional de Licenciado en Ciencias Jurídicas. Universidad Alberto
Hurtado, Escuela de Derecho, Santiago, 2006, p. 22.
34 Zalaquett, José. Testimonio: el “Comité Pro Paz”. A pesar de todo, una experiencia de soli-
daridad y una esperanza. Santiago, 21 de abril de 1976, p. 1. Archivo de la Vicaría de la
Solidaridad.
35 Entrevista a Fernando Salas, Santiago, junio de 2005. Dicha entrevista fue extraída de
Hau, Boris. La defensa de los derechos humanos del Departamento Jurídico del Comité Pro
Paz y de la Vicaría de la Solidaridad. Profesor Guía: Elizabeth Lira Kornfeld. Tesis para
optar al Título Profesional de Licenciado en Ciencias Jurídicas. Universidad Alberto
Hurtado, Escuela de Derecho, Santiago, 2006, p. 20.
2018] Comité de Cooperación para la Paz en Chile... 165
53 Véase Lagos, Andrea. Precht. Las culpas del vicario. Editorial Catalonia, Santiago, 2007.
54 “¡Calumniadores contra Chile!”. En La Segunda. Santiago, 16 de mayo de 1974, p. 1.
55 Entrevista a Álvaro Varela. Dicha entrevista fue extraída de Lagos, Andrea. Precht.
Las culpas del vicario. Editorial Catalonia, Santiago, 2007.
56 Véase Comité de Cooperación para la Paz en Chile. Desarrollo de las acciones del
gobierno militar en contra de los disidentes políticos (Informe Sherer). Santiago, 1974. Ar-
chivo de la Vicaría de la Solidaridad.
57 Cavallo, Ascanio. Memorias del Cardenal..., 1991, p. 31.
58 Fernández, David. La “Iglesia” que resistió a Pinochet. IEPALA Editorial, Madrid, 1996,
p. 69.
59 Precht, Cristián. Del Comité Pro Paz a la Vicaría de la Solidaridad. En Arzobispado
de Santiago y Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Soli-
daridad (org.). Seminario. Iglesia y Derechos Humanos en Chile. 20 de noviembre de 2001.
LOM Ediciones, Santiago, 2002, p. 20.
2018] Comité de Cooperación para la Paz en Chile... 169
y les permitía actuar en el país. Por otro lado, generó divisiones al interior
de las iglesias más grandes, como la Iglesia Luterana, que terminó con dos
facciones60. Sumado a esto, durante octubre de 1974, la dictadura le pro-
hibió la entrada al país a Frenz, que volvía después de un viaje a Ginebra,
en el que expuso sobre las violaciones a los derechos humanos en el país61.
Según Ariztía:
“Poco a poco el aspecto ecuménico se fue debilitando. Del Comité
de Cooperación para la Paz que nació como un organismo ecuméni-
co, se fue debilitando, en esa dimensión varias iglesias evangélicas
no se comprometieron mayormente en esto porque teniendo el culto
abierto los martes, jueves y el sábado, lo demás eran ‘problemas del
mundo’. Los luteranos fueron desautorizando al Obispo Luterano y
fueron quedando comunidades luteranas desconectadas del Obis-
po, o un Obispo sin comunidades”62.
Pese a estos y otros problemas, el COPACHI siguió funcionando e, in-
cluso, a través de sus departamentos y programas, dio espacio para la
conformación de lo que más tarde sería la Agrupación de Familiares de
Detenidos Desaparecidos63. Asimismo, tras el rechazo de los recursos de
amparos, individuales y masivos, el COPACHI optó por solicitar un Mi-
nistro en Visita, con la esperanza que éste pudiera investigar los casos
presentados. La primera solicitud fue realizada el 28 de mayo de 1975
ante la Corte de Apelaciones de Santiago, buscando por medio de ésta
que se investigara el paradero de 163 personas. Esta solicitud fue recha-
zada el 23 de junio64. Aunque se presentó una segunda solicitud el 4 de
julio, con las mismas intenciones, ésta fue igualmente rechazada, el 11 de
julio65. Tristemente, estas fueron solo algunas de sus derrotas legales66.
menos dos solicitudes más fueron levantadas por el COPACHI, el 1 de agosto de 1975
y el 5 de septiembre de 1975, siendo ambas rechazadas.
67 Véase Cassidy, Sheila. Audacity to Believe. Darton, Longman and Todd, Londres,
1992; Ahumada, Eugenio, Egaña, Javier Luis, Góngora, Augusto, Quesney, Car-
men, Saball, Gustavo y Villalobos, Gustavo. Chile: la memoria prohibida. Las viola-
ciones a los derechos humanos. 1973-1983, Volumen II. Pehuén Editores, Santiago, 1989;
Becerra Canío, Paola. La Solidaridad Internacional en la Dictadura chilena. El Secours
Populaire Français como Embajador de la Amistad entre Pueblos. En Ayuda a las Víctimas de
la Represión. Trabajo realizado como Pasante en el Museo de la Memoria y los Dere-
chos Humanos. Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Santiago, 2013.
68 Sánchez, Marcial (dir.). Historia de la Iglesia en Chile…, 2014, p. 104.
69 Timmermann, Freddy. Su más amargo Cáliz…, 2007, p. 131.
2018] Comité de Cooperación para la Paz en Chile... 171
70 Del Villar, María Soledad. Historia profesional de las asistentes…, 2016, p. 88.
71 Ahumada, Eugenio et al. Chile: la memoria prohibida…, 1989, p. 183.
72 Ahumada, Eugenio et al. Chile: la memoria prohibida…, 1989, pp. 183-185.
73 Pinochet, Augusto. Intercambio de cartas entre el general Augusto Pinochet y el
Cardenal Raúl Silva Henríquez, a propósito de la disolución del Comité, Anexo 1.3.
En Comité de Cooperación para la Paz en Chile. Comité de Cooperación para la Paz en
Chile. Crónica de sus dos años de labor solidaria. Santiago, diciembre de 1975, p. 27.
74 Ahumada, Eugenio et al. Chile: la memoria prohibida…, 1989, p. 190.
75 Ahumada, Eugenio et al. Chile: la memoria prohibida…, 1989, p. 190.
172 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
“De ahí que no me sea posible compartir el juicio de V.E.”. Por otro lado,
advirtió que la disolución del COPACHI “acarreará con toda probabili-
dad –dentro y sobre todo fuera de Chile– daños sensiblemente mayores
que los que pretende evitar”. No obstante, y pese a estas y otras salveda-
des, se aclaró que:
“Las Iglesias que concurrimos a la formación del Comité hemos, sin
embargo, analizado el planteamiento de V.E. con todo el respeto y
profundidad que la investidura del exponente y la gravedad del
caso requieren. Teniendo en cuenta que las mejores intenciones cho-
can, a veces, con imágenes o prejuicios insuperables y que la eficacia
de una obra de misericordia se resiente cuando genera –sin preten-
derlo– animadversiones desproporcionadas al bien que procura, he-
mos acordado aceptar esta exigencia del Supremo Gobierno –con la
expresa reserva de que la labor caritativa y religiosa desplegada has-
ta ahora por el Comité, en favor de quienes sufren diversas formas
de pobreza, continuará desarrollándose dentro de nuestras propias
y respectivas organizaciones eclesiales, y siempre en un marco de
fraterna colaboración ecuménica”76.
Esta noticia, difundida a los pocos días en la opinión pública77, generó
una fuerte incertidumbre al interior del COPACHI, el cual no cerró sus
puertas hasta el último día. Distintos grupos de víctimas y familiares de
violaciones a los derechos humanos fueron a visitar sus oficinas, “para ex-
plicarles la situación de absoluta indefensión en que los coloca el acuerdo
adoptado entre el Gobierno y la Iglesia”78. Tanto auxiliados como funcio-
narios del COPACHI buscaron una solución alternativa, velando por lo
importante y aun no resuelto del problema de los derechos humanos en el
país. Asimismo, y de orden más práctico, la disolución del COPACHI sig-
nificaría que quienes trabajaran para éste “quedarán virtualmente en ca-
lidad de prófugos”79. Sin embargo, las presiones de la dictadura seguían
presentes. Según el Cardenal:
“A fines de noviembre mis Obispos auxiliares conocieron un oficio
secreto de la Secretaría General de Gobierno, que instruía a inten-
dentes y alcaldes de todo el país para informar de sus relaciones
con las jerarquías católicas locales, de los problemas con ellas y de
650 personas. Asimismo, que 15.982 de estos 33.000 casos habrían sido
atendidos en los comités establecidos fuera de Santiago, los cuales, para la
fecha, se ubicaban en Antofagasta, Copiapó, La Serena, San Felipe, Valpa-
raíso, Curicó, Talca, Chillán, Concepción, Temuco, Puerto Montt, Ancud
y Punta Arenas84. Dichas cifras no solo dan cuenta de su perseverancia,
sino también, de la extensión de su obra respecto a su ya citado segundo
anuncio realizado en El Mercurio, el 10 de noviembre de 1973.
Estas cifras, aunque sorprendentes, parecen, a lo menos, consistentes.
De hecho, en una carta sin fechar de Precht a la Contraloría General de la
República, se menciona que el COPACHI:
“En sus primeros 14 meses de existencia ha podido atender a más de
30.000 personas, fundando Comités provinciales en 16 provincias. En
materia legal su acción se ha desplegado a ofrecer consejo, asistencia
y defensa jurídica a las personas arrestadas en virtud de las normas
sobre Estado de Sitio, a las personas procesadas por tribunales mili-
tares de Tiempo de Guerra, y/o en razón de hechos que revistan el
carácter o tengan una connotación política, a los condenados en esas
mismas circunstancias, a los familiares de personas desaparecidas o
muertas, y a los trabajadores despedidos. Para ponderar la magnitud
de esta labor basta tener presente que de los 1.658 recursos de amparo
ingresados en la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago duran-
te 1974, el Comité intervino en la relación, presentación y tramitación
de 1.368 y que durante todo ese período prestó consejo y defensa legal
a un número de procesados que nunca bajó de 800”85.
En un informe realizado antes del cierre definitivo del COPACHI, con
fecha del 21 de noviembre de 1975, se informaba que:
“Son más de 38.000 personas las que han acudido en busca de ayu-
da. El Departamento Penal ha atendido en dos años 6.507 casos; el
Departamento Laboral, 5.803; la oficina de Provincias en Santiago
ha atendido 2.969 casos; sin contar lo anterior que corresponde a
Santiago, las oficinas de todo Chile han atendido 17.829 casos; se
han otorgado 29.151 prestaciones médicas; el programa asistencial
ha atendido 9.857 casos; la Comisión de Solidaridad y Desarrollo ha
financiado 126 empresas, dando trabajo a 1.974 personas”86.
Asimismo, según el ya mencionado Zalaquet, días después de haber sido
forzado a salir del país tras el cierre del COPACHI:
“Después de 2 años de duro trabajo el Comité da resultados impre-
sionantes, asistencia jurídica a más de 6 mil prisioneros políticos y a
policlínicos del país, los cuales implicaban desde la atención típica de es-
tos establecimientos, pasando por la alimentación entregada a infantes,
hasta programas contra el alcoholismo, se aprecia no solo la extensión de
su obra, sino también lo integral de ésta. Con un total de 16.922 personas
inscritas, se presume la atención de al menos 8.982 familias, 9.393 adultos
y 7.529 niños hasta el 31 de diciembre de 1975, cifras a las cuales se suma
la atención de todo tipo de 64.986 personas, en sus distintos policlínicos,
tan solo en 197590. Estas y otras cifras, si bien son entregadas por el mis-
mo COPACHI, son posteriormente validadas por otras entidades91. Sin
embargo, más importante que esto, es la constatación de la perseverancia
en la defensa de los derechos humanos y la extensión de su obra, la que
terminó, de cierto modo, siendo una de carácter integral con las víctimas
y sus familiares.
Conclusiones
Finalmente, la importancia del COPACHI trasciende sus propias fronte-
ras. Si bien, desde un comienzo llamó la atención por la propia naturaleza
de su composición, con laicos y eclesiásticos trabajando juntos, y siendo
capaz de conciliar las diferencias entre distintos credos, lo más notable del
COPACHI fue que se alejó de la propia estructura eclesiástica, arrojándo-
se a ayudar a todos quienes lo solicitaran, sin ningún tipo de distinción.
Asimismo, y no menos importante, no se puede olvidar que el COPACHI
da cuenta, por vez primera, de cómo se gestó la ayuda internacional res-
pecto a los derechos humanos tras el golpe de Estado, sirviendo de ejem-
plo para todas las entidades venideras92.
De hecho, más allá de su perseverancia en la defensa de los derechos
humanos y la extensión de su obra, la importancia del COPACHI radica,
en última instancia, en que es imposible entender el empuje y logros de la
Vicaría de la Solidaridad, probablemente la entidad de derechos humanos
más importante en el país para aquel entonces, sin entender su preceden-
te inmediato, el COPACHI. Claramente la una se levantó aprovechando
Resumen
Se presenta el interés manifestado desde 1980 por tener en Chile especia-
listas en catequética y la importancia del Instituto Superior de Pastoral Ca-
tequética de Chile “Catecheticum” en la fundación y acción de la Sociedad
Chilena de Catequetas. Sus Estatutos y Asambleas de Estudio, sus servi-
cios a la Conferencia Episcopal de Chile, sus relaciones interinstitucionales
y las actividades externas y publicaciones de sus socios identifican su libre
servicio académico y apostólico a la evangelización.
Palabras clave: Catequética, Iglesia, Chile, evangelización.
Abstract
The interest showed since 1980 for having in Chile specialists in catechetics
and the importance of the Superior Institute of Catechetical Pastoral Work
“Catecheticum” in the foundation and action of the Chilean Society of Cat-
echets are presented. Its Statutes and assemblies of study, its services to
the Chilean Bishops Conference, its relations with other institutions, the
external activities and publications of its members make clear its free aca-
demic and apostolic service to evangelization.
Key words: Catechetics, Church, Chile, Evangelization.
Antecedentes
El afán por reunir en Chile especialistas en catequética se manifestó en 1980
en la XVI Jornada Nacional de Catequesis, cuyo documento final propuso
en su párrafo 12.1: “Solicitar al Episcopado la creación de un Instituto Su-
perior de Pastoral y Catequética”2. La Asamblea Plenaria de la Conferencia
Episcopal de Chile (CECH) de 1989 tomó la decisión de: “Crear un servicio
de formación para sacerdotes, religiosos y laicos formadores de catequis-
tas. Esto aseguraría al mismo tiempo una mayor unidad de contenidos,
Estatutos
1. La Sociedad Chilena de Catequetas se constituye en comunión y coor-
dinación orgánica con la Conferencia Episcopal de Chile para favore-
cer la reflexión teológico-pastoral sobre la catequesis.
2. Esta Sociedad mantiene su conexión con la Conferencia Episcopal de
Chile a través de la Comisión Nacional de Catequesis o el organismo
del Episcopado que en lo sucesivo cumpla sus funciones, a la cual re-
mitirá un informe anual de sus actividades manteniéndose abierta a
sus sugerencias.
3. Para ser miembro de esta Sociedad se requiere tener al menos el grado
universitario de Licenciado en Teología o en Ciencias de la Educación
con mención en Pastoral Catequética, en Pastoral Educativa o en espe-
cialidad similar, y que su postulación sea aceptada por el Directorio.
4. El Directorio está integrado por un Presidente, un Vicepresidente y un
Secretario de entre sus miembros, elegidos por la Asamblea conforme
al Derecho común y aprobados cada uno posteriormente por “Nihil
Obstat” de la Conferencia Episcopal de Chile.
5. Los miembros del Directorio durarán dos años en sus cargos, entre una
y otra Asamblea entre las que se celebran anualmente. En caso de re-
nuncia o vacancia producida por razones atendibles, quien sustituya,
elegido por la Asamblea, permanecerá sólo hasta el fin del período en
curso. Los miembros del Directorio pueden ser reelegidos.
6. La Sociedad actúa mediante encuentros, publicaciones y otros medios
conducentes al logro de su finalidad.
7. La sede se determina en cada período.
8. Este Reglamento y sus modificaciones aprobadas por sus miembros
por mayoría absoluta rigen una vez recibido el “Nihil Obstat” de la
Conferencia Episcopal de Chile.
Los Estatutos fueron aprobados el 12 de agosto de 2009 con leves en-
miendas, según carta del Presidente de la CECH, Mons. Alejandro Goic,
además de comunicar nihil obstat de igual fecha a los tres miembros del
Directorio elegido. Ellos han tenido diversos cargos en el mismo, la Dra.
Loreto Moya ha sido Vicepresidenta y la Mag. Celmira de la Parra, Secre-
taria, hoy Presidenta.
182 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
REGISTRO DE ASISTENCIA
2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Pbro. Jorge Barros P P P P P P P
P. Mario Borello, S.D.B P P P P P
P. José Carraro, S.D.B P P P
P. Juan A. Buere, O.S.A. P P P P
Celmira de la Parra P P P P
Consuelo Del Pozo P P P P
P. Gerardo Díaz, C.M. P P P P
Javier Díaz Tejo P P P P P P P P
Enrique García, F.S.C. P P P P P P P P P
Diác. Miguel Á. Herrera P P P P P
Loreto Moya P P P P
Ricardo Nadales P P
María del C. Reyes P P P P
Francisco J. Vargas P P P
Pbro. Héctor Zambra P
Daniel Morales P
Cecilia Osses, M.C.B. P
2018] Primera década de La Sociedad... 183
Relaciones interinstitucionales
El 15 de abril de 2010 se envió el Boletín N°1 de SOCHICAT a los señores
obispos de Chile, a nuestros socios y a nuestras relaciones interinstitucio-
nales. Hasta 2017 se han publicado catorce números del Boletín. Incluye
editorial, a menudo en relación con la situación sociocultural y eclesial del
momento; informes de actividades internas y de instituciones vinculadas,
noticias de interés catequético y pastoral, a veces breves biografías de ca-
tequistas chilenos sobresalientes como Elisa Valdés Ossa, fundadora del
Hogar Catequístico, hoy Instituto Catequístico UC, la Hna. Yolanda Qui-
lodrán, de Talca, el Pbro. Carlos Decker de Santiago, San José de Anchieta,
catequeta español en Brasil recientemente canonizado.
El 29 de julio de 2010 se recibió invitación del Instituto Teológico y
Pastoral para América Latina (ITEPAL) a participar en la Red Latinoame-
ricana de Teólogos, lo cual se dejó a la iniciativa de cada socio.
Marion Schöber, Presidenta de la Asociación Alemana de Catequetas,
el 29 de abril de 2010 agradeció nuestro Boletín N°1.
El 11 de septiembre de 2011 el P. Diego Irarrázaval, C.S.C., a nombre
de la Sociedad Chilena de Teología invitó a participar en ella a los miem-
bros de SOCHICAT, lo cual se comunicó y agradeció, quedando también
entregado a la iniciativa de cada socio.
El 11 de septiembre de 2011 el P. Emilio Alberich, S.D.B., Presidente
de la Asociación Española de Catequetas, AECA, que publica “Cuader-
nos AECA” en ediciones PPC de Madrid, felicitó por carta nuestra fun-
dación, nos invitó a sus encuentros anuales y comunicó las direcciones
de organizaciones de catequetas. Su sucesor, el Hno. José María Pérez
Navarro, F.S.C., que ha presidido el Equipo Europeo de Catequetas, EEC,
mantiene buen contacto y participó en Santiago en 2014 en el III Congre-
186 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Bogotá, CELAM, 2003, en Annale N° 9.231 (2007). Estudiado por José Ma-
ría Pérez Navarro, F.S.C. en La catequesis lasaliana en los últimos 50 años.
Madrid, Ediciones San Pío X, 2003, 337-340, en Annale N° 9.158 (2004). “El
Padre Hurtado: catequista, Profesor de Religión y catequeta, Catecheticum
8 (2005) 119-134, en Annale N° 5.236 (2006). Coordinador y coautor con
Joaquín Silva Soler de “Congreso Internacional de Catequesis Familiar de
Iniciación Eucarística”, Santiago, Pontificia Universidad Católica de Chi-
le, Eberhard Karls Universität Tubingen, Instituto Superior de Pastoral
Catequética de Chile, Catecheticum, 2005, en Annale N° 9.206 (2006). “La
catequesis y el diálogo interreligioso ante la globalización” Catecheticum 9
(2006) 77-93, en Annale N° 5.545 (2008). “Formação de catequistas para a
iniciação cristã de adultos, Revista de catequese XXVIII-112 (2005) 18-26.
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catequesis social incisiva”, Medellín 136 (2008) 649-668. “La catequesis de
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(2008) 27-38. “Educar el espíritu eucarístico”, Sinite L-152 (2009) 473-489
en Annale N° 5.952 (2010). “La catequesis latinoamericana ante los desa-
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toria de la educación de la fe católica en Chile”. Santiago, Tiberíades, 2009,
en Annale N° L 320 (2010). “Las órdenes religiosas en la educación colo-
nial en Chile” en Marcial Sánchez Gaete (Dir.), Historia de la Iglesia en Chi-
le, Santiago, Editorial Universitaria, tomo I (2009) 159-170; “Aporte educa-
tivo católico al alba de la independencia” en t. II (2010) 247-278; “La edu-
cación católica en un siglo de secularización de la cultura” en t. III (2011)
143-230; “Pastoral educativa y catequesis entre 1925 y 1960” en t. IV (2014)
179-226; “La [educación católica entre barquinazos políticos” en t. V (2017)
267-367. Educar la justicia con “Caritas in veritate”, Revista de Ciencias Re-
ligiosas XVIII (2010) 105-122. “Contribuição de Francisco Merlos à cate-
quese latino-americana”, Revista de Catequese XXIV-133 (2011) 68-72. “Co-
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La escuela católica debe evangelizar básicamente cuatro culturas, en: Pbro. An-
2018] Primera década de La Sociedad... 195
Epílogo
La Sociedad Chilena de Catequetas, la primera de una nación en Améri-
ca Latina y el Caribe, investiga con libre iniciativa la teología catequética
y la aplica con rigor profesional con el concurso no subordinado sino co-
laborativo de la filosofía y de ciencias como la psicología, la sociología,
la pedagogía, la antropología cultural, la historia, abierto a otras disci-
plinas, en servicio de clarificación y apoyo a la misión evangelizadora
de la Iglesia.
Bibliografía general
García Z., F.S.C., Enrique, De acuerdo a Puebla y Catechesi Tradendae, en:
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LA”. “Catecheticum” 1 (1998) pág. 137.
LOS RETABLOS DE LAS 16 IGLESIAS DECLARADAS
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD DE LA ISLA DE CHILOÉ.
LEGADO CULTURAL Y PATRIMONIAL
Resumen
El estudio busca como objetivo general identificar cuáles son las caracte-
rísticas artísticas y culturales de los retablos de Chiloé que han permitido
su trascendencia y valorización a lo largo de la historia del archipiélago.
Palabras Claves: Retablos, Chiloé, Patrimonio.
Abstrac
he study seeks as a general objective to identify the artistic and cultural
characteristics of the altarpieces of Chiloé that have allowed their transcen-
dence and valorization throughout the history of the archipelago.
Keywords: Altarpiece, Chiloé, Heritage.
Introducción
Geográficamente Chiloé se localiza al suroeste del continente americano
en su fragmentación más austral, y bañadas por el antiguo Mar del Sur,
hoy conocido como el Océano Pacífico, tiene una ordenación geográfica
en los paralelos 41º 44’ y 43º 17’ de latitud sur, y los meridianos 72º 45’ y
74º 30’ de longitud oeste. Contamos con la formación de dos segmentos
insulares: la isla Grande y el Archipiélago con cuarenta islas menores,
treinta y cinco de ellas habitadas, que se encuentran separadas del conti-
nente por precisas fronteras marinas: el canal de Chacao, el golfo de An-
cud y el golfo Corcovado. Ambos segmentos registran una densidad de
16,86 hab. /Km2, según datos obtenidos del censo del año 2002.
Los límites geográficos de Chiloé son: al Norte con el Canal de Chacao,
al Sur con la Isla de Guafo, al Este, con las Islas Desertores y el canal de
Apiao, y al Oeste con el Océano Pacífico, en un límite de mar e islas, en-
marcado en una superficie de 9.181,6 Km2.
16 Véase el libro de Moreno, Rodrigo. Misiones en Chile Austral: Los Jesuitas en… 2007.
17 Moreno Jeria, Rodrigo. Misiones en Chile Austral: Los Jesuitas en Chiloé …. 2007, p: 108,
cita Nª 39.
18 Cárdenas Álvarez, Renato. Pilares de la Evangelización en Chiloé Impreso Talleres de
Gráfica Punto, 2001, p: 53. Véase también Moreno, Rodrigo. Misiones en Chile… 2007,
p. 109.
2018] Los Retablos de las 16 Iglesias... 205
19 Moreno Jeria, Rodrigo. Misiones en Chile Austral: Los Jesuitas en Chiloé 1608-1768. Uni-
versidad de Sevilla, Diputación de Sevilla, España, 2007. p. 107.
20 Montecinos Barrientos, Hernán. Arquitectura de Chiloé. Santiago, Chile, 1984, p. 14.
21 Rondón, Víctor. Música jesuita en Chile en los siglos XVII y XVIII: primera aproximación.
Artículo S/E, p. 7.
206 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
22 Moreno Jeria, Rodrigo. Misiones en Chile Austral: Los Jesuitas en Chiloé 1608-1768. Uni-
versidad de Sevilla, Diputación de Sevilla, España, 2007, p. 145.
23 Guzmán, Fernando. Representación del Paraíso. Retablos en Chile, siglos XVIII y XIX.
Editorial Universitaria, Santiago, Chile, 2009, p. 116.
2018] Los Retablos de las 16 Iglesias... 207
No se sabía con exactitud cuál era la altura máxima del Alerce, pero se
creía que podía alcanzar hasta unos 80 metros y tal vez más. Se destaca su
parecido al “Cedro Colorado”28. Este material es reconocido por sus buenas
condiciones, siendo bastante elástica lo que dificulta que sea carcomido
por gusanos o se pudra rápidamente; se ha podido constatar su durabi-
lidad a lo largo de los años considerándola también como resistente a lo
inhóspito del clima así como al mar salado.
En definitiva el Alerce ha sido utilizado en el revestimiento exterior de
las construcciones, permitiendo la durabilidad de tablones y vigas inte-
riores. Hoy debido a la sobre explotación de este tipo de madera en la isla
de Chiloé, solo lo podemos encontrar en el tramo que comprende entre
Abtao y Cucao.
El Ciprés es otro tipo de madera del cual se han obtenido grandes uti-
lidades a lo largo del tiempo, esta especie se ubica en la isla de las Gua-
ytecas y Chonos, en la península de TaiTao, entre otras partes. Aquí for-
man grandes manchas geografías de las cuales se permite dimensionar su
extensión. Llega a medir alrededor de 20 metros de altura, siendo dura y
resistente a la humedad, se usaba principalmente para vigas y viguetas,
como también para tablones exteriores de una construcción29.
El entorno del chilote es muy variado en su bosque nativo, aquí se
mencionan algunos árboles a modo de introducir al lector: “Mañio, Muer-
mo, Roble, Coihue, Laurel, Ciruelillo, Canelo, Avellano, Tique, Rabral, Pelú,
Luma, Melí, Tepú, Arrayan, etc.”30, estos siguen siendo ocupados para las
construcciones patrimoniales. Sin embargo, a lo largo de la historia el ma-
yor peligro que sufren las construcciones de este material es el asecho de
incendios, es por ello que se entiende la preocupación y solidaridad que
debían tener todas las comunidades a la hora de construir en segunda o
tercera instancia la misma capilla que había sido reducida a cenizas. El
conocimiento y manejo de las técnicas permitió que en muchas ocasiones
un grupo de no más de diez chilotes, haya podido levantar una iglesia en
un periodo de un año.
La transformación capilla-iglesia consolidó la identificación cultural
chilota en esta evolución constructiva. A grandes rasgos este cambio en
la arquitectura permitió que fuesen más firmes y resistentes las iglesias,
teniendo bajo ellas una estructura sólida conformada de grandes poyos
de piedras, facilitando su movilidad en el caso de alguna urgencia y per-
mitiendo el aislamiento de la humedad.
Se reemplazó el techo de paja por tejuelas largas de madera, se con-
formó una estructura que se aplicó a todas las iglesias de la isla, cuya
los de las naves laterales, que son más cortas, quedando la diferencia de espacio
con la nave central ocupada por la sacristía y por el museo y acceso secundario”35.
La historia de los retablos construidos en el continente contó con una
suerte distinta a los retablos chilotes. Estos se desarrollan formando parte
de una influencia barroca hispanoamericana, que dominó en gran medida
a todos los templos chilenos hasta mediados del siglo XVIII, posterior-
mente su evolución predominó en las técnicas del barroco germano para
finalmente, decantar en el sentido de orden y armonía presente en Toesca
y sus discípulos36.
La historia del retablo chilote, surge a raíz de varios factores: la nece-
sidad de albergar imágenes, la evolución arquitectónica dentro de la igle-
sia, las técnicas de construcción que manejaban los misioneros, la realidad
cultural y el conocimiento del hombre de la isla. Esto se ha desarrollado a
través de la gran arquitectura en madera que se manifiesta durante años
de forma particular, sin integrarse a la realidad que acaecía en el conti-
nente, por lo que se comprende que toda influencia transmitida no fue
desarrollada en su totalidad, imitándose en muchos casos, y dependiendo
de la comprensión intima, espontaneidad y materialidad pertinentes del
chilote. No obstante, la particularidad, como asegura Fernando Guzmán,
de esta arquitectura es el aislamiento, caso distinto a lo ocurrido en los
retablos del norte. “En el norte, los vínculos con las ciudades del Alto Perú,
como Arequipa, Cuzco o Potosí, explican las características de los ensamblajes.
En Chiloé, por su parte, el aislamiento es la principal causa de la originalidad y
persistencia de las soluciones retablísticas”37.
Como consecuencia de ello es que la tradición de los retablos chilotes
se proyecta en manos de los artesanos locales, siendo el caso de Chiloé
valorativo en el trabajo retablístico realizado, ya que sólo hablamos de
carpinteros y artesanos con la simpleza de su técnica, no se conoce la
especialidad de la arquitectura, escultura, pintura ni trabajos en dora-
do. El arte de la arquitectura, como recurso representacional, tuvo un rol
privilegiado en expresar una cierta unidad ideológica de un nuevo orden
impuesto en los territorios naturales. Y está es, la similitud básica entre las
experiencias, racionales de Paraguay y Chiloé38.
La creación del retablo significa un cambio en la forma de predicar,
considerándola como el paso fundamental para la valorización y evolu-
ción del interior de las iglesias que existían.
46 Guzmán, Fernando. Representaciones del Paraíso. Retablos en Chile, siglos XVIII y XIX.
Editorial Universitaria, Santiago, Chile, 2009, p. 117.
47 Entrevista Rojas, Edwar. Arquitecto de la Ciudad de Castro. Año 2015.
216 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
embargo, aunque este recurso natural tiene una larga vida, ha sucumbido
ante el mal tiempo y los daños producidos por la acción xilófaga, dando
paso a una misma, pero mejorada construcción, basándose en un reforza-
miento de la imitación. Prueba de ello son las constantes restauraciones
que se han aplicado en las iglesias.
Los retablos a diferencia del resto de la iglesia no han tenido restaura-
ción, pero si han manifestado cambios de estilo, que han surgido princi-
palmente como consecuencia de la necesidad evolutiva. Así lo demuestra
la transformación de los retablos insertos en la pared de la nave central
por nuevos muebles de factura única; siendo estos de menores dimen-
siones con un trabajo de la madera más detallada, pero de proporciones
más ligeras.
La importancia del retablo de la iglesia de Achao, recae en que es uno
de los más antiguo de la Isla de Chiloé; tiene una estructura de un cuerpo
y tres calles y conserva las hornacinas embutidas en el muro de la nave
central, es por ello que de acuerdo con sus características y antigüedad,
representa el modelo constructivo de mayor imitación en la Isla. El estilo
barroco que impera en este retablo, tiene características decorativas que
asemejan un escenario teatral sagrado; imitación que se vuelve a ver en
los demás retablos de las iglesias, pero cambiando el estilo a un conserva-
dor neo-clásico.
Segundo, las dimensiones también han ido variando de acuerdo a los
estilos que se han manifestado en los retablos. Todos los retablos que tie-
nen un estilo neo-clásico son de gran altura abarcando, en casi todas las
iglesias, el ancho del muro así como el alto de la nave central. Aunque de
todos modos, es necesario recalcar que estas grandes estructuras tampo-
co son de gran peso, siendo por lo general hornacinas montadas sobre la
pared u hornacinas embutidas conservando la estructura de bóveda, por
lo que la decoración tallada es superpuesta alrededor del nicho.
Las dimensiones de los retablos varían aproximadamente entre los 3
a 7 metros de altura, contando con medidas mínimas de 2,85 metros de
ancho.
Las grandes estructuras de peso liviano permiten que el trabajo del
retablo se pueda realizar desmontando el mueble. Por lo tanto, la ma-
nera de confección comienza desde el zócalo (para inferior o base del
retablo), tallando y puliendo, cada uno de los fragmentos y su deco-
ración; posteriormente se realizan cortes a la madera para obtener una
buena distribución del peso; logrando un diseño de terminaciones esca-
lonadas; el trabajo finaliza pintando el mueble con un tenue barniz que
otorgue la luminosidad y el realce de todos los detalles o también se
opta por pintar con suaves colores que permitan destacar y delimitar las
características sagradas.
218 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Resumen
En el contexto del Bicentenario de la Proclamación y Jura de la Independencia
de Chile, esta monografía estudia la obra de Pintura Sacra, realizada en di-
cho país por el Maestro Joseph Gil de Castro, durante la Época de la Emanci-
pación de la Monarquía Española.
Palabras Claves: Bicentenario, Bernardo O’Higgins, Acta de la Independencia,
Joseph Gil de Castro, Arte Sacro.
Abstract
In the Bicentennial context of the Proclamation and Swearing of the Indepen-
dence of Chile, this monograph studies the work of Sacred Painting, made in
the country by the Teacher Joseph Gil de Castro, during the Era of the Spanish
Emancipation Monarchy.
Keywords: Bicentennial, Bernardo O’Higgins, Act of Independence, Joseph Gil
de Castro, Sacred Art.
Introduccion
Esta monografía tiene como objeto contribuir a la Conmemoración de la
Proclamación y Jura de la Independencia de Chile, cuyo Bicentenario se ha
cumplido y celebrado el día 12 de febrero del presente año 2018. Home-
naje de nuestra parte que haremos a través de la figura del gran artista
peruano de ese tiempo, Maestro Joseph Gil de Castro y Morales (1785-1835).
Quién por haber participado en este fausto nacional y sobre todo retrata-
do a diversos personajes de la Emancipación Americana, como lo son las
fulgurantes figuras de O’Higgins, San Martín y Bolívar. Así como también
a los militares y civiles que les acompañaron en esta gesta universal, es
llamado con justicia: El Pintor de Libertadores. Más, si bien esta parte de la
importante obra plástica del veterano de la gloriosa Batalla de los Llanos
de Maipo de 5 de abril de 1818, es sin duda la más conocida y divulgada,
el Maestro Joseph Gil de Castro fue además un delicado iconógrafo del Arte
Sacro. Trabajo al que se dedicó desde sus mismos días de aprendiz en el
taller del Maestro Pedro Díaz. Allí, en su señorial Ciudad de Los Reyes de
Lima: que le viera nacer y morir. Tarea que desempeñó con brillo sinigual
en la Ciudad de Santiago de Chile durante más de doce años. Por lo que
bien puede hablarse que el currículum del Precursor de la Pintura Nacional,
se divide en dos etapas: la peruana y la chilena. Es, justamente, de esta
última de lo que se tratará con todo el detalle posible, en esta monografía
de carácter histórico-artística e iconográfica.
Donde se estudiarán sus obras relativas a los retratos unipersonales o
efigies de la Virgen María en las advocaciones de La Merced y El Carmen.
Como también, la de varios Santos que movían a la piedad a la sociedad
santiaguina de las primeras décadas del siglo XIX. Refiriéndonos, ense-
guida, a sus miniaturas en telas enrollables, que se encuentran diseminadas,
en los fondos de retratos de personajes de la élite de su tiempo. Primo-
rosas pinturas devotas que con razón son llamadas hoy en día: “cuadro
dentro de otro cuadro”. Parte de la labor pictórica del Maestro Joseph Gil de
Castro, que es, sin lugar a dudas, la más inédita. Y que ha dado pie para
que se las investigue a profundidad. Siendo una de las primeras conclu-
siones, que estas miniaturas corresponderían a reproducciones de lienzos
de pequeño formato, cuyos originales su paradero se desconoce. En fin,
en esta monografía el lector verá en primer término el contexto histórico
en que se dio la Proclamación y Jura de la Independencia de Chile. Luego, los
pormenores de la biografía del Maestro Joseph Gil de Castro y su Obra Sacra
chilena. Concluyéndose, con algunas interesantes consideraciones finales
concernientes a su quehacer artístico.
No podemos cerrar estas líneas sin agradecer una vez más la generosa
colaboración que nos ha prestado, el Bachiller en Sagrada Teología Enri-
que Pizarro De la Rosa.
2018] El Pintor de los Libertadores... 223
Primera Parte
Genesis del Acta de Proclamacion
de la Independencia de Chile (1817 -1818)
El 12 de febrero de 1817 en la Cuesta de Chacabuco tuvo lugar la batalla
de dicho topónimo, en la cual se enfrentaron las tropas del Ejército Unido
Libertador al mando de los generales don José de San Martín y Matorras,
y don Bernardo O’Higgins y Riquelme de la Barrera, que habían cruzado
la Cordillera de los Andes desde su Cuartel General sito en la Ciudad de
Mendoza. Con la de los Reales Ejércitos de España lideradas por el ge-
neral don Rafael Maroto e Issern. Hecho de armas que produjo el fin del
gobierno realista del Reyno de Chile, con la total derrota de los suyos y
la huida del primer mandatario don Francisco Casimiro Marcó del Pont
Angel-Díaz y Méndez (como este se firmaba). Quien fuese apresado en
compañía de su camarilla, cuando se dirigían al puerto de San Antonio,
para embarcarse rumbo al de El Callao de Los Reyes de Lima2.
Al entrar los patriotas a la Ciudad de Santiago de Chile y tomar pose-
sión de ella, una comisión de notables reunidos en las casas del Ilustre Ca-
bildo, ofreció el mando nacional al general don José de San Martín, pero
al rehusarse este se designó en su lugar a don Bernardo O’Higgins, quien
lo hizo en calidad de Supremo Director del Estado en lo político y de Capi-
tán General en lo militar3. Al comenzar a organizar Chile bajo los nuevos
lineamientos, las autoridades patriotas en el mes de noviembre de dicho
año, llamaron a la ciudadanía a un Plebiscito General abriendo en Santiago
y las principales ciudades dos libros: uno para la firma de los que estaban
a favor de la Declaración de la Independencia4 y otro, para los contrarios a
ella5. Como es fácil de suponer los primeros se llenaron de millares de
firmas, y los segundos, quedaron en blanco aunque habían muchos que
eran contrarios a esta, pero que no firmaron por temor a las represalias6.
Un caso curioso fue el del patriota don Joseph Alejo de Eyzaguirre y Arecha-
bala, provisor y vicario general del Obispado de Santiago, quien optó por la
negativa quien escribió junto a su firma: “suscribo por la opinión contraria a
2 Sobre este tema se han escrito numerosas obras comenzando por la del franciscano
fray Joseph Xavier de Guzmán y Lecaroz El Chileno Instruido en la Historia Topográfica,
Civil y Política de su Pais. Primera memoria impresa relativa a la Independencia de
Chile e inicios de la República (1834-1836).
3 En un primer momento se pensó darle el título francés de Gran Mariscal, pero al no
lograr este consenso se optó por el de Capitán General, que habían llevado todos los
mandatarios del país durante Chile Hispano.
4 Antes que Chile lo había hecho Estados Unidos en 1776; Venezuela en 1811 y Argen-
tina en 1814.
5 Esto no se llevó a cabo en las provincias de Osorno, Valdivia y Chiloé, pues se man-
tuvieron fieles a la Corona de Castilla.
6 Tales libros se abrieron en las casas del Cabildo como representante que era de los
vecinos y juzgados de barrio.
224 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
7 De este escaso impreso de veinte páginas existe una edición facsimilar a plana y ren-
glón, con introducción y notas nuestras en Biblioteca del Instituto O’Higginiano I, Serie
Fuentes de la Emamcipación. Alfa Beta Impresores, Santiago de Chile, MCMLXXXV.
Desaparecida colección fundada por nosotros.
8 a. Juan A. de Lavalle-Domingo de Vivero. Galería de los Gobernadores y Virreyes del
Perú. (1532-1824). Tipografía de la Casa Editorial Maucci, Barcelona, 1909.
b. Según hemos constatado en los papeles del Archivo General del Perú, las expedicio-
nes reconquistadoras de Chile dejaron altamente endeudada a la Corona de Castilla,
puesto que para armarlas el virrey de Perú debió recurrir a onerosos préstamos, que
le hicieran los nobles y grandes comerciantes españoles-peruanos.
2018] El Pintor de los Libertadores... 225
9 Nuestro chozno-abuelo don Juan de Dios Ramírez Velázquez de Cobarrubias Bargas y Lis-
perguer, que dio alojamiento a don Bernardo O’Higgins durante su estadía en la Ciudad
de San Agustín de Talca, colaborándole en multitud de asuntos, recibió en agradeci-
miento a sus agasajos la pluma con que el Libertador firmó el Acta de Proclamación de la
Independencia. Reliquia histórica familiar que se conserva en nuestro poder. Véase en
el Complemento Iconográfico la fotografía de la misma.
10 De acuerdo coa las respectivas esquelas de invitación que hemos visto, consta que tras
la Batalla de Chacabuco y en su primer aniversario, se dijo una Misa de Acción de Gracias
y se cantó el Te Deum en la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro de los franciscanos en
Santiago, lo que se realizó a iniciativa de fray Joseph Xavier de Guzmán y Lecaroz.
2018] El Pintor de los Libertadores... 227
gadas por el Libertador, o el otro que corrió impreso que no las tiene. Sea
como fuere, lo importante es que dicha ceremonia se efectuó simultánea-
mente desde Copiapó al Maule, alcanzando especial notoriedad y realce
en Santiago y en Talca, ciudad esta última donde participaron O’Higgins
y el Ejército del Sur.
En la capital, se armó un tabladillo en la Plaza de Armas, sito frente
a las casas del Ilustre Cabildo. Acto que fue presidido por el supremo
director delegado; el general don José de San Martín; los ministros de
Estado; el gobernador del Obispado don José Ignacio Cienfuegos y Artea-
ga11; el alcalde de Santiago don Francisco de Borja Fuentecilla y Palacios y
otras autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Además de numeroso
público que se juntó esa mañana, acompañando a las diversas corporacio-
nes y órdenes religiosas, citados por Bando el día 9. Hallándose también
formaciones de tropas de línea y efectivos de los regimientos cívicos, de
infantería, artillería y caballería.
Cabe hacer notar especialmente que junto a ese tablado flameaba por
vez primera en un acto público: el actual pabellón tricolor con la estrella
solitaria, que hoy se conserva en el Museo Histórico, que se encuentra en
la misma plaza donde originalmente se le inauguró.
La ceremonia se inició poco antes de las 10 horas, dando comienzo al
acto, el fiscal del Tribunal de Apelaciones don José Gregorio de Argome-
do y Montero del Águila, quien pronunció una vibrante alocución. Ense-
guida, el ministro don Miguel Zañartu dio lectura al Acta de Proclamación
de la Independencia. Seguidamente, vino el juramento de rodillas ante un
Evangeliario. Lo hizo primeramente el supremo director delegado que
expresó a viva voz:
“Juro a Dios y prometo a la Patria bajo la garantía de mi honor, vida y
fortuna, sostener la presente Declaración de Independencia absoluta del
Estado Chileno, de Fernando VII, sus sucesores y de cualquiera Nación
Extraña”.
Lo cual se encuadraba con la cuarta enmienda que don Bernardo
O’Higgins había hecho al borrador del Acta, como más arriba hemos se-
ñalado.
Luego pidió el mismo juramento al gobernador del Obispado que al
texto anterior, le agregó la frase:
“Y así lo juro porque creo en mi conciencia que ésta es la voluntad del
Eterno”.
Y don José de San Martín como coronel mayor del Ejército de Chile y
general en jefe del Ejército Unido Libertador.
12 a. Interesantes detalles de esta ceremonia y sus posteriores festejos, los entrega don
Bernardo de Monteagudo en el folleto de trece páginas, titulado Relación de la Gran Fiesta
Cívica Celebrada en Chile el 12 de febrero de 1818. Escaso impreso de 1818 del que existe
una edición facsimilar a plana y renglón con introducción y notas nuestras en Biblio-
teca del Instituto O’Higginiano III, Serie Fuentes de la Emancipación. Alfa Beta Impreso-
res, Santiago de Chile, MCMLXXXVII.
b. De acuerdo con la versión de este testigo ocular, el ejemplar que se utilizó en la
ceremonia de Proclamación y Jura de la Independencia, fue el mandado a imprimir por el
supremo director delegado don Luis de la Cruz y Goyeneche. Mayores antecedentes
pueden consultarse en Gazeta del Supremo Gobierno de Chile y Gazeta de Santiago de
Chile, viendo los meses de octubre de 1817 a junio de 1818.
c. Las más afamadas pinturas que llevan por titulo “La Proclamación de la Indepen-
dencia de Chile”, debidas a don Cosme San Martín Lagunas (1850-1906) y a fray Pedro
Subercaseaux Errázuriz (1881-1953), contienen el mismo error histórico: cual es hacer
aparecer entre las autoridades de la ceremonia que tuvo lugar en Santiago al Liberta-
dor don Bernardo O’Higgins. No obstante que este se encontraba entonces en Talca. Lo
que algunos críticos de Arte lo han calificado de meramente “simbólico” o “alegórico”.
13 Valiosos antecedentes sobre lo que hemos tratado en esta Parte se encuentran en Luis
Valencia Avaria. La Declaración de la Independencia de Chile, separata del Boletín de la
2018] El Pintor de los Libertadores... 229
Segunda Parte
El Acta De Proclamación Y Jura De La Independencia De Chile
(18l8-2018).
Tercera Parte
Noticias Biográficas Del Maestro Joseph Gil De Castro Morales
(1785-1835).
que en 1816 le designa Maestro Mayor del Gremio de Pintores del Reyno.
Tras la Victoria de Chacabuco, en 1817 es confirmado como importante
integrante del Gremio de Pintores, a cuyo taller acuden a retratarse los ofi-
ciales del círculo del general San Martín.
El 8 de junio de 1817 contrae matrimonio en la Iglesia del Sagrario de
la Catedral, con María Concepción Martínez Poso, “Española, natural de la
Doctrina de Renca”. El que es bendecido por don Joseph Alejo de Eyzagui-
rre y Arechabala. Lo que remarca el prestigio que había alcanzado como
artista. Habiéndose refundado con compañías de negros el Regimiento
Infantes de la Patria que databa de 1810, se incorpora a él y el 13 de diciem-
bre es ya cabo segundo de la Compañía de Cazadores. Participando como
tal en la Batalla de los Llanos de Maipo de 5 de abril de 1818. Y en mérito a
su desempeño un Decreto del supremo director del Estado, don Bernardo
O’Higgins, le nombra capitán de fusileros del mismo cuerpo15.
El 12 de febrero de 1818 formando parte con su Batallón de los destaca-
mentos de honor, según consta en un documento que hemos visto, toma
parte de la solemne ceremonia de Proclamación y Jura de la Independencia de
Chile. Habiendo sido también como artista autor de los escudos de armas
nacionales y rioplatenses que engalanaban el estrado oficial. Así como de
los retratos del supremo director del Estado don Bernardo O’Higgins y el
generalísimo don José de San Martín.
En 1819 lleva a cabo numerosos retratos de los oficiales del Ejército
Unido Libertador, y personalidades del nueva régimen. Ejecutando en el
Convento Grande de Nuestra Señora del Socorro la Serie de los Venerables y
Fundadores de la Provincia Franciscana de la Santísima Trinidad de Chile.
La que trabajada en técnica al temple en los muros del Claustro Principal
con sus ayudantes, fue luego ampliada a otros de sus patios interiores16.
En 1820 la misma Provincia le manda pintar el retrato del reformador y
escritor español fray Antonio de Esquibel, la que considerada una “obra
maestra”, fue colocada en lugar preferente del Claustro Principal. Sujeta
a restricciones para los visitantes a solo unos días durante el mes de oc-
tubre17. Todo lo cual le hizo posible profesar como Hermano de la Vene-
rable Orden Tercera de Penitencia de Nuestro Padre San Francisco. Siendo de
acuerdo con sus registros el único de origen negro que fuese admitido.
15 Archivo General del Ejército de Chile, Sección Histórica. Expediente de Joseph Gil de
Castro.
16 Hugo Rodolfo Ramírez Rivera. Noticias Inéditas Relativas al Patrimonio Artistico del
Convento Grande de Nuestra Señora del Socorro de Santiago de Chile. Las Series Murales de
los Venerables y los Fundadores 1817-1836. Publicaciones del Archivo Histórico Francis-
cano, volumen IX. Santiago de Chile, 1990.
17 Hugo Rodolfo Ramírez Rivera. El Retrato del Franciscano Fray Antonio de Esquibel
(1819-1834). En Joseph Gil de Castro y los Franciscanos del Convento Grande de
Santiago de Chile. Publicaciones del Archivo Histórico Franciscano, volumen XIV,
Santiago, 1990.
2018] El Pintor de los Libertadores... 237
Cuarta Parte
La Obra Sacra del Maestro Joseph Gil de Castro.
Pinturas y Miniaturas Devotas.
18 Juan A. Lavalle-Domingo de Vivero. Ob. Cit.; Luis Álvarez Urquieta. El Artista Pintor
José Gil de Castro. Empresa Periodística El Imparcial, Santiago, 1934; Jaime Eyzaguirre
Gutiérrez. José Gil de Castro. Pintor de la Independencia Americana. Sociedad de Bibliófi-
los Chilenos. Santiago de Chile, 1950; Ricardo Mariátegui Oliva. José Gil de Castro. (“El
Mulato Gil”). Vida y Obra del Gran Pintor Peruano de los Libertadores. Obras Existentes
en Argentina y Chile. Empresa Editorial Litográfica “La Confianza”, Lima-Perú, 1981
y Más Pinturas del Limeño José Gil de Castro en Chile. Lima-Perú, 1983; Natalia Majluf
y Otros. José Gil de Castro Pintor de Libertadores. Gráfica Biblos, Lima, 2015. Hay un
extracto de esta obra en pequeño formato con el mismo título.
19 Natalia Majluf y Otros. Ob. Cit. pág. 34.
2018] El Pintor de los Libertadores... 239
20 Durante el curso de esta exposición la mas importante de las obras expuestas, con-
cerniente al retrato de fray Antonio de Esquibel desapareció misteriosamente no cono-
ciéndose hasta hoy día su paradero. Lo que provocó que los propietarios de pinturas
de Joseph Gil de Castro, pusieran muchos reparos para prestarlas para nuevas exhi-
biciones.
240 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
21 Por aquel tiempo los tirantes de los escapularios que exhibían las imágenes de la Vir-
gen María en sus distintas advocaciones, tenían su connotación particular: Blanco o de
Santa Pureza, Azul o Divinos. Rojo o Detente Contra las Acechanzas del Diablo. Color
este último que también se usaba para pintar los fanales de madera generalmente de
patagua de uso privado.
2018] El Pintor de los Libertadores... 241
den, con una bandera roja sobre el hombro izquierdo y San Ramón Nonato,
primer cardenal mercedario, quién tiene reposando sobre el pecho (lado
derecho) la palma del martirio que lleva tres coronas de oro; y una custodia que
toma con la mano izquierda empuñada. Tales Santos aparecen de medio
cuerpo en la parte inferior del cuadro. Estos tienen sus ojos entornados ha-
cia la Virgen que los mira desde lo alto con dulzura. Un par de querubines
situados en los ángulos de la parte superior de la obra de arte observan la
escena descrita. Al pie de ella hay una Cartela con la leyenda siguiente: “Se
hizo ésta Soberana, y Milagrosa Imagen, de N.tra S.a de las Mercedes: á devoción
de / los SS.s D.n Miguel Lecaros, de Alcalde; D.a Mercedes Alcalde, y Bascuñan,
de Lecaros» Todo esto parece estar amparado por la Virgen que se halla con
los brazos abiertos en cruz en actitud protectora, cobijando bajo su amplio
manto lo hasta aquí dicho. Al parecer proviene esta pintura de la lámina
incisa por Pierre de Jode, muy difundida por América y también Europa,
sirviendo pues de modelo inspirador para otras telas similares. Se conser-
va en poder de la Familia Lecaros, en Santiago de Chile.
3. Nuestra Señora de las Mercedes Redentora de Cautivos.
Pintada sobre tela, fue realizada en la Ciudad de Santiago de Chile,
el año 1814. Este lienzo sigue la misma composición que la anterior, con
algunos mínimos detalles que la diferencia como lo es que la corona real
de la Virgen María, la que hállase forrada en su interior con terciopelo de
color rojo, de la manera similar que la usaban los Reyes de España. Qué
la custodia que ostenta San Ramón Nonato se encuentra inclinada hacia la
derecha y que en los ángulos superiores del cuadro no existen los pares
de querubines como en el otro. También no posee Cartela alguna en su pie.
Se conserva en manos privadas, en Santiago de Chile.
4. Nuestra Señora del Monte Carmelo de Palestina. (Virgen del Carmen
con el Niño Jesús).
Pintada sobre tela, fue realizada en la Ciudad de Santiago de Chile,
el año 1814. Representa a la Virgen María en la advocación del Carmen,
de medio cuerpo y sentada. Al realizar esta obra el Maestro Joseph Gil
de Castro tomó distancia, como veremos, de los influyentes modelos de
Quito difundidos en aquel tiempo. Es así que acercándose a la iconografía
de la Escuela Romana, omitió el hábito de color café oscuro distintivo de
esta advocación mariana. Presentando a la Virgen vistiendo una túnica de
color rosa símbolo de la pureza y cubriéndola casi por completo con un am-
puloso manto de color azul el cual cae desde la cabeza. Así mismo, empleó
elementos propios de la iconografía católica oriental, al colocar las tres
estrellas que lleva la Virgen María en los sagrados ikonos: sobre la frente
y ambos hombros, que enuncian sus virtudes teológicas. Lo que también
se encuentra en el escudo heráldico de la Orden Carmelita. Dejando aquí
al descubierto sólo la del hombro derecho. En su regazo hállase el Niño
242 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Jesús de pie semi-cubierto con una mantilla de color blanco, al que sujeta
con la mano izquierda. Tanto ella como el Niño Jesús dirigen la mirada al
espectador. Mientras la Virgen María presenta un escapulario carmelita que
cuelga de unos tirantes de color blanco, asido por los dedos índice y pulgar
de la mano derecha. Único elemento que permite reconocer la advocación
de esta bellísima pintura. Según estudios recientes esta imagen sería uno
de los lienzos más tempranos del Maestro Joseph Gil de Castro en Chile. Se
conserva en manos privadas, en Santiago de Chile.
5. Nuestra Señora de los Dolores.
Pintada sobre tela, fue realizada en la Ciudad de Santiago de Chile, el
año 1815. Ha tenido durante el tiempo diversos nombres así don Luis Ál-
varez Urquieta la ha llamado La Virgen María Rodeada de Ángeles llora por
la Pasión de Cristo, don Jaime Eyzaguirre Gutiérrez Virgen de los Dolores.
Nosotros –no obstante– de coincidir con Eyzaguirre, creemos que tam-
bién puede ser denominada como Nuestra Señora de la Soledad. Sea como
fuere, todos estos nombres le son aplicables puesto que coinciden con la
escena representada. Ciertamente, en ella se encuentra a la Virgen María
sentada en una silla española tapizada en terciopelo de color rojo, vestida
con una túnica del mismo tono, cubierta con un manto de color azul que
se encuentra plegado sobre los antebrazos. En actitud lastimosa, y con
una gran espada clavada en el pecho. Lo cual manifiesta plásticamente la
sentencia sagrada del Profeta Simeón, según la cual “Una espada de dolor te
atravesará el corazón...”. Lo cual recuerda el médico y pintor San Lucas, en
el Capítulo 3, Versículo 36 de su Evangelio.
Teniendo las manos juntas, los ojos llorosos, mientras alza la mirada ha-
cia un rompimiento de gloria, que ocupa todo el lado izquierdo del cuadro.
En él aparecen distintos momentos de la Pasión de Cristo: la Oración en el
Huerto de Getsemaní; la Flagelación por los romanos en la Columna; la Corona-
ción de Espinas; el Cirineo le Ayuda a llevar la Cruz, después de la primera caída
del Vía Crucis y la Crucifixión que se halla ubicada al centro. Así también,
un Ángel situado en las alturas del rompimiento de gloria antes mencio-
nado, hincado le ofrece a Jesús un cáliz. Acompañan a la Virgen María en su
inmenso dolor distintos grupos de ángeles niños. Los primeros desnudos,
situados a la altura del techo delante de una columna, lugar claroscuro del
fondo donde observan lo que sucede. Los segundos, vestidos, ubicados al
pie de María los que desesperados le muestran las escenas sacras descritas.
Mientras que dos ángeles mancebos escondidos que están detrás de Ella co-
mentan lo acaecido. Según ha sugerido don Ricardo Mariátegui Oliva, uno
de estos de tez más oscura que el resto, sería un “autorretrato del Maestro Jo-
seph Gil de Castro”. Ahora bien, no cabe duda que esta pintura se encuentra
basada en un antiguo grabado religioso español, pues existen otras que se
le asemejan. Como lo es por ejemplo un óleo sobre tela, anónimo cusque-
2018] El Pintor de los Libertadores... 243
ño, realizado entre 1750-1770. Que lleva por título “Nuestra Señora de los
Dolores”, el cual se encuentra en la Iglesia Catedral de la Ciudad de Salta.
El profesor don Héctor Schenone ha escrito en su valiosa obra Iconografía
del Arte Colonial. Los Santos (Buenos Aires, 1992), que aunque la fuente ico-
nográfica de todas estas obras no ha sido encontrada, dicho grabado fue muy
difundido entre los artistas pintores de la Ciudad Imperial de El Cusco. Se
conserva en manos privadas, en la Ciudad de Mendoza, Argentina.
6. San Domingo de Guzmán y Aza (1170-1221).
Pintado sobre tela, fue realizado en la Ciudad de Santiago de Chile, el
año 1817. Se cree que se ejecutó después de la Batalla de Chacabuco, es-
tando destinado a la devoción privada. Este ilustre personaje de la Histo-
ria de la Iglesia Católica latina, perteneció a una familia de Santos pues su
padre don Félix Núñez de Guzmán es Venerable, su madre doña Juana de
Aza es Beata y sus hermanos Antonio y Manés son también Venerables. En
este lienzo se le representa vestido con el hábito de la Ordo Praedicatorum,
que él mismo fundó. Esto es, túnica de color blanco y escapulario delante-
ro del mismo tono. Capilla y manto de color negro. Más una correa igual-
mente negra en la cintura, de la que cuelga un largo rosario. En la mano
izquierda empuña un asta de madera en cuya cima tiene una cruz, donde
se encuentra desplegada una banderola de color rojo en cuyo centro ostenta
el escudo de la Orden Dominicana. En la misma mano tiene asida una rama
con una azucena símbolo místico de la pureza virginal. En la mano derecha
sujeta un libro y sobre él se encuentra la maqueta de una iglesia. Lo cual con-
forman sus atributos de Fundador: pues lo primero son las Constituciones
y lo segundo la Orden, que se cimienta en lo que ahí está estipulado. San
Domingo tiene la cabeza ladeada hacia el hombro derecho mirando con
dulzura esto último. A sus pies, (lado izquierdo) un perro coge una antor-
cha con el hocico y sujeta el mundo con las patas delanteras, en alusión a
un sueño que tuviese su madre y a los propios religiosos de su instituto:
Domini Canis osea Perros del Señor. En ese mismo plano se describe una
imagen idealizada de los alrededores de Santiago de Chile. Detalle que
está conectado con el papel patriótico que asumió la geografía como em-
blema de Chile a partir de su Independencia. Este lienzo se encuentra ba-
sado en la Vera Efigie del Santo que procede de un grabado muy conocido
abierto por el afamado Theodoor Galle. El cual se inspiró en un dibujo de
Peter Jode publicado en Vita et Miracula S.P. Dominici Praedicatorii Ordinis
Primi Institutoria, editados en la Ciudad de Amberes en 1611. En fin, el tra-
tamiento fluido de los pliegues del hábito, la elegancia de como concibió
la totalidad de esta tela revelan la cabal comprensión por parte de Joseph
Gil de Castro de su modelo impreso. Así como el decisivo influjo que tuvo
sobre él su Maestro Pedro Díaz en Los Reyes de Lima. Se conserva en el
Museo Nacional de Bellas Artes, en Santiago de Chile.
244 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
22 Durante el siglo XVII el obispo franciscano de Santiago de Chile, fray don Diego de
Humanzoro creó en esta ciudad una universidad seráfica que tituló “Colegio Mayor
de Estudios de San Diego de Alcalá”, situada donde hoy se encuentra el palacio de la
Universidad de Chile. De lo que queda como único recuerdo la Calle de San Diego.
2018] El Pintor de los Libertadores... 245
23 La mayor devoción a este Santo se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, siendo
su gran promotor el Siervo de Dios presbítero don José Fortunato Berríos y Rojas, fun-
dador y rector del Colegio Seminario de San Pelayo de Talca; de la Pía Sociedad de San Luis
Gonzaga antecesora del Hogar de Cristo; de la Iglesia de San Luis Gonzaga y otros tantos
templos talquinos. Cuyos restos incorruptos desde 1889 descansan en el primero de
los nombrados.
246 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
25 Anónimo. Pintura Chilena del Siglo XIX. José Gil de Castro. El Retratista de la Independen-
cia. Colección Origo, sin fecha.
250 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
26 Los estuches de las telas de enrollar más antiguos fueron fabricados con madera de
caña. Evolucionando más tarde a la caoba, bisagras de plata, cerrojos e incrustaciones
de este metal, marfil y conchas.
27 En nuestra colección de arte sacro, poseemos una de estas cajitas-retablos devocionales,
con la figura en piedra de Huamanga de San Antonio de Padua con el Niño Jesús en
brazos. El cual da un ósculo al Santo en la mejilla derecha. Probablemente de comien-
zos del siglo XVII, que mide ocho por cuatro, coma nueve centímetros. Véase en el
Complemento Iconográfico la fotografía de esta.
2018] El Pintor de los Libertadores... 251
30 Esta advocación es conocida también en los libros de Arte con el nombre de “La Vir-
gen del Carmen y San Simón Stock”.
254 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
1. Apóstol Santiago “El Menor”: Esta imagen lleva el cabello en tono cas-
taño claro, enmarañado. Con las puntas de él cargadas hacia adelante en
dirección de las sienes y la frente, en ondas, formando medias-lunas.
2. Nuestra Señora de las Mercedes Redentora de Cautivos: Esta imagen lle-
va el cabello en tono castaño oscuro con algunos visos rubio-cobrizos.
Peinado con una partidura vertical que corre por el centro de la cabeza,
trayendo el pelo de manera lisa y tirante lo que sugiere que, a la altura
de la nuca, se encuentra puesta una traba o pequeño peinetón. Puesto que
desde este lugar se distribuye por sobre los hombros en dos largos rizos
sueltos y esponjosos de cabello ondulado. De la cabeza de cada una de las
imágenes de la Virgen María surgen rayos blancos de luz.
3. Nuestra Señora del Monte Carmelo de Palestina (Virgen del Carmen con el
Niño Jesús, 1814): Esta imagen lleva la cabeza cubierta por un manto del que
en la sección de las sienes, se asoma el cabello en tono castaño claro con ilu-
minados visos rubio-cobrizos. Formando una onda, en ambos extremos de
la frente. La que se presenta despejada. Tiene también como la anterior ima-
gen descrita, el pelo partido verticalmente por el centro de la cabeza. El que
se encuentra liso y tirante sugiriendo que a la altura de la nuca, se halla una
traba o pequeño peinetón. La figura de la Virgen María, en particular, posee
una gran semejanza con la de la iconografía española de Nuestra Señora de la
Paz, presente en el Virreynato del Perú desde mediados del siglo XVII.
4. San Domingo de Guzmán y Aza: Esta imagen lleva el cabello en tono
castaño oscuro, cortado a la navaja, teniendo alrededor de la cabeza la
antigua gran tonsura de uso religioso denominada “cerquillo”.
5. San Diego de Alcalá: Esta imagen lleva el cabello en tono castaño claro
a rubio rojizo, pegado al cráneo y corto. El que se muestra algo enmaraña-
do y con ondulaciones. Se halla carente de tonsura.
6. San Luis de Gonzaga y Tana: Esta imagen lleva el cabello en tono cas-
taño oscuro con visos rubio-cobrizos. Con parecidas demás características
de la anterior imagen descrita.
7. Virgen de la Merced Orante (Virgen de la Merced-Inmaculada): Esta ima-
gen lleva el cabello en tono rubio-cobrizos. Arreglado como una melena
de pelo ondulado partido al medio de la cabeza que le llega hasta los
hombros. La frente se encuentra despejada, pues el cabello esta tomado
con un cintillo de cinta de seda de color bermellón que cruza la parte su-
perior de la frente. Este cintillo se vislumbra a través del velo de encaje
transparente que le cubre la cabeza. El presente lienzo sigue las líneas am-
pliadas de la obra titulada Virgen Orante del Maestro Giovanni Battista Salvi,
que se conserva en la National Gallery de Londres. Artista que se basó para
su tela en la celebre Virgen con el Niño, pintura que se debe al Maestro Al-
brecht Dürer, existente en el Museo Nacional de Viena31.
31 Johannes Beer. Albrecht Dürer Als Maler. Die Blauen Bücher. Berlin, 1960: Worte Aus
Dürers Schriften.
2018] El Pintor de los Libertadores... 255
8. Nuestra Señora del Monte Carmelo de Palestina (Nuestra Señora del Car-
men y el Niño Jesús, 1820): Esta imagen carente de velo lleva el cabello en
tono castaño oscuro, de la manera indicada en el número 2.
9. Nuestra Señora del Monte Carmelo de Palestina (Nuestra Señora del Car-
men, 1822): Esta imagen carente de velo lleva el cabello en tono castaño
oscuro con visos rubio-cobrizos. Partido al medio de la cabeza como las
otras antes indicadas. El que se encuentra peinado hacia atrás, formando
sobre la nuca y cuello una gruesa trenza tomada claramente por una traba
enjoyada desde dónde se distribuye por sobre los hombros y la espalda en
largos rizos.
10. Las imágenes del Niño Jesús que acompañan a las distintas ad-
vocaciones de la Virgen María antes mencionadas, siguiendo patrones
de grabados y lienzos europeos, llevan el caballo de color rubio claro y
ensortijado.
11. De acuerdo con los estudios concernientes al tono de los cabellos
de los “Españoles Americanos”, llamados más tarde “Criollos” a partir de la
República, cabe decir que primaron en especial los de la familia rubio-rojo-
cobrizos (pelirojos), derivantes en castaños, proveniente genéticamente de
la mezcla de los antiguos españoles con las tribus germanas conformadas
por godos y visigodos, que se instalaron en la Península Ibérica a partir de la
declinación del Imperio Romano. Lo cual no solo se encuentra expresado
plásticamente como por ejemplo a través de las obras religiosas y civiles
del Maestro Joseph Gil de Castro, sino también de manera tangible en las
pelucas de cabello natural que se conservan, pertenecientes a la imaginería
sacra particularmente de bulto de los siglos XVI a primera mitad del XIX32.
Quinta Parte
Apreciaciones Finales
32 Luis Thayer Ojeda. Orígenes de Chile: Elementos Étnicos, Apellidos, Familias. Editorial
Andrés Bello, Santiago de Chile, 1989 (reproduce sus estudios dados a conocer origi-
nalmente durante la primera mitad del siglo XX); Nicolás Palacios. Raza Chilena. Libro
Escrito por un Chileno i Para los Chilenos. Imprenta i Litografía Alemana de Gustavo
Schäfer, Valparaíso, 1904; Richard García. Las Poblaciones de la Península Ibérica Son el
Resultado de un Complejo Cóctel Genético. El Mercurio de Santiago, 16 de marzo de 2019:
reproduce un resumen de un artículo recientemente publicado por la revista Science
sobre un sorprendente estudio de análisis de ADN y fechadas radiocarbónicos.
256 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Firmamentum
Una Curiosa Pintura del Maestro Joseph Gil De Castro reivindica-
dora de la firma en la ciudad de San Agustín de Talca del Acta de
Proclamación de la Independencia de Chile en 1818.
En esta pintura alegórica al óleo sobre tela, realizada probablemente en la
Ciudad de Santiago de Chile, el año 1820, se representa la adusta figura del
hacendado patriota maulino, don Juan de Dios Ramírez Velásquez de Cobarru-
bias Bargas y Lisperguer. Quien aparece aquí en posición erecta y frontal,
vestido a la manera de los caballeros de su tiempo. Es decir, camisa blanca
con botón de oro a la altura de la garganta, que servía para sujetar el cuello
de esta y ancha cinta de seda de color negro enrollada en el cuello que ha-
cía de corbata. Puños con pequeño encaje asomado de sus borde y colleras
labradas en oro. Levita, chaleco de género con cadena leontina para el reloj
y pantalón de color negro. En la solapa derecha de la levita cuelga de una
cinta de seda de color azul-celeste, la venera de oro y esmaltes de la Le-
gión del Mérito de Chile. La mano izquierda yace afirmada en un bastón de
madera de palo de rosa con empuñadura tallada que representa la cabeza
de un perro de caza con ojos enjoyados. La mano derecha que ostenta un
anillo con el sello heráldico de sus ancestros, reposa sobre una esquela de
invitación o carta cerrada donde se lee en su sobrescrito con elegante letra
caligráfica su nombre y la fecha “Talca, 2 de Febrero de 1818…”. Papel que se
encuentra encima de una mesa dorada de estilo Imperio, sobre la cual luce
una fina carpeta de terciopelo de color bermellón. De cuyas esquinas caen
borlas de hilo de oro. En su rincón derecho hállanse apilados unos libros
de rico empaste, que nos habla de su vocación por la cultura y bibliofilia.
Al centro de la misma hay un primoroso cofre-vitrina dorado, en cuyo
interior de terciopelo de color rojo se encuentra posada una pluma de ave
de color blanco, artísticamente puesta sobre una tarjeta que dice con letras
de molde de color dorado la palabra LIBERTAD. Detalle alusivo a la pluma
que utilizara don Bernardo O’Higgins para firmar en San Agustín de Talca, el
Acta de Proclamación de la Independencia, el 2 de febrero de 1818. La que pos-
teriormente como se ha enunciado en la Primera Parte, Nota 8, obsequió
a nuestro personaje. En el fondo del cuadro hay en un elegante marco de
moldura lisa de color negro, con filete de oro, un gran paspartú donde se
encuentra montado al interior de este un ejemplar del Acta de Proclamación
35 a. Biblioteca Nacional de Chile, Archivo Epistolar de don Diego Barros Arana. Genti-
leza de don Guillermo Feliú Cruz.
b. Don Juan de Dios Ramírez, nació en la Ciudad de San Agustín de Talca en 1770.
Siendo maestre de campo al igual que sus antepasados. Integró como oficial el Re-
gimiento de Milicias disciplinadas de Caballería “Bravos del Maule” de esa ciudad.
Colaboró con la instauración del Instituto Literario de Talca, hoy Liceo de esta urbe.
Fundador de la Villa de Nuestra Señora del Rosario de Cureptú, ahora Ciudad de Curep-
to. Participó en el Cabildo Abierto en el cual don Bernardo O’Higgins firmó el Acta de
Proclamación de la Independencia ante los vecinos de la Ciudad de San Agustín de Talca.
Propietario de la Estancia Frutillar sobre el río Claro. Y de las Haciendas de Pangui y
Los Litres , en cuyas casas de esta última falleció en 1837. Siendo sepultado en Talca
con honores castrenses y gubernamentales.
c. Diego Barros Arana, Historia Jeneral de Chile, volumen XIII.
36 Según antigua tradición familiar el Maestro Joseph Gil de Castro, pintó dicho retrato
basándose en un completo dibujo a lápiz, realizado en casa del mandante en Talca. Lo
que coincide con lo que aduce al respecto don Pantaleón Arabena en su obra citada.
2018] El Pintor de los Libertadores... 259
Complemento Iconográfico
Figura 1 Figura 2
Figura 3 Figura 4
Arriba. Figura 1 Nuestra Señora de las Mercedes Redentora de Cautivos (1814). Figura
2 Nuestra Señora del Carmen indulgenciada por el obispo Don José Santiago
Rodríguez Zorrilla (1822). Abajo. Figura 3. Retrato de Doña María del Carmen
Landa y Vivar con tela enrollable en el fondo dedicada al Sagrado Corazón de Jesús
(1817). Figura 4. Retrato de Don Cosme Pacheco, intervenido con la imagen de la
Virgen del Carmen (1834). Último de este tipo realizado por el Maestro Joseph Gil
de Castro. (Propiedad Colecciones privadas).
260 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Apéndice Documental
Desconocido texto del Acta de Proclamación de la Independencia de Chile, conteniendo
las cuatro observaciones de Don Bernardo O’Higgins en letra cursiva. Documento
histórico que el Libertador usó en la solemne ceremonia de jura verificada
en la Ciudad de San Agustín de Talca el 12 de febrero de 1818. Su original se
conserva en el Archivo Histórico del Senado de la República, volumen 2. Siendo el
que previamente suscribió y refrendó el 2 de febrero de ese año.
la forma de Gobierno que más convenga a sus intereses. Y para que esta
declaración tenga toda la fuerza y solidez que debe caracterizar la primera
Acta de un pueblo libre, la afianzamos con el honor, la vida, las fortunas y
todas las relaciones sociales de los habitantes de este nuevo Estado: com-
prometemos nuestra palabra, la dignidad de nuestro empleo y el decoro
de las armas de la patria; y mandamos que con los libros del Gran Registro
se deposite la Acta Original en el Archivo de la Municipalidad de Santiago,
y se circule a todos los pueblos, ejércitos y corporaciones, para que inme-
diatamente se jure y quede sellada para siempre la emancipación de Chile.
Dada en el Palacio Directorial de Concepción a 1 de Enero de 1818, firmada
de nuestra mano, signada con el de la nación, y refrendada por nuestros
ministros y secretarios de Estado, en los departamentos de Gobierno, Ha-
cienda y Guerra.- Bernardo O’Higgins.- Miguel Zañartu.- Hipólito de Vi-
llegas.- José Ignacio Zenteno.
a) Década del 40
La Acción Católica general pasa a ser especializada. De una actitud defen-
siva frente al laicismo y la inmoralidad pasa a la ofensiva apostólica, a la
conquista del ambiente para Cristo.
Sus grandes medios son el comentario del Evangelio, los retiros y la
dirección espiritual, el uso del Misal y la Misa dialogada, los encuentros,
jornadas y concentraciones.
Una mística creciente de los movimientos los lleva a separarse de las
parroquias y de la masa de los cristianos que no pueden seguir su veloci-
dad y ritmo. Se abren nuevas perspectivas para la Iglesia en la teología del
Cuerpo Místico, en la Liturgia y en las vocaciones sacerdotales.
b) Década del 50
Crece aún más la A.C. especializada, aunque comienzan a verse los signos
de su agotamiento posterior. Desaparecen la Acción Católica General y
muchas asociaciones parroquiales.
El comentario del Evangelio en los “círculos de estudio activos” ha
cedido al “ver, juzgar y actuar” del método jocista y posteriormente a la
“revisión de vida”
El paso de los jóvenes a la vida adulta cambia el centro de interés de la
A.C. desde la “formación por la acción” al “compromiso temporal”. Ya no
es el grupo, sino cada militante el responsable de evangelizar su medio.
El movimiento le da un apoyo que pasa gradualmente de lo doctrinal a
lo afectivo.
A fines de esta década comienzan las tendencias hacia la autonomía de
lo temporal, se crean los servicios o institutos “aconfesionales” y el acento
pasa de lo apostólico a lo social.
2018] Documentos 267
c) Década del 60
Hace su aparición la Pastoral de Conjunto. Los antiguos asesores han pa-
sado a ser Obispos y la Iglesia amplía y oficializa las experiencias de la
A.C. especializada.
Las Parroquias recuperan su importancia, agrupadas en decanatos
como unidades de evangelización.
Es la época de la Misión general y de los planes pastorales. La Iglesia
se organiza como una gran empresa moderna de evangelización. Las
experiencias de los grupos apostólicos se tecnifican y aplican en gran es-
cala. Los movimientos contratan “permanentes apostólicos” que, si bien
ganan en disponibilidad de tiempo, pierden en cambio en intensidad de
mística.
La influencia de la Iglesia se hace sentir en lo social. La pastoral sobre
“El deber social y político” de 1962 tiene gran difusión. La doctrina social
de la Iglesia encuentra su cauce político en la Democracia Cristiana que
atrae a la mayoría de los mejores militantes de A. C.
El entusiasmo político ante “el primer gobierno social cristiano del si-
glo” (1964) produce en la Iglesia consecuencias muy graves que aún no se
han estudiado suficientemente.
Los católicos abandonan el apostolado para llenar todas las vacantes
de la acción social. El temporalismo invade la Iglesia. Los movimientos
apostólicos sufren la sangría de sus dirigentes. La Jerarquía se repliega
para no comprometerse y los políticos cristianos se quejan de la falta de
apoyo doctrinal, espiritual y moral.
Todas las organizaciones temporales de base se oficializan en la Pro-
moción Popular y organismos campesinos. Los dirigentes cristianos pier-
den mucho de su mística al convertirse en funcionarios de gobierno. La
tecnocracia se impone.
La Iglesia ha abandonado la formación de la juventud para atender a
los adultos comprometidos. Ha perdido también sus banderas sociales
que se han hecho las del gobierno. El temporalismo va a afectar también
un sector importante del clero que cree más en la eficacia social que en la
apostólica. Más tarde terminará en la política.
En la segunda mitad de esta década del 60, que se caracteriza por su
rapidez, comienza la crisis de la Democracia Cristiana. El Marxismo ha
infiltrado sus cuadros y hace fermentar el descontento frente a los “tecnó-
cratas desarrollistas”. La juventud comienza a impacientarse.
Es la época de la crisis universitaria (1967). Los movimientos reformis-
tas son drásticos, violentos y revolucionarios. La juventud se da cuenta de
su fuerza y presiona.
268 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
d) Década del 70
En lo político coincide con el advenimiento de la Unidad Popular que
dura tres años.
El entusiasmo por el Socialismo marxista llega a los propios movi-
mientos apostólicos universitarios, obreros y campesinos.
Algunos sacerdotes se politizan y forman grupos por el socialismo.
Se confunde la evangelización con la liberación, término muy ambiguo
que generalmente se toma en un sentido económico, político y social.
El reino de Dios se confunde con la ciudad temporal. La utopía marxis-
ta reemplaza a la escatología cristiana.
Como respuesta dentro de la Iglesia brotan nuevos movimientos: Cur-
2018] Documentos 269
En este boletín se consignan obras publicadas en 2017, más algunos títulos de años previos
que no aparecieron en las bibliografías anteriores del AHICh. Se registra todo artículo que
ofrezca información relevante para la historia de la Iglesia en Chile.
Cuando es posible, se han agregado puntos de contacto con editoriales y se menciona
cuando hay versiones en línea de las obras registradas.
Se agradece la colaboración de las autoridades y personal de las siguientes entidades:
Biblioteca Nacional, Pontificia Universidad Católica de Chile, Seminario Pontificio Mayor
de Santiago, Universidad de Chile, así como a don Hugo Rodolfo Ramírez Rivera.
C. ÍNDICE DE AUTORES
E. SITIOS WEB
REVISTAS REVISADAS
AC Anuario Canónico. Asociación Chilena de Derecho Canónico. Santiago.
www.asociaciondederechocanonico.cl - derechocanonicochile@gmail.com
AHICh Anuario de Historia de la Iglesia en Chile. Seminario Pontificio Mayor
y Sociedad de Historia de la Iglesia en Chile. Santiago.
anuario.hist.i@seminariopontificio.cl
Ais Aisthesis. Revista Chilena de Investigaciones Estéticas. Pontificia Universidad
Católica de Chile. Facultad de Filosofía. Instituto de Estética. Santiago.
www.scielo.cl
http://revistaaisthesis.uc.cl/index.php/rait/index - revistaaisthesis@uc.cl
Ate Atenea. Universidad de Concepción. Facultad de Humanidades y Artes.
Concepción. www.scielo.cl
http://selloeditorial.udec.cl/category/publicaciones-periodicas/atenea/
revatenea@udec.cl
AUCh Anales de la Universidad de Chile. Santiago.
http://www.anales.uchile.cl - analesteologia@ucsc.cl
AyL Artes y Letras. Suplemento semanal de El Mercurio de Santiago. Empresa El
Mercurio S.A.P. Santiago. www.elmercurio.com - artesyletras@mercurio.cl
BAChH Boletín de la Academia Chilena de la Historia. Santiago.
www.institutodechile.cl/historia - acchhist@tie.cl
BP Buen Pastor. Revista de la Diócesis San José de Temuco.
http://obispadodetemuco.cl. periodistaobispadotco@gmail.com.
CH Cuadernos de Historia. Universidad de Chile. Facultad de Filosofía y
Humanidades. Departamento de Ciencias Históricas. Santiago. www.scielo.cl
http://www.cuadernosdehistoria.uchile.cl/ - c_histor@uchile.cl
CJ Cuadernos Judaicos. Universidad de Chile. Facultad de Filosofía y Humanida-
des. Instituto de Estudios Judaicos. Santiago.
http://www.cuadernosjudaicos.uchile.cl/ - editor@estudiosjudaicos.cl
Chun Chungará. Revista de Antropología Chilena. Universidad de Tarapacá. Arica.
www.scielo.cl
http://www.chungara.cl/index.php/es/ - contacto@chungara.cl
EA Estudios Atacameños. Arqueología y Antropología Surandinas. Universidad
Católica del Norte. Instituto de Arqueología y Antropología. San Pedro de
Atacama, Chile. www.scielo.cl
http://revistas.ucn.cl/index.php/estudios-atacamenos/index - eatacam@ucn.cl
EL El Eco de Lourdes. Religiosos Asuncionistas. Santiago.
www.santuariolourdeschile.cl/sitioweb/ecodesde1901.html
ecodelourdes@gmail.com
2018] Boletín bibliográfico 273
BIBLIOTECAS Y LIBRERÍAS
ARDACh Archivo de Arquitectura Chilena. Universidad de Chile, Facultad de Arquitectura
y Urbanismo, Instituto de Historia y Patrimonio.
http://www.ardach.cl/ - arch_arq@uchilefau.cl
BN Biblioteca Nacional.
www.bncatalogo.cl - referencia@bndechile.cl
BPUCLC Biblioteca Pontificia Universidad Católica de Chile. Campus Lo Contador
BPUCSJ Biblioteca Pontificia Universidad Católica de Chile. Campus San Joaquín
BPUCSJH Biblioteca Pontificia Universidad Católica de Chile. Campus San Joaquín.
Biblioteca de Humanidades
BPUCSJT Biblioteca Pontificia Universidad Católica de Chile. Campus San Joaquín.
Biblioteca de Teología
http://bibliotecas.uc.cl/–> [ventana de búsqueda]
El sistema de bibliotecas de la Pontificia Universidad Católica admite consultas de
usuarios externos con préstamo interbibliotecario o previo pago según reglamento
consultable en:
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BUChAMD Biblioteca Universidad de Chile. Facultad de Artes. Biblioteca de Música y Danza
BUChAU Biblioteca Universidad de Chile. Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
BUChCS Biblioteca Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Sociales.
BUChDMM Biblioteca Universidad de Chile. Facultad de Derecho. Biblioteca Marcial
Martínez.
BUChFH Biblioteca Universidad de Chile. Facultad de Filosofía y Humanidades.
www.uchile.cl/bibliotecas –> Súper búsqueda
Las bibliotecas de la Universidad de Chile tienen horarios y políticas diferentes
para consultas de usuarios externos. Algunas podrían solicitar credenciales, carta
de presentación o pago. Teléfonos y correos electrónicos disponibles en:
www.uchile.cl/bibliotecas –> Nuestras bibliotecas
SPM Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Biblioteca
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hemeroteca@seminariopontificio.cl - marco.garrido@seminariopontificio.cl
EDITORIALES
Abya-Yala: www.abyayala.org - editorial@abyayala.org
Centro de Estudios Bicentenario: www.bicentenariochile.cl – contacto@bicentenariochile.cl
Centro de Extensión y Estudios de la Universidad San Sebastián: www.uss.cl
Ediciones Silex: http://www.silexediciones.com/ - silex@silexediciones.com
Ediciones Universidad Católica de Chile: www.ediciones.uc.cl - editorialedicionesuc@uc.cl
Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana: http://editorial.utem.cl
Ediciones Universitarias de Valparaíso. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso:
www.euv.cl – euvsa@pucv.cl
Editorial Agustiniana: http://www.agustiniana.es/
276 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
A. PRIMERA PARTE:
CLASIFICACIÓN HISTÓRICA
28. Escobar Coletti, Katherine. La can- 2017. 100 p. (RCSUAP, 29 (39) : 148-
ción “Bailarín del silencio” : Patrimo- 151, 2017 = Maite Reyes Sierra) Histo-
nio e identidad cultural de resistencia ria y descripción del Baile de los Mo-
de los bailes religiosos de la Fiesta de renos de Victoria. “Acompaña al relato
la Virgen del Carmen de La Tirana. escrito un documental realizado por
RCSUAP 29 (39) : 27-53, 2017. Parte los autores, en conjunto con el audio-
del Proyecto “Puesta en valor digital visualista Rodrigo Orchard Masman,
y formación del capital humano, para el periodista Juan José Podestá Barnao
el patrimonio intangible de Tarapacá”, y el sociólogo Alexander Pérez Mora”.
financiado por el Fondo de Innova- 34. Guerrero Jiménez, Bernardo. “La Rei-
ción para la Competitividad (FIC) del na del Tamarugal”: Las dimensiones
gobierno Regional de Tarapacá. Análi- locales del culto mariano de La Tirana.
sis de esta canción mariocéntrica como Paisajes y espacios sonoros. RCSUAP,
instancia de resistencia a los procesos 29 (39) : 8-26, 2017. Estudio de la mú-
homogeneizantes cristocéntricos que sica y canciones interpretadas en la
ha vivido la festividad. fiesta o relativas a ella, en un contexto
29. García Ahumada, Hno. Enrique, de internacionalización cultural. Parte
F.S.C. La Masonería frente a la Iglesia. del proyecto Dinámicas identitarias en
EL, (1133) : 15-16, 2017. Critica su ac- el Norte Grande de Chile: Nación, re-
ción laicista en la educación chilena. gión y religiosidad popular, Fondecyt
SPM Nº1141306. bernardo.guerrero@unap.cl
30. Gaune, Rafael. Topografía, escalas y 35. Gutiérrez Pavez, Hno Ramón, a.a.
casos: los tres tiempos de la Compañía Santuario de Lourdes: bien cultural
de Jesús en Chile (1568-1626). NMMN, del pueblo chileno. EL, (1134) : 27-31,
Colloques, 08-06-2015. Analiza las re- 2017. Notas sobre piedad popular,
laciones de los jesuitas de Chile con su arte, mobiliario, el órgano, ubicados
sede de Roma. rafael.gaune@unab.cl en el santuario. SPM
31. Gooren, Henri. The Growth and De- 36. Gutiérrez Pavez, Hno Ramón, a.a.
velopment of Non-Catholic Churches Taller del señor Alberto Buben F. EL,
in Chile. RRR, 57 (2) : 191-218, 2015. (1133) : 11-14, 2017. Descripción y re-
Historia de las Iglesias Anglicana, Me- corrido del taller donde se elaboraron
todista, Adventistas del Séptimo Día, las puertas de la Basílica de Lourdes y
Bautista, Iglesia Metodista Pentecos- mobiliario de madera para el santua-
tal, Testigos de Jehová, Iglesia Evan- rio y los padres Asuncionistas, aban-
gélica Pentecostal, Asambleas de Dios, donado a la fecha. SPM
Iglesia de Dios, Mormones. Incluye 37. Gutiérrez Ramírez, Eduardo. Las
análisis de datos de crecimiento anual interacciones entre la Compañía de
de cada grupo y de la comunidad pro- Jesús y los vecinos de Santiago. Apo-
testante completa. gooren@oakland. yo y enfrentamiento en los primeros
edu años de la orden en Chile (1593-1647).
32. Guarda, Gabriel. O.S.B. La Edad Me- RHG, (37) : 37-65, 2017. Desde la fun-
dia en Chile. Historia de la Iglesia. dación del Colegio Máximo y las mi-
Desde la fundación de Santiago a la siones a la reacción frente a la Guerra
incorporación de Chiloé 1541-1826. Defensiva propuesta por el P. Luis de
Santiago, Ediciones Universidad Ca- Valdivia. edu.agr@gmail.com
tólica de Chile, 2016. 617 p. il. col., fac- 38. Herrera Salgado, Isabel Paz. El Habi-
síms. col., mapas col., retrs. col. Segun- tar Mapuche. Una exploración en las
da edición ampliada. BPUCSJT ideas existenciales de su cosmovisión
33. Guerrero, Bernardo; Basaure, Fran- en tanto principios ordenadores de su
cisca. “La victoria de Los Morenos”. espacio, paisaje y territorio. Santiago,
Isluga, Iquique, Instituto de Estudios Universidad de Chile, Facultad de
Andinos, Universidad Arturo Prat, Arquitectura y Urbanismo, 2017. [10],
280 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
265 p. il. col., mapas, planos, retrs. pales iglesias y confesiones cristianas
Tesis para optar al Título Profesional no católicas en Valparaíso, desde una
de Arquitecta. Profesor Guía: Dr. Ar- perspectiva ecuménica, por Dr. Juan
quitecto Lorenzo Berg Costa. Incluye Daniel Escobar Soriano. Algunas notas
amplia bibliografía especializada en históricas sobre la devoción de Nuestra
cosmovisión e historia mapuche. Des- Señora Purísima de las Cuarenta Ho-
carga desde: http://repositorio.uchile. ras, Patrona de Limache, por Sebastián
cl/handle/2250/144021 Eduardo Molina Carrasco sebaedu.
39. Historia de Chile. 1960-2010. Alejan- mc@gmail.com. Seminario San Rafael
dro San Francisco, Dirección general. de Valparaíso: Impronta de servicio
Santiago, CEUSS Centro de Extensión 1960-1980, por Rafael Escobar Collins
y Estudios de la Universidad San Se- y Juan Tapia Contreras. Jurisdicción
bastián, 2016-. v.1, 2. il., retrs. Tomo de obispos extranjeros en los territo-
1: Democracia, esperanzas y frustra- rios ocupados por Chile en la guerra
ciones. Chile a mediados del siglo XX. del Pacífico, según los proyectos de
Tomo 2: El preludio de las revolucio- Concordato de 1928, por Carlos Salinas
nes. El gobierno de Jorge Alessandri Araneda (Proyecto Fondecyt 1120345)
(1958-1964). Cada tomo tiene una sec- csalinas@ucv.cl. Catolicismo en espa-
ción dedicada a la historia de la Iglesia cios de frontera: Iglesia en la pampa
Católica en Chile en el período trata- salitrera entre los años 1912 a 1926. No-
do. BPUCSJH tas preliminares para su estudio, por
40. Historia de los templos parroquiales Benjamín Silva Torrealba benjamin@
de la diócesis de la Santa Cruz de Ran- cecaamericana.com. Monseñor Jaime
cagua. Marcial Sánchez Gaete (Direc- Fernández Sanfuentes, un ejemplo de
tor), María José Castillo Navasal (Edi- vida sacerdotal (1923-2012), por David
tora). Santiago, Ediciones Centro de O. Toledo y Juan D. Escobar toledo.
Estudios Bicentenario, 2017. 505 p. il. dot@gmail.com - juan.escobar@pucv.
(AHICh, (35) : 297-298, 2017 = Fernan- cl. Fuentes documentales. BPUCSJT
do Aliaga Rojas). Libro disponible en 43. Historia social de la educación chi-
SPM. Incluye descripción geográfica, lena. Chile de 1880 a 1920. Tomo II.
párrocos, arquitectura y relación con Pensamiento, pensadores y demandas
la sociedad circundante. SPM educativas. Benjamín Silva Torrealba,
41. Historia de los Templos parroquiales compilador. Santiago, Ediciones Uni-
de la Diócesis San Ambrosio de Lina- versidad Tecnológica Metropolitana,
res. Marcial Sánchez Gaete (Director), 2016. 258 p. Incluye De la educación
María José Castillo Navasal (Editora). misionera a la escuela pública. El Esta-
Santiago, Centro de Estudios Bicen- do de Chile y la educación Rapa Nui,
tenario, 2017. 493 p. il. (AHICh, (35) : 1864-1929 por Daniel Robles, e Iglesia,
298-301, 2017 = Armando Cartes Mon- comunidad y educación: las escuelas
tory). Libro disponible en BN. Incluye parroquiales de Mamiña y Macaya
historia del territorio y la provincia, (Provincia de Tarapacá, 1897-1914)
los templos y las parroquias. SPM por Carolina Figueroa. (CH, (46) : 168-
170, 2017 = Juan Pablo Conejeros). BN
42. Historia religiosa de Valparaíso. Ac-
tas del Quinto Simposio. María Inés 44. Ibáñez Carrillo, Fabiola. Cuerpo de
Concha Contreras, Editora. Valparaíso, baile: performance y performatividad
Ediciones Universitarias de Valparaí- en el baile religioso Las Cuyacas. RC-
so Pontificia Universidad Católica de SUAP, 29 (39) : 111-147, 2017. Desde el
Valparaíso, 2017. 157 p. il., retrs. Con- punto de vista del género, el cuerpo y el
tenido: Doña Antonia Ramírez Rosales poder, analiza la situación de mujeres
de Rabusson: una generosa porteña ol- que bailan en la fiesta de La Tirana en un
vidada, por René Cortínez Castro, S.J. cuerpo de baile exclusivamente femeni-
Presencia e importancia de las princi- no. fabiolaibanezcarrillo@gmail.com
2018] Boletín bibliográfico 281
il. Tesis para optar al grado de Magís- ca Latina en el s.XIX, publicados entre
ter en Historia. Profesor guía: Patricio 1998 a 2015 en Chile, México, Puerto
Bernedo. Incluye Capítulo II, Vida y Rico, Alemania y España, con algunas
muerte en Parral, Características de- ampliaciones. BUChDMM
mográficas, basado en los archivos 102. Serrano, Sol. La promulgación del
parroquiales, además de varios sub- código civil chileno y sus efectos en la
capítulos sobre prácticas religiosas y Iglesia en la segunda mitad del siglo
caritativas. BPUCSJH XIX. Iti, (5) : 121-132, 2015. Código Ci-
98. Orellana Castro, Felipe Ignacio. vil de 1855, y sus efectos secularizado-
Visión de Camilo Henríquez Gonzá- res con respecto al carácter público y
lez de España, Estados Unidos y su exclusivo del culto.
influencia en las normas constitucio-
nales de la Patria Vieja (1810-1814). VIII. Estudios Históricos, siglo XX
Santiago, Universidad de Chile, Fa-
103. Amaya, Cristián. Javier Luis Egaña:
cultad de Derecho, Departamento de
“Nuestro objetivo era entregar ayuda
Ciencias del Derecho, 2017. [74] p.
a toda persona que la necesitara”. Enc,
Memoria para optar al grado de Licen-
9 (107) : 8-9, 2016. Entrevista al primer
ciado en Ciencias Jurídicas y Sociales.
secretario ejecutivo de la Vicaría de la
Profesor Guía: Orcar Enrique Dávila
Solidaridad, en su 40º aniversario.
Campusano. Analiza las editoriales
escritas por Fray Camilo Henríquez en 104. Antezana Barios, Lorena; Mateos-
la Aurora de Chile, y los principios po- Pérez, Javier. Construcción de memo-
líticos contenidos en los Reglamentos ria: la dictadura a través de la ficción
Constitucionales de 1811, 1812 y 1814, televisiva en Chile (2011). HisCri, (66)
en relación con sus ideas. Disponible : 109-128, 2017. Revisa la primera tem-
en: http://repositorio.uchile.cl/hand- porada de la serie “Los archivos del
le/2250/147372 Cardenal”, basada en la historia de la
Vicaría de la Solidaridad, analizando
99. Ramírez, Fr. Ramón, O.P. Don José
la relación entre historia, televisión,
Santiago Rodríguez Zorrilla, obispo.
memoria y ficción. lantezana@uchile.
Último prelado de Chile Colonial.
cl - javiermateos@u.uchile.cl
AHICh, (35) : 67-83, 2017. Obispo de
Santiago de 1815 a 1825, realista. SPM 105. Azócar Castro, Paula. La institucio-
nalización de la violencia en la Dicta-
100. Ramírez Rivera, Hugo Rodolfo. Un
dura cívico-militar en la Provincia de
laico católico ejemplar: el profesor
Coquimbo y la Fiesta de Andacollo.
don Pedro León Carmona y Quiroga
Santiago, Universidad de Chile, Fa-
maestro del arte sacro chileno. Sus pin-
cultad de Filosofía y Humanidades,
turas en la Iglesia de Nuestra Señora
Departamento de Ciencias Históricas,
del Socorro de la Ciudad de Santiago
2017. 83 p. Informe de Seminario de
de Chile (1890-1899). AHICh, (35) :
Grado para optar al grado de Licencia-
195-235, 2017. Obras analizadas en el
do en Historia. Profesora guía: María
contexto de la “transformación” de
Elisa Fernández. Describe la celebra-
esta y otras iglesias del estilo Barroco
ción de las fiestas Chica y Grande de
al Neoclásico. Incluye exposiciones en
Andacollo en 1973 y 1974, con base en
las que participó el maestro Carmona
fuentes contemporáneas e investiga-
(1872-1997), elenco de sus pinturas y
ciones periodísticas, y las restricciones
complemento iconográfico. SPM
a que estuvieron sujetas. Disponible
101. Salinas Araneda, Carlos. El Derecho en: http://repositorio.uchile.cl/hand-
Canónico en Chile. Estudios históricos. le/2250/148416
Siglo XIX. Valparaíso, Ediciones Uni-
106. Azulejos Artísticos de Pedro Alario-
versitarias de Valparaíso, 2016. 446 p.
Vallarino. EL, (1133) : 30-32, 2017.
Contiene 14 estudios históricos sobre
Biografía del autor confirmado de los
el Derecho Canónico en Chile y Améri-
288 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
126. Mansilla, Miguel Ángel; Orellana, valoración de las mismas. Parte del
Luis Alberto. Political Participation of proyecto Fondecyt regular 1070434.
Pentecostal Minorities in Chile, 1937- carlos.salinas@pucv.cl
1989. LAP, 43 (3) : 104-115, 2016. [Re- 132. Salinas Araneda, Carlos. La perso-
gistrado desde la reseña] nalidad jurídica de la Iglesia Católica
127. Mansilla Agüero, Miguel Ángel. La después de la Constitución de 1925 en
cruz y la esperanza. La cultura del los informes del nuncio Ettore Felici
pentecostalismo chileno en la primera al Cardenal Secretario de Estado del
mitad del siglo XX (Segunda Edición). Vaticano: 1928-1932: Entre la adapta-
México, Editorial Manda-Centro de ción y la inadaptación de Chile a la
Investigaciones sobre América Latina libertad de cultos. RDUCN, 23 (2) :
y el Caribe UNAM-Universidad Artu- 109-144, 2016. Parte del proyecto Fon-
ro Prat del Estado de Chile, 2014. 295 decyt regular 1140891. Incluye opinio-
p. (Iti, (4) : 237-240, 2014 = Deyssy Jael nes sobre la personalidad jurídica de
de la Luz García) la Iglesia de juristas, eclesiásticos, y la
128. Muñoz Arriaza, Paula Fernanda. correspondencia del Ministerio de Re-
Blanca Rengifo Pérez: Del convento a laciones Exteriores. csalinas@ucv.cl
la revolución. Santiago, Universidad 133. Salinas Araneda, Carlos. Reformas al
de Chile, Instituto de la Comunica- matrimonio canónico propuestas por
ción e Imagen, Escuela de Periodis- los obispos chilenos y los metropoli-
mo, 2016. 121+[10] p. il. retrs. Memo- tanos españoles al inicio de la codifi-
ria para optar al título de Periodista. cación canónica de 1917. Un estudio
Crónica Periodística. Profesora Guía: comparado. AHICh, (35) : 101-120,
Ximena Póo Figueroa. Biografía de la 2017. Parte del proyecto Fondecyt
religiosa de la Congregación del Amor 1160298. carlos.salinas@pucv.cl. SPM
Misericordioso, abogada en el comité 134. San Francisco, Alejandro. Juventud,
Pro Paz, la Vicaría de la Solidaridad, rebeldía y revolución. La FEUC, el re-
y militante del MIR. Basada en testi- formismo y la toma de la Universidad
monios personales, cartas, artículos y Católica de Chile. Santiago, Centro
diarios de vida. BUChCI de Estudios Bicentenario, 2017. 260 p.
129. Orellana Urtubia, Luis Alberto. La (Hum, (86) : 293-294, 2017 = José Ma-
matriz religiosa del pentecostalismo nuel Castro). Analiza la reforma de la
en Chile: La Iglesia Metodista Pente- Universidad Católica en los años 60
costal de Chile y la Iglesia Evangélica en el contexto histórico de Chile y el
Pentecostal (1909-1973). MyS, 20 (40) : mundo, incluyendo la Iglesia Católi-
266-285, 2016. Parte del programa de ca, con entrevistas y fuentes primarias
Doctorado en Estudios Americanos novedosas. BN
para obtener el grado de Doctor en 135. Sánchez Gaete, Marcial; CIsternas
la Universidad de Santiago de Chile. Aguirre, Luis Andrés. Catolicismo so-
luis_ubl@yahoo.com cial en Chile desde la perspectiva de
130. Salas, Francisca. La reforma agraria de las «Cartas a un obrero» de Fray Pe-
la jerarquía católica chilena: una lectura dro Bustos, a comienzos del siglo XX.
socio-política sobre el catolicismo insti- AHICh, (35) : 85-99, 2017. mesag2@
tucional entre 1958 y 1964. NMMN, gmail.com. SPM
Débats, 10-10-2016. Incluye contexto 136. Sánchez Manríquez, Karin. ¿Acción
internacional. fnsalas@gmail.com social católica o intervención social es-
131. Salinas Araneda, Carlos. Los obispos tatal? El rol del Estado en la resolución
de Chile y la codificación canónica de de la Cuestión Social según la Iglesia
1917. TyV, 58 (3) : 301-337, 2017. Pre- Católica chilena a inicios del siglo XX.
senta las sugerencias de reforma en- RHG, (37) : 67-92, 2017. Se estudian
viadas por el episcopado chileno en textos escritos por miembros del clero
respuesta a la solicitud papal, y ofrece sobre el rol del Estado en la resolución
2018] Boletín bibliográfico 291
164. “Dando cara” a las mafias de la dro- Secciones de la homilía exequial del
ga. Enc, 10 (124) : 4-6, 2017. Describe Nuncio Apostólico, sin datos, los que
la labor de parroquias y capillas con se hallan disponibles en otras fuentes
consumidores de droga. Incluye lista en línea.
de contactos. 175. Farías, Roberto. El cura que hace mi-
165. Díaz Soto, Mireya. Cuerpo de luz [Pa- lagros. Pau, (1239) : s.p., 2017. Repor-
rroquia de Batuco]. VyD, (1104) : 44- taje al P. Ramón Miranda, Antofagas-
47, 2 Sep 2017. Robert Holmes y María ta. Incluye datos sobre el estado de la
Isabel Harvey, arquitectos. BN Renovación Carismática Católica en
166. Drago Torrijos, Patricio. El Vía Cru- Chile.
cis vive en Duoc UC San Bernardo 176. Figueroa Galaz, Roberto, Pbro. Sacer-
tras ser bendecido por Monseñor Juan dote de la diócesis de Rancagua. RC,
Ignacio González. ISB, 13 (Abril) : 9, 117 (1194) : 175, 2017. Nota necrológi-
2017. Breve nota sobre los murales de ca. SPM
Marcelo Guerra. 177. Fritz, Vicente. P. Harry Peterson,
167. Emotivo adiós a Hermana Monserrat SDB. BS, (194) : 30, 2017. Salesiano es-
en Temuco. BP, (57) : 9, 2013. Hna. tadounidense, en Chile por 47 años,
Monserrat López Henríquez, Congre- *1930-+2017.
gación Hermanas de la Santa Cruz, 178. Frutos, María Cecilia de. La compañía
electa Mujer Líder 2005 por El Mercu- se levanta [Reconstrucción de la Parro-
rio y Mujeres Empresarias. quia Inmaculada Concepción, Grane-
168. En memoria [P. Gustavo Quirós]. ISB, ros]. VyD, (1084) : 16-20, 15 Abr 2017.
(Sep) : 32, 2017. Nota brevísima. Dió- Arquitecta, Amaya Irarrázaval, basán-
cesis de San Bernardo. dose en el templo original de 1758. BN
169. Escárate Cortés, Paz. Una nueva for- 179. Frutos, María Cecilia de. Con un halo
ma de ser líderes [Movimiento Fon- de misterio [Exposición de cerámica
dacio]. Enc, 9 (108) : 14-15, 2016. Ac- perfumada de las monjas clarisas].
tividades del Instituto de Formación VyD, (1094) : 19-20, 24 Jun 2017. Basa-
del movimiento ecuménico Fondacio da en una investigación Fondart 2016,
para América Latina (IFF América), que se registrará en un libro. BN
surgido “hace 25 años. En nuestro 180. Fuenzalida, Andrea; Saffirio, Floren-
país está hace dos”. Ofrece Diplomado cia. Cursos de español del SJM: por
internacional en liderazgo ético y em- un Chile sin fronteras. JCh, (34) : 9-10,
prendimiento de proyectos sociales, y 2016. Cursos del Servicio Jesuita a
Pasantía social internacional. www. Migrantes dirigidos a inmigrantes no
iffamerica.com hispano-parlantes, desde 2010.
170. Eugenio Duque Norero, Pbro. Sacer- 181. Historia de la Iglesia en Chile. Tomo
dote de la diócesis de San Felipe. *14- V. Conflictos y esperanzas. Remando
02-1940 +21-03-2017. RC, 117 (1193) : mar adentro. Marcial Sánchez Gaete
87, 2017. SPM (Director), Rodrigo Moreno Jeria (Edi-
171. Falleció el P. Carlos Hurtado S.J. JCh, tor), Marco León León (Coordinador).
(40) : 7, 2017. Nota breve. Santiago, Sociedad de Historia de la
172. Falleció el P. Raimundo Larraín SJ. Iglesia en Chile, Editorial Universi-
JCh, (34) : 8, 2016. Nota breve. taria, 2017. 799 p. il. facsíms., retrs.
Abarca desde la década de 1960 hasta
173. Falleció el padre Gene Rooney [SJ].
2010. Incluye temas de renovación de
JCh, (35) : 10, 2016. Estadounidense,
la Iglesia, la dictadura militar, la refor-
bibliotecario y archivista. Nota breve.
ma agraria, los Cristianos por el So-
174. Falleció fundadora de las Hermanas cialismo, Iglesia y política, el rol de la
del Buen Samaritano. Madre Irene mujer, pastoral y educación religiosa,
García de Prado. Hum, (84) : 190, 2017. la reforma universitaria, la visita papal
294 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Enc, 9 (117) : 12, 2016. Relato de los 18 203. Parroquia Nuestra Señora del Rosa-
años de servicio del Centro del Adulto rio de Fátima inicia su pastoral para
Mayor (CAM), de la Parroquia Jesús migrantes. ISB, (Agosto) : 30, 2017.
Servidor de Lo Hermida. Colaboración con la Diócesis de San
194. Museo de la Vivencia Religiosa del Bernardo, INCAMI y la Municipali-
Norte Grande. Ubicado en el subsuelo dad, incluye actividades de acogida y
del Santuario de La Tirana, inaugura- beneficencia.
do en 2015. El sitio web contiene visión 204. Patronato SS.CC. Devolviendo el
y museografía, historia, colecciones derecho a soñar. NVid : 40, 2016. Enti-
multimedia y publicaciones descarga- dad colaboradora de SENAME desde
bles. https://museovivenciareligiosa. 1983.
cl/museo/. 205. Paúl Díaz, Álvaro. Fernández Martí-
195. Navarrete, María José. Misión Triple nez contra España: Caso sobre neutra-
Frontera. Diez años de reconciliación lidad religiosa con implicancias para
y trabajo por la paz. JCh, (39) : 14-16, Chile y el sistema interamericano.
2017. Comunidad jesuita de Arica, RDUCN, 23 (1) : 269-287, 2016. Trata
en relación con Perú y Bolivia desde del caso de un profesor impedido de
2006. enseñar religión católica en un colegio
196. Navarrete, María José. Pastoral de la estatal, quien apeló al Tribunal Eu-
Diversidad Sexual. Una “punta de lan- ropeo de Derechos Humanos; se co-
za” al interior de la Iglesia. JCh, (40) : mentan las consecuencias del fallo con
5-6, 2017. En funciones desde 2010. respecto a su influencia en la Comi-
sión Interamericana de Derechos Hu-
197. P. Jaime Wolf de Bruijn retornó a la
manos, a la sazón conociendo un caso
Casa del Padre. HacCum, 33 (230) : 11,
similar en Chile. alvaro.paul@uc.cl
2017. Holandés, 1926-2017, llegado en
1967. SPM 206. Pérez Fuentes, Claudia. Tesoros de la
ciudad [Iglesias en barrios antiguos de
198. P. Mario Roberto Molina Gamboa,
Santiago]. VyD, (1083) : 34-42, 8 Abr
SDB. BS, (195) : 27, 2017. Salesiano,
2017. San Lázaro (Barrio República-
1944-2017.
Dieciocho), Nuestra Señora del Soco-
199. P. Roberto Sánchez (1930-2016). BS, rro (Barrio San Vicente), Epifanía del
(191) : 30, 2016. Salesiano, Región de Señor (Población León XIII), San An-
Magallanes. Nota necrológica. tonio de Padua (Barrio Matta Sur), San
200. PADIS+ : Una Iglesia que acoja la di- Saturnino (Barrio Yungay), Sagrada
versidad sexual. Men, 66 (656) : 28-30, Familia (Pedro de Valdivia Norte). BN
2017. Historia de la Pastoral de la Di- 207. Plácido Jesús Soto Quiroz, Pbro. Sa-
versidad Sexual y su expansión a re- cerdote de la diócesis de Linares *02-
giones. SPM 01-1934 +31-08-2017. RC, 117 (1195) :
201. El Padre Osvaldo Walker Trujillo, 264, 2017. SPM
OSA. (1934-2017). Necrologio. AHICh, 208. Rauld, Juan. Hacia un diálogo cultural
(35) : 295-296, 2017. SPM con el pueblo mapuche. JCh, (35) : 11-
202. Parra, Fredy. In memoriam. Juan 13, 2016. Programas de la Red Educa-
Noemi Callejas (1942-2017). Teólogo cional Ignaciana: Nutramkan, de inte-
laico al servicio de una esperanzada gración curricular, y Kaykuitin, visitas
teología de ‘los signos de los tiempos’. de profesores de sectores acomodados
TyV, 52 (2) : 263-266, 2017. Comple- en Santiago a familias y escuelas de la
mentado con el testimonio de Joaquín Araucanía. www.kuykuitin.org
Silva, Decano de la Pontificia Univer- 209. El Recuerdo de Monseñor Agustín
sidad Católica, pp.247-249, titulado Román. BP, (51) : 11, 2012. Cubano, de
Recuerdo del Profesor Joan Noemi los Padres Canadienses, misionero en
Callejas. Chile. Breve nota necrológica.
296 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
210. Red de Alimentos. ISB, 13 (Abril) : 26, CJ, (34) : 87-105, 2017. Incluye ám-
2017. Nota sobre Caritas San Bernardo bito académico y literario, áreas de
y la Red, incluye lista de 14 entidades investigación en curso, descripción
de beneficencia participantes. de tesis universitarias con temas de
211. Rodolfo Cañas, un luchador de la judaísmo en Chile y América Latina.
Evangelización del Pueblo Mapuche. amtuch@u.uchile.cl
BP, (59) : 8, 2013. Diácono permanen- 222. “Todos somos de Dios” [P. Gabriel
te, Secretario Ejecutivo de la Pastoral Bouzillé Toisnos, a.a., 1933-2017]. EL,
Mapuche Diocesana. Nota necrológica (1135) : 9-13, 2017. Biografía seguida
con entrevista biográfica. de los testimonios sobre él de cuatro
212. Ruz Dios, Andrea. La hospedería de padres asuncionistas. SPM
la esperanza. Enc, 10 (127) : 2-3, 2017. 223. Tristán del Carmen Rocco Salazar,
Nueva casa para varones inmigrantes; Pbro. Sacerdote de la diócesis de San
incluye datos de otras hospederías. Felipe *1925 +9-12-2017. RC, 117-118
213. Salgado S., Soledad. Gran tarea [Re- (1196-97) : 125, 2017-2018. SPM
modelación Parroquia Santa Rosa, Lo 224. “Tú, mi hermano”. JCh, (37) : 16, 2016-
Barnechea]. VyD., (1115) : 20-23, 18 2017. Disco de Cristóbal fones Sj, con
Nov 2017. BN cantos inspirados en textos del padre
214. Sergio Villegas Mayorga, Pbro. Sa- Esteban Gumucio sscc, en proceso de
cerdote de la diócesis de Ancud. *17- beatificación.
06-1933 +21-02-2017. RC, 117 (1193) : 225. Urbina, Roberto. Pastor Amigo. Bio-
87, 2017. SPM grafía de monseñor Juan Luis Ysern.
215. Silva Cubillos, Jimena. La cosecha de Buenos Aires, PPC Cono Sur, 2017. 383
San Ignacio [Restauración de altares p. (Men, 66 (659) : 60, 2017 = Alejandro
y pinturas de la iglesia San Ignacio]. Goic Karmelic, Obispo de Rancagua).
VyD, (1105) : 18-22, 9 Set 2017. BN SPM
216. Silva Cubillos, Jimena. Poner en va- 226. Valverde, Ximena; Casals, Albert.
lor el pasado [Cementerio Santa Inés, Sonidos del Desierto: La música de las
Viña del Mar]. VyD, (1120) : 18-20, 23 bandas de bronces de la Región de Ta-
Dic 2017. Declarado Monumento Na- rapacá en la Educación Formal Chile-
cional en diciembre de 2017. BN na. Neu, 10 (2) : 84-105, 2017. Artículo
con punto de vista musicológico; la re-
217. Sor Alicia Mandiola (1922-2017). BS,
copilación de datos de campo incluyó
(192) : 30, 2017. Hija de María Auxilia-
mayoritariamente bandas participan-
dora. Nota necrológica.
tes en fiestas religiosas.
218. Sor María Ester González (1919-2017).
227. VErdugo Paiva, María José. Rosa Cru-
BS, (192) : 30, 2017. Hija de María Au-
chaga: Las huellas del Padre en el So-
xiliadora. Nota necrológica.
bremundo. Men, 66 (657) : 48-50, 2017.
219. Sor Ofelia Lobos (1932-2017). BS, (191) Primera mujer miembro de número
: 30, 2017. Hija de María Auxiliadora, de la Academia Chilena de la Lengua;
favorecida con un milagro por inter- análisis de su poesía religiosa, con ele-
cesión de la Beata Laura Vicuña. Nota mentos biográficos. SPM
necrológica.
220. Taille, Alexandrine de la. Teresa de
Lisieux y Teresa de Los Andes: inspi- B. SEGUNDA PARTE:
ración mística e influencia espiritual. CLASIFICACIÓN TEMÁTICA
RC, 117 (1194) : 161-169, 2017. Analiza
1. Iglesia chilena, Diócesis y Parroquias
la influencia francesa en la educación
y formación espiritual de Juanita Fer- A 30 años de la Beatificación de Teresa de
nández Solar. SPM Los Andes. Cfr. 140
221. Tapia Adler, Ana María. Notas acer- Aliaga Rojas, Fernando. Visión histórica
ca de los estudios judaicos en Chile. del Santuario de Lourdes (I). Cfr. 13
2018] Boletín bibliográfico 297
4. Historia de las relaciones de Iglesia y Estado Correa Flores, Miguel Alonso. “El cristia-
no marxista y la vía chilena al socialis-
Acuña Fuentes, María Graciela. “Subjeti- mo”. Cfr. 113
vidades Rotas”. Memoria y Trauma:
Chávez Zúñiga, Pablo. Espacios para el
Análisis de los Testimonios del Archi-
más allá: Historia del cementerio de
vo y Centro de Documentación FA-
Arica, entre la religiosidad y la secula-
SIC. Cfr. 5
rización (1868-1932). Cfr. 26
Amaya, Cristián. Javier Luis Egaña: “Nues-
Fernández Labbé, Marcos. La reconceptua-
tro objetivo era entregar ayuda a toda
lización católica de la revolución: el
persona que la necesitara”. Cfr. 103
pensamiento cristiano frente al cambio
Andrés Fernández, David, Dr. Canto, li- histórico, Chile (1960-1964). Cfr. 115
turgia, ceremonial y culto en América
Fernández Labbé, Marcos. “La tierra no es
Latina según la Recopilación de Leyes
el Cielo, pero el Cielo comienza en la
de los Reynos de Indias. Cfr. 80
Tierra”. La cuestión del clericalismo
Antezana Barios, Lorena; Mateos-Pérez, en el campo político y el pensamiento
Javier. Construcción de memoria: la católico chileno, 1960-1964. Cfr. 116
dictadura a través de la ficción televi-
Garín Abarzúa, Eduardo. Identidades co-
siva en Chile (2011). Cfr. 104
lectivas y mecanismos de participa-
Azócar Castro, Paula. La institucionali- ción social en la población La Victoria,
zación de la violencia en la Dictadura 1983-1987. Cfr. 119
cívico-militar en la Provincia de Co-
Giraudier, Elodie. A la gauche du Christ?
quimbo y la Fiesta de Andacollo. Cfr.
Le 68 des catholiques chiliens. Cfr. 120
105
Gómez Echenique, Sergio. 50 años de la re-
Barría Román, Carlos. Condiciones Psíqui-
forma agraria. Cfr. 121
co-Institucionales de Producción Sub-
jetiva y de Violencia Sexual Presentes Labarca, José Tomás. “Por los que quieren
en el caso Karadima. Cfr. 107 un gobierno de avanzada popular”:
Nuevas prácticas políticas en la cam-
Botto Stuven, Andrea. Controversias entre
paña presidencial de la Democracia
católicos: religión, política y sociedad
Cristiana, Chile, 1962-1964. Cfr. 124
en Chile, 1930-1962. Cfr. 109
Lagos Schuffeneger, Humberto. El hecho
Bravo Vargas, Viviana. Iglesia liberadora,
religioso en la historia del derecho.
rearticulación de la política y protesta
Cfr. 45
social en Chile (1973-1989). Cfr. 110
Larios, Gonzalo. Una pastoral polémica:
Cabrera, Valeska. Efectos del conflicto
«El deber social y político en la hora
Iglesia-Estado en la capilla musical de
presente». Cfr. 125
la Catedral Metropolitana de Santia-
go: destitución, sustitución y reforma Mansilla, Miguel Ángel; Orellana, Luis
(1846-1882). Cfr. 93 Alberto. Political Participation of Pen-
tecostal Minorities in Chile, 1937-1989.
Camus Ibacache, Misael. Aportes de la
Cfr. 126
Iglesia Católica chilena a la comunión
de las iglesias de América Latina, en Muñoz Arriaza, Paula Fernanda. Blanca
vínculo con la Sede Apostólica en el Rengifo Pérez: Del convento a la revo-
siglo XIX. Cfr. 94 lución. Cfr. 128
Cerda, Nicolás de la. Preferencias Ideológi- Muñoz Condell, David, Ob. Las oraciones
cas y Evolución del Clivaje Religioso ecuménicas por Chile y nuevos go-
en Chile, 1998-2014. Cfr. 23 biernos. Período 1970-2014. Cfr. 56
Cordero Fernández, María Macarena. Orellana Castro, Felipe Ignacio. Visión
Monseñor Orrego y los conflictos en- de Camilo Henríquez González de Es-
tre católicos y laicistas en La Serena. paña, Estados Unidos y su influencia
Cfr. 96 en las normas constitucionales de la
Patria Vieja (1810-1814). Cfr. 98
300 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Escárate Cortés, Paz. Una nueva forma Castro, Natalia; VILLA, Víctor; Contre-
de ser líderes [Movimiento Fondacio]. ras, José Francisco. Iglesia e inmigran-
Cfr. 169 tes: Acogida, acompañamiento e inte-
Finola, Hugo Alberto. Memorias en con- gración. Cfr. 155
flicto alrededor del Museo arqueológi- Castro Díaz, Natalia. El “camping” de los
co Gustavo Le Paige, en San Pedro de que sobran. Cfr. 156
Atacama, Chile. Cfr. 117 Castro Díaz, Natalia. Sename: Crisis y es-
Historia de la Institución Teresiana (1911- peranza. Cfr. 158
1936). Francisca Rosique Navarro, ed. Contreras, José Francisco. ¡Elegir la vida,
Cfr. 123 siempre la vida! Cfr. 161
Historia social de la educación chilena. Contreras, José Francisco. El Mapocho, un
Chile de 1880 a 1920. Tomo II. Pen- río de amor [Fundación Abrazarte].
samiento, pensadores y demandas Cfr. 162
educativas. Benjamín Silva Torrealba,
“Dando cara” a las mafias de la droga. Cfr.
compilador. Cfr. 43
164
Lennon Zamorano, Maureen. Rescatan
Escárate Cortés, Paz. Una nueva forma
la historia de las Dominicas de Santa
de ser líderes [Movimiento Fondacio].
Rosa en Chile. Investigación. El catá-
Cfr. 169
logo pronto estará disponible a través
de www.uandes.cl. Cfr. 3 Fuenzalida, Andrea; SAFFIRIO, Florencia.
Cursos de español del SJM: por un
Mardones, Andrés. Rectores laicos en los
Chile sin fronteras. Cfr. 180
colegios de la Compañía en Chile:
unión de voluntades para una misión La Mesa está servida para todos. [Comedor
común. Cfr. 187 “San Alberto Hurtado”]. Cfr. 189
Museo de la Vivencia Religiosa del Norte Morón Montero, Francisco. Jubileo de la
Grande. Cfr. 194 Misericordia transformó la catedral en
un comedor para 250 personas. Cfr. 192
Rauld, Juan. Hacia un diálogo cultural con
el pueblo mapuche. Cfr. 208 Morón Montero, Francisco. “Punto lim-
pio” en Vitacura para ayudar a abue-
San Francisco, Alejandro. Juventud, re-
los abandonados de Lo Hermida. Cfr.
beldía y revolución. La FEUC, el re-
193
formismo y la toma de la Universidad
Católica de Chile. Cfr. 134 Morón Montero, Francisco. Venciendo las
adicciones junto al mar [Policlínico
60 años Universidad Católica del Norte.
Obispo Enrique Alvear]. Cfr. 55
Desde 1956 formando los mejores pro-
fesionales del Norte de Chile. Cfr. 71 Parroquia Nuestra Señora del Rosario de
Fátima inicia su pastoral para migran-
Verdejo Bravo, Nicolás. Cambiar de vida.
tes. Cfr. 203
Incidencias en la Escuela de Arqui-
tectura de la Universidad Católica de Patronato SS.CC. Devolviendo el derecho
Valparaíso respecto al escenario social a soñar. Cfr. 204
y político de Chile entre 1967 y 1973. Red de Alimentos. Cfr. 210
Cfr. 138 Ruz Dios, Andrea. La hospedería de la es-
peranza. Cfr. 212
7. Instituciones Asistenciales y Benéficas
Zúñiga A., Valeria. Fundación Vivienda: 50
Acción Solidaria: una causa para potenciar años trabajando en la urgencia. Cfr. 79
la solidaridad. Cfr. 141
8. Historia de la Pastoral
Ayuda ante los incendios de enero en el país:
hermano, yo estoy contigo. Cfr. 148 Cerda, Catalina. Potenciar la transmisión
Castro, Natalia. Suicidio en Chile. Los familiar de la fe en tiempos de cambio.
abismos por llenar. Cfr. 154 Desafíos para la Catequesis Bautismal.
Cfr. 160
2018] Boletín bibliográfico 303
Cubides Franco, José Delio. El gran don y Castro Díaz, Natalia. Encuentro con Cristo
desafío de una Iglesia que se enrique- 24/7 en Ñuñoa. Cfr. 157
ce con los migrantes. Cfr. 163 Escobar Coletti, Katherine. La canción
Misas en créole, espacios de encuentro en “Bailarín del silencio” : Patrimonio e
torno a la fe. Cfr. 191 identidad cultural de resistencia de los
Navarrete, María José. Misión Triple Fron- bailes religiosos de la Fiesta de la Vir-
tera. Diez años de reconciliación y tra- gen del Carmen de La Tirana. Cfr. 28
bajo por la paz. Cfr. 195 Guerrero, Bernardo; BASAURE, Francisca.
Navarrete, María José. Pastoral de la Di- “La victoria de Los Morenos”. Cfr. 33
versidad Sexual. Una “punta de lan- Guerrero Jiménez, Bernardo. “La Reina del
za” al interior de la Iglesia. Cfr. 196 Tamarugal”: Las dimensiones locales
PADIS+ : Una Iglesia que acoja la diversi- del culto mariano de La Tirana. Paisa-
dad sexual. Cfr. 200 jes y espacios sonoros. Cfr. 34
Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Iriarte Bustos, Pablo. Modernización y
Fátima inicia su pastoral para migran- religiosidad: La tensión entre seculari-
tes. Cfr. 203 zación y sacralización en las fiestas de
Ayquina (Chile) y Catamarca (Argen-
9. Historia de las Misiones tina). Cfr. 182
Museo de la Vivencia Religiosa del Norte
Aranda, Héctor, Pbro. Jomis: La alegría de
Grande. Cfr. 194
caminar con Cristo en Misión. Dióce-
sis de Chillán. Cfr. 145 Ojeda Fernández, Ana María. Los rasgos
culturales de la muerte 1860-1930. Ce-
Gándara, Natalia. Representaciones de un
rro Panteón Valparaíso. Cfr. 60
territorio. La frontera mapuche en los
proyectos ilustrados del Reino de Chi- Pérez De Arce A., José. Bailes chinos y su
le en la segunda mitad del siglo XVIII. identidad invisible en Chile Central.
Cfr. 86 Cfr. 62
Martínez Rojas, Lucía. Rasgos morfosintác- 11. Historia del Arte y de la Arquitectura sa-
ticos en el español de Chile del S.XVII: grada
Análisis del manuscrito inédito “La
restauración de la Imperial y conver- A 30 años de la Beatificación de Teresa de
sión de las almas infieles” de Juan de Los Andes. Cfr. 140
Barrenechea y Albis (1693). Cfr. 7 Andrés Fernández, David; Martí Martí-
nez, Cristina. Hallazgos de fragmentos
10. Religiosidad Popular
de canto gregoriano en Chile. Cfr. 6
Atisha, Moisés, Mons. [et al.] Arica: Sende- Andrés Fernández, David, Dr. Canto, li-
ros del canto devocional. Cfr. 15 turgia, ceremonial y culto en América
Avendaño Contreras, Ignacio. “Cada uno Latina según la Recopilación de Leyes
en su lugar aparte para no manchar- de los Reynos de Indias. Cfr. 80
se”: Encuentros y disensos culturales Astudillo Baeza, Enrique. Un patrimonio
entre el pueblo y la élite en las fiestas histórico y de la solidaridad. Cfr. 146
del diecinueve en la Pampa y la noche- Azulejos Artísticos de Pedro Alario-Valla-
buena en la Alameda. Cfr. 91 rino. Cfr. 106
Azócar Castro, Paula. La institucionaliza- Basaure Aguayo, María Francisca. La Ti-
ción de la violencia en la Dictadura cívi- rana y sus Bailes Morenos: Lo afro, lo
co-militar en la Provincia de Coquimbo pampino y lo chileno. Cfr. 16
y la Fiesta de Andacollo. Cfr. 105
Burdick, Catherine; Canessa Vicencio,
Basaure Aguayo, María Francisca. La Ti- Fanny. ’Popular demands do not fit in
rana y sus Bailes Morenos: Lo afro, lo ballot boxes’: graffiti as intangible he-
pampino y lo chileno. Cfr. 16 ritage at the Iglesia de San Francisco,
Santiago? Cfr. 151
304 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Plasencia Jiménez, Jorge Fabián. Los curas Urbina, Roberto. Pastor Amigo. Biografía
párrocos tras la implementación de las de monseñor Juan Luis Ysern. Cfr. 225
reformas borbónicas. Aproximaciones Valenzuela Berríos, Osvaldo. Un talquino
desde el caso de Pedro Montt Prado y triunfa en Cádiz. Nicolás de la Cruz
su participación en litigios judiciales Bahamonde (1783-1828). Cfr. 90
(Melipilla, 1774-1806). Cfr. 89
Vásquez De Acuña, Isidoro. El linaje de
Ramírez, Fr. Ramón, O.P. Don José Santia- Santa Teresa de Ávila en familias chi-
go Rodríguez Zorrilla, obispo. Último lenas. Cfr. 77
prelado de Chile Colonial. Cfr. 99
Verdugo Paiva, María José. Rosa Crucha-
Ramírez Rivera, Hugo Rodolfo. Un laico ga: Las huellas del Padre en el Sobre-
católico ejemplar: el profesor don Pe- mundo. Cfr. 227
dro León Carmona y Quiroga maestro
del arte sacro chileno. Sus pinturas en 15. Religión, Cultura y Asuntos Indígenas
la Iglesia de Nuestra Señora del Soco-
rro de la Ciudad de Santiago de Chile Bendrups, Dan. Sound recordings and cul-
(1890-1899). Cfr. 100 tural heritage: the Fonck Museum, the
Felbermayer collection, and its rele-
El Recuerdo de Monseñor Agustín Román.
vance to contemporary Easter Island
Cfr. 209
culture. Cfr. 17
Rodolfo Cañas, un luchador de la Evange-
Chamorro Pérez, Andrea. Imagen y expe-
lización del Pueblo Mapuche. Cfr. 211
riencia: El Carnaval de Arica como au-
Saldivia, Zenobio; Caro, Felipe. Cinco torrepresentación festiva. Cfr. 25
jesuitas relevantes en América y su
Choque Mariño, Carlos; Díaz Araya, Al-
aporte a las ciencias. Cfr. 66
berto. ¡Ahora sí que es Pachallampe!
Sánchez Gaete, Marcial; Cisternas Agui- Simbolismo, tecnología y memoria en
rre, Luis Andrés. Catolicismo social la siembra de papa en Socoroma, Nor-
en Chile desde la perspectiva de las te de Chile. Cfr. 27
«Cartas a un obrero» de Fray Pedro
Finola, Hugo Alberto. Memorias en con-
Bustos, a comienzos del siglo XX. Cfr.
flicto alrededor del Museo arqueológi-
135
co Gustavo Le Paige, en San Pedro de
Sergio Villegas Mayorga, Pbro. Sacerdote Atacama, Chile. Cfr. 117
de la diócesis de Ancud. *17-06-1933
Herrera Salgado, Isabel Paz. El Habi-
+21-02-2017. Cfr. 214
tar Mapuche. Una exploración en las
Sor Alicia Mandiola (1922-2017). Cfr. 217 ideas existenciales de su cosmovisión
Sor María Ester González (1919-2017). Cfr. en tanto principios ordenadores de su
218 espacio, paisaje y territorio. Cfr. 38
Sor Ofelia Lobos (1932-2017). Cfr. 219 Leiva Cortés, Fabián. El cementerio flotan-
Taille, Alexandrine de la. Teresa de Lisieux te. Arquitectura memorial en la región
y Teresa de Los Andes: inspiración del Bío Bío. Cfr. 185
mística e influencia espiritual. Cfr. 220 López M., Patricio [et al.]. Pequeñas tumbas
Taille-Tretenville Urrutia, Alexandrine en la colina: aportes al conocimiento
de la. El proceso de beatificación y del período alfarero temprano en el
canonización de la primera santa chi- Valle de Mauro (31º S) desde la fune-
lena. Teresa de Los Andes: factor de bria. Cfr. 48
unidad nacional (1947-1993). Cfr. 137 Mansilla, Miguel; MUÑOZ, Wilson. La
Todos somos de Dios” [P. Gabriel Bouzillé dramatización de la cultura. Los pro-
Toisnos, a.a., 1933-2017]. Cfr. 222 cesos de conversión evangélica ayma-
ra (Chile). Cfr. 49
Tristán del Carmen Rocco Salazar, Pbro.
Sacerdote de la diócesis de San Felipe Mansilla, Miguel; MUÑOZ, Wilson.
*1925 +9-12-2017. Cfr. 223 ¿Evangélicos o aymaras? Dinámicas
308 Anuario de Historia de la Iglesia en Chile [Volumen 36
Gooren, Henri. 31 N
Guarda, Gabriel. 32 Navarrete, María José. 195, 196
Guerra Rojas, Cristián. 122 Núñez, Lautaro. 59
Guerrero Jiménez, Bernardo. 33, 34
Guerrero, Pedro Pablo. 87 O
Gutiérrez Pavez, Ramón. 35, 36 Ogass Bilbao, Claudio. 4
Gutiérrez Ramírez, Eduardo. 37 Ojeda Fernández, Ana María. 60
Orellana Castro, Felipe Ignacio. 98
H
Orellana Urtubia, Luis Alberto. 126, 129
Herrera Salgado, Isabel Paz. 38
Ortiz de Lazcano Piquer, Jaime. 10
I
P
Ibáñez Carrillo, Fabiola. 44
Parra, Fredy. 202
Irarrázaval Zegers, Marta. 15
Paúl Díaz, Álvaro. 205
Iriarte Bustos, Pablo. 182
Pérez Fuentes, Claudia. 206
J Pérez Villalón, Blanca Elvira. 61
Jiménez Martínez, Victoria Francisca. 183 Pérez de Arce A., José. 62
Plasencia Jiménez, Jorge Fabián. 89
L Plaza Salgado, Camila Belén. 63
Labarca, José Tomás. 124 Prado O., Juan Guillermo. 11, 64
Lagos Schuffeneger, Humberto. 45
R
Lara, Martín. 97
Larios, Gonzalo. 125 Ramírez, Ramón. 99
Lazcano, Rafael. 46 Ramírez Rivera, Hugo Rodolfo. 100
Leiva Cortés, Fabián. 185 Rauld, Juan. 208
Lennon Zaninovic, Maureen. 3 Reyes Sierra, Maite. 33
León León, Marco. 181 Rivet, Carolina. 83
Lepe-Carrión, Patricio. 47 Rosique Navarro, Francisca. 123
Leyton A., Patricio. 88 Ruiz Abraham, Javier Ignacio. 65
Longhi, Fernando. 83 Ruiz Sánchez, José-Leonardo. 123
López M., Patricio. 48 Ruz Dios, Andrea. 212
M S
Mackenna, Bernardo. 143 Saffirio, Florencia. 180
Mansilla Agüero, Miguel Ángel. 49, 50, 51, Salas, Francisca. 130
126, 127 Saldivia Maldonado, Zenobio. 66, 88
Mardones, Andrés. 71, 187 Salgado S., Soledad. 67, 213
Martí Martínez, Cristina. 6 Salinas Araneda, Carlos. 101, 131, 132, 133
Martínez Rojas, Lucía. 7 San Francisco, Alejandro. 39, 134
Masferrer Gatica, Alejandro. 52 Sánchez Gaete, Marcial. 40, 41, 135, 181
Mateos-Pérez, Javier. 104 Sánchez Manríquez, Karin. 136
Mege Rosso, Pedro. 53 Sánchez Pérez, Sonia Macarena. 84
Memo, Vladimiro. 54 Sánchez-Lasheras, Miguel. 68
Mena, Rosario. 188 Sandoval Muñoz, Aarón. 69
Meneses, Francisco. 8 Sato Besoaín, Eduardo. 70
Molina Canales, Enrique. 9 Serrano, Sol. 102
Moreno Jeria, Rodrigo. 181 Silva, Joaquín. 12
Morón Montero, Francisco. 55, 192, 193 Silva Cubillos, Jimena. 215, 216
Muñoz, Enrique. 19 Silva Torrealba, Benjamín. 43
Muñoz, Wilson. 49, 50 T
Muñoz Arriaza, Paula Fernanda. 128
Taille-Tretenville Urrutia, Alexandrine de
Muñoz Condell, David. 56
la. 137, 220
Muñoz Olmos, Sebastián. 57
Tapia Adler, Ana María. 24, 221
Muñoz Ovalle, Iván. 58
2018] Boletín bibliográfico 311
E. SITIOS WEB
27 de abril de 2018
Dimos inicio a nuestra primera reunión de la Sociedad de Historia de la Iglesia
en Chile de este año con la exposición del Dr. Ricardo Cubas Ramacciotti, doctor
en Historia por la Universidad de Cambridge con “La política de la religión y
el surgimiento del catolicismo social en Perú, 1884-1935. Fe, trabajadores y reza
antes de la teología de la liberación”.
El encuentro lo desarrollamos en la sala de reuniones de la biblioteca del
Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios de Santiago. En
la oportunidad, los socios pudieron dialogar frente a la exposición del señor
Cubas, en la cual hizo un acercamiento a la mirada desde Chile con respecto al
tema en cuestión.
Asistieron Fernando Aliaga, Hugo Rodolfo Ramírez, Misael Camus, Alex
Ovalle, David Muñoz, fr. Ramón Ramírez, Ulises Cárcamo, Ricardo Cubas, Ser-
gio Peralta, Ema Arredondo, Marcial Sánchez y María José Castillo.
Este año, las jornadas contaron con menos participantes para otorgarles el
tiempo adecuado a cada una de las exposiciones, resultando ser un gran éxito.
historiadelaiglesiaenchile@gmail.com,
con copia a secretariashich@seminariopontificio.cl.
Modo de Citar
En el caso del uso de mayúsculas, éstas sólo serán utilizadas al inicio de cada
oración después de un punto, o al escribir nombres de personas, ciudades o loca-
lidades, no utilizar en cargos o en el nombre completo de un libro u obra.
Ej: El padre Troncoso….; El gobernador Osorio…
...De la Bibliografía
Borello Gillardi, Mario (S.D.B.) 180, 182, Castro 200, 201, 202, 203, 204, 206, 211,
186, 192, 194 214, 215, 218
Bornschein Kalusche, Rudolf (pbro.) 127 Castro Cabrera, Juan Luis (ob.) 126, 127
Bovone Pesce, Antonio (pbro.) 127 Castro Reyes, Juan de (pbro.) 119
Bozzi, Dino 234 Cebú (Filipinas) 45
Brasil 47, 48, 49, 50 Cervantes Perusquía, Pablo (pbro.) 93
Bravo, Bernardino 35, 36, 37 Chacabuco 223, 226, 230, 236, 243
Budapest 46, 47 Chañaral 60
Buenos Aires 14, 27, 31, 32, 45, 46, 48, 49, Checoslovaquia 50
53, 54, 57, 57, 63, 65, 238, 240, 243 Chicago 43, 45, 46, 58, 59
Buere, Juan (O.S.A.) 182, 187, 192 Chile 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 20, 21, 22,
Burgos 139, 140 24, 25, 26, 30, 31, 32, 35, 37, 38, 47,
48, 49, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 65,
C 93, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 101, 102,
Caamaño, Héctor 146, 147, 148 104, 106, 108, 109, 110, 111, 112, 113,
Caamaño, Ismenia 147, 148 114, 115, 116, 117, 119, 120, 126, 127,
Cabezas Jiménez, Carlos (pbro.) 109, 127 157, 158, 159, 160, 161, 162, 163, 165,
Cádiz 15, 16, 32, 35 166, 167, 168, 169, 170, 171, 172, 173,
Cáhuil 70 174, 175, 176, 179, 180, 181, 183, 185,
Cailín 204 186, 187, 188, 189, 190, 191, 193, 194,
Caldera 60 195, 196, 197, 199, 200, 201, 202, 203,
Callao (El) 21 204, 205, 206, 207, 208, 209, 210, 212,
Campillo, Horacio (ob.) 57 214, 215, 216, 221, 222, 223, 224, 226,
Campino, Luis (ob.) 96 227, 228, 229, 230, 231, 232, 233, 234,
Canadá 163 235, 236, 237, 238, 239, 240, 241, 242,
Canal de Chacao 199, 203 243, 244, 245, 246, 247, 248, 249, 250,
Cañón Zurita, Pedro Pablo (pbro.) 127 251, 252, 255, 256, 257, 258, 261, 262,
Capra Caviedes, Arnaldo (pbro.) 127 263, 313
Cariola, Patricio 170 Chillán 32, 55, 133, 174, 206
Carlos IV 14, 15 Chiloé 199, 200, 201, 202, 203, 204, 205, 206,
Caro, Cristián (ob.) 184, 185 207, 208, 209, 210, 211, 212, 213, 214,
Caro, José María (card.) 53, 60 215, 216, 217, 218
Caro Martínez, José María 70 Chisholm, Ricardo (S.J,) 107
Caro Rodríguez, José María (card.) 67, 68, Chonchi 204, 214
70, 71, 72, 73, 74, 75, 81, 82, 83, 85, Cifuentes Gómez, Alfredo (ob.) 99, 104,
86, 87, 88, 93, 96, 103, 116, 126, 127 106, 126, 127
Carraro, José (S.D:B.) 180, 182, 187 Claro, Miguel (pbro.) 52
Carrasco, José Antonio 15 Clemente XII 76, 86, 87
Carrasco Rojas, René (pbro.) 127 Colombia 44, 46, 47, 49, 93
Carreño Atenas, Romelio (pbro.) 127 Concepción 11, 24, 33, 41, 53, 57, 58, 62, 96,
Carrera, José Miguel 11, 12, 17, 18, 20, 21, 97, 100, 103, 111, 112, 113, 114, 127,
22, 25, 26, 28, 31, 32, 36 128, 129, 130, 131, 165, 174
Carrizal Alta (actual región de Atacama) Contardo Palma, Luis Felipe (pbro.) 98,
60 99, 112, 127
Cártago 43, 46 Contreras, Miriam 233
Carvajal Aspee, Aníbal (pbro.) 127 Contreras Villarroel, Cristián (ob.) 108,
Casanova, Mariano (ob.) 51, 52, 57, 71, 96, 124, 125, 126, 127
97, 99 Coopmann Clerk, Carlos (pbro.) 127
Casimiro, Francisco 223, 224, 239 Copiapó 58, 59, 60, 61, 170, 174
Castellón Covarrubias, Jaime (S.J.) 93, 109 Copta 54
Castillo Lagarrigue, Fernando 136 Coquimbo 58, 59, 60
Castillo Navasal, María José 313 Córdoba Alvarez, Manuel (pbro.) 127
Castrillón Hoyos, Darío (card.) 57 Córdoba (Argentina) 55, 57
2018] Índice de Nombres y Lugares 331
Valencia 139
Valencia Avaria, Luis 228, 233
Valencia Courbis, Pedro (pbro.) 131
Valenzuela Morales, Mardoqueo (pbro.)
131
Valparaíso 97, 102, 127, 128, 129, 130, 131,
174, 231, 255
Van Burén Asmussen, Oscar (pbro.) 131
Van Espen, Zeger Bernard 34
Vanni Anabalón, Eduardo (pbro.) 131
Varela, Álvaro 168
Vargas Avilés, Francisco 234
Vargas Bastidas, Héctor (ob.) 181, 183
Vargas, Francisco 182, 186, 190, 196
Varsovia 47
Vázquez de Acuña, Isidoro 201
Vázquez Merino, Jorge (pbro.) 131
Vega Cortés, Julio (pbro.) 131
Velásquez San Juan, Jorge (pbro.) 131
Venegas, Melchor (pbro.) 203
Venezuela 47–66, 48–66
Vergara, Luis (pbro.) 131
Vicuña Aránguiz, Eladio (ob.) 137
Vicuña Mackenna, Benjamín 239
Vicuña Pérez, Alejandro (pbro.) 131
Villagrán García, Juan (pbro.) 131
Villagran Santana, Leonardo (pbro.) 131
Villegas, Hipólito de 231, 263
Vilupulli 211, 214, 218
Vivar, Pedro 22
Viviani Contreras, Guillermo (pbro.) 131
Volkel Wagener, Fritz Karl (pbro.) 131
Vrau, Philibert 42
W
Went van der Wring, Annie 160
Willaert, Fernando (pbro.) 101
Y
Ysern, José Luis (pbro.) 139, 140, 147
Ysern, Juan Luis (pbro.) 139, 140, 141, 149
Z
Zalaquett, José 164
Zambra, Héctor (pbro.) 182, 191
Zamora, Sergio 167, 168
Zanini, Lino (mons. -sec. nunciatura) 62
Zañartu, Miguel 224, 225, 226, 227, 228,
229, 230, 231, 234, 263
Zapata Sandoval, Alex (pbro.) 131
Zelada, José Luis (pbro.) 131