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Enfermedades Del Esofago

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Enfermedades del esofago

Aquí se refieren las cuatro más importantes: enfermedad por reflujo


gastroesofágico, esofagitis eosinofílica, acalasia y cáncer.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico
Se define como reflujo patológico aquel que es capaz de producir síntomas o
inflamación del esófago. Puede haber síntomas de reflujo sin lesión esofágica
evidente y, por otra parte, la esofagitis puede ser asintomática .
Cuadro clínico
Existen pirosis o regurgitación ácida, que con frecuencia aumentan tras la
ingesta y con el decúbito, y se alivian con alcalinos. Otras veces los pacientes
aquejan eructos, dolor epigástrico, pesadez posprandial, náuseas, hipo,
disfagia, odinofagia o anemia. En otras ocasiones, se manifiesta como
molestias faríngeas, alteraciones respiratorias (tos nocturna,
broncoespasmo, neumonías recurrentes o fibrosis pulmonar) o dolor
torácico.
Diagnóstico
La historia clínica es esencial. La exploración complementaria más útil es la
endoscopia, pues permite constatar las consecuencias del reflujo sobre la
mucosa esofágica. La pH-metría y la manometría esofágica pueden estar
indicadas si la endoscopia es normal.
Complicaciones
1. Estenosis esofágica. Se produce cuando el reflujo gastroesofágico es grave
y prolongado. El tratamiento consiste en resolver la estenosis mediante la
dilatación bajo control endoscópico y aplicar las medidas destinadas a
corregir el reflujo.
2. Esófago de Barrett. Consiste en la sustitución del epitelio escamoso normal
del esófago por epitelio metaplásico intestinal especializado. Constituye una
lesión precancerosa. El diagnóstico se establece mediante endoscopia y la
toma de biopsias. Cuando la displasia es de bajo grado, se trata como
cualquier reflujo gastroesofágico grave, pero cuando es de alto grado es
preciso recurrir a la resección quirúrgica; algunas veces pueden ser
suficientes la endoscopia con resección mu cosa y la ablación por
radiofrecuencia.
3. Úlcera péptica del esófago. Suele asentar en el tercio inferior del esófago
sobre mucosa metaplásica.
4. Hemorragia digestiva. En general, es microscópica y causa una anemia
hipocrómica microcítica.
Tratamiento
En casos leves basta con evitar alimentos que causan pirosis y tomar la cena
por lo menos 3 h antes de acostarse. Se aconseja elevar la cabecera de la ca
ma con tacos de 15-20 cm de altura. Son útiles los antiácidos, los
antagonistas de los receptores H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina, nizatid
ina y roxatid i na) o los inhibid ores de la bomba de protones ( 1 B P; orne
prazol, lansoprazol, pantoprazol, esomeprazol y rabeprazol).
El tratamiento quirúrgico (fundoplicatura de Nissen) es necesario en menos
del 5% de los pacientes. Sus indicaciones son el fracaso del tratamiento
farmacológico o la aparición de complicaciones.

Acalasia esofágica
Es una enfermedad cuya incidencia se cifra en alrededor de 1: 100 000
habitantes/ año. Afecta por igual a varones y mujeres, y puede presentarse a
cualquier edad. Se manifiesta por disfagia, tanto para los líquidos como para
los sólidos, que puede empeorar cuando existe un estado de tensión
emociona l o si beben líquidos fríos o con gas. En los estadios iniciales no es
infrecuente la presencia de dolor torácico que, en ocasiones, es transfixiante
y simula una angina de pecho. A veces el trastorno es totalmente
asintomático.
El examen radiológico muestra un esófago uniformemente dilatado que
termina en el extremo cardial en forma cónica, semejante a un pico de ave o
a una punta de lápiz. La endoscopia sirve para descartar otras enfermedades.
El procedimiento más sensible y específico es la manometría esofágica que
demuestra una abolición del peristaltismo. El tono del esfínter esofágico
inferior en reposo es normal o se halla aumentado, pero en respuesta a la
deglución dicho esfínter no se relaja o lo hace de forma incompleta,
permaneciendo por encima de la presión intragástrica.
Como tratamiento se puede util izar la administración de fá rmacos (nitritos o
antagonistas de los canales de calcio), con poca efectividad. En cambio, la
dilatación forzada mediante una sonda provista de balón hinchable produce
unos resu ltados buenos en el 70%-80% de los pacientes, aunq ue, si la
dilatación es incompleta, suele haber recidivas a corto plazo. Si tras dos o
tres di lataciones no se consigue una eficacia objetiva demostrada por
manometría esofágica, es mejor recurrir a tratamiento quirúrgico (miotomía
de Heller). La inyección endoscópica de toxina botulínica en el esfínter
esofágico inferior carece de riesgos y está indicada si el paciente presenta
mal estado general; su efecto es transitorio y requ iere una nueva
administración cada 6 a 24 meses.

Cáncer de esófago
Su incidencia en Europa occidental es aproximadamente de 5 casos por cada
100 000 habitantes. Predomina en los varones con una relación de 4: 1, y es
más frecuente después de los 50 años de edad.
Diversas lesiones esofágicas son consideradas precancerosas: la esofagitis
cáustica, el esófago de Barrett, la acalasia y la disfagia sideropénica
(síndrome de Plummer-Vinson). Entre las alteraciones no esofágicas con
predisposición a desarrollar neoplasias del esófago se encuentran la
queratosis palmoplantar y la enfermedad celíaca. El tabaquismo, el
alcoholismo, la ingesta de alimentos excesivamente calientes y las dietas
ricas en nitrosaminas son también factores predisponentes.
Cuadro clínico
El síntoma inicial y fundamental es la disfagia; cuando esta aparece, la
neoplasia ya suele estar avanzada. La disfagia es de tipo mecánico y
progresiva, inicialmente para los sólidos y luego también para los líquidos.
Muchos pacientes refieren sensación de enclavam iento tras la ingesta de
alimentos. Otros síntomas son odinofagia, dolor torácico, regurgitación,
sialorrea, anorexia y pérdida de peso. En las fases avanzadas pueden surgir
melena, hematemesis y diversas manifestaciones metastásicas.
Diagnóstico
Se realiza mediante la esofagogastroscopia con toma de biopsias y citología
exfoliativa. Para evaluar la extensión y la resecabilidad del cáncer (menos del
40% de los casos), lo mejor es combinar la TC y la ecoendoscopia.
Tratamiento
El objetivo fundamental en muchos casos es aliviar las molestias del paciente
mediante la disminución de la disfagia y el restablecimiento de la ingesta.
Por lo general, el pronóstico del cáncer de esófago es infausto, con una
supervivencia a los 5 años inferior al 20%. Únicamente si el tumor afecta sólo
la mucosa o la submucosa sin metástasis ganglionar, se pueden lograr,
mediante esofaguectomía, supervivencias del 30%-50% a los 5 años
Enfermedades del esófago
Las enfermedades más importantes son: enfermedad por reflujo
gastroesofágico, acalasia y cáncer.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico


El reflujo patológico aquel que es capaz de producir síntomas o inflamación
del esófago. Puede haber síntomas de reflujo sin lesión esofágica evidente y,
por otra parte, la esofagitis puede ser asintomática.
Cuadro clínico
Existen pirosis o regurgitación ácida, que con frecuencia aumentan tras la
ingesta y con el decúbito, y se alivian con alcalinos. A veces pueden existir
eructos, dolor epigástrico, pesadez posprandial, náuseas, hipo, disfagia,
odinofagia o anemia. En otras ocasiones, se manifiesta como molestias
faríngeas, alteraciones respiratorias (tos nocturna, broncoespasmo,
neumonías recurrentes o fibrosis pulmonar) o dolor torácico.
Diagnóstico
La historia clínica es esencial. La exploración complementaria más útil es la
endoscopia, pues permite constatar las consecuencias del reflujo sobre la
mucosa esofágica.
La pH-metría y la manometría esofágica pueden estar indicadas si la
endoscopia es normal.
Complicaciones
1. Estenosis esofágica. Se produce cuando el reflujo gastroesofágico es grave
y prolongado. El tratamiento consiste en resolver la estenosis mediante la
dilatación bajo control endoscópico y aplicar las medidas destinadas a
corregir el reflujo.
2. Esófago de Barrett. Consiste en la sustitución del epitelio escamoso normal
del esófago por epitelio metaplásico intestinal especializado. Constituye una
lesión precancerosa. El diagnóstico se establece mediante endoscopia y la
toma de biopsias. Cuando la displasia es de bajo grado, se trata como
cualquier reflujo gastroesofágico grave, pero cuando es de alto grado es
preciso recurrir a la resección quirúrgica; algunas veces pueden ser
suficientes la endoscopia con resección mu cosa y la ablación por
radiofrecuencia.
3. Úlcera péptica del esófago. Suele asentar en el tercio inferior del esófago
sobre mucosa metaplásica.
4. Hemorragia digestiva. En general, es microscópica y causa una anemia
hipocrómica microcítica.
Tratamiento
En casos leves basta con evitar alimentos que causan pirosis y tomar la cena
por lo menos 3 h antes de acostarse. Se aconseja elevar la cabecera de la
cama con tacos de 15-20 cm de altura. Son útiles los antiácidos, los
antagonistas de los receptores H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina,
nizatidina y roxatidina) o los inhibidores de la bomba de protones (IBP;
omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, esomeprazol y rabeprazol).
El tratamiento quirúrgico (fundoplicatura de Nissen) es necesario en menos
del 5% de los pacientes. Sus indicaciones son el fracaso del tratamiento
farmacológico o la aparición de complicaciones.

Acalasia esofágica
Es una enfermedad cuya incidencia se cifra en alrededor de 1: 100 000
habitantes al año. Afecta por igual a varones y mujeres, y puede presentarse
a cualquier edad.
Manisfetaciones clinicas
Se manifiesta por disfagia, tanto para los líquidos como para los sólidos, que
puede empeorar cuando existe un estado de tensión emocional o si beben
líquidos fríos o con gas. En los estadios iniciales no es infrecuente la
presencia de dolor torácico que, en ocasiones, es transfixiante y simula una
angina de pecho. A veces el trastorno es totalmente asintomático.
Diagnostico
El examen radiológico muestra un esófago uniformemente dilatado que
termina en el extremo cardial en forma cónica, semejante a un pico de ave o
a una punta de lápiz.
La endoscopia sirve para descartar otras enfermedades. El procedimiento
más sensible y específico es la manometría esofágica que demuestra una
abolición del peristaltismo.
El tono del esfínter esofágico inferior en reposo es normal o se halla
aumentado, pero en respuesta a la deglución dicho esfínter no se relaja o lo
hace de forma incompleta, permaneciendo por encima de la presión
intragástrica.
Tratamiento
Se puede utilizar la administración de fármacos (nitritos o antagonistas de los
canales de calcio), con poca efectividad.
La dilatación forzada mediante una sonda provista de balón hinchable
produce unos resultados buenos en el 70%-80% de los pacientes, aunque, si
la dilatación es incompleta, suele haber recidivas a corto plazo.
Si tras dos o tres dilataciones no se consigue una eficacia objetiva
demostrada por manometría esofágica, es mejor recurrir a tratamiento
quirúrgico (miotomía de Heller).
La inyección endoscópica de toxina botulínica en el esfínter esofágico inferior
carece de riesgos y está indicada si el paciente presenta mal estado general;
su efecto es transitorio y requiere una nueva administración cada 6 a 24
meses.

Cáncer de esófago
Predomina en los varones con una relación de 4: 1, y es más frecuente
después de los 50 años de edad.
Diversas lesiones esofágicas son consideradas precancerosas: la esofagitis
cáustica, el esófago de Barrett, la acalasia y la disfagia sideropénica
(síndrome de Plummer-Vinson).
Entre las alteraciones no esofágicas con predisposición a desarrollar
neoplasias del esófago se encuentran la queratosis palmoplantar y la
enfermedad celíaca.
El tabaquismo, el alcoholismo, la ingesta de alimentos excesivamente
calientes y las dietas ricas en nitrosaminas son también factores
predisponentes.
Cuadro clínico
El síntoma inicial y fundamental es la disfagia; cuando esta aparece, la
neoplasia ya suele estar avanzada. La disfagia es de tipo mecánico y
progresiva, inicialmente para los sólidos y luego también para los líquidos.
Muchos pacientes refieren sensación de enclavamiento tras la ingesta de
alimentos.
Otros síntomas son odinofagia, dolor torácico, regurgitación, sialorrea,
anorexia y pérdida de peso.
En las fases avanzadas pueden surgir melena, hematemesis y diversas
manifestaciones metastásicas.
Diagnóstico
Se realiza mediante la esofagogastroscopia con toma de biopsias y citología
exfoliativa. Para evaluar la extensión y la resecabilidad del cáncer (menos del
40% de los casos), lo mejor es combinar la TC y la ecoendoscopia.
Tratamiento
El objetivo fundamental en muchos casos es aliviar las molestias del paciente
mediante la disminución de la disfagia y el restablecimiento de la ingesta.
Por lo general, el pronóstico del cáncer de esófago es infausto, con una
supervivencia a los 5 años inferior al 20%. Únicamente si el tumor afecta sólo
la mucosa o la submucosa sin metástasis ganglionar, se pueden lograr,
mediante esofaguectomía, supervivencias del 30%-50% a los 5 años

Bibliografia:
Rozman C, Cardellach F. Farreas y Rozman Medicina Interna. 19th ed.
Barcelona: Elsevier; 2020.

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