Osos Poéticos y Filosóficos
Osos Poéticos y Filosóficos
Osos Poéticos y Filosóficos
Cristián Gómez O.
Este libro de Alvarex (de nombre civil Claudio Álvarez Rodríguez) es una forma,
peculiar, probablemente única, de echarle una mirada a la vida de principios del siglo XXI
en un país subdesarrollado y desigual como es el Chile del autor, pero con todos los
matices, el horror, la comicidad y la lucidez (porque este debe ser uno de los libros más
Osos poéticos y filosóficos: peligro demolición nace del blog homónimo que
de la realidad. Como él mismo lo explica en una entrevista, sus osos pueden ser el
resultado del encuentro entre Mampato, la famosa tira cómica de Themo Lobos y Juan
Luis Martínez, la mezcla adúltera (Eliot dixit, a partir de Corbière) que termina por
visto/leído, que teóricamente al menos permitiría mantener una perspectiva crítica ante
la obra.
Reminiscente de ese Marshmallow Man que en Los Cazafantasmas asuela la
ciudad de New York (que a su vez inevitablemente nos remite a las imágenes de Godzilla
efecto iba a decir es desestabilizador, pero prefiero llamar paradójico. Porque, si en Los
Cazafantasmas toda la narración estaba transida de un aire de inocente parodia (un ícono
es otro tipo de impertinencia predicativa, una donde nada calza para nuestras
parece perfectamente lógico (o bien: desoladoramente lógico) una vez que nos
Dividido en pequeñas historias o capítulos, desde los de una sola página a los que
abarcan la extensión una pequeña historia, el formato va y viene desde aquellos que se
asemejan a la estructura de la tira cómica, hasta que aquellos que evocan el relato más
“acabado” de la novela gráfica. Preferiría decir, en realidad, que Alvarex crea su propio
formato, uno que se vale de todas las herramientas a su alcance para ir estableciendo un
Lo que en cambio no resulta accesorio es la bilis negra con que el autor representa
los diferentes mundos por los que se pasea. Se trate de una ruptura amorosa o del stress
familiares, si hay una constante en este libro es el tono pesimista que ni la ironía ni la
comicidad de ciertos pasajes intentan ocultar, sino –por el contrario– no hacen más que
“violación sistemática del código de la lengua” (Ricoeur, examinando las teorías de Jean
Cohen), no es sino una parte del proceso en que un elemento del discurso se desvía de su
ordinario, en palabras esta vez del mismo Cohen, sino para reconstruirlo a un nivel
orden.
embargo, estas aproximaciones a la lírica sólo pueden dar cuenta de una parte de los
los osos de peluche, un producto más de la cultura de masas y del marketing más
cotidiano, son arrancados de ese contexto para comenzar una examinación de la vida
contemporánea desde una perspectiva si bien pesimista, al mismo tiempo plagada de citas
extraídas desde esa misma cultura pop, lo que resulta en que el extrañamiento inicial no
un lenguaje muy chileno que le permite a lxs lectorxs sortear cualquier barrera que el
Otro aspecto que no me parece menor en este libro (al revés, creo que es esencial
al trabajo de Alvarex), es la constante reflexión que hace en torno al medio que utiliza.
Una y otra vez el autor se contempla en el espejo de su propia escritura para 1) “darle una
repasaita” tanto a poetas (“Osos poetas y malditos”) como en general a aquellxs inmersxs
dos capítulos centrados en el tema, “Hacia una teoría del arte según el comandante Oso (1
y 2)”, donde la primera de ella nos propone el objeto artístico como una necesaria
receptor.
Pero tal vez si la segunda de estas series sea la más ¿estremecedora? Por lo menos
la más heavy. No sólo porque parodia la muy típica lectura de poesía (reírse de los poetas
vapuleado por ella), sino porque –valiéndose de un vocabulario muy chileno– pone de
por reducido menos exigente. “Ya pos, dale al público lo que quiere”, como se lee en la
página 74, no es sino una requisitoria ante los embates de lo ya establecido, del gusto
sancionado, así como un recordatorio de las peligrosas dinámicas que se dan cuando la
caso de la historia que nos ocupa, esta teoría del arte del comandante parece denunciar la
preferencia por la vociferación, por el arte en voz alta y a grito pelado y sus
arte que invite a la reflexión, que es como precisamente comienza esa historia.
Dejo para el final los gustos personales y mi abierto entusiasmo después de leer
este libro. Mi selección de los capítulos más fascinantes (y depresivos, claro) gira entre
“Desaveniencias”, donde el absurdo se mezcla con una extraña humanización de los osos,
“Osos: primera mayoría (4 años de…)”, una fábula política que hace de la
(¿estaré exagerando?) de todas, “Osos exégetas y apóstatas”, donde dos osos confunden a
Dios –iba a decir “reducen”– con la figura de una estrella del pop rodeada de paparazzis,
mientras uno de los osos cuenta sus penas amorosas y su falta de plata. Ah, se me
olvidaba que mientras reflexionan en voz alta literalmente sobre lo humano y lo divino,
entran a la fuerza en un edificio y lo queman con bencina, no sin antes matar al nochero
del lugar.
Podría nombrar varios otros capítulos, pero el lectxr tendrá con toda seguridad sus
poéticos nos enseñan no sólo nuevas formas de escribir, sino también nuevas (e