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Venid Luego y Estamos A Cuenta

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VENID LUEGO, DICE JEHOVÁ, Y ESTEMOS A CUENTA

(La invitación a la santidad)

(Isaías 1:16-18)

INTRODUCCIÓN:

Ningún tema toca más nuestra condición espiritual que la santidad en el creyente. ¿Por qué razón?
Porque la carne se opone al espíritu y encuentra en la santidad su más grande enemigo. Los
estudios bíblicos y mensajes cristianos nos enseñan que es porque la santidad es como la luz para
las tinieblas, las pone al descubierto. O como el aceite con el agua que jamás se mezclan. Cuando
el escritor sagrado buscó alguna cualidad personal para llegarse al Señor, habló de la santidad
como el único camino para entrar en su presencia. Así lo dijo: “Seguid la paz con todos, y la
santidad, sin la cual nadie verá al Señor’ (He. 12:14).

El pasaje de Isaías 1 pudiera ser el más detallado que encontramos en la Biblia para hablarnos de
la importancia que tiene la santidad en el pueblo de Dios. Nos muestra en todo su contexto una de
las descripciones más gráficas de la naturaleza humana en su estado de completa rebelión; en su
más grande descomposición, capaz de ser comparados como “hinchazón y podrida llaga”.
Spurgeon predicando de este texto, dijo: “No hay un solo rayo de luz en medio de las densas
tinieblas. El hombre es malo, malo, malo, de principio a fin. Más aún, todo en él es maldad, y su
maldad ha llegado hasta el límite. No hay ni un solo rayo de promesa en su naturaleza, ningún
resplandor de algo bueno en la descripción de las personas a quienes está dirigido este texto”.

Los estudios bíblicos y mensajes cristianos nos revelan que Israel para los tiempos del profeta
había abandonado el camino del Señor y estaba viviendo en pecado y en notoria idolatría. Se
negaron a reconocer a Dios, y espiritualmente eran más tontos que los animales que les rodeaban.
Estaban empeñados en abandonar al Señor y provocar su ira. Se habían negado a responder al
castigo que les venía por su extravío. A causa de su pecado, la tierra estaba llena de violencia. Eran
comparados con Sodoma y Gomorra, la peor desviación del pecado. Sus cultos llegaron a ser una
abominación para el Señor, tanto que tuvo que decir: “…cansado estoy de soportarlas” v. 13, 14.
Pero este pasaje sería demasiado deprimente y condenador sino apareciera en su escena el v. 18.
Así que, frente a ese lúgubre y tétrico panorama de descomposición moral y espiritual al que
pueden llegar aún los hijos de Dios, surge la presente invitación. Es el llamado del Salvador que no
quiere la muerte del impío, sino su salvación. El peor pecador es objeto de la más completa
misericordia divina. Veamos la invitación a la santidad a luz de la eterna misericordia de Dios.

I. HAY UNA URGENCIA MUY GRANDE EN ESTA INVITACIÓN

1. Dios revela el estado espiritual (v 2).

Una de las primeras cosas que vemos en el texto es la muy sentida queja de Dios contra unos
pecadores ingratos. “Crie hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.” ¿Le suena familiar
esta declaración? ¿Piensa usted que esto fue solo para Israel? ¡No! Es para nosotros también.
Tenemos que reconocer que Dios ha sido tierno y compasivo con nosotros desde nuestra niñez.
Fuimos levantados por él a través de las sendas de su amor, gracia y piedad. En todo él proveyó
para nuestras necesidades. Sin embargo, cómo hemos pecado contra él desde esa niñez.
Cuando llegamos a la edad adulta la condición no ha cambiado. No somos mejores que el pueblo
de Israel. Hay una rebelión innata, capaz de llevarnos a ser peores que las bestias, pues “el buey
conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene
conocimiento” v. 3. Hay cosas que los hombres hacen que no la harían las bestias jamás, de allí
esta comparación. La magnitud de ese estado espiritual, que queda dibujado en el versículo 4,
necesita ser atendido de una manera urgente. No es en vano el llamado de “Venid, dice Jehová, y
estemos a cuenta”. Dios quiere cambiarnos.

2. Debido al imperativo mismo “venid”.

Los imperativos nunca son una sugerencia, una recomendación o alguna posibilidad. Siempre se
nos presentan como una orden que debe ser atendida. Cuando el Señor dijo: “Sed santos, porque
yo soy santo”, no estaba hablando de algo que pudiera ser considerado por sus hijos, sino algo que
debiera ser obedecido todo el tiempo. La condición corrompida del pueblo de Dios ameritada este
urgente llamado. Nadie como Dios para conocer cómo habían vivido y cómo habían quebrantado
la ley hasta ese momento. Él conocía la vileza y la profundidad de su pecado.

Los estudios bíblicos y mensajes cristianos nos dejan ver que tanto era el conocimiento que Dios
tenía de ellos que los califica como pecadores insensibles, pues ni si quiera se dirige a ellos para
censurarlos, porque estaban sordos y muertos, sino que le habló al firmamento, a las estrellas, a
los astros y a la tierra para que escucharan sus quejas, diciendo: “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra”.
Es como si esas criaturas inanimadas fueran más sensibles que el mismo hombre. Pero es en
medio de ese endurecimiento que surge esta invitación: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a
cuenta”. Frente a la iniquidad del corazón, hay un paciente llamado del Dios de amor para arreglar
las cuentas.

(v16) ¡Lávense y queden limpios! Quiten sus pecados de mi vista. Abandonen sus caminos
malvados. LAVAOS Y LIMPIAOS QUE SIGNIFICA ESTO; viene ahora un llamamiento al
arrepentimiento y a la reforma ‘si queréis que vuestros sacrificios sean aceptos y escuchadas
vuestras oraciones, debes comenzar por el verdadero principio (limpiad el corazón y todo lo
demás quedara limpio) OBEDECED Y SERAN ACEPTOS VUESTROS SACRIFICIOS) las oraciones y los
sacrificios no pueden expiar el fraude y la opresión(v16-17).

Hay que dejar de hacer lo malo, apartarse de toda iniquidad esta es la forma de lavarse y limpiarse
no es suficiente abandonar las practicas malvadas es necesario atacar a las raíces del pecado,
como mostro el SEÑOR en el sermón del monte.

Mensaje de este versículo:

Una limpieza espiritual.

Lavad el corazón de maldad y no permitir pensamientos de iniquidad (Jeremías 4:14).

Limpiarse de toda contaminación de carne y de espíritu ( 2co 7:1)

Limpiarse de todos los pecados de la lengua para llegar a ser un vaso honroso (2timoteo 2:21) .

Purificarse del doble animo ( stg 4:8) .


II. HAY UNA SALIDA A LA CRISIS EN ESTA INVITACIÓN

1. “Venid… estemos a cuenta”.

¿Qué es Rendir Cuentas? Es TODO LO CONTRARIO a vivir la vida independientemente sin querer
ser responsable ante nadie de mi conducta y decisiones. Es estar rodeado de las personas
correctas y darles a ellas la libertad de entrar en mi vida y amonestar, advertir, aconsejar,
exhortar, prevenir, reprender y corregir cualquier cosa que no esté de acuerdo con la Palabra de
Dios en mi vida.

Es estar expuesto, no a todo el mundo, ni a cualquier persona, sino a la persona correcta para que
me corrija y amoneste: una persona que es hijo de Dios, espiritual, cuya mente está en la Biblia y
que me va a hablar con la Biblia y que no va a andar por ahí chismeando mis intimidades.

Aunque todos los textos previos están colocados para una virtual condenación, el Señor no hace
eso, sino que plantea a su pueblo la necesidad de volverse a él en una especie de “confrontación
jurídica”. La traducción de “estemos a cuenta” es una terminología judicial. Literalmente traduciría
algo así como “vamos a resolver este asunto ante un tribunal de justicia”. Es como si dijera:
“Probemos nuestro caso en la corte”. Dios ha iniciado una acción judicial contra ellos y ahora les
invita a defenderse. Pero ellos tienen el agravante de haber quebrantado el pacto una y otra vez.
De esta manera vemos que el llamado pueblo de Dios está en serios problemas. Que hay una
confrontación entre un Dios santo contra un pueblo que se ha depravado en el pecado. Y claro
está que Dios sabe que en el fondo ninguno de ellos tiene cómo defenderse a menos que cambien
su manera de ser. Lo grande de esta invitación es que Dios mismo nos presenta la necesidad de
venir y entrar en razonamiento con él. El Dios que revela el pecado, también quiere perdonarlo.
Mejor es caer en las manos Dios que de los hombres. La invitación es para que aceptes entrar en
esta “santa confrontación” con Dios.

La rendición de cuentas puede ser útil en la batalla para vencer el pecado. Un compañero
responsable puede estar ahí para animarte, reprenderte, enseñarte, regocijarte y llorar contigo.
Cada cristiano debe considerar tener un compañero responsable con quien pueda orar, hablar,
confiar y confesar.

No estamos acostumbrados a Rendir Cuentas ni a que nos las rindan. A menudo algunos
permitimos que una persona venga y nos aconseje cuando estoy en una situación bien mala
después que tome malas decisiones. Pero no estoy dispuesto a permitir que alguien se meta con
libertad en mi vida para prevenir situaciones como estas y amonestarme desde antes. Es decir, no
Rindo Cuentas. Rendir Cuentas es un signo de madurez espiritual.

2. Un Dios santo tratando con el pecador.

El mundo jamás había conocido a un Dios de amor y misericordia que fuera capaz de entrar en un
acuerdo, aun viviendo en su condición. Así que el texto nos presenta una especie de trato entre el
Dios ofendido y el hombre ofensor. Cuando uno es exhortado con un texto como este queda en
una condición de mucha culpabilidad y hasta sentirse indigno de ser “llamado tu hijo”, como dijo
el hijo pródigo. Quizás se pueda revelar un estado de conmiseración que nos lleve a pensar que
somos demasiados pecadores para ser salvos. Pero es aquí donde tenemos que ir a la palabra
misma y buscar en ella la respuesta a ese estado de contrición, pues no hay en toda la Biblia un
texto que nos prohíba buscar la misericordia de Dios, que nos ayude en nuestra pobre condición
delante de él por haber ofendido su santo nombre. Lo grande de esta invitación a la santidad es
que todavía no ha habido un pecador que se proponga buscar a Dios y él le haya rechazado. Solo
mire el linaje de donde vino Cristo y observa las mujeres que conformaron su descendencia, para
que veas por qué tú eres tan importante para él. Venid, pues, y estemos a cuenta. Esa es la
invitación.

III. HAY UNA PODEROSA PROMESA DE PERDÓN EN ESTA INVITACIÓN

1. De la grana a la nieve.

¿Por qué el Señor escogió estos colores? Han sido elegidos debido a su notorio brillo. Hay colores
que pasan desapercibidos, pero cuando alguien se viste de grana, puede ser visto a la distancia.
¿Qué nos quiere decir el Señor con esto? Que hay pecados que también son llamativos, y algunas
veces hasta relumbran. La palabra que aquí se usa puede trasmitir la idea de algo que es de doble
tinte; algo así como los colores estampados que no se destiñe con el tiempo. La idea del autor es
mostrarnos que así pueden ser nuestros pecados: llamativos, escandalosos; que se ponen de
manifiesto. Pero lo grande de esto es que si “fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos”. He aquí la promesa del perdón. Hay un “detergente” para quien el color más
escandaloso puede ser cambiado. Pasar de la grana a la nieve es algo que solo el poder de Dios lo
logrará hacer. Todos coinciden que no hay nada más blanco que la nieve. ¿Quién puede hacer esto
sino la sangre de Cristo? Parece imposible que un vil pecador pueda ser limpiado de esta manera.
La nieve es una representación de la santidad y es allí donde el Señor nos invita. Si tus pecados son
tan “coloridos” pueden ser emblanquecidos.

2. Del carmesí a la blanca lana.

¿Por qué a la blancura de la nieve le sigue la “blanca lana”? Bueno, por un lado, esta blancura es el
lado opuesto a lo llamativo de los colores “grana y carmesí”. De modo que mientras estos dos
colores representan al pecado en su más provocadora condición, estas dos blancuras representan
en la tierra la pureza celestial. Y si bien es cierto que la nieve pronto pierde su blancura, aparece la
“blanca lana” que después de ser lavada, su color permanece sin manchas, ilustrando de esta
manera el poder de lo santo sobre lo profano. Pero para que el “rojo carmesí” sea convertido en
“blanca lana” tiene que venir la intervención del Salvador Jesucristo. ¿Qué es lo que ocurre
entonces? En el mismo momento cuando alguien viene a Cristo, esa persona es vista ante los ojos
de Dios como si nunca hubiera pecado en toda su vida. El horrible traje de pecado con el que vistió
su naturaleza carnal, ahora es cambiado por las ropas reales con las que nos viste el Señor
Jesucristo. ¿Qué es lo que sucede entonces? Que un pecador teñido de negro por sus más viles
pecados, ahora ha quedado tan blanco como la propia pureza del cielo. El único que puede hacer
esto es la sangre de Cristo.

IV. HAY UN TIEMPO QUE SE AGOTA EN ESTA INVITACIÓN

“Venid luego…”. ¿Por qué es importante esta invitación? La razón es muy simple: Dios podía ver lo
que Israel no veía. Podía ver la rebelión y el pecado que estaban llevando en ese momento. Podía
ver el juicio que iba a caer sobre ellos. Podía ver su condición y su condenación. Mientras que ellos
veían todo normal, incluyendo la adoración que le traían a él, pero Dios tuvo un justificado
reclamo y una santa ira para reprocharles. Sin embargo, sobre la base de lo que él podía ver, les
presiona para hacer un cambio en sus vidas. Ahora el texto se aplica a nosotros y nos dice: No
postergues más este asunto de la salvación. Ya es suficiente el haber pecado tanto.

Esta invitación está considerada como lo más importante a lo que debe prestársele atención.
Solemos creer que tenemos tiempo para todo. Pero la verdad es que no hay un tiempo mejor que
este. ¿Sabe usted si tendrá otra oportunidad después? Hay advertencias como esta que a lo mejor
no regresan a tu vida. El corazón que en un momento estaba sensible y abierto a oír la voz de Dios,
puede endurecerse y ya habrá pasado el tiempo de venir a él. Ven ahora, pues no conoces qué
sucederá mañana. Ven ahora porque “hoy es el tiempo aceptable, hoy es el día de salvación”. Ven
ahora, pues al igual que el Padre del “hijo pródigo”, sus ojos anhelan su regreso, sus brazos
quieren abrazarte, su corazón se gozará sobre ti. Ven ahora porque él quitará tu vestido sucio por
uno nuevo. Pondrá calzado en tus pies, anillo en tu dedo, y hará una fiesta en honor a ti. ¿Por qué
demoras para venir? ¿Por qué escoger el infierno si puedes vivir en el cielo?

CONCLUSIÓN:

La voluntad de Dios para nosotros no es que seamos felices, ni victoriosos, ni prósperos, sino
santos (1 Tes. 4:2, 3). Si tenemos esto primero, logramos lo otro. Así que no importa cuánto éxito
tengamos en la vida y en la iglesia, si perdemos este aspecto a los ojos de Dios, habremos fallado
en lo principal .La invitación para el pueblo de Dios es esta: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a
cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren
rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (v. 18).

Acéptele la invitación del que te llama hoy. Reconozca su carácter santo, pero sobre todo,
considera su incomprensible amor, misericordia y perdón con la que respalda su invitación. Hoy es
el día aceptable para que tus pecados sean más blancos que la nieve y vivas resplandeciente como
la “blanca lana”. La sangre de Cristo hará esto. Amén.

IV.  ¿Cual es la invitación que hace el evangelio?

JESÚS: Mar 1:15  diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado;


arrepentíos, y creed en el evangelio.

Luc 13:1-5 En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya
sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2  Respondiendo Jesús, les dijo:
¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los
galileos? 3  Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4  O aquellos
dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables
que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5  Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos
pereceréis igualmente.

Sin importar el grado en que puedas considerar tu pecado la verdad es que todos los hombres
tienen la misma invitación por parte de evangelio y es al arrepentimiento.

La invitación de Dios para el hombre pecador no es a la prosperidad económica, no es a la sanidad


física y emocional la invitación que se hace a través del evangelio es al arrepentimiento no hay
otra opción, en palabras de nuestro señor Jesús o se arrepienten o mueren eternamente.
PEDRO: Hch 2:38 Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Hch 3:19  Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que
vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.

PABLO: Hch 26:20  sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco,(C) y Jerusalén, y
por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios,
haciendo obras dignas de arrepentimiento.

La palabra que se traduce como arrepentimiento en el griego es la palabra metanoeo que


literalmente significa cambiar la manera de pensar y por implicación de actuar es decir volverse de
la dirección en que ibas y moverte en el sentido contrario. Luego esto no es una mera deposición
humana dado que requiere de la asistencia del espíritu santo, el hombre por si mismo no puede
cambiar pero si por fe pone su confianza en Cristo recibe por fe su obra redentora se humilla
reconociendo su extraviada condición, Dios transformara su vida en los méritos de Cristo.

Y que de aquellos que hemos si transformados acaso el evangelio ya surco su efecto en nuestras
vidas, acaso podemos pensar que el evangelio forma parte del ABC de nuestra vida cristiana y una
vez superada esa etapa debemos ir a cosas mas profundas la respuesta es NO el evangelio no es el
punto básico de la vida cristiana el evangelio es el todo de la vida cristiana como dice Timothy
Keller el evangelio no es el ABC el evangelio es desde la A hasta la Z El evangelio por el que un día
fuiste salvo es el evangelio que hoy te transforma vean que refriéndose al evangelio el apóstol
pablo dice en 1Co 15:1-8    Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el
cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; 2  por el cual asimismo, si retenéis la
palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Noten por favor los verbos
referentes al evangelio predicar,  recibir, perseverar, retener, creer.

Cuando usted caminaba sin Cristo usted recibió el evangelio y usted creyó en el evangelio, ahora
que camina con Cristo usted necesita retener el evangelio perseverar en el evangelio, y predicar el
evangelio.

Hermanos ese mismo evangelio por el que un día fuiste salvo es el mismo evangelio que Dios esta
usando hoy para tu santificación.

Veamos cómo se logra eso 2 Co 3:18  Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor. En el contexto pablo esta diciendo que Dios a quitado el
velo que impedía que pudiéramos contemplar la gloria de Cristo por lo que ahora nuestro proceso
de transformación es un proceso gradual en el cual a través de contemplar la gloria de nuestro
señor somos transformados de gloria en gloria en la imagen de el mismo y donde contemplamos
esa gloria 2 Co 4:3-6  Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está
encubierto; 4  en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para
que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 5 
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como
vuestros siervos por amor de Jesús. 6  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas
resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. ¿Cómo fue que la gloria de Cristo
resplandeció en nuestras vidas? A través de la predicación del evangelio, ¿Dónde podemos
contemplar esa maravillosa gloria de nuestro señor Jesus? En el evangelio, si hay un lugar en él, la
gloria de Cristo brilla con todo su esplendor es en su obra redentora en la cruz del calvario.

A si hermanos que cada vez que vamos al evangelio y nuestro entendimiento es iluminado y de
una manera mas clara mas exacta comprendemos lo que Cristo logro para nosotros cuando
palpamos su gloria entonces su imagen es perfeccionada en nuestras vidas y ese proceso es cada
vez mas profundo en la media de que esa poderosa gloria transforma nuestras vidas.

El evangelio proclama que Cristo logró para nosotros perdón salvación justificación adopción
reconciliación, redención. Y aquí y ahora está produciendo en cada uno de nosotros santificación.

Conclusión

Hermano el evangelio es la noticia mas grande del mundo y tu y yo somos portadores de ella con
nuestras palabras y con nuestro  ejemplo, el evangelio no necesita de nuestra elocuencia ni de los
adornos que nosotros queramos ponerle porque el evangelio es poder de Dios que lo único que
espera de nosotros es que proclamemos esta noticia de una manera exacta y genuina al tiempo
que la retenemos y perseveramos en ella.

Amigo que hoy estas aquí sin Cristo has oído lo Cristo hizo por ti y que solo puedes recibir a través
de la fe si Dios ha hablado a tu vida el día de hoy el llamado es el mismo que para todos los
hombres arrepiente vuélvete de tus malos caminos y cree que en Cristo hay salvación si esto es
real en tu vida es por que hoy Dios a través de su espíritu santo a resplandeciendo la luz de Cristo
para ti y eso va ser evidente en tu vida.

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