Qiicramoseno aceptar el debate que se ha bautizado
con el nombre de dialéctica modernidad - posmoderni-
dad, es un hecho su incidencia en nuestra situacién
histérico-cultural. ¢Cémo ha influido ésta y en qué
medida nuestra configuracién histérica como pueblo
latinoamericano se ha constituido a partir del encuen-
tro con dicha dialéctica? Es algo que esta por investi-
garse.
Por otro lado, sospecho que en nuestro pais esta investi-
gacién se ha venido haciendo mis desde el punto de vista
filosofico-cultural que histérico-filoséfico. Con ello se ha
estado negando sistemiticamente nuestra propia reali-
dad y se ha venido llamando a cualquier situacién, acon-
tecimiento o realidad «condicién posmoderna». Posmo-
derno es, pues, todo aquello que nos ubica en espacios
comunes, es el comodin que se saca para toda discusion
y que neutraliza cualquier apreciacién critica. «Posmo-
derna es nuestra manera de pensar, de actuar, de organi-
zar y de sentir la vida».
Porestarazén, creo quelautilizacién decategorias propias
del mundo alemén o anglosajén, sin ninguna resignifica-
cién, termina siendo una abominable alienacién.
Eneste contexto, mepropongo llevar acabo unalectura
»\ dela dialéctica modernidad-posmodernidad latinoame-
|\ricanamente situada. Esto es, hacer un acercamiento a
\Ia configuracién de nuestra identidad historica, tratan-
do de descubrir en ella los elementos tradicionales,
‘modernos y posmodernos. Pero, siendo muy conscien-
te que estos tiltimos elementos, es decir los posmoder-
nos no advienen tinicamente de Europa o de USA, sino
que emergen de lo nuestro una vez que la crisis moder-
na se lo permite (1).
Pero, antes del desarrollo, una aclaracién conceptual.
Para esta investigacién vamos a utilizar categorias me-
diante las cuales se aprehenden fendmenos sociocultu-
rales que nacen en situaciones histéricas diferentes a
las nuestras y en ese sentido, se nos puede tachar de
estar mirando nuestra historia a través de una lente no
apropiada para mirarla o peor atin, de deformarla
incluso de negarla.
Filésofo y tedlogo
Pontificia Universidad Javeriana
LUNIVERSITAS Hlumenistioa
108Nos puede suceder, también, que nos quedemos en la
otra orilla, y que las categorias desde las cuales se lee la
realidad, se establezcan descenociendo o negando las
anteriores. Con ello,no nos hemos salido del atolladero y
estariamos navegando en una visién «provinciana» de
nuestra realidad, que tampoco hace justicia a lo nuestro.
En este contexto, gc6mo analizar nuestra realidad sin
caer en uno de estos dos extremos? gCémo asumir el
desatio que el pueblo pobre -sistemiticamente exclui
de los libros de historia- Ie presenta a esta parad
situacién? , que se realiza mas en
elhorizonte de una catastrofe que dela modernidad. Por
ello valores modernos como el individualism, la tran:
ciony elcaiculoracional, tienen connotacionesnegativas:
«Elindividuatismo es el resultado de la degradacién del
tejido social, la transaccién una manera de saldar la
descomposicién de los modos habituales de regulacién
total, el calculo racional un modo deadoptar el utilitaris-
mo como estrategia de supervivencia» (6).
La apreciacién anterior nos permite concluir por lo me
nos dos cosas: a) que el proceso de modernizacién se ha
impuesto en América Latina al precio de violentar los
lenguajes étnicos, las identidades culturales y b) que los
valores modernos fueron asumiéndose en Europa no con
el placer que puede causar el chupar un caramelo, como
quiza se podria entrever de la apreciacién de Pecault, sino
como el resultado de cuatro siglos de sangre e intolerancia
Pensar que la modernidad en Europa no fue tal leyenda
rosa, nos llevaareinterpretar el en nuestro pais, sino que también pondra
las bases para la configuracién de nuestra identidad
nacional, donde las relaciones atipicas (en el contexto de
América Latina) entre Iglesia ca‘élica y el estado tendran
un valor preponderante,
22.1 Situacién Internacional
Debido a la situacién internacional y ala mentalidad que
se fue desarrollando y estructurando en este periodo, la
Iglesia mostr6 multiples facetas, caracteristicas y com-
portamientos que la ubican como protagonista en tres
aspectos: a) en la configuracién de la nacionalidad colom-
biana (para muchos atin hoy dia ser colombiano es ser
catélico); b) en el ejercicio de las pugnas por el poder (la
Iglesia dialog6 de ti ati con el estado, aunque unas veces:
en posicién privilegiada y otras en posicién de subalter-
na) y c) en el surgimiento de los partidos tradicionales
que adquieren identidad por la unién con la Iglesia o con
el rechazo de ella.
En cuanto al ambito internacional hay que tener en
cuenta que la Iglesia esta arrodillada en Europa. Por la
influencia de las ideas modernizadoras que pregonan la
separaci6n radical entre el altar y el trono, la Iglesia
catélica pasa de ser unainstitucién «sin» poder politico y
«sin» prestigio social. (Por lo menos en Italia, Francia,
Inglaterra, Alemania y Espafa).
Esto hace que el Vaticano se vea obligado a legislar y a
controlar las iglesias nacientes utilizando la via romana y
no la tradicional via espajiola. Esto significa que Espafia
va perdiendo jurisdiccién sobre los terrenos conquista-
dos por ellay Roma entra a jugar un papel protagénico en
las relaciones con los estados.
222 Situacion Nacional
En el caso colombiano las relaciones Iglesia-Estado se
caracterizan por una tendenciaa la autonomia relativa: el
estado no tiene burocracia, ni legitimacién social, ni
dinero, mientras que la Iglesia tiene burocracia, legitimi-
dad y poderio econdmico, Por ello el estado quiere con-
trolarla sin protegerla, mientras la Iglesia busca autono-
miay al mismo tiempo proteccién ideolégica por parte del
Estado. Es decir, proteccién contra las ideas liberales, que
empiezan a recorrer a lo largo y ancho de América Latina.
Con relacién al perfodo anterior ha cambiado la pers-
pectiva: la Iglesia de ser un control centralista en profun-
darelacién con lacorona espafiola, pasa a unas relaciones
mas diferenciales ¢ independientes con el estado, pero
sin perder con ello el control social cedido por el estado.
Sin embargo esta situacién no duré mucho. La Iglesia
poco apoco se va haciendo mas conservadoray apartir de
Ta «guerra de los supremos> entra en estrecha relacion
con elnaciente partido conservador. Larazénde fondo de
esta alianza hemos de encontrarla en que la Iglesia cato-
lica no distingue ni hace el esfuerzo por distinguir en qué
consiste el liberalismo, sino que simplemente al ver
amenazados sus privilegios y protecciones, identifica al
liberalismo con todo lo que no es ella; es decir, con el
evolucionismo, el protestantismo, el anarquismo y la
masoneria (posteriormente con el marxismo). Posicio-
nes estas que se identifican con la linea santanderista
radical, o sea con lalinea que dara origen al partido liberal
de Colombia.
Eneste orden de ideas la linea de pensamiento inglesa y
francesa estara simbolizada por los liberales y la Knea
espafiola estara simbolizada por los conservadores y la
Iglesia, Aunque obviamente existen profundas excepciones.
Las multiples contiendasy conflictos no dejan de refleja
se en la constitucién de 1886 y su reforma de 1936, como
en los concordatos posteriores a ellas: el concordato de
1887 y elconcurdatu de 1942 (que no se hizovigente). En
estos documentos los mayores temas de conilicto son las
relaciones entre la Iglesia catélica poderosay fuerte y el
estado colombiano débil y en bancarrota; la educacién
que debe apuntara la constitucién del estadoy los valores
liberales modernos (educacién publica) y la educacién
que debe apuntar ala consolidacién de la fe y los valores
catélicos (educacién privada regida por los religiosos);
enla tendencia de bienes muebles einmuebles, como en
laadministracién y prestacion de servicios tzles como los
cementerios y los efectos civiles de los sacramentos, en
especial los del bautismo y el matrimonio.
UNIVERSITAS Hameanttica
113Durante este periodo la Iglesia fue adquiriendo mas y
mas identidad conservadora y anti-liberal aunque sobre
Ia base comtin de estar aliada con el poder, sea conserva-
dor o liberal por lazos de sangre. (El poder politico y
eclesiistico estaba muchas veces en manos de una mis-
‘ma familia). Las consecuencias de estas identidades son
funestas: la Iglesia cumple su misién evangelizadora
desde el poder en detrimento delos sujetosque iban aser
evangelizados; es decir, la Iglesia objetivizaal evangeliza-
do e instrumentaliza o quiso instrumentalizar las nacien-
{es instituciones estatales, negdndoles su autonomiéa, La
Iglesia adquiere identidad en la alianza con el partido
conservador y en el desprecio del pueblo a quien iba a
evangelizar. (Obviamente, aqui se dan excepciones).
Esta identidad unidimensional y sectaria degeneré en la
més cruda violencia que haya existido en el pais y que
tuvo su expresién en la matanza de campesinos, el bogo-
azo, la masacre de la plaza de toros, la guerra entre
pajaros y chulavitas... guerra que encontré un giro pacifi-
cador en la propuesta frentenacionalista de 1958.
2.3 Momento coyuntural de la crisis de la
emergencia de un nuevo otro: el pobre (9)
Desde el 58 para aca se acrisola un modelo que venfa
gestindose de tiempo atras. Se trata de concebir las
relaciones Iglesia catélica-estado bajo los paradigmas de
cristiandad 0 «sociedad perfecta». En efecto la Iglesia
«sociedad perfecta» es el modelo que debe orientar la
accion, los fines y las metas de la sociedad civil basada en
lamoral catdlica; vel Estado «sociedad perfecta» debe
orientar la acci6n, los fines y las metas de la sociedad civil
mediante la implantacién de valores laicos. Quien go-
bierna qué y con qué intensidad? Esto es lo que se refleja
en la constitucién y en los concordatos atravesados por
un filtro conservador-antiliberalo liberal-anticlerical aun-
que juntos antipopulares.
Pues bien, esa confluencia antipopular se va a incre-
mentar y a consolidar ya no desde lo anticlerical o ultra.
conservador, sino desde el juego bipartidista de repartis
se el poder. En este sentido la Iglesia catlica adquiere
identidad bipartidista y los partidos politicos adquieren
identidad «catdlica». sCémo se llegé a esto y qué conse-
cuencias nos trae?
Sin duda nuestro pais entra por medio de los gobiernos
liberales en un proceso acelerado de modernizacién, En
este proceso, se trata del paso de la sociedad rural a una
sociedad urbana, sin estar preparados para ello. Cambio
que implica necesariamente desplazamiento del campo a
la marginalidad de la ciudad, organizacién de la vida en
tomo a una economia basada en el calculo racional y la
competencia; la estructuracion de clases medias... Se
UNIVERSITA Mumonéotica
it
trata del surgimiento de nuevas situaciones en el nivel de
Jas experiencias basicas de la vida. Como dice Cavassa:
La situacion esté marcada por el surgimiento, la irrep-
cin’ o el desborde' de «un nuevo otro » en el continente
Se le denomina mestizo. Habita las grandes ciudades,
aunque relegado asus periferias. Habla la lengua general
de hoy’, pero con sus acentos propios. Ha nacido en las
cindades, pero sus padres eran del campo, de la provincia,
del interior. En poco mas de mediosiglo, su irrupetin en la
dindmicasocialha derrumbado el viejo estado oligdrquico,
Imagen republicana de la organizacién estatal colonial.
El paradiggna con base en el cual se organizé la repiiblica
ha hecho crisis por todos lados» (10)
Esdecir, este nuevo sujeto social irrumpe y se organiza
por su propia cuenta al margen de las luchas fratricidas
centre liberales y conservadores, al margen de los pactos
bipartidistas y al margen de la tutela de la Iglesia catélica
aliada con el poder bipartidista. Si a esta tendencia le
agregamos la corriente liberacionista de corte marxista y
los florecientes movimientos nacionalistas de la burgue-
sia desencantada en América Latina la situacién es alar-
mante para la clase politica que atin se mantiene en el
poder. Por tal razon, era mejor armar un pais bajo la
identidad bipartidista, aliado a la Iglesia y representante
del «interés general» del pueblo que empieza a organi-
zarse en sindicatos, asociaciones, movimientos, colecti-
vos, grupos 0 que simplemente se siente insatisfecho
ante la realidad injusta que padece- y no continuar divi-
diendo en nombre de una ideologia partidista.
Como vemos en nuestro pais se percibe otra reali-
dad: de las luchas bipartidistas se ha pasado como estra-
tegia ala alianza bipartidista catdlica con marcado caréc-
ter antipopular, con marcado desprecio de los sectores
popularesemergentes. Estos sectoresasuvez, se despla-
zan del esquema bipartidista al esquema popular. Esta-
mosen.un pais para el que los politicos y la Iglesia catélica
no estaban preparados, en el que surge un nuevo sujeto
social compuesto de jévenes, mujeres, mestizos, indige-
nas, afroamericanos, capas medias y élites nacionalistas
que requieren la implantacién de nuevas reglas del juego
y no la adaptacién estratégica de ellas.
Serequiere de un nuevo paradigma que asuma al pobre
organizado o con tendencia a la organizacién, que reco-
nozca al pobre como hacedor de alternativas y modos de
vida no pensados en el pais, que abra espacios para
afirmar lo ganado y consolidar econémica y politicamen-
9 DUSSEL, Enrique, “ica de laiberacn, Haciael punto de partida como
ejercicio cela Razon Ktica Originaria, En: Antonio Sidekum (org. Ata
da discursn «filesofa da Weracion, Petcoplis: Unisinos, 1994, pp. 145170,
10 CAVASSA, Emesto, «Des-encubrir América», Resta Sal Terra, Santa.
der, 89,3991, p. 625.|
|
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|
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te las organizaciones populares e impulse las que se
puedan constituir con miras a una salida sensata al con-
flicto social.
Desafortunadamente el panorama es bastante desolador,
ya que ni la Iglesia, ni los partidos politicos han reconoci-
do como legitimo al sujeto popular; antes por el contrario,
se preparan para regresar a formas de control autoritario
y centralista del poder. Como dice Pecault:
El modelo liberal de desarrollo esté fiundado en las perma-
nentes transacciones entre las élites econdmicasy el modelo
de legitimidad politica estd fundado sobre el respeto del
equilibrio entre las élites locales, lo cual hace gue el estado
Suncione de manera fragmentada y sin ning peso en la
sociedad» (11).
Por su parte, Melo no habla sélo de un estado insuficiente
yelitista, sino de un proceso demodernizacién sin moder-
nidad:
«En Colombia se ha instaurado un orden capitalista sin
promover tn orden cultural y social competitioo y abierto,
Esto eslo queaparece en talimitada intervencion del estado
en los conflictes sociales, la limitada legitimidad de las
instituciones de arbitraje y control social como la justicia y
Jas fuerzas armadas... En este sentido el ordenamiento
Juridico es esencialmente moderna en su concepeiin, pero
el fincionamiento concreto del estado se basa en priicticas
clientelistas tradicionaless (12),
tas practicas clientelistas tradicionales hacen que las
lites dirigentes del pais tengan una vision extraordina-
riamente conservadora, autoritaria y antipopular del or-
den social y al mismo tiempo provoque una ausencia de
espacio pitblico parala resolucion de conflictos. Esta falta
de vision y de modelos simbélicos de identidad y recono-
cimiento han llevado aque la moral catdlica queestaba en
la base del antiguo paradigma, sea percibida como obso-
lela y que en su defecto no se constituya una ética civil,
sino que se experimente una sensacidn de crisis total de
valores éticos.
Te
Conclusion:
La construccién de un nuevo
paradigma desde el lugar de los pobres
estas alturas podemos concluir diciendo que nosotros
nos movemos, existimos y pensamos en los modelos de
comprensién de la dialéctica modernidad-posmoderni-
dad, aunque todo depende del paradigma histérico con el
que interpretamos los acontecimientos.
Simos movemos en un modelo de historia lineal, progre-
sivo, continuo, no nos queda mas remedio que aceptar
una ruptura radical y una contradiccién irreconciliable
entrelosmomentos tradicional, modernoy posmoderno,
no nos queda més remedio que aceptar que existié una
época de oro, una época de destruccién y una época de
reconstruceién mesidnica
Pero, si nos movemos en un modelo de temporalidad
ciertamente progresivo, pero al mismo tiempo no lineal,
sino discontinuo y fragmentado, podemos acceder a la
problematica contemporanea admitiendo sin crisis la
dialéctica de temporalidades y abriendo un espacio vital
en el cual podemos convivir sin el dogmatism que nos
causa el tener el conocimiento cierto, claro y distinto y la
razon segura y al mismo tiempo podemos vivir con la
certeza siempre mévil deirautoconstituyéndonoscon los
demas en los esfuerzos del trabajo y lainteraccién. Como
dice Manfred Max Neef, una vida que sea aventura y en
donde podemos «andar aladeriva en estado de alerta» (13).
Eneste orden de ideas y teniendo en cuenta que desde la
condicién posmoderna es tn hecho irrefutable elrecono-
cimiento de racionalidades (racionalidad cientifica-técni-
ca; racionalidad practico- moral; racionalidad cstetico ex
presiva) como el reconocimiento de formas distintas de
vida (gramiticas), podriamosintroducir un nuevo tipo de
racionalidad que se ha mantenido reprimida en América
Latina, pero que como vimos en la descripeién historica
esti empujando desde el ligar de los pobres y lamare-
mos racionalidad simbética 0 sapiencial (14).
14 Thi, p17.
12 tid. pp. 32 y 37.
13 MAX NEEF, Mantred. Congrso Jnternacional de ln Creasividad. PLU
Santafé de Bogota, 1991, video,
14 CODINA, Vielor.«Creoenel Fspiitu Santo, PneumatologiaNarrativan. 2
Sal Terrae, Santander, 3904, pp. 160-28.
LUNIVERSITAS Hamawistica
115Es decir, desde la racionalidad simbélica 0 sabiduria
popular entendida como el arte de vivir bien de acuerdo
a la experiencia historica decantada como Tradicién y
vivenciada como «malicia indigena» podemos poner en
movimiento aspectos positivos de la racionalidad moder-
nay posmoderna.
Con relacién a la racionalidad moderna, la racionalidad
simbélica rescata:
El mundo en la vida cobidiana y su potencial implicito de
racionalidad, el rechazo a la colonizacion del mundo de la
vida por los imperativas sistemdticas del dinero y del poder,
el reconocimiento de la diferenciacién de las dmbitos de
racionalidad (cientifico-téenica, préctico moral y estético-
eapresiva) pero mediados entre st, la exigencia de lo justo,
Lohumano,y lo racional en todas las dimensiones de la vida
cotidiana ya bisqueda de emancipacin humana integral
yadultas (15).
Con relacién a la racionalidad posmoderna, la racional
dad simbélica rescata:
«El énfasis puesto en la pluralidad y la diferencia, ta
vatoracin de lo fruitivo, hidico y estético, la desconfianza
ante sistemas autorttarios y cerrados, el reconocimiento
trreductible de la alteridad, la justicia que respeta ef
disenso, la estima de la ambigtiedad, el claro-oscuro de la
razin operante, el aprecio de la mediacién transversal y et
deseo de liberaciin imaginativo y creativo» (16).
Dicho de otra manera, la racionalidad simb6lica, produc-
todelaconfiguracién histérico-cultural del pueblo latino-
americano, se constituye en el dialogo con laracionalidad
comunicativa moderna y posmoderna, pero sefialandole
los limites que tales racionalidades tienen en si mismas y
Jos limites que aparecen cuando es confrontada en otras
racionalidades, en este caso, con la racionalidad simbéli-
ca, que es latinoamericana, pero en ningiin momento
exclusividad cultural
En este contexto podemos decir que si la racionalidad
comunieativa busca «la unidad de la razén en la multipt-
cidad de sus voces» y para ello entiende la razén como la
racionalidad procedimiental que a través del didlogo, el
discurso y la argumentacién con su interlocutor real 0
potencial, busca la universalizacién de los intereses que
tiene una sociedad, Es decir, si busca consensos no
coactivos con pretensiones universales de verdad, rect
tud, credibilidad e inteligibilidad, Pero, sin tener en cuen-
taal nuevo otro, elantiguo excluido del sistema: el pobre.
Laracionalidad simbélico-sapiencial le critica su supues-
to totalitario, como el querer convertir la racionalidad de
los mundos de la vida cotidiana en asuntos de universa-
lizacion de intereses generales a través del lenguaje.
Pues, la racionalidad de los mundos de la vida cotidiana
ademas de no poder ser llevada en su totalidad a procedi-
mientos formales, sean estos discursivos 0 argumentati-
vos, no tienen en cuenta a los excluidos. La razon comu-
nicativa es excluyente. Por otro lado, los contenidos
propios de la racionalidad humana concreta, vivida impli-
can para ser socializados desde un «nuevo otro» un nuevo
tipo deracionalidad que laracionalidad procedimental no
admite y que laracionalidad simbolico-sapiencial, por ser
ético historica, ¢tico cultural, reivindica.
Como superacién a dicha exclusion, la racionalidad sim-
bolico-sapiencial propone la alteridad de las situaciones
socio-historicas como presupuesto de racionalidad y la
unidad de la razén por otros medios. Se trata de una
unidad lateral y asimétrica (no superior, no central
jerarquizada) y por tanto ineapaz de coger de un solo
golpe de mano el fundamento de la racionalidad humana,
En esto es una razén deconstructiva como la razén pos-
moderna, pero que no se levanta desde el bienestar
posmoderno, sino desde el otro excluido al que tampoco
tiene en cuenta la razén posmoderna. En sintesis es una
racionalidad alterativa y dialégica. Es la racionalidad
propia del nosotros ético-histérico que piensa desde la
légica de la gratuidad, la acogida, la reciprocidad, la
ambigiiedad y el misterio y que parece mas comprensiva
y respetuosa que las racionalidades critica (moderna) y
deconstructiva (posmoderna) respectivamente.
La racionalidad simbélico-sapiencial, enraizada en la ex-
periencia relacional del pueblo latinoamericano con su
madre tierra, -no olvidemos que nuestra cultura es funda-
mentalmente agraria- con su légica propia: racional, pra
tica y simbélica, que es un momento de la racionalidad
original y radicalmente humana (17), es a su vez la que
caracteriza la idiosincrasia del pueblo latinoamericano.
Una racionalidad que como «conato agonico por la vida»
se impone ante la Ienta y creciente muerte que produce
en sti seno lalogica invisible del mercadoy del poder (18).
Racionalidad vivida que la historia, si de veras quiere
ser pensamiento critico de la realidad, no puede dejar de
pensar y articular con sus interrelaciones mutuas.
Este es a mi manera de ver, el aporte del pueblo latino-
americano a la construccién de la identidad cultural en
perspectiva latinomericana y la forma latinoamericana-
mente situada de asumir, sin sonrojarse, la dialéctica
modernidad-posmodernidad quetiene suorigen, pero no
su fin en Europa y Estados Unidos. Maxime cuando hoy
estamos superando el pensamiento provinciano y nos
acercamos a vivir dentro de «una gran aldea».
15 SCANNONE, Juan . «Nueva modemnidad advenieatey culturaemergente
‘en Américas. evita tromata-San Miguel Argentina), 1980p. 155
16 Thid, 157,
UNIVERSITAS Alvmanstica
116
17 Ibid, Dussel, pp. 156168
18 TRIGO, Peatro. sImaginario altenativo al vigentey al revolucionario». Em
Neoliberalesypobres. CINEP, Santafé de Bogeti, 195, pp. 293.923