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Juan Carlos Iramain

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Argentinidad vivida y esculpida: el artista Juan Carlos Iramain

Bautizado por los críticos de arte de la época el Centauro de América, Juan Carlos Iramain es uno
de los más importantes escultores de nuestro país. Se destaca por haber llevado al terreno
artístico la realidad de nuestro suelo, con sus bondades y flaquezas. Él estaba especialmente
interesado por destacar los valores estéticos del norte argentino, indígena y criollo. Además,
Iramain dio a Tucumán una de sus marcas distintivas: el Cristo Bendicente, ubicado en el cerro San
Javier. Conocé más sobre el artista en esta nota.

Juan Carlos Iramain: inicios

Juan Carlos Iramain, precursor del arte latinoamericano, nació el 9 de Junio de 1900 en Monte
Grande (Famaillá, Tucumán). Sus padres fueron Arsenio Iramain -de estirpe vasca- y Filotea Bachi
-de ascendencia italiana-. Fue estudiante del Colegio Santo Domingo, aunque no se destacaba por
su rendimiento académico. En cambio, su vocación se evidenció cuando su padre lo sorprendió en
una de las ausencias escolares. Se encontraba dibujando santos y paisajes con colores extraídos de
plantas y flores, y se los vendía a pobladores de Famaillá y Monteros.

También moldeaba bustos de próceres que admiraba, con barro arcilloso y quemado en horno
casero. Contaba con el apoyo de su padre, quien los exhibía con orgullo, sobre una carretilla, en
largas caminatas. Se inició en las Bellas Artes con el maestro Finacchiaro quien lo condujo a
contemplar y analizar las obras La Libertad, y el monumento a Alberdi de Lola Mora.

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En 1917 se inscribió en Bellas Artes en la Universidad pública. Un año más tarde, se hizo acreedor
a una beca para estudiar en Buenos Aires. Allí aprendería de Zonza Briano, con quien se orientará
temporalmente hacia el impresionismo. Sin embargo, quienes estudian su obra en profundidad
destacan también la impronta neoclasicista y naturalista en sus trabajos.

Un gran escultor, reconocido mundialmente

Con 19 años realiza un proyecto de monumento a Urquiza y otro a Alberdi. Continuó con una
estatua al sacerdote Lacordaire y luego con una de Sarmiento. Destacan también el Cristo
penitente y el Manuel Belgrano en Salta y el Cristo bendicente en Tucumán. En Buenos Aires
sobresale la fuente a Villante Olaguaren en la Residencia Presidencial de Olivos. En Italia, más
precisamente en Nápoles, se puede apreciar una escultura suya que lleva por nombre “La mujer
de trenzas”. Estos son solo algunos de los trabajos de una vida dedicada al arte.

En 1949 Iramain fue invitado por la Universidad de Florida y la de Ohio a exhibir sus trabajos con el
dictado de conferencias y clases como profesor especial, junto a la realización de retratos. Allí
participó en la Exposición Internacional de Philadelphia. Nuestro artista también pasó por Italia,
donde tuvo un lugar en la Exposición Internacional de Génova.

A cerca de la Serie Mineros


Durante un periodo Juan Carlos se dedicó a modelar a los mineros del norte argentino en
dimensiones monumentales. En esta fase escultórica se termina de definir la impronta personal de
su arte, a través del modelado de indígenas y criollos que conoció en la Puna. Los rostros tal y
como él los representa tienen rasgos contundentes, fuertes y expresivos. Hacia 1937, contaba
Iramain:

“Con mi esposa comenzamos a viajar por todo el Noroeste y después preferimos el Norte: Jujuy y
sus pueblos. Volcán, Tumbaya, Maimará, Tilcara y toda la Puna pasando Tres Cruces hasta La
Quiaca. Me atraían los tipos enjutos y misteriosos de sus habitantes, sus trabajos y oficios. Así
comencé a interesarme, primero, por los mineros y después por la minería”. Al igual que Lola
Mora, se apasionó por este mundo y su riqueza inagotable.

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Gracias a una beca que le fue concedida en 1938, pudo estudiar los tipos y costumbres del norte,
iniciando una gira por Bolivia, Chile, Perú y Brasil. En su vuelta a Tucumán, Iramain se dedicó a
plasmar la dramática vida del indígena, tema que no había sido suficientemente tratado hasta
entonces en la escultura. Como explica el crítico de arte Oscar Felix Haedo, “Iramain había
captado emocionalmente el drama del poblador trasladando a la escultura los vicios, las
desgracias y las supersticiones adheridas a la vida de aquellos parias. Al compenetrarse de la
riqueza espiritual de dichas colectividades, Iramain descubría en ellas el amor a la familia, el apego
al trabajo, la honda condición de creyentes en sus religiones primitivas y, un amor profundo a la
tierra que ya no les pertenecía madurando otra serie de esculturas de valor apreciable”.

La marca de Iramain en el norte argentino

En 1938 presentó al gobernador de Tucumán, Miguel Critto, la idea de emplazar en la cima del
Aconquija un Cristo monumental. La iniciativa fue aprobada, pero algunas dificultades debidas a
caminos en construcción y la falta de agua hicieron necesario trasladar el proyecto a la cumbre del
Cerro San Javier. A 1400 metros sobre el nivel del mar, era el lugar más apropiado.

¡4 años tardó Iramain en definir el boceto del monumento!. Y el día que finalmente la escultura
fue presentada al público, comentaba: “Yo miraba fijamente el monumento. Profundamente
conmovido. (…) nunca soñé que ello me iba a impactar de tal manera. El Cristo sobre la montaña,
rodeado por el cielo azul y dominando todos los campos de los alrededores, parecía tan grande,
tan enorme, tan espléndido que me pareció imposible que lo hubiera ejecutado una mano
humana”.

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Representado de pie, cubierto con un hábito, con la mano derecha en actitud de impartir
bendición, el Cristo Bendicente mide 28 metros de altura. Así es que puede apreciarse desde
diferentes puntos de la ciudad. Hay quienes lo ven como un “faro de luz y esperanza”, y es sin
duda una marca distintiva de nuestra provincia. El Centro de Interpretación ubicado en la base del
Cristo cuenta con muestras gráficas de gran calidad en las que se narra la historia del monumento.
También posee una imperdible colección de reproducciones a escala de las estatuas similares más
célebres de Argentina y el mundo. Posteriormente, Iramain planearía un Cristo para la provincia
de Salta de similares dimensiones.

Iramain, que fue presidente de la Sociedad de Artistas Plásticos de Tucumán, falleció en 1973. Se
lo entierra, ataviado del hábito de San Francisco de Asis, al lado de su Jesus bendicente en San
Javier.

Museo

Entre Rios 27, Fundado por el propio Iramain , dondevivio y trabajo. Resguarda importante
patrimonio de herramientas, dibujos, bocetos, mobiliario,. Incluye un patio de esculturas suyas. Su
hogar fue declarado en 1960 por UNESCO (ICOM) Museo de Arte, lugar que preserva una vasta
colección de obras del artista, y en el que se puede apreciar también sus frisos escultóricos a lo
largo de sus paredes. En el año 2015 la Provincia de Tucumán recibió en sus brazos al hoy Museo
Provincial Escultor Juan Carlos Iramain, ubicado en calle Entre Ríos 27, en San Miguel de Tucumán,
Tucumán, donde se preservan sus obras y el de otros ilustres artistas Argentinos. Es considerado
uno de los maestros de la escultura Argentina y Latinoamericana.

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