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Informacion Antropologia

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Los indígenas del Paraguay.

La situación de los pueblos indígenas en Paraguay.


Conforme a datos oficiales del Segundo Censo Nacional Indígena, realizado
en el año.
2002 por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (Dgeec)
de la Secretaría Técnica de Pla- nificación de la Presidencia de la República,
la población empadronada releva un total de 87.099 personas, que
representa el 1,7% de la población total del país. Un poco más de la mitad
del total de la población indígena censada reside en la región Oriental
(44.135) y el resto (42.964) en la región Occidental o Chaco. Así también, en
el año 2008 la DGEEC ha realizado una Encuesta de Hogares Indígenas
(EHI), cuyo resul- tado afirma que actualmente la población indígena
asciende a 108.600 personas. Este censo incluye a todos las personas auto
identificadas como indígenas, tomando como referencia el reconocimiento de
su propia identidad (sentido de pertenencia), el origen común, la
territorialidad, y el factor lingüístico-cultural.
Los y las indígenas están distribuidos en 17 pueblos distintos (o 19, según
reclamos recientes), sub-agrupa- dos en cinco familias lingüísticas diferentes:
1) Guaraní:
• Guaraní Occidental
• Aché
• Ava Gauraní
• Mbyá
• Paî Tavyterâ
• Guaraní Ñandéva
2) Lengua Maskoy
• Toba Maskoy
• Lengua Enlhet Norte
• Lengua Enxet Sur
• Sanapaná
• Toba
• Angaite
• Guaná
3) Mataco Mataguayo
• Nivaclé
• Maká
• Manjui
4) Zamuco
• Ayoreo
• Chamacoco Ybytoso
• Chamacoco Tomarâho
5) Guaicurú
• Toba Qom
Los indígenas de Paraguay están asentados predominantemente en las áreas rurales (91,5%).
Sin embargo, cabe destacar que cinco etnias tienen una presencia significativa en áreas
urbanas: Maká (77,4%), Maskoy (32,7%), Guaraní Occidental (29,4%), Nivaclé (25,2%) y
Enlhet Norte (24,4%). Esta distribución denota- ría un desplazamiento hacia los centros
urbanos, y de mantenerse las condiciones actuales, probablemente
podría intensificarse en los próximos años.
En cuanto a la distribución de la población indígena por departamento, se destacan los de
mayor densidad poblacional en el Chaco: Boquerón (22,9%) y Presidente Hayes (22,8%)
El II Censo Indígena ha expuesto también en sus resultados cifras oficiales de la alarmante
situación social de los indígenas, como ser el alto grado de analfabetismo, que afecta al 51%.
Al contrastar con la información sobre de educación formal, un elemento vital de las culturas
indígenas tomado en cuenta por el censo y que se mantiene vivo constituye la lengua. El
76,5% de las y los indígenas hablan el idioma de su respectiva etnia. Contrariamente a lo
esperado, los indígenas urbanos conservan en mayor proporción su propio lenguaje. Los
Manjui y los Tomárahos en la totalidad de su población utilizan su dialecto. Adicionalmente
estos pueblos mantienen vivas sus prácticas tradicionales de subsistencia, es decir, la pequeña
cacería, pesca y recolección de frutos, entre otras.
La tasa de participación laboral o tasa de actividad económica de la población indígena
asciende a 52%; esta población que tiene 10 años y más de edad constituye la Población
Económicamente Activa (población ocupada o desocupada respecto a la población total en
edad de trabajar), siendo el porcentaje superior en el caso de los hombres en relación a las
mujeres (71% versus 34%)
Tras observar a la población indígena ocupada según el sector económico en el cual se
desempeña, se observa que un alto porcentaje trabaja en el sector primario, es decir, en
actividades relacionadas con la agricultura, la ganadería, la explotación forestal, la caza y la
pesca (71%). El resto se distribuye de igual manera en los sectores secundario (industrias y
construcción, 14%) y terciario (comercio y servicios, 15%) El ingreso promedio de los ocupados
asalariados es cercano a los 778.000 guaraníes mensuales, siendo mayor entre los hombres,
quienes están mejor remunerados que las mujeres, con una diferencia de un poco más de
300.000 guaraníes.
El examen por familia lingüística revela ciertas diferencias entre los salarios. En el caso de los
Mataco Mataguayo y los Lengua Maskoy, estos presentan niveles por encima del promedio
total, mientras que los Guaicuru son quienes reportan los salarios más bajos entre la población
indígena.
En cuanto al derecho a la tierra, el censo expresa que la situación de pobreza extrema de los
pueblos indígenas se ve reflejada en la falta de tierra propia que padecen estas sociedades.
Los resultados censales indican que existen en Paraguay 412 comunidades indígenas, de las
cuales 185, el 45% del total, todavía no disponen de asegura- miento legal y definitivo, tal como
lo establece la Constitución Nacional en su
capítulo V, artículo 64.
El acceso al agua procedente de ESSAP/SENASA afecta a sólo 1,4% de los
hogares indígenas, mientras que la Red Comunitaria provee de agua a 4,5%
de los hogares. La gran mayoría (37,8%) solo tiene acceso a tajamar o río.
En promedio, el 37,8% de los hogares indígenas utiliza agua proveniente de
un tajamar o río, mientras que 22,2% y 21,3%, usa agua de pozo sin bomba y
aljibe.
Dentro de la sociedad paraguaya, sin duda la población indígena presenta la
mayor vulnerabilidad alimen- taria e insuficiencia en la cobertura de
necesidades básicas, además de otros problemas relacionados con la
aculturización y la exclusión. Un solo indicador sirve para reflejar la situación;
la mortalidad infantil para el conjunto de la población indígena es de 106,7
por 1.000 nacidos vivos, con una variación interétnica de 64 por 1.000 en los
Maká a 185 por 1.000 en los Chamacoco (CIDH-OEA, 2001). La tasa media
paragua- ya es de 20 muertos por cada 1.000 nacidos vivos. La misma tasa
es de 4 en España, 54 en Bolivia, 33 en Guatemala o 101 en Guinea
Conakry, (WHO, 2006). Otro indicador que indirectamente refleja el estado
nutricional y de salud de la población indígena es la prevalencia de
tuberculosis que es 10 veces superior a la media nacional. El 80% de las
viviendas indígenas se encuentran infestadas por Triatoma Infestans,
causante del mal de chagas, (CIDH-OEA, 2001). (MEC, DGEPPJA, 2019,
págs. 169-171).

Cambio social y globalización

LEO EL TEXTO

Aunque se conoce mucho acerca de las condiciones y procesos del cambio, no


existe una explicación satis- factoria de por qué ocurre el cambio. Posiblemente
la explicación está en la capacidad humana de aburrirse. La mayor parte de las
especies superiores siempre que no están cazando, comiendo o apareándose,
solo se van a dormir, a veces hasta veinte horas al día

Los humanos no pueden dormir tanto, y el aburrimiento humano puede ser la


verdadera causa del cambio social (Hirschman, 1.982).

Otra respuesta es suponer simplemente que el cambio es una constante en el


universo que no necesita expli- cación. Una constante es algo que siempre está
presente. Las poblaciones crecen y se declinan; las modas vienen y van; las
montañas nacieron al ser impulsadas hacia arriba y se van desmoronando; aun
el sol se está consumiendo gradualmente.

Ninguna sociedad copia y transmite exactamente la cultura a cada nueva


generación. Esto se manifiesta en los cambios de lenguaje. Ninguno de los
esfuerzos históricos para proteger del cambio o de las “influencias extranjeras”
a la cultura ha tenido éxito durante mucho tiempo. El cambio social y cultural es
continuo e irresistible. Sólo varían su velocidad y dirección.

Existe una distinción entre “cambio social” cambios de estructura social y en las
relaciones sociales de una sociedad y “cambio cultural” cambio en la cultura de
una sociedad-. Algunos cambios sociales pueden incluir cambios en la
distribución por edades, nivel educativo medio o tasa de natalidad de una
población; o la reducción de informalidad y buena vecindad cuando las
personas se trasladan del pueblo a la ciudad;

o el cambio de relación entre trabajadores y patrones cuando se organizan los


sindicatos; o el cambio del marido del papel de jefe al de compañero de familia
democrática actual. Los cambios culturales pueden incluir cosas como la
invención y popularización del automóvil; la adición de nuevas palabras a
nuestro lenguaje; los conceptos cambiantes de propiedad y moralidad; nuevas
formas de la música, del arte o de la danza; o la tendencia general hacia la
igualdad sexual. Sin embargo, los conceptos no sobreponen. La ten- dencia
hacia la igualdad sexual significa transformar tanto un conjunto de normas
culturales relativas a los roles masculino y femenino como también algunas
relaciones sociales. Casi todos los cambios importantes implican aspectos
sociales y culturales. Por lo tanto, en la práctica, la distinción rara vez es muy
importante y los dos términos se utilizan indistintamente. Algunas veces el
término “cambio socio-cultural” se utiliza para incluir cambios de ambos tipos.

Existe una importante distinción entre cambio social y “progreso”. El término


“progreso” implica un juicio de valor. El progreso significa un cambio en una
dirección deseable. Puesto que progreso es un término evaluativo, algunos
científicos sociales prefieren el término neutralmente descriptivo de “cambio”.
(MEC, DGEPPJA, 2019, págs. 118-119).

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