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Shikamaru Shinden PDF

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Shikamaru Shinden
Una Nube Bailando sobre Pétalos
Caídos Abandonados

Autor: Takashi Yano


Imagen: Masahi Kishimoto

Original inglés: https://shadlay.tumblr.com/tagged/shikamaru-shinden


Traducción a español: Akatsuki (mi-castillo-de-arena.blogspot.com)

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Parte 1

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CAPÍTULO 1
Se despertó de la manera usual. Incluso desde que empezara la Academia, tenía el
hábito de madrugar. No importa cuan tarde se fuera a dormir, sin fallo, siempre se
despertaría a una determinada hora.
—Uwaaaa… —Shikamaru bostezó, mirando al techo familiar—. Hmnn.
Notó un raro olor y se olió la camisa. El olor a carne ahumada y tabaco aún
permanecía en ella. Había llegado tarde a casa anoche, y se había tirado en el futón tras
sacarse el abrigo.
—No me bañé… —Suspiró.
Las sensaciones que le habían traído alegría anoche ahora lo deprimían. El agua en
la bañera estaba definitivamente fría ahora. Temari no tenía idea de cuando llegaría a casa
y la había dejado cubierta. Y si bien recordaba, ahora mismo había una cena fría en la
mesa.
—Las nubes me están llamando...
Había olvidado llamar a Temari.
Se olió el antebrazo, que apestaba a humo.
—Que molestia…
Realmente la había jodido esta vez. No llamó a su esposa, no se bañó y había
dormido con su ropa puesta. Pero vendrían más cosas que esas, así que tuvo que prepararse
para ellas. Incluso si no se culpaba a sí mismo, las palabras autocompasivas ya estaban en
su cabeza.
—Mierda.
Forzándose, ladeó la cabeza, dispuesto a aclararse. Los shinobi que bebían tanto
como lo hizo él no podrían ingeniárselas al día siguiente. Se dio unas palmadas en las
mejillas unas cuantas veces y se pellizcó la cara. Sin su fuerza de voluntad, nunca tendría
fuerza suficiente para abrir las puertas ante él.
Como no se bañó, su pelo seguía atado, enmarañado. Todo en él era un completo
caos. Tenía que acordarse de darse siempre un baño a partir de ahora.
Se desató la liosa coleta y se sacudió el pelo. Se quitó las legañas de sus ojos y se ató
su pelo negro de nuevo.
—¡Yosh! —Exclamó y de inmediato se avergonzó. Necesitaba inspirarse, supuso.
Se fue al pasillo.
—¡Oh!
Al salir, la cara de su hijo apareció para saludarle. Shikadai se quedó mirando a su
padre, que lo miraba con ojos bien abiertos.
—Oh, hola. —Shikamaru dijo con voz ronca.
—¿Te resfriaste? —Shikadai preguntó, sus ojos brillantes como los de su madre—.
¿O estuviste hablando mucho ayer?
Cuando Shikamaru tomaba unas cuantas bebidas, sonaba como un cuervo,
volviéndose más y más ruidoso según avanzaba la noche. También disfrutaba fumando un
montón de cigarrillos. Su garganta sonaba horrible.
—Hey, papá, solo para que lo sepas… —Shikadai murmuró—. Mamá está de mal
humor.
Shikamaru lo sabía, como si fuera culpa suya. A través del pasillo, podía oír la
comida siendo furiosamente troceada.

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—No es raro.
Shikadai golpeó el hombro de su padre. Shikamaru sonrió amargamente.
—Buena suerte.
Shikamaru soltó un grito ahogado cuando de repente se tambaleó hacia adelante,
agarrando a Shikadai por el cuello y revolviéndole el cabello como cuando era joven.
—¡Para! ¡¡Apestas a cigarrillos!! —Shikadai gritó.
—Shush, las cosas serán peores después del Exámen de Ascenso a Chuunin. Habrá
un montón de trabajo, así que ya no podrás escaquearte más. —Shikamaru dijo, probando a
su hijo. Recordó su propio Exámen de Ascenso a Chuunin, donde había conocido a Temari.
Ella había sido su enemiga entonces, pero ahora eran pareja.
> ¿Has comido? —Preguntó a su hijo.
—Sí. —Shikadai asintió.
—Mejor que te vayas entonces.
—¡Sí, vale! —Shikadai escapó de las manos de su padre.
—¡Buena suerte!
—¡Qué lastima! -—Resopló Shikadai, antes de escabullirse por la puerta.
—Está bien... —Shikamaru suspiró, caminando hacia la cocina, con el corazón en el
estómago.
> Buenos días. —Le dijo a su esposa.
Ella no se dio la vuelta.
—Me voy a bañar. —Dijo.
Ella no respondió, lo cual era razonable. Shikamaru arrastró sus pesados
sentimientos al cálido baño. Pensó cuidadosamente. ¿Qué clase de ásperas palabras le
esperaban esta vez? ¿O lo ignoraría durante días? Solo pensarlo le hacia doler el estómago.
Mientras se vestía, encontró un conjunto de ropa limpia doblado cuidadosamente y
su abrigo colgado de la puerta. Se las puso mientras iba a la sala del té.
Arroz y miso con pescado a la parrilla estaban ante él, un elemento básico en su
familia. Ella también le dio un poco de jugo.
—Perdona por lo de ayer. —Shikamaru dijo, los ojos bajos. Luego quedó en silencio.
Era mejor disculparse ahora mismo o de otra manera le esperarían incontables
contraataques. Tras una larga vida como pareja, Shikamaru había aprendido unas cuantas
estrategias.
> Qué aproveche. —Shikamaru dijo, tomando sus palillos.
Probó un poco.
—Está bueno. —Dijo suavemente.
Lo dijo para que ella se sintiera mejor, desesperadamente tratando de ver a traves
de su lenguaje corporal. Normalmente, su amabilidad recibiría una réplica. Parece que el
hogar de esta cucaracha estaba peor de lo habitual.
Temari se lo quedó mirando como si dijera: ‘¿Por qué estás así? ¿Por qué volviste
oliendo a tabaco? ¿Por qué no cenaste? ¿Por qué no te bañaste hasta ahora?’
Él dijo que el arroz estaba delicioso, pero no notó el sabor en absoluto. Alzó la
mirada hacia ella, pero ella seguía en silencio. Los restos del pescado descansaban a un lado
de su plato.
—¿Qué cambiaste? —Preguntó.

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—Sésamo. —Dijo, finalmente hablando.
Él le presentó un cuenco de arroz, cuidadosamente observando sus manos sobre el
cuenco.
—Toma. —Se lo ofreció.
—Gracias. —Ella murmuró, como acto reflejo.
—Um… —Dijo, comiendo su arroz. No sabía qué decir, no podía pensar.
Temari de repente habló afiladamente:
—¿Recuerdas qué día era ayer?
Su corazón se paró.
¡¡¡Esto era malo!!!
Había olvidado su aniversario de boda. Lo había olvidado por completo porque
estaba ocupado preparando la Reunión de los Cinco Kage, que habría antes del Exámen de
Ascenso a Chuunin.
Shikamaru puso su cabeza en la mesa, en una profunda inclinación.
—Lo olvidé. ¡Lo siento mucho!
La mirada helada de Temari lo apuñaló en la cara.
—Estuve concentrado en mi trabajo como asistente de Naruto, No fui capaz de venir
a casa. ¡En serio que quería venir y cenar contigo! —Soltó.
—Espero que esos sentimientos sean de verdad porque el pasado nunca regresará,
—Murmuró ella.
—Lo entiendo, pero voy tarde para el trabajo. —Se quejó.
—¿Ya es hora de irte?
Cuando ella preguntó, el reloj mostró que de hecho ya era hora de irse. Él se
levantó, Temari se fue a lavar los platos.
—Lo siento mucho, por favor perdóname. Llegaré tarde. —Dijo.
Se fue de casa y se dirigió al edificio del Hokage.
Suspiró mientras caminaba por la calle, mirando al cielo. Vio una nube blanca
flotando en el cielo.
—Familia… —Shikamaru murmuró—. Que molestia…

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CAPÍTULO 2
La reunión era diferente de lo usual, la atmósfera era tensa.
Shikamaru estaba tras Naruto, que se sentaba en una mesa redonda. Ambos
miraban a Kurotsuchi, la joven kunoichi que había heredado el título de Tsuchikage. La
Tsuchikage era la líder de la Villa Oculta de la Roca. Su abuelo fue el anterior Tsuchikage,
Oonoki. Bajo su pelo, sus ojos se fijaron en Naruto. El aire estaba lleno de tensión.
Naruto pretendió no notar su mirada. Acababa de interrumpirla para explicar qué
había sucedido exactamente en el anterior Exámen de Ascenso a Chuunin. Naruto había
sido raptado por un hombre llamado Momoshiki, y los otros cuatro Kage habían ido en su
rescate. Esto, por supuesto, incluía a Kurotsuchi la Tsuchikage, Darui el Raikage, Gaara el
Kazekage y Chojuuro el Mizukage.
Eran los mejores ninja de todo el continente. No solo habían unido a las cinco
grandes villas, sino a pequeños países, que habían alzado las armas por doquier. Tras la
guerra shinobi, las aldeas habían permanecido unidas. La primera unión mundial en
mucho tiempo. Una vez estuvieron divididos, enemigos y aliados en la guerra. Pero hacia
tiempo que estaban en paz.
Naruto era el que había acabado la anterior guerra. Con su tenaz poder y alegre
personalidad, había reunido a todos los ninja.
—De todos modos, este evento realmente fue una molestia para todos. Si no queréis
que esto suceda de nuevo en el futuro, seremos más cautelosos. —Naruto miró a Gaara,
quien asintió, su ojo tapándole un ojo.
Kurotsuchi murmuró algo que sonaba como ‘Esto es ridículo’.
Darui se reclinó en su silla.
—No querías ser atrapado, no hay nada por lo que disculparse. —Dijo.
—De todos modos, tan pronto como sepamos de algún problema, vendremos y
ayudaremos tan pronto como sea posible, —Chojuuro dijo.
Darui se encogió de hombros mientras miraba al Mizukage.
—Entiendo. Siempre haré lo mismo. ¡Realmente lo aprecio! —Naruto dijo.
—Si realmente lo lamentaras, entonces no necesitarías ninja. —Kurotsuchi dijo
sombríamente como si contrastara con la sonrisa de Naruto.
—¿Qué fue eso? —Naruto captó su mirada.
—¿Por qué Konoha siempre es el centro de estas grandes ocasiones? Nunca sabemos
qué tan mal irá hasta que sea demasiado tarde. —Gruñó ella—. ¡Esto sigue pasando una y
otra vez!
—Konoha estará bien, a pesar de lo sucedido. ¿Cuántas veces tengo que decirlo? —
Naruto se quejó.
—Hace bastante calor aquí. —Akatsuchi dijo, sus manos tras la cabeza. Observó a
la mujer de cabello negro con una mueca. Él era su asistente, del mismo modo que
Shikamaru lo era de Naruto. Hace tiempo, Temari había tenido una posición similar.
Darui observó a Kurotsuchi, Omoi justo tras él. Chojuuro estaba con Misuno. Y
Gaara con Kankurou.
Kurotsuchi seguía gritando a Naruto:
—¡No puedo perdonar lo que sucedió durante el exámen!
—Lo siento por ello. —Naruto dijo.
—¡No es por eso! —Exclamó.

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Naruto se sentó allí, sonriendo tercamente. A pesar de esto, tenía una línea de
sudor corriéndole por la frente. Siempre que Shikamaru había estado en estas reuniones,
nunca se pelearan así. Pero hoy era diferente. Kurotsuchi estaba en racha.
—Esa herramienta que usó tu hijo, ¿qué era? —Ella preguntó.
Estaba hablando de la Herramienta Científica Ninja. Al sellar un jutsu en un
pequeño pergamino, podías liberarlo de una herramienta con forma de brazalete. Solo el
jefe de la Sección Científica, Katasuke, podía haberlo hecho. Había convencido a Boruto, el
hijo de Naruto, a usarlo durante el Exámen de Ascenso a Chuunin. Contenía la Imitación
de Sombra de Shikamaru, el Rasengan de Naruto y el Chidori de Sasuke.
De hecho, cualquier podría usarla siempre que fuera ninja. Pero devaluaba a los
shinobi. La individualidad como ninja se perdería. Un verdadero shinobi refinaba sus
habilidades mediante el duro trabajo, por lo cual cada ninja es especial.
La acalorada Tsuchikage se levantó y miró a Naruto.
—¿Qué clases de cosas ha estado haciendo Konoha en secreto? ¿Qué creías que
haríamos cuando lo descubriéramos? —Demandó.
—¡No, no! ¡La Herramienta Científica Ninja fue hecha sin nuestro permiso! —
Naruto exclamó.
—¿Esperas que me lo crea? —Kurotsuchi tentó.
Toda la tensión en el cuarto hizo que los sentidos de Shikamaru se agudizaran. El
tablero de Shogi estaba aún en sus primeros movimientos. Kurotsuchi avanzaba en línea
recta. Estaba tratando de llegar al otro lado del tablero con solo ataques. Shikamaru siguió
en silencio, reflejando todo lo que había dicho. Poco después, las verdaderas intenciones de
Kurotsuchi serían reveladas. Observó cómo avanzaba la reunión, sus puños enguantados
tras su espalda.
—Si ese tipo de gafas no incentivara esa batalla, no sabríamos la vanidad de los
ninja de Konoha. Pero aún así, ¿Konoha actúa de manera inocente ante la tecnología que
produce? —Preguntó a Naruto, su rostro desesperado.
—No importa tu aldea, tratas de hacer que la vida sea mejor. —Naruto dijo
calmado.
—Esa herramienta es demasiado peligrosa. Si toda Konoha tuviera esas armas, yo
no estaría calmada en absoluto. —Ella murmuró.
—Los ninja SON herramientas. Que cualquiera puede usar. Nuestros únicos límtes
es nuestro chakra. —Naruto dijo—. Aquellos que tenemos una barrera de sangre logramos
usar dos naturalezas de chakra a la vez, pero todos tenemos nuestros límites. Todos
tenemos que esforzarnos.
Era la barrera entre el hombre y el genio.
—¿Por qué necesitaría vivir un ninja así? —Kurotsuchi preguntó. Tenía una sonrisa
con sed de sangre. Hizo tragar a Naruto.
—Konoha… —Tartamudeó él.
—… continuará como siempre. —Shikamaru intercedió, sus palabras resonando por
la habitación. Alzó su mano derecha, mirando a Kurotsuchi—. En lo que trabajamos es en
ayudar en el progreso. —Dijo—. Puede que estemos acostumbrados al sabotaje o traición,
pero queremos usar esto para la paz. No es fácil contener nuestras poderosas técnicas. Los
jóvenes se negarán a entrenar debido a esta herramienta, incluso si la restringimos al uso
militar.
—Bueno, estoy con Shikamaru. Es el límite de un mocoso y la herramienta de un
Dios. —Darui dijo.
—¿Estás seguro? —Chojuuro preguntó, su mano tapándose la mitad de la cara.

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—Me gustaría decir algo. —Gaara había atraído las miradas del grupo—. Nos
hemos llevado bien durante tanto tiempo, ¿por qué es tan problemático para ti? Ellos son
nuestros aliados, ¿no es así?
—Chojuuro, quise decir lo que dije, ¿sabes? —Naruto dijo firmemente.
Shikamaru se dio cuenta de algo que Naruto no.
¿Era imposible, vale? Siempre habían tenido buenos lazos con Konoha, algo en lo
que se habían esforzado. Sin embargo, en la Niebla Oculta, siempre habían tenido escasez
de minerales. Siempre fueron pobres en recursos: muy pobres en cobre o hierro. Después de
crear la alianza, la Niebla había encontrado una vena de mineral, en lo profundo de sus
rocas. La Aldea de la Roca les había ayudado a minarla. A cambio, recibieron algo de agua
de calidad, ya que su suministro de agua era escaso. El profundo abismo entre los dos se
había curado.
—Si alguna vez hiciera algo así, lo diría. Creo en la Niebla y en todos vosotros. Haré
un informe pronto, lo prometo. —Naruto dijo, mirando a los otros dos.
Konoha siempre había tenido un ejército temible, por lo que las negociaciones nunca
se desarrollaron sin problemas. Pero Naruto nunca se rindió. Ese era el hombre en el que
Shikamaru había elegido confiar y seguir, a pesar de lo irritante que podía ser. Mantuvo
sus ojos en toda la mesa, pero prestó la mayor atención a Naruto.
—Sasuke estaba del lado de Akatsuki, ¿no es cierto? —Kurotsuchi volvió a atacar—.
Originalmente, ese tipo era de Konoha, al igual que el ninja renegado detrás de la 4ª
Guerra.
—¡Eso fue hace mucho tiempo! —Naruto había perdido la calma, como siempre
hacía cuando se trataba de Sasuke.
Tan seguro como cuando Kurotsuchi lo había dicho, Sasuke había sido un criminal
que había desencadenado la 4ª Guerra Shinobi. Pero sin él, la guerra tampoco habría
terminado. Al darle libertad condicional para compensar sus crímenes que cometió como
ninja renegado, Sasuke había sido un gran activo para las Cinco Naciones.
Naruto tenía razón en este caso, pero Kurotsuchi persistió:
—Ese hombre que intentó destruir nuestro mundo estaba protegido por Konoha.
¡Además, se le permitió caminar por nuestro mundo y hacer informes sobre otros países!
¡Un hombre así es un espía! —Declaró.
—¿Puedo? —Shikamaru preguntó, levantando su brazo para calmar la habitación.
Luego habló, sin esperar su permiso—. El reconocimiento es importante para los shinobi. Se
culpa a todas las naciones por esa guerra, no solo a Konoha. Él no tiene una sentencia de
muerte, por lo que Sasuke puede regresar con información, que luego procederemos a
informar a los demás. Según lo acordado. Naruto es responsable de Sasuke, que es algo que
también acordamos. Si Konoha usara a Sasuke como dice la Tsuchikage, y si planeáramos
usar la Herramienta Científica Ninja para invadir otro país, ¿por qué podrías esperarlo? La
respuesta es no. Konoha, que ha unido esta preciada alianza, construida por nuestros
predecesores, nunca haría eso. Incluso si luchamos contra los otros cuatro poderes y los
miembros más pequeños de nuestra alianza, sabemos que nunca ganaríamos. ¿No es eso
bastante disuasivo? ¿No tenemos una alianza lo suficientemente buena?-—Habló
Shikamaru.
Darui asintió junto con el discurso, con los ojos cerrados y los brazos cruzados frente
a él.
Chojuuro frunció el ceño ante las palabras de Shikamaru.
—No seré engañado por un discurso elegante. —Dijo él con firmeza.
Cambiando su mirada hacia Shikamaru, Kurotsuchi reflexionó sobre sus palabras.
Shikamaru le devolvió la mirada y esperó.
El brazo delgado de ella golpeó el escritorio.

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—¡Konoha tiene demasiados secretos! ¡Pero debido a vuestra fuerza militar,
cooperaremos siempre que nuestras condiciones coincidan! ¡Quiero que Konoha revele toda
su información confidencial, como prueba de su compromiso con la paz! —Ella declaró.
Naruto estaba sin palabras. Shikamaru puso sus manos tras él y dio un paso atrás
al borde de la habitación.
Una revelació de información dejaría desnuda a Konoha. ¿Qué harían?
—Si rehúsais esta petición, la Aldea de la Roca no dudará en dejar esta alianza. —
Kurotsuchi dijo firmemente.
—Por favor, déjame pensarlo. —Naruto dijo.
—Esperaré vuestra respuesta en la próxima reunión. —Ella dijo, mirando a
Shikamaru antes de dejar la habitación.
Todos se levantaron y se fueron.
—Hey, esperad un segundo... —Naruto murmuró, sus palabras cayendo en oídos
sordos.
—Ugh, que molestia… —Shikamaru gruñó, apoyándose contra la pared.

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CAPÍTULO 3
—Ha pasado tiempo.
En el cuarto junto a la oficina del Hokage, Shikamaru habló a un par de caras
familiares.
Uno alto con cara blanca de mono, y otro más bajo con cara de gata. Por sus figuras,
podías ver que era el mono era un hombre, y el gato, una mujer.
—Como hace mucho, sí. —La chica dijo, sacándose la máscara. Su larga melena
naranja había sido cortada. Cuando Shikamaru la conoció era una recién graduada de la
Academia. Había sido hace una década. La joven era ahora una mujer. Tenía una mirada
confiada, pero Shikamaru sabía que ella también había visto muchas batallas oscuras.
—¿Sigues diciendo “como” todo el tiempo, Hinoko? —Shikamaru preguntó.
—No es como algo que pueda gustarte, solo deja de hacerlo. —Hinoko replicó.
—Ya veo… Hinoko. —Suspiró.
—¡Como que voy a seguir haciéndolo! —Hinoko dijo.
En el pasado, Hinoko había odiado su nombre real, prefiriendo que la llamaran por
su nombre en ANBU, “Soku”. Parecía no importarle mucho ahora, pero el sentimiento de
nostalgia aún hacia que la boca de Shikamaru se torciera en una sonrisa.
—Siento molestar. —El hombre dijo, sacándose la máscara. Había revelado sus
espesas cejas y mandíbula cuadrada, sin embargo, Shikamaru lo recordaba como un
hombre de pelo negro. Ahora era canoso. Este hombre era conocido como Rou, Era un
shinobi veterano, muy maduro y mucho más mayor que Shikamaru.
Los tres una vez estuvieron en una misión juntos en el País del Silencio. El objetivo
era asesinar a un hombre que podía controlar a la gente mediante genjutsu al usar su voz:
Gengo. Como Gengo había capturado al amigo de Shikamaru, Sai, habían ido a rescatarlo
sin decirle nada a nadie más. La misión seguía en la mente de Shikamaru: cuando había
sido atrapado en el jutsu de Gengo y liberado de él por Temari. En aquellos días, había dado
un paso a la oscuridad en un intento por reducirla. Su objetivo era traer la paz al mundo, a
su propio modo.
Ninja como esos eran invaluables.
—Lord Shikamaru es ahora el número 2 de Konoha. Si eres demasiado ruda, serás
“severamente castigada”. —Rou dijo, sus fosas nasales dilatadas.
Rou había enfatizado el “severamente castigada”. Eso hizo que Hinoko frunciera el
ceño.
—Como, este viejo no ha cambiado. —Hinoko murmuró.
—Ella también parece haber tomado medidas enérgicas contra sus “castigos severos
para el número dos”. —Rou dijo.
Hinoko tenía una sonrisa enrojecida. Rou tenía el mal hábito de hacer chistes
malos. Eran al menos… interesantes, pero no divertidas.
Shikamaru se rió y sonrió lastimosamente, alabando la extraña pelea. Hinoko fingió
no escucharlo.
—Ciertamente ha pasado un tiempo desde que nos hemos reunido. ¿Esto significa
que hay otro trabajo?
—Sí. —Respondió Shikamaru, acunando la barbilla con la mano enguantada. Lanzó
una mirada conspicua a los otros dos—. Se rumorea que el área cerca de las 'montañas' ha
sido bastante 'maloliente' últimamente. Hemos notado un grado de 'magma'. —Shikamaru
dijo con cuidado.

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—Oh… —Las cejas de Rou se tensaron.
Hinoko sonrió con sus labios pintados de naranja, mientras captaba el significado
oculto de esas palabras.
—Hace poco que oí que el “olor” ha vuelto. —Respondió ella, apartándose el pelo de
los ojos con sus uñas pintadas de naranja.
De hecho, desde el final de la guerra, después de que las Cinco Naciones se
hubieran aliado, la lucha interna entre los países había disminuído rápidamente. Pero solo
porque eran aliados, no significaba que no hubiera ninguna fricción entre ellos. La
estabilidad se convirtió en rigidez, lo que hizo imposible cualquier cambio repentino. Un
golpe fuerte haría que los fragmentos se rompieran por completo. Algunos vieron esta paz
como una ilusión, y esas ansiedades debían ser cortadas de raíz.
—¿Algo sucedió en la última reunión? —Hinoko preguntó. Ella tenía una intuición
aguda.
Shikamaru respondió asintiendo.
—La Tsuchikage hizo una extraña petición. —Respondió él.
—¿Qué fue?
—Ella quiere una divulgación pública de la información confidencial de Konoha a
todas las aldeas. —Dijo Shikamaru.
—Oh, jaja, no hay forma de que ella nos lo pida. Los secretos están destinados a ser
secretos. Es una Kage, debería saberlo. —Hinoko se echó a reír.
Fue como ella dijo. Como Tsuchikage, la propuesta de Kurotsuchi era una locura.
Exponer la información de las aldeas era igual a perder una guerra. Pero Kurotsuchi no era
una mujer tonta. Había hecho una solicitud bien informada; debe haber algo detrás. Estaba
molestando al tablero de Shogi. Atreverse a hacer lo incorrecto, ¿es eso lo que ella quería?
No fue el lanzamiento de la información de Konoha lo que hizo que Shikamaru
pensara eso, sino la atmósfera de la reunión. Pero ahí es donde terminó su tren de
pensamiento. No entendió su razonamiento para querer interrumpir a las Cinco Naciones.
La Aldea de la Roca estaba escondiendo algo. Si no podía entender qué era, Konoha estaría
condenada. No podía permitirse perder este juego.
El corazón de Shikamaru se estaba hundiendo en un mal presentimiento desde esa
reunión.
—¿Es posible que, como, rechazar la solicitud? —Hinoko preguntó.
—No. —Respondió él.
—Como, ¿por qué no?
—La herramienta científica ninja utilizada por Boruto en el último Exámen de
Ascenso a Chuunin, seguido del ataque de Momoshiki, la actividad de espionaje añadida de
Sasuke... Realmente parece que Konoha está preparando una invasión a las otras aldeas.
Intentar inventar excusas no funcionará, Sasuke se vio comprometido. No creo que muchos
crean que podemos superar esto. Kurotsuchi no nos creyó desde el principio. Le dijimos que
tendríamos su respuesta en la próxima reunión. Ella va a esperar una y no sé qué hacer...
—Shikamaru explicó.
—Ella es una mujer que no puede evitarlo. —Gruñó Hinoko.
—Cuando era más joven, Kurotsuchi era una miembro cercana de la Alianza
Shinobi. No entiendo por qué está tratando de perturbar nuestra paz. Así que necesito que
investigueis por qué. —Shikamaru siguió adelante.
—¿Entonces crees que está sucediendo algo en la Aldea de la Roca?
—Allí hay, seguramente. —Dijo Hinoko.

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Shikamaru que estaba mirando a un espacio en blanco, cruzó los brazos. Luego miró
a Hinoko.
—Si crees que algo sucediendo en la Roca, nos costará infiltrarnos. Si el enemigo
espera la guerra, entonces la seguridad será firme. —Hinoko dijo.
—Por eso os escogí a ambos. —Shikamaru dijo fríamente.
Ambos lo miraron.
—¿Quiénes me ayudaron a infiltrarme en el País del Silencio? Sé cuáles son
vuestros poderes.
—Hemos escuchado hasta aquí, por favor, continua. —Rou dijo.
Rou tenía la habilidad de controlar libremente el chakra. Suplantación, supresión y
exageración. Podía hacerlo para sí mismo y para los demás. Tenía un uso muy diverso. Con
sus habilidades, ni siquiera los mejores guardias lo notarían entrar en su fortaleza.
Hinoko tenía la capacidad de disparar su chakra desde la punta de sus dedos, lo que
podría alterar los puntos de chakra de las personas. Ella era el sicario ideal. Si ella corta el
chakra del vigilante, podría pasar cualquier muro fronterizo.
—¿Llevaremos a alguien más? —Hinoko preguntó.
—No, más personas serán más problemas. —Respondió Shikamaru—. Os dejo esto
a vosotros dos. Tengo un trabajo diferente que hacer.
—¿Eeeeeh? —Hinoko levantó la voz sin pensar. Incluso como adulta, ella todavía
tenía algunas maneras infantiles.
Su hábito de gritar no había desaparecido con la edad. Cuando Shikamaru tuvo a
Temari en una cita después de los eventos en el País del Silencio, Hinoko dejó escapar un
chillido de niña. Su voz todavía tenía la misma frecuencia de tono.
—También investigaré a la Roca. —Dijo Shikamaru.
—Entonces, como, ¿vienes con nosotros? —Hinoko preguntó.
—No, entraré en la feria y a la plaza de la villa. Desde las puertas delanteras. No he
jugado con el viejo Oonoki al Shogi por un tiempo: incluso si voy sin ser invitado de
antemano, me dejará entrar.
Rou asintió junto con la explicación.
—Cuando Lord Shikamaru de Konoha vaya de visita, nos infiltramos en la aldea.
—Confirmó Rou.
—Así es. —Afirmó Shikamaru.
La boca de Hinoko formó una leve sonrisa.
—Incluso sin ti, podríamos hacerlo.
—Hay algo más también, Hinoko. Quiero ver a Oonoki. —Dijo Shikamaru.
—Bien, basta ya de “Hinoko” por ahora. —Espetó.
—¿Tu nombre no es ese? —Murmuró Shikamaru.
—¡Cállate! —Gruñó ella.
—Hinoko, para. Ve a comer unos champiñones y cálmate. —Rou se entrometió.
—¡¿Has convertido a Hinoko en Kinoko1?! ¡Viejo imposible! ¡Tus “castigos”
realmente van cuesta abajo últimamente! —Gritó Hinoko.
—Bleahhh… —Bromeó Rou.

1
Aquí hace juego de palabras con Hinoko y kinoko (champiñones).

14
Shikamaru sintió un pinchazo en el estómago ante lo tontos que actuaban, pero
estaba agradecido de poder llevar a cabo este plan con su ayuda.
—Esta es una orden mía. —Shikamaru declaró.
—¡Como, cuenta con nosotros! —Hinoko dijo.
Con una sonrisa, Shikamaru asintió.

15
CAPÍTULO 4
—No puedo entrar en otra aldea, ¿no?
Shikamaru era muy consciente de su posición. Después de haber sido sus primeras
vacaciones en tres meses, esperó solo al borde de la frontera del País de la Tierra. Pronto
aparecieron varios shinobi, Shikamaru sabía que había sido detectado. Eran un pequeño
equipo de seguridad, al parecer.
No pidió ver a Kurotsuchi, quería que fuera una visita privada. Supuso ir
directamente a la casa de retiro de Oonoki. Cuando solicitó eso, pudo ver la duda en sus
rostros. Si podía ver esa duda, significaba que las palabras pronunciadas en la última
reunión ya estaban vigentes.
Shikamaru fue conducido a la casa de Oonoki, que estaba sola y separada del resto
de la aldea. La casa del anciano era pequeña, de solo 10 pies de altura, con un dormitorio y
una habitación de invitados. Al parecer, el viejo disfrutaba de su jubilación duramente
ganada. Shikamaru vio un verdadero shinobi en el Tsuchikage anterior.
—Viejo, ganaste. —Shikamaru habló en voz alta con el viejo al otro lado del tablero
de Shogi. Ahora tenía problemas para oír y no podría oírlo si hubiera hablado normalmente.
El caballero se mantuvo a salvo, a cinco espacios del rey. El viejo había puesto a su
general dorado en el área de Shikamaru. Siempre parecía centrarse en la ofensiva, luego
pretendía no escuchar a la razón.
—¡Oye! ¡Viejo! —Gritó Shikamaru.
Oonoki mantuvo su rostro oculto, mirando hacia el tablero.
—¿Qué es? —Oonoki preguntó, mirando a Shikamaru con ojos agudos, recordándole
a Shikamaru cuando era un ninja.
—-¡Has ganado!-
Cuando Shikamaru dijo eso, se dio cuenta del caballero.
—Cálmate, hice un mal movimiento con el general dorado. —Dijo Oonoki.
—No tienes que hacer nada, ¿qué acabo de decirte? —Gruñó Shikamaru.
—Es un simple descuido. Lo siento. —Dijo el viejo.
—¡Te dije que has ganado y me estás ignorando! —Gritó Shikamaru.
—¡¡¿¿WAAaaa??!!
Mientras fruncía sus gruesas cejas, Oonoki pateó el tablero de Shogi, enviándolo
volando, rodando una y otra vez. Se levantó, respirando pesadamente por la nariz. Le
apuntó con un dedo puntiagudo a Shikamaru.
—¡Una vez más, ahora mismo! —Exigió.
—¿Estás bien? —Shikamaru preguntó, rascándose la cabeza.
El Tsuchikage anterior asintió agresivamente.
—¡Tengo tiempo, y tú eres un oponente como ningún otro!
—Oi, oi, ¿para eso es mi compañía, eh? —Suspiró Shikamaru.
—¿Qué fue eso? —Gruñó Oonoki.
—Nada. —Dijo Shikamaru.
—¡Cuando jugamos a este juego, hace que mi sangre se caliente, como en los viejos
tiempos! —Declaró Oonoki.

16
Shikamaru volteó el tablero hacia arriba mientras se deleitaba con la pasión del
viejo. Lentamente volvió a colocar los azulejos en el tablero, uno por uno.
—Entonces... —Comenzó Shikamaru.
—¿Qué es? —Oonoki preguntó.
—Has escuchado eso ¿eh? Tus oídos deben mejorar cuando estás emocionado. ¿O
simplemente me has estado ignorando por tu conveniencia? ¿Es eso lo que pasa cuando
pasamos por alto al ganador?
El viejo Kage puede parecer difícil de oír, pero su mente todavía estaba allí.
Escuchaba cuando quería, al menos eso pensaba Shikamaru.
Shikamaru arregló las piezas, apenas prestando atención, ya que había hecho esto
muchas veces. Con los ojos centrados en el tablero, le habló al viejo.
—¿Qué está pasando en la Roca? —Shikamaru preguntó.
Oonoki fue sacudido por esa pregunta, pero no se molestó. Esta fue la razón de la
visita de Shikamaru. Sabía que no estaba aquí por el Shogi. Se miraron el uno al otro como
el samurai con las manos en la empuñadura de sus espadas. Shikamaru hizo el primer
movimiento.
—En la última reunión, tu nieta pidió a Konoha que revelara nuestra información.
¿Sabías eso?
Oonoki guardó silencio. El tablero de Shogi estaba listo, cada pieza en su lugar. Con
los ojos puestos en el tablero, comenzaron su segunda ronda.
—Empiezas. —Dijo Oonoki suavemente.
—Es sobre Kurotsuchi. Ella y el Mizukage decidieron trabajar juntos. Chojuuro de
la Niebla tiene una buena historia con Konoha. Pero la Roca y la Niebla dependen
mutuamente para obtener minerales y agua. Me pregunto si la solicitud tiene algo que ver
con esa unión… —Dijo Shikamaru.
—Me he retirado ahora. Depende de Kurotsuchi. —Oonoki murmuró con cara
cansada.
Shikamaru buscó en su bolsillo tanto su cenicero portátil como un cigarrillo.
Encendió una cerilla y luego su cigarrillo, luego miró a Oonoki. Inhaló profundamente y
exhaló un humo morado intenso.
—La gente como tú no necesita saber este tipo de cosas. No puedo contarte cosas
sobre Konoha, y no puedes contarme nada sobre la Roca, ¿verdad? —Shikamaru
sospechoso.
—¿Qué te pasa? Por favor, detente. —Murmuró Oonoki, luchando por encontrar
palabras—. No importa cuán pacífico sea, los shinobi siguen siendo shinobi. —Dijo con
tristeza.
Cuando dijo esto, la puerta se abrió de golpe, perturbando la conversación tranquila.
Un tacón negro estampó contra el piso, la puerta abierta. Una mujer joven vestida
provocativamente entró en la habitación.
—Kurotsuchi... —Murmuró Shikamaru.
La boca de Oonoki se volvió repentinamente delgada como si intentara no reírse.
—Si planeas venir aquí, avísanos con anticipación, Shikamaru. Porque de lo
contrario, no puedo darte la bienvenida correctamente. —Dijo ella. Tenía sus brazos detrás
de ella, mostrando una pierna bajo el vestido. Kurotsuchi miraba a Shikamaru con frialdad.
Oonoki estaba sofocando la risa.
—Tuve algo de tiempo libre por primera vez en mucho tiempo y el momento
apuntaba a tocar un poco de Shogi. Con este viejo. Mi hijo aprendió a jugar, pero anhelo un
oponente decente. —Shikamaru dijo.

17
—Ya veo. —Murmuró Kurotsuchi. Ella no se quitó los zapatos, todavía miraba a
Shikamaru.
Oonoki no miró a su nieta.
Entre los dos, Shikamaru no pudo evitar sentirse atrapado.
No fue exagerado que Oonoki tuviera un vínculo especial con su nieta, que
compartía el mismo límite de sangre que él. Obviamente eran cercanos, pero ¿por qué se
negaban a mirarse?
—Hey, Shikamaru. —Dijo Kurotsuchi de repente.
Él la miró y apretó el cigarrillo contra el cenicero.
—¿Sí? —Respondió.
—¿Qué esperabas escuchar de este viejo? —Preguntó.
—¿Qué quieres decir? —Dijo suavemente.
—No seas ridículo. —Murmuró ella.
Bajo su dura mirada, sus ojos cayeron sobre su regazo.
—Se trata de nuestra solicitud, ¿no? Has venido a investigarnos, ¿verdad?
—No estoy aquí para negociar como un ninja de Konoha, no me malinterpreteis.
Hoy estoy aquí para jugar al Shogi. —Dijo él.
Kurotsuchi extendió sus brazos.
—¿Konoha está aceptando mi oferta? ¿O se niega? —Exigió ella.
Tan impaciente...
Shikamaru le habló desde la verdad de su corazón. Ella era una mujer inteligente.
Si Shikamaru estaba solo aquí, significaba que el juego todavía estaba en una fase
temprana. No había necesidad de precipitarse en un ataque ofensivo, especialmente no
aquí.
—Todavía estamos pensando en eso. —Dijo firmemente.
—No estás siendo una buena persona en este momento importante, ¿sabes? —
Escupió en tono sarcástico.
—Tuve unos días de vacaciones.
—¡¿Estás usando tus valiosos días de vacaciones para esto?!
—No tengo otro lugar para estar.
—Oh, pobrecito~ —Murmuró ella sarcásticamente.
—Déjame solo. —Se quejó.
—¿Te encuentras con viejos amigos cuando estás libre? ¿Debo ir y contarle a
Temari?
—¡No vayas y nos jodas más!
—¿Incluso después de que olvidaste tu aniversario de bodas? —Bromeó ella.
—Entonces, ¿estás en buenos términos con Temari? —Preguntó.
—Eso no es de tu interés. Sé cómo trabajan las familias. —Respondió ella.
—Oh, lo siento mucho, ¿hmm? —Se quejó.
—-¡Cállate!-
Seguían escupiéndose palabras duras, sin apartarse nunca el uno del otro.
—Será mejor que te vayas, ¿verdad? —Le murmuró ella.

18
—¡Así es! —Dijo, poniéndose de pie—. Lo siento, viejo, me voy. Si te apetece,
podemos volver a jugar Shogi juntos en algún momento. —Dijo Shikamaru.
—Te esperaré. —Dijo Oonoki con tristeza. Tenía los ojos de un hombre que estaba
harto de la lucha.
Shikamaru se apresuró a ponerse los zapatos, sintiendo los ojos de Kurotsuchi arder
sobre él.
—Perdón por molestarte. —Dijo Shikamaru por encima del hombro.
—Cuídate de camino a casa. —Dijo ella. No había malicia en su voz.

19
CAPÍTULO 5
Shikamaru regresó directo al trabajo cuando volvió a Konoha. El tiempo de ocio
era algo que no tenía. A pesar de no estar allí, la villa aún seguía avanzando, su trabajo no
se iba de vacaciones con él. Mientras estaba en la Roca, una montaña de papeleo se había
apilado en su escritorio. Amenazaba con caerse. Pensó en que lo aplastaría y se le heló la
columna.
—No apruebo este formulario.
Hay muchos papeles que pasan bajo su nariz y que requieren de su aprobación, pues
era el asistente del Hokage. Solo la mitad de los papeles llegaban a Naruto después de
pasar por Shikamaru. No es algo de lo que pudiera quejarse: sin su trabajo, la villa estaría
en un punto muerto. Y sin él, Naruto estaría sobrecargado. En la situación de la villa, todo
se estancaría con la caída si algo salía mal. En su lugar, decidieron distribuir el trabajo
entre varias personas con talento.
Solo tomó unos segundos completar los trozos de papel de adelante hacia atrás, que
era algo sobre minerales en los que todo el departamento había trabajado. Poco a poco y
papel por papel fue trabajando en la pila. Uno estaba mal escrito y recibió su rechazo
después de haberlo mirado por unos segundos. Si más tarde se preguntaba por qué había
rechazado el documento, señalaría los conflictos en el documento y cómo corregirlos. El
contenido de todos los documentos y lo que estaba nadando en su cabeza, algo a lo que
Shikamaru estaba muy acostumbrado.
Debido a que él estaba a cargo de estos documentos día tras día, Shikamaru se
había convertido en un lector de velocidad natural.
Su vida como ninja fue la raíz de esto. Si practicaras algo todos los días y nunca
estuvieras satisfecho con tu habilidad, naturalmente mejorarías en eso. No había estado en
el campo de batalla por alrededor de 10 años, por lo que había elegido mejorar sus
habilidades aquí. ¿Quizás las habilidades de Shikadai eran mejores que las suyas ahora?
Descartó ese pensamiento: el padre todavía estaba en la cima —No, tampoco estaba
completamente seguro de eso.
—Esto es del departamento de agua.
—Ponlo ahí.
Shikamaru no alzó la mirada, solo respondió. Cada día, más de doscientas personas
entraban y salían de la oficina de Shikamaru. Las conversaciones llevaban mucho tiempo,
así que en general él hablaba clara y concisamente. Con la mitad de su cerebro en sus
papeles, la otra mitad estaba pensando en la Roca.
Por la interrupción de Kurotsuchi, no había sido capaz de conversar con Oonoki al
punto que le hubiera gustado. Pero el viaje aún había tenido sus puntos positivos.
Los ANBU se habían infiltrado con éxito. No había reporte todavía, pero sabía que
lo habían logrado. No había duda en su corazón de que Kurotsuchi estaba ocultando algo, y
confiaba en su corazón en esa convicción.
—¿Señor Shikamaru? —La voz de una mujer había aparecido al otro lado del
papeleo.
—¿Qué? —Preguntó, sellando una declaración sobre la culminación de la basura del
departamento de sanidad.
—¿Puedo hablar contigo un momento? —La voz preguntó.
Shikamaru arrojó el papel del departamento sanitario a la bandeja de salida, que
también era un montón tambaleante y levantó la vista. Había una joven delante de él, su
cabello castaño en dos racimos.
—¿Kazsmatsuri Moegi? —Preguntó.

20
La líder del escuadrón de Shikadai.
—¿Le pasó algo a mi hijo?
Se levantó por primera vez en horas, y ella le indicó que hablaran en el pasillo.
—¿Y, qué pasó? —Dijo una vez estuvieron solos.
Se aseguró de nunca mencionar el nombre de su hijo en particular. Chōchō Akimichi
e Inojin Yamanaka también formaron parte de su equipo.
—Es sobre Shikadai. —Dijo ella.
Shikamaru cogió aire y le indicó que siguiera.
—Si es porque tú le enseñas, creo que has sido una excelente influencia en
Shikadai. Por favor, continua con tu trabajo.
—No, no es eso. Estoy aquí para hacerte una pregunta. ¿Puedo contarte algo?
—Oh, ¿es algo que su papá tenga que oír? —Respondió.
Ella brilló de orgullo y empezó a hablar:
—Incluso desde el Exámen de Ascenso a Chuunin, Shikadai ha estado entrenando
con más ímpetu y tomando misiones de mayor rango. Está empezando a sobresalir y la
gente lo está notando.
La ronda principal del Exámen de Ascenso a Chuunin no existía puramente para
aprobar el examen. Todos los países, no solo Konoha, habían enviado a sus genin. Por el
espectáculo, el Daimyo o los miembros de alto rango del País del Fuego podrían escoger a
shinobi para participar en misiones para ellos. La gente, tanto civil como ninja harían esto.
Era un lugar para mostrar tus habilidades y la forma más rápida de ganar renombre.
Shikadai había derrotado a una chica de la Arena, Yodo, hábilmente con su
Imitación de Sombra. Su duro trabajo había valido la pena y fue reconocido por ello. Fue
una bendición.
—Un cliente lo quiere para una misión de rango S. —Moegi dijo.
—¡Qué repentino! —Shikamaru exclamó.
Las misiones ninja se clasificaban en S, A, B, C y D. Las S eran las más duras,
usualmente reservadas para Chuunin o superior. Shikadai no era Chuunin aún, así que no
calificaba para una. Si hubiera una excepción, el cliente debe haber tenido un gran objetivo.
—¿Le permitirás ir? —Moegi preguntó—. Era una misión de rango S, proteger a un
Daimyo. No es un trabajo fácil.
—Una misión de rango S, proteger a un Daimyo. Podría ser un viaje tranquilo, o
podrían ser emboscados. No se desanimaría. —Shikamaru farfulló.
—Bueno, no hay de qué preocuparse. —Moegi suspiró. No era la clase de ninja que
hacia declaraciones descuidadas.
Shikamaru se frotó la barba, pensando.
—¿Qué pasó entonces? —Preguntó él.
—Shikadai declinó la misión.
—¿Que él qué?
—¡No importa lo que le dijera, solo dijo: “¡Es demasiada molestia!”! Ni siquiera
Chōchō o Inojin pudieron convencerlo, solo se rehusó a escuchar.
Shikadai era del tipo que decía lo que sea que estaba pensando, algo por lo que
había sido regañado desde muy joven. Era algo que definitivamente había recibido de
Temari. Simplemente decía lo que quería sin tener en cuenta a otras personas.
—¿Por qué? —Preguntó él.

21
—Pensé que tal vez lo sabría, señor Shikamaru...
Parecía que estaba preguntando si algo había sucedido en su familia, pero no en voz
alta.
Shikamaru estaba actualmente en una guerra fría con su esposa. Con el aniversario
de su boda olvidado, se habían estado ignorando mutuamente, manteniendo conversaciones
cortas.
Pensando en ello… Espera un segundo...
¿Shikadai abandonó una misión tan importante por eso?
No, estaba equivocado. Era común que las parejas discutieran. Shikadai no se vería
afectado por eso, ¿verdad?
—Simplemente no quería escuchar. —Moegi suspiró.
—¿Qué terminó pasando con esa misión? —Shikamaru preguntó.
—Parece que otro equipo lo tomó. El cliente fue terco pero finalmente aceptó.
Shikamaru estaba horrorizado. ¿Por qué Shikadai no aceptaba esa oportunidad?
—Señor. Shikamaru, ¿por qué no hablas con Shikadai al respecto? —Moegi
preguntó—. De todos modos, lamento haberte molestado.
—No, está bien. —Dijo, sacudiendo la cabeza.
Moegi se fue, así que Shikamaru fue a la azotea a buscar un cigarrillo, acostado
sobre el cemento frío.
—Sheesh, qué pasó. —Suspiró.
Con los eventos en la Roca, su error con su esposa. Ahora su hijo también estaba
preocupado... El cielo nublado daba vueltas. Los suyos estaban demasiado ocupados para
verlos.
—Así es... —Shikamaru murmuró, hinchando una gran nube púrpura.


Era medianoche cuando Shikamaru terminó en la oficina y llegó a casa, Temari y Shikadai
ya estaban dormidos. Se escabulló por el pasillo hasta la habitación de su hijo y abrió la
puerta.
—Pssst, hola Shikadai. —Le susurró a la forma metida en el futón.
—Ngh... ¿Qué pasa? —Shikadai preguntó adormilado, de espaldas a su padre.
—¿Rechazaste una misión de rango S?
No hubo respuesta.
—¿Por qué hiciste eso?-
Nada.
—¿No quieres decirme?
Nada.
—¿Me estás escuchando?-
—Escucho... —La voz de Shikadai no tenía poder detrás de ella.
Porque estaba dormido. O tal vez estaba enojado con su padre, por no tener tiempo
para su familia. Los sentimientos de su hijo eran cada vez más difíciles de entender cada
día. Eso hizo temblar a Shikamaru.
—¿Por qué no aceptaste tu misión?

22
—Demasiada molestia.
—¡¿Qué?! —Dijo Shikamaru enojado.
—¡Es demasiada molestia, así que lo rechacé! —Gruñó Shikadai.
—¿Esa es tu excusa?
—¡Es suficiente por esta noche! —Dijo Temari de repente detrás de Shikamaru.
Tenía una cara tranquila—. Shikadai tiene muchas cosas que hacer mañana. Él tiene una
misión en la mañana, así que déjalo dormir por ahora.
Shikamaru suspiró, aclarando su mente.
—Buenas noches... —Llamó a Shikadai.
No hubo respuesta.

23
CAPÍTULO 6
Normalmente, una vez por semana, la gente se tomaba un día libre para
pasar el tiempo con su familia o para sus hobbies. Shikadai era un ninja de campo y por
costumbre tenía un día libre cuando no estaba en una misión. Pero para Shikamaru, no
había días libres. Trabajaba en la oficina todos los días para que sus compañeros de trabajo
pudieran tener un día libre. Por lo general, terminaba los informes que se habían retrasado
durante la semana y organizaba sus documentos.
Al menos hoy se fue de casa a mediodía y no a primera hora. Shikamaru sabía que
sería el único descanso que tenía cada semana. Pero no se quejaba: Naruto estaba igual.
Naruto también tenía que encargarse de reuniones diplomáticas con gente de otras villas.
Su carga de trabajo era inmensa, así que Naruto tenía a varias personas ayudándole.
Shikadai puso una sonrisa amarga el día que Naruto había dicho que Shikamaru
era un miembro de su familia.
Cuando Shikamaru pensaba en todas las obligaciones del Hokage, nunca podía
quejarse de lo suyo. Naruto estaba mucho más ocupado que él. Quería estar a su lado
ayudándolo, más que nunca. Ser el consejero del Hokage era algo que Shikamaru valoraba,
especialmente estos días.
Entre el desayuno e irse de casa, a Shikamaru le gustaba sentarse solo en el porche,
observando al sol filtrarse a través de los árboles.
—Sobre Shikadai…
De repente, Temari lo llamó por detrás. La puerta estaba abierta, y ella estaba allí
sentada calmadamente, vertiendo una taza de té. Él se dio la vuelta para hablar con ella.
—¿Qué pasa? —Preguntó.
—Acaba de irse con Boruto, así que no nos oirá. —Dijo rápidamente ella.
Shikadai podría ser un ninja, pero aún era un niño. Era feliz pasando su tiempo con
sus amigos.
—Es sobre el que rechazara la misión. —Continuó.
Así que era sobre eso. Se sentó aún más derecho y esperó a que ella hablara. Ella
habló lentamente, mirando entre su taza y su marido.
—El cliente realmente quería contratar a Shikadai para acercarse a ti, porque eres
el asistente del Hokage. Parece que preguntó directamente por el equipo de Shikadai, pero
Shikadai había oído sobre ello de alguien de antemano. —Ella explicó.
Las palabras de Temari lo golpearon. No podía creer que su trabajo afectase a la
carrera de Shikadai. No tenía ni idea. Se había asegurado de que nadie en Konoha tratara
diferente a Shikadai solo por la posición de su padre. Para acercarse a Shikamaru, nunca
había esperado que alguien usara a Shikadai.
—Y… ¿Quién era el cliente? —Shikamaru preguntó.
—Shikadai no estaba seguro, pero parecía una persona importe de un pequeño país.
—Temari dijo.
Así que un pequeño país intentaba acercarse a Konoha. Incontables países trataban
de acercarse a Konoha, ¿por qué lo haría este?
—¡Mierda! ¿Por qué no me lo dijo?
—No lo culpes. —Ella suspiró.
—No lo hago. —Dijo rápidamente.
Los ojos de Temari de repente miraron al jardín.

24
—Ese cliente…
Él miró atrás. El sol estaba cubierto por los setos, pero vio un destello naranja.
—Hinoko...
Regresaron de la Roca.
—Tendremos que hablar de esto más tarde. —Dijo. Shikamaru se puso de pie.
Temari se levantó y le pasó el abrigo.
—Vuelvo enseguida.-
—Lo sé. —Dijo ella suavemente.
Quería pasar más tiempo con ella, pero por ahora, tenía que irse.


El parque los domingos por la mañana estaba siempre lleno de padres jugando con sus
hijos. Se perdió los días de jugar con Shikadai, y en estos tiempos solo trabajaba todo el día.
Shikamaru estaba siempre trabajando, y como resultado, nunca tenía tiempo para su
familia. ¿Cómo podía disculparse por herir el corazón de Shikadai? No sabía cómo. Si lo
hiciera a medias, no valdría la pena el tiempo de nadie. Sabía que tenía que hacerlo
correctamente.
—La familia es difícil. —Suspiró.
Hinoko y Shikamaru estaban sentados el uno frente al otro, cada uno en su banco.
—Siempre viví sola. Nunca conocí a mi familia. —Ella respondió. Sus afilados ojos
estaban en las familias que jugaban juntas, despreocupadas.
Ya que ese par no quería ser escuchado, habían escogido un parque que estaba cerca
de la casa de Shikamaru. Los padres estaban centrados en sus hijos, y hacian el bastante
ruido para no tener que preocuparse por fisgones.
—Serías una buena madre, Hinoko. Tienes la edad. Oh, bueno, Konoha ha tenido
una gran pérdida. —Shikamaru dijo.
—Ese comentario es, como, acoso sexual. —Hinoko dijo afiladamente.
—¿En serio?
—Como, sí.
—Lo siento.
—No lo reflexionaré. Siempre dices mi nombre a propósito de todos modos. —
Hinoko soltó una risilla, igual que Shikamaru.
—Entoces, vayamos al tema de la Roca. —Shikamaru cambió de tema.
La cara de Hinoko se puso tensa. Shikamaru escuchó, pero eligió observar a un
padre y a su hija jugar con una pelota rosa.
—Las acciones de Kurotsuchi en la Reunión de los Cinco Kage son por el Daimyo de
la Tierra. —Empezó.
—¿El Daimyo?
Hinoko asintió.
Aparentemente, el instinto de Shikamaru se equivocaba.
—El país cercano al País de la Tierra se llama el País de las Flores. —Ella continuó.
Como se adivinaba por el nombre, las flores eran la principal exportación del país.
Era conocido por su pacífica y amable gente.

25
—El suelo en el País de las Flores ayuda a las flores a crecer porque tiene
cualidades especiales. Pero solo donde está el suelo, es donde crecerán los cultivos.
¿De eso iba Kurotsuchi? ¿Del País de las Flores?
—Por otra parte, el País de la Tierra tiene un montón de problemas con los cultivos:
apenas pueden cultivar patatas, y la mayoría de su territorio es roca y montaña. No hay
bastante comida para todos, así que intercambian sus minerales por comida. —Ella explicó.
—Bueno, hasta cierto punto, cada país hace eso. —Shikamaru dijo.
—Bueno, dicen que uno siempre quiere lo que otro posee, pero ellos son más débiles.
—Hinoko dijo.
—No hay forma. —Shikamaru tragó. Vio a lo que se refería, y asintió.
—La Roca se está preparando para atacar el País de las Flores. Por supuesto, tienen
un ejército superior, pero esto es porque Kurotsuchi estaba tratando de romper la Alianza
Shinobi. —Hinoko asintió—. El País de las Flores ha estado aliado con el País del Rayo
desde la antigüedad. Cuando tuvieron su primera mala cosecha en mil años, el País de la
Tierra rompió su tratado. El País del Rayo ayudó al País de las Flores para que pudieran
sobrevivir.
—Si la Tierra ataca a las Flores, el Rayo no quedará en silencio… —Shikamaru
murmuró. Su cabeza daba vueltas. Sus pensamientos se transformaron en palabras—: Si la
Roca ataca al País de las Flores, se convertirán en parte del País de la Tierra y las demás
Aldeas no quedarán en silencio, especialmente Darui. No se quedará quieto contra esa clase
de enemigo: en ese caso, Kurotsuchi. Mientras la Roca sea parte de la Alianza, no lo
invadirán. Así que Kurotsuchi hizo esa petición a Konoha. Cuando hablé con Chojuuro
antes de la reunión. —Dijo que estuvo en contacto con Kurotsuchi, por lo que no está sola en
esto. Al condenar a Konoha, admitió que es parte de la invasión del País de las Flores. Esa
es la razón detrás de sus acciones.
—Como, es cierto. —Hinoko respondió.
Las palabras de Oonoki sonaron en la cabeza de Shikamaru, mientras observaba la
pelota rosa volar en el aire: “No importa cuan pacífico sea, los shinobi son shinobi”.
Así que a eso se refería el viejo.
La razón por la que viven los shinobi era para pelear. No era mentira que la
mayoría de los ninja estaban entrenados para pelear en combate. Siempre que haya ninja,
hay guerra. Los shinobi y la paz no podían coexistir. Así que el anciano dijo eso porque…
Espera un minuto.
Oonoki fue una pieza clave en la formación de la Alianza Shinobi. Durante las
últimas guerras donde un paso en falso te mataría, él era un héroe que había luchado por la
paz. A riesgo de su vida. Nunca haría nada para destruir la paz que había construido.
Kurotsuchi nunca estaría de acuerdo con los Daimyo en esto, incluso si el País de
las Flores tuviera mejores tierras para los cultivos. Un tratado era un mejor camino a
seguir, pero el Daimyo estaba fingiendo su posición al respecto. Si la Roca quería la paz,
pero el País de la Tierra quería la guerra, la Roca tendría que obedecer.
Oonoki había tratado de advertir a Shikamaru sobre todo esto. ¿Pero tenía razón?
¿Debería Shinobi seguir al Daimyo? ¿Vale la pena tirar tu paz duramente ganada para
salvar la vida de muchas personas?
—No puedo dejar que esto pase. —Shikamaru declaró.
Hinoko alzó las cejas.
—No podemos dejar que un gran país absorba a uno más pequeño. No lo permitiré.
La guerra aleja a los padres de sus hijos. —Shikamaru dijo.

26
Hinoko soltó una carcajada, asintiendo con la cabeza a un niño que los estaba
mirando, aferrándose a la pierna de su padre.
—¿Aun queda alguien en la Roca? —Shikamaru preguntó.
—Algunos de nosotros, sí. —Ella respondió.
—Seguid reuniendo información. Si algo cambia, hacédmelo saber de inmediato.
Tenemos que acabar con esto. —Shikamaru ordenó.
—Como, lo entiendo. —Ella dijo, levantándose en silencio.
—¿Podría preguntarte algo? —Ella de repente dijo.
Hinoko sonrió y asintió. Shikamaru miró hacia arriba despreocupadamente.
—¿Me perdonarás por acosarte sexualmente?
—Lo pensaré cuando llegue a casa. —Ella respondió, sacando la lengua y
desvaneciéndose en el aire.
—Bueno entonces… Hora de irse. —Shikamaru suspiró.
Con el cuerpo pesado, Shikamaru se fue a trabajar. Una gran pila de trabajo le
estaba esperando.

27
Parte 2
Estrategia

28
CAPÍTULO 7
Naruto estaba en silencio en su escritorio. Tanto él como Shikamaru estaban
mirando al reporte ante ellos. Estaba escrito de la propia mano de Shikamaru.
—Así que la Roca ha hecho esto… —Naruto murmuró.
—Esta es nuestra realiada. Piensa en esto: cuando el enemigo estaba más allá de
nuestra imaginación, fue fácil unir a todos. Pero cuando el enemigo es un compañero, es
mucho más difícil unirlos a todos. Cada país tiene sus propios ideales y valores, sería mero
idealismo que todos cooperaran entre sí. —Shikamaru explicó.
Naruto apretó los dientes. Siempre había sido puro de corazón y aunque era
extraño, había cambiado los corazones de muchos. El noble carácter de Naruto es por lo que
Shikamaru usó esas palabaras. Después de todo, cuando su mejor había dejado la aldea
para vagar por el mundo, Naruto había dejado que él escogiera. Shikamaru osaba decir
estas cosas. Naruto tenía que entender la gravedad de la situación. Era imposible vivir solo
con ideales, especialmente cuando el País de las Flores estaba en tal riesgo.
—¿Por qué hacen esto ahora? Si están en problemas, ¿por qué no solo pedir ayuda?
Si su Daimyo estaba siendo irrazonable, Kurotsuchi podría habérnoslo dicho. Si no tienen
tierra suficiente para cultivar, ¡¿por qué no solo pidieron nuestra ayuda, sabes?! —Naruto
dijo tristemente.
Shikamaru se sentía igual. Si cualquier aldea o país en este continente estaba
sufriendo, la Alianza servía para ayudarles cuando lo pidieran. Todo podía siempre
arreglarse negociando. Aun así, el País de la Tierra, y por extensión, la Roca, había decidido
invadir el País de las Flores. Por otro lado, no había duda de que su orgullo estaba en el
medio.
—Oonoki, el anciano, estaba tratando de decírmelo. —Shikamaru suspiró.
Naruto alzó la cabeza.
—No importa cuan pacífico sea, los shinobi serán shinobi. —Shikamaru explicó.
—Los shinobi serán shinobi… —Naruto murmuró.
Shikamaru asintió silenciosamente.
Si escogían no hacer nada, el País de las Flores sería invadido. Sus pacíficas vidas
sería destruidas por la Roca. Sería posible ganar contra ellos: la Niebla intervendría debido
a su alianza con las Flores. La Niebla se aliaría con Kurotsuchi, y a partir de ahí, las cosas
solo serían más y más confusas.
La Quinta Guerra Ninja: la peor conclusión surgió en su mente. Es más, una vez
que entraran en guerra, no terminaría igual que la última vez. No había una fuerza
alienígena que los reuniera a todos. Los resultados de la última gran guerra no
significarían nada, la paz que había hecho el mundo, por lo que lucharon tan duro, se
habría ido.
Los ninja eran los escudos de los Daimyo. Decidirían quién pelearía contra quién.
Solo el derramamiento de sangre lo terminaría, y eso nunca terminaría. Todo por una
disputa.
—Shikamaru. —Dijo Naruto.
El héroe que había terminado la última guerra; sus ojos estaban tristes.
—Si va a haber una guerra, tenemos que detenerla. Nuestros niños no deberían
tener que aprender sobre la guerra. Nuestra aldea tranquila es una aldea shinobi. Es como
Oonoki dijo. —Naruto dijo—. La generación de Boruto piensa de manera diferente a
nosotros, sus padres. No quiero que piensen que los usaríamos como forraje.

29
Naruto cerró los ojos. Shikamaru se preguntó a quién estaba viendo en su mente. ¿A
Neji Hyuuga o tal vez Itachi Uchiha? Ambos murieron durante los últimos eventos de la
guerra. La mente de Shikamaru fue hacia su padre y su Sensei: la cicatriz con la que lo
habían dejado aún no se había curado después de todo este tiempo. Todavía duele el pensar
en ellos. Sacó un cigarrillo del bolsillo y se lo metió en la boca. Sabía que no se le permitía
fumar en la habitación, pero solo quería tenerlo en los labios. Le recordó a Asuma cuando lo
hizo: a su Sensei le encantaba fumar. Sus hombros se desplomaron ante el recuerdo;
siempre era molesto pensar en eso. El cigarrillo era solo un pequeño consuelo.
—¿Qué quieres hacer? —Shikamaru pidió, quitándose el cigarrillo para hablar.
—Tengo que detener a Kurotsuchi, pase lo que pase. —La determinación brilló en
sus ojos azules. Esta era la fuerza de Naruto.
Le vino a la mente el pasado de Shikamaru.
—Definitivamente lo haré Hokage.
Naruto tenía suficiente potencial para tomar cualquier camino. Shikamaru sabía a
dónde quería ir, pero no cómo llegar allí. Así que siempre dibujaba los mapas para los
caminos de Naruto.
—Si quieres detener a Kurotsuchi, tienes que tener una reunión con ella.
—¡Sí! —Dijo Naruto asintiendo.
Mientras mordía el cigarrillo en sus labios, Shikamaru continuó:
—La invasión del País de las Flores es decisión del Daimyo de la Tierra. Kurotsuchi
no es el Daimyo, por lo que no está a cargo de todo este asunto. Entonces tenemos que
hacerla cambiar de opinión. Podemos detener la invasión si logramos hacerlo. Si logramos
persuadir a Kurotsuchi, el Daimyo lo pensará dos veces antes de la invasión.
—¡Si los ninja no atacan, entonces el País de la Tierra no puede invadirlos! —
Exclamó Naruto.
—Así que lo primero es lo primero, tenemos que hacerle cambiar de opinión. Parece
que Kurotsuchi está siendo ordenada por su Daimyo. —Shikamaru dijo.
—¡Ella estaba lista para la guerra! —Gruñó Naruto, poniéndose en pie y golpeando
sus manos sobre su escritorio. Shikamaru no lo había visto tan enojado en mucho tiempo.
Shikamaru mantuvo la calma.
—Los shinobi siempre querrán pelear. No es inusual. —Shikamaru dijo.
—Argh... —Ante su respuesta tranquila, Naruto sintió remordimiento por su fuerte
estallido. Le dio a Shikamaru una mirada gentil—. Qué nos ha pasado... —Naruto suspiró.
—Akatsuki eran personas que habían caído en la oscuridad, pero el Tsuchikage y el
Daimyo de la Tierra no son como ellos. —Murmuró Shikamaru.
Akatsuki fue el detonante de la última gran guerra. Habían consistido en ninjas que
habían abandonado sus aldeas de origen y tenían como objetivo recoger las 9 bestias de cola
que estaban dispersas por todo el mundo. Su plan final era atrapar a todos en un genjutsu
interminable.
La Alianza Shinobi le había puesto fin.
—¡Naruto! —Shikamaru alzó la voz para atraer su atención. Luego habló
gentilmente—: Kurotsuchi es una buena kunoichi. Ningún genjutsu puede cambiar eso.
Kurotsuchi habría sido cautelosa con el Daimyo, y si alguien más estuviera detrás de esto,
ya estarían muertos. Es demasiado fácil crear enemigos cuando apartamos la vista de la
realidad. Pero... Eres el Hokage de este país, no de ellos. No se trata de dos pueblos
diferentes: afectará a todo nuestro mundo. Aquí es demasiado fácil hacer enemigos, así que
hay que mirar la realidad y tomar las decisiones correctas.
—Sep… Cierto… Es como dices. —Naruto murmuró.

30
Shikamaru quickly asintió.
—Así que... primero de todo… —Naruto dijo.
—Será la Reunión de los Cinco Kage. —Shikamaru no pudo contenerse a
interrumpirle.
Naruto soltó una risa. Ser Hokage había cambiado a Naruto, y ya no se dejaba
llevar tan fácilmente por las emociones. Había crecido con este rol, y se convirtió en un buen
Hokage.
Aun así, Shikamaru tenía una carga que llevar también. Naruto era la luz de toda
la villa. Pero las sombras siempre se reunían al final de las fuertes luces y Shikamaru
controlaría esas sombras. Naruto era brillante, y Shikamaru era el que controlaba las
sombras por él.
Habló, el cigarrillo agitándose en su boca:
—Por ahora, respecto a la petición de Kurotsuchi, tendréis que reuniros de nuevo
todos. Descubrirás la invasión a todos. Dependiendo de cómo reaccione Kurotsuchi,
Chojuuro y Darui serán forzados a escoger en qué lado quedarse cuando salga la luz. Sería
mejor hablar con Gaara antes sobre esto. —Shikamaru planeó.
—¿Reunir a nuestros aliados? —Naruto preguntó.
Shikamaru sacudió su cabeza afirmando.
—Nos mantendremos neutrales hasta el final. Darui estará de parte del País de las
Flores, pero nosotros no. Siempre que Konoha y Suna se mantengan firmes en medio del
campo, no podemos equivocarnos. —Shikamaru corrigió.
—Debería haber preguntado más sobre todo esto. —Naruto suspiró.
—Déjalo por ahora. —Shikamaru dijo.
Iba a ser una labor hercúlea, organizando la recepción, creando horarios y
negociando con Gaara y demás. Shikamaru sabía que no volvería a casa en una larga
temporada. Iba haber un montón de trabajo.
—¡Oi, Shikamaru!
—¿Hmm?
—¡Apaga ese cigarrillo antes de que me dé algo! —Naruto soltó.
Lo había encendido sin darse cuenta.
—Ahh… —Mirando al humo morado que salía, Shikamaru murmuró para sí—:
Después de todo esto, realmente quería un cigarrillo…
—¡Apestas! ¡Largo! —Naruto bramó.
Shikamaru abrió la ventana de la oficina del Hokage y salió al tejado.

31
CAPÍTULO 8
Desde el inicio de la reunión, el aire había sido pesado. Los Cinco Kage estaban
reunidos y ansiosos.
Kurotsuchi llevaba una feroz cara.
Darui estaba actuando inusualmente inquieto, interrupiendo y urgiendo con sus
palabras.
Chojuuro estaba visiblemente nervioso.
Naruto había advertido a Gaara de antemano sobre el País de la Tierra, pero el
Kazekage estaba peleando por mantenerse neutral.
Naruto, sin embargo, era tan valiente como siempre.
—Gracias a todos por venir hoy. —Naruto habló, antes de sentarse y esperar a que
la reunión avanzara.
—¿Podemos oír tu respuesta a la petición que hicimos en la última reunión?
Naruto sonrió a Kurotsuchi.
—Eso y más. Tengo algo que contarte, Kurotsuchi.
—¿Huh? ¿Qué quieres decir? —Ella preguntó confusa. La boca de Kurotsuchi se
retorció hacia abajo por la extraña declaración.
Naruto se puso en pie, con las manos apoyadas en el escritorio, encontrándose con
sus ojos.
—¿Es verdad que el País de la Tierra pretende invadir el País de las Flores? —
Naruto dijo calmadamente.
—¡¿Qué?! —Darui gritó, su cara dejando su usual expresión vaga—. Hey Naruto,
¿qué acabas de decir?
—El País de la Tierra pretende invadir el País de las Flores. —Naruto repitió.
—¡¿Por qué, Kurotsuchi?! —Darui rugió.
La cara de Kurotsuchi se turbó. Suspiró y apartó la cabeza. Sin alzar la mirada,
empezó a hablar:
—Al investigar a otras villas así, Konoha siempre trata de estar en la cima. Gritan
sobre la paz y alianzas mientras ocultan asuntos oscuros como lo de ese Sasuke… Nosotros
estamos dispuestos a un diálogo abierto con todos. Nadie debería saber sobre esto aún:
todavía estamos sacando las cosas a la luz.
—Konoha siempre estará para ayudaros. —Naruto dijo.
—Puedes decir lo que quieras. —Kurotsuchi gruñó.
Darui de repente interrumpió:
—Responde a mi pregunta. ¡¿Realmente vais a invadir el País de las Flores?!
—Sí, es verdad. —Kurotsuchi murmuró.
Darui hizo una mueca.
—Kurotsuchi, sabes que el País del Rayo es…
—Ha estado aliado con el País de las Flores durante muchos años. —Ella respondió
sin mirar a Darui.
Darui solo se enfadó aun más.

32
—Si el País de las Flores es atacado, los shinobis de la Nube lo protegerán, incluso
si tenemos que hacerlo solos. ¿Sabes qué conlleva eso?
—Cuando el Daimyo de la Tierra nos da una orden, los ninja de la Roca
obedeceremos. Cualquiera que se meta en nuestro camino pagará ese sacrificio.
—¡¿Vas en serio?! —Darui rugió.
—Vaya una pregunta tan estúpida…
Darui y Kurotsuchi se giraron hacia Naruto.
—¿Konoha publicará su información confidencial? —Ella preguntó.
—No lo haremos bajo estas condiciones. —Naruto declaró.
Kurotsuchi se encontró con los ojos de Darui.
—¿Puedes estar calmado mientras hablo con Naruto? —Ella preguntó.
Podrías oír como ebullía la sangre de Darui.
Shikamaru podía sentir su ira cruzando la habitación, detrás de Naruto.
El Raikage se puso en pie furioso.
—¡Si quieres pelea, podemos hacerlo aquí!
Kurotsuchi le mantuvo la mirada y suspiró.
—¿Pelearás conmigo aquí? Incluso si morimos, la política del País de la Tierra no
cambiará. Y si muero yo, no cambiaré de mentalidad. No tiene sentido, ¿cierto? —Ella dijo
levemente.
—¡Por favor, esperad un momento! —Naruto gritó—. ¡¿Qué estáis haciendo?!
Nuestra alianza está en juego, y estamos tratando de solucionarlo. Darui, siéntate.
Kurotsuchi, habla conmigo.
Darui se sentó, sacudiéndose y mirando a Kurotsuchi. Ella no cambió su actitud, y
en su lugar pasó a mirar a Naruto.
—Sasuke y tus poderes fueron probados durante la guerra. Podrías cambiar todo el
continente, y estás con Konoha. ¿Entiendes eso, Naruto?
—Sasuke y yo nunca haríamos nada para destruir la paz que hemos creado.
Usaremos nuestro poder como siempre hemos hecho. Créelo. —Naruto dijo suavemente.
—¿Konoha tratará de gobernar este continente? ¿Qué diferencia hay con lo que ya
estáis haciendo?
—¡No vamos a hacerlo! —La cara de Naruto estaba roja; raramente gritaba durante
sus reuniones—. ¡Escucha! ¡Sasuke y yo queremos proteger a todos! ¡Más que nada!
—¡Podemos proteger nuestras aldeas! No necesitamos que nos salvéis. —Kurotsuchi
dijo.
—Um… —Chojuuro alzó la mano. Naruto le asintió en silencio. Ajustando sus
gafas, empezó a hablar—: Los shinobi trabajan por su propio país, eso es más que obvio. Es
ideal que hablemos entre nosotros y cooperemos, pero si acabamos nuestra competencia, los
shinobi dejarán de ser shinobi. —Los ojos de Chojuuro dolían, algo que Shikamaru no se
perdió. Quería estar en paz con esta aldea también—. ¿Nuestra alianza se acabará
entonces? —Chojuuro preguntó.
El aire era frío. Todos estaban pensando en un futuro donde la alianza había
colapsado.
—Bien, entonces…
Chojuuro y todos alzaron la mirada hacia Shikamaru cuando este habló, haciendo
un gesto con la mano.

33
—¡NO! —Naruto gritó.
La sombra de Shikamaru se aferró a todos en la habitación. No solo a los Kage, sino
a todos sus asistentes. Nadie podía levantar un dedo.
Este fue el Kageshibari no Jutsu2.
No había necesitado usarlo durante mucho tiempo. Sosteniéndolos a todos frente a
él, Shikamaru comenzó a hablar:
—Todos habéis estado diciendo cosas sin sentido por un tiempo ahora. ¿Habéis
olvidado lo más importante? —Shikamaru preguntó.
—¡Detenlo, Shikamaru! —El Hokage gritó, luchando contra la sombra.
Shikamaru ignoró sus palabras:
—Sasuke y Naruto tienen la fuerza para destruir todo el continente. Pero Konoha,
con todos nuestros hábiles shinobi, es muy poderosa incluso sin ellos. La diferencia entre
nosotros y las otras villas es inmensa. El Hokage protegerá nuestra paz hasta su muerte.
No dejará que nadie interrumpa esa paz. Chojuuro, Kurotsuchi, escuchad con atención. Si
intentais salir de aquí así, os aplastaré el cuello con mis sombras.
La reunión terminó. No importa cuán fuerte sea el límite de línea de sangre de
Kurotsuchi, ninguno de ellos podrá escapar del jutsu de Shikamaru. El único que podría
romperlo era Naruto, solo porque había logrado domar a una Bestia de Cola.
—Kurotsuchi, Chojuuro, ¿tenéis intención de pelear con Konoha? —Shikamaru
preguntó.
—Detén esta tontería, Shikamaru. —Gaara dijo suavemente. Su cuñado, que tenía
el caracter del ‘amor’ tallado en la frente, miró a Shikamaru en silencio.
—Hablo en serio. —Dijo Shikamaru.
—Incluso si matas a Kurotsuchi aquí, no significará nada. Deberías saber eso. —
Gaara dijo.
—Significa algo. Si un shinobi de Konoha mata a estos dos, entonces la guerra en
este continente se detendrá. Todos sabrán que Konoha se toma en serio la prevención de la
guerra. Entonces, Chojuuro, Kurotsuchi, hay dos respuestas. ¿Sí, o no?-
—¡Ugh! —Kurotsuchi apretó los dientes con dolor. La sombra negra de Shikamaru
le subió por el cuello. Sus ojos brillaron viciosamente.
—¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? —Chojuuro preguntó, su cuerpo
envuelto en chakra negro.
—¡PARA! —Naruto le gritó a su amigo.
Naruto arrojó ira, sus ojos rojos. Como los de Gaara.
La sombra que cubría la habitación se hizo añicos como el cristal, y la arena de
Gaara salió disparada de él.
—Detenlo, Shikamaru.
La arena de Gaara se lanzó hacia Shikamaru, quien salió volando.
—¡¡¡Túuuuu!!! ¡No sé qué estás haciendo! ¿Qué vamos a hacer, dividiéndonos así? —
Naruto rugió, agarrando a Shikamaru y elevándolo en el aire.
Shikamaru no respondió. Apartó la vista.

2
La Posesión de Sombra, Jutsu: Lazo de Sombra es una técnica en la que el usuario puede unir y
otorgarle su sombra a un objetivo sin restringir sus movimientos. Cuando la sombra del objetivo entra
en contacto con al menos una tercera parte de la sombra del objetivo, ésta ataca en lugar del objetivo,
lo que les permite estar unidos con el Jutsu: Posesión de Sombra.

34
Naruto lo dejó caer y luego se tiró al suelo en una profunda reverencia.
—¡Lo siento mucho! ¡Nunca ha hecho esto! ¡Todos, por favor perdónadme!
Kurotsuchi se puso de pie.
—¡¿Así es como Konoha hace las cosas?!
—¡No! ¡Te equivocas! ¡Mientras esté a cargo, me negaré a hacer cualquier cosa que
perturbe nuestra paz! ¡Así que te lo ruego! Sobre el País de la Tierra y el País de las Flores,
¡habla con el Daimyo! ¡A cambio, Konoha reconsiderará tu solicitud de nuestra información!
¡No te decepcionaré! ¡Solo pregúntanos! ¡La guerra nunca debería suceder, nunca de nuevo!
—Naruto gritó, con la cara pegada al suelo.
—Puedo confiar en ti, pero ¿qué pasa con el próximo Hokage? ¡Konoha algún día
será una amenaza para nosotros!
Con eso, Kurotsuchi se fue, seguida de Chojuuro.
—Cuando la Roca se mueve, nosotros nos movemos. —Dijo Darui.
Naruto todavía tenía la cabeza presionada contra el suelo cuando se fue.
—La guerra aún no ha comenzado. —Gaara dijo suavemente, antes de irse con
Kankurou.


De camino a casa a Konoha, Naruto guardó silencio. Shikamaru decidió no decir nada
mientras corrían a casa.
Naruto dejó de moverse cuando llegaron a las puertas de la aldea.
—¿Cómo pudiste? —Shikamaru le dijo la respuesta que había preparado—. No te
perdonaré por eso. Rompiendo mi jutsu y arrastrándome con todos.
Naruto se balanceó.
—Tú... a propósito... -
—Creo que soy el único que tomó en serio esa amenaza a Konoha. ¿Es porque pienso
con la cabeza? Si intentaras calmarte por una vez, harías lo mismo. Ofrecieron su mano con
un cuchillo a la espalda. Para detener a esta gente, debes probarles su propia medicina. —
Shikamaru dijo.
—Eres ese tipo de persona… —Dijo Naruto.
—Eres el Hokage de Konoha: sin ti, sería inútil. Como Gaara dijo, "la guerra aún
no ha comenzado". No está permitido cometer este tipo de errores. Aún no hemos terminado
con eso.
Shikamaru asintió a Naruto, y con una sonrisa amarga, caminó a casa con su
familia.

35
CAPÍTULO 9
Había habido un valle de trabajo duro.
Después de que la reunión terminó, regresaron a Konoha. La carga de trabajo se
había duplicado en su ausencia y, como siempre, Shikamaru había estado trabajando en
ello. Sin embargo, al final del día, la mayor parte del trabajo estaba hecho. Por lo general,
tardaba hasta la medianoche, pero por una vez, su noche estaba libre.
Shikamaru solía ir a la región montañosa en las afueras de la aldea, que estaba
tranquila y desprovista de gente, y luego a su casa para relajarse. Pero hoy sus piernas lo
llevaron a la aldea. El destino ya estaba decidido. Sus pies lo llevan a un lugar donde ya
había estado muchas veces. Podía ver el frente de la tienda desde la calle, donde su vieja
amiga estaba regando algunas flores. Muchas de estas flores se estaban derramando en la
calle, para que las viera el tráfico local.
La persona que riega las flores fue muy gentil, no áspera como un shinobi. Ella era
una kunoichi, una experta, que había luchado al lado de Shikamaru muchas veces. Todavía
estaba de servicio aquí: tanto las flores como los shinobi eran parte de la tienda.
—¿Oh? —La mujer dijo, con la manguera en la mano.
—Hace mucho que no nos vemos, Ino. —Dijo Shikamaru.
Ino Yamanaka.
Una miembro de la generación de Shikamaru del InoShikaCho que había luchado a
su lado durante la última guerra. Un poderoso trío, pero nada tan fuerte como Naruto o
Sasuke. Todavía se destacaban entre otros shinobi; incluso había libros que analizaban sus
formaciones, y que la gente había comenzado a tener en cuenta después de la guerra.
Ahora estaba casada, pero todavía servía como ninja mientras también dirigía la
tienda de flores de su familia. Sus hijos (los de los tres) también formaron la próxima
generación del InoShikaCho.
Todavía se veía bien para alguien que estaba equilibrando dos trabajos y una
familia. Se detuvo frente a su tienda mientras ella lo saludaba.
-—¿Qué pasa? Usualmente no vienes aquí. —Dijo ella.
—Bueno... Um... —Mientras miraba hacia arriba, Shikamaru se rascó el cuello.
Ella le dedicó una sonrisa traviesa.
—Jajaja, ¿se trata de tu aniversario de boda? —Se burló ella.
—Ack…
Mirando al aturdido Shikamaru, Ino se echó a reír.
—No necesito leer tu mente para saberlo.
El jutsu de leer la mente de alguien...
—Tú…-—Shikamaru intentó hablar, pero optó por asentir. Debido a que su hijo
estaba en el mismo equipo que el de ella, Temari e Ino eran cercanas. Fue algo bueno en su
opinión, significaba que se cuidarían la una a la otra.
—Cielo... No es bueno olvidar tu aniversario de bodas, -
—¿Sai lo olvidó alguna vez? —Shikamaru preguntó.
El esposo de Ino, Sai, alguna vez fue miembro del Equipo 7. Aunque tuvo problemas
para expresar sus sentimientos, fue un gran shinobi que había trabajado duro para
mejorar.

36
—No, cuando está ocupado, durante cumpleaños o Navidad o incluso en
aniversarios de bodas, preparará un regalo con anticipación y conseguirá que un compañero
de trabajo me lo dé. —Explicó.
Cuando lo dijo de esa manera... Incluso esa cantidad de esfuerzo... ¿Por qué
Shikamaru estaba tan devastado? Su mente estaba nadando con esos molestos
pensamientos.
—Así que vine a comprar flores... —Shikamaru murmuró.
Sus clanes habían estado entrelazados por generaciones, sus casas combinadas en el
InoShikaCho. Incluso como asistente del Hokage, tales tradiciones aún se aplicaban a
Shikamaru.
Ino asintió felizmente.
—Bueno, entonces, ¡esta flor sería perfecta! —Dijo ella. Tomó una flor del macetero
plateado. Era una flor de tallo alto sin hojas, pétalos amarillos extendidos en todas
direcciones—. Esta flor es nativa de Suna, perfecta para Temari, ¿verdad? —Ino preguntó.
Si comprara las flores amarillas, lo que le recordaba a Temari, serían las primeras
flores que le compraría.
—Así es.- —Shikamaru asintió obedientemente—. Puedes hacer un ramo de estos
¿verdad?
—Hay algo aquí... Tal vez en la tienda... —Ino murmuró.
—¡AH! —Sintió una nueva voz.
De repente, detrás de la pareja, un gigante separó a la multitud y se dirigió hacia él.
—¡Chōji! —Ino dijo, sus manos llenas de flores amarillas.
Akimichi Chōji, el otro miembro de su InoShikaCho. Con él iba una niña con una
figura similar. A diferencia de Chōji, tenía una cara aburrida, piel oscura y ropa elegante.
Era Chōchō Akimichi, la hija de Chōji. Ella estaba en el mismo equipo que Shikadai e
Inojin.
—¿Qué piensas hacer? ¿Comprar flores para mi hija? —Chōji preguntó.
—Prefiero las bolas de masa hervida a las flores. —Chōchō dijo.
Chōji se interpuso entre ella y Shikamaru.
—Porque es mi día libre, llevo a mi familia a la barbacoa. —Chōji sonrió.
Barbacoa...
Chōji estaba hablando del favorito del trío: un restaurante de barbacoa coreana.
Cuando Asuma estaba vivo, siempre los invitaba allí. Por supuesto, con él pagando, el
estómago sin fondo de Chōji siempre dejaba a Asuma sudando frío. Era un recuerdo
agradable, quemado en los párpados de Shikamaru.
—Chōchō. —Shikamaru dijo.
Chōji levantó una ceja mientras Shikamaru hablaba con su hija.
—Lo siento por mi hijo. —Dijo él.
—¿Qué pasa con él? —Supuso ella.
—Cuando él negó esa oferta de misión de rango S, te la perdiste.
—¡Oh! ¡No es nada!- —Chōchō respondió graciosamente. No había nada más que
decir.
Chōji llamó a su hija:
—Ha pasado tiempo desde que papá habló con estos dos. Adelántate. Tu madre ya
estará allá.

37
—Vale…
Dándose la vuelta, respondió y empezó a alejarse.
Mientras la veía irse, Chōji habló con sus amigos:
—Se parece cada vez más a su madre.
—Sí, ella es…-
Mientras frotaba felizmente su vientre ante la respuesta, Shikamaru sonrió
suavemente.
—Tengo que disculparme con vosotros dos también. —Dijo suavemente.
—¿Huh? —Chōji tarareó.
—¿Qué? —Ino preguntó.
Ambos hablaron a la vez.
—Debido a Shikadai, vuestros hijos perdieron esa misión. Lo siento. —Shikamaru
respondió, inclinándose ligeramente, mirando a sus pies.
Las acciones de su hijo eran su responsabilidad. Todavía peor, toda la situación era
culpa de Shikamaru en su mente. Las acciones de Shikadai no importaron. Como padre,
tuvo que disculparse con los padres.
Ambos se rieron. No habían reaccionado como él esperaba, y él levantó la cabeza
para mirarlos. Ambos le sonrieron.
—¿Por qué dirías eso? —Chōji se echó a reír.
Ino sonrió, su mano en sus caderas, la otra todavía en la manguera.
—La molestia de la familia Nara no comenzó con Shikadai, sabes, todo comenzó con
Shikamaru. —Chōji sonrió.
—Estoy pidiendo perdón de la manera correcta... —Shikamaru murmuró por la
comisura de su boca, y los dos se echaron a reír de nuevo.
Chōji se reía tan fuerte que su estómago se sacudió, luchando por respirar y habló:
—Shikadai es Shikadai, ¿verdad? El chico es tan travieso que puede hacer que
Shikamaru se disculpe así con nosotros. Él debe ser un lastre, ¿estoy en lo cierto?
—¿Hay algo que debería haber hecho antes de pedir perdón? —Shikamaru
preguntó.
Ino, la madre de buen corazón, respondió:
—¿Has hablado con Shikadai? —Indagó ella.
—No... —Shikamaru suspiró.
—Puede que seas excelente en tu trabajo, pero cuando se trata de familia, apestas.
No hizo ningún sonido.
—Eso es cierto, sobre Temari al menos. ¡Realmente tienes que pasar más tiempo
con ellos! Tu familia te apoya mientras trabajas. Si no puedes cuidarlos, no puedes proteger
la aldea.
Ino tenía razón. Sabía que era verdad, y lamentaba sus acciones. Pero estaba
teniendo problemas para decírselo a sí mismo, se sentía miserable por dentro.
—Me habéis hecho abrir los ojos. —Dijo.
¿Cómo podría un hombre que ni siquiera puede hacer feliz a su familia, ayudar a su
aldea a detener una guerra? Tenía que hacerse más fuerte.

38
—Gracias chicos. Asegúrate de comer despacio esta vez. —Shikamaru se volvió y
saludó, diciéndole la última parte a Chōji. Luego se alejó.
Ino gritó algo para él, pero estaba demasiado lejos para darse cuenta, y demasiado
perdido en sus pensamientos.
—Ah... —Shikamaru de repente se detuvo después de unos minutos de caminar—.
Olvidé las flores.
Que horrible…

39
CAPÍTULO 10
Shikamaru estampó la pila de papeles ante él, pero su mente zumbaba con
pensamientos sobre el País de la Tierra y las negociaciones. Por esa razón, su mente estaba
bloqueando todas las voces de la habitación. Llevaba perdido en sus pensamientos desde
hace días. Alguno incluso tenía que gritar para llamar su atención.
Desde la última Reunión de los Cinco Kage, en la que había amenazado a las otras
naciones, todo apestaba. Había tratado de decirle a Naruto que no había soluciones
concretas para la Roca, pero no había nada que hacer: por ahora solo esperar y observar.
Rou y Soku aun seguían en contacto, y sus reportes llegaban gradualmente
indicando las acciones de la Roca. Sus ninja parecían haberse reunido, listos para ser
despachos en cuanto se lo indicaran. No era un día que esperase: Shikamaru ni quería que
llegara. El camino estaba borroso, pero él podía descubrirlo. Solo hablar con los shinobi no
lo aclararía. Después de todos, las acciones de los shinobi estaban influenciadas por la
avaricia y los deseos del Daimyo. Las Cinco Naciones solo empeorarían por esa influencia.
Se dijo que la raíz de la existencia de un shinobi era la batalla, por lo que en el
mundo ideal de Shikamaru, ya no existían. Para él, sería bueno si los ninja dejaran de
serlo. Su ideal podría haber sido una fantasía risible, pero sabía que la tragedia de la
guerra nunca debería repetirse.
No habría necesidad de shinobi cuando la guerra se haya ido.
El chakra y el jutsu de un shinobi son muy útiles para una civilización. Si otras
personas que no fueran ninjas pudieran usarlo, el mundo sería aún mejor.
Ese ideal solo podía realizarse mientras tuvieran una paz permanente. Si la
tecnología shinobi fuera mal utilizada, destruiría el mundo. Eso estaba claro, especialmente
por la última guerra. La paz no existiría hasta que el miedo y el odio al poder de un shinobi
dejaran de existir. Por eso creía que la tecnología debería ser compartida.
El camino hacia su ideal era evidente, pero no se rendiría hasta que llegara el día.
De lo contrario, todo su trabajo a expensas de su familia fue en vano.
Alguien lo estaba llamando desde el otro lado de su montaña de papeleo.
—… ru-san… -
La voz de una mujer.
Perdido en su juicio, siguió trabajando.
—… kamaru-san...
Ugh, cállate...
—¡Shikamaru san!
Su voz atravesó sus oídos y su pensamientos. Él levantó la cabeza y la miró a los
ojos.
Allí estaba su rostro, sus brazos separando las montañas de papeleo. Era la hija de
su antiguo maestro.
—¿Qué pasa, Mirai? —Él preguntó.
—¿Qué pasa? ¿Cuánto tiempo te llevó notarme? —Gritó ella.
Solo Mirai hablaba así con Shikamaru, tal como lo había hecho su padre. Tenía las
manos en las caderas.
—¡Si te estás concentrando, no pongas tu mano debajo del escritorio! —Gritó ella.
—No tengo tiempo para preocuparme por cosas así, no importan. —Respondió.

40
—¿Qué vas a hacer cuando alguien trae algo en lo que no tengas tiempo para
pensar?
—Llamar como tú.
—Ya veo... —Murmuró ella.
Mirai había traído noticias inquietantes, podía verlo por su cara. Ella estaba, sin
embargo, satisfecha por su agudo ingenio, y sonrió.
En el pasado, ella lo había llamado "¡Shikamaru-niichan!", algo que había echado de
menos. Ella era su alumna, y la razón por la que se había convertido en maestro. Antes de
que Mirai naciera, su padre había fallecido, Shikamaru prometió que la cuidaría. Además
de su trabajo como asistente de Naruto, él había sido su Sensei cuando ella dejó la
Academia.
Asuma, el padre de Mirai, era el hijo del Tercer Hokage. Tenía la sangre de un Kage
corriendo por sus venas. Según las enseñanzas de Shikamaru, se había convertido en una
ninja increíble. Una vez que él le mostró algo, ella lo dominaba en unos pocos intentos. Pero
Shikamaru todavía la instruía como su maestro. Estaba muy orgulloso de ella, incluso si
era vergonzoso admitirlo.
Puso un papel cuadrado sobre el escritorio, que tenía un sello. Se recostó en su silla
y la invitó a hablar:
—Entonces, ¿qué extraña historia me trajiste hoy?
—En tres días, ¿sabes qué estará pasando en esta aldea? —Supuso ella.
—No contestes una pregunta con una pregunta. —Dijo, sonriendo.
—El Daimyo del Fuego reunirá con Naruto.
Una buena oportunidad. Los asuntos shinobi no se discutían a menudo con los
Daimyo. Podrían desvelar al Daimyo del País de la Tierra. Él iba a ser el arma secreta de
Shikamaru para terminar con el estancamiento en el que se encontraba. Una reunión con el
Daimyo del País del Fuego... Una oportunidad inesperada de resolver las cosas.
A través de Naruto, se le pediría al Daimyo que se reuniera con los otros líderes.
Era su única oportunidad de superar esto. Tenían que convencerlo.
—¿Tienes algo planeado? —Shikamaru preguntó.
—No hay problema con las conversaciones en sí mismas, pero el hijo del Daimyo,
Tentou, va a estar en la aldea. —Dijo Mirai.
—¿El mocoso es una molestia?
No había nada que pudiera hacer al respecto.
—No puedo ayudarte con eso... —Murmuró él.
La cara de Mirai parecía estresada.
—¿Qué es? —Shikamaru preguntó.
—Parece que alguien tiene como objetivo a Tentou. —Dijo—. La pandilla de Shojoji
ha escapado de su prisión. Shojoji es el líder que usa la Técnica del Clon de Cadáver3. Debe
ser tratado como una gran amenaza.
—Esa historia debe haber salido antes. —Dijo. Repasó rápidamente los documentos
en su escritorio, luego sacó cuidadosamente el expediente de las pilas de papel—. Aquí está.
El equipo de Boruto es responsable de la captura de la pandilla.

3
Al consumir el cerebro de un objetivo vivo, Shojoji tiene acceso a su "apariencia", "memoria" y
"habilidades", asumiendo su identidad perfectamente. La técnica sólo puede funcionar en un objetivo
vivo.

41
—Ese es.-
—Tiene una cara astuta. —Dijo Shikamaru.
—Tentou ha estado creando bastantes problemas alrededor de la aldea.
—¿Quizás los atraparon para sacar a Shojoji de la investigación? —Preguntó él.
—Shojoji no es probable que aparezca ante Boruto.
La posible desaparición de Tentou… Podía dejar que el enemigo robara unas
cuantas piezas, dejándoles un cebo. Habría usado esas tácticas si pudiera.
—Mantén un ojo sobre Tentou mientras esté aquí. No lo pierdas. Si hacen un
movimiento, dejemos que se lo lleven. —Shikamaru dijo.
—¡¿Qué?!
—Calla y escucha todo el plan. —Los ojos de Shikamaru brillaron con vigor—. Una
vez que lo rapten, puedes rescatarlo en el momento. Tienes que dejar que lo atrapen solo
una vez. —Explicó.
—¡¿Por qué?!
Para que el plan funcionara, Mirai necesitaría saberlo de antemano. Tenía que
conocer sus órdenes.
—El Daimyo nos deberá un favor. —Dijo.
—……………. —Mirai estaba sin palabras.
Shikamaru continuó, no obstante:
—El enemigo es Shojoji, ya lo sabemos, así que no te preocupes. Tentou será
raptado. Síguelos a su escondite y una vez estés dentro, rescátalo. Entonces solo tendrás
que traer a Tentou de vuelta aquí sin un rasguño.-—Shikamaru hizo una pausa para coger
aire—. Por favor, no se lo digas a Naruto. —Murmuró.
—¿Huh?
—Si Naruto lo descubre, intentará evitar el rapto y Tentou será protegido. No habrá
secuestro. Para que el plan funcione, tiene que ser capturado y rescatado por los ninja de
Konoha. Tiene que ser así. —Explicó.
—¿En qué estás pensando, Shikamaru-san?
—Confía en mí, Mirai, esto no es solo por la aldea. Es por el futuro de todo el
mundo.
Esto era para prevenir una guerra. No iba a pretender que no mancharía las manos
de oscuridad con tal de ayudar a Naruto. Tenía que hacer el trabajo sucio.
—Te dejo esto a ti: no dejes que Tentou salga lastimado. ¿Vale? —Dijo.
—Sí… —Mirai dejó la habitación, luciendo perturbada.

- 
Tres días después, el Daimyo y su hijo llegaron a Konoha. Al mismo tiempo, hubo un
reporte de que el equipo de Boruto se había encargado del resto de los bandidos de Mujina.
Shikamaru estaba en la oficina del Hokage en ese momento. Boruto estaba ocupado
enorgulleciéndose de su logro. Mirai fue la que se lo contó al Hokage.
—¡El equipo de Boruto! ¡Lo hicieron! —Naruto se regocijó, golpeando con sus manos
la mesa de pura alegría.
—Ohh, no son tan malos, ¿no? —Shikamaru dijo, sacando un cigarrillo y poniéndose
en su boca—. Mirai, ¿tienes fuego?

42
Mirai rodó sus ojos ante la pregunta.
—Nada de fumar aquí, Shikamaru. —Ella dijo.
—Oh, vale.
Captó los ojos de Mirai y vio su dedicación, como si ella estuviera diciendo ‘ No te
preocupes, lo entiendo’. Él asintió, mirando a lo lejos y escuchando el reporte.
—¿Así que Shojoji no apareció? Pero si capturamos a tres de estos tipos… —
Shikamaru suspiró.
—Ese bastardo de Shojoji… —Naruto murmuró para sí.
—Well… Es un gran objetivo. Puede copiar la cara de un cadáver y su voz. —
Shikamaru habló a su amigo—. Nos encargaremos de él rápidamente.
Naruto se calmó con eso. Si hubiera sabido sobre el rapto planeado, no pasaría.
Naruto tenía que seguir ignorando el plan de Shikamaru.
—Así que dejémoslo así. Tenemos que ir a la reunión de hoy. —Shikamaru dijo. Se
sentía mal por distraer a Naruto.


Un evento sorprendente había pasado.
Cuando Tentou fue raptado, Boruto fue el que lo salvó. Mientras, en la aldea,
Tentou se había vuelto cercano a Boruto y ahora eran amigos. Shikamaru había recibido los
reportes de Mirai, a tiempo.
Tentou fue secuestrado justo cuando terminaba la misión de guardia de Boruto.
Cuando se enteró, Boruto fue solo al escondite de Shojoji. Cuando aparecieron sus amigos,
pudo salvar a Tentou de forma segura4.
Las tropas de Mirai no tuvieron más opción que irrumpir y ayudar.
—¿Qué habría pasado si no estuviera Boruto allí? Si no fuera por los ninja de
Konoha, ¿quién habría salvado a Tentou? —Shikamaru preguntó.
—Lo siento. —Mirai se inclinó.
—Nada, el plan funcionó. No te preocupes. —Él dijo.
—Sí, señor. —Mirai dijo—. Shikamaru-san…
—¿Sí? —Tenía un cigarrillo apagado en la boca y estaba jugando con su mechero.
—¿Qué estás haciendo, Shikamaru?
Dejó su mechero y se giró en la silla.
—Tú ganas. Iré… —Suspiró.

4
Referencia al capítulo 11 del manga Boruto.

43
CAPÍTULO 11
—Necesito que hables de nuevo con Ikkyu. —Shikamaru dijo a Naruto.
Naruto estaba sentado en su silla en su oficina, con los ojos muy abiertos por la
curiosidad.
—¿Pero acabamos de tener una reunión con él, no?
—Tenemos que ir a él esta vez. —Insistió Shikamaru.
Naruto puso los codos sobre el escritorio.
—Las cosas son tan raras ahora días... —Suspiró.
—Va a estar bien, solo ponte en contacto con Ikkyu. —Dijo Shikamaru.
Sus ojos se encontraron, expresiones diligentes y gentiles. Naruto lentamente
consideró su pregunta.
—He hablado bastante sobre el asunto en la última reunión. Ikkyu dijo que hablaría
con el Daimyo del País de la Tierra. ¿Realmente necesitamos una segunda reunión?
—Las cosas son diferentes ahora.
—¿Te refieres al secuestro? —Naruto requirió, con las cejas arqueadas y la cara
severa—. Shikamaru, ¿sabías sobre el secuestro antes de que ocurriera? Sabías que Shojoji
lo iba a atrapar y ordenaste dejar que lo rescataran después de que sucediera, ¿verdad?
Shikamaru asintió. El plan ya estaba terminado, todo había terminado antes de que
Naruto lo descubriera.
—Yo fui quien ordenó que se mantuviera en secreto. —Dijo.
—¿Para que Ikkyu termine en deuda con nosotros?
Naruto era un Hokage sensato, capaz de reconocer la negociación que Shikamaru
había planeado. Shikamaru se había negado a ensuciar las manos de Naruto en esto, él era
la luz después de todo.
Shikamaru se encogió de hombros y se hinchó la nariz.
—Si entiendes hasta ahora, entonces sabes lo que quiero.
—No quieres decir eso. Has estado actuando tan extraño últimamente… Atacando a
los Kage, el secuestro de Tentou... —Se interrumpió.
—No pasé por alto el secuestro, estaba siendo vigilado de cerca. Incluso si Boruto no
estuviera allí para ayudarlo, Tentou habría regresado con su padre sin un rasguño. —
Shikamaru explicó.
—Si hubiera alguna posibilidad de que lo mataran, ¿qué habrías hecho? ¿Serías
responsable de ello? ¿Usar a un niño para las negociaciones? ¡¿Como pudiste?! —Naruto
gritó.
—Siempre odiaste este tipo de cosas. Lo sé, así que por eso lo hice.
—¡SHIKAMARU! —Naruto se tambaleó. Rodeó su escritorio y agarró el cuello de
Shikamaru—. ¡Deja de hacer esto solo! ¡POR FAVOR, CONFÍA EN MÍ MÁS!
Con el cuello en sus manos, Shikamaru le respondió:
—¡Es porque eres Hokage que estoy haciendo esto! ¡Porque puedo confiar en ti!
¡Gracias a ti, mis planes pueden funcionar!
—¡¿Qué quieres que le pregunte a Ikkyu para cuando quiera pagar esta deuda?! —
Naruto preguntó.
—Que los Cinco Daimyo se encuentren.

44
—Tú... —Naruto lo dejó ir.
Shikamaru se frotó el cuello y habló suavemente:
—Si solo se habla con ninja, no podríamos continuar con nuestras negociaciones.
Necesitamos hablar con el Daimyo también.
Naruto exhaló un suspiro, cerró los ojos y sacudió la cabeza.
—Siempre estoy pensando en esto también, sé que no podemos seguir así. No
podemos entrar en otra guerra, pero no sé cómo detener esto. Quiero ir a la Roca y hablar
con Kurotsuchi uno a uno para ver si hay algo que podamos hacer para mejorar esta
situación. —Dijo Naruto.
—Si eso te parece bien…
Naruto miró la sonrisa de Shikamaru. Habló con su viejo amigo:
—Si tienes mente para preocuparte, entonces has dejado de ser el tipo impulsivo
que solías ser. —Dijo Shikamaru.
—Es así... —Murmuró Naruto, mirándose las manos—. Cuando te conviertes en un
adulto, todas las cosas que te molestan en la vida aumentan. Tu cuerpo se agota de todas
las responsabilidades. A medida que envejecía, aprendí a seguir moviendo los pies. Tienes
razón, necesito pensar más sobre esto.
Naruto no decía algo así todos los días. Se puso de pie sobre la aldea como Hokage,
liderándola con su actitud positiva. Era un hombre responsable de todos, lo que le había
causado portar una pesada carga sobre los hombros. Ya no podía hacer lo que quisiera.
Naruto solo compartió estos pensamientos con Shikamaru; solo él sabía del lado
débil de Naruto.
—¿Te gustaría subir al techo un rato? —Naruto preguntó.
Shikamaru se rio y asintió.
—Supongo que sí,-
Naruto siguió a Shikamaru a la azotea. Shikamaru sacó sus cigarrillos, encendió
uno y inhaló profundamente el humo morado intenso. Lo sopló hacia el cielo. Naruto se paró
a su lado y vio desaparecer el humo.
—Convertirse en un adulto, tener una familia… todo es realmente que molestia. El
tiempo que tuve de pensar así se ha ido. —Anunció Shikamaru.
—Estoy más feliz ahora. —Dijo Naruto.
—Suenas como un modelo a seguir. Solías ser más honesto contigo mismo cuando
eras más joven. —Dijo Shikamaru.
—Tal vez sea así…-
Los dos se rieron.
El cigarrillo de Shikamaru se convirtió en cenizas.
—Incluso cuando estoy abrumado por la preocupación, sigo pensando en hacer cosas
como solía hacer antaño. Solía tener miedo de no poder cambiar el pasado, así que tenía que
pensar en cambiar nuestro futuro. —Dijo Shikamaru.
—Cuando dices eso entre nosotros, supongo que lo dices en serio.
—Al menos creo que lo digo en serio.
Puso el cigarrillo quemado en el cenicero del techo. El sabor permaneció en su boca,
incluso después de terminarlo.
—Naruto, no me rendiré. No importa lo que suceda, no habrá una guerra.
—Supongo que pienso igual. —Naruto respondió.

45
—Caminemos por el camino correcto, aunque está cubierto de fino hielo. A veces me
pierdo, y quiero alzar mis manos de puro disgusto. Pero no me rendiré en mantener nuestra
paz. No dejaré que Boruto o Shikadai acaben como Asuma y Neji. —Shikamaru dijo.
—Lo sé. —Naruto dijo, golpeando la espalda de Shikamaru—. Confío en ti.
—Realmente eres adecuado para ser Hokage. —Shikamaru dijo. Se puso otro
cigarrillo en la boca y lo encendió.
—Últimamente fumas mucho. —Naruto dijo, sacudiéndose el humo de delante de la
cara.
—¿Detestas que fume después de todo este tiempo?
—¡No, es solo que fumas demasiado! —Naruto respondió.
—Las cosas son muy molestas ahora mismo.
—¡Eso no es excusa!
—Claro que no. —Shikamaru acabó su segundo cigarrillo y empezó su contraataque
—: Te quejas de mí, pero tu consumo de ramen realmente se ha incrementado desde que te
has casado, ¿no? —Shikamaru probó.
—¡Argh!
—Tengo que trabajar hasta medianoche porque es lo mejor para mí. Así que no te
conviertas en un Hokage obeso.
—¡Bueno, si entreno apropiadamente, no importará cuanto coma!
—¿En serio?
—¡Sí!
—No lo creo. —Shikamaru dijo, empezando su tercer cigarrillo.
—¡Tú eres el que expulsa humo por todas partes! —Naruto soltó.
—¿Acaso no sorbes el ramen muy ruidosamente, Nanadaime?
—¡Eso es! ¡Cállate!
—Solo estoy siendo honesto. —Se rió y dejó de bromear.
El par miró abajo a la aldea.
—Si voy donde el Daimyo del Fuego, ¿vendrás también? —Naruto preguntó.
—Claro. —Shikamaru respondió.
—Hagamos la reunión de los Cinco Daimyo. —Naruto dijo.
—Si no puedes pedir el favor por salvar a Tentou, lo haré yo.
—Entiendo tu ansia. Estaré listo también.
—Cuento contigo, Hokage-sama.
—Cuando dices cosas así, me haces sentir mal.
—Es solo tu cerebro que lo está procesando. —Shikamaru dijo, golpeando la espalda
de Naruto. Escupió el cigarrillo al cenicero y se dio la vuelta—. No quiero volver al
trabajo… —Shikamaru suspiró.
—¡No me lo recuerdes!
La cara de Naruto le recordó a Shikamaru la de un niño al que se le recuerdan sus
obligaciones.

46
CAPÍTULO 12
—¿Qué demonios has dicho?
Madoka Ikkyu, el Daimyo del País del Fuego era el que habló. Shikamaru y Naruto
estaban sentados frente a él, en dos sofás de cuero.
La anterior reunión había acabado hace unos días en Konoha; la segunda, hace diez
días, fue tras la entrada secreta de Shikamaru y Naruto en el País del Fuego. Era una
reunión informal.
Ikkyu tenía una enorme mansión que había escogido como su lugar de reunión, de
donde mucha gente entraba y salía cada día. El par sabía que podrían entrar fácilmente.
Fue el interesante sistema de Ikkyu el que llevó a ambos a familiarizarse con el hombre que
enviaba la carne a las cocinas. Pero ahora estaban frente al Daimyo del Fuego.
Shikamaru observó a Naruto mientras Ikkyu hablaba.
—No estoy seguro de lo que me estáis pidiendo, ¿tenéis otra? —Ikkyu preguntó.
—Sí. —Respondió Naruto asintiendo, luciendo muy serio. Antes de que pudiera
hablar de nuevo, Ikkyu alzó la mano.
—Antes de que empecemos, debo agradecereos por salvar a Tentou. Realmente lo
aprecio. Shojoji era famoso por su banda de ladrones, y su líder debe haber sido un hueso
duro de roer. ¡Realmente, muchas gracias! —Ikkyu inclinó la cabeza profundamente.
—Si no le importa, necesitamos pedirle un favor a cambio. —Naruto dijo.
—Si hay algo que pueda hacer por vosotros, hacédmelo saber y lo haré. —Ikkyu dijo.
Esto es lo que ambos esperaban. Ahora era el momento de atacar.
Como si leyera la mente de Shikamaru, Naruto puso las manos sobre las rodillas y
se inclinó hacia adelante.
—Es sobre el tema del País de la Tierra del que hablamos el otro día.
—Esa realmente es una situación muy desafortunada. Me aseguraré de estar en
contacto con el Daimyo de la Tierra y demás. —Ikkyu dijo.
—Bueno, eso es… Demasiado tarde. —Naruto habló en lugar de Shikamaru.
Sabían que Ikkyu estaría incómodo si era Shikamaru el que hablase en lugar del
Hokage, así que Naruto habló sobre el plan por él.
—Ha llegado información a Konoha después de nuestra última reunión, sobre la
invasión del País de la Tierra. Los ninja están empezando a reunirse en la aldea. Si la Roca
ataca, los ninja de la Nube tomarán represalias. Otros países serán arrastrados a este
conflicto, e incluso la Niebla podría aliarse con la Roca. Esto incluye a Konoha. Será otra
Gran Guerra. —Naruto dijo—. Es un hecho que las cosas están tensas. Así que cuando
contacte con el Daimyo del País de la Tierra, no estarán demasiados cómodos al saber que
sabemos de su invasión, especialmente si va con pruebas de su ataque al País de las Flores.
—Incluso si todos supieran del hecho de que el País de la Tierra todavía va a pasar
por la invasión, todavía lo van a hacer. —Shikamaru dijo. Miró las expresiones raras de
todos cuando habló, incluso la de insatisfacción de Ikkyu—. El injusto ataque del País de la
Tierra es algo que todos sabemos. Así que de antemano, en la reunión de los Cinco Kage,
hicimos una sugerencia que causará roturas en nuestras relaciones. Mientras la invasión
causa tanta controversia, nadie estará dispuesto a crearse enemigos. Ya sabemos que la
Niebla quedará a un lado, así que esas roturas ya están en esa fundación. Solo estábamos
tomando el siguiente paso. Incluso si usted envía diplomáticos al País de la Tierra, no serán
heridos, pero no les dejarán pasar. Cuando sus hombres regresen, el País de la Tierra
empezará su invasión. —Shikamaru explicó.
—Así que… Shikamaru, ¿no? —Ikkyu preguntó, frunciendo el ceño.

47
Shikamaru respondió con un asentimiento. No tenía tiempo de intercambiar
cortesías con el Daimyo. El hombre de mediana edad hizo una ‘o’ con su boca.
—Si nos apuramos, el País de la Tierra se enfurecerá si fallais en comunicaros
apropiadamente. Puede que no sean niños, así que creo que es más importante que nada
negociar nuestra salida de esto. —Ikkyu dijo.
—Ese momento ya ha pasado… —Shikamaru dijo.
—Shikamaru. —La calmada voz de Naruto lo interrumpió, cortando la excitación de
Shikamaru.
Shikamaru tomó una profunda inspiración por la nariz y se calmó.
—La guerra no empezará hasta que empiece. Lo cual no pasará. Sacaremos a todos
nuestros diplomáticos, pero no haremos movimientos directos. Las cosas no pueden ir así.
—Hablando de movimientos directos, ¿qué hay de mí? —Ikkyu preguntó.
Shikamaru respondió graciosamente:
—El País del Fuego es una orgullosa parte del poder de las Cinco Naciones. Por
favor, use esa fuerza en la Reunión de los Daimyo si puede.
—La Reunión de los Cinco Daimyo… —Las palabras de Ikkyu salieron.
Shikamaru siguió empujando:
— Solo ha habido algunas veces en la historia que hubo una Reunión de los Cinco
Daimyo en el mismo lugar. La última fue en la época de mi bisabuelo, pero eso no significa
que nunca haya sucedido antes. Si usted, el Daimyo del Fuego, puede dominar la
conversación, el Daimyo de la Tierra puede alinearse.
—Eso es si puedo dominar la conversación... —Dijo Ikykyu.
—Puede. —Le dijo bruscamente Shikamaru.
Ikkyu tragó saliva.
—¿Estás diciendo que el País de la Tierra y el País del Fuego se convertirán en
enemigos? —Ikkyu preguntó.
—Esta actitud no me dejará hasta que todo esto termine. Si se niega a ayudar a
negociar, le arrastraré allí yo mismo.
Naruto agarró el hombro de Shikamaru y se volvió hacia Ikkyu.
—Yo también se lo pido. De alguna manera, ¡por favor, evite que esta guerra ocurra!
Las conferencias de los Daimyo son por la paz. Shikamaru está pensando demasiado lejos,
créame. —Naruto se inclinó ante el Daimyo.
Shikamaru era alguien que había prometido apoyar al Hokage, pero Naruto fue
quien lo ayudó. Sintió que su pecho se calentaba. Los muchachos de la academia se habían
convertido en shinobi que hicieron prevalecer la paz.
—Gracias.
Naruto no era el único: sus profesores, su equipo, todos en la aldea. Fueron loq eu le
ayudaron a llegar a donde estaba hoy. El sentimiento de gratitud era abrumador.
—Si fuerza al Daimyo de la Tierra a ir a la reunión, podría condenarlo
directamente. Por supuesto, el Daimyo del País del Rayo no se quedará en silencio. Si el
Daimyo dice que puede traer la paz, por favor, asegúrese de ser el hombre que evite esta
guerra. —Shikamaru se levantó del sofá y se inclinó también, con la cabeza hacia el suelo.
Haría cualquier cosa por esto, así que si había esperanza, tendría un costo. No se
detendrían ante nada para alcanzar el camino de la paz. No importaba lo difícil que fuera
permanecer en ese camino, él se aferraría a él.
—Por favor, dejaros de estas cosas. —Ikkyu dijo.

48
¿Estas cosas?, Shikamaru pensó en su cabeza. ¿Qué me incline es algo tan malo?
Incluso entonces él no tenía que pensar en ello.
—Entonces… —Ikkyu empezó.
—No nos moveremos hasta que diga que lo hará, no por gratitud o para pagar su
deuda, sino por voluntad propia. Si está seguro de eso, entonces, por favor, no importa lo
que suceda, hará todo para prevenir esta guerra. —Shikamaru dijo.
Fue fácil planificar. Si hicieras lo que quisieras, nada significaría nada. Tienes que
hacerlo desde el fondo de tu corazón. No podía controlar a Ikkyu a través de sus palabras, o
la conversación simplemente se vendría abajo. Rogó que las palabras del Daimyo fueran
ciertas.
Inclinarse no era algo que solía hacer, pero era la única forma.
—Se lo ruego.-—Dijo Naruto, aún inclinándose junto a Shikamaru.
—Oi, oi, Hokage-sama... —Ikkyu murmuró.
—Esto es lo que se necesita. Debería haberle contado todo esto antes, pero siempre
estamos tratando de ser geniales. ¡Así que por favor, cambie el corazón del Daimyo de la
Tierra! —Naruto dijo.
—Espera un minuto... —Ikkyu dijo, sentándose en su sofá. Se encogió de hombros—
. Para montar en tu bote, dicen que tienes que tener hambre5.
—Si la guerra empezara, estarías hambriento sin razón alguna. —Naruto dijo.
—Bueno, quizás para vosotros, chicos. Si la guerra empezara mañana, ni siquiera
me afectaría. —Ikkyu sonrió.
—Es cierto. —Shikamaru dijo.
Ikkyu rompió en risas.
—Su hijo, Boruto: son cosas que no podrán regresar. Siempre que colaboremos…
—No, espera.
Ikkyu se levantó y se agachó entre los dos hombres arrodillados, pasando su
escritorio de aspecto pesado.
—Bueno, por el Hokage y su asistente competente aquí, peleemos todos juntos. No
es necesario inventar formas elegantes de decir que trabajaremos juntos.
Una mano sorprendentemente suave tocó sus hombros.
Pelear juntos... Fue más que la respuesta esperada.

5
Estar preparado para emprender un viaje pensando con anticipación. Sería lo mismo que decir que
para esperar lo mejor, primero debes prepararte para lo peor.

49
Parte 3
Duras peleas

50
CAPÍTULO 13
Shikamaru había acabado de cenar en casa con su familia por primera vez en
mucho tiempo. Había tiempo para relajarse, incluso darse un baño. Temari había dejado de
lado el incidente del aniversario de bodas. Se lo estaba tomando bien por ahora, porque
sabía que tenía días ajetreados por venir.
Temari estaba lavando los platos tras la comida. Shikamaru estaba sentado a la
mesa entre la cocina y el porche, observando a su familia por encima del hombro. ¿No
debería contarles sobre el tema del País de la Tierra? No. No les cargaría con sus
problemas, no quería saber cómo. Solo no sabía qué hacer.
Pensó en cuando había ido a comprar las flores, lo cual había olvidado por completo.
Las flores eran parte de su disculpa con Temari, lo cual Ino sabía. Había olvidado
comprarlas. Se estaba pateando a sí mismo por la posibilidad de traerlas a casa para ella.
Sabía que tendría que volver a la tienda en algún momento.
Mientras reflexionaba sobre sus errores, Shikamaru miró a la persona que estaba
sentada en el porche frente al patio, disfrutando los días muriendo de calor.
Shikadai estaba jugando un juego en una de esas consolas; Shikamaru no sabía
cuál. Shikadai lo había comprado él mismo. Era su pérdida de tiempo, algo travieso que
hacia cuando Temari no estaba mirando. Ella lo regañó cuando se enteró de que lo había
comprado.
Shikadai era Shikadai, Shikamaru pensó.
Temari murmuró algo desde la cocina. Shikamaru se levantó ligeramente y se sentó
detrás de su hijo. Miró la pantalla del juego: había una figura en una armadura extraña
que luchaba contra cosas aún más extrañas. El chip-chip le picó las orejas. Los dedos de
Shikadai se movían silenciosamente sobre la consola, y cada vez que lo hacia el tipo en la
pantalla usaba su espada.
—¿Es divertido? —Shikamaru preguntó.
—Mm… ¡Espera! —Shikadai soltó una respuesta que no era ni positiva ni negativa.
Shikamaru podía decir que su hijo no podía apartar los ojos del juego. No tenía
tiempo para responder la pregunta. Ambos observaron en silencio la pantalla por un rato.
Cada vez que el personaje se movía, Shikadai soltaba un ‘Oops’ o '¡Sí!’ Shikamaru se
preguntaba qué estaba pasando en la mente de su hijo.
Cuando Shikamaru jugaba al Shogi, tenía que imaginar su campo de batalla. Todos
sus sentidos se centrarían en el próximo movimiento. Solo podías ver las piezas en el
tablero. Había veces en las que no podías siquiera ver lo que estaba haciendo tu enemigo. A
veces se centraría tanto en su partida que no podía siquiera oír nada de lo que pasaba
alrededor. Su oponente tendría que sacarlo de allí.
Debe de estar en la sangre...
—¡Argh!
Cuando el tipo de la armadura murió, Shikadai gimió y levantó los brazos.
Shikamaru también levantó los brazos porque Shikadai una vez había arrojado su juego al
jardín.
—¡Maldición! Iba muy bien, ¡pero el paquete de refuerzo no estaba allí! ¡Ahora tengo
que volver al inicio! ¡Qué lata! —Shikadai gimió.
Shikamaru observó a los hombros de sus hijos caerse y le habló:
—¿Entonces es divertido? —Él preguntó.
Finalmente, Shikadai respondió a su padre:
—Bueno, todos mis amigos están nivelando este juego ahora mismo.

51
—¿Así que tú lo haces porque tus amigos también lo hacen? —Shikamaru preguntó.
—No es así… —Shikadai respondió, inflando las mejillas. Puso la consola entre ellos
y se recolocó en el asiento.
—¿Pero qué? —Shikamaru preguntó.
—Si me preguntas desde el fondo de mi corazón, no significa mucho. Pero este
hobby es…
El adulto en él estaba tratando de darle un discurso maduro, a pesar de ser un niño.
Como shinobi, había juzgado como un adulto en lugar de cómo un niño.
—¿Así que este hobby es divertido? —Shikamaru preguntó.
Asintiendo, Shikadai respondió.
—Es un juego sin fin.
—¿Sin fin? —Shikamaru preguntó.
—Tienes uno nuevo cada vez que juegas. —Shikadai dijo.
—Espera, ¿qué es qué? —Shikamaru interrumpió.
—Una misión. —Shikadai explicó.
Shikadai respondió a todas las preguntas a pesar de sentirse avergonzado. Parecía
disfrutar de todas las preguntas.
—Dependiendo de tu equipamiento y estadísticas, la dificultad cambia, y no puedes
solo machacar para ganar. Al final hace que tenga sentido.
¿No podías ganar al juego? Shikamaru dudó de su maestro, rascándose la mejilla.
—Si no puedes ganar, ¿por qué lo juegas? —Shikamaru preguntó.
—Me gusta jugarlo con mis amigos. A diferencia de otros juegos en los que vas solo,
en este puedes jugar en cooperativo.
—¿Cooperativo?
—Jugar con otra gente.
Shikamaru inclinó la cabeza para disculparse por interrumpir. Shikadai continuó:
—¡La sensación de cuando ganas contra un jefe cooperativo en el modo de un solo
jugador es increíble!
—¿Así que esa es la parte divertida? —Shikamaru dijo.
—Bueno… —Shikadai sonrió.
Tras darle a su padre una lectura del juego durante un rato, los dos quedaron en
silencio. El jardín estaba teñido por el ocaso, y ambos se lo quedaron mirando. Shikamaru
se preparó para interrumpir el silencio.
—Sobre la misión de rango S… —Shikadai murmuró.
Shikamaru pensó en la noche de hace unas semanas. Calentado por su
conversación, Shikamaru habló con valentía:
—He oído lo que pasó. Supongo que te molesté.
Shikadai permaneció en silencio.
—Lo siento. —Dijo Shikamaru.
—¡¿Papá?! ¿Por que te estas disculpando? —Shikadai soltó.
Esta era la razón por la que Shikamaru había estado hablando con Shikadai,
tratando de acercarse a él. Quería ver cómo estaba disfrutando su infancia. El sueño de
Shikamaru era que Shikadai fuera feliz.

52
—Como niño, fui horrible. —Shikamaru dijo, mirando a su hijo con una sonrisa.
—Era una molestia hacer cualquier cosa. La mediocracia6 fue suficiente para mí.
Solo quería vivir y morir en una vida razonable. No me sentí especial y nunca sospeché de
mi carrera. Estaba desesperado por vivir sin cosas que molestasen; incluso si alguien me
alabara, lo rechazaría con un rápido 'Que molestia'. —Shikamaru dijo suavemente.
—¿Es verdad? —Shikadai preguntó.
—Soy tu padre, y tú eres así por mí. Piénsalo de esa manera. Puedes creer mi
historia o no:
Era una lógica extraña, pero tenía sentido. Shikadai asintió.
—Bueno… —Shikadai suspiró.
El sol se hundió hasta el anochecer cuando Shikamaru le contó a su hijo sobre los
eventos de la fallida misión de recuperación de Sasuke.
—Los problemas que quería evitar me cambiaron, y no podía apartar la mirada de
ellos. Cada vez que pasaba mis problemas, me sentía más fuerte. No importa cuán molesto
fuera, tenía que seguir adelante. Haciendo eso, me sentía más como una persona real. —
Shikamaru dijo.
—Espera, ¿no te sentías una persona de verdad? —Shikadai preguntó.
—A veces pensaba que sabía qué clase de vida iba a vivir, pero ahora sé que soy mi
verdadero yo.
Shikadai estaba en silencio, su boca una firme línea. Parecía estar pensando
desesperadamente en algo. Shikamaru le tocó suavemente en la espalda.
—Incluso ahora, quieres decir 'que molestia’, ¿no?
Shikadai asintió.
—Pero como acabo de decirte, este 'que molestia’ es diferente de ese 'que molestia’.
Yo solía decirlo sin pensar, pero ahora significa algo diferente. —Shikamaru dijo.
—¿Cuál es la diferencia? —Shikadai preguntó.
—'Que molestia’ puedo decirlo sin sentirme cansado de mi vida. No deberías usarlo
como una forma de quejarte de las cosas, o solo lo seguirás usando para evitar cosas.
— Una palabra que se puede decir sin sentirse cansado del mundo… —Shikadai
caviló.
—Eso es. —Shikamaru dijo.
Shikadai cogió aire, sonrió y se puso en pie. Mirando a su padre aún sentado, se rió.
—La próxima vez, ¿puedes enseñarme a jugar al Shogi de nuevo? —Preguntó.
—Qué molestia. —Su padre respondió con una sonrisa.
Shikadai lo miró como si fuera un hombre complicado.
—Me voy a bañar. —Shikadai dijo.
—Sep.
Shikadai se fue a su habitación.
Shikamaru se dio la vuelta en el salón.
—¡Oh!
Temari estaba sentada ante la mesa y parecía haber escuchado su conversación.

6
Una clase dominante que consiste en personas mediocres, o un sistema en el que la mediocridad es
recompensada.

53
—Que molestia… ¿huh? —Ella murmuró. Lo miró con ojos fríos. Él se congeló bajo
su mirada y esperó a que ella diera el paso—. ¿Recuerdas esas palabras que dijiste cuando
me invitaste a salir hace tantos años?
Eso fue en el País del Silencio. Cuando le había pedido una cita a Temari.
—¿Recuerdas mi respuesta de aquella vez?
—Que molestia…
Por primera vez en un tiempo, Temari sonrió a Shikamaru.
—Tiene muchos usos, pero es una buena palabra. —Ella dijo.
Shikamaru estaba halagado y apaciguado, incluso se rió un poco. Miró a su esposa
de nuevo.
—Que molestia.
Ambos se rieron.

54
CAPÍTULO 14
Cinco hombres se reflejaban en la pantalla mientras Shikamaru y Naruto seguían
observando. Los Cinco Daimyo, los dueños de las Cinco Grandes Naciones. Aquellos que
estaban tan dignificados que los shinobi juraran seguirlos. El hombre tras las frías y
transparentes pantallas ciertamente tenía influencia sobre el destino del continente.
—Pensaba que iba a ser así…—Un hombre con una cara rechoncha, que estaba en
la pantalla más a la derecha. —Dijo con descontente. Tenía las manos alzadas al techo,
sacudiendo su cabeza a izquierda y derecha. Era el Daimyo del País de la Tierra, Danjo.
Danjo hizo temblar sus carnosas mandíbulas y miró a Ikkyu.
—Los ninja hablan de una unión entre las Cinco Aldeas Ocultas, ¿por qué
tendríamos que copiarlos? A veces nos peleamos, a veces formamos alianzas, ¿cierto?
¡Dejemos de imitarles y de permitir que los shinobi interfieran con nuestras políticas! —
Dijo.
—¿Qué clase de actitud es esa? —El hombre en la pantalla más de la izquierda
murmuró, sin mirar a Danjo. Era el Daimyo del País del Rayo, Tekkan.
Desde el comienzo de la reunión, los gruesos brazos de Tekkan estaban cruzados,
mirando a Danjo. Era natural, ya que era el dueño del país opuesto a la invasión del País de
las Flores.
—Nuestro país ha sido un aliado de Hana7 durante muchas generaciones. Sabiendo
eso, no puedo quedarme callado sobre esto. —Tekkan dijo.
—Vamos, debido a esta alianza, el destino de Hana se está retrasando. ¿Dónde está
la necesidad de proteger esas cosas? Escuché que el Raikage está bastante enojado con tus
planes. Estoy agradecido por esta reunión de hoy, pero ¿no estás dispuesto a hablar sobre
esto? ¡Vine aquí para discutir esto! —Danjo gritó.
—¡No seas ridículo! —Tekkan gritó, golpeando sus manos sobre el escritorio.
El gordo cuerpo de Danjo tembló de miedo. Su boca se arrugó en una sonrisa de
mala calidad.
—El Raikage actual es un gran hombre, pero es tan insolente como su predecesor.
Incluso si quisiera detenerlo, no podría. —Tekkan dijo.
—Qué lástima… —Danjo dijo tratando de ponerse de pie.
—¡Todavía no he terminado de hablar! —Tekkan gritó.
Danjo se levantó un poco.
—No creo que haya nada que discutir. —Dijo Danjo.
—¿No vas a tratar de evitar esta invasión? —Tekkan preguntó.
Danjo se rió por la nariz.
—Por favor, siéntate y hablemos de esto. —Dijo Ikykyu.
Ikkyu se encontró con los ojos frenéticos de Danjo, sus propios ojos llenos de
determinación. Fue uno de los hombres más poderosos del continente. Un hombre de gran
dignidad entre su pueblo.
Danjo se sentó con un suspiro.
—Bueno entonces… —Shikamaru murmuró a Naruto; la pareja se centró en la
pantalla.

7
Flores.

55
—Es más bien como la Reunión de los Cinco Kage. Ese hombre tiene una mirada
codiciosa. Me da pena Kurotsuchi-san por tener que aguantar a ese hombre. —Naruto
suspiró.
Shikamaru estuvo de acuerdo.
Todo el cuerpo de Danjo estaba cubierto de grasa. Quizás la invasión de Hana fue
por capricho de este hombre.
—Nuestra paz está a punto de ser destruida por él, no puedo perdonar eso. —
Murmuró Naruto, golpeándose las rodillas con los puños.
Shikamaru habló con calma a su amigo:
—Madara y Obito tenían ambiciones como él. La última gran guerra fue la tragedia
de esa ambición. Siempre hay una causa para la guerra, pero lo que realmente da miedo es
el poder que el hombre tiene sobre nosotros. ¿Cuántas vidas se necesitarán para cumplir
sus deseos? Tal hombre destruirá nuestro mundo con su avaricia.
—No debería haber dejado que esto sucediera. —Dijo Naruto.
—Por eso me hablaste en casa.
—Así es. —Confirmó Naruto.
Ambos volvieron la mirada a la pantalla.
La reunión de los Daimyo fue su enfoque. El País de la Tierra no detendría su
invasión y el País del Rayo estaba enojado. El Daimyo del Fuego estaba luchando por
calmar ambos lados. Los Países del Agua y del Viento fueron neutrales hasta el final. Una
posición ligeramente diferente de sus homólogos Kage.
Los Daimyo siguieron debatiendo.
—Las cosas no están claras en este momento, tomemos un descanso. —Ikkyu dijo.
La pantalla de Ikkyu se cortó. La conferencia fue suspendida. Shikamaru en
realidad estaba bastante sorprendido de que Ikkyu hubiera elegido un buen momento para
terminar la reunión. Ikkyu se encontró con Naruto y Shikamaru en la sala de espera.
—No es bueno, Danjo no retrocederá. —Ikkyu suspiró.
Todos se sentaron en el sofá provisto. La cabeza de Ikkyu cayó en sus manos.
Shikamaru quería darle fuerza.
—Si me doy por vencido con esto, eso es todo. Tengo que hacer esto de alguna
manera. —Ikkyu murmuró.
—Entiendo, es difícil sin un plan... —Naruto suspiró.
—Hay un plan. —Dijo Shikamaru.
Naruto miró a Shikamaru y asintió. Había algo sobre lo que habían estado
reflexionando durante un tiempo. Sus corazones estaban sincronizados.
—El Tsuchikage me pidió que permitiera que se revelara la información
confidencial de Konoha. Equilibraría a todas las naciones. Con la disparidad desaparecida,
las otras aldeas no temerán a Konoha. —Naruto especificó.
—No es suficiente. —Murmuró Ikkyu, mirando a Naruto. Al menos fue cautivado
por sus palabras—. Si los Cinco Daimyo están involucrados, la Divulgación de Konoha
podría no ser suficiente. No se convencerán. Danjo quiere el País de las Flores e incluso si
igualamos la dinámica del poder, no será suficiente.
El Daimyo era una pieza en el tablero que no podías mover...
Shikamaru cerró los ojos ante la decisión.
Este hombre no era shinobi. Había un plan, pero era para el Daimyo, no un shinobi
como Shikamaru.

56
Mirando a los dos hombres aturdidos, Ikkyu cerró los ojos. Respiró profundamente
por la nariz y luego asintió.
—Vale, lo he decidido.
Los dos esperaron en silencio sus palabras.
—En el País del Fuego, hay varios territorios que afortunadamente están cerca del
País de la Tierra. Mi abuelo los robó durante una guerra, y es un territorio que solapa al
País de las Flores, quienes eran sus dueños originales. El País de la Tierra y su gente
recordará esto. —Dijo.
—Entonces lo dejamos. —Dijo Naruto.
—Colateral. —Shikamaru murmuró.
—Por favor, esperad un segundo. —Ikkyu dijo sonriéndole.
Shikamaru golpeó el escritorio con las palmas de las manos, la mesa estaba entre él
y el Daimyo.
—La asignación de ese territorio sería similar a admitir la derrota. Significa que
perdemos ante el País de la Tierra sin luchar. — Dijo Shikamaru.
—Ciertamente. —Dijo Ikykyu.
Shikamaru había hablado controlando sus palabras.
—Como dices, el hecho de entregar territorios es similar a rendirse ante otros
países. Pero para la gente que vive en este país, creo que es mejor devolvérselo al País de la
Tierra. Siempre he creído eso. No es nada de lo que preocuparse. —Ikkyu dijo.
—Pero… —Shikamaru empezó.
—Os lo dije: trabajaré con vosotros. Si decidís pelear, es mejor que tengáis hambre.
—Ikkyu cortó.
Shikamaru vio la determinación en Ikkyu, y disminuyó su temperamento ante el
diálogo Ikkyu. Pensamientos giraron en su cabeza, y peleó por convertirlos en palabras.
—La censura de territorio no es algo que solo puedan decidir las Cinco Naciones.
También afecta a los países más pequeños y a nuestras aldeas vecinas. —Shikamaru dijo.
—Eso es verdad. —Ikkyu dijo, asintiendo a Shikamaru.
—Los líderes de todos los países, no solo los Daimyo, sino todos nuetros aliados.
Tengamos una gran conferencia. Podemos llamar a todos los representantes del continente
y transferir el terreno apropiadamente. —Shikamaru dijo.
Originalmente, iban a emitir solo el acuerdo de divulgación de Konoha. Pero debido
a Ikkyu, iban a evitar eso.
—¡No tiene precedentes! —Ikkyu dijo.
—No hay necesidad de ningún precedente: el País del Fuego puede vincular al
continente sin más combates. Esta decisión afectará a todos los países. Todos los Daimyo y
sus ayudantes deben ser reconocidos. No todos aprobarán la transferencia de tierras. —
Shikamaru explicó.
—Bueno... —Ikkyu dijo. Se detuvo a pensar.
Shikamaru había estado preparando esto por un tiempo.
—¡La Conferencia Continental! —Ikkyu respiró entre dientes—. La Conferencia
Continental... ¿Es realmente posible hacer algo así? No tengo idea…
—Nada es posible si dices que es imposible de antemano. —Dijo Shikamaru.
—Pero... ¿Qué es imposible? —Se preguntó Ikykyu
Shikamaru no retrocedería.

57
—Primero, hablemos con estos Daimyo. Si no funciona, volveremos al tablero.
Naruto asintió de acuerdo con el plan de Shikamaru.
—Esto es solo para prevenir la guerra. Por favor, hágalo. —Shikamaru dijo.
Tanto él como Naruto hicieron una reverencia.
Tras un momento de silencio, Ikkyu se levantó.
—Merece la pena intentarlo.
Se quedaron inclinados hasta que él dejó la habitación.


Los otros cuatro Daimyo guardaron silencio después del anuncio de Ikkyu.
—¿Estás renunciando a eso? —Tekkan preguntó, levantando una ceja.
—Así es. —Dijo Ikykyu. No dudó. Asintió a Tekkan que miró a Danjo—. ¿Qué tal,
Danjo? Puede ser más pequeño que el País de las Flores, pero aún puede ser útil. Los
cultivos crecerán allí.
—Pero la invasión está preparada, ¡he gastado mucho dinero en esto! —Danjo
protestó.
—Un pequeño sacrificio para no matar a personas inocentes. Creo que esto se vería
mejor en los libros de historia. —Dijo Ikkyu.
—No, pero... —Danjo rechazó la oferta.
Shikamaru levantó el puño ante esto.
—¿Qué hay para el País del Fuego? Estos son sentimientos dulces, pero ¿qué has
planeado? —Danjo exigió.
—Solo quiero detener esta guerra. —Dijo Ikykyu.
—¡Eres todo mentiras! —Danjo se levantó y sacudió la cabeza, sudando y gritando—
: ¡ME NIEGO!
—Está bien, solo preguntemos a todos los demás. —Dijo Ikykyu a toda la
habitación.
Tekkan mantuvo los brazos cruzados, observando a Danjo e Ikkyu.
—Ja, ¿a quién? —Tekkan preguntó.
—Con los Daimyo de todos los países de este continente y sus ayudantes. —Ikkyu
dijo.
—¿Cómo puedes hacer algo así? —Tekkan preguntó.
—Hablaremos con todos. —Dijo Ikykyu, abriendo los ojos cerrados—.
¡Conversaciones continentales!
—Bueno, entonces, habla con todos... —Danjo murmuró.
Las palabras de Ikkyu atravesaron a Danjo, su rostro se había distorsionado donde
antes había estado lleno de dinero.
—Tendremos una reunión de todos los países, contra la invasión al País de las
Flores por parte del País de la Tierra, y a favor de la devolución de territorio del País del
Fuego. ¿Cómo suena eso? —Ikkyu dijo.
—Ikkyu... Tú… —Danjo murmuró. La avaricia se desbordó en sus palabras, sofocó
la habitación con su aura, pero Ikkyu no se inmutó.
—Si te niegas, hay otra opción... —Ikkyu dijo.

58
‘El País del Fuego podría convertirse en el enemigo del País de la Tierra’: era lo que
las palabras de Ikkyu implicaban.
Danjo parecía estar ahogado.
—¿Eso no está bien? —Tekkan pensó con una sonrisa maliciosa. Observó al hombre
sudando y continuó—: El País del Rayo está de acuerdo con la solicitud del Daimyo del
Fuego.
El del Viento levantó la mano.
—Yo también. —Dijo.
—Es lo mismo para mí. —Dijo el del Agua, siguiendo su ejemplo.
—Bien entonces, Danjo, ¿qué vas a hacer? —Ikkyu preguntó.
Ante la pregunta de Ikkyu, Danjo ya no tenía la voluntad de rechazarle.

59
CAPÍTULO 15
Fue duro…
Incluso después de su turno de medianoche, no tenía la voluntad de irse a casa. Se
sentía sobrecalentado.
Shikamaru estaba caminando por un sendero del bosque tranquilo en las zonas
montañosas de Konoha, la luna en lo alto del cielo. Estaba oscura esta noche, las sombras
proyectaban un fuerte contraste en el suelo.
Hizo una señal con la mano.
Una diana que había usado muchas veces desde su infancia, sus dos manos
apretadas juntas, sus dos dedos delanteros presionados contra el otro. Sintió que su chakra
giraba en su estómago, similar a los estiramientos que haría para calentarse. La sombra a
sus pies se balanceó, luego se volvió negro azabache, dispaándose hacia un árbol. Serpenteó
el árbol, lamiendo la luz sobre el suelo azul oscuro, enrollando a medida que avanzaba,
extendiéndose en ramas que se retorcían en todas las direcciones.
Su chakra llenó su sombra, haciéndola densa. La sombra se tensó alrededor del
tronco del árbol, haciendo que el árbol gimiera y crujiera.
Era la Imitación de Sombra.
Aún así... No fue suficiente.
Forzó todo su chakra en su sombra.
El tronco del árbol gritó, profundas grietas se formaron a lo largo de él.
Casi…
La sombra se desvaneció y se alejó del árbol. Shikamaru se había agotado.
—Uf…
Con un profundo suspiro, se arrodilló.
Había pasado más de una década desde la guerra. Sus habilidades habían
disminuido tanto que ya no podía aplastar un árbol. Había pensado que era despiadado.
En la Reunión de los Cinco Kage, si Naruto no hubiera roto el lazo que tenía en
Kurotsuchi y Chojuro... Se estremeció ante la decisión. La sombra se había roto, pero la
intención era aplastarles el cuello. El pensamiento ahora era insoportable. No estaba
destinado a ser así. Al menos él creía eso. Habría cumplido su sueño de casarse con una
mujer promedio, tener hijos y luego morir en paz.
Su vida ideal, al menos cuando era joven. La realidad lo había llevado a otra parte.
Había desperdiciado su vida en el trabajo, había desperdiciado el amor de su esposa,
desperdiciado a su hijo...
Todo salió bien...
Era un lujo preocuparse por sí mismo, Shikamaru lo sabía. Incluso entonces,
deseaba una vida fácil, una vida sin problemas. Terminar sus misiones, beber un poco de
licor y quejarse con su esposa y dormir cómodamente después de ver la cara dormida de su
hijo. Vivir y morir con esa satisfacción, con tal vida... Su corazón estaría tranquilo.
¡Que molestia! ¡Que molestia! ¡Que molestia! ¡Que molestia! ¡Que molestia!
—¡¡¡Que molestia!!! —Shikamaru gritó.
Lanzó los sentimientos en su corazón al aire, clavando las uñas en la tierra.
—Eso es inusual.

60
Shikamaru de repente escuchó una voz, pero sus ojos permanecieron en sus dedos
sucios. De detrás de un árbol vino la figura oscura de un hombre.
Iba con ropa negra.
—Sabes que nadie en la aldea se viste así. —Dijo Shikamaru.
El hombre se acercó lentamente, la luz de la luna gradualmente revelándole. Ropa
negra, una capa negra y ojos fríos y oscuros. Una cara blanca y brillante miró a Shikamaru.
—¿Volviste ya? —Shikamaru preguntó.
El hombre asintió en silencio.
Era Sasuke Uchiha.
El rival y el mejor amigo de Naruto. Cuando era niño, su hermano había asesinado
a toda su familia y él había abandonado la aldea para vengarse. Hasta el final de la Cuarta
Guerra Ninja; es decir, entonces había regresado a Konoha. Había estado del lado de
Akatsuki, pero volvió al lado de Naruto. Él solo había terminado por él y Naruto.
Habían luchado uno contra uno, pero se habían reconciliado después. Las acciones
de Sasuke nunca habían sido elogiadas. Incluso tenía una entrada en el Libro Bingo. Se
había perdido como persona y ya no era un shinobi típico. Ahora deambulaba por el
continente en nombre de Naruto.
—Voy donde Naruto. —Dijo Sasuke.
Era una figura extraña.
Shikamaru se levantó y suspiró.
—Las cosas son difíciles para los dos. —Dijo.
Sasuke estaba parado en ángulo, mirando a Shikamaru. La boca de Shikamaru se
dobló en una forma torcida.
—Porque estamos en una situación en la que no podemos llamarte. —Agregó
Shikamaru.
Los informes sobre el clima actual en el País de la Tierra y el asunto de la invasión
del País de las Flores ya le habían llegado.
—Repasé Kumogakure en mi camino hacia aquí: se reunió una gran cantidad de
shinobi. Darui parece listo para moverse en cualquier momento. —Dijo Sasuke.
—¿Es así? —Shikamaru dijo.
La guerra amenazaba con estallar en todo el mundo. Konoha debería haberse estado
preparando.
Sasuke tenía un poder comparable al de Naruto, así que cuando Konoha fuera a la
guerra, ambos estarían en primera línea.
—Rezo para que no llegue el momento. —Dijo Shikamaru.
—Todos estamos trabajando duro para asegurarnos de que no suceda.
Si pensaba en ello, Shikamaru nunca había hablado con Sasuke uno a uno. En la
academia, siempre había tenido las mejores puntuaciones, y a pesar de estar aburrido,
Shikamaru lo había evitado, a diferencia del engreído Naruto. Desde que se convirtieron en
shinobi, se ocuparon de sus deberes. Habían tenido aún menos oportunidades de hablar
cuando Sasuke había dejado la aldea. Naruto se había quedado y anhelaba luchar juntos de
nuevo. Shikamaru y Sasuke habían trazado una línea entre ellos.
Si razonaba, Sasuke nunca habría tenido dudas sobre Shikamaru ni una vez.
—Te he estado observando por un tiempo. —Dijo Sasuke.
Miró desde las sombras de los árboles. Shikamaru permaneció en silencio.

61
—La conferencia de los Cinco Kage, la de los Cinco Daimyo y ahora la Continental…
Todas muestran el verdadero tú. —Dijo Sasuke.
—No soy un dios, no puedo ser así. —Dijo Shikamaru.
Se dio la vuelta en el momento correcto. En el tablero mental de Shikamaru, podía
pasarlo. Cada pieza tenía un sentimiento, y no era fácil ir más allá de lo que Shikamaru
predijo que serían las cosas. No todo fue malo por otro lado. En la Reunión de los Cinco
Daimyo, las condiciones ofrecidas por Ikkyu habían salvado la piel del cuello de Shikamaru.
Con todas las piezas en el tablero, el ser de Shikamaru fue el costo del partido.
—Debido a ti, llegamos hasta aquí. —Las palabras de Sasuke tenían un significado
oculto.
Shikamaru inclinó la cabeza hacia abajo y resopló.
—Bien por ese idiota. Tienes que ser tú, porque eres el que está a su lado. Por eso, él
puede ser Hokage. —Dijo Sasuke.
‘Ese idiota...’ Sasuke siempre había llamado así a Naruto, pero parecían ser
palabras de afecto. Al menos para Shikamaru, Sasuke nunca lo admitiría.
—Heh… —Shikamaru se rió.
—¿Qué? —Sasuke lo fulminó con la mirada.
Shikamaru se frotó la nariz.
—Creo que tú y yo somos muy parecidos. —Dijo Shikamaru.
—No soy como tú.
—Vale, entonces apestas.
—No soy mejor que Naruto. —Dijo Sasuke.
—Eso no es cierto.
Ninguno de los dos se rió, pero la cara de Sasuke se tensó.
—¿Cómo va tu plan? —Sasuke preguntó.
—No sé. —Respondió Shikamaru—. Solo tenemos que hacer la Conferencia
Continental. Cada país tiene sus propias sospechas. El Daimyo de la Tierra podría cambiar
de opinión; si lo hace, todos iremos a la guerra y descenderemos por esa pendiente
resbaladiza.
—Ya veo, ¿estarás bien? Para mí, eres mejor que Naruto cuando se trata de querer
la paz para este mundo. Realmente la quieres. —Dijo Sasuke.
No lo creía. Pero no podía relajar las penas en espiral de su mundo; aún así ambos
podían creer en un mundo pacífico desde el fondo de sus corazones.
Shikamaru sacó un cigarrillo de su bolsillo y se lo puso en los labios. Un relámpago
de repente corrió hasta la punta. Sasuke lo estaba encendiendo.
—Eres un encendedor de lujo. —Dijo Shikamaru.
—Solo por esta noche.
El cigarrillo dejó escapar su humo morado. Shikamaru lo inhaló profundamente,
hablando mientras se echaba humo de la boca.
—Naruto es el sol de la aldea: él es el que desea la paz más que nadie. —Dijo
Shikamaru.
—Sus sentimientos son más que eso. Eres el que está asumiendo todo este trabajo
sucio, por lo que has puesto mucho a tus espaldas. Siempre puedes soñar con la paz. —Dijo
Sasuke.

62
—Si va a brillar, entonces me teñiré en la oscuridad por él. —Dijo Shikamaru.
Sasuke miró hacia abajo y sonrió. Shikamaru abrió la boca, avergonzado.
—Estás ahí para Naruto, pero yo también. —Dijo Sasuke.
—Él es el Hokage, no puede dejar a Konoha. Como estás en el exterior, él puede
hacer lo mejor que pueda y brillar como Hokage.
—Y contigo a su lado, él realmente puede brillar. Él es la luz, tú las sombras.
Eran personas similares, ¿no?
El cigarrillo se quemó hasta el filtro y Shikamaru lo metió en su cenicero portátil.
Al cerrar la tapa, se iluminó.
—Cuando dices cosas así, realmente me ayuda. Solo pensar que hay amigos por ahí
hace que mi pelea sea un poco más fácil. —Dijo Shikamaru.
—Yo también. —Respondió Sasuke.
Shikamaru sintió que entendía a Sasuke por primera vez.

63
CAPÍTULO 16
—Me voy al País del Hierro hoy. Volveré pasado mañana. —Shikamaru dijo, poniéndose
su abrigo blanco.
Temari estaba de pie tras él. Por una vez, Shikadai estaba sentado a la mesa de la
cocina, comiendo con su familia. Fue a hablar con Shikadai antes de irse.
—¿Estás fuera por trabajo hoy? —Él preguntó.
—Sí... —La respuesta perezosa regresó. Shikadai no levantó la vista.
Debido a la guerra en el País de la Tierra, había una gran cantidad de ninjas
congregados en Konoha en este momento. Obviamente habían sido notados por el joven
genin. Pero terminaría pronto. Pronto todos volverían a la normalidad o enfrentarían el
campo de batalla. Todo dependía de la reunión de mañana.
—Bueno, volveré. —Le dijo Shikamaru a su hijo, saliendo de la casa.
—Papá… —Shikadai llamó con voz tensa.
Shikamaru volvió al pasillo para ver a su hijo. Con su plato de comida todavía en su
mano derecha, Shikadai tenía la boca abierta.
—Acerca de Konoha, ¿qué está pasando? —Shikadai preguntó.
La sincera ansiedad de un niño: sus palabras se desbordaban con ella.
—Shikadai... —Shikamaru comenzó.
Tenía los ojos agudos de su esposa. Shikadai se enderezó.
—No estés preocupado por nada, volveré pronto y las cosas volverán a la
normalidad. No te descuides solo porque tienes un descanso: ve a pasar el rato con Chōchō e
Inojin. —Shikamaru se rió.
Su rostro se torció, pero luego se echó a reír, y Shikadai asintió. Lo que sea que
sucediera en su tierra, la mayoría de los shinobi ya lo sabían. Shikadai y Temari no sabían
por qué la aldea se estaba preparando para pelear, y él no quería que lo supieran.
Shikamaru nunca habló sobre el trabajo en casa, por lo que tanto Shikadai como Temari no
tenían idea de lo que estaba pasando.
Se puso en cuclillas junto a su hijo y le dio unas palmaditas en la cabeza. Mientras
acariciaba suavemente su cabello, sintió que Temari observaba en silencio.
—Tu viejo es la mano derecha del Séptimo Hokage, por eso no tienes que
preocuparte. Mi esposo estará bien. —Dijo Temari.
—¡Sip! —Gritó Shikadai, frotándose la nariz.
Shikamaru se preguntó si estaba llorando. Frotó el cabello de su hijo una vez más
antes de poniéndose en pie.
—Volveré. —Le dijo a su hijo.
—¿Papá? —Shikadai dijo.
—¿Hm? —Shikamaru tarareó.
—Es una molestia, pero da lo mejor de ti.

64
—Es demasiado molesto ir y morir de todos modos. —Dijo Shikamaru, caminando
hacia la puerta. Se sentó en el genkan8 y comenzó a ponerse los zapatos. Temari guardó
silencio detrás de él—. Todo listo. —Shikamaru se animó y se levantó.
Volvió a mirar a Temari y sonrió. Con la misma mirada de siempre, ella lo miró
fijamente.
—Regresaré pasado mañana. —Dijo Shikamaru.
Temari asintió.
—Sabes que hay dos personas que nunca te traicionarán, pase lo que pase. Nunca lo
olvides. —Dijo Temari.
Ella y Shikadai.
Su familia.
Insustituible.
Él sonrió y asintió.
—No necesitas decir eso. —Dijo Shikamaru.
—¿En serio?
—Sí.
Ninguno sonrió.
—Hey, Shikamaru. —Temari dijo de repente.
—¿Qué es?
—Incluso si no recordaste nuestro aniversario, en realidad no importa. Bueno, me
enojé un poco en ese momento.
Eran demasiado parecidos para que ella se enojara. Temari estaba tratando
desesperadamente de transmitirle sus sentimientos. Eso fue suficiente para Shikamaru,
que Temari dejara las cosas como estaban. Incluso si a Shikamaru no le gustaba, entendía
lo que estaba diciendo.
No…
Estaría en problemas si no fueran similares.
Shikamaru se paró en la entrada y esperó a que ella hablara, sin preocuparse por
sus palabras.
—Nunca hablas del trabajo en casa, nunca. Sé que es porque no quieres que nos
preocupemos, pero es frustrante. —Dijo Temari.
Eso fue verdad. Sin embargo, había otra razón por la cual este era el caso.
Beber en casa o hablar sobre el trabajo no era el tipo de vida que quería después de
todo. No frente a su familia, y eso era lo mismo para mucha gente. Era mucho más fácil
mantener todo dentro que simplemente decirles a todos al respecto. Quería estar cómodo,
pero sabía que tenía que mantener su mente en la realidad. Incluso si le contara a la gente
sobre sus preocupaciones, sería una carga de tonterías. Se diría a sí mismo que sería
diferente a quejarse.
—Por favor, solo dímelo la próxima vez. —Temari dijo.
Los ojos de Temari estaban rojos, y le hizo recordar algo. Es decir, como Darui,
Kurotsuchi y Chojuro, Temari era un ninja de una aldea diferente. En la Unión Shinobi,

8
Los genkan (玄関) son áreas de entrada tradicionales japonesas para una casa o un departamento,
como una combinación de un porche y un tapete de bienvenida. La función primaria del genkan es para
quitarse los zapatos antes de entrar a la parte principal de la casa.

65
todo tipo de shinobi se reunieron en el País del Hierro. Shikamaru y Temari eran esos
ninjas.
Él mismo se coló en el País del Silencio para asesinar al líder de ese país, Gengo.
En la conferencia, Shikamaru no había revelado esto a sus aliados. Estaba preocupado.
Shikamaru había sido diferente de lo habitual, y Temari lo había notado antes que nadie.
Ella había querido ayudarlo y él la había rechazado.
—¿Te acuerdas? —Preguntó a su vieja amiga, ahora su esposa.
Temari, por supuesto, no entendió la pregunta.
—Antes de ir al País del Silencio, me golpeaste en la cara.
No le había dicho nada, queriendo evitarla. Su rostro se había torcido de rabia y
tristeza. En ese momento, ella estaba llorando.
—No tengo esperanzas. Todavía estoy haciendo lo mismo.
Antes de que Temari lo ayudara a arreglar su corazón, escondió todo su dolor.
Todavía se había derramado.
Los ojos rojos de Temari se movieron a un lado.
—Estás haciendo lo suficiente, no necesito más. Eres un buen hombre.
Estaba tan contento de poder confiar en ella con esto, más que nada.
‘Es una molestia, pero da lo mejor de ti’
'Eres un buen hombre'.
Las palabras de su familia calentaron el corazón de Shikamaru hasta el fondo,
donde no había habido nada antes.
Eran su mayor apoyo, siempre estaban allí para animarlo.
—Vete, Shikamaru. Y a medida que avances, quiero que ganes y nunca pierdas de
nuevo. Hasta que lo hagas, esperaré aquí. —Dijo Temari.
Los ojos de Shikamaru se humedecieron, pero mantuvo su expresión. Odiaba
mostrar debilidad, pero para su hijo, era más difícil que cualquier otra cosa.
Ella era una esposa maravillosa. Una madre 100% perfecta también.
—Es una molestia, pero me voy ahora.
—Vuelve entero. —Dijo ella.
Con el corazón lleno de calidez, Shikamaru cruzó la puerta de su campo de batalla.

66
Parte 4
El futuro

67
CAPÍTULO 17
Era una vista magnífica. Todos los Daimyo y sus ayudantes de todo el continente se
habían reunido en un solo lugar. Los Daimyo mismos estaban sentados en una fila de
mesas con forma de arco, de diez en una fila y divididos por país. Cientos de pares de ojos se
centraron en el podio central.
El País del Hierro había facilitado toda la construcción en solo una semana. Era un
lugar donde los Daimyo podían dar sus discursos. De alguna manera, había un escritorio y
una silla para todos.
Este tipo de reunión no tenía precedentes. Todo era completamente nuevo. Una
batalla feroz sin armas, pero con palabras, pronto comenzaría.
La habitación estaba cargada y caliente. Soplaba una brisa fresca a través de una
ventana cerca del techo, que se extendía por todo el lugar. El calor hizo que Shikamaru
sudara un poco.
El arco de mesas más cercano al podio sentaba a los Daimyo de las Cinco Grandes
Naciones y sus ayudantes. Los Cinco Kages, que incluían a Shikamaru y Naruto, estaban
en la fila justo detrás de ellos, muy cerca del centro del arco.
—Finalmente, está sucediendo. —Murmuró Shikamaru.
—No sé si me reiré o lloraré cuando esto termine, ¿sabes? —Naruto le susurró a
Shikamaru, sus ojos azules enfocados en el podio central.
—Sí. —Asintió Shikamaru—. Si durante esta reunión, más de la mitad de los países
están de acuerdo con el Daimyo de la Tierra, iremos a la guerra. Continuarán su invasión a
Hana. —Añadió.
—No podemos permitir que eso suceda. —Murmuró Naruto.
—Ni de coña.
Shikamaru rezó para que funcionara.
De hecho, no sabrán los resultados de la reunión hasta que termine. No tenían idea
de cuántos países estarían de acuerdo con la avaricia del Daimyo. En el momento en que se
aprobara la invasión del País de las Flores, sería imposible detener el plan de Danjo. Los
países opositores se reunirían.
No solo el País del Hierro, sino que las Cinco Aldeas Ocultas estaban al límite. Si se
equivocaban, pronto lo descubrirían.
—¡Ahora empezaremos! —Un samurai sentado cerca del podio declaró. Era el
general del País del Hierro, Mifune.
Para que la reunión funcione, la nación neutral del líder del País del Hierro fue
elegida para ser presidenta del evento.
—¡La Conferencia Continental!
Ante sus palabras, comenzó la reunión.
El presidente estaría en el fondo, y luego hablarían el Damiyo de la Tierra y el
Daimyo del Fuego. Sus palabras afectarían a todo el continente. Nadie quería hacer un
movimiento equivocado aquí.
Después de la larga explicación del presidente, Danjo del País de la Tierra subió al
podio. Tenía una amplia sonrisa y levantó la mano derecha hacia todos. Todos se inclinaron.
Respiró hondo y luego comenzó a hablar, sus manos agarrando el podio:
—Hay una raza de personas llamadas shinobi en nuestro mundo.
Esas fueron las primeras palabras de Danjo.

68
—Los shinobi... Son un pueblo destinado a luchar. Luchan para demostrar su
existencia. Entrenados para matar desde una edad temprana, con habilidades transmitidas
por sus padres y maestros. Se les enseña a engañar a los demás. Solo puedes convertirte en
un ninja cuando hayas logrado esto.
> Nacen en Aldeas Ocultas, de padres shinobi, y están obligados a recorrer el
camino del shinobi. Incluso hasta el día de hoy, los shinobi se crían de esta manera.
Personas que solo fueron reconocidas en la batalla...
Las palabras de Danjo eran algo que Shikamaru no podía negar. Siempre anhelaba
una buena batalla en lo profundo de su corazón, estaba tan arraigada en su cuerpo que era
su segunda naturaleza. Quizás todos los shinobi tenían una psique similar a Shikamaru,
bueno, al menos la mitad de ellos.
Solo exponiéndose a tales dificultades, sería posible refinar los ninjutsu y el chakra.
Cada shinobi tenía su propio camino ninja. De ninguna manera fue un camino recto, pero
todos dieron la bienvenida a los ambientes hostiles. ¿Pero era cierto que la batalla era la
única naturaleza verdadera del shinobi?
No, no lo fue.
Al menos para Shikamaru, proteger a las personas que amaba era mucho más
importante. Esa fue la razón por la que estaba allí. Para detener una guerra potencial. Es
posible que su mente no pueda negar las palabras de Danjo, pero no dejaría que sus
palabras se asentaran en su corazón.
Danjo continuó su discurso mientras Shikamaru se sentaba en pensamientos:
—Con su presencia, la historia de nuestro continente ha quedado grabada en
sangre. Los condenaré, pero no pretendo suprimirlos. Más bien los afirmaré. He elegido ese
camino. —Con mucho espíritu, levantó su mano derecha. Shikamaru escuchó un rechinar a
la derecha de él: Naruto estaba rechinando los dientes y mirando a Danjo—. No pretendo
atacar sus debilidades, debe haber alguna defensa para el País de las Flores. Protección que
se regalaría y se usaría para proteger a los débiles. Como potencia mayor, queremos tener
una pelea igualitaria. Dulces fantasías como la paz están privando a los ninjas de su
verdadera naturaleza: la batalla. Quieren coexistir, y reconoceré su deseo de pelear, porque
sin él habrá un desequilibrio. Busco liberar su instinto de lucha. Para evitar desastres que
terminen en el mundo, ¿permitiremos una competencia justa como en los viejos tiempos? —
Danjo declaró.
—No está desinformado... —Naruto suspiró—. Pero él tiene sus propias ambiciones,
y solo está usando a Shinobi como excusa.
—Cálmate. —Susurró Shikamaru, tocando el puño cerrado de Naruto.
Danjo había terminado de hablar. Hubo un aplauso disperso.
—El siguiente es Lord Ikkyu. —Dijo Mifune.
Naruto cerró los ojos y respiró profundamente.
Ikkyu apareció, pero no hubo un gran saludo como lo hubo con Danjo, solo una breve
reverencia. Reconoció a todos, miró a su alrededor y comenzó a hablar con una expresión
amable:
—Me gustaría preguntaros algo a todos. —Ikkyu dijo con una pequeña risa—. ¿Los
shinobi son solo para la guerra? —Miró a Naruto y Shikamaru—. Mientras escuchaba el
discurso de Danjo, no pude librarme de un terrible sentimiento de que él mismo quería
comenzar una guerra. ¿Es ese el caso?
Shikamaru dejó escapar un suspiro mientras Ikkyu continuaba:
—Soy un tipo diferente de hombre. —La voz de Ikkyu era más débil que la de
Danjo, más suave que retumbante—. Aquí ahora, los Señores de este continente están
reunidos. Esto nunca ha sucedido antes. No hay ricos ni débiles. Somos personas reunidas

69
en nombre de nuestros países. Afortunadamente, dependiendo de la solicitud, no habría
Daimyo aquí. Esto es inaudito. Nunca ha habido una reunión entre todos los países en este
continente. Una vez me habría rendido ante la idea de todo esto, pero ahora, esta es nuestra
realidad.
Shikamaru escuchaba cada palabra, cada respiración.
El discurso de Ikkyu hizo que todos se detuvieran.
—Si nadie dijera nada, no podríamos hacer algo así... No, una guerra ya habría
comenzado. Un mes o diez días, cada día es valioso. Dentro de ese tiempo, hay quienes han
luchado desesperadamente para evitar este conflicto.
El corazón de Shikamaru se sonrojó con calidez.
—Se supone que soy el defensor de esta conferencia, ya que es importante de forma
de que he decidido separar un pedazo del territorio del País del Fuego. Los vi gatear, pelear
desesperadamente y nunca darse por vencidos. En comparación con ellos, no he hecho nada.
Han derramado sudor y sangre, pero yo ni siquiera he golpeado a nadie. La tierra de mi
padre era algo que estaba ejecutando en piloto automático. Nunca me di cuenta de que las
cosas habían cambiado. Pero cuando los vi, me di cuenta de que el mundo se había vuelto
más tranquilo. Para mantenerlo así, debo seguir la corriente.
Por primera vez, Ikkyu levantó la mano y señaló a Naruto.
—¿Quiénes fueron los que me cambiaron? Shinobi. Se negaron a luchar con sangre
más que nadie y evitaron la guerra hasta el final. Danjo dice que solo pueden prosperar en
la batalla, dice que esa es la naturaleza de los shinobi.
El lugar rugió, Ikkyu esperó a que todos se calmaran. Habló despacio:
—Para luchar, bueno, no hay necesidad de derramar sangre en la guerra. Los
shinobi que me cambiaron, son los que nos llevaron desde lugares difíciles. En esa
situación, la mayoría de las personas se rendirían. Los ninja son aquellos que se esfuerzan
por ganar. La figura con la que hemos luchado en el pasado, buscarían el final de su lucha.
No hay sangre, lágrima o ruina. Os puedo asegurar que hoy cambiaremos nuestro mundo.
—Los ojos del Daimyo de Fuego estaban encendidos—. Porque los shinobi son los que están
en primera línea, son los que desean la paz más que nadie.
Ikkyu rió suavemente.
—En lugar de hablar entre ellos, la gente quiere que se les diga lo que desean que
se les diga. A esas personas, les pregunto: ¿qué os gustaría que os dijeran?
Todos aplaudieron.
—¡Naruto! —Ikkyu llamó.
Se puso de pie al lado de Shikamaru. Un atronador aplauso estalló.
—Me encantaría escuchar tu historia. —Dijo Ikkyu dijo en voz alta.
Naruto miró a Shikamaru y Shikamaru miró hacia atrás, sonriendo a su
compañero.
—Adelante. —Dijo Shikamaru.
—Tengo esto. —Dijo Naruto.
Ikkyu dejó el podio y Naruto ocupó su lugar. Shikamaru también se levantó.
—¿Qué haces, Shikamaru? —Mirai preguntó, bloqueándole el paso. Su rostro estaba
lleno de sorpresa—. ¡El Hokage está a punto de pronunciar su discurso!
—Necesito un cigarrillo, no puedo fumar aquí, ¿verdad? —Shikamaru dijo.
—¿En un momento como este? —Mirai suspiró.
Viendo su decepción, Shikamaru se alejó de Naruto.

70
Ikkyu tuvo la posibilidad de pelear con ellos. Naruto se paró en el podio.
Si la reunión era confusa, dejar que Naruto hablara era inevitable. Shikamaru lo
sabía. Ikkyu también pensaría lo mismo.
Shikamaru le dio un saludo, Naruto lo devolvió. Shikamaru tenía absoluta
confianza en su discurso.
El juego había terminado. No había necesidad de quedarse en la habitación.
—El Hokage era un idiota, pero escuché que su corazón es más grande que el de
cualquier otra persona. Prepareos para escucharlo. —Los representantes susurraban entre
ellos.
Todos los ojos estaban puestos en el podio.
Shikamaru dejó el lugar.
Su trabajo estaba hecho.

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CAPÍTULO 18
—Hagamos algo especial.
Incluso fuera del lugar, se podía escuchar la voz de Naruto claramente.
Shikamaru estaba fuera, cerca de un cenicero, fumando un cigarrillo. En primer
lugar, no era muy bueno en este tipo de situaciones. Si alguien tuviera que ser honesto al
respecto, solo diría que ha hecho lo que tenía que hacer.
Tu temperamento generalmente no cambia cuando envejeces. Como asistente del
Hokage, ya estuviera en el campo o no, siempre fue de los que se quejaban. Su yo más
joven, con ojos y corazón fríos, fue quien juzgó al Shikamaru actual.
El trabajo del Hokage era iluminar, y Shikamaru trabajaría con Sasuke para ser las
sombras, un trabajo que compartirían.
—Todos deberían desear un futuro pacífico. ¿Pero el futuro de mañana es pacífico?
Incluso frente a los Daimyo, Naruto pudo hablar de una manera extraña. Iba a
estar bien. Shikamaru pensó esto desde su corazón. Fingiendo ser su yo normal, sus
palabras habían perdido su significado. Pero Naruto era Naruto, él siempre creería en los
demás.
—Nuestros niños se sientan a nuestra mesa, se ríen y van a la escuela. Mañanas
como esa son buenas, felices. Incluso para un ninja es lo mismo. Cada día es diferente e
insustituible. Los shinobi que han luchado en la última guerra lo saben mejor que nadie.
Bajo el mando de los Cinco Kage, no solo las Cinco Grandes Naciones, sino también
los ninjas de aldeas más pequeñas, se habían unido. Todos eran padre o madre, padre o
hijo. Muchas familias desconocidas para Shikamaru fueron sacrificadas por esa guerra. Él
conocía los sentimientos de aquellos que habían esperado que sus familias regresaran y
cómo se habían afligido.
Él era un padre ahora. La cantidad de tragedia que nació en esa guerra, todavía se
sentía real.
Si Temari y Shikadai alguna vez escucharan que Shikamaru había muerto durante
una guerra, ¿cómo reaccionarían? Si se enterara de que Shikadai había muerto durante una
batalla, ¿qué tipo de cosas haría? Solo el pensaba hizo que se le pusieran los pelos de punta
y que le sudara la frente. Su estómago también se sintió enfermo.
Incluso imaginarlo era insoportable.
Encendió un segundo cigarrillo para calmar sus nervios.
El discurso de Naruto continuó:
—Dicen que los shinobi solo son reconocidos por sus esfuerzos en la batalla, pero no
es así. Debido a la guerra, buscamos la paz. Los shinobi son los que aguantan y no se
rinden. Incluso si estuvieran hundidos en la arena, los shinobi siempre esperan la luz y
luchan por la paz.
Todos escuchaban en silencio.
El chico que había fallado en la Academia lo había hecho genial. Shikamaru estaba
orgulloso de Naruto desde el fondo de su corazón. Un Hokage de su generación fue un
cambio bienvenido. Fue agradable.
Shikamaru miró hacia el cielo. Una nube blanca flotaba a lo largo.
¿Cómo estaba su familia?
Quería verlos.

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CAPÍTULO 19
En la calle principal de Konoha, había un gran edificio que fue construido hace varios
años. El edificio tenía una gran pantalla LCD, que generalmente mostraba anuncios, como
los últimos juguetes. Pero hoy fue diferente. Hoy, la cara del Héroe de las Aldeas estaba en
la pantalla.
Mucha gente estaba reunida cerca de la pantalla.
Shikadai estaba de pie entre la multitud con Chōchō a su derecha e Inojin a su
izquierda. Todos estaban viendo el discurso del Hokage.
—Tengo algo que decirle a Danjo. —Amenazó Naruto en la pantalla.
La Conferencia Continental fue el evento donde todos los países se habían reunido,
y el discurso de Naruto fue lo que realmente le sobresalía a Shikadai.
—Los shinobi nacen para la batalla, puede ser cierto. Si es así, entonces los shinobi
no pertenecen a este mundo.
El murmullo entre los miembros de la conferencia se transmitió a través de la
pantalla.
—¿Qué dice el Hokage? —Inojin se preguntó en voz alta.
Todavía mirando a Naruto, Shikadai escuchó a su amigo.
—¿No somos shinobi? Hokage-sama... ¿Por qué no crees que un shinobi debería
existir? —Inojin suspiró.
Aunque estaba hablando con una voz condenatoria, Shikadai de alguna manera
entendió lo que decía el Hokage.
—Tal vez la paz no es como pensamos que es. —Dijo Shikadai vagamente.
Incluso si siguieran hablando, no encontrarían la respuesta.
—Cállate y mira. —Inojin dijo, mirando la pantalla.
—Vamos a tomar una parte del País del Fuego y se la daremos al País de la Tierra.
Y como líder de Konoha, hay algo más que me gustaría proponer. —Naruto contuvo el
aliento.
—¡Eso! —Chōchō de repente dijo.
Era importante, las cejas de Shikadai se levantaron.
—¡Papá lo dijo! ¡En esta conferencia! ¡Tu padre está ahí! —Chōchō explicó.
Shikadai se sobresaltó, sus amigos no entendieron su sorpresa. Mientras escuchaba
la voz de Chōchō, su pecho se apretó.
—Él dijo que si el padre de Shikadai no estuviera allí, estaríamos en una guerra.
Papá se veía muy feliz.
El corazón de Shikadai latía con fuerza, su cuerpo se sacudió ligeramente.
Cuando estaba en casa, Temari siempre regañaba a Shikamaru: "¡Quítate la camisa
y límpiate si vas a llegar tarde a casa!" En su día libre ocasional, su padre se sentaba en el
porche y miraba hacia el cielo y el patio. Para Shikadai, su padre era un vago.
¿Había hecho su padre un trabajo tan importante?
Shikadai no tenía palabras.
Por un momento, se mostró el lugar. Mirai y algunos ninjas de Konoha estaban allí.
Shikadai buscó, pero no vio a su padre.
¿Por qué no estaba su padre allí?

73
Si Chōchō tenía razón, durante el discurso del Hokage, deberían haberle mostrado a
su padre.
Aún así…
Su padre siempre estuvo allí. No en la pantalla, pero siempre estaba mirando a
Naruto. Lo que dijo el padre de Chōchō probablemente era cierto.
Qué molestia es algo que podía decir sin cansarse. No era una excusa para huir.
Hay muchas cosas que son una molestia.
Pero tienes que seguir adelante. De lo contrario, su frase sería un chivo expiatorio.
Su padre le había dicho eso. Entonces él confiaba en él.
—Shikamaru-san es una especie asombrosa. —Inojin murmuró.
Shikadai no pudo responder.
Si lo hiciera, lloraría.

74
CAPÍTULO 20
Naruto estaba leyendo en voz alta un manuscrito en la pantalla del televisor, que
Temari estaba mirando sola en casa.
—Nuestro deseo de compartir información con las otras Aldeas Ocultas es corregir
el desequilibrio que hemos creado. Como punto de partida, Konohagakure divulgará su
información confidencial para promover un intercambio de información. Queremos crear un
mundo donde el ninjutsu se use pacíficamente y la tecnología shinobi pueda ser utilizada
por todos. Los shinobi puede existir incluso cuando no hay guerra. —Naruto levantó la cara
del guión y respiró hondo—. Declaro esto como el Hokage. —Agregó.
Temari se sentó de rodillas, alerta. El lugar había sido visible justo antes y sus dos
hermanos, que representaban a Sunagakure, habían estado representando a Naruto. Le
calentó el corazón.
Sin embargo, faltaba una persona crucial.
Shikamaru no estaba con los representantes de Konohagakure.
“Mi trabajo está hecho aquí, es demasiada molestia estar en este lugar por más
tiempo”. Se imaginó a su esposo diciendo eso.
—Nunca debemos traer la guerra a este mundo, pregúntale eso a cualquiera.
Representantes, debemos tomar la decisión correcta. —Naruto se inclinó tan
profundamente que casi se golpeó la cabeza contra el podio.
Temari vio la nobleza en él. Incluso para un Hokage, fue un discurso digno. La
sombra de su esposo estaba en ese discurso. Naruto, Konoha- no, incluso el mundo. Estaba
en buenas manos.
Shikamaru quería esa paz más que nadie. Sabía que un día ya no se necesitarían a
los shinobi. Para que las personas puedan llevar una vida fácil, poder relajarse y tener una
muerte tranquila.
Eso es lo que Shikamaru quería.
A veces, ella reflexionaba sobre eso. A veces pensaba que era ella quien le había
robado a Shikamaru su sueño. Le había contado cómo deseaba una vida tranquila. Ella
sabía que él iría al frente por ella y Shikadai. De una manera extraña, su corazón dio un
vuelco.
Temari era un shinobi. Ella había sido hostil con Naruto y Shikamaru en el pasado.
Viviendo como una kunoichi de Suna, se había casado con un ninja de Konoha. Pero ella
seguía siendo Temari, todavía una kunoichi. Eso fue lo que sintió su corazón shinobi, y lo
que había buscado para Shikamaru y Shikadai.
Su esposo era el hombre más amable que ella conocía. Para todos, Temari, Shikadai,
Naruto y para Konoha, trabajó muy duro.
Su esposo estaba perdido.
Pero aún así, ¿realmente quería tirar todo y convertirse en una nube hasta el día de
hoy?
Temari no quería saberlo.
Estaba agradecida de que su esposo hubiera trabajado tan duro por ellos, estaba
agradecida de que él ayudara a Shikadai a crecer. Shikamaru y Temari estaban más
complacidos que nadie por los esfuerzos de Shikadai en el Exámen de Ascenso a Chuunin.
Había sido muy feliz. Era un buen padre.
Por eso, cuando llegó a casa, ella quería que fuera más abierto con ella.
Sus manos agarraban sus rodillas con fuerza, sus nudillos estaban blancos.

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Naruto se bajó del podio. Aplausos atronadores resonaron por todo el lugar.
—Realmente lo hiciste, Shikamaru. —Dijo Temari, mirando el asiento vacío al lado
de Naruto.

76
CAPÍTULO 21
Shikamaru se estaba quedando dormido…
Estaba solo en la zona de fumadores del lugar. Todos los demás estaban absortos en
la reunión, nadie más había venido a fumar. Estaba acostado en un banco, que obviamente
fue hecho a toda prisa, mirando perezosamente el cielo. Justo debajo de él, se estaba
celebrando la reunión.
Aquellos que quisieran hablar irían por turno y una vez que eso hubiera terminado,
el presidente tomaría el podio. Era un viejo guía de la Reunión de los Cinco Kage todos
estos años. En ese momento, otro discurso sucedería. Si todos los países que quisieran
hablar lo hicieran, la reunión terminaría alrededor de la medianoche.
—Tengo algo de tiempo libre... —Suspiró.
¿Qué haría él para completar ese tiempo?
Escuchó que muchas voces se elevaban desde el gran salón, muchas de acuerdo con
Naruto e Ikkyu. Algunos países incluso condenaron al País de la Tierra.
Para Shikamaru, lo más extraño era que, en la lista que había visto de las naciones
que habían elegido pronunciar discursos, el País de las Flores no estaba en él. ¿Estaban a
punto de ser atacados por una gran potencia pero no hablaron durante la reunión?
Había pasado mucho tiempo desde que había salido del pasillo. Unos pocos
samuráis habían salido a descansar. Ninguno de ellos habló con Shikamaru, que yacía en el
banco que estaba fuera del camino.
—La concesión general del Hokage no puede ser ignorada... —Escuchó una voz
familiar debajo de él.
Kurotsuchi...
Aunque el lugar era mucho más grande, su voz aún era tan fuerte como en la
Reunión de los Cinco Kage.
La Tsuchikage habló:
—El desequilibrio de poder de Konohagakure siempre será un conflicto entre
nosotros. Pero aceptaré su oferta en nombre del País de la Tierra. Había decidido cooperar
con la invasión del País de las Flores. Sin embargo, tras el discurso del Hokage y las
acciones valientes del Daimyo de Fuego, Ikkyu, sé que todo lo que me preocupaba fue
fabricado en mi mente. Ningún genjutsu estuvo involucrado, solo mi propio juicio erróneo.
La fría Tsuchikage había aclarado su corazón y su mente. No era una idiota: si las
circunstancias cambiaban, las aceptaría sin dejar que su ego se interpusiera. Por eso era
sabia.
—Me gustaría aceptar la oferta del País del Fuego. Por lo tanto, no hay razones
para que la Roca entre en una batalla.
—¡SÍ! —Shikamaru apretó el puño, aún acostado.
Sin sus ninja, el País de la Tierra perdería la mayoría de su fuerza militar. No
tendrían poder para hacer la guerra, especialmente sin el apoyo de las Cinco Naciones. Las
palabras de Kurotsuchi significaron que la guerra había sido evitada. Ya no había
necesidad de una resolución. Kurotsuchi había decidido cómo había terminado el juego.
—Yaaaaaa~
Estaba de repente muy cansado. Sintió que las lágrimas se derramaban por el
costado de su rostro, de completa ansiedad. No pudo evitar llorar, incluso si trataba de no
hacerlo.

77
Para Shikamaru, esta pelea había sido un motín. Fue una batalla dura que no pudo
haber luchado solo. En comparación con este evento, todo su trabajo anterior fue nada.
Este fue el trabajo de la vida de Shikamaru.
En batallas pasadas, había estado solo. Incluso si estaba trabajando en un equipo,
tomaba cada batalla como prueba de su competencia. Se había derrumbado, incluso murió
sin cambiar el mundo o cómo funcionaba. El País del Fuego era solo una pequeña parte del
mundo después de todo.
Pero esta vez era diferente.
Shikamaru no moriría después de su derrota. Su papel de shinobi había sido
cuestionado.
Si él muriera, aparecerían situaciones aún más graves. La derrota solo significaría
que podrían suceder cosas peores.
Sin embargo, no se sintió realizado: esta no fue su victoria. Fue la victoria de todo el
mundo. Fueron los esfuerzos de todos los que condujeron a la paz.
—No está mal…
Cuando decidió apoyar a Naruto como su mano derecha, había descartado sus
posibilidades de una vida normal. El campo de batalla de Shikamaru estaba aquí. Un
campo de batalla sin cuchillas, sin jutsu. Shikamaru eligió pelear así y no se arrepintió.
—Pero como era de esperar... fue muy molesto. —Se rió.
No era malo sentirse realizado, los días de paz habían vuelto. Su corazón se sintió
ligero de nuevo.
Cerró los ojos. La oscuridad de sus párpados lo estaba absorbiendo. No había
dormido bien en días. Había estado demasiado ansioso para dormir.
Quería dormir por ahora al menos...


—… maru…
Una voz.
—Shikama…
Quién…
—¡Shikamaru!
Con una violenta sacudida, Shikamaru se cayó del banco. A través de sus ojos rojos,
vio a su amigo contra el cielo nocturno.
—Naruto...
Había tenido un sueño agradable, pero lo había olvidado cuando se despertó.
Shikamaru gimió y miró a Naruto. Naruto tenía sus manos en sus caderas, sacudiendo su
cabeza.
—Hemos terminado. —Dijo.
—¿En serio? —Shikamaru pensó.
—¿Has oído los resultados? —Naruto preguntó.
—Nop…
Naruto dejó escapar un suspiro. La luna estaba alta, en un cuarto de fase. Ambos lo
miraron por un rato.
—Realmente no me importa. —Dijo Shikamaru.

78
Naruto parecía confundido, pero se rió y sacudió la cabeza.
—¿Por qué?
—Recuerdo hasta el discurso de Kurotsuchi. —Dijo Shikamaru, secándose los ojos
del sueño—. Cuando habló de ti e Ikkyu, pude ver que se había acabado el juego.
—¿Entonces te fuiste a dormir? —Naruto preguntó con curiosidad.
—Sí.
—Eso suena bien. —Se rió Naruto, de pie frente a la vista de la luna de
Shikamaru—. Hey, Shikamaru. —Naruto dijo suavemente.
—¿Sí?
—Es gracias a ti que logramos hacer todo esto. Gracias. Sin ti hubiera renunciado
hace mucho tiempo. —Dijo Naruto.
—Mentiroso. Incluso sin mí, no te habrías rendido.
Las palabras de Naruto sonaron raras.
—Si no fuera por ti, no habría sabido qué hacer. Siempre iluminas mi camino. —
Dijo Shikamaru.
Naruto ayudó a Shikamaru a ponerse de pie.
—Hay algo que quería preguntarte... —Dijo Naruto.
Sus manos aún estaban juntas después de que Naruto lo había ayudado a
levantarse.
—¡Naruto, Shikamaru! —Kurotsuchi se acercó a los dos. Ella les sonrió—. Estabais
preparados para todo esto. Lamento mucho lo que sucedió en la Conferencia de los Cinco
Kage. Acabo de disculparme con Chojuro. —Dijo ella.
Naruto asintió, sonriendo ampliamente.
—Tú solo estabas sufriendo por ese Daimyo. Debería haberlo sabido.
—Me alegra que pienses eso. —Respondió ella.
—Estaré para ti a partir de ahora, Kurotsuchi. —Dijo Naruto. Extendió su mano, y
la Tsuchikage la agarró gentilmente. Ella soltó la mano después de un rato y se volvió con
una sonrisa.
—Entonces Shikamaru... —Dijo, por encima del hombro—. Temari y yo somos
amigas. —Confirmó ella.
—Ya lo sabía. —Respondió él.
Con una risa, ella se alejó.
—Se acabó.... —Respiró Shikamaru. Sacó un cigarrillo de su bolsillo.
Naruto arrugó las cejas.
—Creo que deberías dejar de fumar.
—Lo pensaré. —Respondió Shikamaru.
Encendió el cigarrillo. Salió humo púrpura del final, y estaba delicioso. Sintió la
sensación brotar dentro de él, abrumando sus sentidos.
—¿Nos vamos a casa ahora? —Shikamaru preguntó.
Los hombros de Naruto cayeron de repente.
—Una montaña de papeleo nos está esperando... —Dijo.
—¡¿Por qué?!

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Shikamaru podía verlo en el ojo de su mente. Todo era muy real.
No hubo tiempo de beber para su victoria.

80
CAPÍTULO 22
—Realmente… Gracias…
El Daimyo inclinó la cabeza profundamente hacia Naruto.
Shikamaru observaba desde detrás de la pareja con una sonrisa amable. El Daimyo
del País de las Flores había llegado a Konoha el día anterior y, a pesar de estar cansado,
insistió en una reunión.
Era joven. Tenía aproximadamente la misma edad que Shikadai, pues su padre
acababa de fallecer unos meses antes. Había trabajado mucho, a pesar de no estar
familiarizado con el trabajo. La noticia de la invasión lo había dejado en problemas.
—Mi país es realmente pequeño; si hubiera una guerra, ¿qué pasaría con mi gente?
¿Se convertirían en refugiados del País de la Tierra? Me impresionó mucho el discurso de
Ikkyu y acepté su mensaje. Originalmente, nuestro país quería trabajar con el País de la
Tierra, pero gracias al trabajo del Hokage, nuestra aldea permaneció. ¡No puedo decir con
palabras lo agradecido que estoy por ti! —Dijo el joven.
Desde que había entrado en la habitación, el niño había estado haciendo una
reverencia. Naruto se rascaba la cabeza avergonzado.
Fue realmente agradable que las cosas hubieran funcionado. En la Conferencia
Continental, Danjo había aceptado un nuevo impuesto sobre su nuevo territorio. Fue una
ceremonia tranquila.
Aun más joven que Shikadai, los ojos del joven señor habían brillado mientras
hablaba con Naruto.
—Um... —Shikamaru interrumpió. Sabía que estaba siendo grosero, pero tuvo que
detener la conversación.
—¿Qué es, Shikamaru? —Naruto preguntó, mirando por encima del hombro.
Shikamaru había recordado algo. Naruto se giró hacia el Daimyo de las Flores.
—La Conferencia de los Cinco Kage y la Conferencia Continental, si no fuera por
Shikamaru aquí, no habrían sucedido. —Dijo Naruto.
—¿En serio? —El Daimyo se levantó. Pasó a Naruto y caminó hacia Shikamaru, su
andar era similar al de un niño pequeño. Shikamaru retrocedió en su silla—. ¿Cuál era tu
nombre? —Preguntó, chillando su pregunta.
—Es Shikamaru... —Shikamaru dijo lentamente.
—¡Señor Shikamaru! ¡Gracias a ti, mi país está salvado! ¡Muchas gracias!
Mientras Shikamaru estaba sentado, el Daimyo de las Flores se inclinó tan
viciosamente que Shikamaru tuvo que apartar su silla para evitar que el niño lo golpeara.
Con ojos brillantes, el Daimyo agarró la mano de Shikamaru con sus dos manos.
—¡Tú eres el hombre que ayudó al Hokage! ¡Te vi!
El niño se había detenido en el País del Fuego camino a Konoha. Después de que
terminó la Conferencia Continental, el conflicto había terminado. El Daimyo había llegado
hasta aquí solo una semana después de que terminaran la conferencia.
—¡Realmente quería conocerte y darte las gracias! —¡Dijo el joven, inclinándose
muchas veces y agitando vigorosamente la mano.
—Ah... Umm … —Murmuró Shikamaru.
—¿Qué pasa? —El chico preguntó, con los ojos brillantes. Su sonrisa era tan
completa que podía iluminar una habitación. Estaba listo para responder cualquier cosa.
—Hay algo que quisiera preguntar si es que me lo permites. —Shikamaru dijo.

81
—¡Sí!
—¿Por qué, en la Conferencia Continental, no apelaste al Daimyo de la Tierra por
su injusticia? —Shikamaru preguntó.
—Oh, ¿eso? —Él soltó la mano de Shikamaru y señaló su propia cara—. Si un niño
con una cara desesperada los llamara con lágrimas, ¿qué pensarías que dirían los otros
países? Incluso si lograra mantener la calma, terminaría igual. De cualquier manera,
estaría luchando y sufriendo. Mi país es pequeño, no podemos permitirnos mostrar ninguna
debilidad. ¿Qué puedo hacer? Elegí permanecer en silencio. Me senté sin decir nada. Dejo
que el resto del mundo haga su juicio. —Dijo el Daimyo.
—Así que tú tambien…
—Por supuesto que hablé con mis aliados más cercanos al respecto, pero tomé la
decisión por mí mismo.
Debido a su debilidad, pudo aceptar su realidad tal como la veía. El niño puede
parecer ingenuo, pero una mirada más cercana mostró un espíritu sabio. El País de las
Flores estaría bien con él a cargo.
—Gracias por responder mi grosera pregunta. —Shikamaru se inclinó.
El Daimyo sacudió la cabeza.
—¡N-no es un problema! ¡Debería agradecerte!
Finalmente, el niño se fue, bajando solo por las escaleras. Debido a que estuvo libre
solo por un tiempo, el Daimyo del País de las Flores regresó el mismo día en que llegó.
Shikamaru y Naruto lo vieron en las puertas principales.
—¡Hn!
Había tres guardias parados cerca del joven señor, incluido el hijo pequeño de
Shikamaru. Mientras Naruto hablaba con el Daimyo, Shikamaru caminó detrás de su hijo.
—Chōchō e Inojin, vosotros dos deberíais tomar el frente, yo protegeré la espalda. —
Dijo Shikadai, mientras los tres amigos se ponen serios.
Moegi iría con el trío. Solo ella notó que Shikamaru se acercaba.
—No es así Moe- ¡AACK!
Mirando hacia atrás a Moegi en busca de afirmación, Shikadai había dejado escapar
un grito ahogado al ver a su padre. Los acompañamientos del País de las Flores volvieron la
cabeza ante el sonido.
—¿Qué pasa? —Shikamaru pensó que era su hijo.
—Bueno, esta alineación... —Murmuró Shikadai. Se había apagado, con los ojos
muy abiertos.
Moegi reemplazó al niño nervioso:
—Vamos a protegerlo hasta que esté sano y salvo en el País de las Flores. —Explicó.
Para ser reconocido como un shinobi capaz, era importante quedarse con el Daimyo
hasta que estuviera a salvo. Es por eso que Shikadai estaba haciendo su mejor esfuerzo, al
menos eso es lo que creía Shikamaru.
—Hey, Shikadai. —Moegi habló con su hijo—. Aunque evitamos una guerra, el
Daimyo no estará cien por ciento seguro. Hana ha recibido mucha atención debido a este
incidente. Personas extrañas van a tratar de atacar. No te pongas torpe aquí.
—Lo sé. —Dijo Shikadai.
Shikamaru pensó que podría haber discutido con ella, pero su hijo asintió
sumisamente. Había aprendido a controlarse, podía apagar el gas de su fuego interior.

82
—No estás dejando que tus sentimientos se interpongan en tu camino, ¿verdad? —
Moegi preguntó.
—Por supuesto que no. —Dijo Shikadai.
De repente, una figura negra apareció junto a Moegi. Tenía la cara de un gato.
—¿Qué haces aquí, Hinoko? —Shikamaru pensó.
—¡Oh no! ¡No me vayas a llamar por mi nombre aquí! —Protestó ella.
—Déjalo. —Una máscara con cara de mono apareció a su lado—. El Daimyo de las
Flores es uno de los héroes de la Conferencia Continental. Hemos tenido ocho personas que
aceptaron acompañarlo. —Rou dijo.
—Deberías haber escuchado todos los juegos de palabras sobre Danjo de baja
calidad que hizo mientras viajábamos. —Hinoko gimió.
—Argh... No digas eso. A pesar de sus extraños dichos, es un muy buen shinobi. —
Dijo Shikamaru.
—¡Mierda! Shikamaru, ¿qué sería de él sin sus juegos de palabras? ¡Él es un juego
de palabras! ¡Es el significado de su vida: si no hay juegos de palabras, no tiene vida! —
Hinoko dijo.
—Entonces él debería renunciar como shinobi. —Dijo Shikamaru, impasible.
—¡Oh, sí, claro!
—¿Quién niega sus severos castigos? —Rou preguntó.
—Eso fue muy bajo —Hinoko suspiró.
—No me importa, ¿cómo lo harías? —Shikamaru indagó.
—¡No le escuches, Shikamaru! —Rou gritó.
—Um... —Moegi se sentía incómoda.
Shikamaru apuntó con su dedo a los dos ANBU.
—Pueden ser raros, pero su trabajo es de primera categoría. —Explicó.
—¿Como, qué estás diciendo? —Hinoko lo fulminó con la mirada.
Shikamaru la ignoró y le habló a Moegi:
—Acerca de mi hijo, ¿puedo preguntarte algo?
—Ya lo sé. —Dijo Moegi, asintiendo.
—Bueno, entonces voy a volver a trabajar. —Dijo Hinoko, moviéndose para
desaparecer de nuevo.
Shikamaru la detuvo.
—Esta vez, vosotros dos me salvasteis. Gracias. —Dijo sinceramente.
—Con todo tu trabajo, no dudes en llamarnos en un apuro. —Dijo ella.
—No lo daré por sentado. —Respondió Shikamaru.
Ambos desaparecieron.
—Shikadai. —Dijo Shikamaru, llamando a su hijo que estaba conversando con sus
amigos—. No sé qué pasará, pero confío en ti. Si algo parece imposible, no lo hagas. Esa es
una parte importante de ser un shinobi.
No eran palabras para su lindo hijo, pero Shikadai tenía que salir y trabajar duro
para progresar y proteger a sus amigos.
—Lo sé. —Dijo Shikadai.

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Él le sonrió a su hijo.
—Bueno, ¡buena suerte! —Shikamaru sonrió.
—Es una molestia, pero lo haré. —Shikadai le devolvió la sonrisa. Parecía haber
entendido su charla de antes sobre el tema de "que molestia". Parpadeó y miró a su padre—
. Regresaré mañana, así que durante ese tiempo, no pelees con mamá. —Dijo Shikadai.
—De ninguna manera.
Con eso, Shikamaru se despidió y regresó a la oficina con Naruto.


Mientras Shikamaru caminaba por la concurrida calle, todos lo miraron.
Que embarazoso.
Se apresuró a casa, con la cara roja como un tomate. Nunca había hecho algo así
antes. No solo estaba nervioso por la mirada de todos. Pero debido a su objetivo, no se
quejaría. Realmente quería, pero no lo haría.
Si se hubiera acordado de comprarlas en la tienda antes, no estaría en esta
situación. ¿Pero qué habría pasado entonces?
Ino ya había vendido los originales a otra persona.
Shikamaru le agradecería adecuadamente esta vez.
—Ese Naruto...
Escondió su rostro en el objeto en sus manos.
“¡Será mejor que te lleves a casa todos los amarillos!”, recordó que dijo Naruto.
Estaba siendo amable. Él entendió. Naruto no estaba molesto. Lo sabía.
Pero se avergonzó lo suficiente como para morir.
Estaba casi en casa.
Un poco más…
Se apresuró a entrar por la entrada de su casa.
—¡Bienvenido! —Temari lo saludó en el pasillo, con los ojos muy abiertos ante la
apariencia de Shikamaru—. ¿Que pasó? ¿Que es todo esto? —Preguntó desconcertada.
—Bu-Bueno...
No podía mirarla a los ojos, estaba en la puerta.
—Antes, ya que ayudamos al País de las Flores, su Daimyo nos dio una tonelada de
flores, así que tomé algunas. —Explicó.
—¿Por qué solo flores amarillas? —Supuso ella.
Los brazos de Shikamaru estaban llenos de flores amarillas, demasiadas para poder
ser sostenidas.
—Estás compensando por olvidar nuestro aniversario de bodas, ¿no? —Supuso ella.
Tenía una mirada seria, mirando a Shikamaru.
Su estado de ánimo puso a Shikamaru nervioso, así que él le tendió las flores,
conteniendo la respiración, tratando de hablar con su regalo.
—Shikamaru. —Temari dijo.
—¿Qué? —Estaba horrorizado, esperando sus palabras.
—¿Eres feliz ahora? —Indagó ella.

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—¿Huh?
No entendió la pregunta. Pensó que estaba siendo condenado.
Ambos lucharon por expresar sus pensamientos, pero Temari habló primero.
—¿Qué te parece vivir aquí con nosotros?
Finalmente entendió lo que estaba diciendo.
—Heh… —Se rió a pesar de sí mismo.
Las cejas de Temari se fruncieron. Él le sonrió.
—¿Ves todo esto y me preguntas eso? —Dijo, empujando las flores en sus brazos—.
No tienes que hacerme estas preguntas.
Con la boca abierta de Temari, Shikamaru le habló con sinceridad:
—Gracias. Siempre. —Dijo.
Su cabello se balanceaba como una flor en flor.
—¡Ah! —Su rostro gentil de repente cambió—. ¡Shikamaru! ¡Antes de que te fueras
al País del Hierro, dejaste tu camisa en tu habitación! Cuando la encontré, ¡estaba a punto
de fermentar! ¡Siempre olvidas poner tu ropa en la canasta! ¿Cuántas veces tengo que
decirte? —Dijo ella.
—Lo siento. —Dijo, su frente sudando—. Um ... —Murmuró.
—¿Qué? —Supuso ella.
—¿Puedes agarrar esto por mí? —Él pidió.
—Claro.
Temari abrazó las flores amarillas.
—Lo siento. —Shikamaru inclinó la espalda en una reverencia a su esposa.
—... Ahora está bien. —Dijo Temari.
Volvió a la cocina y Shikamaru la siguió, pero se detuvo después de unos pasos.
—Gracias. —Dijo ella, de espaldas a él.
—Bi-bien.
Cuando escuchó su respuesta, entró en la cocina.
Shikamaru respiró hondo y luego lo dejó salir. Se quitó los zapatos. Recordaría
poner su ropa en la canasta.
Su familia era muy molesta.
—Eso es.
La vida cotidiana que había jurado crear estaba justo ante sus ojos.

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