Altiplano
Altiplano
Altiplano
Altiplano ha sido tradicionalmente hermanada con El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría:
su temática, orientación, período y momento en que fueron escritas, son motivos para esto.
Posiblemente el término que mejor sintetiza a Altiplano es viaje, (diáspora) en tanto conlleva
el dinamismo que la obra de Botelho ofrece.
A las historias de tres familias se les da particular atención, en tanto pertenecen a tres “castas”
dentro de la comunidad: los acomodados (los Villca), los trabajadores “pequeño burgueses”
(los Huanca), y los pobres (los Condori) (Botelho 30). Con la sequía, y en vistas de la dificultad
de subsistir, desoyendo los consejos de los ancianos, que no se alejen del pueblo, estos tres
personajes (con sus familias) se marchan. Los destinos de cada uno, si bien aparentemente
distintos (en la ciudad, la selva, trabajando el tabaco, y la mina, respectivamente) no lo son
tanto. En los tres casos, encaran un futuro más negro que en la propia comuna, uno que
empeora día a día a causa no sólo de la injusticia con la que se enfrentan, sino por el tipo de
trabajo que deben realizar.
Quizás el caso de Vicente Villca, quien va a acogerse en la casa de su comadre, una chola de la
ciudad, quien les cobra en forma sideral por su bienvenida, es de destacar. Villca, en la
comuna, pertenecía a “la burguesía usurpadora y orgullosa de su riqueza” (Botelho 29-30). En
la ciudad, el ser de otro lugar es lo mínimo. Su situación, su posición socio-económica está
dada por el ser: ser indio, ser no-blanco. Villca pierde todo lo que posee a manos de su
comadre y de las autoridades, que confiscan sus animales a través de un decreto especial. Es
solamente cuando sus reclamos no hallan eco, cuando se ve en la miseria completa, destituido,
sin voz, que se da cuenta de los universos distintos/paralelos del blanco y de su comunidad.
Altiplano concluye con el regreso de los tres a la aldea, tras la sequía y a fin de reiniciar su vida
allí. El verde de los sembrados, la cosecha, dan esperanzas de algo mejor, por lo menos, en lo
que a la subsistencia se refiere, dentro de la comuna. El mundo de la aldea (indígena) y el del
blanco, funcionan paralelamente.
Bibliografía
Alegría, Ciro. El mundo es ancho y ajeno. Prólogo de Mario Vargas Llosa. Madrid:
Espasa-Calpe, 1982.