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LECCIÓN No. 2 - LA HUIDA A EGIPTO Y EL REGRESO A NAZARETH
LECCIÓN No. 2 - LA HUIDA A EGIPTO Y EL REGRESO A NAZARETH
LECCIÓN No. 2 - LA HUIDA A EGIPTO Y EL REGRESO A NAZARETH
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Lc. 10:21
Templo Eben-Ezer Diag. 64 No. 47-60 Barrio 20 de Agosto – Tel: 6100990
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Lc. 10:21
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Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al
niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño
para matarlo.»
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Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para Egipto,
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donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por
medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo.»
Para Memorizar: Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para
Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho
por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo.» (Mt. 2:14-25)
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Lc. 10:21
Templo Eben-Ezer Diag. 64 No. 47-60 Barrio 20 de Agosto – Tel: 6100990
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Lc. 10:21