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El Castigo PDF

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El castigo

1. Concepto de castigo:
Un castigo es un suceso que presentado inmediatamente después de una
conducta hace que se reduzca la frecuencia de la misma. Los castigos
también se denominan estímulos aversivos. Pena que se impone a la persona
que ha cometido un delito o una falta o ha tenido un mal comportamiento.
2. Concepto de estímulo aversivo:
Un estímulo aversivo es un estímulo que tiene la propiedad de ser
desagradable para quien lo recibe. Por ejemplo, recibir un estímulo físico
como una descarga eléctrica se podría considerar un estímulo aversivo. No
obstante, los estímulos pueden tener una naturaleza física o social.
3. Tipos de castigos:
Muchos tipos de sucesos, cuando se presentan como una consecuencia de la
conducta, encajan en nuestra definición previa de estímulo punitivo y pueden
clasificarse conforme a las siguientes categorías
• Castigos que producen dolor (incondicionados):Los castigos que
producen dolor suelen ser castigos físicos e incluyen todo tipo de
estmulo punitivo que active los receptores del dolor u otros receptores
sensoriales que habitualmente provocan sensaciones de malestar.
• Reprimendas: (condicionados):Lasreprimendas son verbalizaciones
negativas (por ejemplo, «¡No, eso no se hace») inmediatamente
contingentes con la conducta inadecuada, que suelen acompañarse de
miradas fijas y a veces de un apretón en el brazo.
• Tiempo fuera (exclus y no exclus): El tiempo fuera implica trasladar
a una persona desde una situación reforzante a otra que lo es menos,
inmediatamente después de que ha llevado a cabo una conducta
específica, por lo que puede interpretarse como una reducción en las
oportunidades para obtener refuerzos. Existen dos tipos de
procedimiento de tiempo fuera: exclusivo y no exclusivo.
Un tiempo fuera exclusivo consiste en apartar a la persona durante un
periodo de tiempo breve, por ejemplo, cinco minutos, de la situación en que
se está produciendo el refuerzo.
El tiempo fuera no exclusivo consiste en introducir en la situación un
estímulo que está asociado a un refuerzo menor. Un ejemplo pertinente es el
procedimiento de Foxx y Shapiro (1978) en que los alumnos de una clase
llevaban un cinturón, del que se les privada durante un rato si no se portaban
bien. Mientras no llevaban el cinturón, no podían participar en las
actividades del aula y eran ignorados por el profesor.
• Coste de la respuesta
El procedimiento de coste de la respuesta implica la retirada de una cantidad
predeterminada de reforzador inmediatamente después de que se haya
producido un comportamiento específico.
4. Factores que influyen en la eficacia del castigo:
• optimizar las condiciones para conseguir una respuesta alternativa
deseable.
Al disminuir una respuesta no deseada, lograremos máxima eficacia si
aumentamos simultáneamente la frecuencia de otras respuestas alternativas
deseables que compitan con la que queremos eliminar. Hay que intentar
identificar estímulos discriminativos que controlen adecuadamente la
conducta deseada y presentarlos para aumentar la probabilidad de que se
produzca. Además, con el fin de mantener la conducta deseada, hay que
contar con reforzadores positivos eficaces distribuidos conforme a un
programa adecuado.
• Minimizar la causa de la respuesta que se quiere castigar.
Cualquiera que intente aplicar un programa de castigo y quiera optimizar la
probabilidad de que se produzca la conducta alternativa deseable, tendrá
antes que minimizar las causas de la conducta inaceptable, lo cual implica
dos aspectos. Hay que intentar identificar, en primer lugar, los estímulos que
actualmente controlan la conducta no deseada y en segundo lugar, los
reforzadores que la están manteniendo, ya que si se está produciendo, es
probable que haya reforzadores intermitentes que la mantengan.
• La lección del castigo.
Si se va a utilizar un castigo, hay que asegurarse de que será eficaz. En
general, cuanto más fuerte o intenso es el estímulo punitivo, mayor es su
eficacia para la reducción del comportamiento no deseado. Sin embargo, la
intensidad con que haya que aplicar el castigo dependerá del éxito que
tengamos en minimizar las causas de los comportamientos inadecuados, a la
vez que optimizamos las condiciones para que se produzcan los alternativos
adecuados. Incluso un castigo leve, como es una reprimenda, es eficaz
siempre que deje de reforzarse la aparición de la conducta inaceptable y se
premie un comportamiento alternativo aceptable mediante una recompensa
importante.
• Añadir antecedentes inclusión de normas.
Tanto para el refuerzo positivo como para la extinción, añadir normas a un
programa de castigo suele ayudar a reducir la frecuencia de la conducta
inadecuada y a aumentar la frecuencia de la alternativa favorable más
rápidamente . Además, es importante centrar la atención sobre la acción y no
sobre quien la ejecuta; es decir, las conductas pueden ser indeseables, pero
nunca las personas.
• Inmediatez en el uso del Castigo.
El castigo es más eficaz cuando el estímulo punitivo se presenta siempre
inmediatamente después de la conducta no deseada. Si el castigo se retrasa,
podría producirse otro comportamiento aceptable antes de su administración
y entonces sería éste el que estaríamos suprimiendo.
5. La utilización del castigo es controvertida por que queda claro que
puede provocar efectos dañinos:
• Comportamientos agresivos.
El castigo tiende a provocar comportamientos agresivos. Experimentos
realizados con animales muestran que la aplicación de estímulos dolorosos
les lleva a atacar a otros animales, aunque éstos no estén conectados con su
administración. Algunas investigaciones sugieren que este resultado también
es aplicable a los seres humanos. De ahí que no pueda causarnos sorpresa
que algunas personas ataquen a otras después de ser castigadas.
• Comportamientos emocionales.
El castigo produce efectos secundarios emocionales, tales como llorar y
experimentar miedo generalizado. Estas consecuencias no sólo son
desagradables para las personas implicadas, sino que a menudo interfieren
con la conducta deseable, sobre todo si ésta es de naturaleza compleja.
• Comportamientos de escape y evitación.
El castigo puede producir que la situación y las personas relacionadas con
los estímulos aversivos se conviertan en castigos condicionados. Por
ejemplo, si al enseñar a los alumnos a leer, les castigamos cuando se
equivocan, cualquier aspecto de la situación, ya sean textos impresos, libros,
los maestros que imparten el castigo o el aula en que se produce, se
convertirán también en estímulos punitivos. Los estudiantes podrían
entonces intentar evitar o escapar de estos estímulos, con lo que, en vez de
ayudarles a aprender, estaríamos alejándoles de todo lo relacionado con la
situación académica.
• No hay comportamientos nuevos.
El castigo no establece ninguna conducta deseable nueva, sólo suprime el
comportamiento anterior, en otras palabras, no enseña a la persona qué hacer
y, en el mejor de los casos, sólo le enseña qué no hacer. Por ejemplo, una
característica fundamental que podría definir a muchas personas con
trastornos evolutivos es que carecen de los comportamientos con que cuenta
la mayoría de la población. En este caso, por tanto, habría que hacer hincapié
en el establecimiento de nuevas destrezas y no tanto en eliminar las
adquiridas, para lo cual tendremos que aplicar programas de refuerzo.
• Imitar el castigo.
Los niños suelen imitar a los adultos y por tanto, si les castigan, es más
probable que los pequeños hagan lo mismo a otros. De ahí que quizá al
castigar a los niños estemos sin querer sirviendo de modelo sobre cómo
presentar estímulos aversivos a los demás.
• El uso continuado del castigo.
Dado que el castigo tiene como resultado la supresión rápida del
comportamiento inaceptable, podría resultar tentador seguir usándolo en vez
de reforzar positivamente los comportamientos alternativos satisfactorios.
Sin embargo, las conductas desagradables podrían reaparecer tras una
supresión meramente transitoria o incluso producirse otros comportamientos
desagradables, con lo cual, quien administra el castigo tendría que recurrir a
dosis cada vez mayores, creando así un círculo vicioso de efectos
desastrosos.

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