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Yiye Ávila Dijo

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Yiye Ávila dijo: El hermano A.

A Allen fue llamado por Dios para


predicar el evangelio. Comenzó a predicar en los EE.UU. Dios lo
usaba y las almas se salvaban y muchos eran sanados. A pesar de
esto había en él una gran inquietud. Sabía que había algo más
grande de parte de Dios conforme a la Biblia. Creía que Dios podía
manifestarse aún mucho más poder en su ministerio. Se decidió a
conseguir el poder milagroso de Dios a cualquier costo. Llamó a su
esposa y le dijo: "Me voy a encerrar en ese closet y no salgo hasta
que Dios me hable". No es fácil una decisión como esa, pero este es
camino de valientes y el que quiera un ministerio de poder tiene
que decidirse a pagar el precio. Él estaba seguro que si oraba y
ayunaba, Dios le mostraría qué tenía que hacer para que el poder
de Dios se manifestara en su ministerio en forma notable. Decidido
a oír de Dios se encerró en el closet en oración. Su esposa cerró con
llave por fuera conforme él le había ordenado. Se arrodilló y
comenzó a orar. El interior del closet era m uy oscuro. Pasaba el
tiempo. Le parecía que muchos días habían pasado. Estuvo tentado
a gritarle a su esposa que abriera pero quería oír de Dios y tal
decisión lo hizo seguir allí en oración y ayuno. Se decía así mismo:
"Me quedaré aquí de rodillas hasta que Dios me conteste o me
moriré en el intento". De pronto la gloria de Dios comenzó a llenar
el closet. El creyó que su esposa había abierto la puerta según el
closet comenzó a iluminarse, pero no era así, sino que el Señor
había abierto la puerta del cielo. Todo quedó lleno de luz. Era la luz
de la gloria de Dios. La presencia de Dios era tan real y maravillosa y
tan poderosa que creyó que se iba a morir de rodillas. Entonces
como un remolino escuchó su voz. Era Dios. Le estaba hablando.
Era la contestación gloriosa por la que había esperado tanto
tiempo. Dios le habló y le dio una lista de las cosas que impedían
que el poder de Dios se manifestara en él. A cada requisito el Señor
le añadía una explicación y su importancia. Él pensaba por qué no
había traído un papel y un lápiz. El no esperaba que el Señor le
hablaría con tantos detalles y le daría una lista tan larga.
Mientras Dios le seguía hablando, sintió buscar en su bolsillo y
encontró un pequeño lápiz. No tenía punta pero él le sacó con los
dientes. Buscó un papel pero no había. Se acordó de una caja de
cartón llena de ropa que había en el closet y pensó que podía
escribir en ella. Le pidió al Señor que por favor le repitiera todo
para él escribirlo, y le hablara lentamente. Dios comenzó de nuevo
a hablarle y le repitió uno tras otro los requisitos. Mientras Dios le
hablaba, él escribía. Al terminar, el Señor le dijo: "Esta es la
contestación. Cuando estés en obediencia de todo lo que está en la
lista, sanarás enfermo y en mi nombre echarás fuera demonios.
Verás grandes milagros mientras predicas la palabra. y te daré
poder, sobre todo poder del enemigo". Dios también le dijo, que las
cosas que le estaban impidiendo a él, también le impedían a la
mayor parte de los ministros. El closet comenzó a ponerse oscuro
de nuevo. El poder de Dios comenzó a desvanecerse y poco tiempo
después había desaparecido. Rompió la parte de la caja donde
había estado escribiendo y sostuvo la lista en su mano. Tocó a la
puerta del closet. Su esposa abrió la puerta. En cuanto lo vio ella
entendió que había hablado con Dios. "Tienes la contestación".
Fueron sus primeras palabras. "Si mi amor, Dios me visitó y aquí
está la contestación". En su mano estaba el pedazo de cartón que le
había costado tantas horas de oración, ayuno y espera. Había once
puntos en la lista que tendría que obedecer y la victoria sería suya.
Mucho tiempo de oración y ayuno adicional, siguió a esta gloriosa
experiencia para tomar dominio sobre los puntos que Dios le había
mostrado. Con la ayuda de Dios lo logró y un ministerio mundial
nació para la gloria del Señor. Multitudes se salvaron en su
ministerio y milagros increíbles eran obrados en todas sus
campañas. -Gloria Dios.
Tomado del libro ayuno del señor.

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