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Guia Ultraismo-Borges Reho

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COLEGIO BICENTENARIO DE MÚSICA JUAN SEBASTIÁN BACH- Profesora de Lenguaje Rosa Huenulef Oporto

Guía de lenguaje: VANGUARDIAS ARTÍSTICAS DEL PERIODO “ENTRE GUERRAS”


Las vanguardias del arte son corrientes que se han consagrado por confrontar su pasado y crear desde cero. Las
primeras surgieron en Europa en los inicios del siglo XX y dieron paso a las que estudiaremos hoy: las vanguardias de
entreguerras. Son muchas las vanguardias y corrientes que se han destacado en la época debido a los sucesos históricos,
políticos y sociales. Los artistas encontraron en su quehacer artístico un excelente medio de manifestación y una forma
de hacer catarsis y mostrar su visión del futuro. En esta ocasión veremos las corrientes más destacadas de la época entre
las que se encuentran el dadaísmo, el ultraísmo y el surrealismo.

*Dadaísmo: El dadaísmo surgió en 1916 en Suiza. Nació como contrapartida del concepto de razón instaurado por el
Positivismo. Se rebela en contra de las convenciones artísticas, tanto de la pintura como de la literatura y ridiculiza el
arte burgués. Para los artistas, el dadaísmo llegó a ser no solo una corriente, sino un modo de vida. El dadaísmo es
juego y es la negación de todo lo existente. Su nombre se debe al término “dadá” que surgió por medio del azar, al
encontrarlo en un diccionario y significa “caballo de madera” en francés. El Dadaísmo encontró su expresión mediante
la literatura, la pintura, la escultura y la música. Su manifiesto y las revistas que dejó, son lo más representativo de su
ideología que invoca al juego y al cuestionamiento de los convencionalismos.

*Ultraísmo: Esta vanguardia nació en España sobre 1918. Madrid estaba viviendo una época bastante pobre de
producción artística, y fueron varios los artistas que surgieron y otros que llegaron de diferentes lugares, que lograron
conformar esta corriente que es la síntesis de otras. En sus comienzos, poseía una clara influencia futurista. El
ultraísmo se caracteriza por evitar lo sentimental y personal e intentar comunicar a través de la simpleza, evitando
expresarse por medios rebuscados y figuras ininteligibles. Si bien la corriente tuvo sus exponentes en la pintura, las
obras destacadas se dieron en el área de la literatura. Los ultraístas estaban en contra del arte recargado de adornos,
sin sustancia. Esta corriente era muy afín al creacionismo, una corriente con intereses similares impulsada por el
chileno Vicente Huidobro.

*Surrealismo: Nació en 1920 y surgió en Francia. El surrealismo fue una de las vanguardias de más renombre hasta la
fecha. Se inclinan hacia un arte de construcción romántica, que retoma elementos de otras corrientes, como el
collage y fotografía del dadaísmo. El origen de la corriente es literario, pero pasó a ser una expresión de varias formas
artísticas en la que se destacó la pintura. A través de su técnica, realizaban una crítica a la sociedad pero a la vez,
intentaban construir desde su arte. En la pintura, las obras se destacaban por mostrar, mediante imágenes ambiguas
y extrañas, el mundo de las fantasías y los sueños. Los objetos representados no eran de este mundo, sino que
parecían la representación de un mundo desconocido e incomprensible.

¿Qué fue el Ultraísmo?


El Ultraísmo fue un movimiento literario vanguardista, originado en la España de 1918 como
oposición al modernismo tradicional que imperaba en las letras españolas desde finales del siglo XIX.

Aunque incorporó algunos artistas plásticos en sus filas, fue un movimiento eminentemente literario y
poético, muy influenciado por el futurismo italiano y centrado en valorar la metáfora como
esencia de la escritura literaria.

Como muchos otros movimientos vanguardistas, publicó varias revistas poéticas y agrupó a sus
integrantes en torno al Café Colonial de Madrid, donde operaba una tertulia itinerante dirigida por el
escritor sevillano Rafael Cansinos Assens.

El núcleo del movimiento estaba integrado por diversos nombres locales, entre los que figuró
el argentino universal, Jorge Luis Borges, durante su estancia en España.
Nombre Ultraísmo
El prefijo “ultra” de ultraísmo proviene del mismo vocablo griego que se traduce “más allá” y
es de uso común en la lengua española, como en el caso de ultramarino (“más allá del océano”)
o ultratumba (“más allá de la tumba”).

Fue elegido por los ultraístas debido a que proponían, como lo establecen en su manifiesto, ir más
allá del novecentismo imperante y renovar las estructuras literarias con algo nuevo:
“Nuestra literatura debe renovarse; debe lograr su ultra como hoy pretenden lograrlo nuestro
pensamiento científico y político”.

Contexto histórico del ultraísmo


El ultraísmo surge en la España de principios del siglo XX obedeciendo a la necesidad de
superar el modernismo imperante desde 1880, caracterizado por un refinamiento casi narcisista y
aristocrático, un imaginario cosmopolita y cierto empeño renovador de la métrica.

Esa época era testigo de la explosión de las llamadas “primeras vanguardias”, que


consistieron en posicionamientos renovadores o rupturistas en lo artístico, literario, político y cultural.

Fueron grandes defensores de la libertad de expresión y de la exploración artística, superando a


menudo las fronteras entre los géneros expresivos y echando mano a nuevos métodos,
imaginarios y filosofías.

Principales representantes del ultraísmo


El ultraísmo contó con un núcleo compuesto por Gerardo Diego, Pedro Garfias, Pedro
Iglesias Caballero, Juan Larrea, Ernesto López-Parra, Lucía Sánchez Saornil, Guillermo de Torre e
Isaac del Vando-Villar.

Otros integrantes fueron Jacobo Sureda, quien no estuvo exclusivamente comprometido con


este movimiento, y a través de él su amigo Jorge Luis Borges, quien se sumó formalmente en
1921 y lo difundió en Argentina.

Manifiesto ultraísta
El manifiesto del ultraísmo titulado “Ultra. Un manifiesto de la juventud literaria” se publicó
por vez primera en la revista Cervantes en 1918, cuando se creó el movimiento y luego se reprodujo
en la revista Grecia.

En este manifiesto se exponen de manera programática los lineamientos que persigue el


ultraísmo, definidos como la “voluntad de un arte nuevo que supla la última evolución literaria: el
novecentismo”.

Asimismo finaliza con una arenga: “Jóvenes, rompamos de una vez nuestro retraimiento y
afirmemos nuestra voluntad de superar a los precursores”.
Objetivos del ultraísmo
El mismo Jorge Luis Borges, en un texto publicado en Buenos Aires en 1921, sintetiza
los objetivos del ultraísmo en:

 Un uso de la metáfora como cuerpo mismo del poema.


 Borradura de las frases medianeras, nexos y adjetivos considerados inútiles.
 Abolir los “trabajos ornamentales” que se identificaban con el modernismo.
 Imágenes poéticas chocantes, rupturistas, que aludieran a la novedad técnica y tecnológica.
 Uso de símbolos matemáticos y otras rupturas tipográficas.
 Uso de neologismos, vocablos técnicos y palabras esdrújulas.
 Eliminación de la rima y de la métrica, y tendencia a esquivar las motivaciones personales y
sentimentales.

Ultraísmo argentino
Cuando Borges regresó a la Argentina, llevó consigo el ultraísmo y en Buenos Aires creó grupos
y revistas adscritos formalmente al movimiento.

Sin embargo, la variante americana incorporó otras tendencias que la hicieron diferente a
la peninsular, como son el criollismo y la parodia de la cultura local, preocupaciones que
acompañarían a Borges incluso luego de que abandonara el movimiento.

¿Quién fue Jorge Luis Borges?


Jorge Luis Borges (1899-1986) fue un escritor argentino, considerado uno de los máximos
exponentes de las letras argentinas, hispanas e incluso mundiales del siglo XX.
Su obra, compuesta de cuentos, poemas y ensayos breves, manifiesta un altísimo nivel de
erudición y una capacidad de inventiva inigualable, que ha inspirado a creadores de todas las
latitudes.

Borges también fue célebre por otras razones, como su ceguera progresiva que, sin embargo, no
le impidió cultivar su carrera literaria, y que se debía a un mal congénito heredado de su padre.

Además, eran conocidas sus posturas políticas reaccionarias, las cuales habrían sido el
impedimento definitivo para que su obra jamás le valiera el Premio Nobel de Literatura, aunque
estuvo nominado durante 30 años.

Obras más importantes de Jorge Luis Borges


La obra de Borges destaca por su cultivo exhaustivo del cuento breve (6 libros), género del
cual es un referente obligatorio en la actualidad.

Sus ensayos (8 libros) también le acarrearían reconocimiento internacional, no tanto así su poesía (13
libros). Entre sus obras más célebres destacan:

 Fervor de Buenos Aires (poesía, 1923)


 El otro, el mismo (poesía, 1964)
 Historia Universal de la Infamia (cuentos, 1935)
 Ficciones (cuentos, 1944)
 El Aleph  (cuentos, 1949)
 Inquisiciones  (ensayos, 1925)

Ultraísmo
Borges formó parte, junto a diversos autores españoles como Ramón Gómez de la Serna o Guillermo
de Torre, del Ultraísmo, un movimiento de vanguardia literaria nacido en torno a la
revista Ultra (1921).

Según Borges, «los poemas ultraicos constan, pues, de una serie de metáforas, cada una de las
cuales tiene sugestividad propia y compendiza una visión inédita de algún fragmento de la vida.

Importancia de su obra
La obra de Borges posee una trascendencia universal, más allá de los idiomas y las tradiciones
literarias locales. Es estudiada en las academias del mundo entero y se la considera una de las obras
cumbre de la narrativa breve.

En sus escritos tienen cabida inquietudes generales de la humanidad (la filosofía, la conjetura


existencial y la perplejidad ante el universo), expresadas a través de una racionalidad suprema.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/jorge-luis-borges/#ixzz6UkMSIiTn
El puñal [Minicuento - Texto completo.] Jorge Luis Borges

En un cajón hay un puñal. Fue forjado en Toledo, a fines del siglo pasado; Luis Melián
Lafinur se lo dio a mi padre, que lo trajo del Uruguay; Evaristo Carriego lo tuvo alguna
vez en la mano.
Quienes lo ven tienen que jugar un rato con él; se advierte que hace mucho que lo
buscaban; la mano se apresura a apretar la empuñadura que la espera; la hoja
obediente y poderosa juega con precisión en la vaina.
Otra cosa quiere el puñal. Es más que una estructura hecha de metales; los hombres lo
pensaron y lo formaron para un fin muy preciso; es, de algún modo eterno, el puñal que
anoche mató un hombre en Tacuarembó y los puñales que mataron a César. Quiere
matar, quiere derramar brusca sangre.
En un cajón del escritorio, entre borradores y cartas, interminablemente sueña el puñal
con su sencillo sueño de tigre, y la mano se anima cuando lo rige porque el metal se
anima, el metal que presiente en cada contacto al homicida para quien lo crearon los
hombres.
A veces me da lástima. Tanta dureza, tanta fe, tan apacible o inocente soberbia, y los
años pasan, inútiles.
FIN

El cautivo [Minicuento - Texto completo.] Jorge Luis Borges

En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón;


se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de
los años, un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes
que bien podía ser su hijo. Dieron al fin con él (la crónica ha perdido las circunstancias y
no quiero inventar lo que no sé) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el
desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal, pero se
dejó conducir, indiferente y dócil, hasta la casa. Ahí se detuvo, tal vez porque los otros
se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó,
atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se metió en la cocina. Sin vacilar,
hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que
había escondido ahí, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron
porque habían encontrado al hijo.
Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día
fue a buscar su desierto. Yo querría saber qué sintió en aquel instante de vértigo en que
el pasado y el presente se confundieron; yo querría saber si el hijo perdido renació y
murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro,
los padres y la casa.
FIN
Episodio del enemigo [Minicuento - Texto completo.] Jorge Luis Borges

Tantos años huyendo y esperando y ahora el enemigo estaba en mi casa. Desde la


ventana lo vi subir penosamente por el áspero camino del cerro. Se ayudaba con un
bastón, con un torpe bastón que en sus viejas manos no podía ser un arma sino un
báculo. Me costó percibir lo que esperaba: el débil golpe contra la puerta. Miré, no sin
nostalgia, mis manuscritos, el borrador a medio concluir y el tratado de Artemidoro
sobre los sueños, libro un tanto anómalo ahí, ya que no sé griego. Otro día perdido,
pensé. Tuve que forcejear con la llave. Temí que el hombre se desplomara, pero dio
unos pasos inciertos, soltó el bastón, que no volví a ver, y cayó en mi cama, rendido. Mi
ansiedad lo había imaginado muchas veces, pero solo entonces noté que se parecía, de
un modo casi fraternal, al último retrato de Lincoln. Serían las cuatro de la tarde.
Me incliné sobre él para que me oyera.
-Uno cree que los años pasan para uno -le dije-, pero pasan también para los demás.
Aquí nos encontramos al fin y lo que antes ocurrió no tiene sentido.
Mientras yo hablaba, se había desabrochado el sobretodo. La mano derecha estaba en el
bolsillo del saco. Algo me señalaba y yo sentí que era un revólver.
Me dijo entonces con voz firme:
-Para entrar en su casa, he recurrido a la compasión. Le tengo ahora a mi merced y no
soy misericordioso.
Ensayé unas palabras. No soy un hombre fuerte y solo las palabras podían salvarme.
Atiné a decir:
-En verdad que hace tiempo maltraté a un niño, pero usted ya no es aquel niño ni yo
aquel insensato. Además, la venganza no es menos vanidosa y ridícula que el perdón.
-Precisamente porque ya no soy aquel niño -me replicó- tengo que matarlo. No se trata
de una venganza, sino de un acto de justicia. Sus argumentos, Borges, son meras
estratagemas de su terror para que no lo mate. Usted ya no puede hacer nada.
-Puedo hacer una cosa -le contesté.
-¿Cuál? -me preguntó.
-Despertarme.
Y así lo hice.
FIN

TAREA: Elegir un minicuento de Borges, explicar el título y su


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