Galeano Resumen
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Galeano Resumen
Cuando el sol asomó entre las montañas, unos cuantos invitados roncaban en los
rincones.
En la lucha del Bien contra el Mal, siempre es el pueblo quien pone los muertos.
Los terroristas han matado a trabajadores de cincuenta países, en Nueva York y en
Washington, en nombre del Bien contra el Mal. Y en nombre del Bien contra el Mal
el presidente Bush jura venganza: "Vamos a eliminar el Mal de este mundo",
anuncia.
¿Eliminar el Mal? ¿Qué sería del Bien sin el Mal? No sólo los fanáticos religiosos
necesitan enemigos para justificar su locura. También necesitan enemigos, para
justificar su existencia, la industria de armamentos y el gigantesco aparato militar
de Estados Unidos. Buenos y malos, malos y buenos: los actores cambian de
máscaras, los héroes pasan a ser monstruos y los monstruos héroes, según exigen
los que escriben el drama.
Eso no tiene nada de nuevo. El científico alemán Werner von Braun fue malo
cuando inventó los cohetes V-2, que Hitler descargó sobre Londres, pero se
convirtió en bueno el día en que puso su talento al servicio de Estados Unidos.
Stalin fue bueno durante la Segunda Guerra Mundial y malo después, cuando pasó
a dirigir el Imperio del Mal. En los años de la guerra fría escribió John Steinbeck:
"Quizá todo el mundo necesita rusos. Apuesto a que también en Rusia necesitan
rusos. Quizá ellos los llaman americanos." Después, los rusos se abuenaron.
Ahora, también Putin dice: "El Mal debe ser castigado."
Saddam Hussein era bueno, y buenas eran las armas químicas que empleó contra
los iraníes y los kurdos. Después, se amaló. Ya se llamaba Satán Hussein cuando
los Estados Unidos, que venían de invadir Panamá, invadieron Irak porque Irak
había invadido Kuwait. Bush Padre tuvo a su cargo esta guerra contra el Mal. Con
el espíritu humanitario y compasivo que caracteriza a su familia, mató a más de
cien mil iraquíes, civiles en su gran mayoría.
Satán Hussein sigue estando donde estaba, pero este enemigo número uno de la
humanidad ha caído a la categoría de enemigo número dos. El flagelo del mundo
se llama ahora Osama Bin Laden. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) le había
enseñado todo lo que sabe en materia de terrorismo: Bin Laden, amado y armado
por el gobierno de Estados Unidos, era uno de los principales "guerreros de la
libertad" contra el comunismo en Afganistán. Bush Padre ocupaba la
vicepresidencia cuando el presidente Reagan dijo que estos héroes eran "el
equivalente moral de los Padres Fundadores de América". Hollywood estaba de
acuerdo con la Casa Blanca. En estos tiempos, se filmó Rambo 3: los afganos
musulmanes eran los buenos. Ahora son malos malísimos, en tiempos de Bush
Hijo, trece años después.
Henry Kissinger fue de los primeros en reaccionar ante la reciente tragedia. "Tan
culpable como los terroristas son quienes les brindan apoyo, financiación e
inspiración", sentenció, con palabras que el presidente Bush repitió horas después.
Si eso es así, habría que empezar por bombardear a Kissinger. El resultaría
culpable de muchos más crímenes que los cometidos por Bin Laden y por todos los
terroristas que en el mundo son. Y en muchos más países: actuando al servicio de
varios gobiernos estadunidenses, brindó "apoyo, financiación e inspiración" al
terror de Estado en Indonesia, Camboya, Chipre, Irán, Africa del Sur, Bangladesh y
en los países sudamericanos que sufrieron la guerra sucia del Plan Cóndor.
Aunque ahora el líder de la Civilización esté exhortando a una nueva Cruzada, Alá
es inocente de los crímenes que se cometen en su nombre. Al fin y al cabo, Dios
no ordenó el holocausto nazi contra los fieles de Jehová, y no fue Jehová quien
dictó la matanza de Sabra y Chatila ni quien mandó expulsar a los palestinos de su
tierra. ¡Acaso Jehová, Alá y Dios a secas no son tres nombres de una misma
divinidad?
Un niño de tres años, llamado Luca, comentó en estos días: "El mundo no sabe
dónde está su casa." El estaba mirando un mapa. Podía haber estado mirando un
noticiero.
EL FUEGO Eduardo Galeano
De cada dos peruanos, uno es indio, y la Constitución de Perú dice que el quechua
es un idioma tan oficial como el español. La Constitución lo dice, pero la realidad
no lo oye. El Perú trata a los indios como África del Sur trata a los negros. El
español es el único idioma que se enseña en las escuelas y el único que entienden
los jueces y los policías y los funcionarios. (El español no es el único idioma de la
televisión, porque la televisión también habla inglés.)
Hace cinco años, los funcionarios del Registro Civil de las Personas, en la ciudad de
Buenos Aires, se negaron a inscribir ek nacimiento de un niño. Los padres,
indígenas de la provincia de Jujuy, querían que su hijo se llamara Qori Wamancha,
un nombre de su lengua. El Registro argentino no lo aceptó por ser nombre
extranjero.
Cuando yo era niño, en las escuelas del Uruguay nos enseñaban que el país se
había salvado del problema indígena gracias a los generales que en el siglo pasado
exterminaron a los últimos charrúas.
Pero los misioneros de una secta evangélica han obligado al chamán a dejar sus
plumas y sus sonajas y sus cánticos, por ser cosas del Diablo; y él ya no puede
curar las mordeduras de víboras, ni traer la lluvia en tiempos de sequía, ni volar
sobre la tierra para cantar lo que ve. En una entrevista con Ticio Escobar, el
shamán dice: Dejo de cantar y me enfermo. Mis sueños no saben adónde ir y me
atormentan. Estoy viejo, estoy lastimado. Al final, ¿de qué me sirve renegar de lo
mío?
Para despojar a los indios de su libertad y de sus bienes, se despoja a los indios de
sus símbolos de identidad. Se les prohíbe cantar y danzar y soñar a sus dioses,
aunque ellos habían sido por sus dioses cantados y danzados y soñados en el
lejano día de la Creación. Desde los frailes y funcionarios del reino colonial, hasta
los misioneros de las sectas norteamericanas que hoy proliferan en América Latina,
se crucifica a los indios en nombre de Cristo: para salvarlos del infierno, hay que
evangelizar a los paganos idólatras. Se usa al Dios de los cristianos como coartada
para el saqueo.
El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también vale para América:
-Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron:
"Cierren los ojos y recen". Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y
nosotros teníamos la Biblia.
Gabriel René-Moreno fue el más prestigioso historiador boliviano del siglo pasado.
Una de las universidades de Bolivia lleva su nombre en nuestros días. Este prócer
de la cultura nacional creía que los indios son asnos, que generan mulos cuando se
cruzan con la raza blanca. Él había pesado el cerebro indígena y el cerebro
mestizo, que según su balanza pesaban entre cinco, siete y diez onzas menos que
el cerebro de raza blanca, y por tanto los consideraba celularmente incapaces de
concebir la libertad republicana.
El peruano Ricardo Palma, contemporáneo y colega de Gabriel René-Moreno,
escribió que los indios son una raza abyecta y degenerada. Y el argentino Domingo
Faustino Sarmiento elogiaba así la larga lucha de los indios araucanos por su
libertad: Son más indómitos, lo que quiere decir: animales más reacios, menos
aptos para la Civilización y la asimilación europea.
El mercado exigía café, pongamos el caso, y el café exigía más tierras y más
brazos. Entonces, pongamos por caso, el presidente liberal de Guatemala,
Justo Rufino Barrios, hombre de progreso, restablecía el trabajo forzado de
la época colonial y regalaba a sus amigos tierras de indios y peones indios
en cantidad.
En nuestros días, no hay mano de obra peor pagada: los indios mayas reciben 65
centavos de dólar por cortar un quintal de café o de algodón o una tonelada de
caña. Los indios no pueden ni plantar maíz sin permiso militar y no pueden
moverse sin permiso de trabajo. El ejército organiza el reclutamiento masivo de
brazos para las siembras y cosechas de exportación. En las plantaciones, se usan
pesticidas cincuenta veces más tóxicos que el máximo tolerable; la leche de las
madres es la más contaminada del mundo occidental.
Con alegre impunidad, se reconoce oficialmente que han sido borradas del
mapa 440 aldeas indígenas entre 1981 y 1983, a lo largo de una campaña de
aniquilación más extensa, que asesinó o desapareció a muchos miles de hombres y
de mujeres. La limpieza de la sierra, plan de tierra arrasada, cobró también las
vidas de una incontable cantidad de niños. Los militares guatemaltecos tienen la
certeza de que el vivio de la rebelión se transmite por los genes.
Esta raza inferior había descubierto la cifra cero, mil años antes de que los
matemáticos europeos supieran que existía. Y habían conocido la edad del
universo, con asombrosa precisión, mil años antes que los astrónomos de nuestro
tiempo.
Ellos ignoraban que el tiempo es dinero, como nos reveló Henry Ford. El tiempo,
fundador del espacio, les parece sagrado, como sagrados son su hija, la tierra, y
su hijo, el ser humano: como la tierra, como la gente, el tiempo no se puede
comprar ni vender. La Civilización sigue haciendo lo posible por sacarlos del error .
Desde el punto de vista de los vencedores, que hasta ahora ha sido el punto de
vista único, las costumbres de los indios han confirmado siempre su posesión
demoníaca o su inferioridad biológica. Así fue desde los primeros tiempos de la
vida colonial:
¿Se suicidan los indios de las islas del mar Caribe, por negarse al trabajo esclavo?
Porque son holgazanes.
¿Andan desnudos, como si todo el cuerpo fuera cara? Porque los salvajes no
tienen vergüenza.
¿Ignoran el derecho de propiedad, y comparten todo, y carecen de afán de
riqueza? Porque son más parientes del mono que del hombre.
¿Se bañan con sospechosa frecuencia? Porque se parecen a los herejes de la secta
de Mahoma, que bien arden en los fuegos de la Inquisición.
¿Jamás golpean a los niños, y los dejan andar libres? Porque son incapaces de
castigo ni doctrina.
¿Creen en los sueños, y obedecen a sus voces? Por influencia de Satán o por pura
estupidez.
¿Aman cuando sienten deseo? Porque el demonio los induce a repetir el pecado
original.
En 1919, el jefe militar de Panamá en las islas de San Blas, anunció su triunfo:
-Las indias kunas ya no vestirán molas, sino vestidos civilizados.
Y anunció que las indias nunca se pintarían la nariz sino las mejillas, como debe
ser, y que nunca más llevarían aros en la nariz, sino en las orejas. Como debe ser.
Setenta años después de aquel canto de gallo, las indias kunas de nuestros días
siguen luciendo sus aros de oro en la nariz pintada, y siguen vistiendo sus molas,
hechas de muchas telas de colores que se cruzan con siempre asombrosa
capacidad de imaginación y de belleza: visten sus molas en la vida y con ella se
hunden en la tierra, cuando llega la muerte.
Las técnicas arcaicas, en manos de las comunidades, habían hecho fértiles los
desiertos en la cordillera de los Andes. Las tecnologías modernas, en manos del
latifundio privado de exportación, están convirtiendo en desiertos las tierras fértiles
en los Andes y en todas partes.
Las llamadas culturas primitivas resultan todavía peligrosas porque no han perdido
el sentido común. Sentido común es también, por extensión natural, sentido
comunitarios. Si pertenece a todos el aire, ¿por qué ha de tener dueño la tierra? Si
desde la tierra venimos, y hacia la tierra vamos, ¿acaso no nos mata cualquier
crimen que contra la tierra se comete? La tierra es cuna y sepultura, madre y
compañera. Se le ofrece el primer trago y el primer bocado; se le da descanso, se
la protege de la erosión.
Es sistema desprecia lo que ignora, porque ignora lo que teme conocer. El racismo
es también una máscara del miedo.
¿Qué sabemos de las culturas indígenas? Lo que nos han contado las películas del
Fas West. Y de las culturas africanas, ¿qué sabemos? Lo que nos ha contado el
profesor Tarzán, que nunca estuvo.
Dice un poeta del interior de Bahía: Primero me robaron del África. Después
robaron el África de mí.
La memoria de América ha sido mutilada por el racismo. Seguimos actuando como
si fuéramos hijos de Europa, y de nadie más.
A fines del siglo pasado, un médico inglés, John Down, identificó el síndrome que
hoy lleva su nombre. Él creyó que la alteración de los cromosomas implicaba un
regreso a las razas inferiores, que generaba mongolian idiots, negroid idiots y
aztec idiots.
Poco después, un médico argentino, el socialista José Ingenieros, escribió que los
negros, oprobiosa escoria de la raza humana, están más próximos de los
monos antropoides que de los blancos civilizados. Y para demostrar su
irremediable inferioridad, Ingenieros comprobaba: Los negros no tienen ideas
religiosas.
En realidad, las ideas religiosas habían atravesado la mar, junto a los esclavos, en
los navíos negreros. Una prueba de obstinación de la dignidad humana: a las
costas americanas solamente llegaron los dioses del amor y de la guerra. En
cambio, los dioses de la fecundidad, que hubieran multiplicado las cosechas y los
esclavos del amo, se cayeron al agua.
Un indio del Norte argentino, Asunción Ontíveros Yulquila, evoca hoy el trauma
que marcó su infancia:
-Las personas buenas y lindas eran las que se parecían a Jesús y a la Virgen. Pero
mi padre y mi madre no se parecían para nada a las imágenes de Jesús y la Virgen
María que yo veía en la iglesia de Abra Pampa.
Hace algun tiempo, el sacerdote español Ignacio Ellacuría me dijo que le resultaba
absurdo eso del Descubrimiento de América. El opresor es incapaz de descubrir,
me dijo:
-Es el oprimido el que descubre al opresor.
7 de abril de 2003
Y el poeta, que era un profeta de las ciencias de la comunicación, puso las cosas
en su lugar:
LA ORACIÓN DE LA MAESTRA
Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender
como ellas lo que no es carne de mis carnes. Dame que alcance
a hacer de una de mis niñas mi verso perfecto y a dejarte en ella
clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios
no
canten más.
31 de marzo de 2003
AHORA QUE LA GUERRA HA EMPEZADO Noam Chomsky El País
Si hay algo que enseña con claridad la historia de las guerras, es que se pueden
predecir muy pocas cosas. En Irak, la fuerza militar más temible de la historia de la
humanidad ha atacado un país mucho más débil, en una tremenda disparidad de
poder.
Hará falta cierto tiempo para poder valorar, incluso de forma preliminar, las
consecuencias. Es preciso dedicar todos los esfuerzos a disminuir al mínimo los
daños y proporcionar al pueblo iraquí los enormes recursos necesarios para que
puedan reconstruir su sociedad después de Sadam, a su manera y no como dicten
unos gobernantes extranjeros.
No hay motivos para dudar la opinión casi universal de que la guerra de Irak sólo
servirá para aumentar la amenaza del terror y el desarrollo y uso de las armas de
destrucción masiva, con fines vengativos o disuasorios. En Irak, el Gobierno de
Bush persigue una "ambición imperial" que está atemorizando al mundo, con
razón, y convirtiendo a EE UU en un paria internacional.
Esta política sienta las bases para una lucha prolongada entre Estados Unidos y
sus enemigos, algunos de ellos creados por la violencia y la agresión, y no sólo en
Oriente Próximo. En este sentido, el ataque de Estados Unidos a Irak es una
respuesta a las plegarias de Bin Laden.
Lo que el mundo se juega en la guerra y la posguerra es muchísimo. Por no elegir
más que una de las numerosas posibilidades, la desestabilización en Pakistán
podría provocar la venta de armas nucleares descontroladas a la red mundial de
grupos terroristas, que muy bien pueden verse fortalecidos por la invasión y
ocupación militar de Irak. Es fácil imaginar otras circunstancias no menos
siniestras.
Ahora, la única forma que tiene Estados Unidos de atacar a un enemigo mucho
más débil es elaborar una enorme ofensiva propagandística que represente a éste
como el mal supremo o incluso una amenaza para nuestra supervivencia. Eso es lo
que ha hecho Washington con Irak. No obstante, los pacifistas están ahora en una
posición mucho mejor para detener el próximo recurso a la violencia, y éste es un
aspecto de extraordinaria importancia.
Los nuevos hallazgos demuestran con gran claridad los riesgos terribles e
imprevistos de atacar a "un enemigo mucho más débil" para obtener "un cambio
de régimen", unos riesgos que no resulta exagerado decir que podrían
condenarnos a todos. Estados Unidos está abriendo unas rutas nuevas y peligrosas
frente a una oposición mundial casi unánime.
Washington puede reaccionar de dos formas ante unas amenazas que, en parte,
derivan de sus propias acciones y proclamaciones. Una forma es intentar aplacar
dichas amenazas prestando atención a los agravios legítimos y aceptando
convertirse en miembro civilizado de una comunidad mundial, capaz de respetar el
orden mundial y sus instituciones. Otra es construir máquinas de destrucción y
dominio todavía más temibles, con el fin de poder aplastar cualquier cosa que
consideren un desafío, por lejano que sea; lo cual provocará nuevos y mayores
retos.
No usarás leña de los árboles altos, ni de los petizos. Tampoco es digna del fuego
la leña de los árboles medianos, que da asados mediocres.
No aceptarás carne del costado derecho, que es dura, trabajosa para el diente,
porque sabido es que del lado derecho duermen todos los bichos que van a parar
al asador.
No darás vuelta a ningún trozo de carne, antes de que haya derramado noventa y
nueve gotas de grasa sobre las brasas ardientes.
HASTA BIEN ENTRADO el siglo XX, los camellos se ocupaban del transporte de
gentes y cosas en la isla de Lanzarote.
La isla flotaba fuera del tiempo, mundo antes del mundo, y la gente tenía tiempo
para perder el tiempo.
Los camellos iban y venían, a paso lento, a través de las inmensidades del desierto
de lava negra. No tenían horario, ni hora de salida ni hora de llegada, pero salían y
llegaban. Y nunca hubo accidentes. Nunca, hasta que un camello sufrió un súbito
ataque de nervios y arrojó por los aires a su pasajera. La infortunada se partió la
cabeza contra una piedra.
Ese camello se enloqueció cuando se le cruzó en el camino una rara cosa que tosía
y echaba humo, pero no era volcán, y corría pero no tenía patas.
Para clavar la tapa del ataúd, toda la familia tuvo que sentarse encima. Y toda la
familia opinó sobre la inflación del difunto:
-Parece sapo.
El traje, un tweed inglés de alta categoría, color gris perla, había sido el único lujo
en toda la vida del finado. Él se lo había mandado hacer, de medida, cuando ya le
volaban cerca las lechuzas y vio que estaba por llegar al finalmente.
Herencia, no dejó. Ni una lira. Y muchos años después, cuando se abrió el ataúd,
estaba en jirones el traje que había vestido su muerte.
Esas cosas del tiempo: Nicola contó que el tiempo se había comido al tío y había
deshecho su traje relleno de dinero. Los billetes, miles de billetes, un poco
desteñidos, habían durado más. Pero ya no valían nada.
20 de marzo de 2003
El caso de la guerra contra Irak Noam Chomsky
La República de Uruguay - Rodelu
Las consecuencias pueden ser catastróficas en Irak y alrededor del mundo. Los
Estados Unidos pueden cosechar una andanada de retaliaciones terroristas y
escalar la posibilidad de un Armagedón nuclear.
Esa ambición seguramente incluye un control mucho más expandido sobre los
recursos del Golfo Pérsico y de bases militares para imponer su forma preferida de
orden en la región.
¿Hay buenas razones para creer que una guerra contra Irak tiene esa intención, en
parte, para demostrar lo que se puede esperar cuando el imperio decide dar un
golpe? dado que guerra es difícilmente el término apropiado, dada la enorme
diferencia de fuerzas.
Pero ninguno de los países vecinos a Irak parece estar muy preocupado de
Saddam, aunque muchos de ellos puede odiar al tirano asesino.
Esto es quizás porque los vecinos saben que el pueblo iraquí está apenas en el filo
de la supervivencia. Irak se ha convertido en uno de los países más débiles de la
región. Tal como lo subraya un informe de la Academia Americana de las Artes y
las Ciencias, los gastos iraquíes tanto económicos como militares son apenas una
fracción de los de algunos de sus vecinos, incluido Kuwait, que tiene apenas un
10% de la población iraquí.
La verdad, en los últimos años, países cercanos han tratado de reintegrar Irak a la
región, incluidos Irán y Kuwait, ambos invadidos por Irak.
Saddam se benefició del apoyo de los Estados Unidos a lo largo de la guerra con
Irán y aún después, hasta el día en que invadió Kuwait. Esos responsables están
en buena parte de regreso al timón en Washington hoy.
Saddam permanece como una terrible amenaza para aquellos que están dentro de
su alcance.
El año pasado una fuerza de tarea encabezada por Gary Hart y Warren Rudman
preparó un informe para el Consejo de Relaciones Internacionales ¿América - Still
Unprepared, Still in Danger? (¿América aún sin preparación, aún en peligro?). Este
previene de probables ataques terroristas que podrían ser mucho peores que los
del 9-11, inclusive con el uso de armas de destrucción masiva en este país, peligro
que se convierte ¿más urgente por los prospectos de los Estados Unidos yendo a
una guerra contra Irak?
Actualmente Saddam tiene toda razón para mantener bajo estricto control
cualquier arma química y biológica que Irak pudiera tener. El no suministraría tales
armas a los Osama bin Laden del mundo, quienes representan una terrible
amenaza inclusive para el mismo Saddam, tomando distancia de la reacción que
produciría si hubiera siquiera una insinuación de que tal transacción mortal pudiera
llevarse a cabo. *
* Noam Chomsky es activista político, profesor de lingüística en el Instituto
Tecnológico de Massachusetts, MIT, y autor del éxito de librería ¿9-11?
14 de marzo de 2003
El Valor Literario de la Poesía Palestina Nelly Marzouka
Editorial Poetas Antiimperialista de América
Cuando poetas palestinos como Darwish, Zayyad, Al Qasim o Touqan por nombrar
solo algunos rememoran la tierra madre recurriendo a la frase, "desde la otra
orilla" , en clara alusión al río Jordán, es sinónimo claro y conciso de la voluntad de
volver por donde mismo fueron expulsados.
Cuando Fadwa Touqan escribe para los combatientes palestinos que luchan contra
la ocupación militar extranjera, en su poema Siempre Vivo: " Del temblor de la
vida y de la muerte surgirá en ti la vida nuevamente..." , en alusión a la tierra que
nos vió nacer del vientre de nuestras madres, y al igual que ellas, nos amamantó,
como escribiese Salem Jubran: "y teniendo yo hambre, un extraño mame de
ella ...."
Palestina representa aquí la madre tierra violentada y ultrajada, pero a la vez la
esperanza del retorno y el renacer.
La expresión poética palestina se afianza con el dolor del exilio, y holocausto, en el
Nuestro holocausto, presente desde el año 1948, hasta el día de hoy, dando origen
así a la llamada Poesía de la Intifada: Muhammad, acurrucado en brazos de su
padre, es un pájaro temeroso del infierno del cielo: papá, protégeme (Mahmud
Darwish) Aquí se sitúa el espíritu generoso del perdón palestino, hacia el
extranjero colonizador:
La casa es nuestra
Y Jerusalén es nuestra
Y con nuestras manos reconstruiremos la belleza de Jerusalén
Con nuestras manos paz para Jerusalén
Paz para Jerusalén
Viene .. viene .. viene , en la rosa de las ciudades,
de los hermanos Rahbani
Palestina, reclama su estatus usurpado,:
Robasteis al Mesías de su casa de Nazaret, y Mahmud Darwish, en Carnét de
Identidad:
Escribe
Que soy árabe;
Que robaste las viñas de mi abuelo
Y una tierra que araba,
Yo, con todos mis hijos.
En seguida rompen relaciones los dos países. En Tegucigalpa, los parabrisas de los
autos lucen calcomanías que aconsejan: Hondureño: toma un leño, mata un
salvadoreño. En San Salvador, los diarios exhortan al ejército a invadir Honduras
para propinar una lección a esos bárbaros. Honduras expulsa a los campesinos
salvadoreños, aunque muchos de ellos ni siquiera saben que son extranjeros y
jamás han visto un documento de identidad.
La llamada «guerra del fútbol» tiene por enemigos a dos pedazos de América
Central, jirones de la que fue, hace un siglo y medio, patria única.
De los Estados Unidos provienen las armas y los asesores del dictador de
Honduras.
De los Estados Unidos provienen las armas y los asesores del dictador de El
Salvador.
La guerra dura una semana. Mientras dura la guerra, el pueblo de Honduras cree
que su enemigo es el pueblo de El Salvador y el pueblo de El Salvador cree que su
enemigo es el pueblo de Honduras. Ambos pueblos dejan cuatro mil muertos en
los campos de batalla.
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16 de febrero de 2003
EL MÚSCULO SECRETO Eduardo Galeano La Jornada
Doris Haddock, obrera jubilada, caminó desde Los Ángeles hasta Washington.
Ya llevaba más de un año de caminata, casi volada por los vientos, casi frita por
los soles, casi rota por los achaques, cuando la paralizó la nieve. Una tremenda
tormenta de nieve se descargó sobre las montañas del oeste de Virginia. Doris
festejó su cumpleaños, noventa velitas, y siguió viaje en esquí.
Esquiando viajó, a través de la nieve, todo el último mes. Mientras nacía el siglo
veintiuno, llegó a la ciudad de Washington.
Una multitud la acompañó hasta el Capitolio. Allí trabajan los congresistas, la mano
de obra política de las grandes empresas que destinan cien millones de dólares
mensuales al pago de sus servicios.
Y se fue.
9 de febrero de 2003
EL LIBERTADOR Eduardo Galeano La Jornada
Desde entonces, el colibrí merece mucho respeto. Quien fue capaz de levantar el
cielo, en cualquier momento podría derrumbarlo.
3 de febrero de 2003
El viento no lo cansa ni lo gasta. A los sesenta años, sigue dando vueltas y más
vueltas alrededor del mundo.
Eduardo Galeano
David Grossman, que fue teniente coronel del ejército de Estados Unidos y está
especializado en pedagogía militar, ha demostrado que el hombre no está
naturalmente inclinado a la violencia. Contra lo que se supone, no es nada fácil
enseñar a matar al prójimo. La educación para la violencia, que brutaliza al
soldado, exige un intenso y prolongado adiestramiento. Según Grossman, ese
adiestramiento comienza, en los cuarteles, a los 18 años de edad. Fuera de los
cuarteles, comienza a los 18 meses de edad. Desde muy temprano, la televisión
dicta esos cursos a domicilio.
Más de una fe de erratas será necesaria. Por ejemplo, habrá que aclarar que
donde dice: "Comunidad internacional", debe leerse: "Jefes guerreros y grandes
banqueros".
¿Cuántos son los arcángeles de la paz que nos defienden de los demonios de la
guerra? Cinco. Los cinco países que tienen derecho de veto en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. Y esos custodios de la paz son, además, los
principales fabricantes de armas. En buenas manos estamos.
¿Y cuántos son los dueños de la democracia? Los pueblos votan, pero los
banqueros vetan. Una monarquía de triple corona reina sobre el mundo. Cinco
países toman las decisiones en el Fondo Moneta- rio Internacional. En el Banco
Mundial mandan siete. En la Organización Mundial de Comercio todos los países
tienen derecho de voto, pero jamás se vota. Estas organizaciones, que gobiernan
el mundo, merecen nuestra gratitud: ellas ahogan a nuestros países, pero después
nos venden salvavidas de plomo.
¿Qué debe leerse, por ejemplo, donde dice: "libertad de trabajo"? Debe leerse:
derecho de los empresarios a arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas
obreras. Se trabaja el doble a cambio de la mitad: horarios de goma, salarios
enanos, despidos libres, y que Dios se ocupe de los accidentes, las enfermedades
y la vejez. Las principales empresas multinacionales, Wal-Mart y McDonalds,
prohíben expresamente los sindicatos. Quien se afilia a un sindicato pierde su
empleo en el acto.
Para que no se diga que en Porto Alegre nos reunimos los contreras y resentidos
de siempre, aclaremos que en algo estamos de acuerdo con los más altos
dirigentes del mundo: también nosotros somos enemigos del terrorismo. Estamos
contra el te-rrorismo en todas sus formas. Podríamos proponer a Davos una
plataforma común. Y acciones comunes para capturar a los terroristas, que
empezarían por la pegatina, en todas las paredes del planeta, de carteles que
digan Wanted:
-Se busca a los mercaderes de armas, que necesitan la guerra como los
fabricantes de abrigos necesitan el frío.
-Se busca a la banda internacional que secuestra países y jamás devuelve a sus
cautivos, aunque cobra rescates multimillonarios que el lenguaje del hampa llama
servicios de deuda.
-Se busca a los delincuentes que en es-cala planetaria roban comida, estrangulan
salarios y asesinan empleos.
-Se busca a los violadores de la tierra, a los envenenadores del agua y a los
ladrones de bosques.
-Y también se busca a los fanáticos de la religión del consumo, que han desatado
la guerra química contra el aire y el clima de este mundo.
El poder identifica valor y precio. Dime cuánto pagan por ti, y te diré cuánto va-les.
Pero hay valores que están más allá de cualquier cotización. No hay quien los
compre, porque no están en venta. Están fuera del mercado, y por eso han
sobrevivido.
Porfiadamente vivos, esos valores son la energía que mueve los músculos secretos
de la sociedad civil. Provienen de la memoria más antigua y del más antiguo
sentido común. Este mundo de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda y
cada cual a lo suyo, está enferma de amnesia y ha perdido el sentido comunitario,
que es el papá del sentido común. En épocas remotas, en lo más temprano de los
tiempos, cuando éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre,
cuando no pasábamos de la categoría de almuerzo fácil en la mesa de nuestros
vecinos voraces, fuimos capaces de sobrevivir, contra toda evidencia, porque
supimos defendernos juntos y porque supimos compartir la comida. Hoy día es
más que nunca necesario recordar esas viejas lecciones del sentido común.
Defendernos juntos, pongamos por caso, para que no nos roben el agua. El agua,
cada vez más escasa, ha sido privatizada en muchos países, y está en manos de
las grandes corporaciones multinacionales. (De aquí a poco, si seguimos así,
también privatizarán el aire: por no pagarlo, no sabemos valorarlo y no merecemos
respirarlo.) Para que el agua siga siendo un derecho, y no un negocio, una
pueblada desprivatizó el agua en la región boliviana de Cochabamba. Las
comunidades campesinas marcharon desde los valles y bloquearon la ciudad. Les
contestaron a balazos. Pero a la larga, después de mucho pelear, recuperaron el
agua, el riego de sus sembradíos, que el gobierno había entregado a una
corporación británica. Esto ocurrió hace un par de años.
Defendernos juntos: hablando del agua, otro ejemplo más reciente. El petróleo
mueve la sociedad de consumo, como se sabe, y, como también se sabe, tiene
malas costumbres. Entre otras manías, se le da por derribar gobiernos, provocar
guerras, intoxicar el aire y pudrir el agua. Hace poco, la marea negra, pegajosa y
mortal, cubrió la mar y las costas de Galicia y más allá. Un barco petrolero se
partió por la mitad y derramó miles y miles de litros de fuel oil, con la
irresponsabilidad y la impunidad que se han vuelto costumbre en estos tiempos en
que el mercado manda y el Estado no controla nada. Y entonces, ante un Estado
ciego y un gobierno sordo, que no hizo más que encogerse de hombros, los
músculos secretos de la sociedad civil desataron su energía: una multitud de
voluntarios enfrentó la invasión enemiga a mano limpia, armada de palos y tachos
y lo que se pudiera encontrar. Los voluntarios no derramaron lágrimas de cocodrilo
ni pronunciaron discursos de teatro.
Defendernos juntos y compartir la comida: una tonelada de comida y de ropa llegó
recientemente, en tren, al rincón más po-bre de la provincia argentina de
Tucumán, donde hay niños que mueren de hambre. Y ese envío solidario provenía
de los cartoneros, los pobres más pobres de Buenos Aires, que se ganan la vida
revolviendo la basura pero son capaces de compartir lo poco, lo casi nada, que
tienen.
¿Cuál es la palabra que más se escucha en el mundo, en casi todas las lenguas? La
palabra yo. Yo, yo, yo. Sin embargo, un estudioso de las lenguas indígenas, Carlos
Lenkersdorf, ha revelado que la palabra más usada por las comunidades mayas, la
que está en el centro de sus decires y vivires, es la palabra nosotros. En Chiapas
no-sotros se dice tik.
Para eso ha nacido y crecido este Foro Social Mundial, en la ciudad brasileña de
Porto Alegre, modelo universal de la de-mocracia participativa: para decir nosotros.
Tik, tik, tik.
26 de enero de 2003
Porque esta mujer no se callaba nunca, porque para ella no había una estupidez
que no fuera un problema, porque estaba harto de trabajar como un burro de
carga, porque no aguantaba más dormir con una estatua con ruleros, por las
malas ondas, por la falta de respeto, porque ella le dolía demasiado y porque la vio
con otro, él se vio obligado a retorcerle el pescuezo, como si fuera gallina.
Al fin de esa noche, desayunaron juntos, como todos los días. Leyeron el diario,
ninguna noticia les llamó la atención. Los sueños no salen en los diarios.
16 de diciembre de 2002
MANICOMIO Eduardo Galeano Brecha
Tiempos del miedo. Vive el mundo en estado de terror, y el terror se disfraza: dice
ser obra de Saddam Hussein, un actor ya cansado de tanto trabajar de enemigo, o
de Osama bin Laden, asustador profesional.
Pero el verdadero autor del pánico planetario se llama Mercado. Este señor no
tiene nada que ver con el entrañable lugar del barrio donde uno acude en busca
de frutas y verduras. Es un todopoderoso terrorista sin rostro, que está en todas
partes, como Dios, y cree ser, como Dios, eterno. Sus numerosos intérpretes
anuncian: "El Mercado está nervioso", y advierten: "No hay que irritar al Mercado".
Para vender sus guerras, el Mercado siembra miedo. Y el miedo crea clima. La
televisión se ocupa de que las torres de Nueva York vuelvan a derrumbarse todos
los días. ¿Qué quedó del pánico al ántrax? No sólo una investigación oficial, que
poco o nada averiguó sobre aquellas cartas mortales: también quedó un
espectacular aumento del presupuesto militar de Estados Unidos. Y la millonada
que ese país destina a la industria de la muerte no es moco de pavo. Apenas un
mes y medio de esos gastos bastaría para acabar con la miseria en el mundo, si no
mienten los numeritos de las Naciones Unidas.
Gente que no sabe si mañana encontrará qué comer, o si se quedará sin techo, o
cómo hará para sobrevivir si se enferma o sufre un accidente;
campesinos que no saben si mañana tendrán tierra que trabajar y pescadores que
no saben si encontrarán ríos o mares no envenenados todavía;
personas y países que no saben cómo harán mañana para pagar sus deudas
multiplicadas por la usura.
La economía comete atentados que no salen en los diarios: cada minuto mata de
hambre a 12 niños. En la organización terrorista del mundo, que el poder militar
custodia, hay mil millones de hambrientos crónicos y 600 millones de gordos.
Moneda fuerte, vida frágil: el Ecuador y El Salvador han adoptado el dólar como
moneda nacional, pero la población huye. Nunca esos países habían producido
tanta pobreza y tantos emigrantes. La venta de carne humana al extranjero genera
desarraigo, tristeza y divisas. Los ecuatorianos obligados a buscar trabajo en otra
parte han enviado a su país, en 2001, una cantidad de dinero que supera la suma
de las exportaciones de banano, camarón, atún, café y cacao.
También Uruguay y Argentina expulsan a sus hijos jóvenes. Los emigrantes, nietos
de inmigrantes, dejan a sus espaldas familias destrozadas y memorias que duelen.
"Doctor, me rompieron el alma": ¿en qué hospital se cura eso? En Argentina, un
concurso de televisión ofrece, cada día, el premio más codiciado: un empleo. Las
colas son larguísimas. El programa elige los candidatos, y el público vota. Consigue
trabajo el que más lágrimas derrama y más lágrimas arranca. Sony Pictures está
vendiendo la exitosa fórmula en todo el mundo.
¿Qué empleo? El que venga. ¿Por cuánto? Por lo que sea y como sea. La
desesperación de los que buscan trabajo, y la angustia de los que temen perderlo,
obligan a aceptar lo inaceptable. En todo el mundo se impone "el modelo Wal-
Mart". La empresa número uno de Estados Unidos prohíbe los sindicatos y estira
los horarios sin pagar horas extras. El Mercado exporta su lucrativo ejemplo.
Cuanto más dolidos están los países, más fácil resulta convertir el derecho laboral
en papel mojado.
Y más fácil resulta, también, sacrificar otros derechos. Los papás del caos venden
el orden. La pobreza y la desocupación multiplican la delincuencia, que difunde el
pánico, y en ese caldo de cultivo florece lo peor. Los militares argentinos, que
mucho saben de crímenes, están siendo invitados a combatir el crimen: que
vengan a salvarnos de la delincuencia, clama a gritos Carlos Menem, un
funcionario del Mercado que de delincuencia sabe mucho porque la ejerció como
nadie cuando fue presidente.
Costos bajísimos, ganancias mil, controles cero: un barco petrolero se parte por la
mitad y la mortífera marea negra ataca las costas de Galicia y más allá.
El negocio más rentable del mundo genera fortunas y desastres "naturales". Los
gases venenosos que el petróleo echa al aire son la causa principal del agujero del
ozono, que ya tiene el tamaño de Estados Unidos, y de la locura del clima. En
Etiopía y en otros países africanos la sequía está condenando a millones de
personas a la peor hambruna de los últimos 20 años, mientras Alemania y otros
países europeos vienen de sufrir inundaciones que han sido la peor catástrofe del
último medio siglo.
José Steinsleger
Guayasamín: cultura y dignidad
Resignado, el pintor dijo para sí: "Haré lo que mi ñaño (hermano) diga". Y el
presidente electo, asediado por algunos de sus consejeros, la embajada de
Estados Unidos y los telegramas de protesta contra los contenidos del mural
Frustración y esperanza, se trasladó a la residencia de Guayasamín.
-Osvaldo, no nos torturemos más. El mural se queda como está. Si empezamos
agachando la cabeza la vamos a tener agachada en los cuatro años de mi
mandato. Has pintado lo que tú sientes y millones de ecuatorianos y de
latinoamericanos están contigo.
Sin dar crédito a lo que oía, visiblemente conmovido, el pintor destapó una botella
de vino y con la mirada clavada en la policromía eternamente variable del volcán
Pichincha, pegó un grito de alegría:
"¡Por fin! ¡Por fin un político que entiende que todo es válido, la historia y la vida,
el arte y la política, los benditos intereses del Estado y el sufrimiento de los
pueblos!"
La parte "negativa" del mural se compone de cuatro nichos hundidos en los que
figuran cuatro personajes siniestros: un soldado sonriente pintado en blanco y
negro con los ojos inyectados en sangre y un enorme casco nazi que lleva las
siglas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos: CIA.
El otro legado del pintor fue la Capilla del Hombre, complejo arquitectónico cultural
de 15 mil metros cuadrados. La capilla evoca el destino de América Latina, de
México a la Patagonia, y la historia de los pueblos del continente, representada en
las culturas maya, azteca, inca y otras hasta la época presente.
De dos pisos, los niveles de la capilla están unidos por gradas y un par de
elevadores. En la pared oriental de la planta superior fueron colocados los acrílicos
del mural Rostros de América, pertenecientes a la La edad de la ternura, hechos
por el pintor antes de su muerte.
La Capilla del Hombre fue inaugurada en días pasados por los presidentes Gustavo
Noboa, Fidel Castro y Hugo Chávez, quienes encendieron la llama eterna del sitio
ante mil 500 invitados.
EN LAS MONTAÑAS más altas de Cajamarca, las que más demoraron en despertar
y levantarse cuando el mundo nació, hay imágenes de la tierra y signos del cielo.
Son figuras pintadas, hace unos cuantos miles de años, por los artistas sin
nombre. Esos tatuajes de colores en las laderas de piedra han sobrevivido a la
intemperie, a pesar de los golpes de la lluvia y los mordiscones del tiempo.
Las pinturas son y no son, según la hora. Algunas se abren cuando se abre el día,
y al mediodía desaparecen; muchas van cambiando de forma y de color a lo largo
del camino del sol, desde el alba hacia la noche; y otras sólo se dejan ver cuando
el crepúsculo llega. Porque las pinturas han nacido de la mano humana, pero
también son obra de la luz, y están a su mandar. Ella, la luz, la otra artista, reina y
señora, las esconde y las muestra como quiere y cuando quiere.
DOS LOBOS
El nieto preguntó:
El abuelo contestó:
Más de una fe de erratas será necesaria. Por ejemplo, habrá que aclarar que
donde dice:
"Comunidad internacional", debe leerse: "Jefes guerreros y grandes banqueros".
¿Cuántos son los arcángeles de la paz que nos defienden de los demonios de la
guerra? Cinco. Los cinco países que tienen derecho de veto en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. Y esos custodios de la paz son, además, los
principales fabricantes de armas. En buenas manos estamos.
¿Y cuántos son los dueños de la democracia? Los pueblos votan, pero los
banqueros vetan. Una monarquía de triple corona reina sobre el mundo. Cinco
países toman las decisiones en el Fondo Monetario Internacional. En el Banco
Mundial mandan siete. En la Organización Mundial de Comercio todos los países
tienen derecho de voto, pero jamás se vota. Estas organizaciones, que gobiernan
el mundo, merecen nuestra gratitud: ellas ahogan a nuestros países, pero después
nos venden salvavidas de plomo.
¿Qué debe leerse, por ejemplo, donde dice: "libertad de trabajo"? Debe leerse:
derecho de los empresarios a arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas
obreras. Se trabaja el doble a cambio de la mitad: horarios de goma, salarios
enanos, despidos libres, y que Dios se ocupe de los accidentes, las enfermedades
y la vejez. Las principales empresas multinacionales, Wal-Mart y McDonalds,
prohíben expresamente los sindicatos. Quien se afilia a un sindicato pierde su
empleo en el acto.
Para que no se diga que en Porto Alegre nos reunimos los contreras y resentidos
de siempre, aclaremos que en algo estamos de acuerdo con los más altos
dirigentes del mundo: también nosotros somos enemigos del terrorismo. Estamos
contra el terrorismo en todas sus formas. Podríamos proponer a Davos una
plataforma común. Y acciones comunes para capturar a los terroristas, que
empezarían por la pegatina, en todas las paredes del planeta, de carteles que
digan Wanted:
-Se busca a los mercaderes de armas, que necesitan la guerra como los
fabricantes de abrigos necesitan el frío.
-Se busca a la banda internacional que secuestra países y jamás devuelve a sus
cautivos, aunque cobra rescates multimillonarios que el lenguaje del hampa llama
servicios de deuda.
-Se busca a los delincuentes que en escala planetaria roban comida, estrangulan
salarios y asesinan empleos.
-Se busca a los violadores de la tierra, a los envenenadores del agua y a los
ladrones de bosques.
-Y también se busca a los fanáticos de la religión del consumo, que han desatado
la guerra química contra el aire y el clima de este mundo.
El poder identifica valor y precio. Dime cuánto pagan por ti, y te diré cuánto vales.
Pero hay valores que están más allá de cualquier cotización. No hay quien los
compre, porque no están en venta. Están fuera del mercado, y por eso han
sobrevivido.
Porfiadamente vivos, esos valores son la energía que mueve los músculos secretos
de la sociedad civil. Provienen de la memoria más antigua y del más antiguo
sentido común. Este mundo de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda y
cada cual a lo suyo, está enferma de amnesia y ha perdido el sentido comunitario,
que es el papá del sentido común. En épocas remotas, en lo más temprano de los
tiempos, cuando éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre,
cuando no pasábamos de la categoría de almuerzo fácil en la mesa de nuestros
vecinos voraces, fuimos capaces de sobrevivir, contra toda evidencia, porque
supimos defendernos juntos y porque supimos compartir la comida. Hoy día es
más que nunca necesario recordar esas viejas lecciones del sentido común.
Defendernos juntos, pongamos por caso, para que no nos roben el agua. El agua,
cada vez más escasa, ha sido privatizada en muchos países, y está en manos de
las grandes corporaciones multinacionales (dentro de poco, si seguimos así,
también privatizarán el aire: por no pagarlo, no sabemos valorarlo y no merecemos
respirarlo.) Para que el agua siga siendo un derecho, y no un negocio, una
pueblada desprivatizó el agua en la región boliviana de Cochabamba. Las
comunidades campesinas marcharon desde los valles y bloquearon la ciudad. Les
contestaron a balazos. Pero a la larga, después de mucho pelear, recuperaron el
agua, el riego de sus sembradíos, que el gobierno había entregado a una
corporación británica. Esto ocurrió hace un par de años.
Defendernos juntos: hablando del agua, otro ejemplo más reciente. El petróleo
mueve la sociedad de consumo, como se sabe, y, como también se sabe, tiene
malas costumbres. Entre otras manías, se le da por derribar gobiernos, provocar
guerras, intoxicar el aire y pudrir el agua. Hace poco, la marea negra, pegajosa y
mortal, cubrió la mar y las costas de Galicia y más allá. Un barco petrolero se
partió por la mitad y derramó miles y miles de litros de fuel oil, con la
irresponsabilidad y la impunidad que se han vuelto costumbre en estos tiempos en
que el mercado manda y el Estado no controla nada. Y entonces, ante un Estado
ciego y un gobierno sordo, que no hizo más que encogerse de hombros, los
músculos secretos de la sociedad civil desataron su energía: una multitud de
voluntarios enfrentó la invasión enemiga a mano limpia, armada de palos y tachos
y lo que se pudiera encontrar. Los voluntarios no derramaron lágrimas de cocodrilo
ni pronunciaron discursos de teatro.
¿Cuál es la palabra que más se escucha en el mundo, en casi todas las lenguas? La
palabra yo. Yo, yo, yo. Sin embargo, un estudioso de las lenguas indígenas, Carlos
Lenkersdorf, ha revelado que la palabra más usada por las comunidades mayas, la
que está en el centro de sus decires y vivires, es la palabra nosotros. En Chiapas
nosotros se dice tik.
Para eso ha nacido y crecido este Foro Social Mundial, en la ciudad brasilera de
Porto Alegre, modelo universal de la democracia participativa: para decir nosotros.
Tik, tik, tik.