Los Caminos Cruzados de La Libertad. Spinoza, Hegel, Deleuze PDF
Los Caminos Cruzados de La Libertad. Spinoza, Hegel, Deleuze PDF
Los Caminos Cruzados de La Libertad. Spinoza, Hegel, Deleuze PDF
cruzados
de la libertad
SPINOZA, HEGEL, DELEUZE
2
Claudia Aguilar y Verónica Kretschel
Editoras
RAGIF EDICIONES
Caminos cruzados de la libertad : Spinoza, Hegel, Deleuze / Claudia Aguilar...
[et al.] ;
editado por Verónica Kretschel ; Claudia Aguilar. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : RAGIF Ediciones, 2020.
Libro digital, PDF - (Caminos cruzados / 2)
RAGIF EDICIONES
ragif.com.ar/ragif-ediciones/
Claudia Aguilar y Verónica Kretschel
Editoras
2
Claudia Aguilar y Verónica Kretschel
Editoras
RAGIF EDICIONES
Sumario
Prólogo Pág. 8
Abreviaturas Pág. 14
Resúmenes Pág. 18
Artículos Pág. 34
4
SUMARIO
5
CAMINOS CRUZADOS #2
6
SUMARIO
7
Prólogo
8
L
os caminos se cruzaron nuevamente y como resultado más
tangible tenemos el segundo número de una incipiente y po-
siblemente infinita colección de libros de filosofía: Los Cami-
nos cruzados de la libertad: Spinoza, Hegel, Deleuze. En el número
anterior (Caminos cruzados. Spinoza, Fichte y Deleuze) lxs editorxs
se encargaron de precisar en qué sentido la propuesta filosófica
de esta colección consistía en cruzar caminos. Indicaban en esa
oportunidad que, más allá de una primera noción fija y sedentaria
de camino (la del hábito o la rutina), donde incluso con espíritu
aventurero todo parece ya estar dado; se presenta una segunda,
un camino que une dos puntos y en el que algo pasa al recorrerlo,
una transformación en aquel que lo camina: ya nada es igual luego
de atravesar lo que el camino nos ha ofrecido. Con todo, la opción
de cruzar caminos puede ir más allá. Hay un tercer tipo de camino
“que es en sí mismo lo que se trata de recorrer, el objeto de explo-
ración, que se va construyendo independientemente del punto de
partida, del destino y las escalas”. Se trata, entonces, de un camino
que no es un medio, sino un fin en sí mismo. Un camino que se
hace, en la medida en que se lo transita, que no está subordinado
a los puntos fijos de partida y de llegada.
Pero ¿qué implica este modo de concebir el camino en tanto pro-
puesta filosófica? En primer lugar, un carácter activo del quehacer
filosófico que opera una transformación mutua entre lx que estu-
9
CAMINOS CRUZADOS #2
gía del espíritu. Estos años resultan, entonces, clave para entender
el desarrollo de las nociones básicas de los escritos hegelianos
posteriores. Absoluto, razón, verdad, filosofía son conceptos sobre
los que Hegel trabaja allí y que, a diferencia de etapas posteriores
de su pensamiento, no se definen de modo definitivo, sino que se
muestran en proceso de caracterización. En este sentido, este pe-
ríodo puede pensarse como una etapa de experimentación, un la-
boratorio filosófico-conceptual, rico en sus desarrollos, fluido en las
tomas de posición, pero difícil de aprehender. Junto con ello, la res-
tricción a los primeros años de Jena nos permite trabajar con una
obra que se pone en relación con diversos autores de la historia de
la filosofía, con lo cual el cruce de caminos parece ser explícito. En
efecto, la posibilidad de cruzar los caminos de este Hegel y Spinoza
se basan en el rol central que el primero le atribuye en la historia
de la filosofía. Por su parte, la relación con Deleuze está fundada,
además de en cierta posible simpatía con el modo de trabajo ex-
perimental, en el hecho de que incluso en un marco de señalado
antihegelianismo atribuido a Diferencia y repetición, se encuentra en
esta obra una única referencia elogiosa que es, justamente, sobre
este período.
Ahora bien, estas dos características que definen estos Caminos
cruzados de la libertad (la elección de un período específico de
un autor y la redirección del trabajo al eje más potente del ante-
rior libro) son la evidencia más concreta de la metodología que
buscamos desarrollar. Hay algo de ese laboratorio conceptual de
los primeros años de Jena que muestra un modo de hacer filo-
sofía que nosotrxs mismxs quisiéramos poner en práctica aquí y
ahora. Algo que excede a la filosofía de Hegel o a la filosofía de
cualquier autorx en particular y nos muestra la fecundidad de la
experimentación, de pensar con otrxs, de explorar sin reparos to-
das las relaciones posibles entre los conceptos, de dar a conocer
pensamientos aunque no esté garantizada su consistencia. La
exploración sobre nosotrxs mismxs en tanto colectivo, garanti-
zada por la decisión de publicar esta serie de libros, nos permite
12
PRÓLOGO
13
Abreviaturas
14
Obras de Spinoza
Las obras de Spinoza se citan según la paginación de la edición canónica:
15
CAMINOS CRUZADOS #2
Obras de Hegel
GW = Hegel, G. W. F. Gesammelte Werke, in Verbindung mit der
Hegel-Kommission der Rheinisch-Westfälischen Akademie der Wis-
senschaften und dem Hegel-Archiv der Ruhr-Universität Bochum
(Düsseldorf), Hamburg, Meiner, 1968.
Se citan las diferentes obras de Hegel mediante las siguientes siglas,
todas pertenecientes a GW, IV:
Diff = Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y Schelling
GuW = Fe y Saber
VSP = Relación del escepticismo con la filosofía
WBN = Sobre las maneras de tratar científicamente el derecho natural
16
ABREVIATURAS
Obras de Deleuze
AO = L’Anti-Oedipe, Paris, Minuit, 1972 (en colaboración con F.
Guattari).
C1 = Cine I, Bergson y las imágenes, trad. por Pablo Ires, Buenos
Aires, Cactus, 2009.
CC = Critique et clinique, Paris, Minuit, 1993.
DR = Différence et répétition, Paris, PUF, 1968.
DRF = Deux régimes de fous et autres textes, Paris, Minuit, 2003.
ES = Empirisme et subjectivité, Paris, PUF, 1953.
F = Foucault, Paris, Minuit, 1986.
ID = L’ïle déserte et autres textes, Paris, Minuit, 2002.
IM = L’image-mouvement. Cinéma 1, París, Les éditions de mi-
nuit, 1983.
IT = L’image-temps. Cinéma 2, París, Les éditions de minuit, 1985.
LS = Logique de sens, Paris, Minuit, 1969.
MP = Mille Plateaux, Paris, Minuit, 1980 (en colaboración con F.
Guattari).
P = Pourparlers, Paris, Minuit, 1991.
Pli = Le pli, Leibniz et le baroque, Paris, Minuit, 1988.
PCK = La philosophie critique de Kant, París, PUF, 1963.
SCF = La subjetivación Curso sobre Foucault. Tomo III, trad. por P.
Ires y S. Puente, Buenos Aires, Cactus, 2015.
SPE = Spinoza et le problème de l’expression, Paris, Minuit, 1968.
SPP = Spinoza, philosophie pratique, Paris, Minuit, 1981.
QQP = Qu’est-ce que la philosophie?, Paris, Minuit, 1990 (en colabo-
ración con F. Guattari).
17
Resúmenes
18
¿Por qué decimos “autonomía” cuando queremos decir
“libertad”? Una reflexión latinoamericana desde la
individualidad relacional spinoziana
Claudia Aguilar
En este capítulo se analiza la reciente recepción de la filosofía spinozia-
na en los debates contemporáneos en torno a la autonomía relacional.
Sin pretender explicar en profundidad las principales hipótesis de lec-
tura de los artículos en cuestión, se indaga las nociones de libertad,
voluntad, individuo y libre albedrío en la Ética, junto con la noción de
autonomía en las lecturas mencionadas. De este modo, el capítulo tie-
ne como objetivo contrastar la recepción de la filosofía spinoziana en
debates europeos sobre la autonomía relacional con la permanencia de
la noción de libertad en las discusiones latinoamericanas en torno a la
filosofía de Spinoza
palabras clave: Spinoza – Autonomía relacional – Libertad re-
lacional – Concordancia
20
RESÚMENES
21
CAMINOS CRUZADOS #2
22
RESÚMENES
24
RESÚMENES
25
CAMINOS CRUZADOS #2
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RESÚMENES
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RESÚMENES
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RESÚMENES
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CAMINOS CRUZADOS #2
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RESÚMENES
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CAMINOS CRUZADOS #2
Artículos
34
CAPITULO
35
CAMINOS CRUZADOS #2
Libertad y necesidad
36
CAPITULO
J ES
SA OS
PA ZAD
U
CR
SPINOZA
HEGEL
38
CAPITULO
39
CAMINOS CRUZADOS #2
DELEUZE
40
¿Por qué decimos
“autonomía” cuando
queremos decir “libertad”?
Una reflexión latinoamericana
desde la individualidad relacional
spinoziana.
Claudia Aguilar (uba-conicet)
En las escuelas nos enseñan la duda y el arte del olvido
ante todo el olvido de lo personal y local […].
Del pasado nos quedan algunos nombres,
que el lenguaje tiende a olvidar.
Borges, Utopía de un hombre que está cansado.
1
Armstrong, A.; Green, K. y Sangiacomo, A. (eds); Spinoza and Relational Autonomy. Being
With Others, Edinburgo, Edinburgh University Press, 2019.
2
Véase Tucker, E., “Power, Freedom and Relational Autonomy” en Armstrong, A.; Green, K. y
Sangiacomo, A. (eds); op. cit.
41
CAMINOS CRUZADOS #2
3
Cf. Armstrong, A.; Green, K. y Sangiacomo, A. (eds); op. cit., p. 2.
4
Cf. ibid., p. 194.
5
Cf. ibid., p.116.
6
Armstrong, A., “Autonomy and the Relational Individual: Spinoza and Feminism” en Gatens,
M., Feminist Interpretations of Benedict Spinoza, Pennsylvania, Penn. State Uni. Press,
2009, p. 44.
42
CLAUDIA AGUILAR LIBERTAD Y NECESIDAD
7
Cf. ibid., p. 53.
8
Cf. ibid., p. 47.
9
Cf. ibid., p. 52.
10
Cf. ibid., p. 56.
11
Cf. ibid., p. 60.
12
Asimismo, la autora sostiene que en la conexión entre nuestra vulnerabilidad para
ser afectadxs y nuestra capacidad de agencia podemos ver el potencial para un
diálogo productivo entre la individualidad spinoziana y los esfuerzos feministas
para revisar críticamente la interpretación tradicional conflictiva de lo social y la
autonomía propia. Sin embargo, a mi juicio, es difícil encontrar en Spinoza una
reivindicación de la vulnerabilidad en sí. Si bien hay una referencia a lo que se podría
llamar una vulnerabilidad ontológica en el axioma de E IV, según el cual dada una
cosa singular siempre hay otra más potente o más fuerte que puede destruirla; la
vulnerabilidad es un padecimiento que genera, en cuanto tal y al menos en principio,
pasiones tristes. Cf. ibid., pp. 54-55.
43
CAMINOS CRUZADOS #2
13
Sangiacomo, A., “Spinoza and Relational Autonomy: an outline” en Eckert, M. y Cunico, G.,
(eds.), Orientierungskrise. Herausforderung des Individuums in der heutigen Gesellschaft,
Regensburg, Roderer, 2015, pp. 19-27.
14
Cf. ibid., p. 19.
15
Cf. ibid., p. 21.
16
Cf. ibid., p. 19.
17
Cf. ibid., p. 21.
18
Cf. ibídem.
19
Cf. ibid., pp. 24, 26.
20
Sangiacomo, A., “A Spinozistic Approach to Relational Autonomy: The Case of Prostitution”
en Armstrong, A.; Green, K. y Sangiacomo, A. (eds); op. cit.
21
Cf. ibid., pp. 194-195.
22
Cf. ibid., pp. 200-205.
44
CLAUDIA AGUILAR LIBERTAD Y NECESIDAD
23
Cf. Green, K., “Spinoza on Affirmation, Anima and Autonomy:«Shattered Spirits»” en
Armstrong, A.; Green, K. y Sangiacomo, A. (eds); op. cit., p. 64.
24
Ibídem.
25
Cf. ibid., pp. 169, 172, 173, 177.
26
Cf. Armstrong, A.; Green, K. y Sangiacomo, A. (eds); op. cit., p. 120.
27
Cf. ibid., p. 125.
45
CAMINOS CRUZADOS #2
28
Véase Mackenzie, C. y Stoljar, N. (eds.), Relational Autonomy. Feminist Perspectives on
Autonomy, Agency and the Social Self, Oxford, OUP, 2000.
29
E II, 48. Usaremos la siguiente traducción castellana: Spinoza, B., Ética demostrada según
el orden geométrico, trad. por V. Peña, Madrid, Editora Nacional, 1980. Asimismo véase: E I,
32 y E I, ap.
30
E I, def. 7.
31
Cf . Bayle, P., “Dictionnaire historique et critique, Article Spinoza”, en Écrits sur Spinoza,
Paris, Berg International, 1983, p. 5.
46
CLAUDIA AGUILAR LIBERTAD Y NECESIDAD
acciones, pues todo eso que dicen de que las acciones humanas
dependen de la voluntad son palabras, sin idea alguna que les
corresponda.32
32
E II, 35, esc.
33
“Un lector de la Ética —escribe Balibar— puede que plantee fuertes objeciones a este
argumento. Por ejemplo podría decir lo siguiente: sabemos que Spinoza contrapone «causa
inadecuada» a «causa adecuada» o, más precisamente, «ser inadecuadamente causa» (lo
que significa que somos fundamentalmente pasivos, determinados por causas externas) a
«ser adecuadamente causa» de algo (lo que significa que somos fundamentalmente activos,
o que el efecto que se produce puede ser explicado «por nuestra propia naturaleza»).
Lo usual es entender que Spinoza está contrastando situaciones en las que somos
dependientes de otra gente y situaciones en las que somos independientes, actuando solos.
Pero el argumento que he esbozado apunta hacia una interpretación bastante diferente
(menos «individualista»): ser activo o ser una causa adecuada es también establecer una
relación con otros, aunque no de dependencia (ni siquiera de dependencia «mutua») sino
de convenientia o sinergia” (Balibar, E., Spinoza: de la individualidad a la transindividualidad,
trad. por A. Torres, Córdoba, Brujas, 2009, p. 45).
34
“Sus proposiciones supuestamente «deterministas» (de hecho causales) expresan la
conexión universal de las individualidades. ¿Deberíamos considerar esto como totalmente
incompatible con la libertad y por eso como una tesis «anti-humanista»? Spinoza mismo
respondería que sólo es incompatible con una representación imaginaria de la libertad, no
con las condiciones de una liberación real.” (Ibid., p. 65).
47
CAMINOS CRUZADOS #2
35
“En los textos de Spinoza encontramos diferentes maneras de abordar y presentar
la noción de individuo. Por eso, nuestra reconstrucción de la definición spinoziana de
individuo se dividirá en tres partes. En primer lugar, tomaremos la definición de individuo
como una relación de movimiento y reposo. En segundo lugar, nos ocuparemos del conatus
del individuo, en tanto que esfuerzo por perseverar en el ser. Por último, tomaremos al
individuo como una cosa singular. Consideramos que estos diferentes abordajes para la
noción de individuo son aspectos complementarios y simultáneos a dicha noción.” (Aguilar,
C., Mujeres: resignificación, estrategia y alianzas. Una propuesta desde la teoría de la
individualidad spinoziana, Buenos Aires, RAGIF Ediciones, 2019, pp. 82-83.)
36
Cf. E I, 32.
37
Cf. E I, 32, dem.
38
E I, 28.
48
CLAUDIA AGUILAR LIBERTAD Y NECESIDAD
49
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
50
¿“Un mismo tra-la-la”?
Escisión y distancia,
entre el joven Hegel y Deleuze
Gonzalo Santaya (uba-conicet)
1
DR 113-114. La paginación corresponde a la edición francesa (ver abajo, bibliografía); en
todos los casos la traducción es propia.
52
GONZALO SANTAYA LIBERTAD Y NECESIDAD
2
DR 388-389.
3
Cf. Badiou, A., El clamor del ser, trad. por Dardo Scavino, Buenos Aires, Manantial, 1997.
53
CAMINOS CRUZADOS #2
El «tra-la-la» hegeliano
Cabe destacar que muchos pasajes del joven Hegel se revelan en una
profunda afinidad con los temas deleuzianos que venimos de relevar.
En particular, la cuestión de la escisión de la vida en una figura finita
y una infinita es un problema fundamental para este Hegel que da
sus primeros pero decididos pasos en el terreno filosófico, y que nos
permitirá precisar el tra-la-la que estamos buscando; en el Fragmento
de sistema de 1800, escribe:
El concepto de la individualidad comprende en sí tanto la oposi-
ción contra una multiplicidad infinita, como la unión con la misma.
Un hombre es una vida individual en cuanto es algo distinto de
todos los elementos y de la infinidad de las vidas individuales que
hay fuera de él; es una vida individual sólo en la medida en la que
es uno con todos los elementos y con toda la infinitud de las vidas
individuales fuera de él, y es sólo en la medida en que la totalidad
de la vida está dividida, siendo él una parte y todo el resto la otra
4
DR 351.
54
GONZALO SANTAYA LIBERTAD Y NECESIDAD
5
Hegel, G. W. F., “Über Religion. Zwei Fragmente” (Text 63: absolute Entgegensetzung…),
en Frühe Schriften II, Hamburgo, Felix Meiner Verlag, 2014, pp. 341-2 (tomamos la versión
española de: “Fragmento de Sistema”, en Hegel, G. W. F., Escritos de Juventud, trad. José
María Ripalda, Madrid, FCE, 2003, pp. 399-400). Todavía en la Fenomenología del Espíritu
Hegel describe a la vida en términos semejantes: “Pues, dado que la esencia de la figura
individual, la vida universal y lo que es para-sí son, en sí, substancia simple, al poner lo otro
dentro de sí cancela esta simplicidad suya, o su esencia, esto es, la escinden en dos, y
este escindir la fluidez sin diferencias es, justamente, poner la individualidad. La substancia
simple de la vida, entonces, es la escisión de ella misma en figuras y, a la vez, disolución
de estas diferencias subsistentes; y la disolución de la escisión es, en la misma medida,
un escindir, o un articular en miembros diversos” (Hegel, G. W. F., Phänomenologie des
Geistes, Hamburgo, Felix Meiner Verlag, 1988, p. 107; tomamos la versión española de:
Fenomenología del Espíritu, trad. Antonio Gómez Ramos, Madrid, Universidad Autónoma
de Madrid, 2010 p. 251). Agradezco a Sandra Palermo por señalarme estas referencias y
resonancias.
6
Diff 14. Cito esta obra siguiendo la traducción española de Joaquín Chamorro Mielke, en
Hegel, G. W. F., Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y de Schelling, Madrid,
Gredos, 2010, p. 15.
55
CAMINOS CRUZADOS #2
7
Diff 18. Trad. cast.: 19.
8
Diff 18. Trad. cast.: 19.
9
Diff 17. Trad. cast.: 19.
10
“[El entendimiento] ha de indicar adecuadamente los opuestos de lo puesto por él, su límite,
su fundamento y su condición; la razón, empero, unifica estos contradictorios, pone ambos
a la vez y los supera” (Diff 23-24. Trad. cast.: 25).
11
Diff 9. Trad. cast.: 9.
56
GONZALO SANTAYA LIBERTAD Y NECESIDAD
12
Diff 12. Trad. cast.: 12.
13
Diff 14. Trad. cast.: 15.
14
Cf. el inicio de la Lógica del sentido y particularmente la serie sobre las paradojas y el puro
devenir (LS 9-11, 98).
15
DR 80 y ss.
16
DR 191.
57
CAMINOS CRUZADOS #2
17
Ateniéndonos a las críticas explícitas presentes en Diferencia y repetición, podríamos
pensar que aquello que Deleuze sostendría como su contrapunto con Hegel es la idea
de que la necesidad de la filosofía supone una oposición máxima, que la escisión sólo
llega a ser genética cuando se da bajo la forma de un máximo de oposición (cf. DR 64 y
70-71). Este motivo puede incluso vislumbrarse en algunos pasajes del joven Hegel: “sólo
mediante la restauración a partir de la máxima separación es posible la totalidad en la
vitalidad suprema” (Diff 13-14; trad. Cast., 14). Cargar las tintas sobre estos pasajes es sin
embargo profundizar en el ejercicio que presenta una visión simplificada, más válida a la
hora de construir un adversario contra el cual pensar, que a la hora de cruzar los caminos
de la filosofía. Para una reconstrucción de contexto y desarrollo de los lugares comunes de
las críticas de Deleuze a Hegel puede verse el libro de Sommers-Hall, H., Hegel, Deleuze
and the Critique of Representation. Dialectics of Negation and Difference, Nueva York, State
University of New York Press, 2012.
18
Al respecto de esta tesis, cf. Smith, D., “Deleuze, Hegel y la tradición poskantiana”, trad. G.
Santaya, en Ideas. Revista de filosofía moderna y contemporánea, n°10, noviembre 2019, pp.
40-65.
58
GONZALO SANTAYA LIBERTAD Y NECESIDAD
LS 176.
20
61
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
Badiou, A., El clamor del ser, trad. por D. Scavino, Buenos Aires,
Manantial, 1997.
Deleuze, G., Différence et répétition, París, PUF, 1968.
---, Logique du sense, París, Minuit, 1969.
Hegel, G. W. F.,, Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y de
Schelling, trad. por J. Chamorro Mielke, Madrid, Gredos, 2010.
---, Fenomenología del Espíritu, trad. por A. Gómez Ramos, Madrid,
Universidad Autónoma de Madrid, 2010.
---, “Fragmento de Sistema”, en Hegel, G. W. F., Escritos de Juventud,
trad. por J. M. Ripalda, Madrid, FCE, 2003.
Santaya, G., Interferencias matemáticas en la obra de Gilles Deleuze:
ontología práctica desarrollada more topológico, Tesis doctoral
defendida el 28/10/2019 en la Facultad de Filosofía y Letras
de la UBA,
Smith, D., “Deleuze, Hegel y la tradición poskantiana”, trad. por G. San-
taya, en Ideas. Revista de filosofía moderna y contemporánea,
n°10, noviembre 2019, pp. 40-65.
Sommers-Hall, H., Hegel, Deleuze and the Critique of Representation.
Dialectics of Negation and Difference, Nueva York, State Univer-
sity of New York Press, 2012.
62
Dualismo en Spinoza, ¿una
cuestión de perspectiva?
Antonieta García Ruzo (uba-conicet)
Pensamientos Metafísicos
En Pensamientos Metafísicos,2 apéndice que acompaña a los Princi-
pios de Filosofía, única obra que publicó a lo largo de toda su vida
bajo su nombre, Spinoza ya se muestra bastante claro respecto del
problema dualista. Allí dice acerca de lo contingente y lo necesario lo
que repetirá a lo largo de toda su obra:
1
Se estima que los Principios Metafísicos ya estaban escritos para 1660.
2
Sostenemos que, a pesar de ser una obra pensada para la exposición de un sistema que
no le es propio, Spinoza desarrolla una posición filosófica personal. Sibilia, G. dice en
relación a esto: “En este sentido, los escritos que reúne la publicación de 1663 no son el
ejemplo de una simple obra pedagógica: expresan al contrario una posición filosófica y una
orientación personal, aunque en formación y escondida en los pliegues de una escritura
aparentemente neutral” (“Quaestio de Infinito: El problema de la temporalidad en la Carta
12 de Spinoza” en Cadernos Spinozanos n°39, 2018, p. 15-44.)
64
ANTONIETA GARCÍA RUZO LIBERTAD Y NECESIDAD
3
CM 242. (Cito esta obra según la siguiente traducción al castellano: Spinoza, B., Tratado de
la reforma del entendimiento/Principios de filosofía de Descartes, Pensamientos metafísicos,
trad. Atilano Domínguez, Madrid, Alianza, 1988, p. 240).
4
CM 243. Trad. cast.: 241.
65
CAMINOS CRUZADOS #2
5
CM 244. Trad. cast.: 241.
6
CM 244. Trad. cast.: 241.
7
CM 244. Trad. cast.: 241.
8
CM 245. Trad. cast.: 243.
66
ANTONIETA GARCÍA RUZO LIBERTAD Y NECESIDAD
tingue en modo alguno del ser ni le añade nada, sino que sólo es un
modo de pensar, con el que separamos una cosa de las demás, que
son semejantes a ella o que concuerdan de alguna forma con ella”.9
Y sigue:
a la unidad se opone la multitud, la cual tampoco añade nada a las
cosas, ni es más que un modo de pensar […] Dios, en cuanto lo
separamos de los demás seres se puede denominar uno; pero en
cuanto que no puede haber varios de la misma naturaleza, se pue-
de llamar único. No obstante, si quisiéramos examinar la cuestión
con más rigor, quizás pudiéramos demostrar que sólo impropia-
mente decimos que Dios es uno y único. Pero este asunto no tiene
mayor importancia o, mejor dicho, no tiene ninguna para quienes
se interesan por las cosas y no por los nombres.10
9
CM 245. Trad. cast.: 243.
CM 246. Trad. cast.: 244.
10
67
CAMINOS CRUZADOS #2
tanto ofuscado por los problemas que ya le estaba dando el tema del
Infinito. La solución al problema no tarda en llegar, ya en las primeras
líneas de la carta nuestro filósofo brinda a esta cuestión una respuesta
de tipo gnoseológico. Allí explicita que el problema del infinito se ha
vuelto tan difícil e inextricable porque sus lectores no lograron distin-
guir entre “lo que podemos solamente entender pero no imaginar, y lo
que también podemos imaginar”.11 Parece que si no tenemos en cuen-
ta el aspecto del conocimiento humano, el análisis del problema del
infinito se vuelve oscuro y hasta ininteligible. A continuación lo explicita
Spinoza diciendo que “si hubiesen tenido en cuenta esto […] nunca se
hubieran visto agobiados por una multitud tan enorme de dificultades.
Pues entonces, hubiesen comprendido claramente cuál infinito no se
puede dividir en partes ni puede tenerlas y, por el contrario, cuál puede
tenerlas, sin contradicción”.12 Es decir, qué infinito podemos sólo enten-
der, y qué infinito es susceptible, también, de ser imaginado. O, dicho en
otras palabras, cómo entendemos lo infinito como uno y múltiple, pero
lo imaginamos como dividido, fragmentado, en partes.
Lo que acá se sostiene está en absoluta continuidad con lo que
Spinoza afirma en PM: pensar lo infinito como uno o como múltiple
es tarea del conocimiento del hombre. De lo que hay que cuidarse,
para no caer en un océano de oscuridades y confusiones, es de no
confundir —tal como hacen los “metafísicos”— estos “entes de razón
con el ser real”.
En esta misma Epístola nuestro filósofo explica de dónde nacen
los conceptos de eternidad y duración, estableciendo que “nosotros
concebimos la existencia de la sustancia como absolutamente dife-
rente de la existencia de los modos”13 y que de allí nace la diferencia.
Pues, por medio de la duración sólo podemos explicar la existencia de
los modos, pero la sustancia sólo podemos explicarla por medio de la
11
Ep. 53. (Cito esta obra según la siguiente traducción al castellano: Spinoza, B., Epistolario,
trad. por O. Cohan, Buenos Aires, Colihue, p. 54).
12
Ep. 53. Trad. cast.: 54.
13
Ep. 54. Trad. cast.: 55.
68
ANTONIETA GARCÍA RUZO LIBERTAD Y NECESIDAD
Ética
Sólo en la primera parte de su Ética, Spinoza utiliza el término “conce-
bir” unas 70 veces. Si a eso le sumamos el empleo de otros términos
afines como “percibir”, “conocer”, “entender”, “distinguir”, “considerar” y
“juzgar”, el número asciende a más de 130. La cifra se vuelve llamativa
si tenemos en cuenta que es en E I donde se presenta el núcleo on-
tológico del sistema. Allí nuestro filósofo detalla de modo geométrico
y minucioso de qué manera lo que es, es.
En las proposiciones 29 y 33 de E I, Spinoza se refiere a lo con-
tingente y lo necesario de un modo absolutamente coherente con lo
ya expuesto. En la primera, establece que “en la Naturaleza no hay
nada contingente, sino que, en virtud de la necesidad de la naturaleza
divina, todo está determinado a existir y obrar de cierta manera”. El ser
no es posible o azaroso, sino necesario. Ahora bien, esto parece sólo
volverse evidente cuando “la naturaleza divina es considerada en tér-
minos absolutos, o cuando se la considera como determinada a obrar
de cierta manera”14 dice Spinoza en la demostración a esta proposi-
ción. La prop. 33 es mucho más terminante en relación a esto, allí dice:
[…] una cosa se llama contingente sólo con respecto a una de-
ficiencia de nuestro conocimiento. En efecto, una cosa de cuya
esencia ignoramos si implica contradicción, o de la que sabemos
bien que no implica contradicción alguna, pero sin poder afirmar
nada cierto de su existencia, porque se nos oculta el orden de
las causas; tal cosa —digo— nunca puede aparecérsenos como
necesaria, ni como imposible, y por eso la llamamos contingente
o posible.15
E I, 29, dem.
14
E I, 33, esc. 1.
15
69
CAMINOS CRUZADOS #2
70
ANTONIETA GARCÍA RUZO LIBERTAD Y NECESIDAD
Comentario nuestro.
18
E I, 15, esc.
19
71
CAMINOS CRUZADOS #2
que lo real parece ser siempre la misma cosa, mientras nuestros modos
de comprenderlo van cambiando. Esto evita desde el vamos la afirma-
ción, sí platónica, del tipo: las cosas sensibles sólo nos brindan opinión,
las ideas verdadero conocimiento (lo que equivaldría en Spinoza a decir
que los modos son un defecto de mi imaginación, y el entendimiento
me muestra que la Sustancia es lo único real). Es concluyente, en rela-
ción a esto, lo que nuestro filósofo dice en la Ep. XII acerca de nociones
de la imaginación como “la medida, el tiempo y el número”:
Pues como son muchas las cosas que de ninguna manera pode-
mos aprehender con la imaginación, sino sólo con el entendimiento,
como la sustancia, la eternidad, y otras; si alguien intentara explicar
esas cosas con nociones de esa índole (la medida, el tiempo, el nú-
mero), que son meros auxiliares de la imaginación, no haría otra cosa
que esforzarse en delirar con su imaginación. Y tampoco podrán
comprender jamás rectamente los modos mismos de la sustancia,
mientras se confundan con tales entes de la razón o auxiliares de la
imaginación. Pues cuando hacemos eso los separamos de la sus-
tancia y del modo por medio del cual fluyen de la eternidad; sin los
cuales, sin embargo, no pueden ser entendidos rectamente.20
20
Ep. 57. Trad. cast.: 57.
21
Ver Ep. XII y E I, 15, Esc.
22
E I, 4, dem.
72
ANTONIETA GARCÍA RUZO LIBERTAD Y NECESIDAD
Bibliografía
73
Algo que pasa, siempre,
en un cruce de caminos
Virginia Exposito (uba)
1 IT 230-231. Trad. cast.: 236. Cito esta obra según la traducción de Irene Agoff, Buenos
Aires, Paidós, 2007. “Ahora bien, cuando el problema recae sobre determinaciones
existenciales y no sobre cosas matemáticas, es evidente que la elección se identifica cada
vez más con el pensamiento viviente, con una insondable decisión. La elección ya no recae
sobre tal o cual término sino sobre el modo de existencia de aquel que elige. Este era ya
el sentido de la apuesta de Pascal: el problema no era elegir entre la existencia o la no
existencia de Dios, sino entre el modo de existencia de aquel que cree en Dios y el modo
de existencia de aquel que no cree en él. Pero había en juego un número mayor de modos
de existencia: estaba el que consideraba la existencia de Dios como un teorema (el devoto),
estaba el que no sabía o no podía elegir (el indeciso, el escéptico)... En suma. la elección
abarcaba un dominio tan grande como el pensamiento, ya que iba de la no elección a la
elección, y ella misma estaba entre elegir y no elegir.”
74
LIBERTAD Y NECESIDAD
tado el derrumbe, ¿cómo podía desde “otra yo” decidir escribir? Atra-
vesada por lo que fuerza a pensar y habiendo perdido las referencias
que me parecían suficientes para esta ponencia, di lugar, solo di lugar
a esa otra yo con la incertidumbre por lo que podía acontecer y con la
única creencia para compartir de que no se nace libre, sino que se tra-
ta de transitar el camino para serlo y seguirlo siempre. Pero, ¿cómo?
Rastreé mi inquietud, llena de pliegues y “quereres oscuros”,2 en
los textos que menciono en este trabajo. Derrumbe, tras derrumbe, la
Vigésimasegunda serie del acontecimiento3 nos advierte que la grie-
ta no es ni interior ni exterior exclusivamente. Por un lado, efecto de
superficie y, simultáneamente, efectuada en la carne, con lo cual me
seguí como pude.
Adentrarse en los quereres oscuros, en la inquietud, es intentar
comenzar por las pequeñas inclinaciones inconscientes. Es decir, esos
micro-empujes que nos pliegan en múltiples sentidos y a cada ins-
tante. Me pregunto cómo acompañarnos en ese movimiento y si hay
algún tipo de decisión subjetiva, como venimos problematizando; o tal
vez la subjetividad se constituya en ese movimiento imperceptible, en
la insistencia de las micropercepciones que no dejan de presionar y
que en su persistencia tuercen los pliegues, como un “soplo de aire
puro”.4 Nuestro intento por transitar este sendero que se bifurca nos
patentiza que no podemos decirnos “libres” desde un arbitrio propio.
Pensamos que poseemos el libre arbitrio porque ignoramos la pasi-
vidad que nos constituye, las causas que nos determinan. Por ello,
estando advertidxs de estas limitaciones proponemos acompañarnos
en un movimiento de transición hacia la libertad. Pero, ¿cómo hacerlo?
¿Podemos dar lugar, en soledad, a ese movimiento que viene de un
2
Michaux, H., “Les 22 plis de la vie humaine”, Allieurs, Gallimard, pág. 172 (trad. cast.:
En otros lugares, Madrid, Alianza Editorial, 1983) en El Pliegue, p. 121, nota 20. Cito esta
obra según la traducción de J. Vázquez y U. Larraceleta, Buenos Aires, Paidós, 2005.
3
LS 181. Trad. cast.: 163. Cito esta obra según la traducción de Miguel Morey, Buenos Aires,
Paidós, 2008. En adelante seguiremos esta traducción.
4
D 18. Trad. cast.: 16. Cito esta obra según la traducción de J. Vázquez Pérez, Valencia,
Pre-Textos, 2ª edic. 1997. En adelante seguiremos esta traducción.
75
CAMINOS CRUZADOS #2
Ferreyra, J., Discusión - Chantal Jaquet, “Penser la mobilité sociale avec Spinoza”, en
5
6
Ferreyra, J., op. cit. “Y pensaba en algunos de nosotros que queremos persistir, y queremos
seguir siendo lo que fuimos, en la certeza que ese modo de vida era mejor, y aumentaba
nuestra capacidad de actuar.”
7
Ibídem.
8
PP 127. Trad. cast.: 130. Cito esta obra según la traducción de J. L. Pardo, Pre-textos,
Valencia, 1996, En adelante seguiremos esta traducción.
77
CAMINOS CRUZADOS #2
9
Cf. PP 127. Trad. cast.: 130.
10
VS 190 en F 99. Trad. cast.: 123. Cito esta obra según la traducción de J. Vázquez Pérez,
Barcelona-Buenos Aires-México, Paidós, 1987. En adelante seguiremos esta traducción.
11
Foucault, M., Historia de la sexualidad: Vol. 1: La voluntad de saber, trad. por U. Guiñazú,
Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 1991, p. 116.
12
F 101. Trad. cast.: 125.
78
VIRGINIA EXPOSITO LIBERTAD Y NECESIDAD
13
CF III 134. Cito esta obra según la traducción y notas, Pablo Ires y Sebastián Puente,
Buenos Aires, Cactus, 2015. En adelante seguiremos esta traducción.
14
CF III 138.
15
CF III 136.
16
CF III 138.
17
F 101-102. Trad. cast.: 125-126.
79
CAMINOS CRUZADOS #2
18
CF III 139.
19
CF III 142. Un excelente ejemplo para entender la materia de la subjetivación es: “[…] la
subjetivación de las mujeres, la constitución de un sí mismo colectivo e individual, en las
mujeres.” CF III 142.
20
Spinoza habla de hombres, en nuestras traducciones. Nosotrxs preferimos “seres humanxs”.
21
Queremos dejar explicitado, aunque suene redundante en estos Caminos Cruzados, que
lxs seres humanxs, como todo lo que existe, son modos finitos de la sustancia infinita.
leemos en E., I , P 28 que, “Ninguna cosa singular, o sea ninguna cosa que es finita y tiene
una existencia limitada, puede existir ni ser determinada a obrar si no es determinada a
existir y obrar por otra causa que también es finita y tiene una existencia limitada; y a su
vez, esta causa tampoco puede existir ni ser determinada a obrar, si no es determinada a
existir y obrar por otra que también es finita y tiene una existencia limitada, y así hasta el
infinito.” Tenemos, por un lado, la dependencia de todxs los modos finitos de Dios en tanto
80
VIRGINIA EXPOSITO LIBERTAD Y NECESIDAD
23
E IV, 37, esc. 2
24
Hobbes, T., Leviatán, trad. por. A. Escohotado, Buenos Aires, Losada, 2003, p. 127.
25
Cf. E IV, Prefacio
82
VIRGINIA EXPOSITO LIBERTAD Y NECESIDAD
26
TTP 241. Trad. cast.: 411. Cito esta obra según la traducción de Atilano Domínguez,
Barcelona, Atalaya, 1997. En adelante utilizaremos esta traducción.
27
E IV, 37
28
TTP 191. Trad. cast.: 334-335.
29
Cf. E IV, 37, esc.1.
83
CAMINOS CRUZADOS #2
Dice Diego Tatián, en relación a este tema, que en Spinoza “[…] hay una
forma de existencia […] ética y políticamente más elevada, a saber la amis-
tad —Pienso que entre amigos, todas las cosas, sobre todo las espirituales,
deben ser comunes” (Carta 2 a Oldenburg)”.30 La amistad constituye el
punto de mayor intensidad en que se plasma el deseo de comunidad. En-
tonces, siguiendo este razonamiento, y cruzándolo con los escolios citados
en nota al pié, diremos que: “además, al deseo por el que el hombre que
vive según la guía de la razón se siente obligado a los demás hombres por
amistad, lo llamo honestidad […] y deshonesto por el contrario, lo que se
opone a conciliar la amistad”.31 Resulta interesante para estos días pensar
la honestidad en estos términos, en los que el requerimiento ético para ser
honesto queda ligado, exclusivamente en el sentido común, a la propiedad
y el robo.32 Hay muchas más cosas que decir sobre estos apartados, pero
quisiéramos pasar al Tratado breve para intentar seguir pensando la unión
de les seres humanes libres, retengamos para el final de esta exposición
los conceptos de amistad y ayuda mutua.
Dice Spinoza en el Tratado breve, capítulo 26 del libro II bajo el
título La verdadera libertad que:
Todos los efectos que producimos fuera de nosotros, son tanto
más perfectos cuanta más posibilidad tienen de poder unirse a
nosotros para formar una misma naturaleza. Ya que de ese modo,
se aproximan al máximo a los efectos inmanentes. Por ejemplo, si
yo enseño a mi prójimo a amar los placeres, los honores, la avari-
cia, tanto si yo los amo como si no los amo, sea como sea, yo estoy
batido y apaleado; esto es claro. Pero no, si el único fin que yo
intento conseguir, es poder gustar de la unión con Dios y formar
en mí ideas verdaderas y dar a conocer estas cosas también a mi
30
Tatián, D., Comunidad. en Grupo Martes., julio 2019
http://grupomartesweb.com.ar/textos/textos-prestados/tatian-diego-comunidad
31
Cf. E IV, P 37, esc. 2.
32
Además, retomando el artículo citado de Diego Tatián, la honestidad en una sociedad libre
consiste en: “«…ser solidario con todos los indigentes (unicuique indigenti auxilium ferre)
es algo que supera con mucho las posibilidades y el interés de un particular… Por otra
parte, un solo hombre no tiene bastante capacidad para hacerse amigo de todos; por ello,
el cuidado de los pobres compete a la sociedad entera y atañe al interés común» (E, IV, Ap.
cap. 17)”.
84
VIRGINIA EXPOSITO LIBERTAD Y NECESIDAD
33
KV 111-112. Trad. cast.: 166-167. Cito esta obra según la traducción de Atilano Domínguez,
Madrid, Alianza, 1990. En adelante utilizaremos esta traducción.
34
TP 281. Trad. cast.: 92. Cito esta obra según la traducción de Atilano Domínguez, Madrid,
Alianza, 1986. En adelante utilizaremos esta traducción.
35
TP 281. Trad. cast.: 93.
36
TP 280. Trad. cast.: 91. “Llamo por eso libre al hombre que vive guiado por la razón, porque
dentro de esta tesitura está determinado a obrar por causas que sólo puede conocer
adecuadamente por su propia naturaleza, aunque esas causas lo fuercen necesariamente
a actuar. La libertad, en efecto, como lo hemos demostrado (§7 de este capítulo), no
suprime sino que presupone la necesidad de actuar.” TP 280. Trad. cast.: 91.
85
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
86
VIRGINIA EXPOSITO LIBERTAD Y NECESIDAD
87
CAMINOS CRUZADOS #2
Libertad y servidumbre
88
CAPITULO
J ES
A SA DOS
P ZA
R U
C
SPINOZA
89
CAMINOS CRUZADOS #1
HEGEL
90
CAPITULO
DELEUZE
91
CAMINOS CRUZADOS #2
92
Un fundamento ambiguo:
algunas pistas para
pensar la servidumbre
en El Anti-Edipo
Rafael E. Mc Namara (unco-uba)
1. El problema
Una y otra vez volvemos sobre lo que Deleuze y Guattari llamaron “el pro-
blema fundamental de la filosofía política”, enunciado por Spinoza en el
Tratado teológico-político: ¿por qué los hombres luchan por su esclavitud
como si se tratara de su salvación? O también, como diría el Deleuze de
Proust y los signos: “nada da más que pensar que lo que hay en la cabeza
de un estúpido”.1 Pasan los siglos y la cuestión se plantea una y otra vez.
El objetivo de este trabajo, cuyo carácter preliminar y exploratorio subra-
yamos desde ahora, es desentrañar las condiciones de este problema tal
como pueden ser pensadas a partir de una lectura de El Anti-Edipo. Para
ello, permaneceremos lo más cerca posible del texto donde Deleuze y
Guattari lo plantean en la famosa cita:
“¿Por qué combaten los hombres por su servidumbre como si se tra-
tase de su salvación?” Cómo es posible que se llegue a gritar: ¡quere-
mos más impuestos! ¡menos pan! Como dice Reich, lo sorprendente
no es que la gente robe, o que haga huelgas; lo sorprendente es
que los hambrientos no roben siempre y que los explotados no estén
siempre en huelga. ¿Por qué soportan los hombres desde siglos la
explotación, la humillación, la esclavitud, hasta el punto de quererlas
no sólo para los demás, sino también para sí mismos?2
1
PS 101. Trad. cast.: 97. Cito esta obra según la traducción de Francisco Monge, referida en
la Bibliografía.
2
AO 36-37. Trad. cast.: 37. Cito esta obra según la traducción de Francisco Monge, referida
93
CAMINOS CRUZADOS #2
en la Bibliografía.
3
Cf. DR 261. Trad. cast.: 304-305.
4
E III 59, esc.
94
RAFAEL E. MC NAMARA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
Tenemos ahí, sin ningún preámbulo, una de las grandes tesis onto-
lógicas del libro. Estas líneas responden primero a la pregunta por lo
que hay, y en segundo lugar, nos dicen cómo funciona eso que hay. Hay
flujos y cortes que funcionan maquínicamente, por conexiones entre
elementos heterogéneos, y por procesos de producción que resultan
de esas conexiones. Flujos de energía son cortados por máquinas-ór-
ganos que extraen algo de esa energía. Esas máquinas-órganos emi-
ten a su vez otros flujos, que serán cortados por otras máquinas, y así
sucesivamente. Siguiendo con el primer ejemplo: la boca corta el flujo
de leche emitido por la teta, pero a su vez, esa misma boca será emi-
sora de otros flujos, flujos de llantos, risas, saliva, vómito, etc., que a su
vez serán cortados por otros órganos, etc. Conexión y heterogeneidad,
así funciona la síntesis conectiva o producción de la producción, que da
origen a las máquinas deseantes. No se trata solo de un pensamiento
social o psicológico. La Naturaleza misma opera de esta manera. Es un
funcionamiento trascendental, anterior a la distinción entre naturaleza
y cultura, entre sujeto y objeto. Un maquinismo universal.
5
AO 7. Trad. cast.: 11.
6
AO 13. Trad. cast.: 16.
95
CAMINOS CRUZADOS #2
7
AO 332. Trad. cast.: 298.
8
AO 15. Trad. cast.: 18.
9
AO 85. Trad. cast.: 81.
10
AO 334. Trad. cast.: 299.
11
LS 230.Trad. cast.: 202.
12
MP 189. Trad. cast.: 158.
96
RAFAEL E. MC NAMARA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
Artaud, A. Para terminar con el juicio de Dios, trad. por Sara Irwin, Buenos Aires, Need,
13
1998, p. 42.
97
CAMINOS CRUZADOS #2
15
Cf. Soich, M., “La espuma de la fuerza. Crónica de un percepto. A partir de la obra teatral
Hystórika (Oda satírica)”, en Ideas. Revista de filosofía moderna y contemporánea, Nro. 7,
Año IV, pp. 170-176).
16
AO 123. Trad. cast.: 113.
17
Ibídem.
99
CAMINOS CRUZADOS #2
5. Líneas de fuga
La atracción milagroseante motorizada por el CsO constituye el mo-
vimiento mismo de todo el sistema, a través del que se forman las
conexiones y registros que engendran el funcionamiento maquínico y
los procesos de subjetivación concomitantes. Pero la repulsión, el vio-
lento rechazo, es la condición bajo la que ese mismo movimiento tiene
lugar. No hay acoplamiento sin rechazo. Por eso ello solo funciona
estropeándose, la máquina siempre chirría, no todo encaja.
Hacia el final de El Anti-Edipo, Deleuze y Guatarri dicen que al-
rededor de la Primera Guerra Mundial se pudieron observar cuatro
actitudes diferentes frente a la máquina. Hay que pensar estas como
verdaderas posiciones de deseo, como cuatro puntas de subjetivación
posible. La primera es una exaltación molar de la máquina, según el
espíritu del futurismo italiano. Esta opción desemboca rápidamente,
como se sabe, en el fascismo. La segunda es la apropiación colectiva
de las máquinas propuesta por el futurismo ruso. Esta opción deriva
en una máquina partido que termina aplastando el deseo. El huma-
nismo es una nueva actitud que constituye, en última instancia, un
antimaquinismo que pretende liberar las fuerzas humanas para liberar
el deseo. Se trata de una posición finalmente reactiva. Por último, el
dadaísmo es presentado por Deleuze y Guattari como la única tenta-
tiva de aquél periodo que construye verdaderas máquinas deseantes,
que produce nuevas conexiones.
A lo largo del libro se evidencia una clara preferencia de los autores
por la tentativa dadaísta. Es a partir de allí que tematizan, contra el mé-
todo psicoanalítico de la asociación libre, “la necesidad de romper con
100
RAFAEL E. MC NAMARA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
18
AO 473.Trad. cast.: 416.
19
Es quizá el mismo proceso histórico que Deleuze había interpretado en Nietzsche y la
filosofía como desnaturalización de la actividad genérica de la humanidad entendida como
cultura. Esa desnaturalización era pensada allí como triunfo de las fuerzas reactivas en la
historia de Occidente. Cf. NP 168. Trad. cast.: 205.
20
AO 476. Trad. cast.: 417.
21
AO 487. Trad. cast.: 426.
101
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
Artaud, A., Para terminar con el juicio de Dios, trad. por S. Irwin, Bue-
nos Aires, Need, 1998.
Deleuze, G., Nietzsche et la philosophie, Paris, P.U.F., 1962 (trad.
cast. Nietzsche y la filosofía, trad. por C. Artal, Barcelona, Ana-
grama, 1971).
---, Proust et les signes, Paris, P.U.F., 1964 (trad. cast.: Proust y los sig-
nos, trad. por F. Monge, Barcelona, Anagrama, 1974).
---, Différence et répétition, Paris, P.U.F., 1968 (trad. cast.: Diferencia y
repetición, trad. por M. S. Delpy y H. Beccaecece, Buenos Aires,
Amorrortu, 2002).
---, Logique du sens, Paris, Minuit, 1969 (trad. cast.: Lógica del sentido,
trad. texto por M. Morey, Apéndices por V. Molina, Buenos Aires,
Planeta Argentina, 1994).
---, L’Anti-OEdipe. Capitalisme et Schizophrénie 1, Paris, Minuit, 1972.
(En colaboración con F. Guattari) (trad. cast.: El antiedipo. Ca-
pitalismo y esquizofrenia, trad. por Francisco Monge, Barcelona,
Barral Editores, 1973).
---, Mille Plateaux. Capitalisme et Schizophrénie 2, Paris, Minuit, 1980.
(En colaboración con F. Guattari) (trad. cast.: Mil mesetas. Capi-
talismo y esquizofrenia, trad. por J. Vázquez Pérez, con la colabo-
ración de U. Larraceleta, Valencia, Pre-textos, 1988).
Nietzsche, F., El nacimiento de la tragedia, trad. por Sánchez Pascual,
Madrid, Alianza, 2012.
Soich, M., “La espuma de la fuerza. Crónica de un percepto. A partir
de la obra teatral Hystórika (Oda satírica)”, en Ideas. Revista de
filosofía moderna y contemporánea, Nro. 7, Año IV, pp. 170-176.
102
La crítica de Hegel a Fichte
en el Differenzschrift y
en Glauben und Wissen
El retorno a la servidumbre
dogmática desde el idealismo
Lucas Damián Scarfia (conicet-uba)
Introducción.
El presente trabajo compara de manera crítica la filosofía idealista de
Fichte y el pensamiento de Hegel. En particular se estudia por qué
y cómo Hegel lo critica en dos textos de su periodo de juventud en
Jena, a saber: Differenz des Fichteschen und Schellingschen Systems
der Philosophie (Diff/Differenzschrift) (1801) y Glauben und Wissen,
oder die Reflexionsphilosophie der Subjektivität in der Vollständigkeit
ihrer Formen als Kantische, Jacobische und Fichtesche Philosophie
(GuW) (1802).
De acuerdo con esta premisa la ponencia se estructura en dos
secciones. En primer lugar (1.) se analiza de manera general el sentido
del idealismo fichteano según su exposición en GWL. Este texto es el
que Hegel considera en mayor medida cuando repudia a Fichte en las
obras que se nombraron. En segund lugar (2.) se estudia in concreto
la crítica que desarrolla. A través de ella Hegel pretende superar lo
que desde su punto de vista reporta un déficit del sistema de la GWL.
Se trata de los alcances de la proposición de identidad “yo=yo” como
principio sistemático.
Para Hegel, basar un sistema en semejante fundamento conlleva
la recaída del idealismo en un pensamiento dogmático y, más aun, el
abandono de la filosofía y la adopción de la fe como modo de pensar
y de vivir lo absoluto. Pero a partir del análisis de los escritos mencio-
103
CAMINOS CRUZADOS #2
1 Fichte, J. G., Introducción a la teoría de la ciencia, trad. por José Gaos, Buenos Aires, Sarpe,
1984, p. 38. EE, GA I/4, 190. Respecto de las citas de las obras de Fichte a lo largo del trabajo,
se referencia en primer lugar una traducción al español del texto en cuestión. A continuación,
se hace remisión a la sigla de la obra, seguida de la abreviatura [GA] de una de las ediciones
de sus obras completas, a saber: GA J. G. Fichte-Gesamtausgabe der Bayerischen Akademie
der Wissenschaften 1962, hrsg. R. Lauth, Stuttgart-Bad Cannstatt, Frommann-Holzboog.
Luego aparece en números romanos, la serie. A continuación y separado por una barra, el
número arábigo del tomo. Y, también en arábigo, el número de página.
104
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
2
Ibid., p. 41. EE, GA I/2, 192.
3
Fichte, J. G., Doctrina de la ciencia, trad. por J. C. Cruz, Buenos Aires, Aguilar, 1975, p. 15.
GWL, GA I/2, 257.
105
CAMINOS CRUZADOS #2
4
Ibid., p. 25. GWL, GA I/2, 269-270.
5
Cf. Ibid., pp. 69 y 136. GWL, GA I/2, 326 y 412.
6
Ibid., p. 29. GWL, GA I/2, 276.
106
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
7
Cf. Ibid., pp. 32-33. GWL, GA I/2, 280-281. En este punto cabe recordar que Fichte
considera al spinozismo como el producto más acabado del dogmatismo. Cf. Ibid., p. 32.
GWL, GA I/2, 280. Esto último no es una cuestión menor si se tiene en cuenta que en Diff
Hegel se apropia del pensamiento spinozista, al menos hasta cierto punto, en un sentido
positivo. Cf. Diff, 71. Trad. cast.: 83. Las citas de las obras de Hegel se hacen en base
a la siguiente edición crítica: Hegel, G. W. F. Gesammelte Werke, in Verbindung mit der
Hegel-Kommission der Rheinisch-Westfälischen Akademie der Wissenschaften und dem
Hegel-Archiv der Ruhr-Universität Bochum (Düsseldorf), Hamburg, Meiner 1968 ss. [GW].
En cada caso se hace referencia a una traducción al español. En esta primera ocasión la
referencia es: Hegel, G. W. F., Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y Schelling,
trad. por Joaquín Chamorro Mielke, Madrid, Gredos, 2010.
8
Fichte, J. G., Doctrina…, op. cit., p. 87. GWL, GA I/2, 351.
9
Cf. Ibid., p. 93. GWL, GA I/2, 360.
107
CAMINOS CRUZADOS #2
10
Ibídem. GWL, GA I/2, 361.
11
Ibid., p. 151. GWL, GA I/2, 432.
12
Cf. Ibid., p. 145. GWL, GA I/2, 424.
13
Ibid., p. 150. GWL, GA I/2, 430.
14
Villacañas Berlanga, J. L., “Hölderlin y Fichte o el sujeto descarriado en un mundo sin
amor”. En: Market, O. y Rivera de Rosales, J., (coords.), El inicio del Idealismo alemán,
Madrid, Editorial Complutense, 1996, pp. 343-363, en partic., p. 353.
108
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
16
Cf. GuW, 315-316, 322-323 y 401-402. Trad. cast.: 54, 61-62 y 151. Cito esta obra según
la siguiente traducción al español: Hegel, G. W. F., Fe y saber, o la filosofía de la reflexión de
la subjetividad en la totalidad de sus formas como filosofía de Kant, Jacobi y Fichte, trad. por
Vicente Serrano, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000.
17
Tal como se citó en la nota previa, ya en el subtítulo de la obra mencionada Hegel remite a
la noción de reflexión.
18
Hegel señala en diversas oportunidades que las filosofías de la reflexión recaen en un
pensamiento dogmático (cf. Diff, 32. Trad. cast.: 35 y cf. GuW, 412. Trad. cast.: 163) y en una
fe racional (GuW, 320, 389 y 397-398. Trad. cast.; 59, 138 y 146) o en el fideísmo. Esto
último en particular en el caso de Jacobi. Cf. Diff, 21. Trad. cast.: 23.
19
Él dice, a partir de presentar la fe como base del sistema de Fichte y al subrayar la noción de
carencia como propia de este sistema: “[l]a integración fichteana de la idealidad mediante
la realidad se produce […] mediante la fe, que es el principio del tránsito de la carencia a la
plenitud […], de la conexión de ambos en una acción recíproca […]. La verdadera identidad
y eternidad está también en lo práctico y en lo moral, como para el saber, en el más allá de
la fe, es decir, en un infinito progreso”. GuW, 400-401. trad. cast.: 150. Por su parte Hegel
quiere dar cuenta de una “religazón” total y eterna entre idealidad y realidad no en el más
allá de la fe racional del idealismo práctico-moral fichteano sino de manera constitutiva ya
en el mundo de lo finito.
20
Hegel desarrolla la cuestión de las relaciones inter-subjetivas en el ámbito comunitario en
110
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
las últimas páginas del Differenzschrift. Cf. Diff. 53-61. Trad. cast.: 61-70.
21
Cf. Diff, 29 y 43. Trad. cast.: 32 y 49.
22
Cf. Diff, 37. Trad. cast.: 42-43 y GuW, 389-390 y Trad. cast.: 138 y 396-397.
23
Cf. Diff, 390-391. Trad. cast.: 139.
111
CAMINOS CRUZADOS #2
24
Tal como muestra Paredes Martín, esta crítica tiene a la base un acercamiento de Hegel
respecto de Spinoza. Cf. Paredes Martín, M. del C., “Hegel ante Fichte. Los caminos de la
«diferencia»”. En: López Domínguez, V. E., (ed.), Fichte 200 años después, Madrid, Editorial
Sudamericana, pp. 161-174, en partic., p. 163. Si se recuerda que Fichte dio nacimiento
al idealismo por contraposición al pensamiento dogmático spinozista, se perfila aquí el
regreso al dogmatismo desde el idealismo hegeliano.
25
Diff, 50. Trad. cast.: 57. Y cf. Diff, 36. Trad. cast.: 41.
26
Para un sistema como el hegeliano que afirma que el principio tiene una esencialidad propia
que se desenvuelve por sí misma y se alcanza a sí misma como tal de manera acabada,
pensarlo como nada más que un postulado es algo aun más que erróneo, imposible. Cf.
Diff, 29 y 46. Trad. cast.: 32 y 53.
27
Dice Hegel: “[e]n Fichte [la] subjetividad del anhelo es […] convertida en algo infinito, algo
pensado, una exigencia absoluta, y esa exigencia es la culminación del sistema […]”. GuW,
387-388. Trad. cast.: 135-136.
28
El propio Hegel lo hace así si se concibe como critica de manera conjunta la filosofía de
Kant, Fichte y Jacobi. Cf. GuW, 322. Trad. cast.: 61.
112
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
29
Diff, 44-45. Trad. cast.: 51-52.
30
Hegel también asocia, en un sentido negativo, el concepto de ausencia como componente
ineludible de la subjetividad al interior del sistema fichteano. Cf. GuW, 392. Trad. cast.: 141.
Así pues cabe resaltar lo incoherente del planteo hegeliano según el cual el sujeto à la
Fichte, a la vez que se sabe indigente y que experimenta una constante carencia y ausencia
de sí mismo y del mundo, es caracterizado bajo el concepto de arrogancia (Hochmut). Cf.
GuW, 403-404. Trad. cast.: 153.
31
Cf. GuW, 395-396. Trad. cast.: 145.
113
CAMINOS CRUZADOS #2
32
Diff, 12-13. Trad. cast.: 13-14.
33
GuW, 323-324. Trad. cast.: 62.
34
Con respecto a cómo Hegel se refiere, también en el Differenzschrift, al rol del proceso
aniquilatorio de la razón, cf. Diff, 19; 22 y 30. Trad. cast.: 21; 24 y 33. Y cf. Paredes Martín,
M. del C., op. cit., p. 172.
114
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
Por ejemplo se pronuncia de manera implícita casi en los mismos términos que Pascal
36
37
GuW, 407 y 413-414. Trad. cast.: 157 y 164. Cabe resaltar los conceptos de salvación
eterna, de semejanza originaria entre el sujeto y Dios, el Ser-uno, el hacerse hombre de
Dios y la noción del resucitar de la totalidad como ítems de claro contenido religioso. Si bien
Hegel enfatiza la necesidad del abandono de la religión positiva en pos de un desarrollo de
carácter filosófico (cf. GuW, 413-414. Trad. cast.: 164), el espíritu de su pensamiento no se
desliga de semejante religiosidad.
38
Este concepto aparece en diversas obras de Hegel. Baste aquí remitir a Phänomenologie
des Geistes (PhG) (1807) en la cual se percibe la idea hegeliana de una totalidad que opera
por sí misma en la que lo finito se disuelve. Cf. FE, 39-40. Trad. cast.: 37. Cito esta obra
según la siguiente traducción al español: Hegel, G. W. F., Fenomenología del espíritu, trad.
por Wensceslao Roses, Buenos Aires, FCE, 2007. Por su parte, Löwith también otorga
al concepto hegeliano de astucia de la razón un sentido religioso al pensarla en paralelo
con la providencia divina. Cf. Löwith, K., Historia del mundo y salvación. Los presupuestos
teológicos de la filosofía de la historia, trad. por Norberto Espinosa, Buenos Aires, Katz
Editores, 2007, p. 158.
39
Esto último en contra de lo que escribe Hegel en Diff, a saber: “la especulación exige […]
en la síntesis suprema […] la aniquilación de la conciencia misma y […] la razón hunde su
reflexión sobre la identidad absoluta y su saber […], y en esta noche de la mera reflexión
y del entendimiento razonador, que es el mediodía de la vida, pueden encontrarse ambas”.
Diff, 23. Trad. cast.: 25.
40
Diff, 11. Trad. cast.: 12.
41
Hegel expone este pensamiento en torno a cuál es el estatuto de la razón y cómo se
desenvuelve en el mundo, con las siguientes palabras: “[e]l método del sistema […] aparece
como un desarrollo de la razón misma […]. [E]l sistema progresa hasta una totalidad objetiva
consumada y la unifica con la totalidad subjetiva […] hasta llegar a una visión infinita del
116
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
mundo, cuya expansión se ha contraído así a la vez en la identidad más rica y más simple”.
Diff, 31. Trad. cast.: 34. Así pues se manifiesta que la razón sobre la que se pronuncia Hegel
es una hipóstasis dogmática. De manera contradictoria él sostiene que, de no ser así, en
este punto se perdería el rol del concepto de libertad al interior del sistema filosófico. Dice
más adelante en Diff: “[l]a libertad es el carácter de la racionalidad, es lo que supera en sí
toda limitación y lo supremo del sistema fichteano; pero […] la libertad tiene que superarse
a sí misma para ser libertad […]. Esta libertad no se encuentra como razón sino como
ser racional, esto es, sintetizada con su opuesto, con algo finito […]. Razón y libertad en
cuanto ser racional ya no son razón y libertad, sino algo individual”. Diff, 54. Trad. cast.: 63.
La contrapartida de esto individual es aquel absoluto como hipóstasis que auspicia de
fundamento del sistema.
42
Fichte, J. G., Introducción..., op. cit., p. 46. EE, GA I/4, 195.
43
Cf. Diff, 60. Trad. cast.: 69-70.
117
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
Fuentes
GA J. G. Fichte-Gesamtausgabe der Bayerischen Akademie der Wis-
senschaften 1962, hrsg. R. Lauth, Stuttgart-Bad Cannstatt,
Frommann-Holzboog.
Hegel, G. W. F. Gesammelte Werke, in Verbindung mit der Hegel-Kom-
mission der
Rheinisch-Westfälischen Akademie der Wissenschaften und dem
Hegel-Archiv der Ruhr-Universität Bochum (Düsseldorf), Ham-
burg, Meiner 1968 ss. [GW].
Traducciones utilizadas
Fichte, J. G., Doctrina de la ciencia, trad. por J. C. Cruz, Buenos Aires,
Aguilar, 1975.
---, Introducción a la teoría de la ciencia, trad. por J. Gaos, Buenos
Aires, Sarpe, 1984.
Hegel, G. W. F., Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y
Schelling, trad. por J. Chamorro Mielke, Madrid, Gredos, 2010.
---, Fe y saber, o la filosofía de la reflexión de la subjetividad en la tota-
lidad de sus formas como filosofía de Kant, Jacobi y Fichte, trad.
por V. Serrano, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000.
---, Fenomenología del espíritu, trad. por W. Roses, Buenos Aires, FCE,
2007.
Pascal, B. Pensamientos, Tomo II, trad. por Oscar Andrieu, 2001, [edición
en línea], https://elblogdewim.files.wordpress.com/2016/03/
pensamientos-ii.pdf. Última revisión: 14 de agosto de 2019.
118
LUCAS DAMIÁN SCARFIA LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
Bibliografía secundaria
Löwith, K., Historia del mundo y salvación. Los presupuestos teológicos
de la filosofía de la historia, trad. por N. Espinosa, Buenos Aires,
Katz Editores, 2007.
Paredes Martín, M. del C., “Hegel ante Fichte. Los caminos de la «di-
ferencia»”. En: López Domínguez, V. E., (ed.), Fichte 200 años
después, Madrid, Editorial Sudamericana, 1996, 161-174.
Villacañas Berlanga, J. L., “Hölderlin y Fichte o el sujeto descarriado
en un mundo sin amor”. En Market, O. y Rivera de Rosales, J.,
(coords.), El inicio del Idealismo alemán, Madrid, Editorial Com-
plutense, 1996, pp. 343-363.
119
Hegel, la servidumbre
voluntaria y el sentido
común
Mariano Gaudio (uba)
1
Gramsci, A., Antología vol. 2, trad. por M. Sacristán, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014, pp.
366-367. La dificultad de traducción obedece, además de a la oscuridad de la distinción
gramsciana (que a nuestro entender se clarifica del siguiente modo: el sentido común es
un saber dado, incluso hasta contagiado por el seguimiento a la masa, arraigado en la
acriticidad y en este contexto funcional a la cultura burguesa; al sentido común se opone,
por tanto, la filosofía como actividad crítica, capaz de dar cuenta no sólo de las ideas sino
también de la utilidad de las mismas en un esquema de dominación, y coincide con el
buen sentido en cuanto capacidad no-formada de dudar y desconfiar, capacidad que opera
gracias a la incontaminación frente a la influencia burguesa), a la atomización del referente
“pueblo” y, en especial, a la imposibilidad de sustraerlo del mundo massmediático, de las
redes, de las nuevas tecnologías, etc. De ahí que nos sea tan difícil suscribir hoy la “otredad
del pueblo”: cf. Dussel, E., Introducción a la filosofía de la liberación, Bogotá, Nueva América,
reed. 1995, p. 136.
2
Seguimos en esto la valiosa perspectiva de F. Hinkelammert que, inspirándose entre otros
en K. Marx y W. Benjamin, muestra la equiparación entre capitalismo y religión o dogma,
junto con los desplazamientos y significaciones que adquiere con el neoliberalismo y sus
repercusiones en el contexto actual. La democratización que se seguiría de la simple
negación de la verdad y la necesaria reconstrucción de nuevas instancias de articulación
(cf. Vattimo, G., Adiós a la verdad, trad. por M. D’Meza, Barcelona, Gedisa, 2010, p. 18),
contrasta con esta fase de radicalización sectaria, violenta, anti-derechos, exacerbada por
un discurso milenarista y apocalíptico. Por ende, para Hinkelammert la única manera de
quebrar la religiosidad neoliberal consiste en una “conversión”: Hinkelammert, F., La vida o
el capital. Antología esencial, Buenos Aires, Clacso, 2017, p. 169.
121
CAMINOS CRUZADOS #2
3
Véase Gaudio, M., Solé, J., Ferreyra, J. (eds.), Los caminos cruzados de Spinoza, Fichte y
Deleuze, Buenos Aires, Ragif Ediciones, 2018, pp. 6-11.
4
Hegel, G. W. F., Werke, Frankfurt, Suhrkamp, 1970 [en adelante: HW]: HW I 98-99. Hegel,
G. W. F., Escritos de Juventud, trad. por J. Ripalda, México, FCE, reed. 2003; “[Fragmentos
republicanos]” (1794-5), p. 39. [En adelante, EJ].
122
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
5
HW I 99, EJ 39.
6
“Un pueblo tal no puede ser inducido a comprender la idea de la moralidad para edificar
su fe sobre ésta […]. Su fe únicamente puede basarse en un individuo […] que le sirva de
ejemplo”, HW I 99, EJ 39-40.
7
Cf. HW I 99-110, EJ 40.
8
En un escrito de Frankfurt, “Que los magistrados sean elegidos por el pueblo” (a.
1798) Hegel parece tomar nota de la necesidad (y de las dificultades y desafíos) de las
mediaciones articuladoras: cf. HW I 270-272, EJ 249-251.
123
CAMINOS CRUZADOS #2
9
“Primer programa de un sistema del idealismo alemán” (1796-7?), HW I 234-235, EJ 220:
“escuchamos frecuentemente que la masa [de los hombres] tiene que tener una religión
sensible. No sólo la masa, también el filósofo la necesita. Monoteísmo de la razón y del
corazón, politeísmo de la imaginación y del arte”, es decir, una mitología racional que
permita cultivar al pueblo estrechar la mano entre los ilustrados y los no-ilustrados. Pero el
enigmático y paradójico final (sustancia para una interpretación teológico-política) coincide
con las “señales y milagros” que señalamos arriba: “Un espíritu superior enviado del cielo
tiene que instaurar esta nueva religión entre nosotros; ella sería la última, la más grande
obra de la humanidad”.
10
HW I 453, EJ 389.
124
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
HW I 421-422, EJ 402.
11
125
CAMINOS CRUZADOS #2
“[D]ebe ser no menos asombroso que un pueblo pierda su metafísica, y que el espíritu, que
12
se ocupaba de su esencia pura, ya no tenga una existencia real en él. La doctrina exotérica
de la filosofía kantiana —es decir, que el intelecto no debe ir más allá de la experiencia […]—
justificó, desde el punto de vista científico, la renuncia al pensamiento especulativo […].
Mientras la ciencia y el entendimiento humano común trabajaban juntos para realizar la
ruina de la metafísica, pareció haberse producido el asombroso espectáculo de un pueblo
culto sin metafísica —algo así como un templo con múltiples ornamentaciones pero sin
sanctasanctórum—”, GW XI 5-6. Hegel, G. W. F., Ciencia de la lógica, trad. por R. Mondolfo, 2
tomos, Buenos Aires, Solar, reed. 1993, t. I, “Prefacio a la primera edición” (1812), pp. 35-36.
126
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
127
CAMINOS CRUZADOS #2
13
“Ahora sólo quisiera entender cómo es posible que tantos hombres, tantos pueblos, tantas
ciudades, tantas naciones, soporten en alguna ocasión a un tirano solo, cuyo poder surge
del que ellos le quieran dar, que sólo puede hacerles daño mientras quieran soportarlo”, La
Boétie, E., Discurso sobre la servidumbre voluntaria, trad. por Colectivo Etcétera, Barcelona,
Virus Editorial, 2016, p. 43. Y más abajo: “¿Qué desgracia es ésta? Qué vicio, o más bien,
qué desgraciado vicio, ver a un número infinito de personas no obedecer, sino servir; no ser
gobernados, sino tiranizados”, Ibíd, p. 46.
14
Ibíd., p. 47.
15
Ibíd., pp. 47-48.
128
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
16
“Aunque no hay ninguna necesidad de combatir a este solo tirano, ni tampoco de derrotarlo,
bastaría con que el país no consintiera en su servidumbre; no es necesario quitarle nada,
sino no darle; no es preciso que el país se tome la molestia de hacer nada por sí mismo, con
tal que no haga nada contra sí”, ibíd., p. 50.
17
Ibíd., pp. 50-51.
18
Rousseau, J.-J., El contrato social, trad. por M. Valverde, Barcelona, Altaya, 1993, L. I, cap.
1, p. 4. Anacrónicamente dicho, esta idea pulula en todo el Discurso de La Boétie, E. op. cit.,
en especial en pp. 55 ss.
19
La Boétie, E. op. cit., p. 60. La pregunta, entonces, se ha modificado: ya no se trata meramente
de explicar la servidumbre voluntaria, sino antes bien la persistencia de la misma, frente a
la evidencia de la libertad. En la perspectiva de los caminos cruzados, Deleuze muestra la
interdependencia de la “trinidad moralista” (esclavos, tirano, sacerdotes) en el marco del
envolvimiento de las pasiones tristes y contra la filosofía de la vida que afirma Spinoza:
“Desde Epicuro y Lucrecio nunca se ha mostrado con mayor claridad el vínculo implícito
entre el tirano y el esclavo: «El gran secreto del régimen monárquico, su interés profundo,
consiste en engañar a los hombres disfrazando con el nombre de religión el temor con
el que se les quiere meter en cintura, de modo que luchen por su servidumbre como si
se tratase de su salvación» [Spinoza, Tratado teológico-político, Prefacio]. Ocurre que la
pasión triste es un complejo que reúne lo infinito del deseo con la confusión del ánimo,
la codicia con la superstición […]. El tirano necesita para triunfar la tristeza de espíritu, de
igual modo que los ánimos tristes necesitan un tirano para propagarse y satisfacerse. Lo
129
CAMINOS CRUZADOS #2
que los une, de cualquier forma, es el odio a la vida, el resentimiento contra la vida”, SPP 38.
Deleuze, G., Spinoza: filosofía práctica, trad. por A. Escohotado, Barcelona, Tusquets, 2001,
p. 36 (subrayado nuestro). El odio a la vida tiene como raíz común el entristecimiento, que
oficiaría de inhibición de la libertad y que bajo el miedo y la superstición permitirían explicar
la persistencia en la servidumbre.
20
La Boétie, E. op. cit., pp. 86 ss.
21
Ibíd., p. 82. Los pasatiempos narcotizantes: pp. 77 ss.
22
“Resulta increíble que el pueblo, desde el momento en que es sometido, caiga tan
repentinamente en tal y tan profundo olvido de la libertad que no es posible que se
despierte para recobrarla, sirviendo tan francamente y de tan buen grado que al verle se
130
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
diría, no que ha perdido su libertad, sino que ha ganado su servidumbre. Es verdad que, al
principio, se sirve porque se está constreñido por la fuerza; pero los que vienen después
sirven gustosamente […]. Ello es así porque los hombres que nacen bajo el yugo y son
después criados y educados en la servidumbre, sin mirar más allá, se contentan con vivir
como han nacido, y […] toman por natural el estado en que nacieron”. Ibíd., p. 61.
23
Ibíd., p. 69.
24
Ibíd., p. 73.
131
CAMINOS CRUZADOS #2
3) La vida o la libertad
Con el mencionado acto de reapropiación de la libertad sucede para-
dójicamente que, por un lado, se supera y, por otro, se acobarda y apo-
ca la explicación de la servidumbre voluntaria bajo un prisma raciona-
lista. Algo similar ocurre en la dialéctica del amo y el esclavo en Hegel:
la misma solución que permite explicar la contradicción requiere un
presupuesto que hace de la servidumbre una condición negativa y a
superar. En otras palabras, el siervo para Hegel no sólo es “conciencia
dependiente” y “ser para otro”;25 también “es autoconciencia” y, por lo
tanto, libre.26
Ciertamente, la figura de la dependencia y del ser para otro permi-
te la contraposición con la conciencia señorial independiente y para
sí. El problema reside en que la dinámica del reconocimiento requiere
necesariamente la superación del momento de la indiferencia, don-
de los extremos permanecen separados y desarticulados. Ésta es la
configuración fija del momento propio del señorío, que Hegel desanda
de inmediato: “Sólo hemos visto lo que es la servidumbre en el com-
portamiento del señorío. Pero la servidumbre es autoconciencia”.27 Y
precisamente por esto puede recrear la esencialidad y negatividad del
señor, no sólo en la destrucción y transformación de las cosas, sino
también por la angustia y temor ante la muerte, la finitud que disuelve
en su interior. De este modo, consuma el “movimiento universal puro,
la fluidificación absoluta de toda subsistencia [que] es la esencia sim-
ple de la autoconciencia”.28 El esclavo recrea el movimiento de nega-
tividad que expresa el ser para sí. El trabajo en cuanto poner forma
al objeto, y más aún la formación cultural que interioriza la actividad,
25
GW IX 112. Hegel, G. W. F., Fenomenología del espíritu, trad. por W. Roces, México, FCE,
reed. 1993, p. 117. [En adelante: FE].
26
GW IX 114, FE 119. La línea de interpretación que aquí proponemos se desprende
de la contraposición con la teoría del reconocimiento en Fichte: véase “En torno del
reconocimiento en el Derecho natural de Fichte”, en López, D. (comp.), El idealismo
alemán como pensamiento de la libertad. Julio De Zan in memoriam, Santa Fe, Ediciones
Universidad Nacional del Litoral, en prensa.
27
GW IX 114, FE 119 (subrayado nuestro).
28
GW IX 114, FE 119.
132
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
29
GW IX 114-115, FE 120.
30
La frase donde Hegel anticipa este proceso de neutralización se sitúa hacia el final de la
conciencia señoril: “Pero, para el reconocimiento en sentido estricto falta otro momento:
el de que lo que el señor hace contra el otro lo haga también contra sí mismo, y lo que
el siervo hace contra sí lo haga también contra el otro. Se ha producido solamente, por
tanto, un reconocimiento unilateral y desigual”, GW IX 113, FE 118. Y poco más abajo: “La
verdad de la conciencia independiente es, por tanto, la conciencia servil […]. [A]sí como
el señorío revelaba que su esencia es lo inverso de aquello que quiere ser, así también la
servidumbre devendrá también, sin duda, al realizarse plenamente lo contrario de lo que de
un modo inmediato es”, GW IX 114, FE 119. Esta simetrización muestra que la concepción
hegeliana del reconocimiento no se halla en las antípodas de, sino que más bien se
asemeja notablemente a, la concepción fichteana, que en vez de tomar este “contra” como
un proceso, lo hace jugar como condición de partida.
31
Buck-Morss, S., Hegel y Haití. La dialéctica amo-esclavo: una interpretación revolucionaria,
trad.por F. Rodríguez, Buenos Aires., Norma, 2005, p. 67.
133
CAMINOS CRUZADOS #2
32
Ibíd., pp. 10-11 ss., 24-25 ss., 32 ss.
33
Ibíd., pp. 76-77.
34
De ahí que resulte tan meritoria la interpretación de Paulo Freire: en primer lugar,
porque separa la ecuación y entonces la toma de conciencia de los oprimidos no implica
inmediatamente la lucha por la liberación (pp. 41, 43, 46-47); en segundo lugar, porque
junto con la toma de conciencia de la realidad opresora se descubren toda una serie de
mecanismos o estructuras de dominación que inhiben la lucha, y que van desde el alojar,
adherir o introyectar al opresor (pp. 42-43, 62) y el miedo a la libertad (p. 45), hasta el
fatalismo, la violencia horizontal, la atracción del opresor, el auto-desprecio, el mito de la
invencibilidad del opresor y la dependencia emocional (pp. 64-68). Freire, P., Pedagogía del
oprimido, trad. por J. Mellado, Buenos Aires, Siglo XXI, segunda edición 2006.
35
Buck-Morss, S., op. cit., pp. 69 nota, 80 ss.; y cap. 10, pp. 92-102.
134
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
36
Ibíd., pp. 61 ss.; en particular, en la Sistema de la eticidad (1803) y en el Proyecto de sistema
(1802-3).
37
Diff 54. Trad. cast.: Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y Schelling, trad. por
M. Paredes Martín, Madrid, Tecnos, 1990, p. 95. Citamos siempre según esta traducción.
135
CAMINOS CRUZADOS #2
38
Diff 55. Trad. cast.: 97. De este pasaje de Hegel se infiere la presuposición de una libertad
absoluta y sustraída completamente a la limitación, incapaz de dialectizarse en el plano
de la finitud, casi como un punto de fuga que se basa en la fuerza pero que a la vez exige
una superación. La verdadera libertad, entonces, parece denotar la carencia ética en la
comunidad jurídica de Fichte.
39
Diff 56. Trad. cast.: 98.
40
Diff 56-57 nota. Trad. cast.: 99-101 nota.
41
Diff 58. Trad. cast.: 102.
42
Diff 59. Trad. cast.: 103: “Ser su propio dueño y esclavo [= en la comunidad moral] parece,
136
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
4) El enemigo de la especulación
La dosis intelectualista que detectamos en la dialéctica del amo y del
esclavo y en la crítica a la tiranía jurídico-moral de Fichte se cristaliza
también en algunas otras obras del Hegel de Jena. Así, por ejemplo, en
la Relación del escepticismo con la filosofía (1801) se propone recuperar
el valor del escepticismo antiguo y clásico para criticar impiadosamente
el escepticismo moderno y apocado que encarna la figura de Schulze.
Según Hegel, el escepticismo antiguo funciona como propedéutica e
introducción a la filosofía, porque presenta contraposiciones, desarma
verdades aparentes o parciales, y conduce o debe conducir a la cap-
tación de la verdad. Esto significa que no se dirige contra la filosofía,
sino contra el dogmatismo, contra el entendimiento humano vulgar, el
sentido común, la conciencia natural, la aceptación pasiva de lo dado, el
aferrarse a lo finito etc. De ahí que sea el primer paso hacia la filosofía,
y de ahí que contenga por su propia dinámica la liberación frente a lo
establecido.45 El nuevo escepticismo, por el contrario, implica la restau-
ración de todo aquello que el clásico combatía y rebatía.46 Así, el escep-
ticismo clásico configura el momento de preparación para la filosofía,
que consiste en horadar la tenaz raigambre en la cosa en sí por parte de
entendimiento vulgar, pero sin que resulte del todo claro cómo se pasa
de esta primera instancia a una segunda propiamente especulativa.
45
VSP 216-217. Hegel, G. W. F., Relación del escepticismo con la filosofía, trad. por M.
Paredes Martín, Madrid, Biblioteca Nueva, 2006, pp. 74-76. Citamos siempre según esta
traducción. Como agudamente señala S. Palermo, en esta tensión entre la incorporación y
la exteriorización de la crítica filosófica (aquí, la preparación) respecto de la filosofía, Hegel
pone en juego la unicidad de la verdad frente a las configuraciones insuficientes, es decir,
el pasaje del no-saber al saber, el “punto de crisis” que resignifica la noción de filosofía
completa (que se cierra o se abre) y el rol de lo Absoluto no ya sólo como comienzo, sino
también como resultado. Palermo, S. V., “«Una vía genuina a la verdadera filosofía». Estatuto
y rol de la crítica filosófica en el Über das Wesen der philosophischen Kritik”, en Cadernos
de Filosofia Alemã, v. 20 n. 1, 2015, pp. 110-115.
46
VSP 213-214. Trad. cast.: 72. Véase también: VSP 200-202, 205. Trad. cast.: 57-59, 62.
138
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
En este punto se pueden distinguir dos tipos o dos niveles del enten-
dimiento o —como se vuelca en las traducciones — del “sentido común”:
hay un entendimiento humano natural que admite acríticamente la exis-
tencia de cosas en sí, y hay un entendimiento filosófico que las restituye
como causa o explicación de los hechos de conciencia. El problema de
la servidumbre voluntaria se colaría en ambos, en el primero de modo es-
pontáneo y por así decir sin conciencia, y en el segundo artificial y cons-
cientemente. El entendimiento en sus dos versiones reintroduce el yugo
de las cosas. La dignidad filosófica llevaría a que Hegel considere que la
derrota del entendimiento sofisticado incluya de suyo la del rudimentario.
Pero esto tampoco resulta tan evidente.
En efecto, en la Diferencia Hegel se entrevera con el entendimien-
to que se atiene a lo finito, lo separa, lo fija, y persiste en la separación.
De este modo, caracteriza a lo Absoluto de manera negativa y con-
solida la escisión.47 El drama del entendimiento reside en que aísla y
absolutiza lo finito, en vez de captar especulativamente la parte como
un elemento que está en, conectado con y en referencia a lo Absoluto
como unidad superior organizada.48 Aquí el entendimiento se equipara
a la conciencia común que extrae singularidades, “puntos luminosos
[…] de la noche de la totalidad, […] puntos de vista [que considera]
exactos, correctos, de los que parte y a los que se remite”.49 Es decir,
la conciencia común toma el propio punto de vista particular, lo eleva
y extiende a la totalidad, entusiasmada por un sentimiento de lo Abso-
luto —la noche en la que se mezcla todo con todo — que la empuja a
convertir su verdad en la Verdad.
47
Diff 13. Trad. cast.: 18-19.
48
Diff 19. Trad. cast.: 30.
49
El apartado “Relación de la especulación con el sentido común” empieza así: “También
lo que el llamado sentido común conoce como lo racional son igualmente singularidades
extraídas de lo Absoluto a la conciencia, puntos luminosos, que se elevan aislados de la
noche de la totalidad con los cuales el hombre se orienta racionalmente en la vida. Para él
son puntos de vista justos, exactos, correctos, de los que parte y a los que se remite. Pero
en realidad el hombre tiene también tal confianza en la verdad sólo porque le acompaña un
sentimiento de lo Absoluto y únicamente esto les da sentido. En tanto que tales verdades
del sentido común se toman para sí, se las aísla de un modo meramente intelectivo […] y
aparecen como desviadas y como medias verdades”. Diff 20. Trad. cast.: 31 (omitimos la
separación de párrafos).
139
CAMINOS CRUZADOS #2
50
Diff 20. Trad. cast.: 32. En estos pasajes Hegel acentúa la tensión y contraposición
entre sentido común y filosofía. En el texto sobre la crítica filosófica procede de manera
similar: una (no-)filosofía que parta de la finitud no puede sino enredarse en finitudes
que permanecen firmes y condenan a lo Absoluto al más allá, salvo que reformule ese
comienzo arbitrario y supere la limitación. Cf. “Über das Wesen der philosophischen Kritik
überhaupt und ihr Verhältniss zum gegenwärtigen Zustand der Philosophie insbesondere”
[Sobre la esencia de la crítica filosófica en general y su relación respecto del estado actual
de la filosofía en particular], HW II 179-181.
51
Diff 20. Trad. cast.: 32. La tensión entre la persistencia unilateral en la finitud y la
especulación recibe un atisbo de resolución bilateral y de superación en Über die
wissenschaftichten Behandlungsarten des Naturrechts, seine Stelle in der praktischen
Philosophie und sein Verhältnis zu den Rechtswissenschaften (1802-3) [Sobre las maneras
científicas de tratamiento del derecho natural, su lugar en la filosofía práctica y su relación
con la ciencias positivas del derecho], HW II 456-457; GW 110-111, que forma parte de los
“pasajes cruzados” de este libro.
52
Diff 21. Trad. cast.: 33.
53
“[La] escisión es la fuente de la necesidad de la filosofía y en cuanto la formación de la
época, el aspecto no-libre, dado en la figura. En la formación, aquello que es manifestación
de lo Absoluto se ha aislado de lo Absoluto y se ha fijado como algo autónomo”. Diff 12.
Trad. cast.: 18. El sentido común entiende —dice Hegel— el ir más allá de su esfera, o de
la finitud y la limitación, como una mera exigencia, algo pensado, una Idea unilateral donde
ella se separa del contenido, y por ende, consagra el dualismo en su abstracción suprema:
cf. HW II 181. El llano entendimiento común, en cambio, coloca lo Absoluto y lo finito en
un mismo nivel, como sería el caso del Sr. Krug, que termina considerando a Dios como
140
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
una hipótesis: “Wie der gemeine Menchenvertstand die Philosophie nehme, dargestellt an
den Werken des Herrn Krug” [Sobre cómo el entendimiento humano común considera la
filosofía, según lo expuesto en las obras del Sr. Krug], HW II 193-194.
54
Diff 17. Trad. cast.: 26-27. Véase también 318-320; Hegel, G. W. F., Fe y saber, trad. V.
Serrano, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, pp. 57-59. [En adelante: GuW]. Citamos siempre
según esta traducción.
55
Diff 21. Trad. cast.: 33.
56
“Pero la especulación eleva a la conciencia la identidad inconsciente al sentido común,
es decir, construye en identidad consciente lo que en la conciencia del entendimiento
común es necesariamente opuesto, y esta unificación de lo que en la fe está separado
es para él [= el sentido común] una atrocidad”. Diff, 21. Trad. cast.: 34. En el texto sobre
la crítica filosófica Hegel también parece valorar más al entendimiento filosófico que al
entendimiento habitual, dado que afirma que la filosofía es filosofía porque se contrapone
al entendimiento y, más aún, al entendimiento vulgar que involucra la limitación temporaria
y local de un género de seres humanos, que miran a la filosofía como un mundo invertido:
cf. HW II 182.
141
CAMINOS CRUZADOS #2
57
Cf. GuW 379-380. Trad. cast.: 126. El pasaje prepara la crítica a Fichte desde Jacobi
(véase: GuW 392, 396-397. Trad. cast.: 141, 145-146), así como antes había criticado a
Kant interpretándolo desde Fichte.
58
GuW 378. Trad. cast.: 125.
59
GuW 315. Trad. cast.: 54.
60
GuW 379. Trad. cast.: 125.
142
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
5) Consideraciones finales
De acuerdo con Hegel, la orfandad metafísica genera un vacío reli-
gioso y filosófico que contribuye a la llanura conveniente para la do-
minación, y quizás más allá de Hegel, el sustento de la servidumbre
voluntaria. Pero mientras que para La Boétie la cercanía con el tirano
implica un encadenamiento y sumisión mayor que aquel que se en-
cuentra más lejos, en Hegel precisamente el enfrentamiento con el
poder del amo constituye el momento crucial de asunción del ser para
otro y el consiguiente primer paso para la lucha. En estos tiempos
de hipercomunicación y tecnologización, la mayor o menor cercanía
con el poder resulta un dato menor, pero no cabe decir lo mismo de
todo aquello que funciona como insumo de lo que pretende ser real,
que se ha independizado de la verosimilitud y se interna en creencias
143
CAMINOS CRUZADOS #2
61
Como dice Z. Bauman a comienzos del siglo XX, en la época donde todo se discute (todo
menos el orden capitalista), el poder o las elites eligen la estrategia de los “amos ausentes”:
Bauman, Z., Modernidad líquida, trad. por M. Rosenberg, Buenos Aires., Fondo de Cultura
Económica, reimp. 2004, pp. 10-11, 18. Hoy podríamos agregar que a esa estrategia se
suma la impudicia y la exacerbación tanto de la concentración de riqueza como de las
tendencias de corte neofascista que el siglo XX creía haber saldado.
62
Cf. Hegel, G. W. F., “Über das Wesen der philosophischen Kritik…”, op. cit., HW II 186-187.
144
MARIANO GAUDIO LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
145
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
146
---, Fenomenología del espíritu, trad. por W. Roces, México, FCE, reed.
1993.
---, Ciencia de la lógica, trad. por R. Mondolfo, 2 tomos, Buenos Aires,
Solar, reed. 1993.
Hinkelammert, F., La vida o el capital. Antología esencial, Buenos Aires,
Clacso, 2017.
La Boétie, E., Discurso sobre la servidumbre voluntaria, trad. por Colec-
tivo Etcétera, Barcelona, Virus Editorial, 2016.
Palermo, S. V., “«Una vía genuina a la verdadera filosofía». Estatuto y
rol de la crítica filosófica en el Über das Wesen der philosophis-
chen Kritik”, en Cadernos de Filosofia Alemã, v. 20 n. 1, 2015,
pp. 109-123.
Rousseau, J.-J., El contrato social, trad. por M. Valverde, Barcelona,
Altaya, 1993.
Vattimo, G., Adiós a la verdad, trad. por M. D’Meza, Barcelona, Gedisa,
2010.
147
Libres o muertos jamás
esclavos
Una lectura en clave deleuziana
de La Patria Fusilada
Anabella Schoenle (uba)
I
La patria fusilada es la desgrabación de la entrevista que Francisco
Urondo realizó a los tres sobrevivientes de Trelew en la cárcel de De-
voto. En un momento de la conversación María Antonia Berger co-
mienza a contar un momento específico de su experiencia singular
que nos interesa especialmente. Luego de decir que tenía sangre en
el rostro porque le habían pegado un tiro en la mandíbula, relata que
se mojó el dedo con sangre para escribir cosas en la pared.
1
Urondo, F., La Patria Fusilada, Buenos Aires, Libros del Náufrago, 2010, p. 117.
148
ANABELLA SCHOENLE LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
que una lectura literal del enunciado nos permite dar con el significado
para el que fue hecho. Encontramos allí una disyunción clara: libres o
muertos. Y una negación que abarca los términos de la disyunción: Ja-
más esclavos; es decir, libres, no esclavos; muertos, no esclavos.
Desde la ontología deleuziana no podemos pensar opuestos de
manera clara y distinta. Si la libertad tiene lugar, sus matices, sus di-
ferentes formas de realización también lo tienen. Pero el encuentro
de ese lugar que tiene la libertad no se configura por su opuesto.
Libertad no es lo opuesto a la esclavitud. Pues, si pensamos que li-
bertad y esclavitud se oponen, lo que hacemos es proponer un modo
dualista de plantear un problema. Desde Deleuze intentamos pensar
en el marco de otra lógica de pensamiento que constituye una ontolo-
gía y una teoría política que admite multiplicidad. Podemos decir que
la libertad y la esclavitud no se pueden escindir, hablan de lo mismo
y se relacionan de modo afirmativo. También queremos decir que no
sólo se piensan en relación con la muerte, como figura en LOMJE,
sino con el término que no está en la consigna, pero que allí se juega:
la vida. De modo que tenemos cuatro conceptos que pueden com-
prenderse como dos pares. Si nos atenemos al modo tradicional de
entender la problematización ontológica, los entendemos como pa-
res de opuestos que se contradicen. Dado que intentamos elaborar
un problema desde una lectura deleuziana aquí, no será ese el modo
en que esos cuatro conceptos nos permitirán construir sentido. Lejos
de la contradicción que tiene que resolverse mediante la eliminación,
subordinación o subsunción de uno de los elementos de la dupla en
juego, proponemos aquí pensar la emergencia de sentido antes que la
aparente contradicción. Libres y esclavos. Muertos y vivos.
La repregunta de Urondo hacia María Antonia Berger da cuenta de
la novedad de la consigna. Y la afirmación de Berger nos permite abor-
dar un posicionamiento que, pensamos, no es sólo militante sino en
términos de ontología práctica. Pues, ese acto de escritura lleva inma-
nente un modo filosófico de comprender la vida militante y esa acción
específica que ella realiza en el marco histórico en el que se encontraba
luchando. Así como el acto de escritura posterior de los hechos, me-
149
CAMINOS CRUZADOS #2
150
ANABELLA SCHOENLE LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
¿Esto significa que, por ejemplo, hay que repetir la lucha revoluciona-
ria, que aconteció en su momento trágico en las décadas pasadas, para
dar lugar al drama de la liberación política? Para intentar una respuesta
podemos acudir a los desarrollos que Deleuze trabaja sobre el pensa-
miento de Foucault. Encontramos en esa lectura tres ejes que aportan
reflexiones sobre ontología. Los ejes son el saber, el poder y la subjeti-
vación. Según la lectura deleuziana de Foucault, cuando hablamos de
saber, podemos pensar algunas cuestiones sobre el concepto de épo-
ca. Pues, cada época distribuye de una manera específica lo visible y lo
enunciable. De modo que en cada formación histórica se combinan ma-
neras de ver y de decir. Y los enunciados se tornan decibles en el marco
de las condiciones que los vuelven tales. Cada formación histórica ve y
hace ver todo lo que puede. Lo visible y lo enunciable se entrecruzan en
la formación, sin embargo, no se confunden. A su vez, su combinación
constituye el Saber que se estratifica de acuerdo a límites y umbrales.
Podemos aventurar, entonces, que, si hay repetición liberadora,
esta no se realizaría con la adopción de formas de lucha que se en-
cuentran en momentos históricos precedentes. En sentido estricto,
esto es imposible porque todo ha cambiado y el intento sería el ejer-
cicio de una repetición literal, un hacer lo mismo, para un momento
que no es el mismo de aquello que se intenta repetir. Sin embargo
hay una observación interesante aquí, podríamos decir que en el caso
de poder repetir un enunciado del pasado éste podría volver visibles
cosas de la época actual. Es decir, se podría repetir un enunciado para
hacer diferir aquello que estratificó en su momento. Pues, sacar de su
tiempo un enunciado y ubicarlo en otro genera movimiento sobre el
enunciado mismo y sobre el dispositivo general en el que se enmarca.
Se toma el enunciado, entonces, como estrategia, no como estrato, de
modo tal que lo hacemos ingresar al movimiento que propone el poder
2
DR 121. Traducción de S. Delphy y H. Baccacece, Buenos Aires, Amorrortu, 2002, p. 147
(en cursiva en el original)
151
CAMINOS CRUZADOS #2
Quizas se trate, como dice allí Deleuze, de construir curvas que dibujen
una forma entre aquello que sin el trazado es sólo una singularidad.
II
—F. U.: ¿Qué habías escrito?
—M. A. B.: L.O.M.J.E
—F. U.: ¿LOMJE?
—M. A. B.: L.O.M.J.E. Libres o muertos jamas esclavos. Y había
escrito mamá, papá, y no sé que más. Lo borraron y después volví
a escribir de nuevo. Pero mientras estaba escribiendo ya me vie-
ron y volvieron a borrar.
—F. U.: ¿Y que escribiste esta vez?...4
3
F 85-86. Traducción de José Vázquez Pérez, Buenos Aires, Paidós, 2015, 108.
4
Urondo, F., op. cit., p. 117.
152
ANABELLA SCHOENLE LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
aquella acción que permite aligerar. Hay una forma de afirmar que se
opone a la negación. Pero no es esa misma la del modo afirmativo.
Pues, el modo de los opuestos, como decimos al comienzo del texto,
conforma una lógica de funcionamiento en la que la agencia tiene dos
formas de realizarse: por acción o por reacción. La acción en esta ló-
gica necesita como respuesta una reacción. Por ello se implican y, una
vez que se está en este diálogo, no se puede generar otro modo de
relación fácilmente. La reacción entonces, tiene una agencia que, sin
embargo, no es activa. Es decir, dado que es una acción cuyo sentido
es reaccionar, tiene como limitación esa función misma. No puede
responder de modo creativo, reacciona de modo repetitivo, repite de
modo reactivo. Por lo tanto, este modo de acción es esclavo. Como
acción sólo es una respuesta mecánica que delimita su propia capaci-
dad a una repetición que aplaca la diferencia.
A su vez, hay una distinción que Deleuze retoma de Foucault entre
poder y violencia. El poder como relación de fuerzas tiene como obje-
to la fuerza misma. Cada fuerza tiene poder de afectar y de ser afec-
tada. Son relaciones diferenciales que determinan singularidades. De
modo que el poder tiene tres características principales: es algo que
se ejerce —no se tiene—; no es represivo, sino posibilitante; y pasa
por todas las fuerzas de la relación. La violencia, en cambio, tiene por
objeto cuerpos, objetos y seres a los que intenta destruir.
En el número 17 de la Revista Crisis, editado en septiembre 1974
encontramos, entre otras cosas, una poesía de Urondo. En este mo-
mento, ya habían sucedido los fusilamientos en Trelew, había ocurrido
recientemente la muerte de Juan Domingo Perón y había asumido
María Estela Martínez de Perón en su reemplazo. Publican allí Por
soledades, un poema de Urondo:
153
CAMINOS CRUZADOS #2
Dar la vida por una idea política, es decir morir por ella, es el modo
más extremo que conocemos de lucha. En 1972, muchos militantes
presos políticos en la Cárcel de Rawson planificaron una fuga, con
ayuda de militantes desde el exterior de la prisión. Esa fuga permitió a
un grupo reducido de militantes lograr la huida planificada, otra canti-
dad muy grande no llegó a salir de la cárcel, diecinueve llegaron al ae-
ropuerto y allí tuvieron que negociar su entrega. Los llevaron a Trelew,
luego de unos días los fusilaron. Sobrevivieron tres. Al comenzar la dic-
tadura de 1976 el aparato represivo del Estado comenzó a desapare-
cer, asesinar, torturar personas habiendo asumido el poder político. Los
tres sobrevivientes de la Masacre de Trelew y quien realiza la entrevista
fueron asesinados en el curso de esa dictadura cívico militar.
Retomando concepciones de Foucault, decimos que en el marco
de las sociedades disciplinarias el poder toma la vida por objeto. Por
ello, la resistencia al poder toma a la vida, no a la persona o al hombre,
como aquello que se tiene que volver contra el poder. Se genera una
lucha entre dos opuestos: la vida y el poder.
154
ANABELLA SCHOENLE LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
III
María Antonia Berger no escribió libre o muerta… escribió en plural.
Son posiciones distintas para un mismo juego ontológico, si se puede
decir eso. Quizas nosotros podemos también instalarnos en el plural
5
F 96. Trad. cast.: 119.
155
CAMINOS CRUZADOS #2
traicionero para asumir que sólo queda afirmar el azar una vez más,
cambiar las reglas del juego humano, tirar los dados que guardamos
con tanto temor, con la esperanza de ingresar en un diferencial que
pueda otra cosa. Afirmar el azar como gesto vital con contexto.
Si la repetición nos enferma, es ella también quien nos cura; si nos
encadena y nos-destruye, es igualmente ella quien nos libera, testi-
moniando en ambos casos su potencia “demoníaca”. Toda la cura es
un viaje al fondo de la repetición. […] la repetición en la transferencia
tiene como función no tanto identificar acontecimientos, personas y
pasiones, como autentificar roles, seleccionar máscaras.[…] Los roles
en sí son, por naturaleza, eróticos, pero la prueba de los roles convoca
a ese principio más alto, a ese juez más profundo que es el instinto
de muerte. […] Es en tal sentido que la repetición constituye por sí
misma el juego selectivo de nuestra enfermedad y de nuestra salud,
de nuestra pérdida y de nuestra salvación. […] Se vuelve evidente que
la idea de un instinto de muerte debe ser comprendida en función de
tres exigencias paradójicas complementarias: dar a la repetición un
principio original positivo, pero también una potencia autónoma de
disfraz y, por último, un sentido inmanente en que el terror se mezcla
estrechamente con el movimiento de la selección y de la libertad.6
6
DR 30. Trad. cast.: 46-47.
156
ANABELLA SCHOENLE LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
7
Santaya, G., El Cálculo trascendentaL. Deleuze y las fuentes de su filosofía IV, Buenos Aires,
RAGIF Ediciones, 2017, p. 230.
8
Urondo, F., op. cit., p. 117.
157
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
158
La obediencia no salva
Reflexiones spinozianas
sobre la libertad
Natalia Sabater (uba-conicet)
1
E I, 17. Utilizo siempre la siguiente traducción al castellano: Ética demostrada según el orden
geométrico, trad. Vidal Peña, Madrid, Alianza, 2009.
2
E I, 29.
3
Ver, por ejemplo, E I, ap.
159
CAMINOS CRUZADOS #2
4
E III, def. 2.
5
TTP 241. Trad. cast.: Tratado teológico- político, trad. de Atilano Domínguez, Madrid, Alianza,
2008, p. 415. Spinoza afirma que de los fundamentos mismos del Estado se sigue que “[…]
su fin último no es dominar a los hombres ni sujetarlos por el miedo y someterlos a otro,
sino, por el contrario, librarlos a todos del miedo para que vivan, en cuanto sea posible, con
seguridad, esto es, para que conserven al máximo este derecho suyo natural de existir
y de obrar sin daño suyo ni ajeno. El fin del Estado […] no es convertir a los hombres de
seres racionales en bestias o autómatas, sino lograr más bien que su alma y su cuerpo
desempeñen sus funciones con seguridad, y que ellos se sirvan de su razón libre y que no
se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones” (TTP
240, 241. Trad. cast.: 414, 415).
6
Al respecto, ver: Nadler, S., A Book Forged in Hell, Princeton, Princeton University Press,
2011, p. 198.
161
CAMINOS CRUZADOS #2
7
Cf. Tatián, Diego, “Spinoza y la cuestión democrática” en Tatián, D. (comp.), Spinoza, Noveno
Coloquio, Córdoba, Brujas, 2013, p. 88.
8
Ibíd., p. 87.
9
Chaui, M., Política en Spinoza, trad. por F. Gómez, Buenos Aires, Gorla, 2012, p. 349.
162
NATALIA SABATER LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
10
Cabe aclarar aquí que el concepto de democracia tal como es pensado por Spinoza no
supone la reivindicación de una utopía, no se proyecta como la realización de un modelo
imposible que modificaría el orden de la realidad (lo que en el marco de su pensamiento
sería absurdo), que garantizaría a los individuos una vida sumamente perfecta. Por el
contrario, el filósofo asume las características de la naturaleza humana, comienza su
reflexión política haciéndose cargo del infortunio, de la inadecuación, admite que los
hombres no nacen libres sino que deben hacerse libres. La postulación de la forma
democrática como aquella en donde este periplo puede ser concretado se da junto con
el reconocimiento del límite, de la finitud humana, de su parcialidad. Esto implica que, aún
en el marco de dicha forma de gobierno, el camino hacia la libertad, la verdad, la virtud
nunca está trazado de manera definitiva sino que es objeto de lucha, de trabajo constante.
Siempre los hombres se verán enfrentados con sus prejuicios, estarán atravesados por
sus afectos, poseerán ideas inadecuadas, siempre se encontrarán arrojados a los vaivenes
de la fortuna, vivirán expuestos a la disminución de su potencia. Por consiguiente, incluso
cuando las condiciones políticas sean las más aptas para que sea posible el camino hacia
la libertad, ello no es una garantía de que todos lograrán transitarlo.
11
E IV, pref.
163
CAMINOS CRUZADOS #2
12
E IV, 2, dem.
13
E IV, 4. La autora Marilena Chaui señala que ser una parte de la Naturaleza implica, según
el filósofo, “ser un ente finito que no puede ser concebido sin las demás partes; es tener
la potencia de existir superada en fuerza por la fuerza incalculablemente mayor de la
potencia de las causas exteriores; y, por último, es pasar necesariamente por cambios que
no son determinados por la fuerza interna de su conatus sino por la potencia de las causas
exteriores. Ser una parte de la Naturaleza es ser naturalmente una causa inadecuada y,
por eso, padecer: la pasividad está inscripta necesariamente en las partes finitas de la
Naturaleza” (Chaui, M., op. cit., p. 214).
14
E III, def. 2.
15
E III, def. 1.
164
NATALIA SABATER LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
16
E III, 1.
17
E IV, ap., capítulo IV. Cabe aclarar que Spinoza titula la Quinta Parte de la Ética “Del poder
del entendimiento o de la libertad humana” y se ocupa de mostrar la relación inescindible,
la profunda ligazón que se establece entre ambas nociones, aquí identificadas. Éstas se
presentan como dos aspectos, dos maneras de comprender lo mismo, haciendo posible
vislumbrar desde el inicio de aquel apartado —en el que el filósofo ofrece su respuesta a
problemáticas fundamentales de su proyecto ético— que la libertad del hombre irá de la
mano con el poder de su razón,
18
Al respecto, ver: Alquie, F., “Servitude et liberté selon Spinoza. Neuvième leçon: La béatitude
165
CAMINOS CRUZADOS #2
una actitud contemplativa por parte del sujeto o a una sabiduría en-
ciclopédica. Por el contrario, dicho saber implica la potencia de obrar
de la forma más plena, supone para los individuos la posibilidad de
determinarse a sí mismos a la acción, de alejarse del padecimiento co-
tidiano y repetido, quebrando un círculo vicioso que implica un estado
de servidumbre y sujeción. Así, este concepto de libertad no tiene que
ver con la ausencia de determinación, con el ejercicio autónomo de
una voluntad incausada, sino con la auto–determinación, con la posi-
bilidad de conocer las propias causas y, así, volverse unx mismx causa
adecuada de sus efectos, en la medida en que sea posible.
Esto supone establecer un vínculo indisoluble entre los conceptos
de necesidad y libertad, que ya no se piensan como opuestos. La
libertad en el sistema de Spinoza sólo será posible en el marco de
la necesidad, de la determinación, vinculada con el obrar de quienes
actúen únicamente en virtud de su propia naturaleza. Por ello, el co-
nocimiento de la sustancia, de aquella totalidad de la que son efecto,
hará libres a los individuos al volverlos conscientes de su esencia y
de su causa, la potencia infinita de Dios, permitiendo un ejercicio de
su potencia que ya no se dirija inútilmente en contra de la legalidad
de lo real o, lo que es peor, en contra de la naturaleza de su propia
esencia. Así, ser libre implicará abrazar la necesidad que atraviesa a
todos los seres, comprender las leyes que rigen la existencia de las
cosas y, así, determinarse a sí mismx, en virtud de la propia naturaleza,
a obrar. Aquello involucra, entonces, la posibilidad de producir efec-
tos por nosotrxs mismxs, sin vernos coaccionadxs por otras causas. Y
ésta es la definición más cabal de “acción”, que supone una injerencia
en el flujo de la determinación, entrañando la posibilidad de instaurar
determinaciones ulteriores que nos han tenido únicamente a nosotrxs
como causa.
Nuestra lectura se diferencia, entonces, de aquellas que estipulan
que el individuo libre en el sistema spinozista sería aquel que avanza
a través de cadenas causales ya trazadas, a las cuales puede ac-
et la liberté”, Leçons sur Spinoza, Paris, La Table Ronde, 2003, pp. 402-407.
166
NATALIA SABATER LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
ceder a través del conocimiento (es decir, que puede conocer) pero
sobre las que no posee la menor injerencia. Así, queremos aportar
un contrapunto a la imagen del alma libre como aquella que recorre
un camino predeterminado del que es mera espectadora y frente al
cual solo le resta conocer su carácter digitado para disuadirse de la
idea de poder actuar en él. Según esta perspectiva, la libertad en la
filosofía spinozista residiría en conocer las leyes de la Naturaleza, las
relaciones causales que nos abarcan, pero aceptando que existe un
derrotero inexorable, ya determinado desde la eternidad, que nos ve-
remos obligadxs a seguir. Y ella no entraña diferencias sustanciales,
por ejemplo, con la visión del pensamiento de Spinoza que presenta
Jacobi, quien lo considera un exponente del fatalismo y el ateísmo.
Para Jacobi el alma, en el sistema spinozista, es —según las palabras
de Jimena Solé—:
mera espectadora de los acontecimientos, necesariamente enca-
denados en relaciones causales desde la eternidad. Spinoza de-
bería admitir, señala Jacobi, que el templo de San Pedro en Roma
se ha construido a sí mismo, esto es, en virtud de un encadena-
miento infinito de hechos físicos de la naturaleza que no implican
un plan o una inteligencia que los guíe, y que los descubrimientos
de Newton son el resultado de una serie infinita de movimientos,
sin que Newton mismo, mediante su decisión libre, haya tenido
ninguna injerencia sobre ellos. En todo esto, sostiene Jacobi, el
alma humana es puramente contemplativa.19
167
CAMINOS CRUZADOS #2
E III, pref.
20
168
NATALIA SABATER LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
Bibliografía
170
LIBERTAD Y SERVIDUMBRE
171
CAMINOS CRUZADOS #2
Libertad, filosofía
y buen sentido /
sentido común J ES
A SA DOS
P ZA
R U
C
172
CAPITULO
SPINOZA
1) “Quienes no saben separar la filosofía de la teología, discu-
ten si la Escritura debe ser esclava de la razón o, al contrario, la
razón de la Escritura. Esto último es defendido por los escép-
ticos, que niegan la certeza de la razón; lo primero, en cambio,
por los dogmáticos. Por cuanto hemos dicho ya, consta, sin
embargo, que yerran totalmente tanto unos como otros, puesto
que ambas sentencias corrompen necesariamente la razón o la
Escritura.” (TTP 180. Trad. cast.: 318)
2) “Todos deben conceder, en verdad, que Dios nada puede
ser ni concebirse. Pues todos reconocen que Dios es la única
causa de todas las cosas, y tanto de su esencia como de su
existencia; esto es, Dios es causa de las cosas no sólo según
el devenir, como dicen, sino también según el ser [...]. Y la cau-
sa de esto ha sido, creo, que no se han atenido al orden del
filosofar. Pues han creído que la naturaleza divina, sobre la que
debían reflexionar antes que nada, ya que es prioritaria tanto
en el orden del conocimiento como en el de la naturaleza, era
la última en el orden del conocimiento y que las cosas llamadas
objetos de los sentidos eran anteriores a todo lo demás. De ello
ha resultado que, al considerar las cosas de la naturaleza, han
pensado en todo menos en la naturaleza divina, y, al intentar
más tarde considerar ésta, no han podido valerse de aquellas
primeras ficciones suyas sobre las que habían construido el co-
nocimiento de las cosas de la naturaleza, dado que de nada les
servían para conocer la naturaleza divina.” (E II, 10, esc.)
3) “Por consiguiente, mientras tratamos de la investigación de
las cosas nunca nos estará permitido inferir algo de nociones
abstractas, y deberemos tener el mayor cuidado de no confundir
las cosas que sólo están en el entendimiento con las que están
en la realidad. La mejor inferencia será la que desentrañemos
de alguna esencia particular afirmativa o de una verdadera y
legítima definición. Pues de los solos axiomas universales el
entendimiento no puede descender a las cosas singulares [...].
La definición, para que pueda llamarse perfecta, deberá expli-
car la íntima esencia de la cosa y cuidar de no poner en su lugar
algunas de sus propiedades.” (TIE 34. Trad. cast.: 86)
173
4) “La fe es un asentimiento firme, fundado en razones, por el
cual estoy convencido en mi entendimiento de que la cosa es
verdaderamente y fuera de mi entendimiento tal como yo estoy
convencido (de ella) en mi entendimiento. Digo un asentimiento
firme, fundado en razones, para distinguirla tanto de la opinión,
que siempre es dudosa y está sujeta a error, como del saber,
que no consiste en una convicción fundada en razones, sino
en una unión inmediata con la cosa misma. Digo que la cosa
es verdaderamente y tal fuera de mi entendimiento: verdadera-
mente, porque las razones no me pueden engañar en esto, ya
que, de lo contrario, no se distinguiría de la opinión; tal, porque
ella sólo me puede decir qué le corresponde ser a la cosa, y no
qué es la cosa en verdad, ya que, en otro caso, no se distinguiría
del saber; fuera, porque nos hace disfrutar intelectualmente, no
de lo que está en nosotros, sino de lo que está fuera de noso-
tros.” (KV 59. Trad. cast.: 106)
HEGEL
1) “La esencia de la filosofía justamente carece de base para
las peculiaridades, y para llegar a ella es necesario, puesto que
el cuerpo expresa la suma de las peculiaridades, zambullirse
en su elemento à corps perdu; pues la razón, que encuentra a
la conciencia atrapada en peculiaridades, llega a ser especu-
lación filosófica elevándose hasta sí misma y confiándose a sí
misma y a lo absoluto, que al mismo tiempo se convierte en su
objeto. La razón no pone en juego más que las finitudes de la
conciencia y, para remontarlas y construir lo absoluto en la con-
ciencia, se eleva a la especulación, y en la falta de fundamento
para las limitaciones y las peculiaridades ha captado en sí mis-
ma su fundamentación propia. Puesto que la especulación es
la actividad de la razón única y universal hacia sí misma, en lu-
gar de ver en los sistemas filosóficos de las diferentes épocas y
cerebros tan sólo procedimientos y puntos de vista puramente
peculiares, como ha liberado a su propio punto de vista de las
contingencias y limitaciones, debe encontrarse a sí misma a
través de las formas particulares –de lo contrario encontraría
una mera variedad de conceptos intelectivos y de opiniones y
una tal variedad no es ninguna filosofía–” (Diff 11-12).
174
CAPITULO
175
CAMINOS CRUZADOS #2
DELEUZE
176
CAPITULO
177
CAMINOS CRUZADOS #1
#2
178
Spinoza y el hombre común
Lucía Gerszenzon (uba-conicet)
1
Cf. E I, Ap. y V, 41, esc. Cito las obras de Spinoza según las traducciones siguientes: Ética.
Demostrada según el orden geométrico, trad. por V. Peña, Madrid, Editora Nacional, 1980;
Tratado de la reforma del entendimiento, trad. por O. Cohan, Cactus, Buenos Aires, 2006;
Tratado breve, trad. por A. Domínguez, Alianza, Madrid, 1990; Tratado teológico-político, trad.
por A. Domínguez, Madrid, Alianza, 1986; Tratado político, trad. por A. Domínguez, Madrid,
Alianza, 1986.
179
CAMINOS CRUZADOS #2
2
TIE, §7. Trad. cast.: 46.
3
Ibíd., §5. Trad. cast.: 45. Respecto de la opinión que merecen estos “bienes ordinarios”
para el filósofo, véase ibíd., §3-6 (trad. cast.: 44-45): “Estuve meditando, pues, si acaso
era posible llegar al nuevo modo de vida o, cuando menos, a su certeza, sin cambiar el
orden y modo ordinario de mi vida, y muchas veces lo intenté en vano. Pues lo que con
mayor frecuencia se presenta en la vida y lo que los hombres, según puede inferirse de
sus acciones, consideran como el bien supremo, se reduce a estas tres cosas: riquezas,
honores y deseo sexual. De tal modo distraen al espíritu estas tres solicitaciones que no
puede pensar en ningún otro bien. Así, en lo que atañe al deseo sexual, el alma queda tan
suspensa de él como si descansara en un bien verdadero, lo que le impide en absoluto
pensar en otra cosa. Pero a este goce sucede una profunda tristeza, que, si bien no pone
en suspenso al espíritu, por lo menos lo perturba y embota. También la persecución de los
honores y de las riquezas distrae no poco al espíritu, especialmente cuando se les busca
por sí mismos pues entonces se les supone el bien supremo. Los honores distraen aún
más al espíritu, ya que se les considera siempre como un bien en sí y como el fin último al
que todo se encamina.” Como se puede ver a partir de este texto, los bienes que suelen ser
perseguidos “comúnmente” por los individuos no son calificados como malos en sí mismos,
sino en función de que, en la mayoría de los casos, impiden u obstaculizan la búsqueda
de un bien mayor. Por otro lado, estos últimos son bienes inciertos por su naturaleza, a
diferencia de aquello que el filósofo concibe como bien verdadero, que será considerado
incierto solamente en cuanto a su obtención.
180
LUCÍA GERSZENZON LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
4
E I, Ap.
5
En este sentido, expresa Spinoza que los secuaces de la doctrina de la finalidad, “…que han
querido exhibir su ingenio señalando fines a las cosas, han introducido, para probar esta
doctrina suya, una nueva manera de argumentar, a saber: la reducción, no a lo imposible,
sino a la ignorancia, lo que muestra que no había ningún otro medio de probarla. Pues si, por
ejemplo, cayese una piedra desde lo alto sobre la cabeza de alguien, y lo matase, demostrarán
181
CAMINOS CRUZADOS #2
que la piedra ha caído para matar a ese hombre, de la manera siguiente. Si no ha caído
con dicho fin, queriéndolo Dios, ¿cómo han podido juntarse al azar tantas circunstancias?
(y, efectivamente, a menudo concurren muchas a la vez). Acaso responderéis que ello ha
sucedido porque el viento soplaba y el hombre pasaba por allí. Pero —insistirán— ¿por qué
soplaba entonces el viento? ¿Por qué el hombre pasaba por allí entonces? Si respondéis,
de nuevo, que el viento se levantó porque el mar, estando el tiempo aún tranquilo, había
empezado a agitarse el día anterior, y que el hombre había sido invitado por un amigo,
insistirán de nuevo, a su vez —ya que el preguntar no tiene fin—: ¿y por qué se agitaba el
mar? ¿Por qué el hombre fue invitado en aquel momento? Y, de tal suerte, no cesarán de
preguntar las causas de las causas, hasta que os refugiéis en la voluntad de Dios, ese asilo de
la ignorancia.” (Subrayado nuestro). A continuación, Spinoza considera que quienes intenten,
contrariamente, alcanzar un entendimiento racional de las verdaderas causas de las cosas
de la naturaleza, serán considerados impíos y herejes por aquellos a quienes el vulgo adora
como intérpretes de la naturaleza. Estos últimos, expresa el filósofo, “…saben que, suprimida
la ignorancia, se suprime la estúpida admiración, esto es, se les quita el único medio que
tienen de argumentar y de preservar su autoridad.” (Ibídem)
6
La utilización spinoziana de vocablos como “filósofos” y “filosofía” no se halla exenta de
ambigüedades. Spinoza a veces remite peyorativamente a los “filósofos”, pero esto no
parece implicar un abandono conceptual de la productividad del término. Como expresa
P.-F. Moreau, el término “filosofía” tiene en la obra de Spinoza un referente no en tanto
un sistema consolidado de saberes, sino como actividad en sí misma, y, en este sentido,
posee un carácter demarcatorio: “Así pues, si aún puede darse un uso positivo del término
«filósofo», no es en referencia a la tranquila universalidad de la ciencia; puede darse,
por el contrario, como instancia de división. El filósofo, en esta acepción, es quien sabe
distinguir concepto y ficción, y quien por ello mismo se distingue de los (otros) «filósofos»,
necesariamente desgarrados por la división de sus ficciones —como lo están los hombres
por la división de sus pasiones.” (Cf. Moreau, P.-F., “¿Qué es la filosofía? Spinoza y la
práctica de la demarcación”, en Spinoza. Filosofía, física y ateísmo, Madrid, A. Machado
Libros, 2014, pp., 121-135)
182
LUCÍA GERSZENZON LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
7
TTP 12. Trad. cast.: 72. Subrayado nuestro.
183
CAMINOS CRUZADOS #2
8
Así lo expresan las palabras inaugurales de dicha obra: “Después que la experiencia me
hubo enseñado que todo lo que ocurre frecuentemente en la vida ordinaria es vano y fútil,
y al ver que todo lo que para mí era objeto o motivo de temor no contenía en sí nada bueno
ni malo, fuera del efecto que ejercía en mi alma, decidí finalmente investigar si no habría
algo que fuese un bien verdadero, posible de alcanzar y el único capaz de afectar al alma
una vez rechazadas todas las demás cosas; más aún, si no habría algo cuyo hallazgo y
adquisición me permitiera gozar eternamente de una alegría suprema y continua.” (TIE, §1.
Trad. cast.: 44)
9
TIE, §14. Trad. cast.: 48-49.
184
LUCÍA GERSZENZON LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
lejos de ser una mera expresión sin otro sentido que exceda el de las
buenas intenciones. La consideración de unirse no sólo con otros indi-
viduos humanos, sino también con el mayor número posible de estos,
es fundamental en este proyecto por el simple motivo de que —como
expresa la cuarta parte de la Ética, proposición 28— el supremo bien
del alma, y su suprema virtud, es el conocimiento. Acceder a la ver-
dad, al conocimiento adecuado de las cosas, es lo que constituye la
libertad y la felicidad del individuo. Y aquello que es común, en este
sentido, tiene un valor fundamental para este último, ya que sólo pue-
de ser concebido adecuadamente, como establece Spinoza en la pro-
posición 38 de Ética II. Siempre que se trate de algo verdaderamente
común entre un individuo y otro, eso que tienen en común constituirá
el objeto de una idea que será, en todos los casos, adecuada.10
El bien supremo es considerado común, en este sentido, porque
no se halla ligado a cuestiones aleatorias, sino que responde a ciertas
características que —a pesar de no involucrar la ficcional idea de una
esencia universal del ser humano— son asignadas a la naturaleza de
la razón en sí misma.11 Como expresa Spinoza en el Tratado político,
10
Como establece dicha proposición, “Aquello que es común a todas las cosas, y que está
igualmente en la parte y en el todo, no puede ser concebido sino adecuadamente.” Este es
el origen de las nociones comunes que son objeto del segundo género de conocimiento:
“De aquí se sigue que hay ciertas ideas o nociones comunes a todos los hombres. Pues (por
el Lema 2) todos los cuerpos concuerdan en ciertas cosas, las cuales (por la Proposición
anterior) deben ser percibidas por todos adecuadamente, o sea, clara y distintamente.” (E
II, 28, cor.)
11
Esto no debería implicar, sin embargo, una anulación de los aspectos plurales y
especificidades de los individuos. Algunos autores contemporáneos, principalmente desde
la corriente del autonomismo, han dado especial importancia, en este sentido, al concepto
de “multitud” en el Tratado político. Por ejemplo, Paolo Virno opone las filosofías políticas
de Spinoza y de Hobbes a partir de dicha noción: “Las dos polaridades, pueblo y multitud,
tienen como padres putativos a Hobbes y Spinoza. Para Spinoza, el concepto de multitud
indica una pluralidad que persiste como tal en la escena pública, en la acción colectiva,
en lo que respecta a los quehaceres comunes (comunitarios), sin converger en un Uno,
sin desvanecerse en un movimiento centrípeto. Multitud es la forma de existencia social y
política de los muchos en tanto muchos: forma permanente, no episódica o intersticial. Para
Spinoza, la multitud es la base, el fundamento de las libertades civiles.” (Virno, P., Gramática
de la multitud. Para un análisis de las formas de vida contemporáneas, Colihue, Buenos
Aires, 2008, pp. 11-12). También A. Negri opone la filosofía de Hobbes, donde “la libertad
se rinde ante el poder”, a la de Spinoza, donde sucedería lo opuesto, a partir del concepto
de multitud del TP: “La idea de multitudo transforma el potencial renacentista utópico y
ambiguo que la caracteriza en proyecto y genealogía de lo colectivo, como articulación y
185
CAMINOS CRUZADOS #2
por “vida humana” entendemos aquella que se define “no por la sola
circulación de sangre y otras funciones comunes a todos los animales,
sino, por encima de todo, por la razón, verdadera virtud y vida del al-
ma.”12 En este mismo sentido, la dimensión común del bien que consti-
tuye el conocimiento no es una cualidad secundaria, sino que respon-
de al carácter pensante que es inescindible de lo humano tal como lo
entiende Spinoza. Simplemente, como expresa el Tratado breve, sin la
guía del entendimiento “vivimos como fuera de nuestro elemento”.13 El
axioma que establece que “El hombre piensa”14 es, en este sentido,
una de las piezas insoslayables de esta geometría.
El escolio a la proposición 36 de Ética IV se encarga justamente
de discutir contra la idea de que fuese posible que el bien supremo no
sea común. Dice Spinoza:
Si alguien preguntase ¿qué pasaría si el supremo bien de los que
siguen la virtud no fuese común a todos?, ¿acaso no se seguiría,
como pretendidamente ocurría anteriormente (ver Proposición 34
de esta Parte), que los hombres que viven bajo la guía de la ra-
zón, esto es (por la Proposición 35 de esta Parte), los hombres en
cuanto que concuerdan en naturaleza, serían contrarios entre sí?,
le respondería: el hecho de que el supremo bien del hombre sea
común a todos no nace de un accidente, sino de la naturaleza mis-
ma de la razón, pues ello se deduce indudablemente de la esencia
humana misma, en cuanto definida por la razón, y el hombre no
podría ser ni concebirse si no tuviera la potestad de gozar de ese
supremo bien.15
187
CAMINOS CRUZADOS #2
188
LUCÍA GERSZENZON LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
189
El único héroe de la filosofía:
Spinoza según Hegel en
el escrito de la Diferencia
María Jimena Solé (uba-conicet)
1
Gaudio, M., Solé, M. J. y Ferreyra, J., “Prólogo” en Idem. (eds.), Los caminos cruzados de
Spinoza, Fichte y Deleuze, Buenos Aires, RAGIF Ediciones, 2018, p. 8.
2
Ibidem.
190
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
far entre filósofos gana mucha vitalidad”.3 Vitalizar todavía más aquello
que es movimiento y vida. De eso se tratan estas experiencias.
Efectivamente, experimentamos en carne propia que las encrucija-
das potencian la actividad de filosofar. Y también lo vemos claramente
en los filósofos que estudiamos: ellos mismos, caminos filosóficos, son
radicalmente transformados por ciertos encuentros —cruces de ca-
minos que a veces se parecen más a colisiones de universos. Quizás
toda la historia de la filosofía podría reconstruirse en esta clave: como
un conjunto de colisiones que, sucesiva y simultáneamente, van pro-
duciendo todos los cambiantes caminos del pensamiento. Al menos,
si nos concentramos en los tres filósofos/caminos/universos que nos
convocan en esta oportunidad, no cabe duda de que el encuentro con
Spinoza sacude, transforma y vivifica tanto a Hegel como a Deleuze.
Spinoza “es el príncipe de los filósofos”, dice Deleuze, junto a
Guattari, en ¿Qué es la filosofía?, porque “no pactó con la trascen-
dencia”, “[e]ncontró la única libertad en la inmanencia” y “llevó a
buen puerto la filosofía, porque cumplió su supuesto prefilosófico”.4
La creación de conceptos, requiere de ese plano de inmanencia
como lo no filosófico, como un presupuesto que no existe ni antes
ni más allá de la filosofía misma pero sin el cual ella es imposible.
Spinoza es el príncipe de los filósofos porque puso de manifiesto
que el plano de inmanencia “está ahí”, lo pensó como “el afuera y el
adentro del pensamiento” como “lo que no puede ser pensado y no
obstante debe ser pensado”. Por eso, según Deleuze, “Spinoza es el
Cristo de los filósofos”. Es el misterio, la posibilidad de lo imposible.
“Mostró, estableció, pensó el plano de inmanencia «mejor», es de-
cir el más puro, el que no se entrega a lo trascendente ni vuelve a
conferir trascendencia, el que inspira menos ilusiones, menos malos
sentimiento y percepciones erróneas…”.5
3
Ibid., p. 9.
4
QQP 49. Utilizo la siguiente traducción: Deleuze, Gilles y Guattari, Félix, ¿Qué es la
filosofía?, trad. por T. Kauf, Barcelona, Anagrama, 1993, pp. 51-52.
5
QQP 59. Trad. cast.: p. 62.
191
CAMINOS CRUZADOS #2
Casi dos siglos antes, también Hegel había sido impactado por Spi-
noza. Contra la tendencia generalizada de su época, que combatía al
spinozismo y denunciaba sus inconsistencias, sus peligros, sus absur-
dos, el joven Hegel, recién llegado a Jena, experimenta el encuentro
con Spinoza de un modo completamente original. Esto se comprueba
en su primer libro publicado, que aparece en 1801 y está dedicado
a exponer, tal como el título lo indica, la Diferencia entre los sistemas
de filosofía de Fichte y Schelling.6 Pero el libro incluye una primera
parte en la que Hegel reflexiona acerca de qué es la filosofía, cuál es
su tarea y cómo debe ser llevada a cabo. Spinoza es presentado allí
como el único pensador de la historia que logró producir un sistema
auténticamente filosófico. Por eso creo que podemos afirmar, aunque
Hegel no lo diga expresamente, que en este momento de su vida, en
este trayecto inicial de su recorrido intelectual, considera a Spinoza el
único héroe de la filosofía.
Para mostrar que esto es así, primero (1) desarrollaré la concep-
ción de la filosofía que Hegel presenta en el escrito de la Diferencia.
Luego (2) abordaré lo que Hegel presenta como la tarea de la filoso-
fía y finalmente (3) intentaré poner en evidencia que, según Hegel,
Spinoza logra llevar a cabo esa tarea y su sistema es, por lo tanto, un
auténtico sistema filosófico.7
Ahora bien, a lo largo de este desarrollo, se pondrá también en
evidencia el vínculo estrecho que existe, según Hegel, entre filosofía y
libertad. Tal como Hegel la presenta en esta obra, la tarea de la filoso-
fía es esencialmente un ejercicio de liberación. Se trata de liberarse de
ciertas peculiaridades y particularidades que obstaculizan el acceso a
6
Hegel, G. W. F., Die Differenz des Fichteschen und Schellingschen Systems der Philosophie,
Jena, Seidler, 1801. Cito esta obra según la siguiente traducción: Hegel, G. W. F., Diferencia
entre los sistemas de Fichte y Schelling, trad. por Ma. Del C. Paredes Martín, Madrid, Técnos,
1990.
7
El vínculo entre Hegel y Spinoza ha sido estudiado por numerosos especialistas, algunos
de los cuales se mencionan en la Bibliografía. Acerca de la importancia de Spinoza en
Hegel, durante los años de Francfurt y Jena, recomiendo el libro de Sandra Palermo, Il
bisogno della filosofía. L’itinerario speculativo di Hegel tra Francoforte e Jena (1797-1803),
Milano/Udine, Mimesis, 2011.
192
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
8
Diff 12. Trad. cast.: 16.
9
Diff 10. Trad. cast.: 14.
10
Diff 11. Trad. cast.: 16.
11
Diff 10. Trad. cast.: 14.
193
CAMINOS CRUZADOS #2
12
Diff 10. Trad. cast.: 14.
13
Diff 11. Trad. cast.: 16.
14
Diff 11. Trad. cast.: 16.
15
Diff 12. Trad. cast.: 16.
16
Diff 11. Trad. cast.: 16.
194
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
17
Diff 12. Trad. cast.:. 17.
18
Diff 12. Trad. cast.: 17-18.
19
Diff 12. Trad. cast.: 18.
20
Diff 12. Trad. cast.: 18.
195
CAMINOS CRUZADOS #2
21
Diff 12. Trad. cast.: 18.
22
Diff 13. Trad. cast.: 18.
23
Diff 13. Trad. cast.: 20.
24
Diff 14. Trad. cast.: 20.
25
Diff 14. Trad. cast.: 20.
26
Diff 14. Trad. cast.: 20.
196
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
27
Diff 11. Trad. cast.: 15.
28
Diff 5. Trad. cast.: 4.
29
Diff 5. Trad. cast.: 4.
197
CAMINOS CRUZADOS #2
30
Diff 5. Trad. cast.: 4.
31
Diff 6. Trad. cast.: 6.
32
Solé, M. J., “Fichte y Spinoza acerca del primer principio de la filosofía y el problema de la
libertad” en Gaudio, M., Solé, M. J. y Ferreyra, J., (eds.), Los caminos cruzados de Spinoza,
Fichte y Deleuze, Buenos Aires, RAGIF Ediciones, 2018, pp. 223-246.
198
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
199
CAMINOS CRUZADOS #2
Puede ser que comenzar con una definición choque con el propó-
sito de fundamentar y deducir principios. Pero su concepto de sus-
tancia —que Hegel identifica aquí con el de causa de sí— supera los
opuestos sin anularlos. No es un concepto sino una antinomia. No
es un producto del entendimiento sino resultado de la actividad de
la razón. Spinoza logró liberarse de las peculiaridades, logró superar
la escisión y, con los materiales de su época, produjo un sistema que
logra expresar lo Absoluto. Su sistema es auténtica filosofía, expresa
la unidad originaria de la que surgen y a la que remiten los opuestos.
Puede ser que Spinoza sea ingenuo. Pero resplandece en este libro
como el único héroe de la filosofía y como el único que logra resolver
la enigmática ecuación entre libertad y necesidad, entre universalidad
y particularidad.
200
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
201
CAMINOS CRUZADOS #2
202
MARÍA JIMENA SOLÉ LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
203
“¡No, Cristina,
así es el neoliberalismo!”
Una aproximación deleuziana
a los medios masivos de
comunicación
Matías Soich (uba-conicet)
I
“En diciembre de 2015, por primera vez desde la generación del Cen-
tenario, los argentinos y las argentinas decidieron libremente y con su
voto que los grandes grupos empresarios argentinos tomaran el poder
estatal. Este hecho sin precedentes en la historia desde la sanción
de la Ley del Sufragio Universal, Secreto y Obligatorio […] merece un
análisis”.1 Y vaya si lo ha recibido. Una buena parte de ese análisis giró
en torno al peso de los medios masivos de comunicación (MMC) en
los resultados de esa elección presidencial, así como a su influencia
previa.2 A partir de 2008, la aceleración del enfrentamiento entre el
kirchnerismo y el Grupo Clarín polarizó no sólo a la sociedad argentina
en su conjunto respecto del rol político de los MMC —por un lado,
quienes creían que estos operaban políticamente (des)informando a la
población; por el otro, quienes sostenían que simplemente “contaban
la realidad”—, sino también al campo autodenominado crítico. Dentro
de él, algunxs creen que los MMC tuvieron y tienen un rol central, no
sólo en la circulación de la información, sino también en la toma de
decisiones (entre otras, electorales), en la construcción de una visión
1
Fernández de Kirchner, C., Sinceramente, Buenos Aires, Sudamericana, 2019, p. 583.
2
Al hablar de “medios”, me refiero no solamente a los formatos clásicos como los diarios, la
radio y la televisión, sino también a la creciente hibridación tecnológica que, dispositivos y
tecnologías virtuales mediante, a la vez integra y desborda esos medios en combinaciones
multimodales del canal oral y el escrito, lo táctil y lo audiovisual, etc.
204
del mundo e, incluso, en la constitución de una cierta subjetividad.
Mientras que otrxs, sin negar la importancia de los MMC, consideran
que darles esa centralidad es excesivo, superficial e incluso perjudi-
cial, por ir en detrimento de otros factores igualmente importantes
para el análisis cultural y político.
Cristina Fernández de Kirchner se ubica explícitamente en el pri-
mer grupo. En Sinceramente, sostiene que la propuesta de la Alianza
Cambiemos —hoy Juntos por el Cambio—, despojada del marketing
electoral, consistió en un sistema de creencias sin fundamentos sóli-
dos, basado en el odio al peronismo y su base social y propagado a
través de los MMC.3 Para la autora, las creencias son un objeto desta-
cado de producción y consumo en esta fase del capitalismo, y no duda
en atribuirles un gran poder subjetivo: “en plena revolución digital y de
redes [la metodología de la mentira permanente] se usa para vender
otro producto virtual o subjetivo: creencias… Creencias; allí donde re-
siden todas las pasiones, pero también lo irracional, lo pulsional”.4 Para
naturalizar la quita de derechos y el consecuente exterminio social,
para lograr “la reducción inducida a la servidumbre voluntaria”, ya no
se recurre a la eliminación física directa, sino a la (auto)persuasión,
mediante “creencias, que cosifiquen sin posibilidades de reacción el
estado de las cosas: es decir, [la creencia de que] ser pobres y vivir
como pobres y morir como pobres es más que un acto de violencia,
es un acto de piedad. De redención. O peor aún: de moda”.5 Al analizar
su relación con Héctor Magnetto, Cristina lo distingue del resto de los
grandes empresarios que conoció: todos ellos se resintieron con su
gobierno —no precisamente por haber mermado sus ganancias, sino
por haber perdido injerencia en la toma de decisiones políticas— “pero
[Paolo] Rocca vende caños y Magnetto vende creencias”.6 Peligrosa
conjunción: un gran empresario, el más político de todos,7 está resen-
3
Fernández de Kirchner, C., op. cit., p. 519.
4
Ibíd., p. 569. Énfasis agregado.
5
Ibíd., p. 570.
6
Ibíd., p. 571.
7
Ibíd., p. 572.
205
CAMINOS CRUZADOS #2
8
Ibíd., p. 563. Énfasis agregado.
9
Ibíd., p. 590.
10
Moscovici, S., Social Representations. Explorations in Social Psychology, Cambridge, Polity
Press, 2000, pp. 22, 24. Mi traducción.
206
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
11
van Dijk, T. A., Ideology. A Multidisciplinary Approach, Londres, Sage, 1998, p. 46.
12
Raiter, A., “Representaciones sociales” en Raiter, A. (comp.), Representaciones sociales,
Buenos Aires, Eudeba, 2001, pp. 11-29.
13
Pardo, M. L., Teoría y metodología de la investigación lingüística. Método sincrónico- dia-
crónico de análisis lingüístico de textos, Buenos Aires, Tersites, 2011.
207
CAMINOS CRUZADOS #2
II
En la caracterización de la Imagen dogmática del pensamiento que
hace Deleuze en Diferencia y repetición, el sentido común proporciona
la forma de lo Mismo como norma de identidad, tanto respecto del
sujeto (identidad del Yo puro que reúne armoniosamente todas sus
facultades) como del objeto (identidad del objeto cualquiera para to-
das las facultades del sujeto).14 Al garantizar formalmente la concordia
del sujeto y el objeto, y del sujeto consigo mismo, el sentido común
posibilita el reconocimiento. Su complementario, el buen sentido, es
la norma de repartición que asegura esa concordia desde el punto
de vista de las conciencias empíricas y los objetos cualificados. Di-
cha repartición no es indiferente sino que está orientada, según una
dirección que constituye precisamente el “sentido bueno”: de lo más
diferenciado a lo menos diferenciado, de la producción de diferencias
a su igualación, siguiendo el modelo de la termodinámica clásica.15
Si el sentido común posibilitaba el reconocimiento, la flecha del buen
sentido habilita la previsión: podemos prever qué ocurrirá porque, sea
cual sea el punto de partida (una verdad parcial que reconocemos
qua sujetos), todo tiende siempre hacia lo Mismo (la anulación de las
diferencias como sentimiento de lo absoluto).
Ahora bien, para Deleuze el sentido común y el buen sentido no se
relacionan sólo con objetos, sino también con valores que “intervienen
fundamentalmente en las distribuciones realizadas por el buen senti-
do”.16 Si consideramos que esos valores están socialmente mediados,
podemos pasar de la igualación termodinámica a lo que este filósofo
14
DR 174-5, 291. Trad. cast.: 207, 339. Cito esta obra según la traducción de S. Delpy y H.
Beccacece, referida en la Bibliografía.
15
DR 174-5, 289-90. Trad. cast.: 207, 336-7.
16
DR 177. Trad. cast.: 210.
208
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
17
DR 290. Trad. cast.: 337.
18
DR 205. Trad. cast.: 242.
19
Llamo aquí al sentido común y al buen sentido “sociales” para distinguirlos del planteo
original de Deleuze en Diferencia y repetición y, a la vez, para enfatizar su rol convergente
en la reducción a la servidumbre voluntaria.
20
Frase tomada de un meme de autoayuda.
21
DR 232. Trad. cast.: 272.
209
CAMINOS CRUZADOS #2
22
DR 212. Trad. cast.: 250.
23
“El elemento de lo problemático, en su carácter extra-proposicional, no cae en la represent-
ación”. DR 231. Trad. cast.: 271.
24
DR 247. Trad. cast.: 289.
25
DR 248. Trad. cast.: 290.
26
DR 289. Trad. cast.: 337.
210
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Los aspectos lingüístico-discursivos de estas formas mediáticas han sido estudiados con
28
América Latina. Estudio de la Red Latinoamericana de Análisis Crítico del Discurso, San-
tiago de Chile, Frasis, 2008; Montecino, L. (ed.), Discurso, pobreza y exclusión en América
Latina, Santiago de Chile, Cuarto Propio, 2010; y Ramalho, V. y Resende, V. de M., Análise
de discurso (para a) crítica: o texto como material de pesquisa, Campinas, Pontes, 2011.
29
“[L]as Ideas, al igual que los Problemas, no sólo están en nuestra cabeza, sino aquí y allá,
en la producción de un mundo histórico actual”. DR 246. Trad. cast.: 288. Cf. Schoenle,
A., “Una historia posible: devenir, acontecimiento y paradoja. Una lectura deleuziana de La
Patria fusilada de Francisco Urondo” en Heffesse, S., Pachilla, P. y Schoenle, A. (eds.), Lo
que fuerza a pensar. Deleuze, ontología práctica 1, Buenos Aires, Ragif Ediciones, 2019, pp.
325-35. Allí la autora dice: “el buen sentido lo que hace es prever, afirmar una sola dirección
y distribuir de forma sedentaria. El buen sentido, de este modo, determina significados,
pero no da sentido” (p. 333).
30
DR 232. Trad. cast.: 272. Para una invaluable y detallada exposición de las matemáticas
como fuente de la ontología deleuziana, más específicamente del cálculo diferencial como
medio del cual Deleuze extrae elementos para construir su concepto de dialéctica, Cf. San-
taya, G., El cálculo trascendental: Gilles Deleuze y el cálculo diferencial: ontología e historia,
Buenos Aires, RAGIF Ediciones, 2017.
212
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
III
La teoría deleuziana de las facultades postula, para cada facultad co-
nocida (la sensibilidad, la imaginación, la memoria, el pensamiento, el
habla) o por explorar (la vitalidad, la sociabilidad), dos usos posibles. Un
uso empírico, voluntario, en el cual esa facultad se ejerce bajo la forma
del reconocimiento, tanto respecto de un objeto que le sería afín “por
naturaleza” como de las demás facultades que, capaces de volcarse
cada una en su justa medida sobre ese objeto, corroboran su adecua-
31
Schoenle, A., “Para leer la historia: lógica estructural de la diferencia en la Idea social”
en Ferreyra, J. (comp.), Intensidades deleuzianas. Deleuze y las fuentes de su filosofía III,
Buenos Aires, La Cebra, 2016, pp. 123-36, p. 132. Recordemos, en este punto, la con-
sideración de Deleuze sobre lo económico como “la dialéctica social misma, es decir, el
conjunto de problemas que se plantean a una sociedad dada, el campo sintético y prob-
lematizante de esa sociedad”. DR 241. Trad. cast.: 282.
32
DR 236. Trad. cast.: 277.
213
CAMINOS CRUZADOS #2
ción mutua. Pero existe también otro uso, superior o trascendente, in-
voluntario, en el que la facultad no reconoce a su objeto, sino que se
encuentra con él. Ese encuentro no supone una afinidad preexistente
entre la facultad y el objeto, sino que desencadena una violencia que sa-
cude a aquella, haciéndola nacer al mundo en su uso trascendente.33 El
violento encuentro que lleva a cada facultad a su ejercicio trascendente
es siempre contingente: no podemos preverlo porque la diferencia que
está en su origen no se domeña a la flecha del buen sentido. Esa con-
tingencia, lejos de ser impotente, “garantiza la necesidad de lo que fuer-
za a pensar”,34 en tanto la imprevisibilidad del encuentro no responde a
una pura indeterminación sino, justamente, a la diferencia de base en
su carácter productor. El uso empírico de las facultades, regido por el
sentido común y el buen sentido, funda y sostiene la doxa. El uso tras-
cendente, por el contrario, se opone a la doxa (es paradójico).35 Rompe
con la norma de identidad del sentido común, en tanto se da en un Yo
fisurado y disuelto cuyas facultades ya no se comunican armoniosa-
mente; y rompe con la norma de repartición del buen sentido, en tanto
“hace valer la diferencia que no se deja igualar o anular en la dirección
de un buen sentido”.36 En el uso empírico, la armonía de las facultades
garantiza la representabilidad del objeto. Es decir que, en el uso empí-
rico, las facultades se dirigen siempre hacia representaciones. Pero las
facultades se elevan a su uso trascendente cuando son recorridas por
Ideas, que ponen a cada una ante lo que ella no puede representarse y,
sin embargo, no puede sino captar: la diferencia. Frente a la re-presen-
tación, es la presentación pura de la diferencia en un sistema de relacio-
nes diferenciales (la Idea) lo que hace nacer cada facultad a su ejercicio
trascendente, a la vez tan imposible como necesario.
33
En este caso, aclara el filósofo, “[t]rascendente no significa de ningún modo que la facultad
se dirija a objetos que están fuera del mundo, sino, por el contrario, que capta en el mundo
lo que le concierne exclusivamente y la hace nacer al mundo”. DR 186. Trad. cast.: 220.
34
DR 189. Trad. cast.: 224.
35
“Paradojo, ja. La forma f.,[…]; propiamente lo contrario a la opinión común.”, Real Academia
Española, Diccionario de la lengua española (actualización 2018), disponible en online.
Consultado el 22 de julio de 2019.
36
DR 293. Trad. cast.: 341.
214
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
37
“Las Ideas son multiplicidades puras que no presuponen ninguna forma de identidad en
un sentido común, sino que animan y describen, por el contrario, el ejercicio disjunto de las
facultades desde el punto de vista trascendente”. DR 250. Trad. cast.: 293. En estas pági-
nas, Deleuze afirma que las Ideas se corresponden “una por una” con todas las facultades
y que, sin embargo, ninguna Idea es el objeto exclusivo de una facultad en particular.
38
DR 249-50. Trad. cast.: 292.
39
“Y con respecto al lenguaje, ¿hay un loquendum que sea simultáneamente silencio?”. DR
215
CAMINOS CRUZADOS #2
186-7. Trad. cast.: 221. “El sentido, desde ese punto de vista, es el verdadero loquendum”.
DR 201. Trad. cast.: 237.
40
DR 187, 269. Trad. cast.: 221, 314. Nótese que, de acuerdo con lo dicho por Deleuze sobre
el ejercicio superior de las facultades, el encuentro con la libertad como objeto trascenden-
te es a la vez contingente y necesario.
41
Cf. Fernández de Kirchner, C., op. cit., p. 570.
216
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Schoenle, A., “Para leer la historia: lógica estructural de la diferencia en la Idea social”, op.
43
por qué o por quiénes? ¿Cómo hacer, en tanto sociedad, para decir lo
indecible, lo que sólo puede ser dicho y,44 al hacerlo, ejercer también
esa libertad tan imposible como necesaria?
Dice Deleuze que “las Ideas son los problemas, pero los proble-
mas sólo aportan las condiciones bajo las cuales las facultades ac-
ceden a su ejercicio superior”.45 Podemos entonces preguntarnos:
¿cuáles son las condiciones bajo las cuales el habla y la sociabilidad
acceden a dicho ejercicio? Volviendo por última vez al Análisis Crí-
tico del Discurso, es interesante señalar que, desde esta rama, el
discurso se define como la unidad del texto y su contexto: “El texto
está hecho de elementos y relaciones expresados lingüísticamente.
El discurso incorpora los elementos y relaciones extralingüísticas
que se utilizan en la producción del texto”.46 Lo discursivo, enton-
ces, puede entenderse como una realización inescindiblemente lin-
güística y contextual-social: un plexo de relaciones entre elementos
lingüísticos y elementos sociales, en el seno del cual se produce la
materialidad discursiva. Si osadamente usamos esta noción para
pensar el plano virtual de las Ideas-problema, ¿podríamos adivinar
44
¿O acaso eso indecible que sólo puede ser dicho tendrá como condición, a nivel social,
cierto silencio? “La estupidez nunca es muda ni ciega. El problema no consiste en con-
seguir que la gente se exprese, sino en poner a su disposición vacuolas de soledad y de
silencio a partir de las cuales podrían llegar a tener algo que decir. Las fuerzas represivas
no impiden expresarse a nadie, al contrario, nos fuerzan a expresarnos. ¡Qué tranquilidad
supondría no tener nada que decir, tener derecho a no tener nada que decir, pues tal es la
condición para que se configure algo raro o enrarecido que merezca la pena de ser dicho!”.
P 176-7. Trad. cast.: 206-7. Cito esta obra según la traducción de J. L. Pardo, referida en la
Bibliografía. Recordemos que Deleuze asocia el ejercicio trascendente del habla tanto al
sentido como también, precisamente, al silencio. En relación con esto, las condiciones para
la producción social de sentidos emancipadores son quizá aquellas condiciones materiales,
culturales, económicas y legales que garanticen un mínimo de silencio, un resguardo de
sobriedad para el cuerpo social aturdido por la filtración incesante de los MMC. Es difícil
no preguntarse, entonces, por los avatares de la Ley de Servicios de Comunicación Au-
diovisual 26.522 en Argentina, una ley cuyo proceso ilustró como pocos la posibilidad de
una articulación orgánica entre el Pueblo y el Estado, en pos de determinar condiciones de
base para abrir el espacio a nuevos decibles.
45
DR 190. Trad. cast.: 225.
46
Lavandera, B., “Argumentatividad y discurso” en Variación y significado. Y discurso, Bue-
nos Aires, Paidós, 2014, pp. 347-65, p. 348. Cf. también Pardo, M. L., “Estado del área
básico para una introducción al Análisis del Discurso y al Análisis Crítico del Discurso” en
Constantino, G. D. (comp.), Investigación cualitativa & análisis del discurso en educación,
Catamarca, Universitaria, 2002, pp. 49-79.
218
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
47
“Las Ideas son complejos de coexistencia […] Se hacen y deshacen objetivamente según
las condiciones que determinan su síntesis fluida. […] Las Ideas son variedades que, en sí
mismas, comprenden subvariedades. […] las distinciones de Ideas son inseparables de sus
tipos de variedades y de la manera en que cada tipo penetra en los otros. Proponemos el
nombre de perplicación para designar ese estado distintivo y coexistente de la Idea”. DR
241-2. Trad. cast.: 283-4.
48
Quizá, el ejercicio superior de esa facultad del discurso se insinúe hoy en torno al lenguaje
inclusivo, donde una “misma” Idea recorrería la sensibilidad, el habla y la sociabilidad, reali-
zando una violenta comunicación entre ellas, así como una correspondencia sin semejanza
entre elementos tan diversos como los morfemas gramaticales del género, los puntos de
subjetivación y las nuevas formas de organización del poder. Se trata, por supuesto, apenas
de una intuición a desarrollar.
49
Fernández de Kirchner, Cristina, op. cit., p. 538.
219
CAMINOS CRUZADOS #2
220
MATÍAS SOICH LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
221
CAMINOS CRUZADOS #2
222
Ante la ley
Hegel y la filosofía práctica
de Jacobi en Fe y saber
Federico Vicum (uba-unipe)
1
GuW 321. Cito esta obra según la siguiente traducción al español: Hegel, G. W. F., Fe y
saber, traducción, introducción y notas de Vicente Serrano, Madrid, Biblioteca Universal,
2007, p. 59.
223
CAMINOS CRUZADOS #2
2
Refiero a la siguiente edición de las obras de Jacobi: Jacobi, F. H., Werke, edición de Köppen,
F., Jacobi, F. H., Roth, F. V., Leipzig, Gerhard Fleischer, 1812-1825, seis tomos, IV/2, p. 132.
En adelante se abrevia JW. Cito según la siguiente traducción castellana: Jacobi, F. H.,
“Cartas sobre la doctrina de Spinoza al señor Moses Mendelssohn”, en Mendelssohn, M. [et
al.], El ocaso de la Ilustración. La polémica del spinozismo, selección de textos, traducción,
introducción y notas de María Jimena Solé, Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2013,
p. 561. En adelante se abrevia CDS.
3
Cf. JW/IV, 2, 154-155. Trad. cast. (CDS): 573-574.
224
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
4
JW/ IV, 2, 152-153. Trad. cast. (CDS): 573.
5
JW III, 35. Cito según la siguiente traducción castellana: Jacobi, F. H., “Carta a Fichte”, en
id., Cartas a Mendelssohn. David Hume. Carta a Fichte, traducción, introducción y notas por
José Luis Villacañas, Madrid, Biblioteca Universal, 1996, p. 500. Véase también: “Lo repito:
o Dios es, y entonces es un ser consistente por sí mismo, vivo y externo a mí, o Yo soy Dios.
No hay un tercero” (JW/III, 49. Trad. cast.: 508). En adelante se abrevia CF.
6
JW/IV, 2, 157. Trad. cast. (CDS): 576.
225
CAMINOS CRUZADOS #2
toda intuición de la verdad así como de todo amor del bien […]”.7 La
única imagen que no desgarra lo divino de la vida humana, sino que
lo posibilita, es la que yace en el interior del hombre; tal imagen es la
única imagen verdadera porque, si se la reconoce y se la deja actuar,
deja de ser imagen y se convierte en vida.8
Además de la inmediata existencia de lo incondicionado, junto con
nuestra existencia se revela la de seres semejantes a nosotros: “Pues,
sin el tú, el yo es imposible”.9 Así como no construimos el mundo natu-
ral ni a Dios, tampoco construimos el mundo social. Nuestra existen-
cia en sociedad es inmediata: “todos y cada uno de nosotros hemos
nacido en la creencia y debemos permanecer en la creencia, al igual
que hemos nacido en sociedad y debemos permanecer en sociedad:
Totum parte prius esse necesse est”.10 Por lo tanto, el origen de la so-
ciedad también se remonta, de modo incomprensible, a Dios:
Todas las constituciones provienen de un ser superior: en sus co-
mienzos, todas fueron teocráticas. La primera necesidad, tanto
para el individuo humano como para la sociedad, es un Dios. El
sometimiento absoluto a una autoridad superior, a la obediencia
más severa y sagrada, ha sido el espíritu de cada época que pro-
dujo gran número de grandes acontecimientos […]. El templo más
sagrado de los espartanos estaba dedicado al miedo.11
7
Trad. cast. (CDS): 222. (Se trata de un pasaje correspondiente a la primera edición de las
Cartas, no recogido en la edición de las obras completas que preparara el mismo Jacobi.
Cf. Jacobi, F. H., Über die Lehre des Spinoza in Briefen an den Herrn Moses Mendelssohn,
Breslau, Gottlieb Löwe, 1785, p. 193).
8
“Así pues, el espíritu de mi religión es el siguiente: por medio de una vida divina el hombre
se vuelve uno con Dios […]” (JW/IV, 1, 212. Trad. cast. (CDS): 206).
9
JW/ IV, 1, 211. Trad. cast. (CDS): 205.
10
JW/IV, 1, 210. Trad. cast. (CDS): 204.
11
JW/ IV, 1, 242. Trad. cast. (CDS): 225-226.
226
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
12
JW/IV, 1, 243. Trad. cast. (CDS): 227.
13
JW/ II, 303-304. Cito según la siguiente traducción al castellano: Jacobi, F. H., “David
Hume. Sobre la creencia o idealismo y realismo”, en id., Cartas a Mendelssohn. David Hume.
Carta a Fichte, traducción, introducción y notas por José Luis Villacañas, Madrid, Biblioteca
Universal, 1996, p. 447. En adelante se abrevia DH.
227
CAMINOS CRUZADOS #2
14
JW/II, 310. Trad. cast. (DH): 450.
15
GuW, 349-350. Trad. cast. (levemente modificada): 92.
16
GuW 350. Trad. cast.: p. 93.
17
Ibídem.
228
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
18
Palermo, S., “«Lo primero de la filosofía es conocer la absoluta nada». Fe y saber ante la
cuestión del nihilismo”, en Revista Electrônica de Estudos Hegelianos, N° 20, año 12 (2015),
p. 56.
19
GuW 351. Trad. cast.: 94.
20
GuW 379. Trad. cast.: 125.
229
CAMINOS CRUZADOS #2
21
GuW Trad. cast.: 126.
22
“Fatalismo, ateísmo, nihilismo y anarquía son, según Jacobi, los resultados necesarios hacia
los que avanza todo aquel que adopte principios racionalistas” (Solé, María Jimena, “Estudio
preliminar. La Polémica del spinozismo. Antecedentes, desarrollo y consecuencias”, en
Mendelssohn, M. [et al.], El ocaso de la Ilustración, op. cit. p. 59).
23
GuW 375. Trad. cast.: 121.
24
GuW 360. Trad. cast.: 105.
230
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
25
GuW 360-361. Trad. cast.: 105.
26
GuW 382. Trad. cast.: 129.
27
GuW 363. Trad. cast.: 108.
231
CAMINOS CRUZADOS #2
28
“Decidido, sincero, sin miedo y sin duda, doy ventaja a la idolatría exclusivamente externa
respecto de aquella religión demasiado pura para mí que se me presenta como autoidolatría”
(JW/III, 50. Trad. cast. (CF): 509).
29
JW/III, 53. Trad. cast. (CF): 510.
232
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
la nada” del idealismo fichteano, que equivale a hacer un dios del ser
humano,30 Jacobi se declara “ateo” e “impío”:
Sí, soy el ateo y el impío que quiere mentir a la voluntad de la nada
como Desdémona mintió al morir; quiero mentir y engañar como
Pílades presente ante Orestes; quiero asesinar como Timoleón;
quiero romper la ley y juramento como Epaminondas, como Juan
de Witt; quiero el suicidio como Otto, o entrar a saco en el templo
como David, sí, y arrancar las espigas en sábado y sólo porque
tengo hambre, porque la ley está hecha para el hombre y no el
hombre para la ley. Soy ese impío y me burlo de la filosofía, que
me llama por eso impío; me burlo de ella, y de su ser supremo, con
la sagrada certeza que tengo en mí, pues sé que el privilegium
aggratiandi por tal crimen contra la pura letra de la ley racional ab-
solutamente universal, es el derecho de majestad (Majestätsrecht)
del hombre, el sello de su dignidad, de su naturaleza divina.31
30
“El hombre tiene que hacer esta elección, esta única: la nada o un Dios. Eligiendo la nada, el
hombre se hace Dios a sí mismo; esto es: hace de Dios un fantasma; pues es imposible, si
no hay Dios, que el hombre y todo lo que le rodea no sea mero fantasma” (JW/III, 49. Trad.
cast. (CF): 508).
31
JW/ III, 37-38. Trad. cast. (CF): 501. Hegel cita este pasaje en GuW 380-381. Trad. cast.: 127.
233
CAMINOS CRUZADOS #2
32
GuW 381. Trad. cast.: 127. Para un análisis de las ideas de Jacobi que Hegel, en Fe y saber,
recoge positivamente, véase Jonkers, Peter, “F.H. Jacobi, ein ‚Galimathias’ der spekulativen
Vernunft? Einige Bemerkungen zu Hegels Jacobi-Deutung in seinen Jenaer Schriften” en
Heidemann, Dietmar/Krijnen, Christian (comp.), Hegel und die Geschichte der Philosophie,
Darmstadt, WBG, 2007. Jonkers destaca, además de la necesaria vitalidad de la “belleza
ética”, la adecuada (a ojos de Hegel) intuición política que Jacobi presenta con la historia
de los espartanos Espertias y Bulis, historia en la que nos detendremos a continuación. No
coincidimos con Jonkers cuando afirma que la evaluación de la filosofía práctica jacobiana
por parte de Hegel es relativamente positiva.
33
“El odio general de la filosofía de Jacobi contra el concepto desdeña necesariamente su
forma objetiva de eticidad, la ley, y finalmente la ley pura como principio de eticidad” (GuW
380. Trad. cast.: 127).
234
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
34
JW IV/1, pp. 232-234. Trad. cast. (CDS): 216-217.
235
CAMINOS CRUZADOS #2
como lo más sagrado, sino como lo más común […] concibe como
lo más comúnmente empírico aquello que es lo más racional.35
Sobre la incipiente evaluación positiva, por parte de Hegel, del aspecto legal de la eticidad
36
37
GuW 385. Trad. cast.: 132.
38
GuW 386. Trad. cast.: 132-133.
237
CAMINOS CRUZADOS #2
El tópico de la muerte de Dios aparece en las líneas finales de Fe y saber. Cf. GuW 413-
39
414. Trad. cast.: 164. Como escriben Hans Brockard y Hartmut Buchner en la introducción
a la edición crítica de Fe y saber, la negación de toda finitud inmóvil se expresa, entre otros
lugares de la obra de Hegel, en la muerte del hombre divino que, en la Fenomenología del
espíritu, configura el tránsito de la religión revelada al saber absoluto. Cf. Brockard, H. /
Buchner, H., “Einleitung”, en Hegel, G. W. F., Jenaer Kritische Schriften (III). Glauben und
Wissen, Hamburgo, Felix Meiner Verlag, 1986, pp. XI-XII.
238
FEDERICO VICUM LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
239
CAMINOS CRUZADOS #2
240
Entre el caos y la doxa:
el Pensamiento
Randy R. J. Haymal Arnes (unrc)
241
CAMINOS CRUZADOS #2
1
DR 175. Trad. cast.: 208.
2
DR 215.Trad. cast.: 252-253.
3
DR 193.Trad. cast.: 228.
242
RANDY R. J. HAYMAL ARNES LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
4
DR 172. Trad. cast.: 204.
5
DR 172. Trad. cast.: 205.
6
DR 169-170. Trad. cast.: 201.
243
CAMINOS CRUZADOS #2
7
DR 170. Trad. cast.: 202.
8
DR 171. Trad. cast. 203.
9
DR 171. Trad. cast. 204.
244
RANDY R. J. HAYMAL ARNES LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
10
DR 174. Trad. cast.: 206.
11
DR 175. Trad. cast.: 208.
12
DR 175. Trad. cast.: 208.
245
CAMINOS CRUZADOS #2
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14
Simondon, G. El modo de existencia de los objetos técnicos, trad. por M. Martínez y P.
Rodríguez, Bs. As., Prometeo, 2008, p. 258.
15
DR 176. Trad. cast.: 209.
16
DR 177. Trad. cast.: 210.
17
DR 177. Trad. cast.: 210.
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20
Pachilla, P. N. “Sentido común y buen sentido en Deleuze” en Valenciana, N. 23, 2019,
p. 142.
21
Deleuze, G. y Parnet, C., Diálogos, Valencia, Pre-textos, 1980, p. 17.
250
RANDY R. J. HAYMAL ARNES LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
22
DR 172. Trad. cast.: 205.
23
QQP 205. Trad. cast.: 219.
24
QQP 44. Trad. cast.: 46.
251
CAMINOS CRUZADOS #2
252
LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
253
Deleuze en Jena – contra el
buen sentido de la libertad
Julián Ferreyra (conicet-uba)
254
JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
1
DR 289.
2
DR 288.
3
Le Robert Micro, Paris, 1998, Dictionnaires Le Robert, p. 1224.
255
CAMINOS CRUZADOS #2
4
Al respecto, Cf. Ferreyra, Julián, Hegel y Deleuze: danza turbulenta, en preparación.
256
JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
5
DR 288.
6
Hermann von Helmholtz (1821-1894) fue parte del movimiento neo-kantiano, y también
contribuyó al desarrollo de la termodinámica, Cf. Cahan, David, Hermann von Helmholtz
and the Foundations of Nineteenth-Century Science, University of California Press, 1993.
257
CAMINOS CRUZADOS #2
7
WBN 454. Cito esta obra según la siguiente traducción al español: Sobre las maneras de
tratar científicamente el derecho natural, trad. por D. Negro Pavón, Buenos Aires, Aguilar,
1979, p. 66.
8
Hegel habla aquí del “gesunden Menschenverstand”. Mielke lo traduce al español por “sen-
tido común”, mientras Deleuze opta para el francés por “bon sens” (“buen sentido”). Por el
carácter de este trabajo, respetamos la opción de Deleuze. La distinción entre “sentido
común” y “buen sentido” es relevante, ya que en Diferencia y repetición son dos aspec-
tos distintos de la imagen dogmática del pensamiento. La traducción que Deleuze utiliza
al francés está autorizada nada menos que por Kant, que en su Antropología en sentido
pragmático remite al término francés para caracterizar el “sano” entendimiento como la
facultad de conocer “las reglas en los casos de aplicación de ellas (in concreto)” (Antro-
pología en sentido pragmático, trad. por Mario Caimi, Buenos Aires, Losada, 2009, p. 42).
Kant allí lo distingue tanto de la ciencia (que es el conocimiento de las reglas en abstracto,
“en sí mismas y antes de la aplicación de ellas”), como del sentido vulgar. Es cierto que lo
equipara con el sentido común. Sin embargo, esta autorización kantiana no nos libra de los
problemas que genera esto en el texto hegeliano. Y tampoco de la inseguridad respecto a
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JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Lo que dice Deleuze está sin duda allí: el buen sentido conoce como
“lo racional” algo que no es más que un “fragmento de lo absoluto”. Sin
embargo, a pesar de lo que interpreta Deleuze, en realidad Hegel no pre-
senta al buen sentido críticamente. Si bien el entendimiento (el Verstand
del Menschenverstand en cuestión) suele tener una implicancia peyora-
tiva en Hegel (es decir, el pensamiento que, limitado por la rigidez de las
categorías kantianas, no logra acceder a la razón [Vernunft]), aquí se trata
de un entendimiento sano (gesunden). ¿En qué sentido es sano este en-
tendimiento? Por una parte, en tanto “el absoluto” del que se tiene sen-
timiento, es un absoluto verdadero. Por otra parte, en tanto los puntos
luminosos, las singularidades que se extraen de la conciencia, no son
fragmentos empíricos (cosas o individuos que se relacionan de manera
extrínseca), sino marcas de lo trascendental (en ese sentido, por cierto,
tienen afinidad con las singularidades deleuzianas).10 En suma, dado que
el buen sentido hegeliano se apoya en esos fragmentos luminosos y en el
sentimiento del absoluto que los acompaña, está bien orientado, en sen-
tido contrario de lo empírico como lugar de disolución de las diferencias.
Es un entendimiento sano, y por lo tanto un sentido efectivamente bueno:
va desde los puntos luminosos de la conciencia hacia lo absoluto que es
su principio de génesis.
Cruzando sentidos
La cuestión entonces parece bastante distinta de Hegel a Deleuze.
Los caminos no parecen cruzarse. No sólo porque el enemigo del
pensamiento en el primer Hegel de Jena no es el buen sentido sino
la reflexión, sino porque cuando Deleuze habla de lo “parcial” de la
verdad que, acompañada del sentimiento de lo absoluto, produce el
“buen sentido” no se refiere a opuestos sino a una tendencia: tenden-
cia a la igualación de las diferencias constitutivas.
Sin embargo, debajo de esas distinciones, corre un río de afinidades
en el espíritu y la búsqueda filosóficas entre la reflexión y el bon sens,
que nos permiten unir las fuerzas de ambos filósofos en el desmonte
de sus trampas. Un primer rasgo de afinidad es que la ilusión tiene la
misma raíz: confundir lo empírico con lo trascendental, la experiencia
con sus condiciones genéticas. Segundo rasgo de afinidad: el resulta-
do es semejante, de la oposición hegeliana a la tendencia deleuziana:
la anulación de las diferencias. De hecho, la oposición aparece en
11
Diff 21. Trad. cast.: 23.
12
Ibídem.
13
GuW 412. Cito esta obra según la siguiente traducción al español: Fe y Saber, trad. por
Vicente Serrano, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, p. 162.
260
JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
14
“Cada vez que nos encontramos ante oposiciones cualificadas, y en una extensión donde
ellas se reparten, no debemos contar con una síntesis extensiva que las superaría, para
resolverlas”, DR 303-304.
15
DR 297.
16
DR 83-184.
261
CAMINOS CRUZADOS #2
Una cita elocuente de este alternar, a mi entender, no resuelto es la siguiente: “Cada ser
17
va a que los términos opuestos queden fijos unos frente a los otros,
mientras que en otros pasajes la oposición entre esa oposición y el
absoluto acarrea una “negación de la negación”,18 un viernes santo
especulativo19 donde todo lo finito encuentra su muerte.
En el vaivén entre el fatalismo especulativo (los opuestos persis-
tirán para siempre) y el optimismo apocalíptico (los opuestos perece-
rán necesariamente), aparece una vía media, más dispuesta a cruzar
su camino con la deleuziana: los opuestos sólo se aniquilan en tanto
opuestos, pero no en sí mismos. Ya no son concebidos como opues-
tos, sino como momentos de un movimiento más amplio en el cual
encuentran su verdad. El viernes santo es relevado por una pascua
especulativa donde lo finito resucita, vivificado por su íntima alianza
con la infinitud. En términos políticos: los individuos ya no son seres
solos y aislados librados a la lucha a muerte con otros individuos que
se les oponen en la prosecución de fines egoístas, sino parte de un
gran Estado orgánico que los potencia a todos.
Se trata, en suma, de superar la reflexión para jerarquizar la prác-
tica y la existencia, para dejar de pensar la nulidad de nuestra exis-
tencia finita en comparación o contraste con un infinito que no deja
de hacernos insignificantes. Se trata de darle a nuestras pequeñas
acciones en el mundo la posibilidad de tener relevancia y significado.
¿Para qué, sino, la filosofía?
cuestión de entusiasmo: toda su argumentación apuntala la fijeza, que por otra parte ve
expresada en los sistemas filosóficos más influyentes de su época.
18
WBN 450. Trad. cast.: 60.
19
GuW 413-414. Trad. cast.: 164.
263
CAMINOS CRUZADOS #2
orgánico dentro del infinito, más difícil es pensar cómo dos infinitos se
integran sin oponerse (la infinitud de la libertad y la necesidad, de lo
subjetivo y de lo objetivo y de la totalidad de lo finito con la infinitud).
Uno de los momentos más elocuentes en la vía de la resolución de
ese conflicto en el primer Hegel de Jena es cuando trae a colación a
Spinoza, y más precisamente la célebre carta a Meyer. Lo cual es idó-
neo en este contexto, ya que nos permite cruzar bien nuestros cami-
nos, en tanto, por un lado, es una referencia a Spinoza y, por el otro, es
un texto que a Deleuze también le interesa especialmente (la trabaja
en Spinoza y el problema de la expresión,20 la retoma en Spinoza, filo-
sofía práctica,21 evidentemente en los cursos sobre el holandés, pero
también en otro, como el de Foucault).22 La celebridad de la carta a
Meyer excede al uso que le dan Hegel y Deleuze, y es utilizada asidua-
mente, particularmente por la distinción entre varios tipos de infinito
que propone: “infinito por su propia naturaleza”, “aquello que no tiene
límites”, “aquello que (si bien tiene límites) cuyas partes no podemos
ni igualar ni explicar mediante un número” y “el infinito que podemos
entender e imaginar”.23
Hegel la trae a colación en Fe y saber. Luego de indicar que en esa
carta Spinoza denuncia la confusión entre la infinitud de la imagina-
ción y la infinitud del entendimiento (“la verdadera naturaleza de las
cosas”), Hegel detalla:
Spinoza define lo infinito como la absoluta afirmación de la exis-
tencia de alguna naturaleza, lo finito por el contrario como una
negación parcial. Esta simple determinación convierte entonces
a lo infinito en absoluto concepto, igual a sí mismo, indivisible y
verdadero, que comprende en sí lo particular o lo finito según su
ser, y que es único e indivisible. Y es esta infinitud en la cual nada
es negado ni determinado, a la que llama Spinoza la infinitud del
20
SPE 174 y 184.
21
SPP 112.
22
F2 220.
23
Ep. 53. Cito esta obra según la siguiente traducción al español: Correspondencia, trad. A.
Domínguez, Madrid, Alianza, 1988, p. 130.
264
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265
CAMINOS CRUZADOS #2
SPE 174.
25
Ibíd., p. 185.
26
266
JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Libertad deleuziana
Incluir a Deleuze en un proyecto de investigación acerca de la libertad
es un gesto provocador ya que, como se señala en el primer volumen
de la colección Caminos Cruzados,28 es un término que Deleuze casi
no utiliza. Según Daniel Smith, a Guattari no le gustaban las palabras
que terminaban en acento: ni liberté, ni verité, ni taraté taraté.29 Anéc-
dota algo simpática, pero claramente falsa: Guattari, con ese criterio,
27
DR 288.
28
Solé, María Jimena, Gaudio, Mariano y Ferreyra, Julián (eds.), Los caminos cruzados de
Spinoza, Fichte y Deleuze, Buenos Aires, RAGIF Ediciones, 2018, en especial el capítulo
de German Di Iorio y el mío.
29
Smith, Daniel, Essays on Deleuze, Edinburgh, Edinburgh University Press, 2012, p. 348.
267
CAMINOS CRUZADOS #2
30
Patton, Paul, Deleuze and the Political, Routledge, London/New York, 2000, p. 83. “Ca-
pacidad individual para actuar sin interferencia y de acuerdo a sus valores fundamentales,
sino también la capacidad de evaluar y revisar eso valores” (Ibid, p. 85).
31
Bundas, Constantin, “Translator’s Prologue”, en Olkowski, Dorothea y Pirovolakis, Eftichis
(eds.), Deleuze and Guattari’s Philosophy of Freedom, Routledge, London/New York, 2019,
p. xxiii.
268
JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
32
Patton, op. cit., p. 85.
33
Olkowski, Dorothea, “Freedom’s Refrains, Deleuze, Guattari, and Philosophy: Introduction”,
en Olkowski y Pirovolakis (eds.), op. cit., p. xii.
34
C1 233-234.
269
CAMINOS CRUZADOS #2
270
JULIÁN FERREYRA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
271
La reforma del
entendimiento, o acerca del
comienzo de la filosofía en
el Tratado de la reforma del
entendimiento de Spinoza
Guillermo Sibilia (uba-conicet)
1. Introducción
Mi propuesta se inscribe en el primer eje sobre filosofía y sentido
común, filosofía y libertad. Sin embargo, bien podría pertenecer asi-
mismo al segundo eje sobre libertad y necesidad. Para prolongar la
metáfora que da nombre al Encuentro, diré para comenzar que voy
a seguir un camino. Pero uno particular: no voy a interrogar el cruce
posible entre las filosofías de Spinoza, Hegel y Deleuze, sino que voy
a concentrarme en Spinoza, más específicamente en el Tratado de la
reforma del entendimiento y en la forma en que allí es presentada la
experiencia de la conversión filosófica.1 Es decir, me voy a centrar en
algunos aspectos de lo que podemos llamar la cuestión del comien-
zo de la filosofía o, para ser más precisos, del filosofar, actividad que
aparece en el discurso de Spinoza inmediatamente asociada a una
práctica liberadora.
Es cierto que se podrían seguir otros caminos para interrogar esta
cuestión en Spinoza. La única obra publicada en vida con su nombre
en 1663, los Principios de filosofía de Descartes/Pensamientos me-
tafísicos, nos ofrecería en efecto un valioso ejemplo. En ese escrito
temprano, a través de una estrategia de escritura que Spinoza repetirá
1
A partir de ahora, el Tratado se cita de la siguiente manera: TIE, seguido por el número de
parágrafo de la edición canónica, y cuando consideramos necesario también la página de
la traducción de A. Domínguez (Alianza, Madrid, 2006).
272
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
2
Meyer, L., “Prefacio”, en: Spinoza, Tratado de la reforma del entendimiento/Principios de
filosofía de Descartes/Pensamientos metafísicos, Alianza, Madrid, 2006, p. 135.
3
Ibídem, p. 141
4
Sobre esta lectura del Tratado teológico político, véase: Strauss, L., Persecution and the Art
of Writing, Chicago, The University of Chicago Press, 1952, pp. 142-202; Tosel, A., Spinoza
ou le crépuscule de la servitude, Aubier, Paris, 1984.
273
CAMINOS CRUZADOS #2
5
Deleuze, G., SPE, 123, trad. cast.:132.
6
TIE § 1, trad. cast.: p. 77.
274
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
7
Moreau, P., Spinoza. L’experiénce et l’éternité, Paris, PUF ,1994, pp. 17-63.
8
Matheron, A., “Pourquoi le Tractatus de intellectus emendatione est-il resté inachevé”, en:
276
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Revue des sciences philosophiques et théologiques, N. 1, 1987; reeditado en. Études sur
Spinoza et les philosophies de l´âge classique, Paris, ENS Éditions, 2011.
9
Moreau, P., op. cit., pp. 18-19.
277
CAMINOS CRUZADOS #2
10
TIE § 2, trad. cast.: pp. 77-78.
11
TIE § 7, trad. cast.: p. 79. Subrayado nuestro.
12
TIE § 16, trad. cast.: p. 83.
278
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
13
Descartes R., Discurso del método, trad. por Manuel García Morente, México, Editorial
Porrúa, 1979, p. 10 [AT VI, p. 4]. Traducción modificada. Subrayado nuestro.
14
Se encontraba, en efecto, como él mismo dice, “como un hombre que marcha solo y en las
tinieblas” (comme un homme qui marche seul et dans les ténèbres)” [AT VI, p. 16].
15
Dice, en efecto: “proponiendo este escrito solo como una historia, o, si usted prefiere, como
una fábula en la que, entre algunos ejemplos que pueden ser imitados, quizás también
podemos encontrar muchos otros que no tendremos motivo de seguir, espero que sea
útil para algunos, sin ser perjudicial para nadie, y que todos me estén agradecidos por mi
franqueza” (ne proposant cet écrit que comme une histoire, ou, si vous l’aimez mieux, que’
comme une fable, en laquelle, parmi quelques exemples qu’on peut imiter, on en trouvera
peut-être aussi plusieurs autres qu’on aura raison de ne pas suivre, j´espère qu’il sera utile
a quelques uns, sans être nuisible a personne, & que tous me sauront gré de ma franchise)
[AT VI, p. 4]
279
CAMINOS CRUZADOS #2
16
Moreau, P., op. cit., p. 60.
17
Descartes, R., Meditaciones metafísicas, Madrid, Ediciones Alfaguara, 1977, p. 17 [AT IX-,
p. 13]
18
Wilson, M., Descartes, México, UNAM, 1990 [1978], p. 28.
280
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
19
Ricoeur, P., Si mismo como otro, Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2003, p. xxviii.
20
“Mi meditación de ayer ha llenado mi espíritu de tantas dudas, que ya no está en mi mano
olvidarlas. (…) como si de repente hubiera caído en aguas muy profundas, tan turbado me
hallo que ni puedo apoyar mis pie en el fondo ni nadar para sostenerme en la superficie”
(Descartes, R., op. cit., p. 23).
21
Descartes, R., op. cit., p. 17 [AT IX-, p. 13]
281
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284
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
24
“Digo, me decidí finalmente: porque, a primera vista parecía imprudente querer dejar una
cosa cierta por otra todavía incierta” (Dico, me tandem constituisse: primo enim intuitu
inconsultum videbatur propter rem tunc incertam certam amittere velle) (G II, p. 5)..
25
TIE § 2, trad. cast.: p. 78: “En efecto, yo veía (videbam; en pasado) las ventajas que se
derivan del honor y de las riquezas…”. Subrayado nuestro.
285
CAMINOS CRUZADOS #2
arriesgar “todo” (los bienes perecederos, pero ciertos) por “nada” (la
mera promesa futura de otro bien, del que sabe poco y nada). Para
agregarle todavía más dramatismo a la cuestión, el narrador preci-
sa que lo que está en juego en la elección es la summa felicitas; de
manera que —argumenta— si ésta consistiese hipotéticamente en el
gozo de aquellos bienes ordinarios —y recordemos: perecederos—,
forzosamente estaría privado de ella.26 Pero si no residiese en ellos
(como ya se sugería en el parágrafo § 1), y se optase de todas for-
mas “exclusivamente” por su búsqueda, eso también comprometería
las posibilidades de alcanzar el bien supremo.27 Podemos entonces
extraer dos corolarios: por un lado, advertimos que lo que caracteriza
en un primer momento a esta etapa es la constatación de la ignoran-
cia respecto de aquello que constituye la felicidad suprema; y por el
otro, que el dilema (pero también todo el itinerario) es esencialmente
práctico-existencial.
Justamente porque desconoce en qué consiste la felicidad supre-
ma, entonces, el narrador intenta (o recuerda haber intentado) una
vía intermedia, conciliadora: ajustar su antiguo modo de vida, al cual
la fuerza de la repetición del tiempo lo había acostumbrado, con el
novum institutum —o al menos con su certeza.28 Sin embargo, no es
sólo aquella ignorancia lo que moviliza la tentativa; con ella, podemos
suponer, el narrador espera poder mantener en el futuro las ventajas
de la vida común (commoda), mientras se dirige a otro fin y agrega un
nuevo bien a su vida. En otras palabras, la eventualidad del compromi-
so simultáneo con ambas formas de vida (instituta vitae) estimula en
el sujeto la esperanza de que, en última instancia, no tenga que ele-
gir. Ahora bien, no obstante el empeño dedicado, la conciliación entre
esos fines (y los bienes que suponen) parece al comienzo imposible:
26
Ibídem.: “…si la felicidad suprema residía en ellos, yo percibía que debía estar privado de
ella…”. Subrayado nuestro. Traducción española modificada.
27
Ibídem.: “…y si, por el contrario, no residía en ellos y yo me entregaba exclusivamente a su
búsqueda, carecería igualmente de la felicidad suprema”.
28
TIE § 3, trad. cast.: p. 78: “Así que me preguntaba una y otra vez si acaso no sería posible
alcanzar esa nueva meta o, al menos, su certeza, aunque no cambiara mi forma y estilo
habituales de vida”.
286
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
29
Ibídem.
30
Se trata pues de una segunda enseñanza de la experientia, irreductible a la primera: ya
no aquella que revela que las cosas que suceden con frecuencia en la vida “ordinaria” (o
mejor, común) son vanas y fútiles, sino una que, con los elementos de la primera, determina
la “necesidad” del fracaso de cualquier vía conciliadora. Es decir, entonces, es la dinámica
misma de la experiencia la que muestra la “universal inhibición” que producen aquellos
bienes respecto de la posibilidad de pensar en el bien verdadero. Cf. Moreau, P.., op. cit., pp.
126-127. Cf. asimismo: Zourabichvili, F., op. cit., p. 71; Suhamy, A., La communication du bien
chez Spinoza, Paris, Éditions Classiques Garnier, 2010, p. 50.
31
TIE § 3, trad. cast.: p. 78. Subrayado nuestro.
32
“Tanto distraen estas tres cosas la mente humana, que le resulta totalmente imposible
pensar en ningún otro bien” (His tribus adeo distrahitur mens, ut minime possit de alio aliquo
bono cogitare) (TIE § 3; G II, trad. cast.: p. 6).
33
El verbo latino distrahere se compone del prefijo dis (que significa “separación”, “divergencia”,
dispersión” en múltiples direcciones) y del verbo trahere (que significa “arrastrar”, “tirar”).
287
CAMINOS CRUZADOS #2
288
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
289
CAMINOS CRUZADOS #2
tener que realizarse) entre los bienes ordinarios (que ofrecen ventajas)
y el bien verdadero (que promete mucho más que ventajas momentá-
neas).37 Sin embargo, la meditación, que es posible gracias a que los
tres objetos de la distractio se “analizan” desde el punto de vista de su
naturaleza, revela que en realidad se trata de cambiar un bien incierto
por naturaleza por otro incierto sólo con respecto a su consecución.38
De esta manera, poco a poco, comienza a invertirse la tendencia
y la balanza se inclina hacia el bien anhelado. La inversión y la deter-
minación se profundizan todavía más cuando, gracias a su meditación
asidua (assidua meditatione), el narrador comprende que, si lograra
entregarse completamente a la reflexión (serio deliberare), en verdad
no estaría abandonando un bien cierto presente por un bien futuro
incierto, sino que estaría evitando un mal presente cierto por un bien
cierto.39 No hay atajos pues, no hay solución al dilema que provenga
de un acto puro de fe, como si se tratase de una suerte de salto al va-
cío: lo que parecía una elección se revela poco a poco como el efecto
necesario de una situación concreta y de un proceso de descubri-
miento progresivo por parte del narrador. Porque, en efecto, los bienes
ordinarios no sólo los descubre como bienes inciertos debido a su ca-
rácter perecedero; ahora se le presentan principalmente como objetos
nocivos para la necesaria conservación de su ser, que lo fuerzan, por
eso, a buscar un remedio, aunque fuera inseguro o incierto respecto
de su consecución.40 El problema, entonces, ya no es la posible pér-
dida de aquellos bienes (que ofrecían ventajas), sino la casi segura
37
TIE § 6, trad. cast.: p. 79: “...me veía obligado a indagar qué me sería más útil; ya que, como
dije, me parecía querer dejar un bien cierto por otro incierto…”. Subrayado nuestro.
38
Ibídem.: “Pero, después de haber meditado un poco sobre esta cuestión, descubrí, en
primer lugar, que, si dejando esas cosas me entregaba a la nueva tarea, abandonaría un
bien incierto por su propia naturaleza (como fácilmente podemos colegir de lo ya dicho) por
otro bien incierto, pero no por su naturaleza (pues yo buscaba un bien estable), sino tan
sólo en cuanto a su consecución”. Asistimos pues a una división de la certeza, en el sentido
de que lo que es cierto en cuanto a su adquisición no lo es necesariamente respecto de su
naturaleza.
39
TIE § 7, trad. cast.: p. 79: “Con mi asidua meditación llegué a comprender que, si lograra
entregarme plenamente a la reflexión, dejaría males ciertos por un bien cierto. …”.
40
Ibídem.: “Yo veía, en efecto, que me encontraba ante el máximo peligro, por lo que me sentía
forzado a buscar con todas mis fuerzas un remedio, aunque fuera inseguro…”.
290
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
pérdida del propio individuo que (o si) no emplea todas sus fuerzas
para rechazar su búsqueda indiscriminada y obsesiva. Mientras el bien
verdadero permanece “incierto” en cuanto a su adquisición, es la es-
peranza la que impulsa la decisión de su búsqueda.41 Como podemos
ver, el lenguaje del narrador en el parágrafo § 7 (sumo periculo, lethali
morbo, remedium, spes, mortem certam, etc.) intensifica el relato de tal
manera que, retrospectivamente, percibimos que valorizar los bienes
ordinarios como vana et futilia (como se leía en § 1) no sólo nos priva
de lo mejor sino que nos expone a lo peor. Por lo tanto, no hay dudas
de que en este momento el narrador asiste a la percepción de la ne-
cesidad de una inversión profunda.
Esta etapa del itinerario, caracterizada por la inversión de la cer-
teza, cumple así una primera fase en la cual la experiencia de la me-
ditación enseña la superioridad del bien buscado en relación con los
bienes ordinarios/perecederos, y cuyo criterio es la conservación del
ser (utilitas/esse conservatio). Ahora bien, ni ese aprendizaje, ni tam-
poco la esperanza resuelven por sí mismos la situación, porque lo que
efectivamente se demanda es una entrega plena a la reflexión, tal
como se afirmaba en el parágrafo § 7 : “…llegué a comprender que, si
lograra entregarme plenamente a la reflexión, dejaría males ciertos por
un bien cierto”. Sin esa condición los descubrimientos apenas realiza-
dos permanecen incapaces de producir la transición ética. Por eso, el
narrador vuelve luego sobre este escenario aparentemente aporético
en el parágrafo §10, en el cual expresa la oposición que vive entre la
percepción clara de la necesidad de amar una cosa eterna e infinita y
el persistente deseo de los bienes ordinarios:
Por el contrario, el amor hacia una cosa eterna e infinita apacienta
el ánimo con una alegría totalmente pura y libre de tristeza, lo cual
es muy de desear y digno de ser buscado con todas nuestras
fuerzas. Pero no en vano utilicé antes la expresión: «si lograra en-
tregarme seriamente a la reflexión». Pues, aunque percibiera estas
Ibídem.: “…lo mismo que un enfermo que padece una enfermedad mortal, cuando prevé la
41
muerte segura, si no se emplea un remedio, se ve forzado a buscarlo con todas sus fuerzas,
aunque sea inseguro, precisamente porque en él reside toda su esperanza…”.
291
CAMINOS CRUZADOS #2
cosas con toda claridad, no por eso podía deponer toda avaricia,
todo deseo de placer y toda gloria.42
TIE § 10, trad. cast.: pp. 80-81. Traducción modificada. Subrayado nuestro.
42
292
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
43
TIE § 11, trad. cast.: p. 81.
44
Suhamyqa, A., op. cit., pp. 55-ss.
45
TIE § 11, trad. cast.: p. 81.
293
CAMINOS CRUZADOS #2
gresiva del uso del tiempo, que desvía la mente de su fijación obsesi-
va en los bienes perecederos, es contemporánea del descubrimiento
progresivo e inmanente del verdadero bien y, sobre todo, del papel
que asumen los bienes perecederos en la nueva forma de vida. Si
antes esos bienes se buscaban por sí mismos, constituyendo el nú-
cleo de convergencia del hábito de la antigua vita communis, a partir
de ahora serán buscados como medios (tanquam media) del fin que
es la emendatio. No se trata, por lo tanto, de eliminar la avaricia, el
deseo de placer y la gloria. Una reforma que se propusiese esa tarea
no correspondería sino a una filosofía intelectualista, o por lo menos
utópica. La emendatio spinozista no exige aquello que nadie puede. Es
necesario, por lo tanto, reintegrar aquellos deseos en la nueva forma
de vida y, sobre todo, no confundirlos con la vida común misma. Por-
que de acuerdo con la perspectiva de Spinoza, la nueva forma de vida
(novum institutum) no es sino una nueva forma de ordenar lo común,
que ya no depende de la fortuna o de la variabilidad temporal (esto es,
de causas externas incontrolables) sino de la constancia del ánimo y
de la “aplicación” de la regla de utilidad a la propia vida. De esta ma-
nera, en fin, la meditación misma aparece como un bien presente: ya
no se trata de una expectación futura sino de una alegría presente y
constante. O, dicho con otras palabras, el narrador descubre finalmen-
te en la meditación que no hay diferencia de naturaleza entre buscar
un remedio y poseerlo. En el cierre del “prólogo” asistimos, por lo tanto,
a una inversión doble con respecto a la situación previa: por un lado,
la reflexión que aparecía como un medio para descubrir los remedios
a los males que afectaban al narrador aparece ahora como un fin, ya
que se revela como un bien; y por el otro, el peso de la argumentación
ya no está puesto sobre los bienes perecederos, en el sentido de que
ya no son éstos los que distraen la mente, sino que es la mente misma,
meditando y reflexionando seria y actualmente, la que nos distrae de
aquellos.
El lector puede seguir a partir de entonces la trama de una escri-
tura lineal, en la que la perspectiva claramente cambia: ahora es el
narrador devenido filósofo el que describe los medios de la emendatio,
294
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
4. Conclusión
Llegados a este punto, para concluir, podemos retomar la pregunta con
que se abre el texto, como si debiéramos cerrar el camino circular que
pone en movimiento la reflexión: ¿cómo hay que comprender el itinera-
rio narrado y sobre todo la decisión o resolución que la caracteriza? En
función de lo anterior, es posible concluir que no se trata de una decisión
de carácter voluntario ni de una duda metódica à la Descartes. Spinoza,
ciertamente, ya vivió la conversión y ya enmendó su intelecto; es decir,
ya atravesó la experiencia de modificar su forma de vida. Ahora bien, el
narrador de su relato, es decir, aquél que moviliza y comunica esa con-
versión singular, no la narra sino retrospectivamente, describiendo con
dramatismo los obstáculos reales que tuvo que superar. Spinoza utiliza
el término constitui (“decidí”, ver § 1). Pero, si tenemos en cuenta la di-
námica vivida en la tercera etapa, y sobre todo la manera en que llega
a la conciencia de la necesidad de cambiar de forma de vida (así como
también el lugar que ocupan los bienes perecederos en ella), aquello
puede comprenderse en los términos de una utilización estratégica del
lenguaje, de manera que sea posible expresar con esa noción una expe-
riencia y un proyecto filosófico irreductibles al cartesiano.
¿Acaso no es el mismo Spinoza quien sugiere esto en la Ética? En
el escolio de E III, 2, en efecto, el filósofo holandés critica con dureza
la noción de una decisión libre de la mente, y afirma que toda decisión
—así como cualquier determinación corporal— surge en la mente “con
la misma necesidad que las ideas de las cosas actualmente existen-
tes”.46 En este sentido, podríamos decir tres cosas: por un lado, que el
295
CAMINOS CRUZADOS #2
47
Moreau, P.-F., op. cit, pp. 173-174.
48
TIE § 13, p. 82.
49
TIE § 14, p. 82. Subrayado nuestro.
296
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
297
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
298
GUILLERMO SIBILIA LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
299
Sentido común, futuro y
felicidad: algunas derivas
spinozista-deleuzianas
Solange Heffesse (uba)
1
Larrosa, V., Curandería, Buenos Aires, Hekht, 2018, pp. 139-140.
2
Cohn-Bendit, D., Sartre, J. P. y Marcuse, H., “Las paredes hablan” en La imaginación al
poder, Buenos Aires, Ediciones Insurrexit, 1969, p. 79.
3
“Esperanza alegría y amor… el discurrso new age de Macri” Mendoza Post, POSTMartes 9
OCT Martes, 09/10/18, disponible en https://www.mendozapost.com/nota/102082-
esperanza-alegria-y-amor-el-discurso-new-age-de-macri/. Consultado por última vez el
28/01/2020. El artículo comienza relatando que “el presidente Mauricio Macri convocó hoy
a no decir «más que las cosas pueden ser gratis». para después encontrar «que hay que le-
vantar una deuda tremenda», al tiempo que aseguró que «aquí se sale» de la situación actual.”
4
“Mauricio Macri: «la gente tiene que aguantar», en El Cronista, 27 de Marzo de 2019, di-
sponible en: https://www.cronista.com/economiapolitica/Mauricio-Macri-La-gente-tiene-
que-aguantar-20190327-0034.html Consultado por última vez el 28/01/2020.
300
SOLANGE HEFFESSE LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
*
“Un afuera más lejano que todo exterior, «se tuerce», «se pliega», […]
en un Adentro más profundo que todo interior, y él solo hace posible
la relación derivada del interior con el exterior”.5 Un adentro que no
es la interioridad contraria del Afuera, sino su doble: es el Afuera en-
cerrado,6 plegado. Un Afuera absoluto con el que establecemos una
relación caracterizada por la imposibilidad —irreductible tanto a lo ne-
gativo como a lo positivo–: una no-relación o relación imposible que
sería “el absoluto de la relación.”7 Sin embargo, el pliegue —hacer plie-
gues — es para Deleuze algo absolutamente necesario, al punto de
ser la “condición para que la vida rompa con la muerte”.8
En los cursos de Vincennes que Deleuze dicta entre abril y mayo
de 1986, la frase con la que comenzábamos es repetida una y otra
vez, como un estribillo que apela más a los afectos del auditorio
que a la comprensión. 9 Lo que Deleuze se esfuerza por explicar es
la noción de un Afuera absoluto (no relativo ni mediatizado) al que
entiende como una presencia inmediata,10 que, según su lectura,
correspondería a la tercera dimensión de la obra de Michel Fou-
cault: el pensamiento, el “sí mismo” o la subjetivación. A partir del
modo en que Deleuze hace aparecer al Afuera en cada una de las
dimensiones de la obra de Foucault (saber, poder y pensamiento,
en su encadenamiento y mutua implicación), esta figura se vuelve
cada vez más concreta, quedando claro cuál es para Deleuze su
vinculación con lo político. Porque a pesar de que Foucault se des-
place en este periodo de su producción al estudio de la Antigüedad
griega11 para Deleuze resulta clarísimo que de lo que se trata todo
5
F 117 (se cita la traducción J. V. Pérez, Barcelona, Paidós, 1987, p. 143).
6
SCF 24.
7
SCF 12. En cuanto a esta noción, Deleuze se remite a la obra de Maurice Blanchot.
8
SCF 29.
9
SCF 38.
10
“La experiencia radical, no empírica, no es de ningún modo la de un Ser trascendente, es la
presencia ‘inmediata’ o la presencia como Afuera.” Deleuze, G., La subjetivación…, op. cit., p. 11.
11
Foucault, M., Historia de la sexualidad 2. El uso de los placeres, Buenos Aires, Siglo XXI, 2013.
301
CAMINOS CRUZADOS #2
“Saber, poder y sí mismo son tres dimensiones irreductibles, pero en constante implicación.
13
Tres «ontologías» […]. Las condiciones no son «apodícticas», sino problemáticas. Al ser
condiciones, no varían históricamente, pero varían con la historia. En efecto, presentan la
manera en que el problema se plantea en tal formación histórica: ¿qué puedo saber, o qué
puedo ver y enunciar en tales condiciones de luz y de lenguaje? ¿Qué puedo hacer, qué
poder reivindicar y qué resistencias oponer? ¿Qué puedo ser, de qué pliegues rodearme o
cómo producirme como sujeto? Bajo estas tres preguntas, el «yo» no designa un universal,
sino un conjunto de posiciones singulares adoptadas en un Se habla, Se ve, Se hace frente,
Se vive.” F 121-122. Trad. cast. 148-149.
302
SOLANGE HEFFESSE LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
*
En ¿Qué es la filosofía?, Deleuze dice que la filosofía que ejercen los
pensadores contemporáneos a él ya no puede definirse por una rela-
ción del pensamiento con lo verdadero: “el pensamiento es creación,
y no voluntad de verdad, como muy bien Nietzsche supo hacer com-
prender”.14 Muestra de este modo que hay, en el corazón de la filosofía,
un “Impoder”, una imposibilidad o bien, una impotencia: que su pensar
no es movilizado sino por la violencia de un encuentro o de un choque
con algo exterior. A través de gritos, chirridos y tartamudeos que lo
impulsan a crear, y no aplicando metódicamente sus teorías, el filósofo
busca como un perro, dice Deleuze, dando saltos desordenados.15 El
rasgo que en esto comparte con Spinoza es la dificultad del pensar:
porque pensar no es algo dado ni innato ni natural, sino algo que debe
engendrarse y practicarse. Una búsqueda por la creación que “com-
14
QQP 55. Se cita según la traducción al castellano de Thomas Kauf referida en la bibli-
ografía, p. 57.
15
QQP 55. Trad. cast.: 58.
303
CAMINOS CRUZADOS #2
Ipar, E., “¿Existe en el mundo contemporáneo una dimensión ideológica del spinozismo?”,
17
en Tatian, D. (comp.), Spinoza Quinto Coloquio, Córdoba, Brujas, 2008, pp. 337-352.
304
SOLANGE HEFFESSE LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
SPE 222. Trad. cast.: 235 (citada según la traducción de Horst Vogel, referida en la Bibli-
18
*
Lo personal es político, y esto no es más que otra manera de decir
que el adentro es un pliegue del Afuera. Y es imposible que tras casi
4 años de macrismo no se vieran afectadas nuestras vidas colectivas,
afectivas, académicas, por la precariedad. Por el terrible encadena-
miento de pasiones tristes generado por el macrismo en el poder des-
de hace ya casi 4 años. Por la imposición de un régimen discursivo,
pero también de un régimen sensible, afectivo que fue produciendo
progresivamente un corrimiento de los umbrales de lo tolerable, la in-
sensibilización ante el dolor del otro, a fuerza de represión, censura,
cinismo, empobrecimiento, crueldad, persecución y estigmatización
del otro: jubilados, trabajadores, militantes, movimientos sociales, es-
tudiantes, docentes e investigadores, disidencias, etc. (imposible no
reconocerse en alguna de estas categorías). En el contexto actual de
América Latina, el avance del neoliberalismo precariza nuestras con-
diciones de existencia —materiales, sociales, cognitivas, afectivas— al
mismo tiempo que responsabiliza a “la persona” o al individuo —a cada
cual— por el malestar que dicho sistema de gobierno produce con sus
políticas.
Esa reducción de lo que somos a un yo personal, individual, cerra-
do, autónomo y representable es una operación propia de lo que De-
leuze llama “el sentido común”, tal como lo sostiene Rafael Mc Namara
en su artículo de las jornadas pasadas de Caminos Cruzados. Lo que
queda afuera de ese recorte es justamente aquello que para Deleuze
parece ser —paradójicamente— lo que más tiene que ver con nosotr-
xs: la dimensión de lo impersonal que nos atraviesa, que tiene que ver
con el orden del acontecimiento y de la eternidad que podemos expe-
rimentar (o beatitud). Las singularidades preindividuales que perma-
necen adheridas a los cuerpos compuestos individuados —provisorios
y fluctuantes— que conformamos, y las relaciones que nos componen,
los afectos en los que nos disipamos. Cito a Mc Namara:
El “hombre libre” del que habla Deleuze es aquél que toma el aconte-
cimiento en su verdad eterna, es decir que capta, en lo que sucede,
algo que no se reduce a su efectuación espacio-temporal. En efecto,
306
SOLANGE HEFFESSE LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
*
“Cada vez que la ciencia, la filosofía y el buen sentido se encuentran,
es inevitable que el buen sentido en persona se tome por una ciencia
y una filosofía”.20 Así Deleuze denuncia la alianza entre una filosofía de
la representación sometida a la Imagen dogmática del pensamiento, la
ciencia termodinámica que conduce a la escatológica conclusión de la
uniformización y homogeneización universales, y la economía política
del Siglo XVIII, “que ve en la clase de los comerciantes la compen-
sación natural de los extremos, y en la prosperidad del comercio, el
proceso mecánico de la igualación de las partes”.21 Las tres presentan
una tendencia a la reducción o anulación de las diferencias. Es inte-
resante notar que aquí encontramos como resultante de esta alianza
el uso de una noción de ideología, a la que interpreto en su sentido
tradicional de “falsa conciencia” (correspondiente, para ser breves, al
orden de la representación, noción a la que Deleuze criticará como
insuficiente luego, por ejemplo, por no explicar adecuadamente el de-
19
Mc Namara, R., “Los caminos de la libertad entre Deleuze y Spinoza” en Ferreyra, J., Gaudio,
M., y Solé, Ma. J. Los caminos cruzados de Spinoza, Fichte y Deleuze, Buenos Aires, RAGIF
ediciones, 2018, p. 255.
20
DR 289. Trad. cast.: 336 (se cita la traducción de María Silvia Delpy y Hugo Baccacece
referida en la bibliografía).
21
DR 290. Trad. cast.: 337.
307
CAMINOS CRUZADOS #2
22
DR 175. Trad. cast.: 208.
23
DR 174. Trad. cast.: 207.
24
DR 175. Trad. cast.: 208.
25
DR 290. Trad. cast.: 337: “es la ideología de las clases medias que se reconocen en la igualdad
como producto abstracto […]. Así ocurre con el buen sentido de la economía política en el siglo
XVIII, que ve en la clase de los comerciantes la compensación natural de los extremos, y en la
prosperidad del comercio, el proceso mecánico de la igualación de las partes.”
26
DR 290. Trad. cast.: 337: “sueña menos con actuar que con prever, y con dejar que la acción
pase de lo imprevisible a lo previsible (de la producción de diferencias a su reducción) […].
Ni contemplativo ni activo; es, sobre todo, previsor”.
27
DR 290. Trad. cast.: 338.
308
SOLANGE HEFFESSE LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
309
CAMINOS CRUZADOS #2
(el Eterno retorno). Estas son las otras dos síntesis temporales: la
del pasado puro o la Memoria y la del Eterno Retorno o del futuro
como creación. Es con relación a ambas (la segunda y la tercera
síntesis) que es posible plantearse un concepto deleuziano libertad
—y no con relación a la primera síntesis del presente. Así lo seña-
laba Pablo Pachilla en las primeras jornadas de Caminos Cruzados.
Tal como él lo explicaba, para Deleuze el Eterno Retorno cuenta con
un sentido ontológico y uno ético:
En cuanto al primero, la dimensión ontológica del eterno retorno
radica en que el ser es el retorno del devenir. Así, el devenir siem-
pre va a volver, puesto que es el modo en que lo real se produce.
Si hay realidad, es porque hay devenir, ya que la realidad no es sino
su resultado. [Y por otro lado,] un sentido ético del eterno retorno:
no ya sólo como el retorno futuro del devenir —lo cual sucede
en todos los casos, quiérase o no—, sino como el retorno pre-
sente del futuro en tanto acontecimiento. Es preciso aclarar que
aquí “futuro” no significa un presente por-venir, sino el carácter de
apertura de lo real a lo imprevisible.29
*
El devenir no es histórico, no puede identificarse con un punto o un
evento que pertenece a la línea del tiempo, pero sin historia quedaría
indeterminado.30
29
Pachila, P., “Tiempo y libertad en Deleuze (1968-1969)” en Ferreyra, J., Gaudio, M., y Solé,
Ma. J. (eds.), Los caminos cruzados de Spinoza, Fichte y Deleuze, op. cit., pp. 277-278.
30
QQP 92. Trad. cast.: 94.
310
SOLANGE HEFFESSE LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
311
CAMINOS CRUZADOS #2
*
Hablábamos al comienzo de la conformación de regímenes sensibles
o afectivos ligados al poder, y de las maneras en las que podemos
comprender ese pliegue que se produce entre el adentro y el afuera,
al que Deleuze se refiere como subjetivación, así como a la posibilidad
de resistencia implicada en esa dimensión.
Hay quienes señalan que el riesgo de incorporar esta perspectiva de
análisis en los estudios de lo social y lo político es recaer en el subje-
tivismo o psicologismo, reforzando posiciones centradas en el individuo
cerrado y acabado —algo que tanto desde la ontología de Spinoza como
desde la de Deleuze resulta imposible de sostener—. Si bien es nece-
sario tener presente este riesgo, creo que privarnos de considerar esta
dimensión —de nuestros afectos y nuestros devenires— limita nuestra
comprensión de la sociedad y del poder, porque las instituciones y las
fuerzas sociales se expresan en los deseos y afectos que son sus efectos
concretos. Y los poderosos lo saben bien.
Con relación a estos cuestionamientos que el giro afectivo y los
estudios de la emoción en las ciencias sociales suscitaron desde sus
orígenes, Frederic Lordon señala lo siguiente:
No se ve en efecto por cual maldición intelectual habría que elegir
entre dos aspectos —igualmente pertinentes, y manifiestamen-
te complementarios— de la realidad social: las emociones de los
hombres, el peso de las determinaciones de las estructuras, que
nada debería en principio oponer...excepto la construcción conflic-
tiva de posiciones teóricas que los ha planteado como excluyen-
tes uno del otro.32
Lordon, F., La sociedad de los afectos. Por un estructuralismo de las pasiones, trad. por A.
32
33
“Los individuos solo se comportan como las estructuras los determinan a comportarse;
pero ellos solo adoptan también dicho comportamiento por haber deseado comportarse
así. Estas dos proposiciones se conectan por la mediación de los afectos: es por haber sido
afectados en y por las estructuras que los individuos han deseado comportarse como se
comportan. Tal es la esencia de un estructuralismo de las pasiones que logra aplicarse, por
ejemplo, a los comportamientos de los individuos tomados en las estructuras del capital-
ismo, señalando la idea de que, detrás de las estructuras propiamente económicas de un
régimen de acumulación, tal como fueron conceptualizadas por Marx y luego por la teoría
de la regulación, hay una suerte de estructura dual, o una envoltura si se quiere, bajo la
forma de un determinado regimen de deseos y afectos.” Ibíd., p. 15.
34
Cf. Rolnik, S., Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el inconsciente, trad. por
C. Palmeiro, M. Cabrera y D. Kraus, Buenos Aires, Tinta Limón, 2019, p. 131.
35
Cf. ibid., p. 130.
313
CAMINOS CRUZADOS #2
Gran Hermano. Su análisis muestra muy bien como desde esas instan-
cias de poder se lleva adelante un proceso micropolítico de destrucción
del imaginario democrático36 (que culmina con el impeachment de Dilma
Rousseff), y como el nuevo poder financiarizado e hiperconcentrado pre-
cisa subjetividades flexibles y creativas movidas por el deseo, a las que
luego expolia de su potencia, generando así los nuevos odios y pasiones
anti-sistema que serán encausados hacia opciones macropolíticas cada
vez más reaccionarias y de derecha. Y esto se logra a través de un doble
operar micropolítico y macropolítico en el que, por ejemplo, la propuesta
de leyes y medidas regresivas (leyes laborales o en contra de la educa-
ción), que se intentan llevar a cabo solo para luego retractarse, generando
de todos modos un impacto micropolítico de violencia en contra de la so-
ciedad, y también la instalación mediática del problema de la corrupción
como única fuente de malestar en la sociedad (enmascarando así sus
causas reales, políticas y económicas). Y ese efecto micropolítico violento
sobre la subjejtividad, que conduce al abuso y expoliación de la pulsión
vital, resulta a veces más importante aún que la medida que supuesta-
mente se estaba tratando de hacer pasar.
Así pues, coincido con Rolnik, en que la dicotomía entre la micro o la
macro política nos perjudica, puesto que hay un enemigo que domina
las dos instancias y produce sus efectos violentos precisamente a través
de esa articulación, a la que nosotros parecemos temerle. En cambio,
siguiendo a Rolnik podemos plantear la posibilidad, o más bien, la ne-
cesidad de articular ambas esferas de la experiencia y del combate en
nuestras estrategias, nuestros diagnósticos y nuestras prácticas de re-
sistencia. Superar la “nefasta dicotomía” entre la macro y la micro política,
que solo contribuye a la reproducción infinita del status quo.37
Quizás logran establecer la articulación justamente porque se trata de
los sectores que concentran el poder. Pero al oponer nosotros tan tajan-
temente las estrategias micropolíticas de lo macropolitico, les estamos
concediendo el dominio sobre ellas, como si les pertenecieran de derecho.
314
LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
316
La noche de la reflexión
y el mediodía de la vida
Escepticismo, sentido común y
especulación en el Hegel de Jena
Bruno Del Piero (uba)
1
VSP 4207 y 4208. Trad. cast.: 65. (Cito esta obra según la traducción de María del Carmen
Paredes).
2
Cf. Heidemann, D. H., “Hegel: Philosophy as a kind of skepticism”, en Machuca, D. y Reed,
B. (eds.), Skepticism: From Antiquity to the Present, London, Bloomsbury Academic, 2018,
pp. 430 -431.
317
CAMINOS CRUZADOS #2
3
Sigo en este punto la lectura de Markus Gabriel. Ver: Gabriel, M., Trascendental ontology.
Essays in german idealism, Nueva York, Continuum, 2011, pp. 2-34.
4
Adorno, por ejemplo, sostiene que “la transposición hegeliana de lo particular a la
particularidad sigue la praxis de una sociedad que tolera lo particular meramente como
318
BRUNO DEL PIERO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
1.
En los primeros escritos de Jena, Hegel caracteriza el sentido común
de modo ambiguo. En Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fi-
chte y Schelling, aparece como una figura que está en contacto con lo
absoluto y, a la vez, es incapaz de reconocerlo:
El sentido común no puede entender cómo lo que es inmedia-
tamente cierto para él al mismo tiempo no es nada para la filo-
sofía; pues él siente en sus verdades inmediatas solo la relación
6
Diff 20. Trad. cast.: 48 (cito la traducción de David Zapero Maier).
7
Diff 12. Trad. cast.: 38.
8
“En tanto parte que tiene fuera de sí otras partes, es algo limitado y solo es mediante las
otras; aislada, en tanto limitación, es deficiente; tiene sentido y significado solo mediante
su conexión con el todo”. Diff 19. Trad. cast.: 46.
9
Cf. Diff 16. Trad. cast.: 42.
320
BRUNO DEL PIERO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
10
Ibídem.
11
Cf. Gabriel, M., op. cit., p. 22.
12
“Aparte del escepticismo que es una sola cosa con la filosofía, se puede desdoblar el
escepticismo que está separado de ella según esté dirigido o no contra la razón”, VSP
4213. Trad. cast.: 72. Me centro en las dos clases de escepticismo que están separados de
la filosofía porque el escepticismo antiguo (el que no está dirigido contra la razón) coincide,
en su forma de operar sobre las finitudes del sentido común, con el escepticismo que es
“una sola cosa con la filosofía”.
321
CAMINOS CRUZADOS #2
322
BRUNO DEL PIERO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
2.
En la Fenomenología del espíritu, Hegel retoma y desplaza esta caracte-
rización del escepticismo. La distinción entre un escepticismo verdadero
(auténtico) y uno falso puede ser leída, en el nuevo contexto argumental,
en la distinción entre el escepticismo como caracterización del método
15
“Se refiere a la relación en general o a que todo lo efectivamente real está condicionado
por otro y en esta medida expresa un principio de la razón”. VSP 4215. Trad. cast.: 74.
16
Cf. VSP 4216. Trad. cast.: 75.
323
CAMINOS CRUZADOS #2
17
Cf., GW, IX, 57. Hegel, G.W., Fenomenología del espíritu, trad. Wenceslado Roces, Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, 2012, p.55
18
Cf., GW, IX, 119-121. Ibid., pp. 124-128.
19
Cf., GW, IX, 61. Ibid., p. 59.
20
Ibid., GW, IX, 119. pp.124-125.
21
Cf., GW, IX, 57 Ibid., pp. 55-56.
22
“[La conciencia] distingue de sí misma algo con lo que, al mismo tiempo, se relaciona; o,
como suele expresarse, es algo para ella misma”. GW, IX, 57 Ibid., pp. 56-57.
324
BRUNO DEL PIERO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
“Lo dialéctico, como movimiento negativo, tal y como es de un modo inmediato, empieza
23
revelándose a la conciencia como algo a lo que está entregada y que no es por medio
de ella misma. Por el contrario, como escepticismo, dicho movimiento es un momento de
la autoconciencia, a quien no acaece que desaparezca ante ella, sin que sepa cómo, lo
que para ella es lo verdaderos y lo real, sino que, en la certeza de su libertad, hace que
desaparezca este otro mismo que se presenta como real”. GW, IX, 119-120 Ibid., p.125.
325
CAMINOS CRUZADOS #2
3.
El escepticismo como momento de la ciencia fenomenológica (“es-
cepticismo consumado”), en cambio, es capaz de dar cuenta del mo-
vimiento dialéctico que afecta a la conciencia en su recorrido hacia
lo absoluto.26 Permite explicitar el modo en que aparecen los objetos
24
“Por eso confiesa que es esto, que es una conciencia totalmente contingente y singular,
una conciencia que es empírica, que se orienta hacia lo que no tiene para ella ninguna
realidad, que obedece a lo que no es para ella esencia alguna, que hace y convierte en
realidad lo que no tiene para ella ninguna verdad”, GW, IX, 120 ibid., p. 126.
25
GW, IX, 120 Ibidem.
26
El modo en que Hegel articula la relación de la Fenomenología con el escepticismo es
complejo y toda la obra (como puede verse explícitamente en la “Introducción”) podría ser
leída a partir de este eje. Desde luego, una lectura de este tipo excedería los límites de este
trabajo. Me limito a presentar la diferencia explícita que hace Hegel entre su proyecto y el
escepticismo como figura de la conciencia a partir del modo en que conciben la negación
326
BRUNO DEL PIERO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
(y su resultado).
27
“Cuando el resultado se aprehende como lo que en verdad es, como la negación
determinada, ello hace surgir inmediatamente una nueva forma y en la negación se opera
el tránsito que hace que el proceso se efectúe por sí mismo”. GW, IX, 57 Ibid., p. 55.
28
GW, IX, 61 Ibid., p. 59.
29
GW, IX, 27 Ibid., p. 24.
327
CAMINOS CRUZADOS #2
30
Nuzzo, A., “Razón, entendimiento y la necesidad de conflicto: Para una fenomenología
del mundo contemporáneo” en Lemm, V. y Ormeño Karzulovic, Hegel, pensador de la
actualidad, Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, 2009, pp. 345-372.
31
Para Nuzzo, mientras el sentido común de la época de Hegel se resistía a aceptar los
cambios (producidos, ante todo, por la Revolución francesa), en la nuestra aceptaría el
cambio continuo solo para neutralizarlo, sustraerlo de las oposiciones en que está implicado
(nosotros no podemos sino pensar en “Cambiemos” como coalición de gobierno).
328
BRUNO DEL PIERO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
32
De acuerdo con Nuzzo, los dos fenómenos que dan cuenta de esta “negación indeterminada”
son la globalización (como subordinación de los conflictos locales a la lógica del capitalismo
en su fase neoliberal, ya sin ningún modelo alternativo) y el terrorismo (como estado de
guerra continuo, vago e indeterminado, que no tiene a la paz como su opuesto). Ibid., pp.
365-370.
33
Este argumento es desarrollado, por ejemplo, por Gillian Rose. Según ella, las
inconsistenticas del pensamiento de Adorno (y, en la misma línea, de buena parte del
pensamiento contemporáneo), surgen por haber absolutizado el segundo momento de lo
lógico y no poder, por lo tanto, pasar a lo especulativo. Es en ese sentido que hay que
entender la dialéctica negativa adorniana. Cf., Rose, G., Judaism and modernity, Brooklyn,
Verso, 2017, pp. 53-64.
329
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
330
Necesidad de la filosofía
La cuestión de la relación finito-
infinito en el primer Hegel de Jena
Sandra Viviana Palermo (conicet-unrc)
1
Diff , IV, 10. La traducción que utilizo, que aquí aparece modificada, es la siguiente:
Diferencia entre los sistemas de filosofía de Fichte y de Schelling, trad. al esp. de M. del
Cármen Paredes Martín, Madrid, Gredos, 2010, p. 11.
331
CAMINOS CRUZADOS #2
2
Diff 7. Trad. cast.: 6.
3
Nos referimos al fragmento conocido, según los títulos puestos por Nohl, como La
positividad de la religión cristiana, que lleva la fecha 24 de setiembre de 1800. El fragmento,
en la edición crítica de las obras de Hegel, se halla como “Text 65: Der Begriff der Positivität”
(GW 2, 351-367; aquí p. 361). Para una edición en español, cf., Hegel, Escritos de juventud,
trad. esp. de J.M. Ripalda, Ciudad de México, FCE 1978, pp. 419-431.
4
Diff 30-31. Trad. cast.: 33. Estas consideraciones anticipan las afirmaciones del Prefacio a
la Fenomenología del Espíritu, donde Hegel dice que el concepto representa el elemento de
existencia de la verdad, que la forma más adecuada en la que la verdad existe es el sistema
científico de la misma. Al mismo tiempo, es necesario tener presente que mientras en la
Fenomenología, la filosofía, en tanto que sistema del saber o autoexposición de la verdad
—es decir en tanto que instancia en la cual la razón se autoexpone y autoexponiéndose
se aferra finalmente a sí misma en la forma que le es más adecuada— se resuelve
completamente en el concepto, como “elemento” en el que la verdad se da existencia, en
los primeros años de Jena, el concepto se identifica, kantianamente, con un producto del
entendimiento y por lo tanto con una forma vacía que para adquirir sentido y significado ha
de ser rellenado con algo externo y ajeno a él. En los textos que estamos tratando Hegel
habla de “idea”, de la “idea de la razón”, mas no del concepto, que supone todavía escisión
yo-mundo y por lo tanto finitud.
332
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
5
Cabría recordar que consideraciones similares habían sido expresadas por Kant en el
Prefacio de la Metafísica de las costumbres. Allí, el filósofo de Königsberg, primero, afirma
que dado que, objetivamente hablando, no hay sino una única razón humana, tampoco
puede haber más de un único verdadero sistema filosófico; más tarde concluye, sin
embargo, que todo aquel que construya un sistema filosófico admitirá con él que antes
de esta filosofía no ha habido filosofía verdadera alguna, de suerte que también cuando
“la filosofía crítica se anuncia como una filosofía, a la que no ha precedido todavía filosofía
alguna, no hace más que lo que han hecho, harán, incluso tienen que hacer todos los que
bosquejan una filosofía según un plan propio”; Metaphysik der Sitten, en Kants Gesammelte
Schriften, Bd., VI, Berlin, De Gruyter 1968 y ss., pp. 203-494, aquí, p. 207; trad. esp. de A.
Cortina Orts/J. Conill Sancho, Metafísica de las costumbres, Tecnos, Madrid, 2008, p. 8.
Mientras que la primera parte asegura que objetivamente hablando no puede haber sino
una sola filosofía verdadera, la segunda presenta todo intento de acceder a tal filosofía
como mero ensayo que no puede no pensarse subjetivamente como el verdadero, sin poder
excluir sin embargo que otros intentos sucesivos lo corrijan o transformen, justamente
porque lo que vale subjetivamente no necesariamente vale objetivamente. De nuevo,
entonces: se puede solamente aprender a filosofar, esto es, a ejercitar el talento propio
de la razón, sin poder excluir el derecho de otros constructores de sistemas filosóficos de
indagar sobre los principios de una determinada filosofía para confirmarlos o rechazarlos.
6
Diff 31. Trad. cast.: 34.
333
CAMINOS CRUZADOS #2
7
GuW, 316. Trad. al esp. de V. Serrano, Fe y saber, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007, p. 54 ).
8
GuW 316. Trad. cast.: 54 (trad. levemente modificada).
9
Diff 15. Trad. cast.: 16.
10
“La filosofía, en cuanto ciencia, no necesita ni tolera introducción alguna”, dice Hegel en
uno de los manuscritos preparatorios para las lecciones del semestre invernal 1801-1802;
GW, V, 259.
334
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
esta idea del Absoluto como Anfang de la filosofía, como así tam-
bién la idea de que el saber es completo, absolute, o no es, y por
lo tanto no admite acercamientos progresivos —ideas que miden la
distancia que separa a este Hegel del Hegel que inaugurará la pro-
ducción sistemática, escribiendo, en el célebre Prólogo de la Feno-
menología del espíritu que el Absoluto es “resultado” y presentando
la “ciencia de la experiencia de la conciencia” como el elevarse de
la conciencia desde sí misma a la ciencia— nos permiten iluminar
dos cuestiones centrales para nuestro proyecto de investigación,
en las que, además, el camino de Hegel se cruza con el de Spino-
za: la cuestión de la relación entre finito e infinito y la cuestión del
lugar del sentido común respecto de la filosofía. En realidad, como
intentaré mostrar, la cuestión de la relación del sentido común con
la filosofía no es sino una declinación, en clave gnoseológica, de la
cuestión que, en términos metafísicos, se presenta como la proble-
mática de la relación finito-infinito. Y el hecho de que en un plano,
el metafísico, Spinoza se presente para Hegel como el paradigma
a seguir, mientras que en el otro, el lógico-gnoseológico, Hegel no
encuentre en el filósofo de Amsterdam ningún aliado para su ope-
ración, quizás permita vislumbrar el camino que tomará el Hegel
maduro y sus sucesivas consideraciones de la sustancia spinoziana
como verdad incompleta.
335
CAMINOS CRUZADOS #2
Wachen des Spinoza).11 Y por primera vez destaca el infinitu actu del
filósofo de Amsterdam como verdadera y genuina concepción de lo
infinito. En tanto que Spinoza accedió a la idea de la “absoluta afirma-
ción […] que comprende en sí lo particular o lo finito según su ser y
que es único e indivisible”,12 conjuntamente con la conciencia de que
lo finito no es otra cosa más que una “negación parcial” —o, dicho
de otro modo, que la determinación es negación— la sustancia spi-
noziana se presenta, ante los ojos de Hegel, como la “suprema idea”
de la razón, la cual, en cuanto causa sui, es tanto “razón real” (reelle
Vernunft) como “organismo”.13
Como se puede ver, la sustancia spinoziana adquiere, en las
manos de Hegel, la fisonomía de una “unidad de opuestos”, en gra-
cias de lo cual la misma se presenta como el “principio” supremo
de la filosofía.14 Leída a la luz de la tercera Crítica kantiana y de su
tentativo de pensar el Naturzweck mediante el concepto causa sui,
la sustancia de Spinoza sufre una torsión en virtud de la cual la mis-
ma no sólo deviene la expresión más acabada de la razón en cuanto
tal, sino que además adquiere el carácter de una racionalidad que
se realiza o actúa orgánicamente, que es ella misma organismo, es
decir, fin en sí y para sí. Mediante el concepto de fin de la naturaleza,
articulado sobre la base de la noción de causa sui y forjado para
dar cuenta de esos seres organizados de la naturaleza de cuya es-
tructura las leyes trascendentales del entendimiento nada pueden
decirnos, Hegel desliza la idea de una unidad que no es, como en
Kant, mero ens rationis, sino que se despliega realiter, tanto en la
naturaleza como en el espíritu.
11
GuW 350. Trad. cast.: 93.
12
GuW, 354. Trad. cast.: 98.
13
GuW 342. Trad. cast.:83.
14
Klaus Düsing es uno de los que más ha insistido sobre la asimilación de la sustancia de
Spinoza como principio supremo de la metafísica hegeliana hasta 1803; Cf., Das Problem
der Subjektivität in Hegels Logik, Hegel Studien Beiheft 15, Hamburg, Meiner 1995; Id.,
“Von der Substanz zum Subjekt. Hegels spekulative Spinoza-Deutung”, en M. Walther (ed.),
Spinoza und der Deutsche Idealismus, Würzburg, Königshausen & Neumann 1992, pp.
163-180. Nos permitimos reenviar también a nuestro Il bisogno della filosofia. L’itinerario
speculativo di Hegel tra Francoforte e Jena (1797-1803), Mimesis, Milano, 2011.
336
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
337
CAMINOS CRUZADOS #2
338
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Habla de monismo espiritualista en Hegel, Beiser, F., Hegel, New York, Routledge
18
Philosophers 2005, XX; habla de monismo de la razón, en cambio, Horstmann, R-P., Die
Grenze der Vernunft. Eine Untersuchung zu Zielen und Motiven des Deutschen Idealismus,
Frankfurt am Main, Anton Hain, 1991. Para una lectura que niega el monismo en Hegel,
Cf., Kreines, J., Reason in the World. Hegel’s Metaphysics and Its Philosophical Appeal, New
York, Oxford University Press, 2015.
339
CAMINOS CRUZADOS #2
340
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
21
En tanto que instancia de Vernichtung de todas las certezas de lo finito, el escepticismo es
“elevación sobre la verdad que otorga la conciencia común”; VSP, 215. Trad. al esp. de M.
del Carmen Paredes Martín, Relación del escepticismo con la filosofía, Madrid, Biblioteca
Nueva, 2006, p. 74.
22
Sobre este tema, nos permitimos reenviar a nuestro Il bisogno della filosofia, op. cit., cap. II y III.
23
En la versión berlinesa de la Enciclopedia, Hegel recordará al Sr. Krug, tildando nuevamente
su reflexión de engañosa e ingenua: “El señor Krug ha exigido en este sentido a la filosofía
341
CAMINOS CRUZADOS #2
de la naturaleza […] que lleve a cabo la obra maestra de deducir tan solo la pluma con
la que él escribe. Para esta tarea y respectiva la glorificación de su pluma sería preciso
poder concebir la esperanza de que la ciencia hubiera progresado tanto que ya hubiera
despachado [la deducción] de todo lo importante del cielo y de la tierra, del presente y
del pretérito, y que ya no quedara nada más importante para concebir [que su pluma]”,
Enzyklöpedie der philosophischen Wissenschaften im Grundrisse, § 250, en GW, XX;
Enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio, trad. esp. de R. Valls Plana, Buenos
Aires, Alianza 2005, p. 310.
24
Escribe Hegel en Sobre la esencia de la crítica filosófica en general y su relación con el
estado presente de la filosofía en particular: “Si la crítica pretende hacer valer un punto de
vista unilateral contra otros no menos unilaterales, entonces ella se reduce a polémica
y a partidismo […] Pero como si un bloque [Menge] se ha opuesto a otro bloque, cada
uno de ellos se configura como un partido [Partei], pero en cuanto uno deja de aparecer
[scheinen] como partido también el otro deja de hacerlo, entonces, por una parte, cada
lado debe hallar intolerable el aparecer sólo como partido […] Por otra parte, si un bloque
quiere preservarse frente al peligro de la lucha y de la manifestación de la propia íntima
nulidad, declarando que el otro [bloque] sólo es un partido, entonces justamente así habría
de reconocer que él es algo, y habría desconocido a sí mismo esa validez universal sobre
la base de la cual lo que es efectivamente partido no debe ser partido sino más bien una
absoluta nada, y de ese modo, al mismo tiempo se habría reconocido como partido, es
decir como una nulidad para la verdadera filosofía”, en GW, IV, 127-128; trad. mía.. Algo
parecido vuelve a decir Hegel en la Introducción a la Fenomenología del espíritu, allí donde
afirma: “Pues un saber que no tenga la cualidad de lo verdadero, ella [la ciencia] no puede,
ni limitarse a repudiarlo como una visión común y ordinaria de las cosas, aseverando que
ella es un conocimiento de otro género, completamente distinto, y que ese saber no es
nada para ella; ni tampoco puede invocar el presentimiento de un saber mejor que hubiera
dentro de él”; GW, IX, 8; Fenomenología del espíritu, trad. esp. de A. Gómez Ramos, Madrid,
342
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Abada 2010, 147 (de ahora en adelante cit., como FdE, seguido por número de página). El
saber, allí donde se contrapusiese al no saber, declararía la propia nulidad como saber, se
reduciría a partido, a Doxa.
25
A mi modo de ver, no queda del todo claro en los textos si Hegel hace alguna diferencia
entre gesunder Menschenverstand y gemeiner Menschenverstand, confiriéndole a este
último un claro carácter negativo y reconociendo un carácter positivo en tanto que acceso,
si bien oscuro o a través del sentir, al Absoluto.
26
GW, IV, 124 (trad. mía). Estas consideraciones contrastan netamente con las del Prólogo
de la FdE en que Hegel sostiene que la ciencia ha de tener carácter exotérico, ha de ser
accesible a todos, es decir, ha de desplegarse acabadamente; Cf., FdE, 67.
27
GW, IV, 178.
343
CAMINOS CRUZADOS #2
Krug, dice Hegel, entiende “la cosa como el más común de los ple-
beyos”; por ello para él y su común entendimiento humano, la filosofía
es un camino vedado. Y sin embargo, en el antes mencionado apar-
tado de la Differenzschrift Hegel escribe que el sano entendimiento
pierde “su fuerza” (Kraft) allí adonde adhiere a la reflexión o se deja
confundir por ella, en virtud de lo cual termina por renunciar a “apoyar
sus máximas sólo en la totalidad oscura presente como sentimien-
to y a oponerse enérgicamente con dicho sentimiento a la inestable
reflexión”.28 En estos pasajes el sano entendimiento humano no se
opone a la especulación —sino solo cuando se deje desviar por la re-
flexión intelectiva—, pues en él la totalidad absoluta no resulta ajena,
sino que más bien se presenta como un oscuro sentir que permanece
“en lo interno e inexpresada”.29 Absoluto y manifestación, esencia y
contingencia son para el sano entendimiento humano idénticas, “pero
esta identidad es y permanece algo interno, un sentimiento, algo des-
conocido (unerkanntes) e inefable (unausgesprochenes)”.30
Hegel parecería decir entonces que en el sano entendimiento hu-
mano la identidad de Absoluto y manifestación o de esencia y contin-
gencia no es para la consciencia,31 pues en ella permanece la opo-
sición. Dicho de otro modo: el sano entendimiento humano “siente”
la referencia a lo Absoluto, mas al mismo tiempo no sabe ni puede
renunciar a la “consistencia” y al “ser absoluto” de ellas, a su “desapa-
recer (verschwinden) ante la especulación”; razón por la cual esa iden-
tidad aparece en la conciencia como oposición. Pasajes complicados,
estos, que se vuelven aún más complejos por el hecho de que Hegel
parece superponer esta referencia a lo Absoluto y el contemporáneo
quedar pegada de la consciencia a la contraposición con la fe:
Esta relación o referencia del estado de limitación a lo absoluto, en
la cual referencia sólo la oposición está presente en la consciencia,
28
Diff, IV, 20. Trad. cast.: 22.
29
Ibídem.
30
Diff, 21. Trad. cast.: 23.
31
La tarea de la filosofía, escribe Hegel en la Differenzschrift, es “construir el Absoluto para
la consciencia”.
344
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
345
CAMINOS CRUZADOS #2
346
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
que se enfrentan cada uno con igual derecho: “Frente a esta relación
de la crítica, que separa la no filosofía de la filosofía —su estar de un
lado y tener la no filosofía del lado opuesto, no hay inmediatamente
salvación (Rettung)”.36
La salvación, entonces, es posible allí donde el no saber depone
su carácter de contraposición al saber. En el caso de la crítica filo-
sófica, ella puede realizarse sólo cuando no sólo ella sino también la
obra criticada tienen su Maßtab en la idea misma de la filosofía. Si en
términos metafísicos el infinito no es tal allí donde se contrapone a lo
finito, en términos gnoseológicos el saber no puede contraponerse al
saber (=la filosofía a la no filosofía); pues allí donde esto sucediese
ese saber se mostraría él mismo como no saber (=el infinito sería un
mal infinito o un infinito finitizado). La adquisición de que el Absoluto
no puede ser sólo meta, objetivo externo al movimiento de acceso a él
se declina en la exigencia de afirmar que aún en el no saber el saber
está ya presente, si bien sólo en la forma de un sentir inefable o inco-
municable, que habrá de “orientar” al entendimiento: esto es aquello a
lo que Hegel hace referencia en la Differenzschrift, cuando hablando
del itinerario de las determinidades del entendimiento a la razón, afir-
ma que tal entendimiento está ab initio guiado por la “celada eficacia
de la razón (geheime Wirksamkeit der Vernunf)”.
En el fondo, todo el recorrido de la Fenomenología, como itinerario
de la consciencia que desde sí misma y desplegando inmanentemen-
te su necesidad de conocer se eleva a la ciencia, será la respuesta
de Hegel a estas preocupaciones acerca de un saber que no admite
introducción o acercamiento progresivo pero que debe dar cuenta de
esa necesidad de la filosofía adonde el genitivo, entendido como ob-
jetivo, implica la realidad de un no saber que reclama ser sintetizado
con el saber.
347
CAMINOS CRUZADOS #2
37
Wie der gemeine Menschenverstand die Philosophie nehme, en GW, IV, 179 (trad. mía).
38
Esto es lo que habilita, en Spinoza, la compleja afirmación según la cual la idea —
anticartesianamente— implica un juicio, mas al mismo tiempo la idea —cartesianamente—
no puede ser en sí misma errónea. Sobre este tema, cf., Scribano, E., Macchine con la
mente. Fisiologia e metafisica tra Cartesio e Spinoza, Roma, Carocci, 2015.
39
Cf. E II, 48, esc.
348
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
349
CAMINOS CRUZADOS #2
Dice Hermann Braun que “el sumergirse de todas las determinidades en el abismo del
40
spinozismo, aconsejado [por Hegel] como ejercicio del pensar ha de ser entendido por
cierto como una anticipación del recorrido de la lógica […]”. Es decir que la función teórica
de Spinoza es desplazada por fuera del recorrido lógico y aquel “o se es spinozianos o no se
es filósofos” de las Lecciones sobre historia de la filosofía indicarían solamente un ejercicio
de purificación subjetivo necesario para resolverse a filosofar, pero que excluye toda
identidad entre la posición filosófica spinoziana y alguna categoría o momento de la lógica;
350
SANDRA VIVIANA PALERMO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Cf., “Spinozismus in Hegels Wissenschaft der Logik”, en Hegel-Studien, 17, 1982, 53-74,
qui p. 70. Obviamente, estas consideraciones, ponen la cuestión acerca de si la filosofía
hegeliana realiza su programa de confutación inmanente del spinozismo. Sobre este tema,
cf., Michelini, F., Sostanza e assoluto. La funzione di Spinoza nella Scienza della lógica di
Hegel, Bologna, EDB, 2004; Palermo, S., “La sostanza como genesi del concetto. Sulla
lettura hegeliana di Spinoza nella Wesenslogik”, en Fonnesu, L.-Ziglioli L. (eds.), System und
Logik bei Hegel, Hildesheim-Zürich-New York, Georg Olms, 2016, pp. 193-212.
351
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
352
LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Introducción
Que una imagen pueda ser percibida, es decir, que la percepción de
las cosas se dé bajo la forma de imágenes, no parece suscitar nin-
gún problema, pero hablar de la libertad de la imagen ya es un poco
arriesgado. Al final, ¿de qué libertad estamos hablando? ¿Qué sentido
tiene decir que una imagen es más o menos libre? ¿Libre de qué? ¿O
de quién? Las respuestas para estas preguntas no siempre pasan
por las soluciones de los problemas que relevan, sino más bien por
un replanteamiento del propio problema. ¿Cuál sería ese problema?
Digamos que se trata del problema de la imagen: ¿Cómo pensar en la
imagen sin dejarla caer en las garras (o en los ojos) de la percepción
humana? ¿Existen imágenes no percibidas? Ese es el punto de par-
tida de Deleuze para tratar el concepto de imagen y su relación con
el cine en los libros La imagen-movimiento (1983) y La imagen-tiempo
(1985).2 Por otro lado, en la selección de citas de Deleuze propuestas
1
Este artículo es resultado de una investigación en el marco del Programa de Posdoctorado
en Ciencias Humanas y Sociales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires.
2
Además de las obras originales y sus traducciones al castellano (Deleuze, G., L’image-mou-
vement. Cinéma 1, París, Les éditions de minuit, 1983 [La imagen-movimiento: estudios
sobre cine 1, trad. por Irene Agoff, Buenos Aires, Paidós, 2018]; _____., L’image-temps.
Cinéma 2, París, Les éditions de minuit, 1985 [La imagen-tiempo: estudios sobre cine 2,
trad. por Irene Agoff, Buenos Aires, Paidós, 2016], utilizamos las “clases” de Deleuze (Cur-
sos en la Université de Vincennnes), publicadas por la Editora Cactus en tres volúmenes
(hay un cuarto en preparación), de los cuales aquí nos abocamos al primero: Deleuze, G.,
353
CAMINOS CRUZADOS #2
Cine I: Bergson y las imágenes (Clases), trad. por Sebastián Puente y Pablo Ires, Buenos
Aires, Cactus, 2009.
3
DR 113. Trad. cast.: 138.
4
IT 232. Trad. cast.: 238.
5
Bergson, H., Matière et Mémoire: Essai sur la relation du corps à l’esprit (1896), Œuvres,
Édition du centenaire, Paris, PUF, 1959 [Materia y memoria. Ensayo sobre la relación del
cuerpo con el espíritu, trad. Pablo Ires, Buenos Aires, Cactus, 2006, pp.51-56]; C1 156.
6
C1 157.
354
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
7
C1 160.
8
C1 161.
9
C1 162.
355
CAMINOS CRUZADOS #2
La imagen-percepción en el cine
El universo de la imagen-movimiento se compone de tres tipos de
imagen: la imagen-percepción, la imagen-acción y la imagen-afección.
Examinaremos aquí la primera, articulando tres niveles de análisis que
corresponden a tres definiciones diferenciadas de la imagen-percep-
ción. En el primer nivel, la definición nominal distingue y opone los
dos polos de la percepción (subjetivo y objetivo); en el segundo, la
“definición real” combina dos sistemas de percepción coexistentes:
el de la interacción universal con el de la imagen privilegiada; y en el
tercer nivel buscaremos componer los tres estados de la percepción
(sólido, líquido y gaseoso) por medio de una definición genética. En la
definición nominal, se asimila la “imagen subjetiva” al punto de vista de
alguien que forma parte del conjunto de imágenes que está siendo
visto: alguien que percibe; mientras que la “imagen objetiva” supone
una imagen sin punto de vista (o vista desde un punto de vista exterior
al conjunto):
Llamo imagen subjetiva a la imagen de un conjunto visto por al-
guien que forma parte de ese conjunto; llamo imagen objetiva no a
una imagen sin punto de vista […] sino a la imagen de un conjunto
visto desde un punto de visto exterior a ese conjunto.10
C1 192.
10
Mitry, J. Esthétique et psychologie du cinema, II, pp. 78-79. [Estética y psicología del cine, 2
11
Ibid., p. 61ss.
12
357
CAMINOS CRUZADOS #2
13
Deleuze remite al artículo “El cine de poesía”, en Pasolini, P. Empirismo erético, Milán, Gar-
zanti, 2000, pp. 148 y ss. [Empirismo herético, trad. por E. Nicotra, Córdoba, Brujas, 2005].
14
C1 198.
358
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
C1 199.
15
Cf. Whitehead, A. Proceso y realidad, trad. por J. R. Armengol, Buenos Aires, Losada, 1956.
16
359
CAMINOS CRUZADOS #2
17
C1 212.
18
C1 213.
19
C1 216.
20
Ibídem.
360
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
21
C1 220.
22
Vertov, D., Cine-ojo, la vida al imprevisto [Kino-Glaz, 1924].
23
C1 223.
24
C1 224.
361
CAMINOS CRUZADOS #2
C1 224-225.
25
C1 226. Deleuze extrae este análisis sobre las películas de Ivens de Balázs, Béla: Balázs,
26
B., Le cinéma: nature et évolution d’un art nouveau, París, Payot, 1979, p.167 y Balázs, B.,
L’esprit du cinéma, París, Payot, 1977, p. 205.
362
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
C1 227.
27
C1 228.
28
363
CAMINOS CRUZADOS #2
La percepción molecular
Por eso, dirá Deleuze, el fotograma es la “imagen molecular” del cine;
es ya otra percepción, no la percepción de la imagen media-movimien-
to, que es “molar”. En cuanto la “percepción molar” destaca objetos
364
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
C1 233.
29
365
CAMINOS CRUZADOS #2
Conclusiones
Nos preguntábamos al iniciar este trabajo si había una manera de
percibir “no-humana”, lo que supone la existencia o la creación de un
“ojo no-humano”. Es lo que Deleuze parece encontrar en la percepción
molecular en tanto elemento genético de la imagen-movimiento. Al
mismo tiempo, verificamos de qué manera el cine de Vertov apunta la
C1 234.
30
C1 242.
31
366
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Pachilla, P., “La imagen-palimpsesto. El cine en segundo grado de Quentin Tarantino”, en:
32
En la célebre entrevista con Claire Parnet, Deleuze nos sorprende: “La cuestión de percep-
33
ción es la siguiente: ¿qué es no ser de izquierda? No ser de izquierda es, en cierto modo,
como una dirección postal: partir de sí, la calle en la que uno está, la ciudad, el país, los
demás países, cada vez más lejos, ¿no? Uno comienza por sí mismo, y en la medida en que
uno es privilegiado, que uno está en un país rico, uno piensa: bueno, ¿cómo hacer para que
la situación dure? Uno sabe perfectamente que hay peligros, que todo aquello no puede
durar, que es demasiado, que es demasiado demencial […]. Ser de izquierda es lo contrario:
es percibir. Dicen que los japoneses perciben así. No perciben como nosotros, perciben
primero el contorno... Entonces dirían: el mundo... el continente, pongamos: Europa, Fran-
cia, etc., la rue de Bizerte, ¡yo! Es un fenómeno de percepción, uno percibe en primer lugar
el horizonte, uno percibe en el horizonte” (Boutang, Pierre-André. L’Abécédaire de Gilles
Deleuze, Paris, Les Éditions Montparnasse, 2004) (la traducción es propia).
368
PABLO ENRIQUE ABRAHAM ZUNINO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
Balázs, B., Le cinéma: nature et évolution d’un art nouveau, París, Pa-
yot, 1979.
---, L’esprit du cinéma, París, Payot, 1977.
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Prometeo, 2016.
369
CAMINOS CRUZADOS #2
370
LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Una idea tan frecuente como el sentido común juega un papel fun-
damental en Diferencia y repetición. En muchas oportunidades esta
noción se relaciona con el ámbito gnoseológico. Sin embargo, en De-
leuze, está íntimamente conectada con la cuestión política. En el sis-
tema democrático y en particular en el período electoral es habitual
que muchos actores recurran a presupuestos tales como qué significa
pensar, los valores que debemos defender o el concepto de república.
Dichos elementos generalmente se inscriben en el llamado sentido
común. Ahora bien, pocas veces se explicita de qué estamos hablan-
do cuando nos referimos a este sentido. Por tanto, en relación a estas
ideas surgen algunos interrogantes: ¿existe una racionalidad en este
sentido? ¿Quién lo construye? ¿Es una construcción colectiva? ¿Hay
una relación entre el sentido común y nuestras decisiones políticas?
¿Responde a intereses que van en contra de la conservación de nues-
tra propia vida?
Spinoza afirma en el Tratado político:
[…] a fin de investigar todo lo relativo a esta ciencia con la misma
libertad de espíritu con que solemos tratar los temas matemáticos,
me he esmerado en no ridiculizar ni lamentar ni detestar las ac-
ciones humanas, sino en entenderlas. Y por eso he contemplado
los afectos humanos, como son el amor, el odio, la ira, la envidia,
la gloria, la misericordia y las demás afecciones del alma, no como
vicios de la naturaleza humana, sino como propiedades que le per-
371
CAMINOS CRUZADOS #2
1. Los postulados
El pensamiento es una facultad natural y por esa razón posee una
buena naturaleza. Este es el postulado central de la imagen dogmá-
tica. Asimismo, el pensamiento está dotado para lo verdadero y nos
desviamos del recto camino cuando somos seducidos por fuerzas ex-
trañas, como cuerpos, pasiones o intereses sensibles, que nos obligan
a tomar lo falso por verdadero.2
Hay una conexión entre el segundo y tercer postulado, si tenemos
en cuenta que el modelo del reconocimiento se define como el ejer-
cicio concordante de las facultades sobre un objeto que se supone el
mismo. El famoso ejemplo cartesiano del trozo de cera basta para ilus-
trar este modelo. La concordancia entre las facultades garantiza que
1
TP 276. Trad cast.: 80-81. Cito según la siguiente traducción: Spinoza, B., Tratado político,
trad. por Atiliano Dominguez, Madrid, Alianza, 1986.
2
NePh. 118. Trad. cast.: 146. Cito esta la siguiente traducción: Deleuze, G., Nietzsche y la
filosofía, trad. por Carmen Artal, Barcelona, Anagrama, 1998.
372
GEORGINA BERTAZZO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
3
El objeto siempre está individuado, se recorta de los campos de individuación. Ahora bien,
se parte de esa diferencia tanto en el objeto como en el yo, pero gracias a la operación del
sentido común y su repartición tienden a uniformarse e igualarse perdiendo la potencia y la
diferencia inicial.
373
CAMINOS CRUZADOS #2
4
DR 210. Trad. cast.: 177. Cito esta obra según la traducción de M. S. Delpy y H. Beccacece,
referida en la Bibliografía.
5
DR 192. Trad. cast.: 228.
374
GEORGINA BERTAZZO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
6
DR. 204 Trad. cast.: 240.
7
DR. 212 Trad. cast.: 248.
375
CAMINOS CRUZADOS #2
8
Foucault, M., Microfísica del poder, trad. por Alvarez-Uría, F., & Varela, J., Madrid, La Piqueta,
1979.
376
GEORGINA BERTAZZO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
9
Las Fake news, el marketing digital y análisis de big data para segmentar la información
se constituyeron como las exitosas herramientas de Cambiemos hasta las elecciones
primarias de 2019 donde se evidenció la derrota del modelo neoliberal y su voracidad.
10
DR. 190 Trad. cast.: 224.
377
CAMINOS CRUZADOS #2
3. Conclusión
Podríamos hacer una lectura de los aparatos ideológicos del estado,
reflexionar acerca de cómo los medios de comunicación influyen so-
bre el votante. Pero, como atinadamente señala Roque Farrán en su
artículo de la última edición de la revista Ideas, titulado “Cuando la vida
está en riesgo: hablar en nombre propio (contra la subjetividad troll)”,
es preciso ahondar en la desconexión que existe con las vivencias
concretas de bienestar y expansión de derechos que responde a la
proliferación de los discursos e imágenes repetitivas de los medios
hegemónicos. Allí hay algo más profundo, algo que va más allá de la
carne; por eso nos preguntamos: “¿Quién tiene la culpa? Nuevamente,
¿hemos sido engañados?”. Dice Deleuze en Diferencia y repetición:
“La cobardía, la crueldad, la bajeza, la necedad (la bêtise) no son sim-
plemente potencias corporales o hechos de carácter y sociales, sino
estructuras del pensamiento como tal.”11 La necedad nunca es la del
otro y la pregunta por la culpa debe ser una pregunta trascendental.
Una pregunta que anima nuestra piadosa facultad y anima a nuestras
facultades a su ejercicio trascendente. No es el error, sino la necedad
propiamente humana. El derrumbe de la imagen del pensamiento per-
mite que las Ideas broten por la fisura. Una vez más, como afirmaba
Spinoza al comienzo, debemos ser capaces de comprender la posibi-
lidad de la disolución de lazos, la crueldad, la necedad; para no asistir
al eterno retorno de lo mismo. La idea que pone en marcha la facultad
de sociabilidad coexiste con su aspecto real gracias a la diferenciación
que actualiza esa virtualidad.12 Por lo tanto, tenemos un correlato real
de ese ámbito virtual donde se producen los problemas.
Nuestro problema será crear otros coordenados, otros dispo-
sitivos colectivos para repensar el lugar de las corporaciones mediá-
“[…] es preciso, por el contrario, llevar ese descubrimiento al nivel trascendental; y considerar
12
los problemas, no como «datos» (data), sino como «objetividades» ideales suficientes que
implican actos constituyentes e investidores en sus campos simbólicos. Lejos de concernir
solamente a las soluciones, lo verdadero y lo falso afectan ante todo a los problemas.” DR.
206. Trad. cast.: 243
378
GEORGINA BERTAZZO LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Deleuze, G., Conversaciones. trad. por Jose Luis Pardo, Valencia, Pre-textos, 1996, p. 148.
13
Esta entrevista fue publicada inicialmente en francés en la revista Futur Antérieur. Nro. 1,
1990 y luego en el libro Pourparlers. Minuit, 1990.
379
CAMINOS CRUZADOS #2
Bibliografía
380
LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Como para tantas otras cosas, para pensar la relación entre física y
filosofía, sirve volver a los griegos. Cuando Aristóteles habla de “los
primeros que filosofaron”, los llama físicos (physikoi), y esto porque
el objeto del conocimiento para estos pensadores, aquello en lo que
centraban su actividad intelectual, era la physis. Se trata de un término
que se suele traducir por naturaleza y que engloba tanto aquello a lo
que referimos cuando decimos algo como “la naturaleza de la reali-
dad” (es decir, naturaleza como esencia), como también, en un sentido
extensivo, a la naturaleza en cuanto el conjunto de la realidad en el
que estamos inmersos. La physis, para estos griegos, la realidad, se
presentaba como algo dinámico y cambiante, pero que al mismo tiem-
po respondía evidentemente a un orden, un criterio, un elemento, que
de algún modo gobernaba sin fin ese dinamismo. Dar cuenta de los
principios que gobiernan la naturaleza era el objetivo del conocimiento
381
CAMINOS CRUZADOS #2
para ellos. Un conocimiento que vale por muchos, como dirá Heráclito.
Como physis es naturaleza, si queremos también podemos traducir el
término con que Aristóteles llamaba a estos filósofos como “natura-
listas”, y a uno le viene a la mente que todavía hace no tantos siglos
lo que hoy llamamos física era también llamado filosofía natural. Física
o filosofía natural, entonces, y un mismo objetivo que nunca envejece:
comprender y expresar el orden que se despliega constantemente en
la naturaleza, inteligir, como dirá Heráclito, el lógos de la physis. Pero si
todavía hace menos de dos siglos tomábamos en serio la posibilidad,
por ejemplo, de una física especulativa, hoy esa relación entre física
y filosofía parece haber cambiado, y un empirismo algo ingenuo nos
hizo creer que el rol del concepto en las ciencias naturales es algo
secundario, una “interpretación” que, si queremos —y si no queremos
no hace falta—, podemos agregarle a una teoría. ¿Por qué este re-
chazo a la especulación en la física? Sin profundizar demasiado, pero
también sin mucho riesgo de equivocarnos, podemos decir que una
evidente causa es el inédito éxito que tuvo la física clásica (la mecáni-
ca de Newton y el electromagnetismo de Maxwell), su increíble poder
explicativo, que incluso hizo pensar a muchos durante bastante tiempo
que contábamos ya con la explicación física definitiva. Esto produjo
—y es algo que vemos aún hoy— que una determinada filosofía natu-
ral se volviese sentido común para los físicos, y que por lo tanto sus
principios metafísicos quedaran directamente presupuestos, tomados
inconscientemente por evidencias que no requieren análisis. No hay
especulación necesaria porque en el fondo ya sabemos lo que es la
realidad, ya contamos con una representación suya que pasa por ob-
via. Por otro lado, y más recientemente, otra causa evidente de esta
situación es la influencia que ejerció y sigue ejerciendo el positivismo
lógico en nuestro pensamiento científico. Según los positivistas, las
teorías científicas consistían en la correcta relación de dos tipos de
términos: los términos empíricos, es decir lo dado experimentalmente,
y los términos teóricos, entendidos ahora como la traducción de los
términos empíricos en proposiciones simples. Las consideraciones
conceptuales eran entonces desalojadas de su lugar fundamental en
la constitución de las teorías científicas, y pasaban a cumplir un rol
382
RAIMUNDO FERNÁNDEZ MOUJÁN LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
1
Citado en: Heisenberg, W., Physics and beyond. Encounters and conversations, New York,
Harper & Row, 1971, p 63 (la traducción es nuestra).
2
En otro texto por salir analizamos más en detalle esta extraña y paradójica combinación
entre metafísica sustancialista y positivismo, a la que llamamos, buscando explicitar la
contradicción, “sustancialismo sofístico” (De Ronde, C. y Fernández Mouján, R., “Elementos
para una filosofía relacional de la física cuántica. Más allá del sustancialismo y del empirismo
positivista”, en Quaderni Materialisti (en prensa)).
383
CAMINOS CRUZADOS #2
384
RAIMUNDO FERNÁNDEZ MOUJÁN LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
3
Schrödinger, E., “Discussion of Probability Relations between Separated Systems”,
Mathematical Proceedings of the Cambridge Philosophical Society, 31, 1931, pp. 555-563.
La traducción es nuestra.
385
CAMINOS CRUZADOS #2
4
Einstein, A., “Quanten-Mechanik und Wirklichkeit”, en Dialectica 2, 1948, pp. 320-324.
Traducción de Alejandro Cassini y Kim Welling. El subrayado es nuestro.
5
Howard, D. “Einstein on locality and separability”, en Studies in History and Philosophy of
Science, Part A, 1985, p. 173. La traducción es nuestra.
387
CAMINOS CRUZADOS #2
***
388
RAIMUNDO FERNÁNDEZ MOUJÁN LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
389
CAMINOS CRUZADOS #2
El individuo tiene, dice, “un número muy grande de partes”, que le per-
tenecen bajo una cierta relación. Pero lo esencial y primero aquí no son
las partes sino la relación. Pensemos el ejemplo filosófico típico: una
mesa. Y pensemos que reemplazamos una de sus patas. En términos
de sustancia sin duda se produjo un cambio y es legítimo preguntar si
se trata todavía de la misma mesa. Pero la pregunta, para Spinoza, no
es si la masa o la sustancia es la misma, sino si la relación se conserva.
¿La relación que define a la mesa, más allá de los componentes que la
actualizan, se conserva o no? Si se conserva, el individuo permanece.
Los individuos en Spinoza, además, como ya no son sustancias, no pue-
den tener relaciones aditivas. Es decir, un individuo no se suma a otro,
no se agrega exteriormente al primero. Ahora los individuos, en cuanto
relaciones, entran en otro tipo de vínculo, entran en vínculos de compo-
sición, se componen y se descomponen. Es la composibilidad. La com-
posibilidad permite, por ejemplo, que dos o más individuos que entran
en una relación entre ellos por la cual se comunican sus movimientos
según una cierta relación, puedan ser concebidos también como un
solo individuo, como una sola relación, más compleja. Y de hecho pode-
mos ir mucho más lejos —hasta el final— por este camino, y concebir
el conjunto de la naturaleza como el individuo compuesto de todos los
individuos, la relación de todas las relaciones. La diferencia entre los
diversos individuos al interior de la naturaleza es una diferencia modal,
la negación que los distingue una negación parcial, y no absoluta, no
una división sustancial. El individuo modal es, entonces, relativo. Esto
no quiere decir que esas diferencias no existan, que sean dependientes
de una perspectiva, que sean subjetivas —no hay que confundir esta
relatividad con relativismo— sino simplemente que las diferencias no
constituyen separaciones, que no son cortes en el ser. No porque divida
en dos una cosa, porque serruche mi computadora, divido al ser. Entre
una mitad y la otra de lo que era una computadora no se abre una grieta
en el ser mismo. Simplemente descompongo y compongo. De un modo
hago dos, serrucho: descompongo. Y luego quemo una de las mitades
de la computadora, alimento un fuego, una combustión: compongo de
nuevo, de otra manera.
390
RAIMUNDO FERNÁNDEZ MOUJÁN LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
***
Pero hay algo que molesta en todo esto. Hay algo que leímos en Spi-
noza y que no encaja. Algo que de hecho parece refutar todo nuestro
análisis de Spinoza. Dijimos más arriba que un individuo era un “gran
número de partes” bajo una cierta relación. ¿Qué son esas partes?
6
E II, 13, lem. 7. Se cita la traducción de Vidal Peña.
391
CAMINOS CRUZADOS #2
Son, dice Spinoza, “cuerpos más simples”. ¿Qué son esos “cuerpos
más simples”? ¿Estamos volviendo acaso sobre un atomismo, es de-
cir, justamente, sobre una visión del mundo sustancialista, que divi-
de la realidad en sustancias independientes, separadas por el vacío?
No parece algo coherente al interior del sistema de Spinoza, sobre
todo teniendo en cuenta su enfático rechazo de la separación. Los
intérpretes de Spinoza se ven entonces en la obligación de intentar
soluciones. Deleuze delimita el ámbito posible de las soluciones al
decir que, a la hora de dar sentido a estos “cuerpos más simples”, no
se puede recaer ni en un atomismo ni en un indefinitismo, es decir
en la idea de que siempre puedo seguir dividiendo al infinito. Deleuze
hace además su propia propuesta, una fundada en la importancia del
cálculo infinitesimal en la época de Spinoza (recordemos al pasar que
el cálculo infinitesimal es lo que permite justamente el desarrollo de
la física clásica, al lograr traducir en términos matemáticos la noción
de continuo). La propuesta de Deleuze, sobre la que no vamos a de-
tenernos, se basa en la idea de infinito positivo propia al siglo XVII y
en la relación diferencial, que permite, según su lectura, hablar de la
existencia de una relación cuando ya no hay cuerpo, cuando ya no
hay extensión. Permite poner primero a la relación y no a la sustancia.
Pero lo que se busca acá es pensar otra posibilidad, otra alternativa
al atomismo, también situada entre esos dos límites que Deleuze de-
termina, pero proveniente esta vez de la física. Una posibilidad que no
es aplicable por supuesto a Spinoza, que no puede ser aquello en lo
que Spinoza estaba pensando cuando escribió acerca de los “cuerpos
más simples”, pero que nos permite pensar un sentido para algo así
como una “unidad mínima” más allá del atomismo. Una unidad mínima
que en realidad ya no sería cuerpo. Y se trata en realidad del primer
concepto de la cuántica, de la noción más primitiva de la teoría: el
“cuanto de acción”.
La física cuántica empieza cuando Max Planck, al iniciarse el
siglo XX, resuelve un problema. Existía un problema vinculado a
la emisión de radiación de lo que se llama un “cuerpo negro”. Se
trata básicamente de una caja, en la que se introducen “partículas”,
392
RAIMUNDO FERNÁNDEZ MOUJÁN LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
que chocan o interactúan entre sí; por esos choques las “partículas”
emiten radiación, y esta sale por un pequeño agujero en el cuerpo
negro. El problema es que había una inadecuación entre la canti-
dad de radiación que decía la teoría que debía emitir ese cuerpo
negro en temperaturas frías, y la cantidad que realmente emitía. La
teoría no se adecuaba al fenómeno. Planck tiene una idea: haga-
mos la cuenta suponiendo que la energía no es una integral sino
una sumatoria. Esto, que parece muy trivial, es muy significativo.
Porque la integral viene a representar un continuo, y la sumatoria
viene a representar la discretitud. Desde entonces, la energía debe
entenderse no como un continuo sino como discreta. La energía,
dice Plank, va por pedazos, paquetes, quanta (plural del singular
quantum). Planck incluso encuentra cuál es la medida mínima de
este paquete y lo llama el “cuanto de acción”. Es decir, una cantidad
de energía no puede ser menor a un cuanto de acción, y cualquier
energía es un múltiplo del cuanto de acción. Planck era consciente
de lo extraño de la solución y de las consecuencias que podía traer
(la cuantización de la energía lleva, por ejemplo, a la cuantización de
la velocidad y por lo tanto a la cuantización —la discretitud— del es-
pacio y el tiempo, lo que ya se vuelve bastante extraño), y creía que
su propuesta iba posteriormente a ser reemplazada o corregida. Sin
embargo eso no sucedió y por el contrario la constante de Planck
(el “cuanto de acción”) se convirtió en la base de una serie de desa-
rrollos que transformaron por completo a la física y dieron origen a
la teoría cuántica. Einstein usó el desarrollo de Planck para explicar
el efecto fotoeléctrico, Bohr para proponer un nuevo modelo ató-
mico, Heisenberg para su principio de indeterminación, y así siguió
creciendo lo teoría cuántica durante las primeras décadas del siglo
XX, partiendo del descubrimiento de Planck.
Rápidamente, sin embargo, y hasta el día de hoy, el lenguaje y los
presupuestos atomistas lograron un lugar dominante en la nueva teo-
ría. Aunque varios de los fundadores de la cuántica, como Einstein
y Schrödinger, tomaron consciencia de la inadecuación del modelo
393
CAMINOS CRUZADOS #2
7
Schrödinger trata, por ejemplo, al término de “partícula” directamente como una
denominación errónea, y Einstein escribe cosas como: “Somos todos, seguramente,
conscientes de la situación con respecto a los que terminarán siendo los conceptos
básicos fundacionales en física: el punto material o partícula no está sin duda entre ellos”
(Born, M. (ed.), Albert Einstein - Hedwig und Max Born: Briefwechsel, 1916- 1955, Munich,
Nymphenburger, 1969, pp. 223-24. La traducción es nuestra)
8
Y acá quizás la relación más prometedora sea con el Deleuze de Diferencia y repetición.
394
RAIMUNDO FERNÁNDEZ MOUJÁN LIBERTAD, FILOSOFÍA Y BUEN SENTIDO / SENTIDO COMÚN
Bibliografía
395
CAMINOS CRUZADOS #2
Discusiones
396
CAPITULO
397
Discusión: libertad,
filosofía y sentido común 1
(tras la mesa N°1, integrada por
Solé, Soich, Vicum y Haymal
Arnes)
Lucas Scarfia: Tengo una pregunta que en verdad creo que puede
llegar a valer, quiero que valga, para Jimena [Solé] y para Federi-
co [Vicum]. Porque me gustó mucho ese giro de Federico, de Ja-
cobi-Hegel, en la ponencia. No me gustó tanto el Hegel-Spinoza.
Pero en fin, lo que digo es: Jimena, vos decías que Hegel revalo-
riza a Spinoza, en tanto en el sistema spinozista, y en particular
en la sustancia como principio del sistema, están superados los
opuestos sin antinomia. Encontraría la superación de la escisión, y
el sistema en definitiva da cuenta de lo Absoluto. Pero en la cita de
Hegel, creo que era en verdad del escrito de la Diferencia, Hegel
dice que de lo que se trata, para no mantenerse en el plano del
entendimiento, es respecto de la aniquilación de las limitaciones.
Entonces, en ese sentido, y ahí va lo de Jacobi y Federico, lo que
está haciendo Hegel, o pretendiendo, es la aniquilación de lo finito
para que en efecto se pueda presentar un sistema, o una totalidad,
que dé cuenta de lo Absoluto, un sistema verdadero. Entonces la
pregunta es: ¿es una aniquilación de las limitaciones? ¿Cómo es
una superación sin aniquilación de las oposiciones? Yo no la veo, y
veo en efecto que lo que tenga que hacer es aniquilarlo, por ende
aniquilar la finitud, y recaer, salirse del idealismo, ¿no?
María Jimena Solé: Y no, si se aniquila la finitud, se queda de nuevo en
la unilateralidad de un infinito mal planteado. Porque es un infinito que
en vez de abarcar la finitud, y de mostrar la dependencia de la finitud
398
DISCUSIONES
399
CAMINOS CRUZADOS #2
rio. Pero creo que hay algo que es de la esencia de la filosofía que
la vuelve universal y que hace que, si yo pienso crítica y libremente
sobre un tema, estoy haciendo lo mismo que podría hacer cual-
quier otra persona en el mundo.
Natalia Lerussi: Y en cualquier tiempo.
Mariano Gaudio: Tremendo. Es tremendo.
MJS: ¿Por qué no? No es la primera vez que lo digo.
MG: Está muy trascendente.
MJS: No, no tiene que ver con la trascendencia. Al revés, creo que es,
o sea, gran parte de las virtudes de estos encuentros es que de
vez en cuando yo leo Deleuze [Risas]. Y me puse a leer Deleuze,
¿Qué es la filosofía?, y algo me convenció de eso. O sea, hay algo
que se puede responder en la pregunta “qué es la filosofía”, que no
se diluya en: lo que hacemos acá, lo que hacen allá, lo que hacen
los alemanes, lo que hacen los franceses, lo que hacemos en La-
tinoamérica. O sea, hay una filosofía, y todos participamos de esa
filosofía. Y lo hacemos desde nuestra peculiaridad, aunque al joven
Hegel primero de Jena no le guste. Y esa peculiaridad igualmente
está en Hegel también recuperada. Él habla de esa “individualidad
interesante”. Bueno, hay una individualidad interesante que se pue-
de reivindicar como un punto de vista, o como un anclaje, a una
realidad, a unos elementos de la época…
JF: Pero eso es esencial.
MJS: No, al revés.
JF: Lo estás planteando como: la filosofía es una, y hay instanciación
o no. La creación de conceptos, la filosofía es los conceptos que
crea, no la preexiste. No es peculiaridad.
MJS: Exacto, es una actividad, no es una esencia. Esa fue mi primera
frase y la última.
JF: Pero no está en el medio, a eso voy [Risas].
402
SOLÉ, SOICH, VICUM Y HAYMAL ARNES DISCUSIONES
404
SOLÉ, SOICH, VICUM Y HAYMAL ARNES DISCUSIONES
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CAMINOS CRUZADOS #2
406
SOLÉ, SOICH, VICUM Y HAYMAL ARNES DISCUSIONES
MJS: ¿Pero qué nos importan los otros? [Risas]. No nos podemos
regir nosotros por cómo hacen los demás. ¿Los demás no me van
a citar? Bueno, no me van a citar. Pero Vicum acaba de citar tam-
bién mi traducción de Jacobi. O sea, nosotros trabajamos sobre
nuestros propios textos. Y yo cité el prólogo a Caminos Cruzados I
y para armar este trabajo la cito a Sandra [Palermo], o sea, no está
citada pero está en nota al pie. Y a vos te cité en un montón de mis
trabajos también.
MG: No, pero aceptémoslo, lo venimos discutiendo. No me nieguen
el punto.
MJS: No te niego el punto.
MG: Esto es algo que cuesta mucho. Cuesta mucho verlo como un
quehacer propio que tiene valor, aunque se haga en la periferia.
MJS: Bueno, ya lo de “periferia” me puso los pelos de punta… [Ríe]
AS: ¿Ante quién tiene que valer?
MG: No, no sé ante quién tiene que valer pero...
JF: Claro, porque estás buscando la legitimidad en otro lado, Gaudio…
MJS: Exacto.
MG: No estoy buscando el tribunal de la razón para que me legitime.
Lo que digo es que hagámonos cargo de que no vale lo mismo.
LS: Antes dijiste “el mercado”.
MG: Bueno, dije “el mercado” para poner una entidad trascendente.
MJS: Yo creo que se confunden dos cosas. Sí me parece importante,
hagámonos cargo de que no vale lo mismo. Nadie que haya salido
un poco de su ámbito no sufrió en carne propia lo difícil que es
hacer filosofía desde un lugar periférico. Todos lo sabemos, por
diferentes motivos y con diferentes experiencias. Ahora, saber eso
no puede devenir la norma de nuestra actividad. Lo que los otros
piensen sobre lo que nosotros hacemos en Buenos Aires, o en
Latinoamérica en general, no puede transformarse en cómo yo me
407
CAMINOS CRUZADOS #2
riano es así. Lo que digo es: ¿qué vamos a hacer? ¿Lo vamos a
aceptar y decir: “bueno, esto es así; hagamos como si fuésemos
alemanes”?
JF: “Nunca voy a citar alguna cosa por las dudas de que haya un jura-
do que se ponga mal y diga que no”. No, hay que seguir haciéndolo.
MJS: Hay que seguir haciéndolo, y hay que hacerlo cada vez más y
cada vez mejor. Me parece que esa es la tarea. Y ahí es donde me
parece —volviendo al tema de la filosofía y su manifestación— que
no hay que dejarse convencer por estas ideas de “qué es lo que
le da valor a la filosofía” o “qué es lo que les da valor a nuestros
trabajos”.
Verónica Kretschel: Voy a decir algo también a favor de Mariano.
Julián nunca hubiera citado solamente a esos autores de acá sin
haber citado las lecturas canónicas de Deleuze. Hubiera sido difí-
cil que tu directora francesa te hubiera aceptado la tesis sin esas
lecturas.
JF: No creo, creo que no.
NL: Y… porque era deleuziana.
JF: Dudo mucho que haya citado mucho canon deleuziano en mi tesis
porque no llegué. Iba a hacer después la bibliografía secundaria y
no me alcanzó el tiempo [Risas].
MJS: Está bien lo que dice Vero y entiendo a lo que apunta. Pero me
parece que justo en este caso se puede hacer una distinción, o
sea, es muy claro qué es lo que le da valor a una tesis de doctora-
do. Ahí sí hay normas. Y cuando trabajás sobre un autor hay cosas
que hay que citar y no se pueden no citar porque, si no, el trabajo
está mal.
JF: ¿Pero quién define eso? No nos justifiquemos…
MJS: Bueno, sí. Hay autores canónicos. Yo no decido quiénes son.
Los decide una tradición de lectura, diferentes escuelas…
409
CAMINOS CRUZADOS #2
Matías Soich: Bueno, yo no estoy peleado con Randy, como vos di-
jiste. Yo lo quiero mucho a Randy [Risas]. Lo que estaba pensando
es: yo no tengo ningún problema con no estar haciendo filosofía
con esto, o que esto sea sociología o análisis de la ideología, según
el Deleuze que trae Randy. No me genera problemas. Me parece
que hay en Deleuze una doble vara o una doble moral con respecto
a esto. Porque digamos, si la lectura es así, ¿por qué justo un pen-
sador como Deleuze, que se mete en todos los lugares donde un
filósofo no debería meterse para otras tradiciones, impugna otras
aproximaciones a lo actual como no-filosóficas? Me parece como
un poco de mala fe, digamos, no me cae bien esa parte de Deleuze
que trae Randy. Porque digo, Deleuze habla de las clases medias.
¿Por qué Deleuze puede hablar de las clases medias…?
NL: Yo me perdí un poco. ¿Pueden reponer cuál es la diferencia entre
ustedes dos?
MS: Cuando Randy leyó, cuando llegó a la primera cuarta parte, yo
me dije: “Está diciendo que lo que estoy haciendo no sirve” [Risas].
Porque era como, no me recuerdo ahora textualmente…
JF: Lo puede decir Randy.
Randy Haymal Arnes: Sí, lo dice… Deleuze [Risas]. El punto es que
Deleuze afirma que los rasgos diagramáticos que comandan el
pensamiento, aquello que el pensamiento supone cuando crea con-
ceptualmente, no pueden reducirse a una explicación socio-histó-
rica. Por eso es que una objeción filosófica nunca puede consistir,
meramente, en reducir un concepto al espíritu de su época, pues
el concepto tiene una carga virtual irreductible. Del mismo modo,
pensar no es elevar al infinito determinaciones socio-históricas.
MS: Claro, pero Deleuze mismo dice: “es la ideología de las clases
medias”. Él reduce su propio concepto a una determinación his-
tórica, pues las clases medias no existen en el éter virtual. ¿Qué
clases medias, en qué país, en qué época? Lo actual hace también
a la filosofía.
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CAMINOS CRUZADOS #2
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CAMINOS CRUZADOS #2
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Discusión: libertad
y necesidad
(tras la mesa Nº 2, integrada por
Santaya, García Ruzo y Exposito)
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SANTAYA, GARCÍA RUZO Y EXPOSITO DISCUSIONES
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CAMINOS CRUZADOS #2
JS: Follow up: El que tenga una pregunta levanta la mano, el que ten-
ga una re-pregunta levanta un dedo. Funciona re-bien y así no nos
interrumpimos. [Risas]
JS: Me parece que podemos usar un poco a Hegel como matriz para
pensar este problema. Justo el Hegel de la Diferencia, porque ahí
la cuestión está en que estas oposiciones del entendimiento son
generadas por el entendimiento, pero a partir del absoluto. Porque
acá el problema es que si todas las diferencias son gnoseológicas,
entonces son todo lo mismo, se diluye la especificidad de cada
modo de ser y termina siendo una especie de ficción que se arma
el ser humano desde el punto de vista limitado, la distinción modal.
Pero en cambio, si se encontrara la manera de entender que en
estos recortes que se hacen desde el punto de vista modal hay
algo así como un interés también de anclar y cosificar diferencias
que en realidad son obstáculos para el proyecto ético. El problema
es que si uno se queda en la diferencia tajante: duración-eternidad,
modo-sustancia, no llegamos nunca a la experiencia de la eterni-
dad del Libro V. Entonces, me parece que puede servir el camino
de decir son diferencias ontológicas, pero no son diferencias gno-
seológicas que cualquiera puede desactivar fácilmente. Son dife-
rencias gnoseológicas que se cosifican, que se vuelven como una
especie de pseudo-ontología que nos atrapa, y es de eso de lo que
hay que liberarse.
GS: Sí, además ella hablaba de acceder a la eternidad. Hay que acce-
der a la eternidad, pero además uno no siempre es eterno.
JS: Exacto.
AGR: Pero no sos consciente, no siempre sos consciente.
GS: Pero no importa.
JF: ¡Está bien! Somos eternos, experimentamos algo que es. Es la
misma discusión que tuvimos en la primera mesa. Es el problema
que vertebra las Jornadas, las dualidades planteadas en cada eje,
son dualidades que se trata de hacer confluir, si me permiten la
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SANTAYA, GARCÍA RUZO Y EXPOSITO DISCUSIONES
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CAMINOS CRUZADOS #2
JS: Sí, pero ojo también, porque quizás le estás pidiendo a Spinoza
un modo de superar la escisión que es también del orden de lo
imaginario, sería: “llego al nirvana”, y no sería quizás el modo de
superar la escisión.
AGR: Sí… para mí eso no es posible.
JS: Y no sería quizá el modo de superar la escisión. Quizás con esos
“instantes de eternidad” es suficiente. O sea, ahí hay una supera-
ción de la escisión.
JF: Bueno, yo tenía algunos comentarios para los deleuzianos. Me pa-
reció muy interesante agarrar el tema de la distancia para pensar
el tema de la separación en Hegel, está muy bueno. Pero no quería
dejar de señalar que esa idea que tiene Deleuze de que el proble-
ma en Hegel es que la contradicción es el movimiento del sistema
porque está todo en la máxima separación de los extremos es una
mala lectura, una de las malas lecturas que hace de Hegel —para
mí. Y es la misma que hacía Dotti (que en paz descanse). Esto de
que el corazón del movimiento está en las esencialidades y parti-
cularmente en la tercera que es la contradicción y que eso haría
que el sistema tienda a terminar reduciendo todo a la identidad.
Creo que no hay que poner el acento ahí, que eso genera ciertos
problemas, y bueno, quería señalarlo. Y Vicky, te quería hacer una
pregunta. Veo que mencionabas en tu trabajo a Andrea Pac. Y res-
pecto a tu balance, del final, vos estarías proponiendo una política
muy desde abajo, me da la sensación. Estás tratando de oponerte
a la “Ley” hobbesiana y, no me queda claro: ¿qué tipo de peronismo
sería…? [Risas]
VE: Bueno, yo estuve releyéndote a vos. Y te preguntás si no hay algo
así como una “ingeniería de sí” colectiva. Yo me quedé dando vuel-
tas con eso, y creo que esa es la propuesta: una ingeniería de sí
colectiva. Por eso digo: “a trabajar”, “peronistas: a trabajar”. [Risas]
JF: Está muy bien todo eso, brillante. Pero lo que yo diría es que eso
necesariamente debe estar complementado. Digamos: el ingenio
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CAMINOS CRUZADOS #2
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Discusión: libertad
y servidumbre
(tras la mesa N°3, integrada por
Gaudio, Schoenle y Sabater)
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GAUDIO, SCHOENLE Y SABATER DISCUSIONES
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GAUDIO, SCHOENLE Y SABATER DISCUSIONES
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CAMINOS CRUZADOS #2
Anabella Schoenle: Sí, esto último tiene que ver con lo que dice
María Antonia Berger. Por un lado, ella usa el plural, no dice libre
o muerta sino libres o muertos jamás esclavos… Este momento
del diálogo se refiere al momento en que ella estaba en la celda,
luego de haber recibido un disparo en la mandíbula y decide
escribir con la sangre, en la pared, LOMJE. Un poco pensaba
que en la historia argentina podemos leer una gran capacidad
de organización militante pero también la contracara, que en la
dictadura fue muy compleja, que fue la traición política o mi-
litante de quienes se involucraron en las luchas políticas. Por
eso traía el poema Por soledades. Hay un momento en el que la
pregunta sobre cuánto de todo aquello que se pone de la propia
vida en función del ingreso en relación con otros para construir
una libertad, para llevar a cabo una idea política, para generar
una forma de vida más liberadora, no se termina destruyendo
por traiciones a la construcción de esa idea. En este caso la dis-
cusión, por ejemplo, por asumir la lucha armada tiene ese nivel
de discusión. La idea en la que quería pensar es si no sucede
que siempre el nosotros que sostiene esas construcciones polí-
ticas va a encontrarse en algún momento en una situación que
implica una traición como problema intrínseco a las propuestas
de organización política. Se sale de un yo como punto de partida
de construcción con otros, se piensa entonces un nosotros y nos
encontramos con ese elemento traicionero por concepto, si se
puede decir algo así.
Por otro lado, sí, yo pienso que la esclavitud es un problema hoy,
pero en un sentido muy amplio, múltiple o que abarca muchos nive-
les: intelectual, educativo, cultural, cotidiano. Me parece que hay un
nivel de dependencia o de distracción respecto de la libertad que
podemos ejercer, que tiene que ver con esa esclavitud que se con-
creta en nuestras formas de vida: las jornadas laborales extenuan-
tes, las prácticas de entretenimiento que saturan la sensibilidad,
el bombardeo de los aparatos tecnológicos de información. Todo
eso que nos afirma como incapaces de instalarnos en un proceso
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GAUDIO, SCHOENLE Y SABATER DISCUSIONES
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NS: Tal cual, no es que atrás no hay nada, sino que se trata de una
acción en el marco de la determinación. Porque si no, en Spinoza
la libertad vuelve a estar situada simplemente en entender las ca-
denas causales, comprender que ya está todo determinado y que
entonces uno, al estar determinado, es libre por dejarse llevar. Y no,
para mí no se puede ser spinozista y decir eso.
MJS: Para todo el grupo, ésa es la posición oficial de todo el grupo
Spinoza.
JF: Desde luego, eso es claro. Es muy fácil criticar aquello que es in-
aceptable, que está claro que es inaceptable. Por ejemplo, esa idea
del sabio esclarecido cuya única función es “darse cuenta” de lo
que significa la libertad. En Deleuze o en el deleuzianismo sucede
algo parecido; por ejemplo, “ser digno de lo que acontece”.
MJS: El tema es que en Spinoza comprender la necesidad es una ac-
ción. Entonces, si uno entiende la radicalidad de la propuesta que im-
plica el identificar el conocimiento adecuado con el acto de libertad,
ese tipo de afirmaciones cobran un sentido completamente distinto.
JF: Pero ¿es una nueva cadena causal?
MJS: No, no en el sentido kantiano, liberal, que choca con la ontología
—digamos— comunitaria de Spinoza. Ahora bien, aunque obvia-
mente se trate de un recorte artificial en la duración, si pensáramos
en el momento de constitución de un Estado, ¿por qué no sería el
comienzo de una cadena causal, un nuevo comienzo de un indivi-
duo nuevo que empieza a actuar por sus propias leyes?
Marcos Travaglia: Incluso en el momento en que tenemos por
primera vez una idea adecuada, previamente esa idea adecuada
en algún sentido está determinada por las demás inadecuadas, y
cuando uno está siendo libre, está siendo afectado también por
pasiones alegres, que son pasiones…
MJS: Pero, cuidado, no es que en ese caso la idea adecuada esté de-
terminada por ideas inadecuadas, sino que pueden ser, de alguna
manera, simultáneas.
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GAUDIO, SCHOENLE Y SABATER DISCUSIONES
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Discusión: libertad, filosofía
y sentido común 2
(tras la mesa N° 4 integrada
por Ferreyra, Sibilia, Heffesse
y Del Piero)
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CAMINOS CRUZADOS #2
JF: Tengo que decir que sí, que estoy de acuerdo. Los problemas son
situados. Deleuze escribe en una situación de gran estructura, con
un Estado fuerte y una universidad muy opresiva. También el psi-
coanálisis aparecía como una disciplina sumamente represiva. Si-
tuarlo en nuestro contexto implica romper con esa visión.
Sandra Palermo: Claramente el pensamiento es situado. Es tan
situado, que la exigencia del pensar de no quedar situado y no
quedarse limitado a lo situado es universal. Hegel era un lector
de los diarios ingleses. Todos los días se levantaba y leía el diario
inglés. No pensaba en el cielo platónico. Pero tan es situado, tan a
tierra, cuanto que el pensar necesita no quedar atrapado. Y es una
exigencia que lo mueve todo el tiempo. Es pensar porque es eso,
me parece. Por eso, a veces me da cosa enfatizar demasiado en
estar situado.
JS: Totalmente.
SP: Obviamente, el universal es una trampa, hay que tener cuidado,
porque la cosa del universal se puede volver una trampa.
JF: Justamente se trata de una dinámica entre los dos: el pensar y
la situación. El correlato de lo situado que no se puede modificar,
es un universal que también está fijo, tan quieto como lo empírico,
como lo dado. Pero al mismo tiempo, hay que pensar mucho como
lo dado también modifica la concepción de un universal sin ser
mera copia. Sino no lo podríamos modificar.
JS: Pero no, ahí estás pensando lo universal como una idea platónica,
como algo que existe en una trascendencia.
JF: No, no. Le estoy dando la razón a Sandra. Estoy diciendo: ni el
universal es algo que está quieto, ni lo dado es algo que tenemos
que tomar tal cual es, como dijo ella. Porque justamente lo univer-
sal no es una idea platónica, sino la condición de que las cosas
puedan moverse, y no estamos condenados al acontecer, horrible,
a la resignación… Igual si el macrismo gana de vuelta, yo paso a
la resignación.
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CAMINOS CRUZADOS #2
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FERREYRA, SIBILIA, HEFFESSE Y DEL PIERO DISCUSIONES
a lo demás, porque lo micro tiene que ver con los movimientos que
mencionaba Gonzalo, movimientos no reconocidos, que no tienen
status político, podemos decir, porque no tienen status macropolí-
tico. Pero, justamente, tienen necesidad de tenerlo, porque, si no,
lo macropolítico es solo de “ellos” y nosotros nos quedamos con
lo micro y nos siguen cagando a palos, cuando la idea es romper
con esa dinámica. La idea es tomar el Estado para evitar que nos
peguen.
SH: A lo que me refería era a no dejarlo solamente a una pelea en el
plano de la representación.
Matías Soich: Lo mío, en realidad, es solo un comentario. Pensaba
esto en términos de las series, de los puntos singulares y los pun-
tos ordinarios que trae Deleuze, para pensar esto de la micropolíti-
ca y la macropolítica. En realidad lo pensé por lo que decía Jimena
Solé, de lo situado y lo absoluto. Me parece que está esta imagen
donde los puntos regulares de cualquier gráfico y estos puntos
singulares que tiene una curva, una elipse, o lo que fuera, son ne-
cesarios los dos: uno no puede llegar a esos puntos singulares
en la experiencia sin los puntos ordinarios. Quizá en ese sentido
tendrían que recortarse las (no) biografías de Spinoza y Descartes,
por lo muy poco que me acuerdo del Discurso del método. Quizá
Descartes insiste más en los puntos regulares, que resultan tan
interesantes como los puntos singulares a los que llega Spinoza.
Pablo Zunino: Llego atrasado con la pregunta para Julián. Reto-
mando la pregunta de Lo Vuolo, sobre el pasaje de lo sólido a lo lí-
quido, que vos respondiste que no es liberarse, pero al mismo tiem-
po parece que sí. Quería saber si podías sintetizar un poco, porque
yo voy a trabajar eso también, si lo tomás de los libros sobre cine
de Deleuze o de otro lado.
JF: Sí, de hecho lo habíamos charlado. En la versión extendida cito
lo que te había comentado a vos. En un momento de las clases
sobre cine usa esta idea de lo sólido, lo líquido y lo gaseoso como
diferentes estados, y podría dar la típica sensación de que se trata
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FERREYRA, SIBILIA, HEFFESSE Y DEL PIERO DISCUSIONES
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CAMINOS CRUZADOS #2
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Discusión: Ejes cruzados
(libertad, filosofía y sentido
común; libertad y servidum-
bre; libertad y necesidad)
(tras la mesa N° 5 integrada
por Mc Namara, Aguilar, Scarfia
y Gerzsenzon)
Guillermo Sibilia: Tengo una pregunta para Lucía. Hay mucho en
común entre tu exposición y lo que yo presenté. Pero leemos un
poco diferente el TTP. Yo tengo problemas con esa interpreta-
ción que dice que lo escribe para filósofos. O en todo caso pre-
guntaría a qué filósofos. Y ahí va mi pregunta, es decir, a qué filó-
sofos les está destinando esa obra. Él mismo lo interpreta como
una introducción a su filosofía. Quiere convencer a esos lectores
capaces de hacer ese pasaje. Yo lo que me preguntaba, escu-
chando lo que vos decías, es si no pensás que hay en la obra de
Spinoza una diferencia entre sabio y filósofo. ¿Todo filósofo es
sabio? ¿Cómo sería ese rol? Pienso esto sobre todo con otro
texto de Spinoza en mente, una carta, creo que a Oldenburg, le
dice en relación a sus Principios de la filosofía de Descartes, y se
lo está diciendo al círculo cartesiano (¿filósofos cartesianos?):
yo quiero que cuando lean esta obra comprendan mi filosofía y,
haciendo referencia al TRE, puedan hacer esa transición hacia la
filosofía. Ahí otra vez, ¿quiénes son esos muchos? ¿Quién es el
destinatario? Vos dijiste: “la Ética está destinada a los filósofos”.
¿El filósofo necesita la Ética?
Lucía Gerszenzon: Yo no dije eso. Solo cité esa parte del prefacio
al TTP donde se dirige a un filósofo lector, pero nunca dije que la
Ética está destinada a los filósofos…
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CAMINOS CRUZADOS #2
GS: Ah, me pareció entender que decías que la Ética está destinada
para filósofos.
LG: No.
GS: Porque yo me preguntaba si el filósofo necesita la Ética para en-
tender que hay una unión, aunque no me gusta ese término que él
después abandona (después del Tratado Breve), con Dios. ¿Quié-
nes son entonces esos muchos?
Y otra pregunta: ¿Acaso Spinoza no es también un hombre co-
mún? El término que utiliza Spinoza en el TIE es vita communis,
que Atilano Domínguez traduce como “vida ordinaria”, y eso corre
el riesgo de dejar picando la idea de que ser filósofo es algo ex-
traordinario, fuera de lo común, y entonces otra vez, si Spinoza no
es un hombre común, ¿qué es ser sabio? ¿Qué es ser filósofo? ¿Es
lo mismo?
LG: Lo que yo intenté fue partir de esta especie de cuestión paradóji-
ca que siempre a todos nos surge, que nos hace un poco de ruido,
de que Spinoza está todo el tiempo hablando de los ignorantes,
y del vulgo, etc., y, por otro lado, también a veces habla de estos
hombres sabios, virtuosos, los que se guían por la razón, etc. Yo
lo que intenté hacer fue, partiendo de esa cuestión literal —por
ejemplo, en esa cita del prefacio al TTP— ver si no hay algo detrás
de eso que se trate de una especie de ambigüedad respecto de
lo común. Porque lo común es lo ordinario, y no necesariamen-
te creo que esa traducción implique un sentido peyorativo, pero sí
algo que es mayoritario. O sea, algo común, en el sentido de lo que
es compartido por todos. Entonces me preguntaba si no hay una
especie de ambigüedad entre lo que es mayoritario, que todos los
hombres nacen ignorantes de las causas, etc., todos son condicio-
nados por esas causas externas, y en ese sentido se encuentran
en una especie de servidumbre, y, por otro lado, el hombre sabio,
racional (no sé si hablar de filósofos, como vos decís), pensar si no
son justamente también hombres comunes, que se guían a partir
de esto que él llama nociones comunes. Es decir que eso de lo
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MC NAMARA, AGUILAR, SCARFIA Y GERZSENZON DISCUSIONES
común en Spinoza tiene ese doble filo. Por un lado, es esto fútil,
ordinario, etc., que él se propone abandonar en un punto, en la vida
virtuosa; pero por otro lado esta vida virtuosa tiene que ser una vida
común, no es una vida extraordinaria. De hecho, por ejemplo, en el
TTP, rescata muchas veces —en relación con el pueblo judío— que
lo extraordinario no puede ser en sí mismo algo positivo, porque el
bien es justamente lo que es común a todos.
Después, no sé si entendí bien lo que decías acerca del hombre
sabio como diferente de…
GS: No, no, te preguntaba algo, una pregunta para el debate, acerca
de cómo había que pensar esto en Spinoza, si el sabio es lo mis-
mo que el filósofo. Vos ahora decís “hombres racionales”. En cierto
punto Spinoza habilitaría a decir que todos somos racionales, to-
dos tenemos al menos una idea adecuada, entonces, ¿qué es ser
racional?
Y para la devolución de lo que dijiste, de la ambigüedad de lo co-
mún, yo estoy completamente de acuerdo. Pero (otra vez un “pero”)
no sé si se trata simplemente de abandonar los bienes ordinarios,
perecederos, sino que ocupen otro lugar en lo que Spinoza llama
en ese texto la “vida habitual”, que ocupen un lugar menor, porque,
otra vez, Spinoza sigue siendo un hombre común.
LG: Sí, sí, totalmente. Incluso en ese contrapunto que se hace todo
el tiempo entre el hombre ignorante y el hombre sabio, me parece
que en realidad no es tal, si se lo lee bien. No hay una especie de
dualidad donde uno vive siendo ignorante hasta que un día se vuel-
ve sabio y ya es otra cosa.
GS: Claro, no es que hay dualidad porque son, como diría Balibar,
conceptos límite. No hay nadie completamente ignorante y no hay
sabio todo el tiempo. Son conceptos límite, como el concepto de
Estado de Naturaleza: no hay Estado de Naturaleza, nunca lo hubo.
Claudia Aguilar: A mí me gustó mucho una cosa que dijiste en un
momento: que en Spinoza no hay un desprecio hacia las masas. En
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CAMINOS CRUZADOS #2
JF: Hay como una mala fe en la lectura, y está bien. Es lo que Hegel
hace con Fichte. En un punto, uno puede decir “bueno, voy a inter-
pretar así el Yo=Yo”. Ahora…el punto de interpretar así el Yo=Yo
es tirar por la borda todo lo que la Doctrina de la ciencia tiene para
ofrecer. Entonces, todo se te obtura. Me parece que con Hegel es
lo mismo. En definitiva, uno puede pensar que ese absoluto es…
y un poco sí, porque la carga de Dios en el pensamiento del abso-
luto yo diría que es muy grande. Pero, al mismo tiempo, uno podría
pensarlo como algo interesante, como tratamos de pensarlo: el ab-
soluto en un término secularizado, que ya no estemos hablando
de Dios sino de una manera de comprender. ¿Por qué decidís vos
cerrar esa puerta? ¿Qué ganás?
Mariano Gaudio: Yo creo que tendríamos que anotar este punto
para la reflexión final sobre los caminos cruzados. O sea, si la lec-
tura de Hegel sobre Fichte es correcta o no es correcta, eso no
nos lleva a nada. No va a ningún lugar. Obviamente, tiene puntos en
donde va a hacer pie y muerde e incomoda, pero esa incomodidad
es la que nos tiene que hacer mejorar nuestra lectura de Fichte;
no aborrecer la lectura de Hegel. Y yo creo que ahí es donde está
el gran problema. Vos decís, como dijiste en los Caminos cruzados
pasados, “Hegel lee bien a Fichte, solo que lo valora mal”. Volvés a
decir lo mismo. Es incongruente. No importa, Hegel lee como quie-
re, leyó lo que quiso, escribió como quiso, y ya está. ¿Qué hacemos
nosotros ahora con esa lectura de Hegel? Esa lectura la tenemos
que hacer fructífera, no destructiva. Y después, en otro punto… A
mí me parece que el que insulta, pierde. Si vos le gritás a Hegel
diez veces “dogmático”, no lo hace dogmático eso a Hegel. ¿Cuál
es el dogmatismo? ¿Abrazar la cruz? Eso no es dogmático.
LS: No, es incoherente el argumento. Yo lo intenté decir con la idea de
mayor libertad y mayor actividad. No hay que pensar que, por pen-
sar que el principio se alcanza a sí mismo —a diferencia de lo que
dice Fichte, según Hegel—, eso no hace que haya una agilidad o
una libertad más radiante, como termina Fe y saber, “la más radian-
te libertad”. Al contrario. Porque, si la actividad es plena, deja de ser
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MC NAMARA, AGUILAR, SCARFIA Y GERZSENZON DISCUSIONES
por ahí quedó… me dieron ganas de saber más sobre esa relación.
Y además me quedó, escuchándote, me brilló el mosquito, no sé
si está bien dicho… el punto luminoso en la noche… no eran los
mosquitos… no sé… [risas] de relacionar producción, distribución
y consumo con producción, distribución y consumo en las prácticas
discursivas que traje en mi ponencia de ayer, que vos no estabas,
pero son los mismos términos. Obviamente no es casual, pero no
había hecho esa conexión y quiero trabajarlo, y seguro tu texto me
va a servir. Bueno, voy a seguir aleatorio. Lucía, me pareció súper
interesante lo común como el hombre común con las nociones co-
munes, con esto común que viene directamente con la razón, que
se desprende de la razón y pensaba que eso es buena clave para
pensar todo lo que estamos pensando: la relación entre lo ordinario
y lo singular, entre lo situado y lo universal, que está apareciendo
todo el tiempo este debate. El concepto de la noción de lo común,
como vos la tomaste, creo que es una buena pista. Y para Claudia
y para Lucas tengo preguntas más concretas. A Claudia le pre-
guntaría… me gustó mucho que hayas inventado el concepto de
libertad relacional, me encanta y me parece muy buen concepto
contra el liberalismo tal como las creencias de hoy que nos ponen,
como: “juntos podemos”, “todos por el cambio”… sí, bueno, pero
ese “juntos”…
LS: “Juntos somos imparables”… [risas]
CA: Igual ese “juntos” es el juntos de la individualidad atomizada.
MS: Claro, por eso, no es un “juntos” relacional, justamente. Pero te
preguntaría… que respondas el título de tu ponencia. Bueno: ¿por
qué esta gente elige hablar de autonomía cuando quiere hablar de
libertad? ¿Quiere hablar de libertad? ¿Es cobardía… es una cues-
tión política, ontológica?
JF: ¿Pero no es la pregunta de Lucía?
MS: No, es la pregunta del título de la ponencia de Claudia.
NS: ¿La pregunta que le hizo Lucía a Claudia?
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Discusión: libertad, filosofía
y sentido común 3
(tras la mesa N° 6 integrada
por Palermo, Zunino, Bertazzo
y Fernández Mouján)
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CAMINOS CRUZADOS #2
Max Born hace una propuesta. Porque nadie sabía muy bien a qué
hacía realmente referencia esa ecuación de onda. Born dice que
la ecuación de onda de Schrödinger es una ecuación de onda de
probabilidades. Habla de probabilidades (la probabilidad, por ejem-
plo, de encontrar un determinado observable en una determinada
posición). Pero rápidamente se dan cuenta de que son probabilida-
des que no pueden ser interpretadas en términos de ignorancia. La
probabilidad por ignorancia es la probabilidad clásica. Por ejemplo:
yo tengo un dado, tiro el dado y, como no conozco exactamente to-
das las interacciones de los músculos de mi mano, del rebote con
la mesa, etc., digo que hay una en seis posibilidades de que salga
cuatro, pero no es que existe en la realidad esta probabilidad. La
cuántica, por otra parte, habla de probabilidades que interactúan
en cuanto probabilidades, más allá del acto, que existen. Entonces
hay un problema respecto de la “materialidad” de esa probabilidad,
de la “materialidad” de aquello de lo que habla la cuántica. Sobre
todo, porque, además, tenés el problema del gato de Schrödinger.
La cuántica habla de probabilidades, no habla del resultado de un
experimento. Tengo por ejemplo 50% de probabilidad de gato vivo
y 50% de probabilidad de gato muerto. Abro la caja y el gato está
vivo o muerto. La teoría no me dice nada respecto de qué voy a
encontrar en un experimento. Me lo dice sólo si hago el experimen-
to un montón de veces, y ahí sí voy a encontrar lo que me dice la
teoría. Entonces se plantea un problema respecto de la realidad o
la “materialidad” de esto de lo que habla la cuántica. Algunos dicen
que la cuántica habla de algo que es medio irreal y medio indefi-
nido, y que sólo colapsa hacia la realidad, se vuelve real, cuando
abro la caja, cuando hago un experimento. A mí me interesa más
pensar el concepto de una probabilidad real, quizás en relación con
el concepto de potencia.
LG: La pregunta va un poco por el lado de cuál sería la solución a este
problema de los “cuerpos muy simples” de una manera que no sea
sustancialista, en el sentido de decir “hay algo último”, como este
atomismo que comentabas en el sentido de “hay una especie de
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PALERMO, ZUNINO, BERTAZZO Y FERNÁNDEZ MOUJÁN DISCUSIONES
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PALERMO, ZUNINO, BERTAZZO Y FERNÁNDEZ MOUJÁN DISCUSIONES
NS: Y tengo una pregunta para Sandra. En realidad, son dos. Una
es que vos dijiste que las conclusiones de todo esto las comen-
tábamos en el debate… Entonces no nos olvidemos de comen-
tarlas… Quiero decir, está bueno que te puedas explayar un poco
más sobre eso. Y la pregunta —que es un bajón, pero la quiero
hacer, porque alguna vez la quiero hacer— es: yo entiendo que en
el joven Hegel Spinoza tiene este lugar que vos decís, y en el He-
gel maduro esto ya no está, Spinoza está en otro lugar. Entonces
mi pregunta, desde el desconocimiento de Hegel es: ¿qué pasa?
¿Qué motivos podemos dar para entender? Porque a mí siempre
me queda ese hiato. Tenemos primero a Spinoza como el que vio
la sustancia, el que captó el absoluto, incluso más que Fichte, más
que Kant, y después lo tengo como una instancia pobre más… una
sustancia petrificada… ¿Qué pasa en el medio? ¿Cómo llegamos
de un punto hasta el otro?
Sandra Palermo: La idea o la intuición, lo que quería sugerir, era
que, como dije al principio, está la cuestión finito-infinito, por un
lado, y la cuestión sentido común-filosofía, por el otro, pensándolas
como dos declinaciones diferentes, dos ámbitos —el metafísico y
el gnoseológico— del mismo problema. Y está el hecho de que
Spinoza, desde el punto de vista metafísico, sea en estos años no
sólo el gran aliado de Hegel contra las filosofías de la reflexión
de la subjetividad finita, no sólo —como decía Jime ayer— el gran
héroe de la filosofía, sino mucho más que eso: Hegel superpone
su propia posición a la de Spinoza. Esto no lo dice nunca explícita-
mente porque no tenemos una lógica y una metafísica de los pri-
meros años. Cuando Hegel escriba sus primeros esbozos de lógica
y metafísica va a ser ya en 1804/1805. Y ahí la sustancia no va a
ser más la conclusión de la metafísica.
Lo que quiero decir es que en lo primero explícito que tenemos de
Hegel acerca de cómo efectivamente la lógica y la metafísica tie-
nen que configurarse, ya la sustancia no es más la conclusión de la
metafísica. Hay buenas razones para pensar —y hay intérpretes que
así lo hacen— que, en estos primeros años de Jena, en 1801, 1802
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venía por el lado de los cuerpos simples sino por el otro lado, por el
lado de esta distinción que vos realizás entre el individuo absoluto
y los individuos, ¿por qué sería una división tan tajante? Bueno, mi
miedo ahí es que los individuos finitos queden como de segundo
grado, degradados, sobre todo pensando en que cuando Spinoza
da esta definición da la definición del primer grado de individuación
diciendo: “bueno en realidad acá me refería a esos individuos que
se conforman con cuerpos simples, pero estos forman un segun-
do y tercer grado hasta…” ¿por qué entonces esa separación tan
tajante entre este tipo de individuos y los otros individuos? ¿Eso no
generaría un problema de escisión también? Eso no quiere decir
que sean lo mismo, porque unos son finitos y los otros son modos
infinitos…
RFM: Sí, mi intención no era hacer una separación tan tajante, no era
relativizar la realidad del individuo modal, simplemente lo que me
interesaba era distinguir entre la negación parcial y la separación
ontológica, o sea, lo que no puede caracterizar a un individuo mo-
dal es ser una sustancia, es decir estar separado, que su diferencia
respecto de otro individuo sea una diferencia sustancial, lo cual no
quiere decir que esa diferencia no sea real; esa diferencia existe…
por eso yo decía que es una diferencia que en términos con lo Ab-
soluto de la sustancia como individuo es relativo, pero no relativo
en términos que a mí me parece que hay una diferencia, sino que
hay una diferencia real. Simplemente es una diferencia modal, no
sustancial. Entonces no me interesa relativizar la realidad del indi-
viduo modal, sino establecer esa diferencia… No sé si eso respon-
de… me parece que me acercaría más a lo que vos proponés y no
a una escisión entre el individuo absoluto y los individuos modales.
CA: Claro, pero en cuanto a relaciones de partes serían lo mismo,
serían individuos en el mismo sentido. El individuo que llamas ab-
soluto es relación de partes y los otros individuos también son re-
laciones de partes.
RFM: Sí, se definen en términos de relación todos. Sí, totalmente.
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VE: Aspiracional
PZ: Yo voto al que votaría el rico porque quiero ser como él y odio
al pobre. Eso queda bien claro en Brasil. Ayer mismo (una cosa
que pasó), la Universidad donde yo trabajo que es una universidad
federal quedó sin rector, porque el presidente no homologó... No
sé cómo funciona acá eso, pero allá se hace una lista triple y se
elige a través de la comunidad, se indica a uno y el presidente lo
homologa. Desde el gobierno de Lula (desde el primero), fue auto-
máticamente así. Se elige una lista y el presidente la homologa. Ya
empezaron a pasar cosas de dictadura prácticamente, una es esta.
Primero no homologó, quedamos un día sin rector, o dos, y ahora
homologó al tercero, que es un hombre blanco y no la mujer negra,
por eso queda más claro. Esto de lo sólido de la percepción y los
objetos, podemos ver los colores ¿no?, blanco y negro.
El otro día estábamos hablando acá del señor y del esclavo. Está
bien, si es algo dialéctico y si es algo teórico intelectual está bien.
No se le puede perdonar a Hegel que diga: “el esclavo es culpable
por su esclavitud”, de ninguna manera, expliques como lo expli-
ques. En un contexto donde hubo esclavitud, tengo que preguntar:
¿cuál es el de Haití? Tenemos el de Brasil: ¿no hubo lucha? Hasta
ahora se está luchando. No es que la lucha fue salir de las cade-
nas. Ahora vivimos luchando contra la esclavitud y nosotros, los
blancos, contra la colonización.
Esas cosas que son más contrastantes. ¿Cuál era la esclavitud que
se suponía acá? Ah, porque no tengo plata para comprar esto o no
me puedo dar un lujo. El contraste cuando es tan grande uno lo
ve y si no... No voy a menospreciar la lucha de la clase media por
sus derechos o de una clase más baja por tener una condición,
pero estamos hablando de gente que vive en la miseria, que está
buscando la comida en la basura, para salir de ahí. Eso duele más
¿no? Entonces que pasa. En vez de... (creo que es esto, respecto
a lo que decías). No sé la solución, pero lo que sí pasa es “no me
importa eso, porque ese no es mi mundo”, aunque esté mucho más
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tas...
MG: Mucha liviandad.
GB: Quizás la diferencia con Brasil, no sé, creo que el pueblo argen-
tino tiene otra idiosincrasia y lo que hace Bolsonaro yo no sé si
estaría, si fuese posible...
JF: No lo digas, por favor, todo es posible: impossible is nothing dice
el tema...
PZ: Porque acá la gente sale a la calle.
JF: Es mucho más posible ahora que hace cuatro años, y si ganan
estos de vuelta dentro de cuatro años te la regalo
MG: Yo lo tomo más como ejercicio de contarte lo que pasó en estos
tres años y medio, a vos, en 2015, mi vecina. Esto te demuestra
que esa barrera de posible...
GB: Es más progresivo acá quizás.
JF: ¿Se puede decir eso? ¿Puede un presidente, puede un ministro
decir eso?
MG: ¿Se pudo decir? Todo lo que se dijo de Santiago Maldonado es
increíble. Yo pensaba mucho cuando vos te preguntabas esto de
por qué la clase media odia tanto..., pero además pensaba mucho
en Paulo Freire, La pedagogía del oprimido. Alojar al opresor... No
lo dije en la ponencia, pero justamente parte de mi análisis de la
dialéctica del amo y esclavo. Que es algo raro, es el miedo a la
libertad, porque también cuando vos decís: te prometen una vida,
en el mismo acto, en ese prometer esa vida es imposible. Esa vida
de bienestar y supuestamente..., ya sabés que no existe. Porque es
para uno en un millón. Eso en realidad, dice Freire, es el miedo a
ser libre, el miedo a la libertad, de arriesgarse. Y lo otro es alojar al
opresor y justificarlo permanentemente. Así se arma la consciencia
de esclavo, entre otras cosas.
PZ: El miedo a la libertad; de no conocerla, le temés.
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