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Valoración de Una Escultura Contemporánea

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Valoración de una escultura contemporánea

Se trata de la escultura Amantes cósmicos cuya autora es la artista colombiana (caleña) Carmen
Elisa Jiménez.

Es de terracota con acabado de óxidos metálicos y pátinas. Mide 61 cm de largo, 21 de alto y 18 de


profundidad. Pesa unos 3 kilogramos. Está montada sobre una base de comino crespo y hierro.
Fue realizada en 2018. La conocí durante su elaboración en el taller de la artista, luego la vi en su
exposición retrospectiva en la Biblioteca Departamental de Cali; entonces la compré, y
actualmente está en un patio interior de mi casa, donde la he fotografiado.

Valores

Estético

Su mayor valor para mí es el estético. Es una obra de la madurez de la escultora; recoge gran parte
de su experiencia de trabajo.

Simbólico

Es una bella expresión de la experiencia humana del amor erótico, una experiencia universal, con
la que podemos identificarnos plenamente.

Histórico

Tiene también un valor de microhistoria personal. En visitas al taller de la artista iba viendo su
elaboración, desde una versión inicial más pequeña hasta ésta; fui testigo del proceso de cambio
de escala, e incluso discutí con ella pequeños detalles de forma. Meses después de terminada,
ayudé a la escultora en el montaje de la exhibición que hizo en la Biblioteca.
Criterios de valoración (constitución, forma, antigüedad, autoría, autenticidad, estado de
conservación, contexto). Significado

La materia, modo de elaboración y reciedumbre de ejecución permiten esperar una alta


permanencia en el tiempo. Aunque una cerámica se puede romper, ésta podría sobrevivir a una
caída desde la altura de su montaje. Plantas más pequeñas alrededor pueden amortiguar una
eventual caída. Aún en el caso de rotura, se podría restaurar con facilidad.

La autoría está plenamente confirmada. La obra posee el estilo de la madurez de la artista; en ella
ha plasmado sus aprendizajes formales a lo largo de su evolución, y es una expresión auténtica de
la calidad de su trabajo. Dos años después de su creación, la escultura se conserva bien. La he
ubicado en un contexto de jardín interior, al que le da, a través de su temática, el carácter de una
representación del Paraíso.

Si se perdiera de modo irreparable, ¿esa pérdida sería diferente de la de un bien de interés


cultural nacional? Depende de a quién se haga la pregunta. Yo contestaría que no, pues me dolería
mucho; pero seguramente cualquier otro colombiano (salvo su propietario y su autora) contestaría
que sí es diferente, pues el status de un Bien de Interés Cultural (BIC) es reconocido por el Estado,
mientras que esta escultura no es reconocida –todavía— como un BIC. Su status es parecido al que
tenían los poemas de la norteamericana Emily Dickinson a su muerte, es decir, eran un bien de
interés familiar apenas. O como los cuadros de Vincent Van Gogh a su muerte, que sólo le
interesaban entonces a su hermano Theo.

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