A Favor Del Aborto
A Favor Del Aborto
A Favor Del Aborto
EL ABORTO ES LIBERTAD:
Una mujer debe tener el derecho de no tener un hijo o puede rehusarse a continuar
un embarazo. Como dice la filósofa del MIT Judith Jarvis Thompson 16 un feto no
tiene el derecho de apoderarse del cuerpo de una mujer. ¿Cómo es posible que
tengamos que obligar a una mujer que no quiere tener un hijo en ese momento de
su vida a que sea rehén de un embarazo? ¿Cómo es posible que se obligue a una
mujer a tener un hijo en contra de sus circunstancias personales, sobre la tesis de
la defensa de la vida, mientras que esa misma mujer ―o cualquier hombre― no
están obligados a donar un órgano a su hijo que está por morir para salvarle la
vida? Este segundo ejemplo, moralmente correcto y que se aplica a la práctica
cotidiana, se justifica porque la sociedad no nos puede exigir un acto heroico a los
padres o a las personas en general. ¿Por qué podría exigirle un acto equivalente a
las mujeres embarazadas?
Los factores que llevan a una mujer optar por un oborto son múltiples. de caso y encuestas
en otros de América Latina -como México y colombia- seña que los mujeres que recurren al
aborto lo hacen fundamentalmente por siguientes razones:
En el Perú, las mujeres se someten un aborto por las mismas razones. En una encuesta
realizada a mujeres que se practicaron un aborto, se descubre que el 52% interrumpió su
embarazo porque ya tenía muchos hijos, porque no era el momento apropiado para tener un
hi¡o o una hija o porque no tenia pareia estable. Las causas económicas aparecen mencionadas
por un significativo 28% y el miedo a los padres por un 8 % mientras que el 5% menciono la
violación y el incesto como la razón del aborto practicado
El altísimo número de abortos muestra el poco o nulo efecto disuasorio que tiene la
penalización en la decisión de las mujeres. Al mismo tiempo, si lo que se busca es proteger al
embrión, la penalización no es un medio efectivo. Su protección puede lograrse mediante
políticas públicas que sean, a la vez, consistentes con los derechos de las mujeres.
En marzo de este año, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU dijo
que “Todos los individuos y grupos, incluyendo jóvenes y adolescentes, tienen derecho a
información basada en la evidencia sobre todos los aspectos de la salud sexual y reproductiva,
incluyendo salud materna…aborto seguro y atención posaborto…”. La desinformación y las
restricciones en el acceso a la información sobre salud sexual y reproductiva son una violación
a los derechos humanos.
La falta de garantía del Estado para el ejercicio en igualdad de condiciones de los derechos
reproductivos viola los derechos de las mujeres a la vida, a la salud, a la integridad física,
psíquica y moral, a la autonomía, intimidad, dignidad y a estar libre de tratos crueles,
inhumanos y degradantes. Según el Relator Especial sobre el Derecho a la Salud de la ONU
Anand Grover “la promulgación o el mantenimiento de leyes que penalicen el aborto puede
constituir una violación de la obligación de los Estados de respetar, proteger y hacer efectivo el
derecho a la salud”.
3. Las induce a recurrir a métodos de aborto inseguros y riesgosos para su vida y su salud
En los países cuya legislación permite el aborto con un modelo de indicaciones amplias, las
complicaciones derivadas de un aborto inseguro son menores que en los lugares donde el
aborto legal está más restringido, tal como afirma la Organización Mundial de la Salud.
4. Aumenta las muertes y la pérdida de la salud de las mujeres por abortos inseguros
En términos de política criminal, la penalización del aborto es ineficaz para proteger la vida del
feto. La persecución penal a las mujeres es una forma de estigmatización escrita dentro del
Código Penal.
Además de reforzar estereotipos sobre la crianza y cuidado de los y las niñas, negar a las
mujeres la decisión sobre si tener o no hijos y el control sobre cuándo ser madre, agrava las
desigualdades de género en la vida educativa, cultural, económica y política. Mantener la
penalización del aborto es contrario a la construcción de sociedades igualitarias. Un primer
paso para la igualdad de género es que las mujeres tengan control sobre su capacidad
reproductiva, que incluye acceso a la anticoncepción y al aborto seguro. La soberanía de las
mujeres sobre sus cuerpos es clave para lograr la igualdad.
En el caso de Perú, el 8,4% de mujeres alguna vez unidas refiere haber sufrido
violencia sexual. Si bien se reconocen subregistros, según cifras del Ministerio Público
(2013) en promedio se registran 49 denuncias diarias de violación sexual. Más del 90%
de las víctimas de delitos contra la libertad sexual son mujeres y las edades más
vulnerables en casos de violación sexual están entre 14 y 17 años de edad (PNCVHM
2009-2015). A estos datos se suman que 90 de cada 100 embarazos de niñas son
consecuencia de actos incestuosos, y 34 de cada 100 adolescentes embarazadas como
consecuencia de una violación sexual, se suicidaron.
El hecho que el Estado, a través de la legislación, obligue a una mujer a continuar con
un embarazo producto de una violación sexual implica que se continúe la violencia
sobre dicha mujer, esta vez a cargo del Estado.
Es necesario que los gobiernos implementen medidas efectivas para evitar que más
mujeres sigan sufriendo las consecuencias de la penalización del aborto y entiendan
que la penalización no reduce el número de abortos, lo que logra es el aumento de
abortos clandestinos e inseguros con alta morbilidad y mortalidad materna y, que la
maternidad no es un destino obligatorio para las mujeres. En 2013 los países de ALyC
suscribieron el Consenso de Montevideo en el que se comprometieron a tomar
medidas para prevenir y evitar el aborto inseguro.
Se suele invocar un derecho a la vida desde la concepción para sostener posturas contrarias a
la legalización del aborto temprano o a las técnicas de reproducción humana asistida. Sin
embargo, ese derecho no existe en nuestras leyes ni en nuestra jurisprudencia. El embrión no
es titular del derecho a la vida, tiene un derecho potencial a la vida. La Convención Americana
de Derechos Humanos (CADH) dejó expresamente un margen legal para que los Estados
puedan regular soberanamente la legalización o despenalización del aborto, mientras que la
Convención sobre Derechos del Niño (CDN) no reconoce el derecho a la vida antes del
nacimiento ni tampoco se refiere al momento en el cual debe comenzar la protección de la
vida. Esta es, precisamente, la posición adoptada por nuestra Corte Suprema de Justicia. El
derecho a la vida es incremental.
CONCLUSIONES
El aborto no debe ser visto como una lucha entre religiosos y ateos sino como una necesidad
que impone el estado laico en cuestiones de salud pública y de dignidad de las personas. El
grupo pro vida justifica su postura en la intención de disminuir o evitar la muerte de los
embriones: la bibliografía ha demostrado con creces la ineficacia de esta actitud y de esta
posición. El grupo Ni Ni, que también demoniza el aborto o lo considera una tragedia, no sólo
es incorrecto desde la experiencia de la mayoría de las mujeres, sino que es una verdadera
estafa moral por parte de un grupo radicalizado que no acepta las decisiones libres,
individuales y morales de las mujeres. Este grupo, pro vida, se ha ocupado sistemáticamente
de mostrar a las mujeres como egoístas y hedonistas, que sólo piensan en sí mismas. Sin
embargo, la decisión del aborto es una decisión, la mayoría de las veces, que muestra un gran
componente de responsabilidad.
La mirada sobre lo malo del aborto debe quedar atrás dando paso a una mirada relacionada
con lo razonable y lo aceptable. Es por ello que el acceso al aborto legal, seguro y gratuito es
un bien social necesario para el desarrollo y el desempeño de la mujer en la sociedad. Aborto
es libertad reproductiva, responsabilidad, tolerancia y autonomía personal. Así es como
propongo que entre todos saquemos al aborto de su lugar sórdido y escondido de la sociedad,
para considerarlo en cambio como un evento propio del comportamiento sexual y
reproductivo. Si hay derecho a tener hijos debe existir sin falta el mismo derecho para no tener
hijos. Se debe buscar la armonización moral entre los conceptos de tener y no tener hijos y no
privilegiar a uno sobre el otro. Sobre todo teniendo en cuenta que tener es un aborto es
menos peligroso que tener un hijo, salvo cuando el aborto es ilegal17.
Una sociedad democrática no puede definirse como tal si una mujer no es libre de decidir su
futuro reproductivo y cuándo quiere ser madre. La búsqueda de la igualdad de género se basa
en igualdad de oportunidades. La maternidad forzada y aún la deseada desequilibran esta
ecuación. Para que la mujer pueda desempeñarse en la vida pública y no sea confinada a los
cuidados del hogar y la maternidad es necesario que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Por
ello el aborto es un bien social.