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Fuentes de Obtención Del Caucho

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1.

FUENTES DE OBTENCIÓN DEL CAUCHO

En este capítulo se habla sobre la historia tanto del caucho natural como del
caucho sintético y sus inicios de obtención, es claro que el caucho natural se
obtiene del látex de mejor calidad que emana del árbol llamado “hevea brasilensis”
con un proceso de corte sobre la corteza del árbol conocido como sangría del
cual se recoge el látex en una vasija para luego ser procesado, también se define
algunos tipos de cauchos sintéticos, posteriormente se habla del caucho natural
en Colombia, su historia, producción y demanda al interior del país, siembra y
zonas aptas para el cultivo del caucho, importación y exportaciones de caucho
natural y finalmente la cadena del caucho que habla de las entidades delegadas
del gobierno nacional para el caucho y los principales productores del mismo en el
país.

1.1 HISTORIA DEL CAUCHO NATURAL

La primera mención conocida sobre una sustancia similar al caucho se remonta a


1521, cuando Prieto Martínez d’Anghiera en su obra Décadas de orbe novo hace
referencia a un material elástico de color oscuro, procedente de la desecación de
una savia vegetal, materia que se podía apelmazar y extender, que tenía grandes
propiedades elásticas y era totalmente impermeable al agua.

Posteriormente, Salahan, en 1529, y Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, en


1535, hacen mención a esta goma elástica, en sus respectivas obras Historia
general de los productos de la Nueva España e Historia natural y general de las
Indias. Antonio de Herrera y Tordesillas, en su Historia general de los hechos de
los castellanos en las Indias y Tierra firme del mar Océano, menciona unas
pelotas macizas que obtenían los indígenas de una resina elástica suministrada
por unos árboles y, según dice, fue el propio Colón quien hizo esta observación.

Este historiador relata, en 1519, en su Historia general de los vastos continentes e


islas de América, que el propio Moctezuma hizo enseñar a Hernán Cortés el arte
de confeccionar las pelotas de goma utilizadas en sus juegos. Arte que consistía
en recoger el jugo que destilaba una incisión hecha en la corteza de unos árboles
y, por moldeo manual, apelmazarlo formando las pelotas elásticas mencionadas.

Fray Juan de Torquemada, en su obra La monarquía indiana, describe una resina


obtenida por los indígenas de la incisión hecha a ciertos árboles que ellos
denominaban Hulequahil o hule, resina que extendida sobre los tejidos de que
disponían, les daban consistencia haciéndolos impermeables. Además, con ella
fabricaban sombreros, zapatos y otros objetos. Los mayas también hacían un tipo
de zapato de goma sumergiendo sus pies en una mezcla de látex. El caucho fue
usado en otros contextos, como tiras para sostener instrumentos de piedra y
metálicos a mangos de madera, y acolchado para los mangos de instrumentos.
Aunque los antiguos mesoamericanos no contaban con procesos de
vulcanización, desarrollaron métodos orgánicos para tratar el caucho con
resultados similares, mezclando el látex crudo con varias savias y jugos de otras
enredaderas, en particular la Ipomoea alba. Durante muchos años, los españoles
intentaron imitar los productos resistentes al agua de los nativos (calzados,
abrigos y capas) sin éxito. El hule de los indígenas es el árbol conocido hoy en día
como Castilloa elástica, que produce un látex con gran contenido de goma.

El primer estudio de carácter científico del caucho se debe al científico francés


Charles Marie de la Condamine. Este investigador fue enviado por el Gobierno
francés a Ecuador en 1735 para realizar estudios geográficos y biológicos.

Durante 8 años estuvo viajando por Ecuador haciendo observaciones botánicas y


mineralógicas y recogiendo muestras que fueron enviadas a Francia y
presentadas a la Academia de Ciencias de París. Entre estas muestras se
encontraba una sustancia resinosa negra, que describió de la forma siguiente: “En
la provincia de Esmeralda se encuentra un árbol que los indígenas denominan
“Heve” (jeve). Al hendir la corteza, se escurre por el corte un líquido blanco
lechoso, que se solidifica gradualmente en contacto con el aire, oscureciéndose.

Los indígenas fabrican antorchas y una argamasa con esta resina. En la provincia
de Quito, se prepararon ya, aunque en pequeña escala, prendas de vestir
impermeables es decir se impregnaban los tejidos, que se volvían así
impermeables, además preparaban calzados impermeables de una sola pieza,
vasijas irrompibles para transportar líquidos y recubrían las pequeñas
embarcaciones para impermeabilizarlas, para fines químicos, objetos parecidos a
tubos de goma. Estos últimos se hacían con soluciones de caucho bruto formando
con ellas una masa pastosa que por medio de un disolvente era derretido sobre
unas placas. Las películas de caucho se separaban de las placas después de
evaporar el disolvente y arrollaban sobre una espiga. Los vestidos se hicieron de
análoga manera aplicando la masa pastosa a telas. La poca duración de estos
objetos impedía, sin embargo, su aplicación industrial. En 1820 Nadier sacó los
primeros hilos de las plantas de caucho y los trabajó en forma de hilado perfecto.

A pesar de todo, la investigación química pudo sacar valioso provecho de aparatos


establecidos con estos primitivos medios auxiliares. Se encuentran también estos
mismos árboles en las riberas del Amazonas, y a la sustancia que se les extrae,
los indígenas denominan cahutchu” de donde se derivó el nombre actual. El
también francés Freneau, contemporáneo de La Condamine, descubrió la
presencia de árboles cauchíferos en la Guayana francesa.

La palabra rubber se debe al químico inglés J. Priestley, célebre por haber


descubierto el oxígeno, quien en 1770 recibió una pelota de caucho virgen y
observando que conseguía borrar las marcas de lápiz escritas sobre papel, la
partió en varios trozos llamándolos rubbers. Esta es la causa de que el caucho
natural se conozca con el nombre inglés de India rubber, que significa raspador de
Indias [1]. La primera aplicación comercial del caucho la inició en 1791 el
fabricante inglés Samuel Peal, que patentó un método para impermeabilizar
tejidos, tratándolos con caucho disuelto en trementina. Charles Macintosh, químico
e inventor británico, fundó en 1823 una fábrica en Glasgow para manufacturar
tejidos impermeables y ropa para la lluvia, que lleva desde entonces su nombre.

La introducción del caucho en Europa y su cultivo posterior en Asia es


relativamente reciente y ocurre en 1876 cuando el plantador británico Wickham
sacó clandestinamente de Brasil 70.000 semillas de Hevea brasiliensis. Su
germinación se llevó a cabo en el Jardín Botánico de Kew, y los plantones (unos
1.920) enviados a Ceilán en 1877 y plantados en el jardín botánico de Paradenya,
y posteriormente en otras zonas del sudeste asiático como Java y Borneo, que
constituyeron el origen del cultivo industrial del caucho [1]. En 1910, hizo su
primera aparición en el mercado el caucho de plantación y en 1932 las mayores
plantaciones de caucho se encontraban en Malasia e Indonesia, que continúan
siendo los principales productores mundiales. En 1934, se creó el International
Rubber Regulator Agreement, que está formado por todos los países productores.

Desde entonces se han creado plantaciones similares, en un área que se extiende


unos 1.100 km a ambos lados del ecuador. Aproximadamente un 99% de las
plantaciones de caucho están localizadas en el Sureste asiático. Intentos de
introducir plantaciones en zonas tropicales de Occidente han fracasado a causa
de la desaparición de árboles por una plaga en sus hojas.

En realidad, la historia de la explotación industrial de la goma nació en 1839, al


parecer de forma bastante fortuita, cuando Charles Goodyear descubrió el
fenómeno de la vulcanización al añadir azufre a la goma natural y calentarla, lo
que causo grandes modificaciones en la estructura del caucho [1] haciéndolo
resistente al calor y al frío y poseía propiedades elásticas aún en mayor grado
(vulcanización). En 1842 gracias al descubrimiento de Goodyear se concedieron
patentes a Hancock y en 1844 a Goodyear. Pocos años después en 1846
encontró Alexander Parkes que humedeciendo en frío una placa de caucho no
muy gruesa con una solución de cloruro de azufre se producía también una
modificación análoga. Al mismo tiempo se advirtió que era de interés observar la
profundidad de la acción, consiguiéndose dar a los objetos tratados así una
duración satisfactoria. En 1888 John Dunlop inventó la rueda con cámara de goma
y la Goodyear Rubber Company fabricó el primer par de guantes de látex en 1890
[4]. En 1895, los hermanos Michelin introdujeron las ruedas recambiables en el
rally automovilístico París- Burdeos [1].

A partir de este momento se multiplican las posibilidades de uso del caucho y


nuevos objetos fabricados con este material salen al mercado. La demanda por
este producto natural crece vigorosamente, impulsada entre otras por la naciente
industria del automóvil, actualmente la industria de fabricación de llantas es el
mayor consumidor de caucho natural en el mundo [15].

1.2 HISTORIA DEL CAUCHO SINTÉTICO

Los primeros intentos de producir cauchos sintéticos se centraron alrededor de la


homopolimerización de los dienos, del isopreno en particular, porque se sabía que
era el monómero del caucho natural. Se descubrió a finales del siglo XIX que
podían hacerse productos tipo caucho a partir del isopreno tratándolo con cloruro
de hidrogeno o dejándolo que se polimerizase espontáneamente al estar
almacenado. Estos materiales podían vulcanizarse con azufre haciéndose mas
elásticos, tenaces y resistentes al calor.

Alrededor de 1900 se descubrió que otros dienos tales como el butadieno y el 2,3-
dimetilbutadieno podían polimerizarse a materiales tipo caucho espontáneamente
por metales alcalinos o radicales libres. De estos hechos se hizo aplicación en
Alemania durante la Primera Guerra Mundial donde se polimerizo el 2,3-
dimetilbutadieno espontáneamente.

Después de la Primera Guerra Mundial continuaron estas investigaciones sobre


productos elastómeros pasando el énfasis al butadieno por su más fácil
disponibilidad en aquel tiempo, a partir de acetaldehído, por la síntesis aldólica.
Como iniciadores se usaron metales alcalinos, y a los productos se les llamo
cauchos buna, de las primeras letras del butadieno y el símbolo del sodio Na.

Se hicieron mejoras en el proceso y de las propiedades de dos modos: se


introdujeron copolímeros de butadieno con Monoceros vinílicos, notablemente el
estireno y se adoptó la polimerización en emulsión. Llegó a conocerse el
significado de los iniciadores, activadores redox y del oxígeno. Se descubrió la
importancia de mantener una baja conversión o de utilizar modificadores como el
CCL4 o los mercaptanos de cadena larga.

Hacia el comienzo de la Segunda Guerra Mundial se producían polímeros


aceptables (Buna S) que contenían 68 – 70% de butadieno y 30-32% de estireno.

A principios del siglo XIX, los españoles habían descubierto que el caucho natural
estaba compuesto por cadenas de hidrocarburo, con lo que dejó abierta la
posibilidad de producir caucho sintético [2].

El origen de la tecnología del caucho sintético se puede situar en 1860, cuando el


químico británico Charles Hanson Y Greville Williams descubrió que el caucho
natural era un polímero del monómero isopreno, cuya fórmula química es
CH2-C(CH3)CH-CH2. Durante los setenta años siguientes se trabajó en
laboratorio para sintetizar caucho utilizando isopreno como monómero. También
se investigaron otros monómeros, y durante la Primera Guerra Mundial químicos
alemanes polimerizaron dimetilbutadieno (de fórmula CH2-C(CH3)C(CH3)-CH2), y
consiguieron sintetizar un caucho llamado caucho de metilo, de pocas
aplicaciones, para 1925 abarataron el proceso usando butadieno, que a su vez se
obtenía del butano y butileno, subproductos del petróleo que se convirtió en la
principal materia prima para la obtención del caucho. Posteriormente se
descubrieron otras clases de cauchos sintéticos.

Hubo que esperar hasta 1930 para que dos químicos, el estadounidense Wallace
Hume Carothers y el alemán Hermann Staudinger, investigaran y contribuyeran al
descubrimiento de los polímeros como moléculas gigantes, en cadena,
compuestas de un gran número de monómeros. Entonces se consiguió sintetizar
caucho de monómeros distintos al isopreno.

La investigación iniciada en Estados Unidos durante la II Guerra Mundial condujo


a la síntesis de un polímero de isopreno con una composición química idéntica al
caucho natural [3].

1.2.1 Tipos de caucho sintético. Se producen varios tipos de caucho sintético:


neopreno, buna, caucho de butilo y otros cauchos especiales [3].

 Neopreno: uno de los primeros cauchos sintéticos logrados gracias a la


investigación de Carothers fue el neopreno, el polímero del monómero
cloropreno, de fórmula CH2-C(Cl)CH-CH2. Las materias primas del
cloropreno son el etino y el ácido clorhídrico. El neopreno fue desarrollado
en 1931 y es resistente al calor y a productos químicos como aceites y
petróleo. Se emplea en tuberías de conducción de petróleo y como aislante
en cables y maquinaria [3].

 Buna o caucho artificial: químicos alemanes sintetizaron en 1935 el


primero de una serie de cauchos sintéticos llamados buna o cauchos buna,
obtenidos por copolimerización, que consiste en la polimerización de dos
monómeros denominados comonómeros. La palabra buna se deriva de las
letras iniciales de butadieno, uno de los comonómeros, y natrium (sodio),
empleado como catalizador. En la buna N, el otro comonómero es el
propenonitrilo (CH2-CH(CN)), que se produce a partir del ácido cianhídrico.
La buna N es muy útil en aquellos casos en los que se requiere resistencia
a la acción de aceites y a la abrasión. También se obtiene caucho
industrialmente por copolimerización de butadieno y estireno (buna S) [3].

 Caucho de butilo: este tipo de caucho sintético, producido por primera vez
en 1949, se obtiene por copolimerización de isobutileno con butadieno o
isopreno. Es un plástico y puede trabajarse como el caucho natural, pero es
difícil de vulcanizar. Aunque no es tan flexible como el caucho natural y
otros sintéticos, es muy resistente a la oxidación y a la acción de productos
corrosivos. Debido a su baja permeabilidad a los gases, se utiliza en las
cámaras interiores de los neumáticos [3].

 Otros cauchos especiales: se han desarrollado numerosos tipos de


cauchos con propiedades específicas para aplicaciones y usos especiales.
Uno de estos cauchos especiales es el coroseal, un polímero de cloruro de
vinilo (CH2-CHCl). Estos polímeros son resistentes al calor, la corrosión y la
electricidad, y no se deterioran por la acción de la luz ni por un
almacenamiento prolongado. El coroseal no se puede vulcanizar, pero
mientras no se le someta a altas temperaturas, se muestra más resistente a
la abrasión que el caucho natural o el cuero [3].
Otro tipo de caucho especial es el tiocol, que se obtiene por copolimerización de
dicloruro de etileno (CHCl-CHCl) y tetrasulfuro de sodio (Na2S4). Puede trabajarse
y vulcanizarse como el caucho natural y es resistente a la acción de los aceites y
los disolventes orgánicos usados en barnices; se emplea para aislamientos
eléctricos pues no se deteriora con la luz ni la electricidad.

A partir de 1945 la producción de caucho sintético supera la de caucho natural, el


cual sin embargo ha permanecido en el mercado, logrando importancia en épocas
de precios altos del petróleo. Antes de usarse la Hevea brasilensis para fabricar
caucho se usó la especie asiática Ficus elástica.

A pesar de las bondades de todo los descubrimientos en torno al caucho natural,


por si solo, nunca habría logrado la importancia que tiene en nuestros tiempos.
Cuando la industria química tomó cartas en el asunto y logró producir un caucho
sintético, el panorama mundial empezó a cambiar.

La goma obtenida en retortas hace muchísimo tiempo que ha superado en


importancia a su competidor sangrado del tronco de los árboles. De los 16
millones redondos de toneladas de goma que se consumen anualmente en todo el
mundo, sólo 30 por ciento proceden de la naturaleza, mientras que el voluminoso
resto lo suministra la industria química.

Muchos otros tipos de caucho sintético se producen con métodos parecidos a los
antes descritos. La introducción de algunos cambios en los procesos de
polimerización ha mejorado la calidad de los productos y abaratado costos. Uno
de los mayores avances ha sido la utilización del petróleo como aditivo, bajando
los costes al poder conservarse grandes cantidades de caucho sintético
almacenado. Gracias a ello se ha conseguido fabricar neumáticos de larga
duración. Otros dos avances importantes son el desarrollo de la espuma de
caucho sintética, que se usa en tapicería, colchones y almohadas, y el caucho
bruto de superficie arrugada, para la industria del calzado [3].

1.3 HEVEA BRASILIENSIS O “SERINGA”: EL ÁRBOL DEL CAUCHO

Pueden obtenerse diversos tipos de caucho natural de aproximadamente 2.000


árboles y arbusto, pero sólo el látex del árbol Hevea brasiliensis, también llamado
“Seringa” o árbol del Pará o seringueira (en portugués), se ha explotado
comercialmente durante más de un siglo. Este es un árbol de 20 a 30 m de altura
y el tronco es recto y cilíndrico de 30 a 60 cm de diámetro, de madera blanca y
liviana. Otros árboles o plantas que pueden dar caucho son: Ficus elastica,
Castilloa elástica, Urceola elástica, Landolphya kirkil, Parthenium argentatum
(Guayule), siendo este último en el que se desarrollan estudios como alternativa a
la Hevea. H. brasiliensis es un árbol originario de la región Amazónica, que
pertenece al orden Euphorbiales, familia Euphorbiaceae (euforbiáceas). Crece en
regiones tropicales (máximo a 10º de latitud) a una temperatura óptima entre 20-
28 ºC y a una altura máxima de 600 m sobre el nivel del mar. Las Heveas
maduras alcanzan 20-30 metros de altura y florecen una vez al año. No alcanzan
la madurez hasta los 5-10 años, a partir de la cual podrán producir látex. Su látex
es blanco o amarillento y abundante hasta los 25 años de edad del árbol. De él se
fabrica el caucho, luego de "sangrar" el tronco mediante incisiones angulares en V.
Este látex contiene 30 a 36% de hidrocarburo del caucho, 0,5% de cenizas, 1,5%
de proteínas, 2% de resina y 0,5% de quebrachitol. Como todas las plantas, tienen
la capacidad de sintetizar carbohidratos en sus hojas, que en su caso dan lugar a
la goma natural. Durante el invierno pierden las hojas, que serán sustituidas por
nuevos brotes, por lo que la producción de látex sufre variaciones estacionales. El
árbol se sangra diariamente y cada árbol tiene una vida económica de
aproximadamente 40 años [1].

Figura 1. Hevea brasilensis.

Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Hevea_brasilensis

1.4 RECOLECCIÓN DEL LÁTEX


Figura 2. Extracción de látex de un árbol tropical.
Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Caucho.

En las Heveas, el caucho se encuentra en forma de suspensión acuosa de


aspecto lechoso que, por su parecido con la leche de los mamíferos, se denomina
látex; éste circula por un sistema de conductos situados inmediatamente debajo
de la corteza. Dichos conductos se denominan vasos lactíferos, que forman una
trama tubular por toda la planta. Para obtener esta sustancia lechosa se practica
un corte diagonal en ángulo hacia abajo en la corteza del árbol, de izquierda a
derecha, con ángulo de 30º, que es el tipo de corte más común y se denomina de
media espiral, el corte tiene una extensión de un tercio o de la mitad de la
circunferencia del tronco. El látex fluye espontáneamente a través de estos cortes
por una conducción metálica hacia una cubeta o cazuela recolectora, que contiene
una pequeña cantidad de un agente conservante con acción germicida (amoníaco,
formaldehído). En cada corte se obtienen alrededor de 30 a 100 ml de látex, que
contiene un 30-36% por peso de goma; el resto está formado por agua, proteínas,
resinas, minerales orgánicos y otras sustancias de la planta. Unas 3 o 4 horas
después de efectuar las incisiones, el látex se recoge del árbol y se lleva al centro
de procesamiento. El motivo de utilizar un estabilizante o conservante es para
contrarrestar la tendencia natural del látex a solidificarse. El conservante que se
utiliza puede ser sulfito sódico, formaldehído, amoníaco a altas concentraciones
(0,05-0,2%) o a bajas concentraciones, añadiéndose en este último caso 0,025%
de una mezcla de óxido de zinc y tetrametiltiuram disulfuro (TMTD) al 1:1. [1].

Se plantan unos 250 árboles por hectárea, y la cosecha anual de caucho bruto en
seco suele ser de unos 450 kg por hectárea. En árboles de alto rendimiento la
producción anual puede llegar a 2.225 kg por hectárea, y se ha conseguido
desarrollar ejemplares experimentales que alcanzan los 3.335 kg por hectárea. El
látex extraído se tamiza, se diluye en agua y se trata con ácido para que las
partículas en suspensión del caucho en el látex se aglutinen. Se prensa con unos
rodillos para darle forma de capas de caucho de un espesor de 0,6 cm, y se seca
al aire o con humo para su distribución [7].
1.5 EL CAUCHO NATURAL EN COLOMBIA

La existencia de un importante mercado potencial para el caucho colombiano ha


despertado un inusitado interés en el sector por parte de actores tanto públicos
como privados. Colombia tiene una producción de caucho natural aún insuficiente
para suplir la demanda de la industria y ninguno de los cauchos colombianos se
produce técnicamente especificado, ya sea por las limitadas escalas de
producción o por los diversos estándares de calidad de los cauchos nacionales.

En Colombia han sido numerosos los intentos por establecer cultivos comerciales
de caucho, pero no fue sino hasta la década del ochenta en la que el caucho
empezó a considerarse importante. A finales del siglo XIX, se explotó la especie
Hevea sp por la casa Arana en las regiones del Putumayo, Amazonas, Guaviare,
Vaupés, Caquetá, Arauca y Vichada.

En Acandó, Turbo, Apartadó, Río Grande y Villa Arteaga se establecieron viveros


y cultivos en 1941, por iniciativa del Ministerio de Agricultura y bajo la asesoría de
la Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos. De este proyecto, en la
actualidad sobreviven en Villa Arteaga alrededor de 120 ha, región que se
caracteriza por ser en la única en donde se produce látex centrifugado al 60%.
Dos años más tarde, se sembraron 7 ha en la Estación Agroforestal del Bajo
Calima, cerca de Buenaventura, las cuales aún existen. Estas hectáreas se
explotaron sólo hasta 1981, de modo experimental, con el ánimo de evaluar la
producción y los días propicios para realizar las sangrías, en una de las regiones
con mayor pluviosidad del mundo [14].

Puede decirse que es a partir de 1964 que empieza el fomento del cultivo del
caucho por el Instituto Colombiano de Reforma Agraria (INCORA), con la siembra
de 400 ha en el departamento del Caquetá, de las cuales hoy se encuentran en
producción 350 ha. Debido a los buenos resultados logrados por el INCORA, las
siembras de caucho se extendieron al Putumayo, Guaviare, Meta y Vaupés. En
estos departamentos se sembraron entre 1985 y 1994, alrededor de 6.095 ha.
Entre 1984 y 1994, la Federación Nacional de Cafeteros impulsó la siembra de
1.714 ha en Caldas, Cundinamarca y Tolima, como opción de sombrío del café.
Actualmente en esta región no se le considera al caucho como sombrío, sino
como una posibilidad de diversificación y probable reemplazo del cultivo de café.

A finales de la década del noventa, las iniciativas para el fomento del cultivo fueron
más ambiciosas. Lo anterior se vio reflejado en la elaboración de planes
quinquenales, en los cuales se proponía la siembra de 31.000 ha en el país, de las
cuales 9.000 ha se sembrarían en el Caquetá, 5.000 ha en Guaviare, Casanare,
Arauca, Meta y Vaupés; 10.000 ha en las zonas cafeteras de Cundinamarca,
Tolima, Quindío, Antioquia y Risaralda, y finalmente, 500 en Santander. En la
actualidad están en curso tres importantes proyectos de caucho que beneficiaran
a 740 familias de los municipios de Tarazá, Cáceres, Caucasia, El Bagre,
Zaragoza y Henchí (Antioquia), Montelíbano (Córdoba), Cimitarra, Landázuri, El
Carmen de Chucurí, San Vicente de Chucurí, Barrancabermeja y Puerto Wilches
(Santander). Los proyectos cubrirán un área de 3.024 ha y serán administrados
por la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) [8].

1.6 LA PRODUCCIÓN Y DEMANDA NACIONAL DE CAUCHO NATURAL

Aunque los censos sobre áreas plantadas no son exactos, se estima que existen
entre 7.000 y 7.500 ha. De estas, sólo estarían en etapa productiva, alrededor de
500.

La producción de caucho natural en Colombia en 2004 fue estimada en alrededor


de 1.250 toneladas, de las cuales, el 70% provinieron del departamento del
Caquetá. Esta producción proviene de plantaciones y de extracción silvestre
(modalidad recurrente en el Guaviare, Vaupés y en algunas regiones del
Amazonas). De esta producción, el 75% corresponde a caucho en lámina o de
mejor calidad y le sigue en importancia los cauchos secundarios o ripio.

El caucho natural en lámina es equivalente a la clasificación ADS. El ripio se


obtiene en el proceso de rayado del árbol de caucho y la posterior recolección de
látex. El ripio, o fondo de tasa, está constituido por el látex coagulado en el árbol
sobre el corte de sangría y el látex coagulado en el recipiente de recolección.
Colombia es el único país que comercializa ripio en el mundo, ya que en el ámbito
internacional el ripio es procesado para convertirlo en lámina ahumada o en
caucho granulado. Las láminas y el ripio que se comercializan en el país
encuentran como principal comprador a los fabricantes de adhesivos. Se puede
decir que en todas las regiones del país se produce caucho seco laminado y ripio,
sin embargo, solamente las empresas Prohaciendo en el Tolima y Mavalle en
Meta, producen caucho crepé, el cual es altamente demandado por los fabricantes
de suelas para zapatos.

En 2005 se inauguró la primera planta procesadora de caucho técnicamente


especificado, en el departamento del Caquetá. Por ahora, está operando en sólo
10% de su capacidad instalada por la baja oferta de látex coagulado que existe en
la región, ya que el precio que se paga por este es menor al del caucho laminado.
Por esto, ASOHECA está en un proceso de formación de los campesinos de la
región para que le vendan materia prima a la planta, que aunque paga un menor
precio que por el laminado, los costos en que se incurre son menores y, por tanto,
el ingreso real, más alto.

En Colombia se hace difícil valorizar la producción de caucho, ya que en el país no


se produce ningún caucho técnicamente especificado. Esto se debe no sólo a las
limitadas escalas de producción, sino que además los cauchos nacionales tienen
estándares de calidad diversos dependiendo de la región en la que se hayan
producido. Esto se debe a las formas artesanales con las que benefician el
caucho, utilizando en su mayor parte laminadoras manuales.
Además, se hacen malas prácticas de sangría, los espacios en donde se hace el
beneficio son bastante húmedos, lo que favorece la formación de hongos que
deterioran la calidad de la lámina y finalmente, los intermediaros compran el
caucho disponible, sin detenerse a examinar si el caucho está completamente
seco.

La producción nacional de caucho natural resulta insuficiente para suplir la


demanda de la industria, durante los últimos años el país se ha visto forzado a
importar cerca de 23.000 toneladas al año de caucho natural en sus distintas
presentaciones, por lo tanto, la demanda nacional debe estar cercana a las 24.000
toneladas si a las importaciones les sumamos la producción nacional. Estas cifras
concuerdan con los porcentajes resultantes de la discriminación por origen del
caucho demandado por la industria que hace el DANE con base en la Encuesta
Anual Manufacturera; según estos datos el 95% del caucho consumido en
Colombia es de origen extranjero.

Debido a la baja participación del caucho nacional en la demanda interna, se


puede revisar el comportamiento de esta última a través de la dinámica de las
importaciones (Gráfica 1). Durante los últimos años las importaciones de caucho
natural se han venido reduciendo a una tasa anual de 1,4%, alcanzando en el
2004 un volumen de 21.427 t, por un valor de US$26 millones CIF [14].

GRAFICA 1. Importaciones de caucho natural (t).

Disponible en:
http://www.agrocadenas.gov.co/documentos/anuario2005/Capitulo4_Caucho.PDF
La demanda interna de caucho natural, al igual que la mundial, depende del
crecimiento de la demanda de los diferentes productos que emplean este material
en su proceso de producción.

La reducción en el consumo de caucho responde a una contracción en la


producción de la industria colombiana del caucho, que podría obedecer a dos
causas en particular: el deficiente comportamiento de la economía desde
mediados de los noventa que pudo reflejarse en una reducción en el consumo de
los productos de esta industria y una mayor participación en el mercado de los
productos de caucho importados, en detrimento de la industria local, después de la
consolidación del proceso de apertura económica implementado en los primeros
años de la década pasada.

Entre las variedades importadas, el caucho técnicamente especificado (TSR) es el


que mayor participación presenta, 56% del total importado en 2004. Esto se debe
a que en Colombia, como en el resto del mundo, el principal consumidor de
caucho natural es la industria de llantas, en 2004 Goodyear, Icollantas y
Automundial consumieron el 55% del caucho demandado en el país. Con ello, en
2004 las industrias del caucho no llanteras y los comercializadores compraron
9.418 t de caucho natural.

El segundo caucho más importado es el látex concentrado, en 2004 se compraron


7.252 t que representaron el 34% del total importado. Según datos presentados en
el X Congreso Cauchero, el volumen consumido de látex concentrado a nivel
nacional estuvo abastecido en un 99,5% por el mercado externo, es decir que sólo
un 0,5% proviene de la producción nacional, específicamente de algunas
plantaciones de Melgar (Tolima). Hasta hace unos años se producía látex en Villa
Arteaga, Mutatá (Antioquia), pero por problemas de orden público las plantaciones
fueron abandonadas. Este tipo de caucho fue comprado principalmente por
Sempertex (17%), Eterna S.A. (13%), y Cauchos Stema (11%) e Indulatex (8,4%).

Con lo visto anteriormente, el mercado potencial para el caucho colombiano seria


de 2.166 t, porque si bien la planta de ASOHECA en Caquetá produce caucho
técnicamente especificado con niveles de calidad equiparables a los importados
por las llanteras, su precio y oferta irregular no le permitiría competir con éstos, al
menos en el mediano plazo. En el caso del látex, el área y volúmenes de
producción en Colombia no justifican los altos costos que implica el montaje de
procesadoras de este tipo de caucho [14].

Por ejemplo, los precios de compra de la lámina caucho a nivel nacional fueron en
promedio durante 2004 de $3.838 kg y del ripio de $2.687, mientras las llanteras
compararon cauchos técnicamente especificados, de mayor valor agregado, a
precios que fueron en promedio de $1.949 el kilo, es decir que el precio del
caucho laminado, sin ninguna especificación técnica y procesado artesanalmente,
es un 97% más alto que los cauchos que tienen el mayor valor agregado de los
que se transan en los mercados mundiales. De hecho, si se compara con el de
peor calidad, el ripio, el precio del caucho técnicamente especificado es un 38%
más bajo [8].

Colombia no es considerada actualmente como un país productor de caucho


natural, a pesar de las condiciones favorables y ventajas comparativas naturales y
competitivas que tiene para el fomento y desarrollo del cultivo. La producción
nacional es insuficiente para abastecer la demanda interna, por lo cual se
encuentra dentro de los países importadores netos.
De otra parte, el caucho natural que se produce en el país no cumple con los
estándares internacionales y las calidades requeridas por los industriales para la
producción de llantas y/o neumáticos, así como un suministro de volumen
constante de materia prima para sus procesos de transformación y/o manufactura.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional, la producción del caucho natural
en Colombia es deficitaria para satisfacer la demanda interna, por lo que en el
2007 el país importó 16.895 toneladas. (www.agronet únicamente para materia
primas: Látex caucho natural incluso prevulcanizado, hojas ahumadas de caucho
natural, TSR, hojas crepé, balata, gutapercha, guayule, chicle y gomas naturales
análogas, caucho natural reaglomerado y los demás caucho naturales en otras
formas) [12].

1.6.1 Importaciones y exportaciones de caucho natural. Se observa un ligero


aumento de las exportaciones del 25% durante el periodo 2005-2006, jalonado por
la reactivación de la economía en general del país, lo cual contribuyó a
incrementar el consumo por parte de la industria nacional. No obstante, al
observar el comportamiento de la balanza comercial sólo se incrementó en un
16% durante este periodo, mientras las importaciones de este polímero sólo
crecieron en un 0.23% durante el periodo 2006-2007 (ver tabla1) [12].

Principales productos de exportación y país de destino.


 Neumáticos: EEUU, Chile, Ecuador, Brasil, Perú, México, zona franca Cúcuta.
 Juntas o empaquetaduras: EEUU, Ecuador.
 Guantes de caucho vulcanizado: Perú, Venezuela.
 Cámaras de caucho para automóviles: Venezuela.
 Protectores “Flaps”: Venezuela [12].

Procedencia por tipo de caucho.


 Látex de caucho natural: Guatemala (98%) y Malasia.
 Hojas ahumadas: Malasia y Tailandia.
 TSR: Indonesia (95%), Guatemala, Malasia y Tailandia.
 Hojas de crepé: Sri Lanka (95%), Malasia y Chile.
 Caucho natural reaglomerado: Ecuador (0.1 toneladas).

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