Las Cuatro Adoraciones
Las Cuatro Adoraciones
Las Cuatro Adoraciones
1
Regardie, como veremos más adelante, es extremadamente cuidadoso con la
pronunciación de determinados mantras o invocaciones. Cuando no lo hace así
debería, por tanto, pensarse que lo que importa es el contenido y no el sonido
emitido. De cualquier manera, en todos los casos reproduciremos el texto inglés
original. (N. d. T.)
2
Hail unto Thee who art Ra in Thy rising. / Even unto Thee who art Ra in Thy
strength, / Who travellest over the Heavens in Thy bark / At the Uprising of the
Sun. / Tahuti standeth in His splendour at the prow / Y Ra-Hoor abideth at the
helm. / Hail unto Thee from the Abodes of Night!
Tahuti erguido en Su esplendor en la proa,
y Ra-Hoor junto al timón.
¡Salve Tú desde las Moradas de la Mañana33
Y al atardecer, cuando el Sol se pone, se colocará de cara al Oeste y adorará al
Señor del Universo con estas palabras:
Salve Tú que eres Tum en Tu poniente,
Tú, que eres Tum en Tu alegría,
Que viajas en los Cielos en Tu barca
En el ocaso del Sol.
Tahuti erguido en Su esplendor en la proa
Y Ra-Hoor junto al timón.
¡Salve Tú desde las Moradas del Día!4
Y a medianoche o al retirarse, se volverá hacia el Norte y dirá:
Salve Tú que eres Khephra en Tu ocultación,
Tú, que eres Khephra en Tu silencio,
Que viajas en los Cielos en Tu barca
En la Medianoche del Sol,
Tahuti erguido en Su esplendor en la proa
Y Ra-Hoor junto al timón.
¡Salve Tú desde las Moradas de la, Noche!5
Esta práctica en particular deberá ser una parte regular de la vida cotidiana y
deberá persistirse en ella hasta que forme parte de nuestra vida. Otros ejercicios
descritos aquí deben ser realizados durante limitados o variados períodos, pero
estas Cuádruples Adoraciones tienen que estar integradas para siempre en el
patrón diario de la vida.
3
Hail unto Thee who art Hathor in Thy triumphing, / Even unto Thee who art Hathor
in Thy beauty, / Who travellest over the Heavens in Thy bark / At the Mid-course of
the Sun. / Tahuti standeth in His splendour at the prow, / And Ra-Hoor abideth at
the helm. / Hail unto Thee from the Abodes of Morning!
4
Hail unto Thee, who art Tum in Thy setting, / Even unto Thee who art Tum in Thy
joy, / Who travellest over the Heavens in Thy bark / At the Down-going of the
Sun. / Tahuti standeth in His splendour at the prow / And Ra-Hoor abideth at the
helm. / Hail unto Thee from the Abodes of Day!
5
Hail unto Thee Who art Khephra in Thy hiding, / Even unto Thee who art Khephra
in Thy silence, / Who travellest over the Heavens in Thy bark / At the Mignight Hour
of the Sun. / Tahuti standeth in his Splendour at the prow / And Ra-Hoor abideth at
the helm. / Hail unto Thee from the Abodes of Evening!
Primer Paso
RELAJACIÓN
Hay bien definidas técnicas para el desarrollo del proceso de relajación, y
podemos utilizar los logros derivados de los ejercicios precedentes. Deberá
continuarse ahora la postura que haya sido previamente utilizada, cualquiera sea
ésta. No deben utilizarse posturas supinas o erguidas. Es indudablemente mejor la
postura en la silla de respaldo alto, que soporta erecta la columna vertebral. Si nos
echamos sobre un sofá o una cama, el colchón deberá ser moderadamente firme:
pero si no, la mejor alternativa es un suelo cubierto con alfombra. La razón para
esta última recomendación es que el suelo no cede, de modo que debería ser esta
la postura de práctica para un estudiante cuyo cuerpo cede con la relajación.
Antes de echarse o sentarse, hay un par de movimientos que yo recomiendo a
los pacientes en el despacho. Primero de todo, saltar con una soga imaginaria, en
posición estacionaria, durante uno o dos minutos. Este no es un ejercicio
simplemente para incrementar la circulación sanguínea y estimular una profunda
respiración, sino que tiene la virtud de contraer y relajar los músculos de forma
alterna, aproximándonos a las correctas bases somáticas en las que proceder con
estas técnicas de relajación psicológica.
A continuación, permanezca de pie, con las piernas separadas unos treinta
centímetros, y después de haber inhalado, expela todo el aire mientras se inclina
hacia delante hasta la cintura, doblándose como un muñeco de trapo. Es parecido
al ejercicio calisténico de tratar de tocar los dedos de los pies sin doblar las rodillas,
inclinándose hacia delante completamente relajado. Nosotros, sin embargo,
procuramos producir la relajación, no hacer ejercicios calisténicos. Dejar que la
zona del cuerpo por encima de la cintura caiga con la exhalación, con los dedos y
las manos colgando cerca de los pies uno o dos segundos, mientras, al inhalar,
levantarse lentamente hasta la posición erguida. Repita este proceso una docena o
más de veces. Después de saltar, este ejercicio le ayudará a enderezar la espalda,
y también a relajar muchos de los músculos del torso. La cabeza y el cuello también
deben pender libremente cuando exhale, mientras deja que el cuerpo penda desde
la cintura. Esto relajará la musculatura del cuello.
Mantenga la mente armonizada y enfocada en las sensaciones de su cuerpo.
Piense sólo en lo que está haciendo. Observe y concéntrese en las distintas
sensaciones del cuerpo.
Ahora está listo para comenzar el ejercicio de relajación propiamente dicho.
Haga unas pocas y profundas inspiraciones y, mientras exhala, lance algunos
suspiros muy profundos. Si el diafragma y los músculos abdominales se relajan, la
mayor parte de la musculatura y de los otros tejidos alimentados por el sistema
nervioso involuntario o vegetativo también se aflojarán. Manténgase quieto en esta
posición unos pocos segundos, observándose todo el tiempo. Hágase familiar con el
cuerpo; aprenda a advertir cómo son las sensaciones del cuerpo, volviéndose cada
vez más consciente. Los anteriores ejercicios lo harán familiarizarse con este
método y sus sensaciones.
El siguiente paso del proceso emplea activamente la imaginación para extender
los límites de su conciencia. Existe una bien conocida ley fisiológica que dice que en
cualquier parte del cuerpo puede ser producido un flujo incrementado de sangre
concentrándose en esa parte del cuerpo. Si esto significa simplemente ser
consciente de que la sangre ya está en los vasos, o que los impulsos nerviosos la
han llevado a la pared muscular de las arterias y vasos en el área contemplada, al
relajar estas paredes para permitir un incremento del flujo sanguíneo, no tiene
importancia; ninguna explicación será suficiente. Que esto puede ser hecho es una
experiencia real que usted puede demostrar por sí mismo.
Sabiendo que hay tensiones en ciertos miembros u órganos podemos, utilizando
la imaginación, estimular las fibras vasodilatadoras que relajan los vasos
sanguíneos permitiendo que la sangre fluya allí en grandes cantidades. Un
suplemento de sangre —una congestión— puede causar un aumento de calor que a
su turno inducirá la relajación de la fibra y tejidos musculares que nosotros
queramos. Esto es la teoría: conduce directamente a la práctica.
Exige el uso activo de la imaginación. Antes que nada, visualice el cerebro. Todo
el mundo ha visto diagramas y dibujos del cerebro con la suficiente frecuencia
como para conocer su aspecto general, sin entrar en detalles neurológicos técnicos.
Es una masa de sustancia blanca y gris, enrollada y retorcida sobre sí misma,
dividida por una larga cisura en dos hemisferios laterales, con un frente y una
porción trasera. Represéntelo tal como lo ha visto en los dibujos. Mantega la
imagen firmemente en la mente hasta que comience a sentir una sensación de
calor expandiéndose desde el centro del cráneo. Algunas veces esto puede estar
acompañado de una ligera picazón, una sensación de escozor. Facilitado el proceso
de la imaginación, los vasos sanguíneos dentro del cerebro se han dilatado lo
suficiente como para contener una gran cantidad de sangre, tiñendo el cerebro de
rosa, y esta congestión es la que ha producido el calor antes sentido.
Del cerebro continuar a los ojos, imaginando que éstos son como dos bolas, cada
una con cuatro diminutas cadenas musculares. Maneje esta imagen como ha hecho
con la previa. Por medio de la construcción de la imagen imaginativa, aumentará el
lumen de los vasos sanguíneos de los músculos y retendrá más sangre que
calentará la musculatura del entorno. Entonces se relajarán, produciendo la
sensación de que los globos oculares se hunden en sus cuencas.
Es importante que desarrolle los poderes de concentración mientras practica
estos ejercicios de relajación. No permita que su mente se desvíe de lo que está
haciendo, o más particularmente, del área que está relajando. Concéntrese. Piense
sólo en lo que está haciendo. Si su mente vaga, vuélvala a su lugar. Su poder de
concentración se incrementará día a día.
Siga un procedimiento similar con respecto al resto de la cabeza: esto es,
visualice cómo la cálida sangre fluye a través de los ensanchados vasos sanguíneos
a las sienes, las orejas, los pómulos, luego a la nariz, boca, labios, lengua,
mandíbulas y mejillas. De la misma forma, después de haber hecho una
construcción mental, sentirá calor y picazón en las áreas imaginadas, con el gradual
surgimiento de la sensación de relajación.
Para entonces —y al menos habrá empleado unos diez minutos en esta acción—,
la mayor parte del cuerpo habrá caído reflexivamente en un proceso de relajación.
No importa cuan relajado se siente después del primer ejercicio de tan sólo
observar su cuerpo, esto simplemente prepara el camino. Los próximos ejercicios le
llevarán mucho más lejos.
La restante parte de la media hora —y el ejercicio de este mes no debería durar
un minuto menos—, deberá ser dedicada a actuar con cada parte del cuerpo de la
misma forma descrita antes. Todo el cuello deberá pasar el proceso. El trabajo
bajará fácilmente a través de los hombros y los brazos hasta que se alcanza el área
abdominal. Actúe entonces allí activamente. Cuanto más relaje esta área media del
abdomen, más responderá todo el cuerpo con un masivo "dejarse ir". El doctor
Georg Groddeck, el padre de la moderna medicina psicosomática, llama a esta área
el "hombre medio" del cuerpo. En la maravillosa imaginería y simbolismo
psicológico que este médico emplea, esta parte media del cuerpo estaba destinada
a ser dotada con una especie de inteligencia, tal como el pecho y la cabeza: esta
mente-vientre se opone frecuentemente a las frías inclinaciones y actividad racional
de la mente-cabeza. Es el asiento de los instintos, sentimientos y pasiones, y todas
las fuerzas dinámicas heredadas del pasado que atribuimos al Inconsciente.
Finalmente, visualice la corriente sanguínea separándose de la aorta en dos
poderosas corrientes arteriales, dos ríos de cálida sangre descendiendo de la pelvis
a los muslos, piernas y pies. Mucha atención aquí también; visualice toda la
densidad, rigidez y tensión de los músculos de los muslos y piernas para relajarlos
bajo el estímulo de la imaginación y la calidez de la sangre. De esta manera se
procede hasta alcanzar los dedos de los pies. Entonces se hace una pausa.
Se ha completado un gran ciclo en el proceso de relajación. Haga una pausa
para considerar y observar. Note cómo se siente. El trabajo previo debería haber
aumentado su habilidad para sentir lo que sucede somáticamente. Registre sus
sentimientos. Permita que una sensación de real placer y gozo y libertad produzca
una indeleble impresión en su mente.
Si se recuerda bien esta experiencia, puede ser evocada en cualquier momento
en el depósito de la memoria. No importa si uno está en el metro o conduciendo su
automóvil, leyendo en casa o escuchando la radio, sólo tiene que recordar el placer
de la relajación y de inmediato la memoria es evocada desde su psique para
impactar sobre todos los tejidos y fibras del cuerpo. Entonces se produce la
relajación.
Es bueno gozar de este sentimiento de profunda relajación. Imprímalo sobre su
mente. Deje que la sensación de completa relajación sea tan vívida y fuerte como
pueda, pues en adelante, cuando necesite relajarse, puede restaurar este estado de
calma, serenidad y completa relajación sólo con pensar en él.
Cuando quiera relajarse, todo lo que tiene que hacer es respirar profundamente
y, al exhalar, pensar en la palabra relax y recordar esta maravillosa sensación de
completa relajación: de inmediato ésta se restaurará en uno. Inhale y, mientras
respira, ordénese mentalmente el relajamiento. Pronto este reflejo condicionado
será inmediato, automático y completo.
Se debe dedicar aproximadamente media hora a esta práctica. Si es capaz,
realice el proceso dos veces por día, mañana y noche. Concéntrese en la formación
de un reflejo condicionado, que producirá el estado de relajación sin pérdida de
tiempo valioso. Pero se debe practicar mucho antes de que el reflejo condicionado
pueda ser establecido. Una práctica al día lo hará; dos es mejor. De esta forma, se
establecerán los fundamentos para que más tarde se pueda desarrollar y trabajar
en acciones espirituales más significativas.
Aparte de esto, sería bueno recordar que este ejercicio, de una forma u otra,
está ahora utilizándose en el tratamiento del cáncer. En Texas hay un equipo
formado por marido-esposa, médico y psicóloga, los doctores Simonton, que
enseñan a sus pacientes métodos de relajación similares a éste. Los pacientes
agregan sus propios adornos personales a la técnica. Por ejemplo, uno puede
imaginar que la sangre atraviesa un tumor canceroso, arrastrando el mal,
limpiando el camino para su eliminación. Sin embargo, otro puede imaginar una
hueste de guerreros de brillante armadura cayendo sobre el mal y haciéndolo
picadillo. Hay innumerables variaciones sobre este simple tema. Como suplemento
o addenda a este tratamiento médico ortodoxo, se dice que no se obtiene un alto
porcentaje de "curas" utilizando exclusivamente sólo uno u otro sistema.
Como una posterior ampliación de la técnica descrita aquí, sería bueno saber que
todos los experimentos realizados con instrumentos de biofeedback corroboran en
cada detalle la tesis fundamental de este capítulo.