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Características Morfológicas de Las Gramíneas

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CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS DE LAS GRAMÍNEAS.

Presentan una estructura vegetativa bastante uniforme, y tienen


características distintivas de este grupo. Las raíces principales suelen
ser fibrosas; las secundarias o adventicias brotan en muchos casos de
los nudos de los tallos, como ocurre en el maíz. Los tallos son por lo
general herbáceos (gramíneas de césped) o huecos (bambú), pero hay
excepciones, como los tallos medulares del maíz y los leñosos de
algunos bambúes.

Las hojas, que nacen en los nudos de los tallos, se disponen en dos filas
y constan de dos partes: vaina y limbo. La vaina, una característica
peculiar de las gramíneas, envuelve el pecíolo y sujeta la zona situada
justo por encima de cada uno de los nudos; esta zona necesita soporte,
pues está formada por un tejido de crecimiento blando llamado
meristemo. El tallo de las gramíneas no crece en longitud por el ápice,
como en casi todas las demás plantas, sino en cada uno de los nudos.

Otra característica distintiva de las gramíneas es la lígula, una breve


prolongación vellosa o membranosa que se inserta en el punto de unión
de la vaina y el limbo foliares. La función de la lígula sigue siendo
desconocida, pero quizá sirva para evitar que la humedad penetre en la
zona comprendida entre el tallo y la vaina.

El limbo foliar es típicamente largo y estrecho, con nervios paralelos,


aunque presenta grandes variaciones de forma y tamaño. También tiene
un área meristemática, situada en la base, por encima de la unión con la
vaina; el crecimiento se produce en esta zona y no en el ápice, al
contrario de lo común en casi todas las demás plantas. Por tanto,
incluso si se corta el extremo superior de la hoja, el limbo puede
continuar creciendo. Esta peculiaridad, combinada con la presencia de
tejido meristemático en los nudos de los tallos y el hecho de que las
gramíneas se ramifiquen cerca del suelo, permite a estas plantas
soportar los rigores de muchos medios naturales y artificiales
inaccesibles a otras especies vegetales. El valor de las gramíneas como
plantas de césped deriva también de estas características, pues siguen
creciendo después de segarlas. Además, las gramíneas soportan
incendios, pasto y tránsito, y ahora dominan grandes extensiones
afectadas por estos fenómenos.

Las flores de las gramíneas suelen ser inconspicuas, pero casi siempre
se agrupan en grandes inflorescencias, a veces vistosas. Así, en el maíz,
la mazorca joven es una espiga de flores femeninas y la espiguilla es
una panícula de flores masculinas. Casi todas las gramíneas son de
polinización anemófila, y por ello tienen flores muy sencillas y
reducidas, como es frecuente entre las especies polinizadas por el
viento.

Por su tamaño insignificante y su simplicidad, las flores individuales de


las gramíneas se llaman flósculos. Carecen de sépalos y pétalos
(verticilos de la corola), estructuras representadas por dos diminutas
escamas llamadas lodículas o glumélulas dispuestas en la base del
flósculo, por fuera de los estambres (piezas florales masculinas) que
suelen ser tres. El ovario único (pieza femenina) es súpero (situado por
encima de las otras estructuras florales) y está rematado por dos
estigmas plumosos. Al madurar, el ovario se transforma en un fruto
peculiar de una sola semilla llamado cariopsis o cariópside,
caracterizado por la fusión de la semilla y la pared del ovario.

Los flósculos de las gramíneas están agrupados en unidades llamadas


espículas o espiguillas. Cada espiguilla consta de un eje o raquídeo a lo
largo del cual se disponen los flósculos. Cada uno está encerrado por
una bráctea externa llamada lema y otra interna llamada pálea. En la
base del raquídeo hay dos brácteas llamadas glumas, que están vacías.
Glumas y lemas suelen ser duras, y con frecuencia se prolongan en una
barba o púa; la pálea es delicada y membranosa.

Aunque las partes básicas son sencillas y escasas, hay grandes


variaciones en los detalles y la estructura de las espiguillas y en la forma
de agruparse en inflorescencias. Esto, junto con aspectos de la
estructura global y características más difíciles de observar de tipo
anatómico, citológico y químico, explica el enorme número de especies
de gramíneas.
CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS DE LAS LEGUMINOSAS.

Constituyen un grupo muy diverso con distribución mundial. Muchas de


ellas son herbáceas pero también hay especies trepadoras, arbóreas y
arbustivas e incluso plantas acuáticas. El fruto, llamado legumbre, es el
elemento que mejor caracteriza a las leguminosas. Es una vaina
aplanada con una sola cámara y dos suturas; suele abrirse a lo largo de
éstas, como en el guisante o chícharo. Las semillas están unidas
longitudinalmente a una de las suturas. La legumbre puede ser
indehiscente (que no se abre), como la del maní, que madura bajo tierra;
o dehiscente de forma explosiva, como en el altramuz. En cuanto a
tamaño, oscila entre unos pocos milímetros y más de treinta
centímetros; puede encerrar una semilla o muchas, y ser de color
apagado o vivo.

Las flores son muy variables, pero constan de un cáliz (verticilo floral
externo) con cinco sépalos y una corola con 5 pétalos. Suelen tener 10
estambres (piezas florales masculinas) que pueden estar todos soldados
en una única estructura o dispuestos en dos grupos, uno de nueve y
otro de uno. Algunas especies también presentan los estambres libres.
El gineceo (verticilo floral interno) es súpero (es decir, está situado por
encima de las demás piezas florales) y en la mayor parte de los casos
consta de un único carpelo (estructura portadora del óvulo).

Desde el punto de vista taxonómico, el orden Fabales se subdivide en 3


familias. La familia Fabáceas o Papilionáceas está formada por unas
12.000 especies fundamentalmente herbáceas, aunque también hay
especies trepadoras, arbustivas o arbóreas. Tienen hojas simples o
compuestas y las flores presentan una corola característica que recibe el
nombre de papilionada. La corola está formada por un pétalo superior
grande, llamado estandarte o vexilo, dos pétalos laterales que reciben el
nombre de alas y, envueltos por estos 2 hay dos pétalos inferiores que
se encuentran más o menos unidos formando la quilla. Otra
característica común a las especies de esta familia es la presencia en las
raíces de unos nódulos que encierran bacterias del género Rhizobium,
capaces de transformar el nitrógeno atmosférico, que las plantas no
pueden utilizar, en nitrato (NO3), que sí pueden utilizar. A menudo se
plantan distintas especies de Fabáceas con el fin de reponer el nitrógeno
del suelo. El garbanzo, la alfalfa, la retama y la falsa acacia, entre otras
especies, pertenecen a las Fabáceas.

La familia Mimosáceas engloba unas 3.000 especies, entre las que se


incluyen las acacias y las mimosas. Está formada en su mayor parte por
árboles o arbustos que se caracterizan por tener hojas bipinnadas
(doblemente ramificadas) y flores regulares. La familia Cesalpiniáceas,
formada por unas 2.200 especies, agrupa también especies leñosas en
su mayoría con hojas compuestas y flores más o menos irregulares. A
esta familia pertenecen el árbol del amor, la acacia de tres espinas, el
algarrobo y el tamarindo.

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