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Ensayo Sobre El Prefacio de Cromwell Por Víctor Hugo

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Ensayo sobre el prefacio de Cromwell por Víctor Hugo

Miriam Guadalupe Barajas Zamora


[…] con el cristianismo y por obra de él, se introdujo en el alma de
los pueblos un sentimiento nuevo, desconocido por los antiguos y
singularmente desarrollado en los modernos, un sentimiento que es
más que la gravedad y menos que la tristeza: la melancolía

El arte literario francés durante el siglo XIX era una imitación de la antigüedad clásica.
Francia todavía seguía en el influjo del clasicismo. Es decir, el retorno a los clásicos. El arte
vivía con los preceptos clásicos. Toda manifestación artística debía respetar dichos
preceptos para ser aclamados por la crítica.

El teatro, por ejemplo, conservaba los mismos lineamientos que el teatro de la


Grecia antigua; no había progresado nada. Al ser monótono, por el nulo desarrollo, algunos
espectadores optaron por ver los boulevards− representaciones llevadas al cabo en las calles
y eran totalmente libres de los lineamientos del clasicismo.

Sin embargo, a pesar del clasicismo todavía existente en Francia del siglo XIX,
existió un autor que marcaría un parteaguas en el ámbito literario. Víctor Hugo público en
1827 Cromwell; obra teatral que rompe con varios de los cánones del clasicismo francés.
Dicha obra no tuvo la respuesta esperada del autor; la editó y redacto un prefacio
defendiendo su texto. El cuál se conocería como “el manifiesto romántico” por la fuerte
crítica al clasicismo.

Para Víctor Hugo era anacrónico seguir pensando en las tendencias de la antigüedad
clásica, pues eran obsoletas a las necesidades de su contexto. Para comprobar esta tesis,
Víctor Hugo desarrolla una serie de argumentos; el primero habla de las diferentes épocas
de la poesía; el segundo hace énfasis en la diferencia de la poesía moderna con la antigua;
el tercero de la unidad de tiempo, lugar y acción; el siguiente sobre los tipos de
modelos; el último argumenta la autonomía del arte. Para finalizar, Hugo, realiza una
conclusión acerca del arte literario.

A continuación, desarrollaremos cada argumento propuesto por Víctor Hugo. En el


primero nuestro autor clasifica las edades de la poesía en tres: primitiva, antigua y moderna.
En la edad primitiva, el nacimiento del ser humano era reciente; y como ser pensante se
preguntaba por los fenómenos que le acontecían a su alrededor. Su curiosidad fue plasmada
mediante una combinación perfecta de palabras. El género característico de la primitiva es
la lírica. La obra por excelencia de esta edad es la biblia y Job.

Tras la evolución y el crecimiento de la especia humana nacen naciones. Después


estás naciones tienen conflictos que se convierten en guerras. Dando como resultado el
nacimiento de la poesía antigua. Aquí se reflejaron los problemas bélicos de los países. Sus
protagonistas eran héroes de batalla. El género predominante es la epopeya. El autor por
excelencia es Homero. Existían otros géneros, sin embargo, estos solo imitaban o seguían
con los asuntos homéricos.

La sociedad había evolucionado. Y con ello nace el cristianismo que introdujo al


hombre tres aportaciones: el sentimiento de la melancolía, la dualidad cuerpo-alma y la
verdad. El cristianismo, además, se encargó de asesinar a la antigüedad y con ello dar
origen a la poesía moderna. En la poesía moderna se pone en manifiesto al hombre de carne
y hueso y su realidad. El género principal es el drama y su autor es William Shakespeare.
La diferencia entre la edad antigua y la moderna es la implantación de lo grotesco.

Si bien en la edad antigua se vislumbraba lo grotesco, hacían todo lo posible por


ocultarlo. No obstante, la poesía moderna lo revela sin ningún miedo. Hugo resalta que lo
grotesco tiene una función importante en el arte pues hace un contraste. Por lo tanto, lo
sublime brilla más a un lado de lo grotesco. Lo grotesco y lo sublime es una dicotomía que
no puede separarse. En primera parte, porqué si se separan se alejarían de la realidad.
Segundo, si solo hay sublimidad, la obra se vuelve monótona. O si solo está lo grotesco se
puede caer a lo ridículo. Así concluye tanto el primer argumento y segundo.

Para seguir con la siguiente premisa de Víctor Hugo, hay que tomar en cuenta la
nula evolución del teatro francés en el siglo XIX. Todavía las representaciones seguían la
regla de la poética de Aristóteles sobre unidad de tiempo, lugar y acción. Hugo admite que
es inadecuado seguir dicha regla pues la sociedad moderna no cuenta con el paganismo y,
por lo tanto, no piensa de la misma manera en que los griegos lo hacían. Nuestro autor nos
demuestra porque la unidad de lugar ya no debe aplicarse pues el cambio de localización
juega un papel importante; se convierte en un testigo de la acción. También desecha la
unidad de tiempo, pues considera muy forzado encuadrar 24 horas en una obra, cuando se
puede abarcar más tiempo o incluso menos. La unidad que considera importante es la de
acción pues es la única que debe seguir el teatro moderno. Por que la obra debe tomar una
sola trama.

Después de haber explicado esta tercera argumentación, Víctor procede a hablar


sobre los dos tipos de modelos: el primero es el hecho según las reglas y el otro es el que
las reglas se han hecho gracias a este. Hugo recomienda el segundo porque es un modelo
trascendente. El verdadero genio no usa las reglas, sino, su propio talento.

La última demostración para probar su tesis es darle autonomía al arte. Es verdad


que la realidad se ve reflejada en una manifestación artística, sin embargo, el arte no es
igual a la realidad. Una obra, considera nuestro autor, debe acoger su contexto y embellecer
a través de las técnicas o como Hugo dice “tomar el color de temporada”.

La aportación más importante de Víctor Hugo además de romper con los preceptos
clásicos del arte fue poner ´lo grotesco´ en una categoría estética. Ningún otro autor antes
de él había considerado este aspecto como parte de la rama de la filosofía que estudia lo
sensible y lo bello. Por está razón nuestro autor fue muy criticado. Sin embargo, su prefacio
a Cromwell logró repercutir en Francia para que se lograra el surgimiento del romanticismo
pues en ese siglo su país todavía estaba en el clasicismo; donde predominaba el uso de la
razón por debajo de la imaginación. Sin embargo, con este manifiesto romántico se
comenzó a cambiar el paradigma tanto de forma de vida como las artes en Francia del siglo
XIX.

Finalmente, Víctor Hugo aclara que no tiene la intención de crear una nueva
poética. Él tiene el objetivo de romper las reglas para brindar la libertad a los artistas de
seguir su propio talento y no verse limitados por las reglas. Por lo tanto, el prefacio a
Cromwell no es una poética sino un manifiesto romántico.

Bibliografía
Aguirre, M. (1973). El Romanticismo: De Rousseau a Victor Hugo. La Habana: Instituto
Cubano del Libro.
Hugo, V. (1971). Manifiesto Romantico. Barcelona: Península.
Picquer, D. V. (2002). Historia de la crítica literaria. Barcelona: Ariel.

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