Notas Biograficas Julio Menvielle
Notas Biograficas Julio Menvielle
Notas Biograficas Julio Menvielle
Notas biográficas1
Pbro. Dr. Arturo A. Ruiz Freites VE.
1
Publicado en Diálogo, San Rafael (Argentina), nn. 42 y 43, julio y diciembre 2006 (edic. del Verbo
Encarnado). Con algunas correcciones y subtítulos del A. y con su autorización para la ed. on line. Quien
quiera proporcionar más datos que sean de utilidad biográfica, por favor escriba a la dirección e-mail de
esta página.
2
Escribimos esto -que en realidad más recopila y hace tesoro de lo escrito por otros beneméritos-, en la
Solemnidad de Cristo Rey de 2005, a los 100 años del nacimiento del Padre Julio Meinvielle, en vísperas
de la puesta “on line” de la página web dedicada a publicar sus obras.
3
“No resulta fácil escribir sobre la personalidad del Padre Julio Meinvielle y ello por tres motivos:
Primero por la vastedad, diversidad y trascendencia de su pensamiento y de su accionar multifacéticos;
segundo, porque todavía no hay nada escrito sobre su vida y su obra; tercero, porque aún no ha pasado
el tiempo suficiente que haga posible la decantación de su obra faltando así la perspectiva histórica que
se requiere para que pueda ser valorada en toda su dimensión.” (C. BUELA, “Perfil sacerdotal: Padre Julio
Meinvielle”, en Mikael 9 (1975/3), y en C. BUELA, Padre Julio Meinvielle, S. Rafael 1993, 7; cf. C. SACHERI,
en “R. P. Julio Meinvielle. In memoriam”, discurso en la inhumación de sus restos (4/8/1973), en
Ateneísta, número especial en homenaje al P. Julio Meinvielle, 10, y en C. BUELA, Padre Julio Meinvielle,
S. Rafael 1993, 61 –en adelante lo citaremos de aquí-). En modo particular hemos de citar y remitirnos
a los escritos –del editor y otros A.- recogidos en C. BUELA, Padre Julio Meinvielle, S. Rafael 1993; y otros
agregados a la edición on line de esa obra, en el sitio web del autor).
1
I. Exordios del sacerdote y publicista político: un pensador modelado por
la doctrina del Magisterio y Santo Tomás
2
acción cívica, Daniel Rops, Monseñor Luis Billot, Maritain era de los pocos autores
citados en la Concepción Católica de la Política, como indicación bibliográfica
tomista acerca de la universalidad de la esencia del hombre, principio de
inteligibilidad del mismo9; pero había acontecido el quiebre político del
pensamiento de Maritain, en 1929-1930, en ocasión de la desgraciada condena y
excomunión de L’Action française de Charles Maurras10, en cuyas filas
intelectuales Maritain, convertido al catolicismo y al tomismo, había militado por
quince años.
La autoridad de Jacques Maritain entre los católicos en general, y entre los tomistas
en particular, no tiene necesidad de ser señalada. Pero es preciso decir que en
Argentina esta autoridad era particularmente sentida, porque el filósofo francés
había publicado allí a partir de 1928, una serie de artículos en distintas revistas, y en
1936 se hizo presente allí para dictar un ciclo de conferencias. Y es justamente
durante esta visita que se habían tenido claras señales de la hostilidad de algunos
círculos católicos argentinos hacia Maritain, a causa de la actitud que él había
asumido frente a la guerra civil española 11. Ya en aquel momento Meinvielle se
cuenta entre sus opositores; pero la polémica se enciende más tarde, sobre
argumentos más estrictamente teoréticos.12
u otro frente de la Guerra Civil Española. Es el momento en que César Pico y el Pbro. Julio Meinvielle
manifiestan su disconformidad con algunas tesis particulares de Maritain.» (MONS. G. P. BLANCO, en la
bendición del edificio "Santa María de los Buenos Aires" de la Pontificia Universidad Católica Argentina,
Buenos Aires, 8/12/1998).
9
Cita Maritain, Introduction générale a la philosophie, 1930, pág. 149s., en Concepción Católica de la
Política, Buenos Aires 19412, 176.
10
La condena de L’Action Française por parte de Pío XI ocasionó la famosa protesta ante el pontífice del
Cardenal Louis Billot, renunciando al capelo cardenalicio. En 1939, muy tarde ya para Francia, Pío XII
levantaría la condena y la excomunión.
11
A. CATURELLI alude a un desagradable episodio sucedido durante la visita de Maritain a Argentina,
debido a la oposición a sus ideas de parte de un grupo de católicos de Córdoba. Cf. A. CATURELLI, La
filosofía en la Argentina actual, Buenos Aires 1971, 238.
12
S. SARTI, “P. Julio Meinvielle”, en C. BUELA, Padre Julio Meinvielle, ed. on line.
3
hacer mal a la cabeza”. Qué hubiera sido del Padre Julio, si se hubiera atenido a
tales consejos...13
13
C. SACHERI, “R. P. Julio Meinvielle” 62.
14
29 jun. 1914: “principia et maiora Thomae Aquinatis pronuntiata sancte teneantur”, indicaba allí el
santo Pontífice.
15
Congregación de los Estudios, declaración del 7 de marzo 1916, AAS 8 (1916) 157; cf. BENEDICTO XV,
carta Quod de fovenda del 19 de marzo 1917 al superior general de los jesuítas W. Ledóchowski, Acta
Romana S.I. 9 (1927) 318s.; ZKTh 42 (1918) 206 (cf. DSH com. introd. al Decr. S. CGR. Studiorum, 27
Iul. 1914).
16
1 de agosto de 1922, AAS 14 (1922) 449-459.
17
DSH 3665.
4
Política que tanto se remite al Magisterio y a Santo Tomás, cita el joven
Meinvielle la Studiorum Ducem:
…De ahí esos magníficos capítulos que se encuentran en la segunda parte de la
Suma Teológica sobre el poder legítimo en la ciudad o en la nación, sobre el derecho
natural y sobre el derecho de gentes; sobre la paz y sobre la guerra; sobre las leyes
y sobre la obediencia; sobre el deber de velar por el bien de los particulares y por la
prosperidad pública; y esto tanto en el orden sobrenatural como en el natural.
Cuando estos principios sean religiosa e inviolablemente observados en la vida
privada, en la vida pública y en las relaciones mutuas de las naciones, nada faltará
para disfrutar de la paz de Cristo en el reino de Cristo, que tan impacientemente
desea todo el mundo. Es por tanto deseable que se tengan muy en cuenta las
enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, especialmente sobre el Derecho de Gentes y
sobre las leyes que regulan las relaciones internacionales, porque allí se encuentran
las bases de la verdadera Sociedad de las Naciones.
5
haber despertado su ánimo joven y cristiano al interés, la búsqueda y el amor por
la verdad del orden político y social cristiano, siguiendo la luz del Magisterio.
CONCEPCIÓN CATÓLICA DE LA POLÍTICA es un libro cuya trascendencia no se ha medido
justamente. Su aparición en 1932 se produjo en un clima singular de la vida
argentina. Tras las décadas de prosperidad económica que coincidieron
accidentalmente con el apogeo de la doctrina liberal, el país se encontró de pronto
con que formaba parte de ese mundo cuyos problemas parecían de imposible
contagio por sobre los océanos. La sólida formación cristiana de nuestra sociedad
había conservado hasta entonces la cohesión del cuerpo político y de las buenas
costumbres. Pero la educación positivista y escéptica tenia ya corroídos los principios
fundamentales de convivencia que los argentinos no nos habíamos interesado por
profundizar.
El liberalismo había inculcado una actitud revolucionaria creando la falsa disyuntiva
entre libertad ilimitada y autoridad absoluta. Fracasada la primera opción, se abría el
rumbo del despotismo, tan anticristiano como aquélla.
(…)
Aún separado de su contexto temporal, CONCEPCIÓN CATÓLICA DE LA POLÍTICA señalaría
un suceso memorable en el pensamiento argentino. Por lo demás tan poco fecundo.
Pero su oportunidad, factor que siempre caracterizó a los escritos del Padre
Meinvielle, le agrega mayores méritos. La profundidad unida a la llaneza de estilo
permitió a una generación comprender que el reconocimiento de los derechos de
Dios sobre la ciudad es el único camino para que la soberanía no perturbe las
relaciones internacionales ni se incline ante cosmopolitismos enfermizos, para que la
libertad goce plena vigencia sin degenerar en anarquía, y para que la autoridad esté
revestida de firmeza sin aplastar a los ciudadanos.
En sus demostraciones tan racionales, la obra eleva el espíritu del lector hasta el
concepto de Cristiandad, la comunidad política puesta bajo el reinado de Dios como
prenda única del bien común. No es esto una utopía más, sino el resultado necesario
de la especulación filosófico-teológica y de la experiencia histórica.19
6
las materias del año siguiente, anticipándose. Será siempre en él un eminente
ejercicio de una inteligencia y prudencia superior, ese anticiparse. Desde el inicio
fue tomista, no obstante la corriente dominante del jesuitismo suareciano, en la
cual por el contrario parece haber estado –según se cuenta-, en conformidad con
la enseñanza “oficial” del Seminario y sus profesores, el entonces seminarista
Octavio Nicolás Derisi, quien muy posiblemente debe su conversión al tomismo
en los inicios de su sacerdocio a Meinvielle, de quien siempre fue amigo. Juntos
fundarían un día la Sociedad Tomista Argentina, y Derisi la Universidad Católica
Argentina (UCA). Dirá mucho después uno de sus compañeros de entonces que
Meinvielle en cincuenta años de vida intelectual jamás cambió de línea. La Verdad
nunca estuvo en él sujeta o sometida a humana prudencia, diplomacia o
compromisos; es con las virtudes intelectuales, sabiduría, inteligencia, ciencia,
con que se sujeta el hombre a la verdad, se adecua cuanto puede a la realidad tal
cual es, y es la Verdad la que ilumina luego con la sabiduría superior el obrar
prudencial, que a la Verdad se sujeta y sirve. Y así fue Meinvielle, y por eso fue
hombre de la Verdad, y de la verdadera prudencia y caridad.
7
II. Un párroco con iniciativas, de pastoral novedosa e incisiva
8
Fundó las Conferencias Vicentinas “para seguir el lema: pobre entre los
pobres, ayudemos a los más necesitados”25, el Círculo Católico de Obreros, donde
“forma en profundidad a los hombres que ansían trabajar en la vida sindical, dentro
de una concepción católica de la economía”26. En 1934, año señalado y bendito en
la historia Argentina por el extraordinario evento del Congreso Eucarístico de
Buenos Aires, creó las ramas de la Acción Católica e intervino en la organización
de la Acción Católica argentina, y fundó el primer centro, el n° 1, de la Juventud
Obrera Católica (JOC) “que trae una savia nueva al tronco siempre florecido de la
Iglesia”27. “Su predilección fueron los jóvenes” 28, y así fruto de su infatigable
iniciativa apostólica, a partir de los campamentos juveniles parroquiales, fundó–
con otros contemporáneos- la Unión de Scouts Católicos Argentinos (USCA)29, de
la que es su primer secretario, reconocida por el Cardenal Copello, entonces
obispo primado de la Argentina, el 7 de abril de 1937. Será la de su parroquia la
Agrupación N° 1.
Sus scouts de Versailles no pueden olvidar su estampa en campamento, con su
guardapolvo negro, revolviendo la polenta y cuidando que nο se pasasen los fideos.
¡Cocinaba para todos! Todos recuerdan con gran cariño a ese gran hombre que
sacrificaba su descanso para que ellos, de hogares humildes, disfrutasen de
vacaciones. En un comienzo, él mismo enseñaba a los lobatos a hacer nudos.30
25
Á. TACCHELA “Palabras de un feligrés” 65.
26
Á. TACCHELA “Palabras de un feligrés” 65.
27
Á. TACCHELA “Palabras de un feligrés” 66.
28
Á. TACCHELA “Palabras de un feligrés” 66.
29
El Padre Julio Meinvielle empieza a organizar campamentos de jóvenes en su parroquia, ejemplo que
siguen otros sacerdotes católicos. Todos esos esfuerzos se aúnan el 7 de abril de 1937 cuando el
cardenal Copello, entonces obispo primado de la Argentina reconoce la Creación de la Unión Scouts
Católicos Argentinos, siendo su presidente el Gral. Ezequiel Pereyra, sus vices el contralmirante Osvaldo
Repetto y el Dr. Ernesto Padilla (h), secretario el padre Julio Meinvielle y prosecretario el Dr. Alfonso
Rafaelli.» (Historia del Scoutismo en Argentina). Se puede leer con provecho y edificación el libro de
FABIÁN GONZÁLEZ ARBAS, Los Scouts de Meinvielle. Historia de la Agrupación no. 1 Ntra. Sra. de La Salud ,
Buenos Aires 2001.
30
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande”, Conferencia pronunciada en la Capilla de “Ntra. Sra. de la
Merced”, el 2 de agosto de 1976, tercer aniversario de la muerte del R. P. Dr. Julio Meinvielle. Publicada
en revista Verbo, nº 196, setiembre 1979; en C. BUELA, O. C., 28.
9
práctica de remo, natación y pesca. ¡Y pensar que comenzó con 450 pesos que pidió
prestado a los vicentinos!31
(…)Así como hay que leer todos sus libros para conocer bien sus pensamientos, se
requeriría ir a Versailles y hablar con la gente que lo conoció, ayudó y acompañó,
ver el monumental Templo Parroquial, el no menos monumental Ateneo Popular,
para conocer su vida. Obras así no se hacen con opiniones...36
31
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 19.
32
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 18.
33
Á. TACCHELA “Palabras de un feligrés” 65.
34
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 28.
35
Á. TACCHELA “Palabras de un feligrés” 66.
36
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 19.
10
Allí se recuerda con una placa alusiva que se encuentra en el atrio de la
Iglesia a quien fuera primer párroco y sobre todo primero en ejemplo de vida y
dedicación a los demás.
11
III. Otros escritos de la primera época: maestro de los principios y del
discernimiento político, atento a los tiempos
El año 1937 desarrolla una gran actividad editorial, ante los problemas que
estremecen el mundo en los prolegómenos de la Segunda Guerra mundial,
cuando se agitan en antagonismos ambiciosos los totalitarismos de diverso signo
e ideología, el democratismo y capitalismo liberal, la plutocracia judía
internacional, los odios del racismo, los humanismos y súper-humanismos
antirreligiosos. Así nacen de su pluma: El judío, publicación de la Asociación de
37
C. SACHERI, “R. P. Julio Meinvielle” 61-62.
12
los Jóvenes de la Acción Católica, Buenos Aires 1937 38; Los tres pueblos bíblicos
en su lucha por la dominación del mundo; Entre la Iglesia y el Reich; Un juicio
católico sobre los problemas nuevos de la política. En esta última obra se hace
nuevamente la exposición de una fundamentación de la Cristiandad o Ciudad
Católica en el orden ontológico y antropológico cristiano de las “cuatro
formalidades” o dimensiones del hombre, entitativa, sensible, racional y de vida
sobrenatural de la gracia y su dimensión o proyección social, que ya había sido
sumariamente enseñado en el epílogo de Concepción Católica de la Política, ahora
aplicado a la praxis política cristiana y a su antagonista, el proceso revolucionario
donde las formalidades se subvierten. Así el “juicio” histórico discierne las etapas
del proceso revolucionario de apostasía que ha sufrido y sufre el mundo desde la
caída de la Cristiandad medieval. Esto será siempre en adelante una clave,
presente en muchas de sus obras 39, que permitirá a Meinvielle hacer discernir la
falsedad del “mito del Progreso” y del “mundo moderno” de lo que es el
verdadero, el auténtico progreso, juzgado según el recto orden humano y
cristiano. Y así podrá juzgar la falsedad del intento del cristianismo liberal que
intenta aceptar en una “nueva cristiandad”, como “progreso” social el resultado
del proceso de apostasías revolucionarias, en una falaz connivencia.
Meinvielle era un hombre vertical, un hombre de Dios, un hombre movido por Dios
y por sus dones. La grandeza, la majestad, soberanía y trascendencia de Dios
conculcadas por el proyecto de autonomía inmanentista que caracteriza el
pensamiento moderno fue lo que lo llevó a luchar denodada y apasionadamente en
pro de la filosofía perenne y de la cultura cristiana durante más de cuarenta años,
sin otro temor que el santo temor de Dios. Toda la labor intelectual fue, en él, la
38
Con sucesivas ediciones: en 1940; en la 3ª edición y en adelante completado y titulado: El judío en el
misterio de la historia, 1959, 1963, 1975, 1982. Publicado en francés: Le judaisme dans le mystère de
l'Histoire, Ed. Ste. Jeanne d'Arc, Pays Fort 1985.
39
Por ejemplo en El comunismo en la Revolución anticristiana; en En torno al progresismo cristiano, etc.
13
expresión de su espíritu religioso. ¿No resplandece acaso en su producción literaria
-más de una veintena de libros- el don de la sabiduría?40
“... la Iglesia y el mundo están en definitiva gobernados por Dios. La Providencia
permite el mal en vista de un mayor bien y, sobre todo, del bien de los elegidos.
La historia tiene su razón de ser a causa de Jesucristo y de su Cuerpo Místico. Por
esto, el momento presente de la Iglesia y del mundo hay que mirarlo con ojos
sobrenaturales”41. No era sino esta mirada contemplativa, fraguada en la oración,
lo que le permitía discernir con claridad: “Lo esencial es nuestra adhesión a
Jesucristo. A Jesucristo el de siempre. Que no es ni pre-conciliar ni post-conciliar.
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Heb. 13, 8)” 42.43
40
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 8.
41
El progresismo cristiano, 134.
42
Id.
43
C. BUELA, “Riqueza multiforme de una vida sacerdotal” en O. C., 54.
44
C. SACHERI, “R. P. Julio Meinvielle” 63.
14
pero Antigua, y rechazando su orden a la Nueva y por tanto quedándose en la
figura, “mortua et mortifera” terrenal, y en los preceptos humanos de la letra que
mata del rabinismo, es lo que teológica o políticamente es el judaísmo45. Detrás
del paganismo y del judaísmo, de la ley natural y antigua inficionadas por la ley
del pecado, ley de la carne y de la muerte, está el demonio, propulsor de la
autonomía humana respecto a Dios, desde aquél original “seréis como dioses”
junto al árbol de la ciencia del bien y del mal, tentando al hombre para que se
apropie el ser autor de su ley. Un día será el Anticristo el culmen de esa malicia
humana (2 Tes. 2, 8-11), con el aumento de la iniquidad en los hombres y el
enfriamiento de la caridad46.
Y están los que se mueven según la ley divina y positiva de la gracia y del
Evangelio, existencialmente la única salvífica y redentora, si bien distinta de la ley
de naturaleza, la única que impide la tendencia corruptora de la ley del pecado de
la que la naturaleza está inficionada, y así sanante y elevante la ley de
naturaleza, que así sólo es sana y ordenada en el orden superior de la gracia,
constituyen el cristianismo, que tiende así a informar el orden natural en la
Cristiandad. No hay otras leyes ni otros estados existenciales que expliquen la
conducta y el entrecruzarse de las voluntades humanas en la acción política. Y en
definitiva toda la historia y el quehacer humano se ordena a la realidad de la
salvación de los que hayan de salvarse, a la Jerusalén celestial, al triunfo final de
Cristo y de los redimidos por Cristo. Mientras, sabedores de que “las puertas del
infierno no prevalecerán contra ella” (Mt. 16, 18), contra la Iglesia, los cristianos
han de convivir con el pueblo pagano y el judaico en pugna histórica, que es en el
fondo bíblica y metapolítica 47; la Cristiandad en persecución o en esplendor en
contraste con Babel. Pero habrá de darse una plenitud cristiana, “la plenitud de
45
Y así toma distancia del antisemitismo o de cualquier racismo, no se trata de eso, basta leer sus
obras.
46
Cf. Los tres pueblos bíblicos en su lucha por la dominación del mundo, Adsum, Buenos Aires 1937,
77s.; cita Meinvielle la encíclica E Supremi de Pío X y Miserentissimus Redemptor de Pío XI.
47
Los tres pueblos bíblicos en su lucha por la dominación del mundo, Adsum, Buenos Aires 1937, 9.
15
los pueblos de que habla el Apóstol (Rom. XI, 25)” 48. Leemos en la Introducción a
la Concepción Católica de la Política 49:
El hombre sobrenatural, u hombre católico, es un hombre de vida nueva, (San
Pablo, romanos VI, 4) con operaciones nuevas porque todas sus operaciones están
divinizadas, como lo está su naturaleza de hombre.
Sin la inteligencia de este misterio, todo es absolutamente absurdo en el catolicismo,
porque cuanto en él hay recibe sentido de este misterio de vida que significa y
opera. (…)
El hombre católico no es hombre y, además, católico, como si lo católico fuese algo
separado de su cualidad de hombre o de padre de familia, artista, economista,
político. El hombre católico es una unidad. Cuanto de hombre y de actividad hay en
él, debe ser católico; esto es, adaptado a las exigencias de su fe y caridad cristianas.
El Verbo asumió toda la humanidad, excepto el pecado; la vida católica debe asumir
y sobreelevar toda la vida humana, excepto las corrupciones de su debilidad.
La política es una actividad moral que nace naturalmente de las exigencias humanas
en su vida terrestre. De ahí que tanto la ciencia política que legisla las condiciones
esenciales de la ciudad terrestre como la prudencia política que determina las
acciones que convienen a ciertas circunstancias concretas, para el logro de
determinados fines políticos, deban ajustarse a la vida sobrenatural. De suyo se
desenvuelven en un dominio puramente humano con una autonomía de acción
regulada por la razón; pero todo ese orden está sobreelevado en la economía
presente, al fin sobrenatural que Dios ha asignado al hombre.
Esta subordinación no es puramente extrínseca como si la política se refiriese a un
fin superior sin renovarse en su interior; debe tender positivamente a la realización
de un fin sobrenatural, pues importa una renovación interior, una regulación nueva.
Porque la política, aun quedando en el orden de las realizaciones temporales, debe
disponer de medios superiores a los de la naturaleza en el estado de sus exigencias
puras. La política cristiana es, pues, de un valor humano nuevo y superior al de la
política simplemente tal.
El católico, como católico, debe ajustar su vida política a las exigencias de su recta
razón, iluminada por la fe. Para ello necesita conocer reflexivamente las exigencias
de su fe en su actividad de miembro de la colectividad.
48
Los tres pueblos bíblicos…, Adsum, Buenos Aires 1937, 98.
49
Ed. 19412, 11-13.
16
Por esto, sometiéndonos con humildad a esta sabiduría de los primeros principios,
que Santo Tomás poseyó en alto grado, y bajo esa luz, enfocando los hechos que
registra la observación, intentaremos este estudio de la política…50
50
Concepción Católica de la Política, Buenos Aires 19412, 15s.
51
Es el gran tema desarrollado en El judío en el misterio de la historia.
52
En la ediciones de CCP posteriores a la 2ª. de 1941, aclarará: “aquí no censuramos a Charles
Maurras, sino sólo a algunos de sus discípulos, por cuanto creemos que el pensamiento del mismo
Maurras es indemne de toda censura. (N. del A.)”, en ed. 4ª., Dictio, Buenos Aires 1974, 25, n.1.
53
Concepción Católica de la Política, Buenos Aires 19412, 26s., y nota 1 ibi.
17
IV. La controversia contra el liberalismo cristiano del “Humanismo
integral” de Maritain
54
Cf. para lo que sigue la presentación on line de De Lamennais a Maritain en este mismo sitio web.
55
Traducción del padre HERVÉ LE LAY (sacerdote francés benemérito que ejerció su ministerio en
Argentina): Abbé Jules Meinvielle, De Lamennais a Maritain (La Cité Catholique, Paris, 1956) -habiendo
aparecido antes en artículos sucesivos de los nn. 61 a 71 de Verbe-. En italiano, E. INNOCENTI ha editado
la primer obra del P. Julio Meinvielle, bajo el el título Il cedimento dei cattolici al liberalismo, con algunos
apéndices que contienen artículos de otros autores.
56
2 vols. Paris 1939.
57
Éd. de l’Université Laval, Québec; ed. Fides, Montréal Canadá, 1943, publicado también en
español.: CH. DE KONINCK, De la primacía del Bien Común contra los personalistas. El principio del
orden nuevo, Ed. Cultura hispánica, Madrid 1952, con una nota preliminar de Leopoldo Palacios.
58
Rialp, Madrid 19511, 19522, 19533.
59
Pernambuco 1941.
18
En la polémica entablada intervino, ante la obra de Charles de Koninck,
TH. ESCHMANN OP, “In Defense of Jacques Maritain” 60. Charles de Koninck
respondió a su vez con un famoso y largo artículo, “In Defence of Saint Thomas:
A Reply to Father Eschmann’s Attack on the Primacy of the Common Good” 61.
Maritain mismo, que había insistido en sus posturas y reafirmado su
democratismo liberal entre otros lugares en Cristianismo y democracia (194362),
respondió, ligeramente y sin conocer todavía esta segunda y definitiva
intervención de De Koninck, con La personne et le Bien Commun 63, pretendiendo
ser acusado de cosas que no sostenía, o de interpretaciones falsas de sus
posturas64, pero no se desdijo. Mas “la obra de De Koninck, compuesta casi
exclusivamente de transcripciones del Aquinate, era, de suyo, irrefutable para un
tomista ortodoxo”65. Y esa última intervención de De Koninck no fué contestada.
60
En The Modern Schoolman (Saint Louis University, may, 1945) nº22, 183-208.
61
En Laval Théologique et Philosophique 1945, vol. I, núm. 2 (Ed. de l’universitè Laval, Québec,
Canadá) 9-109.
62
1ª. edic. castellana en 1944.
63
Desclée de Brouwer, Bruselas, 1946.
64
Cf. La Persona y el Bien Común, Buenos Aires 1968, 11-13; 18, nota 7; publica allí una conferencia
dada en Roma el año anterior.
65
E. DÍAZ ARAUJO, Maritain y la cristiandad liberal, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza 1999, 64.
66
Varios reunidos en el volumen póstumo El progresismo cristiano, Buenos Aires 1983.
19
V. Incansable apostolado intelectual; gran propulsor del tomismo en
Argentina
67
“Estas revistas tenían una notable estética fruto de la pulcritud tipográfica y los dibujos de Francisco
Fornieles y Juan Antonio Spotorno. Las editoriales de Balcón fueron confiadas por el P. Meinvielle a
Máximo Etchecopar” (del sitio web “tomistas/meinvielle”).
68
De la Cábala al Progresismo, Ed. Calchaquí, Salta, 1970, 201.
69
Ibid. 457.
70
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 13.
71
La primera junta directiva la formaban el jurista Tomás Casares como presidente, el entonces
canónigo Octavio Nicolás Derisi y el filósofo Nimio de Anquín como vicepresidentes, y el presbítero Julio
Meinvielle como secretario.
20
una formación cultural fuerte y que se defina frente a la cultura moderna, ha
estado en posición paralizante. De aquí que haya carecido, salvo contadas
excepciones, de eficacia para influir culturalmente...” 72 Por ello es triple la tarea a
realizar: “Ya no puede caber un tomismo vulgarizado, de manual. Hay que conocer
en sus fuentes la filosofía de Santo Tomás, conocer los vastos sectores de la
ciencia moderna y aplicar aquel saber filosófico a iluminar esta ciencia que crece
incesantemente... Ahora se hace necesario beber el tomismo directamente en el
mismo Santo Tomás73.
72
Desintegración de la Argentina y una falsa integración, conferencia en la Ciudad de Córdoba, 1° de
diciembre de 1972, pág. 4.
73
Estudios teológicos y filosóficos, Año I, Tomo I, n° 1, Estudio dominicano, Buenos Aires, 1959, pág.
98. Ambos textos cit. por C. BUELA, “Riqueza multiforme…” 56.
74
Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía, Argentina, Marzo-Abril 1949, sección Filosofía del
derecho y la política, XI, 1898- 1907.
21
A través de una intensa actividad de conferencias, artículos, clases y
reuniones formativas, el padre Julio Meinvielle ejerce en esos años un fecundo
apostolado de formación e iluminación y consejo en el laicado católico argentino.
Promueve activamente el intercambio cultural con el exterior, y así entre otras
personalidades hará venir para una serie de conferencias en 1954 al profesor
Michele F. Sciacca75.
75
Cf. S. SARTI, “P. Julio Meinvielle”, en loc. cit.
22
VI. Vigía alerta de la política argentina; estudio y denuncia del marxismo
y de su peligrosa infiltración en la Nación
23
sacrificaría en la muela del materialismo histórico revolucionario la mayor
cantidad de víctimas y de mártires que ha conocido jamás la historia humana.
Después de la Segunda Guerra Mundial el comunismo se ha apoderado de la
mitad del mundo y amenaza la otra mitad, bajo la égida de un liberalismo
capitalista que fue su aliado y cómplice, y que en tantos lugares le prepara el
camino creando las condiciones de la dialéctica, como estaba pasando en Cuba,
en Vietnam…. En esos años de la “guerra fría”, de las oscilaciones entre el
estalinismo y Kruschev, la “Iglesia del silencio” y como dijo alguno, la Iglesia y el
Occidente “de los sordos”, cuando peligra Italia oscilando con el comunismo
cultural gramsciano, con la amenaza del “sorpasso” del “partito comunista”, y con
el “compromesso storico” democristiano-comunista, y en medio de tantas otras
circunstancias por el estilo, escribe: De la aceptación del comunismo, en virtud del
sentido de la historia (1954), El comunismo en la revolución anticristiana (1961),
El poder destructivo de la dialéctica comunista (1962).
En muchas cosas fue precursor, un visionario. (…). Así como cuando habló de que
EE.UU. se iba a unir con China varios años antes de que eso se viera claro 77; así
como cuando denunció los planes de Gelbard, adelantándose al desastre de la
famosa “inflación cero”78; así como cuando afirmaba que “el progresismo está en
todas partes, liquidando a la Iglesia” y “será una de las formas esotéricas en que
se rinda a Satán el culto igualitario de la religión universal” 79, no haciendo más que
anticiparse a lo que luego el Papa señalaría: “Ha entrado en la Iglesia el humo de
Satanás”; así como cuando hablaba del Gobierno mundial y la sinarquía 80; así
como cuando, ya 1949, advertía del peligro del “nacionalismo marxista” 81, etc.
Sabía estar alto en su atalaya para otear todo el horizonte de los sucesos. No se
encandilaba por lo anecdótico y circunstancial, como cuando se nos quiere hacer
creer que las cosas de la Iglesia van mejor, mientras observamos que los países de
la cristiandad van cayendo en el marxismo como higos maduros, uno tras otro. 82
Debo hacer notar ahora -1993- que el P. Julio no siendo para nada ingenuo acerca
de la perversidad intrínseca del comunismo vislumbraba, sin embargo, su fin, así
habla en “El Comunismo en la Revolución anticristiana” del: “Carácter efímero del
comunismo... la (etapa) comunista no ha de alcanzar largos años... parece estar en
estado de liquidación. Es demasiado “contra naturam” para que pueda afianzarse”
(p. 131). La “apostasía... alcanza su desenlace... parece ya llegar a su término. Y
con ella el comunismo” (p. 133). “Pareciera que el mundo estuviera a punto de
querer vomitar algo que no ha podido asimilar y que debe expulsar si quiere
alcanzar el destino que tiene señalado” (p. 134). Y decía en Presencia, n° 88, del
Verano 1966-1967: “En vísperas de acontecimientos milenarios... (donde) el
comunismo (ha) de ser barrido de la historia humana en pocos minutos” (p. 1). No
le pasó lo que a muchos “intelectuales” entre ellos, Francis Fukuyama, Saul Bellow e
Irving Kristol, que en su ceguera ideológica no previeron en sus futurologías el
derrumbe del comunismo. Ni lo vio Huntington, ni Brzezinski, ni Kissinger, ni Toffler.
Muchísimo menos nuestros inefables Neustadt y Grondona.83
77
Cf. Presencia, Número especial 88, 1966.
78
Ver El comunismo en la Argentina”, Dictio, Buenos Aires 1974.
79
“Un progresismo vergonzante”, Cruz y Fierro, Buenos Aires 1967, 167.
80
Ver el importante prólogo al libro de PIERRE VIRION: La masonería dentro de la Iglesia, Cruz y Fierro,
Buenos Aires 1968, 9-13; ID., EL GOBIERNO MUNDIAL Y LA CONTRA-IGLESIA, con apéndice del Padre Julio.
81
Política Argentina, Ed. Trafac, p.113 y ss.
82
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 29.
83
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 29, nota 14
24
Meinvielle no deja de atender a su apostolado eminente de formación y
consejo iluminante en los problemas y avatares concretos de la política argentina,
y sigue de cerca los andarivienes que las disputas de corrientes, intereses,
ideologías y partidos originan en la Argentina posterior a la caída de Perón en
1955 y a caballo entre los ’50 y los ’60. Tiene “la polémica del año 1949 en
Presencia sobre el «nacionalismo marxista», que hoy tiene tan lamentable
vigencia”84. Así huele y denuncia la urdimbre que se teje para intentar llevar el
país al comunismo, y que finalmente desembocará en la tragedia nacional de los
años ’70, alcanzando a ver, antes de morir, el comienzo sangriento de la misma.
Así tenemos una serie de conferencias que fueron también publicadas, cuyos
títulos son bastante ilustrativos: La dialéctica de la acción, pronunciada en
Córdoba, 1960; La dialéctica comunista y el 18 de marzo, pronunciada en
Huemul, Buenos Aires, ed. Theoria; La guerra revolucionaria y la revolución
nacional en la Argentina, en Concordia, 27 julio 1962, ed. Theoria/Ed. del Plata/
Huemul Bs. As.; La dialéctica comunista y el peligro de destrucción de las FF.AA.,
Theoria – Huemul, 1962; La reciente crisis militar y el aparato frondizista-
comunista. Reflexiones de Fedrico Bracht, Ed. Huemul; La economía argentina en
la guerra revolucionaria, en Huemul el 7.12.1962; El Comunicado 200, factor
automático de avance del mencheviquismo al bolcheviquismo; el jueves 18 de
abril, en la ciudad de Gualeguay (Entre Rios), conferencia 7ª., publicada por
Huemul, Buenos Aires; Toma bolchevique del poder a través de generales
nasseristas, Corrientes Curuzú Cuatiá 1963; Plan comunista para la inmediata
toma del poder en la Argentina. Reflexiones de Federico Bracht, Buenos Aires,
agosto de 1964. Esas conferencias fueron reeditadas póstumamente bajo el título
El comunismo en Argentina en un volumen de Ediciones Dictio, Buenos Aires
1974, junto a Concepción católica de la política y a Los tres pueblos bíblicos en su
lucha por la dominación del mundo.
84
C. SACHERI, “R. P. Julio Meinvielle” 63.
25
VII. Centinela de la doctrina católica y custodio celoso del bien de las
almas: la denuncia del progresismo
Por el otro lado sale al cruce del intento del progresismo cristiano de
secularizar la Iglesia, la teología y la Cristiandad, y nacen de su fecundidad
intelectual La cosmovisión de Teilhard de Chardin, 1960; Prólogo y Comentarios a
la Pacem in Terris. de Juan XXIII, 1963; La «Ecclesiam Suam» y el progresismo
cristiano, 1964; publicación con su Prefacio a MONS. BRUNO DE SOLAGES,
Postulados doctrinarios del Progresismo,1964. Tres conferencias, recopiladas en
En torno al progresismo cristiano, 1964, aparecieron también en italiano la vigilia
de la última sesión del Concilio Vaticano II, sin indicación de fecha ni lugar en una
85
Conceptos fundamentales de Economía, Eudeba, Bs. As. 1973, p. 155.
86
Un progresismo vergonzante, Cruz y Fierro, Bs. As., 1967, p. 43.
87
Ver por ejemplo, La Iglesia y el Mundo Moderno, Theoría, Bs. As. 1966, 265-275.
88
Apéndice de su libro El Comunismo en la Revolución anticristiana; 2° ed., Theoría, Bs. As. 1964. (Hay
3° ed., Cruz y Fierro, Bs. As. 1974, que no incluye ese apéndice).
89
Pacem in terris. Prólogos y comentarios del P. Julio Meinvielle, Ed. Dalia, Bs. As. 1963.
90
La Ecclesiam suam y el progresismo cristiano, Nuevo Orden, Bs. As. 1964.
91
En Presencia en la hora actual, Cruz y Fierro, Bs. As. 1967, pp. 46-48.
92
Cf. La política actual en torno a la idea de Cristiandad, Patria Grande, Bs. As. 1972.
93
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…”; cf. El progresismo cristiano, pág. 56, cit. por C. BUELA, “Riqueza
multiforme…” 14.
26
serie de artículos publicados por la revista Relazioni, y por la misma luego
editados en un librito de edizioni Mediterranee 94.
94
La traducción en italiano ha sido revisada y puesta on line desde 2002 por Totus tuus network.
95
Ver La Nación del 11 de dic. de 1967, artículo publicado a modo de cap. XIV en El Progresismo
Cristiano, Buenos Aires 1983, 229-232.
96
Hoy Cardenal, archivista y bibliotecario emérito de la Santa Iglesia.
27
dónde sacó el dato, hasta que Wojtyla cinco años después de muerto el padre
Julio, se asomara al balcón de San Pedro in Vaticano con la investidura del
sucesor de Pedro, como el “Papa venuto da lontano”. Quizás, dicen las fuentes 97,
habría sabido de Wojtyla por su amigo monseñor Derisi, que como obispo que
era, se sentaba en los encuentros de la Sociedad Internacional tomista junto al
también obispo Wojtyla.
28
Iglesia”: la gnosis monista-panteísta de la Cábala judaica que a través del
proceso de inmanentización de las filosofías modernas, la revolución anticristiana
y las ideologías ha penetrado en muchos teólogos católicos, como Teilhard,
Rahner, Schillebeeckx, etc.: De la Cábala al progresismo, (1970)103. Se puede
decir que a los principios de antropología teológica, de moral y metafísica que
desde el comienzo fueron los principios de su juicio político y de la realidad toda,
se expresa aquí en plenitud madura el principio metafísico y gnoseológico de la
contraposición entre el principio primero del pensar, el de no-contradicción, y su
negación gnóstica; de la contraposición entre el pensar la realidad como es, con
su distinción real de Creador y creatura, o su negación monista y panteísta, de un
Absoluto que es al mismo tiempo nada, la nada de la negación de todo otro ser
participado, sacrificado en la dialéctica histórica y evolutiva que pone su
apariencia en una tesis y luego lo niega en la antítesis, hacia la síntesis negadora
de toda distinción real, que confunde finalmente -y satánicamente- el todo y la
nada. No es otra cosa el progresismo, en su raíz profunda, que un intento de
interpretación gnóstica o monista del cristianismo, y por ello, “humo de Satanás”
que aniquila la teología y el cristianismo, y el hombre, y la salvación. Y eso se
celaba detrás de los “pueblos bíblicos” pagano y judaico, perversiones del orden
de la mera ley natural y del pueblo de Israel de la antigua Ley. El progresismo es
un asalto a la Iglesia, al pueblo cristiano, a la Cristiandad.
Su profundo sentido de la realidad de las cosas y respeto por las esencias hace que
distinga, denuncie y refute los principales errores progresistas. Estos errores lo
llevan a decir: “que está en movimiento y gestación dentro de la Iglesia Católica
Romana una nueva religión, sustancialmente diversa de la que dejó Cristo, y que
adquieren los caracteres de una gnosis pagana y cabalística perfectamente
configurada”104.105
Del Padre Julio Meinvielle, viene a la mente lo que decía Gilbert Keith Chesterton
sobre Santo Tomás de Aquino: “pensaba pugnativamente...(lo cual) no quiere
decir amarga o despectivamente, sin caridad, sino combativamente”. Al igual que
Santo Tomás, de quien se sabía deudor, el Padre Julio pensaba pugnativamente,
103
Reeditado por Ediciones Epheta, Buenos Aires 1994; publicado en francés: De la Cabale au
Progressisme, 369 págs.; en italiano: Influsso dello gnosticismo ebraico in ambiente cristiano, Roma
1988; Dalla Cabala al progressismo, Roma 1989. 2ª ed. italiana integrata fuori commercio, a cura di E.
Innocenti, Roma 1995.
104
J. MEINVIELLE, De la Cábala al Progresismo, Calchaquí, Salta 1970, 325, subrayado por el A.
105
C. BUELA, “Julio Meinvielle y las esencias”, en Verbo, nº 185, Agosto, 1978; y en C. BUELA, o. c., 36.
29
como a todas luces es evidente. (El talentoso Cornelio Fabro admiraba su “vis”
polémica). Sostiene Ramiro de Maetzu que: “La cultura es polémica. No sé de
ninguna obra ni de ninguna vida que haya marcado huella en la historia de la
cultura que no haya sido obra y vida de polémicas”. Solía decir el Padre Julio:
“Luchar es una gracia”.106
Y este luchar era soberanamente prudente, claro que no con la prudencia de la
carne, como cuando aquel artículo inmortal: “¿Puede un comunista ser presidente?”,
como cuando desenmascaró a los generales naseristas, como cuando esperó más de
seis meses con la edición ya impresa de su libro “De la Cábala al progresismo” antes
de largarlo al mercado, esperando la ocasión propicia.107
106
C. BUELA, Prólogo a J. MEINVIELLE, El Progresismo cristiano, Cruz y Fierro, Buenos Aires 1983;
publicado también en C. Buela, Padre Julio Meinvielle 47.
107
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 28.
108
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 8.
109
C. SACHERI, “R. P. Julio Meinvielle” 63.
30
VIII. Estilo sacerdotal: “la Verdad os hará libres” (Jn 8,32)
La vida del padre Meinvielle se consumió así dando luz en ese prioritario
apostolado intelectual, defendiendo sobre todo el Orden social y político cristiano,
el ideal irrenunciable en la Evangelización, de la Cristiandad.
el apostolado de la “iluminación de las inteligencias” constituyó la dedicación más
sobresaliente del Padre. Es autor de más de 21 libros “que no morirán fácilmente”,
como dijo el P. Leonardo Castellani en una conferencia. Colaborador de Criterio,
Cruzada y Universitas (en sus primeras épocas), de Sol y Luna, La Fronda,
Itinerarium, Ars, La Nueva República, Ortodoxia, Sapientia, Ulises, Anfiteatro, Verbo,
Jauja, Azul y Blanco, Tiempo Político, Estudios Filosóficos y Teológicos, Cabildo,
últimamente en MIKAEL (n° 2) y en sinnúmero de publicaciones extranjeras;
fundador de periódicos: Nuestro Tiempo, Balcón, Presencia (1945-1956 y 1962/3, n°
especial 1966), Diálogo (1954-55); fundador del Colegio de Estudios Universitarios;
conferencista en Córdoba, Rosario, Corrientes, Concordia, Gualeguay, Curuzú-
Cuatiá, Buenos Aires, Madrid, México, Santiago de Chile, etc.110
110
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 18.
111
Prólogo –escrito para la 3ª. ed., en 1974- a El Comunismo en la Revolución anticristiana, Cruz y
Fierro, Buenos Aires 19824, 9; C. SACHERI, “R. P. Julio Meinvielle” 61. Citadas en C. BUELA, “Julio
Meinvielle y las esencias” y en “Riqueza multiforme de una vida sacerdotal”.
112
A. BUELA, “Un juicio sobre Meinvielle”, en C. BUELA, O. C., ed. on line.
31
La filosofía tomista, la persona, la política, la economía, la política nacional, el
comunismo, la Iglesia, se articulan en un único haz de pensamiento en Julio
Meinvielle, pensador polémico cuyas batallas no son mera lucha, sino lucha pensada,
dinámicamente doctrinal.113
113
A. CATURELLI, La filosofía, 238, cit. por S. SARTI, “P. Julio Meinvielle”, en loc. cit.
114
C. BUELA, “Julio Meinvielle y las esencias” 34.
115
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 25.
32
el P. Meinvielle lo puso de vuelta y media al Obispo que defendía a unο de los
sacerdotes de su Diócesis, que fue uno de los que más daño causó a la Iglesia y a la
Patria, que llegó posteriormente, incluso, a escribir libros heréticos. Buscando
excusarle argumentó que el sacerdote en cuestión rezaba, a lo que pronto cayó la
respuesta: “Tonto, ¿no sabés que los herejes también rezan?”.
116
C. BUELA, “Julio Meinvielle y las esencias” 34.
117
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 25.
118
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 28.
33
Desde el púlpito era el trovador que cantaba las proezas de Dios y era el profeta
que fustigaba, al mismo tiempo, a los enemigos de Dios, proclamando verdades de
a puño. “...el Sacerdocio Católico es eminentemente sobrenatural... Esta idea,...,
que es elemental en la doctrina cristiana, sabéis que hoy es gravemente alterada.
Alterada no solamente entre nosotros, sino alterada en toda la Iglesia Universal,
porque no faltan herejes, encumbrados en altos puestos, aun dentro de la Iglesia,
que nos quieren dar otra imagen del sacerdocio, una imagen distinta de aquella
que nos dejó Cristo”.119
Era un gusto participar de la Santa Misa que cotidianamente celebraba con tanta
piedad, cοn un tono uniforme -se puede decir que “semitonaba” la Misa- lo que le
daba un profundo clima de unción. Visiblemente se podía apreciar que estaba
“realizando algo sagrado”. Entendía que con la Misa se hacen milagros. La última vez
que conversamos, antes del accidente que le costara la vida, le pedí consejo para
ver qué camino deba seguir ya que me encontraba frente a una disyuntiva y no
sabía cuál fuese la voluntad de Dios; luego de estar sopesando durante un rato los
pro y los contras de ambas posibilidades y sin poder inclinarse por ninguna de las
dos, me dijo: “Ofrece las Misas que tengas libres para saber cuál es la voluntad de
Dios”. Confiaba ciegamente en la virtualidad del Sacrificio.122
119
J. MEINVIELLE, El progresismo cristiano, Buenos Aires, 1983, 96. Cit. aquí en texto de C. BUELA,
“Riqueza multiforme de una vida sacerdotal” 53.
120
J. MEINVIELLE, El progresismo cristiano 95.
121
C. BUELA, “Riqueza multiforme de una vida sacerdotal” 53.
122
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 10.
34
salieron del mar. Así fue posible que “Pablito” se hiciera sacerdote realizando, durante su
corta vida, un fecundo apostolado.
Su intenso amor a la Virgen María no se reducía al ámbito meramente personal. En una
ocasión, siendo ya párroco, una secta protestante, provocativamente instaló una carpa en
los límites de su parroquia para hacer proselitismo, y desde allí comenzaron a predicar
diversos errores, incluyendo blasfemias sobre la Santísima Virgen. No contentos con eso,
comenzaron a recorrer casa por casa, e incluso se instalaron en el atrio de la parroquia
para allí repartir volantes, invitando a su culto. El Padre no podía tolerar que se
blasfemara de Nuestra Señora, y mucho menos en el territorio de su jurisdicción.
“Digno es de alabanza ser paciente en las injurias contra unο mismo -enseñaba S.
Juan Crisóstomo-, pero disimular y tolerar las hechas contra Dios, sería en extremo
impío”123. Y blasfemar de la Madre de Dios es doble pecadο porque se injuria a la
Madre y a Dios. En fin, luego de algunos avisos disuasivos, tomó el Padre drásticas
medidas... y los blasfemos desaparecieron.124
Algún familiar no le dejaba dinero porque sabía que se lo daba a los demás, pero
pagaba la cuenta que tenía en lo del “turco Salim” para que se vistiese. Lo que el
familiar no sabía era que el Padre, sabiendo eso, mandaba a los necesitados a la
tienda para que Don Salim los vistiese. Pocos son los que saben que el Padre Julio
había comprado una casa en plena “Villa Jardín”, cuando todavía no había ninguna
calle pavimentada, de la que hizo Oratorio y que fuera atendida durante más de
dos años por el que fuera su dilecto hijo espiritual, el Padre Pablo Di Benedetto. 126
123
Citado por J. MEINVIELLE, Pοlítica Argentina, 1949-1956, Trafac, Bs. As., 1956, 210.
124
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 11.
125
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 20.
126
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 25.
35
celo por la Iglesia, su ejemplaridad sacerdotal, su valentía de hombre libre en
Cristo.
Vivía Meinvielle para los demás, para aconsejar a los demás. ¡Cuántas personas de
todo tipo desfilaban por su casa para pedirle consejo!
(…)
Vivía en la residencia del capellán de la Santa Casa de Ejercicios de Independencia y
Salta, exactamente en el N° 1194 de la primera arteria. Pasando la puerta de la
calle hay un zaguán con una entrada a la mitad, que da a una sala amplia usada
como escritorio, despacho y sala de reuniones. Al fondo, un estante de unos ocho
metros sobre la pared, colmado de libros, un escritorio grande también lleno de
libros, sobre la derecha, en el alféizar de la ventana, el teléfono, varios sillones y
sillas, en el medio una mesita, colgando del techo, una araña con tres o cuatro
lamparitas, sobre la izquierda en un sillón doble solía encontrar al Padre
estudiando, con la cabeza reclinada en un apoyabrazos del sillón y las piernas
apoyadas en el otro. Una lámpara de brazo flexible le daba luz y, junto a él, una
silla con varios libros, revistas, folletos, cartas, etc., que era su material de
lectura inmediato. Ni bien empujaba la puerta del cuarto escuchaba un
estentóreo: “¡Qué tal, doctor Buela!”, porque para el Padre todos los que
estudiábamos teníamos algo de doctores; inmediatamente dejaba su lectura, se
sentaba, estiraba el brazo y con sus largos dedos apagaba la luz de la lámpara.
Comenzaba entonces la conversación que no sólo era interesante sino edificante,
interrumpida varias veces por llamadas telefónicas, por el ingreso de no pocos
pobres que acudían a él para recibir limosna, por curiosos que deseaban conocer la
histórica Santa Casa, etc. Así hemos tenido la inmensa dicha de escuchar de sus
labios las mejores y más esenciales lecciones de Teología, Filosofía y comentarios
de la actualidad política nacional e internacional. ¡Esa fue su cátedra de todo
momento!. 127
Íbamos a verlo jóvenes con las más variadas inquietudes: teológicas, filosóficas,
pastorales, culturales, políticas, sociales, ecοnómicas, artísticas. Nunca pretendía que
todos supiesen lo que él hacía, practicaba aquello de que “no sepa tu mano izquierda
lo que hace la derecha” (Mt. 6, 3).128
Llegó a ser una verdadera tradición “el grupo de la Suma” como se le llamaba al
grupo de jóvenes que se reunían todas las semanas en la casa del P. Julio para
estudiar con él la Suma Teológica. De estos grupos salieron grandes profesionales
y dirigentes católicos de valer.129
Practicaba el diálogo verdadero con una amplitud increíble con gente de toda
extracción: ocultistas, bolches, nazis, curas tercermundistas... (una vez pregunté por
qué invitaba a almorzar a unos de estos tristemente célebres, riéndose me dijo:
“Porque le saco toda la información que quiero”). No por nada muchos años antes de
que se pusiera de moda el “diálogo” -tantas veces mal interpretado- él había
fundado una importante revista teológica llamada justamente “Diálogo” como decía
el Nº 1: “quiere ser una revista...abierta a las más diversas corrientes de
pensamiento... sin otra limitación que la impuesta por la exigencias de un saber
auténtico y responsable...aunque...no ha de renunciar...a sostener su propia
convicción y a expresarla con claridad y firmeza”. (Primavera 1954).130
En definitiva, Meinvielle fue Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas,
sabedor de aquello que expresara admirablemente Juan Pablo II: “el hombre es
en cierto sentido la vía de la Iglesia” 131, de la Iglesia “experta en humanidad” 132
127
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 12.
128
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 26.
129
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 13.
130
C. BUELA, “Julio Meinvielle y las esencias” 35.
131
Redemptor hominis 13; Dives in misericordia 1.
132
La expresión, acuñada por Pablo VI, fue frecuentísima en Juan Pablo II, entre otras ocasiones, en la
Alocución en la Casa Rosada a la dirigencia política argentina, el 6 de abril de 1987.
36
porque hecha por Dios para salvar a los hombres y la sociedad de los mismos, no
hizo otra cosa sino vivir de aquél fuego que se encendió del Espíritu Santo en
Pentecostés, la contrapartida de Babel:
El problema primero del hombre es el destino eterno del hombre. El problema
primero del hombre es la situación del hombre para con Dios. Es un problema
interior, un problema de dentro del alma, que no se resuelve dándole de comer,
sino que se resuelve dándole Dios.133
El hombre de la restauración de la Ciudad católica, restaυración que no se limita a
los detalles ni se rige por la nostalgia, sino que apunta a que Cristo sea el Rey y
centro de todo. Para ello resumía con precisión: “Santidad de vida e integridad de
doctrina, recta concepción del ordenamiento económico-político de la ciudad,
prudentes pero progresivas y efectivas reformas que eliminen las injusticias
sociales, son tres condiciones inseparables para restaurar la ciudad católica”. 134
133
J. MEINVIELLE, El progresismo cristiano, Colección Clásicos Contrarrevolucionarios, Buenos Aires,
1983, pág. 97. Cit. por C. BUELA, “Riqueza multiforme de una vida sacerdotal”.
134
El progresismo cristiano, pág. 92. Cit. en C. BUELA, “Riqueza multiforme de una vida sacerdotal”.
135
San Ignacio, Ejercicios Espirituales [1].
136
A modo de típico ejemplo, he aquí su respuesta epistolar a una pregunta que desde el Seminario de
Rosario le hiciera con respecto al problema de la realidad e integridad del cuerpo resucitado de Nuestro
Señor Jesucristo:
Buenos Aires, mayo 16.70.
Querido Carlos Buela:
Todo este asunto está estudiado por Santo Tomás en III, 54, 3. El asunto es de
fe. Cristo ha resucitado con un cuerpo íntegro y palpable, Lc 24, 39; Spiritus carn em et ossa non habet,
sicut me videtis habere. Y la negación de la integridad del cuerpo glorioso constituye la herejía de Eutiches.
. Este asunto lo puedes estudiar en la par t e pertinente de la dogmática;
. También puedes leer en el “Dict. De Théol. Catholique”; -corps glorieux -Eutyches.
Vale. Firma.
37
sobre el suelo. Hacía ayunos de uno, tres, ocho días, y llegó a hacer unο de cuarenta
días; él lo llamaba “dieta”. Hay muchos testigos de lo que digo.137
No conozco otro sacerdote que se haya ocupado tanto y tan ordenadamente -es
decir con la debida subordinación- de los problemas económicos, sociales y políticos
a la luz del Evangelio de Cristo y de la Doctrina Social de la Iglesia, como el P.
Meinvielle. Hizo de ello un apostolado y no un motivo -y menos aún una excusa-
para mundanizarse; “estaba en el mundo pero no era del mundo” (Jo. 17, 15), o,
para mejor decir, por la fe que tenía, “el mundo no era digno de él” (Hebr. 11, 38).
Hasta el cansancio, pοr activa y por pasiva, gritó que el gran problema del mundo
moderno, “que muere por laicista y por ateο” 138, radica en que busca primero la
añadidura, lo temporal, y así se queda sin lo eterno e incluso acaba por perder lo
temporal.139
Por esta fidelidad a la realidad, de Dios -Sumo Ser- en primer lugar, y del hombre
-de Dios en el hombre- en segundo lugar, tuvo que padecer persecución, cárcel,
incomprensión, calumnias, relegamiento, intento de asesinato y la permanente
conspiración del silencio (que aún perdura) sobre su vida y su obra. 140
Dos veces por lo menos lo llevaron preso injustamente; intentaron asesinarlo
disparándole varios balazos; recibía múltiples amenazas anónimas, por escrito y
telefónicamente; buscaron mil y una maneras para silenciarlo. Sin embargo no cejó
en lo que entendía era misión. Conoció como pocos la “conspiración del silencio”
que, al modo de nebuloso manto, pesó sobre él. Asimismo se intentó empañar su
obra tratando de restarle brillo y densidad, ridiculizando la importancia y actualidad
de la misma. Las calumnias que tuvo que soportar merecían todo un artículo: los
que no son “verdaderos israelitas” (Jo. 1, 47) lo llamaban “nazi”, aunque escribió
un libro denunciando los errores del nacional-socialismo141, también “antisemita”
aunque condenó explícitamente el antisemitismo142; mientras otros afirmaban que
sería judío porque no atacaba la Compañía de Jesús(!). Algunos lo tildaron de
marxista solapadο, mientras que los marxistas intentaron hacerle un juicio por
insania143 porque veía “marxistas por todos lados”. Algunos católicos de inspiración
liberal afirmaron que tenía una “mentalidad desaprensiva frente al derecho de la
propiedad”; los comunistas decían que tenía una cosmovisión capitalista. Los
progresistas lo trataron de “cerrado”, los inmovilistas le achacaron un “irenismo
imprudente” y de no caracterizarse su escuela “por su combatividad, frente al
progresismo”. Los que no quieren subordinar lo temporal a lo eterno lo llamaron
“teologizante”, los que niegan la sana autonomía de lo temporal lo estigmatizaron
como “economicista”, etc. Y muchas otras calumnias. Sé, circunstancialmente, que
llegaron a calumniarlo con denuncias fundamentadas en fotos y grabaciones
fraudulentas. Por todo comentario dijo: “La Virgen no va a permitir que triunfen”.
El P. Meinvielle fue, pues, incesantemente perseguido. Pero jamás perdió por ello la
alegría.”144
137
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 17.
138
De Lamennais a Maritain, Theoria, Bs. As. 19672, 9.
139
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 9.
140
C. BUELA, “Julio Meinvielle a diez años de su paso por la vida” en Verbo, nº 234, Julio, 1983; cf. en o.
c. 44.
141
Entre la Iglesia y el Reich, Ed. Adsum, Bs. As. 1937.
142
El judío en el misterio de la historia, 4° ed., Ed. Theoria, Bs. As., 1964, p. 41. De este libro hay una
edición mexicana y otra francesa.
143
También a Jesús lo tomaron por loco: cf. Mc 3,21; Jn 10,20.
144
P. C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 12.
38
Era grande en las persecuciones: Sólo tres ejemplos: 1°) Con malas artes, cierta
persona buscó y logró desplazarlo de la Asesoría Nacional de la Unión de Scouts
Católicos Argentinos. Los dejó hacer sin oponer resistencia. Años después defendió
con bríos a ese eclesiástico y le ayudó en alguna empresa difícil. Perdonaba de
verdad. 2°) La DAIA publicó contra él una solicitada llena de inexactitudes y
mentiras. Con muchos argumentos, enojo y vehemencia yo le decía que debía
defenderse. Zanjó el asunto cuando con su sonrisa característica me dijo: “las
calumnias de los judíos me enaltecen”. 3°) Cuando lo fueron a arrestar, la última vez
que lo metieron en la cárcel, estaba conversando con un joven sacerdote. La policía
le comunicó el motivo de su presencia. “Esperen”, contestó, y siguió hablando
durante más de media hora sobre lo que estaban tratando, con toda tranquilidad.
Cuando creyó oportuno, terminó la charla y dijo a los policías: “Vamos”. Ponía en
práctica la enseñanza de San Ignacio de Antioquía: “Lo que necesita el cristianismo,
cuando es odiado por el mundo, no son palabras persuasivas, sino grandeza de
alma”.145
145
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 26.
39
IX. “Amó la Verdad” (cf. 2 Tes. 2,10)
146
C. BUELA, “Perfil sacerdotal…” 10.
147
Cit., como oído en una conferencia, por C. BUELA, “Julio Meinvielle y las esencias” 40, y en “Un
hombre metódico” en o. c. ed. on line.
148
Cf. sitio web de “tomistas”.
149
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 27.
150
S. Agustín, De Civitate Dei 18, 51, cit. en Conc. Vaticano II, Lumen gentium 8.
151
Actualmente memoria de San Juan María Vianney, patrono de los párrocos.
40
a San Agustín: “la mayor caridad es la Verdad” 152. El Padre Julio nos la sigue
enseñando, nos sigue enseñando a amarla, nos sigue dando ejemplo, vive en la
Eternidad.
Para él, la Verdad era Cristo (cf. Jn 14, 6) y toda otra verdad era reflejo de la
misma, por eso la amaba “con pasión desapasionada y con salvaje temeridad”. Toda
su obra testimonia lo que digo. Bien mereció que en su epitafio se pusiese: “Amó la
Verdad” (Cf. 2 Tes. 2, 10).153
Sobre su sepulcro se grabó: “Amó la Verdad” (Cf. 2 Tes. 2, 10) porque lo vivió en
el más estricto sentido de la palabra. Amó la verdad reflejada en cada partícula del
universo por ser una chispa de la infinita Verdad, que es Dios. Amó la verdad y por
ello estudiaba los problemas, incluso temporales, para lograr las soluciones que
nos llevasen a un mundo mejor para nuestra Patria y para toda la humanidad
doliente y angustiada, sabía que “la verdad es la primera y fundamental condición
de la renovación social” (Juan Pablo II, 19/6/83). Amó la verdad enseñada por la
Iglesia Católica: “¡Sine illa peritur!”, recordó Juan Pablo I. Amó a Jesucristo, la
Verdad, y por amor a la Verdad arguyó contra “los murmuradores, querellosos,
que viven según sus pasiones, cuya boca habla con soberbia, que por interés
fingen admirar a las personas” (Jud. 16), buscando su salvación “arrancándolos
del fuego” (Jud. 22) al refutar sus errores para que no disminuyan a Jesucristo,
que es el Único que tiene “palabras de vida eterna” (Jn. 6, 68).154
*
152
“R. P. Julio Meinvielle” 61.
153
C. BUELA, “El Padre Julio: un alma grande” 25.
154
C. BUELA, Prólogo a J. MEINVIELLE, El Progresismo cristiano, Buenos Aires, 1983, VII.
41
INDICE
Notas biográficas............................................................................1
I. Exordios del sacerdote y publicista político: un pensador modelado
por la doctrina del Magisterio y Santo Tomás...................................2
II. Un párroco con iniciativas, de pastoral novedosa e incisiva..........8
III. Otros escritos de la primera época: maestro de los principios y
del discernimiento político, atento a los tiempos.............................12
IV. La controversia contra el liberalismo cristiano del “Humanismo
integral” de Maritain.......................................................................18
V. Incansable apostolado intelectual; gran propulsor del tomismo en
Argentina.........................................................................................20
VI. Vigía alerta de la política argentina; estudio y denuncia del
marxismo y de su peligrosa infiltración en la Nación......................23
VII. Centinela de la doctrina católica y custodio celoso del bien de
las almas: la denuncia del progresismo...........................................26
VIII. Estilo sacerdotal: “la Verdad os hará libres” (Jn 8,32).............31
IX. “Amó la Verdad” (cf. 2 Tes. 2,10)...............................................40
42