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Comercio e Intercambio en La America Pre

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Comercio e intercambio en la América Prehispánica:

Javier Heredero Berzosa.


Alejandra Ruiz Jiménez

El estudio de las formas de comercio e intercambio en la América Prehispánica nos ha


llevado a establecer una serie de conceptos que no conocíamos anteriormente pero que a
través de este trabajo nos han ayudado a entender; como por ejemplo la importancia de
ciertos recursos naturales, su utilidad y su simbolismo. Por otra parte la hipótesis de
nuestro trabajo es presentar dos tipos de comercio, el marítimo en las áreas de la
América Andina y las terrestres en cuando a Mesoamérica y a partir de una serie de
hipótesis y teorías, establecer diferencias y paralelismos entre ambas zonas.

 Introducción (Objetivos del trabajo. Hipótesis)


 Definiciones de Comercio
 Mesoamérica
a. Horizonte Cultural
b. Comercio Azteca
c. Rutas Comerciales
d. Comerciantes
e. Plazas/mercados
f. América Andina
g. Cultura y Sistema de Comercio en la zona Andina
h. Área Septentrional Andina:
a.Cultura Huancavilca
b. Cultura Manteña
i. Área Andina Central:
a.Cultura Chincha
b. Cultura Tumbesina
j. Áreas de intercambio/distribución
k. Rutas Comerciales
 Sistemas de trueque y moneda.
a. América Andina
b. Mesoamérica
 Conclusiones
 Bibliografía

1
Introducción:
El nacimiento del comercio y el sistema de trueque que se estableció en el continente
Americano, centrándonos especialmente en Mesoamérica y América Andina,
desarrollaron una serie de elementos que propiciaron la creación de unos estados fuertes
y de gran riqueza.
En este trabajo se ha realizado un análisis de los elementos relacionados con estas
economías y sus características, así como también se han establecido un conjunto de
parámetros para ayudarnos a entender con mayor resolución la importancia que tenían
los productos, los comerciantes y las formas que usaban estos pueblos para fortalecer
sus sociedades en base a estos sistemas de comercio.
Entre las hipótesis que han surgido de este estudio, partimos de dos premisas, en un
principio de entender el comercio como sinónimo de conquista, provocando una especie
de “efecto globalizador”. Las culturas no como centros de comercio, sino como lugares
de influencia de poder, económica y cultural. Caso que podemos encontrar en ambos
núcleos estudiados.
Por otra parte nos encontramos con el concepto de trueque, que poco a poco fue
sufriendo un proceso de transición hacia una especie de sistema “proto-monetario”.
Convirtiendo algunos elementos de prestigio en consecuentes “monedas” de cambio y
añadiendo un sistema de valores que creaban un sistema económico equitativo.

2
El Comercio como concepto de intercambio
El intercambio es un concepto muy importante en la Arqueología. Cuando se refiere a
bienes materiales, mercancías, es casi lo mismo que hablar de comercio. Pero el
intercambio puede tener un significado más general, siendo utilizado por sociólogos
para describir los contactos interpersonales, de forma que un comportamiento social
puede ser considerado como un intercambio de bienes tanto materiales como
inmateriales. Esto también incluye un intercambio de información ya que en muchos
casos la relación es más importante que el objeto en sí de la transacción.1

Pueden existir diferentes tipos de relaciones de intercambio: algunas en que impera la


generosidad y otras en que se pone más interés en el afán de lucro y no se pone acento
en la relación personal. Por otra parte, hay distintos tipos de bienes: productos que se
compran y se venden a diario y bienes especiales y valiosos que se usan para regalo.
Para ello hay que tener en cuenta cómo funciona el intercambio en una economía no
monetaria que aparte de carecer de moneda, carece de cualquier medio de intercambio.
Para diversos fines es conveniente distinguir entre lo que se denomina “intercambio
interno” que es el que tiene lugar dentro de una sociedad concreta que es sometida a
estudio y “comercio o intercambio externo” en el que los bienes se negocian a distancias
mucho mayores, pasando de una unidad social a otra.
Por lo que por definición el término “comercio” es para denominar un comercio
exterior, algo que tiene lugar en una relación con el mundo exterior. Pero cuando se
estudian las interacciones dentro de una sociedad, tanto para información como para
bienes, hay que utilizar el término “organización social” en vez de comercio.
El intercambio o comercio implica el cambio de manos de los bienes, es decir, una
transacción en dos direcciones.2

Según K. Polanyi existen tres tipos diferentes de intercambio:

 Reciprocidad. Hace referencia a los intercambios que tienen lugar entre los
individuos de rango equivalente: el canje se realiza más o menos entre iguales.
Ninguno de ellos ocupa una posición dominante y en la práctica es lo mismo que
un intercambio de regalos. Puede haber reciprocidad positiva o generosidad
entre dos individuos que se conocen bien y en un contexto social definido. Y la
reciprocidad negativa en el que el intercambio actúa entre extraños o individuos
de un nivel social diferente.

 Redistribución. Implica la actuación de algún tipo de organización central. Los


bienes son enviados a un centro organizador en el que se apropia de ellos y
posteriormente son distribuidos. Este tipo de intercambio implica mas

1
RENFREW Collins, “Arqueología. Teorías, métodos y prácticas” pág. 358

RENFREW Collins, “Arqueología. Teorías, métodos y prácticas” pág. 361


2

3
organización siendo un rasgo propio de sociedades más centralizadas como las
jefaturas o estados.

 Intercambio de Mercado. Existencia de un lugar específico para las


transacciones, siendo el propio mercado como el tipo de relaciones sociales en
las que estas tienen lugar. Implica un sistema de fijación de precios a través de la
negociación.

Comercio en Mesoamérica

a) Horizonte Cultural
Ha sido extremadamente difícil establecer, careciendo de documentación escrita, que
artículos se intercambiaban antiguamente y el valor que pudiese corresponder a cada
mercancía. Además, apenas hay rastros sobre posibles productos perecederos
intercambiables. En la mayoría de los casos, todo lo que se pretender es reunir datos
sobre los lugares de origen y la distribución que ha proporcionado la arqueología.
Tenemos una muestra importante en el valle de Oaxaca, según trabajo de J. Pires-
Ferreira.3
Se estudiaron cinco clases de materiales utilizados entre los periodos 1450-500 a.C.
El primero fue la obsidiana de las que había nueve minas importantes, documentándose
a través de análisis sus correspondientes redes de intercambio.
También con las conchas de madreperla, en las que se llegó a la conclusión de que
existían dos redes diferentes: una que transportaba el material de origen marino desde la
costa del Pacífico, y otra de agua dulce procedente de los ríos que desembocaban en el
Atlántico. También se examinó mineral de hierro utilizados para fabricar espejos en
periodo Formativo.
Y finalmente se definieron dos clases de cerámica cuyas áreas de manufactura (Oxaca y
Veracruz) pudieron ser establecidas con un estilo propio.
A través de estos resultados se pudo demostrar en un mapa varias redes de intercambio,
en regiones de Mesoamérica en el periodo Formativo.

En la arqueología un Horizonte Cultural es un periodo que llega a representar un mismo


estilo dentro de un espacio cultural. Se puede identificar un Horizonte de otro, a partir
de las características de las manifestaciones culturales de los pueblos que vivieron
durante dicho periodo; como por ejemplo: tipo de utensilios empleados, cerámicas y
cultivos.

RENFREW Collins, “Arqueología. Teoría, métodos y prácticas” pág. 385


3

4
Mapa de Mesoamérica

Al hablar de un Horizonte Cultural, es necesario diferenciar este de un área cultural en


un espacio geográfico, donde antes hubo pluralidad de civilizaciones. En una misma
área cultural se podrían presentar diferentes Horizontes Culturales.
Mesoamérica ha sido un lugar muy propicio para la aplicación del concepto de
Horizonte.
Tanta importancia se ha concedido a esta cultura que la presencia de elementos
estilísticos en gran cantidad de sitios de Mesoamérica se interpretó sobre la base de un
imperio, religiosa y económica, en el que los tentáculos del área metropolitana olmeca
llegaban desde Tlatilco en el centro de México hasta Costa Rica.4
La mayor cantidad de elementos de vida compleja en Mesoamérica fueron así,
interpretados como “olmecas” cuya civilización había originado un Horizonte
Temprano que significaba una integración cultural; en el primer momento sobre la base
del estilo y la ideología –calendario ritual, sistema de escritura, ceremonias específicas
como el juego de la pelota, templos y pirámides y algunas deidades- y después
económico, a partir de una compleja red comercial por la que los objetos olmecas
viajaban a todos los confines del centro y sus de Mesoamérica.

DE ROJAS, José Luis. “Conquista y Resistencia en la Historia de América” Págs. 11-28


4

5
b) Comercio Azteca

Los aztecas al establecerse en la isla de México-Tenochtitlan estaban dedicados en su


mayoría a los trabajos de agricultura y la pesca, en realidad cada clan o linaje había
resuelto la forma de satisfacer sus necesidades.
Ellos mismos se arreglaban con la vivienda construyendo sus chozas de adobe y paja.
Las mujeres del grupo manufacturaban las prendas de vestir, hechas entonces obtenidas
con fibra de maguey. Casi todos eran autosuficientes capaces de proporcionarse a sí
mismos sus propios instrumentos para el trabajo como redes de pesca, la coa que era
una especie de arado de madera, así como sus principales enseres domésticos como
vasijas de barro y cestas de paja.
Su alimentación provenía fundamentalmente de los productos del lago y de la tierra,
siendo esta última principalmente productora de fríjoles y maíz. La cría doméstica de
pavos y perrillos, así como la caza esporádica hacían posible complementar su dieta con
la carne de esos animales consumiéndola principalmente en las fiestas.
Quienes, satisfechas sus necesidades, llegaban a tener algún excedente como por
ejemplo el maíz, lo trocaban con algún otro producto que en algunos casos pudo haber
sido fibra de agave o piezas de cerámica o cestería.

Comercio Azteca. (Códice Florentino)

De esta manera fue naciendo la más antigua forma de comercio libre y espontáneo. A
medida que se hacía más frecuente, los gobernantes empezaron a organizar centros o
mercados (tianquiztli) para llevar a cabo estas transacciones.
Por otra parte, desde el momento en que el pueblo azteca empezó a expandirse mediante
conquistas, la solemnidad de las fiestas religiosas y el anhelo de mayor boato y prestigio
por parte de los nobles o pipiltin trajeron consigo nuevas exigencias.

6
Por este motivo, la gente de algunos clanes comenzó a dedicarse a traer de regiones
lejanas productos como el jade, algodón, cacao o metales preciosos mientras que los
pobladores de algunos barrios determinados iban abandonando la agricultura para
dedicarse a trabajos de artesanía relacionados con esos productos. Poco a poco, el
interés de los miembros de la nobleza y los sacerdotes por obtener los productos
manufacturados, hizo posible el desarrollo de estos grupos que ligados entre sí por su
parentesco se fuera adoptando al oficio de mercaderes o artesanos.
El proceso del desarrollo del comercio entre los aztecas fue lento, siendo probable que
otros grupos muchos años atrás, hubieran ejercido el comercio de exportación. Los
habitantes de las costas, se atrevían a llegar a la meseta central para comerciar con los
indios tierra adentro. Esto se ha podido demostrar, por descubrimientos arqueológicos
entre los que se han encontrado objetos, que tienen claro origen extranjero respecto al
suelo en que se hallaron.
A través de su comercio local continuó el de importación y exportación, y el tianguis
fue el resultado de dicho esfuerzo llegando a culminar en una fuerte institución, y que
alcanzó gran importancia en el vivir de las grandes aglomeraciones indias de la
altiplanicie.
Uno de los mercados de más esplendor era el de Tlaltelolco, donde los comerciantes
empezaron a exportar primeramente los productos de su original industria, la plumaria,
en la que alcanzaron notables adelantos técnicos y artísticos. Parece que a cambio de
adornos multicolores de plumas, los aztecas recibían piedras preciosas como las
turquesas (xihuitl) y las esmeraldas (halchihuitl) así como elementos para el vestido
como mantas de algodón o henequén.
Más tarde, el trueque alcanzó a tomar operaciones comerciales de mayor importancia en
las que artículos tales como maxtles, huipiles manufacturados y otras prendas para el
vestuario masculino y femenino así como alimentos como cacao, maíz, frutas tropicales,
animales de pelo y de pluma,etc.
A comienzos del siglo XV nos encontramos con testimonios de gremios especializados
que habitaban en lugares propios. Por ejemplo los artistas de plumas vivían en el barrio
de Amantlan, mientras otros grupos de comerciantes vivían en el islote de Tlatelolco,
vecino a Tenochtitlan.
Así, lo que en un principio había empezado como una actividad esporádica, realizada
por individuos por motivos de un viaje u otra causa parecida, trayendo productos de
otras regiones, se fue desarrollando hasta adquirir una estructura propia. A tener en
cuenta también, el contacto cada vez más extenso de los aztecas con otros pueblos en
sus continuas guerras.
Además, gracias a los mercaderes, los nobles y sacerdotes comenzaron a adquirir finas
prendas y precisamente, para satisfacer esas necesidades de la nobleza y del culto
religioso, el oficio de comerciante iba a lograr un peligroso desarrollo, percatándose los
comerciantes desde un principio de la importancia de sus funciones.
Esta situación les facilitó para crearse una estructura propia a sus gremios de
comerciantes y de esa unión habría de depender fundamentalmente el mayor éxito de
sus actividades. 5
LEON-PORTILLA, Miguel. “La institución cultural del Comercio Prehispánico” Pág. 36-39
5

7
c) Rutas Comerciales:

Las sendas que llevaron a los primeros cazadores y recolectores (aproximadamente


9000 a 7000 años a.C.) al territorio de los que es hoy el estado de Oaxaca, se fueron
convirtiendo en un mapa de senderos que comunicaban los asentamientos de los
agricultores.
Por esta red de caminos, circulaban constantemente personas lo que permitió
intercambiar objetos e ideas; habitantes de grandes centros económicos y ceremoniales
a diversos poblados, hasta que se generaron rutas entre grandes culturas.
En el periodo Preclásico, la ruta cultural Olmeca fue la más importante, ya que en ella
se incluía a Oaxaca y Chiapas. Iniciaba en el Golfo de México, cruzaba por el istmo de
Tehuantepec y continuaba rumbo a Centroamérica.
En la época de los centros urbanos (500 a.C. a 750 d.C.) la ruta general Zapoteca partía
del Monte Albán y se extendía en tres direcciones. Al norte rumbo al Golfo de México,
al noreste la península de Yucatán y al sureste corría paralela a la costa de Pacífico,
siguiendo las huellas Olmecas hasta internarse en Centroamérica.
Transitar por las montañas, escarpadas debió ser una misión ardua y complicada
convirtiéndose en una actividad para especialistas, ya que solo contaba con la fuerza de
su propio cuerpo, no se conocía la rueda ni animales para la carga.
Por aquellas veredas transitaban principalmente los tamemes, cargadores que
transportaban los objetos sobre sus espaldas y los comerciantes pochtecas hacia el sur
en busca de oro, plumas, cacao y jade.6

Tamemes (Códice Mendoza)

6
ACOSTA SAIGNES & Al. “El Comercio en el México Prehispánico”. México IMCE pág. 108

8
Las grandes vías de comunicación en Mesoamérica se cimentaron bajo la influencia de
los aztecas (1428). A partir de entonces, se integraron en diferentes culturas, primero la
guerra y después el tributo y el comercio. Con el dominio azteca y sobre casi toda
Mesoamérica, Oaxaca se dividió en dos zonas: la de los “aliados” y la del territorio
enemigo, ya que muchos de los zapotecos herederos de una tradición guerrera, se
resistieron a la triple alianza.7
Las evidencias arqueológicas, nos indican que la dominación azteca en la zona Mixteca
era de notable importancia, pues por allí pasaban los comerciantes del imperio mexica
en su ruta hacia Xoconusco, principal puerto azteca en el Pacífico que competía con el
de Xicalango en las costas del Golfo.
La importancia de este puerto, consistía en ser punto a donde llegaban mercancías
traídas por los mayas, via marítima desde el Golfo de Honduras.
Pero al llegar a Xoconusco había dos rutas, una que salía de Tochtepec (entre Puebla y
Oaxaca), donde los pochtecas se internaban en la zona de Tlaxiaco y que se solía usar
en época de lluvias; y la otra atravesando territorio enemigo de Tehuantepec, para seguir
por Tuxtla hacia Xoconusco en época de sequias.
Muchas de las rutas actuales a Oaxaca, constituyen geográficamente hablando, entradas
naturales hacia esa zona y al territorio mixteco, usadas ya por los antiguos mexicas al
igual que el existente hoy día desde costa.
Además de estas rutas que conectaban grandes centros comerciales y ceremoniales,
debieron de existir otro tipo de caminos para conectar pueblos y mercados de menor
importancia.
Por otra parte, los antiguos pobladores del territorio oaxaqueño también trazaron rutas
de agua. Los ríos, lagunas y costas fueron un medio natural para trasladarse de un lugar
a otro.
Por el mar llegaron los huaves, al parecer poblador de Nicaragua y poblador del istmo
comerciando muy de cerca por la costa. Recorrían todo el litoral de Oaxaca hasta
Chiapas y Centroamérica y hacia Michoacán intercambiando posiblemente productos
con los pueblos tarascos.

d) Los Comerciantes Pochtecas

Para los pobladores del centro de Mesoamérica, el comercio alcanzó notable influencia
en el desarrollo económico y cultural de aquellas primitivas sociedades. El giro
mercantil tuvo entre sus determinados grupos tal importancia que pudo considerarse
como una de sus actividades vitales. El estado azteca vio en los comerciantes
magníficos auxiliares en sus empresas imperialistas considerándolos como una “semi-
aristocracia” tan respetada como si fuera una casta militar. La condición de mercader
era llevada con orgullo y aún más, la prosperidad de los comerciantes aztecas no solo se
afincaba en la utilidad de su ejército, sino que para mantener su decoro, los
7
Con la consolidación de la soberanía azteca hacia 1428, se establece una alianza permanente con
Texcoco y Tlacopán. ACOSTA SAIGNES & Al. “El Comercio en el México Prehispánico”. México
IMCE pág. 75

9
comerciantes contaban con el apoyo del gobierno sosteniéndolos en condiciones más
ventajosas que sobre el resto de la población.
Dentro del proceso histórico del comercio azteca habría que echar una ojeada a la
mitología náhuatl en la que se señala una deidad tutelar para los comerciantes:
Yacatecutli.

Comerciantes Pochtecas (Códice Florentino)

Este personaje, según Sahagún era portador de un bastón de caña, instrumento este
también objeto de la veneración de los mercaderes

“…que al rendir una jornada juntaban todos sus cayados en gavilla, los hincaba en la
tierra y frente a ellos sangrábanse las lenguas orejas y piernas y encendían pequeñas
fogatas para quemar esencias. Luego imploraban a la extraña deidad para que los
condujese sin tropiezos hasta el fin de la jornada…)8

Los pochtecas, según Víctor M. Castillo, representaban un grupo parecido al de la


burguesía, semejante a los industriales y comerciantes de la historia moderna en los
estados europeos.
Sin la exención de tributos personales podían ser poseedores de tierra en forma
individual, colocándolos a veces en posiciones semejantes a los miembros de la
nobleza.9
Los comerciantes tenían como signo astrológico favorable al Ce-Ttoatl. Para emprender
sus largos recorridos buscaban salir de Tenochtitlan precisamente cuando estuviese el
Universo bajo ese signo.
8
DESAHAGUN, Fr. Bernardino. “Historia General de la Nueva España” T-II. Pág. 42.
9
CASTILLO, Victor. “Fuerzas y relaciones mexicanas de producción” Pág. 879

10
En un imperio tan rico y poderoso como el de los aztecas, sorprende a primera vista la
ausencia de especies metálicas. En esto se podría encontrar una explicación en la
estructura del estado azteca y la psicología cuyos dirigentes se inclinaban más bien por
el prestigio que por la fortuna.
De más alto rango social eran el emperador y su corte, los señores y los sacerdotes.
Después estaban los mercaderes, artesanos, plebeyos y al final los esclavos por lo que se
puede demostrar que la base del estado se encontraba constituida por el pueblo.
En el caso de los pochtecas o mercaderes, era una clase social cerrada puesto que
únicamente sus hijos podían llegar a ser mercaderes y dedicarse a acumular riquezas.

En el aporte del tributo para los presentes del soberano, la producción interior no
llegaba a satisfacer las necesidades de lujo y aparato de la clase dirigente. Por lo que era
necesario buscar en lugares lejanos, un complemento de productos acabados o de
materias primas de las que la artesanía local aseguraba su transformación; y en esta
búsqueda no sin peligro, los pochtecas se llegaban a enriquecer considerablemente.
Verdaderos detentores de riquezas, los pochtecas no podían sin embargo hacer alarde de
ellas sin irritar al emperador, e incurrir en la confiscación de sus bienes y aun así en su
condena a muerte.
El comerciante o pochtecaera un personaje muy importante en la vida económica, social
y política de los aztecas, al grado que ejercía múltiples funciones e integraba uno de los
grupos más útiles del estado. Una de estas tareas relevante, dado su continuo andar por
diversos lugares del imperio en busca de mercaderías era llevar y traer embajadas del
Tlatoani Huayatloani (emperador) de México y de los tlatoque (reyes) amigos o
aliados. Esta misión estaba tan íntimamente relacionada con los fines del estado que
como afirma Sahagún10

…en vez de llegar a los territorios reunidos y conquistados tan pronto como habían
cesado las hostilidades, procedían siempre a la guerra y participaban en ella. En sus
expediciones llevaban preparadas las insignias militares y las armas, pues como ellos
mismos decían, se llamaban mercaderes y lo parecían, pero eran capitanes y soldados
que disimuladamente andaban para conquistar…

Sahagún continúa afirmando que al salir les decían sus jefes

…rogamos empero a nuestro señor que antes muráis en la prosecución de vuestro viaje
que no que volváis atrás, porque más querríamos oír que vuestras mantas y vuestros
maxtles estuviesen hechos pedazos por esos caminos, y vuestros cabellos para que de
este os quedase honra y fama que no volviendo atrás, diesedes deshonra a nos y a
vos…11
10
DE SAHAGUN, Fr. Bernardino. Citado por López Austin, Alfredo “La constitución Real de
México Tenochtitlan” Pág. 69
11
DE SAHAGUN Fr. Bernardino. Citado por López Austin, Alfredo “La constitución Real de
México Tenochtitlan” Pág. 69 y siguientes.

11
A cambio de sus servicios se les otorgaba honores y divisas como si fueran soldados
valientes, pues a decir verdad su labor era tan completa o más que cualquier militar, ya
que ellos participaban en la conquista antes de la guerra, en la guerra y después de la
guerra.
Antes por su dominio de lenguas locales, acentos, costumbres y vestimentas regionales
lo que les permitía sin ser notados a territorios enemigos para informarse sobre la mejor
manera de atacarlos, conocer sus puntos vulnerables; en esto debían ser extremadamente
cautos puesto que de descubrirlos serían ejecutados, pero aun así su muerte sería de
utilidad para los aztecas quienes tomarían esto como casus belli y justificar así su
agresión en el territorio. Durante la guerra, apoyando el avituallamiento del ejercito
mexica, además de que algunas guerras se hacían únicamente con pochtecas,
encabezados por un comandante llamado Cuauhpoyatzin y cuyos capitanes inferiores
eran nombrados entre los pochtecas de más alto rango, a ellos directamente rendían
cuentas los espías cuando regresaban a Tenochtitlán.
Se sabe que los pochtecas tenían como jefes intermedios a dos sujetos, el
pochtecatlailotac y el pochtecaacxotecatly que todo su gremio se dividía en grados y
especialidades recibiendo cada uno aparte del nombre de pochteca el que designaban los
objetos que vendía o la función que desempañaba en la organización militar.
La posición más encumbrada era la de pochtecatlatoque o mercader cuya ocupación no
era viajar sino dirigir y facilitar los medios económicos, encomendando sus productos a
los que salían, a cambio de encargarse de los hogares y negocios de los que se iban al
campo de batalla.
Después de la guerra la labor de los pochtecas era fundamental y permanente, en primer
lugar los derechos que obtenían de la victoria eran similares a los de los militares
distinguidos, si bien los pochtecas debían pagar tributo y la razón era natural pues ellos
constituían el grupo de macehualles (plebeyos) más ricos y el estado tenía que recibir de
ellos un índice considerable de aportaciones económicas.
Siempre se procuró recompensarles por sus servicios, pero a la vez se les miraba con
desconfianza por su poder económico, por eso a veces se les imputaba, con razón o sin
ella, la comisión de delitos graves que merecían la pena capital incautándoles sus
propiedades y riquezas.12

Los aztecas se clasificaban en dos grandes grupos, poseedores y desposeídos, siendo el


factor diferencial la posesión de la tierra teóricamente reservada a los señores, a los
guerreros y a los comerciantes.
Además era posible aunque de manera complicada la movilidad social en la sociedad
precolombina ya que un individuo podía progresar en la guerra, el sacerdocio o en el
comercio. Los pochtecas su ascenso ofreciendo costosas fiestas e intercambiando
riquezas por prestigio lo que valía la pena tomando en cuenta que al ascender en la
escala social podían hacer mejores y más amplios negocios. Otro mecanismo de
prestigio era comprando el mayor número posible de esclavos para destinarlos al

12
PEREZ de los REYES, M. Antonio. “Derecho Mercantil Mexicano” Pág. 756

12
sacrificio, lo cual demostraba el cúmulo de riquezas ya que era una compra muy
costosa.
En principio un comerciante era de origen humilde, es decir un macehualli quien solía
iniciarse desde adolescente en la carrera de mercader, pero debería obtener la
autorización de los jefes comerciantes y acudir a una expedición mercantil para
aprender, si su conducta era adecuada podría participar en otra caravana y conducir ya
sus propias mercancías y cuando contara con alguna experiencia, podía aspirar a ser
guía de caravanas. De esta manera, alcanzaría un día el máximo nivel cuando ya podría
designar desde Tenochtitlan una o varias expediciones, sin ir personalmente a ellas y ser
considerado “bañador de esclavos” porque ya habría acumulado tanto poder económico
que podía afrontar el gasto de adquirir varios esclavos para el sacrificio.13
Es interesante referir cómo se realizaban las caravanas, se sabe que el transporte se
realizaba con canoas y con cargadores, tamemes dada la falta de animales de tiro y carga
en la cultura mexicana. En las expediciones de larga distancia, parte del camino se hacía
costeando y el resto a pie. Los tamemes iban aprendiendo el oficio de cargar bultos
sobre sus espaldas, apoyándose con la frente y los brazos, con la ayuda de lienzos desde
muy jóvenes para ir incrementando el peso hasta un promedio de 25 kilos cubriendo
jornadas aproximadamente de 25 kilómetros diarios.14

e) El Mercado Azteca

13
ROJAS, José Luis. “Los Aztecas, Entre el Dios de la lluvia y el de la guerra” Págs. 70 y siguientes
14
PEREZ de los REYES, M. Antonio. “Derecho Mixteco Zapoteca” Págs. 46 y siguientes.

13
TIANQUIZTLI

Nombre: “Disco de Chalco”. Sala Mexica, MNA


Procedencia: Chalco, estado de México
Periodo: Posclásico Tardío
Material: Piedra volcánica Medidas: 102.5 cm (diámetro) x 20 cm
Localización: Sala Mexica, MNA
El mercado en la simbología náhuatl en su configuración podemos ver las entradas del
recinto, la disposición de los comerciantes y el ambiente general de concurrencia, en
tanto que lo circular de la figura presenta el movimiento que implica el tráfico constante
de mercancías y de personas.

Para los aztecas el comercio representaba un aspecto básico de su vida cotidiana y éste
alcanzaba su máxima expresión en el mercado cuyo desarrollo era el eje motor de otras
instituciones sociales, políticas, económicas, jurídicas y aun religiosas lo que queda
demostrado por la gran cantidad de palabras que crearon para referirse a las actividades
comerciales.
Entre otras:
Pochtecoyol, comercio o negocio de mercancías
Pochtecatio, comerciante, negociante
Pochtecatlcomerciantetraficante
Pochtecauia, comerciar, ejercer oficio de mercader
Tiamictli, mercancía, Tiamiqui, vender

14
El describir el tráfico comercial en el tianguis azteca es una tarea que parece grata a los
cronistas del siglo XVI. Ya sea un erudito misionero como Sahagún, Diaz del Castillo, y
el mismo Hernán Cortés, que al respecto relata cómo era el tianguis azteca con todo lujo
de detalles:15

“…tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada
de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas
comprando y vendiendo, donde hay todos los géneros de mercadurías que en todas las
tierras se hallan…”

Bernardino Sahagún en su libro Historia General de las cosas de la Nueva España16

“…como los comerciantes comenzaron a ser considerados como señores, las


ceremonias que llevaban a efecto al salir en caravanas para comerciar así como la
hacían cuando llegaban a su destino, los banquetes que efectuaban en su honor, las
oraciones que practicaban al nacer o al morir el día, y otros muchos aspectos que nos
indican la trascendencia de esta actividad en el contexto social del pueblo de
Tenochtitlan…”

El comercio se desarrollaba de manera muy abundante, distinguiéndose dos tipos al


respecto, el de larga distancia o caravanas y el local en el que casi cada cosa podía ser
objeto de transacción, si bien esto podía haber reportado pocos beneficios. En un
tianguis o mercado se podían ejercer ambas formas de comercio, los tianguis que eran
varios, además de que cada 20 días se abría un mercado especial en los pueblos
pequeños y cada 5 en las ciudades importantes surgiendo la costumbre de plaza o
tianguez.
Los conquistadores se quedaron asombrados de un mercado como el de Tlatelolco en el
que reunían a diario más de 60.000 almas a vender y a comprar. Si atendemos las
fuentes a través de los cronistas, en el tianguez se podía encontrar todo tipo de
alimentos, enseres, artesanías, materiales de construcción, joyas, materiales de adorno,
incluso se podían encontrar maestros en todos los oficios para contratar sus servicios,
como arreglarse el cabello, o especialistas en medicamentos y curaciones, comer, beber,
etc… además era un centro ideal para intercambio de información tanto oficial
(mercaderes espías al servicio de sus autoridades) como popular y personal.
Incluso ya existía un servicio de hostelería, que se podía contratar desde el mercado
representado en casas que daban albergue y comida a los forasteros que llegaban a la
ciudad.

15
CORTÉS, Hernán. Cartas de Relación. Colección “Sepan Cuantos…” 2ª Carta, págs. 62 y
siguientes. Nº 7. Editorial Porrúa. México 1975.

SAHAGUN, Fr. Bernardino. “Historia General de las cosas de la Nueva España”. Libro X
16

págs. 563 y siguientes.

15
Aparte de Tlatelolco, donde se inició el comercio tianguista desde el reinado de su jefa
Cuaucuauhpitzáhuacen, en los albores del siglo XV existieron otros mercados
importantes como Tlaxcala, Cholula (célebre por su cerámica y joyería), Texcoco (con
sus pintores y artífices de tejidos, Acolman (con su mercado de perros chimiches o
escuintles) o Azcapotzalco (con su venta de esclavos tlatlacohtin).17

El Tianguiz tenía sus reglas básicas:

1. Existía un día especial de reunión para el tianguez y este era como día festivo.
2. Solo se permitía comerciar dentro del recinto del mercado. No había
ambulantaje.
3. Todos los productos tenían un lugar fijo por géneros lo que permitía controlar su
precio y equiparar su calidad.
4. Se contaba con medidas para la venta de los diferentes géneros y había
inspectores que controlaban su aplicación.
5. Cada mercado tenía su tribunal para impertir justicia pronta y efectiva tratándose
de aspectos mercantiles.
6. Cada tianguez tenía un dios titular al que se ofrendaban todos los productos que
allí se vendían.
7. Los precios de las mercancías las fijaban los jefes de comerciantes
8. En sus operaciones solían ser concretos si bien se daba ya el regateo
9. No había ruido tumultuario ni voces o pregoneros estridentes debido al carácter
sobrio y circunspecto de los aztecas.

Si tomamos en cuenta a J. Kohler, para evitar cualquier sospecha se acostumbraba a


comprar mercancías únicamente en los mercados. Había préstamos sin intereses
garantizando con prendas, o en caso de esclavitud por deudas, se podía garantizar con
una persona o con toda una familia cuyos miembros se tomaría como esclavos del
acreedor.
Rara vez había casos de hurto en el mercado pues estaba muy penado. Para los que
engañaban, robaban o alteraban el orden en el tianguez estaba preparado eltilpiloyan o
calabozo ubicado en el propio mercado, a donde lo remetían los jueces instalados en el
mismo mercado. Además, los comerciantes contaban con sus mismos tribunales para
resolver conflictos.18

SAHAGUN, Fr. Bernardino. Citado por Castillo, Victor Óp. Cit págs. 878 y 879
17

KOHLER, J. El Derecho de los Aztecas. Edición de la Revista Jurídica de la escuela Libre de


18

Derecho. México. Págs. 52 y siguientes.

16
Comercio en América Andina
f. Cultura y Sistema de Comercio en la Zona Andina

Horizonte Cultural de la Región Andina

El nacimiento del comercio en América Andina, en un primer momento se viodado por


un tipo de sistema local que era favorecido por la sobreproducción de la agricultura y de
la pesca.
La interpretación de esta actividad ha sido estudiada por diferentes autores:

Según Baudin, el comercio comenzó primero por ser vertical, entre la quebrada serrana
y el altiplano. Luego se tornó horizontal con el intercambio de productos de la cosa, la
sierra y la selva. A este mismo autor le resulta difícil resolver el problema del trueque
privado, de la existencia de ferias y mercados, con la implantación del Estado Incaico,
destructor del comercio; por eso encuentra que el comercio podía florecer en una región,
cuanto más reciente su anexión al Tahuantinsuyo.
En su libro “Les Incas”, Baudin cree que durante el Incario, el trueque sufrió un
retroceso, y que antes de la dominación cuzqueña, el comercio estaba en una etapa de
desarrollo.

17
Tribus enteras se especializaban en el comercio en épocas pre-incaicas y ciertas
mercaderías tuvieron un valor constante y sirvieron como primeros e imperfectos valor-
moneda.19
Según Murra, el sistema económico incaico era redistributivo, con el Estado asumiendo
el papel tanto de la oferta como de la demanda. La aparición de este Comercio de
Estado, debió afectar el antiguo comercio preincaico del trueque y reducirlo en muchos
casos en un efecto casi insignificante.20
Rowe encuentra que el comercio fue local y alega la existencia de un monopolio del
Estado.21
Jijón y Caamaño sugiere la existencia de un tráfico comercial, organizado a lo largo de
la costa ecuatoriana; y que ciertas poblaciones marítimas formaron una liga o
confederación de mercaderes, que quedo desorganizada con la llegada de los
castellanos.22
Para Olaf Holm, las conchas fueron el artículo de trueque más solicitado y sería la base
del comercio que se desenvolvió en aquel entonces, al mismo tiempo que tenían un
valor-moneda.23
Cree que no era una mera coincidencia que el mismo territorio de los mercaderes
marinos precolombinos, a que se refiere Jijón.
Señala igualmente como un importante elemento cultural, el gran desarrollo de la
navegación en la costa ecuatoriana, favorecido por la existencia de una madera especial
(Genus Ochroma) para la construcción de las balsas.24
Lo que podemos extraer de estas interpretaciones es que todos los autores coinciden con
que el concepto de comercio se correspondía al trueque.

Adentrándonos en conceptos más de tipo económico, el sistema comercial formado por


estos pueblos entorno a una serie de productos que ellos mismos desarrollaban los
llevaba hacia una especie de especialización y al mismo tiempo a instaurar sus estados
con relación al poder que eso les aportaba.

Gailey y Patterson han usado los conceptos de centro/periferia y desarrollo desigual, así
como la acumulación de “capital mercantil” para explicar los procesos de formación,
colapso y desarrollo de los estados andinos.
Estos conceptos parecen ser útiles para examinar a las sociedades que centraban la red
de intercambios de mullo-Pututo” y de los artículos de intercambio asociados. Las
formaciones sociales que surgieron en la costa central del Ecuador aborigen
desarrollaron élites que controlaron y acumularon un capital mercantil cada vez más
importante, otorgándoles un mayor poder.
19
BAUDIN, Louis. “Les Incas du Pérou” Cap. XII, Pág. 117-120
20
MURRA, John V. “La organización Económica del Estado Inca” Cap. VII
21
ROWE, John H. “Inca Culture at the time of the Spanish Conquest”
22
JIJÓN y CAAMAÑO, Jacinto. “El Ecuador Interandino y Occidental antes de la Conquista
Castellana. Cap. 91-101
23
HOLM, Olaf. “El tatuaje entre los aborigenes prepizarrinos de la Costa Ecuatoriana. Pág. 76-78
24
ROSTWOROWSKY DE DIEZ, Maria. “Mercaderes del valle de Chincha en la época
prehispánica” Pág. 146-147

18
Las sociedades del área septentrional Andina se caracterizan por el establecimiento de
relaciones de producción e intercambio a corta, media y larga distancia.
Dichas relaciones, dieron lugar a una economía de mercado y a la acumulación de
“capital mercantil” bajo relaciones de poder, inicialmente no muy estructuradas.

El “capital mercantil” resulta de una forma primitiva de acumulación de bienes que no


son producidos para el consumo por sus productores, tal es el caso de los llamados
bienes de prestigio.
Estos a su vez actúan como un lubricante para el intercambio de otros bienes, es decir,
funcionan como una moneda de cambio.
Este es el caso del Spondylus, ya que aparte de su valor como emblema ritual, llegó a
tener un valor de cambio y de prestigio.
Las sartas de cuentas de “mullo” sirvieron en Mesoamérica y en el Área Septentrional
Andina para obtener artículos de lujo, de uso común, y servicios.
Por su fácil acumulación, el mullo también se tornó en el “capital mercantil” por
excelencia.
Este “capitalismo mercantil”, sin embargo no llego a constituir un sistema social y
económico definitivo, más bien se convirtió en un mecanismo de control sobre el
intercambio de productos por moneda… quienes llegan a acumular capital mercantil son
aquellos que controlan su circulación, sin que se produzca cambio en el modo de
producción existente.
Los ayllus o territorios que basaron sus relaciones de intercambio en el capital mercantil
con el paso del tiempo llegaron a constituir grandes estructuras llamados también
señoríos. Dos casos a explicar corresponden a:
 El señorío de Chincha: dueños de las rutas terrestres del mullu y principales
exportadores del spondylus en territorio peruano.

 La sociedad Huancavilca: Recolectores de mullu, asi como también el principal


monopolio de los juncos para la construcción de las balsas.

Estos territorios formaron centros de riqueza y poder, llevando a cabo el control directo
del capital de acumulación mercantil.
Introduciendo estos conceptos nos adentramos a explicar la formación de las culturas
que fueron activamente participes del comercio marítimo de América Andina, y que
propiciaron no solo un acercamiento meramente comercial o económico sino que
también estableció los primeros acuerdos diplomáticos e influencia cultural.

g. Área Septentrional Andina


a. Cultura Huancavilca:

19
Máscara Huancavilca de oro

Las evidencias arqueológicas


determinan que los Huancavilcas
fueron grandes navegantes que
surcaron el océano, en sus grandes
balsas, hasta Mesoamérica,
Perú y Chile.
Sus principales mercancías de exportación y comercio eran además de la concha
spondylus, tejidos de algodón, objetos de oro, plata, cobre y espejos de obsidiana.
Hicieron del comercio una de sus principales actividades económicas, gracias al
dominio del mar y el uso de las balsas, cuya presencia quedó evidenciada en las
crónicas de la época, embarcaciones que les permitían realizar extensos recorridos,
teniendo como actividad sobresaliente el comercio y el intercambio de productos de la
costa pacífica, como textiles, orfebrería y principalmente la concha Spondylus para
fines rituales.

Su poder económico y político residía en su condición de mercaderes a larga distancia,


y en haber logrado dominar y articular el variado medio ambiente regional.
Alcanzando una producción excedentaria en los cerros de la costa, los Huancavilcas
fueron dominando el territorio a través de la redistribución del excedente almacenado.
El dominio del mar y de las rutas comerciales lo habían alcanzado a través de un largo
proceso de más de cuatro mil años desde los albores de la neolitización.25

25
MARCOS, Jorge G. “Desarrollo de la navegación prehispánica en las costas del Pacifico
Americano”. Las raíces de la Memoria. Pág. 118

20
En cuanto a comercio interior, los mercaderes Huancavilca contaban con llamas para
comerciar y llevar las mercaderías.

El control directo de los materiales exóticos que se intercambiaban y las materias


primas con que se construían las eficientes embarcaciones para la navegación a larga
distancia, permitió a los mercaderes Huancavilca, dominar un sistema de circulación y
comercio, en que los destinatarios principales de los artículos de prestigio se hallaban en
los extremos de la red de intercambios.26

b. Cultura Manteña:

Mapa de las zonas de presencia Manteña

“El dominio del mar y de las rutas marítimas, lo habían alcanzado a través de un largo
proceso de más de 4.000 años desde los albores del Período Formativo Temprano, en
tiempos de la sociedad Valdivia”.
Establecida en la misma zona que los Huancavilcas, esta cultura fue especialmente
importante por su primera incursión en las aguas y en el comercio de larga distancia.

26
MARCOS, Jorge G. “Los pueblos navegantes del Ecuador Prehispánico” Pág. 137

21
Las crónicas de las conquistas españolas describen a la cultura Manteña como una tribu
principalmente de pescadores, con viviendas pequeñas hechas de madera.
También destacaban por su construcción de balsas y su artesanía en oro y plata. Su
religión se basaba en un culto a la serpiente, el jaguar o puma, que estaba representada
por una gran esmeralda.
En el Cerro de Hojas se encontraron además una serie de sillas o tronos de fines
religiosos, alineados de tal forma para que los que se sentaran en ellos pudieran ver
tanto el mar como el centro de su tribu en Manta.

h. Área Andina Central


a. Cultura Chincha

22
Vasija típica de cuello alto y decorado estilo textil

Existían dos zonas bien marcadas, promoviendo un doble campo de acción en el


comercio. El primero era marítimo y se efectuaba en balsas; hemos visto la declaración
de Atahualpa sobre el gran número de balsas de que disponía el Curaca de Chincha.
Este trueque estaba dirigido hacia el Norte, a una región de clima cálido como es Manta.
La segunda zona quedaba orientada hacia comarcas completamente diferentes como el
Cuzco y el Collao, territorios netamente andinos.
Cada una de estas regiones tenía o producía los dos elementos básicos del comercio
prehispánico. En el Norte abundaban las conchas o “mullu” que fueron un objeto
especial de truque por su carácter sagrado, surgió una demanda y por solo encontrarse
en aguas tibias y no en el litoral peruano bañado por una corriente fría. Conseguirlas fue
un motivo de comercio, y su valor debió ser elevado.

La segunda mercadería importante para el trueque fue el cobre. Pero sin dejar de lado la
importancia de las conchas, vemos que la relación que comentamos no se limita a dar
noticias sobre la existencia de mercaderes, sino asegura que los comerciantes emplearon
un género de moneda.
Ellos “… compraban y vendían con cobre…” y usaban de un “marco de cobre…”.
Además daban al oro un valor en relación con la plata, que se estimaba en “diez veces el

23
peso de la plata” No se puede dar a esta noticia un enfoque europeo de dinero, pero si
un valor importante en las operaciones de trueque.27

Las conchas norteñas eran obtenidas a cambio de algo deseado en Puerto Viejo, que
bien podía ser cobre para la fabricación de armas y de variadas herramientas de Trabajo.
Desde el año 1200 d.C. aproximadamente, la cultura Chincha se convirtió en puente
comercial que alcanzó por el Norte hasta Ecuador y por el sur hasta el Altiplano.
Sus principales actividades económicas fueron la agricultura y la pesca.
La producción artesanal sobresaliente fue la cerámica en forma redonda, con
predominio del negro y blanco sobre rojo.
Las condiciones naturales del valle indican una alta productividad agrícola, que debió
ser la base de la economía de subsistencia de la Sociedad Chincha.

Maria Rostworosky en el libro “La Costa Peruana Prehispánica”, hace referencia a que
durante el siglo XV en Chincha habían unos 600 mercaderes que realizaban viajes por
tierra utilizando camélidos a la región del Cusco y del Collao. Con el que mantenían un
comercio activo, llevándoles pescado seco, calabazas y mullu procedente de la costa a
cambio de plata y oro.

“…por mar llevaban sus productos en balsas de totora y tronco de árbol por toda la
costa hasta Mantas y Puerto Viejo en el Ecuador, lugares importantes para el trueque y
comercio entre el tráfico marítimo del sur con el del norte. El producto que más
comercializaron fue el mullu, concha de un molusco cuyo nombre científico es
Spondylus…”.28

El mullu tenía un significado ritual en el área andina. El comercio estuvo basado en el


trueque consistente en el intercambio de unos productos por otros, efectuado por los
mercaderes. Hacia 1450, los Incas, muy interesados en las redes de comercio de los
Chincha, sobre todo por dominar el tráfico de mullu, decidieron conquistarlos.
Los primeros intentos fueron durante el gobierno del inca Pachacutec, quien mandó un
ejército al mando del capitán Cápac Yupanqui, sin poder doblegar las defensas locales.
Pero en un segundo intento, bajo el gobierno del siguiente Inca, Túpac Yupanqui logró
su cometido.

Luego de varios años de guerra, los chinchanos llegan a un acuerdo de aceptar formar
parte del Tawantinsuyu de los Incas a cambio de mantener el control de sus antiguas
rutas de comercio.

Según las crónicas, gozaba Chincha en el momento de la Conquista Española no solo de


una numerosa población, sino de un auge económico.

27
ROSTWOROWSKY DE DIEZ, María. “Mercaderes del valle de Chincha en la época
prehispánica”. Pág. 152
28
ROSTWOROWSKY DE DIEZ, María. “La costa peruana prehispánica”

24
Sus curacas eran asumidos por muy ricos en plata y oro y se decía que existían muchos
tesoros enterrados en el valle.

La pujanza chinchana influyó mucho en los curacas comarcanos, que procuraron tener
una fuerte alianza y amistad con su señor.

Según las crónicas, gozaba Chincha en el momento de la Conquista española no sólo de


una numerosa población, sino que eran notables navegantes, contando con una gran
flota de balsas utilizadas por sus ricos mercaderes.
Comerciaban por vía marítima con todos los pueblos de la costa hasta el Golfo de
Guayaquil, donde conseguían la Concha Spondyllus o "mullu", muy apreciada para las
ofrendas religiosas en el antiguo Perú. Eran los principales abastecedores de mullu en el
Sur Andino
Además pescaban en gran escala y proveían de pescado seco y salado a los reinos de la
sierra sur, como los collas y los lupacas.
Con embarcaciones mayores, fuesen de troncos o grandes balsas de juncos, los
pobladores se movilizaban a lo largo de la costa, ya sea en son de conquista o de
intercambio:

”…el señorío de Chincha debía su riqueza al trueque establecido por sus “mercaderes”
o mollo chasqui camayoc, que se arriesgaban en busca de las sagradas conchas de
mullu (spondylus pictorum) hasta las norteñas payas de Puerto Viejo y Manta en el
Ecuador…”29

“…Los españoles, pudieron comprobar la existencia de la navegación sostenida por los


costeños a lo largo del litoral, cuando el piloto Bartolomé Ruiz durante el segundo
viaje de Pizarro, apresó cerca de Tumbes una balsa de troncos de gran tamaño,
cargadas de mercaderías, con todas las características de una naves que cubrían un
comercio distante… “

Cabe destacar este seguimiento del comercio en época del virreinato, en el que seguían
efectuando intercambios a través de los balseros indígenas.
Desde Lambayeque enviaban los productos del valle, es decir azúcar, cajas de dulces,
cueros y jabones a Guayaquil.
A su vuelta, las mismas embarcaciones volvían cargadas de cacao, maderas y cobre.

El señorío de Chincha desarrolló un trueque a gran escala con la Sierra y a lo largo de la


costa.

29
ROSTWOROWSKY DE DIEZ, María. “Mercaderes del valle de Chincha en la época
prehispánica” Pág. 87

25
Un producto de exportación a las serranías fue el pescado salado, que era utilizado
como un primordial producto de subsistencia para los largos viajes terrestres y
marítimos.

b. Cultura Tumbesina

Chilimasa, Plaza mayor de Tumbes

La opinión más acertada sobre el origen del nombre de Tumbes se podría atribuir a la
historia de Quitombe, hijo de un cacique llamado Tumbi, quien se encargó de poblar y
fundar la ciudad de Tumbes.
No existe una versión definitiva respecto al origen del nombre Tumbes, sin embargo
algunas fuentes señalan, que podría derivar del nombre con que se designaban los
pobladores que fueron encontrados en esta zona por los primeros conquistadores
españoles que llegaron en el siglo XVI. Estos pobladores fueron llamados Tumpis.
En el litoral de la provincia de Zarumilla y en las riberas de su rio, se han encontrado
vestigios arqueológicos que permiten comprobar la presencia de antiguos pobladores
tumbesinos.
También cerca del litoral, en lugares conocidos como Pampa Soledad, Pampa Gertrudis,
el Salto, El Algarrobo y El Venado se han encontrado restos arqueológicos, entre las
cuales destacan fragmentaria de diversos tipos y colores que serían para usos
domésticos y ceremoniales.
En este sentido, estas expresiones locales de la actual jurisdicción de Zarumilla, ponen
de manifiesto la presencia Pre-Hispánica de los antiguos Tumbesinos conocidos
como Tumpis, cuyas manifestaciones culturales tenían características propias y
comunes; y que se extendieron hasta Zarumilla, cuya máxima expresión del desarrollo

26
cultural se concentró en toda el área arqueológica de “Cabeza de Vaca” ,cuyo periodo
histórico se ubica en el Horizonte Medio e Intermedio Tardío.

Por algunos autores también llamados pobladores de la Puna, se podría


considerar que la función principal de los tumpis era el uso de su territorio
como un muelle de carga, descarga y primeros intercambios entre las dos
regiones comerciales.

i. Áreas de Intercambio y Distribución. Mercados

Balsas Manteñas

Prácticamente cada valle costeño poseías sus salinas y todo indica que eranaylluso
grupos de especialistas los que se dedicaban a su extracción y trueque.
Los indígenas de las Salinas de Otavalo (Ecuador) practicaban la evaporación del agua
para obtener sal, llegando así a ser prósperos en la producción de sal, ají y coca que
rescataban con sus vecinos y fronterizos.
El mar fue fundamental para el desarrollo costeño de las primeras expresiones culturales
yungas (originalmente el termino quechua yunga se aplicaba a la región costera)

27
Los primeros habitantes del litoral buscaron su sustento en el mar y probablemente
grupos de agricultores ocuparon inicialmente las partes bajas y anegables de los valles.
De entonces procedería la división entre pescadores y agricultores mantenida a lo largo
de los siglos, sin que esto signifique falta de interacción.30

Fray Domingo de Santo Tomas en su Lexicón 31 establece la distinción entre el pescador


que pesca challuahapiccamayoc (el que toma algo) o guaxme del challuacamayoc (el
que trocaba).32

Mercado Catu:

El origen de los catu se remonta al siglo XII d.C. Durante la época de Sinchi Roca se
hablaba de ellos donde los hechiceros acarreaban a: "vender muchos hechizos
compuestos y algunos simples, como las yerbas del bien querer y del olvido para
ofrecerlos a los hombres casados" (Fernando de Montesinos, 1642).

Pachacutec, Túpac Inca Yupanqui y Huayna Capac, promulgaron leyes a favor de los


catu y se valieron de ellos para sus propagandas políticas aprovechando su periodicidad
y su concurrencia masiva.

El Inca Garcilaso de la Vega (1609) relata que fue Pachacutec quien: 

"ordenó que cada mes hubiese tres ferias, de nueve en nueve días, para que los
aldeanos y trabajadores del campo, habiendo cada cual gastado ocho días en sus
oficios, viniese a la ciudad, al mercado, y entonces viesen y oyesen las cosas que Inca y
su Consejo hubiesen ordenado. Aunque después este mismo rey quiso que los mercados
fuesen cotidianos, como hoy los vemos, los cuales ellos llaman catu. Y las ferias ordenó
que fuesen en día de fiesta porque fuesen más famosas".

Los catu se iniciaban a las seis de la mañana hasta las dos o tres de la tarde, hora en la
cual los concurrentes emprendían el regreso.
Reinaba el silencio, las transacciones se realizaban sin emplear la voz y eran las mujeres
que en gran mayoría acudían a él, tanto para "vender o comprar".
Los catucamayoc prácticamente no acudían a estas plazas, solamente lo hacían cuando
poseían excedentes que en su viaje de retorno no los habían vendido de acuerdo a sus
cálculos, y lógicamente coincidía su visita a la localidad en el día preciso del catu,
aparte de ello la modalidad del trueque en el catu era muy diferente a la realizada por

30
ROSTWOROWSKY DE DIEZ, María. “Mercaderes del valle de Chincha en la época
prehispánica” Pág. 81
31
SANTO TOMAS, Domingo Fray. “Lexicón o vocabulario de la lengua general del Perú. Pág. 157
32
ROSTWOROWSKY DE DIEZ, María. “Recursos Naturales Renovables y Pesca” Pág. 89

28
los catucamayoc. Esto no funcionaba para con los mercaderes espías, quienes
encontraban en el catu, lugar propicio para realizar sus sondeos de opinión.33

j. Rutas Comerciales

Los conocimientos de los navegantes y balseros indígenas, si bien empíricos, eran


buenos debido a su espíritu de observación.
Podían conocer las corrientes por las tonalidades del mar y de la fauna ictiológica y es
posible que de noche se orientaran por el cielo estrellado. Cuentan que los mercaderes
rendían culto a un lucero que llamaba Cundri.
Lizárraga describe a los indígenas de Manta como grandes marineros y nadadores, que
tenían balsas grandes de madera liviana con vela y remo; también añadía que los remos
que utilizaban eran canaletas.34

Entre las rutas comerciales podemos encontrar dos secciones claramente definidas y una
ruta que se desliga del horizonte cultural estudiado.
Las rutas de tipo marítimo se desarrollaban entre la costa de Ecuador, partiendo de
Puerto Viejo y dirigiéndose a Chincha por medio de unas balsas preparadas para el
comercio.
Luego nos encontramos con las rutas terrestres que distribuían los productos traídos de
la zona del Ecuador hacia el interior del Perú, este comercio era realizado en su mayoría
33
MURRA, John V. “La organización económica del Estado Inca” Pág. 203-210
34
ROSTWOROSKY DE DIEZ, María. “Recursos Naturales Renovables y Pesca” Pág. 109

29
por gente yunga, utilizando como medio de transporte las llamas y otros auquénidos de
carga.35

La ruta de Comercio a larga distancia se realizaba entre México y Perú, y esto está
implicado directamente con la incursión del Spondylus Princeps en la cultura Mexicana.
La dispersión del ritual andino del Mullu-Pututo se irá encontrando por medio de
intervenciones arqueológicas en los frisos del templo “Quetzalcoatl” en Teotihuacán. En
Mesoamérica se introdujo la imagen del Mullu y el Pututo como atributos del agua y de
la lluvia, dándole una representación similar a la usada por los yungas, doscientos años
antes.
Las rutas comerciales no solo estaban destinadas al comercio de mullu, sino que
también la historia del intercambio prehispánico abarcaba variedad de productos.

Entre los que tuvieron una gran importancia económica destacan el intercambio de las
Strombus Peruvianus, las cuales eran unas conchas usadas para hacer trompetas rituales,
picos y hojas de azadas36

El múrice también se convirtió en un gran objeto de comercio, usado por los pobladores
de Valdivia para teñir de purpura el algodón, comenzó a extenderse por toda la región
yunga y a exportarse desde la región de Santa Elena como algodón teñido de azul a las
costa del Perú, sobretodo en la Puna.

Por otra parte y de forma inversa, las hojas de coca fueron introducidas hacia las tierras
del Ecuador por una cuestión de necesidad y de intencionalidad religiosa. Estas hojas
que venían de la zona interior de Trujillo y fueron llevadas por los mercaderes Valdivia
hacia el Ecuador y una vez allí el chacchado de la hoja se convirtió en una actividad
cultural y en objeto exótico.

Todos estos objetos eran transportados de un lado al otro de la costa del pacífico por
medio de unos navíos especializados para el almacenamiento de mercancía y el
transporte a larga distancia.

La dificultad de obtener los troncos para la fabricación de estas balsas, obligó a los
mercaderes a buscar otro material para la confección de algún medio de navegación.
Los juncos, abundantes en las múltiples lagunas del litoral, ofrecían un material
apropiado para la fabricación de embarcaciones.

“…la balsa parece haber tenido una capacidad de 15 toneladas. Estaba hecha de
gruesos palos de balsa atados con cuerdas de cabuya. Tenía una cabina, también de
balsa, donde la tripulación y las mercancías podían protegerse de las olas, y estaba

35
MARCOS, Jorge G. “Desarrollo de la Navegación Prehispánica en las Costas del Pacifico
Americano” En: Las Raíces de la Memoria. América Latina. Pág. 117-120
36
MARCOS, Jorge G. “ La arqueología como Ciencia Histórica y la problemática de la
Arqueología Ecuatorial: Los agro-alfareros Valdivia de REAL ALTO, en el Antiguo Ecuador, un
modelo para la “Revolución Neolítica en el Nuevo Mundo”. Gaceta Arqueológica Andina.

30
equipada con velas de algodón Entre el surtido de los bienes que transportaban se
encontraban adornos de toda clase para el cabello y los tobillos, pulseras y
pendientes…”.37

Sistema de Trueque/moneda
a) Mesoamérica

Como guerreros nómadas de las regiones desérticas del México Septentrional y últimos
en llegar a la meseta central, el pueblo azteca logró no solamente dominar esa región,
sino también hacer prevalecer su hegemonía en numerosas zonas colindantes,
imponiendo tributo a los vencidos mientras buscaban relaciones económicas con
comarcas en ocasiones muy lejanas.
Alonso de Zurita, oidor de la Real Audiencia de México, escribía en el siglo XVI que a
pesar de su vasta red comercial “no se trataba entre ellos moneda”.38

Si se considera como moneda una “especie metálica acuñada con el sello del Estado o
del Emperador”, Zurita comenta que las piezas de cobre o plata que intentaron
introducir los españoles en México fueron arrojadas a la laguna por los indígenas.
Pero en ausencia de moneda, sin embargo no impedía los intercambios comerciales a los
que se dedicaban los pochtecas, que llegaban desde la meseta central de México hasta
las provincias de Anáhuac Xicallanco en la costa del Golfo, de Anáhuac Ayotlan en la
costa del Pacífico o Xoconocho en el sur de México donde obtenían mercancías
preciosas que la meseta no producía recurriendo para ello el trueque.
Así cuando dejaban el palacio del emperador, los pochtecas de Tenochtitlan volvían a
Tlatelolco compartiendo con los pochetcas de esa ciudad los cuachtlis (piezas de tela de
algodón) que les habían sido confiados y gracias a los cuales llegaban a Tlatelolco ricos
aderezos y mantas que los mercaderes llevaban por cuenta del monarca.
Los pochtecas se proveían de todas las mercancías que iban a trocar por su propia
cuenta, mercancías que se enumeran en los textos nahuas recogidos por Sahagún:39

“…he aquí en qué consistía el bien propio de los pochtecas que así comerciaban, que
caminan para el señor oro brillante como una corona, mitras de papel salpicadas de
oro, collares de perlas de oro, orejeras de oro y broches necesarios a aquellas damas
nobles que cubren sus cuerpos de anillos llamados matzatzatli, orejeras de oro,
orejeras de cristal; lo que era necesario para los que eran nada mas macehuales:
orejeras de obsidiana, orejeras de cobre y estaño, navajas de obsidiana, puntas de

37
MURRA, John V. “La Organización económica del Estado Inca” Pág. 199
38
ZURITA de Alonso. “Breve y sumaria relación de los señores y maneras y diferencias que
había de ellos en la Nueva España y en otras comarcas” Pág. 147
39
DUTAN FOREST, Jacqueline. “Cambios económicos y moneda entre los Aztecas” Pág. 107 y
siguientes.

31
obsidiana, pelo de conejo, agujas, cascabeles, en todo eso, así consistían los bienes
personales de los pochtecas, los oztomecas, los viajeros del señor…”

Otro texto de Sahagún enumera lo que los mercaderes se procuraban para su propio
provecho en Tzinacantlan (en las tierras altas de Chiapas), región independiente y aún
hostil para los aztecas, donde los mercaderes corrían grandes peligros a pesar del
cuidado que ellos empleaban para ocultar sus orígenes y disfrazarse lo que les valió el
nombre de nahualoztomecas, traficantes disfrazados:

… es allá en Tzinacantlan donde se obtenía así el ámbar y largas plumas de quetzal


porque allá descienden todos los pájaros de quetzal, los pájaros turquesa, los pájaros
esmeralda; cuando ellos descienden justamente a la primavera, vienen comiendo las
frutas de los encinos…

Después, el texto precisa las mercancías por las que se cambiaban las plumas y el
ámbar:

…por aquello, ellos llevaban navajas de obsidiana, puntas de agujas, cascabeles,


grana, alumbre, almagre rojo, pelo de conejo sin hilar. Todo esto era el bien propio de
los naualoztomecas…

Es por lo que se demuestra, que había una evidencia de que las mercancías preciosas
transportadas por los mercaderes eran cambiadas por productos y objetos acabados de
cualidad diversa, según un criterio apoyado en la rareza de sus productos, y en el valor
que le confería a cada una de las sociedades con las que contactaban.
Pero tampoco se podría afirmar, que la práctica del trueque sucedía también en la
meseta central de México, porque aunque los españoles ya habían advertido ausencia de
piezas metálicas semejantes a las que se acuñaban en España, su atención no tardó
mucho en detenerse sobre la función de moneda, que tenían en el mercado ciertos
artículos y objetos.

Los campesinos, artesanos y pequeños mercaderes estaban obligados por ley a realizar
sus compras y ventas en el mercado. Transgredirla, atraía la cólera del dios del mismo y
a la vez fuertes sanciones del tribunal de los comerciantes que residían en el mismo
mercado y a la vez también se dedicaban a combatir el fraude.40
No se sabe muy bien cómo se efectuaba el trueque en el mercado, puesto que las
transacciones no debían de hacerse más que en lugares reservados para cada categoría, y
que intercambiadas no coincidían en su totalidad. Y como cuándo el portador no era
remunerado mediante un pago en especie, que se pudiera deducir del conjunto
transportado o también al artesano cuando arrendaba sus servicios.
Cortés mismo llega a responder estas cuestiones declarando que los granos de cacao
tenían lugar de moneda y permitían comprar cualquier cosa en el mercado.41

40
CORTES, Hernán. “Cartas de relación de la conquista de México” Carta II. Pág.32
41
CORTES, Hernán Óp. Cit. Pág. 28

32
El cacao figuraba un lugar prominente entre los productos dados en tributo aparte de ser
bebida habitual de los señores y título excepcional la del pueblo en el transcurso de
banquetes. Sus granos dados en recompensa o en ofrenda servían de pequeña moneda.
Su valor se distingue más claramente si se le compara con otro tipo de moneda, por
ejemplo el cuachtli o pieza de algodón. Un cuachtli que valía cien granos de cacao se
cambiaban por una canoa de agua potable, porque esta se vendía debido a que el agua
de la laguna era salada.42
Respecto a estos granos de cacao, usados como símbolo cambiario, debe de tenerse en
cuenta que empleaban para este fin una especie de cacao distinto del que se usaba para
preparar sus bebidas. De ordinario se valía de semillas defectuosas, que no tenían otra
utilidad que la de servir de símbolo.

Aparte de estas monedas se añadían otras cuyo valor variaba: hachuelas y pequeñas
campanas de cobre, collares e conchas rojas y sobre todo cañutos de diversos tamaños
llenos de oro.
Todo este tipo de transacciones comerciales dentro de la economía azteca, se
complementan gracias a datos relativos a los tributos impuestos por los aztecas en las
comarcas conquistadas.
En todas las ciudades importantes existía la figura de un gobernador (petlacalcatl),
mientras que en otras poblaciones se enviaban unos recaudadores de impuestos
(calpixque).
Respecto al pago de tributos, nos llegan datos de una lista importante de ciudades y
pueblos sojuzgados así como un inventario de los tributos, de su naturaleza y sus
cantidades.
Su distribución se repartía entre las ciudades confederadas de Tenochtitlan, Texcoco y
Tlacopan.
Dichos tributos consistían maíz, granos de cacao, algodón; en metales preciosos, cobre,
bronce estaño, plomo, zinc; en piedras preciosas en bruto o labradas; en plumas, textiles
y mantas; alfarería, pieles, madera, mimbre, juncos y caucho.43
Al exigir tributo, los aztecas no perseguían una acumulación pobre de riquezas de las
que algunas eran perecederas. Se proponían alimentar el tesoro para hacer frente a los
elevados gastos del estado que el impuesto no llegaba cubrir como el ejército,
mantenimiento del emperador y su corte numerosa. Aparte de que el tributo en caso de
hambre permitía sustentar al pueblo.44

Existía pues, una costumbre que permitía la circulación y aún la repartición tanto de
productos de lujo, como bienes de consumo corrientes, lo que explica la diligencia de
los pochtecas para buscar mercancías susceptibles de constituirse en obsequios.
Sus operaciones, que la ausencia de especies metálicas no entorpecía, nos conducen a la
conclusión elemental que el sistema azteca respondía a una economía donde la riqueza
42
DURAN FOREST, Jacqueline. “Cambios económicos y moneda entre los Aztecas” Pág. 116
43
CODICE MENDOZA. “Manuscrito de la Colección Mendoza fol. 19 y 20 Pág. 61 del texto.
44
DURAN FOREST, Jacqueline. Op. Cit. Pág.118

33
consistía sobre todo en reservas de víveres, de productos y objetos preciosos. Donde la
noción de capital como capital productivo no había podido desarrollarse más que en la
mentalidad de los pochtecas que eran los únicos que hacían girar sus actividades hacia
el acrecentamiento de su fortuna.
Quizá conviene en ver esto el signo de una evolución de la economía azteca, evolución
que se refleja en la transacciones mismas, ya que sobre la meseta central, el trueque
usado en provincias lejanas ha dado lugar a la utilización de una mercancía-moneda
constituida por el cacao o los cuachtlis a una moneda-mercancía como oro o piedras
preciosas buscadas no tanto para su uso propio sino por su valor monetario.
Es por lo que se podría demostrar que la moneda-bien consumo se va transformando a
moneda-bien de cambio. Sin embargo, en el momento de la conquista española esta
evolución económica no se traduce todavía en una modificación de la estructura social:
la detención del poder no estaría en ningún modo ligada al poderío económico y
monetario sino al prestigio militar y espiritual.

b) América Andina

Según lo explicado por Garcilaso:

…no vendían ni compraban cosa alguna por plata ni por oro ni con ello pagaba la
gente de guerra ni lo gastaban en socorro de alguna necesidad que se les ofreciese y
por tanto lo tenía por cosa superflua porque ni era de comer ni para comprar de comer
y así no tenían necesidad de vender los bastimentos ni de encarecerlos ni sabían que
cosa era la carestía…45

Parece que siempre hubo trueque en el nivel local y esto continuo en la época inca. Este
era el único intercambio familiar de la mayoría de gente. Los verbos de vender y
comprar significan trocar una cosa por otra. Todos conocían las equivalencias entre la
mayor parte de los artículos y todos estaban muy diestros en saber cuánto de que cosa
era justo dar por tanto de otra cosa. Este tipo de comercio, en el que existían unos
“precios” establecidos, es explicado por Cobo, como “intercambio mudo”

“la india que llega a comprar con su maíz en lugar de dinero se asienta muy despacio
junto a la vendedora y hace un montoncito de maíz que piensa dar […] sin hablarse
palabra la una a la otra. La que vende se pone los ojos en el maíz y si le parece poco
no dice nada ni hace señal alguna más que estárselo mirando […]

Este sistema de silencio era realizado hasta que la vendedora considerase que la
cantidad de maíz que se le había proporcionado era justo y a partir de ese proceso se
realizaba el intercambio. Normalmente esto se llevaba a cabo en cuanto al intercambio
de productos alimenticios; para los productos exóticos y de lujo se llevaban a cabo

45
MURRA, John V. “La organización económica del Estado Inca” Pág. 202-203

34
tratamientos más especializados, partiendo de que existían los comerciales
especializados en estos productos.

Se distinguen tres niveles de trueque: El primero a nivel local y dentro del mismo
pueblo. Cada grupo o división laboral elaboraba un determinado producto y les era
forzoso el intercambio entre ellos para cubrir sus necesidades. Los campesinos trocaban
los Frutos de sus campos por pescado.

El segundo trueque era de tipo alimenticio y se realizaba más allá de los límites locales.
Lo efectuaban pescadores llevando el excedente de su pesca a diversos puntos del
territorio, principalmente a la Sierra.

El tercer nivel de trueque se relaciona con objetos santuarios y sagrados.

Entre los primeros se contaban los finos tejidos de cumbi, plumerías, chaquiras y
objetos de metal; en el segundo tipo, las conchas de mullu, indispensables en los ritos
para pedir lluvia y alimento favorito de los dioses.
Su trueque estaba a cargo de gente yunga especializada que durante los tiempos del
virreinato, estas conchas sagradas seguían siendo usadas clandestinamente por los
sacerdotes indígenas.46
Por último, el intercambio santuario entre los valles no estaba a cargo de los pescadores,
sino que para este proceso se encargaban personas de un status social más alto.

SpondylusPrinceps

El mullu era el alimento favorito de los dioses y se convirtió en el elemento principal en


una red de intercambios de artículos de prestigio.

46
ROSTWOROSKY DE DIEZ, María. “Mercaderes del valle de Chincha en la época Prehispánica”
Pág. 91

35
Considerando la importancia económico ceremonial del molusco, la zona occidental del
Ecuador y su mar adquieren una importancia fundamental. Y al haber grandes
cantidades en aquellas aguas, era su principal producto de exportación.
En la zona central andina y en el altiplano el mullu era indispensable para hacer llover.

Cobo47 escribía:

Usaban asimismo… sacrificar conchas de las mar especialmente cuando ofrecían a las
fuentes diciendo que era sacrificio muy a propósito por ser las fuentes hijas de la mar
que es madre de las aguas y conforme tenían el color las ofrecían para diferentes
intentos unas veces enteras otras muy molidas; otras solamente quebrantadas y
partidas y también formadas de sus polvos y masa algunas figuras…

Posteriormente continúa

…ofrecían estos sacrificios a las dichas fuentes en acabado de sembrar para que no se
secasen aquel año sino que corriese abundantemente y regasen sus sembraduras…48

El sistema de intercambio global a larga distancia, que llamaremos del mullu involucró
también a otros materiales con valor de intercambio, de uso y de prestigio. Los últimos
hallazgos arqueológicos han podido demostrar que a través de esta concha marina hubo
cierta relación comercial entre Mesoamérica y América Andina.

Conclusiones:

47
COBO, Fray Bernabé. “Historia del Nuevo Mundo” Pág. 37-39 y 285-287
48
MURRA, John V. “Formaciones Económicas y políticas del mundo Andino” Pág. 257

36
A pesar que tanto Mesoamérica y la zona Andina están separadas a una distancia
considerable, para el desarrollo del comercio los dos imperios antes de la llegada de los
españoles, habían tenido un origen y un desarrollo semejantes.
Aunque hay evidencias arqueológicas de que hubo un intercambio, de momento no se
han podido demostrar fehacientemente.
Tanto en una cultura como la otra, el comercio tuvo los mismos orígenes debido a un
excedente agrícola o marítimo.
Desarrollaron unas rutas terrestres en Mesoamérica y marítimas en la zona Andina en la
que fueron expandiendo su imperio en un proceso en que la guerra iba asociada al
comercio en un proceso cuasi indisoluble.
Es indudable que el comercio constituyó una actividad esencial para los pueblos
prehispánicos, que tanto los aztecas como los incas lo desarrollaron de una manera muy
amplia a pesar de su carencia de auténtica moneda.
Posiblemente estaban en un proceso de “amonedación” que si se hubiera llegado a
desarrollar, se habrían revolucionado sus formas de organización socio-político-
económicas de una manera sorprendente.
Y así ocurrió cuando llegaron los conquistadores españoles. Y no es porque fueran
españoles, sino que era otra civilización diferente más o menos avanzada, y el comercio
autóctono de los pueblos indígenas quedó contaminado y “globalizado” en muy poco
tiempo. Tambien consideramos destacar que esta incursión abrupta de la llegada de los
nuevos conquistadores desequilibro los estados económicos a los que estaban
acostumbradas estas sociedades; las rutas comerciales perdieron su orden y su
estructura.
Tenemos que tener en cuenta, que tanto los incas como los aztecas fueron pueblos
conquistadores, que desarrollaron su imperio a través del comercio, estableciendo una
cultura gracias a las diversas redes de intercambio que establecieron.
Si para dichos pueblos, la conquista fue a través de dicho comercio, ampliando rutas
terrestres en el caso de los pochtecas y marítimas en el caso de los andinos, no es de
extrañar que no fueran tan sorprendidos por la ocupación de los españoles.
Los españoles estaban pisando tierra quemada, era la llegada de otro imperio y tuvieron
que asumir el papel de “conquistadores conquistados”.

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