La Habitación - Donoghue, Emma
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La Habitación - Donoghue, Emma
Emma Donoghue
© 2010, Emma Donoghue Ltd. Publicado con autorización de Little, Brown and Company,
New York, USA. Todos los derechos reservados.
© De la traducción: Eugenia Vázquez Nacarino
© De esta edición:
2010, Santillana Ediciones Generales, S. L.
Torrelaguna, 60. 28043 Madrid
Publicación: 03/11/2010
ISBN 978-84-204-0661-9
«Lamento de Dánae»
SIMÓNIDES DE CEOS (circa 556-468 a. C.)
[Trad. de Carlos García Gual,
Antología de la poesía lírica griega (siglos VII-IV a. C.),
Madrid, Alianza, 1980]
Ésta es una obra de ficción. Las personas, los acontecimientos, las
circunstancias y las instituciones que se describen pertenecen por entero al
terreno de la ficción y son producto de la imaginación de la autora. El posible
parecido entre un personaje y cualquier persona real, viva o muerta, es mera
coincidencia.
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Mesa aguanta muy bien el bien irse cuando tengamos cien años
equilibrio, y mira que es difícil; yo, y ya estemos cansados de jugar.
aunque pueda pasarme siglos a la También se toma un matadolores. A
pata coja, al final siempre me caigo. veces se toma dos: nunca más de
A Mamá no le cuento lo de la Araña. dos, porque hay cosas que son
Ella dice que las telarañas son buenas para nosotros, pero si se
suciedad y las barre. A mí me toman de golpe hacen daño.
parecen plata superfina. A Mamá le —¿Te duele la Muela Mala? —
gustan los animales que corren por pregunto. Está arriba, casi al fondo
ahí comiéndose unos a otros en el de la boca de Mamá, y es la peor de
planeta de la fauna, y en cambio los todas.
de verdad no le gustan. Una vez, Mamá asiente.
cuando tenía cuatro años, me quedé —¿Por qué no te tomas dos
mirando las hormigas que subían en matadolores a cada ratito todos los
fila india por la Cocina, y ella vino días?
corriendo y las chafó todas para que Hace una mueca.
no se llevaran nuestra comida. Un —Entonces me engancharía.
momento estaban vivas y al minuto —¿Qué es eso?
siguiente eran polvo. Lloré hasta —Como estar colgada de un
que por poco se me derritieron los gancho, porque el cuerpo me los
ojos. Otra vez por la noche algo pediría constantemente. De hecho,
hacía zzzzzzz, zzzzzzz, zzzzzzz y necesitaría tomar cada vez más.
me picaba, y Mamá lo aplastó contra —¿Y qué hay de malo en
la Pared de la Puerta, debajo de la necesitar?
Estantería: era un mosquito. Aunque —Es difícil de explicar.
ella la restregó, ahí está todavía en Mamá lo sabe todo, menos las
el corcho la marca de la sangre que cosas que no recuerda bien o
el mosquito me estaba robando, algunas que no puedo entender
igual que un vampiro chiquitín. Ésa porque soy demasiado pequeño.
fue la única vez que se me ha salido —Las muelas no me duelen
sangre del cuerpo. tanto si dejo de pensar en ellas —me
Mamá se toma la pastilla del dice.
paquete plateado que tiene —¿Y eso cómo puede ser?
veintiocho capsulitas espaciales. —Se llama control mental. La
Luego me da una vitamina del mente es muy poderosa, y si no
frasco con el niño que hace el pino, pensamos en algo, dejamos de darle
y ella coge una del grande con el importancia.
dibujo de una mujer que juega al Cuando me duele cualquier
tenis. Las vitaminas son una trocito de mi cuerpo, siempre le doy
medicina para no ponerte enfermo y importancia. Mamá me frota el
no volver al Cielo todavía. Yo no hombro. Aunque no me duele, me
quiero ir nunca porque no me gusta gusta igual.
morirme, pero Mamá dice que está Todavía no le cuento lo de la
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—Colosales. Lucky.
—Gigantescos. Mamá pone una sonrisa. Va a
—Enormes —dice Mamá. dejar el Bolígrafo otra vez encima de
—Gigantormes —me sale una la Estantería.
palabra sándwich, que es cuando —¿Cuántos años cumplirás
apretujamos dos y las convertimos cuando sea tu cumpleaños? —le
en una sola. pregunto.
—Ésa es buena. —Veintisiete.
—¿Sabes qué? —le digo—. —Hala.
Cuando tenga diez años ya seré Me parece que con eso no la he
mayor. puesto contenta.
—Ah, ¿sí? Mientras se llena la Bañera,
—Me haré más grande, y más Mamá baja el Laberinto y la
grande, y más grande, hasta Fortaleza de lo alto del Armario.
convertirme en humano. Desde que tengo dos años hacemos
—Bueno, humano ya eres — el Laberinto con los tubos que van
dice Mamá—. Los dos somos seres dentro de los rollos de papel
humanos. higiénico, los pegamos unos a otros
Pensaba que nosotros éramos y formamos túneles que giran hacia
de verdad. Las personas de la Tele todos lados. A la Pelota Saltarina le
están hechas sólo de colores. encanta perderse en el Laberinto y
—¿Que serás como yo? ¿Era eso esconderse. Tengo que llamarla y
lo que querías decir? sacudirla, girarlo hacia un lado y
—Sí, que seré una mujer como ponerlo boca abajo, hasta que al
tú, con un niño en un huevo dentro final salga rodando. Uf, menos mal.
de mi barriga, y él también será de Luego mando otras cosas adentro
verdad. O si no, cuando crezca, me del Laberinto, por ejemplo un
convertiré en un gigante, pero uno cacahuete, o al Pequeño Color Azul,
bueno, hasta aquí de alto —doy un que no es más que un pedacito de
salto para llegar arriba del todo de plastidecor roto, o meto un
la Pared de la Cama, y casi llego a espagueti cortado sin cocer. Se
donde empieza el Techo, que luego persiguen unos a otros por los
sigue subiendo torcido. túneles y aparecen de repente y
—Suena genial —dice Mamá. gritan: «¡Bu!». No los veo, pero los
Se le desinfla la cara; seguro que oigo a través del cartón, y me hago
he dicho una cosa que no le ha una idea de dónde están. El Cepillo
gustado, pero no sé cuál. de Dientes quiere meterse una vez
—Saldré por la Claraboya al para probar, pero le digo «lo siento,
Espacio Exterior e iré saltando, eres demasiado largo». Así que en
boing, boing, de un planeta a otro — vez de eso entra en la Fortaleza y
le digo—. Visitaré a Dora, a Bob vigila una torre. La Fortaleza está
Esponja y a todos mis amigos, y hecha de latas y frascos de
tendré un perro que se llamará vitaminas, cada vez que tenemos
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gallina de los huevos de oro y bajó a vez y me dan diecinueve. Tengo que
toda prisa por la mata de haber hecho algo mal, ¿o será que
habichuelas. El Gigante empezó a me ha desaparecido uno? Me
bajar tras él, pero Jack le pidió a mordisqueo el dedo, sólo un
gritos el hacha a su madre, que es poquito, y luego un poquito más.
como nuestros cuchillos sólo que Sigo despierto horas y horas.
más grande. La Mamá estaba —¿Mamá? —susurro—. ¿No va
demasiado asustada para cortar la a venir o sí?
mata ella sola, pero cuando Jack —Parece que no. Anda, vente
llegó al suelo lo hicieron entre los conmigo.
dos y el Gigante quedó hecho puré Me levanto de un salto y abro el
y se le salieron las tripas, ja, ja. A Armario de un empujón, en dos
partir de entonces Jack fue Jack el segundos estoy en la Cama. Debajo
Matagigantes. del Edredón se está supercalentito,
No sé si Mamá se ha dormido tengo que sacar los pies para que no
ya. me ardan. Tomo un montón,
En el Armario siempre procuro primero de la izquierda y después
apretar los ojos con fuerza y de la derecha. No quiero dormirme,
dormirme rápido para no oír llegar porque entonces ya no será mi
al Viejo Nick. Luego me despierto y cumpleaños.
ya es por la mañana, y estoy en la
Cama con Mamá y tomo un poco de
su lechecita y todo es perfecto. Pero Una luz se enciende y se apaga,
esta noche el pastel me hace me hace daño a los ojos. Miro afuera
burbujas en la barriga y no me del Edredón, pero sin abrirlos
puedo dormir. Me cuento los apenas, sólo una rendija. Mamá está
dientes de arriba con la lengua: de de pie al lado de la Lámpara y todo
derecha a izquierda hasta diez, resplandece; luego, clic, oscuro otra
luego los dientes de abajo de vez. Luz de nuevo, dura tres
izquierda a derecha, y entonces otra segundos y después oscuro, luego
vez al revés; tienen que ser diez luz sólo un segundo. Mamá mira
cada vez, y dos veces diez son hacia la Claraboya. Oscuro otra vez.
veinte, que son los dientes que Por las noches hace eso, creo que la
tengo. ayuda a volver a dormirse.
No se oye ningún piii, piii, Espero a que la Lámpara esté
deben de ser mucho más de las apagada de verdad. Susurro en la
nueve. Me cuento los dientes otra oscuridad.
—¿Ya está?
Fee-fi-fo-fum! I smell the blood of an —Perdona, te he despertado —
Englishman? Be he ‘live, or be he dead, / dice.
I’ll grind his bones to make my bread. —No pasa nada.
[¡Diantre! / ¿Huelo a sangre de inglés?
Vuelve a meterse en la Cama.
Vivo o muerto, haré pan con la harina de
sus huesos.] (N. de la T.) Está más fría que yo, le enrollo los
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brum, brum con las ruedas todo lo cinco pasarían más rápido todavía,
fuerte que puede. pero eso no se puede hacer porque
Mamá se tumba otra vez, se me taponaría la garganta. Una
aguantándose la boca con la mano. vez, cuando tenía cuatro años,
A veces suelta mucho aire: uf, uf, uf. Mamá escribió: «Judías verdes /
—¿Por qué resoplas así? otras verduras congeladas» en la
—Intento controlar el dolor. lista de la compra y yo taché «judías
Me siento a su lado, le aparto el verdes» con el Lápiz Naranja.
pelo de la cara con una caricia; la A ella le hizo gracia. El pan
frente está resbaladiza. Me coge de blandito me lo dejo para el final,
la mano y la aprieta fuerte. porque me gusta metérmelo en la
—No pasa nada. boca como un cojín y que se
Pues no lo parece. deshaga.
—¿Quieres jugar con el Jeep, el —Gracias, Niño Jesús, sobre
Mando y conmigo? todo por el pollo —digo—. Y por
—Luego, a lo mejor. favor, que las judías verdes tarden
—Si juegas y dejas de pensar, ya mucho en volver. Eh, ¿por qué le
no te dolerá. damos las gracias al Niño Jesús y no
Sonríe un poco, pero la a él?
siguiente respiración le sale más —¿Él?
fuerte, como un quejido. Señalo la Puerta con la cabeza.
—Mamá, son casi las seis —le Se pone seria, aunque no he
digo cuando son las 05.57. dicho su nombre.
Así que se levanta a preparar la —¿Por qué deberíamos darle las
cena, aunque ella no come nada. El gracias?
Jeep y el Mando esperan en la —La otra noche tú le diste las
Bañera, porque ahora está seca y es gracias por la comida y por quitar la
su cueva secreta. nieve, y por los pantalones.
—En realidad el Jeep se murió y —No deberías escuchar —a
se fue al Cielo —digo comiéndome veces, cuando está enfadada de
las lonchas de pollo a la velocidad verdad, ni abre la boca para hablar
del rayo. —. Le daba las gracias de mentira.
—Ah, ¿sí? —¿Por qué hacías...?
—Pero entonces por la noche, Me corta.
cuando Dios estaba dormido, el Jeep —Él únicamente trae las cosas.
se escapó a escondidas y bajó por la En realidad no es quien hace que el
mata de habichuelas para venir a trigo crezca en el campo.
verme. —¿Qué campo?
—Qué astuto fue. —No puede hacer que el sol
Me como tres judías verdes y brille, o que llueva, o nada de nada.
tomo un trago grande de leche, y —Pero, Mamá, el pan no sale de
luego me como otras tres; de tres en los campos —se tapa la boca con
tres pasan más rápido. De cinco en fuerza—. ¿Por qué has dicho que...?
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¿Jack qué? ¿Qué quiere decir granjas, los bosques, los aviones o
con «Jack»? las ciudades, también son de
Mamá se recuesta en las verdad...
almohadas. —Bah —¿por qué quiere
—Es muy difícil de explicar. engañarme?—. ¿Dónde caberían?
Creo que sí puede explicármelo, —Cabrían, no caberían. Pues ahí
lo que pasa es que no quiere. fuera —dice Mamá—. En el exterior
—Puedes explicármelo, porque —y luego echa atrás la cabeza.
ya tengo cinco años. —¿Fuera de la Pared de la
Vuelve la cara hacia la Puerta. Cama? —digo, y me quedo
—Antes, nuestras pastillas mirándola.
estaban en una tienda, ¿de acuerdo? —Fuera de esta habitación —
Ahí fue donde las consiguió, y luego señala ahora hacia el otro lado, hacia
nos las trajo para el Gusto del la Pared de la Cocina, y luego su
Domingo. dedo dibuja un círculo.
—¿Una tienda que hay en la —¿Las tiendas y los bosques
Tele? —miro la Estantería para van dando vueltas por el Espacio
comprobar que el frasco está ahí—. Exterior?
Pero las pastillas son de verdad... —No. Olvídalo, Jack, no debía
—Es que la tienda también es haber...
de verdad —Mamá se frota un ojo. —Sí que debías —la agarro
—¿Cómo...? fuerte por la rodilla—. Cuéntamelo.
—¡Bueno, vale, vale! —Esta noche no, no doy con las
¿Por qué grita? palabras adecuadas para
—Mira. Lo que vemos en la tele explicártelo.
son..., son imágenes de cosas de Alicia dice que no sabe
verdad. explicarse porque siente que no es
Eso es lo más increíble que he ella misma; por la mañana sabía
oído en toda mi vida. quién era, pero desde entonces ha
Mamá se ha tapado la boca con cambiado varias veces.
la mano. De pronto Mamá se levanta y
—Entonces, ¿Dora es de verdad coge los matadolores de la
verdadera? Estantería, creo que está
Se quita la mano de la boca. comprobando si son los mismos que
—No, perdón. Muchas cosas de los de la Tele, pero veo que abre el
la tele son imágenes de mentira. frasco y se toma uno y después otro.
Dora, por ejemplo, sólo es un Nunca más de dos, ésa es la norma.
dibujo. Pero el resto de la gente, los —¿Mañana encontrarás las
que tienen caras como tú y como yo, palabras?
es gente de verdad. —Son las ocho y cuarenta y
—¿Seres humanos reales? nueve, Jack, ¿puedes irte ya a
Asiente con la cabeza. dormir? —ata la bolsa de la basura y
—Y los lugares, como las la pone al lado de la Puerta.
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seguro imposible. Sobre todo con el Cama. Cuando voy por noventa y
crío... siete, de repente creo que me he
¿El crío soy yo? saltado uno, así que pierdo la
—No hay que preocuparse por cuenta.
los conductores borrachos —dice el Me quedo despierto,
Viejo Nick—, camellos, pervertidos. escuchando, incluso cuando ya no
Mamá lo interrumpe muy hay nada que oír.
rápido.
—No debería haber pedido un
extractor, ha sido una estupidez por El domingo pasa una cosa
mi parte, todo está perfecto. mientras nos comemos las roscas de
—Vale, no hay problema. la cena. Como parecen de goma las
Durante un ratito nadie dice untamos con sirope y mantequilla
nada. de cacahuete; de pronto Mamá se
Me cuento los dientes, pero me saca la rosca de la boca y veo que
equivoco todo el rato; primero hay algo clavado.
diecinueve, luego veinte, luego otra —Por fin —dice.
vez diecinueve. Me muerdo la Recojo una cosa puntiaguda y
lengua hasta que me duele. amarillenta, con unas manchitas
—Claro que hay rozaduras y marrón oscuro.
rasgones, eso es normal —su voz se —¿Es la Muela Mala?
ha movido, creo que ahora está Mamá dice que sí con la cabeza,
cerca de la Bañera—. Esta junta se tocándose el fondo de la boca.
está cayendo, tendré que lijarla y Qué cosa tan rara.
sellarla de nuevo. Y mira aquí, —Podríamos pegarla de nuevo,
asoma el aislante del suelo. a lo mejor con engrudo.
—Procuramos ir con cuidado — Ella sonríe y niega con la
dice Mamá muy bajito. cabeza.
—Pues no con el cuidado —Estoy contenta de que se me
suficiente. El corcho no aguanta haya caído, a partir de ahora no me
muchos trajines, yo había pensado dolerá.
en un uso más sedentario. Hace un minuto formaba parte
—¿Vienes a la cama? — de su cuerpo, y de repente ya no. Es
pregunta Mamá con esa voz rara, una cosa, nada más.
aguda. —Eh, ¿sabes qué? Si la ponemos
—Deja que me quite los zapatos debajo de una almohada, por la
—hay una especie de gruñido, oigo noche vendrá un ratón invisible y la
que algo se cae al Suelo—. Eres tú la convertirá en dinero.
que empieza a liarme con reformas —No, cariño. Aquí dentro no va
cuando no llevo aquí ni dos así, lo siento —dice Mamá.
minutos... —¿Por qué no?
La Lámpara se apaga. —El Ratoncito Pérez no sabe
El Viejo Nick hace chirriar la que esta habitación existe —sus ojos
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Doy una voltereta para ponerme tenemos que meterlo todo rápido en
otra vez de pie. Quiero hacerlo la Caja, antes de que llegue el
muchas, muchas veces, pero a diluvio gigante. Veo que Mamá ha
Mamá le duele la muñeca. dejado de jugar, ha puesto la cara
Luego estamos cansados. entre las manos, como si le pesara.
Hacemos un móvil con un Doy un mordisco a la manzana.
espagueti largo atándole cosas con —¿Te duelen las otras muelas?
hilos: unos dibujos pequeñitos Me mira a través de los dedos,
donde salgo yo todo de color los ojos parecen más enormes.
naranja y Mamá toda verde, papel —¿Cuáles?
de plata retorcido, flecos de papel Mamá se pone de pie tan de
higiénico. Mamá cuelga el hilo del repente que por poco me doy un
Techo con la última chincheta del susto. Se sienta en la Mecedora y
Costurero, y cuando soplamos con estira los brazos.
fuerza desde abajo el espagueti se —Ven aquí. Tengo que contarte
balancea con todos los colgantes. una historia.
Tengo hambre, así que Mamá —¿Una nueva?
dice que podemos comernos la —Sí.
última manzana. —Súper.
¿Y si el Viejo Nick no trae más Espera hasta que me tiene bien
manzanas? envuelto en sus brazos. Mordisqueo
—¿Por qué sigue la segunda cara de la manzana, para
castigándonos? —pregunto. que me dure.
Mamá tuerce la boca. —¿Te acuerdas de que Alicia no
—Cree que porque la habitación siempre había estado en el País de
le pertenece, nosotros también le las Maravillas?
pertenecemos. Jo, qué trampa, ésta ya me la sé.
—¿Y eso? —Sí, se mete en la casa del
—Bueno, porque fue él quien la Conejo Blanco y se hace tan grande
construyó. que tiene que sacar un brazo por la
Qué raro, yo pensaba que la ventana y un pie por la chimenea, y
Habitación existía y ya está. hace caer al Lagarto Bill, ¡catapum!
—¿No fue Dios quien hizo Ese trozo es divertido.
todas las cosas? —Ya, pero antes, ¿te acuerdas
Mamá no dice nada durante un de que estaba tumbada en la hierba?
momento, y luego me acaricia el —Y entonces se cayó por el
cuello. agujero y resbaló cuatro mil millas,
—Al menos él hizo todas las pero no se hizo daño.
cosas buenas. —Bueno, pues yo soy como
Jugamos al Arca de Noé encima Alicia —dice Mamá.
de la Mesa. Hay que poner en fila Me da la risa.
todas las cosas: el Peine, el Platito, la —Qué va. Ella es una niña
Espátula, los libros, el Jeep, y luego pequeña con una cabeza enorme,
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de rayas para hacer una montaña manzanas, por si nos entra hambre
con picos. Quiero enseñársela a —. ¿Hay agua? —le pregunto.
Mamá, pero tiene los ojos cerrados. Mamá asiente.
Me meto en el Armario y juego —Ríos, lagos...
a que soy un minero. Encuentro una —No, digo para beber. ¿Hay un
pepita de oro debajo de la grifo?
almohada, que en realidad es la —Montones de grifos.
Muela Mala que se rompió; aunque Menos mal que no tengo que
no está viva, no se dobló como le llevar una botella de agua, porque
pasó a la planta, y no tenemos que mi mochila pesa ya un montón.
tirarla por el Váter. Pero a ella no Tengo que aflojármela en el cuello
tenemos que tirarla por el Váter. para que no me estrangule las
Está hecha de Mamá, como yo, palabras.
sangre de su sangre. Mamá no para de mecerse.
Asomo la cabeza fuera y veo los —Antes soñaba que me
ojos de Mamá abiertos. rescataban —dice Mamá—. Escribía
—¿Qué haces? —le pregunto. notas y las escondía en las bolsas de
—Nada, estoy pensando. la basura, pero nunca las encontró
Yo puedo pensar y hacer cosas nadie.
interesantes a la vez, ¿ella no? —Es que tendrías que haberlas
Se levanta a preparar la comida, mandado por el Váter.
una caja de macarrones de color —Y cuando gritamos nadie nos
naranja. Ñam. oye —dice—. Anoche me pasé la
Después juego a que soy Ícaro mitad de la noche encendiendo y
con las alas derretidas. Mamá lava apagando la luz, y de pronto pensé:
los platos despacio a más no poder. nadie nos ve.
Espero a que termine para que se —Pero...
venga a jugar, pero no quiere. Se —Nadie va a venir a salvarnos.
sienta en la Mecedora y empieza a Al principio no digo nada.
mecerse. —Tú no sabes todo lo que hay
—¿Qué estás haciendo? —le digo luego.
—Aún estoy pensando —al Pone la cara más rara que he
cabo de un momento pregunta—: visto en mi vida.
¿Qué llevas en la funda de la Preferiría que pasara el día ida a
almohada? que esté así, como si no fuera Mamá.
—Es mi mochila —me he atado Bajo todos mis libros de la
las dos puntas alrededor del cuello Estantería y los leo: El libro móvil del
—. Es para ir por el Exterior cuando aeropuerto y las Canciones infantiles, y
vengan a rescatarnos —he puesto Dylan, que es mi favorito, y El
dentro la Muela, el Jeep y el Mando, conejito andarín. Cuando ya voy por
una muda de ropa interior para mí y la mitad lo dejo y lo guardo para
otra para Mamá, y también que me lo cuente Mamá. Leo un
calcetines, las Tijeras, y las cuatro poco de Alicia, aunque me salto la
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una y otra vez hasta que llego. me muevo, estoy todo rígido y no
—¿Mamá? oigo, no veo, no nada.
—Aquí estoy. —Oh, no —oigo que suelta el
—Yo también. aire despacio—. Es terrible. Pobre
Piii, piii. chiquilla, es...
Doy un bote, se supone que Nadie dice nada durante unos
estoy muerto, pero no puedo momentos.
evitarlo, quiero salir de la Alfombra —Supongo que ha debido de
ahora mismo, pero estoy encallado y ser algo realmente grave —dice el
no puedo ni intentarlo porque Viejo Nick—, las pastillas no
entonces él vería... habrían servido de nada.
Noto una presión en el cuerpo, —Lo has matado —Mamá está
debe de ser la mano de Mamá. dando alaridos.
Necesita que sea su superpríncipe —Venga, vamos, cálmate.
JackerJack, así que me quedo quieto —Cómo voy a calmarme. Jack
como una estatua. Nada de volver a está... —respira raro, las palabras le
moverme, soy el cadáver. Soy el salen como si las tragara. Lo hace
conde; no, soy su amigo aún más tan bien de verdad que casi me lo
muerto. Me pongo rígido como un creo.
robot que se ha quedado sin —Déjame ver —la voz del Viejo
electricidad. Nick está muy cerca, me pongo
—Toma —es la voz del Viejo tirante y rígido, rígido, rígido.
Nick. Suena igual que siempre. Ni —No lo toques.
siquiera sabe lo que me ha pasado —Vale, vale —luego el Viejo
de que me he muerto—. Nick dice—: No puedes tenerlo
Antibióticos. Están caducados, pero aquí.
por muy poco. Para un crío los —Mi niño.
partes por la mitad, me dijo el tipo. —Lo sé, es algo terrible. Pero
Mamá no responde. ahora debemos sacarlo de aquí.
—¿Dónde está, en el armario? —No.
Habla de mí. —¿Cuándo ha sido? —le
—¿Está en la alfombra? Pero pregunta—. ¿Esta mañana, has
¿estás loca, envolver así a un crío dicho? ¿Habrá sido tal vez durante
enfermo? la noche? Debe de estar empezando
—No volviste —dice Mamá, a... No es saludable tenerlo aquí por
con una voz rara de verdad—. Por más tiempo. Vale más que me lo
la noche empeoró, y esta mañana ya lleve y busque un lugar.
no se ha despertado. —Aquí en el jardín trasero no
Nada. Luego el Viejo Nick hace —Mamá habla casi como si gruñera.
un ruido extraño. —De acuerdo.
—¿Estás segura? —Si lo pones en el jardín...
—¿Si estoy segura? —aúlla Jamás deberías haberlo hecho, está
Mamá; pero yo no me muevo, no demasiado cerca. Si lo entierras ahí,
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que veo que viene un coche aprieto el aire —le digo a Mamá en
los ojos. susurros.
—No te preocupes, van por el —Microbios —dice ella.
otro lado —dice Mamá. Pensé que sólo estaban en la
—¿Qué otro lado? Habitación, no sabía que el mundo
—¿Ves esa línea que hay en el también estaba lleno de esos
medio? Siempre tienen que bichitos.
quedarse de aquel lado de la línea, y Caminamos por un edificio
nosotros de éste. Así no nos grande lleno de luces. Al principio
chocamos. creo que es el mismo centro, pero
De repente estamos parados. El luego veo que no. Hay alguien
coche se abre y una persona que no llamado Coordinador de
tiene cara se asoma. Me pongo a Admisiones que teclea en un... Lo
gritar. sé, un ordenador, igual que los que
—Jack, Jack —dice Mamá. salen en la Tele. Todos se parecen a
—¡Es un zombi! las personas del planeta hospital, a
Escondo la cara en su barriga. cada momento tengo que
—Soy el doctor Clay, recordarme que son de verdad.
bienvenidos a Cumberland —dice la Veo una cosa chulísima, un
cara sin cara con la voz más cristal inmenso con esquinas, pero
profunda del mundo—. La en lugar de latas y chocolate dentro
mascarilla es sólo para protegeros. tiene peces vivos, que nadan y se
¿Quieres ver lo que hay debajo? — esconden detrás de las rocas. Tiro de
estira un poco lo blanco hacia arriba la mano de Mamá, pero ella no
y hay una persona hombre viene, sigue hablando con
sonriendo, una cara supermarrón Coordinador de Admisiones, que
con un triángulo chiquitito de también lleva un nombre escrito en
barbilla negra. Vuelve a ponerse la una etiqueta, pone «Pilar».
máscara, que en realidad se llama —Escucha, Jack —dice el doctor
mascarilla, ¡chas! Las palabras Clay, y dobla las piernas hasta
traspasan lo blanco—. Aquí tengo quedar como una rana gigante. ¿Por
una para cada uno de vosotros. qué lo hará? Acerca la cabeza hasta
Mamá coge las mascarillas. casi tocar la mía; tiene el pelo lleno
—¿Tenemos que ponérnoslas? de rizos de menos de un centímetro
—Piense en todo lo que flota en de largo. Ya no tiene puesta la
el aire con lo que su hijo mascarilla, ahora sólo la llevamos
probablemente nunca ha estado en Mamá y yo—. Tenemos que echarle
contacto. un vistazo a tu Mamá en esa
—De acuerdo —se coloca una habitación al otro lado del vestíbulo,
mascarilla y me pone a mí otra, con ¿de acuerdo?
gomas alrededor de las orejas. No Me está hablando a mí. ¿Y no ha
me gusta, me aprieta. visto ya a Mamá?
—Pues no veo nada flotando en Mamá niega con la cabeza.
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mundo por ahora? —no digo nada echo de nuevo en el vaso sin hacer
—. No está mal, ¿verdad? nada de ruido. Todo el mundo está
Niego con la cabeza. Me agarro demasiado cerca comiendo
fuerte de la mano de Mamá, pero los cuadrados extraños con pequeños
dedos se me resbalan, están cuadraditos por encima y trozos
húmedos. Mamá se está tomando rizados de beicon. ¿Cómo pueden
unas pastillas que le da Noreen. dejar que la comida vaya en los
Conozco una de las cabezas, platos azules y que se les pegue
tiene el pelo lleno de rizos cortos, es todo el color? Huele rico, pero
el doctor Clay, sin mascarilla. Le da demasiado, y otra vez las manos me
la mano blanca de plástico a Mamá resbalan; vuelvo a dejar el huevo de
y pregunta si hemos dormido bien. Pascua justo en el medio del plato.
—Estaba demasiado tensa — Me froto las manos en el albornoz,
dice Mamá. menos el dedo mordido. Los
Otras personas con uniforme se cuchillos y los tenedores también
acercan, el doctor Clay dice están mal, porque no tienen el
nombres, pero yo no los entiendo. mango blanco, son de metal, y creo
Una tiene el pelo todo gris y con que eso duele al cogerlos.
ondas, se llama Directora de la Los ojos de la gente son
Clínica, que quiere decir que es la enormes, todos tienen caras de
jefa. Ella se ríe y dice que en diferentes formas, algunas con
realidad no; no sé dónde está el bigotes, o joyas colgando, o algunas
chiste. partes pintadas.
Mamá me señala una silla para —No hay niños —le susurro a
que me siente a su lado. En el plato Mamá.
hay una cosa de lo más increíble: es —¿Cómo?
plateada y azul y roja, creo que es —¿Dónde están los niños?
un huevo, no de verdad, sino de —No creo que haya ninguno.
chocolate. —Dijiste que en el Exterior
—Ah, sí, feliz Pascua —dice había millones.
Mamá—. Se me había olvidado —La clínica es sólo una
completamente. pequeña parte del mundo —dice
Me pongo el huevo de mentira Mamá—. Tómate el zumo. Eh, mira,
en la mano. No sabía que el Conejo allí atrás hay un niño.
entraba en los edificios. Miro hacia donde señala, pero
Mamá se ha bajado la mascarilla el niño que dice es largo como un
hasta el cuello y está tomando un hombre y lleva clavos en la nariz, la
zumo de un color raro. Me coloca la barbilla y encima de los ojos. ¿Será
mascarilla en lo alto de la cabeza un robot?
para que pueda probar el zumo, Mamá toma un líquido marrón
pero tiene trocitos invisibles dentro que suelta humo, pero pone una
que parecen microbios y me bajan mueca y lo deja.
por la garganta, así que toso y lo —¿Qué quieres desayunar? —
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—Ay, mamá —es Mamá quien acerca un poco más—. Ah, Jack, has
lo dice—, mamá... sido el chavalito más valiente del
—Mi pequeña... mundo, y me has traído a mi niña.
—He vuelto. ¿Qué niña?
—Sí, por fin —dice la persona —Anda, levántate la mascarilla
—. Cuando me llamaron estaba un momento —me pide Mamá.
convencida de que era otra La levanto y me la bajo
patraña... enseguida.
—¿Me has echado de menos? — —Tiene tu mismo corte de cara
Mamá se echa a reír, con una risa —dice la Abuela.
rara. —¿Tú crees?
La mujer también está llorando, —Desde luego, siempre te
debajo de los ojos tiene churretes chiflaron los críos, si hacías de
negros, no sé por qué las lágrimas le canguro gratis...
salen de ese color. La boca es toda Hablan y hablan. Miro debajo
del color de la sangre, igual que las de mi tirita para ver si aún se me va
mujeres de la Tele. Tiene el pelo a caer el dedo. Hay puntitos que
amarillo y corto, pero no corto del ahora parecen escamas.
todo, y unos pomos dorados Entra aire. Una cara se asoma
clavados en las orejas por debajo del por la puerta, una cara con barba
agujero. Todavía apretuja a Mamá por todas partes, las mejillas y la
con los brazos, es tres veces más barbilla y debajo de la nariz, pero
redonda que ella. Nunca había visto nada de pelo en la cabeza.
a Mamá abrazada a nadie más. —Le he pedido a la enfermera
—Deja que te vea sin este que no nos molestaran —dice
absurdo chisme un momento. Mamá.
Mamá se baja la mascarilla, —Mira, éste es Leo —dice la
sonríe sin parar. Abuela.
Ahora la mujer me está —Qué tal —dice el hombre
mirando. moviendo los dedos.
—No puedo creerlo, todavía no —¿Y quién es Leo? —pregunta
puedo creer nada de todo esto. Mamá, sin sonreír.
—Jack —dice Mamá—, ésta es —Se supone que iba a quedarse
tu abuela. en el pasillo.
—Qué tesoro —la mujer abre —No problem —dice Leo, y de
los brazos como si fuera a pronto ya no está.
levantarlos y saludar, pero luego no —¿Dónde está papá? —
lo hace. Se acerca a mí. Me pongo pregunta Mamá.
detrás de la silla. —Ahora mismo en Canberra,
—Es muy cariñoso —dice pero viene de camino —dice la
Mamá—, lo que pasa es que no está Abuela—. Han cambiado muchas
acostumbrado a nadie más que a mí. cosas, cariño.
—Claro, claro —la Abuela se —¿Canberra?
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Cuento: el coche y los monos, el me dice que espera que sea una
cuadrado para escribir, el tren de pena de entre veinticinco años y
madera, el sonajero y el cocodrilo. cadena perpetua.
Son seis, no cinco, pero Mamá y Y para los delitos cometidos en
Morris no dejan de hablar. suelo nacional no hay libertad
Encuentro un sobre grande vacío y condicional —dice Morris—.
guardo los seis dentro. Tenemos secuestro con fines
—Muy bien —dice Mamá sexuales, privación ilegal de la
metiendo el resto de los paquetes en libertad, violaciones múltiples,
la bolsa enorme. agresión con lesiones... —cuenta con
—Espera —le digo—. En la los dedos, no con la cabeza.
bolsa puedo escribir y poner: Mamá asiente.
«Regalos de parte de Jack para los —¿Y lo del bebé?
niños malitos». —¿Jack?
—Deja que Morris se encargue —El primero. ¿No puede
de eso. interpretarse como una especie de
—Pero... asesinato?
Mamá resopla. Esta historia no la he oído
—Hay mucho por hacer, y nunca. Morris tuerce la boca.
debemos dejar que la gente haga —No, si el feto no nació vivo,
parte por nosotros, porque si no, la no.
cabeza me va a explotar —¿por qué —La niña.
le va a explotar la cabeza si escribo No sé quién es la niña.
en la bolsa? —La niña, disculpa —dice él—.
Saco el tren otra vez y lo hago Como mucho podríamos conseguir
trepar por mi camisa, es mi bebé y que se considerara negligencia
se asoma y le doy besos por todas criminal, puede que incluso
partes. temeraria...
—En enero, tal vez, aunque Quieren prohibirle la entrada a
como muy pronto el juicio Alicia en el tribunal de justicia por
empezará en octubre —está medir más de una milla de alto. Hay
diciendo Morris. un poema que no entiendo bien.
Igual que en el juicio por el robo
de las tartas, cuando el Lagarto Bill Si
tiene que escribir con el dedo y ella o yo
Alicia derriba la tribuna del jurado y tal vez nos
pone al Lagarto boca abajo sin darse vemos
cuenta, ja, ja. mezcl
—Ya, pero ¿cuánto tiempo ados en
estará en prisión? —pregunta este lío,
Mamá. él
Se refiere a él, al Viejo Nick. espera que
—Bueno, la fiscal del distrito tú los
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libres pregunto.
y Mamá me mira fijamente.
sean como —Le dijiste a Morris que había
al una niña que hizo un asesinato.
principio. Ella niega con la cabeza.
—Quería decir que la
De repente Noreen está ahí, ni mataron..., por decirlo de alguna
la he visto llegar. Pregunta si manera —aparta la cara de mí.
queremos cenar solos o en el —¿Fui yo?
comedor. —¡No! Tú no hiciste nada malo.
Me llevo todos los juguetes Eso pasó un año antes de que
nuevos en el sobre grande. Mamá nacieras —dice Mamá—. ¿Te
no sabe que hay seis, no cinco. acuerdas de que a veces te decía que
Algunas personas saludan con la cuando llegaste la primera vez,
mano cuando entramos, así que los encima de la cama, eras una niña?
saludo también, como la chica que —Sí.
lleva todo el cuello tatuado y no —Bueno, pues estaba hablando
tiene pelo. Las personas no me de ella.
molestan mucho si no me tocan. Aún entiendo menos, qué lío.
La mujer del delantal dice que —Creo que ella intentaba ser tú.
ha oído que he salido afuera, El cordón... —Mamá esconde la cara
aunque no sé cómo me habrá oído. entre las manos.
—¿Te ha gustado? —¿El cordón de la persiana? —
—No —le digo—. Quiero decir lo miro; por las rendijas sólo entra la
no, gracias. oscuridad.
Estoy aprendiendo mucho a ser —No, no. ¿Te acuerdas del
educado. Cuando algo tiene un cordón que iba hasta el ombligo?
sabor asqueroso se dice que es —Lo cortaste con las tijeras y
interesante, como el arroz salvaje, entonces quedé libre.
que sabe como si no estuviera Mamá asiente.
cocinado. Cuando me sueno la nariz —Pero a la bebé se le enredó
doblo el pañuelo para que nadie vea cuando estaba naciendo, y no la
los mocos, son un secreto. Si quiero dejaba respirar.
que Mamá me escuche a mí y no a —Esta historia no me gusta.
otra persona, digo «perdón», Se aprieta las cejas.
aunque a veces tengo que decir —Deja que la termine.
«perdón, perdón» durante siglos y —Es que no...
cuando me pregunta qué quiero ya —Él estaba ahí quieto, mirando
no me acuerdo. —Mamá habla, pero casi a gritos—.
En la cama, mientras tomo un No tenía ni la más remota idea de
poco ya en pijama y sin la cómo nacen los bebés, ni se había
mascarilla, de pronto me acuerdo. molestado en mirarlo en Google.
—¿Quién es el primer bebé? — Toqué la coronilla del bebé, estaba
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una fruta sino un taladro pequeñito, Tengo que sonarme la nariz, pero
le quita la capa asquerosa que tiene como la piel se me está pelando
pegada en los dientes. No quiero solamente me aprieto el pañuelo en
esperarla en la sala. la cara.
—Ven, vas a ver qué juguetes Cuando Mamá y yo volvemos
tan chulos tenemos —me dice Yang, al aparcamiento la luz me golpea en
el ayudante. la cabeza. El conductor está ahí otra
Me enseña un tiburón pegado a vez leyendo un periódico, pero sale
un palo que hace clonc, clonc, y hay y nos abre la puerta.
un taburete para sentarse encima —Asias —dice Mamá. No sé si
que también tiene forma de diente, ahora va a hablar así de mal
no de diente humano, sino siempre. Yo preferiría que me
gigantesco, todo blanco y sin nada dolieran los dientes a hablar así.
de caries. Miro un libro de Volviendo a la clínica no dejo
Transformers y otro sin tapas que es de mirar la calle que pasa por mi
de tortugas mutantes que dicen no a lado a toda velocidad, y canto la
las drogas. Entonces oigo un ruido canción de la cinta de carretera y la
extraño. ruta de vuelo interminable.
Yang está de pie en la puerta y
no me deja pasar.
—Creo que tal vez tu madre La Muela Mala todavía está
preferiría... debajo de nuestra almohada, le doy
Me escabullo por debajo de su un beso. Tendría que habérmela
brazo y veo a la doctora López llevado para que la doctora López la
metiendo en la boca de Mamá una arreglara también.
máquina que chirría. Cenamos en una bandeja una
—¡Déjala! comida que se llama buey
—No pasa nada —dice Mamá, Stroganoff, hecha con trocitos de
pero habla como si tuviera la boca carne y otros trocitos que parecen
rota. ¿Qué le ha hecho la dentista? carne pero son setas, todos
—Si va a estar más tranquilo, esparcidos en un arroz esponjoso.
deja que entre —dice la doctora Mamá aún no puede comer carne,
López. sólo sorbe montañitas del arroz,
Yang trae el taburete-muela y lo pero ya habla casi bien otra vez.
pone en el rincón para que yo mire; Noreen llama a la puerta para
es horrible, pero es mejor que no decirnos que tiene una sorpresa
ver. Una vez Mamá se remueve en para nosotros, el papá de Australia
la silla y suelta un gemido y me de Mamá.
levanto de un salto. Mamá da un grito, se levanta de
—¿La dormimos un poco más? un salto.
—le dice la doctora López, y saca —¿Puedo comerme el
una aguja y Mamá se queda callada Stroganoff?
de nuevo. Dura cientos de horas. —Mira, ¿por qué no bajo a Jack
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Mamá la mira con cara de pocos Mamá aprieta aún más los ojos.
amigos. —No me recuerda a nada salvo
—¿Qué se supone que debía a sí mismo.
decirle?: «Eh, ahí fuera hay todo un —Ajá —dice la mujer de la tele
mundo lleno de diversión y tú no —. Cuando ahora piensa en su
puedes disfrutar de nada de todo captor, ¿el odio la carcome? —
eso»... espera—. Una vez que se enfrente
La mujer se humedece los cara a cara con él en el juicio, ¿cree
labios. que alguna vez podrá perdonarle?
—Bueno, no me cabe duda de La boca de Mamá se tuerce.
que nuestros telespectadores —Digamos que eso no es una
conocen ya los apasionantes detalles prioridad para mí —contesta—.
de su rescate... Procuro pensar en él lo menos
—Evasión —dice Mamá. Y me posible.
mira y me sonríe. —¿Se da cuenta del modelo en
Me pilla por sorpresa. Le el que usted se ha convertido?
devuelvo la sonrisa, pero ya no me —Un mo... Perdone, ¿a qué se
mira. refiere?
—Evasión, exacto, y la —En un modelo de esperanza
detención del..., del presunto —dice la mujer sonriendo—. En
secuestrador. Veamos, ¿tuvo usted cuanto anunciamos que íbamos a
en algún momento la impresión, con hacer esta entrevista, nuestros
el paso de los años, de que a este telespectadores empezaron a llamar
hombre le preocupaba... a un nivel por teléfono, a enviar correos
humano básico, aunque fuera de un electrónicos, SMS, donde insisten en
modo retorcido..., el hijo que él que usted es un ángel, un talismán
había engendrado? de bondad...
Los ojos de Mamá se han Mamá pone mala cara.
convertido en rendijas. —Mi único mérito fue
—Jack no es de nadie más que sobrevivir. Y claro, admito que no lo
mío. hice nada mal criando a Jack. De eso
—Eso es indiscutible, y además estoy bastante satisfecha.
en un sentido muy verdadero —dice —Veo que es usted muy
la mujer—. Simplemente me modesta.
preguntaba si, desde su punto de —No, pero admito que todo
vista, la relación genética, esto me resulta irritante —la mujer
biológica... del pelo hinchado pestañea dos
—No existió ninguna relación veces—. Tanta reverencia..., no soy
—las palabras de Mamá le salen de una santa —la voz de Mamá vuelve
entre los dientes. a subir de volumen—. Me gustaría
—Y al mirar a Jack, ¿nunca le ha que la gente dejara de tratarnos
ocurrido que le recordara como si fuéramos los únicos que
dolorosamente sus orígenes? han pasado por una experiencia
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barandilla con las dos manos, bajo que lo han pedido especialmente
un pie, luego el otro, dejo resbalar para mí.
las manos y no me caigo; sólo hay —¿Listo para tu primera
un momento en que parece que me excursión al exterior? —me
voy a caer, pero enseguida apoyo el pregunta Paul.
pie otra vez. —Ya llevo seis días en el
—Noreen. Exterior —le explico—. Al aire libre
—Un segundito. he estado tres veces, y he visto
—Es que estoy bajando las hormigas, helicópteros y dentistas.
escaleras. —Jo.
Me mira sonriente. Después de la magdalena me
—Pero ¡caramba! pongo la chaqueta, el gorro y el
—Anda, choca esos cinco —dice protector y las gafas de sol chulas.
el doctor Clay. Noreen me da una bolsa de papel
Me suelto de una mano para marrón por si me cuesta respirar.
chocársela. —De todos modos —dice Paul
—¿Aún quieres ir a ver los cuando salimos por la puerta
dinosaurios? giratoria—, seguramente lo mejor es
—¿Sin Mamá? que tu mamá no venga hoy con
El doctor Clay asiente. nosotros, porque después de salir en
—Pero estarás con tu tío y tu tía ese programa de televisión anoche,
en todo momento, no has de temer todo el mundo la reconocería.
nada. ¿O prefieres dejarlo para otro —¿Todas las personas del
día? mundo entero?
Sí pero no, porque otro día a lo —O casi —dice Paul.
mejor los dinosaurios no están. En el aparcamiento levanta un
—Hoy, por favor. poco el brazo, como si quisiera que
—Buen chico —dice Noreen—, le diera la mano. Luego se le cae
así tu Mamá puede echarse una otra vez.
buena siesta y cuando vuelvas Algo me roza la cara y doy un
podrás explicarle todo lo de los grito.
dinosaurios. —Una gotita de lluvia, nada
—Qué tal, amiguete —es Paul, más —dice Paul.
mi Tío, no sabía que lo dejaran Miro el cielo, está gris.
entrar en el comedor. Creo que —¿Va a caernos toda encima?
«amiguete» es como los hombres —No pasa nada, Jack.
dicen «cielo». Quiero volver a la Habitación
Desayuno con Paul sentado a Número Siete con Mamá, aunque
mi lado, qué raro. Habla por un esté ida.
teléfono pequeño, dice que al otro —Bueno, ya estamos...
lado está Deana. El otro lado es el Hay una furgoneta verde, y
que no se ve. Hoy hay zumo sin Deana está en el asiento del volante.
trocitos. Está riquísimo, Noreen dice Mueve los dedos para saludarme
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subirse a unos escalones para mirar Niego con la cabeza. Mamá dijo
en el interior de todos ellos. que cuando fuéramos libres iríamos
Me dice que debería darme una los dos juntos.
ducha, pero hago como que no la —Pero si ya has salido afuera
oigo. un montón de veces...
—¿Qué quiere decir estable? — —En la clínica.
le pregunto al Abuelo. —El aire es el mismo, ¿o no?
—¿Estable? —se seca una Venga, vamos. Tu mamá me dijo
lágrima que le cae de un ojo—. Ni que te gusta escalar.
mejor ni peor, supongo —deja el —Sí, he escalado la Mesa, las
cuchillo y el tenedor juntos en su sillas y la Cama miles de veces.
plato. —Ni se te ocurra escalar mi
¿Ni mejor ni peor que qué? mesa, señorito.
La Muela Mala sabe ácida, por Me refería a la Habitación.
el zumo. Vuelvo arriba a dormir. La Abuela me hace la coleta
muy apretada y me la esconde por
dentro de la chaqueta; la saco otra
—Cariño —dice la Abuela—. vez. No dice nada de la crema
No vas a pasar otro día entero pegajosa y el gorro, ¿será que la piel
delante de la caja tonta. no se quema en esta parte del
—¿Eh? mundo?
Apaga la tele. —Ponte las gafas de sol. Ah, y
—Justo acabo de hablar con el unos zapatos como es debido, ese
doctor Clay por teléfono de las calzado no tiene ninguna sujeción.
necesidades de tu desarrollo, y he Cuando camino tengo los pies
tenido que decirle que estábamos apretujados aunque me afloje el
jugando a las damas. Velcro. Mientras vayamos por la
Pestañeo y me froto los ojos. acera no hay peligro, pero si
¿Por qué le ha dicho una mentira? caminamos por la carretera sin
—¿Mamá está...? querer, nos moriremos. Mamá no
—Sigue estable, dice. ¿Te está muerta, la Abuela dice que con
gustaría jugar a las damas de esas cosas no se dicen mentiras. Con
verdad? lo de las Damas le ha dicho una
—Las tuyas son para gigantes, y mentira al doctor Clay. La acera se
se caen. corta todo el rato y hay que cruzar
La Abuela suspira. la calle. Si nos damos la mano, no
—Ya te he dicho que son hay problema. A mí no me gusta
normales, lo mismo que el ajedrez y dársela, pero la Abuela dice que
las cartas. Tu mamá y tú teníais el peor para mí. El aire sopla y se me
tablero magnético en miniatura, que mete en los ojos, y el sol que se cuela
es para llevar de viaje. por el borde de las gafas me
Si nosotros nunca viajábamos... deslumbra. En el suelo veo una cosa
—Vamos al parque, anda. de color rosa que es una goma del
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pelo, un tapón de botella, una rueda echan a reír: creo que lo hacen a
que no es de un coche de verdad propósito. Me cuento los dientes
sino de juguete, una bolsa de frutos hasta veinte, y luego otra vez. Miro
secos sin frutos secos, un cartón de a una mujer que lleva a un bebé al
zumo donde se oye que todavía tobogán y lo pone a gatear por el
queda un poco, y una caca amarilla. túnel. Ella le hace una mueca a
La Abuela dice que no es de través de los agujeros de los lados y
persona, sino de algún perro hace como que no sabe dónde está.
asqueroso. Me estira la chaqueta. Miro a la niña grande, pero sólo se
—Apártate de eso —me dice. columpia, a veces con el pelo casi
La basura no debería estar ahí, rozando el barro, a veces erguida.
sólo las hojas que se le caen al árbol Los niños se persiguen y hacen
porque no puede evitarlo. En bang, bang con las manos como si
Francia dejan que los perros hagan fuesen pistolas; uno se cae y se pone
sus cosas en cualquier parte. Algún a llorar. Sale corriendo por la puerta
día puedo ir allí. y se mete en una casa. La Abuela
—¿A ver la caca? dice que debe de vivir ahí, ¿cómo lo
—No, no —dice la Abuela—, a sabe?
ver la Torre Eiffel. Cuando ya seas —¿Por qué no vas a jugar ahora
muy bueno subiendo escaleras. con el otro niño? —me susurra, y
—¿Francia está en el Exterior? luego grita—: Hola.
—me mira raro—. ¿Está en el El niño mira hacia donde
mundo? estamos, y yo me meto en un
—Todo está en el mundo. ¡Ya arbusto y me pincho la cabeza.
hemos llegado! Al cabo de un rato la Abuela
No puedo entrar en el parque, dice que hace más fresco de lo que
porque hay niños que no son mis parece y que tal vez deberíamos ir
amigos. La Abuela pone los ojos en yendo a casa a comer.
blanco. Tardamos cien horas, y me
—Sólo tienes que jugar a la vez parece que las piernas se me van a
que ellos, eso es lo que hacen los romper.
niños. —A lo mejor la próxima vez te
Puedo mirar por la valla, dentro lo pasas mejor —dice la Abuela.
de los rombos de alambre. Se parece —Ha sido interesante.
a la valla secreta de las paredes y el —¿Eso es lo que mamá te ha
Suelo por la que Mamá no pudo dicho que se dice cuando algo no te
seguir cavando. Al final la salvé y gusta? —sonríe un poco—. Yo se lo
salimos, pero entonces ya no quiso enseñé.
vivir más. Hay una niña grande —¿Ahora sí se está muriendo?
colgada boca abajo de un columpio. —¡No! —me dice casi con un
Dos niños montados en una cosa grito—. Leo habría llamado si
que no recuerdo cómo se llama que hubiera cualquier novedad.
sube y baja se caen de golpe y se Leo es el Astro; me confundo
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con tantos nombres. Yo quiero tener tumbo en el sofá y veo los dibujos.
mi nombre y ya está: Jack. Mientras, el Astro se sienta en la
En casa, la Abuela me enseña butaca reclinable a leer su revista
Francia en el globo terráqueo, que es World Traveler.
como una estatua del mundo que
siempre da vueltas. Esta ciudad
chiquitita en la que estamos es sólo Por la noche la Muela Mala
un punto, y la clínica cabe también viene a por mí dando brincos por la
dentro de ese punto. Y la calle: pum, pum, pum. Mide tres
Habitación, aunque la Abuela dice metros de alto, está llena de moho,
que no debo pensar más en ese se cae en pedazos y va destrozando
lugar, que me lo quite de la cabeza. las paredes a golpes. Luego voy
Como un montón de pan con flotando en un barco cerrado con
mantequilla con el almuerzo. Es pan clavos, los gusanos rastreros reptan
francés, pero creo que no lleva nada por el suelo...
de caca. Se me ha puesto la nariz Está oscuro, oigo un susurro.
roja y caliente, y también las mejillas Primero no sé qué es, luego resulta
y la parte de arriba del pecho, y los que es la Abuela.
brazos, y la vuelta de las manos y —Jack. Tranquilo, ya pasó.
los tobillos por encima de los —No.
calcetines. —Vuelve a dormirte.
El Astro le dice a la Abuela que Creo que ya no duermo más.
no se disguste. A la hora del desayuno la
—Si ni siquiera hacía sol —no Abuela se toma una pastilla. Le
deja de repetir ella, secándose los pregunto si son vitaminas. El Astro
ojos. se echa a reír.
—¿Se me va a caer la piel? — —Deberías hablar con él —le
pregunto. riñe la Abuela. Y luego a mí me dice
—Sólo se te pelarán algunas —: A nadie le viene mal una
zonas —dice el Astro. ayudita.
—No asustes al crío —dice la Me cuesta aprenderme esta
Abuela—. No va a pasarte nada, casa. Las puertas por las que me
Jack, no te preocupes. Ponte más dejan entrar a cualquier hora son la
crema para después del sol, verás cocina, la sala de estar, el gimnasio,
como te refresca... la habitación libre y el sótano, y
Me cuesta ponerme en la también ese trozo fuera del
espalda, pero no quiero que me dormitorio que se llama descansillo,
toquen los dedos de otras personas, como si sirviera para descansar,
así que me las apaño. aunque aún no he visto a nadie ahí
La Abuela dice que debería parado. Al dormitorio puedo entrar
llamar otra vez a la clínica, pero que si la puerta no está cerrada, porque
ahora mismo anda en otras cosas. si está cerrada, tengo que llamar y
Como me he quemado, me esperar. Puedo entrar al cuarto de
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Abuela. Asiente todo el rato y dice Eso la hace reír, no sé por qué.
—: Pues mira, está manteniendo el —¿Te lo estás pasando bien?
tipo. —El sol me quemó la piel y me
Me da de nuevo el teléfono, ha picado una abeja.
oigo a Mamá decir «perdona» un La Abuela pone los ojos en
montón de veces. blanco. Mamá dice algo, pero no la
—¿Ya no estás envenenada con oigo.
la medicina mala? —le pregunto. —Ahora tengo que irme, Jack,
—No, no, estoy mejor. necesito dormir un poco más.
—¿No te has ido al Cielo? —¿Y luego te despertarás?
La Abuela se tapa la boca con la —Te lo prometo. Estoy tan... —
mano. Mamá hace un ruido, no sé si parece como si se le cortara la
es que llora o que se ríe. respiración—. Hablamos otro día,
—Ojalá. pronto, ¿de acuerdo?
—¿Por qué dices que ojalá —De acuerdo.
estuvieras en el Cielo? No se oye nada más, así que
—No hablaba en serio, sólo era cuelgo el teléfono.
una broma. —¿Dónde está tu otro zapato?
—Pues esa broma no hace —me pregunta la Abuela.
gracia.
—No.
—No digas que ojalá. Miro las llamas anaranjadas que
—Vale. Estoy aquí, en la clínica. bailan debajo de la olla de la pasta.
—¿Estabas cansada de tanto La cerilla está sobre la encimera, con
jugar? la punta negra y rizada. La acerco al
No oigo nada, creo que se ha fuego, que silba. Brota otra llama y
ido. dejo caer la cerilla en los fogones. La
—¿Mamá? llamita se hace casi invisible, va
—Estaba cansada —dice—. comiéndose a mordisquitos la cerilla
Cometí un error. hasta que se queda completamente
—¿Y ya no estás cansada? negra y un humo pequeño sube
Al principio no dice nada. como una cinta plateada. Huele
—Lo estoy. Pero no pasa nada mágico. Saco otra cerilla de la caja,
—dice luego. prendo el extremo con el fuego, y
—¿Puedes venir aquí a mecerte esta vez la sujeto cuando hace ese
en la hamaca? silbido. Es mi llamita, puedo
—Muy pronto —dice. llevármela a donde quiera. Dibujo
—¿Cuándo? un círculo con ella y primero creo
—No lo sé, depende. ¿Qué tal que se ha apagado, pero luego
va todo con la abuela? vuelve. La llama se hace más grande
—Y el Astro. y se extiende por la cerilla,
—Eso. ¿Qué hay de nuevo? convertida en dos llamas distintas
—Todo —digo. con una línea roja chiquitita en la
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los autógrafos que he hecho. Tira de del aparcamiento tan rápido que las
mí de la mano. Cuando salimos ruedas rechinan. En el coche cada
corriendo de la tienda, la puerta vez me siento más enfadado, estoy
empieza a aullar y la Abuela tira la rabioso.
pelota de fútbol en la moqueta. Cuando llegamos a la casa
En el coche ni me mira por el guardo todas mis cosas en la
espejo. mochila de Dora, menos los zapatos,
—¿Por qué has tirado mi que no caben y los tiro a la basura.
pelota? —le pregunto. Luego enrollo la Alfombra y la bajo
—Se ha disparado la alarma — a rastras por las escaleras.
dice la Abuela—, porque no la había La Abuela entra en el recibidor.
pagado. —¿Te has lavado las manos?
—¿Estabas robando? —Vuelvo a la clínica —le grito
—No, Jack —grita—, iba dando —, y no puedes impedírmelo
vueltas como una loca buscándote porque eres..., eres una desconocida.
—luego, más calmada, dice—: —Jack —me dice—, pon esa
Podría haber pasado cualquier cosa. alfombra apestosa donde estaba.
—¿Como un terremoto, por —Tú sí que eres apestosa —le
ejemplo? contesto con un rugido.
La Abuela me mira muy seria Se aprieta el pecho.
por el espejito. —Leo —dice hablando por
—Te podría haber raptado un encima del hombro—, te juro que ya
desconocido, Jack, de eso estoy he hecho todo lo que...
hablando. El Astro sube las escaleras y me
Un desconocido no es un levanta en vilo.
amigo; pero las mujeres eran amigas La Alfombra se me cae al suelo.
que acababa de conocer. El Astro quita de en medio mi
—¿Por qué? mochila de Dora de una patada. Me
—Pues porque podría querer a lleva en brazos, yo grito y le doy
un niño para quedárselo, golpes porque está permitido, es un
¿entiendes? caso especial, incluso podría
No suena muy bonito. matarlo. Lo mato una vez, y otra...
—O incluso hacerte daño. —Leo —gimotea la Abuela
—¿Te refieres a él? —al Viejo desde abajo—, Leo...
Nick; no puedo decir su nombre. ¡Diantre! Va a hacerme pedazos,
—No, él no puede salir de la va a envolverme en la Alfombra y a
cárcel, pero a alguien como él —dice enterrarme mientras los gusanos
la Abuela. rastreros reptan por el suelo...
No sabía que en el mundo El Astro me tira encima del
hubiera alguien como él. hinchable, pero no me hago daño.
—¿Puedes volver ahora a Se sienta en el borde, y el
recoger mi pelota? —le pregunto. colchón se levanta igual que una ola.
Pone el motor en marcha y sale Aún estoy llorando y temblando, y
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siempre con gafas de sol, hasta en el —Genial —me dice Paul—. Otra
ascensor, camina a la pata coja vez.
apoyándose en una muleta; las —No, tú —le digo.
niñas creo que no hablan, pero a Paul da una patada tremenda, y
una la saludé con los dedos y la pelota vuela más allá del edificio
sonrió. y cae en unos arbustos, lejos.
—Ve a por ella —me grita.
Cuando chuto, la pelota se cae
Hay cosas nuevas todos los al estanque y me echo a llorar.
días. Paul la saca con una rama. La
La Abuela me compró un juego chuta lejos, lejos.
de acuarelas, diez óvalos de colores —¿Quieres enseñarme lo rápido
en un estuche con una tapa que corres?
invisible. Aclaro el pincelito después —Hacíamos la Pista alrededor
de usar cada color, para que no se de la Cama —le explico—. Sé correr
mezclen, y cuando el agua se pone superrápido, hice un ida y vuelta en
sucia la cambio y ya está. La dieciséis pasos.
primera vez que levanté la pintura —Caramba. Seguro que ahora
para enseñársela a Mamá chorreó puedes ir aún más rápido.
por todas partes, así desde entonces Digo que no con la cabeza.
las dejo secar encima de la mesa. —Me caeré.
Vamos a la casa de la hamaca y —No lo creo —dice Paul.
hago LEGOS alucinantes con el —Estos días me caigo siempre,
Astro de un castillo y un el mundo está lleno de tropezones.
bolidomóvil. —Sí, pero este césped es
La Abuela puede venir a vernos mullido como una alfombra, así que
sólo por las tardes, porque ahora aunque te caigas no te haces daño.
por la mañana trabaja en una tienda Vienen Bronwyn y Deana, las
donde la gente compra pelo nuevo y veo a lo lejos con mis ojos de lince.
pechos nuevos cuando los suyos se
les caen. Mamá y yo vamos a
esperarla a la puerta de la tienda y Cada día hace un poco más de
la espiamos: la Abuela no parece la calor, Mamá dice que para ser abril
Abuela. Mamá dice que todo el es increíble.
mundo tiene varios yos. Luego llueve. Mamá dice que
Paul viene a nuestra Vivienda sería divertido comprar dos
Independiente con una sorpresa paraguas y salir a pasear mientras la
para mí: una pelota de fútbol, la que lluvia rebota en la tela impermeable
la Abuela tiró al suelo en la tienda. y no nos moja ni un pelo, pero no
Bajo con él al parque, Mamá no, me lo creo.
porque va a una cafetería a Al día siguiente ya no llueve, así
encontrarse con una de sus viejas que salimos. Hay charcos, pero no
amigas. me dan miedo. Llevo mis zapatos
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Agradecimientos
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