Canciones de Un Juglar

Canciones
de un Juglar
Eloísa Pérez de Pastorini
Ilustraciones de maría Eugenia Assanelli
AULI
Biblioteca Plan Ceibal
CANCIONES DE UN JUGLAR
(Selección)
Editado por Asociación Uruguaya de Literatura Infantil-

juvenil (A.U.L.I.), 2008.
PÉREZ DE PASTORINI, Eloísa

(La Cruz, departamento de Florida, 1926- Montevideo,
2008)
Maestra y escritora, estudió Literatura en la Facultad de Humanidades y Ciencias y en
el Instituto de Estudios Superiores. Docente del área preescolar, primaria y secundaria.
Cofundadora y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Uruguaya de Litera-
tura Infantil-juvenil (A.U.L.I.), publicó: Trigal (1975, “Distinción de Honor” de la Junta
de Historia y Letras de San Vicente, Argentina); Detente, peregrino (1978, ed. Alfar,
poemario aprobado por el Consejo Nacional de Educación para ser difundido en las tres
ramas de la Enseñanza); Palomitas de papel (1984, Premio del Ministerio de Educación
y Cultura de Uruguay, ed. A.U.L.I., El conejito olvidado (1990, A.U.L.I.); en coautoría
Crear lazos (1979) y Alas (1998). Participó en numerosas ediciones colectivas del Taller
de la Palabra, Grupo Erato, A.U.L.I. y Fondo Editorial Bonaerense, así como en antolo-
gías que representan al país. En 1998 recibe el Premio Pléyade III por su participación
en Constelación poética hispanoamericana(Argentina). En ensayo dio a conocer “El
alba de la vida” en el Boletín nº 21 de A.U.L.I. Su obra se ha difundido en coediciones con
Perú y a través de la Asociación de Literatura Femenina Hispánica, con sede en EE. UU.
Laureada en distintos certámenes literarios, algunas de sus obras fueron musicalizadas
e ilustradas por diferentes artistas.
Colaboradora de distintas publicaciones periódicas
nacionales y extranjeras.
Canciones de un juglar ve la luz a través de la Colección “Tente en el Aire” de A.U.L.I.

(2008).
2
Canciones de un juglar • Eloísa Pérez De Pastorini
Carta a los lectores de

Canciones de un juglar
Cuando Eloísa publicó Palomitas de papel, que dio nom-

bre a una de las primeras colecciones de libros de A.U.L.I.,
decíamos que eran mariposas de ternura nacidas en el
corazón de una madre poeta. Esa voz lírica, acendrada de
sueños, le cantó a también nietos y bisnietos y guardó, con
exquisito pudor y sensibilidad, Canciones de un juglar.
Un hecho fortuito permite el encuentro con este mate-
rial y decide publicarlo en nuestra colección “Tente en el
Aire”.
Doble alegría por el reencuentro con estos poemas, que

habíamos leído en su momento, y con la insoslayable pre-
sencia de esta mujer que es poesía. Un estilo sutil, con
evocaciones al legado de cariño, hace de su canto una voz
diferente que se alza por su melodía, por su suavidad, por
su tibieza.
La Asociación Uruguaya de Literatura Infantil-juvenil

(A.U.L.I.) se siente gratificada de poner en tus manos este
poemario, porque el niño debe conocer desde las cancio-
nes de cuna a los cantos épicos. La educación por la pala-
bra integra la forma a la materia, la sensibilidad al pen-
samiento, y es necesario conjugar esos diversos intereses
que permitirán al niño poseer el universo circundante.
3
El niño actual está viviendo en un mundo distorsiona-

do por el odio, las guerras, la pornografía, las apeten-
cias personales. Y el hombre que tiene en las manos las
alas de ese niño, está sacrificando una parte esencial de
su yo: el espíritu. El hombre está olvidando mirarse a
sí mismo y ¿qué mejor espejo que la poesía? Hay que
leer poesía. Leer poesías que, como las Canciones de
un juglar, entrañan un canto a la vida, a la familia, a los
valores, al ensueño. Poesía que bebe en el manantial de
la infancia y comparte con hadas y duendes un lugar de
privilegio.
Muchas veces la poesía para niños se confunde con el

hecho pedagógico. Pero debemos tener claras las di-
ferencias. Puede estar o no escrita para el niño, pero
debe estar pautada por un valor estético. “Poesía que si
no se canta, podría cantarse” (Gabriela Mistral). Len-
guaje que despierta en las sílabas asombrado de pája-
ros y soles, un transformador de la piedra en ave, de la
sed en río, de la palabra en canto.
4
El poema, hacedor de claridades, memorioso de sue-

ños, vencedor de razones y tiempos y silencios, es con-
ciencia del goce, del dolor, del pensamiento. Un ca-
mino por el cual el adulto puede llegar a la infancia y
enriquecerla con una nueva significación.
Poesía, afecto e intelecto se unen, amigo lector, para

que puedas, de la mano de Eloísa Pérez de Pastorini,
descubrir ese tesoro que lleva a niños y adultos al país
del pájaro que canta a través de un juglar.
Dra. Sylvia Puentes de Oyenard
Presidenta Fundadora de A.U.L.I.
5
RONDA DE PRIMAVERA
Canta, canta... Y el vientecillo inquieto

el almendro en verde rama. a los niños les cuenta:
Antonio Machado -¡Jugué con el molino
y en la verde floresta!
La fronda renacida.
La mies crece...Alondras... ¡Primavera ha llegado
Vuelan las golondrinas... trayendo vida. Dicha!
Los niños hacen ronda: Los pequeños la sienten...
el cantar es alegre, Su ronda es flor abierta
la risa, contagiosa. con pétalos vivientes.
El patio de la escuela
hoy tiene bella luna
redonda, juguetona...
En el cerco sonríen
florecillas dulzonas.
Y liban en sus labios
mariposas y abejas,
el néctar que atesoran.
De las quintas cercanas,

los floridos jardines
y la campiña, llegan
perfumes delicados,
madrigal de agua fresca...
6
LA CASA DE LOS ENANITOS
Era un árbol añoso, Sonrientes y saltando

lleno de alas, van por la senda,
en un lejano bosque sus palos y sus picos
tras las montañas. con prisa llevan.
En su tronco habitaban Abrigadas bufandas

los enanitos, si tienen frío;
que de él habían hecho un cantar jubiloso
cálido nido: en el estío.
muy bonita la casa,
prolija y clara. Y cuando el sol se pone
(La habían construido tras las montañas
mientras cantaban.) retornan los enanos
hacia la casa,
Al alba, cuando su oro a buscar el descanso,
el sol alzaba, sueños alegres
las aves, con sus trinos, y a esperar la visita
los despertaban de Blancanieves...
y, listos, los enanos,
se levantaban
para ir por diamantes,
por esmeraldas...
7
RECUERDOS
Caminitos de un jardín.
Tarde de lluvia, ¡alegría!
La madreselva en los cercos
en perfumes sonreía...
¡Qué dicha correr descalzos
cuando en verano llovía!
Botecitos de papel
alzaban pequeñas velas
que la brisa conducía
entre pimpollos y hojuelas.
Mi perro amigo saltaba

y chapoteaba en los charcos,
mirándome con sus ojos,
tan dulces, puros y mansos...
Luego venía hacia mí
y nos íbamos, jugando,
por los caminos mojados...
Jardín lejano...florido...
Verano. Cálida siesta.
Aún conserva mi recuerdo
aroma de madreselvas.
8
VERANO
Mañana clara de estío. Un rebañito a la sombra

Mies dorada y nuevas parvas. descansa en húmeda orilla...
Corremos hacia el arroyo Las abejas vuelan...vuelan
a oír el canto del agua, en busca de campanillas.
¡mojarnos en la cascada!
¡Verano de las cosechas
El sol ardiente ha encendido abundosas...Buen verano!
las amapolas, los ceibos; Tiempo de las vacaciones
y con su calor madura con paseítos al campo...
ricas frutas, opulentas. Tiempo de espigas, duraznos
Los pájaros buscan fresco y un cantar en alma y labios...
en las ramas de la higuera,
junto al camino sediento.
9
LA MARGARITA LA NIÑA Y EL CARACOL
La margarita es un sol. Caracolito viajero

¡Mágica, la margarita! de mi jardín –oro y jade-.
Descendió en el aire, aire, ¿Adónde vas con tu casa,
Como ave estremecida... tan lento, lento, a la tarde?
La brisa la va meciendo -A buscar la doncellita

en un regazo aromado. que me aguarda en la azucena
La margarita se inclina que le vas a regalar
y se eleva hacia el espacio. a tu linda madrecita,
tan cariñosa y tan buena.
Dime flor de sol y luna
que en mi patio te levantas:
-¿Puedes contarme qué viste
en el cielo esta mañana?
-He visto nubes de rosa,

alhelíes y manzanas,
jugando a la rueda-rueda,
en las praderas del alba...
10
COMO LA ABEJA
Haz como la abeja

de aquel colmenar,
que entre lirio y cardo
recoge dulzores
y su miel nos da...
11
AURORA
Arreboles de febrero... Arroyo de mi niñez...

Sol de oro y verdes llanos. Hermano que baja al río
Sus perlas finas, brillantes, para llegar a la mar...
el rocío va enhebrando. Cantando hacemos senderos
entre trigales o erial.
La brisa mece las mieses
ricas de espigas...¡Promesa! Amanecer de febrero,
Aurora clara, amapolas lejano...Conmigo vas.
que en mi alma juguetean.
Cantan, alegres, los pájaros.

En la húmeda gramilla
pasta, apacible, el rebaño.
Ríe la mañana niña...
Melodioso y tesonero
pule el arroyo sus piedras,
dejando en nuestros oídos
su canción fresca y eterna...
12
EL NIÑO SEMBRADOR EL DURAZNERO

ME OFRECE...
El niño puso en el surco
la semilla, con amor, El duraznero me ofrece
le dio de beber la lluvia sus bellas frutas maduras.
y el sol le brindó calor. Está oscura la mañana.
En mi techo oigo la lluvia.
El niño riega que riega
con su mano de algodón Y el viento, de alas veloces,
y una esperanza muy dulce pasa entre las verdes ramas
le brota del corazón. que, perdiendo su tesoro,
con tristeza, calma aguardan...
La tierra arrulla la siembra
con polvorienta canción, ¿Adónde irá la fragancia
y dos manecitas verdes de los duraznos caídos...?
saludan luz y color. Madre: ¿adónde su perfume
que tanto gusta a los niños...?
El niño riega que riega
alzando miel en su voz
y un tallo recién nacido
se abre en tierno verdor...
13
LEYENDA DE LA ESTRELLA DE MAR
Una estrella traviesa Y fue hermosa la sorpresa

quiso llegar a la tierra cuando al despertar se vio
y en una noche de luna, transformada en una estrella
fugaz, se vino contenta. de mar, junto al caracol...
Al observarla, una ola

la esperó con sus espumas
y allí soñó la pequeña
que dormía en una cuna
que la mecía suavemente
y una canción entonaba.
Cuando pasaba la brisa,
perfumes la acariciaban.
¡Tanto soñó la estrellita

y era tan bello su sueño...!
Quiso quedarse en el agua,
ser amiga del cangrejo,
los peces, las verdes algas...
14
AMIGO LIBRO
Te amo, libro amigo,

de luz y ejemplos, fuente.
Sembrador generoso
que cultivas mi mente.
Tú me das alba y alas,

contento y enseñanzas.
Me sacas de la sombra
¡y la estrella me alcanzas!
Satisfaces mi sed
de saber más y más.
Dignificas mi mano
y elevas mi pensar.
15
CANCIÓN DE CUNA
Para María José Vigo Pastorini

Para esta dulce niña –corola de alborada-
Una cálida nana que brota de mi alma.
“¡Ah, si en su vida hallara completa, la esperanza!”...
Duérmete chiquita La risueña luna

-pañal y tibieza- que alumbra tus sueños
duérmete sonriendo con rayos muy claros
niña de bondad. te acariciará.
El sol ya se oculta Soñarás, mi niña,

tras los naranjales, con paz y ternura
los pájaros alzan y un bello lucero
su adiós al trinar. que te guiará...
Cierra tus ojitos, Cáliz que te elevas

descansan las ramas, en busca del sol:
los tibios polluelos a tu lado vela
en el nido están. el niñito Dios.
Nocturnas fragancias
-jazmines y rosas-
en suaves cendales
reposo traerán.
16
OTOÑO EN EL CAMPO
Ha llegado otoño, Muchas -avecillas

amarillo y grana. que quieren volar-
Las aves se marchan... de los altos gajos
Son liras del viento se despedirán...
las desnudas ramas.
¡No te apenes, árbol,
El arroyo claro que en la primavera,
recuerda, entre piedras, tiernas, volverán...!
sus hojas amigas,
antes de esmeralda,
hoy mustias viajeras
-azafrán y oro-
que por él navegan;
otras, con el aire

se irán a jugar;
tal vez, bajo un tala,
ronda formarán
antes que el invierno
llegue sin piedad...
17
LAS FLORES QUE TÚ CORTASTE
Sobre la mesa quedaron

las flores que tú cortaste;
un aura dulce, serena,
las va envolviendo en la tarde...
Del otoño, la tibieza,

abraza al quieto paisaje;
y tu recuerdo, ¡recuerdo!
el alma de gracia invade...
18
INVIERNO
El viejecito Invierno Las aves se guarecen

con su capa de niebla en nidos abrigados.
y su alforja grisácea Descansan las raíces.
el frío nos acerca. El sol está lejano...
Trae viento traviesos, Con mucho frío el osito

temporales, granizo. se acuesta en su cubil,
¡Sólo tú eres refugio, pues durante el invierno
hogar querido y tibio! se recoge a dormir.
Sobre el campo, la escarcha. La ardilla, previsora,

Las ramas, ateridas. fue guardando bellotas
La madre, junto al fuego en los días templados;
teje. Los niños miran y ahora está amparada
a través de los vidrios en su tronco de árbol...
la calle con neblina...
19
CANTA LA AVENA
Canta la avena que crece, Y dice la tierna avena

canta al salir el sol: bajo el ritmo de la lluvia:
El niño que me ha sembrado, Dios bendiga al dulce niño
pan tiene en el corazón. y a las gotas me arrullan...
Canta la avena que crece,

canta bajo el mediodía:
El niño que me ha sembrado,
dulzor lleva en sus pupilas.
Dice la avena crecida,

bajo nubes y arreboles:
La mano que me ha plantado
es promesa en sus albores.
Sueña la avena crecida

cuando ilumina el lucero:
El niño que me ha cuidado
tiene los más bellos sueños.
20
NIÑOS TITIRITEROS
Con un biombo de mi abuela, “Caperucita”, “Pinocho”,

retazos, clavos, pinturas, también “La bella durmiente”,
construimos el teatrito dándonos siempre esperanzas,
en una tarde de lluvia. soñando vida sonriente...
Ya habíamos hecho los títeres. Teatrito azul de la infancia:

¡Oh, muñecos adorados! oasis de agua fresquita;
Los vestidos de colores manantiales de alegría
y sus caritas pintamos. brotando de nuestra vida...
En nuestras manos de niños

¡cobraban vida, saltaban!
Eran personajes tiernos
o, a veces, ¡brujas malvadas!
¡Qué alborozo en las funciones

de nuestro teatrito “Ensueños”,
con sus bonitas canciones
e inolvidables cuentos!
“Ricitos de oro”, “Hormiguita”,

“Patito feo”, “Cenicienta”.
Aquel abeto del bosque
pequeñito, en clara fiesta...
21
LOS TESOROS DEL ZAGALITO
Mientras sus ovejas cuida con amor,

el zagal pequeño mira alrededor.
Y va descubriendo hermosos tesoros
que natura, buena, regala a sus ojos.
El fiel zagalito, piensa emocionado,
al ver las bellezas que Dios le ha brindado:
-Hoy me siento rico sobre el trebolar,

tengo de esmeraldas ¡un mar sin igual!
Hoy me siento rico porque el señor sol

me da sus monedas, redondas, sin par,
bajo las higueras contemplo el tesoro:

sobre fresca hierba, moneda de oro.
Poseo zafiros en cielo de abril

y ópalos vivos en el limonar.
Diamantes brillantes al amanecer
cuando el rocío besa el pastizal.
22
Preciados rubíes en las amapolas

que, con arreboles, me brinda la aurora.
Soy zagal dichoso: me brindan amor.

La naturaleza: joyas, luz, color,
ricos alimentos, cielo, arroyo, flor...
y este rebañito que me dio el Señor.
(Lo cuido escuchando al viento cantor...)
Y tengo un tesoro, ¡valioso!, guardado:

todo el cariñito de mi corazón, preciosa medalla
que Dios me ha enviado y que daré yo...
23
LUCERO DE MIS RECUERDOS
Abuela de azahar y nardo.

Larga ternura...Sonrisas.
Como aquella de los cuentos,
la más serena y querida.
Un entorno de gorjeos
sostenidos en la brisa
albergaba tu presencia
que adoraba mi alma niña.
Tú me enseñaste a querer
al sol, la naturaleza.
A vibrar frente a las noches
de clara luna y estrellas;
amar a Dios, al hermano,

el perdón, sanos consejos;
a compartir y oraciones
que he guardado en mi recuerdo...
Y me enseñaste a adorar
la lluvia sobre las siembras...
Recogerme junto al leño
meditando, en la tormenta...
24
Tú me mostraste que es (En tus manos tibia lana.)

ley amar el lar y estrechar-
se en un nudo apretadito ...Tardes malvas del otoño
en la alegría o los males. al regreso de la escuela
cuando cariñosamente
Abuela de azahar y nardo: preparabas mi merienda...
Voy tornando a tus gavi- Tardes frías del invierno

llas...Manos ubicuas, pan junto al hogar –fuego y can-
tibio. Sol dorado en tus to-
espigas...
jugando con mis muñecas
Abuela de azahar y nardo: o escuchando tus relatos...
Lejano y musical verbo...
¿Qué ángel signó tu vida Abuela de azahar y nardo
sembradora de lo bueno? que peinaba mis cabellos...
La más querida y más dul-
¿Qué ángel nimbó las ce,
tardes en que tú nos es- Como aquella de los cuen-
perabas con calidez sin tos...
igual...?
Abuela de azahar y nardo:
hoy en mi voz tiembla el
verso
para decirte cantando:
¡lucero de mis recuerdos!
25

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Editado por Asociación Uruguaya de Literatura Infantil-

PÉREZ DE PASTORINI, Eloísa

Canciones de un juglar ve la luz a través de la Colección “Tente en el Aire” de A.U.L.I.

Carta a los lectores de

Cuando Eloísa publicó Palomitas de papel, que dio nom-

Doble alegría por el reencuentro con estos poemas, que

La Asociación Uruguaya de Literatura Infantil-juvenil

El niño actual está viviendo en un mundo distorsiona-

Muchas veces la poesía para niños se confunde con el

El poema, hacedor de claridades, memorioso de sue-

Poesía, afecto e intelecto se unen, amigo lector, para

Dra. Sylvia Puentes de Oyenard

Presidenta Fundadora de A.U.L.I.

Canta, canta... Y el vientecillo inquieto

De las quintas cercanas,

LA CASA DE LOS ENANITOS

Era un árbol añoso, Sonrientes y saltando

En su tronco habitaban Abrigadas bufandas

Mi perro amigo saltaba

Mañana clara de estío. Un rebañito a la sombra

LA MARGARITA LA NIÑA Y EL CARACOL

La margarita es un sol. Caracolito viajero

La brisa la va meciendo -A buscar la doncellita

-He visto nubes de rosa,

Haz como la abeja

Arreboles de febrero... Arroyo de mi niñez...

Cantan, alegres, los pájaros.

EL NIÑO SEMBRADOR EL DURAZNERO

LEYENDA DE LA ESTRELLA DE MAR

Una estrella traviesa Y fue hermosa la sorpresa

Al observarla, una ola

¡Tanto soñó la estrellita

Te amo, libro amigo,

Tú me das alba y alas,

Para María José Vigo Pastorini

Duérmete chiquita La risueña luna

El sol ya se oculta Soñarás, mi niña,

Cierra tus ojitos, Cáliz que te elevas

Ha llegado otoño, Muchas -avecillas

otras, con el aire

LAS FLORES QUE TÚ CORTASTE

Sobre la mesa quedaron

Del otoño, la tibieza,

El viejecito Invierno Las aves se guarecen

Trae viento traviesos, Con mucho frío el osito

Sobre el campo, la escarcha. La ardilla, previsora,

Canta la avena que crece, Y dice la tierna avena

Canta la avena que crece,

Dice la avena crecida,

Sueña la avena crecida

Con un biombo de mi abuela, “Caperucita”, “Pinocho”,

Ya habíamos hecho los títeres. Teatrito azul de la infancia:

En nuestras manos de niños

¡Qué alborozo en las funciones

“Ricitos de oro”, “Hormiguita”,

LOS TESOROS DEL ZAGALITO

Mientras sus ovejas cuida con amor,