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Tema 31 Secundaria
Tema 31 Secundaria
Tema 31 Secundaria
Bases lingüísticas,
psicológicas y pedagógicas.
1. Introducción
2. Diferencias lengua escrita-lengua oral.
3. La comprensión y expresión de textos orales.
4. Bibliografía
1. Introducción
Este tema y el siguiente están íntimamente unidos, por lo que deberán prepararse
conjuntamente, ya que son múltiples las intersecciones y, por tanto, inevitables las
redundancias.
Estos dos temas, que tienen un enfoque claramente didáctico, no pueden evitar un
acercamiento multidisciplinar, ya que son diversas las materias que han de considerarse
tal como están enunciados.
Por otro lado, son obvias las conexiones con otros temas que afectan a la
comunicación oral. Hay que tener en cuenta, pues, que por lo que se refiere a la
comunicación oral y a la relación entre lenguaje y pensamiento hemos de remitirnos a
conceptos ya vistos, que deberán ser revisados de nuevo para una preparación global de
la oposición.
Unidades monologales
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Además, en toda conversación, hay una intervención, denominada intervención iniciativa,
que dirige el intercambio y que suele ser la primera.
Como sabemos, el objetivo que los hablantes pretenden conseguir mediante la
comunicación, puede estar elíptico. Por ejemplo, si en el transcurso de una conversación
entre amigos sobre una excursión al campo alguien dice Los demás compañeros ya han
ido y lo han pasado muy bien, el elemento directivo (Proponemos ir al campo), está
implícito.
Unidades dialogales
Según Silvia Elstein, “la noción de interacción es un concepto importado por la lingüística de
otras disciplinas, en particular, de la biología, la sociología, la antropología y psicología, que
comienzan a interesarse por los individuos como el resultado de un proceso de cooperación
constante. La escuela de Palo Alto, desde un enfoque psicoterapéutico, la Etnografía de la
comunicación o la Etnometodología se identifican como los primeros en desarrollar la noción
de interacción así como los pioneros en aplicarla al dominio de lo verbal.”
El intercambio es la unidad mínima conversacional; está constituido por al menos
dos intervenciones de distintos interlocutores.
Una cuestión a la que dedicaremos una cierta atención son las relaciones y
diferencias entre lengua hablada y lengua escrita, para delimitar cómo la escuela tiene
que abordar la conexión y las especificidades de estos dos tipos de habla.
Podemos citar lo que dice Vigner sobre los modelos de relación entre la lengua
oral y la escrita sobre la enseñanza de la lengua. Para este autor hay tres concepciones:
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3) otra visión, que incorporaba las gramáticas del texto y del discurso y la
pragmática, según la cual el plano oral y el escrito son dos códigos distintos de la misma
lengua.
Desde una perspectiva psicolingüística Scinto aporta tres modelos (todos ellos
estructuralistas) de la relación entre lengua oral y lengua escrita.
Hasta bien entrada la edad contemporánea, una gran mayoría de hablantes de las
lenguas usadas en el mundo occidental era analfabeta; mientras no se generalizó la
educación pública la lengua escrita sólo fue conocida y usada por una minoría. La
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prioridad de la lengua hablada procede de su antigüedad. Hay lenguas que no tuvieron
tradición escrita durante siglos, como es el caso del vasco. Por este motivo, muchas
modalidades lingüísticas no han logrado salir de sus límites geográficos y de su empleo
en registros coloquiales.
Una pregunta teórica es si se puede alcanzar un dominio de uno de los dos planos
independientemente del otro. Es obvio que la experiencia demuestra que sí, sobre todo
en el caso de lenguas nativas, en las que podemos ver casos extremos de traductores
que trabajan con textos escritos y que no necesitarían ni demostrar ninguna destreza
fónica ni tampoco rasgos de expresividad ni eficacia oratoria. También es posible
comprobar cómo personas que han alcanzado en la comunicación ordinaria (en la calle,
con sus amigos, oyendo la radio o la televisión, etc.) un dominio de una lengua extranjera
incluso sin saber leer pueden llegar a ser excelentes comunicadores, hasta con las
técnicas ya un poco arcaicas de los antiguos "charlatanes de feria", que en ocasiones
eran casi analfabetos y dominaban el ritmo, el gesto, el tono, la linealidad discursiva y la
atracción del auditorio.
Pero, aunque esto sea posible, didácticamente sería un error desarrollar sólo una
de estas dos destrezas verbales, porque es fácil ver cómo se pueden ayudar
mutuamente, sobre todo en los niveles de la lengua culta, que trasladan esquemas
gramaticales y textuales procedentes de la lengua escrita.
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informaciones que se pueden expresar con más facilidad en un medio oral (sarcasmo,
excitación) que en uno escrito y a la inversa (reflexión, invitación a la relectura).
También está claro que cada uno de ellos tiene unos procedimientos diferenciados
de expresión. Además, no todas las informaciones de la lengua hablada las puede
expresar exactamente igual la lengua hablada (todos los signos enunciativos, por
ejemplo...).
LA LENGUA ORAL
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de palabras nuevas (neologismos) y de expresiones coloquiales.
17. Cuando hablamos, no tenemos la manera de operar una reflexión metódica sobre
lo que decimos. La lengua oral no nos permite autoanalizar nuestro propio
pensamiento.
LA LENGUA ESCRITA
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tiempo y en el espacio, debe ser lo suficientemente explícito, pues la significación
de lo que desea comunicar radicará enteramente en el texto, el cual deberá
concentrar, mediante el código lingüístico, todas las pistas que permitan al lector
interpretar debidamente la finalidad comunicativa del escritor.
16. Es más conservadora y menos dinámica que la lengua oral. El hecho de ser
más estable y selectiva en el empleo de palabras y expresiones, hace que la
lengua escrita se caracterice por su discreción para aceptar neologismos y
formas coloquiales.
El sistema de reglas formulado por Van Dijk se propone extraer las ideas globales,
capta las relaciones jerárquicas, elimina la información accesoria. Van Dijk pretende
desarrollar los procesos mentales que subyacen a la comprensión de textos orales y
escritos, mediante la determinación de las reglas y estrategias que rigen su
funcionamiento.
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Para Sánchez Miguel, por su parte, la comprensión de un texto supone varios
procesos:
1. Análisis perceptivo de señales (auditivas o visuales).
2. Reconocimiento de dichas señales.
3. Atribución de un significado a las señales escritas.
4. Organizar estos significados en proposiciones
5. Reconstruir las relaciones entre proposiciones
6. Extraer el significado general de una secuencia de proposiciones
7. Asignar las proposiciones a una categoría funcional
8. Construir un modelo de situación en el que los hechos denotados tengan alguna
virtualidad.
Comprensión fonológica
Comprensión y producción morfológica
Comprensión sintáctica
Comprensión y producción semántica
- La adquisición de las reglas es un proceso gradual para los alumnos que están
aprendiendo aún los mecanismos orales de la lengua.
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enunciado: "tras el reconocimiento fonológico/ortográfico de las palabras del texto, y
después de haberles asignado una categoría gramatical es necesario reconocer la
estructura en la que se insertan y conforme a la que han sido agrupadas". Para Miller e
Isard, el grado de dificultad en la captación sintáctica está directamente relacionado con
la longitud de su historia derivativa que lleva de la estructura profunda a la superficial;
para los restantes, los datos necesarios para comprender una lengua se encuentran en la
estructura superficial.
a) El modelo de rasgos
El análisis componencial, mantenido tanto por generativistas como por
estructuralistas distingue rasgos inherentes y secundarios de los signos léxicos.
b) El modelo de prototipos
Las asociaciones de palabras con prototipos, que son cognitivos y sociológicos
desempeñan una función esencial en la captación de los mensajes verbales.
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forma del contenido. Por tanto, pese a que muchos textos presentan estos dos enfoques
como antagónicos, en la práctica son complementarios.
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Hemos de tener en cuenta los rasgos del discurso oral que el hablante ha de
reconocer en la comprensión y en la expresión. Los rasgos proxémicos, quinésicos,
paralingüísticos y contextuales de los que nos ocupamos en el tema correspondiente son
esenciales para determinar el valor del significado global del discurso oral y también son
esenciales para su producción, para diseñar estrategias comunicativas.
Según este autor, "en el ámbito de las variantes fónicas la acción de la enseñanza
debe proyectarse en tres direcciones: 1.- atención fundamental a la nitidez articulatoria;
2.- la preferencia, dentro de la misma variedad, por las variantes de ámbito territorial más
amplio; 3.- la referencia a los usos vigentes de la lengua ejemplar en todo el mundo
hispánico. El equilibrio entre estos tres criterios permite respetar la legitimidad de los usos
lingüísticos autóctonos en el marco de un ideal de lengua que no otorga superioridad a
una determinada variedad sobre otras, pero reconoce la pertenencia de todas ellas a una
lengua común".
Sobre "la oralidad como forma de enunciación", Bustos sostiene que no hay
oposición dicotómica entre oralidad y escritura, sino que se trata de "los dos extremos de
una gradación determinada por la inmediatez comunicativa y por la distancia
comunicativa".
Pero este autor responde a la pregunta de "¿qué vías ofrece la lingüística para
abordar el estudio de la lengua hablada con la finalidad de mejorar la competencia
lingüística de los hablantes? Este autor menciona cinco posibilidades:
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Al respecto tendríamos que decir que habría que considerar la existencia de un
diasistema en la estructura de la lengua, por lo que no habría sólo una gramática de la
lengua coloquial, sino tantas como lenguas funcionales pudieran localizarse en la lengua
hablada.
d) La aplicación del análisis del discurso a la didáctica de la expresión oral, con las
diferenciaciones de tema y rema que ya hemos visto en el tema correspondiente.
Pero lo que más nos interesa es desarrollar técnicas de expresión oral, asunto que
ha estado ausente de la enseñanza de la lengua en España. Para ello, hay que distinguir
diferentes tipos de trabajos: exposiciones, debates, argumentaciones, presentaciones
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sociales, dramatizaciones y declamaciones poéticas.
Las técnicas que han de desarrollarse han de trabajar los siguientes aspectos:
1. La ortología y la dicción.
2. La estructuración del discurso oral.
3. El empleo de recursos expresivos fónicos.
4. La quinésica y expresión corporal y gestual.
5. La adecuación al contexto y a la situación comunicativa
6. La imitación de diferentes discursos, tras el análisis de los recursos empleados.
4. Bibliografía