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GLOBALIZACIÓN, CAPITALISMO FINANCIERO Y RESPONSABILIDAD

SOCIAL EMPRESARIAL: TENSIONES ESTRUCTURALES

CHRISTIAN ANDRÉS MEDINA LOPEZ

MYRIAM SOFIA VARGAS LÓPEZ

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE MAGISTER EN


DIRECCIÒN Y GERENCIA DE EMPRESAS

Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario

Maestría en Dirección y Gerencia de Empresas

Facultad de Administración

Bogotá D.C., Enero de 2013


GLOBALIZACIÓN, CAPITALISMO FINANCIERO Y RESPONSABILIDAD
SOCIAL EMPRESARIAL: TENSIONES ESTRUCTURALES

CHRISTIAN ANDRÉS MEDINA LOPEZ

MYRIAM SOFIA VARGAS LOPEZ

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TITULO DE MAGISTER EN


DIRECCIÒN Y GERENCIA DE EMPRESAS

Tutor

Doctor. DAVID HERNÁNDO BARBOSA

Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario

Maestría en Dirección y Gerencia de Empresas

Facultad de Administración

Bogotá D.C., Enero de 2013


Dedicamos este documento a nuestras familias, quienes pacientemente
aguardaron y apoyaron la extensión espacio-temporal de esta maestría y el
desarrollo de este texto que finalmente ve la luz.
Nuestro agradecimiento a nuestro profesor, director y amigo, David
Hernando Barbosa, cuyo consejo, acompañamiento y apoyo fue determinante en
el proceso de elaboración de esta investigación.
TABLA DE CONTENIDO

GLOSARIO .............................................................................................. 6

RESUMEN ............................................................................................. 13

PALABRAS CLAVE ................................................................................ 13

ABSTRACT ............................................................................................ 13

KEYWORDS .......................................................................................... 14

INTRODUCCIÓN ................................................................................... 15

CAPÍTULO 1. EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN ...................... 16

CAPÍTULO 2. CAPITALISMO Y GLOBALIZACIÓN, UNA RELACIÓN


SINÉRGICA........................................................................................................ 19

CAPÍTULO 3. CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO FINANCIERO ... 27

CAPÍTULO 4. RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL.


EVOLUCIÓN, ALCANCE Y FINALIDAD ............................................................. 30

CAPÍTULO 5. APROXIMACIÓN INTEGRAL Y TENSIONES


ESTRUCTURANTES ......................................................................................... 36

CONCLUSIONES .................................................................................. 45

RECOMENDACIONES .......................................................................... 49

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................... 51
GLOSARIO

Capitalismo: Sistema económico que sustituye al feudalismo, y que fuera


propuesto por Adam Smith (1776) en su obra “La riqueza de las naciones”, tras
exponer la tendencia innata del ser humano en hacer trueques entre bienes y
elementos de valor. Se caracteriza por defender la propiedad privada y por
incentivar el emprendimiento empresarial que permita acumular riqueza (Capital),
con el que incrementar dicha propiedad y medios de producción. El intercambio de
este capital acuñado se da en espacios de mercado que, gracias a las leyes de
oferta y demanda (Denham-Steuart, 1767), se regula a sí mismo.

Capitalismo financiero: Se estima como la tercera de las cuatro etapas


del capitalismo (Del valle, 1981). Es el resultado del proceso histórico en donde la
acumulación de capital a partir del desarrollo de la industria fue menos lucrativa
que las transacciones financieras que negociaban con el concepto de valor, y no
ya con los medios de producción. El capitalismo financiero partió de tranzar en
mercados de inversores sobre los recursos existentes en tiempo presente, y
evolucionó al punto de negociar potenciales recursos y propiedades en tiempos
futuros, así como negociar con deudas e intereses acumulados tanto para
sociedades privadas, Estados, y personas naturales. Se atribuye a los excesos
alcanzados dentro de su rango de operaciones la inestabilidad de la economía
globalizada desde finales de 1980 hasta hoy.

Competitividad: El término competitividad surge de los análisis de David


Ricardo relacionados con las ventajas comparativas. De ellas surge la ventaja
competitiva como un elemento no heredado que, a diferencia de la superioridad en
recursos naturales, logra destacar un bien o servicio por encima del resto del
mercado a partir del perfeccionamiento del mismo, surgido tras un proceso
generalmente de investigación y desarrollo. Desde el punto de vista empresarial,
Michael Porter introduce el concepto de ventaja competitiva como el valor que una
empresa es capaz de crear para sus clientes en forma de de menores precios. En
el documento se menciona la competitividad como la dinámica en la que se
insertaron los Estados para alcanzar los niveles esperados de desarrollo y
eficiencia, de acuerdo a los derroteros establecidos por el Banco Mundial y el FMI.
(Rojas, 1999)

Corporación: En su expresión más técnica, la corporación es una figura


jurídica de asociatividad para actividades comerciales que puede ser creada por
una o más personas naturales para cumplir un papel determinado, con amplios
derechos amparados por la ley, muy similares a los que tiene una persona natural.
Esto último significa que ley le otorga directamente a la corporación un
reconocimiento que le significa derechos y obligaciones, por encima de las que los
miembros de su gobierno corporativo asumen directamente.

Las corporaciones son vistas como uno de los símbolos del modelo
capitalista, en tanto se han convertido en la forma predilecta de asociación
empresarial que facilita la participación mixta de personas, empresas y actores
gubernamentales en el desarrollo de operaciones comerciales de alto nivel. Ha
sido en el marco de su existencia que se han propiciado las condiciones para
importantes desfalcos e ilícitos financieros (Emberland, 2006) como los ocurridos
con Enron, World.com, Xerox y Parmalat, entre los años 2001 a 2003. No significa
que su naturaleza sea por defecto negativa, pero las particularidades del margen
de acción que su condición legal le otorga, le permite no asumir responsabilidades
individuales a su cuerpo de accionistas y junta directiva, lo que en negocios
permite mayor flexibilidad y eficiencia en las actividades.

Crisis: Describe cualquier evento que es, o que puede conducir a situación
de inestabilidad y peligro que logre afectar de forma equitativa a individuos,
grupos, comunidades o a una sociedad entera. En términos generales, se dan
debido a cambios de naturaleza negativa en condiciones de equilibrio económico,
político, social o medioambiental, en especial cuando suceden como secuencias
emergentes de pequeño o nulo margen de previsión. En el documento nos
referimos a las siguientes crisis: a) Crisis subprime, que fue uno de los nombres
que se le dio a la crisis hipotecaria sucedida en Estados Unidos en el año 2008
ocasionada por falta de garantías de pago ante un exceso de créditos para compra
de vivienda, otorgados principalmente por el atractivo que estos títulos generaron
en el mercado bursátil como ganancia futura. b) Crisis del 29, nombre genérico
otorgado a la crisis de 1929 ocasionada por el crecimiento productivo
desmesurado durante la década de 1920 que generó sobre-especulación y una
alta deflación en la balanza comercial de EEUU; c) Crisis de 1998, conocida
también como “burbuja punto com” hace referencia a la alta especulación que
ocasionó el crecimiento exponencial de los negocios-portales en internet gracias a
las potenciales inversiones en publicidad que se esperaban por esta vía, y que
ocasionaron, finalmente, la caída del índice Nasdaq. d) Crisis Europea, también
conocida como “Crisis de deuda de la zona Euro”, es una crisis que está en
marcha desde 2012 y que ha afectado las economías de varios Estados adscritos
a la Unión Europea, ocasionada principalmente por la iliquidez de los Estados para
cumplir con sus obligaciones ante créditos adquiridos, lo que desestimuló la
inversión, incrementó tasas de interés, disminuyó el flujo de capitales e incentivó el
crecimiento del desempleo.

GATT: Corresponde a las siglas en inglés de “General Agreement on


Tariffs and Trade” o Acuerdo General de Tarifas y Comercio, que fuera firmado por
más de 75 países entre 1947 y 1994 convirtiéndose en el principal instrumento
para elaborar las normas comerciales aceptadas para regular el comercio mundial
durante ese margen de tiempo. Su funcionamiento se asimila al de un tratado
multilateral en donde se acuerda conjuntamente comerciar con bajos aranceles y
en condiciones de reciprocidad. Pese a que durante la década del 60 generó
crecimientos importantes en diferentes economías gracias al incentivo de las
exportaciones, fue también el causante de la generación de medidas
proteccionistas de grandes mercados como el norteamericano y el europeo.
Adicionalmente evidenció para los países en desarrollo las condiciones de
desigualdad en las que participaban del comercio mundial, considerando las pocas
posibilidades de su portafolio de productos en contraste con los mercados
industrializados del entonces denominado, primer mundo. El GATT fue la base
para la conformación de la Organización Mundial del Comercio, OMC.

Globalización: Se entiende como “la situación que se crea cuando existen


factores, relaciones y procesos que tienen origen, actúan, se reproducen,
repercuten o se identifican en el espacio mundial, con concreción y materialización
diversas en flujos, actores, comportamientos y valores” (Martinez, 2003, pág. 87).
En consecuencia, entendemos que hay diferentes tipos de globalización
(Ecológica, Comunicacional, Militar, Política, Demográfica, Cultural, Ideológica) y
que la que hoy nos ocupa reúne todas estas en un único macroproceso de
incidencia planetaria, guardando profunda interdependencia entre los diferentes
tipos existentes, y generando que los efectos en diferentes espacios geográficos
tengan efectos a nivel mundial. La globalización es considerada como la fase final
del desarrollo del capitalismo, en torno a la configuración de un mercado global
que se impone a los estados-nación. El proceso es básicamente económico, tiene
un alcance global y según la filiación socioeconómica, puede ser percibido como
positivo (el fin de la historia. y la configuración de un mundo regido por la lógica del
mercado, con sus correlatos políticos asociados al liberalismo, como en el caso de
Fukuyama, Omahe o Guhénno) o negativo (se impone la lógica de la acumulación
de capital y altas condiciones de inequidad, se demina mundialización y es
ampliamente expuesta en Amin, Beck, Stiglitz, Bauman y Krugman).

Gobierno Corporativo: Entendemos gobierno corporativo como el


“conjunto de prácticas, expresadas formalmente o no, que gobiernan las
relaciones entre los participantes de una empresa, principalmente entre los que
administran (la gerencia) y los que invierten recursos en la misma (los dueños y
los que prestan dinero en general)” (CAF, 2005. Pág. 5). En el documento se
destaca en el aparte de laISO 26000, como uno de los elementos centrales en los
que se centra esa fuente de la responsabilidad social empresarial.
Mercado de capitales: Es el conjunto de mecanismos que tiene una
economía, para orientar la asignación y distribución de los recursos de capital,
utilizados en el proceso de transferencia del ahorro a la inversión, según la Ley
964 de 2005. A través de este mercado se intercambian fondos o medios de
financiamiento a mediano y largo plazo y busca canalizar recursos nuevos y
ahorro de los inversores hacia las necesidades de inversión. En el documento se
menciona este mecanismo dentro de la explicación de la consolidación de la
hegemonía del capitalismo financiero, dentro del cual el mercado de capitales se
convirtió en el escenario único para generar crecimiento en rentabilidades no sólo
para personas naturales sino para Estados y organismos públicos, con lo que
dineros de tesoro pasaron a hacer parte de las reservas de inversión, asumiendo
igualmente los riesgos inherentes a este procedimiento.

Mercado de derivados: Es el tipo de mercado a través del cual se


asegura el precio a futuro sobre la compra o venta de un activo, para prevenir o
adelantarse a las posibles variaciones al alza o a la baja del precio que ocurran
sobre éste. Ejemplo: el precio del oro, del petróleo (en el caso de commodities), o
de acciones, índices bursátiles, tasa de interés, valores de renta fija, etc. (en el
caso de instrumentos financieros). Generalmente este instrumento financiero es
diseñado sobre un subyacente y su precio depende del precio del mismo. En
términos generales, un derivado es un acuerdo de compra o venta de un activo
determinado, en una fecha futura específica y a un precio definido. Los activos
subyacentes, sobre los que se crea el derivado, pueden ser acciones, títulos de
renta fija, divisas, tasas de interés, índices bursátiles, materias primas y energía,
entre otros.

Neoliberalismo: Corresponde a la corriente político-económica orientada a


apoyar la reducción en la intervención del Estado en materia económica y social,
que propone dejar en manos de los particulares o empresas privadas el mayor
número de actividades comerciales y productivas posible, sobre la base de
argumentos de eficiencia, competitividad y calidad. A la doctrinas neoliberales se
les crítica frecuentemente por avalar un escenario en el que los Estados son cada
vez menos dueños de sus recursos naturales y de sus mercados, beneficiando
únicamente a intereses particulares de grandes grupos económicos generalmente
foráneos, y favoreciendo el empobrecimiento y la inequidad social en todas las
sociedades en donde es aplicado. Además suele abrir espacio a actividades de
corrupción, clientelismo y tráfico de influencias que incrementan las malas
prácticas en la gobernabilidad y la confianza y legitimidad de los aparatos
institucionales, desvirtuando el ejercicio democrático en los Estados.

OMC: Organización Mundial del Comercio, establecida en la Ronda de


Uruguay para recibir del GATT la liberación económica y ser el nuevo marco
institucional común para la regulación y el desarrollo de las relaciones comerciales
entre sus miembros. Se conformó como un organismo internacional y hoy por hoy
se ocupa del total de normas que rigen el comercio entre los países, independiente
de los acuerdos bilaterales y multilaterales que existan entre ellos. Pese a que su
objetivo es ayudar a los productores de bienes y servicios, exportadores e
importadores a llevar adelante sus actividades, es frecuente foco de críticas y
acusaciones en la que le señalan de parcialidad hacía grandes productores y
corporaciones, beneficiándoles en contraste con las pequeñas que resultan
viéndose afectadas por las transacciones de alto volumen y coste, en una nueva
forma de manipulación de los términos de intercambio. Se estima como uno de los
pilares sobre los que se ha soportado el proceso de globalización de las últimas
dos décadas.

Responsabilidad social empresarial: Hace referencia a la


responsabilidad que tiene una organización por los impactos de sus decisiones y
actividades en una sociedad y en el ambiente, a través de un comportamiento
ético y transparente que contribuya al desarrollo sostenible, a garantizar la salud y
el bienestar de la sociedad, a considerar las expectativas de sus stakeholders, que
esté en cumplimiento de las leyes aplicables y en consistencia con las normas de
comportamiento internacional, y que todo esto se encuentre integrado en su
organización a partir de sus prácticas y sus relaciones. (ISO, 2010).

Stakeholders: Se entienden como el individuo o grupo de individuos que


tienen interés o que pueden resultar afectadas por cualquier decisión o actividad
de una organización. Generalmente se incluyen empleados, proveedores,
consumidores, comunidades, gobierno, industria y accionistas, aunque no están
limitados por esta lista. (ISO, 2010)

Transnacionalismo: Hace referencia a las relaciones, estructuras y


fenómenos que se definen en sus sujetos, categorías y causas sin relación con las
identidades propias del estado nacional y cuyo ámbito cruza las fronteras
establecidas por el principio de nacionalidad. Lo transnacional ocurre por encima e
independientemente de las fronteras nacionales y no entre ellas o entre sujetos
definidos en su seno y actúan a partir de intereses y de reflexiones comunes
(territoriales, religiosos, lingüísticos o comerciales) y a su vez se apoyan sobre
redes nacionales para reforzar su solidaridad más allá de las fronteras
geográficas. En el documento el término se usa para presentar las dinámicas de
las corporaciones en el marco de los intereses propios del capitalismo financiero,
así como la atención prestada desde las fuentes de la responsabilidad social
empresarial de cara a las operaciones que escapan a la formalidad desde lo
estatal.
GLOBALIZACIÓN, CAPITALISMO FINANCIERO Y RESPONSABILIDAD
SOCIAL EMPRESARIAL: TENSIONES ESTRUCTURALES

RESUMEN

Los efectos nocivos que el capitalismo financiero y la globalización han


tenido sobre los equilibrios sociales y económicos están estrechamente
relacionados con los argumentos conceptuales que, como una llamada de
atención, han llegado a las corporaciones y las empresas por la responsabilidad
social corporativa. Sin embargo, el modelo construido en torno a la acumulación
de capital y beneficios han planteado una relación simbiótica en la que ellos
mismos son el recurso y el fin de su propia existencia, dando lugar a tensiones
estructurales que anula las alternativas de ser sostenible y socialmente
responsable al mismo tiempo. El camino que enfrentamos como sociedad, como
empresas y como modelo económico sostenible se basa en el trabajo conjunto y
los cambios en la manera de abordar el mercado.

PALABRAS CLAVE

Globalización, Capitalismo Financiero, Responsabilidad Social


Empresarial, Inequidad Social.

ABSTRACT

The harmful effects that globalization and financial capitalism has had on
social and economic balances are closely related to the conceptual arguments that,
as a wake-up call, have come to corporations and business by corporate social
responsibility. However, the model built around the accumulation of capital and
profits have raised a symbiotic relationship in which are themselves resource and
end of their own existence, giving rise to structural tensions that voids the
alternatives of being sustainable and socially responsible at the same time. The
path we face as a society, as companies and as sustainable economic model is
based on joint efforts and changes in the way to approach the market.

KEYWORDS

Globalization, Financial Capitalism, Corporate Social Responsibility, Social


Inequity.
INTRODUCCIÓN

Dentro de las diferentes respuestas que se dan a los problemas que


enfrentan las economías en el presente siglo, tales como la pobreza, la inequidad
y la corrupción, surge la responsabilidad social empresarial. Dichos problemas
encuentran su origen, según diversos autores reconocidos, en los efectos que
traen consigo el predominio cada vez mayor del capitalismo financiero en un
mundo determinado por la globalización.

En el presente trabajo los autores revisan el origen, concepto y evolución


de los conceptos globalización, capitalismo financiero y responsabilidad social,
para posteriormente analizar si los elementos constitutivos de cada uno de estos
conceptos tienen entre si una serie de relaciones que permitan considerar que la
responsabilidad social puede aportar efectivamente en la solución de los
problemas anteriormente mencionados.

Como resultado de la investigación se logran identificar cuatro tensiones


estructurales que aportan en la comprensión de la agudización de los problemas
referidos a pesar de los grandes esfuerzos hechos por los países, los gobiernos y
las empresas. Dichas tensiones estructurales son: 1) El deber del Estado de
garantizar derechos a los ciudadanos dentro de su territorio, frente a la
dependencia existente por los grandes grupos económicos y agentes de capital,
de origen privado o público, nacional o trasnacional; 2) El deber del sistema
económico de ofrecer igualdad de oportunidades basadas en el trabajo y el ánimo
de lucro, frente a un modelo de creación de la riqueza basado en el beneficio
segmentado, la especulación y el riesgo; 3) El derecho de propiedad equitativo
para todo ciudadano en modelos democráticos, frente a la concentración
exagerada de recursos en poder de una minoría; y 4) El deber de la empresa con
el modelo económico y la obligación ética de asumir voluntariamente políticas de
responsabilidad social empresarial. Se concluye la necesidad de continuar
trabajando en la comprensión de los fenómenos analizados para avanzar en la
construcción y redefinición de respuestas cada vez vas eficientes y efectivas.

15
CAPÍTULO 1. EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN

A lo largo de las últimas décadas el término globalización ha formado parte


de diversos dominios disciplinares como el derecho, la economía, la ciencia
política y la comunicación social. La interpretación actual del término emerge en la
primera parte de la década de 1990, a partir de una serie de eventos claves en ese
momento: la reconfiguración de bloques económicos regionales (Unión Europea,
Nafta, Asean, Caricom, Alca, Mercosur, entre otros), la paulatina masificación de
las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones -TIC-, y la fase final de la
Guerra Fría con la consecuente transformación del sistema internacional que
pasaba de un modelo claramente bipolar a una estructura unipolar/multipolar
(Bedoya, 2009; CEPAL, 2002). A pesar de que en dicha década el uso del término
era básicamente anecdótico y descriptivo -dejando de lado los aspectos
conceptuales y teóricos-, ya era fácil prever la relevancia que el fenómeno tendría
en los siguientes años en razón a la profundización en los cambios de orden
social, comercial, cultural, político y tecnológico.

El fin de la Guerra Fría fue recibido con mucho optimismo por una buena
parte de los sistemas sociales; fin que trajo consigo el triunfo de la ideología
occidental neoliberal de apertura de mercados, economías de escala y la
persecución natural del interés individual en cada ciudadano. Se generó entonces
un contexto en el cual emergieron una serie de reflexiones que llevaron a políticos
y académicos a indicar que se estaba configurando «el fin de la historia», lo cual
expresó Francis Fukuyama (1989) en los siguientes términos:

Lo que podríamos estar presenciando no sólo es el fin de la guerra fría, o la


culminación de un período específico de la historia de la posguerra, sino el
fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución ideológica de
la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como
la forma final de gobierno humano. (Fukuyama, 1989, p. 4).

16
A partir de ese momento se han construido una gran diversidad de
argumentos a favor y en contra del fenómeno de globalización (Fanzio Vengoa,
1998), mientras los sistemas humanos han venido configurando una realidad que
dista marcadamente del mundo anunciado por Fukuyama. Una realidad
demarcada por la diseminación y profundización del capitalismo financiero, el
permanente crecimiento de las inequidades sociales y el deterioro del medio
ambiente (Beck, 2010; OIT, 2004). La respuesta a este fenómeno se dio en una
demorada interpretación de los derechos de los trabajadores y consumidores, así
como el grado de corresponsabilidad existente en las corporaciones de cara a los
desafíos planteados por el capitalismo, que son, entre otras fuentes, el origen de la
Responsabilidad Social Empresarial. Sin embargo, sus resultados no fueron tan
plausibles como los efectos económicos en el panorama social mundial.

La globalización y la realidad que se constituyó, son el resultado de una


serie de fenómenos y decisiones políticas que condujeron a las crisis ambientales,
inequidades e injusticias sociales ya indicadas, de las cuales parece hoy en día
imposible escapar (Ferrer, 1997; Lee & Vivarelli, 2006). A partir de una
interpretación que busca ser tanto estructural como descriptiva, entendemos la
globalización como «la situación que se crea cuando existen factores, relaciones y
procesos que tienen origen, actúan, se reproducen, repercuten o se identifican en
el espacio mundial, con concreción y materialización diversas en flujos, actores,
comportamientos y valores» (Martínez, 2003, p. 87). Este autor señala que la
globalización no se enmarca exclusivamente en la dimensión económico-
financiera, dado que ha permeado otras dimensiones:

Ecológica: refiriéndose a todas las relaciones interdependientes que


existen en el medio ambiente y que pueden tener efectos articulados por igual en
diferentes regiones del planeta, como el calentamiento global y las precipitaciones;

Comunicacional: Todas las redes existentes y en proceso de


implementación que facilitan compartir tanto información, comunicación y
elementos materiales en tiempo real;

17
Militar: todas las estrategias y recursos desplegados para el desarrollo de
actividades a escala global de forma simultánea;

Política: todo el ecosistema de tratados, acuerdos y regímenes que han


dejado de tener alcances bilaterales o multilaterales para pasar a tener impactos
del orden global;

Demográfica: facilidades para el desplazamiento de personas entre


fronteras de forma tanto regulada normativamente como informal;

Cultural o ideológica: Proceso de mundialización de corrientes, prácticas,


ideologías, dogmas y otros que sean replicados en escala global;

Irregular: Todas las problemáticas y prácticas juzgables social y


jurídicamente, que tienen también impacto global (narcotráfico, trata de mujeres,
pandemias, blanqueo de dinero, corrupción, etc.).

Cualquiera de las dimensiones mencionadas por Martínez (2003) sugiere


en sí misma un proceso de globalización y, en consecuencia, dos o más de ellas
conforman una de mayor dimensión e impacto. La globalización que surgió a
finales del s. XX emergió en un contexto que permitió la estructuración y desarrollo
de todos sus tipos de forma simultánea, dinámica, sistémica y evolutiva. El
desarrollo tecnológico aproximó cada una de las variables entre sí y entorno a los
diferentes actores, mientras que la fusión de aspectos normativos (militar, política,
cultural), sociales (demografía, cultural, irregular) y técnicos (ecología,
comunicacional) sentaron las bases para que la campaña mediática en torno a la
globalización tuviese varios ejemplos útiles para presentarla colectivamente como
un fenómeno emergente, inatajable y que obligaba a un proceso «adaptativo» en
todos los ámbitos formales e informales (Pérez, 2000).

Para varios autores, el fenómeno inicial responsable de la subdivisión-


categorización vista anteriormente es la denominada globalización económica.
Esta surge tras decisiones tomadas de forma iterativa y programada tanto por
actores estatales como privados, en lo que resultó un constante proceso de

18
liberalización política y económica de impactos supranacionales, concentrados
especialmente en la segunda mitad del s. XX.

La comprensión de esta sumatoria de hechos y decisiones en el marco del


capitalismo financiero, y su estrecha relación con la globalización, permite una
mayor comprensión en torno a los valores y características que marcan nuestro
tiempo, de cara a las responsabilidades que se pueden asumir socialmente
(Ardalan, 2011).

CAPÍTULO 2. CAPITALISMO Y GLOBALIZACIÓN, UNA RELACIÓN


SINÉRGICA

En «La Sociedad del Riesgo Global» Beck (1998) explica la evolución de la


globalización desde la comprensión de la modernidad en dos fases: una primera
modernidad basada en la primacía de los estados nación que circunscribía todas
sus relaciones desde una interpretación exclusivamente territorial; y una segunda
modernidad marcada por lo que él denomina «la sociedad del riesgo» en la que se
debe responder de forma simultánea a cinco procesos interrelacionados: la
globalización, la individualización, la revolución de los géneros, el subempleo y los
riesgos globales (Beck, 2002).

En la «segunda modernidad», Beck (1998) ubica la constitución de un


nuevo tipo de capitalismo que gravita en un orden global con nuevas reglas para la
sociedad, la política, las organizaciones y el desarrollo social. En este contexto de
«riesgo global» los «valores» occidentales adquieren la condición de poder ser
implementados de manera generalizada tal como lo indicaba Fukuyama (1989),
condición que adquirió el carácter de obligatoriedad a pesar de las profundas
asimetrías que caracterizaban y aún caracterizan a los Estados en sus niveles de
desarrollo cultural, social, político y económico (Max-Neef, 2002).

Así, los países en desarrollo -con raíces y contextos culturales, sociales y


políticos profundamente distintos a los de países industrializados- debieron

19
igualmente sumarse a la locomotora de la competitividad, la apertura de
mercados, la liberalización de políticas comerciales, la especulación financiera, la
adopción de nuevas tecnologías, la privatización de servicios públicos, la
industrialización de sectores y la apropiación de doctrinas neoliberales, con el
ánimo de poder sumarse al modelo de éxito económico ya alcanzado por primer
mundo: el capitalismo (Castells, 2001; Narváez, 2010).

Una de las primeras medidas que tuvieron que adoptar los países fue
permitir el ingreso de inversión extranjera con la idea de fortalecer la industria para
tornarla más competitiva en el mercado global, así como favorecer la apertura de
fronteras con el ánimo de homogeneizar las condiciones de competencia abierta
en diferentes sectores de cada mercado local a pesar de las evidentes
desigualdades económicas, sociales y políticas (Corsi, 2010; Mañán, 2010). Estas
medidas fueron implementadas en un contexto de migración del GATT a la OMC,
de tendencia abiertamente neoliberal, que facilita el crecimiento y fortalecimiento
financiero de la empresa privada con el consecuente debilitamiento del poder de
los gobiernos estatales (Castells, 2001; Kudrle, 2012; Vargas Hernández, 2008).
Es este proceso el que permite la consolidación de la mencionada segunda
modernidad enunciada por Beck (1998), y posteriormente el ineludible
asentamiento de la globalización.

Los aportes de Joseph (2008) permiten comprender desde lo


procedimental, las dimensiones económicas y financieras de cómo se estructura
la mencionada segunda modernidad y la globalización (Beck, 1998; Covarrubias,
2010). El proceso se puede sintetizar en los siguiente pasos: a) el dinero que usa
el Estado es prestado por la banca central, a título de deuda; b) a esa deuda se
suma un determinado interés; c) la emisión de dinero genera inflación, que para
ser controlada, requiere de la emisión de más dinero, que nuevamente vuelve a
ser prestado al Estado por la banca central. El ciclo descrito genera un efecto de
espiral que conlleva a la imposibilidad práctica de la cancelación de la deuda.

20
A este proceso se pueden agregar elementos de carácter político
transnacional propios de la segunda mitad del s.XX y en adelante (Bauman, 2004;
Becerra, 2009; Covarrubias, 2010): a) una corporación1 fija su atención en un
determinado recurso de algún país en unas condiciones políticas, económicas y
sociales particulares (Bakan, 2009); b) a dicho país se le ofrece un préstamo por
intermedio del Banco Mundial; c) El préstamo se hace efectivo en calidad de
inversión extranjera otorgado a la corporación inicialmente interesada en el
recurso, que en el país beneficiará a un determinado grupo de ciudadanos y a la
corporación que explota el recurso; d) La deuda será responsabilidad pública y
objeto de impuestos que podrá ser pagada no solo con dinero sino también con
apoyos tales como tropas en un conflicto estratégico, o permitiendo la instalación
de una base militar en el territorio, o privatizando empresas, o vendiendo barato el
recurso económico. Estas deudas pueden refinanciarse las veces que sean
necesarias (Joseph, 2008).

La evolución del capitalismo ofrece diferentes aproximaciones tanto


cronológicas como descriptivas, según la literatura consultada. Del Valle (1981)
señala cuatro fases identificables: comercial, industrial, financiera y tecnológica. La
primera tuvo lugar entre los s. XV y finales del s. XVIII, siendo las actividades
comerciales las que permitían la generación de riqueza. La industrial se relaciona
directamente con el surgimiento de la revolución industrial, la producción en masa
y la transformación de los medios de transporte, y se ubicó en los últimos años del
s. XVII y finales del s. XIX. El capitalismo financiero ocurrió entre el último cuarto
del s. XIX hasta 1945 con el fin de la segunda guerra mundial; en ésta las grandes
masas de dinero sólo fluctuaban gracias a su participación en mercados locales e
internacionales, convirtiéndose en el referente de acumulación (Becerra, 2009;
Beck, 1998; Vargas Hernández, 2008; Windolf, 1999). Finalmente, el capitalismo

1 Entendemos corporación como institución social y legal que es administrada


generalmente por una junta directivos.

21
tecnológico, ubicado entre 1945 hasta hoy, evidencia una segunda revolución
industrial enfocada esta vez en el desarrollo tecnológico representado en
comunicaciones en tiempo real, desarrollos en las áreas de electrónica,
informática, cibernética, biotecnología, satélites, entre otros (Pérez, 2009).

Por su parte Clark (1981), propone cuatro etapas del capitalismo tomando
como fundamento de esta taxonomía el principal agente del fenómeno: 1) etapa
del empresario –s. XIX–, en la cual éste se dedica personalmente a todas las
áreas de su negocio; en esta etapa se estructuran las primeras corporaciones con
elementos incipientes del gobierno de empresa tales como estatutos y
reglamentos; 2) etapa del Gerente de Negocios profesional –primeros años del s.
XX– en la que se desarrollan los sistemas legales que dieron estabilidad y
claridad a la relación gerentes y accionistas; en este periodo se da la delegación
del poder en el gerente de la compañía para que tome las decisiones que
garanticen el adecuado funcionamiento de la organización, y emerge como
característica central la cotización en bolsa de las empresas; 3) etapa del Gestor
de Cartera o corredor de bolsa de principio del s. XX hasta 1960, en la cual se hizo
evidente el gran potencial que tiene el valor bursátil de una empresa incluso por
encima del generado por la producción de bienes; en esta fase el administrador
funge como intermediario financiero; 4) etapa del Planeador del ahorro de 1960 en
adelante, en la que la figura del corredor de bolsa hace tránsito a la de un
administrador y/o asesor en procesos de inversión de ahorros; en este periodo
dada la estructura en la cual fluye el dinero predominan las decisiones de inversión
colectivas sobre las individuales (esquemas de aseguramiento como los sistemas
de salud y pensiones).

Las dos propuestas, en particular las tres primeras etapas de cada una,
permiten identificar al capitalismo comercial con la figura del emprendedor que
crea las primeras corporaciones, un capitalismo industrial con la figura del gerente
–ya no necesariamente accionista y dueño– ante un definitivo proceso de
evolución en el ecosistema empresarial, y finalmente el capitalismo financiero ya

22
enfocado de lleno a un mercado bursátil de inversiones y de cotización en
mercado de valores, en el que el corredor de bolsa adquiere una importancia
sustantiva, y pasa a ser actor privilegiado en los procedimientos financieros de la
organización, con sus utilidades y con inversión directa.

El denominado «capitalismo tecnológico» no es propiamente una forma de


capitalismo, ni un fin en sí mismo, pero en cambio fue el medio determinante para
que el capitalismo financiero y la globalización se consolidaran en la última década
del s. XX. El CEO (Chief executive officer) y los corredores de bolsa asumieron el
rol de «planeador del ahorro» logrando una desnaturalización de éste y
convirtiéndolo en otra fuente de capital para invertir en los mercados. Crisis como
las hipotecarias en EEUU y Europa, así como quiebras empresariales tipo
«Enron» han sido posibles gracias a las particularidades del sistema económico y
financiero estructurado en el contexto del capitalismo financiero.

Otra aproximación al capitalismo señala la existencia de dos formas de


interpretarlo: la estadounidense (Tejana) y la europea (Renano). En ambos casos,
sus diferencias se acentúan tras finalizar la segunda guerra mundial y evidencia la
notable distancia en la compresión de conceptos básicos en lo económico, social y
empresarial (Albert, 1991).

Tabla 1

Comparativo entre interpretación Tejano y Renano

Capitalismo Tejano (EEUU – Capitalismo Renano (Alemania


Reino Unido) – Japón)
Existe la comprensión general
que la pobreza es fruto de la
falta de esfuerzo y la falta de Se entiende la pobreza como un
tenacidad para conseguir salir efecto negativo de la «ignorancia,
Pobreza de ella. En el caso de Estados la indigencia, la desesperanza y
Unidos, se define como «la las injusticias sociales
tierra de la oportunidad» que heredadas»
parte del suposición inherente
de que cualquiera puede hacer

23
Capitalismo Tejano (EEUU – Capitalismo Renano (Alemania
Reino Unido) – Japón)
fortuna allí

Una seguridad social muy


generosa es la base de la
Desde la segunda mitad del s.
pereza, la irresponsabilidad y
XIX, la Seguridad social en
los que viven del
Alemania se entiende como un
asistencialismo estatal. En
Seguridad derecho humano y como una
consecuencia esta debe
Social retribución consecuente al
mantenerse a raya para
progreso económico, que además
incentivar el esfuerzo y la
sirve para dinamizarlo en el
búsqueda de la riqueza
mediano-largo plazo.
personal por parte de cada
ciudadano
Las diferencias en salarios son
Se cree que alentar la idea de menos acentuadas que en el
un rápido enriquecimiento por modelo tejano porque en la
vía de marcadas diferencias en determinación de las mismas hay
la remuneración e incentivos mayor participación de los
Pago (salario) de los trabajadores que se miembros de las empresas.
reconocen más productivos, es Adicionalmente la moral
fundamental para mejorar el económica suele ser más austera
rendimiento individual y el y una mayor sensibilidad hacia
crecimiento económico. las desigualdades y la
ostentación.
En Estados Unidos el
consumo y el crédito son
En Alemania el ahorro es una
prácticamente instituciones
virtud muy reconocida e
Ahorro - socialmente apropiadas, sobre
incentivada desde la base social,
Inversión las que se soporta la idea de
por lo que «la legislación fiscal lo
satisfacción en el corto plazo
fomenta junto con la inversión».
como plena justificación de
nuevas deudas.
La reglamentación y el control Hay una reglamentación estricta
es escaso, privilegiando la en el quehacer corporativo
Reglamentación sensación de libertad y de mientras que, socialmente, se
crecer hasta el máximo de las valora el orden, la disciplina y las
posibilidades. reglas precisas.

24
Capitalismo Tejano (EEUU – Capitalismo Renano (Alemania
Reino Unido) – Japón)
El mítico Wall Street en el
corazón de Nueva York se ha Alemania suele apoyar las
consolidado históricamente empresas productivas y eficientes
como el centro del capitalismo con una banca sólida puesta al
Liberalismo
financiero en el mundo, servicio de ellas, y no al contrario.
financiero
operando e incentivando la Así mismo, tiene una visión
libertad de movimientos de conservadora de las operaciones
capital, a través de de especulación en bolsa.
transacciones en bolsa.
La empresa es un medio para Tanto en Alemania como en
alcanzar el fin de un mayor Japón se entiende la empresa
beneficio económico. En ese como un bien para un colectivo
sentido, se entiende como otra de personas en la que hay una
Empresa mercancía más que puede estrecha relación entre
entrar al mercado y ser propietario, dirección y personal,
vendida, escindida o absorbida y en donde la perdurabilidad del
a discreción de los accionistas, equipo es evidencia de confianza
según su necesidad. y honor.
En Estados Unidos se
entiende la capacitación más
como una responsabilidad del Se cree en la especialización de
empleado y no de la empresa. los trabajadores como una
Además, resulta un costo responsabilidad de la empresa, lo
Capacitación
inmediato y de incierto retorno que directamente genera mayor
en tanto que se desconoce la compromiso, apropiación, y
duración del empleado en la eficiencia.
empresa o en la competencia,
para dicho efecto.
La finalidad central de los
seguros en Estados Unidos
está relacionada con cubrir los
La existencia del seguro se
riesgos en las operaciones
Seguros explica en a seguridad
comerciales y financieras. Esto
comunitaria.
beneficia enormemente a las
aseguradoras según las
transacciones realizadas.
Las fronteras de Estados Fronteras cerradas y resistencia
Unidos están abiertas (legal e a vinculación de extranjeros para
Inmigración
ilegalmente) para mano de no afectar la base económica
obra barata que sugiere una nacional, ni la reinversión de la

25
Capitalismo Tejano (EEUU – Capitalismo Renano (Alemania
Reino Unido) – Japón)
mínima inversión en misma en el país.
remuneración y seguridad
social y cuya fluctuación le
garantiza existencias
permanentemente.
Fuente: Elaboración propia a partir de Albert (2008).

En el caso del capitalismo de Estados Unidos es importante destacar el


inmediatismo en la naturaleza de sus actividades, todas sirviendo al fin del
enriquecimiento individual y, por consiguiente, estableciendo instituciones que no
tienen en su base el bienestar colectivo en sus operaciones internas y externas.
Sin embargo, es el modelo americano, gracias a las condiciones que ha traído
consigo la globalización, el que predomina actualmente en las economías de
occidente. Este predominio ha traído consigo fenómenos que afectan
negativamente diversas esferas como la crisis financiera de 1998-99 tras la
burbuja de las empresas «punto-com», y en 2008 la crisis subprime (Cukierman,
2012) en el marco de la especulación hipotecaria y la quiebra de los bancos de
crédito y sus ahorradores.

Por su parte, la situación de Europa en 2011 - 2012 ha evidenciado la


fragilidad de la unión económica en este continente. En 2009, Grecia fue el primer
estado en generar desconfianza en los inversionistas al preverse que no podría
pagar los créditos a los que accedió (Guillen, 2011). Esto mismo sucedió en
España en 2012 y existen sustentadas dudas sobre el desempeño de Italia en este
mismo aspecto. Hasta ahora la Unión Económica se ha soportado gracias a
rescates articulados por el binomio Alemania-Francia, los cuales han sido
criticados por los ciudadanos de dichos Estados, quienes no encuentran sustento
para subsidiar a griegos, italianos y españoles, en detrimento de su propia
estabilidad.

26
El agravamiento de las condiciones económicas de los citados Estados
miembro de la Unión Europea y las condiciones del rescate han sido punto de
partida de sucesivas cumbres celebradas con el objeto de evaluar las medidas y,
de fondo, la viabilidad misma de la unión económica que significó el Euro. Todo
esto sucede en medio de un entorno demarcado por cifras históricas de
desempleo y endeudamiento en los casos de Grecia, Italia y España, así como
multitudinarias manifestaciones avaladas por la Redes de Resistencia Global,
(Amat, Brieger, Ghiotto, Llanos, & Percovich, 2002).

En relación con las dos vertientes reseñadas, (Amin, 2006, p. 33) afirma
que:

«La Unión Europea funciona como la región más perfectamente globalizada


del mundo en el sentido más brutal de la palabra, es decir, la aniquilación
total de la autonomía del Estado. Esto no es ciertamente el caso de Estados
Unidos, ni siquiera de otras regiones del mundo donde el Estado, aunque
frágil y vulnerable en principio, mantiene el control sobre sus decisiones, sólo
limitadas por la Organización Mundial del Comercio (que también tiende poco
a poco a aniquilar los derechos y prerrogativas de los Estados). Europa, por
lo tanto, ha ido más lejos que el resto del mundo en términos de este gran
paso hacia atrás».

CAPÍTULO 3. CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO FINANCIERO

Como se ha mencionado, varios autores coinciden en que la última etapa


del capitalismo está relacionada con la conformación de capital a partir de
operaciones financieras (Becerra, 2009; Corsi, 2010). Este nuevo «capitalismo
financiero» representa la consolidación de la globalización y de sus efectos como
se conocen ahora, Coq Huelva (2002) demarca tres fases del capitalismo
financiero a partir de la década del 70: 1) La economía internacional del
endeudamiento (1973-1982); 2) la economía de los mercados financieros (1982-

27
1992); y 3) la economía internacional de la especulación (1992-2000). Es
importante resaltar que del año 2000 hasta la fecha, se evidencian las mismas
condiciones de la economía internacional de la especulación.

La primera fase surge tras la caída de los acuerdos de Bretton Woods,


atribuida al gasto desproporcionado en la guerra de Vietnam y el debilitamiento del
dólar frente al marco alemán y el oro. Antes de la segunda guerra y a partir de la
crisis del 1929 se habían impuesto modelos proteccionistas que poco a poco, tras
los procesos de industrialización en la producción de la post-guerra, mostraron que
se podía recoger más dinero sin la supervisión constante del Estado. Tras levantar
algunas restricciones se entró de lleno en una acelerada liberalización financiera
que llevó a la innovación en formas de activos financieros, siendo el más
destacado el mercado de derivados (futuros, opciones y otros) que se presentaron
como nuevas garantías para nuevos préstamos, aumentando la circulación de
dinero. Esta circulación se dio en un tiempo de baja demanda, lo que obligó a
ubicar los excedentes de dinero en mercados antes no explorados como los
préstamos a países en vías de desarrollo, que incrementaron de forma importante
la deuda de estos pero permitieron darle uso y potencial ganancia –interés– a los
bancos prestamistas, los cuales analizaban el riesgo desde la lógica de que los
Estados no quiebran. Lo anterior generó las condiciones de la fase en análisis:
economía internacional del endeudamiento. (Corsi, 2010)

La segunda fase, economía de los mercados financieros, sobrevino con la


crisis del sistema financiero de la década de los 80. Este periodo se ve precedido
por las dificultades de los países en vías de desarrollo de pagar sus deudas, la
recuperación de los mercados de «primer mundo» que reorientaron la prioridad de
inversión, y marcados aumentos en las tasas de interés debido al cambio en la
percepción de riesgo de los acreedores. En este contexto, los bancos crearon
títulos de las deudas que fueron compartidos entre operadores del mercado
internacional, con lo que lograron disminuir la incertidumbre al compartir entre
varios tenedores las deudas, morigerando los efectos de una eventual cesación de

28
pagos, manteniendo su estabilidad, liquidez y credibilidad, así como el
mantenimiento de sus operaciones.

Lo anterior permitió que el mercado de capitales pasara a generar el


crédito de manera directa, en un contexto con menor riesgo para los acreedores
gracias a la dispersión de la obligación entre los nuevos múltiples tenedores de
títulos (Tovar García, 2007). Esta nueva situación permitió a las empresas adquirir
mayores sumas de dinero al poder negociar directamente con el mercado de
capitales y en el mismo proceso debilitar los esquemas de vigilancia y control de
dichas operaciones por parte de los Estados y demás organismos competentes.

Los Estados con importantes índices de déficit públicos también


empezaron a refinanciar sus deudas acudiendo al mercado de capitales, tal como
lo resalta Coq Huelva, (2002):

«Estos se dirigen para ser financiados, todavía en mayor medida que antes,
a los mercados de capital, fundamentalmente internacionales. La titulación
de las emisiones de deuda y el desarrollo de mercados secundarios permite,
por otra parte, la rápida circulación de la misma, convirtiéndose estos títulos,
por su elevada liquidez, en un nuevo tipo de cuasi–moneda» (Coq Huelva,
2002, p. 142).

En la tercera fase, Economía Internacional de la Especulación, no existió


un cambio sustantivo en contraste con la fase anterior, sino una profundización de
sus aspectos característicos, consolidando el escenario de obtención de recursos
gracias a la facilidades otorgadas por el sistema de endeudamiento atrás descrito,
junto con la posibilidad de anticiparse a las fluctuaciones de ciertas variables del
mercado de capitales Esta variabilidad es interpretada por los corredores de bolsa
con cierta audacia, considerando que los buenos resultados de sus operaciones
están condicionados a una fórmula básica consistente en comprar barato para
vender caro, lo que en la bolsa se puede hacer frecuente e indefinidamente.

29
La participación en este negocio deja de ser un asunto netamente de
banca y corredores de bolsa. A ella se suman los Estados (particularmente en
momentos de llevar a cabo ventas de activos) y las corporaciones, que pasan a
tener departamentos especializados en operaciones de bolsa de valores, muchas
veces incluso más lucrativas que el mismo fin misional y productivo de su
organización. Adicionalmente, la adquisición de empresas más pequeñas en
momentos en que estas se encuentran subvaloradas se convierte, además de la
operación misma, en un acto de especulación. Finalmente, la conformación de
holdings o grupos empresariales, permite a las casas matrices tener mayor
margen estratégico en sus operaciones al contar con mayor capital, mayor
información, mayor control sobre las acciones y, sin duda, mayor poder de
especulación.

La «evolución» del mercado financiero incrementó el riesgo en las


operaciones pero minó la percepción del mismo gracias a la participación de
múltiples actores en cada transacción. Con títulos de deuda cambiando
rápidamente de dueños, y sin mayores claridades sobre la liquidez que soportaba
cada préstamo, al final se financiaba toda la operación con dinero de ahorradores
y pequeños inversionistas, quienes son en suma, las víctimas reales de crisis
como las de 1998, 2008 o la actual de la Unión Europea. Retomando a Amin
(2006), se trata de una globalización brutal avalada por la aniquilación - anulación
del Estado, siendo este el actor natural obligado a establecer límites en defensa
del ciudadano.

CAPÍTULO 4. RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL. EVOLUCIÓN,


ALCANCE Y FINALIDAD

El concepto de Responsabilidad Social Empresarial –RSE - surge en la


tardía década del 60, cuando el capitalismo financiero visto anteriormente apenas
se estaba gestando. Su evolución, sin embargo, se circunscribió más en la
estructuración de normas socialmente aceptadas para regular la actividades de las

30
empresas, con miras a contrarrestar casos de corrupción dentro de las
organizaciones y no a generar un impacto por fuera del límite de su razón social
(Cepal & GTZ, 2006). Los esfuerzos de reglamentar la vida corporativa regularon
derechos de consumidores y responsabilidades ante la comercialización de
productos y servicios. Sería décadas después que se comenzaría a tratar
seriamente el impacto de las organizaciones en su entorno inmediato (Aldanueva,
2011).

Pese a que desde la academia hubo aproximaciones al concepto de


Responsabilidad Social desde el 70, no fue sino años más tarde en que
aparecieron iniciativas institucionales con alcance trasnacional, que fueron
aportando al concepto conocido hoy (Aparicio, 2009). A continuación veremos las
más resaltables: «Caux round table», Pacto Global, El libro verde, Normas de
DDHH de trabajador, los International Framework Agreements - IFA, y la norma
ISO 26000.

En 1986 fue fundada la Caux Rount Table, que se convirtió en la primera


iniciativa que buscaba estructurar las nociones que entonces existían del concepto
de responsabilidad social, buscando convertirla en una política corporativa. El
grupo de empresarios que la crearon y pusieron en marcha definieron una serie de
principios fundados en el respeto por la dignidad humana, y el «kyosei», o la
creencia en vivir y trabajar colectivamente, desde todos, por todos (Montuschi,
2010).

En el año 2000, Naciones Unidas hace el lanzamiento del Pacto Global,


que comprende 10 principios que abarcan las áreas de derechos humanos,
trabajo, medio ambiente y anticorrupción, los cuales al ser apropiados y puestos
en práctica voluntariamente por los líderes empresariales, permitirían al mundo
«ocuparse del déficit social de la globalización». Hoy en día los mencionados
principios han sido adoptados por sindicatos, ONG’s, y más de 5.200 empresas en
130 países (Burkett & Gallagher, 2010).

31
Un año más tarde, la Comisión de Comunidades Europeas en el año 2001
publicó el “Libro Verde” en el cual definió a la Responsabilidad Social Empresarial
como aquella situación en la cual «las empresas deciden voluntariamente
contribuir al logro de una sociedad mejor y un ambiente más limpio». En este texto
se invita a las corporaciones y a las Pymes cuyas actividades tienen lugar en el
marco de la Unión Europea a respetar las leyes medioambientales, e «ir más allá
de ellas» en su relación con sus stakeholders. Aun cuando este corpus se ha
mantenido bajo la idea de ser más un código de buenas costumbres para las
empresas, hoy en día es un punto de referencia a nivel internacional en la
implementación y desarrollo de la RSE. (Campos, 2008; Montuschi 2010).

En 2003 la comisión de derechos humanos de la ONU, formuló el


Proyecto de Normas de DDHH del trabajador, que convocaba a las empresas a
considerar sus responsabilidades en materia de Derechos Humanos dentro de su
esfera inmediata de influencia, incluyendo aspectos como: no discriminación de
trabajadores, asegurar condiciones adecuadas de trabajo, pago justo, protección
medio ambiental, libertad de asociación y eliminación de prácticas como el trabajo
forzado y el trabajo en menores. La aceptación de las normas incluía una revisión
periódica coordinada por el sistema ONU, y ejecutado por entidades
independientes. Años más tarde (Febrero de 2005) el compendio de normas se
convirtió en solicitud (por parte de sindicatos y sociedad civil) para crear la
Declaración Universal de los Estándares en Derechos Humanos del Trabajador.
Esta declaración no prosperó porque las normas mismas dificultaban su
aplicabilidad por interpretarse como demasiado idealistas y críticas al quehacer de
las empresas, lo que suscitó un replanteamiento y nuevo estudio que en 2008
concluyó que a) El Estado debía ocuparse de garantizar los DDHH si pretendía
que las empresas se sumaran a la misma causa; b) Las empresas debían
ocuparse más en reconocer los acuerdos y derechos existentes en defensa de los
derechos, para evitar violarlos, y c) Debía alcanzarse un consenso para que de
forma legal, social, vía stakeholders, Estado y otros actores pudiesen diseñarse

32
mecanismos que obligaran mediante instrumentos efectivos a la defensa de los
Derechos Humanos (Burkett & Galahgher, 2010).

Los International Framework Agreements (IFA) son acuerdos negociados


en un nivel global entre federaciones y corporaciones con operaciones
transnacionales, normalmente, aquellas que están comprometidas con el respeto
por los estándares internacionales de trabajo, en un intento por contrarrestar los
efectos de la globalización en el mundo. Incorpora en su declaración de principios
aspectos comunes al pacto global y al proyecto de normas de DDHH de la ONU.
La organización estima que al menos 60 IFA han sido activadas en diferentes
instituciones, beneficiando las condiciones de vida de más de 2 millones de
empleados.

En noviembre de 2010 la International Standars Organization, tras


consultar con más de 146 organizaciones de estándares en el mismo número de
países, y tras varias rondas preparatorias, publicó la norma ISO 26000 como el
primer intento metodológico diseñado para la implementación de políticas de RSE,
desde la base de la protección y defensa del interés de Stakeholders (Campos,
2008). Además de justificarse en múltiples principios (responsabilidad,
transparencia, comportamiento ético, respeto por los intereses de los stakeholders,
respeto por la ley, respeto por las normas internacionales de comportamiento y
respeto por los derechos humanos), centró sus pilares de acción en el gobierno
corporativo, los Derechos Humanos, las prácticas laborales, el medio ambiente,
las prácticas justas de operación, los aspectos del consumidor, y el desarrollo y la
participación de la comunidad (ISO/FDIS, 2010). Al igual que el Pacto Global, su
publicación no es obligante y no tiene certificación alguna, por lo que la
implementación de las políticas consignadas en la norma son de voluntario interés,
y en alguna medida, interpretación.

Hoy el tema de responsabilidad social empresarial es sin duda una política


de gran trascendencia para las organizaciones. Su énfasis se centra
especialmente en la adopción de prácticas ecológicas en los procesos productivos

33
y administrativos, al tiempo que la implementación de estrictos modelos de
gobierno corporativo y paquetes de incentivos para los trabajadores. No así, sin
embargo, ha sido su compromiso con pactos medioambientales entre Estados y
actores transnacionales no estatales, su vinculación con proyectos sociales y, en
suma, la sostenibilidad de las estrategias trazadas en RSE.

De acuerdo con Montuschi (2010) los componentes de la RSE son: a)


Responsabilidad Legal: respeto por todas las leyes y normas estipuladas por ente
reguladores y gobierno; b) Responsabilidad ética: obliga a cumplir con un
comportamiento «aceptable» hacia los en la stakeholders; c) Responsabilidad
Económica: velar por la forma en cómo están distribuidos sociedad los recursos de
producción, persiguiendo maximizar la riqueza de los stakeholders por igual; y d)
Responsabilidad Filantrópica: entendida como las contribuciones que puede dar la
empresa al mejoramiento de la calidad de vida y del bienestar de la comunidad en
la que operan.

Consecuentemente, podemos interpretar que las corporaciones no han


dejado de concentrase en la responsabilidad económica ante sus accionistas y
dueños, han aprendido a operar dentro de los límites de la responsabilidad legal,
pero no siempre mostrando responsabilidad ética en sus acciones. En cuanto a la
responsabilidad filantrópica, su aproximación suele estar caracterizada por
intervenciones desarticuladas, incipientes, discontinuas y enfocadas más al efecto
mediático que al impacto real alcanzado. Al final, se trata de instituciones privadas
sobreviviendo en contextos altamente competitivos (globalización, capitalismo
financiero) y más atentas por jugar el juego con el dinamismo y adaptabilidad
suficientes para permanecer vigentes en el mercado. Es allí cuando resulta
palpable la idea de si la responsabilidad social como política no plantea un
conflicto de intereses con el modelo capitalista productivo adoptado por las
corporaciones.

El rol que el Estado debe asumir en estas dinámicas que se han venido
concentrando desde el poder privado durante varias décadas es un asunto de

34
discusión. Mientras que las tesis del libre mercado y la corriente neoliberal
propende por un fortalecimiento del mercado desde los actores naturales del
mismo: una oferta variada que aliente un alta demanda; el socialismo apunta por
un control férreo del estado sobre los medios de producción que permita
distribuciones equitativas de la riqueza, anulando la libre oferta y controlando la
demanda.

Entre estas dos posturas surgidas de la economía clásica, el autor Anthony


Giddens acuñó el concepto de tercera vía al final 1990, apostando por un control
moderado del Estado sobre las fuerzas económicas, reorientando la generación de
riqueza hacia modelos social-demócratas que permitieran beneficios a la sociedad
en condiciones de participación ciudadana. La alternativa de “tercera vía” fue
inspirada en medidas asumidas por el gobierno de Tony Blair como primer ministro
inglés en el mismo periodo en el que se publica la disertación. Una década
después, sin embargo, las tesis de tercera vía parecen haber alcanzado el eco
suficiente, al menos en los cambios de fondo.

Desde 1990 existe una legitima preocupación por los temas de desarrollo
que ha sido conducida especialmente desde UNDP (Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo), desde la que años más tarde surgen los “Objetivos de
Desarrollo del Milenio” como hoja de ruta en cuanto a los logros sociales y
políticos urgentes para los diferentes Estados del planeta. Si bien en los mismos
no hay menciones directas sobre el quehacer de las empresas, buena parte de
ellos dependen de la generación de capital y el justo criterio en el acceso y
repartición del mismo. Sin esos criterios, aspectos como erradicar la pobreza y el
hambre extremas, garantizar la educación universal, reducir la mortalidad de los
niños, mejorar la salud materna, e introducir políticas de sostenibilidad del medio
ambiente simplemente serían imposibles de alcanzar.

Los esfuerzos liderados por UNDP han alcanzado frutos importantes desde
lo social en diferentes lugares del planeta. No así, en cambio, ha sucedido con la
migración hacia un modelo estatal más regulador de la economía como propone

35
Giddens: se ha estimulado el crecimiento de las transacciones financieras como
elemento de profunda interdependencia en economías locales, el fortalecimiento
de zonas de libre mercado, acuerdos bilaterales y modelos de crecimiento desde
la inversión extranjera, la inserción en mercados globales, la industrialización de
sectores económicos y la dinamización de transacciones entre grandes
multinacionales y pequeñas empresas locales, entre otras medidas ya conocidas
aun desde antes de determinados los objetivos del consenso de Washington en la
década del 90.

En todo este contexto, la Responsabilidad Social Empresarial es el primer


esfuerzo que, tras la ya mencionada evolución conceptual desde diferentes hitos
institucionales, ha ofrecido un marco de acción condicionado a las organizaciones
privadas que toma distancia de las tradicionales aproximaciones empresariales de
competitividad, eficiencia y prosperidad financiera, persiguiendo masificar una
realidad que hasta la última década del siglo pasado parecía haber escapado al
imaginario colectivo: el éxito y la sostenibilidad de las organizaciones privadas no
garantiza directamente el éxito y la sostenibilidad de la sociedad. Poco más de dos
décadas después, sin embargo, las corporaciones y la economía no parece haber
comprendido dicha realidad, y el logro más representativo ha sido quizás el
nacimiento de una pugna ética que no se ha intentado resolver seriamente, entre
la necesidad de concentrar riqueza para garantizar mejor calidad de vida de
quienes acceden a ella, y la sospecha de las condiciones injustas en lo productivo,
en lo extractivo y en lo participativo de este modelo.

CAPÍTULO 5. APROXIMACIÓN INTEGRAL Y TENSIONES ESTRUCTURANTES

La preocupación por los derechos humanos no sólo ha motivado acciones


sociopolíticas y profundos planteamientos académicos, sino además se ha
convertido en un elemento transversal común a diferentes disciplinas. En la
Responsabilidad Social Empresarial fue el punto de partida para identificar las
condiciones en que se desempeñaban los trabajadores en el contexto de sus

36
organizaciones, y ha evolucionado al reconocimiento de múltiples
corresponsabilidades e interdependencia que existen en el contexto empresarial, y
que han excedido en mucho el límite de las operaciones entre corporaciones y
mercado.

En el marco de dicha interdependencia, se identifican cuatro elementos


fundamentales que comparten gobierno, empresa y ciudadanos como producto de
la globalización: a) la eliminación de las limitaciones propias de las distancias
geográficas en virtud de las TIC; b) la sobreinformación, el acceso inmediato a ella
y su impacto en la toma decisiones estratégicas; c) la profundización de las fallas
asociadas a la implementación del modelo neoliberal; y d) la incertidumbre
generalizada en torno a las condiciones futuras en las cuales tendrá que subsistir
la especia humana a causa de procesos socioeconómicos extractivos,
inequitativos y excluyentes.

En la búsqueda de alternativas sostenibles que contrarresten los efectos


propios de la globalización y sus problemáticas asociadas, se han elaborado
desde la academia completos diagnósticos y distintos modelos de solución que,
una vez puestos en práctica, han probado no ser efectivos en la escala necesaria.
Este recurrente límite entre la academia y la realidad, y el análisis realizado a la
relación, lógica y fundamento de las variables globalización, capitalismo financiero
y responsabilidad social empresarial, permite señalar la existencia de tensiones
estructurales que en las condiciones actuales imposibilitan cambios determinantes
en las problemáticas propias de las estructuras sociales y económicas alrededor
del mundo.

Son cuatro las tensiones estructurales encontradas: 1) El deber del Estado


de garantizar derechos a los ciudadanos dentro de su territorio, frente a la
dependencia existente por los grandes grupos económicos y agentes de capital,
de origen privado o público, nacional o trasnacional; 2) El deber del sistema
económico de ofrecer igualdad de oportunidades basadas en el trabajo y el ánimo
de lucro, frente a un modelo de creación de la riqueza basado en el beneficio

37
segmentado, la especulación y el riesgo; 3) El derecho de propiedad equitativo
para todo ciudadano en modelos democráticos, frente a la concentración
exagerada de recursos en poder de una minoría; y 4) El deber de la empresa con
el modelo económico y la obligación ética de asumir voluntariamente políticas de
responsabilidad social empresarial. Se pasa a discutir cada una.

El deber del Estado de garantizar derechos a los ciudadanos dentro


de su territorio, frente a la dependencia existente por los grandes grupos
económicos y agentes de capital, de origen privado o público, nacional o
trasnacional. Los sistemas de gobierno que cuentan con estructuras políticas
basadas en la democracia, tienen en común la existencia de marcos jurídicos que,
entre otros derechos inalienables, privilegian la protección de los derechos
humanos. El ejercicio de la democracia representativa está expuesto al hecho de
proyectos políticos que acuden a esquemas de financiación que involucran aportes
del sector privado, quienes a su vez asumen como parte de sus acciones
directivas el vincularse vía aportes económicos con aquellos candidatos cuya
victoria les ofrezcan mejores condiciones para su actividad corporativa. En
consecuencia, resulta habitual encontrar prácticas en las que el empresario, como
parte de su estrategia, busque intervenir en los sistemas electorales de los países
en los cuales tienen lugar sus actividades, así como sumarse de manera
preferencial en contratos públicos, donaciones, eventos de caridad, y en el
suministro de insumos para obras públicas, entre otros, creando condiciones
injustas de competencia basadas en el lobby e influencias.

Para las empresas resulta crucial la eficiente administración de normativas


tributarias, cuyo impacto en los balances financieros suele ser de gran
importancia; a su vez, el funcionamiento de todo Estado democrático está
soportado, entre otros ingresos, en los aportes fiscales que tanto personas
naturales como jurídicas declaran de sus actividades y patrimonio. Es claro que si
bien el gobernante tiene el deber jurídico de velar por los intereses de los
ciudadanos en general, su autonomía está limitada emocional y, a veces,

38
formalmente por la dependencia que le significa el contar con aportes económicos
de terceros que se convertirán en interlocutores ineludibles en el que hacer de su
mandato.

La tensión se incrementa al exceder el espectro de influencia privada


nacional, e incluir la participación de corporaciones supranacionales, con el
suficiente poder económico para determinar la favorabilidad en inversiones,
regalías, préstamos y condiciones comerciales de operación en el exterior,
otorgadas por organismos internacionales con poder de decisión sobre regímenes,
acuerdos y tratados. En determinados Estados con limitado poder en el mercado
internacional, este tipo de presiones tienen invariablemente un importante impacto
en el equilibrio de poderes y autonomía con la que podrían originalmente priorizar
proyectos locales que apunten a la promoción del interés nacional, lo que en un
mundo globalizado con el capitalismo como modelo dominante, puede determinar
el destino y capacidades de desarrollo y crecimiento de sociedades enteras.

El deber del sistema económico de ofrecer igualdad de


oportunidades basadas en el trabajo y el ánimo de lucro, frente a un modelo
de creación de la riqueza basado en el beneficio segmentado, la
especulación y el riesgo. La concentración de la riqueza que ha generado el
modelo neoliberal no sólo tiene el efecto acumulativo de los recursos en una
minoría, sino que a su vez genera un aislamiento real de la mayoría de los
individuos quienes, por falta de capital y/o conocimiento, no logran entrar en los
circuitos de los mercados más eficientes actuales en términos de altas
rentabilidades en corto plazo.

Los individuos con ingresos fijos provenientes de sus salarios, así como los
trabajadores independientes, tienen serias limitaciones de generar ahorro
suficiente para entrar en los mercados financieros de manera competitiva o
sostenible, mientras que para la población desempleada y sus familias no existe
simplemente la posibilidad de acceder.

39
En un modelo económico basado en el capitalismo financiero, importa
tener flujos de efectivo insertos en sistemas de información del sistema bancario.
Mientras que la creación de valor a través de transacciones comerciales y
producción eficiente tiende a generar márgenes poco significativos, los que se
generan en los mercados especulativos y de alto riesgo suelen tener
rentabilidades mucho más altas y en corto plazo. Además de lo anterior, por
tratarse de operaciones complicadas reservadas tradicionalmente a elites
altamente capacitadas y con acceso a información privilegiada, se ha generado un
mercado de mínima competencia y enormes beneficios, herméticamente protegido
por la vía de regulaciones especializadas e intangibles, dificultando aun más la
participación de ciudadanos no capitalistas, exógenos a estos grupos.

En el trasfondo de esta tensión se encuentra la relación entre generación


de rentabilidad y la línea de tiempo. En el capitalismo financiero es posible generar
grandes márgenes en muy corto plazo, gracias a las características de la
globalización antes indicadas, mientras que las condiciones propias de la tierra y el
trabajo no permiten que estos logren responder a dinámicas con periodos de
tiempo cortos. Este cambio en la comprensión del tiempo requerido para la
obtención de beneficios ha significado una nueva dinámica en la que se cierran
negocios y se toman decisiones, que no sólo ha transformado la escala de valores
de los ejecutivos involucrados en estas transacciones, sino que ha impreso en el
sistema un sello de eficiencia y productividad que difícilmente disminuya por
iniciativa propia. Así, en este contexto inmediatista, no importa la decisión que
mejor sirva al colectivo en el mediano y largo plazo, sino aquella que permita
obtener el mayor beneficio en el menor espacio de tiempo, y que a su vez permita
reinvertir en nuevas líneas de negocio con la única expectativa de multiplicar la
utilidad. Desde una interpretación estricta de capitalismo clásico, se trata de una
sublimación exclusiva del ánimo de lucro como dínamo del sistema.

El derecho de propiedad equitativo para todo ciudadano en modelos


democráticos, frente a la concentración exagerada de recursos en poder de

40
una minoría. El capitalismo en tiempos de globalización ha fallado en otorgar
igualdad de condiciones para la libre competencia sólo desde la base del esfuerzo,
la innovación y la ambición suficientes. Aquellas corporaciones que lograron
amasar y mantener suficiente capital y Good Will tras los momentos de choque de
la economía internacional (1929 y 1945), entraron con ventaja al proceso de
internacionalización de las operaciones empresariales, y fueron las primeras que
se beneficiaron con el surgimiento del novedoso capitalismo financiero en la
segunda mitad de s. XX. Dicha ventaja marcó el destino de las empresas
medianas y pequeñas de otros países que, luego de verse obligadas a competir
tras la recomendación de libre mercado y no proteccionismo lideradas por el
Banco Mundial y el FMI, sellaron el destino de centenas de iniciativas de
emprendimiento que simplemente no tuvieron los medios para mantenerse en el
mercado.

El derecho a la propiedad en tiempos de globalización se encuentra


transversalmente determinado por las reglas del mercado. El acceso a bienes
inmuebles y commodities se restringe generalmente a la configuración de créditos
de mediano y largo plazo que entran a formar parte del mercado de derivados que
se negocia en la bolsa de valores. Estas deudas pasan a ser administradas por
grandes conglomerados económicos que negocian las cuotas de pago pactadas
en el tiempo sobre la garantía de la(s) propiedad(es), que se convierten en títulos
de valor para el mercado financiero. Así, tanto el cumplimiento o incumplimiento de
la obligación de forma indistinta entra a ser moneda de cambio en transacciones
sobre los que los pequeños propietarios no tienen beneficio o comisión alguna, y
en la que fácilmente podría perderse el derecho adquirido si la economía se
resintiera por alguna declaratoria de insostenibilidad económica por parte de
alguno de los tenedores de la letra de cambio.

Como quiera que este trámite se configura como una transacción que se
encuentra en el marco de la legislación comercial, el Estado y su jurisprudencia se
restringen a una función de arbitraje y observación en donde la estructura

41
normativa suele privilegiar a las corporaciones. De igual forma, no sólo se negocia
con créditos adquiridos y cuentas bancarias, sino también los fondos de
pensiones, dineros de cesantías, pólizas de seguro y otros se incluyen como
activos por tranzar. Al final, si bien el ciudadano se puede -o no- encontrar inserto
en un sistema de producción eficiente con un salario asignado por su trabajo, no
tendrá en su tiempo de vida la posibilidad de obtener las cuantías, bonos y
beneficios que se limitan a aquellos altos ejecutivos, accionistas y propietarios de
corporaciones, quienes en cambio, gracias a su liquidez, red de contactos y
acceso a información privilegiada, seguramente duplicarán sus ingresos solo por
concepto del pago de interés y renta.

Si bien la empresa privada depende del consumo asociado a sus


actividades comerciales normalmente concentrado en la mayoría de la población
mundial, estos solo cumplen el rol de dinamizadores del dinero en un ciclo
repetitivo de ingreso y gasto sin proyección alguna para multiplicar de forma
significativa dicha cantidad. Los esfuerzos de los organismos internacionales y las
ONG se concentran en aquellos que se encuentran bajo la línea de pobreza para
que logren insertarse -al menos- en el mencionado ciclo de dinamización del
dinero. No así sucede con la concentración del recurso en donde es
suficientemente diagnosticado que entre mayor dinero tenga la clase más
favorecida, más dividendos seguirá acumulando en el tiempo, por un simple efecto
de volumen e intereses. Por ahora la única expectativa de cambio reside en el
buen juicio y la ética que, igualmente en el tiempo, ha demostrado no ser
suficiente ni particularmente útil en la solución del problema.

El deber de la empresa con el modelo económico y la obligación ética


de asumir voluntariamente políticas de responsabilidad social empresarial.
La empresa debe su existencia al ánimo de lucro, independientemente del grado
de impacto que la comercialización del bien o servicio producido tenga en la
sociedad. Dicho lucro se alcanza por medio de reglas establecidas en el sistema
económico imperante, que como se ha expuesto, privilegian estrategias de corto

42
plazo, alta rentabilidad y posibilidad de reinversión tras una diversificación de la
actividad económica. Recientemente, las empresas obtienen más beneficios de
operaciones financieras, su cotización en la bolsa de valores, y su acceso a
mercados de alta rotación e ingreso (propiedad hipotecaria) que por el desarrollo
estricto de su proceso productivo.

La responsabilidad social empresarial en su interpretación más integral se


entiende como una política que pretende que la empresa retorne a su entorno
inmediato un porcentaje de los beneficios que obtiene, por medio del respeto a los
derechos humanos, la garantía de condiciones justas a sus trabajadores, respeto
por el medio ambiente, la transparencia en sus operaciones, la protección de los
consumidores y la vinculación de la comunidad. Adicionalmente, se ha entendido
como un elemento de marketing social que ha probado tener dividendos
importantes en los hábitos de consumo y, debido a esto, se ha comercializado por
algunos académicos como otra línea de acción corporativa para multiplicar el
ingreso.

En cuanto a la comprensión de la sinergia que existe entre el rol de la


corporación, y el impacto histórico y presente de sus actividades desde una óptica
de corresponsabilidad con el entorno social, económico y político, no parece existir
una suficiente claridad por parte del sector privado. En este sentido, las acciones
adelantadas de RSE justifican la existencia de la conciencia, pero no significa por
lo general una transformación de su enfoque productivo, con miras a reducir malas
prácticas que frecuentemente se siguen presentando.

Al final, la empresa se interpreta a si misma como una persona jurídica que


tiene ánimo de lucro y que de forma directa ofrece un servicio social por medio de
su actividad económica, por la que recibe una justa remuneración que le permite
mantenerse competitivo y dinámico en entornos con muchas otras personas
jurídicas persiguiendo el mismo objetivo. Así, la empresa se debe a la rentabilidad
para poder garantizar su subsistencia en un entorno altamente dinámico, por lo
que simplemente no puede modificar su estructura productiva para satisfacer el

43
deseo idealista de una política cuya implementación e interpretación es en
cualquier caso voluntaria. En suma, el capitalismo y su frenético ritmo impone
limitaciones a las organizaciones, incluso si a ellas auténticamente las llamara la
atención extender sus actividades a una activo fortalecimiento de la comunidad en
la que existe, muy por encima de su real quehacer misional.

44
CONCLUSIONES

Atendemos hoy, y desde las últimas dos décadas, a un gradual proceso de


globalización que no da muestras de dar marcha atrás. Por el contrario, una rápida
observación retrospectiva pluridisciplinar a fenómenos económicos, sociales y
políticos evidencian una creciente disipación de los límites soberanos, altos
movimientos migratorios siguiendo estelas de estabilidad y progreso económico,
una inquietante interdependencia económica cimentada en la fragilidad y
volatilidad del sistema financiero internacional, una reorganización de poderes
productivos que inequívocamente se han establecido en torno a pocos grandes
propietarios, una prevalencia de incertidumbre y expectativa en cuanto a las
condiciones de estabilidad socioeconómica y un justificado pesimismo sobre el
rumbo que están tomando las condiciones de protección social, equidad y, en su
suma, desarrollo.

Junto con la garantía de la globalización como un fenómeno no pasajero,


el capitalismo financiero tampoco ha dado muestras de agotamiento como modelo
imperante, pese a sus repetidos y conocidos síntomas de sistema excluyente,
inequitativo, de concentración de riqueza, de agotamiento de recursos y de foco de
corrupción. Las transacciones económicas aun en Estados en los que la
democracia no existe como sistema político, se han asentado invariablemente en
los límites del libre mercado y el privilegio a condiciones dominantes sobre la tutela
de reglamentaciones miopes y sectarias.

Sobre lo anterior, China como modelo socio-político ha encontrado la


eficiencia a partir de una mezcla de condiciones restrictivas y autoritarias propias
de un sistema socialista, de la mano de los beneficios económicos que le reporta
actuar con innovación tecnológica, producción masiva y bajos costes de
funcionamiento desde las condiciones del occidentalizado capitalismo
internacional. Consecuentemente, su conversión a número uno en el escalafón de
potencia económica ha sido repetidamente anunciado por igual desde medios de
comunicación, analistas y academia, tanto como lo son sus sistemáticas

45
violaciones de derechos humanos, su alta tasa de suicidios y los enormes costos
medioambientales de su máquina productiva y su aun positiva tasa de crecimiento
demográfico.

En los sistemas democráticos, por su parte, no resulta necesaria la


intervención del Estado para garantizar el funcionamiento “fordiano” de los
sistemas de producción. La necesidad de acceder a la riqueza como único
vehículo para suplir las condiciones imaginadas de desarrollo, representadas
normalmente en el acceso a “commodities” o la recurrente actualización de los
mismos según los tiempos establecidos por la obsolescencia programada, ofrecen
un ciclo continuo de medios y fines que soportan, como en China, una mano de
obra relativamente barata y un mercado dinámico alimentado por un consumo
sistémico como símil de bienestar.

En dicho escenario, las empresas están en mora de reconocerse como


actores de primera relevancia en esos ciclos de desarrollo social. Su inserción
desde el rol productivo ofrece condiciones únicas de generación directa de
empleo, garantía de acceso a sistemas de seguridad social, reinversión localizada
de márgenes de rentabilidad, regulación de las condiciones laborales,
condicionamiento de los excesos en el consumo y sobreproducción, y oportunidad
de mayor equidad en la repartición de los ingresos. No obstante, dadas las
dimensiones globales del problema, se requiere de una masiva participación que
se desvirtúa ante el reducido interés de los grandes productores mundiales de
sumarse a estas iniciativas, convencidos de que dichas responsabilidades no se
escapan del monopolio estatal.

Finalmente, las tensiones mencionadas, una a una y como fenómeno


conjunto parecen establecer paradojas que hoy resultan infranqueables en la
resolución de las ya mencionadas problemáticas socioeconómicas, especialmente
estimuladas por la globalización. Se observa que en todas confluye la nueva ética
de la línea de tiempo inmediata entre la producción y la utilidad, así como la
segmentación cerrada y excluyente de los receptores de las ganancias,

46
imponiendo condiciones tanto al Estado, a los productores de diferente capacidad,
y a los ciudadanos como base productiva de todo el modelo.

La interdependencia entre las distintas variables del fenómeno expuestas


en esta investigación presentan una encrucijada de naturaleza compleja, cuya
solución no se encuentra ya exclusivamente en las manos de gobernadores o
directivos de empresa. El sistema económico plantea por si mismo varias
imposiciones comunes a los actores, que limitan el margen de autonomía y de
acción sin afectar la expectativa relacionada con ingreso, crecimiento y
diversificación del mercado. (Giddens,1999). Así, la responsabilidad social
empresarial y otras políticas sociales parecen eternamente condicionadas a
pequeños impactos y promociones masivas, sin terminar de comprender el rol que
cumplen en la sinergia consumidores-Estado-Empresa.

Hoy la dificultad principal no subyace en la ya idealista pretensión de


cambiar las normas del mercado y la forma en cómo el sistema accede a recursos,
sino especialmente recae sobre el 1% del mundo que concentra la mayor parte del
ingreso generado de una u otra manera por el 99% restante y sobre los que,
consecuentemente, recae la disposición de cambio en detrimento de su propio
beneficio. Apela a un altísimo grado de consciencia del bienestar colectivo como
relación sistémica del bienestar propio, que escapa a cualquier ejemplo que antes
haya presentado la historia en lo que respecta al altruismo inherente al ser
humano.

Así, aunque los cambios que se pueden alcanzar desde la dirección de la


empresa no deben ser vistos desde el reduccionismo, ciertamente no ofrecen la
clave al mejoramiento de las condiciones

Es claro que las tensiones identificadas y analizadas son parte de un


sistema que cambia y se complejiza continuamente, por lo que el esfuerzo de
categorización teórica alerta más sobre la necesidad de seguir su naturaleza
dinámica con la intención de ajustar los elementos que las conforman, antes que
resolver la existencia misma de cada una. Lo anterior hace necesario continuar

47
estudiando los fenómenos, características, funcionamiento e interacciones, de
cara a continuar mejorando la comprensión los retos actuales y futuros de las
sociedades, las cuales cada vez más se relación de modos tan estrechos que
cualquier decisión de un individuo afecta en alguna medida a la totalidad de los
organismos que comparten un mismo territorio: la Tierra. Al mejorar la
comprensión de lo que ocurre, será posible definir, redefinir y diseñar respuestas
más pertinentes con las características esenciales de los problemas que se
pretenden resolver.

48
RECOMENDACIONES

 Si bien los procesos de cambio deben tener alcances globales en ocasión


de la magnitud del problema, su origen y fortalecimiento debe iniciar desde
esfuerzos locales: es necesario establecer alianzas público – privadas –
sociales que hagan sostenibles las iniciativas asociativas de producción en
red y de ejes competitivos desde construcciones territoriales de región que
permitan un funcionamiento sinérgico a partir de lógicas de coo-petencia.
La línea de acción del crecimiento no puede mantener su estrategia
aislacionista y autónoma si acaso se pretende establecer un sistema
contrapesos a las exigencias del mercado internacional.
Consecuentemente, las acciones de crecimiento deben estar acordadas
con otros actores privados, invariablemente con el público, y sin duda, con
el soporte de la participación ciudadana.
 La empresa debe adelantar las actividades que sean necesarias para
legitimar su auto reconocimiento como actor social cuya existencia colectiva
le presenta deberes y desafíos por fuera de sus obligaciones fiscales y
normativas. Es imperativo que estos esfuerzos se repliquen vía sectores,
asociaciones gremiales, sindicatos y otros espacios de concertación y
construcción. Mientras que el sector privado no se reconozca como pivote
en el sistema que incrementa condiciones de inequidad, pobreza,
explotación de recursos e inestabilidad económica, no estaremos cerca de
cambiar las condiciones excluyentes que se replican en escenarios
supranacionales y que no nos son favorables.
 El abordaje de la responsabilidad social debe superar su interpretación
reduccionista y limitada a departamentos encargadas de ofrecer producción
verde y políticas de beneficios extralegales como incentivo para el
fortalecimiento de la nómina asociada a una organización. Mientras que en
el ADN mismo de la empresa no haya una lectura sistémica de las políticas
que relacionan su quehacer productivo con el entorno social, junto con los

49
planes estratégicos de crecimiento y el blindaje en las actividades
financieras, se seguirá avanzando hacia modelos insostenibles de
crecimiento inequitativo y asimétrico.
 Los procesos que se adelanten en el margen de Responsabilidad Social en
las organizaciones deben procurar establecer esquemas de elaboración
verticales que extiendan su límite de la simple mención de la estrategia y la
conviertan en estrategias participativas, en donde su naturaleza sistémica y
más allá de los límites de la organización sea clara en la formulación y
priorización de acciones.
 La estructura de gobierno corporativo debe propender por el desarrollo de
un férreo control sobre las acciones acordadas en la estrategia de
responsabilidad social corporativa. La comprensión de estas actividades
debe interpretarse con igual grado de importancia al que se le da al
quehacer productivo tradicional en la organización.

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