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Hacia La Sostenibilidad en América Latina CicomUCR-RedPOP-UNESCO 2019 UltimoRevisar

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Hacia la sostenibilidad en

América Latina: aportes desde la


divulgación de la ciencia
Hacia la sostenibilidad en
América Latina: aportes desde la
divulgación de la ciencia

Margoth Mena-Young (Compiladora)

Autorías:
Adriana Nora Menegaz, Alejandro Álvarez-Vanegas, Alicia Castillo, Ana
Carolina Robles Salvador, Ana Esperanza Marichal González, Blanca Viera,
Cristina Romero Ríos, Daniela García, Elsy Vargas Villalobos, Federico
Alfonso Sánchez Méndez, Fiorella Silveira, Liliana Coutinho, María del Mar
Garciadiego San Juan, Mariam Latofski Robles, Michel Parra, Mônica Santos
Dahmouche, Nélida Pohl, Rodrigo Rosales González, Sandra Murriello,
Silvia Lazzarino, Simone Pinheiro Pinto, Virginia Samsa y Thelma Lopes.
Compilación y coordinación editorial:
Dra. Margoth Mena-Young

Consejo científico CICOM:


Dr. Ignacio Siles González
Dra. Lidieth Garro Rojas
MSc. Yanet Martínez Toledo
MSc. Carolina Carazo Barrantes
MSc. Virginia Mora Carvajal
MSc. José Luis Arce Sanabria
MSc. Jorge Zeledón Pérez

Comité editorial internacional:


Dra. Margoth Mena (Costa Rica)
Ing. Martha Cambre (Uruguay)
MSc. Ana Claudia Nepote (México)
Licda. Constanza Pedersoli (Argentina)
MSc. Ana María Londoño (Colombia)
Lic. Guillermo Roland (Uruguay)

Asistente de edición: Laura Solorzano Abarca, CICOM, Costa Rica.


Diseño de portada: Silvina Basile y Silvina Court, Mundo Nuevo, Programa de Popularización
de las Ciencias, UNLP, Argentina.

1ª edición, junio 2019. Derechos reservados:


-Red de Popularización de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en América Latina y el Caribe
(RedPop).
-Centro de Investigación en Comunicación CICOM, Universidad de Costa Rica. San José, Costa
Rica.

Esta obra cuenta con el apoyo de la UNESCO, mediante su Oficina Regional de Ciencias para
América Latina y el Caribe en Montevideo, Uruguay.

ISBN 978-9968-919-44-9
303.483.098
N822h Nora Menegaz, Adriana.
Hacia la sostenibilidad en América Latina: aportes desde la divulgación
de la ciencia / compiladora Margoth Mena-Young; autores Adriana Nora Menegaz
[y otros veintidós]. –1. edición. – San José, Costa Rica: Universidad de Costa
Rica, Vicerrectoría de Investigación, Centro de Investigación en Comunicación,
2019. 200 páginas: ilustraciones (principalmente a color), mapas a color.

ISBN 978-9968-919-44-9

1. DESARROLLO CIENTIFICO Y TECNOLOGICO – AMERICA LATINA.


2. DESARROLLO SOSTENIBLE – AMERICA LATINA. 3. DIVULGACION
CIENTIFICA. 4. COMUNICACION CIENTIFICA – AMERICA LATINA.
I. Mena-Young, Margoth, compiladora. II. Título.

CIP/3393
CC.SIBDI.UCR

Este libro no puede ser reproducido total ni parcialmente, por ningún medio,
sin contar con la autorización por escrito de editores y autores.

Hecho en San José, Costa Rica por CICOM-UCR.


Tel. + (506) 2511 6414 / http://cicom.eccc.ucr.ac.cr / cicom.eccc@ucr.ac.cr
Contenido

Prólogo ............................................................................................................................ ix
Introducción ................................................................................................................... 13

I. Diseño de iniciativas de divulgación medioambiental de manera participativa ..... 17


Silvia Lazzarino ......................................................................................................
Michel Parra...........................................................................................................
Nélida Pohl ............................................................................................................

II. Divulgación de la ciencia socio-ecológica en el medio rural.................................. 38


Alicia Castillo .........................................................................................................

III. A divulgação científica e o mundo sustentável: o “Museu Ciência e Vida” ......... 58


Thelma Lopes ........................................................................................................
Monica Santos Dahmouche ...................................................................................
Liliana Coutinho .....................................................................................................
Simone Pinheiro Pinto ...........................................................................................

IV. Comunicación y Bioseguridad Insular para la Gobernanza Ambiental de las Islas


Mexicanas ...................................................................................................................... 81
Federico Alfonso Sánchez Méndez .......................................................................
Mariam Latofski Robles .........................................................................................
María del Mar Garciadiego San Juan ....................................................................
Ana Esperanza Marichal González ........................................................................

V. Entrecruzamientos de la divulgación científica y el arte digital hacia la


sostenibilidad............................................................................................................... 102
Ana Carolina Robles Salvador ...............................................................................
Rodrigo Rosales González ....................................................................................
RedPOP

VI. Cafés de ciudad: diálogos universitarios para promover la cultura ambiental y el


desarrollo sostenible ................................................................................................... 124
Alejandro Álvarez-Vanegas ...................................................................................
Cristina Romero Ríos ............................................................................................

VII. Saberes en diálogo: de los agrotóxicos a la agroecología en prácticas


hortícolas ..................................................................................................................... 142
Daniela García .......................................................................................................
Adriana Menegaz...................................................................................................
Sandra Murriello ....................................................................................................

VIII. Planeta Azul: una propuesta educativa sobre el agua ....................................... 162
Blanca Viera ..........................................................................................................
Fiorella Silveira ......................................................................................................
Virginia Samsa.......................................................................................................

IX. Buscando la sostenibilidad en el quehacer universitario: caso de la Comisión


Ambiental ECCC / UCR ................................................................................................ 178
Elsy Vargas Villalobos ...........................................................................................

Personas autoras en esta obra ................................................................................... 193

----viii--
Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Prólogo

Desde sus inicios, hace casi treinta años, la Red de Popularización de la


Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe (RedPOP) ha valorado
temáticas que hoy se vinculan de manera directa con los Objetivos del Desarrollo
Sostenible (ODS), definidos en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas
como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
En la primera relatoría de la reunión de creación de la RedPOP realizada en
el Museo de Astronomía y Ciencias Afines en Rio de Janeiro, Brasil, en noviembre
de 1990, ya se mencionaba que “la popularización del desarrollo científico y
tecnológico por medio de los centros tiende a obtener una mejor calidad de vida de
la población, lo que significa: mejor educación, mejor salud, mejor vivienda, mejor
tiempo libre”. Es así como los debates referentes a la sostenibilidad han estado
siempre presentes en nuestros encuentros como red a través de los años y, se
acentúan ahora, que vivimos regionalmente las consencuencias de la crisis
socioambiental que la actividad humana provoca.
La sostenibilidad surge entonces como eje transversal en varios espacios de
la comunicación de la ciencia. En la Cumbre Mundial de Museos de Ciencias, que
se realizó en Japón en octubre de 2017, se firmó el llamado Protocolo de Tokyo
(https://scws2017.org/tokyo_protocol), suscrito por todas las redes de las seis
regiones del mundo que engloban a museos, centros interactivos y programas de
promoción de la cultura científica. En este protocolo quedó de manifiesto la
importancia y la influencia que dichas redes pueden tener en la población al generar
confianza y cooperación para impulsar acciones dirigidas a lograr alguno de los
ODS. Por lo tanto, las organizaciones que forman esas redes son idóneas para
posicionar los ODS e incentivar al público a reflexionar sobre su relación con el
entorno y que llegue a ser un actor activo en el cambio que necesitamos para
alcanzarlos.
Por otra parte, los integrantes de la Plataforma Intergubernamental Científica-
Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en
inglés) destacaron en su más reciente informe publicado en mayo de 2019, la

--ix--
RedPOP

dimensión que la pérdida masiva de biodiversidad tiene en todo el mundo con más
de un millón de especies con potencial de extinguirse. Sin duda, la riqueza y el
mantenimiento de la biodiversidad y de la salud de los ecosistemas está vinculada
con las raíces de la historia que dan identidad a los pueblos originarios de América
Latina. No podemos permitir que esta riqueza biocultural y de saberes locales se
pierda junto con las prácticas sostenibles que han caracterizado las formas de vida
que hacen de nuestra región una de las más biodiversas, complejas y sostenibles
al ser centros de origen y productores de muchas especies vegetales y animales.
Atender las situaciones ambientales con toda su complejidad requiere de
comunicación, colaboración y coordinación con diversos actores sociales para que
juntos transformemos la forma en que nos expresamos y nos comportamos en la
naturaleza.
En complemento, por iniciativa de las Naciones Unidas, en 2021 comenzará
la década de las ciencias océanicas para el desarrollo sostenible, como respuesta
a la urgente necesidad de modificar las relaciones que mantenemos con los
océanos. Se ha hecho explícita la prioridad que tiene la comunicación de la ciencia
como actividad central para que, junto con la investigación científica y la educación
pública, se logre la transformación que queremos para recuperar la salud de los
mares y océanos de quienes también dependemos.
Para contribuir con esta cruzada mundial por nuestro planeta, esta obra
colectiva incluye aportes basados en experiencias concretas que se han
emprendido en torno a la sostenibilidad desde Argentina, Brasil, Chile, Colombia,
Costa Rica, México y Uruguay, producto de un primer llamado que buscó compilar
las perspectivas y enfoques desde donde se comunica la sostenibilidad en la región.
Sabemos que existen más experiencias, reflexiones e iniciativas que se han llevado
a cabo en América Latina, por lo que los textos aquí reunidos son solo un breve
ejemplo de cómo se está contribuyendo desde la divulgación de la ciencia.
Algunos programas y grupos de trabajo tienen más de una década de
experiencia en comunicación de sostenibilidad y para la sostenibilidad. Tenemos
experiencias en museos y centros de ciencia, en áreas urbanas y también rurales;
y desde luego la visión de universidades - y los investigadores que las integran -

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

comprometidas con la sociedad para buscar resolver aspectos no sólo ambientales


sino sociales, económicos y culturales.
Este libro rescata aproximaciones y modelos de comunicación más
colaborativos que buscan conocer con mayor detalle no sólo a los públicos con los
que se trabaja, sino a quienes generan la información en temas relacionados con la
sostenibilidad. Responde a cuestionamientos comunes como región: ¿cómo
interpretar lo que sabemos sobre medio ambiente?; ¿cómo devolver, a los propios
informantes ambientales, el conocimiento que se genera gracias a sus aportes?;
¿cómo motivar e involucrar a la ciudadanía en acciones que despierten conciencia,
interés y finalmente, se logre transformar actitudes hacia un cambio de paradigma?
Las llamadas de atención sobre la crisis socioecológica que se vive a nivel
mundial son cada vez más constantes. Nuestra generación es testigo de las
consecuencias que tiene el consumo desmedido de plásticos y materiales que
desechamos casi inmediatamente después de adquirirlos y es preocupante la
dependencia que mantenemos de productos derivados del petróleo. Por otro lado,
vemos la alteración en patrones climáticos y de lluvias; las sequías y los incendios
se agudizan mientras que muchas regiones de América Latina son cada vez más
vulnerables y están menos aptas para mitigar los efectos de tormentas y poderosos
huracanes.
¿Por qué elegimos la sostenibilidad como punto incial para esta publicación?
Reconocemos que la sostenibilidad es el tema central de nuestros tiempos y es un
compromiso que hemos asumido como RedPOP. Nos interesa empezar a mostrar
el trabajo que realizan nuestros socios para articular mayores esfuezos y
colaboraciones en beneficio de nuestra región.
La importancia del desarrollo de una cultura científica ya no es un punto de
discusión, sino que también es parte de las sociedades más democráticas a las que
aspiramos ser. Podemos trazar un paralelismo entre el desarrollo del pensamiento
científico y una ciudadanía más inclusiva, crítica y democrática. En esta línea de
pensamiento, la doctora Gabrielle Britton, especialista panameña en Neurociencias
y Psicología, explicó este año a la Revista Sapiens de Ciudad del Saber, que “los
quince países que están ubicados en las posiciones más altas en cuanto a

--xi--
RedPOP

protección y defensa de los Derechos Humanos son los mismos que están en los
rankins más altos de inversión en ciencia y tecnología”.
Las habilidades que se desarrollan al realizar una metodología basada en la
investigación y la indagación no solo ayudan en los procesos científicos, también
son aplicables al resto de nuestras actividades. Ser curioso, preguntarse, dudar
sobre lo que nos presentan, plantearnos posibles soluciones a las preguntas y
realizar una investigación para encontrar un camino hacia una posible respuesta a
nuestra pregunta, es parte de ese aprendizaje. En el camino, nos encontramos con
más preguntas, trabajamos en equipo, nos nutrimos de otros que recorrieron
caminos similares, intercambiamos opiniones, escuchamos otras ideas, nos
equivocamos y muchas veces volvemos a empezar. Todo esto es un proceso de
crecimiento personal que nos ayuda no solo a resolver una interrogante en
particular. Si la practicamos con frecuencia, finalmente la integramos a nuestra
forma de pensar, trabajar e interactuar con el mundo. Por todo esto, incentivar el
desarrollo de un pensamiento científico promueve ciudadanos más críticos,
abiertos, que respetan otras ideas y por ende una ciudadanía más democrática.
Esperamos que este libro sea el primero de muchos que aborden temas de
sostenibilidad y comunicación de la ciencia en América Latina. Es nuestra intención
que compartir el conocimiento desarrollado por diversos programas en los temas de
sostenibilidad sirva de referencia, permita el intercambio, impulse acciones en otros,
o simplemente sea un punto de reflexión. Deseamos que esta publicación provoque
su curiosidad, y genere nuevas conexiones que nos permitan continuar creciendo
como red en pos de una cultura científica en América Latina.

Ing. Martha Cambre, Directora ejecutiva


M. en C. Ana Claudia Nepote, Nodo norte
Consejo directivo de RedPOP

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Introducción

La Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y


el Caribe (RedPOP) y el Centro de Investigación en Comunicación (CICOM) de la
Universidad de Costa Rica (UCR), se aliaron en octubre del 2018 para hacer un
llamado a miembros de esta red para publicar un libro que diera cuenta de la sinergia
que existe entre la comunicación de la ciencia y las acciones vinculadas al
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU).
La RedPOP es un espacio creado en 1990 para contribuir al fortalecimiento,
intercambio y activa cooperación entre los grupos, programas y centros de
popularización de la ciencia y la tecnología en la región latinoamericana. El CICOM,
por su parte, realiza investigaciones en comunicación en todas sus dimensiones,
siendo una de ellas la Comunicación Pública de la Ciencia. Aunado a lo anterior, el
CICOM tiene como uno de sus objetivos vincular su quehacer con las necesidades
sociales, lo que implica llevar adelante no solo estudios científicos, sino también
acciones que logren intervenir de forma situada en esos entornos donde es actor.
Esta unión de esfuerzos y voluntades de ambas organizaciones tiene como
producto esta obra colectiva donde se integran nueve experiencias prácticas de
siete países distintos, bajo la pluma de 23 personas autoras (19 mujeres y 4
hombres), cuyos textos son un ejemplo de los aportes que se realizan en la región
latinoamericana para apoyar las acciones nacionales en sostenibilidad,
especialmente alrededor de la conciencia y la educación ambiental. Cada texto pasó
por un proceso editorial de revisión de doble par, más una lectura adicional por parte
del Consejo científico del Centro.
Como se puede constatar al final de este libro, las personas que han aportado
sus colaboraciones proceden de diferentes organizaciones y cuentan con
trayectorias en campos disciplinares disímiles, lo que ilustra la multidisciplinariedad
en la comunicación de la ciencia y la necesidad actual de mezclar marcos teóricos
y experiencias diversas al intervenir en un problema, fenómeno o situación
particular.

--13--
RedPOP

La muestra en esta publicación resulta breve para todas las acciones que se
desarrollan en cada país de América Latina, lo cual nos resulta evidente en cada
encuentro sobre comunicación de la ciencia que se realiza en la región, pero
esperamos potenciar el diálogo y el intercambio a partir de estos textos, de manera
que más organizaciones y autores sistematicen sus esfuerzos para beneficio de la
comunidad.
El primer caso que incluye esta obra corresponde a una experiencia del
Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile, quienes desarrollaron un ejercicio
participativo con diferentes públicos y productores de conocimiento científico sobre
cómo estos conciben la comunicación de la sostenibilidad. Sus conclusiones
detallan vacíos en los públicos con los que trabajaron y oportunidades para el futuro.
Como sección dos, se incluye una experiencia del Instituto de Investigaciones
en Ecosistemas y Sustentabilidad en Morelia, México, cuya investigadora tiene más
de 19 años documentado las visiones locales de comunidades rurales y
compartiendo con ellos los resultados posteriores, en acciones de educación y
comunicación ambiental. El siguiente apartado, sección tres, es de la Fundação
Cecierj de Brasil, a partir de la evaluación con públicos visitantes en muestras
interactivas realizadas sobre sustentabilidad en el Museu Ciência e Vida. Los
resultados muestran las opiniones de quienes participaron en sus talleres y charlas.
El cuarto artículo tiene como eje central la bioseguridad, específicamente en
las islas de México, y es una colaboración del Grupo de Ecología y Conservación
de Islas, en Ensenada, ciudad de ese país. El texto detalla varias acciones que
llevaron a cabo para abordar la problemática de especies invasoras con distintos
públicos relacionados.
La conceptualización, desarrollo y ejecución del artefacto-texto trasTocar es
el eje central del artículo cinco, que incluye el arte digital en diálogo con la
comunicación y la ciencia (en tema de humedales). Esta experiencia se realizó en
el museo Zanbatha en la localidad de Lerma de Villada y fue liderado por la
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Lerma, en México.
La sección número seis llega desde el Núcleo de Formación Institucional en
Cultura ambiental del Departamento de Ingeniería de Procesos de la Universidad

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

EAFIT, que se localiza en Medellín, Colombia. Este texto detalla la experiencia y


resultados de 18 espacios de “Café de ciudad” que se realizaron tratando diferentes
temas relacionados con sostenibilidad y cuidado ambiental.
“Saberes en diálogo: de los agrotóxicos a la agroecología en prácticas
hortícolas” es el título del apartado 7, que narra los talleres con diferentes sectores
sociales y contextos que abordaron los agrotóxicos y que fueron desarrollados por
la Universidad Nacional Arturo Jauretche y el CITECDE de la Universidad Nacional
de Río Negro, ambos de Argentina. En esta misma línea, el caso número ocho
aborda la experiencia del Grupo El Planeta Azul, desde la perspectiva uruguaya,
que realizaron también talleres interdisciplinares al aire libre para propiciar una
reflexión crítica en torno al agua.
Cierra este libro la experiencia de la Comisión ambiental de la Escuela de
Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica, la cual
narra cómo un grupo de funcionarios asumió el reto de construir desde cero una
cultura ambiental en un ambiente universitario de cambio.
Para dar fin a esta breve introducción, quisiera hacer eco de las palabras del
periodista ambiental, Arturo Larena, quien ya hace más de una década, explicaba
que al abordar las problemáticas ambientales debemos no solo informar, sino
también educar. La comunicación adecuada y permanente de la sostenibilidad y su
apoyo con estrategias educativas, así como el abordaje público de los riesgos que
sufriremos si continuamos consumiendo y contaminando como hasta ahora, resulta
en una mayor conciencia social y en posibles acciones colectivas que pueden darle
a este planeta un respiro.
Espero que este libro promueva nuevas experiencias de popularización de la
sostenibilidad, genere más conversaciones entre sectores sociales aliados y
colabore en la deseada construcción de sociedades sostenibles.

Dra. Margoth Mena Young


Centro de Investigación en Comunicación
Universidad de Costa Rica

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

I. Diseño de iniciativas de divulgación medioambiental de manera


participativa

Silvia Lazzarino, Instituto de Ecología y Biodiversidad, slazzari@uc.cl


Michel Parra, Instituto de Ecología y Biodiversidad, michpac@gmail.com
Nélida Pohl, Instituto de Ecología y Biodiversidad, npohl@ieb-chile.cl

1. Introducción
Pensar y planificar estrategias de divulgación medioambiental no es
patrimonio exclusivo de científicos y periodistas especializados en comunicación de
la ciencia. En temáticas de medioambiente, ecología y biodiversidad esta premisa
cobra aún mayor sentido considerando la necesidad de un mayor involucramiento
de la ciudadanía para contribuir a la sostenibilidad del planeta. Después de casi diez
años de trabajo, el equipo de comunicación de la ciencia del Instituto de Ecología y
Biodiversidad (IEB) en Chile, decidió realizar un estudio que les permitiera planear
las acciones de divulgación de manera más participativa. Esto se tradujo en un
diagnóstico cuyo objetivo fue recoger las visiones de diversos actores involucrados
en la producción y circulación de conocimientos. Correspondió a un ejercicio
participativo que incluyó las voces de diferentes tipos de públicos y productores de
conocimiento científico (ecólogos del IEB) sobre cómo conciben la comunicación de
las ciencias de la sostenibilidad. Particularmente se preguntó: ¿qué comunicar?,
¿para qué comunicar?, ¿a quién comunicar?, y ¿cómo comunicar?
La divulgación científica en Chile es desarrollada principalmente por una gran
diversidad de iniciativas de instituciones públicas y privadas. Gran parte de ellas se
encuentra al alero de universidades y centros de investigación.
Desde 1995 la divulgación nacional cuenta con financiamiento estatal
permanente y concursable, mediante el Programa Explora de Divulgación de la
Ciencia, de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica
(CONICYT). A la fecha, Explora, constituye el único financiamiento público exclusivo
para divulgación científica, cuyas principales audiencias son estudiantes de
educación parvularia, escolares, docentes y la comunidad.

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RedPOP

Por otro lado, en 1976 se creó la Asociación Chilena de Periodistas y


Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (ACHIPEC), organismo que tiene
la finalidad de enaltecer la profesión en la divulgación científica y educativa, a través
del perfeccionamiento de los asociados y la comunicación directa con los
investigadores nacionales.
Adicionalmente, como un instrumento para contribuir al fortalecimiento del
sistema de innovación y desarrollo nacional, el Estado creó en 1998 la Iniciativa
Científica Milenio, colaboración entre el gobierno y el Banco Mundial, dependiente
del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. Su objetivo es fortalecer la misión
de investigación científica y tecnológica de frontera, y la formación de recursos
humanos altamente especializados. Esta iniciativa financia grupos de
investigadores que trabajan bajo grandes preguntas en común, agrupados en
Núcleos e Institutos Milenio. Cada uno de ellos tiene la posibilidad de financiar sus
programas y actividades de divulgación científica mediante el fondo interno de
Proyección al Medio Externo (PME). Esta innovadora iniciativa es la única existente
en el país que financia y evalúa de forma exclusiva los programas de divulgación
científica de instituciones dedicadas al desarrollo de ciencia de excelencia. La
propuesta de destinar fondos únicamente para estas áreas ha permitido el
desarrollo de programas de comunicación científica, al interior de los Núcleos e
Institutos Milenio, que han tenido la posibilidad de ejecutarse de manera
independiente a los fondos generales asignados a la institución. Lo anterior no es
menor considerando el gran desafío que se lleva cada institución a la hora de
asignar sus dineros a todas las áreas que las componen, tanto científicas como
administrativas, repartición en la que muy comúnmente el área de divulgación no se
ve beneficiada.
En este artículo nos referiremos principalmente a la divulgación científica en
temas de medioambiente, ecología, biodiversidad y ecosistemas de Chile.
El medioambiente, en las últimas tres a cuatro décadas, se ha convertido en
una de las mayores preocupaciones públicas y políticas de nuestros tiempos, y los
medios de comunicación pública son centrales en este sentido (Hansen, 2011).
Comunicar temáticas medioambientales hoy constituye un gran desafío pues la

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

ciencia y la tecnología avanzan a velocidades sin precedentes. Tal como describe


Lewenstein (2003), hoy la actividad en comunicación científica es muy vigorosa:
periodistas especializados, curadores de museos, comunicadores, productoras
audiovisuales, radiales y digitales, y los mismos científicos se involucran en
numerosas iniciativas que buscan comunicar públicamente la ciencia. Sin embargo,
dónde y cuáles de estas iniciativas han sido exitosas es menos claro, en parte
porque no existe consenso acerca de los objetivos y en qué consiste mejorar el
entendimiento público de la ciencia.
Para estas interrogantes resulta necesario comprender cuáles son los
públicos a quienes se busca comunicar, conocer sus necesidades, detectar las
oportunidades de comunicación existentes y según lo anterior, evaluar bajo qué
modelo comunicacional aproximarse.
En Chile la divulgación en temáticas medioambientales tiene una larga data,
al igual que la divulgación científica en general. Las iniciativas de comunicación
ambiental de mayor alcance suelen encontrarse insertas en organizaciones
internacionales de conservación de la biodiversidad, protección y educación
ambiental. Una de las más importantes es la Wildlife Conservation Society (WCS),
que cuenta con cerca de 500 programas de conservación en más de 60 países y 15
áreas prioritarias. La ONG Océana también funciona de manera similar, siendo una
organización internacional centrada en la conservación de los océanos con
delegaciones en diversos países, entre ellos Chile.
En 1994 se creó el Fondo de Protección Ambiental (FPA), al alero de la
entonces Corporación Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), hoy Ministerio de
Medio Ambiente. Este fondo, constituye el primer y único fondo concursable de
carácter nacional y estatal para apoyar iniciativas ambientales presentadas por la
ciudadanía.
En una revisión no exhaustiva realizada para este artículo, encontramos más de
100 iniciativas chilenas que se dedican a la divulgación científica de temáticas
medioambientales hoy. En general se encuentran vinculadas a educación ambiental
y/o dirigen sus esfuerzos a escolares y niños. Los formatos que utilizan son

--19--
RedPOP

variados: audiovisuales, material gráfico, juegos, intervenciones urbanas,


exhibiciones, libros y actividades presenciales, entre otros.
Cabe destacar que la gran mayoría de estas iniciativas no cuenta con un
sistema de financiamiento constante que les permita un trabajo en el largo plazo,
evaluaciones y estudios de impacto que vayan más allá de indicadores de cobertura.
Lo anterior provoca que muchos proyectos sean de corta duración, con escasas
posibilidades de evaluar su desempeño para mejorarlo, invirtiéndose mucho tiempo
y energía en el levantamiento de fondos.
Otra vía de desarrollo de iniciativas de comunicación científica de temáticas
ambientales es la realizada desde las instituciones de investigación científica. Así
es el caso del presente estudio, planeado y ejecutado por la Unidad de
Comunicación de la Ciencia del Instituto Milenio de Ecología y Biodiversidad (IEB).
El IEB fue creado en 2006 al alero de la Iniciativa Científica Milenio y contó por 10
años con el fondo exclusivo para divulgación PME, anteriormente descrito. Sus
investigadores, estaciones y universidades asociadas, se encuentran distribuidos
en gran parte del país. Desde su creación ha trabajado en la divulgación científica
sobre ecología y biodiversidad de Chile. Su estrategia ha estado centrada en la
elaboración de libros, guías y materiales educativos impresos y audiovisuales, en el
trabajo con la comunidad educativa mediante capacitaciones y talleres de la
metodología Enseñanza de Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE), y en el
desarrollo de proyectos que buscan vincular la biodiversidad con las personas. Su
aporte ha sido reconocido en numerosas instancias, por ejemplo, ha sido receptor
en dos oportunidades del Premio Innovación en Educación Científica, otorgado por
la Fundación Ciencia Joven - UNESCO.
Después de casi 10 años de trabajo, el equipo de comunicaciones – al cual
pertenecemos los autores de este capítulo - decidió realizar un ejercicio de
divulgación participativa que tuvo como objetivo recoger las visiones de diversos
actores del proceso de producción y circulación de conocimientos en ecología y
biodiversidad al interior del IEB. Estos actores fueron clasificados en científicos del
instituto y públicos. Corresponde a un ejercicio participativo para incluir las voces de
diferentes públicos y productores de conocimiento científico (ecólogos del Instituto

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

de Ecología y Biodiversidad) sobre cómo conciben la comunicación de las ciencias


de la sostenibilidad. Particularmente consultamos qué pensaban y esperaban sobre:
qué comunicar, a quién, para qué y cómo.
Pensamos en este estudio para aprender de nuestros públicos, y así orientar
el diseño de actividades de comunicación futuras. Esto con miras a incrementar la
participación ciudadana y el potencial transformador del conocimiento ambiental
que generamos, acercándonos al objetivo de lograr un Chile donde la sostenibilidad
sea un pilar fundamental de nuestro desarrollo.

2. El diseño de actividades de divulgación para la sostenibilidad


El último reporte de la European Comission (2015), entrega información
respecto a las actitudes de ciudadanas y ciudadanos europeos hacia la
biodiversidad. En él se señala que la mayoría ha escuchado el término
“biodiversidad” pero menos de un tercio conoce lo que significa: un 39% nunca lo
ha escuchado, un 30% lo ha escuchado pero no sabe qué significa, y apenas un
30% lo ha escuchado y declara que sí sabe lo que significa. Si bien en Latinoamérica
y particularmente en Chile, no se cuenta con un instrumento que levante información
respecto a actitudes y conocimiento sobre biodiversidad, la Encuesta Nacional
sobre Medioambiente y Cambio Climático realizada por el Ministerio del Medio
Ambiente (2018), revela como resultado transversal la poca información, educación
y concientización sobre el cuidado del medio ambiente, y las escasas acciones que
los chilenos y chilenas declaran realizar como forma de mitigar el cambio climático
y la descontaminación.
Adicionalmente, si bien los resultados de la primera Encuesta Nacional de
Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología realizada en Chile arrojan una alta
valoración de los encuestados hacia la actividad científica en general, a la hora de
tomar decisiones de inversión a nivel país, los chilenos y chilenas presentan una
disociación entre ciencia y medio ambiente, situando medio ambiente como primera
prioridad para aumentar la inversión pública y ciencia como octava de nueve áreas
consultadas (CONICYT, 2018).

--21--
RedPOP

Por otro lado, a pesar de reconocimientos internacionales favorables a la


gestión ambiental de Chile (United Nations Enviromment Programme, 2018;
Montes, 2018), análisis más globales muestran que muchos de nuestros desafíos
socio-ambientales continúan siendo graves y de difícil solución (Carrere, 2018;
Carruthers, 2010; Tecklin, 2011), y que la participación de los científicos en la toma
de decisiones es generalmente excluida (Barandiaran, 2016). En este escenario, se
hace más crucial que nunca la participación activa de la ciudadanía en asegurar la
sostenibilidad del país, y un paso clave hacia este objetivo es lograr una toma de
conciencia masiva en lo que respecta al valor de los ecosistemas nativos y su
biodiversidad.
Pareciera ser que las estrategias de comunicación de las ciencias
ambientales no han logrado el alcance e impacto necesario para generar
conciencia, preocupación, cambios de actitud y acciones en pos de la sostenibilidad
del medio ambiente a nivel general de la sociedad chilena.
Durante nuestro desempeño como comunicadores de la ciencia hemos
podido apreciar que el diseño o planificación de proyectos y actividades se realiza
de manera aislada no solo de los públicos a lo que se quiere involucrar, sino también
de los investigadores. Esta planificación se realiza además de una manera poco
participativa homogeneizando a las audiencias y pensando en la ya agotada visión
del público general (Trench, 2008). Por otro lado, las estrategias se centran en los
contenidos o información a transmitir una vez terminadas las investigaciones dado
que se concibe la ciencia como un producto más que un proceso.
Diseñar actividades de divulgación de la ciencia en temas de medioambiente
no es patrimonio exclusivo de periodistas o expertos en comunicación de la ciencia.
Tampoco de ecólogos, biólogos u otros científicos de las ciencias naturales.
Considerar a los públicos en el diseño de las actividades de divulgación de la
ciencia, podría generar un compromiso más cercano con las actividades de
protección al medioambiente. Creemos además que considerar a los investigadores
en las etapas previas al diseño de las actividades mismas podría acrecentar su
compromiso con la divulgación como parte importante de su trabajo, a pesar de las

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

diversas vallas institucionales de la carrera científica que comúnmente


desincentivan su participación.

3. La participación pública en el diseño de actividades de divulgación para la


sostenibilidad
Mucho se ha discutido sobre los modelos conceptuales en que se basa,
consciente o inconscientemente, el diseño de actividades de comunicación de la
ciencia. En el discurso tradicional de la disciplina existe una separación entre el
modelo de déficit - aquel que enfatiza el traspaso pasivo de información científica
desde los expertos al público lego – y el de diálogo o compromiso – en que la
información fluye en múltiples direcciones y se involucra activamente a quienes no
son científicos profesionales (Burns, O’Connor, y Stocklmayer, 2003). Otros autores
han develado la coexistencia de estos modelos en la práctica de la comunicación
de la ciencia, e incluso han surgido subdivisiones que permiten quitar polaridad al
debate y acrecentar el uso práctico de los modelos a la hora de comunicar
(Lewenstein, 2003). Por ejemplo, Brian Trench (2008) distingue dos modelos
participativos: el de diálogo que incorpora la consulta ciudadana y el contexto en
que se sitúa la ciencia y los públicos involucrados, y un segundo que denomina de
participación o conversación, con cualidades más activas de deliberación y
participación democrática, incluso en lo que refiere a qué es lo que hay que
investigar.
La participación de los científicos en la comunicación científica tiene una larga
data, desde los grandes científicos-comunicadores de antaño, Galileo, Humboldt,
Darwin son algunos ejemplos, hasta ejemplos contemporáneos como Carl Sagan,
Neil de Grasse Tyson o el chileno José Maza. Aun así, y a pesar de los múltiples
llamados institucionales a la comunidad científica a involucrarse con los distintos
públicos y actores clave de sus respectivas regiones (Gibbons, 1999), el efecto Carl
Sagan –la percepción de muchos científicos de que sus pares que realizan
comunicación pública tienen una baja calidad académica (Martínez-Conde, 2016) –
sigue ejerciendo su nefasta influencia. Este prejuicio infundado (de hecho, se ha
demostrado en múltiples países y disciplinas científicas la tendencia opuesta, que

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RedPOP

quienes realizan comunicación pública suelen tener mejores antecedentes


académicos que quienes no (Jensen, Rouquier, Kreimer & Croissant, 2008; Bentley
& Kyvik, 2010), se suma a las múltiples presiones que desincentivan la participación
de los investigadores en la vida pública (Martínez-Conde, 2016).
Dentro de las ciencias ambientales, los ecólogos suelen enfatizar
encarecidamente que son científicos y no ecologistas, a quienes consideran bien
intencionados pero mal informados, y contaminados por una retórica emocional e
inflamada, poco fundada en los datos (Jaksic, 1997; Garza-Almanza 2015).
Lamentablemente esto ha provocado que muchas veces el discurso ambiental sea
llevado por organizaciones e individuos que no cuentan con la información
actualizada, necesaria para tomar decisiones ambientales efectivas, carencias que
pueden llevar al fracaso y aprovechamiento político de sus movimientos iniciados
en pro de la sostenibilidad ambiental. Considerando lo anterior es crucial que las
ciencias ecológicas y el activismo conversen, superando desconfianzas y aunando
esfuerzos en pos de objetivos de conservación y sostenibilidad comunes.
Por otro lado, los científicos suelen pensar que basta poner a disposición del
público el conocimiento que genera la ciencia, para que las opiniones confluyan y la
toma de conciencia y de decisiones presenten trayectorias unívocas (Besley &
Nisbet, 2013). Pero los datos no hablan solos, y el contexto (social, económico,
cultural, político, etc.) en que se genera conocimiento y es difundido, no es accesorio
sino clave (Lewenstein, 2003). Apelar a la razón no es suficiente a la hora de encarar
las múltiples problemáticas ambientales que nos aquejan a nivel local, regional y
global, y la investigación en comunicación y psicología ambiental lo demuestra: los
diferentes públicos, actores y potenciales agentes de cambio requieren de
participación, de enfoques valóricos y emocionales, además del dato duro
(Heberlein, 2012). En otras palabras, los científicos ambientales ven la
comunicación de la ciencia desde el modelo de déficit informacional, y desconocen
o desconfían del enfoque del modelo de diálogo, que tiene una visión que va mucho
más allá de la alfabetización (Yuan et al., 2017).
Desde el punto de vista de los públicos, diversos autores han incorporado el
concepto de ciudadanía científica, ciencia cívica y democracia a las discusiones

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

académicas sobre gestión y comunicación de la ciencia en general, y de la


sostenibilidad en particular. Según Bäckstrand (2003), incluir a la ciudadanía en
temas ambientales puede tener distintos objetivos: restaurar la confianza en la
ciencia, atacar la complejidad de los problemas ambientales desde experticias
múltiples, o democratizar la producción misma del conocimiento científico. Por otra
parte, Cox (2012), en el contexto de la comunicación ambiental caracteriza la
participación pública como un asunto de derechos democráticos: derecho a acceder
a la información (transparencia), derecho a opinar ante tomadores de decisión
(participación directa), y derecho a pedirles cuentas (responsabilidad). Según
Walker (2007) el objetivo de la comunicación participativa es lograr un
entendimiento compartido, conducente a mejorar la toma de decisiones
ambientales, considerando todos los conocimientos, expertos y legos, involucrados.
Uno de los primeros pasos hacia el ambicioso y loable objetivo de la
deliberación democrática, de la resolución de problemas a través de la
comunicación y de la consideración colectiva de temas relevantes en sostenibilidad
(Rask & Worthington, 2015), es asegurar la inclusión ciudadana en el diseño de
actividades de comunicación de las ciencias ambientales, considerándose como un
desafío o una provocación, y no solamente como la diseminación unidireccional de
resultados de la investigación científica (Irwin, 2001). Pensar la divulgación de la
ciencia en conjunto con los públicos requiere abrirse a una lógica inclusiva y no
jerárquica.

4. Métodos
El enfoque metodológico utilizado en el estudio fue eminentemente cualitativo
con técnicas de entrevistas en profundidad y grupos de discusión. Se utilizó una
técnica de muestreo teórico característica en los estudios con enfoque cualitativo,
considerando para la selección de los científicos, principalmente su liderazgo en la
línea de investigación, y relevancia de los informantes pertenecientes a los
diferentes tipos de públicos. Para analizar la información se utilizó una metodología
de análisis de contenido sociológico a nivel textual, contextual e interpretativo (Ruiz,
2009). El análisis de la información fue asistido por el software de análisis cualitativo

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RedPOP

MAXQDA en su versión 11 y se realizó a partir de cuatro dimensiones que


permitieron indagar en cómo se concibe la comunicación de la ciencia para la
sostenibilidad en un ejercicio participativo.
- Dimensión contenido del mensaje: ¿Qué comunicar?
- Dimensión funcional: ¿Para qué comunicar?
- Dimensión actores receptores: ¿A quién comunicar?
- Dimensión medio comunicacional: ¿Cómo comunicar?
En una primera etapa se levantó información desde la perspectiva que tienen
algunos científicos en las nueve líneas de investigación del Instituto: paleoecología,
macroecología, ecología de ecosistemas, evolución, ética ambiental, invasiones
biológicas, ciencia e industria, ecoinformática y ecoturismo. Dada la similitud de las
respuestas de los diferentes científicos, los resultados de las nueve líneas fueron
consolidados. Se entrevistó a un total de nueve científicos, uno por cada línea de
investigación.
En una segunda etapa se realizaron cinco entrevistas en profundidad y dos
grupos de discusión (con cuatro participantes cada grupo), a actores sociales
relevantes, esto es, individuos que participan activamente en espacios sociales en
que circula conocimiento científico en ecología y biodiversidad, y que fueron
clasificados en cinco tipos de públicos:
- Tomadores de decisión
- Sector educacional
- Industria privada
- Pequeños productores agrícolas
- ONGs ambientales

5. ¿Cómo se concibe la divulgación en un diseño participativo?

5.1. Tomadores de decisión del Estado


A pesar de que a partir del siglo XX se ha producido una implicación cada
vez mayor de la ciencia en la formulación de políticas públicas, el aparato público
chileno carece de un sistema de involucramiento de los científicos con audiencias

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

políticas y tomadores de decisión. Al entrevistar a informantes pertenecientes a este


tipo de públicos queda de manifiesto la necesidad de una mayor comunicación de
los resultados de investigación en temáticas medioambientales a este segmento de
la sociedad.

5.2. Sector educacional


Los públicos del mundo educativo han sido tradicionalmente hacia quien las
políticas de divulgación han prestado más atención en Chile, recibiendo la mayor
cantidad de productos y actividades. Sin embargo, aún existen desafíos que
enfrentar para la planeación de estrategias de comunicación de la ciencia, sobre
todo en escuelas situadas en contextos vulnerables, donde se levantó la información
para este estudio.

5.3. Industria privada


Los informantes entrevistados pertenecen a dos sectores productivos
diferentes. Por un lado, la industria turística y por otro la industria del vino. Para
ambos tipos de públicos hay coincidencia en la necesidad de enfocarse en
contenidos relevantes para su productividad. Se reconoce la importancia de la
conservación de la biodiversidad en tanto aporte valor a la empresa.

5.4. Pequeños productores agrícolas


Dentro de este tipo de audiencias se entrevistó a pequeños agricultores que
viven en localidades rurales y que están practicando la agroecología o realizan
actividades de agricultura familiar para subsistencia. Las estadísticas señalan que
son más o menos 210 mil a 220 mil unidades productivas de agricultura familiar en
el país, lo que podría constituir un tipo de público al cual acercarse con el fin de
comunicar los resultados de investigación en ecología y biodiversidad que pudieran
ser relevantes para su desarrollo.

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RedPOP

5.5. ONGs ambientales


Organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales ambientalistas
están demandando cada vez más conocimiento científico experto que les permita
participar en espacios de debates y controversias y así poder incidir en la
gobernanza ambiental. En general las organizaciones más formales y que tienen
mayores recursos buscan vincularse con las instituciones de investigación con el fin
de construir argumentos técnicos para luego socializar el conocimiento generado
hacia las comunidades locales. Es principalmente en este espacio territorial donde
se genera un interesante diálogo experto-activista caracterizado por una
coproducción de saberes en ecología y biodiversidad y que es necesario tomar en
consideración a la hora de planificar actividades de comunicación del conocimiento
generado por el IEB.

5.6. Investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad


Se realizaron entrevistas con investigadores del instituto, correspondientes a
las nueve líneas de investigación prioritarias para el IEB en ese momento. Eso
incluía académicos líderes en sus áreas, académicos jóvenes y estudiantes de
postgrado. En general hay consenso en la necesidad de llegar a tomadores de
decisión, dado que los científicos reconocen que comunicar su investigación en
ecología sirve para ayudar no solo a que la sociedad valore la biodiversidad del
país, sino para contribuir prácticamente a las decisiones de gestión y manejo
sostenible de los recursos naturales. La gran mayoría de los entrevistados
concuerda con que lo que hay que comunicar es información, datos duros. Por
último, los investigadores sugieren varios formatos comunicacionales, enfatizando
los medios digitales y RRSS, audiovisuales, y formatos tradicionales como charlas
y talleres.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Tabla 1. Resumen de las respuestas de públicos y científicos a las


preguntas: qué comunicar, para qué, a quién y cómo
TD (Tomadores de decisión del Estado), SE (Sector educacional), IP (Industria privada), PA
(Productores agrícolas), OA (ONGs ambientales), IN (Investigadores)

TD SE IP PA OA IN
QUÉ Nociones Contenidos Conceptos Conocimien- Conocimiento Conteni-
conceptuales de apoyo e tos para un experto para dos
básicas para curricular en información mejor manejo comprender y específi-
comprender ciencias, sobre flora y de los explicar los cos de
temáticas de metodologías fauna que recursos, impactos en cada
ecología y que permitan aporten a la tecnologías los ecosiste- línea de
biodiversidad valorar el productivi- para mejorar mas investi-
para la cuidado del dad de la la gación.
gestión. medioam- empresa. producción.
biente, Consecuenci
conceptos as del cambio
básicos, climático para
identificación la agricultura
de especies. y cómo
mitigar sus
efectos.
PARA Para Involucrar a Potencial Comprender Legitimar la Para
QUÉ comprender la comunidad económico y poder estar ciencia ante valorar la
la naturaleza
escolar en el para la alerta a los la sociedad y biodiver-
para diseñar
cuidado del empresa. efectos que generar sidad, y
políticas medioam- les puede mayor fuerza para
locales de biente y generar el social que contribuir
manejo y también para cambio permita a la toma
conservación
valorar la climático en proteger y de
de los biodiversidad sus prácticas valorar la decisión
ecosistemas.
para productivas. ecología y la de
disminuir la biodiversi- manejo
deserción dad. sustenta-
escolar. ble.
A Funcionarios Escolares, Todos los Diversas Actores de Tomador
QUIÉN municipales, profesores, trabajadores agrupaciones todas las es de
seremis, jefes de dentro de de edades decisión,
guarda- unidades y las agricultores presentes en y mundo
parque, directores de empresas (familias, territorios escolar
comunidades las escuelas. (directiva, cooperativas, locales donde (estudian
locales, dueños, etc.) se presentan tes y
asesores etc.) así los conflictos profesor
políticos y como los socio es).
empresarios clientes, por ambientales.
turísticos. ejemplo,
turistas.

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RedPOP

TD SE IP PA OA IN
CÓMO Formatos Talleres de Talleres Cursos, Audiovisua- Congre-
audiovisua- indagación y participati- talleres les, láminas sos con
les, actividades vos, prácticos, gráficas para tomador
infografías experiencia- láminas, manuales entregar o es de
digitales y les. folletos y simples, instalar en los decisión
talleres formatos programas centros y científi-
presenciales. digitales. radiales, comunales, cos,
boletines. charlas de medios
científicos digitales,
con la audiovi-
comunidad. suales y
RRSS,
talleres
participa-
tivos.
Fuente: elaboración propia.

Los resultados muestran una especificidad de necesidades de comunicación


del conocimiento científico generado por el IEB. Las particularidades se aprecian no
sólo en los contenidos a comunicar sino también en las audiencias a las cuales
dirigirse y en los formatos a utilizar. Un resultado importante lo constituye la
necesidad que expresan los tomadores de decisión respecto a obtener información
práctica para la gestión (monitoreo, construcción de indicadores, diseño de políticas
de manejo y conservación). Es relevante también que este tipo de público aparezca
mencionado por todos los científicos como una audiencia importante a la que hoy
no se le está prestando la atención que merece. Otros estudios muestran el mismo
resultado respecto a los tomadores de decisión como público clave para los
científicos. Varios de los entrevistados, tanto públicos como científicos, mencionan
al asesor político como un personaje clave para acceder a los tomadores de
decisión, quien tendría un rol comunicador estratégico entre el mundo científico y el
político.
Salvo escasas excepciones, los científicos consideran que se deben
comunicar contenidos, considerándose a ellos mismos como productores de
contenido e identificando la necesidad de comunicar resultados, en algunos casos,
incluso resultados específicos de sus publicaciones científicas. Esto sugiere que su
concepción de comunicación científica parece estar en la vereda del modelo de

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

déficit. Los públicos transversalmente mencionados por ellos son escolares y


tomadores de decisión.
Sin embargo, el foco en comunicar contenidos científicos fue identificado en
todos los entrevistados, tanto científicos como públicos. Y en general la dimensión
para qué comunicar parece tener una función práctica para comprensión y
valoración. Comunicar los procesos de la ciencia, historias, personajes o generar
diálogo en torno a la producción misma de la ciencia no fue mencionado por ningún
entrevistado.
El público ONGs, sin embargo, consideró que una razón importante para
comunicar es legitimar la ciencia y crear confianzas en el contexto de problemáticas
socioambientales. A pesar de que las ONGs no han sido un público con el que haya
trabajado el IEB y, dentro de este estudio, no fueron mencionadas por ningún
científico, se decidió incluirlas por su avidez por colaborar con científicos e
instituciones que hacen ciencia. Bajo nuestra experiencia, los científicos en general
son reacios a involucrarse en el activismo de ecología, biodiversidad, recursos
naturales, especies o ecosistemas en peligro, etc. Dada la naturaleza paulatina y
acumulativa de la investigación científica, las ONGs ambientales suelen responder
mucho más rápido que las instituciones científicas a las crisis ambientales. Además,
las ONGs cuentan con un aparataje administrativo coordinado para responder
rápida y efectivamente, actuando como agencias comunicacionales. Nos
preguntamos si esta dinámica es algo característico de Chile o si corresponde a un
fenómeno que sucede en todo nuestro continente.
En términos generales, los entrevistados mencionan una gama diversa de
formatos a utilizar en la divulgación. Hay concordancia entre públicos y científicos
que los medios digitales (redes sociales, audiovisuales, lecturas digitales, etc.)
pueden ser formatos de rápido acceso y efectivos. La excepción estaría en los
contextos de aislamiento geográfico, con escaso o nulo acceso a Internet. El formato
tradicional de libros o reportes en que se comunica la ciencia hacia los actores del
Estado ha demostrado no ser muy efectivo, al menos para el público entrevistado
en esta oportunidad.

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RedPOP

Entre los entrevistados parece no haber una fuerte conexión entre contenido,
público y formato, aspecto clave para el éxito de cualquier iniciativa de comunicación
de la ciencia.
Los públicos demandan contenidos pertinentes a sus contextos y el cómo
transmitir el mensaje varía dependiendo del tipo de público. Por otro lado, los
científicos tienden a ser más generalistas y desatentos de los contextos particulares
de los públicos que mencionan. Esto recalca la necesidad de establecer más diálogo
entre las partes involucradas en la interfaz ciencia/sociedad, para promover el
cuidado y sostenibilidad del medioambiente.

6. Conclusiones
Los resultados de este estudio han orientado el diseño de iniciativas de
comunicación de la ecología del IEB. El trabajo reciente de la actual Unidad de
Comunicación de la Ciencia presta mayor atención a la relación entre público y
formato de comunicación. Un ejemplo ha sido el desarrollo de la línea de
comunicación visual, dentro de la cual enmarcamos los cursos de ilustración
científica. Al reconocer la demanda/necesidad de conocimiento sobre los
ecosistemas y especies nativos de Chile de parte del mundo del arte, el diseño, y
los pequeños emprendimientos en el área que han florecido durante los últimos
años, nuestro equipo ha creado por ejemplo el curso Ilustración Botánica de Campo:
Una expedición al bosque chilote. El programa de este curso, orientado tanto a
científicos como artistas, crea una experiencia inmersiva en una estación biológica
en medio de los bosques templados lluviosos del sur de Chile, donde el
conocimiento de ilustración botánica se entremezcla con aprendizajes de ecología
forestal. Tras cuatro años de exitosa construcción de una nueva comunidad de
comunicadores visuales de la ecología y biodiversidad de Chile, nos encontramos
en proceso de evaluación y transformación en una iniciativa de mayor envergadura,
Phyta Lab.
Los Cafés Científicos, llevados a cabo en diversas regiones del país, también
se han enriquecido desde la realización de este estudio. Actualmente la serie de
Cafés Científicos que realizamos en la ciudad de Santiago sigue una metodología

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

en la cual el sondeo de temáticas de interés público, el acompañamiento constante


al científico, y el trabajo en conjunto entre nuestro equipo, el investigador y
diseñador de turno, ha resultado en audiencias cada vez más constantes y
numerosas.
También como resultado de este estudio pudimos vislumbrar la visión
generalizada entre los científicos de que la divulgación cumple un rol alfabetizador,
centrado en la enseñanza de contenidos. Por ello diseñamos en conjunto con otros
centros de investigación talleres de comunicación de la ciencia para alumnos de
postgrado (maestría y doctorado) de nuestros centros. En ellos mostramos los
diferentes modelos conceptuales bajo los cuales se enmarca la comunicación
(déficit, diálogo), impartimos herramientas escritas y orales y desarrollamos
habilidades en diseño de iniciativas.
Por último, en términos de formatos hemos innovado en varios aspectos,
sobre todo en lo que respecta a comunicación digital, creando videos animados
cortos, viralizables por redes sociales, y un curso a distancia (e-learning) sobre
manejo sustentable de la biodiversidad, para profesionales de campo de empresas
vitivinícolas. En este ámbito además hemos reactivado nuestras redes sociales,
cuyo alcance en pocos meses ha crecido exponencialmente.
Una tarea pendiente y de alta relevancia para los entrevistados es llegar de
modo concertado a los tomadores de decisión del Estado, dado que las acciones
emprendidas hasta el momento han estado a cargo de científicos de manera
individual, restándole potencial impacto al rol del IEB en torno a la gestión sostenible
de la biodiversidad. La creación de una Unidad de Transferencia y Desarrollo
Tecnológico, la que actuaría en coordinación con comunicaciones, fue un intento en
esa dirección, pero desafíos internos (dispersión geográfica del Instituto), y externos
(financiamiento), impidieron su fructificación.
Otro desafío futuro es el involucramiento de ONGs ambientales dentro de
nuestros públicos, apoyando una construcción de argumentos con sólida base
científica para sus demandas de protección ambiental. Si bien el Instituto posee
investigadores que unen su línea de investigación con trabajo de activismo en
conservación de la biodiversidad, en general no existe una comunicación que

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RedPOP

permita trabajo conjunto. Una posibilidad es la creación de informes recopilatorios


de resultados de investigación científica, con orientación hacia la gestión y manejo
sostenible, que puedan ser aprovechados tanto por organizaciones de la sociedad
civil, como ONGs y tomadores de decisión.
A futuro queremos continuar enfrentando el desafío de conocer a nuestros
públicos y sus necesidades utilizando herramientas del marketing y los estudios de
mercado, y continuar integrando la evaluación dentro del ethos del trabajo
comunicacional del instituto, siempre en pos de acrecentar el impacto de nuestras
iniciativas o programas.
Conocer a nuestros públicos es un pequeño paso desde la concepción de
déficit de la comunicación de la ciencia hacia el diálogo, integrando el contexto en
que cada tipo de entrevistado se relaciona con el medio ambiente y su uso
sostenible. El ejercicio de participación que realizamos con nuestros públicos nos
permite diseñar iniciativas que atiendan a necesidades específicas de quienes en
su trabajo cotidiano tienen la posibilidad de crear sostenibilidad. El ejercicio de
participación que realizamos con nuestros científicos no solamente ayuda a definir
las temáticas de intervención socioambiental prioritarias, sino además a identificar
qué herramientas podemos, como comunicadores, entregar a los científicos para
facilitar su rol transformador en la sociedad.

7. Agradecimientos
Agradecemos a todas las personas que colaboraron de manera voluntaria en
esta investigación, en especial a los investigadores entrevistados del Instituto de
Ecología y Biodiversidad, así como a distintos actores sociales que nos dieron su
mirada sobre la comunicación de la ciencia. Estudio realizado con fondos del
Programa PIA de CONICYT (CCTE AFB170008) e Iniciativa Científica Milenio.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

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RedPOP

II. Divulgación de la ciencia socio-ecológica en el medio rural

Alicia Castillo, Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad,


Universidad Nacional Autónoma de México campus Morelia,
castillo@cieco.unam.mx

1. Introducción
La ciencia es una actividad humana de extrema relevancia que durante siglos
nos ha acercado a entender el universo que nos rodea, además de permitirnos
explorar aspectos sobre nuestra propia existencia en el planeta Tierra. En contraste
con lo anterior, es una realidad que mientras se acumula más conocimiento
científico, la humanidad enfrenta mayores y más graves problemas (Beal,
Dissanayake & Konoshima 1986). Aunque el conocimiento científico ha contribuido
con importantes mejoras a las sociedades en áreas como la medicina, los
problemas a los que nos enfrentamos en el siglo XXI se han gestado desde tiempos
remotos y la ciencia tiene ante sí retos cada vez mayores. Revertir procesos como
la degradación ambiental, la extinción de especies, la pobreza y desigualdad social
que conlleva a que la mayoría de los seres humanos en el planeta vivan en
condiciones deplorables, es una tarea que requiere de una participación más eficaz
de las instituciones científicas (Castillo, 1999; Serageldin, 2002; Science against
poverty, 2010).
La divulgación de la ciencia es una actividad cuya meta principal ha sido
compartir los conocimientos generados por la ciencia con la sociedad para integrarla
como parte del acervo cultural de las sociedades (Herrera, 2002; Sabugal, 2002).
Se busca, asimismo, despertar la curiosidad por entender los fenómenos que nos
rodean a través de conocer el método científico, es decir, motivando a personas no
formadas en disciplinas científicas a hacerse preguntas y buscar respuestas
analizando con la mayor profundidad posible, cómo se obtuvieron las respuestas a
dichas preguntas (Estrada, 2002). Despertar en la población actitudes críticas sobre
la información que se difunde es otro de los objetivos que busca la divulgación

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

(Gánem, 2002). Un aspecto fundamental y poco reconocido de la divulgación de la


ciencia es su papel como actividad que apoya la responsabilidad social de la ciencia.
La actividad científica no debe quedarse primordialmente en manos de las
comunidades científicas como sucede en la actualidad. Hacia el interior de estas
comunidades existe una fuerte responsabilidad en relación con asegurar que las
investigaciones sean de alta calidad a través de la revisión por pares (revisión muy
detallada llevada a cabo por otros científicos). No obstante, existe también una
responsabilidad social hacia afuera de las instituciones, es decir, hacia una gran
diversidad de grupos sociales a quienes el conocimiento científico puede ser de
utilidad. Además de que, en casos como México, son las sociedades quienes
financian los trabajos de investigación. La sociedad en su conjunto tiene derecho a
conocer los resultados de investigación y a acceder a aquellos que les brinden
beneficios directos (Pain, 2013).
Asumir una responsabilidad social de las instituciones de investigación y de
sus miembros, es todavía una deuda por cumplir y una necesidad para democratizar
el acceso al conocimiento en un momento en que las sociedades en su conjunto
deben enfrentar retos de sobrevivencia a nivel planetario. Las severas crisis que
estamos enfrentado son de carácter complejo y sobresalen aquellas relacionadas
con nuestra relación con los sistemas que mantienen el fenómeno de la vida en la
Tierra. El ecosistema global está sufriendo daños que ponen en riesgo no solamente
la sobrevivencia de millones de especies y el mantenimiento de los procesos
ecológicos, sino también las posibilidades de permanencia de nuestra propia
especie, garantizando primordialmente el acceso a condiciones dignas y saludables
para las grandes mayorías de seres humanos.
En este contexto, el objetivo central de este apartado es exponer una
experiencia de más de 19 años llevando a cabo investigación socio-ecológica a
través de la cual se han documentado las visiones locales de comunidades rurales
sobre la conservación ambiental, el deterioro, la acción colectiva en el manejo de
ecosistemas, el desarrollo turístico y sus implicaciones en el mundo rural, así como
sus percepciones sobre el papel de la ciencia y los científicos. Paralelo a estos
trabajos, hemos llevado a cabo labores de divulgación de la ciencia partiendo de la

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RedPOP

premisa de que como investigadores tenemos una responsabilidad social que


comienza con compartir los resultados de las investigaciones con aquellas personas
con quienes hemos trabajado. La meta es contribuir al establecimiento de diálogos
entre científicos y familias campesinas y de pescadores para la construcción y
fortalecimiento de formas de aprovechamiento sustentable de los recursos y
servicios brindados por los ecosistemas terrestres y marinos de la costa sur del
estado de Jalisco en México.

2. Conocimiento científico y mundo rural


Durante décadas, biólogos y ecólogos han estudiado la gran diversidad de
especies y ecosistemas presentes en nuestro planeta. La Comisión Nacional para
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO, 1998) señala que México
como país megadiverso posee un acervo importante de conocimientos científicos,
el cual ha sido la base para la formulación de políticas públicas tales como la
creación de áreas naturales protegidas y una serie de leyes, reglamentos y
programas que buscan mantener a largo plazo los ecosistemas, a la vez que mitigar
y solucionar los problemas que afectan las interacciones entre los grupos humanos
y la naturaleza.
Transitar hacia el aprovechamiento sustentable de los recursos brindados por
los ecosistemas a la sociedad, se reconoce como un eje central de numerosos
grupos de investigación (Casas et al., 2017). En esta búsqueda para realizar
investigaciones con responsabilidad social, abordar el análisis de problemas
ambientales utilizando el concepto de sistemas socio-ecológicos permite identificar
tanto a los actores sociales involucrados en las problemáticas, así como los
elementos específicos de los ecosistemas apropiados y afectados. Se puede
entender, consecuentemente, cómo se dan las interacciones y qué factores y
procesos deben de ser transformados. La esencia del concepto es considerar a los
seres humanos como un componente integral, inseparable y dependiente de la
naturaleza (Challenger, Bocco, Equihua, Lazos-Chavero & Maass, 2014).
En los diversos ecosistemas mexicanos viven poblaciones rurales (formando
sistemas socio-ecológicos) y estas comunidades rurales constituyen el eslabón

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

directo de las interacciones entre la sociedad y la naturaleza (Toledo, 2013). Son


los agricultores, recolectores de plantas, hongos y otros organismos, ganaderos,
trabajadores forestales y pescadores, quienes aprovechan directamente los
recursos brindados por los ecosistemas. Recursos que se usan en la escala familiar
y comunitaria y que también van a surtir las necesidades de regiones más amplias
y desde luego a las ciudades. Aunque aumenta cada vez más el porcentaje de la
población habitando ciudades, las comunidades rurales son quienes abastecen los
alimentos y una gran diversidad de materias primas a los núcleos urbanos en donde
los materiales se trasforman y distribuyen para la producción de utensilios y enseres
usados por las personas (Toledo, 2013). Debe resaltarse, asimismo, que finalmente
las comunidades rurales son los guardianes y cuidadores de ecosistemas naturales
como bosques y selvas que desempeñan una importante función en, por ejemplo,
la provisión de agua para las poblaciones humanas. Ante el fenómeno del cambio
climático, la existencia de territorios cubiertos por vegetación adquiere, asimismo,
relevancia estratégica como sumideros de carbono. Es decir, los árboles y otras
formas de vida vegetal tales como matorrales, cactus y agaves (por dar algunos
ejemplos) atrapan el dióxido de carbono de la atmósfera, regresándole oxígeno
como parte del proceso fotosintético. El mantenimiento y la recuperación de masas
forestales es de vital importancia en todo el mundo para mitigar el cambio climático
(producto de la acumulación de dióxido de carbono, entre otros gases, en la
atmósfera). Se refuerza entonces la importancia de las comunidades rurales como
poseedoras y encargadas del manejo, conservación y restauración de los
ecosistemas naturales.

3. Procesos de generación, comunicación y utilización del conocimiento


Un enfoque teórico desarrollado por sociólogos de la ciencia que puede ser
de mucha utilidad para transformar las interacciones entre la ciencia y la sociedad,
es concebir a la ciencia no sólo como generadora de conocimientos científicos sino
como un sistema que vincula esta generación con procesos de comunicación y
utilización conceptual y práctica de los resultados de investigación (Haverlock,
1986). Esta división entre formas de utilización del conocimiento resulta pertinente

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RedPOP

en el contexto de la divulgación de la ciencia socio-ecológica en el medio rural. La


utilización conceptual del conocimiento se refiere a modificar las formas de pensar
la realidad, lo cual se acerca más a los objetivos de la divulgación. La utilización
práctica o instrumental, se refiere a promover cambios en las formar de intervenir la
realidad. Se relaciona más con los procesos de aplicación de la ciencia y aquellos
de innovación tecnológica. Ambos son complementarios y necesarios si se busca
transitar hacia formas alternativas de relacionarnos con el ambiente (Castillo et al.,
2018).
El papel de la divulgación de la ciencia es fundamental y apoya los procesos
de compartir conceptos básicos relacionados con los sistemas socio-ecológicos
(aspectos como el funcionamiento de los ecosistemas, la importancia de mantener
suelos sanos para los procesos productivos, el ciclo del agua y el manejo de
cuencas, entre otros ejemplos). Asimismo, es una actividad que puede apoyar el
regreso de resultados de investigación a los pobladores locales ya que son ellos
quienes toman las decisiones sobre el manejo de los ecosistemas locales (Castillo
et al., 2018).

4. Investigación socio-ecológica en comunidades rurales de la costa sur de


Jalisco, México
La Universidad Nacional Autónoma de México creó desde hace alrededor de
50 años dos estaciones de investigación biológica: la Estación de Biología Tropical
Los Tuxtlas en el sur del estado de Veracruz y la Estación de Biología Chamela
(EBCh) en la costa sur del estado de Jalisco. La primera en un sitio cubierto por
bosque tropical húmedo y la estación Chamela en medio de un bosque tropical seco.
La intención central: investigar la biología y los procesos ecológicos de estos tipos
contrastantes de ecosistemas tropicales presentes en México (ver figura 1). La
estación de Biología Chamela tiene una extensión de 3,319 hectáreas que
constituyen un laboratorio vivo para llevar a cabo estudios biológicos y ecológicos.
Asimismo, cuenta con facilidades como dormitorios, un comedor (con servicio de
alimentación tres veces por día), laboratorios, un museo con colecciones biológicas
y un salón de usos múltiples en el cual se imparten cursos de campo y

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

recientemente se llevan a cabo talleres y reuniones con la población local. Desde


1993, la Estación Chamela forma parte de la Reserva de la Biosfera Chamela-
Cuixmala (RBChC) que abarca 13,142 hectáreas (EBCh, 2019).

Figura 1. Ubicación en México de las estaciones de investigación Los Tuxtlas


y Chamela, pertenecientes a la Universidad Nacional Autónoma de México

Fuente: elaborado por Luis Islas con base en Hipsográfico


de INEGI (2019)

Con el interés de analizar el impacto de la presencia de esta estación en la


costa sur de Jalisco, desde el año 2000 hemos llevado a cabo diversos proyectos
de investigación, así como de divulgación de la ciencia. Inicialmente, nos dimos a la
tarea de conocer a las comunidades que viven en la zona aledaña a la estación;
principalmente comunidades campesinas organizadas bajo el esquema de ejidos.
El ejido en México es un sistema de tenencia de la tierra derivado de la Revolución
Mexicana de 1910-1917 (Warman, 2001) y que en la actualidad combina la
propiedad privada de parcelas con áreas de uso común. En la figura 2, se muestran
los ejidos con quienes hemos llevado a cabo trabajos de investigación.

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Figura 2. Ubicación de los ejidos aledaños a la Estación de Biología


Chamela en los que hemos llevado a cabo trabajos de investigación socio-
ecológica y de divulgación de la ciencia

Fuente: elaborado por Luis Islas con base en RAN (2019)

5. ¿Cómo hemos trabajado?


Para lleva a cabo la investigación socio-ecológica hemos utilizado un enfoque
de investigación que busca entender las visiones y actividades de relación con el
ambiente de las comunidades rurales desde su propia perspectiva (Long, 1992).
Los principales métodos de investigación han sido la convivencia y pláticas
informales con las personas (llamada observación participante) y la conducción de
entrevistas individuales y grupales. Estas son conversaciones sobre temas
específicos utilizando preguntas abiertas buscando establecer confianza en las
personas para expresar sus puntos de vista y exponer sus conocimientos. Durante
todos los años de trabajo, hemos logrado que las personas entrevistadas acepten
ser grabadas en audio para después poder hacer análisis detallados de los datos
obtenidos.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Un principio esencial del trabajo es la ética; en todos los proyectos


solicitamos autorización por escrito a las autoridades pertinentes y explicamos en
qué consisten las investigaciones y cómo se llevarán a cabo los estudios. Con el
tiempo hemos aprendido a hacer explícito nuestro compromiso de regresar la
información a través de pláticas en las asambleas comunitarias o a través de
materiales impresos. Asegurar la confidencialidad (no dar los nombres de los
participantes en los productos de investigación y respetar al anonimato) es parte de
un comportamiento ético al hacer investigación.
Para los trabajos de divulgación de la ciencia, hemos recurrido a las
experiencias de divulgadores de la ciencia (ver antología coordinada por Tonda,
Sánchez & Chávez, 2002) adecuando sus recomendaciones para el medio rural, así
como a los principios recomendados por la educación ambiental (Reyes, 1997;
Esteva & Reyes, 2013). Desde los primeros años, pusimos atención en las formas
en las que las personas se expresan y aprendimos los términos que utilizan para
nombrar objetos, elementos y procesos socio-ecológicos.

6. Las experiencias de divulgación socio-ecológica


Para entender las relaciones de las comunidades con los ecosistemas, una
cuestión que identificamos como importante fue la necesidad de mirar hacia el
pasado y conocer la dimensión histórica de los procesos. Debido a que los ejidos
en esta región de México son de reciente origen (sus decretos se hicieron entre los
años cincuenta y hasta 1975), pudimos documentar las historias ambientales de
varios ejidos. Esto a través de entrevistar a los fundadores de los ejidos y otras
personas mayores. Las narrativas, además de incluirse en las tesis de estudiantes,
las convertimos en pequeños cuadernos de divulgación. Revisamos
cuidadosamente el lenguaje utilizado e incluimos citas textuales de las personas
sobre sus experiencias de llegar a establecerse y construir formas de vida en los
bosques tropicales secos. Algunas estudiantes hicieron ilustraciones sencillas a
línea (que sabíamos se recomendaban para publicaciones dirigidas a comunidades
rurales) y armamos los cuadernos usando fotocopias, portadas en papel más grueso
y de color y los ejemplares los cosimos a mano. Distribuimos ejemplares en los

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ejidos y los tirajes se hicieron de acuerdo con el número de pobladores; en el ejido


más grande y que tiene seis pueblos, hicimos más de 400 cuadernos (ver figura 3).

Figura 3. Ejemplos de cuadernos con las


historias ambientales de los ejidos

Fuente: fotografías de la autora y fotografía


de la niña de Jonathan Antonio.

Aunque no llevamos a cabo una evaluación formal del impacto de estos


materiales, si recibimos retroalimentación de los pobladores. Tuvimos muchos
comentarios favorables sobre las historias ambientales, así como un par de
opiniones críticas. Una anécdota interesante fue una señora en un ejido que, al
vernos, corrió a preguntarnos si nosotros habíamos hecho los cuadernos. Al
responder que sí, nos dijo “pues hay una información que está mal”. Al escucharla,
nos dimos cuenta de que había leído con mucho cuidado la historia, lo cual nos dio
gusto, pero ella nos señaló eventos que, de acuerdo a su vivencia, no sucedieron
como se contaba en la historia sobre su ejido. Hicimos una cita con ella para

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

entrevistarla y que nos diera su versión de los hechos ocurridos en el ejido. Lo


anterior nos permitió, asimismo, reconocer que en todo proceso pueden existir
diferentes versiones y diferentes maneras de interpretar los acontecimientos
ocurridos.
Otro proyecto que llevamos a cabo fue la publicación en 2012 de la serie de
cuadernos de divulgación “Las tierras y los montes de la costa de Jalisco”. La serie
consta de 5 títulos: 1) ¿Cómo era antes el lugar donde vivimos?, 2) ¿Por qué es
importante el monte?, 3) ¿Qué pasa con el agua?, 4) Un canto para la lluvia (cuento
para niños) y 5) La Estación de Biología Chamela UNAM (ver figura 4). El objetivo
fue compartir con las familias campesinas e importantemente con la población
juvenil e infantil, información generada tanto por académicos que han trabajado
durante años en la región, así como por los propios pobladores rurales. Los autores
fueron tanto investigadores como estudiantes de posgrado y el cuento lo escribieron
dos estudiantes de la licenciatura en Ciencias Ambientales que impartimos en
nuestro campus. Las ilustraciones del primer cuaderno las hicieron estudiantes, del
segundo un investigador y de los cuadernos restantes, ilustradores profesionales.
Con excepción del cuento para niños que se hizo a color, los demás cuadernos son
a doble tinta. Se obtuvo financiamiento para imprimir tres mil ejemplares de cada
título y la distribución (gratuita) se hizo a través de actividades planeadas en las
asambleas ejidales, escuelas primarias (niñas y niños entre 6 y 12 años),
secundarias (adolescentes) y preparatorias (jóvenes de 15 a 18 años).
La realización del proyecto tomó 5 años debido a las fuertes cargas de trabajo
tanto de investigadores como de estudiantes. El proceso incluyó la revisión del
lenguaje de cada cuaderno, trabajar en las ilustraciones y someter el proyecto a
diversas instituciones para la obtención de financiamiento. Cabe señalar que
tuvimos el apoyo de correctores de estilo profesionales y fue muy interesante ver
que sus observaciones en la redacción fueron en su gran mayoría pensando en
públicos urbanos. Propusieron cambiar palabras (bosque en lugar de monte cuando
la gente local así se refiere al bosque) y no repetir palabras y frases. Nuestros
argumentos fueron que era necesario utilizar el lenguaje local y que repetir
explicaciones (no exactamente igual) tenía la finalidad de que la gente lograra

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RedPOP

entender mejor los temas tratados. Los cuadernos (figura 4) están disponibles en
PDF en la siguiente liga: http://www.iies.unam.mx/laboratorios/socioecologia-
comunicacion-sustentabilidad/vinculacion-social/serie-de-libros-de-divulgacion-
para-zonas-rurales/

Figura 4. Portadas de los cuadernos de divulgación “Las


tierras y los montes de la costa de Jalisco” (1, 2, 3 y 5)

Fuente: fotografías de la autora.

Como se mencionó antes, la distribución se llevó a cabo a través de eventos,


principalmente en las escuelas de la zona. El cuento para niños que aborda el tema
de no matar animales como aves y reptiles (una actividad que identificamos como
común en las comunidades) se repartió en las escuelas primarias utilizando un
franelógrafo y una presentación teatral. Estas presentaciones las hicieron
estudiantes de licenciatura haciendo servicio social y después de cada
presentación, se regalaba a cada niña y niño, un cuento (figura 5). Esta actividad

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

resultó exitosa entre las niñas y niños, como se puede observar en la figura; un 27%
de 233 alumnos entrevistados tres meses después de la presentación y entrega del
cuento, recordaron la historia narrada en el cuento. Además, profesoras y
profesores nos comentaron y agradecieron que la universidad se acercara a las
escuelas y apoyara con materiales educativos (Leal-Lara, 2014). Una estudiante de
maestría utilizó los otros cuatro cuadernos (figura 4) para trabajar en cuatro
escuelas telesecundarias (sistema en México originado desde los años sesenta
para llevar este nivel educativo a comunidades rurales a través del uso de
programas televisivos y pocos profesores). El trabajo combinó actividades
educativas con la lectura de los cuadernos por los estudiantes y le permitió a la
estudiante llevar a cabo una evaluación de estos cuadernos por las y los
adolescentes. En su mayoría, los cuadernos les resultaron atractivos y los
contenidos claros y útiles (López-Carapia, 2015; Castillo et al., 2018).

Figura 5. Actividades teatrales para distribuir el cuento para niños


“Un canto para la lluvia” (cuaderno 4) en las escuelas primarias de
la zona aledaña a la Estación de Biología Chamela

Fuente: fotografías de la autora.

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Otro proyecto importante fue la organización del evento Puertas Abiertas.


Durante los primeros años de trabajo, preguntamos a la población si conocían las
instalaciones de la estación Chamela y si sabían cuál era su función. Los resultados
mostraron que 1 de cada 10 hombres habría entrado y ninguna mujer. Las mamás,
no obstante, explicaron que sus hijos si la conocían ya que los habían llevado de
sus escuelas. Desde hace décadas, la estación recibe grupos escolares y además
de mostrarles un video, les da recorridos por un sendero interpretativo que tiene. En
2007, el entonces jefe de la estación, Dr. Jorge Humberto Vega, tuvo la iniciativa de
organizar el evento llamado Puertas Abiertas. Un sábado al año y durante 9 años,
se invitó a los pobladores locales a visitar la estación. Además de mostrarles las
instalaciones, estudiantes e investigadores organizamos demostraciones,
experimentos y juegos con el objetivo de compartir los proyectos de investigación,
así como explicar temas básicos del funcionamiento de los ecosistemas (ver figura
6).
Los números de visitantes aumentaron con los años (280 visitantes en
promedio por año) y se amplió la región de procedencia de éstos. Tuvimos visitantes
de otros municipios, además de la visita de turistas nacionales y extranjeros que
recorrían la zona. Con el cambio de la persona responsable de la Jefatura de la
Estación de Biología, se suspendió temporalmente el evento y los pobladores
locales lo están solicitando. Académicos y estudiantes seguimos entusiasmados
con retomarlo como en evento anual ya que durante los años en los que se llevó a
cabo, se logró establecer un espacio de gran enriquecimiento e intercambio entre la
comunidad científica y los pobladores.
También hemos organizado algunos talleres sobre temas específicos con las
comunidades rurales. Inicialmente hicimos algunos talleres en las comunidades; un
taller para construir un mapa comunitario de las formas de utilizar los terreros de un
ejido cuya superficie es mayor al de la reserva (alrededor de 19,000 hectáreas) fue
muy útil para entender aspectos de la historia agraria (Galicia, 2009). En 2014
organizamos un taller en las instalaciones de la estación Chamela sobre el futuro
de la costa, en relación al desarrollo turístico y en enero de 2016, se organizó otro

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

con académicos y autoridades locales de 17 comunidades después de que, en


octubre de 2015, la región fuera embestida por el huracán Patricia que, aunque no
provocó pérdida de vidas humanas, si causó graves daños a casas, infraestructura
y a los sistemas productivos. De estos talleres se hicieron informes impresos
(elaborados con el apoyo de diseñadores gráficos) que se entregaron a los
participantes, así como a autoridades pertinentes. Los PDF de estos informes se
puedan descargar de la siguiente liga:
http://www.iies.unam.mx/laboratorios/socioecologia-comunicacion-
sustentabilidad/talleres/

Figura 6. Actividades de divulgación de la ciencia en el evento


Puertas Abiertas en la Estación de Biología Chamela

Fuente: fotografías de la autora.

7. Conclusiones y reflexiones finales


De las experiencias narradas en este apartado, podemos concluir que han
sido de mucho aprendizaje para quienes hemos participado tanto en los proyectos
de investigación como en los de divulgación. Asimismo, aunque reconocemos que
han sido experiencias puntuales, estas han contribuido a la construcción y
fortalecimiento de vínculos entre investigadores, estudiantes y las poblaciones
rurales de la costa sur de Jalisco. Sin embargo, queda mucho por hacer, sobre todo
en relación con un funcionamiento más coordinado entre los grupos de

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investigación, es decir que estos grupos que se forman para lleva a cabo diversos
proyectos los lleven a cabo en mayor colaboración y con un compromiso establecido
con las comunidades locales. Hemos documentado que son cada vez más el
número de proyectos que están relacionados con las necesidades de los pobladores
rurales y que pueden ser de utilidad para promover un mejor aprovechamiento de
las tierras y lograr la conservación de agua, suelos y bosques. Si se logra una mejor
colaboración entre los propios académicos, será posible impulsar proyectos que
vayan hacia esquemas de co-producción de conocimientos en los que intervengan
los pobladores rurales en el establecimiento de las agendas de investigación y que
puedan participar y beneficiarse del trabajo científico (Schuttenberg & Guth, 2015).
Este tipo de enfoques están siendo cada vez más difundidos ya que el objetivo es
lograr que la ciencia apoye los procesos de transición hacia la construcción de
sociedades sustentables (Kates, 2011). Asimismo, es esencial incluir desde el inicio
de los proyectos de investigación a divulgadores de la ciencia que promuevan una
interacción continua y en doble vía entre el sector académico y la población local.
Además de llevar a cabo los procesos necesarios de transformación de la
información científica en productos adecuados para las distintas audiencias del
mundo rural (Castillo, 2000).
La Estación de Biología Chamela es una dependencia de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), una universidad pública financiada por la
sociedad mexicana. No obstante, es necesario señalar que los sistemas de
investigación de la UNAM no otorgan el debido valor y reconocimiento a las labores
de divulgación de la ciencia. Aunque la UNAM lleva a cabo una amplia gama de
actividades de divulgación científica (existe la Dirección General de Divulgación de
la Ciencia que tiene a su cargo varios museos y programas editoriales importantes),
la divulgación llevada a cabo desde la Coordinación de la Investigación Científica
(alrededor de 30 centros e institutos de investigación en ciencias naturales) es
pobre. En muy pocas dependencias existen divulgadores de tiempo completo
encargados de apoyar esta tarea. En el caso de la investigación de corte aplicado y
vinculada a mitigar y resolver problemas del país como es el caso de los temas
ambientales, se deberían de promover y llevar a cabo muchas más actividades de

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

divulgación y de vinculación con los distintos sectores sociales relacionados con las
diversas problemáticas ambientales. La toma de conciencia y las transformaciones
que se requieren en las formas de relacionarnos con los ambientes naturales y
consecuentemente con las personas y grupos humanos que viven en estas áreas y
cuyas vidas dependen directamente del aprovechamiento de los componentes de
los ecosistemas, debería ser una prioridad institucional. Desafortunadamente el
sistema científico obedece a inercias de trabajo derivadas de las formas de hacer
ciencia en los países industrializados (Saldaña, 1996). La existencia de una persona
en cada estación de investigación a cargo de las tareas de divulgación de la ciencia
y de otras relacionadas con la educación ambiental y la asesoría y capacitación en
temas ambientales, potenciaría enormemente la vinculación del quehacer científico
que se realiza con los contextos locales permitiendo, asimismo, el cumplimiento con
la responsabilidad social de la universidad en las regiones costeras del sur de
Jalisco y Veracruz, y con el país.

8. Agradecimientos
A la Estación de Biología Chamela, en especial al Dr. Jorge Humberto Vega
(jefe de la estación de 2007 a 2017) por su gran sensibilidad y apoyo a los proyectos
de vinculación de la ciencia con las comunidades locales. El financiamiento de los
proyectos se obtuvo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Fondo Mixto
Conacyt-Jalisco #99050), la Dirección General de Asuntos del Personal Académico
de la UNAM (PAPIIT IN300813 y PAPIIT IN301817), del Centro de Capacitación y
Educación para el Desarrollo Sustentable de la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales del gobierno federal, así como de nuestra dependencia
universitaria, el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad.

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Tonda, J., Sánchez, A. M. & Chávez, N. (2002). Antología de la divulgación de la
ciencia en México. Distrito Federal, México: UNAM Serie Divulgación para
divulgadores.
Toledo, V. M. (2013). El metabolismo social: una nueva teoría socio-ecológica.
Relaciones Estudios de historia y sociedad, 34(136), 41-71

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Warman, A. (2001). El campo mexicano en el siglo XX. Distrito Federal: Fondo de


Cultura Económica.

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RedPOP

III. A divulgação científica e o mundo sustentável: o “Museu


Ciência e Vida”

Thelma Lopes, Fundação Centro de Ciências e Educação Superior a Distância,


tgardair@cecierj.edu.br
Monica Santos Dahmouche, Fundação Centro de Ciências e Educação Superior
a Distância, monicacecierj@gmail.com
Liliana Coutinho, Fundação Centro de Ciências e Educação Superior a Distância,
lilianacout@gmail.com
Simone Pinheiro Pinto, Fundação Centro de Ciências e Educação Superior a
Distância, simonepinto@yahoo.com.br

1. Introdução
Nos dias atuais, a palavra “sustentabilidade” está ligada a múltiplas
acepções. Originalmente derivada do latim, o vocábulo significa conservar, apoiar,
conferir suporte. Em nosso tempo, a polissemia do termo decorre, principalmente,
dos variados âmbitos de ação aos quais o objetivo de garantir a vida saudável no
planeta vêm sendo vinculado. A princípio, o conceito esteve associado mais
diretamente ao campo dos estudos ambientais e da boa relação do homem com a
natureza, e menos às questões sociais. A ideia de um mundo sustentável, seja nos
documentos oficiais, tratados, protocolos, agendas, ou no ideário do cidadão não
especialista, durante bastante tempo, esteve ligada de forma especial, ou prioritária,
a aspectos relacionados ao ambiente e manutenção da saúde física da Terra.
Embora tal ideia seja crucial para assegurar um mundo sustentável, a
compreensão de que a preservação do ambiente, e o consequente uso cuidadoso
e parcimonioso de seus recursos, dependem de transformação de comportamentos,
deixa claro que não se pode desvinculá-la dos universos, social e cultural. Asseverar
a integridade física dos biomas e a diversidade biológica está, portanto, e
inevitavelmente, ligada à construção de uma consciência cidadã, pois implica
mudança de hábitos arraigados. Neste contexto, as ações da área de divulgação
científica podem assumir importante papel, na medida em que é composta por

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amplo repertório de ferramentas, dinâmicas e atividades voltadas para tornar


palatável, conteúdos que podem parecer, ao menos à primeira mirada, distantes
dos leigos.
Por outras palavras, a expertise desenvolvida no campo da divulgação
científica pode contribuir para fortalecer a sensação de pertencimento, tão
fundamental para estimular o cuidado com o planeta. A mentalidade de que a Terra
é a casa de todo ser humano, e a convicção de que quaisquer ações incorrerão em
consequência coletiva, são essenciais para justificar e incentivar os cuidados
adequados para que o planeta se mantenha verdadeiramente habitável. A ideia de
criar e sistematizar ações de desenvolvimento que contemplem as necessidades de
uma geração sem comprometer as futuras, base da construção do conceito da
sustentabilidade, remonta o século 18, com Thomas Malthus. (Malthus, 2014)
Ao desenvolver o estudo “Teoria populacional Malthusiana”, o demógrafo
postulou que a população crescia em progressão geométrica enquanto os meios de
subsistência, em progressão aritmética, ocasionado, assim, desequilíbrio que
poderia resultar em colapso, caso não fossem adotadas medidas para limitar o
crescimento da população. Contudo, o conceito de sustentabilidade como
conhecemos hoje, começa a ser delimitado a partir da “Conferência das Nações
Unidas sobre o Meio Ambiente Humano” (ONU Brasil), realizada em Estocolmo, no
início dos anos 70, quando foram definidos plano de ações e lançadas as principais
bases para a discussão sobre temas correlatos, tais como poluição em escala
internacional e degradação generalizada do planeta.
A consolidação do conceito de “desenvolvimento sustentável”, por sua vez,
se dá a partir da “Conferência das Nações Unidas sobre o Meio Ambiente e o
Desenvolvimento”, a “Rio 92” ou “Cúpula da Terra”, que reuniu mais de uma centena
chefes de Estado na cidade do Rio de Janeiro, vinte anos após o evento ocorrido na
Suécia. No Rio, a “Declaração do Rio sobre o meio ambiente” foi elaborada e a
“Agenda 21” adotada, consistindo na “primeira carta de intenções para promover,
em escala planetária, um novo padrão de desenvolvimento para o século XXI” (ONU,
2019). Duas décadas a mais se passaram e novo encontro, a “Conferência Rio +20”,
foi realizado em terras cariocas e outros documentos capitais foram formulados com

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vistas à concretização de ações voltadas para sustentabilidade, como, por exemplo,


a declaração “O futuro que queremos”, que expandiram, pouco a pouco, o âmbito e
alcance das estratégias propostas e alicerçada na concepção de uma sinergia
ambiental, social e econômica.
Com a “Agenda 2030”, concebida em 2015, foram discriminados 17 objetivos
de desenvolvimento sustentável (ODS), integrados e indivisíveis, que visam
“proteger o planeta e garantir que as pessoas alcancem a paz e a prosperidade”
(ONU, 2019). “A principal meta é promover o desenvolvimento econômico, social e
ambiental, erradicando a pobreza, em suas diferentes dimensões, e concretizando
direitos humanos fundamentais.” (Lopes, 2018). Destaca-se nessa proposição a
reafirmação de aspectos que vão ao encontro de valores sociais e humanistas,
especificando explicitamente necessidades como “igualdade de gênero” ou “paz,
justiça e instituições eficazes”, por exemplo, contempladas, respectivamente, nos
quinto e décimo sexto objetivos da agenda aqui mencionada. Assim sendo, uma
das questões que se coloca em plano de análise, ao observar a trajetória dos
documentos propostos relativos ao tema sustentabilidade, é o entendimento de que
para garantir e manter o desenvolvimento genuinamente sustentável na Terra é
imperioso integrar aspectos culturais e simbólicos, de modo a não se restringir aos
fatores vinculados à natureza.
Reconhecendo a importância de todas as dimensões envolvidas na
empreitada de propiciar um mundo sustentável, o presente artigo possui como
principal objetivo apresentar e debater ações desenvolvidas pelo setor de
divulgação científica da “Fundação Centro de Ciências e Educação Superior a
Distância do Rio de Janeiro, Fundação CECIERJ”. Enfatizaremos a reflexão acerca
de atividades específicas do “Museu Ciência e Vida”, destacando as iniciativas
relacionadas à proteção do planeta e discussão dos desafios ambientais da região
onde está localizado. Situado em área de vulnerabilidade social e econômica, na
qual há deficiências severas concernentes à qualidade, distribuição e utilização de
água, que são endémicas e afetam enormemente a população do município de
Duque de Caxias, o Museu tem buscado estabelecer diálogo com as comunidades

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do entorno. O propósito é contribuir para conscientização das causas, efeitos e


possíveis encaminhamentos de soluções para os problemas ambientais da região.
O “Museu Ciência e Vida”, inaugurado em 2010, é um centro de ciências
interativo com área aproximada de 5000 m 2. Dispõe de planetário, auditório,
espaços para oficinas práticas, estudos dirigidos, exposições de longa duração e
temporárias, constituindo-se, hoje, em uma instituição promotora da cultura
científica, uma das raras opções de lazer e entretenimento pedagógico da região.
Atualmente, a instituição oferece gratuitamente programação com atividades
diversas voltadas para público escolar, docente e espontâneo. Além do Museu, o
setor de divulgação científica possui seis projetos principais, que serão detalhados
mais adiante. A saber: “Praça da Ciência Itinerante” (PCI), “Jovens Talentos”,
“Espaços da Ciência”, “Feira de Ciência, Tecnologia e Inovação do Estado do Rio
de Janeiro” (FECTI) “Caravana da Ciência” e “Cineclube CEDERJ”. Em diferentes
medidas, as atividades desenvolvidas buscam contemplar o intercâmbio de
variados campos do conhecimento e vão ao encontro dos preceitos definidos pela
Agenda 2030. No presente estudo pretendemos estimular a reflexão sobre
atividades de divulgação científica voltadas para promoção da sustentabilidade nos
múltiplos âmbitos em que pode ocorrer, visando contribuir para a consolidação de
uma sociedade sustentável, equilibrada e equânime.

2. Antecedentes
As atividades hoje realizadas no “Museu Ciência e Vida” estão inseridas em
um conjunto de ações antecedentes desenvolvidas pela Fundação Cecierj que
perfazem trajetória voltada para a formação e difusão no campo das ciências.
Tomando por base a conceituação contemporânea do termo “sustentabilidade”, que
engloba explicitamente elementos culturais, sociais e simbólicos, considera-se que
o percurso da Fundação, desde o projeto original, propõe o diálogo com temas
relacionados ao desenvolvimento sustentável, embora tal diálogo tenha se dado em
variados níveis e esferas. Nesse sentido, mencionaremos aqui, a título de
esclarecimento das experiências prévias, algumas das principais realizações.
Desde 1993, a “Praça da Ciência Itinerante”, PCI, projeto dedicado à formação

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continuada de professores, desenvolve programação que visa capacitar e atualizar


docentes a partir de atividades que utilizam materiais reaproveitados da natureza.
O principal objetivo é elaborar, conjuntamente com os professores locais, dinâmicas
pedagógicas e produtos reciclados de baixo custo, que possam ser reproduzidos
em sala de aula, multiplicando seus usos, com vistas a explorar conteúdos
científicos e refletir sobre o impacto ambiental.
Destaca-se que a PCI é um projeto itinerante e suas atuações ocorrem em
localidades distantes dos grandes centros, onde as oportunidades de
aprimoramento profissional são escassas ou mesmo inexistentes, tendo atendido
todos os 92 municípios do Estado do Rio de Janeiro. Dessa forma, verificamos que
as atividades propostas são realizadas em consonância com objetivos, previstos na
agenda 2030 relativos à educação de qualidade, especialmente no que tange ao
aumento de professores qualificados, bem como à redução das desigualdades, na
medida em que proporciona a facilitação do acesso ao aperfeiçoamento profissional
em áreas remotas da região urbana da cidade e promove a interiorização da ciência
e difusão do conhecimento. Em relação ao projeto “Jovens Talentos”, criado no ano
de 1999, em parceria com a “Fundação Oswaldo Cruz”, vale ressaltar que também
cumpre papel significativo no que concerne à promoção de ações com fins
educacionais em áreas fora dos grandes centros. Consistindo em conjunto de
atividades voltadas para incentivar o gosto pelas ciências entre jovens do ensino
médio, alcançou a marca de mais de 10.000 bolsistas, oriundos de 47 municípios
do Estado do Rio de Janeiro, que participaram, ao todo, de 14 jornadas científicas,
em colaboração com 35 instituições parceiras.
Igualmente, os “Espaços da Ciência”, EC, inaugurados em 2002, confirmam
a vocação da Fundação Cecierj de difundir educação científica no interior do estado.
Centros de ciência itinerante de pequeno porte, os ECs estão localizados em áreas
com poucos aparelhos culturais disponíveis e reduzidos programas de atualização
profissional, a saber: “Três Rios”, “Paracambi” e “São João da Barra”. Além das
atividades voltadas para alunos, a programação conta também com oficinas
destinadas aos professores da região. Salienta-se o processo de construção
conjunta das atividades com a população local, buscando identificar as

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necessidades, lacunas e, principalmente, as singularidades que caracterizam cada


um dos espaços aqui em questão. Assim, o EC de São João da Barra, por exemplo,
explora temas marinhos. Localizado em um balneário, conta com acervo expositivo
composto por seis aquários de água salgada com espécies do ecossistema aquático
da região.
O EC de Três Rios, por sua vez, lotado em uma antiga estação de trem,
aborda atividades que dialogam com a importância da história ferroviária para a
economia da cidade. Desde a implantação, o conjunto dos ECs, já congregou
público de 65.656 pessoas,entre estudantes, professores e público espontâneo.
Outro projeto criado anteriormente ao “Museu Ciência e Vida”, a “Feira de Inovação
e Tecnologia do Estado do Rio de janeiro”, FECTI, é produzida em parceira com
agências de fomento como a “Fundação Carlos Chagas Filho de Amparo à Pesquisa
do Estado do Rio de Janeiro”, FAPERJ, e “Conselho Nacional de Desenvolvimento
Científico e Tecnológico”, CNPq, e ampliou a capacidade de divulgação de
conhecimento científico nos diferentes municípios aos quais se integrou na iniciativa
de promover feiras de ciência. Desde 2005, a FECTI envolveu professores e
estudantes de 42 municípios do Rio de Janeiro, alcançando público 38.676 pessoas.
A “Caravana da Ciência”, projeto inaugurado, em 2007, conta com um veículo
motorizado que transporta exposição interativa sobre diversos conteúdos de
múltiplas áreas das ciências. A carreta adaptada percorre localidades que
apresentem oferta reduzida de equipamentos científico-culturais, e até final de 2018
visitou 47 municípios do Rio, alcançado público de 173 mil pessoas. Cumpre
destacar que a “Caravana” aborda, dentre outros, temas diretamente relacionados
às concepções de visam um planeta saudável fisicamente, tais como, as diferentes
modalidades de energia e seu uso consciente. Indo ao encontro da promoção de
atividades que visam facilitar o acesso ao conhecimento e garantir a igualdade de
oportunidades, em 2015, o Cineclube Cederj foi concebido. Trata-se de um
programa de exibição de filmes no interior e capital do Rio de janeiro. O principal
objetivo é estimular o gosto pela arte cinematográfica e o olhar crítico em relação
às artes. O acervo é composto de variados estilos, gêneros e épocas. A partir do
projeto é possível expor filmes em localidades onde por meio das programações

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dos cinemas comerciais não seriam exibidos, ou sequer há salas disponíveis.


Assim, acredita-se contribuir para o empoderamento intelectual e cultural das
populações locais. Desde o lançamento, o Cineclube atendeu cinco municípios,
contabilizando público de 10.000 pessoas, aproximadamente. O conjunto das
atividades acima descrito constitui caminho no qual se evidencia, principalmente, a
intenção de contemplar populações que não teriam acesso a diversos conteúdos,
em consonância, principalmente, com os objetivos referentes à redução das
desigualdades, e educação de qualidade, descritos na Agenda 2030. Com o
advento do “Museu Ciência e Vida”, a Fundação passou a explorar o tema
sustentabilidade de forma explícita enfatizando a vertente ambiental e mais
recentemente ampliando a atuação e os desafios a eles relacionados. Este é o foco
principal do presente artigo.

3. Perspectivas teóricas
A base teórica que compõe as atividades desenvolvidas pelo setor de
divulgação da Fundação Cecierj e, em especial, as ações desenvolvidas pelo
Museu Ciência e Vida, foco do presente artigo, relaciona diferentes campos do
conhecimento. A perspectiva educacional está ancorada na abordagem
problematizadora segundo Paulo Freire (2011) e na compreensão, tal qual
Humberto Maturana (1998), da educação como um espaço dialógico de
convivência. No que se refere às práticas referentes à sustentabilidade, o principal
alicerce tem sido documentos gerados pela Organização das Nações Unidas, tais
como protocolos, acordos e relatórios sobre o tema, em especial, a Agenda 2030.

4. Métodos
A metodologia é norteada de acordo com os preceitos descritos por Paulo
Freire (2005), nos quais se defende a construção coletiva, recíproca e dialógica.
Dessa forma, todas as atividades são realizadas buscando estabelecer parcerias
locais e levar em conta as necessidades e interesses das comunidades nas quais
são desenvolvidas. Para tanto, são realizadas visitas técnicas às regiões onde
ocorrerão as ações, reuniões prévias com educadores e produtores locais, bem

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como avaliações posteriores à atividade transcorrida visando o aprimoramento de


proposições futuras. Em relação ao “Museu Ciência e Vida”, especificamente, a
população caxiense é consultada de forma constante, e por vários meios, quais
sejam: debates, entrevistas, questionários e encontros com líderes comunitários.
Na dinâmica das atividades, optou-se pela abordagem interativa, na qual o público
participa intensamente, manipulando equipamentos e dialogando diretamente com
mediadores das atividades.
Na plataforma das 21 ações prioritárias, “Agenda 21”, consta que a
sustentabilidade exige uma dimensão comunicativa, e coloca a necessidade de se
mobilizar o papel relevante de pedagogia social dos meios de comunicação –
televisão, rádio e jornal – para veicular informação de interesse social, produzir
campanhas voluntárias de esclarecimento, gerando notícias capazes de
conscientizar a opinião pública sobre a necessária mudança de comportamentos.
Sulaiman (2011) em seu artigo faz um análise a partir do referencial teórico-
metodológico da análise dialógica do discurso, da sustentabilidade baseado na
difusão de conhecimentos científicos, e sua limitação enquanto estratégia de
educação ambiental estudando a série “Sustentabilidade na Escola” da revista
Carta na Escola, produzida pela revista Carta Capital.
A sustentabilidade é um tema frequentemente abordado nas escolas e
museus de ciências, muitas das vezes associado à educação ambiental. Valente
(2005) aponta que já na década de 70 as questões de consciência ecológica já era
presente na sociedade brasileira, embora o termo sustentabilidade ainda não fosse
amplamente utilizado. Em face desse cenário o ensino de ciências incorporou então
um novo elemento: a educação ambiental e suas implicações sociais e essa
temática passou a ser frequentemente abordada nos centros e museus de ciência.

5. Resultados obtidos
As iniciativas preliminares do “Museu Ciência e Vida” na temática
sustentabilidade ocorreram por ocasião da “Rio+20”, na perspectiva de abordarem
em um espaço não-formal de educação o tema que estava sendo amplamente
discutido na mídia naquele momento. A proposta inicial consistiu em explorar a

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palavra sustentabilidade, e seus significados, demonstrando que havia muitas


vertentes que transcendiam assuntos tradicionalmente vinculados ao vocábulo, tais
como reciclagem do lixo ou preservação da natureza incluindo outros aspectos do
cotidiano. Como primeira iniciativa foi elaborada uma exposição nomeada
“sustentabilidade”, abordando de forma interativa o tema em seus diversos
desdobramentos, tratando ações que perpassam o nosso dia a dia, tais como o
risco de extinção das abelhas, a quantidade de água usada na fabricação do jeans,
dentre outros. A expografia foi desenvolvida usando material sustentável,
reafirmando, na prática, os conteúdos e comportamentos defendidos na exposição.
Assim, os painéis da exposição foram elaborados com tecidos produzidos a base
de garrafa pet. Foram utilizados equipamentos interativos sobre geração de energia
que integravam o acervo do museu originalmente e jogos eletrônicos foram
desenvolvidos especialmente para a exposição. Destaca-se que, abrindo a
exposição, a palavra sustentabilidade foi esculpida, em grandes dimensões, com
madeira de reflorestamento.

Figura 1: Abertura da exposição "Sustentabilidade: o que é isso?", composta


pela palavra “sustentabilidade” em grandes dimensões, possibilitou ações
interativas com os visitantes. Museu Ciência e Vida

Fonte: Foto de Liliana Coutinho.

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Figura 2: Painéis componentes da exposição


"Sustentabilidade: o que é isso?", produzidas com
material sustentável. Museu Ciência e Vida

Fonte: foto de Liliana Coutinho.

Ao chegar à exposição, no primeiro momento, o visitante é recebido por


mediadores do Museu Ciência e Vida e convidado a refletir acerca do significado da
palavra sustentabilidade e a aplicá-la aos diversos segmentos da sociedade.
Perguntas como: “o que é sustentabilidade?” e “o que significa ser sustentável?”
são propostas. O objetivo é sensibilizar o visitante para questões mais amplas de
âmbito global como relacionado nos painéis que compõem a exposição, nos quais
são abordados a sustentabilidade econômica, empresarial, ambiental,
gastronômica, cultural e social, assim como atitudes sustentáveis. Durante a visita
o visitante se depara com alguns experimentos interativos de conversão de energia,
que exploram: transformação da energia mecânica em elétrica, princípio da
hidrelétrica e energia potencial convertida em cinética. Por fim, o público é
estimulado a se tornar um ser sustentável aplicando os conceitos da exposição ao

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seu cotidiano através do um jogo interativo que permite rever os conceitos e refletir
a respeito de seus hábitos. A exposição foi amplamente visitada tanto pelo público
espontâneo quanto escolar. Destaca-se que das trinta e sete exposições exibidas
no “Museu Ciência e Vida”, “Sustentabilidade” foi a mais visitada até o momento,
especialmente pelos grupos escolares. Cerca de 165 mil pessoas visitaram a
exposição, aproximadamente um terço desse contingente composto por público
escolar. Em conversa informal com os professores eles afirmam que o atrativo da
exposição é a temática, e a forma como é abordada, facilitando a discussão do tema
com os alunos. O diálogo com os docentes estimulou o desenvolvimento de material
de apoio. Assim, foi desenvolvido um caderno para os professores a fim de auxiliá-
los a perenizar a exposição na escola e enriquecer as discussões acerca do tema
em sala de aula, multiplicando os efeitos da atividade.
Outra atividade explicitamente ligada ao tema sustentabilidade, foi a I Mostra
de Teatro & Ciência – Sustentabilidade em Cena. Em busca de um diálogo de
proximidade com a comunidade escolar duas escolas da região foram convidadas
a integrar o projeto que consistia em discutir práticas sustentáveis por meio da arte
teatral, concebendo e apresentando espetáculo sobre o tema no auditório do
museu. O projeto congregou duas escolas, seis professores, 43 alunos e obteve
público de 72 espectadores. A mostra constou da apresentação de duas peças de
teatro elaboradas pelos referidos professores em parceria com seus alunos,
seguidas de debate com o público. O evento foi organizado por equipe
multidisciplinar da Fundação CECIERJ, que incluiu profissionais das áreas de
Educação, Ciências e Artes. Três oficinas precederam a apresentação das peças.
O propósito dos encontros prévios foi a capacitação dos professores no âmbito de
técnicas teatrais aplicadas ao contexto escolar, bem como ao campo dos conteúdos
acerca do tema sustentabilidade.
As peças foram desenvolvidas por alunos e professores de uma escola de
Ensino Fundamental II, Escola Municipal Bernardino de Melo, do município de
Japeri, e outra de Ensino Médio, Escola José de Souza Herdy, de Duque de Caxias,
abordando o tema a partir das seguintes tramas: “É agora ou agora!” e “Um sonho
sustentável”. A primeira, concebida pelo grupo do nível fundamental, o protagonista

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Pedro é um menino que viaja no tempo e chega até o ano de 2056. Lá, descobre
que o mundo está devastado e encontra Barbárvore. A árvore mágica entrega dois
presentes ao menino e pede que ele retorne ao passado para tentar alterar alguns
eventos. De volta ao ano de 2012, Pedro tenta conscientizar os irmãos Leonardo e
Lucas, donos de uma fábrica que polui o ambiente. O garoto, então, se une aos
alunos da escola e, juntos, lutam por um planeta mais saudável. A segunda, criada
pelo grupo de nível médio conta história que se passa em uma pequena cidade
chamada Cidade Feliz, mais conhecida como “minilixo”, onde só há uma praça com
um velho chafariz. O lixo está por toda a parte e já não existe mais alegria de viver.
O menino Eduardo, um dos raros habitantes que ainda se preocupa com o planeta,
encontra um velho cientista. Os dois tornam-se amigos e, juntos, constroem uma
solução para fazer da cidade um lugar melhor para se viver.
A discussão sobre as questões locais pautaram o Seminário
“Sustentabilidade: múltiplos olhares”, no âmbito das discussões acerca de
sustentabilidade, focado em temas pujantes na região: água, saneamento e
resíduos sólidos. Duque de Caxias durante muitos anos abrigou um grande depósito
de lixo oriundo da capital e, portanto, sofreu as consequências ambientais e sociais
de ter uma grande área destinada a essa finalidade. Além disso, a região sofre com
condições precárias de saneamento e abastecimento de água, embora tenha um
grande reservatório de água que atende à capital. Assim, estes foram os temas
escolhidos para discutir sustentabilidade no “Museu Ciência e Vida”. Falar sobre
sustentabilidade na Baixada Fluminense implica, necessariamente, discutir o
problema dos resíduos sólidos e aponta perguntas do tipo: Como lidar com esses
resíduos? Como armazená-los?, Como implementar a coleta seletiva de forma
efetiva?, além de outras questões. O objetivo desse seminário era fomentar a
discussão do tema a partir de diferentes perspectivas, oferecendo visões mais
plurais acerca da sustentabilidade, que se complementem e aproximem o público
de uma temática que, por vezes, apesar de tão imbricada em nosso dia a dia, pode
parecer distante para os leigos. A discussão foi fomentada por um conjunto de
profissionais das universidades da região, de diferentes áreas do conhecimento,
que pesquisam a Baixada Fluminense, e profissionais de referência das áreas de

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água-saneamento e resíduos sólidos. O Seminário que ocorreu em novembro de


2012 e teve um público bastante diverso, de mais de duas centenas de pessoas,
dentre as quais, lideranças das comunidades da Baixada Fluminense, membros da
sociedade civil organizada, como catadores de lixo, além de funcionários da
Companhia Estadual de Águas e Esgotos (CEDAE) e outros. A programação do
evento ocorreu em dois turnos foi estruturada conforme descrito no quadro 1:

Quadro 1. Evento Sustentabilidade: múltiplos olhares


SEMINÁRIO “SUSTENTABILIDADE: MÚLTIPLOS OLHARES”
Local: “Museu Ciência e Vida” – Data: 07 de novembro de 2012
Primeiro período – Água & saneamento Segundo período – Resíduos sólidos
Palestras seguidas de debate Palestras seguidas de debate
Abertura: Secretário de Ciência e Abertura: Assessor da Companhia Municipal
Tecnologia do Estado do Rio de Janeiro. de Limpeza Urbana (COMLURB).
“Justiça ambiental e equidade: “Imagens e valores dos resíduos: uma
elementos para discussão” possível contribuição da antropologia para o
debate da sustentabilidade”.
“Água: um bem comum em disputa” “Educação ambiental na secretaria do
estado de educação do Rio de Janeiro”
“Educação ambiental e a gestão
“Sustentabilidade do produto: participativa das águas”
gerenciamento dos aspectos ambientais, “Recuperação de áreas degradadas e
sociais e econômicos através do sustentabilidade”
ciclo da vida” “Gestão de resíduos sólidos no Estado do
Rio de Janeiro e seu impacto sobre os
recursos hídricos: o caso do CTR Santa
Rosa.
PÚBLICO TOTAL: 208 pessoas
Fonte: elaboração própria.

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Atentos ao desenvolvimento sustentável no âmbito local, em sintonia com as


metas traçadas na agenda 2030, no que se refere à erradicação da pobreza,
desenvolvemos um conjunto de oficinas visando a geração de renda, de modo a
contribuir para minimizar os efeitos das condições de vulnerabilidade econômica da
região, especialmente dos cidadãos em vulnerabilidade social, que buscam os
serviços dos Centros de Referência de Assistência Social, CRAS, de Duque de
Caxias e Magé. Entendemos que o “Museu Ciência e Vida” com instituição
promotora da cultura científica da população baixada fluminense tem papel social
importante na contribuição para erradicação da extrema pobreza trazendo a
população para dentro do museu. Dados do Instituto Brasileiro de Geografia e
Estatística, IBGE, (www.ibge.com.br) indicam que Duque de Caxias e Magé, ambos
da região metropolitana, possuem realidade alarmante, apontado a desigualdade
social existente nesses dois municípios.
O Atlas do Desenvolvimento Humano do Brasil (2013) corrobora as
informações do IBGE, registrando que Duque de Caxias possui um IDH (0,711)
abaixo da média nacional (0,727), mesmo possuindo o terceiro maior PIB (Produto
Interno Bruto) do Estado. Magé é um município menor tanto em área, quanto em
habitantes e arrecadação possui, índice de desenvolvimento humano, IDH 0,709,
ou seja, abaixo da média nacional, a saber: 0,754.
Em face dos dados preocupantes, percebe-se que a educação é uma das
principais ferramentas a ser utilizada para diminuir a desigualdade dessa região.
Portanto, o papel do “Museu Ciência e Vida” se reafirma como protagonista diante
desse desafio de reduzir as desigualdades por meio de ações educativas. Nessa
direção, consoante com o tema da “Semana Nacional de Ciência e Tecnologia”,
SNCT, 2018, “Ciência para redução das desigualdades sociais”, promovemos um
conjunto de visitas ao museu voltado para crianças acompanhadas por um
responsável, de maneira que visitassem as exposições e participassem das
sessões de planetário enquanto os pais frequentavam as oficinas.
O material empregado nas oficinas era de uso doméstico, de maneira que as
atividades pudessem ser facilmente reproduzidas em casa, e, potencialmente, se
configurassem como possibilidade de gerar nova forma de renda, vindo a contribuir

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para melhoria financeira das famílias visitantes, e, ao mesmo tempo,


proporcionando oportunidade de educação em ciência, uma vez que as oficinas
possuem um caráter didático. Observou-se que a maior parte das acompanhantes
das crianças, era composta por mulheres, donas de casa. No quadro abaixo,
detalhamos as oficinas que ocorreram em Outubro e Novembro de 2018.
1) Oficina de produção de sabão caseiro: esta atividade propõe que os
responsáveis aprendam a produzir seu próprio sabão em barra ou pastoso,
utilizando materiais acessíveis e de baixo custo, como o óleo remanescente do
processo de fritura e a soda cáustica, encontrada facilmente em lojas de produtos
de limpeza e materiais de construção. Durante a atividade, os participantes tiveram
a oportunidade de aprender um pouco mais sobre os processos químicos ocorridos
durante a produção do sabão caseiro. Esta etapa da produção teve como finalidade
aproximar o conteúdo científico, considerado distante e inatingível, dos participantes
da oficina, através de materiais de uso comum, como o óleo de cozinha, a soda
cáustica e por fim, o sabão. Após a realização da oficina, os participantes levaram
para casa o material produzido como amostra.
2) Oficina de detergente caseiro: Partindo do princípio da economia e da
geração de renda, esta oficina propôs que seus participantes conhecessem as
etapas de produção de um detergente caseiro de baixo custo e produzissem seu
próprio detergente durante a atividade. Para a produção de 6 litros de detergente
caseiro, utilizamos os seguintes materiais: 500mL de detergente líquido
transparente, uma barra de sabão glicerinado, sal, açúcar, bicarbonato de sódio e
água. A produção deste material fornece ao participante da atividade uma
alternativa aos produtos industrializados de alto custo, uma vez que para a produção
de 6L de detergente, o custo é inferior a um dólar;
3) Oficina de desinfetante caseiro: Os desinfetantes são grandes aliados na
limpeza de uma residência, fazem parte do cotidiano da dona de casa. Ao utilizá-lo,
as substâncias presentes em sua composição atuam nas paredes celulares de
algumas bactérias superficiais, destruindo-as. Nesta oficina os participantes
produzem o desinfetante caseiro utilizando a mistura de materiais acessíveis e de
baixo custo, como: sabonete, vinagre, álcool e uma pequena quantidade de

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amaciante de roupas. Nos mesmos moldes das oficinas apresentadas


anteriormente, esta visa atingir o público adulto, no entanto, devido à facilidade de
produção, a atividade pôde ser realizada também pelo público escolar das séries
finais do Ensino Fundamental. Os conteúdos relativos às ciências envolvidos na
produção do material foram abordados ao longo da atividade. Além disso, a
produção do desinfetante constituiu uma oportunidade para discutirmos os
processos de contaminação por microrganismos e bactérias presentes nos mais
diversos ambientes, assunto este, de grande relevância para a manutenção da
saúde e a prevenção de doenças, especialmente em comunidades mais carentes e
sem saneamento básico. Esta atividade poderá ser reproduzida em ambiente
escolar pelos professores e alunos participantes.
4) Oficina de amaciante de roupas caseiro – Nesta atividade discutimos a
ciência por trás da produção do amaciante industrial, ao mesmo tempo em que os
participantes aprenderam como produzi-lo em casa. Devido à facilidade de
produção e aos materiais considerados seguros quimicamente (sabonete, água,
glicerina, vinagre etc) esta atividade poderá ser oferecida ao público adulto e ao
público escolar.
5) Oficina de velas artesanais – Nesta atividade os participantes tiveram a
oportunidade de fabricar suas próprias velas e perceber a ciência que está envolvida
em sua produção. Durante a confecção, destacamos questões relevantes acerca
do processo, como os aspectos físico-químicos da matéria, os pontos de fusão e
solidificação da parafina e o tempo necessário para que as mudanças de estado
ocorram. A produção de velas artesanais pode se mostrar como uma oportunidade
de geração de renda para famílias carentes, uma vez que o mercado se mostra
amplo e receptivo ao produto. Devido às altas temperaturas envolvidas no processo
e o fato da parafina utilizada para a confecção das velas ser um produto inflamável,
esta atividade foi oferecida, somente, ao público adulto.
6) Oficina de tintas naturais – Esta atividade teve como objetivo mostrar aos
participantes como podemos obter diferentes corantes de forma natural, através da
extração de determinados pigmentos provenientes de frutos, folhas e diferentes
tipos de solo, todos materiais de fácil acesso. Durante a produção discutimos a

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RedPOP

importância da química nos processos de pigmentação e os elementos químicos


responsáveis pela coloração de alguns materiais. Destinada ao público infantil, esta
atividade proporcionou aos participantes, além da oportunidade de produzir suas
próprias tintas, a possibilidade de pintar um pequeno quadro utilizando as tintas por
eles produzidas e que levaram para casa como recordação da visita ao museu. As
seis oficinas desenvolvidas em conjunto come as atividades oferecidas às crianças,
contaram com a participação de 2.100 pessoas. Destaca-se que o museu viabilizou
o transporte dos visitantes, sanando, assim, o problema de deslocamento que a
população da região enfrenta.
Identificando a importância e pertinência de promover o debate acerca do
tema água para a comunidade caxiense, e ensejando o “10º Simpósio Ciência, Arte
e Cidadania”, produzido pelo Instituto Oswaldo Cruz em parceria com várias
instituições nacionais e em associação ao “Laser Talks”, que constitui uma rede de
eventos internacionais de Artscience, decidiu-se abordar aspectos relativos ao tema
em questão salientando suas dimensões simbólicas, culturais, biológicas e sociais.
Assim, foi realizado o seminário “Ciência, água e suas correntes” incluindo palestras
e oficinas práticas. Integrando a discussão, foram previstos os seguintes pontos de
partida: a) a água retratada nas artes plásticas em diferentes épocas, estilo e
gêneros; b) água como signo e mitologia presente em diversas culturas; c) água
segundo conteúdos da Biologia, ambiente e corpo hídrico. O objetivo foi dispor em
plano de análise diferentes sentidos possíveis para o elemento água, de forma a
multiplicar as articulações entre diferentes saberes, partindo do entendimento de
que a água, ponto crucial para a manutenção de boa capacidade biofísica do
planeta, deve ser discutida em seus mais diferentes âmbitos. A programação do
evento foi realizada em dois períodos, e transmitida on-line, tendo constado de três
palestras, um debate e uma oficina prática, estruturados conforme discriminado no
quadro 2:

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Quadro 2: Evento “Arte, ciência, água e suas correntes”


SEMINÁRIO “ARTE, CIÊNCIA, ÁGUA E SUAS CORRENTES”
Local: “Museu Ciência e Vida” – Data: 18 de outubro de 2018
Primeiro período Segundo período
Palestras seguidas de debate Oficina prática para
docentes
“Águas passadas: uma passeio pelas águas nas
artes plásticas” “Tratamento e qualidade
“Águas sagradas: o mito como início, meio e fim da da água”
criação”
“Águas, juventude e ciência comunitária: uma
experiência com estudantes de ensino médio”
PÚBLICO TOTAL: 52 pessoas
Fonte: elaboração própria.

Figura 3: Convite do evento "Água e suas correntes"

Fonte: Fundação Cecierj. Programação visual: Andréa Fiães.

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RedPOP

Além das atividades diretamente ligadas às questões ambientais


desenvolvidas no “Museu Ciência e Vida”, mencionaremos ações ligadas ao
desenvolvimento sustentável que abarcam outros objetivos previstos na Agenda
2030 como a igualdade de gênero. Especialmente voltadas para equidade de
gênero na ciência, levantam questões que buscam promover o questionamento em
relação ao papel da mulher na sociedade. Com o objetivo de promover um encontro
entre as estudantes do Ensino Médio, que estão em processo de escolha de
carreira, e algumas cientistas contempladas com o prêmio “Mulheres na Ciência”
concedido pela l´Oreal organizamos o “Café com Cientistas”. O evento durou uma
tarde, quando as pesquisadoras apresentaram brevemente suas pesquisas, falaram
sobre o prêmio e os benefícios ele atrelados, e, sobretudo, acerca das vicissitudes
de ser mulher e cientista e como aliar a carreira com a família. As cientistas também
responderam às perguntas das estudantes que giraram em torno de escolhas,
dúvidas, dificuldades e outros. “Mulheres na Ciência” foi outro evento com cientistas
bastante semelhante ao anterior, que consistiu em um bate papo mais intimista com
uma cientista, permitindo à audiência questionar a pesquisadora sobre a carreira de
pesquisadora.
Para além dos eventos acerca das mulheres cientistas realizamos uma
exposição nomeada “Pioneiras da Ciência no Brasil”, baseada no livro homônimo
organizado pelo CNPq. Nessa exposição destacamos 24 cientistas que foram
pioneiras no Brasil. Foi concebida para ser exibida no museu e itinerar por outros
espaços e escolas e fim de divulgar as cientistas brasileiras e as importantes
contribuições que deram à ciência nacional. Por ocasião da inauguração da
exposição realizamos um evento com as organizadoras do livro e uma das cientistas
precursoras que respondeu com entusiasmo aos questionamentos dos
participantes. Nesse evento pudemos perceber que algumas barreiras foram
ultrapassadas mas outros limitantes continuam bastantes atuais. No entanto, o
encantamento e a paixão pela ciência que a cientista demonstrou em sua fala, ainda
contagia as jovens estudantes, confirmando a pertinência da atividade.
Ainda no campo das ações sobre gênero, estamos trabalhando atualmente
com um grupo de meninas de escolas públicas da região em cooperação com a

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Universidade Federal do Rio de Janeiro – UFRJ, com fomento do CNPq, no âmbito


do edital “Meninas nas Ciências Exatas, Engenharias e Computação”. O projeto
envolve quinze estudantes, três de cada escola, quatro professoras e um professor,
além de três estudantes universitárias. Todos foram contemplados com bolsa do
CNPq. As meninas desenvolverão projetos de iniciação científica na UFRJ e
participarão de atividades motivadoras no “Museu Ciência e Vida”, a exemplo do
Café com as cientistas. Serão realizadas também ações que integram ciência e arte
para discutir os papeis da mulher na produção do conhecimento. Estão previstas,
também, ações nas escolas onde serão exibidas exposições como “Pioneiras da
Ciência” e mesa redonda com cientistas, e a comunidade escolar.
Ao longo da realização de toda a programação voltada para o temática
sustentabilidade, observamos que o público é bastante receptivo. As exposições
acerca do tema tendem a ter boa visitação, uma vez que por ficarem disponíveis
durante um grande intervalo de tempo o público consegue adaptar o tempo para
conhecer a atividade. Por outro lado os eventos pontuais são mais sensíveis à
situação de vulnerabilidade econômica, pois se não houver estímulo quanto ao
transporte ou em função do dia e horário do evento, por exemplo, a audiência pode
ser menor do que esperada. Programas continuados como o projeto “Meninas na
Ciência” tendem à conferir maior empoderamento e maior potencial de transformar
realidades por oferecerem oportunidade de troca entre colegas e profissionais mais
experientes.
No quadro 3 resumimos as atividades desenvolvidas o âmbito do
desenvolvimento sustentável, destacando o público atendido por essas ações, bem
como os ODS relacionados.

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RedPOP

Quadro 3: Ações e a Agenda 2030


AÇÃO AGENDA 2030 – ODS Público
DIRETAMENTE RELACIONADO
Exposição “Sustentabilidade, 11 - Cidades e comunidades 165.000
o que é isso? sustentáveis
4 – Educação de Qualidade
Mostra de Teatro & Ciência - 11-Cidades e comunidades 72
“Sustentabilidade em cena” sustentáveis
4 – Educação de Qualidade
“Sustentabilidade múltiplos 11 - Cidades e comunidades 200
olhares” sustentáveis
4 – Educação de Qualidade
“Água e suas correntes” 6 - Água potável e saneamento 30

“Oficinas sustentabilidade e 1 – Erradicação da Pobreza 2.100


desigualdade social.” 4 - Redução das desigualdades
sociais
“Café com cientistas” 100
“Mulheres na Ciência” 5 – Igualdade de gênero 100
“Pioneiras da Ciência” 2.000
“Meninas nas Ciências 23
Exatas”
Fonte: elaboração própria.

6. Conclusões
Ao observar a trajetória das atividades desenvolvidas pelo setor de
divulgação científica da Fundação Cecierj como um todo, identificamos vários
pontos de contato com a agenda 2030, embora a inauguração da instituição tenha
ocorrido em data anterior à formulação da declaração. Contudo, como procuramos
demonstrar ao longo do presente estudo, as ações iniciais se conectam à ideia de
um mundo sustentável, na medida em que perseguem a distribuição mais equânime
dos equipamentos culturais e do próprio conhecimento. Ao buscar a
democratização dos saberes e a facilitação do acesso à informação e capacitação
profissional na área da educação, a Fundação caminhou em direção ao
desenvolvimento sustentável, principalmente, em sua vertente social e econômica.
Contudo, é a partir da implantação do “Museu Ciência e Vida” que o tema
sustentabilidade passou a ser abordado de forma mais específica, de modo a

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

explorar os desafios ambientais relativos à localidade onde se encontra. Para tanto,


foram desenvolvidos eventos que enfatizaram uma temática muito cara à população
local, ou seja, a água. Ressalta-se que, tal qual estipula a agenda 2030, que
sublinha a integração e indivisibilidade do conjunto das ODSs, procurou-se associar
múltiplas acepções do assunto água, buscando uma visão plural e plena dos
questionamentos a ele atrelados. Dessa maneira, fica cada vez mais claro, que
uma sociedade verdadeiramente sustentável deve congregar diferentes áreas do
conhecimento, atores sociais e estar centrado em pessoas. São elas que podem
promover as mudanças necessárias.
Desta forma, o maior desafio global, e requisito indispensável para
alcançamos o desenvolvimento sustentável, é a erradicação da pobreza em todas
suas formas e dimensões. Inclui-se aqui a pobreza do preconceito e da
desigualdade. Não por acaso, o museu vêm desenvolvendo programas e práticas
que visam redimensionar os papéis da mulher na sociedade, investindo na análise
histórica, desconstrução de estereótipos e afirmação da igualdade entre gêneros.
Ao operarmos em prol da sustentabilidade ambiental não podemos deixar de atuar
também para a sustentabilidade social e econômica.
O “Museu Ciência e Vida”, como instituição promotora da cultura científica,
vem aderindo a esse modelo de desenvolvimento, atento à facilitação da presença
do visitante no espaço museal, seja por meio de procedimentos concretos, tais
como: gratuidade do acesso, e, em algumas oportunidades, viabilização do
transporte, mas principalmente pela diversidade e pertinência da programação. Esta
é baseada, antes de tudo, no diálogo com a comunidade. Não se trata de tarefa
simples, mas há que se ter vontade política para estabelecer a comunicação entre
universos distintos, pois a causa é nobre e todos ganham com ela, ou seja, um
mundo no qual cada ser humano possa ter dignidade para desfrutar uma vida
saudável em harmonia com seus semelhantes e com a grande casa que nos acolhe
desde o princípio de nossa existência.

7. Agradecimentos
CNPq, FAPERJ, Fundação Cecierj e UFRJ.

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RedPOP

Referências
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http://www.atlasbrasil.org.br/2013/pt/perfil_m/duque-de-caxias_rj
Freire, P. (2011) Pedagogia da autonomia. São Paulo: Paz e Terra
________ (2005) Pedagogia do oprimido. São Paulo: Paz e Terra
Lopes, T. (2018, setembro, 16) Valores humanistas e o mundo sustentável. Jornal
do Brasil, p.9.
Malhus, T. (2014) Ensaio sobre o princípio da população. Lisboa: Relógio D’água
Maturana, H. (1998). Emoções e linguagem na educação e na política. Belo
Horizonte: 1998.
Sulaiman, S. N. (2011). Educação ambiental, sustentabilidade e ciência: o papel da
mídia na difusão de conhecimentos científicos. In: Ciência & Educação, v. 17,
n. 3, p. 645-662, 2011
Valente, M. E., Cazelli, S. e Alves, F (2005). Museus, ciência e educação: novos
desafios. In: História, Ciências, Saúde – Manguinhos, vol. 12 (suplemento),
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ONU Organização das Nações Unidas Brasil. Agenda 2030. Recuperado a 18 de
janeiro de 2019 em:
http://www.br.undp.org/content/dam/brazil/docs/agenda2030/undp-br-
Agenda2030-completo-pt-br-2016.pdf

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IV. Comunicación y Bioseguridad Insular para la Gobernanza


Ambiental de las Islas Mexicanas

Federico Alfonso Sánchez Méndez, Grupo de Ecología y Conservación de Islas,


A.C., federico.mendez@islas.org.mx
Mariam Latofski Robles, Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C.,
mariam.latofski@islas.org.mx
María del Mar Garciadiego San Juan, Grupo de Ecología y Conservación de Islas,
A.C., marimar.garciadiego@islas.org.mx
Ana Esperanza Marichal González, Grupo de Ecología y Conservación de Islas,
A.C., ana.marichal@islas.org.mx

1. Introducción
Uno de los principales problemas socioambientales de la actualidad, a lo
largo y ancho del planeta, es la presencia de especies exóticas invasoras. Una
especie exótica invasora (EEI) se define como aquella especie o población que se
encuentra fuera de su ámbito de distribución natural debido a que ha sido
transportada de manera intencional o accidental, y que es capaz de sobrevivir,
reproducirse y establecerse en un nuevo hábitat (DOF, 2010). Además de una larga
lista de implicaciones ecológicas (cambios en la estructura y composición de las
comunidades, reducción de la diversidad genética, transmisión de enfermedades,
extinción de especies), las EEI también ocasionan importantes impactos
económicos y sociales (CANEI, 2010). En particular, para la biodiversidad de las
islas, las EEI representan la principal problemática ambiental (Howald et al., 2007;
Reaser et al., 2007; Aguirre-Muñoz et al., 2016), ya que provocan la extinción o
extirpación de especies endémicas, afectan gravemente a las especies nativas y
alteran el funcionamiento de los ecosistemas (McCreless et al., 2016; Mulder et al.,
2011; Vázquez-Domínguez et al., 2004), A estos efectos, se suman la
contaminación por residuos sólidos, los cambios de cobertura vegetal y la extracción
ilegal de flora y fauna, problemáticas que son a su vez exacerbadas por el cambio
climático.

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RedPOP

Ante tal reto, la vía más importante para evitar la extinción y la extirpación de
especies insulares — las más amenazadas del planeta —, es implementar una
estrategia de prevención, detección y control de EEI, concebida, difundida y
comprendida por todos los actores y sectores vinculados a las islas. Las actividades
que dicha estrategia implica requieren cambios de hábitos. Lograr estos cambios
está directamente relacionado con la ejecución de un programa de difusión y
sensibilización ambiental, interinstitucional e intersectorial, que sea permanente y
eficaz. En este trabajo, exponemos la experiencia de México respecto a la
formulación y conformación de un Plan Nacional de Bioseguridad Insular,
enfocándonos en las implicaciones que éste plantea en términos de la comunicación
y divulgación del conocimiento.
Debido a que ni los ecosistemas ni las especies reconocen fronteras
geopolíticas, un punto de partida fundamental a tener en cuenta es que resulta
imprescindible la cooperación entre países latinoamericanos y con otros países si
se tiene el objetivo de buscar alternativas a problemáticas ambientales locales como
la que representan las EEI para las islas. Este es el caso de ecorregiones a las que
pertenecen las islas mexicanas, que trascienden los límites nacionales. Por ejemplo,
las islas del Pacífico de Baja California albergan poblaciones clave de aves marinas
con amplia distribución transfronteriza, como el paíño negro, el paíño mínimo y la
pardela pata rosada, las cuales migran a través de diversos países
latinoamericanos. De hecho, una de cada tres especies de aves marinas del planeta
se puede encontrar en islas de México, lo que ubica a nuestro país como el tercero
más diverso para este frágil grupo conector. En este contexto, son necesarias las
labores de colaboración de la comunidad insular global, relacionadas con los
avances y los desafíos de bioseguridad, pues permiten fortalecer y mejorar los
programas locales de respuesta y acción ante las EEI (Matos et al., 2018). Así, el
objetivo del Plan Nacional de Bioseguridad Insular en marcha, del cual aquí se
presenta la experiencia desarrollada hasta ahora, es construir un marco de
gobernanza para las islas mexicanas, bajo un enfoque regional transfronterizo, que
permita la conservación de la biodiversidad insular frente a la latente amenaza de
las EEI.

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2. Problemática ambiental en islas y la conservación de las islas mexicanas


Las islas son uno de los ecosistemas más ricos y diversos que existen a lo
ancho del planeta: aunque representan una superficie relativamente pequeña
respecto a la continental (5%), son excepcional y desproporcionadamente ricas en
endemismos, por lo que han sido designadas como hotspots o “puntos calientes” de
biodiversidad (Myer et al., 2000; Kier et al., 2009). La presencia de especies que
han evolucionado durante miles de años en condiciones de aislamiento respecto a
sus congéneres que habitan en continente, ha dado como resultado en ellas la
mayor concentración de especies endémicas de diversos grupos taxonómicos de
plantas y animales. Hoy en día, la importancia de las islas es reconocida
internacionalmente y no se cuestiona el valor crítico que representan tanto para la
conservación de la biodiversidad como para el desarrollo de modelos de
sustentabilidad. De hecho, gracias a sus características naturales y de tamaño, en
las islas se reduce el número de factores que inciden sobre un modelo productivo,
de intereses y de actores sociales, de manera que el manejo se vuelve
relativamente menos complejo y, con ello, las islas se vuelven espacios idóneos
para el ejercicio de construcción de comunidades sustentables.
Sin embargo, los ecosistemas insulares también son altamente vulnerables.
En los últimos 400 años, de las 724 extinciones documentadas de especies
animales del mundo, el 61% ocurrió en islas (Tershy et al., 2015). A partir del siglo
XX, la biodiversidad insular ha enfrentado una intensa presión por la presencia de
EEI, modificación del hábitat y sobreexplotación, y se ha visto incrementada por el
cambio climático y la contaminación. Actualmente, un tercio de todas las especies
amenazadas de extinción del planeta, son especies de islas y se encuentran en
Peligro Crítico, la categoría más alta de amenaza de la Lista Roja de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Tershy et al., 2015). Por lo
anterior, a partir de la primera década del siglo XXI, las islas han sido objeto del
mayor interés en las políticas globales y acuerdos internacionales que tienen que
ver con la atención a los desafíos ambientales contemporáneos.

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RedPOP

Al igual que la mayoría de las islas del mundo, las islas mexicanas son sitios
críticos a nivel global pues concentran nueve veces más especies endémicas por
unidad de superficie que la porción continental del país. En ese sentido, el manejo
y conservación de las islas de México es clave para la consecución de, al menos,
cuatro objetivos y nueve metas de los ODS (tabla 1). En particular, las islas
mexicanas representan el espacio más decisivo a nivel nacional para el logro de la
meta 15.8, que consiste en “adoptar medidas para prevenir la introducción de
especies exóticas invasoras y reducir significativamente sus efectos”, considerando
la factibilidad e impacto de su implementación.

Tabla 1. Alcance de los trabajos de conservación de islas mexicanas, en


torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Objetivo Meta
Objetivo 13: 13.1 Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos
Acción por el relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países.
clima 13.3 Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e
institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación
a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.
Objetivo 14: 14.2 Gestionar y proteger sosteniblemente los ecosistemas costeros.
Vida submarina 14.5 Conservar al menos el 10% de las zonas costeras y marinas, de
conformidad con las leyes nacionales y el derecho internacional y sobre
la base de la mejor información científica disponible.
Objetivo 15: 15.2 Incrementar la forestación y la reforestación.
Vida de 15.3 Luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos
ecosistemas degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación.
terrestres 15.5 Adoptar medidas urgentes y significativas para reducir la
degradación de los hábitats naturales.
15.8 Adoptar medidas para prevenir la introducción de especies exóticas
invasoras y reducir significativamente sus efectos.
Objetivo 17: 17.17 Fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las
Alianza para esferas públicas, público-privada y de la sociedad civil.
lograr los
objetivos
Fuente: elaboración propia.

Aunque en México se ha reconocido el extraordinario valor de sus islas en


términos de biodiversidad y recursos naturales, y a la fecha prácticamente la
totalidad de las islas mexicanas se encuentra protegida por el Gobierno Federal
dentro de alguna categoría de Área Natural Protegida (ANP), la presencia de EEI

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

en islas continúa siendo un problema mayor. La historia de las islas mexicanas tiene
una faceta penosa pues de 24 extinciones confirmadas de vertebrados terrestres en
todo el país, 21 extinciones ocurrieron en islas; 17 de éstas (71%) fueron
ocasionadas por especies exóticas invasoras, particularmente por rata negra y gato
feral. Para atender la problemática, y bajo un esquema de colaboración entre
instituciones gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil (principalmente
el Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C.), la academia y fundaciones
nacionales e internacionales, en los últimos años se han implementado acciones de
restauración que han protegido a muchas especies en las islas mexicanas.
Siguiendo la misma estrategia que se utiliza en la mayor parte de las islas del
mundo, el primer paso para la restauración insular ha sido el manejo de dichas
especies dañinas a través de su control o erradicación (Aguirre-Muñoz et al., 2011).
En ese tema, México se encuentra a la vanguardia, habiendo logrado proteger,
hasta ahora, un total de al menos 206 especies, entre mamíferos, aves, reptiles y
plantas endémicas, las cuales se han librado de la seria amenaza que
representaban ciertas especies invasoras, particularmente mamíferos (ratas, gatos,
cabras, entre otros); como resultado, hoy en día 227 colonias de 31 especies de
aves marinas se encuentran en recuperación.
Pero el trabajo aún no termina. En México sigue latente la amenaza de 83
poblaciones de mamíferos invasores en 34 islas, donde hay decenas de especies
en peligro de extinción. Aunado a ello, hay un alto porcentaje de probabilidad de
sufrir nuevas introducciones o reintroducciones de especies invasoras en islas
donde ya habían sido removidas, además del hecho de que, con la globalización y
la movilización vertiginosa de personas y bienes a lo largo del mundo, el riesgo de
nuevas introducciones de especies ha incrementado (Early et al., 2016), puesto que
cada desplazamiento representa un medio de transporte o vector para las EEI. Y
aunque las ciencias ecológicas pueden aportar información valiosa sobre los
impactos de las invasiones biológicas, es necesario tener en cuenta que, dada su
naturaleza, las EEI deben abordarse desde un punto de vista social (Avendaño-
González, 2015). En ese sentido, existe un gran reto como país pues la importancia
de las islas es reconocida sólo por un pequeño sector de la sociedad. Por ello, una

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RedPOP

de las más grandes asignaturas pendientes es que la sociedad mexicana las valore
y contribuya a su conservación, y que los actores directamente vinculados a las islas
formen una red de comunicación, colaboración y acción, con el objetivo de evitar la
introducción o reintroducción de especies invasoras. Un factor crucial para lograrlo
es implementar medidas de bioseguridad insular, enfocadas en prevenir y detectar
tempranamente EEI. Ello depende no sólo de la actuación oportuna de las
autoridades, sino del apoyo y cooperación de diversos sectores de la sociedad, para
lo que se requiere contar con y difundir información actualizada y confiable que
permita entender el contexto de la problemática y que sea accesible para los
diferentes usuarios o habitantes, en este caso, de las islas (CANEI, 2010).
De esta manera, la problemática de las especies invasoras en islas incide en
varios grupos sociales que deben involucrarse en su manejo. Se trata de una
cuestión socioambiental compleja ya que requiere de la comunicación, coordinación
y colaboración de muy diversos actores para lograr una gobernanza ambiental
efectiva. Sólo de esa forma los resultados alcanzados hasta ahora podrán ser
duraderos. Es aquí donde la divulgación de la ciencia, la comunicación y la
educación ambiental, han emergido como herramientas nodales para la creación,
socialización e implementación de políticas socioambientales enfocadas en el
desarrollo e implementación de un Plan Nacional de Bioseguridad Insular, con lo
cual se contribuirá destacadamente al alcance de la meta 15.8 de los ODS.

3. Comunicación y Bioseguridad Insular: Participación y socialización de


estrategias socioambientales para la gobernanza de las islas mexicanas
La bioseguridad insular se define como el conjunto de medidas y acciones
para prevenir la introducción de especies invasoras a las islas y es un componente
clave para mantener las islas libres de EEI en el largo plazo. Los programas de
bioseguridad insular intentan prevenir la introducción y el establecimiento de las
especies exóticas invasoras, y llevar a cabo acciones cuando se detecta la
introducción de una especie invasora (Matos et al., 2018). Esto requiere de un
enfoque estratégico e integral (Hodges y Stocks, 2011), pues plantea diferentes
niveles de acción. Uno tiene que ver con la existencia de instrumentos políticos y

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

legales tales como planes de manejo, reglamentos y leyes que aporten el sustento
jurídico que requiere la actuación ante las EEI. Otro tiene que ver con la tecnología
existente para su aplicabilidad (Simberloff, 2002) y, finalmente, otro nivel de acción
tiene que ver con su implementación y supervisión, por parte de habitantes, usuarios
y autoridades. Con respecto a esto último, debido a las diferencias entre contextos
y al alto grado de incertidumbre que implica el manejo de las EEI, no existe aún un
marco de trabajo unificado sobre cómo desarrollar la colaboración y comunicación
entre actores (stakeholders) para prevenir, detectar y controlar las EEI, aunque más
recientemente se han ido desarrollando ciertas propuestas teóricas sobre cómo
facilitar mecanismos participativos de tomas de decisión, de comunicación y de
manejo en torno a las EEI (Liu y Cook, 2016).
La mayor parte de los trabajos de investigación realizados en distintas partes
del mundo en torno a las medidas y acciones para prevenir la introducción de EEI,
se ha enfocado en aspectos técnicos de las invasiones biológicas y su erradicación
o control (Liu y Cook, 2016), aunque cada vez más se hace evidente la importancia
de estudiar los conocimientos, valores y actitudes de los actores involucrados (Reed
y Curzon, 2015). También, se ha relacionado el tema de la bioseguridad con la
denominada Comunicación del Riesgo, y se ha enfatizado la importancia de
incorporar las múltiples percepciones sociales sobre las EEI y su manejo (Mills et
al., 2011; Shackleton et al., 2018). Especialmente en países histórica y gravemente
afectados por las EEI, como Australia y Nueva Zelanda, la bioseguridad insular ha
sido promovida a la par de las campañas de erradicación en marcha, y se han
establecido esquemas consolidados de atención a la problemática. Allí, el tema es
permanente y se encuentra asumido tanto por las autoridades como por la sociedad
civil. En México, en cambio, como en la mayoría de los países de la región
latinoamericana, apenas ha comenzado a abordarse: es un tema relativamente
nuevo y a veces cuestionado.
Puede afirmarse que la investigación académica en torno a la comunicación
y difusión del tema ha sido reciente y es un campo que se encuentra en
construcción, por lo tanto, existen pocos planteamientos teóricos sobre la cuestión.
Una de las naciones latinoamericanas que más ha avanzado en ese sentido es

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Argentina, donde se ha elaborado una Estrategia de Comunicación y


Concientización Pública de la Estrategia Nacional de Especies Exóticas Invasoras,
como parte de un proyecto de fortalecimiento de la gobernanza para la protección
de la biodiversidad (MADS, 2017). De acuerdo con la investigación realizada en
dicha Estrategia, un insumo fundamental para el logro de los objetivos de cualquier
programa de bioseguridad, a nivel público, es contar con un panorama del nivel de
conocimiento y percepción social sobre las EEI. También es importante realizar
evaluaciones actitudinales hacia la participación en materia de gestión ambiental de
las EEI, y por otra parte analizar cómo comunican los medios la problemática.
Pero, además de la comunicación a nivel público (divulgación masiva), un
esquema efectivo de bioseguridad insular involucra más específicamente a todos
aquellos quienes se relacionan cotidianamente con el manejo y gobernanza de las
islas, incluyendo instituciones de gobierno, instituciones académicas y de
investigación, comunidades locales y organizaciones de la sociedad civil. Para
efectos de este trabajo, y considerando que existen numerosas definiciones y
propuestas teóricas sobre su significado, aquí nos referimos a la gobernanza como
el complejo mecanismo de interacciones formales e informales que tienen que ver
con el diseño y ejecución de normas, valores, procedimientos y prácticas que
configuran el acceso, control y uso de los recursos naturales entre actores
diferentes, a través de diferentes escalas, impulsados por factores ecológicos y
sociales (Reed y Curzon, 2015). En términos de difusión del conocimiento, de
popularización de la sustentabilidad y de socialización de políticas
socioambientales, el gran desafío comunicativo de la bioseguridad insular es que
implica interacciones multi e intersectoriales, interinstitucionales e
interjurisdiccionales, pues requiere de una amplia cooperación y el compromiso de
los diversos actores sociales e instituciones involucradas, así como del entrecruce
de diversas disposiciones legales. En el caso de la experiencia mexicana, que
exponemos a continuación, la articulación y comunicación entre actores se plantea
a través de un marco de manejo participativo y adaptativo, cuyas características son
que debe involucrar a todos los actores y ser flexible, para permitir cambios en la
forma en que instituciones y grupos sociales operan, de manera que se alcancen

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

los objetivos planteados, tomando en cuenta las necesidades y prioridades de los


diversos actores (Cook et al., 2010)

4. Ruta hacia un Plan Nacional de Bioseguridad Insular: La comunicación


como medio y herramienta clave
La experiencia en torno al logro de un componente fundamental para la
sustentabilidad de las islas mexicanas —la conservación de su biodiversidad a
través de la bioseguridad insular —, se ha construido a través de distintas fases: a)
consolidación de un marco legal que la arrope y da fundamento; b) elaboración de
un diagnóstico de los actores clave vinculados a las islas mexicanas; c) procesos
participativos de formulación de protocolos de bioseguridad insular para distintas
regiones de México; d) Actividades de educación ambiental y elaboración de
materiales diversos de popularización para difundir el conocimiento sobre las EEI y
las medidas de bioseguridad. En cada una de estas fases, la difusión y
comunicación del conocimiento han sido trascendentales para el alcance de los
objetivos planteados y para la formulación de un Plan Nacional de Bioseguridad
Insular.

a) Consolidación del marco legal


Como respuesta al programa de trabajo sobre la diversidad biológica de las islas
del CDB, cuyo objetivo general era la conservación de la diversidad biológica de las
islas a través de programas nacionales, México, a partir de procesos de planificación
participativa, en los que participaron instituciones gubernamentales, instituciones
académicas, sociedad civil organizada y comunidades, inició con la formulación de
políticas públicas en torno al tema. En un proceso participativo coordinado la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), a
través del Comité Asesor Nacional sobre Especies Invasoras conformado por
diversas dependencias de gobierno, instituciones académicas y organizaciones de
la sociedad civil, se desarrolló de 2008 a 2010, la Estrategia Nacional de Especies
Exóticas Invasoras (ENEEI), como respuesta a la necesidad de contar con una guía
para enfrentar de manera estratégica y coordinada los retos que representan las

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RedPOP

especies exóticas invasoras. Por otro lado, en el 2012 se publicó la Estrategia


Nacional para la Conservación y el Desarrollo Sustentable del Territorio Insular
Mexicano (ENTIM), primera en su tipo en el mundo. La Estrategia se desarrolló de
manera participativa a lo largo de tres años, y surgió por la necesidad e interés de
incorporar e integrar el conocimiento actualizado que se tiene del territorio insular
mexicano con miras a su aprovechamiento sostenible.
Ambas estrategias, la relativa a las Especies Exóticas Invasoras, y la
Estrategia del Territorio Insular Mexicano, consideran la necesidad de atacar la
problemática de las EEI para que las acciones de conservación y restauración que
se han venido llevando a cabo en las islas mexicanas desde hace más de 20 años,
perduren en el largo plazo. Por ello, como parte esencial de ambas estrategias se
plantean mecanismos para que en el año 2030 todas las islas estén libres de
mamíferos exóticos, entre los que están el prevenir y reducir los riesgos de
introducción de EEI. Así, el objetivo de desarrollar un Plan Nacional de Bioseguridad
Insular (PNBI) tomó relevancia y fuerza en nuestro país. Sin lugar a dudas, la
comunicación entre actores y la divulgación del tema, se señalaron e incorporaron
como dos aspectos transversales y esenciales para cada uno de los ámbitos de las
dos estrategias y, necesariamente del PNBI a formular.

b) Diagnóstico de actores clave


La implementación efectiva de las medidas de bioseguridad requiere del
involucramiento y participación coordinada de las autoridades de gobierno y de las
comunidades usuarias de las islas. A esto se suma la naturaleza polémica de los
riesgos de introducción de EEI y la necesidad de cambios de hábito y de
comprender las estrategias de dispersión de las especies y enfermedades
emergentes a través de diversos sectores de la población. Todos estos elementos
implican que el no representar adecuadamente a los diversos actores sociales
puede convertir los programas de bioseguridad en situaciones de conflicto y
llevarlos al fracaso (Reed y Cuzon, 2015). En consecuencia, es crucial identificar y
representar sistemáticamente a todos los actores clave en el diseño de un plan de
bioseguridad, que requiere la participación y comunicación activa de los

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

involucrados. Sin una representación justa de todos los sectores, el resultado de


cualquier proceso de implementación de medidas bioseguridad puede carecer de
legitimidad y ser cuestionado por grupos que se sintieron excluidos, creando
conflictos e incrementando los costos. Además, el desarrollar un plan de
bioseguridad, con fuentes de conocimiento tanto científicas como de las
comunidades locales, enriquece la información acerca de los riesgos y dispersión
de las EEI, y de los mecanismos necesarios para implementar las medidas de
bioseguridad.
Por lo expuesto anteriormente, la estrategia que se ha seguido hasta ahora
se ha basado en una planeación social participativa, identificando en primera
instancia los actores clave, primarios y secundarios, específicos para cada isla o
conjunto de islas, según sea el caso, así como la relación que éstos tienen con el
entorno, con los diversos actores y el papel que juegan dentro de la bioseguridad
insular (figura 1). Esto, ha permitido que el trabajo desarrollado integre el panorama
y el conocimiento de los usuarios de las islas y que a su vez se promueva la
apropiación de los mismos por parte de las comunidades locales y autoridades.

c) Proceso participativo para la formulación de Protocolos de Bioseguridad


Insular
Con la finalidad de que los mecanismos propuestos por la ENEEI en torno a
la bioseguridad insular se implementasen, en el 2015, diversos actores,
encabezados por la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la
Biodiversidad (CONABIO) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(CONANP), presentaron el proyecto denominado “Fortalecer las capacidades de
México para manejar especies invasoras a través de la implementación de la
Estrategia Nacional sobre Especies Invasoras”, que obtuvo financiamiento del
Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), a través del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), proyecto ahora
conocido como “GEF-Invasoras”. La implementación de la ENEEI se desarrolla en
áreas prioritarias de conservación por su biodiversidad y vulnerabilidad, que
además sustentan ecosistemas relevantes a nivel global (Born-Schmidt et al., 2017).

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RedPOP

Estos sitios son nueve Áreas Naturales Protegidas (ANP) en continente y seis en
islas. Para elegir las islas piloto se tomó como base un análisis de prioridades para
la restauración de las islas de México (Latofski Robles, 2012).

Tabla 2. Islas piloto seleccionadas para el desarrollo de Protocolos de


Bioseguridad Insular
Isla/Archipiélago Área Natural Protegida
Isla Socorro Parque Nacional Revillagigedo, en el Pacífico
transnacional mexicano
Isla Guadalupe Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe, en el
Pacífico mexicano
Complejo Insular San Benito Reserva de la Biosfera Islas de Pacífico de la
Península de Baja California,
Complejo Insular Espíritu Santo Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo
de California, en el Pacífico mexicano
Arrecife Alacranes Parque Nacional Arrecife Alacranes, en el Golfo de
México (5 islas)
Banco Chinchorro Reserva de la Biosfera Banco, en el Mar Caribe
Chinchorro (4 cayos)
Fuente: elaboración propia, 2019.

Figura 1. Ubicación geográfica de las islas donde se desarrollan proyectos


de Bioseguridad Insular

Fuente: elaboración propia, 2019.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Gracias a su experiencia y labor previa en restauración de islas, el Grupo de


Ecología y Conservación de Islas (GECI) fue seleccionado como el encargado de
impulsar las estrategias de manejo de las EEI en ecosistemas insulares. El esfuerzo
se enfocó hacia la proactividad, es decir, otorgando relevancia a la necesidad de
prevenir, lo que exige construir de manera efectiva una estrategia y protocolos
contextualizados de Bioseguridad para cada tipo y grupo de islas. Actualmente, el
PNBI para islas es liderado por la CONABIO, CONANP y GECI, con la colaboración
estrecha de la Secretaría de Marina (SEMAR), las comunidades locales insulares y
costeras, y usuarios diversos de las islas. De esta manera, GECI ha trabajado en
conjunto con dichos actores para desarrollar una serie de prácticas preventivas o
Protocolos de Bioseguridad Insular (PBI), específicos para las condiciones y
características de cada isla y cada comunidad asociada, con el objetivo de evitar la
introducción de EEI a las islas de México. De manera complementaria, se han ido
desarrollando métodos de detección temprana y respuesta rápida para actuar de
manera eficaz y coordinada con los actores clave, en caso de alguna introducción.

Figura 2. Presentación sobre Bioseguridad Insular durante un taller


participativo y resultado de los trabajos realizados durante el mismo

Fuente: © GECI, 2015.

El primer paso importante para la introducción del tema y la elaboración de


los primeros borradores de Protocolos de Bioseguridad Insular, fue un Taller de
Bioseguridad Insular dirigido a administradores, guardaparques, cooperativas

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RedPOP

pesqueras y usuarios de diversas Áreas Naturales Protegidas insulares, de las


diferentes regiones del país, en 2014. A partir de entonces, y de un intercambio de
experiencias muy enriquecedor, todos los PBI se han desarrollado con el
involucramiento de los usuarios de las islas desde un inicio, a través de talleres
participativos. De esta manera, las medidas bioseguridad a implementar están
consensuadas y validadas por los mismos usuarios, lo que incrementa la
apropiación del proyecto. Cada uno de los talleres realizados para la formulación de
los PBI ha representado un medio de difusión del conocimiento, comunicación y
sensibilización, que ha dado fruto en el cambio de percepción de las personas ante
la problemática de las EEI.
Además del proyecto GEF-Invasoras, durante el 2017-2018, la CONANP y el
PNUD, en coordinación con GECI, y con financiamiento de GEF-Resiliencia,
implementó el proyecto “Elaboración de un Protocolo de Bioseguridad para prevenir
la introducción de especies exóticas invasoras en la Región de las Grandes Islas en
el Golfo de California, para conservar y aumentar la resiliencia de los ecosistemas
insulares ante los efectos del cambio climático” en seguimiento a la estrategia de
bioseguridad y manejo de especies exóticas invasoras identificada como prioritaria
para el Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC) para la Región de las
Grandes Islas (RGI). Este protocolo se desarrolló de manera participativa con el
involucramiento de ocho comunidades del Golfo de California, usuarias de las islas
de Región y actores clave para su gobernanza, como es el caso de Isla Tiburón y la
comunidad Com caác, representantes de diversas dependencias estatales de
Sonora y Baja California, así como de dependencias federales. En el otro extremo
del país, también en el 2018, GECI, en coordinación con el Municipio de Cozumel y
la CONANP, llevó a cabo el proyecto “Formulación Participativa del Protocolo de
Bioseguridad de Isla Cozumel”, financiado por el Fondo para el Sistema Arrecifal
Mesoamericano (MAR Fund, por sus siglas en inglés) y el Fondo Mexicano para la
Conservación de la Naturaleza (FMCN). La formulación de este proyecto contó con
la participación de alrededor de 100 personas pertenecientes al sector público,
privado, académico y sociedad civil organizada.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

d) Actividades de educación ambiental y producción de materiales de difusión


Para que los protocolos y las medidas de bioseguridad insular se conozcan y se
vuelvan un hábito, principalmente entre aquellos que viven en las islas o que las
visitan frecuentemente, la educación ambiental es esencial. Por ello, todo el proceso
descrito anteriormente, ha sido acompañado de pláticas informativas, proyectos
educativos en escuelas, programas de educación a través del arte y eventos de
cultura ambiental en las comunidades. Paralelamente, se ha producido una amplia
gama de materiales de divulgación: posters, folletos, calcomanías, señalización,
productos textiles, videos y cápsulas (muestras en las figuras 3 y 4). El acervo
aumenta año con año, a la vez que se identifican nuevas necesidades y
oportunidades para diseñar y producir material diferente. La recepción del material
por parte de las autoridades y de las comunidades, ha resultado favorecedora,
aunque aún no se ha evaluado formalmente.

Figura 3. Carátulas de videos documentales producidos,


en los cuales se aborda la bioseguridad insular

Fuente: elaboración propia, 2016.

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RedPOP

Figura 4. Ejemplos de materiales impresos producidos para difundir el tema


de la Bioseguridad Insular en distintas islas del país

Fuente: elaboración propia, 2016.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

5. Logros a la fecha y el camino a seguir


Como resultado de las distintas fases y actividades descritas arriba, a la fecha
México cuenta con ocho Protocolos de Bioseguridad Insular, elaborados de manera
participativa. Aunado a esto, se han integrado Comités de Bioseguridad Insular, en
el seno de los Consejos Asesores de las Áreas Naturales Protegidas que están
conformadas por islas, con los diversos actores involucrados. La función de dichos
Comités de Bioseguridad es evaluar la implementación de los PBI y asegurar la
permanencia de éstos sin que dependan de alguna OSC o proyecto en específico.
Los procesos participativos desarrollados han implicado una serie de estrategias de
comunicación que van de pláticas informativas, talleres de planeación, talleres de
capacitación para autoridades, cooperativas pesqueras y operadores turísticos
relacionados con las islas, hasta la coordinación interinstitucional en materia de
bioseguridad insular y la colaboración binacional (con Estados Unidos). Todo ello
forzosamente se ha sostenido a partir de un trabajo continuo con cada uno de los
actores, con el objetivo principal de que las acciones de restauración perduren en
el largo plazo.
Queda claro que crear y fortalecer capacidades entre todos los actores clave
que están involucrados con el uso y manejo de las islas, es fundamental, y hasta
ahora, podemos afirmar que a través del camino andado se han desarrollado
espacios de diálogo para promover la participación de los diferentes actores
interesados en el tema de las EEI en islas. El involucramiento de la sociedad en
este tema y la legitimación social de los grupos vinculados con las islas mexicanas,
es un desafío complejo que requerirá de un largo trayecto, que ya está en marcha.
La concientización pública, como un primer paso, para prevenir y gestionar de
manera eficaz las invasiones biológicas, es fundamental. En este sentido, una de
las tareas pendientes es desarrollar estudios sobre las percepciones sociales de las
EEI y su manejo en islas. Sólo así se podrá avanzar hacia un cambio de actitudes
y comportamientos. Por otra parte, se ha reconocido que es importante en adelante
abordar la temática de una forma más profunda desde la educación formal, pues a
pesar de que las EEI representan uno de los mayores desafíos ambientales

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RedPOP

contemporáneos, no están suficientemente representadas dentro de los currículums


escolares.
El escenario por el que nos interesa trabajar, es aquel donde gobierno y
sociedad asuman sus respectivas responsabilidades y consoliden los resultados
positivos alcanzados. Proteger legalmente a las islas, apoyar su desarrollo
sustentable y la calidad de vida de sus comunidades locales, así como informar a la
sociedad acerca del valor de nuestras islas, son acciones esenciales para que lo
logrado se consolide. Se trata de un ejemplo muy especial, con resultados tangibles
y con un profundo mensaje para el país y el mundo. Sí es posible recuperar nuestro
mundo natural e ir construyendo en él ejemplos de sustentabilidad y gobernanza
ambiental. No todo está perdido, el esfuerzo vale la pena.

6. Agradecimientos
El trabajo de restauración insular que el Grupo de Ecología y Conservación
de Islas, A.C. realiza no sería posible sin una amplia red de colaboradores cercanos.
Particularmente para el trabajo en bioseguridad, le agradecemos a nuestros colegas
en CONABIO, CONANP y SEMAR, por todo el apoyo brindado; así como a las
comunidades locales que se han apropiado del tema. Los numerosos talleres
participativos y programas de educación ambiental han sido realizados con fondos
de GEF-Invasoras, GEF-Resiliencia, la Alianza WWF-Fundación Carlos Slim,
PROCER, MarFund, Fondo Mexicano para el Conocimiento de la Naturaleza, U.S.
Fish and Wildlife Service, National Fish and Wildlife Foundation, GIZ, así como el
financiamiento sostenido de la Fundación Packard y Fundación Marisla.

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RedPOP

V. Entrecruzamientos de la divulgación científica y el arte digital


hacia la sostenibilidad

Ana Carolina Robles Salvador, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad


Lerma, a.robles@correo.ler.uam.mx
Rodrigo Rosales González, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Lerma,
r.rosales@correo.ler.uam.mx

1. Introducción
En la cotidianidad de nuestras vidas la asimilación de conocimiento científico,
en sintonía con las prácticas tecnológicas para tomar decisiones que procuren la
sostenibilidad ambiental, recobra sentido al flexibilizarse las formas de producción
del conocimiento y su acceso por efecto de la digitalización de la cultura. El arte
digital y el museo municipal constituyen un caso de estos entrecruzamientos que
posibilitan otras formas de entender y divulgar a la ciencia para concientizar sobre
los daños humanos al entorno natural inmediato.
El primer paso en esta exploración fue seleccionar una postura teórica que
diera sentido a la elaboración de un ejercicio comunicativo que abrevara de tres
campos cognitivos distintos pero interconectados: la problemática ambiental, la
divulgación de la ciencia y el arte digital. Éste último fue el vector resultante
materializado en una obra digital interactiva exhibida en un museo municipal con lo
que se perfila una experiencia sistematizada de propuesta de divulgación científica.
El punto de partida de esta colaboración estriba en observar las
consecuencias del progreso tecnocientífico desde tres esferas: uno, la
transformación del espacio público de exhibición por efecto de la diseminación
tecnológica de aparatos de compartición de símbolos; dos, las consecuencias de
deterioro ambiental derivadas de esta evolución tecnológica; y, tres, las formas
emergentes de producir y comunicar la ciencia.
Por consiguiente, el objetivo de este trabajo es evidenciar la posibilidad de
divulgar la ciencia en el contexto de la cultura digital a través de estrategias

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

transdisciplinares. En concreto, concientizar sobre el daño ambiental en el entorno


inmediato de una comunidad.
Con el propósito de abordar este objeto tríadico, el esquema expositivo está
estructurado en cuatro partes. En la primera, se describe el polígono biocultural y
los desequilibrios entre tecnología y naturaleza producido por la intervención
inconsciente de los individuos ante su entorno que repercute en sus condiciones de
vida. En la segunda, se sostiene que los modelos de divulgación de la ciencia han
oscilado entre opuestos; antes de ser complementarios, prevalece el dominio de
uno sobre otro en función del despliegue tecnológico utilizado; la interacción
humana en la dimensión de la cultura digital ha modificado radicalmente esta
oposición. En la tercera se expone la mirada teórica y su conjunción con la
problemática experimentada por una comunidad municipal en México mediante un
artefacto. Y, en la cuarta, la elaboración de este último mediante la guía
metodológica de la metáfora, así como el análisis de sus resultados.

2. Sostenibilidad humana en los humedales


El discurso de la sostenibilidad acoge palabras cambiantes conforme los
conocimientos científicos se actualizan y los acuerdos internacionales se logran.
Son pequeñas diferencias para el lego, pero sustanciales para cuando uno repara
en los detalles. Mientras el término sustentabilidad refería a alcanzar una meta de
desarrollo económico estable y sensata ante la finitud de los recursos naturales,
ahora la sostenibilidad considera la adaptación y mitigación acciones urgentes a
tomar ante el cambio climático imprevisible para sostener la vida. Para la lengua
inglesa, sustainability es lo mismo, pero ante la proliferación de palabras se califica
agregándole environmental.
La sostenibilidad es un concepto comprendido en un discurso; de modo
sustancial advierte sobre el impacto de las actividades humanas en su entorno
debido a los procesos de crecimiento demográfico y sus formas de producción
económicas (Sánchez y Gándara, 2011). Toda vida en el planeta consume y
desecha; el énfasis se ubica en el trayecto del ser humano para sobrevivir, dejando
trazos: la huella ecológica.

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RedPOP

El binomio ciencia-tecnología caracteriza el “progreso” de la civilización


donde la eficiencia y optimización de recursos humanos, materias primas y
energéticos tienden a lograr máximas ganancias a través de la circulación del
dinero.
Estos circuitos de capital son acumulativos; estimulados por ciclos
reproductivos y extractivos del trabajo humano tecnificado. Ello significa una
secuenciación simplificada para producir riqueza: innovación → trabajo//consumo
→ desecho.
La capacidad del planeta de absorber la huella ecológica dio pie a reflexiones
sobre sus límites, principalmente en el período entre finales del siglo XX e inicios
del XXI. A raíz de la segunda guerra mundial, la maquinaria mundial de producción
de bienes y servicios inundó los mercados locales propiciando la competencia por
adquirir los recursos naturales y explotarlos en las mejores condiciones laborales
por parte de megaempresas. La globalización fue el resultado de este modo de
producción capitalista.
Más producción equivale a más desecho; y cuando no se atiende, el
problema también crece. Esta llamada de atención en forma de escandalosas
declaraciones de científicos prestigiados, tuvieron eco en los mass media
principalmente a mediados del siglo pasado, volviendo desde entonces a la ecología
un tema consuetudinario en la opinión pública. Un paso necesario para la toma de
conciencia de la población.
En este derrotero, La primavera silenciosa, de Rachel Carson (1962), Los
Límites del Crecimiento, del Club de Roma y la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Humano en Estocolmo (1972), el Informe Brundtland (1987), la
Cumbre de la Tierra en Río (1992), el Protocolo de Kioto (1997), La Cumbre del
Clima en París (2015), entre otras, han sido hitos del esfuerzo mundial por modificar
la era Antropoceno.
El discurso de la sostenibilidad repara, esencialmente, en conservar un ritmo
de crecimiento equilibrado entre población y producción. Un ideal aparentemente
contradictorio con la realidad hegemónica de la economía. En palabras de Enrique
Leff (1977), “es necesario que la sociedad en su conjunto cree, oriente, controle y

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

se apropie el conocimiento científico para incorporarlo en las estructuras productivas


que genere dentro de un nuevo modo de producción social” (p. 103).
Más aún, ello conlleva una participación ciudadana concientizada, promovida
a través de un marco jurídico adecuado y reforzada en planes y programas de
gobierno en todos sus niveles y sectores productivos donde la educación asume un
rol transversal (Gobierno Federal, 2019). En esencia este cambio de conciencia
transita por la esfera cultural.
En el plano del orden jurídico este discurso de la sostenibilidad ha quedado
sedimentado en actas internacionales resolutivas que a su vez han repercutido en
su institucionalización en los países suscritos. Así, entre la década de 1970 y 2000
se formaron y consolidaron las instituciones público federales concernientes con la
agenda ambiental en México (Guillén, 2007). En 2012, fue el segundo país en el
mundo en tener una Ley General de Cambio Climático.
No obstante, que en la actualidad se considera primordial conservar los
humedales del planeta debido a su eficiente cualidad de sumidero de carbono, es
desde 1971 que surge el primer acuerdo intergubernamental en Ramsar, Irán para
protegerlos. México se adhiere al convenio en 1986 y es en 2004 cuando las
Ciénegas de Lerma se suman a la lista vigente de los 142 sitios que colocan a
México en la segunda posición después de Reino Unido con 170
(http://archive.ramsar.org/pdf/sitelist_order.pdf).
Las Ciénegas de Lerma, en tanto humedales, “limpian aguas contaminadas,
evitan inundaciones y recargan los mantos acuíferos subterráneos; […] juegan un
papel muy importante como hábitats únicos que albergan una amplia variedad de
flora y fauna silvestre” (Sánchez y Gándara, 2011, p. 146); pero son
sobreexplotados por procesos de urbanización metropolitanos y por ser
abastecedores de agua limpia a la Ciudad de México.
La zona referida de los humedales, también conocida como la cuenca Alta
del Río Lerma, está constituida por los escurrimientos pluviales de las montañas
circundantes, así como la existencia de numerosos manantiales. (Ver figura 1). A
pesar de las graves tensiones históricas sobre sus servicios ambientales, se

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observa una fase prolongada de resiliencia que apunta a un potencial resurgimiento


(Patrick-Encina, 2016).

Figura 1. Tres Ciénegas de Lerma

Fuente: Zepeda Gómez, Lot Helgueras, Nemiga, y Madrigal Uribe, 2012.

En 1990 se forma la Comisión Coordinadora para la Recuperación Ecológica


de la Cuenca del Río Lerma por parte del gobierno estatal y en 2002, se decreta a
nivel federal Área de Protección de Flora y Fauna. En 2004 se agrega a la lista de
Ramsar como un humedal internacional importante. Estudios recientes advierten
sobre la necesidad de proteger los niveles de agua en el humedal como condición
esencial para su restauración (Zepeda Gómez, Lot Helgueras, Nemiga, & Madrigal
Uribe, 2012).

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

3. Divulgación científica digital


El sentido etimológico de divulgar es el de hacer pública una idea; para la
ciencia, extender el conocimiento científico. Esta simple acepción compromete otras
significaciones que oscilan según la institución que le procure, esencialmente entre
dos modelos: uno democrático y otro de déficit. (Lewenstein, 2003); (Vara, 2007).
Aunque ambos tengan un propósito particular que atender, coinciden en un
proyecto común: culturizar a la sociedad y economizarla hacia un fin utilitarista. En
apariencia, la distinción radica en el grado de participación que tengan los
involucrados durante el proceso de enseñanza-aprendizaje; pero, tiene otras
implicaciones además de las pedagógicas, principalmente políticas.
El hecho de que la divulgación científica sea un tema bisagra alrededor del
enorme desarrollo científico y tecnológico manifestado en este final de la primera
década del siglo XXI le coloca en un espacio de frontera. La crítica y los debates
suscitados por las implicaciones de la tecnociencia en el seno de la sociedad y en
el entorno ecológico alimentan tanto a la opinión pública como a las decisiones
políticas impactando en el diseño, planeación, predicciones y prospectiva del futuro
humano.
En México, uno de los principios orientadores de la Ley de Ciencia y
Tecnología (promulgada en 2010) es el de “[promover] la divulgación de la ciencia
y la tecnología con el propósito de ampliar y fortalecer la cultura científica y
tecnológica en la sociedad” (Congreso de la Unión, 2015, pp. 9, capítulo III, artículo
12, fracción XII).
Sobre esta base jurídica la investigación y el conocimiento científico
realizados en el país son materia prioritaria en las estrategias de la comunicación
de la ciencia. El espectro para cubrir es muy amplio: desde un extremo
caracterizado por la diseminación entre pares o público especializado; hasta el
opuesto, muy general, también llamado popular. En este balance, la divulgación se
descubre en medio: una actividad que aprehende los detalles del lenguaje de la
ciencia y lo hace accesible al entendimiento de legos.

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De aquí, se deduce la operación central del divulgador: en esencia, la de ser


un traductor. Por su parte, la definición que utiliza la Sociedad Mexicana de
Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt) es la de ser “una labor
eminentemente creativa que recrea el conocimiento científico para formar y
acrecentar la cultura científica del público” (Sánchez Mora, 1998, p. 54). Recrear el
conocimiento es traducirlo en formas textuales que transitan entre fronteras
disciplinarias. Más adelante, esta definición, tras reflexionar algunos años de
practicar la actividad quedó como sigue:
Una labor multidisciplinaria cuyo objetivo es comunicar, utilizando una
diversidad de medios, el conocimiento científico a distintos públicos
voluntarios, recreando ese conocimiento con fidelidad y contextualizándolo
para hacerlo accesible (Sánchez Mora, 2002, p. 306).
Como diría sencillamente el desaparecido Luis Estrada: “el propósito
fundamental de la divulgación de la ciencia es hacer del dominio público el saber
aportado por el estudio de la ciencia” (Estrada Martínez, 2017, p. 58). Y esto implica
saber adaptarse a las perturbaciones del medio ambiente.
En este escenario, la cultura digital es el entorno contemporáneo
caracterizado por la dinámica y flexible formación de redes sociales a través de las
cuales la comunicación tecnologizada se logra. La disponibilidad de instrumentos
comunicativos para el público y para el divulgador es diversa y heterogénea
condicionando los modos de relacionarse. El reto actual para el divulgador queda
asentado en el acto de diseñar estrategias accesibles y sincrónicas de enseñanza
sobre realidades cognoscibles.
La cultura digital no sólo se circunscribe a la esfera simbólica, más bien, como
resultado de la incorporación de dispositivos computarizados a las decisiones de la
vida cotidiana, extiende sus fronteras hacia dominios de representación
convencionales, difuminando los intercambios informativos producidos por los
núcleos epistémicos. El arte digital, la genómica, la mecatrónica, las ciencias de la
complejidad, entre otras, ilustran esta respuesta sistémica. Las disciplinas
académicas convergen en nuevos planes y programas donde se integra
conocimiento periférico y diverso sin alterar la unidad. De nueva cuenta, se constata

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

en la traducción una operación central de distribución sígnica, incluso simbólica, que


significa a la frontera.

4. La mirada sistémica
El planteamiento teórico fue resuelto concibiendo a la divulgación científica
inmersa en la cultura digital en términos sistémicos; es decir, diferenciando a la
sociedad en espacios de comunicación y, por ende, de producción de sentido. Para
efectos explicativos se recurre al concepto de semiosfera de Lotman (1996) operado
a través del texto, la frontera y la traducción, tal y como más adelante se detalla.
Entendida la cultura digital como semiosfera, las formas de comunicación en
ella establecidas obtienen un papel nuclear. Aunque las comunidades mantienen
hábitos, costumbres y comportamientos, esencialmente por mediaciones del
lenguaje, el traslape tecnológico ha flexibilizado sus configuraciones tradicionales.
En efecto, actualmente la condición de movilidad y la capacidad de decisión
individualizadas y fragmentadas son recombinadas y sincronizadas por la
tecnología digital privilegiando, por ende, en los espacios intersemióticos las
operaciones de compartición y traducción para lograr la comunicación.
De modo análogo, hoy estos sistemas son identificados en los procesos de
entrecruzamiento disciplinares. Al principio constituyen asuntos frontera; umbrales
sin identidad en estado de formación que permiten sedimentaciones posteriores y
distintas a los que les dieron origen, justo como ocurrió en el siglo XVIII con la
ciencia y el arte al separarse de la religión. Las ciencias de la complejidad son un
ejemplo de estos entrecruzamientos de semiosferas reflexivas situadas en la
frontera entre el arte, la ciencia y la tecnología. Para el caso presente, prácticas
culturales concretadas en la divulgación de la ciencia imbricada con el arte digital
en el entorno de la sostenibilidad.
En este escenario cultural también la iteración del conocimiento
especializado alcanza atributos innovadores al cruzar otros campos epistémicos.
Esta operación renueva los saberes disciplinarios cuando son comprobados,
refutados o adaptados a su existente entorno tecnosocial.

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Aquí podría percibirse una anomalía de tipo kuhniana; en cierta medida lo es.
La perturbadora idea de utilizar al arte digital como medio para comunicar ciencia,
si bien no es nueva, sí recobra fuerza al ubicarse en la frontera descrita en los
párrafos precedentes (Wilson, 2002). Por último, hay que destacar el momento
reflexivo en el proceso de producción de conocimiento científico ultraespecializado
que la divulgación procura y lo identifica; cuando se observa el camino a seguir;
cuando al tomar conciencia, se humaniza.
En este contexto, el humedal es pensado como un objeto entramado en un
continuum donde interactúa con otros en forma de procesos en distintos niveles de
organización. Esta consideración conceptual permite abordar teóricamente, el
proceso de formulación y socialización de planteamientos que responden a
hibridaciones disciplinares como en el caso de la sostenibilidad, la divulgación de la
ciencia y el arte digital. Se trata, entonces, de una visión sistémica de la cultura
resultado, en principio, de la proyección analógica del concepto biosfera elaborado
por Vernadsky (1997) a la semiótica de la cultura bajo el concepto de semiosfera
(Lotman, 1996).
Sin embargo, el concepto de semiosfera no se agota en la analogía. Lotman
(1996) delinea sus características básicas en atención a un sistema abierto, de
atributos materiales y abstractos (pp.10-25). Para los fines de este trabajo, se
enfatiza en cuatro características básicas de la semiosfera, a saber:
1. La delimitación de la semiosfera está dada por la frontera (Lotman, 1996, p.
12), constituida por un conjunto de puntos que pertenecen simultáneamente
al interior y al exterior de la semiosfera. La frontera es un filtro por el que
ingresan, textos de otras semiosferas. En este sentido, los lenguajes operan
como tamiz a manera de traducción. Lotman concibe a la frontera como “la
suma de los traductores-«filtros» bilingües […] un texto se traduce a otro
lenguaje (o lenguajes) que se halla fuera de la semiosfera dada” (Lotman,
1996, p. 13). La frontera es un mecanismo bilingüe de traducción de textos
externos al lenguaje interno. Este mismo autor explica la semiosfera como
un espacio cerrado para poder entender su condición de apertura. En el autor
ruso, el uso de binarismos adquiere un carácter metodológico. Así, sostiene

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

que la semiosfera es un espacio cerrado en sí mismo pues solo dentro de él


son posibles los procesos comunicativos, así como la producción de nueva
información. Es cerrada en tanto que en su interior se identifican prácticas,
textos, lenguajes, sujetos que le son propios, dotándole de identidad debido
a la homogeneidad de su interior, especialmente de su llamado núcleo.
Pensar a la semiosfera como un espacio cerrado pero poroso, tiene una
finalidad estructural, pues la producción de sentido sucede en el intercambio
entre sujetos, para ello deben compartir lenguaje y textos, de modo que
dentro de ella no pueden circular textos alosemióticos o no-textos que son
textos construidos con lenguajes externos a esa semiosfera.
La frontera es un espacio del adentro y del afuera, un lugar de intersecciones,
por ello tiene otra función: alojar procesos acelerados. En tanto periferia, los
intercambios ocurren con mayor intensidad. Los textos traducidos
eventualmente interactúan con las partes más homogéneas de la semiosfera
para dirigirse a sus estructuras nucleares y sedimentarse.
2. Por su parte, el lenguaje es una estructura cerrada, un sistema de signos que
sirve como base para la creación de textos. Atiende a reglas propias con la
base de otra lengua: la natural. Lotman sostiene que todo lenguaje tiene
como requisito la preexistencia de una lengua natural sobre la cual, el
segundo (lenguaje secundario) pueda levantarse. En otras palabras, se
requiere de una base comunicativa ampliamente compartida que permita
construir, a partir de ella, un lenguaje secundario que sea propio de una
semiosfera determinada. Un lenguaje es un sistema modelizante que
estructura y organiza la generación de textos mediante reglas de
combinación de signos (Lotman, 1982, p. 18).
3. El texto cumple la función de un mensaje (Lotman, 1996, p. 54). Es, también,
la memoria de la cultura pues en su creación se hallan marcas de la
estructura de la semiosfera, atiende a un principio hologramático. De modo
que la cultura es un texto hecho de textos; o bien, un macrotexto.
Análogamente, las semiosferas participantes de la cultura (o macrosistema)
son constituidas por textos desarrollados en lenguajes secundarios. Lotman

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RedPOP

comenta que un texto, al circular en la semiosfera puede convertirse en una


avalancha de textos (1982, p. 18). Es decir, en el fenómeno comunicativo, un
texto, al entrar en contacto con los sujetos, se multiplica al incrementarse sus
lecturas, cada sujeto hará su propia traducción. Incluso los textos se
actualizan al pasar de un contexto a otro (Lotman, 1996, p. 55). De tal suerte,
el equívoco es la condición de la comunicación, aunque existe un margen de
similitud proporcionado por la compartición del lenguaje, sus códigos y el
espacio de sentido.
4. De este modo, la traducción es un mecanismo por el cual un texto de otro
tiempo o espacio de producción de sentido se incorpora a otro. Esto sucede
por relaciones de reciprocidad, equivalencias, implica un isomorfismo.
Involucra una aproximación al texto original por lo que podría pensarse que
en la traducción hay algo de creación ya que no todo puede ser traducido.
Desde la perspectiva sistémica, lo intraducible opera como la entropía que
interviene en la vida del sistema.
Este mecanismo transforma la no-comunicación externa en comunicación.
Semiotiza el afuera, le dota de sentido. El afuera es también aquello que no
ha sido expresado, lo inexistente (extrasemiótico) en la vida social.
Los cuatro elementos descritos permiten visualizar el caso, que se presenta
como un problema complejo pues exige observar en el polígono biocultural, un
entramado de relaciones que van de la experiencia vivida a la comunicabilidad del
impacto, pasando por saberes disciplinarios como la sostenibilidad, la divulgación
de la ciencia y el arte digital. Así, la propuesta de socialización es el resultado de
múltiples traducciones: los datos sobre el humedal comparados con los
planteamientos de la sostenibilidad para luego, seleccionar y dar forma a una
metáfora que opere en la divulgación científica con apoyo del arte digital. Tal
conjunción tendría la capacidad de comunicar la premisa con la menor pérdida de
información en un contexto específico: el museo municipal.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

5. Construcción de la metáfora
Una vez delimitado el asunto desde el horizonte teórico, es posible aclarar la
ruta metodológica. Los pasos que conducen a la elaboración de la propuesta y su
evaluación se convierten en un transitar entre saberes; que por su especialización
en los lenguajes y en las prácticas, se reconocen como semiosferas.
La metáfora se concibe como un empalme de campos conceptuales
construido sobre la base de la experiencia colectiva (Lakoff y Johnson, 2009, pp.
56-57), en el conocimiento compartido por medio de textos. De ahí la posibilidad
que tiene la traducción para producir sentido como resultado del entrecruzamiento
de semiosferas. Sobre la base de la experiencia común se desarrolla la propuesta.
El conocimiento compartido entre semiosferas, en distintos lenguajes y
textos, en mayor o menor medida es sobre: el medio ambiente, los lugares
recorridos para recoger datos, las opiniones sobre la contaminación (recopiladas en
un sondeo que sirvió para adentrarse al problema situado), las investigaciones
consultadas, la experiencia de un espacio social digitalizado que atraviesa lo
simbólico y lo geográfico. Mismos que, una vez organizados, se convirtieron en
insumos para elaborar una traducción que derivó en la creación de un texto.
El texto fue la resultante de los empalmes, las relaciones, las equivalencias,
las concatenaciones de los ejes conceptuales constituyentes del problema: la
sostenibilidad, la divulgación científica y el arte digital interseccionados por el estado
del humedal. De tal modo, las semiosferas que entran en juego en este transitar
metodológico se sintetizan en la divulgación situada.
A partir de lo anterior, los esfuerzos se encaminaron hacia la traducción con
la creación de un texto visual-corporal en un lenguaje compatible con lo cotidiano,
lo artístico digital y la sostenibilidad. De lo anterior, se identifica que dicha síntesis
es ocupada por la semiosfera de la divulgación de la ciencia, en particular de sus
prácticas periféricas; en la teoría corresponde a prácticas fronterizas. Es
conveniente recalcar que tal superposición contribuyó a encontrar el término que
condensa las posibilidades de traducción en los enclaves descritos: trastocamiento;
es decir: la perturbación de la acción individual en el entorno biocultural.

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El reconocimiento de dicho término en cada semiosfera exigió una revisión


de las posibilidades tanto de traducción como de factura de la metáfora
materializada en el texto-artefacto. Así, el resultado fue una instalación digital
interactiva que conjuntó imágenes fotográficas del humedal en sus estados binarios
preservación/deterioro. El canal visual se concretó en una imagen perpetua tipo
mosaico que alternaba las fotografías binarias. (Ver figura 2)

Figura 2. trasTocar. Mosaico visible


mientras no hay participación del visitante

Fuente: archivo propio, Ana Carolina Robles, 2018.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Hasta ahora se tenía una imagen estática, había que explorar las posibles
interacciones suscitadas por el despliegue corporal. La experimentación incluyó el
uso de sensores de movimiento, distancia y presencia. La guía que orientó la
decisión de optar por un instrumento de mapeo de la corporalidad fue la capacidad
de metaforizar el trastocamiento. La metaforización es una acción que involucra la
traducción.
Perelman (1986) sostiene que la metáfora funciona como una analogía
condensada, esto es que un texto en su lectura-traducción da lugar a múltiples
asociaciones; a su vez, provoca una condensación de significados. Aunado con el
planteamiento de Lakoff y Johnson sobre los sistemas metafóricos con los que
vivimos, la metáfora es un texto que abreva de campos o, como en este caso, de
semiosferas distintas mediante la equivalencia.
El trastocamiento, volcado en un artefacto, consistiría en una metáfora
ontológica. Lakoff y Johnson (2009) la explican como
[…] formas de considerar acontecimientos, actividades, emociones, ideas,
etc., como entidades y sustancias. Las metáforas ontológicas sirven a efectos
diversos, y los diferentes tipos de metáforas reflejan los tipos de fines para
los que sirven (64).
En este caso, sirve para comunicar los efectos de la contaminación de origen
antropogénico. Así, la tarea de construir un texto donde el ser humano sea
presentado como ente que genera perturbaciones en los sistemas biológicos
aprovechando el uso de sensores para el registro del despliegue corporal, condujo
a la realización de un ejercicio de programación que mapea la silueta del individuo
y por medio de algoritmos, la proyecta en la pantalla distorsionando la imagen
original. (Ver figuras 3 y 4).

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RedPOP

Figura 3. trasTocar. Alteración de la imagen mediante


el registro del despliegue corporal

Fuente: archivo propio, Rodrigo Rosales, 2018.

Figura 4. trasTocar. Grupo de niños de primaria interactuando


durante un recorrido guiado

Fuente: archivo propio, Ana Carolina Robles, 2018.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Con el fin de facilitar la legibilidad de las imágenes y de la propuesta de


interacción, se decidió sustituir la imagen-mosaico por una imagen binaria
(consistente en dos fotografías juntas, una de un paisaje deteriorado y otra de uno
conservado), en el instante en el que el sensor registrara la presencia humana frente
al artefacto. Para evidenciar la zona de registro corporal, se marcó una textura en
el piso con etiquetas adheribles, alusivas al filtro utilizado para la alteración de la
imagen binaria. Las etiquetas cumplían una función doble: señalar la zona de
registro e invitar al visitante a acercarse lo suficiente para activar el artefacto y dar
pie a su lectura-traducción a la lengua natural. Finalmente, y en correspondencia
con la metáfora, el artefacto se denominó trasTocar, un juego de palabras que
sugiere la acción que encauza la traducción.
Cabe señalar que, en la programación de la interacción, misma que fue
diseñada en Processing para Debian GNU/Linux, se incluyeron instrucciones para
que, una vez detectada la presencia del individuo, el programa guardara la captura
de pantalla del último movimiento registrado con el fin de obtener un repertorio del
despliegue corporal y del grado de intervención-alteración de la imagen o paisaje
binario.

6. trasTocar en Zanbatha
El artefacto-texto se emplazó durante el mes de octubre de 2018 en la sala 4
del museo Zanbatha en la localidad de Lerma de Villada. El museo municipal está
ubicado dentro del polígono geográfico del humedal, circunstancia que por un lado
propició la reducción de la entropía al emplazarse en el contexto cercano al
problema; por otro, el museo, al atender la oferta cultural del municipio, alberga
exposiciones con temas variados. De tal suerte, según el tipo de textos expuestos,
se invocan códigos y lenguajes apropiados para su lectura. Algunos provienen del
arte contemporáneo, otros de la historia o tradiciones vernáculas. A pesar de la
diversidad expositiva en la agenda del museo, la apelación al del Valle de Lerma es
una constante.
Una vez instalada, además del registro corporal programado en el artefacto,
se realizaron cuestionarios, recorridos guiados, así como observación participativa

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RedPOP

a fin de confrontar datos, interpretar los tipos de interacción y de traducción del


texto-artefacto. Durante los 21 días de exposición, el artefacto registró 1053 eventos
en que fue activado para su lectura. Sin embargo, esto no significa que hayan sido
tantas personas como interacciones. Una misma persona pudo haberlo activado
dos o tres veces. Por ejemplo, accidentalmente cuando se distanciaba de otra pieza,
luego al darse cuenta de la interacción y regresar, finalmente al volver a
experimentar con el texto.
Los cuestionarios recogieron datos sociodemográficos mínimos que sirvieron
para identificar la procedencia del visitante, edad, escolaridad y referentes básicos
sobre el arte digital y los museos. Este instrumento, aplicado de manera aleatoria,
no arrojó información representativa, pero con ayuda del libro de visitas fue posible
determinar que la mayoría de los visitantes provienen de las inmediaciones del
polígono.
Las visitas guiadas y la observación se realizaron bajo el rol de guía de sala.
Se proporcionaron guías a niños, adolescentes y adultos, siendo los adolescentes,
los más numerosos. En general se mostró rechazo al acompañamiento del guía. Sin
embargo, la observación permitió documentar conversaciones, expresiones,
despliegues y movimientos de los visitantes por la sala, en particular con trasTocar.
De la información recogida y confrontada, se identificaron algunos patrones
tanto de interacción como de traducción. Los visitantes que entraron en contacto
con trasTocar pueden agruparse en niños y preadolescentes, adolescentes, adultos
y adultos mayores.
Se observó que los niños se acercaron sin reparos a la zona de interacción,
dándose cuenta del cambio de la imagen. También fueron quienes se acercaron
más a las pantallas, incluso los más pequeños (de alrededor de 4 años) las tocaron.
En todos los casos, iban acompañados por adultos. Éstos, acostumbrados a seguir
las convenciones conductuales del museo: no correr, no hablar fuerte, no tocar;
reprendían a los niños jalándolos hacia sí, regañándolos en voz baja o sujetándolos
del brazo o del pecho a los más pequeños. No obstante, los adultos descubrieron
que la corporalidad infantil activó la pieza. Luego, inducidos por los niños “entraban”
en la zona de interacción.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Los adolescentes, por su parte, con menos mesura, se acercaban a


trasTocar, la mayoría pisaba la textura, otros estiraban los brazos al reconocer el
sensor (Kinect), pues habitualmente se usa como complemento de una consola de
videojuegos. Algunos más, al ver a otros activar el artefacto, también fueron
inducidos por imitación. Al igual que los niños, no iban solos, se acompañaban en
pequeños grupos de dos a cinco personas de la misma edad pues salían de la
escuela y pasaban al museo en una encomienda escolar.
Algunos adultos y adultos mayores iban solos, el resto se acompañaba de
otro adulto o de algún niño. Este grupo fue el más apegado a seguir las normas de
no tocar y no hablar (eso incluyó no preguntar al guía). En ocasiones fueron
interpelados por la guía de sala, la mayoría, se negó a recibir orientación sobre el
contenido del texto-artefacto. También fueron quienes más contuvieron sus
movimientos ante trasTocar. Si bien esta se activó, permanecieron inmóviles por
más tiempo, en promedio no superaron los 10 segundos frente a la pantalla.
De lo anterior, se identificaron tres formas de interacción con la pieza
aunadas al ejercicio de traducción del texto: descubrimiento (niños y adolescentes);
inducción (adultos y adolescentes); y coerción (adultos); mismas que son
independientes del nivel de distorsión resultante del paisaje. Los adolescentes se
tomaron más tiempo frente al texto, pero no influyó en la precisión de la traducción;
fue prácticamente la misma que enunciaron los adultos. Sólo los más pequeños
tuvieron problemas al formular la idea que, en la mayor parte de los casos, fue
completada por los adultos que los acompañaron. Los niños en edad preescolar
sólo decían que se trataba de la contaminación de la naturaleza y los de primaria
señalaban, además, que eran fotografías de los alrededores del pueblo.
Al salir de la sala, los visitantes fueron interpelados por la guía quien les
preguntó sobre la propuesta del artefacto: el tema abordado, qué entendieron y qué
opinaban de él. En todos los casos se nombró la contaminación ambiental de la
cuenca de Lerma; entre los adolescentes y adultos también se recibieron respuestas
sobre su origen: la industria y la gente (sugiriendo dos escalas bioculturales).
Algunos mencionaron anécdotas sobre el río. La extensión y el nivel de abstracción
de las respuestas fue variada, pero predominaron las cortas con palabras llanas,

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aunque enunciadas con claridad. En conjunto, el vertido de las respuestas puede


resumirse de la siguiente forma: “los seres humanos provocamos la contaminación
cuyos efectos son dañinos para todo el mundo vivo”.

7. Conclusiones
La experiencia de divulgación de la ciencia planteada es un artefacto
producido en el marco de una exposición temporal de arte digital en un museo
municipal. De manera particular, muestra las posibilidades comunicativas del texto-
artefacto para generar conocimiento a través de una experiencia estética.

Realidad → Artefacto  Teoría

A este efecto, la metáfora sirve para definir el lugar mediador del discurso
científico inserto en la obra. Conjuga el lenguaje interpretativo y descriptivo. Un
fenómeno de la realidad inmediata visualizado en fotogramas activados por el
movimiento del cuerpo humano.

En síntesis, se identificó que


a) la lectura-traducción de trasTocar fue exitosa debido a que el público, al
enunciarla, explicitó la cercanía que mantiene con el humedal y sus riesgos;
b) el arte digital es un instrumento de traducción intersemiótico pertinente para
resignificar en lo particular el problema ambiental, pero en lo general un
medio de comunicación eficaz en la comunicación contemporánea;
c) la divulgación científica por hallarse en el espacio intersemiótico, interconecta
la transdisciplina al ser una operación reflexiva;
d) el uso de las herramientas de reconocimiento corporal propicia el
acercamiento con el público además de la obtención de datos para
complementar la evaluación de la comunicación.
Cabe distinguir que los códigos atendidos son distintos de los museos
interactivos de ciencias. El museo municipal no tiene personal contratado como
guías de sala, la visita y las formas de relacionamiento quedan a consideración del

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

visitante. Estamos ante el artefacto-texto como llamado ético. Por otro lado, del
ejercicio de observación, se notó que los visitantes no suelen leer las hojas de sala
por lo que colocar instrucciones o textos tipo statement, son de poca utilidad. En
ese sentido, los textos están convocados a contener dentro de sí y en relación con
su contexto, información suficiente y legible para invitar al lector-visitantes a
acercase, experimentar, leerlo y traducirlo.
Los niños y adolescentes se relacionaron con el texto mediante el despliegue
de su cuerpo, incluso, tocando las pantallas. Esto sugiere la posibilidad de
encontrarnos ante un público conformado por nativos digitales por lo que la
interacción humano-máquina puede ser experimentado como algo natural o
cotidiano aprovechable en el espacio museístico. Las posibilidades comunicativas
que se tienen para elaborar textos socializadores del impacto ambiental desde la
poética del arte digital pueden ser amplias.
Una aparente contradicción de la divulgación científica es su propósito de
compartir conocimiento especializado con un lenguaje preciso y conciso, pero a final
de cuentas, ampliando la comunidad de ese pensamiento. En esencia se trata de
una labor pedagógica. Ello implica una diversidad de grados de entendimiento y de
dominio léxico difíciles de homogeneizar. De nueva cuenta, la metáfora artística
aglutina tal pretensión comprensiva como un ejercicio de traducción y dejando
abierta la hipótesis de que a partir del entrecruzamiento entre la divulgación
científica y el arte digital pudiera formularse un modelo de comunicación de la
ciencia.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

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de 2012). Florística y diversidad de las ciénegas del río Lerma Estado de
México, México. Acta botánica mexicana , 23-43.

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RedPOP

VI. Cafés de ciudad: diálogos universitarios para promover la


cultura ambiental y el desarrollo sostenible

Alejandro Álvarez-Vanegas, Núcleo de Formación Institucional en Cultura


ambiental, Departamento de Ingeniería de Procesos. Universidad EAFIT. Medellín,
Colombia, aalvar17@eafit.edu.co
Cristina Romero Ríos, Núcleo de Formación Institucional en Cultura ambiental,
Departamento de Ingeniería de Procesos. Universidad EAFIT. Medellín, Colombia,
cromeror1@eafit.edu.co

1. Introducción
A medida que avanza el tiempo, la búsqueda de un desarrollo sostenible
encuentra más justificaciones que cada vez ganan más peso. Aunque los esquemas
tradicionales de desarrollo han traído sin duda beneficios en diferentes áreas (como
se puede ver en el aumento del número de chicas que pueden asistir a la escuela y
en el acrecentamiento de las personas alfabetizadas, así como en la drástica
disminución en el número de países donde la esclavitud es legal o de personas que
sufren de hambre) (Rosling, Rosling, & Rönnlund, 2018), los retos a los que se
enfrenta la humanidad son de gran envergadura. No sólo es necesario aceptar que
todavía existen una notable inequidad de oportunidades y una gran cantidad de
seres humanos que no han podido acceder a los beneficios del desarrollo, sino que
además es evidente que los logros hasta ahora alcanzados se han obtenido
poniendo una presión insoportable sobre los ecosistemas globales, como se
demuestra con la transgresión de cuatro límites planetarios (Rockström et al., 2009;
Steffen et al., 2015). El hecho de que en ningún país del mundo pueda encontrarse
un modelo de desarrollo que garantice la satisfacción de necesidades básicas a
nivel global sin que se ponga en riesgo la estabilidad del sistema Tierra (O’Neill,
Fanning, Lamb, & Steinberger, 2018), hace del trabajo por la sostenibilidad un
imperativo ético: es una obligación moral actuar para proteger el futuro de un mundo
en peligro (Moore & Nelson, 2010).

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Si bien se espera que desde todos los sectores de la sociedad se contribuya


a la generación de una “cultura sostenible” (en la que lo único importante no es
cómo se relacionan los seres humanos entre ellos, sino que además se busca
armonizar la manera en la que estos se relacionan con la naturaleza que son y de
la que hacen parte), sobre el sector educativo recae una responsabilidad especial.
La educación, como se menciona en el capítulo 36 de la Agenda 21, es un “proceso
por medio del cual los seres humanos y las sociedades pueden alcanzar su
potencial” (Conference on Environment and Development, 1994, p. 21). Y, dado que
el potencial humano y social abarca mucho más que el desempeño de las personas
en un mercado, las instituciones educativas, entre ellas las universidades, deben
promover la formación de los estudiantes que, más allá de ser profesionales
exitosos, sean ciudadanos responsables (Bringle & Hatcher, 1996). Las
universidades pueden contribuir al desarrollo sostenible no sólo a través de la
generación de nuevo conocimiento, sino también por medio del favorecimiento de
competencias y de la sensibilización con respecto a los retos del mundo de hoy
(Rieckmann, 2012). En los procesos de divulgación y sensibilización sobre estos
retos es importante contar las problemáticas relacionadas con las ciudades, pues
en ellas vive alrededor de la mitad de la población mundial (unas tres mil quinientos
millones de personas, que para 2030 podrían llegar a ser cinco mil millones), se da
entre el 60 y el 80% del consumo energético mundial y se producen alrededor de
tres cuartas partes de las emisiones de carbono (Naciones Unidas, 2015).
Este texto busca compartir la experiencia de los Cafés de ciudad realizados
en la Universidad EAFIT en Medellín, Colombia, como parte de una estrategia más
amplia de generación de cultura ambiental y de compromiso con el desarrollo
sostenible.

2. Antecedentes
La Universidad EAFIT fue fundada en el año 1960 y hoy cuenta con seis
escuelas (Administración; Ingeniería; Humanidades; Derecho; Economía y
Finanzas; y Ciencias) desde donde se ofrecen veintidós programas de pregrado,
treinta y cuatro de maestría, y seis de doctorado.

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RedPOP

A nivel de pregrado, el Núcleo de Formación Institucional (NFI) de la


Universidad EAFIT juega un papel protagónico como principal elemento curricular
de la impronta eafitense. Esto quiere decir que cada una de las áreas del NFI
representa un tema considerado imprescindible en la formación de los estudiantes
de la universidad y por ende desde ellas se ofrecen cursos (unos de carácter
obligatorio y otro electivos) cuyo propósito que velar porque la incorporación de
estos temas en los procesos de aprendizaje verdaderamente ocurra. En una de
estas áreas -la de Cultura ambiental- se adoptó un modelo de gestión en el que las
actividades esenciales (aquellas relacionadas con lo curricular) se complementa
con actividades en otros ejes: investigación; extensión; apoyo institucional;
cooperación externa; cooperación interna y apoyo institucional; y divulgación y
eventos.
Los ejes que componen este modelo de gestión están articulados de manera
que se permita un aprovechamiento de sinergias. Así, los avances en un campo
deben poder traducirse en avances en uno o varios campos adicionales, teniendo
siempre como prioridad el eje central: la formación de los estudiantes. Por ejemplo,
el eje de divulgación y eventos tiene como propósito abrir espacios que conduzcan
a la popularización y apropiación de los temas relacionados con el desarrollo
sostenible. Esto, por un lado, les permite a los estudiantes profundizar en asuntos
vistos en clase, recibiendo información de otras fuentes adicionales al docente. Por
otro lado, también se brinda apoyo institucional, pues se estimulan acciones por el
desarrollo sostenible en otros miembros de la comunidad universitaria como
profesores y empleados administrativos. Adicional a esto, los eventos cumplen la
función de fortalecer las redes de cooperación externa, como ha sucedido en el caso
de los Cafés de ciudad, concepto que se inspira en un proyecto llamado Lunes de
Ciudad, cuyo fin es contribuir a la construcción de ciudades más democráticas a
través de espacios de conversación y que, como otras iniciativas de sostenibilidad
urbana en Medellín, fue incubado en La Ciudad Verde (un colectivo ciudadano
nacido en la ciudad de Medellín y hoy presente en varias ciudades de Colombia y
América Latina).

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Figura 1. Primer Café de ciudad: retos y posibilidades de


la movilidad para los eafitenses

Fuente: fotografía de los autores.

De los más de sesenta eventos organizados por el NFI en Cultura ambiental


desde el 2015, casi un tercio han sido de la serie Cafés de ciudad. El primero de
estos eventos fue realizado el 17 de febrero de 2015, por iniciativa de un profesor y
dos estudiantes eafitenses vinculadas a La Ciudad Verde. El evento se planeó para
llevarse a cabo como parte del preámbulo de la cuarta versión del Foro Mundial de
la Bicicleta (que tuvo lugar en Medellín entre el 26 de febrero y el 1 de marzo).
Después de realizado un segundo evento, se construyó una propuesta para
institucionalizar el Café de ciudad. Esta fue aprobada y desde entonces se realizan
entre dos y tres eventos por semestre.

3. Perspectivas teóricas
La educación es un elemento fundamental para movilizar la humanidad hacia
la construcción de un mundo más justo y sostenible. En este sentido, la UNESCO
ha propuesto una “Hoja de ruta para la ejecución Programa de acción mundial de
Educación para el Desarrollo Sostenible”, que busca dotar a las personas y las

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sociedades con los conocimientos, competencias y valores que los empoderen para
dinamizar el cambio (UNESCO, 2014), aceptando que “no es la educación, sino
cierto tipo de educación la que puede salvarnos” (Orr, 2004, p. 8)
La Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) propone una reorientación
de la educación, de manera que los educandos estén lo suficientemente
empoderados para "tomar decisiones informadas y acciones responsables
buscando la integridad ambiental, viabilidad económica y justicia social, para las
generaciones presentes y futuras, respetando la diversidad cultural". (UNESCO,
2018). Este enfoque propone la sostenibilidad como un eje transversal y de
responsabilidad compartida que compromete el contenido y los resultados de
aprendizaje, la pedagogía y el entorno donde tiene lugar el ejercicio educativo
(UNESCO, 2014). Así pues, no se trata únicamente de impartir cursos de temas
relacionados con desarrollo sostenible, sino también de identificar y exaltar las
maneras en las que la sostenibilidad permea la educación: la docencia, la
investigación, la proyección social, la gestión del campus, entre muchos otros. La
EDS reconoce que “un futuro más sostenible no va a ocurrir simplemente
incrementando la cantidad de esfuerzos en educación; sino que es un asunto de
contenido y relevancia” (UNESCO, 2005, p. 29).
Una parte esencial de la EDS es la interacción de las instituciones educativas
(en este caso de educación superior) con otros actores de la sociedad. Para esto,
es de gran utilidad la apertura de espacios de divulgación que puedan darse de la
manera de conversación informal entre expertos y ciudadanos curiosos interesados
en conocer más sobre el desarrollo sostenible. Una manera de pensar estos
encuentros ciudadanos es siguiendo el modelo que el Centro de coordinación
nacional para la participación pública del Reino Unido (NCCPE, por sus siglas en
inglés) propone para una universidad comprometida (figura 2). Desde esta
perspectiva, los conversatorios pueden servir para involucrar al público en las
actividades investigativas de la universidad, a la vez que sirven como herramienta
alternativa de enseñanza con impacto positivo en la comunidad, ofrecen
intercambios de conocimiento entre la universidad y la sociedad, y ponen el

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

conocimiento a disposición de la ciudadanía, aumentando el impacto positivo de la


institución por dentro y fuera de ella (NCCPE, 2010)

Figura 2. Modelo de una "Universidad comprometida"

Fuente: Adaptado de What does an engaged university look like?, del National Co-
ordinating Centre for Public Engagement, 2010.

En este tipo de espacios es importante considerar además que no se trata


únicamente de informar a los participantes. Como señala el Arts Council England,
se requiere un marco para el diseño de las experiencias educativas, de tal manera
que los usuarios reciban estímulos en diferentes ámbitos (Arts Council England,
2012). Son cinco categorías a las que cada experiencia puede apuntar (figura 5),
entre las que se cuentan, además del conocimiento, aspectos tan fundamentales
como el entretenimiento. Esto va de la mano con los lineamientos ofrecidos por la
UNESCO para la EDS, en donde se hace hincapié en que la reorientación de la
educación hacia el desarrollo sostenible debe apoyarse no sólo en la adquisición de
conocimientos relevantes: para promover las competencias sociales (como la
colaboración, la negociación y la comunicación) y de acción para la sostenibilidad,

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RedPOP

es necesario ir más allá del dominio cognitivo, abordando también el dominio socio-
emocional y el comportamental (UNESCO, 2017).

Figura 3. Dominios de los Objetivos Genéricos de Aprendizaje

Fuente: Adaptado de Generic Learning Outcomes: A diagrammatic view del Arts


Council England.

Un análisis de un caso similar al tratado en este capítulo fue analizado en


Holanda, con la realización de “Cafés de ciencia”. Una de las conclusiones más
relevantes es que es importante garantizar que dentro de estos espacios los
participantes reconozcan la posibilidad que tienen de ejercer ciudadanía (Dijkstra,
2017). Por un lado, los asistentes se informan y comparten sus opiniones y
preocupaciones sobre temas coyunturales tanto locales como globales; de otro
lado, los expertos, quienes voluntariamente comparten su conocimiento,
contribuyen a entregar herramientas a los asistentes para actuar con mayor
responsabilidad, basándose en decisiones informadas. Este modelo dialógico de la

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

divulgación de la ciencia se basa en la premisa de que todos los participantes, tanto


los asistentes como los expertos, tienen experiencia, perspectivas valiosas y el
saber para contribuir con la construcción de conocimiento y su aplicación en la
sociedad (McCallie et al., 2009). Además, este intercambio de ideas puede dar luces
en cuanto a los esfuerzos que se requieren para mejorar el entendimiento público
de ciertos temas, y resultar en un insumo de gran valor para la formulación y
orientación de proyectos de investigación, así como la creación de políticas públicas
(Dijkstra, 2017). Dentro de las características de este tipo de eventos que los
participantes más valoran, está que tienen una atmósfera amigable, son de acceso
abierto para todos, y ofrecen la oportunidad de hablar de manera tranquila y cercana
con expertos con buena reputación. Los participantes señalaron, además que estos
eventos contribuyen a la oferta cultural de la ciudad (Dijkstra, 2017).

4. Métodos
Los Cafés de ciudad buscan aportar a la EDS mediante la divulgación y la
apropiación social del conocimiento relevante para el desarrollo sostenible. Desde
el 2015 en estos espacios se han tematizado, dentro y fuera de la Universidad
EAFIT, diversas situaciones relacionadas con el desarrollo sostenible
(principalmente en el ámbito urbano) a través de conversatorios en los que se
aprovecha la experiencia y el conocimiento de expertos de distintas áreas, tanto de
EAFIT como de otras instituciones y sectores. Se han involucrado además
iniciativas ciudadanas, todo esto con fin de lograr que tanto la comunidad
universitaria como la ciudadanía en general estén más expuestas a la realidad de
su entorno y se comprometan con su transformación. El formato de evento busca
además promover la interdisciplinariedad y la cooperación entre dependencias de
la universidad, sentido en el que urbam, como Centro de Estudios Urbanos y
Ambientales de EAFIT, juega un papel fundamental. Por medio de los Cafés de
ciudad se le apunta entonces a involucrar dependencias internas y organizaciones
(e iniciativas) externas, aportando así a los ejes cooperación interna; y apoyo
institucional y cooperación externa, respectivamente.

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RedPOP

Analizados desde la perspectiva de los Objetivos Genéricos de Aprendizaje


expuestos en la figura 3., los Cafés de ciudad permiten obtener resultados en cuatro
de los campos: formar y refinar el conocimiento de los participantes, aumentar sus
habilidades para participar en eventos cívicos; modelar sus actitudes y
percepciones frente a los temas; entretenerlos al tiempo que se cuestionan y se
inspiran; todo para generarles una mayor confianza para enfrentar los temas de
discusión en otros ámbitos de su vida, lo que se espera que los motive a
comportarse de una manera más sostenible (Dijkstra, 2017; McCallie et al., 2009).
La organización de un Café de ciudad se basa en un esquema relativamente
fijo y que se asemeja, en gran medida, a los elementos de la “Guía metodológica”
de Lunes de Ciudad (Lunes de Ciudad, 2015).
• El tema: a la hora de elegir un tema, los Cafés de ciudad buscan abordar
situaciones coyunturales que requieren un mejor entendimiento para poder
solucionarse de la mejor manera posible y contribuir a la sostenibilidad
(también se busca un relacionamiento con los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS)). Sin embargo, en algunas ocasiones se plantean temas
que, aunque son importantes para la sostenibilidad urbana, están en riesgo
de caer en el olvido. Un aspecto muy positivo es que, en ocasiones, desde la
red de aliados llegan sugerencias sobre temas a discutir (como el caso de
“Medellín cómo vamos”, que propuso usar realizar un Café de ciudad para
divulgar los resultados de su “Informe de Calidad de vida” en materia
ambiental). Una vez se tiene un tema sobre la mesa, se desarrolla un
derrotero preliminar de preguntas y subtemas a tratar en el evento.
• La fecha, la hora y el espacio: la elección de fecha y hora se hace pensando
en que el día y el momento sean favorables para la asistencia de estudiantes
y de personas externas a la universidad. Generalmente, los eventos se
realizan a las 4:00 p.m., permitiendo que las personas que laboran puedan
salir un poco antes del trabajo y asistir. El espacio donde se realizan los
eventos dentro del campus fue elegido porque es al aire libre y porque tiene
una fuerza simbólica importante desde su diseño y su nombre: el Ágora. Si
bien el espacio es abierto y accesible para cualquier persona que quiera

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

asistir, se decidió extender los Cafés de ciudad también a otros espacios de


la ciudad. Esto se hizo a través de los Cafés de ciudad afUera, de los cuales
se han realizado dos en otros barrios de la ciudad de Medellín.
• Los participantes: la definición de los invitados se basa en varios criterios.
Por un lado, se busca asegurar la participación de diferentes sectores y
perspectivas, siempre incluyendo la mirada académica proveniente de la
universidad, pero complementándola con miradas que vengan desde la
ciudadanía, el sector privado o el sector público. Adicional a esto, se
promueve la participación de mujeres como criterio basado en la equidad de
género. A los invitados se les hace llegar esta información, abriendo la
oportunidad para recomendaciones y sugerencias.
• La moderación: un punto especial es la elección de la persona que hará la
moderación, quien deberá revisar la propuesta de preguntas y puntos de
discusión. A esta persona se le pide encarecidamente que en la conversación
se tematice el aporte que cada persona puede hacer desde su cotidianidad
para contribuir a la solución de los retos planteados. Además, se hace un
fuerte énfasis en la promoción de la participación del público por medio de
preguntas que activen a los asistentes (por ejemplo, por medio de
comentarios como “levanten la mano quienes…”).
• La convocatoria: el área de Comunicación creativa de la universidad se
encarga de diseñar la pieza gráfica para convocar al evento. Una vez
diseñada, esta se envía por medio del correo institucional (para convocar a
toda la comunidad universitaria: estudiantes, docentes y personal
administrativo) y se comparte por redes sociales para invitar a la ciudadanía
en general. La alianza permanente con La Ciudad Verde permite hacer una
convocatoria efectiva en redes como Twitter (con más de noventa mil
seguidores), Facebook (alrededor de veinticinco mil seguidores) e Instagram
(con algo más de siete mil seguidores). Un nuevo aliado permanente en la
convocatoria es Esfera Viva, un medio de comunicación digital dedicado a la
divulgación de noticias, historias e investigaciones con ambientales en el
Valle de Aburrá y Colombia. También, dependiendo del tema y los invitados,

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RedPOP

se cuenta con otras alianzas. Este ha sido el caso de Low Carbon City;
Jóvenes y ODS; y Medellín cómo vamos.

Figura 4. Algunas piezas gráficas de los Cafés de ciudad

Fuente: fotografía de los autores.

• La logística: una de las ventajas de institucionalizar el evento es que los


procedimientos logísticos se realizan fácilmente. Una dependencia de la
universidad especializada en estos asuntos se encarga del transportar el
mobiliario, de proveer el sonido, etc.
• La duración del evento: los Cafés de ciudad tienen una duración de
aproximadamente noventa minutos. Un aspecto esencial que se le advierte
a la persona encargada de la moderación es que se debe dejar suficiente
tiempo para preguntas del público y promover su participación (unos treinta
minutos).
• La participación del público se promueve, por un lado y como se dijo antes,
desde la moderación. Adicional a esto, los organizadores del evento tienen

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

preguntas preparadas para “romper el hielo” en caso de que desde el público


no surja una primera pregunta o intervención.
• El registro: aunque en un principio no se hicieron videos de los eventos,
aproximadamente la mitad de los Cafés de ciudad han sido grabados y
compartidos por el canal de YouTube de la universidad.
Una vez terminado el evento, se da un agradecimiento a los expertos y se
hace la invitación al público para que asistan a las próximas versiones del Café de
ciudad.

4. Resultados obtenidos
En total se han realizado, hasta febrero del 2019, dieciocho versiones del Café de
ciudad. Se calcula una asistencia de entre quinientas y setecientas personas.

Figura 5. Café de ciudad afUera: Defender al medio ambiente y sus defensores

Fuente: fotografía de los autores.

Aunque no se ha diseñado una metodología estandarizada para medir el


impacto de los Cafés de ciudad, hay indicios de su impacto positivo. Por un lado, la
asistencia ha sido generalmente buena (no asisten menos de veinte personas y, en
ocasiones, más de cien), no sólo por parte de estudiantes, sino de personas

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RedPOP

externas que acuden a la universidad o al sitio elegido en Medellín para presenciar


la conversación del Café de ciudad en cuestión. Además, el énfasis que se hace en
la posibilidad de hacer aportes individuales por parte del público se ha visto reflejado
en acciones concretas. En el último evento (sobre movilidad), por ejemplo, un
estudiante intervino en la sección de preguntas y aportes para invitar a sus
compañeros asistentes a crear un grupo estudiantil dentro de la universidad en pro
de la movilidad sostenible.
En estos dieciocho eventos se ha logrado además convocar a diferentes
expertos y líderes, tanto de la ciudadanía como de los sectores empresarial y
público. En particular, el asunto de la calidad del aire ha logrado convocar
tomadores de decisiones como el Alcalde de Medellín, el director y la subdirectora
ambiental de la autoridad ambiental del Área Metropolitana del Vallé de Aburrá y
concejales, permitiéndole a la ciudadanía escuchar de primera mano sus posiciones
para analizarlas y, de ser necesario, cuestionarlas.
Por último, es posible insinuar que los Cafés de ciudad, de la mano de otras
estrategias del NFI en Cultura ambiental y de otras dependencias, han ayudado a
que la universidad recoja sus avances históricos hacia el desarrollo sostenible y le
apunte de manera más decidida a continuar trabajando por la sostenibilidad. Esto
se expresa en la recién reformulada misión de la institución, según la cual EAFIT se
propone contribuir “al desarrollo sostenible de la humanidad mediante la oferta de
programas que estimulen el aprendizaje a lo largo de la vida, promuevan el
descubrimiento y la creación y propicien la interacción con el entorno, dentro de un
espíritu de integridad, excelencia, pluralismo e inclusión” (EAFIT, 2018).
A continuación, se presenta un listado de los Cafés de ciudad realizados
entre febrero de 2015 y febrero de 2019:

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Tabla 1. Listado de los Cafés de ciudad realizados


entre febrero 2015 y febrero 2019
Fecha Café de ciudad Tema y comentarios
17/02/2015 Retos y Evento realizado como preámbulo a la cuarta versión del Foro Mundial de
posibilidades de la la Bicicleta. Se resaltó la importancia de los medios de transporte no
movilidad para los motorizados para alcanzar una movilidad sostenible tanto dentro como
eafitenses fuera de la universidad.
12/05/2015 Parques del Río: Parques del Río es un megaproyecto que ha despertado grandes
¿más cerca de polémicas en Medellín, por lo que el evento se centró en brindar
una ciudad información detallada y en discutir las ventajas y desventajas desde una
sostenible? mirada académica.
4/08/2015 Ciudades, Los rellenos sanitarios en Medellín y el Valle de Aburrá son un tema
habitantes y crítico. La gestión de los residuos requiere mejores sustanciales, por lo
residuos… ¿la que la conversación se concentró en las alternativas que hay desde la
basura vino para cotidianidad y la institucionalidad para mejorarla.
quedarse?
8/09/2015 #BiodiverCiudad, Este evento sirvió para discutir la necesidad de planificar las ciudades
¿ciudades incorporando una perspectiva más amplia, haciendo énfasis en que las
generadoras de ciudades no sólo pueden evitar destruir la biodiversidad, sino que pueden
biodiversidad? ser promotoras de ella.
23/02/2016 ¿Es posible una La urgencia de aterrizar el Acuerdo de París a acciones concretas en las
ciudad baja en ciudades fue el tema principal en esta conversación. La fundación Low
carbono? Carbon City fue un aliado fundamental para este evento y la asistencia del
director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá permitió poner el tema
en un punto prioritario de la agenda pública.
14/04/2016 ¿Podemos El Valle de Aburrá ha pasado repetidas veces por contingencias
respirar ambientales generadas por la mala calidad del aire. En esta ocasión se
tranquilos? discutieron soluciones a corto, mediano y largo plazo para el problema de
la contaminación del aire. Se contó con la presencia del alcalde de
Medellín y de miembros del Concejo municipal.
22/08/2016 Paz para la El proceso de paz que se llevó a cabo en Colombia generó una gran
sostenibilidad polarización. Este Café de ciudad se dedicó a entender la relación entre
la paz y el desarrollo sostenible, comprendiendo que ésta es una de las
áreas de acción de la Agenda 2030 (personas, planeta, prosperidad,
alianzas y paz) y uno de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS).
4/10/2016 Y esto, ¿con qué El impulso de la agricultura urbana en Medellín y la creación de empresas
se come? sociales alrededor de la alimentación condujeron a la realización de este
Alimentación, evento en el que se discutieron beneficios sociales y ambientales, así
medio ambiente y como las oportunidades y las barreras, de la agricultura urbana.
sociedad
21/02/2017 SOS por el aire. Casi un año después del primer Café de ciudad sobre contaminación del
La amenaza aire, y en medio de un periodo de contingencia, se realizó un nuevo evento
continúa para llamar la atención y buscar soluciones para este problema.
22/08/2017 Río Aburrá: En Medellín, como en muchas otras ciudades del mundo, el río principal
Columna vertebral sirvió por mucho tiempo de cloaca y vertedero. Además de un recuento
urbana histórico, la conversación buscó resaltar las oportunidades de incorporar
el río a la vida y la planificación de la ciudad.

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RedPOP

Fecha Café de ciudad Tema y comentarios


28/02/2018 Juventud y La juventud cuenta con una energía transformadora que puede hacer
sostenibilidad grandes aportes al desarrollo sostenible. Con el fin de inspirar a la
comunidad estudiantil y promover su participación, esta conversación fue
protagonizada por iniciativas juveniles relacionadas con la sostenibilidad.
20/03/2018 Ecología urbana: En marzo de 2018 se llevó a cabo la Sexta Sesión Plenaria de la
todos somos Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad
ciudad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Este evento fue parte de una
agenda paralela y en él se profundizó en las opciones que tienen las
ciudades para adaptarse mejor a los ecosistemas de los que son parte.
21/03/2018 Transformación Este fue el primer Café de ciudad afUera, también realizado como agenda
socioecológica: paralela al IPBES 6. Se realizó en un espacio cultural del centro de la
integración social, ciudad y en él se discutieron diferentes perspectivas para armonizar la
política y relación entre la sociedad y la naturaleza.
ambiental
(Café de ciudad
afUera)
15/08/2018 Medellín, una De la mano de EAFIT Social se organizó este evento en el que se habló
ciudad que se sobre el voluntariado y el activismo como "abrazos a la ciudad" en los que
abraza se asume la responsabilidad de aportar al desarrollo sostenible.

18/09/2018 Medellín, ¿cómo "Medellín cómo vamos" es una alianza interinstitucional privada que hace
vamos en medio evaluación y seguimiento a la calidad de vida en la ciudad. Luego del
ambiente? lanzamiento de uno de sus reportes relacionados con temas ambientales,
se realizó este conversatorio para hacer análisis y eco de los hallazgos.
8/10/2018 Orión, memorias La "Operación Orión" fue una cuestionada operación militar llevada a cabo
de tierra en en la comuna 13 de Medellín, en el año 2020. En este evento se discutió,
palabras comunes desde la voz de líderes de este sector de Medellín como un llamado a la
memoria y la no repetición.
24/10/2018 Defender al medio A pesar de ser uno de los países donde más líderes sociales y
ambiente y sus ambientales son asesinados, Colombia no ha ratificado el Acuerdo de
defensores Escazú. En esta segunda versión del Café de ciudad afUera (esta vez
realizado en otro lugar de la ciudad), se analizaron las consecuencias de
no ratificar el acuerdo en cuestión y se conversó sobre las posibles vías
para proteger la vida de los defensores del medio ambiente.
11/02/2019 ¿Movilidad En un ambiente de algunos cuestionamientos a la energía hidroeléctrica
eléctrica para un y en cercanía a una contingencia por la calidad del aire, se realizó este
#AirePuro? evento para analizar las posibilidades de fortalecer la movilidad eléctrica
y su eventual contribución al mejoramiento de la calidad del aire.
Fuente: elaboración propia.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

6. Conclusiones
En la educación, como herramienta cultural, yace un potencial clave para
ayudar a la humanidad a transitar hacia un desarrollo sostenible. Sin embargo, no
cualquier tipo de educación es útil en este sentido y, para que ese potencial sea
aprovechado, se requiere una orientación deliberada de la educación hacia el
desarrollo sostenible. Los Cafés de ciudad representan una estrategia que acerca
las universidades la Educación para el Desarrollo Sostenible, pues aportan a la
popularización y apropiación de conocimiento científico útil para resolver los retos
de la sostenibilidad. Esto se logra mediante la democratización del conocimiento,
examinando situaciones de interés colectivo y abriendo espacios para que se
generen reflexiones y se entreguen mensajes -a la vez críticos y propositivos- que
pueden ayudar a la construcción de mejores políticas y a la toma de mejores
decisiones.
Los Cafés de ciudad son estrategias de apropiación social del conocimiento
que pretenden entre otros, refinar los saberes de los asistentes, entretenerlos, y
darles confianza para actuar en el día a día basándose en principios de
sostenibilidad. Este tipo de espacios dan cuenta del compromiso que tiene la
universidad en involucrar a un público amplio con sus actividades de investigación,
docencia y responsabilidad social, al tiempo que abre las puertas para que los
asistentes ejerzan ciudadanía a través del intercambio de conocimientos en temas
coyunturales a nivel local y global.
Se considera esencial que una serie de eventos de esta naturaleza sea
siempre cercana a iniciativas ciudadanas que promuevan el desarrollo sostenible.
En la academia debe hablarse sobre las posibilidades concretas de hacer aportes
al desarrollo sostenible desde la cotidianidad, pero este mensaje adquiere más
fuerza si surge de una conversación en la que emergen testimonios de personas
que es su día a día, y de una manera práctica, están haciendo sus aportes.
El formato de Café de ciudad puede ser fácilmente replicado en otras instituciones
de educación superior siguiendo los pasos expuestos previamente. Los autores de
este texto están a la disposición de quienes deseen comenzar su propia iniciativa.

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RedPOP

Referencias
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--141--
RedPOP

VII. Saberes en diálogo: de los agrotóxicos a la agroecología en


prácticas hortícolas

Daniela García, Universidad Nacional Arturo Jauretche, dgarcia@unaj.edu.ar


Adriana Menegaz, Universidad Nacional Arturo Jauretche,
adriana.menegaz@gmail.com
Sandra Murriello, CITECDE, Universidad Nacional de Río Negro,
smurriello@unrn.edu.ar

1. Introducción
Los efectos de la agricultura intensiva dentro del modelo agrobusiness están
siendo objeto de numerosas investigaciones que, en el campo de la salud
socioambiental, dan cuenta de cómo el avance de la frontera agrícola, la imposición
de un paquete tecnológico basado en la utilización de semillas modificadas
genéticamente y el uso de agrotóxicos, impactan sobre la salud humana y de los
ecosistemas (Aparicio et al., 2013; Bravo et al., 2010; Gras y Hernández, 2013;
Lozano et al., 2017; Paganelli et al., 2010; Verzeñassi, 2016; Viglizzo y Jobbágy,
2010).
Este modelo encuentra su reflejo, pero con rasgos propios, en la producción
de frutas y verduras que abastece a los mercados locales y regionales en contextos
urbanos y periurbanos. La misma se estructura en torno a la agricultura familiar y
se sostiene con base en el uso intensivo de agrotóxicos (Barsky, 2005; Benencia,
Quaranta y Tassara, 2009; García, 2014 y 2015; García, y Menegaz, 2015; Souza
Casadinho, 2013). Las problemáticas derivadas de esta producción hortícola dentro
del modelo convencional cuentan con escasos estudios en profundidad a pesar de
que la utilización de los químicos sintéticos presenta mayor toxicidad que en los
sistemas extensivos (Sarandón et al., 2015) y se encuentran invisibilizadas por gran
parte de la población en la cual se incluyen tanto los consumidores como los propios
productores hortícolas.
Situados en el campo de la comunicación pública de las ciencias abordamos
esta problemática desde una perspectiva comunicacional dialógica, basada en el

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

intercambio de saberes y prácticas a fin de aportar a la visibilización del impacto de


los agrotóxicos sobre la salud socio-ambiental. En este sentido, se presenta en esta
contribución un diagnóstico participativo realizado con familias de horticultores de la
zona sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), Argentina, que
posibilita comprender y dar a conocer los impactos de la aplicación de agrotóxicos
en contextos locales y reflexionar sobre las posibilidades de emprender alternativas
sustentables orientadas hacia una transición agroecológica sobre la base una
construcción participativa.
Así los espacios comunitarios de encuentro y de diálogo entre productores y
técnicos generados en este contexto de trabajo se distancian de las lógicas de
transmisión unidireccionales predominantes en la transferencia tecnológica
hortícola dentro del modelo convencional. El enfoque agroecológico, crítico frente al
modelo productivo convencional, implica la transformación de las prácticas
agrícolas y requiere de tecnologías situadas. Tal como señala Rivera (2014) las
prácticas agroecológicas requieren de la “construcción de una interlocución abierta
y concertada entre conocimientos de tradiciones diferentes.” (p.3)

2. La horticultura periurbana: pinceladas de una problemática invisibilizada


La producción de verduras de hoja y hortalizas en Argentina se concentra en
una trama de quintas, huertas familiares y áreas productivas en los alrededores de
los grandes aglomerados urbanos de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata y
Córdoba. La más importante está ubicada en la RMBA (ver figura 1) ya que
abastece a los 14.800.000 pobladores que allí viven y que representan el 37% de
los habitantes del país según el último censo poblacional (INDEC, 2010). Existen
allí cerca de 2.220 establecimientos dedicados a la producción de flores, frutas,
hortalizas y vivero (DEP y DER, 2005).

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RedPOP

Figura 1. Región Metropolitana, Gran Buenos Aires y Gran La Plata

*Números de referencia de las localidades: 1: Almirante Brown, 2: Avellaneda, 3:


Berazategui, 4: Esteban Echeverría, 5: Ezeiza, 6: Florencio Varela, 7:General San
Martín, 8: Hurlingham, 9: Ituzaingó, 10: José C. Paz, 11: La Matanza, 12: Lanús,
13: Lomas de Zamora, 14: Malvinas Argentinas, 15: Merlo, 16: Moreno, 17: Morón,
18: Quilmes, 19: San Fernando, 20: San Isidro, 21: San Miguel, 22: Tigre, 23: Tres
de Febrero, 24: Vicente López
Fuente: INDEC, 2003.

Particularmente las localidades de Florencio Varela, La Plata y Berazategui


(figura 1) en el periurbano sur conforman un importante núcleo de producción donde
se concentran casi 1500 establecimientos en 4183 hectáreas, lo que representa un
60 % del total de la región. Predomina allí la producción convencional sostenida por
familias dentro de la denominada “agricultura familiar”, donde más de la mitad de
las explotaciones (53,2 %) corresponde a familias que en un 70 % arriendan la tierra

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

sobre la que producen y más del 50 % cultivan en superficies de menos de 5


hectáreas, siendo la media de 2 hectáreas (Benencia et al., 2009; Gómez et al.,
2013, Seba y Margiotta, 2015).
Estos pequeños productores viven mayoritariamente en condiciones de
pobreza y marginalidad social, con dificultades para acceder a la tierra que trabajan,
a los medios de producción y a la comercialización de sus productos ocupando un
lugar de subordinación en la cadena comercial (Cieza y Dumrauf, 2008; Seba et al.,
2014). Estas familias se encuentran frente a escenarios complejos signados por la
informalidad y vulneración de derechos: riesgos para la salud vinculados a prácticas
agrícolas, trabajo infantil y niños/as en situación de trabajo, falta de seguridad social
y de garantías en la mayoría de los casos agravadas por la condición de migrantes
(Menegaz y García, 2016).
En las últimas décadas se ha registrado una expansión del modelo de
producción intensivo bajo cubierta que se sostiene con un alto insumo de
agrotóxicos en los diferentes momentos del ciclo de los cultivos (García, 2010 y
2011). Esto se convierte en uno de los rasgos distintivos de la horticultura en la
RMBA. Investigaciones específicas para las localidades en estudio dan cuenta de
los costos sociales y ambientales que conlleva este modelo de producción por
contaminación del suelo y agua, así como por afecciones a la salud de los
productores hortícolas por exposición a los agrotóxicos (Giordani, 2012; Sarandón
et al., 2015; Souza Casadinho, 2009; Defensoría del Pueblo de la Provincia de
Buenos Aires, 2015).
Respecto a la salud de los productores, instituciones públicas y organismos
internacionales han producido diversos materiales de divulgación y actividades en
territorio que sostienen este modelo de producción y se limitan a dar
recomendaciones de uso y manipulación de los químicos de síntesis desde la
perspectiva de las “buenas prácticas hortícolas” (BPH). Nos enfrentamos así a una
doble problemática generada desde el propio sistema científico-tecnológico: el
incentivo al modelo productivo convencional, y una comunicación de riesgo basada
en un modelo de transmisión unidireccional (Hilgartner, 1990; Bucchi, 2008) que no
atiende a los contextos específicos de aplicación ni a los actores sociales en

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RedPOP

cuestión. Una evidencia más de que este modelo comunicacional, que relega al
receptor a un lugar pasivo y de desvalorización de sus saberes, a pesar de ser
ampliamente criticado, continúa siendo dominante (Cortassa, 2016; Simis et al.,
2016).

3. La pluralidad de voces puestas en diálogo


Desde el punto de vista metodológico, asumimos la perspectiva de
Investigación Acción Participativa (IAP) para la elaboración de un diagnóstico que
estuvo orientado a visibilizar identificar y caracterizar las condiciones de riesgo para
la salud vinculadas a la exposición, el uso y la manipulación de agrotóxicos a partir
de las prácticas y representaciones de los productores con objeto de identificar
núcleos de transformación.
En la perspectiva de la IAP “los conceptos de participación y observación se
conceptualizan desde el punto de vista de una investigación colaborativa y
recíproca, y de una iniciativa a favor del cambio social” (Greenwood, 2000, p.34)
con el propósito no sólo de describir la realidad social, sino seleccionar aquellos
conocimientos que permiten comprenderla para intervenir activa y conscientemente
desde su propio interior. En esta línea, trabajar sobre la recuperación de saberes y
su valoración posibilita comprender la complejidad de la problemática en la que se
entrelazan conocimientos y sentidos del campo académico técnico, del saber
popular y del saber en la acción individual.
En contraposición entonces al modelo de transmisión dominante, conocido
también como modelo de déficit nos situamos en una perspectiva dialógica (Bucchi,
2008) desde la cual es imprescindible recuperar la voz de los diversos actores para
la definición de políticas y estrategias comunicacionales. En este marco,
recuperamos los saberes y las prácticas hortícolas desde las voces de los propios
actores en busca de construir colaborativamente un mapa de riesgo local, concebido
como un proceso político, reflexivo y participativo.
La estrategia de producción de conocimiento adoptada involucró espacios de
trabajo colectivos en los cuales se emplearon técnicas participativas provenientes
del campo de la Educación Popular (sensu Freire, 1967, 1970; Gutiérrez, 1985;

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Fuentes, 2007) “…como una herramienta de transformación social y revolución, de


aporte a la creación en la praxis de sujetos históricos con conciencia de sus
intereses y de sus estrategias de lucha por hacerlos realidad. (…) donde se
encuentran teoría y práctica, donde se ejercitan las nuevas ideas, donde se practica
lo colectivo” (Korol, 2004, p.11).
La forma de trabajo involucró la secuenciación en ciclos orientados a la
explicitación de los saberes previos de los participantes; la confrontación con
saberes socio-cultural o científico- tecnológicamente acuñados y la construcción de
un nuevo saber.
Este tipo de proceso requiere una continua articulación entre momentos de
problematización/comprensión de la teoría y de producción/acción o praxis. A partir
de la reflexión de los sujetos sobre los hechos objeto de la tarea, se reinterpreta lo
que en la práctica sucede, resignificándola y transformándola. Dentro de esta
propuesta el registro de los encuentros, el análisis de las propias producciones y de
otras producciones grupales, así como la recuperación meta-analítica del recorrido
de cada encuentro se constituyen en materiales que ayudan a sistematizar los
emergentes y rediseñar los espacios de trabajo.
Entendemos esta herramienta metodológica como una dinámica de
empoderamiento de las comunidades en la que sus saberes, representaciones y
prácticas entran en diálogo con los saberes expertos en un plano de intercambio
que permite la reflexión conjunta. El diagnóstico se configuró en torno a la
problemática del uso de agrotóxicos por ser uno de los problemas con impacto
directo en la salud socio-ambiental, noción que arraiga en el pensamiento de la
complejidad (Morin y Le Moigne, 2006) y el análisis de sistemas complejos (García,
2006) y donde el énfasis está puesto en abordar la salud a partir de las relaciones
e interacciones que se requieren para poder analizar e interpretar problemáticas
complejas como las que aquí presentamos.

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RedPOP

Figura 2. Taller sobre agroecología junto a productores hortícolas

Fuente: fotografía de las autoras.

Figura 3. Diseño participativo entre productores y consumidores


para la comercialización de los productos agroecológicos

Fuente: fotografía de las autoras.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

4. Los talleres como espacios de transformación colectiva


El trabajo en territorio se estructuró a partir del diseño de talleres realizados
en distintos contextos en función de la problemática entre los años 2012 y 2017.
Participaron diversos colectivos, entre ellos niños, niñas y adolescentes hijos de
productores (de aquí en más NNyA), estudiantes y docentes universitarios,
productores hortícolas locales, técnicos del INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria), gestores municipales, así como productores organizados en
cooperativas de la localidad de La Capilla en Florencio Varela y de El Peligro en La
Plata.
Todos los talleres tienen en común que valoran y ponen en diálogo los
saberes previos dimensionándolos como construcciones socio-históricas a fin de
problematizar las representaciones y prácticas territoriales con objeto de aportar a
la construcción de conocimiento situado para la gestión de propuestas superadoras.
Los talleres realizados desde 2012 a 2017, sus objetivos y principales
emergentes se presentan a continuación agrupados en torno a tres ejes de trabajo
que problematizan la producción con uso intensivo de agrotóxicos: 1- las miradas
sobre la configuración del territorio, 2- la salud y 3- la construcción colectiva de
alternativas transformadoras. Como emergentes se presentan: problemas que
comienzan a visibilizarse, el rescate de prácticas y saberes, así como la
construcción colectiva de alternativas transformadoras, en tanto como vacancias se
enumeran necesidades tanto en el campo de las ideas como en la concreción
territorial.

4.1. Miradas sobre la configuración del territorio


Mapear el territorio desde las voces de los propios actores constituyó el
primer paso para un diagnóstico sobre las percepciones, representaciones e
interpretaciones de la comunidad (tabla 1).

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RedPOP

Tabla 1. Miradas sobre la configuración del territorio


Taller Emergentes Vacancias
Miradas caleidoscópicas -visibilización de las -propiciar espacios de
Caracterizar junto a múltiples dimensiones que formación, intercambio y
agentes de política pública, atraviesan y condicionan el articulación intersectorial.
estudiantes e modo de producción en el
investigadores la contexto regional y local, y
producción hortícola local los riesgos que conllevan.
identificando
dimensiones, actores e - explicitación de la
instituciones. pluralidad de actores e
instituciones participantes.
- evidencia de la necesidad
de acciones integrales.
-comunicación sectorial y
fragmentada.

La representación del -reconocimiento y registro -ubicar las unidades


territorio de rasgos del territorio y productivas, reconocer sus
Construir el mapa socio- espacios de referencia - particularidades y
ambiental de la localidad identificación de caracterizarlas.
junto a NNyA. problemáticas socio- -caracterizar tipos de
ambientales locales. trabajo, empleos y modos
-visibilización de la de producción
dominancia de la producción predominantes.
fruti-hortícola. -construir un mapa
cartográfico socio-
ambiental.
Fuente: elaboración propia, 2019.

4.2. Salud y agrotóxicos: saberes en la acción


A fin de indagar y visibilizar los riesgos sobre la salud recuperamos las
experiencias y los relatos de los productores con la intención de revisar
colectivamente las prácticas de uso y las representaciones asociadas al empleo de
agrotóxicos.
La descripción de las actividades posibilitó el reconocimiento de los actores
que intervienen en cada una de ellas revisando situaciones de trabajo infantil o niños
en situación de trabajo y permitió la reflexión para la identificación de prácticas de
riesgo para redimensionarlas en función de la promoción y prevención de la salud.
(tabla 2)

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Tabla 2. Salud y agrotóxicos: saberes en la acción


Taller Emergentes Vacancias
De los -reconocimiento de los agrotóxicos -conocimiento técnico
agroquímicos a que se utilizan en la zona específico sobre la
los agrotóxicos identificando sus usos. diversidad de
Explicitar los - identificación de la función biocida agrotóxicos en uso y
saberes de los de cada agrotóxico. sus implicancias.
NNyA respecto de -explicitación de imaginarios y -especificaciones
los agrotóxicos reinterpretaciones sobre las técnicas en los
usados en la potencialidades de los químicos y marbetes acordes a las
localidad. las bandas de toxicidad. características y
- denominación de los agrotóxicos escalas de la
como “remedios” asociados a la producción hortícola
“cura” de los cultivos, la aceleración familiar.
del crecimiento y el fortalecimiento -materiales de
de las plantas. divulgación sobre las
-desconocimiento de los efectos propiedades de los
perjudiciales para la salud. agrotóxicos en uso y de
-relatos de experiencias personales promoción y prevención
sobre afecciones a la salud. para la salud.
-valoración positiva del impacto de
los agrotóxicos sobre los cultivos.
Un puente a la - reconstrucción del ciclo de uso -problematización de
prevención de los agrotóxicos en sus fases de las prácticas a lo largo
Caracterizar y compra/adquisición, del ciclo de uso de los
problematizar con almacenamiento, preparación, agrotóxicos
NNyA el uso de aplicación y descarte. identificando riesgo
agrotóxicos en el -identificación de prácticas de uso real y percibido.
ciclo de vida del para cada momento del ciclo en -problematización de
producto. diversos espacios dentro de las las prácticas, los
unidades productivas que riesgos que conllevan
aumentan el riesgo por uso y y las formas de
exposición. prevención y cuidado.
-caracterización de prácticas de -mapeo del ciclo de
riesgo invisibilizadas. vida del producto.
-descripción de riesgos percibidos
en el ciclo de uso.
El espiral de los -reflexión sobre las prácticas -promoción de
discursos y las productivas, los condicionantes de alternativas
prácticas los modelos de producción y el agroecológicas.
Caracterizar y uso de agrotóxicos. - diseño de
problematizar con -validación de los emergentes de herramientas
horticultores los talleres con NNyA. comunicacionales
adultos y técnicos -identificación de situaciones de situadas.
el uso de riesgo percibidas por los adultos y
agrotóxicos en el sus causas.
ciclo de vida del -visibilización de prácticas
producto. agroecológicas como alternativas.

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RedPOP

Taller Emergentes Vacancias


Conjugando -reinterpretación y revalorización -producción de
saberes: del de saberes técnicos y materiales de
riesgo a la comunitarios. divulgación en base al
prevención -discusión de las diagnóstico situado.
Consensuar con recomendaciones técnicas para la
NNyA formas de construcción de prácticas
prevención y preventivas.
cuidado de la salud -recomendaciones de cuidado
ante el uso y situadas.
exposición a los
agrotóxicos.

Saberes que -sistematización del recorrido y -trabajar la prevención


forman y revalorización de los nuevos y promoción de la
transforman conocimientos. salud en los planos
Sistematizar con individual y colectivo a
NNyA saberes escala cotidiana.
construidos en los -diseñar materiales de
talleres previos. divulgación sobre
riesgos, cuidados y
prevención de la
salud.
Fuente: elaboración propia, 2019.

4.3. La construcción colectiva de alternativas transformadoras


El proceso participativo de diagnóstico posibilitó visibilizar las características
particulares del territorio (en sus dimensiones ecológica, económica, socio-cultural
y política) y el modo en que estas atraviesan y condicionan la producción y la vida
de las familias.
Así, las actividades que posibilitaron problematizar lo cotidiano, permitieron
a lo largo de este eje, imaginar nuevas formas de comprender, dar sentido e
intervenir en el mundo en el marco de una forma diferente de producción, basada
en un modelo solidario, emancipatorio y soberano. En este sentido, se difundió la
agroecología como alternativa de producción hortícola en el marco de un proceso
integral de abordaje para la mejora de las condiciones de vida y laborales de los y
las productores/as y sus familias y se inició un camino de transición agroecológica.
(tabla 3)

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Tabla 3. La construcción colectiva de alternativas transformadoras


Taller Emergentes Vacancias
Transiciones - valoración de la alternativa -profundizar la visualización de las
Debatir con los agroecológica como diferencias de los modelos
productores la estrategia de reducción de productivos convencional y
agroecológica riesgos socio-ambientales. agroecológico y sus consecuencias.
como alternativa -visibilización de los
de producción consumidores como
hortícola. potenciales afectados por el
tipo de práctica productiva.
Taller. -reconocimiento de la -identificar y deconstruir los
Transiciones 2 incidencia del mercado en imaginarios respecto de las
Fortalecer los el modo de producción. desventajas de la agroecología.
procesos de -identificación de sus - formar consumidores en la
transición trayectorias de construcción perspectiva agroecológica.
agroecológica con de conocimientos en el - redefinir el concepto de calidad
las familias marco del modelo desde la perspectiva de salud
hortícolas. productivo local socio-ambiental.
-Valoración del modelo de
producción agroecológico
De productor a -sistematización y -realizar y difundir materiales
productor socialización de saberes de situados elaborados de productor a
Valorar con la aplicación de bioinsumos productor recuperando las prácticas
productores y resultantes de sus propias que favorecen la producción
técnicos prácticas. agroecológica.
conocimientos y -visibilización de la
experiencias en el agroecología como
proceso de alternativa viable.
transición
agroecológica.
Fuente: elaboración propia, 2019.

El trabajo en cada uno de los tres ejes permitió ir retomando los emergentes
para ponerlos en diálogo en distintos niveles de complejidad. De esta manera, el
mapa como construcción colaborativa resultó una herramienta que permitió tener
una visión integral de elementos que se van yuxtaponiendo y articulando en un
proceso de reinterpretación en la medida en que entran en una dinámica de
interrelación. Permitió redimensionar el territorio poniendo en juego los hitos y
referencias que tienen significado para la comunidad, aquello que pasa inadvertido
y lo que adquiere relevancia en la vida cotidiana.
En relación al segundo eje de trabajo, cobraron relevancia en las discusiones
sobre la salud, las distintas visiones que se pusieron en juego a partir de la puesta

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RedPOP

en diálogo de los discursos de los NNyA con el de los de los padres y madres, los
adultos, así como entre las familias y los técnicos.
Los encuentros permitieron avanzar en el reconocimiento de la diversidad de
químicos comercializados y empleados en la producción local para el control de
insectos, malezas y hongos. Resultó relevante recuperar los discursos de los
propios actores sobre las prácticas asociadas al uso y manipulación de agrotóxicos
ya que evidenció la coexistencia de una multiplicidad de saberes y prácticas que se
yuxtaponen y reproducen poniéndose en juego de modo particular en cada una de
las unidades productivas, ya sean estas de tenencia familiar, cooperativa o
empresarial.
Trabajar desde la mirada de los propios actores, atendiendo las diversas
formas en que significan las prácticas y considerando el abanico de dimensiones
políticas, económicas y sociales que se conjugan en su cotidianeidad, permitió
visibilizar parte de la compleja trama en que se inserta el modelo productivo local, a
la vez que resignificar la intoxicación por agrotóxicos y las prácticas que sostienen
la producción.
La lectura transversal de los emergentes posibilitó caracterizar y asignar
sentido a las prácticas de riesgo, así como reconocer e interpretar los supuestos
que circulan en torno la exposición a los agrotóxicos y el impacto en la salud dentro
de las unidades productivas.
En el tercer eje, la reflexión crítica y el debate sobre estos condicionantes
facilitaron un cambio de sentido respecto de la forma de producción y los criterios
que guían las decisiones de los productores en sus prácticas hortícolas valorando
su salud y la de los consumidores por sobre las impuestas desde el mercado.

5. A modo de reflexión: sobre agrotóxicos y diálogo de saberes


El trabajo colaborativo en los talleres permitió integrar el conocimiento
colectivo presente en las prácticas territoriales para caracterizar la problemática
desde sus diversas variables. Reinterpretar la realidad territorial recuperando las
dimensiones que la constituyen para articularlas y profundizarlas acorde la
pluralidad de miradas de los actores contribuyó a identificar núcleos de

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

transformación. Asimismo, comprender que la problemática local tiene su correlato


y está condicionada por decisiones políticas y económicas de una escala macro
posibilita otorgar otras dimensiones al análisis vinculadas a las formas de
producción y consumo dominantes que al inscribirse en la subjetividad se van
naturalizando.
El análisis y la sistematización de los emergentes del diagnóstico participativo
además de aportar a la caracterización de la situación de salud-socioambiental de
estas comunidades, provee categorías para su comprensión que posibilitan el
desarrollo de estrategias de comunicación, así como de gestión de alternativas
locales y de políticas sociales situadas trabajando no solo sobre lo evidente sino
también sobre aspectos invisibilizados y/o naturalizados.
La experiencia de trabajo nos permite revalorizar el diagnóstico participativo
como herramienta superadora de las instancias de transmisión utilizadas
habitualmente para promover la incorporación de tecnologías y prácticas en el
sector hortícola.
Al poner en diálogo el saber técnico con las prácticas reales de los sujetos
en los contextos de uso de los agrotóxicos, fue posible analizar y comenzar a
delinear estrategias de prevención y promoción de la salud tanto para los
productores como para los equipos técnicos. Para los técnicos en particular, el
diálogo basado en las prácticas de los productores permitió reflexionar sobre las
recomendaciones que las instituciones desde una perspectiva técnico-científica
destinan al territorio. Posibilitó volver a discutir el sentido de muchas de ellas y sus
condicionantes para adecuar a ello las prácticas de cuidado y prevención. En este
sentido, resultó evidente que las denominadas BPH, enmarcadas en el modelo de
producción hegemónico, no constituyen una alternativa ya que no resuelven el
problema de los impactos nocivos en la salud de las personas y de los ecosistemas
y resultan ajenas a las diversas realidades del territorio.
Finalmente, la reflexión compartida posibilitó a los productores cuestionar el
modo de producción convencional y sus impactos sobre la salud socio ambiental
para comenzar a pensar y construir alternativas de transición hacia las prácticas
agroecológicas.

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RedPOP

El diagnóstico realizado permitió poner en evidencia vacancias que requieren


ser abordadas junto a las comunidades en sus territorios en tanto atentan contra la
salud socio-ambiental local. Así, surgió también la necesidad de profundizar la
articulación con profesionales del campo de la comunicación pública de la ciencia.
Comenzamos entonces a delinear en conjunto con otros grupos universitarios
integrantes de la RED RICAC estrategias de comunicación que puedan operar como
instancias de reflexión y de transformación de prácticas insalubres.
Cabe señalar aquí que esta RED, integrada por investigadores de tres
universidades nacionales y una brasilera (Universidad Nacional Arturo Jauretche,
Universidad Nacional de Río Negro, Universidad Nacional de Córdoba y
Universidade Estadual de Campinas) trabaja sobre estrategias comunicacionales
de arte y ciencia con poblaciones vulnerables. De este modo este trabajo se inscribe
en una perspectiva de integración institucional colaborativa donde también se
propicia el intercambio de saberes y el desarrollo de estrategias de divulgación para
la sostenibilidad.
Por último, la experiencia en retrospectiva, evidencia que discutir y comenzar
a transitar nuevos modelos de desarrollo, requiere transformar el modelo de
pensamiento que lo sustenta, a partir de reflexiones y debates que abran al diálogo
de saberes en un actuar colectivo, que sostenido en el tiempo permita a quienes
participan en el proceso repensarse desde sus identidades, territorios y horizontes
compartidos.

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RedPOP

VIII. Planeta Azul: una propuesta educativa sobre el agua

Blanca Viera, Grupo El Planeta Azul desde la perspectiva uruguaya,


blancaviera65@gmail.com
Fiorella Silveira, Grupo El Planeta Azul desde la perspectiva uruguaya,
Coordinadora educativa de Espacio Ciencia, fiorellasil@gmail.com
Virginia Samsa, Grupo El Planeta Azul desde la perspectiva uruguaya,
vickysamsa@gmail.com

1. Introducción
El siguiente artículo comparte el trabajo del grupo El Planeta Azul desde la
perspectiva uruguaya en la implementación de talleres interdisciplinares, que se
realizan al aire libre y que fomentan la reflexión crítica en torno al Agua y su
vinculación con los diferentes subsistemas terrestres: atmósfera, biosfera, geosfera
e hidrosfera.
El objetivo principal es dar a conocer los resultados más relevantes que
surgen de la realización de estos talleres con estudiantes y docentes, desde el 2013
a la fecha, en diferentes localidades del país.
En Uruguay el tema Agua está presente en los programas curriculares de
varias de las asignaturas que componen el plan de estudios de la enseñanza en sus
diferentes niveles. Es un tema que permite trabajar con los alumnos, además de
diversos contenidos conceptuales, otros contenidos relacionados con las actitudes,
especialmente en lo que hace referencia al uso eficiente del agua y su conservación.
Asimismo, ofrece la posibilidad de trabajar de forma coordinada ya que el Agua es
un tema transversal a las diferentes asignaturas y contextos educativos.
El Planeta Azul desde la perspectiva uruguaya aspira, a partir de las
diferentes acciones que lleva a cabo, a apoyar los Objetivos del Desarrollo
Sostenible, especialmente el ODS 4. Es por esta razón que el Grupo diseña talleres
educativos que ponen en práctica metodologías alternativas a las que se
implementan en las aulas de enseñanza formal, buscando involucrar activamente a

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

los estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje y atendiendo a la


diversidad. Además, incorpora el uso de las TICs en las diferentes actividades.
Los talleres diseñados por el Grupo son versátiles en el sentido de que se
implementan tanto en espacios formales como no formales de enseñanza y
divulgación de la ciencia, como ser museos y centros de ciencia. Eso amplía las
posibilidades de involucrar a diferentes actores sociales en la propuesta e incluir a
las familias en esta iniciativa.

2. Antecedentes
El Planeta Azul desde la perspectiva uruguaya es un grupo de trabajo
integrado por cuatro docentes que se desempeñan en espacios formales y no
formales de aprendizaje de la ciencia, en diferentes localidades de Uruguay.
El grupo se conformó luego de la participación de quince docentes uruguayos
de un taller de cuarenta horas de duración titulado El Planeta Azul, realizado en la
ciudad de Resistencia, Chaco (Argentina) en noviembre del 2011, junto a diferentes
docentes y actores sociales de Argentina y Uruguay que de alguna manera estaban
vinculados con el tema Agua. El taller fue organizado en coordinación con la
Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco), a través del Programa Hidrológico Internacional, La Universidad de Ben
Gurion del Neguev de Israel, el Instituto Weizmann de las Ciencias y la autoridad de
agua del mismo país.
El taller fue impartido por el equipo israelí responsable de desarrollar el
Programa El Planeta Azul. El ciclo del agua en los sistemas terrestres, liderado por
el Prof. Nir Orion del Instituto Weizmann de la Ciencia de Israel.
Cinco de los quince docentes uruguayos que participaron del taller quedaron
altamente motivados con esta iniciativa, especialmente con la posibilidad de integrar
el aire libre como ambiente de aprendizaje. Es por eso que decidieron conformar un
grupo de trabajo con el objetivo de apropiarse de esta metodología y adaptarla para
posteriormente aplicarla en el Uruguay.
A fines del 2011 el grupo postuló un proyecto a los Programas de
Participación de la UNESCO edición 2012-2013, siendo seleccionado para su

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financiación. Con los fondos obtenidos se diseñaron diferentes materiales didácticos


para alumnos y docentes de enseñanza media y se prepararon valijas científicas de
aprendizaje al aire libre que se emplean para determinar parámetros asociados al
Agua y su vinculación con los diferentes subsistemas terrestres. Entre los materiales
disponibles en las valijas científicas se encuentran los sensores fisicoquímicos del
Plan Ceibal. El Plan Ceibal se creó en 2007 como un plan de inclusión e igualdad
de oportunidades con el objetivo de apoyar con tecnología las políticas educativas
uruguayas. Desde su implementación, cada niño que ingresa al sistema público en
todo el país accede a una computadora para su uso personal con conexión a
internet gratuita desde el centro educativo. Además, Plan Ceibal provee un conjunto
de programas, recursos educativos y capacitación docente que transforman las
maneras de enseñar y aprender.
Se realizaron 8 talleres con docentes, estudiantes de profesorado y alumnos
de enseñanza media, en diferentes departamentos en los que se divide el país.
En el año 2014, el equipo aplicó al Programa PROCIENCIA de la
Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la propuesta fue
seleccionada. PROCIENCIA es un programa de estímulo a la cultura científica y
tecnológica que entiende que la comprensión y apropiación del conocimiento
científico reviste la mayor importancia para la formación integral de las personas.
Este programa trabaja para contribuir al desarrollo de dichos procesos, para ello
elabora, implementa y monitorea iniciativas que facilitan la cooperación entre
investigadores, docentes y estudiantes y entre diferentes centros educativos e
instituciones.
Los fondos obtenidos fueron destinados a la realización de una serie de
talleres en la localidad de Tala, Canelones. En esta oportunidad se trabajó con
alumnos de enseñanza media de dos instituciones diferentes de esa localidad: el
Liceo José Alonso y Trelles y la Escuela Técnica.
En el 2015 y 2016 el grupo participó de varios eventos nacionales e
internacionales entre los que se encuentra el VIII Congreso Iberoamericano de
Educación Científica (en Bogotá, Colombia) organizado por la Cátedra UNESCO de
Educación Científica. Asimismo, el grupo dictó dos talleres: el primero en el marco

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

del Foro CILAC del año 2016 y el segundo en el evento Agua es vida (organizado
por la Fundación Iniciar for Global Action). En ambos talleres participaron docentes
de todo el país.
En el 2017 y 2018 se dictaron cursos- talleres semipresenciales en formación
docente, con seguimiento en la plataforma Crea 2 del Plan Ceibal. Los talleres se
realizaron en dos departamentos del país con participación de docentes de varias
localidades.
En cada una de las instancias de taller con docentes se detectó un gran
interés por las actividades realizadas, destacando la posibilidad de trabajar en
espacios fuera del aula y con materiales preparados especialmente para realizar
cada una de las actividades experimentales propuestas por el Grupo. En especial
los docentes encontraron en esta metodología una oportunidad para motivar a sus
estudiantes en las clases de las diferentes asignaturas.
Varios estudios muestran la falta de motivación de los alumnos de enseñanza
media hacia el estudio de la ciencia y la tecnología (Silveira, Queirolo, Rodríguez-
Ayán y Torres, 2014). La enseñanza usual de la ciencia está centrada en aspectos
conceptuales y propedéuticos, con escasas referencias a otros aspectos que, según
la mayor parte de las investigaciones en didáctica de las ciencias, conseguirían una
motivación del alumnado y un aumento de su interés hacia el estudio de las ciencias
(Solbes, Montserrat, Furió, 2007).
Los integrantes del Grupo poseen vasta experiencia tanto en la enseñanza
formal como en la no formal y han confirmado que cuando se diseñan consignas
que le imparten a los estudiantes roles activos, de forma que se sientan
protagonistas de su propio aprendizaje, la motivación aumenta. Las actividades que
propician el aprendizaje colaborativo, a través del planteo de consignas que implican
trabajar en equipo, asignando roles de acuerdo a las capacidades de los
estudiantes, favorecen la predisposición a aprender. Esto último ha quedado en
evidencia en cada uno de los talleres que se realizaron con jóvenes.
Por otro lado, los temas ambientales suelen captar el interés de los jóvenes
y en general se involucran con actividades que implican el cuidado del ambiente. La
investigación ha demostrado que los alumnos tienen una actitud favorable hacia las

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RedPOP

actividades desarrolladas en AESA (ambientes exteriores a la Sala de Aulas),


(Rebelo, Marques y Costa, 2011; Pace y Tesi, 2004) y que el uso de estrategias
adecuadas potencia el aprendizaje de los alumnos en este tipo de ambientes
(Rebelo et al., 2011; Orion y Hofstein, 1994; Anderson y Lucas, 1997).
El reto es, en este escenario educativo, desarrollar programas de alta calidad,
que fomenten el espíritu crítico de los estudiantes y la avidez por el conocimiento y
que promuevan los objetivos del desarrollo sostenible.

3. Perspectivas teóricas
El Planeta Azul desde la perspectiva uruguaya presenta una modalidad de
trabajo que fomenta el aprendizaje en el contexto real siendo el componente
principal de esta metodología el aprendizaje al aire libre. Esto ofrece a los alumnos
y docentes la posibilidad de estar en contacto directo con un fenómeno. Desde el
punto de vista del proceso de aprendizaje esta metodología pone énfasis en dos
aspectos: el desarrollo de la capacidad de pensar y el desarrollo de la inteligencia
emocional (Orion, 2007). Existe evidencia de que el principal papel que cumplen
las salidas de campo en el proceso de aprendizaje es la posibilidad de estar en
contacto directo con el fenómeno. Lo que hace únicas a las salidas de campo no es
la experiencia concreta en si misma, que puede ocurrir en un salón de clases, sino
el tipo de experiencia.
En una actividad práctica tradicional, los alumnos podrían investigar en el
laboratorio del centro educativo algunas características de los granos de arena que
provienen de una duna. Esta actividad realizada en un contexto real, es decir,
brindándole a los alumnos la posibilidad de estar en contacto directo con las dunas,
subirse y deslizarse por ellas, les podría proporcionar, por si sola, una experiencia
sensorio-motora de aprendizaje acerca de las dunas y su estructura. De acuerdo al
marco teórico de referencia, las experiencias hands on pueden facilitar la
construcción de conceptos abstractos, así como promover el aprendizaje
significativo, proporcionando estructuras para memorizar episodios a largo plazo
(Orion, 1994).
Las actividades escolares fuera de los centros han ido tradicionalmente

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

ligadas a los movimientos de renovación pedagógica, a un quehacer pedagógico


que busca la interrelación entre escuela y medio, que dignifica, a la vez, las
actividades del aula y las posibilidades educativas del entorno (Medir, 2003).
La posibilidad de salir del espacio de aprendizaje confinado en el aula anima
a los estudiantes a desarrollar destrezas científicas a través de sus sentidos,
vivenciando experiencias y valorando los diferentes puntos de vista desde los que
se puede analizar un fenómeno. Al entrar en contacto con el ambiente inmediato los
estudiantes se hacen preguntas que los llevan a tomar conciencia del entorno y los
motiva a comprenderlo. La satisfacción que experimentan los estudiantes al darse
cuenta de que están aprendiendo y que lo pueden hacer de manera alternativa
aumenta la motivación escolar y sus habilidades para aprender (Ben-Zvi Assaraf y
Orion. 2005). En este modelo de enseñanza se aplican estrategias de aprendizaje
orientadas al proceso y no al contenido. La orientación hacia el proceso focaliza en
la interacción entre el estudiante y el medio ambiente. Los alumnos construyen los
conocimientos en contacto directo con el ambiente en vez de absorber la
información que brinda el profesor. Este abordaje resulta favorable para el logro de
los aprendizajes significativos por parte de los estudiantes ya que los posiciona en
el rol de protagonistas del proceso.
Vemos que, a partir de una actividad en el exterior, no solamente se cumplen
los objetivos cognitivos planteados, sino que se crea interés, se refuerza la
pertenencia de todos los alumnos al grupo y se valoran las aportaciones de un
alumno con dificultades habituales de aprendizaje (Medir, 2003). Sin embargo, las
salidas de campo por sí solas no garantizan el desarrollo cognitivo de los alumnos.
El impacto educativo de la salida de campo depende del óptimo aprovechamiento
de las interacciones concretas entre los estudiantes y el entorno (Orion, 1994). El
docente deberá tener en cuenta en el abordaje didáctico la inclusión de actividades
que fomenten ese tipo de interrelaciones de manera de que se alcancen los logros
esperados.
Desde 1960 hasta la fecha varias investigaciones en educación científica han
abordado diversos aspectos del aprendizaje al aire libre (Koran y Baker, 1979);
(Mason, 1980). Se han extraído conclusiones muy importantes en las siguientes

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RedPOP

áreas: el rol de las salidas de campo en el proceso de aprendizaje; el tipo de


aprendizaje (orientado al proceso o al contenido); la importancia de preparar la
salida.
Con relación al rol de las salidas de campo en el proceso de aprendizaje,
existen evidencias de que las salidas de campo son beneficiosas, especialmente
cuando el docente utiliza las experiencias concretas de aprendizaje como paso
intermedio para alcanzar niveles más altos en el desarrollo cognitivo (Vinci, 1969;
Folkomer, 1981; MacKenzie y White, 1982). En las salidas de campo se pueden
enseñar tanto conceptos primarios (que son los derivados de las experiencias
sensorio-motoras) como los fenómenos relacionados con estos conceptos, los que
podrían actuar como subsumidores para incorporar nuevos aprendizajes.
En cuanto al tipo de aprendizaje, como se mencionó anteriormente, se debe
favorecer la orientación hacia el proceso. MacKenzie y White (1982) compararon
tres grupos de alumnos que estudiaron los mismos temas con el mismo docente.
Un grupo fue el control y estudió los temas en el aula, sin realizar una salida de
campo. Los otros dos grupos estudiaron los temas utilizando como recurso didáctico
la salida de campo. De esos dos últimos grupos, uno adoptó una orientación hacia
el contenido y el otro hacia el proceso. Los resultados mostraron que la adquisición
de los conocimientos y la memoria a largo plazo fueron significativamente mayores
en el grupo que adoptó la orientación hacia el proceso que en los otros dos.
Con referencia a la importancia de preparar la salida, Falk et al. (1978) y Falk
y Balling (1982) puntualizan que la habilidad con la que los alumnos puedan llevar
adelante las consignas durante las salidas de campo está relacionada con la
novedad que genera el entorno. Estos autores encontraron que si el entorno les
resulta novedoso los alumnos lo explorarán y luego de familiarizarse con él se
concentrarán en las consignas planteadas por el docente. Orion y Hofstein (1991b)
encontraron tres factores asociados con los “entornos novedosos”: los psicológicos
(que tienen que ver con el tipo de actividad en la que van a participar), los
geográficos (relacionados con el lugar en el que van a trabajar) y los cognitivos
(relacionados con las consignas que tendrán que realizar). Los autores enfatizan en
la importancia de preparar a los alumnos para la salida de campo de forma de

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

minimizar los factores asociados con los entornos novedosos y que de esa forma
se puedan favorecer los aprendizajes significativos.
La planificación de una unidad didáctica utilizando esta metodología de
trabajo se plantea como un desafío ya que resulta necesario integrar los contenidos
de las diferentes asignaturas de manera flexible, contemplando al mismo tiempo la
heterogeneidad del alumnado.
Dos son los aspectos fundamentales a tener en cuenta: por un lado, la
motivación intrínseca de los estudiantes a la hora de poner en práctica las
actividades y por otro la forma de evaluar los aprendizajes ya que estos se
encuentran basados en el desarrollo de competencias.
Finalmente cabe mencionar que la capacidad de los estudiantes de realizar
con éxito las tareas propuestas por los docentes está muy relacionada con la
planificación que los mismos realizan de la salida (Falk et al., 1982). Si las
actividades y el entorno resultan novedosos, los estudiantes se sentirán motivados
a explorar y luego de familiarizarse con el lugar se concentrarán con las consignas
específicas (Orion y Hofstein, 1994).

4. Métodos
La intervención se planeó tomando como punto de partida para el diseño de
los talleres el modelo del profesor Nir Orion, pero realizando una adaptación a la
realidad local.
Los talleres constan de siete partes: una introducción donde se presenta el
marco teórico de la metodología utilizada; planteo de una situación problema a
resolver que implica realizar una serie de actividades experimentales; delimitación
e investigación del área de estudio; preparación de la salida de campo; salida de
campo y toma de muestras; análisis de las muestras; discusión final.
En la introducción teórica se presentan las bases epistemológicas de esta
metodología, la misma se enmarca principalmente en la corriente constructivista
utilizando la estrategia de aprendizaje basado en problemas.
La situación problema se puede definir de diversas formas, ya sea por mero
interés de los actores locales donde se realiza el taller de abordar cierta situación

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local, o a partir de una noticia proveniente de diferentes medios de comunicación


(redes sociales, periódicos, radio, etc), o el equipo Planeta Azul define un objetivo
problema, a partir de una investigación previa del lugar donde se realizará la
intervención. La problematización se efectúa utilizando una pregunta como
disparador.
El área de estudio donde se desarrolla la investigación es definida a partir de
la pregunta problema, realizando una breve descripción del sitio, las características
geográficas principales, la formación geológica del lugar, el o los principales cursos
de agua, así como también los principales aspectos sociales del mismo.
Una vez definida y conocida el área de estudio, se procede a preparar la
salida de campo, la cual se realiza en función de los objetivos planteados para la
investigación (pregunta problema).
Los materiales se entregan a los participantes, "las valijas científicas"
contienen la mayor parte de los materiales a ser utilizados en el campo y
posteriormente en el análisis de las muestras. Se pide a los mismos que seleccionen
aquellos materiales que se llevarán al campo para ser utilizados, dejando aquellos
que se utilizarán en el análisis posterior de laboratorio.
Por otro lado, se trabaja sobre las normas de seguridad a tener en cuenta en
la salida de campo, así como también de la correcta toma de muestras, medición
de parámetros y registro de datos.
El registro de datos se hace utilizando fichas de trabajo diseñadas
especialmente para los parámetros medidos. Durante la salida de campo se
procederá a la toma de muestras y medición de algunos parámetros "in situ". Se
hace registro escrito y fotográfico de aquellos datos relevantes para la correcta
descripción del sitio de estudio.
En el laboratorio las muestras se analizan utilizando diferentes técnicas que se
encuentran documentadas en cartillas y protocolos de trabajo.
Respecto a los datos relevados con los sensores “Labdisc” del Plan Ceibal,
estos se sistematizan utilizando el software Globilab.
Los resultados obtenidos se registran a fin de poder relacionarlos y discutirlos
en el cierre del taller. Durante la discusión final, se van presentando los resultados

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

obtenidos abriéndose un espacio de reflexión e intercambio colectivo a fin de poder


lograr un acercamiento a la respuesta de la pregunta problema planteada, así como
una visión holística de la situación estudiada y promoviendo la democratización de
la información recabada a lo largo del taller.

5. Resultados obtenidos
A continuación, se presentan los datos resumidos (tablas 1 y 2),
correspondientes a los talleres realizados hasta el momento por el equipo Planeta
Azul desde la perspectiva uruguaya (tabla 1) y las asistencias a congresos, jornadas
y simposios nacionales e internacionales (tabla 2).

Tabla 1. Datos de los talleres realizados desde el año 2013 a la fecha

Año Cantidad Público Objetivo Lugar de realización Cantidad de


de talleres participantes
realizados
2013 6 Docentes de Liceo Nro 2, Colonia del 20
Enseñanza Media Sacramento, Colonia
Estudiantes de Liceo de Tala, Tala, 25
Educación Media Canelones
Docentes de Educación Liceo Nro 3, Fray 22
Media Bentos, Río Negro
Estudiantes de Liceo de Barros 25
Educación Media Blancos Nro 2, Barros
Blancos, Canelones
Docentes y Estudiantes Estación experimental 30
de Formación Docente. de la Facultad de
Agronomía, Melo, Cerro
Largo.
Estudiantes de Liceo Nro 15, 25
Educación Media Montevideo,
Montevideo
2014 1 Docentes de Educación Espacio Ciencia – 20
Primaria. LATU,
Montevideo.

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Año Cantidad Público Objetivo Lugar de realización Cantidad de


de talleres participantes
realizados
2016 2 Docentes, Estudiantes CILAC, Foro Abierto de 25
de Formación Docente, Ciencia Latinoamérica y
Público asistente al Caribe. Montevideo,
congreso Uruguay.
Docentes, Estudiantes Simposio Agua es Vida, 20
de Formación Docente, ¡Protejámosla!,
Público asistente al Maldonado, Uruguay.
congreso.
2017 1 Docentes, Docentes de IPES (Instituto de 24
Formación Docente, Perfeccionamiento y
Estudiantes Formación Estudios Superiores).
Docente. Montevideo, Uruguay.
2018 2 Docentes, Estudiantes Espacio Ciencia-LATU, 31
Formación Docente. Montevideo, Uruguay.
Docentes, Docentes de IFD (Instituto de 31
Formación Docente, Formación Docente).
Estudiantes Formación Tacuarembó, Uruguay.
Docente.
Fuente: confección propia. Se muestra los datos sistematizados de los talleres realizados
hasta la fecha, donde se puede apreciar a qué público fue dirigido, así como también el
lugar de realización y cantidad de asistentes.

Como se puede observar hasta el momento han participado de esta


propuesta cerca de trescientos docentes de diversos departamentos del país.

Tabla 2. Datos de las diferentes instancias de participación en congresos,


jornadas y simposios hasta la fecha

Año Lugar Actividad


2017 Salto, Uruguay “II Congreso Internacional de Enseñanza de las Ciencias
Básicas”
2015 Bogotá, “VIII Congreso Iberoamericano de Educación
Colombia Científica. II Congreso Internacional de Pedagogía,
Didáctica y TIC aplicadas a la educación”.
2014 Durazno, “5to Encuentro Nacional de Educación Ambiental.
Uruguay Ciudadanía Ambiental y Desarrollo Sustentable: una
mirada crítica desde la Educación Ambiental”
Fuente: confección propia. Se muestra los datos sistematizados de la participación
del Grupo en diferentes eventos.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Con referencia a la implementación de los talleres el Grupo ha evidenciado,


en cada una de las instancias de trabajo presencial, que la posibilidad de trabajar
en un contexto real y con una situación problema que involucra a la localidad permite
acercar a los docentes y alumnos a la ciencia de manera alternativa, sintiéndose
altamente motivados a realizar las actividades propuestas.
El relevamiento de las encuestas que se realizaron a los participantes de los
talleres (docentes y estudiantes) arroja los siguientes datos cuantitativos: la salida
de campo es valorada con 4,9 puntos; los manuales (librillos con marco teórico y
protocolos de actividades experimentales) con 4,6 puntos; los recursos didácticos
(valijas científicas) con 4,2 puntos, la posibilidad de trabajar con los sensores
fisicoquímicos del Plan Ceibal con 4,9 puntos. Para la valoración se tomó la escala
Likert de 5 puntos, siendo 1 totalmente en desacuerdo y 5 totalmente de acuerdo.
En cuanto a los datos cualitativos que surgen de las encuestas de los
docentes, la búsqueda de patrones muestra que “las prácticas resultan hilos
conductores muy útiles para el proceso de enseñanza aprendizaje”; “el taller en su
conjunto es un recurso didáctico muy motivador y creativo”; “los manuales, además
de dar información teórica, tienen ejemplos prácticos”; “es un taller muy ameno”; “la
posibilidad de trabajar de manera interdisciplinaria es muy útil”; “los alumnos
participan activamente en las diferentes consignas”.
Los alumnos opinan que “los conocimientos son útiles para las clases”; “se
relaciona con las materias que tenemos”; “pude interactuar con mis compañeros”;
“nos enseñaron a ser más cuidadosos con los recursos”; “pudimos experimentar
con instrumentos que no conocíamos”.
Con relación a los proyectos emprendidos por docentes, los mismos se
desarrollaron como parte de las actividades del curso de Didáctica de las diferentes
asignaturas, junto a sus estudiantes de profesorado. Consistían básicamente en
planificar una unidad didáctica en torno a esta metodología, seleccionando el sitio
en donde se realizaría la salida de campo, preparando la salida, definiendo las
actividades experimentales y confeccionando una rúbrica para valorar los
aprendizajes. Se entregó un proyecto por cada uno de los subgrupos que
participaron de los ciclos de talleres. Estos proyectos estaban fuertemente ligados

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RedPOP

a cada una de las localidades de los participantes, en el sentido que buscaban dar
respuestas a problemáticas del contexto vinculadas al Agua.

6. Conclusiones
A lo largo de estos años de trabajo, el equipo Planeta Azul desde la
perspectiva uruguaya ha podido desarrollar de forma satisfactoria las actividades
mencionadas, verificando que es posible aplicar la metodología del aprendizaje al
aire libre en grupos tanto de docentes como de estudiantes, logrando así que el
aspecto vivencial se convierta en el eje central del proceso.
Desde el punto de vista del aprendizaje esta metodología inspira a los
docentes a repensar el abordaje de las unidades didácticas planteando objetivos
interdisciplinarios y la utilización de estrategias transversales. Asimismo, el
aprendizaje está orientado hacia el proceso y pone énfasis en la interacción entre
el estudiante y el ambiente. Esto implica que los estudiantes construyan el
conocimiento en interacción con el medio y que sean protagonistas de su
aprendizaje, en lugar de limitarse a absorber información del profesor.
Las propuestas didácticas, al estar enfocadas al estudio del ambiente,
brindan la oportunidad de promover acciones de reflexión e investigación en la
resolución de problemas, buscando soluciones sostenibles y relevantes para el
entorno y la comunidad. Eso quedó en evidencia en la entrega de los proyectos que
realizaron los subgrupos.
A partir de esta iniciativa se han generado varias propuestas didácticas que
se planifican en torno a esta metodología que además del desarrollo de la
conciencia medioambiental construye conciencia social y empoderamiento
ciudadano.
Las palabras “utilidad” y “útil” se repiten una y otra vez en las encuestas por
lo que se concluye que las actividades son provechosas tanto para estudiantes
como para docentes.
A futuro, se aspira a desarrollar un instrumento específico que permita
cuantificar la motivación hacia el aprendizaje que surge de poner en práctica esta
metodología. Se tomará como base cuestionarios ya desarrollados para la

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

evaluación de la motivación en el contexto académico, como por ejemplo el


Cuestionario MAPE-1: Motivación hacia el aprendizaje.

7. Agradecimientos
A la Red de Escuelas Asociadas de la UNESCO (Red PEA) por invitarnos a
participar del primer taller en Resistencia y por alentarnos a formar el grupo y a
desarrollar el primer proyecto de trabajo.
Al Programa Hidrológico Internacional de la UNESCO (PHI) por confiar en
nuestro trabajo y apoyarnos en las diferentes actividades, tanto a nivel nacional
como internacional.
Por último, al Plan Ceibal por acompañarnos a cada uno de los talleres que
dictamos y por facilitarnos los sensores fisicoquímicos que utilizamos en los talleres.

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RedPOP

IX. Buscando la sostenibilidad en el quehacer universitario: caso


de la Comisión Ambiental ECCC / UCR

Elsy Vargas Villalobos, Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva


Universidad de Costa Rica, elsy.vargas@ucr.ac.cr

1. El inicio del problema: cultura y cambio de espacio


La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica, se
caracterizó durante mucho tiempo por ser un espacio vivo, lleno de voces diversas,
de luchas, grafitis, afiches y gente. Hasta el año 2015 se ubicó en el Campus
Rodrigo Facio, sede central de la universidad, y tenía enfrente la Plaza 24 de abril,
nombrada así en memoria de la lucha estudiantil llevada a cabo en abril de 1970
contra ALCOA (empresa estadounidense y la tercera productora de aluminio más
grande en el mundo), la que finalizó con el abandono del proyecto por parte de la
empresa (Archivo Nacional, s.f., párr. 3-8). Dicha plaza tiene una buena ubicación,
pues es lugar de paso entre edificios emblemáticos del campus, está cerca de dos
de las principales bibliotecas de la universidad, cuenta con espacios para sentarse,
zonas verdes y muchos árboles, los cuales se llenan de flores en ciertas épocas del
año, y en cuyas ramas viven ardillas y una gran variedad de aves. Por estas
razones, era uno de los lugares favoritos de gran parte del estudiantado, para
socializar, cantar, leer, trabajar, estudiar y “vivir la universidad”.
Sin embargo, a finales del mes de febrero del 2015, la Facultad se trasladó a
un nuevo edificio localizado en la llamada “Ciudad de la Investigación”, a unos 10
minutos a pie de la sede central de la universidad (O´Neal, 2014, párr. 4).
La estructura es mucho más grande y moderna, pero es gris y se aprecia sin vida;
y sin el sentido de pertenencia que tenía el antiguo edificio. En el momento de la
mudanza, el espacio no tenía árboles, sino arbustos recién plantados, no había
aves, las zonas verdes o jardines estaban apenas plantadas y lucían
completamente secas, a pesar del esfuerzo por regarlas.
El habitarlo y sentirse parte del nuevo espacio fue un tema complicado, pues
quienes lo visitaban permanecían sólo el tiempo necesario y salían a toda prisa

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

hacia la sede central. Desde entonces, el proceso de apropiación del espacio ha


sido muy lento, y se ha visto afectado por el fideicomiso bancario con el que se
construyó, ya que no permite hacer ningún cambio en la infraestructura o pintura en
los próximos 18 años. Adicionalmente al edificio, en el nuevo vecindario tampoco
había lugares cercanos donde comer, sacar fotocopias, comprar artículos de oficina
o productos como snacks o medicamentos.
Por otra parte, las actividades lúdicas y de integración, tradicionales a inicios
de los ciclos lectivos de la universidad, como Semana de Bienvenida, o en
momentos específicos como la Semana Universitaria (la semana del 24 de abril de
cada año), no llegan a la Ciudad de la Investigación, por lo que no se “vive” como
solía pasar en el edificio anterior, ubicada en medio de epicentro de las actividades.
Estas nuevas condiciones han generado desde el inicio un sentimiento de exclusión
con el resto de la universidad.

2. Una mole de concreto llena de contradicciones ambientales


Cuando el antiguo decano, MSc. Francisco Enríquez, presentó el edificio en
una Asamblea de Facultad durante el 2017, comentó que la nueva estructura iba a
ser más ecológica, que el diseño permitiría la circulación de aire, enfriando las
diferentes secciones del edificio y que las ventanas favorecerían la iluminación
natural.
No obstante esa premisa, a la hora de habitar el espacio las cosas variaron
significativamente. Por ejemplo: por su posición, la luz da directamente en algunas
zonas y el calor se incrementa considerablemente. Lo anterior hizo que fuera
necesario colocar un polarizado en ventanas, y por ello en algunos espacios es
necesario mantener la luz artificial encendida. Por otro lado, los laboratorios de
cómputo siempre pasaban encendidos, aunque nadie los estuviera usando, y esto
era mayor en la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, que cuenta con
130 aparatos en cinco laboratorios.
Con respecto a la cultura de separación de residuos, también hubo un cambio
negativo. En el edificio anterior existía una cultura mínima de clasificación, pues la
gente estaba empezando a separar y clasificar los desechos y existía una

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periodicidad para recogerlos y llevarlos a los centros de acopio. Los recipientes


eran comunes en varias escuelas y la gente incluso traía sus residuos desde sus
hogares. Cuando se mudaron al nuevo edificio, todo fue diferente. El edificio no
tenía servicio de recolección y los recipientes de reciclaje empezaron a utilizarse
como basureros ordinarios, colocados de manera individual en los pasillos. Esto
confundió a las personas y afectó lo poco logrado anteriormente en cuanto a la
separación adecuada de residuos. Cuando se trató de darles el uso que
corresponde, las personas usuarias del edificio no reaccionaron tan pronto como se
esperaba.
Ante este panorama y todos los demás aspectos que dicho traslado conlleva,
como transporte, espacios de socialización, hacer comunidad, entre otros, surge el
interés de crear una comisión de Salud Ambiental en la Facultad de Ciencia Sociales
a inicios del primer semestre del 2016. En abril del 2016 la Escuela de Ciencias de
la Comunicación Colectiva (ECCC) creó su propia comisión, amparada en lo que
dicta la Constitución Política de Costa Rica (1949) en su artículo 50, cuando señala
que toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Además, se basó en el Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica (1974),
en su título I, que establece como principio orientador el “compromiso con el medio
ambiente: Fomentar el mejoramiento de la relación ser humano ambiente y el
conocimiento, el respeto, la conservación y el uso sostenible de los recursos
ambientales, así como una mejor calidad del ambiente” (p.1) En complemento, se
consideraron las políticas institucionales aprobadas por el Consejo Universitario
para los años 2016-2020, en el eje de Gestión Institucional, que incorporan el
capítulo de “Compromiso con la sostenibilidad ambiental”. La ECCC toma la Gestión
como un eje transversal en su Plan de Desarrollo Estratégico 2016-2020 y este se
plasma en lo relacionado con sostenibilidad en el apartado 4.6. Compromiso con la
Sostenibilidad Ambiental. (pp. 63-64)
Es importante mencionar que la Comisión de la Facultad no avanzó tan
rápido, pues se limitó a procesos más administrativos y se quedó estancada,
mientras que la Comisión de Gestión Ambiental de la ECCC propuso un plan de

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

trabajo basado en objetivos y metas a alcanzar por medio de estrategias y tácticas


de comunicación.

3. El proyecto: la Comisión Ambiental de la ECCC


Una vez que dio inicio el trabajo de la Comisión de Gestión Ambiental de la
ECCC, se estableció la meta de participar en la 2da Edición del Galardón Ambiental
de la universidad y ganarlo. Este es una distinción institucional de la UCR para
aquellas unidades que logran mejorar varios aspectos relacionados con la gestión
ambiental. El concurso nació del compromiso de la UCR por implementar políticas
de sostenibilidad ambiental, y fue aprobado por el Consejo Universitario en marzo
del 2015 (O´ Neal, 2015).
La comisión se integró de la siguiente manera: dos personas administrativas,
dos técnicos del Centro de Producción Audiovisual (CEPROAV), dos profesoras y
dos estudiantes de la carrera de Comunicación (dicha composición ha variado con
el tiempo), pues algunos miembros se han retirado. Asimismo, desde el inicio se ha
contado con el valioso aporte del estudiante de Salud Ambiental, Andrey
Bustamante, que ha fungido como asesor de los procesos.
Como se mencionó anteriormente, la comisión arrancó su trabajo con mucho
entusiasmo y formuló un plan ambicioso y motivador, pensando en impactar
positivamente en áreas como movilidad sostenible, disminución del uso de energía
eléctrica (dado que, según la Unidad de Gestión Ambiental de la UCR, el edificio
consume un monto en colones de 11. 5 millones de colones en promedio en su
recibo de electricidad -aproximadamente US $18.914), y conciencia con respecto al
uso del agua, entre otros. Estos se definieron en el documento que se llamó:
“Lineamientos para la para la implementación de prácticas ambientalmente
responsables de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva” (2016) y se
establecieron una serie de políticas que son la base del trabajo de la Comisión.
El enfoque se centró en la Salud Ambiental, entendida como la disciplina que
engloba factores ambientales que podrían incidir en la salud y se basa en la
prevención de las enfermedades y en la creación de ambientes propicios para la

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salud. Tiene relación directa con la salud integral y la salud ambiental, y busca el
balance y la calidad de vida.
Sin embargo, la realidad a la que correspondió enfrentarse disminuyó la
motivación, ya que el edificio estaba ligado al fideicomiso bancario por más de 20
años y no se podía intervenir. La comisión sugirió acciones como la creación de un
parqueo de bicicletas, la colocación de sensores inteligentes para la luz de baños y
oficinas, la creación de una pequeña zona a manera de jardín o huerta, entre otros,
pero no era posible ejecutar esas ideas. No obstante, el trabajo continuó y se
buscaron otras alternativas que sí se permitieran y que más personas interesadas
pudieran vincularse a los procesos.
En este contexto surgió la idea de realizar varias campañas digitales para
poder posicionar el tema en el día a día de la Escuela y generar pequeños cambios
de actitudes y comportamientos, a pesar de no poder hacer cambios estructurales.
Siempre alineados a lo que requiere el Galardón Ambiental anual de la universidad,
se empezó a trabajar las estrategias en las siguientes áreas:

Figuera 1. Áreas de trabajo de la Comisión de Salud Ambiental de la ECCC-UCR

Fuente: Bustamante, 2018.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

4. Estrategia de trabajo versus estrategias de Comunicación


El Galardón Ambiental de la UCR contempla muchas variables, y algunas
tienen ver con gestión administrativa inclusive, por lo que quizá no se podían
trabajar tan fácilmente desde la comunicación, sino que responden a procesos
establecidos.
Con el fin de evaluar el estado de las prácticas ambientales de la Unidad
Académica en cuanto a gestión, lo primero que se hizo fue realizar un diagnóstico.
Esto implicó la revisión de elementos como la cantidad de papel usado en oficinas,
las mediciones aproximadas de gases en aire acondicionado, por las refrigeradoras
y cualquier otro medio similar, el consumo de agua promedio y el de luz (los recibos
no se pagan por unidad académica, sino por edificio, por lo que es muy difícil
conocer con exactitud el consumo de la Escuela), la cantidad de estudiantes y
personas que trabajan o visitan el edificio, la cantidad de buses y vehículos que en
promedio suben al edificio desde el campus o desde otros puntos, la cantidad de
residuos orgánicos generados por funcionarias y funcionarios en el comedor, los
espacios verdes, las zonas de esparcimiento, entre otros.
Una vez mapeados los puntos débiles, se inició la elaboración de una
estrategia que ayudara a mitigar dichas falencias. De la mano de ésta, se desarrolló
una estrategia de comunicación que involucrara incluso herramientas de
comunicación para la salud que es utilizada, como indica el programa Healthy
People (citado por Mosquera, 2003), en procesos de planificación y desarrollo de
estrategias para la prevención de enfermedades y la promoción de hábitos
saludables, para informar e influenciar decisiones individuales y comunitarias que
mejoren la salud. También se usaron aspectos del marketing de la salud que
Andreasen (citado por Beerli-Palacio, Martín-Santana y Porta, 2008) lo define como
“la aplicación de los conceptos y herramientas que se utilizan en el sector privado
para analizar, planificar, ejecutar y evaluar programas diseñados para influir en la
conducta voluntaria de públicos objetivo (targets) específicos, en orden a mejorar
su bienestar y el de la sociedad” (p.29).

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5. Las acciones y resultados


De la mano del diagnóstico, la comisión desarrolló políticas ambientales,
derivadas de la legislación de la Universidad y apegadas a la realidad de la Unidad.
Estas se dieron a conocer por medio de la red social Facebook y por otras vías
digitales.
Estos esfuerzos han hecho que la Escuela gane dos de las tres ediciones del
Galardón Ambiental, con puntos extra, literalmente, por los esfuerzos adicionales
que ha realizado en el tema de gestión ambiental.

Figura 2. Comisión Ambiental durante el 2017, en la premiación del Galardón


Ambiental, acompañada por la MSc. Lorna Chacón, antigua Directora de la ECCC.

Fuente: fotografía de la autora, 2017.

Como parte de las actividades que se han ido realizando, se creó un logo y
un pequeño manual de marca para trabajar la imagen y que la comunidad de la
Escuela fuera posicionándola.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Por otro lado, se decidió disminuir el uso del papel impreso, y se ha logrado
llegar a un 80% (hay documentos que aún deben ser impresos). Para ello, se decidió
promover la comunicación digital, el escaneo de documentos, los formularios en
línea y se compraron dos pantallas para colocar ahí información se pondría en
afiches impresos.
Con el material que se recolectó, se lograron hacer 100 libretas de hojas
recicladas, que se dieron como premio a quienes participaron en las diversas
actividades que organiza la Comisión.

Figuras 3 y 4. Imágenes de la campaña para redes sobre el uso del papel y la


elaboración de libretas de material reciclado

Fuente: diseños de la Agencia de Comunicación La Estación, 2018.

Se empezó a celebrar el Día de la eficiencia energética (21 de octubre), con


un apagón y una feria de productos orgánicos, artesanales o hechos con material
reciclado. Poco a poco se ha empezado a celebrar también el Día del ambiente,
pero se ha extendido a toda la semana, con actividades que promueven además la
salud física y mental. Esto también ha ayudado a generar participación y
apropiación del espacio de la Facultad.
Si hablamos de los residuos orgánicos, se compraron cajas para
recolectarlos en el comedor administrativo de la Escuela, al que asisten también
docentes y se generaron materiales para explicar qué se puede compostar y qué

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RedPOP

no. En este proceso participa el 100% del personal técnico administrativo, y


algunas(os) docentes y estudiantes.
Se compró una compostera pequeña, pero se ganó la 2da edición del
Galardón Ambiental, que fue el primer año en el que se participó y el premio fue una
compostera más grande. En el proceso, se ha logrado “predicar con el ejemplo”,
integrando y motivando a otras unidades. De esta forma, se maneja una cantidad
mayor de residuos. El abono generado se regala durante las actividades que se
realizan a manera de feria.
Para acompañar el abono, se han realizado actividades con plantas en
maceta, dado que no se permitió sembrar en el jardín. La primera vez, fue
adoptando una, y las veces anteriores, se han regalado a quienes comparten con la
comisión en las actividades organizadas en las ferias durante los apagones. Las
plantas se siembran además en materiales reutilizados, como vasos de estereofón
(poliestireno expandido-unicel) o tarritos plásticos. Esta y otras actividades son
llamadas “de compensación”: las personas salen de su rutina y permiten
concientizar sobre nuestro impacto ambiental. Al ayudar en voluntariados las
personas se dan un espacio para pensar en algo importante y encuentran un
propósito motivacional, que en este caso es el cuido del entorno.
La Comisión de la ECCC no se ha dado por vencida y ha logrado gestionar
un espacio que se dedicará a una huerta que será cultivada por sus miembros, con
el fin de poder aprovechar el terreno, el abono y generar vínculo con la naturaleza.
Otro tema que ha sido trabajado desde la Comisión tiene que ver con la
movilidad sostenible, comprendida como aquella actividad física o movimiento en el
espacio que propicia la salud, que permite trabajar con eficiencia, procurando un
uso responsable de los recursos naturales. La campaña se enfocó en el transporte
compartido y fue idea de uno de los miembros de la Comisión, quien empezó a llevar
o traer a conocidos que vinieran o fueran saliendo del edificio. Esta campaña se
llama “¿Te llevo?” y ha generado una vinculación de más de 25 personas, no solo
de la Escuela de Comunicación, sino también de otras unidades académicas.
Participan administrativos, docentes y estudiantes.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Su implementación ha buscado impactar las dinámicas cotidianas de la


institución, y trata de descongestionar las paradas de los buses internos, así como
aprovechar más los vehículos privados que ingresan a los parqueos. Para ello se
creó un identificador que se coloca en el carro, a la vista, para que quienes lo vean,
sepan que realmente se trata de alguien que es parte de la campaña.

Figuras 5, 6 y 7. Ejemplos de la Campaña ¿Te llevo?

Fuente: fotografías de la autora.

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También se ha incentivado el uso de la bicicleta como transporte al edificio,


reconociendo en Facebook a quienes viajan de esta forma.
Por otra parte, para ayudar a disminuir el consumo de electricidad, se
desarrolló un concepto llamado “Apagame por favor”. Este consta de imágenes para
el fondo de escritorio de las computadoras, indicando que deben apagarse cuando
no se estén usando.
Asimismo, se colocaron stickers en los apagadores para recordarle a la gente
que debe apagar las luces al salir. Se logró el apoyo de la dirección para enviarle
un comunicado al cuerpo docente, indicándoles que si es el último de la noche en
el laboratorio, que debe motivar a las y los estudiantes a apagar las computadoras.
Se consideraron ideas para disminuir el consumo de agua y se trabajó sobre
el concepto del “Agua se cuida porque se agota”. En el caso de los inodoros, no se
pudo hacer nada por el sistema que tienen en el edificio. Sin embargo, con los
lavatorios, al contar con mecanismos de presión, se pudo solicitar que la cantidad
de tiempo para que el agua salga se disminuyera. Como complemento, se colocaron
materiales gráficos en los baños y en la cocina indicando que el agua debe cuidarse
y que no deben verterse sustancias contaminantes en el desagüe.
Otra iniciativa fue recolectar cartuchos de impresora y tinta, para lo que se
gestionó un recipiente especial y la comunicación para dar a conocer dicho recurso
se desarrolló de manera directa con unidades académicas para recibir los que ya
no sirven.
Aparte de esto, también se ha trabajado en educación, por medio de talleres
en temas relacionados con capacitación ambiental y desarrollo de materiales que
se comparten en las pantallas o vía Facebook. En ellos han participado personas
internas y externas a la institución.
Asimismo, la comisión adquirió un punto de acopio para la Escuela, y se
personalizó de acuerdo a la imagen gráfica. Para ayudar a quienes quieren separar
de manera adecuada sus residuos, se elaboró un banner con muchos ejemplos de
materiales y donde deben colocarse y se colocaron cajas para recibir papel para
reciclaje en la Secretaría de la unidad y en el Centro de Producción de Materiales
Audiovisuales CEPROAV.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Para motivar su uso, se han realizado también actividades de BTL (below the
line) como el “policía ambiental”, que persigue a quienes depositan los residuos en
los recipientes equivocados.
Finalmente, se conoció la campaña de la Comisión de Carbono Neutro de la
Universidad y se gestionó el contacto con la coordinadora para entender de qué
trataba y cómo se podía participar. Una vez conocida la mecánica, la comisión se
dio a la tarea de trabajar a lo interno con algunos estudiantes y personal
administrativo y docente para llenar botellas con material metalizado.
Como parte de la motivación, se compartió un post incitando a los estudiantes
a participar y el post se hizo viral, llegando a más de 168699 personas, tuvo 26248
interacciones y se compartió 1299 ocasiones. Se generó un segundo posteo con
una infografía para explicar cómo llenar los ecobloques de manera adecuada y este
llegó a 67246 personas, generó 5373 interacciones y fue compartido 495 veces.
Dicho impacto ha sido significativamente superior a lo proyectado y se ha
aprovechado para educar nuevamente a las personas interesadas en la temática y
posicionar a la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva en el tema
ambiental. Más de 80 personas han consultado, ya sea vía telefónica, por correo
electrónico o por messenger en la plataforma de Facebook. Se ha logrado motivar
a quienes desean implementar ideas en sus hogares para disminuir residuos y se
ha aprovechado para ayudarles a identificar proyectos en los que pueden usar los
ecobloques.
En el comedor se colocó una caja para recolectar empaques metalizados y
allí, técnicos y secretarias colaboran llenando las botellas y en una de las
dependencias de la Escuela, llamada Agencia Estudiantil de Comunicación.
Además, se recibieron más de 70 botellas o ecobloques, pero sólo se han
podido entregar 17, pues venían mal llenadas. Algunos miembros de la Comisión
se están encargando de llenarlas adecuadamente para poder entregarlas donde
corresponde. Cuando se logren entregar todas, la coordinadora de la Comisión de
Carbono Neutro ayudará a calcular el impacto en la huella de carbono. Incluso, fue
necesario indicarles a las personas que no se están recibiendo más botellas porque
no hay espacio donde almacenarlas.

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6. Evaluando el resultado
La mejor evaluación de todos los procesos de la estrategia se deriva del
Galardón Ambiental. El instrumento cuenta con 10 secciones, cada una dividida en
variables o elementos a calificar, con pesos establecidos y aspectos obligatorios o
voluntarios.
Para entregar el Galardón hay un panel de expertos independientes que
evalúa el rendimiento de las unidades inscritas, en varias categorías como en
educación ambiental, movilidad, compensación, gestión administrativa, así como de
insumos, residuos, energía, recurso hídrico y aire.
Con todas estas iniciativas, la ECCC ha logrado colocarse dentro de las cinco
unidades con mayor puntaje en las dos ediciones del Galardón Ambiental en las
que ha participado, al tener incluso puntos extra por lograr actividades que no eran
obligatorias.
Como señala el jefe administrativo de la Escuela y coordinador de la
Comisión, el MSc. Johnny Rodríguez: “Quizás al principio no todos creían en la
Comisión o en el tema ambiental, pero hay gente muy comprometida, y cuando se
empiezan a ver resultados la gente se empieza a querer sumar a la causa” (citado
por Salas, 2017, párr. 9).

7. Conclusiones: aprendizajes para la ECCC


Una de las principales conclusiones es que las personas están anuentes a
unirse, y a veces la parte administrativa es el principal obstáculo, pero siempre se
puede generar un impacto.
La Comisión Ambiental, desde que inició, no se ha conformado con cumplir
con lo que pide el Galardón, sino que siempre ha tratado de ir más allá. Es por ello
que en este momento está trabajando de la mano con la Comisión de Salud mental
de la universidad y ha identificado otras actividades que se pueden hacer, como
recolectar llantas para usarlas en mesas y asientos en las zonas verdes posteriores
al edificio.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

La huerta ya está avanzada y se está a punto de lanzar la campaña para


cuidar el agua, con el fin de que sea el estudiantado el que desarrolle los materiales.
Asimismo, para abril del 2019, la comisión se está preparando nuevamente para
participar en el Galardón anual, implementando nuevas acciones como capacitación
en la elaboración de ecobloques por medio de talleres y de materiales audiovisuales
para redes y para las pantallas internas y la coordinación de manera más directa
con la Comisión de Salud Mental.
Rodríguez (citado por Salas, 2017) mencionó que lo que se desea es darle
continuidad a lo que se ha logrado, y además que “como comisión surjan ideas que
tal vez no están ahorita en el radar, pero que apelando a la creatividad que tenemos,
podamos proyectar no a un año, sino a cinco años plazo” (párr. 12).
No obstante, falta mucho por hacer, principalmente con la población
estudiantil que rota y que cambia periódicamente, que necesita motivación y que
debe aprender acerca de los procesos que se desarrollan en la Escuela y de los
que también puede ser parte. Pero esto genera motivación y ganas de seguir
trabajando por el beneficio del edificio y de la zona en la que se ubica la Escuela de
Ciencias de la Comunicación Colectiva y la Facultad de Ciencias Sociales.

Referencias
Beerli-Palacio, A., Martín-Santana, J., y Porta, M. (2008). El marketing como
herramienta para incrementar la eficacia de los planes de salud pública.
Informe SESPAS 2008. Gaceta Sanitaria, 22(1), 27-36. Recuperado de
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911108760722open
access
Bustamante, A. (2018.) Informe sobre la Gestión Ambiental de la Escuela de
Ciencias de la Comunicación Colectiva para el Galardón Ambiental. San
José: ECCC UCR.
Consejo Universitario (1974). Estatuto Orgánico de la Universidad de Costa Rica.
P.1. Disponible en http://www.cu.ucr.ac.cr/normativ/estatuto_organico.pdf

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RedPOP

Constitución Política de la República de Costa Rica (1949). Versión digital.


Disponible en
http://pdba.georgetown.edu/Parties/CostaRica/Leyes/constitucion.pdf
Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva (2016). Plan de Desarrollo
Estratégico (2016-2019). San José: ECCC UCR.
Comisión de Gestión Ambiental (2016). Lineamientos para la para la
implementación de prácticas ambientalmente responsables de la Escuela de
Ciencias de la Comunicación Colectiva. Escuela de Ciencias de la
Comunicación Colectiva, Universidad de Costa Rica.
Gumucio, A. (2004). El cuarto mosquetero: la comunicación para el cambio social.
Investigación & Desarrollo, 12(1), 2-23.
Mosquera, M. (2005). Comunicación en salud. conceptos, teorías y experiencias.
Psicología de la salud: Temas actuales de investigación en Latinoamérica.
ISBN 958-33-7717-1, pp. 209-230
O´Neal, K. (2014). Facultad de Ciencias Sociales estrena nuevo edificio.
Universidad de Costa Rica. Recuperado de
https://docs.google.com/document/d/1vhT2DeruhA3XXTWyk3zEw_eCpx-
AHI6tS_0DyTMIDAY/edit
O´Neal, K. (2015). UCR lanza programa de Galardón Ambiental. Universidad de
Costa Rica. Recuperado de https://www.ucr.ac.cr/noticias/2015/08/20/ucr-
lanza-programa-de-galardon-ambiental.html
Salas, Y. (2017). Escuela de Comunicación Colectiva obtiene el galardón ambiental.
Semanario Universidad. Recuperado de
https://semanariouniversidad.com/universitarias/escuela-comunicacion-
colectiva-obtiene-galardon-ambiental/

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Personas autoras en esta obra

Adriana Nora Menegaz es graduada de la Facultad de Ciencia Naturales y Museo


de La Plata de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, contando con el
doctorado en Ciencias Naturales dentro de la misma institución. En la actualidad es
profesora de la catedra de Introducción al Desarrollo Sustentable en el Instituto de
Ciencias Sociales y Administración de la Universidad Nacional Arturo Jauretche,
donde coordina el proyecto "Condicionantes de la salud en productores familiares
flori-hortícolas de la localidad de La Capilla, Florencio Varela." Cuenta con más de
20 años de experiencia en procesos participativos de producción de conocimiento
situado y educación para la sustentabilidad.

Alejandro Álvarez-Vanegas es Ingeniero de Procesos de la Universidad EAFIT,


magíster en Ciencias de Sostenibilidad de la Universidad Leuphana de Luneburgo
y estudiante de doctorado en Gobernanza y Políticas Públicas (en asuntos
relacionados con la Educación para el Desarrollo Sostenible) de la Universidad de
Maastricht y la UNU-MERIT. Es profesor del Departamento de Ingeniería de
Procesos y coordina el área de Cultura Ambiental del Núcleo de Formación
Institucional en la Universidad EAFIT. Además, es miembro de la Plataforma de
Economía Circular de las Américas, del colectivo ciudadano La Ciudad Verde y hace
parte de la junta directiva de la fundación Low Carbon City.

Alicia Castillo es bióloga titulada por la Facultad de Ciencias de la Universidad


Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuenta con una maestría en Estudios
Museológicos por la Universidad de Leicester, Gran Bretaña y un doctorado por la
Universidad de Reading, Gran Bretaña. Posee una experiencia de alrededor de 30
años en divulgación de la ciencia y educación ambiental. Actualmente es
investigadora titular en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y
Sustentabilidad de la UNAM campus Morelia en donde coordina el Laboratorio de
Socio-ecología y Comunicación para la Sustentabilidad.

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RedPOP

Ana Carolina Robles Salvador es graduada de la Universidad Autónoma


Metropolitana (UAM) en Diseño de la comunicación gráfica a nivel licenciatura y en
Ciencias y artes para el diseño a nivel maestría con énfasis en Estética aplicada y
diseño contemporáneo. Es candidata a doctora en estudios Transdisciplinarios de
la cultura por el Instituto de investigación en comunicación y cultura. En la actualidad
es profesora de la UAM, Unidad Lerma adscrita al Departamento de Artes y
Humanidades donde desarrolla investigación sobre los procesos de recepción del
arte y el diseño. Cuenta además con más de 10 años de experiencia docente y de
investigación en el campo del diseño.

Ana Esperanza Marichal González es oceanóloga y maestra en Oceanografía


Costera, egresada de la Universidad Autónoma de Baja California. Cuenta también
con una maestría en Educación Ambiental por la Universidad de Guadalajara. En el
Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C., es la Coordinadora de
Comunicación y Educación Ambiental. Es responsable de coordinar actividades de
divulgación sobre las islas mexicanas y sobre los proyectos que desarrolla la
organización, así como coordinar la elaboración de materiales didácticos, talleres y
proyectos educativos diversos para niños, jóvenes y adultos de comunidades
insulares.

Blanca Viera es graduada por la Administración Nacional de Educación Pública del


Uruguay como Profesora de Educación Media en la especialidad Astronomía e
Informática. Cuenta con posgrado en Educación de la Universidad ORT del
Uruguay. En la actualidad es profesora de Astronomía para la especialidad
Geografía y de Didáctica de la Informática en el Centro Regional de Profesores del
Suroeste y es Docente Orientadora de Tecnología en el Instituto Normal de
Enseñanza Técnica dentro del Consejo de Formación en Educación del Uruguay.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

Cristina Romero Ríos estudió un pregrado en Ingeniería Ambiental de la


universidad de Medellín, Colombia, y cuenta una maestría en Divulgación Científica
y Apropiación Social del Conocimiento en la Universidad de Edimburgo, Reino
Unido. Actualmente es profesora y coordina el área de Cultura Ambiental de la
Universidad Eafit. Durante su trayectoria laboral se ha desempeñado en las áreas
de gestión ambiental y cultural, investigación y desarrollo, y ha sido una docente
apasionada. También ha apoyado voluntariamente proyectos con orientación a la
educación para el desarrollo sostenible en comunidades en Colombia, Kenia y
Uganda.

Daniela García es antropóloga, egresada de la Universidad Nacional de La Plata,


Argentina, y Especialista en Educación en Ambiente para la Sustentabilidad. Desde
1992 participa como profesional en equipos técnicos de educación ambiental en
ámbitos gubernamentales y en organizaciones de la sociedad civil, desarrollando
metodologías de educación popular. Actualmente se desempeña como docente e
investigadora en la Universidad Nacional Arturo Jauretche donde dirige proyectos
de investigación-acción y vinculación territorial, que buscan construir conocimiento
situado. Son proyectos interdisciplinarios dedicados al abordaje de problemáticas
complejas con énfasis en los riesgos para la salud frente al uso y exposición a
agrotóxicos en contextos de agricultura periurbana.

Elsy Vargas Villalobos es graduada de la Universidad de Costa Rica en Ciencias


de la Comunicación Colectiva con énfasis en Producción Audiovisual a nivel de
Licenciatura, y con énfasis en Publicidad a nivel de Bachillerato. Cuenta con una
Maestría en Administración de Empresas de Comunicación de la Universidad
Estatal a Distancia. En la actualidad es profesora de la Escuela de Ciencias de la
Comunicación Colectiva de la UCR, donde coordina el proyecto “Agencia Estudiantil
de Comunicación La Estación”, así como la Comisión de Salud Mental de dicha
Unidad Académica. Cuenta con más de 11 años de experiencia en procesos de
comunicación estratégica e integral.

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RedPOP

Federico Alfonso Sánchez Méndez es oceanólogo por la Universidad Autónoma


de Baja California, donde también cursó una Especialidad en Gestión Ambiental con
enfoque en manejo de recursos naturales. Realizó su Maestría en Ciencias en
Gestión Ambiental, en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda. Actualmente es
Candidato a Doctor del programa de Doctorado en Ciencias en Uso, Manejo y
Preservación de los Recursos Naturales, en el Centro de Investigaciones Biológicas
del Noroeste, S. C. (CIBNOR). Es Director General del Grupo de Ecología y
Conservación de Islas, A.C., el cual se enfoca en proyectos de monitoreo y
erradicación de mamíferos invasores, restauración de fauna y flora nativa y
endémica, planeación estratégica, implementación y evaluación de políticas
públicas, relaciones interinstitucionales y educación ambiental.

Fiorella Silveira es graduada por la Administración Nacional de Educación Pública


del Uruguay como Profesora de Educación Media en la especialidad Química.
Cuenta con una especialización en educación en museos de la Universidad a
Distancia de Madrid y es doctoranda en educación, cursando estudios en la
Facultad de Química de la Universidad de la República Oriental del Uruguay. En la
actualidad es profesora de Química del Consejo de Educación Secundaria y
coordinadora educativa de Espacio Ciencia.

Liliana Coutinho é graduada em comunicação social com habilitação em


publicidade e propaganda. Atua desde 2007 na popularização e divulgação
científica pela Fundação Centro de Ciências e Educação Superior à Distância,
participando da concepção e implantação do Museu Ciência e Vida onde exerce,
atualmente, curadorias, montagens e cenografias de exposições, dentre elas:
“Sustentabilidade - O que é isso?”. É também responsável pela criação, produção
e implantação de projetos de divulgação científica, eventos e design.

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

María del Mar Garciadiego San Juan es bióloga egresada de la Facultad de


Ciencias de la UNAM. Estudió una maestría en Biología de la Conservación en el
Durrell Institute of Conservation and Ecology de la Universidad de Kent en el Reino
Unido. En el Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C., es la Coordinadora
de Bioseguridad Insular. Está involucrada en el desarrollo participativo e
implementación de protocolos de bioseguridad para diversas islas mexicanas, que
tienen como objetivo evitar la introducción de especies exóticas invasoras y reducir
sus impactos negativos. Participa en el monitoreo de fauna nativa y confirmación de
ausencia de mamíferos invasores en el Parque Nacional Arrecife Alacranes y en la
Reserva de la Biosfera Banco Chinchorro.

Mariam Latofski Robles es bióloga egresada de la Universidad Autónoma de


Nuevo León. Tiene una Maestría en Ciencias Ambientales por la Universidad
Autónoma de San Luis Potosí y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Colonia,
Alemania. En el Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C., es la Directora
de Desarrollo. Ha coordinado diversos proyectos de campo para el monitoreo y
manejo de fauna nativa y exótica. Está involucrada en el desarrollo del programa de
bioseguridad insular, programas de educación ambiental, comunicación sobre el
trabajo que se realiza en las islas de México, gestión de permisos y políticas
públicas.

Michel Parra es Licenciado en Sociología de la Universidad Arturo Prat de Chile y


Máster en Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad de
Salamanca, España. En la actualidad se desempeña como investigador y docente
en temáticas de Ciencia, Tecnología y Sociedad; es profesor del Postítulo en
Comunicación de la Ciencia de la Universidad de Chile y consultor independiente
en el área de evaluación de impacto de actividadades de divulgación y
comunicación de las ciencias. En este ámbito, en los últimos años ha colaborado en
distintos estudios que tienen como objetivo mejorar el diseño de iniciativas que
involucren a la ciudadanía con el cuidado del medioambiente y la sostenibilidad.

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RedPOP

Mônica Santos Dahmouche é graduada, mestre e doutora em física, com pós-


doutorado em física atômica. Possui mais de 10 anos de experiências em
Divulgação e Popularização de Ciência, é Vice-Presidente científica da Fundação
Centro de Ciências e Educação Superior a Distância e esteve à frente do processo
de implantação do Museu Ciência e Vida que coordena até o presente. É professora
dos cursos de especialização interinstitucional em Divulgação Científica e
Popularização da Ciência e mestrado interinstitucional em Divulgação da Ciência,
Tecnologia e da Saúde.

Nélida Pohl es Licenciada en Ciencias con Mención en Biología, Magíster en


Ecología y Biología Evolutiva (ambos grados de la Universidad de Chile), Doctora
en Biología (University of California, Irvine) y Magíster en Comunicación de la
Ciencia (Imperial College London). Actualmente es Directora de Comunicaciones
del Instituto de Ecología y Biodiversidad, profesora, consultora independiente y
Presidenta (2019-2021) de la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales
Para la Comunicación de la Ciencia, ACHIPEC. Como docente en comunicación de
la ciencia realiza seminarios, talleres, cursos de pre y postgrado, y es co-fundadora
del Diploma de Postítulo en Comunicación de la Ciencia de la Universidad de Chile.
Sus principales motivaciones profesionales son: crear conciencia sobre la
importancia de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, formar nuevos
comunicadores de la ciencia, ampliar la llegada de la ciencia a nuevos públicos, y
fomentar múltiples interacciones entre la ciencia y el arte.

Rodrigo Rosales González es graduado de la Universidad Nacional Autónoma de


México en Ciencias de la Comunicación con énfasis en Divulgación Científica a nivel
de licenciatura y doctorado. Cuenta con una Maestría en Ciencias y Artes para el
Diseño en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. En la
actualidad es profesor de la UAM, Unidad Lerma adscrito al Departamento de Artes
y Humanidades donde desarrolla la praxis en visualización como una simbiosis
entre arte, diseño y ciencia para comunicar conocimiento. Cuenta además con más

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Hacia la sostenibilidad en América Latina…

de 15 años de experiencia profesional en el campo del diseño en diversas empresas


privadas.

Sandra Murriello. Doctora en Ciencias, con orientación en Educación en


Geociencias de la Universidade Estadual de Campinas –UNICAMP- (Brasil) y
Licenciada en Biología, especializada en Ecología por la Universidad Nacional de
La Plata, Argentina. Realizó un posdoctorado en el Laboratório de Estudos
Avançados em Jornalismo de la UNICAMP como becaria FAPESP (2006-2008) en
percepción pública y comunicación de nanotecnología en centros de ciencia. Su
campo de actuación es el de los Estudios sociales de la C&T, en particular en la
Comunicación Pública, y el de la Educación formal y no formal de la C&T.
Actualmente desarrolla investigaciones vinculadas a museos, medios audiovisuales
y percepción pública. Desde 2009 es docente-investigadora de la UNRN donde
coordina la Especialización en Divulgación de la Ciencia, la Tecnología y la
Innovación y la orientación en Divulgación CTI de la Maestría en Ciencia,
Tecnología e Innovación de la misma universidad.

Silvia Lazzarino es bióloga y diseñadora de la Pontificia Universidad Católica de


Chile, tiene un post-título en comunicación de la ciencia de la Universidad de Chile
y un certificado en ilustración de ciencias naturales de la University of Washington,
Seattle. Silvia se desempeña en comunicación científica en torno a las temáticas de
ecología, biodiversidad y ciencias ambientales, buscando crear diálogos
interdisciplinarios y múltiples puntos de encuentro entre arte, ciencia, observación,
medio ambiente y las personas. Coordinó por 4 años el área de comunicación de la
ciencia del Instituto de Ecología y Biodiversidad, donde hoy continúa liderando sus
principales proyectos de divulgación. Es co-fundadora de Phyta Lab, plataforma de
ciencia y arte en la naturaleza y del programa de ecología urbana Casas Anideras.
Es diseñadora, ilustradora y creadora de diversos libros, guías de campo y otros
materiales de divulgación de la biodiversidad chilena. Imparte cursos de ilustración
naturalista y comunicación de la ciencia, donde su foco está en la comunicación
visual y en las estrategias de desarrollo de proyectos de divulgación.

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RedPOP

Simone Pinheiro Pinto é graduada em física, mestre em Ciências e doutora em


educação em ciência e saúde. Professora de física, matemática e ciências da rede
estadual de educação há vinte anos. Participou como mediadora do Museu de
Astronomia e Ciências Afins, MAST, por 10 anos, coordenando as atividades do
Mast no projeto Praça da Ciência. Atualmente é servidora da Fundação Cecierj,
onde coordena o setor educativo do Museu Ciência e Vida. Conta com mais de 20
anos de experiências na área de Divulgação e Popularização da Ciência.

Thelma Lopes é graduada em comunicação social, mestre em teatro e doutora em


Ciências. Participou da concepção do Ciência em Cena, espaço do Museu da
Vida/Fiocruz, desde 1994, coordenando a área entre 2002 e 2010. Ministrou aulas
sobre o teatro científico nas universidades de Évora, Lisboa e Coimbra. Lecionou
na Casa das Artes de Laranjeiras por 15 anos. É servidora da Fundação Cecierj,
docente do Curso de Especialização em Divulgação e Popularização da Ciência
(COC/ Fiocruz) e atuou como articulista do Jornal do Brasil escrevendo sobre arte,
ciência e atualidade.

Virginia Samsa es estudiante avanzada (en proceso de finalización de su tesina de


grado) de la Universidad de la República Oriental del Uruguay en Ciencias
Biológicas con énfasis en Ecología y Ciencias Ambientales. En la actualidad y desde
hace diez años es docente de Ciencias en Educación del Consejo de Educación
Secundaria y del Consejo de Educación Técnico Profesional. Es integrante del
proyecto ¨Planeta Azul Uruguay¨ desde hace ocho años, así como también de otras
iniciativas y proyectos de educación en Ciencias.

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