Neuromancer Alatorre
Neuromancer Alatorre
Neuromancer Alatorre
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Todo empezó en 1984, pero no en el presagio homónimo de Orwell, o sí, también, pero no
sólo allí, pues ahora me refiero al año ubicado entre 1983 y 1985, cuando tres eventos sacudieron
el circuito de la ciencia ficción: el estreno de los filmes Brazil (Gilliam) y Terminator (Cameron),
libro recibió una excelente acogida en ese ámbito (ganó los tres principales premios
idiomas.
∗
El autor es Coordinador Académico del Centro de Maestros “Jesús Mastache Román” de la SEP, en la delegación
Milpa Alta, y profesor de la carrera de Psicología en la FES Zaragoza de la UNAM.
1
Además de su enorme éxito editorial, el texto se volvió acta de nacimiento, insignia y obra
modelo del cyberpunk, subgénero de la ciencia ficción, cuya difusión masiva propició el
reconocen en Gibson a su gurú1. Paralelamente a sus atributos literarios (trama fascinante, estilo
despliega una asombrosa intuición anticipatoria respecto de algunos de los más impactantes e
inesperados cambios que, en materia cultural y tecnológica, ocurrieron a nivel global desde
mediados de la década de los ochenta, lo que motivó que Neuromante fuese recuperada en la
Ciberespacio, acuñado por Gibson y utilizado por vez primera en dicha obra2. La definición que
allí se lee del mismo es la siguiente: “Una alucinación consensual experimentada diariamente por
billones de legítimos operadores, en todas las naciones, por niños a quienes se enseña altos
todos los ordenadores del sistema humano. Una complejidad inimaginable. Líneas de luz
las luces de una ciudad que se aleja...” (Gibson, 2001:69-70). Diez años después, en entrevista, el
mismo autor complementó: “(El ciberespacio) es una metáfora que nos permite comprender ese
crecientemente muchas de las cosas que consideramos civilización” “...cuando la gente usa
Internet, es cuando está más obviamente navegando en el ciberespacio. Al usar Internet entras a
2
Por lo que toca al movimiento cyberpunk, a lo largo de su breve pero intensa historia ha
influencia, hasta simple (pero muy redituable) franquicia, pasando por exótica moda literaria. Si
bien no es el objeto de este escrito tratar dicho fenómeno3, resulta interesante conocer la opinión
que, respecto a la evolución del mismo, hace (en Moreno, 2003: 11) Bruce Sterling, autor de
numerosas novelas y conocido como ideólogo del movimiento (según otros, simple promotor de
Gibson):
“El cyberpunk (...) proviene del underground, de la marginalidad (...) de gente que no conoce
sus propios límites, y rechaza los límites ofrecidos por las meras costumbres y los hábitos.
La ciencia-ficción como género, aun en su faceta más ‘convencional’, es una cultura bastante
los beatniks, los hippies o los punks, está cuidadosamente limitada. La ciencia-ficción (...) es
un lugar útil para poner cierta variedad de gente, donde sus ideas y acciones pueden ser
examinadas sin el riesgo de ponerlas directamente en una práctica más amplia. El cyberpunk
fue una voz de la bohemia (...) en los ’80. Pero hoy tenemos que admitir que los cyberpunks
cobrando sus cheques por regalías– ya no son la bohemia underground. Esto es también una
vieja historia, es el castigo estándar del éxito. La respetabilidad no sólo te hace señas; te
envuelve activamente”.
Gibson sigue escribiendo y, guardadas todas las proporciones con el estrépito provocado
por Neuromante, tiene buena aceptación internacional4. Además de este autor y de Sterling, la
nómina del cyberpunk incluye a Lewis Shiner, John Shirley, Greg Bear, Pat Cadigan y Rudy
Rucker.
3
Contextos (porción “real”)
Comencemos por recordar que Neuromante narra una gesta, aunque oscura, desarrollada a
partir de la figura de Case, protagonista de la novela, quien junto a otros tres peculiares sujetos
conforma el equipo que tratará de llevar a buen término una arriesgada y enigmática misión, la
cual involucra distintas contingencias en los mundos real y virtual. Aunque la ubicación temporal
de la obra es vaga, pues sólo por alusiones se infiere cierto momento en el futuro, 30 años
después de La Guerra, los eventos discurren, espacialmente, en varios lugares específicos, unos
reales y otros literarios (concebidos ex profeso): fugaces recorridos por Paris, Ámsterdam y
Estambul; el puerto de Chiba y Nigth City, en la Bahía de Tokio; el llamado “Ensanche” (sprawl
Norteamérica); y destacadamente Freeside y Sión, polos opuestos del urbanismo sobre diseño,
De Freeside se señala en la novela: “(...) es muchas cosas, no todas evidentes para los
turistas que suben y bajan por el pozo (...) es burdel y centro bancario, cúpula de placer y puerto
libre, ciudad fronteriza y balneario termal (...) es Las Vegas y los jardines colgantes de Babilonia,
una Ginebra en órbita, y el hogar de una familia cerrada y cuidadosamente refinada, el clan
simultáneamente contrapunto de Freeside, es una especie de comuna fundada tiempo atrás por un
puñado de obreros rebeldes, habitada por rastafaris adoradores de la música dub y entusiastas
4
En cuanto a los aspectos sociocultural, político y económico manifiestos en el texto, el
Estado se halla casi completamente desvanecido: salvo un par de imprecisas menciones a fuerzas
unas cuantas empresas multinacionales (Bell, Fuji, Mitsubishi-Genetech, Japan Air Lines, Sanyo,
etc). El motor más evidente de esas urbes y de los nómadas que incesantemente las recorren, es el
comercio, legal o clandestino, de cualquier cosa: desde seguridad personal, hasta un extenso
abarcativa: el escenario, también informático, que enmarca algunos de los sucesos más
importantes de la obra, un mundo que por comodidad descriptiva se suele denominar “paralelo” y
que, no obstante, se compagina sutil pero rigurosamente con su correlato “verídico”. La novela
muestra dos planos de acción: Realidad Real y Ciberespacio/Realidad Virtual, lo que de entrada
puede sugerir realidades paralelas e incluso subordinación entre realidades (una primaria y otra
secundaria, una auténtica y otra espuria, etc.). Ambas ideas paralelismo y jerarquía, suponen una
relación en que los planos coexisten, se reflejan, incluso antagonizan, pero no cruzan. No
intersecan en varios puntos y se influyen de manera recíproca, lo que provoca, por ejemplo, que
el referente virtual no funcione como mera curiosidad narrativa, sino que los eventos ocurridos en
el mismo resulten cruciales para la historia y su desenlace. Revisemos brevemente algunas de sus
peculiaridades.
5
Contextos 2: Cibertualidad (senderos plateados a la tierra de los muertos)
resbalando de nuevo...
Al hablar de contexto en los párrafos anteriores, me limité a describir la porción real del
mismo, sin embargo, tratándose de esta historia, es imprescindible incursionar en esa contraparte
virtual que cada vez con mayor dificultad podemos calificar de irreal. Para ello articularé ciertos
planteamientos de Neuromante y de “El arte del motor. Aceleración y realidad virtual”, trabajo ya
clásico del pensador francés Paul Virilio (al que además recuperaré para analizar el problema del
2001): “Ámbito artificial creado por medios informáticos”, y allí mismo se define Realidad
informático, que da la sensación de su existencia real”. En este punto resulta pertinente subrayar
que, si bien ambos son ámbitos artificiales, creados o producidos por medios informáticos, el
6
Ciberespacio no involucra una representación que induzca la sensación de realidad, a
diferencia de la Realidad Virtual, lo que explica que al usar Internet actualmente, naveguemos
por el Ciberespacio sin que ello implique, todavía, una recreación que cause dicha sensación.
Pero una definición completa de Realidad virtual, en nuestros días, debe añadir la
mención de implementos diseñados para provocar o intensificar esa sensación de realidad, tales
como: Casco (provisto de sonido envolvente y pequeñas pantallas de cuarzo líquido que se
ubican frente a los ojos); Cinta o banda móvil (para emular desplazamiento); Guantes de datos
(data gloves, conectados al equipo que genera imágenes, y que posibilitan la manipulación de
archivos u otros objetos virtuales), y Traje de datos (data suit, dispositivo que, a partir del
desarrollo de los guantes, extiende la simulación de estímulos a todo lo largo del cuerpo)
(Moreno, 2003).
evidentemente más cercana a la Realidad virtual que al Ciberespacio, tal como a la fecha
concebimos esos términos7, o en todo caso dicha definición es una especie de mezcla entre ambas
nociones, lo que quizá sea menos un error que otra anticipación, pendiente de verificación hasta
el momento, de Gibson: la de un Ciberespacio sensorial8. Por lo que atañe a Virilio, si bien usa
los términos Realidad Virtual y Ciberespacio repetidas veces en el texto antes mencionado,
tampoco los distingue claramente. Considerando el manejo ambiguo de ambas nociones, y para
evitar en lo sucesivo la engorrosa repetición de ellas, recupero las definiciones de la RAE arriba
citadas y las sintetizo en el neologismo Cibertualidad, el cual puntualizo así: “Ámbito artificial
En su Manifiesto futurista de 1910, Filippo Marinetti (en Virilio, 1996: 140), instigaba a
sus coetáneos: Colaboremos con la mecánica para destruir la vieja poesía de la distancia...
Quizá sin que el mismo futurismo lo intuyera, esa provocación anunciaba la vertiginosa carrera
científico-tecnológica del siglo XX, cuya cristalización en ciertos adelantos revolucionó por
7
completo nuestra concepción de, y formas de relación con, el espacio y la distancia, los
transportes y las comunicaciones. Sin embargo, a la par de ejecutar ese proyecto de destrucción
desvanecían las distancias y los territorios; con las técnicas de tiempo real, llega a su fin la
inauguran un inusitado orden espectral que, además de hospedar objetos, sujetos y paisajes
mayor velocidad posible (límite máximo si omitimos posibilidades desquiciantes, como aquella
relacionada con la información, y por tanto con la informática y la Cibertualidad, que incluso
Virilio (1996: 134), agrega que la velocidad tiene, como uno de sus más violentos efectos,
el desvanecimiento de límites entre afuera y adentro (fenómeno que afecta no sólo la relación del
sujeto con su ambiente, sino incluso con su propio cuerpo): “Pero volvamos ahora (...) a la
de la importancia de la extensión del espacio real en beneficio del tiempo real y su ausencia
práctica de duración”. Considerando esta indistinción puede entenderse, hasta cierto punto, el
cruce tan natural entre los ámbitos real y virtual operado en Neuromante: la unidireccionalidad
de la pantalla de videojuego quedó atrás, y ahora el sujeto está, simultáneamente, dentro y fuera
del sistema informático y también de su entorno, como pieza de una bidireccionalidad que
cual, cabe afirmar que el sistema informático también está, a un tiempo, dentro y fuera del sujeto
y del entorno).
8
El mismo Virilio (1996: 148), ubica el advenimiento de la Cibertualidad en el contexto de
“Como el medio ambiente real, el espacio de las ciudades y los campos, ya no escapaba a la
lo sucesivo una dimensión ‘fraccionaria’ junto a las dimensiones ‘enteras’ de nuestro medio
habitual”.
Para articular esto con la novela que nos ocupa, detengámonos un poco en su enigmático
título. Existen al menos dos distintas interpretaciones del neologismo Neuromancer, aquella que
lo emparienta con el movimiento New Romantic11, y la que alude a una Neurological romance
(traduciendo esta última palabra como “novela”, lo que nos ubica ante una Novela neurológica).
“Neuromante (...) El camino a la tierra de los muertos. Donde tú estás, amigo mío (...) Neuro
de nervios, los senderos plateados. Ilusionista. Nigromante. Yo invoco a los muertos. Pero
no, amigo mío (...) Yo soy los muertos, y la tierra de los muertos (...) Quédate. Si tu mujer es
mío).
autopresentación de una IA), por el momento sólo recuperaré la palabra “Ilusionista”, la cual
Como ya se mencionó arriba, la Realidad virtual opera a partir de un trabajo conjunto entre
el aparato perceptual del sujeto y los estímulos que lo engañan, ofreciéndole lo que no existe: “El
laboratorio y el motor de realidad del cerebro” (Howard Rheingold, en Virilio, 1996: 162). A
9
partir de esa cooperación entre motores, Virilio (1996: 76), denuncia una creciente y acelerada
“Por lo demás la filiación es clara: de Daguerre al relojero Robert Houdini (...) a Georges
Meliès (...) El ilusionismo es un arte completamente consagrado a sacar partido de los límites
visuales del testigo, que acomete contra la capacidad innata de éste de distinguir entre lo real
y lo que cree real y verdadero, y le hace creer en lo que nunca existió, creer en la nada”.
perceptual hasta límites insospechados, nos encontramos ante una verdadera crisis de la
implicaciones del dispositivo data suit antes mencionado, para advertir sobre una “virtualización”
“... la innovación reciente del ‘traje de datos’ capaz de generar en torno a nosotros un espacio
‘psicogeografía’ que lo deberá todo a la energía cibernética que en lo sucesivo completará las
energías cinéticas y potenciales (...) Obligado a situarse más allá de las desaparecidas
no habrá de escapar por mucho tiempo a un control del medio ambiente que lo seguirá paso a
Los “hombres del mañana”, algunos de cuyos ejemplares comparecen en Neuromante, están
condenados, pues, a la sujeción que los “produce” desde su contexto12 (real y también
10
Entre otras cosas, esto invierte los papeles tradicionales del alegato ecologista: el medio ambiente
que ahora controla al sujeto. La relación de convivencia armónica entre especie y hábitat se ha
entraña un poderoso efecto seductor, ante el cual es muy fácil sucumbir, y cuyas consecuencias
sobre el usuario pueden resultar funestas. Tratemos de recrear la fuente de esa fascinación. Esa
tierra de los muertos, mundo onírico pendular entre ensueño y pesadilla, se caracteriza por
involucrar una serie de violentas alteraciones de las leyes físicas y orgánicas (por ejemplo, el
vector espacio-temporal se distorsiona hasta tornarse irreconocible: los días virtuales equivalen a
minutos reales; distancias enormes pueden recorrerse en fracciones de segundo; etc). Como si
esto fuera poco, debemos agregar que, al conectarse, el usuario puede disponer de capacidades
videográfica; diseño de aspecto físico y estado de ánimo a la carta; etc. Como es obvio, en
mayor riesgo, el paso en falso que significa resignarse a formar parte del mobiliario
sabe, tampoco tú lo sabrás”. En el personaje de Case, ubico una forma de adicción que amenaza
que dispensa de “Toda la carne (...) y todo lo que la carne quiere”, se corre el riesgo de sucumbir
Dicho riesgo, involucra la voluntad del usuario de una manera extraña, como puede
verificarse en ese episodio en que Case, ya conectado, cae en la trampa psicológica de una IA (la
cual, luego de analizar su “perfil biográfico”, teje una telaraña a la medida de sus terrores y
11
deseos más básicos, con la intención de retenerlo allí). Víctima de la ensoñación, Case permanece
dentro un lapso que difiere según apelemos al mundo real (cinco minutos) o al virtual (tres días),
olvida salir, olvida que existe un mundo real y que debe regresar al mismo, parece
completamente perdido. Sin embargo, en cierto momento DECIDE rechazar ese mundo, lo que
permite su desconexión desde el exterior, por una persona (aunque debe señalarse que esa
persona obedece las indicaciones de otra IA, lo que abre una nueva paradoja: máquinas que
Veamos un fragmento de Neuromante en que Gibson (2001: 276), muestra esta terrorífica
experiencia de clausura:
Quiso gritar”.
tan jactado infomundo en ruin inframundo, tierra de los muertos. Reservorio virtual de despojos
obstante lo temible de este riesgo de trasmigración, debe señalarse que en la novela no toda
conexión a la Cibertualidad implica adicción, ni mucho menos disolución, y que sin buscar
concientemente esta última, ante situaciones patentes de “desdoblamiento” los usuarios pueden
Por otra parte, existe una obvia cercanía entre “clausura” en la Cibertualidad, delirio
psicótico y los efectos de ciertas sustancias psicoactivas, proximidad que llega a la fusión en
12
duplas de mayor trascendencia: dentro/fuera, cordura/locura, vida/muerte. Por si este
desvanecimiento de límites fuera poca cosa, el autor además llega a mezclar algunos de estos
polos, obteniendo así combinaciones sorprendentes, por ejemplo: delirio / droga / sueño /
sobre la conexión (que suele devenir invasión) entre planos de realidad diferentes, e incluso
incompatibles: La noche boca arriba, Lejana, Axolotl, Cartas de mamá, etc., una de cuyas más
¿Qué hacer si luego de abrir los ojos y sacudir la cabeza la pesadilla se resiste a desaparecer?
13
El sujeto en Neuromante (antihéroes a la deriva)
plegaria y el ayuno.
Antón Chéjov
primer término, tenemos a tres aventureros: Case, Molly y Peter Riviera, quienes son reclutados
por Armitage, marine retirado, para realizar una complicada misión. Además de ellos,
Neuromante presenta una legión de personajes circunstanciales: humanos y/o maquínicos, reales
prematuramente retirado tras haber sido uno de los mejores en su ramo, a la sazón mercenario de
trabajos y categoría ínfimos. Esa jubilación anticipada (que constituye su mayor aflicción),
obedece al castigo por robar un botín informático a ciertos empleadores quienes, al descubrirlo, le
administraron una micotoxina para dañar su sistema nervioso e impedirle volver a cabalgar el
ciberespacio. Case consume, irrefrenablemente, casi cualquier droga y al inicio de la novela está
elite, quien es el único que conoce y tiene contacto con el misterioso empleador del equipo,
14
administra el cuantioso presupuesto, señala los pasos a seguir y dosifica, a cuentagotas, la
Por último tenemos a Peter Riviera, el mago de los hologramas subliminales, adicto a
rol antagónico, respecto de Case, pero sobre todo de Molly, quien afirma de él que tiene un perfil
psicológico tan inusitadamente cruel, que su rareza estadística “habla bien de la naturaleza
novela cuenta con algún tipo de implante o modificación corporal: médica, instrumental o
estética, ya sea a nivel protésico, genético, o bioquímico. Estas intervenciones, que transforman
radicalmente anatomía y fisiología, tienen toda otra serie de nuevas implicaciones al dirigirse
hacia facultades informáticas deseables en el individuo, lo cual sólo resulta posible si se concibe
el punto de partida para la concepción de la mente humana como soporte informático. De entre
sus postulados principales16 destacaré que algunas funciones mentales (básicamente pensamiento,
que no parecen muy remotos), la mente puede ser considerada efectivamente soporte
informático, y viceversa, las computadoras pueden funcionar como periférico mental. De esto se
15
etc.18, y de dispositivos de conexión entre dichos individuos y otros soportes informáticos (sean
visos de factibilidad nunca antes vistos. Esto implicaría poder “cargar información” desde la
computadora hacia el sujeto, pero también recorrer el camino inverso: “descargar información”
desde la mente humana hacia una computadora, o bien interconectar individuos (como ocurre en
tecnocuerpo, así como de interconectividad, en el peculiar caso de Stelarc, artista australiano que,
desde la década de los setenta, ensaya curiosos entrecruzamientos de ciencia, tecnología y arte,
elaborando a partir de ello, una particular concepción de cuerpo, hombre y relación con el
entorno19. Stelarc anuncia (en Virilio, 1996: 120-121), la obsolescencia del cuerpo, pontifica la
perfecta simbiosis del ser humano con la tecnología, y profetiza un inevitable futuro extraterrestre
para el hombre. Aunado a lo anterior, esgrime una crítica a la noción de desarrollo orgánico del
“El límite último de la filosofía es el límite fisiológico (...) creo que la evolución llega a su
término cuando la tecnología invade el cuerpo humano. Hoy (...) la tecnología se nos pega a
nanotecnología, el hombre podrá tragar la tecnología. El cuerpo, por lo tanto, debe ser
considerado como una <<estructura>>. Sólo si modificamos la arquitectura del cuerpo será
Un poco después (en Virilio, 1996: 122), ante la pregunta formulada por él mismo: ¿cómo
remodelar un cuerpo humano que pueda existir en condiciones diversas de atmósfera, gravitación
así como el diseño de un cuerpo instrumental, a la medida de los nuevos tiempos y sus
necesidades:
16
¡Podemos vaciar el cuerpo humano y reemplazar mañana los órganos inútiles mediante
nuevas tecnologías! ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si uno pudiera dotarse de una nueva piel
capaz a la vez de respirar y de efectuar la fotosíntesis, transformar en alimento los rayos del
sol? Provistos de una <<piel>> semejante, ya no necesitaríamos una boca para masticar, un
Por último, luego de anteponer a la resurrección del flamante tecnocuerpo, el sacrificio del
cuerpo caduco, Stelarc apunta (en Virilio, 1996: 122-123), hacia la configuración de una nueva
“La nueva perspectiva es que el cuerpo pueda ser colonizado por organismos sintéticos
protegerlo del exterior. Los instrumentos siempre estuvieron fuera del cuerpo humano, pero
ahora la tecnología ya no hace explosión lejos del cuerpo, hace implosión en su interior (...)
¡no se trata ya de enviar tecnologías a otros planetas sino de hacerlas aterrizar en nuestro
cuerpo!”.
intrusión de la técnica en el seno del mundo interior, el de las vísceras, con los ámbitos ético y
político y con procesos sociohistóricos específicos. De acuerdo con Virilio (1996: 123):
“...las tecnociencias se precipitan sobre el cuerpo de este hombre planeta ingrávido y al que
nuestra biosfera natural, se va a colonizar, como tantas veces ya, un planeta infinitamente
más accesible, el de un cuerpo-sin-alma, cuerpo profano, para una ciencia sin conciencia que
no ha dejado de profanar el espacio del cuerpo del animal, del esclavo o del colonizado de
los imperios de antaño. En efecto, nunca se dominó la extensión geofísica sin controlar, más
Como resulta evidente a partir del alegato de Stelarc y de las puntualizaciones de Virilio, la
fusión orgánico-mecánica hace tiempo dejó de ser una simple idea para cristalizar en los hechos:
17
como Case, Molly o Peter Riviera. Mediante el quehacer de las llamadas ciencias de la salud y en
la cotidianidad de los servicios médicos (a todos los niveles de atención: diagnóstico, quirúrgico,
territorio simbólico y sociocultural, pero también efectivo. Esto tiene repercusiones inesperadas
en múltiples ámbitos, por ejemplo sobre las nociones darwinistas que prevalecían desde la
Al considerar el ritmo evolutivo con que la naturaleza había sometido nuestro desarrollo
relativas al futuro humano: ¿el advenimiento de las prótesis anuncia la declinación de las
mutaciones que, por millones de años, configuraron la evolución?, ¿las condiciones de intensa
silenciosas leyes que, hasta hace poco tiempo, regían soberanamente al organismo, sus funciones
“En las tribus que aún viven de la caza y la recolección, la buena vista es un factor de
supervivencia –lo mismo que un buen oído-, lo cual, desde luego, no es cierto para el hombre
“Me parece indiscutible que hoy en día el hombre evoluciona bajo el efecto de lo que yo
llamaría un relajamiento de la selección; este fenómeno es uno de los efectos del progreso,
en particular de la medicina. (...) Este relajamiento (...) permite prever una acumulación de
defectos genéticos con el paso de las generaciones, y por lo tanto una población humana
provista de una cantidad creciente de prótesis que exigirán gastos de salud cada vez más
importantes”20.
Considerando ese imperio protésico, que la tecnociencia impulsa cada vez con mayor vigor,
el mismo Virilio (1996: 70), proyecta la paradoja extrema de una escisión del aparato perceptual
del lenguaje, uno se pregunta qué podrían ser verdaderamente, al margen de toda aberración
epistemológica, ese ojo afocal que sólo vería y ese oído igualmente ignorante, a menos que
pensemos en las prótesis y los órganos sin cuerpo de nuestras herramientas de transmisión o
computadoras”.
Volviendo a la particular relación entre el entorno y su sujeto, así como entre los sujetos y
sus cuerpos, Virilio señala (1996: 91), que en el mundo actual flota una incomodidad respecto del
cuerpo, situación que describe así: “(El cuerpo es)...un traje demasiado estrecho que tira de sus
costuras (masa, volumen, envergadura...), un traje demasiado pesado para quien está condenado a
usarlo, a moverlo. Como si existiera una incompatibilidad radical entre las dimensiones de la
envoltura de carne que viste al sujeto y el espacio/tiempo sin comienzo ni fin conocidos de su ser
en el mundo”.
Profundizando un poco, es evidente que esa condena, esa incompatibilidad, forman parte
significativo que la añeja tenacidad por escapar de la carne, su peso y sus apetitos, persista entre
cibernautas hiperconectados del siglo XXI, como puede verificarse en los siguientes extractos de
la novela:
y:
“Entonces uno podía flotar y deslizarse a alta velocidad, totalmente comprometido pero
interactuando, los datos hechos carne en el laberinto del mercado negro...” (Gibson, 2001:
184 y 28).
19
Al describir este fenómeno, Virilio se apoya en verbos que aluden a la evanescencia:
“Derramarse, disolverse, aligerarse, estallar, abandonar el cuerpo pesado, todo nuestro destino
podría leerse en lo sucesivo en los términos de evasión, huida” (Virilio, 1996: 91). Ese anhelo de
espiritualidad, que es la ligereza virtual22. A propósito de cierto desvarío místico, que suele
pervertirse hasta cultivar las formas más sutiles de crueldad, para consigo mismo y con los
deseo, que se ha vuelto absoluto, de desprenderse de sí para llegar al ideal, sucede que
deshacer con pasión todos esos innumerables lazos que unen el espíritu al cuerpo”.
Para finalizar esta reflexión en torno al sujeto de Neuromante, debe mencionarse que, si
frecuentemente de diferentes drogas y experimenta una dependencia tan poderosa a las mismas
que, al consumar un lucrativo negocio que le remunera una fortuna, invierte buena parte de la
vez, sin problemas) esas sustancias. Asimismo, resulta significativa la naturalidad con que este
tipo de dependencia es abordada a todo lo largo de la novela, tanto por el narrador como por el
conjunto de personajes, sin que haya ningún tipo de juicio, moral, médico o psicológico emitido
al respecto.
20
Conclusiones
Cerraré este intento por entender algunos aspectos de la subjetividad de ese futuro que
llegó, así como los particulares escenarios en que la misma se despliega, puntualizando algunas
cuestiones.
es tan importante que ha llegado a considerarse ariete de la utopía tecnológica, de esa forma de
política y la economía. Asimismo, dicho proceso puede considerarse como una novedosa
(2003: 69-70) señala: “La realización del proyecto técnico toma el aspecto de una verdadera
revolución porque dispone para ella sola de toda la energía antes liberada por nuestra voluntad de
terminar con la humanidad tal como la conocemos, restableciendo por esa vía el sueño primero
de todos los revolucionarios, liberar a la vieja humanidad de sus infinitos sufrimientos (...) pocos
han reconocido bajo estas nuevas vestimentas a la vieja esperanza de terminar con nosotros
holocausto nuclear, sino más bien de una disolución deseada, que tomaría la forma de una
transfiguración del hombre por medio de la técnica, en otra figura posible de lo vivo”.
tercero de ellos al simple objeto de la indagación científica, y señalaba que dicho cuerpo debía
dejarse a los profesionales (aun si ellos mismos no lo comprendían). A juzgar por los complejos
21
problemas éticos implicados en diversos aspectos del quehacer de estos profesionales (como esa
cometido impunemente por las empresas multinacionales del ramo farmacéutico), quizá seguimos
de restituir el derecho social, ampliado (más allá de la minúscula y despótica esfera tecnocrática),
para discutir los propósitos, medios y consecuencias del desarrollo de estos saberes que atañen (y
insolencia terrible, un sueño de divinidad que suele terminar en pesadilla. De Frankenstein (el
moderno Prometeo de Shelley) a la falsa María (Metrópolis); de HAL 9000 (2001: Odisea del
Smith (The Matrix), a Rachel y Roy (los sublimes replicantes de Blade Runner), estas creaciones
humanas suelen manifestar una curiosidad insaciable (mezcla de inocencia infantil y frialdad
que, excitadas al confrontar a sus creadores, maduran la conciencia que naturalmente desemboca
Por otra parte, en la novela se abre la posibilidad de la manipulación de humanos por parte
de las IA, como ocurre con Case, quien sirve de pieza para una batalla entablada entre máquinas.
Tenemos en esta inversión de papeles otra paradoja: el hombre que sirve como instrumento de los
doble, a partir del cual se desprende una serie de fascinantes cuestionamientos ontológicos y
éticos: mi clon, así sea meramente digital, ¿es mío o dejó de pertenecerme para constituir una
entidad autónoma?, si es mío ¿yo soy de él?, ¿en qué medida?, ¿qué siente por mí y qué piensa de
mí ese doble...?.
22
Por lo que toca al espacio, podemos concluir la revisión distinguiendo tres fases en la
caso del sistema SAGE), 2. instauración de un medio ambiente portátil (cuyo mejor ejemplo es el
data suit) y 3. “mudanza” a un espacio enteramente virtual. Según vimos, las tres fases se
verifican en la novela, así sea parcialmente, y fuera del ámbito literario varios aspectos de las
mismas encuentran ya sus equivalencias. Respecto de la cada vez más complicada relación entre
sujeto, espacio y Cibertualidad, Virilio (1996: 156-157), apunta que la gran mutación estética de
las técnicas de la información es: “Conducir el espacio, el CIBERESPACIO, como se conducía no hace
mucho un vehículo automotor”. Para el tercer mundo, y en nuestro caso específico para
Considero oportuno tender aquí un puente con otro ejemplo, también literario, de interjuego
entre realidades: La invención de Morel, obra que mereció el apelativo de perfecta por parte de
Borges, en su ya célebre prólogo a la misma. Escrita por el argentino Adolfo Bioy Casares y
publicada en 1940, esta bellísima y enigmática historia de amor es considerada por muchos como
desconcertante desenlace se verifica otra vuelta de tuerca en el tema de repulsa al cuerpo, esta vez
sustentado en el ideal (obstinado, arcaico e inagotable) de una pasión infinita, nudo que deberá
resolverse con una elección por parte del protagonista, frente al dilema ontológico entre los polos
real/efímero y virtual/perdurable.
De hecho, creo que Neuromante avanza significativamente en ese conflicto y rebasa el nivel
meramente dilemático, al proponer que se puede (y se debe) coexistir en ambos planos, real y
virtual, tal como afirma una IA poco antes de terminar la novela, refiriéndose a la Cibertualidad:
“Vivir aquí es vivir. No hay diferencia” (Gibson, 2001: 305). Se desliza así que dicha
ámbito virtual sin que ello implique disolución fatal y que la comparación entre ambos mundos
23
es un ejercicio arriesgado, pues sin lugar a dudas, en muchos casos, arroja un saldo favorable al
segmento virtual.
nuestra historia como especie, los deseos, miedos y necesidades, siguen siendo risiblemente
tecnológicas, tal como atestiguamos en ese pasaje de la novela en que Case, conectado y cautivo
de su conexión, sólo quiere un techo para protegerse, un lecho seco donde dormir y un cuerpo
BIBLIOGRAFÍA:
Josefsson, D., I don’t even have a modem, (entrevista realizada a William Gibson, en 1994, en
Jacques, D., La Revolución Técnica. Ensayo sobre el deber de humanidad, Jorale Editores,
México, 2003.
Moreno, H., Cyberpunk Más Allá de Matrix, Circulo Latino, Barcelona, 2003.
Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, XXI Edición, Espasa Calpe,
Madrid, 2001.
Virilio, P., El arte del motor. Aceleración y realidad virtual. Manantial, Buenos Aires, 1996.
24
Páginas Web consultadas:
http://en.wikipedia.org/wiki/Neuromancer
http://www.foros.gob.mx/read.php?f=29&i=318&t=318
http://www.infoamerica.org/teoria/turing1.htm
http://www.lexiconmagazine.com/NWC/vis_NR_Review.html
http://www.mtv.com/bands/m/movie_house/gibson_loder_030808/index.jhtml
http://www.nzdl.org/fast-cgi-bin/music/musiclibrary
http://www.prodigyweb.net.mx/edmundopeniche/DVCRONFLESH.htm
http://project.cyberpunk.ru/idb/neuromancer.html
http://shape.cs.princeton.edu/search.html
http://www.stelarc.va.com.au/
http://www.talsorian.com/cp_cinema_22.shtml
http://williamgibsonboard.com/6/ubb.x?cdra=Y&s=5006046771
25
FILMES RELACIONADOS (Debido a la mutua e incesante fascinación ejercida entre el cine y
la ciencia ficción, cualquier tentativa de registro de filmografía alusiva deviene fácilmente
abusiva):
Antes de 1984:
Metrópolis, Fritz Lang, 1927 (con el apelativo de Special Edition en 1984 se re-editó, entintada y
musicalizada, bajo la coordinación de Giorgio Moroder, y en 2001 apareció una versión
homónima japonesa, Anime, dirigida por Rintaro); Frankenstein, James Whale, 1931 (existe una
decena de filmes relacionados con esta misma obra, pero la de Whale se considera la versión
principal); La cosa, Christian Nyby, 1951; 1984, Michael Anderson, 1956; La Jetée. Chris
Marker, 1962 (una segunda versión de esta obra, dirigida por Terry Gilliam apareció en 1995
bajo el nombre de 12 monos); Alphaville, Jean-Luc Godard, 1965; Fahrenheit 451, François
Truffaut, 1966; 2001: Una odisea del espacio, Stanley Kubrick, 1968; Barbarella, Roger Vadim,
1968; El Planeta de los Simios, Franklin J. Schaffner, 1968 (una segunda versión de este clásico
fue dirigida por Tim Burton en 2001); Solaris, Andrei Tarkovsky, 1972 (una segunda versión de
este filme, homónima, apareció en 2002 bajo la dirección de Steven Soderbergh); Cuando el
destino nos alcance, Richard Fleischer, 1973; Rollerball, Norman Jewison, 1975; Alien, Ridley
Scott, 1979; Mad Max, George Miller, 1979; Stalker, Andrei Tarkovsky, 1979; Flash Gordon,
Mike Hodges, 1980 (re-make de la serie original de 13 episodios llamada Flash Gordon: Space
Soldiers, dirigida en 1936 por Frederick Stephani); Escape de Nueva York, John Carpenter,
1981; Heavy Metal, Gerald Potterton, 1981; Tron, Steven Lisberger, 1982; Videodrome, David
Cronenberg, 1982; Blade Runner, Ridley Scot, 1982.
Desde 1984:
Brazil, Terry Gilliam, 1984; Terminator, James Cameron, 1984; Dunas, David Lynch, 1984;
Robocop, Paul Verhoeven, 1987; Total recall, Paul Verhoeven, 1990; The Lawnmower Man,
Brett Leonard, 1992; Días extraños, Kathryn Bigelow, 1995; Johnny Mnemonic, Robert Longo,
1995; Nirvana, Gabriele Salvatores, 1996; Ghost in the Shell, Mamoru Oshii, 1996; Abre los
ojos, Alejandro Amenábar, 1997; El quinto elemento, Luc-Besson, 1997; Event horizon, Paul
Anderson, 1997; El Cubo, Vincenzo Natali, 1997; Gattaca, Andrew Nicol, 1997; eXistenZ,
David Cronenberg, 1999; El piso 13, Josef Rusnak, 1999; The Matrix, Andy y Larry
Wachowski, 1999; IA: Inteligencia Artificial, Steven Spielberg, 2001; Final Fantasy, El
espíritu en nosotros, Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibara, 2001; Animatrix (2003), The
Matrix reloaded (2003), The Matrix Revolutions (2003), Andy y Larry Wachowski (en
Animatrix los Wachowski produjeron y coordinaron a seis directores distintos, quienes realizaron
nueve episodios animados de la saga); Yo, Robot, Alex Proyas, 2004; Ghost in the Shell 2:
Innocence, Mamoru Oshii, 2004; Robots, Chris Wedge, 2005; La isla, Michael Bay, 2005.
26
1 Cabe mencionar que, en su descargo, el propio Gibson confiesa haber escrito Neuromancer en una máquina mecánica,
desconociendo en aquel entonces casi todo acerca de la informática, además de que, al menos hasta 1994, evitaba usar
el correo electrónico (Moreno, 2003: 35, y Josefsson).
2 Si bien desde uno de sus más conocidos cuentos, Quemando cromo, aparecido originalmente en 1982, Gibson
menciona vagamente el término “Ciberespacio”, no es sino hasta Neuromante que profundiza en el mismo.
3 Para una primera aproximación a las raíces, producción y derivaciones del ciberpunk, véase Moreno 2003.
4 Antes de Neuromante, Gibson publicó varios cuentos (el más famoso, Johnny Mnemonic, inspiró el filme homónimo,
estrenado sin pena ni gloria en 1995), y posteriormente escribió otras novelas, las últimas de las cuales son Mundo
espejo, publicada por Editorial Minotauro en 2004; y Pattern recognition, editada en inglés por Berkley en 2005. Cabe
mencionar que Ace books publicó en 2004 una edición conmemorativa del vigésimo aniversario de Neuromancer.
5 El rastafarismo, la ganja y Jah son elementos evidentemente extrapolados de la parafernalia del reggae. El Dub es una
fusión, electrónica y poco comercial de reggae, jazz, ambient, jungle, etc., surgida en los años 80 y cultivada por
artistas como The Orb, Sly & Robbie, Howie B y Bill Laswell.
6
En clara alusión a Alan Turing (1912-1954), matemático y científico inglés, creador de nociones y conceptos tan
relevantes para el desarrollo informático como “lenguajes máquina”, “algoritmo” y “programa”, la función de
“memoria”, y acusadamente “inteligencia artificial”. Se suicidó a los 42 años, después de un tratamiento de castración
química con estrógenos, sustitutivo de la prisión, destinado a “corregir” su condición homosexual, castigada en el
Reino Unido como “indecencia grave”. Turing ingirió una manzana con cianuro para quitarse la vida y existe la
creencia de que el símbolo de la marca de computadoras Apple -una manzana mordida- le rinde homenaje. Véase:
http://www.infoamerica.org/teoria/turing1.htm (último acceso: 18 de mayo de 2005).
7 Ello sin contar con que, a lo largo de Neuromante y de algunos relatos contenidos en Quemando Cromo, se insinúa
frecuentemente la equivalencia de Ciberespacio y Realidad Virtual con “Matriz”, término de enorme fecundidad, como
se aprecia en el posterior desarrollo que del mismo hicieron los hermanos Wachowski, al fundamentar conceptualmente
en él su célebre saga Matrix.
8
Empero, en la actualidad operan ya, paralelamente al simple uso de la palabra escrita, técnicas más “sensorizadas” de
exploración en Internet. Ejemplos de lo anterior son el buscador de objetos tridimensionales Search Engine, de la
universidad de Princeton, cuyo rastreo usa imágenes (y no palabras), las cuales se introducen descargándolas desde un
archivo o dibujando en pantalla. En cuanto al sistema Meldex, perteneciente a un proyecto neozelandés de biblioteca
digital, permite buscar música tocando algunas notas en un teclado virtual, en pantalla, o tarareando ante el micrófono
de la computadora fragmentos de la pieza solicitada, sin importar que se desconozca o se haya olvidado el título, autor
o intérprete de la misma (Mostafa, 2005).
9 “El CIBERESPACIO o, más exactamente, ‘el espacio-tiempo cibernético’, surgirá de esa comprobación cara a los hombres
de prensa: la información sólo tiene valor por la rapidez de su difusión, más aún, ¡la velocidad es la información
misma!” (Virilio, 1996: 151).
10 Semi-Automatic Ground Environment, un sistema de alerta avanzada, surgido a fines de los años cincuenta a partir
del proyecto de defensa antiaérea de Estados Unidos, durante cuya instalación se llevaron a cabo numerosas
innovaciones tecnológicas, a partir de explotar por primera vez una red de radares en tiempo real (Virilio, 1996: 148).
11 Corriente musical predominantemente electrónica, surgida en Europa a inicios de los años 80 como disidencia del
punk, caracterizada por su refinamiento musical, un excesivo cuidado de atuendos y apariencia, una orientación
abiertamente bisexual, y mayor preocupación por conflictos existenciales que sociopolíticos. Entre sus exponentes
suele mencionarse a OMD, Spandau Ballet, Ultravox y Roxy Music. Véase:
http://www.lexiconmagazine.com/NWC/vis_NR_Review.html (último acceso 23 de junio de 2005).
12 Recupero de María Inés García (2002: 24), un fragmento de su exposición de aquellos elementos que, en el
pensamiento de Michel Foucault, entrelazan la experiencia (saber, poder y subjetividad): “...las formas de saber y las
formas de funcionamiento del poder producen un tipo de subjetividad que es la propia de cada sociedad en un momento
dado. Somos, entonces, resultado de los saberes explícitos e implícitos de una sociedad en un momento dado y de las
formas en que funciona el poder. En ese entrecruzamiento nuestra subjetividad emerge, nos hace sujetos semejantes,
parecidos entre sí, en ese espacio y tiempo dados”.
13 Como ocurre cuando Case avista a su propio “clon digital”, acontecimiento que si bien le sorprende, no parece
preocuparle o atemorizarle. Creo que esta reacción de Case obedece, al menos en parte, a que durante el breve episodio
existe una distancia, una separación clara, entre él y su doble.
14 Los vaqueros de la novela “cabalgan” en el ciberespacio, sobre monturas-hardware llamadas consolas. Se dedican a
la intrusión y robo de información en sistemas digitales, actividades que prefiguran a los crackers y hackers actuales.
Cabe recordar que la principal diferencia entre ambos tipos de pirata informático estriba en que, mientras los hackers
desafían sistemas de seguridad, privados o estatales, bajo la premisa del libre flujo informático, los crackers
sencillamente buscan lucrar con el producto de sus irrupciones o robos (Véase Moreno, 2003: 106-107).
15 Molly, cuya primera aparición se verifica en “Johnny Mnemonic”, encarna uno de los más visitados prototipos
ciberpunk: belleza y temperamento gélidos, precisión maquinal, aptitudes letales, atuendo en piel negra y lentes
espejeados (que en su caso conforman otro implante: cuencas oculares selladas con los legendarios mirrorshades).
Entre los fanáticos de Neuromante, circula la hipótesis de que Trinity, coprotagonista de la serie Matrix, está
obviamente inspirada en el personaje de Molly (y a lo anterior cabría agregar que, mientras aquélla representa una
idealización fulgurante, bastante simplificada, ésta encarna una muy opaca complejidad). Véase por ejemplo:
http://www.talsorian.com/cp_cinema_22.shtml (último acceso 11 de noviembre de 2005).
16 El filósofo quebequés Daniel Jacques puntualiza: “Las metáforas dominantes en ciencias cognitivas son las de la red,
sobrenombre alquila una microbase neuro-informática (o llanamente memoria), para que otros almacenen allí
información, a la cual, por cierto, él no tiene acceso (véase: Gibson, 2002: 15-38).
19
Para mayor información respecto al artista, su trayectoria y conocer algunos de sus planteamientos y ejemplos de
montajes, véase: www.stelarc.va.com.au/ (último acceso 22 de junio de 2005).
20 Libération, suplemento científico, 12 de diciembre de 1990 (en Virilio, 1996: 124-125). Cabe señalar que para evitar
cualquier malentendido racista, Thaler es muy enfático respecto al carácter no eugenésico de su planteamiento.
21 Al menos en occidente, el conflicto con el cuerpo es milenario: ya los platónicos se afligían por la paradoja de una
mente perfecta, o alma intemporal, “encajonada” en un cuerpo mortal; Plotino se avergonzaba de estar en su cuerpo, y
rehusaba posar para pintores o escultores, bajo el argumento de que la imagen del cuerpo era algo que no valía la pena
preservar. De la tradición católica, pródiga en ejemplos, baste citar los años que San Simeón pasó en lo alto de su
columna, o los 40 kilos de hierros y cadenas con que San Macario humillaba la insolencia del cuerpo. El Siglo de Oro
español tendría, en los esmirriados personajes del Greco, una peculiar estilización del esquizoide antagonismo corporal
entre: cabeza (sublime, tendiente al cielo) y genitales (mundanos, propensos al piso), con la consecuente tensión brutal
entre ambas partes, que provocaría dicho efecto de deformación corporal (véase: González-Crussi, 1996: 92-98). En La
tentación de San Antonio, Flaubert interrogaba: “¿No estás cansado del cuerpo que pesa sobre tu alma y la dobla como
una celda demasiado estrecha? Destroza entonces tu carne... la carne de la que huimos y a la que execramos” (citado en
Virilio,1996: 90). A últimas fechas destaca la Nueva Carne, excéntrica propuesta cinematográfica del director David
Cronenberg, expuesta a lo largo de varias de sus obras (Videodrome, La mosca, Naked lunch, Crash, etc.), en la cual se
construyen perturbadoras entidades orgánico-mecánicas, al tiempo que se destruye en variadas formas el cuerpo
(véanse: Moreno, 2003 y http://www.prodigyweb.net.mx/edmundopeniche/DVCRONFLESH.htm, último acceso 12 de
noviembre de 2005).
22
Este gesto mortífero de odio por el propio cuerpo, remite al repliegue sobre sí mismo que caracteriza la agresión
propia de trastornos de alimentación como bulimia y anorexia. Véase: “Las significaciones de la Alimentación y su
Vinculación con el Cuidado del Cuerpo: la Experiencia de Jóvenes de la Ciudad de México”, de Paola Hernández
Salazar, tesis de maestría en Psicología Social de Grupos e Instituciones, UAM Xochimilco, 2005.
23 El poeta planteaba la existencia de, al menos, cuatro cuerpos en cada ser humano: 1. el superfluo, cuyo objetivo
implícito es la acción; 2. al segundo lo constituye la conciencia de nuestro funcionamiento orgánico interno; 3. al que
me refiero arriba, dentro de este artículo; y 4. “…el cuerpo como parte del medio, sin distinguirse de éste, como el
pequeño vórtice formado en el agua de un vaso, que sigue siendo parte del líquido pero es distinto de él” (véase
González-Crussi, 1996: 104-105).