Zourabichvili Francois - El Vocabulario de Deleuze PDF
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Maestro de conferencias
en la Universidad de Montpellier III Paul Valcry
Director de programa en el Colegio Internacional de Filosofa
EL VOCABULARIO
DE DELEUZE
ATUEL
Zourabichvili. Frangs
El vocabulario de Deleu2e. -1 a ed. - Buenos Aires : Atuel,
2007. 128 p. 19x12 cm. - {Nueva Serie Atuel. Anfora)
Coleccin N U E V A S E R IE
Dirigida por Germn Carda
2007
A T U EL
Pichincha 1901 4o A. Buenos Aires, Argn ina
T el/fax: 4305-1141
www.editotialatuel.com.ar / infb@editorialatuel.com.ar
ISBN 978-987-1155-43-9
1. Alpie de la letra': qu auditor de Deleuze no con
serv el recuerdo de esa mana de lenguaje? Y cmo, bajo
su aparente insignificancia, no or el llamado incansable y
casi imperceptible de un gesto que sustenta toda la filosofa
de la disyuncin inclusiva, de la univocidad y de la
distribucin nmada? Los escritos, por su lado, testimo
nian en todas partes la misma advertencia insistente1: no
tomen como metforas conceptos que, a pesar de la apa
riencia, no lo son; comprendan que la misma palabra met
fora es una engaifa, un seudo-concepto, en el que se dejan
atrapar en filosofa no slo sus adeptos sino tambin sus
detractores, y cuya refutacin es todo el sistema de los
devenires o de la produccin del sentido. El auditor con
sentido comn bien poda oponer su registro a esa cadena
extraa y abigarrada que desplegaba la palabra de Deleuze,
y no encontrar ms que lo figurado. Pero no por ello dejaba
de recibir en sordina el perpetuo ments del al pie de la
letra, la invitacin a ubicar su escucha ms ac de la divisin
1. Como botn de muestra, tomados al azar: DR. 235, 246, 257; ACE.
7, 43, 49, 100, 165-166, 348, 464; Kptot. 40, 65, 83; D. 9, 134, 140,
169; MP. 242, 245-246, 286-292, 336, 567; T, 32, 78, 169, 238.
315; CC. 89; etc.. [Las referencias y abreviaturas asi, como los libros
que fueron traducidos al espaol, figuran al final del libro. Los
nmeros de pginas remiten a ediciones francesas. (N. del T.)J
establecida de un sentido propio y un sentido figurado. De
acuerdo al sentido que le dieron Deleuze y Guattari, hay
que llamar ritornelo a esa firma discreta-llamado punzan
te, siempre familiar y siempre desconcertante, a abandonar
el territorio por la tierra inmanente y exclusiva de la
literalidad? Supongamos que leer a Deleuze sea or, as fuera
por intermitencias, el llamado del al pie de la letra.
Ain
Com plicacin
Corte-flujo
(o sntesis pasiva, o contemplacin)
' nin Batiiou habla atinadam ente del 'm ovim iento de dos
iiHivIncntos": vase Lontoogie vitaliste de Deleuze, Cmtrt traite
ft'mloloffit jtrox'ixoire. Pars, Le Seuil, 1998, pgs. 63-64. [Breve tratado
tfa oiiitilofia tramitara, Barcelona, Editorial Gedisa, 2002.]
ordinario descrito por los fenomenlogos; tampoco con
cierne a un vivido raro o extraordinario (aunque algu
nos agenciamientos puedan alcanzar el CsO en condi
ciones ambiguas: droga, masoquismo, etc ). Es el lmite
del cuerpo vivido , lmite inmanente (MP, 186, 191) en
la medida en que el cuerpo recae en ellos cuando est
atravesado de afectos o de devenires irreductibles
a los vividos de la fenomenologa. Tampoco es un cuer
po propio, puesto que sus devenires deshacen la inte
rioridad del yo (MP, 194,200, 203). Siendo impersonal,
no por ello deja de ser el lugar donde se conquista el
nombre propio, en una experiencia que excede el ejerci
cio regulado y codificado del deseo separado de lo que
puede. Si el CsO no es el cuerpo vivido sino su lmite,
es porque rem ite a una potencia insoportable como tal,
la de un deseo siempre en marcha y que jam s se deten
dra en formas: la identidad producir-producto (ACE,
10-14; estas pginas no se comprenden plenamente sino
sobre el fondo de polmica implcita con el cap. Q, 6 de
la Metafsica de Aristteles). Por eso no hay experien
cia del CsO como tal, salvo en el caso de la catatona del
esquizofrnico. Es comprensible la ambivalencia a pri
mera vista desconcertante del cuerpo sin rganos: con
dicin del deseo, lo cual no impide que sea modelo de
la muerte, envuelto en todo proceso de deseo (ACE, 14
y sobre todo 393; toda sensacin envuelve la intensi
dad = 0 precisamente tambin en este sentido,-ACE1. 394;
FB-LS, 54). El CsO, respecto de los rganos, es a la vez
repulsin (condicin sin la cual un organismo se se
dimentara, de tal modo que la mquina no funcionara)
y atraccin (los rganos-mquinas se inscriben sob^
el CsO como otros tantos estados intensivos o de nive
les que lo dividen en s mismo) (ACE, 394). O incluso:
instancia de anti-produccin en el corazn de la pro
duccin (ACE, 14-15). Tal es la articulacin frgil -ya
que roza por naturaleza la autodestruccin- de los dos
limiinismos evocados ms arriba, articulacin llamada
I>i txluccin de real, de deseo, o de vida (al mismo tiempo
H0 comprende por qu una mquina deseante slo mar-
i lu descomponindose).
Dusterritorializacin (y territorio)
Devenir
Empirismo trascendental
Lnea de fu g a (y menor-mayor)
M quina de guerra
Mquinas deseantes
M u ltiplicidades
6. Esta tesis es sostenida por Alain Badiou, en un libro del que por otra
parte hay que saludar la altura del punto de vista y la preocupacin por
una verdadera controversia: Deleuze. La clameur d e ltre, Pars,
Hachette, 1997. Si el pluralismo impugnado por Deleuze es el de la
equivocidad (pg. 38), no podemos ms que estar de acuerdo; slo que la
equivocidad es precisamente para Deleuze un seudo-pluralismo, la garanta
ms segura de la trascendencia del Uno respecto de lo mltiple. El fondo
del problema es el siguiente: para Deleuze, el pluralismo no puede
pensarse sino a condicin de que exista una primaca de la relacin.
cosa que Badiou no puede admitir, en nombre del vaco parlador de un
suplemento, el cual, para Deleuze, dependera del milagro trascendente
y no de la creacin (el malentendido llega al colmo en la pg. 135,
cuando el pasado virtual es confundido con un simple pasado vivido;
vase aq u mismo "Cristal de tiempo"). A partir de entonces, Deleuze
efectivamente necesita un concepto renovado del uno (pg. 19),
pero como sntesis inmediata - o disyuntivade lo mltiple (univocidad
del ser no tiene otro sentido). De ah procede la ecuacin: pluralismo
= monismo" (MP, 31), que podra expresarse igualmente: diferencia
interna = exterioridad de las relaciones. Al respecto, el concepto de
simulacro", aplicado al ente, es menos esencial para el deleuzianismo
que para la interpretacin que da Badiou de l; nos sentiramos ms
inclinados, por nuestra cuenta, a preguntar por qu Deleuze lo abandona
definitivamente luego de la Lgica del sentido. Vase Univocidad del
ser".
toma no implica fragmentacin o prdida de un todo, como
en Melanie Klein, ya que al abandonar el plano de las tota
lidades constituidas (los objetos de lo dado emprico, or
ganizado segn las exigencias de la representacin) para
alcanzar aquel donde se agencian fragmentos de alguna
manera absolutos, sin horizonte de totalizacin, no se hace
ms que alcanzarlas condiciones de la experiencia real.
AI no tener ni forma ni individualidad, esos fragmentos de
realidad cualq u iera dan lugar al agenciarse a
individuaciones intensivas (o ecceidades: MP, 318 y
sigs.); constituyen, a m anera de singularidades
preindividuales, las dimensiones intensivas de una mul
tiplicidad (LS, 345; ACE, 369n28 y 387). Desde este punto
de vista, la lgica de las multiplicidades completa la de las
disyunciones inclusivas, y los conceptos de multiplicidad
y de singularidad resultan estrechamente solidarios.
En este punto, el lector puede tener la desagradable
sensacin de un arrebato, hasta de una neutralizacin re
cproca de los conceptos: las dimensiones de una multipli
cidad son a su vez multiplicidades, por tanto singularidad
= multiplicidad, etc. Esta sensacin se disipa cuando uno
recuerda que una multiplicidad se compone de dimensio
nes que se envuelven unas a otras, cada una retomando al
resto en otro grado, segn una lista abierta que puede
aumentar con nuevas dimensiones; mientras que, por su
parte, una singularidad nunca es aslable, pero siempre
se prolonga hasta la vecindad de otra, segn el princi
pio de la primaca de los acoplamientos o de as relaciones.
As es como la multiplicidad se transforma dividindo
se, en un cuerpo sin rganos que jams equivale a un
cuerpo propio (por el contrario, ese concepto supone la
detencin del juego primario de las mquinas deseantes, y
la distribucin sedentaria de un organismo).
*** Otra dificultad aguarda al lector: el aparenteequ-
voco ligado con la consideracin de dos niveles de
preindividuaidad, en algunos pasajes de M il mesetas. La
misma palabra multiplicidad" parece designar a veces una
complicacin de dimensiones intensivas (o singularida
des), otras una masa o un motn extensivo de elemen
tos llamados abstractos. En realidad, ambos aspectos se
conjugan: su distincin, ajena a Rergson, se funda en una
interpretacin original d la teora spinoziana del cuerpo
(MP, 310-318). A ejemplo de la disyuncin inclusiva, el se
gundo aspecto permite hacer justicia a un material clnico
desfigurado por el psicoanlisis (MP, meseta 2 in extenso:
caso de el hombre de los lobos). Sus dimensiones no
dejan de conservar la primaca (MP, 299, 305), porque slo
en funcin de ellas la masa o el motn no se confunde ya
con un conglomerado de individuos ya formados, con una
multiplicidad de tipo actual-extensivo. Ese momento clave
de Mil mesetas es aquel en que los fenmenos de deve
nir-animal adquieren toda su importancia: aqu se opera
la transicin hacia lo molecular, definido como rgimen
donde unidades cualesquiera slo adquieren determina
cin agrupadas en masas segn relaciones de velocidad y
de lentitud. Como lo testimonian diversamente el artey el
delirio psictico, lo intensivo se abre un camino parad
jico en la representacin. A pan ir de cmonees es importan
te que la filosofa, et virtud de la relacin ntima que anuda
el concepto con el espacio, os nina por su cuenta esa rever
sin de lo intensivo en lo cxiensi vo: aqu se afirma la soli
daridad estrecha ilc, lo "molocuhii'" y de la distribucin
nmada en la dlormlnacin <U:I "espacio liso" (MP, 473).
Problem a
R izom a
V irtual
Acontecimiento.................................................. .11
Agenciamiento................... ............................... ..16
Ain................................................................ . .20
Complicacin..................................................... .24
Corte-flujo (o sntesis pasiva, o contemplacin). .26
Cristal de tiempo (o de inconsciente)................. ,29
Cuerpo sin rganos (CsO).................................. ,38
Desteiritorializacin (y territorio)....................... .41
Devenir............................................................... .44
Distribucin nmada (o espacio liso)................ .47
Empirismo trascendental.................................... ,.49
Lnea de fuga (y menor-mayor)........................... .53
Mquina de guerra.............................................. ,.60
Mquinas deseantes............................................ .63
Multiplicidades.............. ............. :................... ,.66
Plano de inmanencia (y caos).............................. .70
Problema............................................................ ..85
Ritornelo (diferencia y repeticin)......................................90
Rizoma............................................................................... 93
Singularidades preindividuales...........................................96
Sntesis disyuntiva (o disyuncin inclusiva).................... 99
Univocidad del ser............................................................. 104
Vida (o vitalidad) no-orgnica...........................................107
Virtual............................................................................... 113
O t r o s c o n c e p t o s e v o c a d o s ........................................................... 121
C o n f r o n t a c i n c o n o t r a s f o r m a s
DE PENSAMIENTO CONTEMPORNEO.......................................123