Práctico Filológicos
Práctico Filológicos
Práctico Filológicos
PRCTICO
FILOLGICOS Y LITERARIOS
En el comentario filolgico de texto, al reconocimiento y
comentario de los recursos y rasgos lingsticos, se une el
reconocimiento de los fenmenos de todo tipo que
permiten fecharlo e identificarlo del modo ms
aproximado.
Debe seguirse el siguiente esquema de comentario:
a) Caracterizacin del texto
b) Tema, argumento, sentido e intencionalidad
c) Estructura formal y de contenido
d) Comentario de los elementos lingsticos y literarios
(grafemticos, morfosintcticos, lxico semnticos) a
partir del tema y la intencionalidad comunicativa y los
dems elementos referidos al texto y a su contexto
e) Valoracin conclusiva con propsito de identificacin
y datacin del texto.
COMENTARIO LITERARIO. TEXTO V.
-
-1-
Oposiciones
Pues nunca Diosa quiera dijo Jarifa- que, yendo vos a ser preso,
quede yo libre, pues no lo soy. Yo quiero acompaaros en esta
jornada, que ni el amor que os tengo ni el miedo que he cobrado a
mi padre de haberle ofendido, me consentirn hacer otra cosa.
El moro, llorando de contentamiento, la abraz.
Estamos ante un fragmento de El Abencerraje (1551), obra que
inaugur la llamada novela morisca. Sus causas de aparicin
debemos encontrarla en el xito que tuvieron en tal poca los
romances fronterizos vase cmo se aparecen antropnimos
moriscos y cristianos, Abencerraje mismo y Rodrigo de Narvez-.
El Reino de Granada se incorpor definitivamente a Castilla
haca slo cincuenta y nueve aos, y, de hecho, nuestro texto
alude a lora, topnimo granadino, a propsito de un alcaide. La
fuerza de los romances y la anexin reciente de un reino, con todo
lo misterioso que tena la cultura nazar a ojos cristianos, hizo que
esta novela triunfara.
Adems el texto obedece a una hispanizacin de las novelle
italianas y de los romans franceses, rasgo demandado en aquel
tiempo y general en el devenir de la narrativa urea. En nuestro
texto se llega al punto de aadir el sufijo patronmico ez a un
antropnimo musulmn: Abindarrez.
La hispanizacin aporta un tanto de verosimilitud, cuya
ausencia era generalmente criticada a la novela por los
preceptistas. Ello se fomentaba, no slo con el hecho cierto de
que las familias de los Abencerrajes existiera, sino tambin con
que no aparecieran elementos fantsticos.
La novela morisca tiene mltiples puntos de conexin con la de
caballeras, pero no la intervencin de lo maravilloso: son las
armas, el valor o la fuerza de los elementos los que determina la
accin de los personajes. En nuestro fragmento, Abindarrez se
debate entre entregarse al alcaide, no por temor a la prisin, sino
debido a que no podra estar tan separado de su amada: De
suerte, seora, que vuestro captivo los es tambin del alcaide de
lora; yo no siento la pena de la prisin, que vos enseastes mi
corazn a sufrir, mas vivir sin vos tendra la misma suerte. Ella
propone que se pague por adelantado el rescate que el alcaide de
seguro solicitar por la libertad de su amante: que yo tomo el
remedio de tu rescate (...) que yo tengo las llaves de las riquezas
de mi padre (...) Yo creo que se contentar con esto, pues
-2-
Oposiciones
Oposiciones
-4-
Oposiciones
-5-
Oposiciones
Oposiciones
-7-
Oposiciones
-8-
Oposiciones
1
2
Landrado: desgarrado.
Mesquino: carente.
-9-
Oposiciones
- 10 -
Oposiciones
- 11 -
Oposiciones
Oposiciones
que non vos valdrn thesoros nin doblas / a la muerte, que tiene sus
lazos parados.
En el siglo XIV la concepcin antisemita de la sociedad se
refleja en lo que llambamos posturas de religiosidad extrema: ante
la inminencia de la muerte (...) dezid los pecados / en cuanto
podades- solo cabe el acogimiento a la va penitencial y expurgatoria:
punad por fazer buenas obras (...) / si aver queredes conplido perdn
/ de Aquel que perdona los yerros pasados.
De hecho es continua la referencia a los siete pecados
capitales, al modo de Dante en la Divina Comedia, como sntoma de
atadura al mundo y de suspensin irresponsable de los sentidos ante
tal va de penitencia; en nuestro texto se hace hincapi en la
avaricia: que non vos valdrn thesoros nin doblas.
Estamos, por tanto, ante un texto eminente de doctrina y
medieval que es epigonal respecto a la idea de afn de inmortalidad
y fama que surgir en la etapa que le sigue: el Humanismo.
- 13 -
Oposiciones
- 14 -
Oposiciones
- 15 -
Oposiciones
- 16 -
Oposiciones
- 17 -
Oposiciones
- 18 -
Oposiciones
Por otro lado el hecho de que aparezca buelo por vuelo nos
confirma un fenmeno bsico en los Siglos de Oro: la confusin entre
/ b / y / v / se solventa con el predominio de la bilabial, oclusiva,
sonora sobre la labiodental, fricativa, sonora.
En cuanto al plano morfolgico nos encontramos con el
tratamiento gramatical de hacha como femenino: hacha luminosa.
Los sustantivos acabados en a fueron tratados como masculinos en
los Siglos de Oro salvo si sta era adems su inicio: el centinela, pero
la hacha.
El uso de vos como pronombre sujeto era comn en los Siglos
de Oro para tratar a iguales no ntimos o a superiores: ostes vos
mis penas nunca usadas?, leemos.
Esta cronologa nos la confirma el hecho de que la desinencia
verbal latina stis resulta stes, y no steis, hasta la segunda mitad
del XVII: vemos cmo tenemos ostes y vistes, por ejemplo.
En cuanto a las conjunciones observamos como hecho
llamativo el hecho de que la copulativa aparezca como i y no como
y: ello nos indica que este texto es anterior a 1600, cuando se
establecieron definitivamente varios de los nexos actuales.
El orden de palabras, casi lineal y sin bruscos hiprbatos, nos
confirma que estamos ante un texto del XVI, escrito, segn
deducimos, entre 1560 y 1600: en efecto estamos ante un soneto de
Fernando de Herrera, que public sus poemas en 1582.
Comentario literario.
El texto que leemos es un soneto. Esta forma estrfica, formada
catorce versos endecaslabos, tiene un origen provenzal y se
empleaba en dilogos silogsticos. Pero es Petrarca quien lo consagra
en el Renacimiento con su Canzionere. En Espaa fue recogido por el
Marqus de Santillana en los Sonetos fechos al itlico modo, donde
predominaba el poco musical endecaslabo de gaita gallega,
acentuado en la cuarta, sptima y dcima slabas; pero ser
Garcilaso quien realmente lo introduzca segn la moda renacentista
y quien explot las mltiples posibilidades expresivas del soneto.
Se compone de dos cuartetos y dos tercetos con rima
consonante ABBA ABBA CDE CDE, donde A corresponde a -osa:
luminosa, dichosa, amorosa y hermosa; B, a
-elo: cielo, suelo,
buelo y velo; C, a oro: coro y oro, D, a -adas: fixadas y usadas y
E, a -ellas: estrellas y querellas.
El soneto que nos ocupa tiene un arranque enftico-meldico,
es decir con acento en las slabas primera, tercera, sexta y dcima:
- 19 -
Oposiciones
Roxo sol, que con hacha luminosa; mientras que el segundo cuarteto
y el primer terceto ostentan un predominio del sfico, que tiene los
acentos en las slabas cuarta, octava y dcima, lo que lo hacen
mucho ms pausado, como es propio de la serenidad renacentista:
Mi Luz, tocaste trena ms hermosa? / Luna, onor de la noche,
ilustre coro. Finalmente el autor cierra la composicin con el ritmo
que lo inici para connotar su desesperacin ante los desdenes de la
amada: vistes Luz ms ingrata a mis querellas?, cerrando una
estructura circular simtrica tan grata a la ansias de armona y
perfeccin formal renacentista: no podemos olvidar que fue Herrera
quien llev a cabo una eruditsima edicin anotada de los poemas de
Garcilaso.
El poema se estructura tambin simtricamente. En ello el
autor se emparenta con las tcnicas de paralelismos comunes a
Garcilaso: a cada estrofa le corresponde una invocacin a un
elemento dispuesto anafricamente al principio de ella: roxo sol,
aura y luna, que viene ampliado mediante el epteto, roxo sol; una
oracin adjetiva de relativo, que nos halagas con tu fresco buelo; o
una aposicin, onor de la noche. A continuacin el poeta les
interroga retricamente acerca de las virtudes de la amada:
hallaste tal belleza en todo el suelo, / quiguale a mi serena Luz
dichosa?, tocaste trena ms hermosa? y consideraste tales dos
estrellas?
En la ltima estrofa el autor reagrupa a todos los elementos
invocados para apostrofarles retricamente por dos veces: Sol puro,
Aura, Luna, llamas doro, / ostes vos mis penas nunca usadas? /
vistes Luz ms ingrata a mis querellas? Estamos pues ante un tpico
esquema de disposicin del soneto ureo: el diseminativorecolectivo, que enraza directamente con la estructura sintetizante
que tena la lrica provenzal.
En muchos casos se dan bimembraciones para recrearse y dar
un ritmo pausado a lo descrito: purpreo i alto cielo, blanda i
amorosa; del mismo modo aparecen paralelismos sintcticos: por
ejemplo de adjetivo + sustantivo: fresco buelo y dorado velo; el suelo
se sita al lado de su opuesto, el cielo, para resaltar los extremos
como sincdoque de la totalidad, al tiempo que los cometas, o
errantes lumbres, tenemos las estrellas fixadas.
Uno de los rasgos que hacen de Herrera un anunciador de
aspectos barrocos es su preferencia por lo sensorial: vemos cmo
atribuye cualidades cromticas y tctiles a los elementos: purpreo,
dorado, fresco, blanda, luminosa,... mientras que muchos de los
verbos son tambin de percepcin sensorial: tocaste, ostes, vistes,...
Pero no podemos olvidar que tales valores son de origen petrarquista
y que ya estaban presentes en Garcilaso. Lo sensorial adscribe a
Fernando de Herrera a la escuela sevillana, opuesta a la austeridad y
la propensin a la abstraccin de la escuela castellana.
- 20 -
Oposiciones
- 21 -
Oposiciones
Oposiciones
Oposiciones
Oposiciones
- 25 -
Oposiciones
Oposiciones
Oposiciones
- 28 -
Oposiciones
fiera cosa les pesa
2310
que
les
cuntio.
Comentario filolgico.
El texto que vamos a comentar presenta una serie de rasgos
lingsticos que nos van a permitir fijarlo desde un punto de vista
filolgico. Para ello, vamos a abordar las correspondencia entre
grafas, fonemas y sonidos del texto en primer lugar:
Es rasgo llamativo la presencia de apcope de e tras
pronombre encltico: metios y desatos. Este tipo de apcope fue
normal desde finales del siglo XI hasta finales del siglo XIV, a
diferencia de otros casos de apcope, que cayeron mucho antes, en
1270, cuando Alfonso X la condena por extranjerizante, por ejemplo,
tenemos en el texto, cort. Por otro lado, es fenmeno propio de
apcope extrema la vacilacin y ensordecimiento de las dentales
oclusivas finales, como vemos en el texto grant. Por el mismo
fenmeno se apocopan y varan los nombres propios seguidos de
patronmico: en nuestro texto, Fernando pasa a Ferran Gonalez. Por
tanto, como primera conclusin parcial podemos afirmar que el autor
del texto ha sufrido el influjo ultrapirenaico de la apcope extrema,
que elimina e principalmente tras r, s, l, n, d y z segn hemos visto.
El fragmento, pues, lo podramos datar entre finales del siglo XI
hasta 1270, es decir, es un texto escrito en lo que denominamos
espaol prealfons.
Es fenmeno propio de este tiempo que el recuerdo de la cada
de las vocales protnicas impidiera el reajuste consonntico hacia
grupos no tenidos como extraos en espaol: as ondrado (del latn
honorare > onrar / ondrar ) donde se ha establecido una /d/
epenttica, o cobdo (del latn cubitus >cubido > cobdo), donde an
no ha cado la bilabial, oclusiva, sonora.
En efecto, el fragmento muestra el estado de grafas y fonemas
propio del espaol prealfons: la indica fonema dental, africado y
sordo // enbraan, id, envergono,...-, que se neutralizaba si iba en
posicin implosiva en un sonido fricativo escrito como z: Gonalez.
Aparece la grafa l inicial por /l/, tal vez por influjo leons o
gallego portugus: lamando, lieva,... mientras que est geminada en
posicin interior, como es normal ya en este periodo: fallo, cuello,
vasallos,...
La f inicial de procedencia latina se pronunciaba como tal, es
decir, labiodental, fricativa y sorda, o bien aspirndose como alfono
de ese fonema: fallo, fincan,... esta grafa se mantendr por escrito,
al margen de su progresiva relajacin y cada, hasta finales del siglo
XIV.
- 29 -
Oposiciones
- 30 -
Oposiciones
Por otro lado, los artculos podan ser omitidos ante sustantivo
abstracto en grant miedo se vieron, donde se omite el artculo
indefinido -, genrico nin camara abierta, nin torre- o ante sintagma
nominal regido de preposicin.
En los pronombres, nos encontramos con un curioso caso de
lesmo en la red le metio, que es muy escaso, si no est referido a
persona, desde el siglo XI hasta el XIV inclusive. Por otro lado
observamos otro de los rasgos de poca prealfons: la posicin
encltica de un pronombre a un verbo tras pausa: Mandolo vedar. La
alternancia de sus y sos, para acabar con el apartado de
pronombres, nos indica que estamos antes de 1270, cuando se
consolida la forma sus.
En lo tocante a la sintaxis, es comn en esta poca la
supresin de la preposicin a ante complemento directo de persona:
Muchos tovieron por enbaidos
los ifantes de Carrin. Otra
peculiaridad propia del espaol prealfons, es la abundancia de
oraciones subordinadas sustantivas con funcin de complemento
directo sin verba dicendi: Ques esto, mesnadas,
o que queredes
vos? / Hya seor ondrado
rebata nos dio el leon!.
En cuanto a la pasiva refleja, abundaba con sujeto paciente de
cosa, mientras que el referido a persona asuma ciertas funciones de
agente, adquiriendo matices de oracin reflexiva o recproca: Ferran
gonalez non vio alli dos alasse o metios con grant pavor.
Las conjunciones subordinativas no estn an muy
desarrolladas en este tiempo, por lo que nos encontramos con una
sobreabundancia de la coordinacin polisindtica con la conjuncin
copulativa: e cercan el escao
e fincan sobre su seor o simple
yuxtaposicin: Mio id finco el cobdo, en pie se levanto / el manto
trae al cuello
e adelio pora[ l ] leon.
Por tanto, podemos concluir el comentario filolgico afirmando
que este texto corresponde al periodo prealfons y que, concretando
an ms, fue escrito entre 1150 y el primer tercio del siglo XIII: en
efecto, estamos ante el Poema de Mio id, escrito segn Menndez
Pidal, en su primera teora, en torno a 1140, y segn otros autores,
como Colin Smith, escrito en la fecha de su explicit, es decir, 1207 de
la era cristiana. Hoy la crtica acuerda que es de entre finales del
siglo XII y principios del XIII.
Comentario literario.
- 31 -
Oposiciones
Oposiciones
- 33 -
Oposiciones
- 34 -
Oposiciones
- 35 -