Cerrandole Las Puertas Al Enemigo
Cerrandole Las Puertas Al Enemigo
Cerrandole Las Puertas Al Enemigo
Introduccin:
El diablo vino para matar y destruir. El ladrn no viene sino para hurtar y matar y
destruir (Jn.10:10).
Maquina y asecha a los cristianos. para que Satans no gane ventaja alguna sobre
nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones (2Cor.2:11). Vestos de toda la
armadura de Dios, para que podis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
(Ef.6:11).
Nos tienta y acusa da y noche. Entonces o una gran voz en el cielo, que deca:
Ahora ha venido la salvacin, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su
Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios da y noche. (Apo.12:10).
La biblia nos advierte de nuestra lucha espiritual. Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podis resistir en el da malo, y habiendo
acabado todo, estar firmes. (Ef.6:12-13).
Dios nos ha dado armas espirituales. Pues aunque andamos en la carne, no
militamos segn la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destruccin de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez
que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo (2Cor.10:3-5).
Existe una realidad que no podemos ignorar ni evitar y es que al convertirnos en
hijos de Dios, nos constituimos en enemigos del Diablo. Pues Satans es el enemigo
declarado de Dios, y de todo lo que tiene que ver con l.
Es un enemigo derrotado, pero que no se da por vencido y aun cuando est limitado y
sabe que le queda poco tiempo para ser completamente destruido; no deja de seguir
engaando y persiguiendo a los hijos de Dios para que no hagan su voluntad y cumplan as
su propsito. La mejor forma para evitar caer en su astucia es serrarle las puertas. Por eso la
Biblia dice: NO LE DEN LUGAR AL DIABLO.
Dios nos ha dado la capacidad para cerrarle las puertas al enemigo.
La Biblia nos ensea cmo cerrarle las puertas al enemigo. Veamos tres cosas: Qu es darle
lugar al diablo, cmo entra el enemigo y cmo cerrarle la puerta el enemigo.
I.
QU ES DARLE LUGAR AL DIABLO?
A. Es permitir que ejerza control e influencia en algn rea de nuestra vida. Y dijo
Pedro: Ananas, por qu llen Satans tu corazn para que mintieses al Espritu Santo, y
sustrajeses del precio de la heredad? (Hech.5:3). Ananas y zafra eran miembros de la
iglesia primitiva una familia cristiana, que disfrutaba de una buena relacin con Dios y con
los apstoles; pero permitieron que Satans llenar su corazn con avaricia y mentira y
pagaron un gran precio.
B. Es permitir un intercambio de relacin con l. Ej. Eva y la serpiente. (Gn.3:1-6). Eva
tena una buena relacin con Dios y con su esposo, pero cuando Satans toc a su puerta
ella le abri e intercambio una relacin con el, que termin en una desgracia para toda la
humanidad. No debemos relacionarnos ni coquetear con el enemigo.
C. Es encantarnos con sus hechos. Muchas de las cosas que el enemigo hace son
aparentemente buenas y cautivan la mente y el corazn de los que las observan. Vi una de
sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravill toda
la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragn que haba dado autoridad a la bestia, y
adoraron a la bestia, diciendo: Quin como la bestia, y quin podr luchar contra ella?
(Ap.13:1-4). El enemigo tambin hace milagros, seales y prodigios. Es innovador con sus
mtodos de alcance, impacta las personas; y an muchos cristianos se sorprenden y admiran
sus hechos. Necesitamos a aprender a reconocer lo que viene de Dios y lo que viene del
diablo.
Satans no nunca ha sido un buen husped para ninguna persona que lo haya recibido en su
casa todo los que han abierto las puertas han sido destruidos por l. El ladrn no viene
sino para hurtar y matar y destruir (Jn.10:10).
II.CMO ENTRA EL ENEMIGO?
A. Aprovechando nuestra vulnerabilidad.
Conoce y estudia nuestras debilidades. l sabe cules son tus reas dbiles, si te
encanta la pelea, te pondr a pelear; si te gusta la infidelidad, te presentar oportunidades.
Si te gusta agarrar lo ajeno, te pondr dinero fcil. l conoce nuestras debilidades y las
utiliza para meterse y hacernos caer.
Nos manipula con nuestro pasado. Hacindonos creer que Dios no nos ha perdonado,
que estamos siendo castigados por los errores de nuestro pasado. Nos recuerda el
sufrimiento que vivimos en el pasado y las personas que nos hicieron dao. Nos acusa
hacindonos sentir culpables an de lo que ya Dios nos ha perdonado y que l prometi no
volver a mencionar. Dios te pide No os acordis de las cosas pasadas, ni traigis a la
memoria las cosas antiguas YO, yo soy EL QUE BORRO TUS REBELIONES POR
AMOR de m mismo, y NO me acordar ms de tus pecados. (Isa. 43:18,19 y 25).
Utiliza las circunstancias para atemorizarnos y culparnos. Cuando estamos pasando
por momentos difciles, el enemigo se encarga de traer a nuestra mente pensamientos de
desanimo, de derrota, de miseria, de destruccin; trata de hacernos creer que estamos
perdidos, que no somos nadie y que pereceremos. Y all se meti en una cueva, donde
pas la noche. Y vino a l palabra de Jehov, el cual le dijo: Qu haces aqu, Elas? El
respondi: He sentido un vivo celo por Jehov Dios de los ejrcitos; porque los hijos de
Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus
profetas; y slo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida (1Re.19:9-10).
Desafa nuestra fe. Quiere hacernos creer que no tenemos fe, que Dios no es capaz de
ayudarnos; que estamos en sus manos y que no escaparemos. Es as como quiso hacerle
creer a de Ezequas y al pueblo diciendo: No habis sabido lo que yo y mis padres hemos
hecho a todos los pueblos de la tierra? Pudieron los dioses de las naciones de esas tierras
librar su tierra de mi mano? Qu dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones
que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? Cmo podr
III.
CMO SERRARLE LAS PUERTAS AL ENEMIGO?
A. Sanando nuestros traumas emocionales.
Sacando el odio y la culpa, y dndole lugar al perdn. El resentimiento y la culpa se
constituyen en una enfermedad emocional que deprimen y limitan al ser humano, y la nica
forma de sanarse es a travs del perdn. Airaos, pero no pequis; no se ponga el sol sobre
vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. (Ef.4:26-27). Cuando le damos largo al enojo,
permitimos que el diablo entre y lo convierte en odio. Deja la ira, y desecha el enojo; No
te excites en manera alguna a hacer lo malo. (Salm.37:8). Los impos ofrecen muerte y
destruccin, nosotros ofrecemos Paz y vida en abundancia. No paguis a nadie mal por
mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguis vosotros mismos, amados
mos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito est: Ma es la venganza, yo
pagar, dice el Seor. As que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed,
dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonars sobre su cabeza. No seas
vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal (Rom.12:17-21). El anhelo de Dios es
que vivamos sanos emocionalmente, y la forma de ser sanados es desechando el odio y la
culpa y dndole lugar al perdn en nuestra vida; slo as viviremos sanos emocionalmente y
le cerraremos las puertas al enemigo.
Manteniendo un equilibrio personal de nuestra identidad en Cristo. No est bien
que tengamos baja estima, pero tampoco sobre estimacin la Biblia nos ensea a ser
equilibrados. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano
para conmigo, antes he trabajado ms que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo. (1Cor.5:10). El apstol San Pablo prctico este equilibrio y lo ense a su
discpulo. Ten cuidado de ti mismo (1Tim.4:16). Podemos ser equilibrados. Porque no
nos ha dado Dios espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2Tim.1:7). Dios nos ha dado la capacidad de ser equilibrados.
Dejando atrs el pasado y enfocndonos en el presente y lo futuro. Muchas personas
le han abierto las puertas al enemigo viviendo atados al pasado y son infelices, no disfrutan
el presente ni se preparan para un buen futuro. El apstol Pablo fue un hombre muy sufrido,
pero muy feliz y nos ensea su secreto. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrs, y
extendindome a lo que est delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jess. (Filp.3:13-14). No vale la pena quedarnos atados a nuestro
pasado, cuando tenemos un supremo llamamiento que Dios nos ha hecho por delante,
prosigamos a la meta en Cristo. Viva el presente y cirrele las puertas del pasado al
enemigo.
B. Pensando cristianamente como hijos de Dios.
Cambiando nuestra manera de pensar. La Biblia nos ensea que el hombre como
piensa, as vive. No vivan como el resto del mundo, por el contrario, cambien su manera
de pensar, para que cambie su manera de vivir (Rom.12:2). Cmo cristianos ya no
podemos seguir pensando como antes lo hacamos, o como el mundo lo hace; debemos
pensar diferente, somos cristianos, hijos de Dios y debemos pensar como tal.
Alimentndonos con pensamientos piadosos. Nuestra mente y nuestro corazn, se
alimentan de lo que vemos y omos, y en lo que pensamos es en lo que nos convertimos.
Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. (1Cor.2:16). Esto nos ensea que podemos
pensar cmo Cristo pens. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambin en Cristo
Jess (Filp.2:5). El apstol Pablo nos ensea el filtro de los pensamientos. Por lo dems,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto D sobre qu es una lujo, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo
digno de alabanza, en esto pensad. (Filp.4:8). Si pasamos nuestros pensamientos por este
filtro, pensaremos y viviremos realmente como cristianos, seremos de testimonio para otros
y la bendicin de Dios estar con nosotros a donde quiera que estemos.
Conclusin: Darle lugar al diablo, es permitir que el tome el control de algunas reas de
nuestra vida. El enemigo aprovecha nuestras debilidades, fortalezas y su astucia, para
meterse, matar y destruir. Podemos SERRARLE las puertas, sanando nuestros traumas
emocionales, pensando y viviendo como cristianos y andando en el espritu de Dios, sin
satisfacer los deseos de la carne.
El enemigo no puede hacer en nosotros, sino slo lo que le permitimos hacer. Si le
abrimos las puertas entrar y destruir nuestras vidas. Si lo resistimos y le cerramos las
puertas, huida de nosotros.
As que: Sometmonos a Dios, resistamos al diablo y huir de nosotros.
No le demos lugar al diablo