Gobernanza Multinivel Ostrom
Gobernanza Multinivel Ostrom
Gobernanza Multinivel Ostrom
del
Premio Nobel
de
Economa,
Elinor Ostrom
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I. La
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puede consumirlo nadie ms). Los bienes pblicos son tanto no excluibles
(es imposible evitar que quienes no han pagado consuman el bien) y no rivales (todo aquello que el individuo A consume no limita el consumo de
otros). Esta divisin bsica era consistente con la dicotoma del mundo
institucional visto en trminos de intercambios de propiedad privada en
contextos de mercado y propiedad pblica organizada a partir de una
jerarqua gubernamental. Las personas en el mundo real eran vistas
fundamentalmente como consumidores y votantes.
II. Primeros
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A la luz de nueva investigacin emprica y terica, propusimos modificaciones adicionales a la clasificacin de los bienes, identificando diferencias fundamentales que afectan los incentivos de los individuos (Ostrom y Ostrom, 1977):
1. Reemplazar el trmino rivalidad de consumo por sustractabilidad del uso.
2. Conceptualizar la sustractabilidad de uso y la capacidad de exclusin como condiciones que se mueven en un gradiente de bajo a alto,
no limitarse a caracterizar estas condiciones en trminos de presente
o ausente.
3. Aadir un tercer e importante tipo de bienes los recursos de uso
comn que comparten con los bienes privados los atributos de alta sustractabilidad y con los bienes pblicos la dificultad de exclusin (Ostrom
y Ostrom, 1977). Los sistemas hidrolgicos, los bosques, las pesqueras y
la atmsfera global son todos recursos de uso comn de inmensa importancia para la supervivencia de los seres humanos en la tierra.
4. Cambiar el nombre de bienes club por tarifa, ya que son asociaciones de pequea escala, pblicas o privadas, las que proveen muchos
bienes con estas caractersticas.
El esquema 1 aporta una representacin general de los cuatro grandes
tipos de bienes que determinan de manera diferenciada los problemas
que los individuos enfrentan al disear instituciones que les permitan
proveer, producir y consumir diversos bienes. Estos cuatro grandes tipos
incluyen muchos subtipos que varan sustancialmente en relacin con
muchos atributos. Por ejemplo, un ro y un bosque son ambos bienes de
uso comn que varan en relacin con la movilidad de las unidades del
recurso, la facilidad de medicin, la escala temporal de su regeneracin
y otros atributos importantes. Diversos recursos de uso comn difieren
en relacin con la escala espacial, el nmero de usuarios y muchos otros
factores.
Cuando se realiza trabajo de campo, se encuentra una inmensa diversidad de situaciones en las que los seres humanos interactan. Al viajar a
media noche o en una tarde de sbado como observadora en una patrulla
en el distrito central de una gran ciudad estadounidense, not patrones
de interaccin diferentes a los de un suburbio o a los de la tarde de un
da laboral a la hora de salida de las escuelas. En ambos casos se aprecia
la produccin de un bien pblico la seguridad local por parte de
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Dificultad
de excluir
beneficiarios
potenciales
Alta
Baja
Alta
ruc:
Baja
Bienes privados:
comida, ropa, automviles, etc.
III. Desarrollo
La complejidad y diversidad de situaciones de campo que hemos estudiado ha generado un extenso esfuerzo de los colegas asociados con el
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1 Mucho aprecio las numerosas horas de productiva discusin sobre las partes internas funcionales de un juego formal, que sostuve con Reinhard Selten a principio de los
aos ochenta, cuando inicibamos el desarrollo del marco iad, que podan ser usadas en
ese marco.
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IV. Los
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cambiar la estructura del juego por s mismos. De hecho, este paso analtico represent un movimiento regresivo en las teoras de anlisis de la
condicin humana. Ya sea que los individuos en una situacin determinada tengan o no capacidades para transformar las variables externas
que afectan su propia situacin, se trata de condiciones empricas que
varan dramticamente de una situacin a otra, ms que de una lgica
universal. Si bien los jueces mantienen intencionalmente a los prisioneros
separados de modo que no puedan comunicarse,vii los usuarios de un
recurso de uso comn no se encuentran tan limitados.
Cuando el anlisis percibe a los seres humanos cuya conducta modela
como atrapados en situaciones perversas, se asume tambin que otros
seres humanos ajenos a los involucrados acadmicos y funcionarios
pblicos son capaces de analizar la situacin, pueden establecer las
causas de los resultados contraproductivos, y ubicar los cambios en las reglas en uso que permitiran a los participantes mejorar sus resultados.
Se espera entonces que funcionarios externos impongan un conjunto de
reglas ptimas a los individuos involucrados en situaciones concretas. Se
asume que el momento del cambio debe originarse desde el exterior, ms
que como resultado de la autorreflexin y la creatividad de quienes estn
involucrados en una situacin de accin, para reestructurar sus propios
patrones de interaccin. Como ha comentado Susgen:
La mayor parte de la teora econmica moderna describe al mundo como
si estuviera presidido por un gobierno (y, significativamente, no por gobiernos) y mira al mundo a travs de los ojos de ese gobierno. Supone que el
gobierno tiene la responsabilidad, el deseo y el poder de reestructurar la
sociedad en cualquier forma que maximice el bienestar social. Actuando
como la Caballera de Estados Unidos en una buena pelcula sobre la Conquista del Oeste de Norteamrica,viii el gobierno est siempre alerta para
acudir a resolver cualquier falla de mercado y el trabajo del economista
es asesorarlo sobre cundo y cmo hacerlo. En contraste, se considera que
los individuos tienen escasa o ninguna capacidad para resolver los problemas colectivos presentes entre ellos. Esta perspectiva crea una visin distorsionada de importantes cuestiones econmicas y polticas (Sugden, 1986: 3;
nfasis en el original).
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uso comn puede ser posedo y manejado como propiedad gubernamental, privada, comunal, o no ser posedo por nadie (Bromley, 1986). Una
razn adicional de la falta de conciencia de las concepciones en torno
de los sistemas de propiedad desarrollados por los usuarios locales es
que muchos acadmicos suponen que a menos que los usuarios tengan
derechos de alienacin el derecho de vender su propiedad, no poseen ningn derecho de propiedad (Alchian y Demsetz, 1973; Anderson
y Hill, 1990; Posner, 1975).
Schlager y Ostrom (1992) retomaron el trabajo previo de Commons
([1924] 1968), que conceptualiza los sistemas de derechos de propiedad conteniendo racimos de derechos y no un nico derecho. El
meta-anlisis de los estudios de caso disponibles permiti identificar
cinco derechos de propiedad que los usuarios de un recurso pueden
acumular: 1) Acceso: el derecho a entrar en una propiedad especfica;3
2) Cosecha: el derecho de cosechar productos especficos de un recurso;
3) Manejo: el derecho de transformar el recurso y regular los patrones
internos de uso; 4) Exclusin: el derecho a decidir quines tienen derechos de acceso, uso o manejo, y 5) Alienacin: el derecho a rentar o
vender cualquiera de los cuatro derechos anteriores. La concepcin de
los derechos de propiedad como racimos es hoy ampliamente aceptada
por los estudiosos de los sistemas de propiedad alrededor del mundo
(Brunckhorst, 2000; Degnbol y McCay, 2007; Paavola y Adger, 2005;
Trawick, 2001; Wilson et al.: 1994).
El concepto de derechos de acceso ha preocupado a algunos acadmicos. Un ejemplo cotidiano de un derecho de acceso es la compra de un permiso para entrar a un
parque pblico. Ello asigna al poseedor del boleto el derecho a entrar y disfrutar de una
caminata y otras actividades (que no implican cosecha de recursos) durante un determinado periodo.
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resulta necesaria para todos los usuarios, qu costos y beneficios se asocian con qu tipo de acciones). Mientras buscbamos formas consistentes
de codificar y analizar esta rica diversidad de reglas especficas descritas
por los autores de los casos, volvimos al marco iad. Puesto que habamos identificado siete partes funcionales de un juego o una situacin
de accin, pareca razonable pensar en siete grandes tipos de reglas
que actuaban como variables externas, afectando las partes individuales
operantes de las situaciones de accin (ver esquema 3). Los siete tipos
de reglas son:
1. Reglas de Lmites, que especifican cmo se seleccionan los actores
para entrar o dejar las posiciones;
2. Reglas de Posicin, que especifican el conjunto de posiciones y las
formas en que los actores sostienen cada una de ellas;
3. Reglas de Eleccin, que especifican qu acciones se asignan a un
actor en una posicin determinada;
4. Reglas de Informacin, que especifican los canales de comunicacin
entre los actores y si la informacin debe, puede o no debe compartirse;
5. Reglas de mbito, que especifican los resultados que pueden ser
afectados;
6. Reglas de Conjunto (como las reglas de mayora o unanimidad),
que especifican cmo las decisiones de los actores en un nodo pueden
ligarse con los resultados intermedios o finales; y
7. Reglas de Compensacin, que especifican cmo deben distribuirse
los costos y los beneficios entre los actores qu ocupan diversas posiciones
(Crawford y Ostrom, 2005).
Una forma til de pensar en las reglas es ubicar conceptualmente
la parte de la situacin de accin que se ve afectada por una regla (ver
esquema 4).
Conceptualizar siete grandes tipos de reglas (y no uno o dos) resulta
alarmante para muchos acadmicos que pretendan basarse en modelos
simples de interaccin entre los seres humanos. Adicionalmente a estos
siete grandes tipos de reglas, hallamos mltiples variantes de cada tipo.
Por ejemplo, encontramos 27 Reglas de Lmites descritas por los autores
de estudios de caso y utilizadas en al menos un sitio con recursos de uso
comn (Ostrom, 1999: 510). Algunas reglas especifican las diversas formas
de residencia, membresa organizacional y atributos personales que pueden ser adscritos o adquiridos. De manera similar, encontramos 112 reglas
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5. Sanciones graduadas: las sanciones al incumplimiento de las reglas empiezan siendo muy bajas, pero se vuelven ms fuertes cuando un
usuario incumple repetidamente una regla.
6. Mecanismos de resolucin de conflictos: existen espacios locales
para resolver conflictos entre los propios usuarios o con funcionarios,
rpidos y de bajo costo.
7. Reconocimiento mnimo de los derechos: los derechos de los
usuarios locales para elaborar sus propias reglas son reconocidos por el
gobierno.
8. Empresas anidadas: cuando un recurso de uso comn est cercanamente conectado a un sistema socioecolgico ms amplio, las actividades
de gobernanza estn organizadas en mltiples niveles anidados.
Los principios de diseo parecen sintetizar los factores centrales que afectan la probabilidad de sobrevivencia en el largo plazo de una institucin
desarrollada por los usuarios de un recurso. Cox, Arnold y VillamayorToms (2009) analizaron ms de 100 estudios realizados por acadmicos
que evaluaron la relevancia de estos principios como explicacin del
xito o falla de diversos sistemas de recursos de uso comn. Dos terceras
partes de estos estudios establecen que la solidez de un sistema de recursos se caracteriza por la presencia de la mayora de estos principios de
diseo, ausentes en los casos de fallas. Los autores de algunos estudios
que encontraron que los principios de diseo eran inadecuados tendan
a interpretarlos de manera muy rgida y consideraban que los sistemas
exitosos se caracterizaban por mayor flexibilidad. En tres casos, la redaccin de los principios de diseo era demasiado general y no diferenciaba
las condiciones ecolgicas de las sociales, de modo que he adoptado las
sugerencias de mejora a los principios de diseo institucional 1, 2 y 4 que
proponen Cox y sus coautores.
V. Experimentos
La existencia de un gran nmero de casos en los que los usuarios han sido
capaces de resolver dilemas sociales para sostener exitosamente bienes
de uso comn en el largo plazo cuestiona el supuesto de que este logro
es imposible. En condiciones de campo, muchas variables afectan simultneamente los resultados. El desarrollo de modelos tericos de juegos
sobre situaciones de recursos de uso comn (Weissing y Ostrom, 1993;
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Ostrom y Gardner, 1993) ha sido una estrategia que hemos utilizado para
evaluar los resultados tericos de un conjunto de variables observadas en
campo. Tambin consideramos importante examinar el efecto de combinaciones precisas de estas variables en situaciones experimentales:
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de 64. Los sujetos podan tener ganancias mayores si reducan su inversin en el recurso de uso comn a un total de 36 fichas. Los sujetos en
experimentos de lnea base que realizan mltiples rondas de decisin
sobre-invierten sustancialmente, es decir, invierten an ms fichas que lo
predicho, de manera que el resultado conjunto fue peor que el previsto
por el modelo del equilibrio de Nash.5
Con base en la investigacin anterior sobre bienes pblicos (Isaac y
Walker, 1988), desarrollamos una serie de experimentos de comunicacin
cara a cara en los que se mantena la misma funcin de resultado. Luego
de 10 rondas sin comunicacin, se indic a los sujetos que podan comunicarse entre s antes de volver a sus computadoras para tomar sus propias
decisiones. Esto les proporcion una oportunidad de charla breve con
sus pares. Se supona que se obtendra en este experimento un resultado
similar a los de la lnea base, puesto que los sujetos podan comprometerse a cooperar pero no exista un tercero que asegurara que la promesa se cumplira.
Los sujetos utilizaron comunicacin cara a cara para discutir las estrategias para obtener los mejores resultados y acordar de ser posible la
medida en que cada sujeto deba invertir. Los participantes conocieron
las inversiones agregadas de los otros despus de cada ronda, pero no las
decisiones de los sujetos individuales. Esto les proporcion informacin
sobre si el total de las inversiones era mayor de lo acordado. En muchas
rondas los sujetos mantuvieron sus promesas. En otras ocurrieron algunos
incumplimientos. Los sujetos utilizaron la informacin sobre los niveles
de la inversin agregada para amonestar a sus compaeros desconocidos
si el total de la cosecha era mayor que el acordado. La oportunidad de
comunicacin cara a cara repetida fue extremadamente exitosa para incrementar las ganancias conjuntas. Los resultados sobre los experimentos
de comunicacin son consistentes con gran nmero de estudios sobre el
impacto de la comunicacin cara a cara en la capacidad de los sujetos
para resolver una variedad de dilemas sociales (ver Ostrom y Walker,
1991; Orbell, Van de Kragt y Dawes, 1988; Sally, 1995; Balliet, 2010).
5 En experimentos simples de bienes pblicos repetidos, los sujetos inicialmente
tienden a contribuir en un nivel ms alto que el que predice el equilibrio de Nash (Isaac
et al., 1984, 1985, 1994; Isaac y Walker, 1988; Marwell y Ames, 1979) y los resultados se
acercan lentamente a la prediccin de equilibrio de Nash desde un nivel ms alto. Por
otra parte, en los juegos de bienes pblicos y en los juegos de bienes de uso comn los
sujetos alcanzan inicialmente resultados mucho peores que los del equilibrio de Nash, al
que se acercan de manera paulatina desde abajo (ver tambin Casari y Plott, 2003).
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En muchas situaciones, los usuarios de recursos han ideado una variedad de vas formales e informales de sancin si las reglas se rompen,
aunque esta conducta no resulte consistente con la teora de la racionalidad completa libre de normas (Elster, 1989: 40-41). Resultaba muy
importante observar si los sujetos en un experimento controlado utilizaran sus propios activos para sancionar econmicamente a otros. Despus
de que los sujetos jugaron 10 rondas del juego de lnea base de recursos
de uso comn, se les indic que en rondas consecuentes tendran oportunidad de pagar una cuota para imponer una multa a otro. Encontramos
que tenan lugar muchas ms sanciones que las predichas por el modelo
del equilibrio de Nash (Isaac et al., 1984, 1985, 1994; Isaac y Walker,
1988; Marwell y Ames, 1979) y que los resultados se aproximaban lentamente al predicho equilibrio de Nash desde un nivel superior. Por otra
parte, en juegos de recursos de uso comn, de inicio los resultados que
los sujetos lograban eran mucho peores que los del equilibrio de Nash,
al que se aproximaban lentamente desde abajo, en un nivel menor del
cero predicho.6 Los sujetos incrementan sus beneficios brutos por medio
de sanciones, pero reducen sustancialmente los beneficios netos debido
al sobreuso de sanciones costosas.7 Las sanciones se dirigan al principio
a quienes incumplan, pero algunas pocas se dirigieron tambin a quienes contribuan poco, como una forma de revancha de aquellos que se
haban impuesto multas a s mismos. En un diseo posterior se permiti
a los sujetos comunicarse y decidir si adoptaban un sistema de sanciones
propio (o no). Los sujetos que decidieron adoptar su propio sistema de
sanciones alcanzaron las ms altas ganancias de todos los experimentos
de recursos comunes que realizamos en laboratorio: 90% del valor del
resultado ptimo, luego de que las multas a pequeas infracciones haban
sido suspendidas (Ostrom, Walker & Gardner, 1992).
Las predicciones de la teora de juegos no cooperativa se cumplan
en trminos generales slo cuando los participantes en el experimento
desconocan la reputacin de los otros involucrados participantes en un
dilema de recursos de uso comn y no podan comunicarse con ellos. Por
6 Henrich et al. (2006) han realizado experimentos de campo en numerosos pases
evaluando si grupos de participantes ms amplios utilizaran tambin sanciones en experimentos de bienes pblicos. Ver Henrich et al. (2004) sobre reportes de experimentos de
campo anteriores en torno de dilemas sociales en 15 pequeas comunidades.
7 Existen hallazgos similares de experimentos de bienes pblicos en los que quienes
sancionan lo hacen tpicamente a quienes hacen bajas contribuciones (Yamagishi, 1986;
Fehr y Gchter, 2002).
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Fehr y Leibbrandt (2008) realizaron una interesante serie de experimentos de bienes pblicos con pescadores en un lago de acceso abierto
en el noreste de Brasil. Encontraron que un alto porcentaje (87%) de los
pescadores contribuan en el primer periodo de los experimentos de campo y que las contribuciones disminuan en los periodos siguientes. Fehr
y Leibbrandt examinaron el tamao de las mallas de las redes utilizadas
por los pescadores y encontraron que aquellos que contribuyeron en mayor medida durante el experimento de bienes pblicos usaban redes con
mallas de mayor tamao.
Las mallas mayores permiten a los peces juveniles escapar, crecer y
alcanzar mayores tallas y reproducirse en niveles mayores que cuando
son atrapados an pequeos. En otras palabras, la cooperacin en el
experimento de campo era consistente con la cooperacin observada en
un dilema real de ruc. Los investigadores concluyeron que el hecho de
que nuestra medicin en laboratorio sobre el efecto de la observacin de
las preferencias por parte de otros predice las conductas en campo, incrementa nuestra confianza en la relevancia conductual de la observacin
de las preferencias por parte de otros, que se gan en los experimentos de
laboratorio (Ibid.: 17).
En sntesis, los experimentos sobre ruc y bienes pblicos han mostrado que muchas predicciones de la teora convencional de la accin
colectiva no se sostienen. Se presenta ms cooperacin que la predicha,
las charlas breves incrementan la cooperacin y los sujetos invierten
en sancionar a los no cooperadores. Los experimentos tambin han
mostrado que existe heterogeneidad motivacional en relacin con las
decisiones sobre el nivel de cosecha y contribucin y sobre la aplicacin
de las sanciones.
VI. El
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el mejor desempeo de los sistemas manejados por campesinos se confirmaron nuevamente utilizando la base de datos expandida, que contena
informacin de 229 sistemas de irrigacin (Joshi et al., 2000; Shivakoti y
Ostrom, 2002). Nuestros hallazgos no son exclusivos de Nepal. Distintos
acadmicos han documentado el desempeo de sistemas efectivos diseados y operados por campesinos en muchos pases, incluyendo Japn (Aoki,
2001), India (Meinzen-Dick, 2007; Bardhan, 2000) y Sri Lanka (Uphoff,
1991).
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Para cada sitio ifri se realizan extensas medidas del bosque, al tiempo que se obtiene informacin sobre los usuarios del bosque, sus actividades, su organizacin, y sobre
los arreglos de gobernanza. Comparar las medidas forestales de diversas zonas ecolgicas carece de sentido, ya que la medida promedio del dimetro a la altura del pecho
en un bosque es influida por la precipitacin pluvial, la calidad y los tipos de suelos, la
elevacin y otros factores que varan dramticamente entre zonas ecolgicas. De modo
que pedimos a ingenieros forestales o a eclogos locales que supervisaran la recoleccin
de informacin sobre el bosque y calificaran las condiciones del bosque en una escala de
cinco puntos, de muy rala a muy abundante.
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VII. Desarrollos
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tericos recientes
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interactan repetidamente, es posible aprender heursticas que se acerquen a estrategias de la mejor respuesta y que tengan logros cercanos
a lo ptimo (Gigerenzer y Selten, 2001). Sin embargo, en tiempos de
cambios rpidos y disturbios sbitos, la heurstica puede no ser suficiente
para que los individuos logren altos beneficios.
Los individuos tambin aprenden normas, valoraciones internas negativas o positivas relacionadas con acciones especficas, como mentir o
ser valeroso en situaciones particulares (Crawford y Ostrom, 2005). La
fortaleza del compromiso interno (Sen, 1977) puede representarse como
el peso interno que un individuo asigna a las acciones y a los resultados
en contextos particulares. Entre las normas individuales se encuentran
aquellas relacionadas con la valoracin de los resultados que obtienen
otros (Cox y Deck, 2005; Cox, Sadiraj y Sadiraj, 2008; Andreoni, 1989;
Bolton y Ockenfels, 2000). Fehr y Schmidt (1999) proponen que a los
individuos les disgustan los resultados inequitativos de las interacciones
y tienen una norma interna de aversin a la inequidad. Axelrod (1986)
sostiene que los individuos que adoptan metanormas relacionadas con la
viabilidad de que otros cumplan con las normas que han evolucionado
en un grupo incrementan la viabilidad de que las normas se cumplan.
Leibbrandt, Gneezy y List (2010) muestran que los individuos que trabajan regularmente en grupos tienden a adoptar normas y a confiar ms en
los otros que los individuos que trabajan solos. Frohlich y Oppenheimer
(1992) muestran que muchos individuos adoptan normas de fidelidad y
justicia. No todos los individuos tienen las mismas normas, ni la misma
percepcin de una situacin (Ones y Putterman, 2007), y sus consideraciones sobre la justicia de las formas de compartir costos pueden diferir
significativamente(Eckel y Grossman, 1996).
Asumir simplemente que los seres humanos adoptan normas no es
suficiente para predecir la conducta en un dilema social, especialmente
en grupos grandes sin acuerdos ni comunicacin. Incluso cuando existen
fuertes preferencias para seguir las normas, la conducta observada puede
variar de un contexto a otro porque la percepcin de lo correcto cambiar
(De Oliveira, Croson y Eckel, 2009: 19). Distintos aspectos del contexto en
el que los individuos interactan afectan la forma en que stos aprenden
las condiciones de la situacin en que se encuentran y sobre los otros con
quienes estn interactuando. Las diferencias individuales tienen peso,
pero el contexto de las interacciones afecta tambin las conductas en el
tiempo (Walker y Ostrom, 2009). Los bilogos reconocen que la apariencia de un organismo y su conducta se ven afectadas por el ambiente en
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VIII. Complejidad
y cambio
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de lo alcanzado en el ltimo medio siglo. Extensa investigacin emprica me lleva a argumentar que, en lugar de ello, una meta central de la
poltica pblica debiera ser favorecer el desarrollo de instituciones que
alienten lo mejor de los seres humanos. Debemos preguntarnos cmo
diversas instituciones policntricas pueden apoyar o limitar la innovacin,
el aprendizaje, la adaptacin, la confiabilidad, los niveles de cooperacin
de los participantes, para el logro de resultados ms eficientes, equitativos
y sostenibles en mltiples escalas (Toonen, 2010). Para explicar la amplia
gama de interacciones y resultados que ocurren en mltiples niveles,
necesitamos estar dispuestos a lidiar con la complejidad en lugar de
rechazarla. Algunos modelos matemticos son muy tiles para explicar resultados en escenarios particulares. Debemos continuar usando modelos simples cuando stos capturen de manera suficiente el ncleo de la
estructura subyacente y de los incentivos tiles para predecir resultados.
Sin embargo, cuando el mundo que tratamos de explicar no es descrito
adecuadamente por un modelo simple, debemos buscar la mejora de
nuestros marcos analticos y teoras, para ser capaces de comprender la
complejidad y no rechazarla simplemente.
Agradecimientos
Quiero agradecer a Vincent Ostrom y a muchos de los colegas del Workshop que han trabajado conmigo a lo largo de los aos para desarrollar el
programa de investigacin que he descrito brevemente. Aprecio las tiles
sugerencias de Arun Agrawal, Andreas Leibbrandt, Mike McGinnis, Jimmy
Walker, Tom Wisdom, del Grupo de Trabajo sobre Teora Aplicada y el
Grupo de Lectura Experimental, as como las excelentes capacidades de edicin de Patty Lezotte. A lo largo de los aos, el apoyo recibido de la Fundacin Ford, la Fundacin Mc Arthur y la Fundacin Nacional de Ciencias
ha sido esencial y es reconocido con agradecimiento.
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Notas
de la traductora: